Comprender la psicopatía: un reto para la academia en Colombia
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Comprender la psicopatía: un reto para la academia en Colombia
Autora: Estefanía Junca Aguirre
Directora: Mónica Pérez Trujillo
Mayo de 2018
Universidad de los Andes
Departamento de Psicología
Trabajo de Grado
ii
Agradecimientos
Quisiera agradecer a mis padres, Patricia y Germán, y a toda mi familia, por apoyarme e
impulsarme a seguir adelante en toda circunstancia.
A mi directora, Mónica, por guiarme a lo largo de este proceso y ayudarme a dar lo mejor
de mí en este trabajo.
Finalmente, a Juan Pablo, por su compañía y apoyo incondicional y a Diego, por su
constante ayuda y amistad.
iii
Abstract
La amplia investigación sobre psicopatía alrededor del mundo permite plantearse la
pregunta sobre qué se ha estudiado en Colombia hasta el momento sobre el trastorno. Este
trabajo tuvo como objetivo responder esta interrogante mediante la realización de una revisión de
la literatura de artículos científicos indexados y publicados desde el año 2000 hasta el 2017. 34
artículos que cumplieron con los criterios de inclusión fueron clasificados bajo seis categorías y
posteriormente analizados de forma cualitativa a nivel descriptivo y crítico. Se encontró que la
mayor parte de las investigaciones tratan sobre el Trastorno Disocial de la Conducta y que la
psicopatía es entendida bajo el mismo nombre de Trastorno de la Personalidad Antisocial,
definido por los criterios clínicos del DSM-IV (APA, 1994) y DSM IV TR (APA, 2000). Esta
información permite concluir que, hasta el momento, la investigación sobre psicopatía en
Colombia ha girado sobre el estudio de su precursor y que los conocimientos del trastorno como
un constructo unitario, aún son muy limitados.
iv
Tabla de contenidos
Primera parte ……………………………………………………………………………. 1
Planteamiento del problema …………………………………………………….. 1
Justificación de la pregunta de investigación ………………………………….... 3
Marco teórico ………………………………………………………………….... 4
Segunda parte …………………………………………………………………………… 11
Este trabajo ……………………………………………………………………… 11
Pregunta de investigación ...……………………………………………... 12
Sub-preguntas de investigación …………………………………………. 12
Metodología ……………………………………………………………... 14
Resultados ……………………………………………………………………….. 17
Características de los estudios encontrados ………………………………17
Novedad de la investigación y aporte a nuevos conocimientos …………. 17
Voz e investigación de las reseñas de literatura …………………………. 21
Diseño metodológico …………………………………………………….. 22
Características de la muestra ……………………………………... 22
Instrumentos de medición ………………………………………... 25
Discusión ………………………………………………………………………….26
Conclusiones ………………………………………………………………………36
Referencias ……………………………………………………………………………….. 39
Anexos ……………………………………………………………………………………. 53
1
Primera parte
Planteamiento del problema
La psicopatía presenta un problema digno de atención por parte de las entidades de
justicia, salud e investigación de Colombia. Si bien la psicopatía es un trastorno de la
personalidad con prevalencia mínima en la sociedad, la literatura muestra que hay un aumento en
su prevalencia cuando se estudian poblaciones específicas: carcelarias, psiquiátricas o de bajos
recursos (APA, 2013).
Este trastorno se ha visto asociado a un mayor grado de violencia y reincidencia. Al
validar la Lista de Chequeo Revisada en población carcelaria, se ha estimado que el 1% de la
población mundial sería psicópata, y que este porcentaje incrementa del 15 al 25% en
poblaciones carcelarias (Hare, 1996). Asimismo, se ha estudiado que hay una alta correlación
entre el diagnóstico de psicopatía y el crimen violento, crimen sexual y homicidio (Dhingra y
Boduszek, 2013). El problema es que muchas de las características importantes para inhibir el
comportamiento antisocial y violento no están presentes, o se presentan de forma deficiente en la
psicopatía (Hare y Neumann, 2009). Por consiguiente, se trata de un individuo indiferente frente
a sus acciones que no encontrará ninguna motivación para parar.
Otro problema se hace evidente al hablar de la rehabilitación de este tipo de individuos.
El psicópata no verá la rehabilitación o la terapia como una oportunidad de cambio en pro de la
sociedad, sino como una oportunidad de mejorar sus habilidades manipuladoras en pro de sí
mismo (Hare, 1999). Esta dificultad se acentúa más al hablar del psicópata criminal, pues se ha
visto que el porcentaje de reincidencia post-tratamiento entre criminales psicópatas es
significativamente más alto (83%) que entre criminales no psicópatas (42%) (Hemphill, 1991).
2
Además, la psicopatía es egosintónica, lo que implica que la persona no siente malestar con su
incapacidad para seguir un plan de vida, para amar o con su falta de introspección (5ta. Ed.;
DSM – 5; Asociación Americana de Psiquiatría, 2013; Hare, 1996; Cleckley, 1988), entre otros.
Por lo tanto, se disminuye aún más la probabilidad de que estos individuos busquen ayuda por su
cuenta (Cleckley, 1988).
Finalmente, el psicópata comienza a presentar comportamientos antisociales desde muy
temprana edad. Si bien la aplicabilidad del constructo a niños y jóvenes es debatida, se ha
observado que niños de hasta tres años muestran rasgos clásicos de la psicopatía (Dhingra y
Boduszek, 2013). Además, de acuerdo con el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos
Mentales (5ta. Ed.; DSM – 5; Asociación Americana de Psiquiatría, 2013), para diagnosticar
TPA se debe haber cumplido con criterios de Trastorno de Conducta antes de los 15. El círculo
vicioso seguiría con que la poligamia, la alta irresponsabilidad e impulsividad, harían que los
hijos de psicópatas, debido a la presencia y disciplina impuestas de forma inconsistente, abuso de
sustancias y exposición a actividades de alta peligrosidad, tengan factores de riesgo para
desarrollar trastorno de la conducta y, posteriormente, psicopatía (APA, 2013; Barlow y Durand,
2015).
Tratándose entonces de un trastorno que afecta en gran medida y de diferentes maneras a
quienes corren la suerte de encontrarse con quien lo padece, la pregunta que guiará a este trabajo
de investigación será, con base en los conocimientos sobre psicopatía en el mundo, ¿qué se ha
estudiado en Colombia de este trastorno hasta el momento?
3
Justificación de la pregunta de investigación
La literatura internacional da cuenta de la necesidad de generar conocimientos específicos
a cada cultura y a etnia (Douglas, Nikolova, Kelley, y Edens, 2015). Teniendo en cuenta las
particularidades de la cultura colombiana y sabiendo la pluri-etnicidad que caracteriza el país,
realizar un estudio a este nivel de profundidad permite evaluar el conocimiento que se ha venido
generando y ver si este aporta a la comprensión internacional del trastorno. Adicionalmente, este
trabajo localiza puntos a mejorar, vacíos investigativos y propone futuras líneas de investigación
para ampliar y afianzar el saber ya generado. Por lo tanto, se convierte en una fuente importante
de información para aquellos interesados en continuar con el estudio del trastorno en el país, o
para comenzar con otras líneas de investigación pertinentes y necesarias en la generación de
nuevos conocimientos a nivel nacional. También, al abordar una amplia variedad de temas
relacionados con el trastorno, este estudio resulta de utilidad para el estudiante o profesional que
pueda llegar a relacionarse, de forma meramente teórica o práctica, con la población tratada. Lo
anterior debido a que ofrece un acercamiento a profundidad al estado del tema en el país.
La psicopatía es considerada como problema de seguridad social y salud pública ––
debido a su alta correlación con conductas violencias, rompimiento de la ley y uso y abuso de
SPA— (Reidy et al., 2015). También, vista desde una perspectiva dimensional, se observa que se
presenta en una amplia cantidad de subpoblaciones: académicos (Cleckley, 1988; Gao y Raine,
2010), empresariales (Mathieu, Nuemann, Hare y Babiak, 2014), políticas y de guerra (Gilbert,
1948; Hall y Benning, 2006; Rieber, 1997). De esta manera, este estudio permite evaluar si se le
ha otorgado la importancia clínica y social pertinente.
4
Marco teórico
Conceptualización y diagnóstico
El interés de la academia por estudiar y comprender la psicopatía ha hecho que los
conocimientos que se tienen sobre este trastorno cubran múltiples campos. El presente marco
teórico hablará sobre el concepto de psicopatía y el debate existente en torno al trastorno de la
personalidad antisocial. También, se mencionarán los instrumentos creados y reconocidos
mundialmente para su medición. Después, se expondrán algunos de los hallazgos a nivel cerebral
y genético para ver las diferencias existentes entre individuos psicópatas y no psicópatas y cómo
esto se ha relacionado con la responsabilidad legal. Adicionalmente, se cubrirá la relación que se
ha encontrado entre psicopatía e inteligencia y se mostrarán los estudios y hallazgos principales
en diferentes poblaciones: masculina, femenina, adolescente e infantil. Finalmente, se tratarán las
cuestiones principales frente al tratamiento.
La psicopatía fue primero identificada como un problema “médico” a comienzos del siglo
XIX por Philippe Pinel (Barlow y Durand, 2015), quien lo describió como la “locura sin delirio”.
Después, otros académicos la definieron como la “locura moral” (Pritchard, 1835) y al psicópata
como el criminal amoral (Kraepelin, 1915). Hoy día, se concibe como un compendio de
características comportamentales, afectivas, interpersonales y de estilo de vida, las cuales lo
definen como un trastorno de la personalidad que manifiesta un patrón de comportamiento donde
predomina la inatención, desinterés y vulneración de los derechos de los demás (5ta. Ed.; DSM –
5; Asociación Americana de Psiquiatría, 2013). A esta definición se le suma el encanto
superficial, el narcicismo, la mentira patológica y ausencia de empatía, entre otras (APA, 2013;
Cleckley, 1988; DeLisi, 2009; Hare, 1996).
5
Desde la publicación del Manual Diagnóstico y Estadístico (DSM III) (1968) de la APA,
surgió un debate sobre si el trastorno de la personalidad antisocial (TPA) significaba lo mismo
que psicopatía. El argumento principal era que el constructo de TPA tenía poca utilidad en
contextos carcelarios porque la mayoría de individuos cumplían con sus criterios (Douglas,
Nikolova, Kelley, y Edens, 2015). Al diferenciar estos dos conceptos y utilizar otros
instrumentos de medición, varios estudios demostraron que, si bien aquellos sujetos que
cumplían los criterios de psicopatía, definidos por el PCL-R, cumplían también criterios para el
trastorno de la personalidad antisocial (90% de los casos), en muchas ocasiones no ocurría lo
contrario (solo 25% de los casos) (Hare, 1996; Hare y Neumann, 2009). Hoy en día el DSM-V
(APA, 2013), equipara los dos trastornos, la academia afirma que el TPA está más asociado a los
aspectos conductuales de la psicopatía que a sus déficits afectivos e interpersonales (Douglas,
Nikolova, Kelley, y Edens, 2015).
En relación con el diagnóstico, el DSM-V propone 4 criterios principales, junto con
características diagnósticas complementarias. Sin embargo, el instrumento de preferencia para su
evaluación y diagnóstico es la Lista de Chequeo de Psicopatía Revisada (PCL-R por sus siglas en
inglés), desarrollada por Robert D. Hare y publicada en 1991. Este instrumento se vale de la
observación realizada por un clínico experto, una revisión de los antecedentes del individuo
(penales, psiquiátricos), el informe que pueden dar los familiares y, si es posible, de
observaciones secundarias (Hare, 1999). Tiene 20 ítems calificados de 0-2 y el punto de corte
para dar el diagnóstico es una puntuación de 30 o más (Hare y Neumann, 2009). Los 20 ítems se
dividen en dos factores principales: el factor 1 trata de características afectivas e interpersonales
y el factor 2 de estilo de vida y conductas antisociales. La PCL-R se utiliza en una amplia
6
variedad de contextos y poblaciones (Hare, 1999), y se ha demostrado que tiene una validez
psicométrica cros-cultural (Cooke, 1998). Estudios utilizando este instrumento se han llevado a
cabo en países como Australia (Mahmut, Homewood y Stevenson, 2008), España (Pérez,
Herrero, Velasco y Rodríguez-Días, 2015), Finlandia (Weizmann-Henelius, Viemerö y Eronen,
2004) y Chile (León-Mayer, Asún-Salazar y Folino, 2010). Puede verse entonces que ya en
Latinoamérica se han interesado en validar la PCL-R, no obstante, dicho proceso tiene en cuenta
las características particulares de cada país, por lo que la validación colombiana resulta de vital
importancia en su estudio nacional.
Neurobiología, genética y su relación con la responsabilidad criminal
Al igual que el diagnóstico, los estudios a nivel cognitivo y genético, en su mayoría, han
fundamentado su conceptualización de la psicopatía bajo las características y rasgos ofrecidos
por la PCL-R (Hare, 1991). Ahora bien, a nivel estructural se han estudiado la amígdala, el
cuerpo calloso y la corteza prefrontal, por mencionar algunas regiones. Por ejemplo, Boccardi et
al. (2011) realizaron un estudio que pretendió observar las diferencias locales en la morfología
de estructuras corticales y amigdalinas. Los resultados permitieron ver diferencias significativas
en el volumen de la amígdala y su morfología (alargamiento del núcleo central y lateral y
reducción del núcleo basolateral). El alargamiento de los sub-núcleos de la amígdala podría
explicar la tendencia del psicópata a incurrir en violencia reactiva, así como las anormalidades en
los procesos emocionales y baja sensibilidad al estrés. Por otra parte, teniendo en cuenta que
alteraciones en la conectividad inter-hemisférica se han visto relacionadas con varios trastornos
mentales, enfermedades genéticas y del neurodesarrollo, Raine et al. (2003), realizaron un
estudio cuyos hallazgos principales mostraron aumento en el volumen del cuerpo calloso
7
(22.6%) de los individuos psicópatas, así como aumento en su delgadez (15.3%) y longitud
(6.9%). La razón de esta diferencia podría ser que la psicopatía es un trastorno de inicio
temprano, indicando fallas en la poda sináptica de la región. Otra estructura cerebral
ampliamente estudiada ha sido la corteza prefrontal. En su estudio, Raine, Lencz, Bihrle,
LaCasse y Colletti (2000) encontraron que los individuos del grupo con TPA mostraron menores
volúmenes de materia gris pero no de materia blanca en la corteza prefrontal en comparación con
los otros dos grupos control y esto no pudo explicarse por comorbilidad con abuso de sustancias
o por factores psicosociales. De nuevo, esto tiene que ver con la conocida inhabilidad del
psicópata para aprender de la experiencia, particularmente ante eventos negativos. Se ha visto
que un pobre condicionamiento va relacionado a un pobre desarrollo de la conciencia, y la
corteza prefrontal es la principal estructura relacionado con esta función.
La academia también se ha interesado por evaluar diferencias en el funcionamiento de
estas regiones. Por ejemplo, hallazgos han mostrado hipoactividad de la amígdala ante tareas de
condicionamiento y presentación de estímulos aversivos (Anderson y Kiehl, 2012). Se ha
hipotetizado que su hipoactividad explicaría la inhabilidad de los psicópatas de poder relacionar
sus acciones (usualmente negativas), con las malas consecuencias de las mismas y el malestar
causado a los demás. Con respecto al funcionamiento de la corteza prefrontal, Gordon, Baird y
End (2004), encontraron que aquellos participantes que presentaron más rasgos psicopáticos
activaron regiones de su encéfalo encargadas de la percepción y cognición para analizar la
imagen, mientras que aquellos que puntuaron menos, utilizaron áreas que se encargan de la
interpretación de la emoción. Ahora, si bien todos estos estudios permiten una más amplia
comprensión del TPA o psicopatía, las diferencias en las estructuras y funcionalidad de las
8
diferentes regiones previamente descritas logran explicar parcialmente solo algunos rasgos del
trastorno. Además, cada investigación difiere en el sexo y variables sociodemográficas de los
participantes, tipos de técnicas de registro y control de comorbilidad; esto hace que la validez
externa de los resultados no tenga tanta aplicabilidad en otras poblaciones y que se requieran de
la replicación de lo mismo para constatar lo encontrado.
En neuropsicología, de los procesos más investigados con respecto a la psicopatía han
sido las funciones ejecutivas, debido a que los individuos con el trastorno muestran un perfil
similar a aquel visto en pacientes que sufrieron lesiones cerebrales en regiones como la amígdala
o la corteza prefrontal (ventromedial o dorsolateral). Algunos estudios que utilizaron pruebas
como el Iowa Gambling Task, el Wisconsin Card Sorting Test y tests de reconocimiento de
emociones indican que altos niveles de psicopatía estarían relacionados con una baja habilidad
para reconocer emociones faciales, con un bajo desempeño en tareas que requieren de
aprendizaje inverso o flexibilidad cognitiva (Glenn y Raine, 2014).
La genética también ha sido un campo interesado en la explicación de la psicopatía.
Estudios de genética comportamental han investigado acerca del aporte genético al desarrollo de
rasgos de personalidad psicopática (40-60% de la varianza) (Glenn y Raine, 2014), la influencia
de los factores ambientales compartidos (crianza de padres) y no compartidos (grupo de amigos)
en el desarrollo de conductas antisociales (más dependientes de los factores compartidos) y
rasgos afectivos centrales (más dependientes de los factores no compartidos) (Glenn y Raine,
2014), y el porcentaje de genes compartidos entre diferentes rasgos psicopáticos (Larsson,
Andersen y Lichtestein, 2006; Taylor, Loney, Bobadilla, Iacono y McGue, 2003). Por otro lado,
los hallazgos de la genética molecular han encontrado varios polimorfismos en varios genes
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específicos. Por ejemplo, en el gen ANKK1, que se ha visto ligado a la producción de dopamina y
asociado al alcoholismo y tendencias antisociales (Lu, Lee, Ko, Lin, 2001) y en el gen FAAH,
que se ha visto relacionado con actividad de la amígdala reducida frente a la amenaza y con uso
de sustancias (Hariri et al., 2009). No obstante, todos estos estudios han encontrado asociaciones
a los rasgos de personalidad, más que a las tendencias antisociales (Glenn y Raine, 2014), lo que
significaría que ofrecen explicaciones biológicas de las características de encanto superficial y
sentimientos de insensibilidad, pero no de las tendencias impulsivas, agresivas y búsqueda de
sensaciones fuertes.
Todos estos estudios han permitido plantear la pregunta sobre la responsabilidad legal del
psicópata. Cleckley (1988), afirmó que, si bien la psicopatía conduce a una inhabilidad para
participar en sociedad de manera apropiada, esto no significa que el psicópata tenga una
“discapacidad intelectual”. Sin embargo, en la actualidad los académicos han comenzado a
discutir qué tanto los estudios de la neurocognición y neuroanatomía demostraban que las
alteraciones en el cerebro del psicópata son suficientes para determinar su ausencia de
culpabilidad y catalogarlo como enfermo (Damnjanovic, 2011). El debate aún sigue abierto y es
dependiente del código penal de cada país. La postura debe ser interdisciplinar, considerando no
solo las afectaciones inherentes a la psicopatía, sino a la presencia de otros trastornos que puedan
llegar a afectar el juicio al momento de cometer un crimen.
Otras poblaciones en estudio: niños, niñas, adolescentes y mujeres
Mucha de la información que se sabe sobre psicopatía, ha resultado por el estudio en
población masculina criminal (Cale y Lilienfeld, 2002; Forouzan y Cooke, 2005; Hare, 1999;
Weizmann-Henelius, Viemero y Eronen, 2004). No obstante, revisiones como las realizadas por
10
Cale y Lilienfel (2002) o Beryl, Chou y Völlm (2014) muestran que ha habido un creciente
interés por el trastorno en mujeres. El artículo de Cale y Lilienfel (2002) reporta diferencias en la
prevalencia del trastorno en ambos sexos, comorbilidad con otros trastornos y evolución
sintomatológica en el ciclo vital; sin embargo, no reporta diferencias en los correlatos
biopsicosociales en mujeres y hombres. La revisión por Beryl, Chou y Völlm (2014), además de
reportar también diferencias en la prevalencia, reporta diferencias frente a la estructura factorial
de la PCL-R para mujeres. No obstante, si bien esta revisión da pie a contemplar la idea de que la
psicopatía pueda manifestarse de forma diferente en ambos sexos, también incentiva a la
realización más sistemática de estudios sobre el trastorno en mujeres, con el objetivo de
establecer un punto de corte específico y mejorar la conceptualización del mismo, en esta
población. Esto porque en caso de eliminar el factor antisocial en la definición de psicopatía en
mujeres, llevaría a la duda de si se seguiría hablando de psicopatía y si, entonces, este constructo
solo sería aplicable en hombres.
La investigación de psicopatía en niños, niñas y adolescentes ha venido incrementando
debido a que ayudaría a establecer precursores tempranos y causas de la psicopatía en adultos
(van Baardewijk et al., 2008). Actualmente, sean encontrados diferencias genéticas,
neurocognitivas y se ha planteado la influencia de los padres como un factor determinante en el
desarrollo de rasgos psicopáticos (Riberio da Silva, Rijo, y Salekin, 2012). No obstante, el
estudio en esta población se mantiene en debate debido a las implicaciones que pueda acarrear,
debido a que pueden aparecer comportamiento o rasgos semejantes a la psicopatía normales
debido al ciclo vital por el que se atraviesa (Riberio da Silva, Rijo, y Salekin, 2012). La
diferencia entre psicopatía infantil y juvenil y el TDC se asemeja a la diferencia previamente
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expuesta entre el TPA y la psicopatía: el TDC enmarca más los rasgos comportamentales que los
afectivos. Sin embargo, la investigación apunta a que el especificador de inicio temprano con
ausencia de emociones prosociales se asemeja al perfil de psicopatía (Lochman et al., 2010).
Consideraciones frente al tratamiento
En adultos, el objetivo de las medidas de tratamiento ha sido reducir el nivel de violencia
y la probabilidad de reincidencia. Sin embargo, en algunos estudios se han encontrado resultados
paradójicos, donde aquellos criminales psicópatas que reciben tratamiento muestran un
porcentaje de reincidencia mucho más alto que aquellos psicópatas que no lo recibieron (Rice,
Harris y Cormier, 1992). Sin embargo, evidencia más reciente ha mostrado que los criminales
con altos niveles de psicopatía sí podrían beneficiarse de un programa de tratamiento más
intenso, extenso y multimodal (Douglas, Nikolova, Kellen, y Edens, 2015). Sin embargo, la
hipótesis de que la psicopatía podría concebirse como un trastorno del desarrollo, se ha trabajado
en la intervención a edades tempranas. Así, estudios como el realizado por McDonald, Dodson,
Rosenfield y Jouriles (2011) o el de Elizur, Somech y Vinokur (2017), muestran que un
tratamiento guiado hacia las pautas de crianza empleadas por los padres ayudaría a disminuir
rasgos afectivos centrales a la psicopatía y comportamientos antisociales en niños. Con esto, se
observa que el interés frente al tratamiento es global y se da pie a la interrogante sobre si en
Colombia se ha optado por estrategias de identificación temprana de síntomas y prevención o si
se ha preferido intervenir como estrategia de rehabilitación.
Segunda parte
Este trabajo
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Pregunta de investigación
De acuerdo con lo que se ha estudiado sobre psicopatía en el mundo, ¿qué se sabe en Colombia
de este trastorno hasta el momento?
Subpreguntas
1. ¿Qué se ha estudiado sobre los factores de riesgo del trastorno de conducta o de la
psicopatía?
La literatura muestra que hay varios factores de tipo biopsicosocial que influyen en el
desarrollo de estos trastornos, y cuyas manifestaciones se van dando desde la infancia. Es
importante ver si en Colombia se encuentran investigaciones encaminadas al estudio de cada uno
de estos factores y si se realiza dicho estudio de forma retrospectiva (mediante autoinforme de
adultos con el trastorno) o correlacional (con niños o adolescentes en riesgo).
2. ¿Qué estudios se han realizado frente a los correlatos neuroanatómicos, genéticos o
fisiológicos del trastorno?
Se ha evidenciado que las afectaciones de la psicopatía van desde la genética molecular
hasta el funcionamiento neurocognitivo. Resulta entonces importante investigar si en Colombia
la investigación ha llegado a estos niveles de profundidad y se, de ser el caso, se han confirmado
hallazgos de investigaciones internacionales.
3. ¿Qué instrumentos de medición validados se han utilizado para medir psicopatía en
cárceles y en la comunidad?
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Varios países han optado por validar la Lista de Chequeo (Hare, 1991) y otros
instrumentos para la medición de psicopatía en poblaciones adultas y jóvenes carcelarias. En
caso de que en Colombia ya se haya optado por validar cualquiera de estos instrumentos,
significaría que actualmente se cuenta, no solamente con el instrumento per se, sino con los
profesionales entrenados para su aplicación.
4. ¿Qué otros trastornos se han estudiado en comorbilidad con psicopatía o TD?
De niños, aquellos que cumplen con los criterios de trastorno de conducta, usualmente
también presentan comorbilidad con otros trastornos del control de los impulsos o del
neurodesarrollo. Por otra parte, en adultos se ha puesto en debate la relación entre TPA y los
trastornos por consumo de sustancias. Lo anterior supone, entonces, que en el estudio de
psicopatía varias investigaciones hayan encontrado una alta comorbilidad con otros trastornos y
hayan comenzado a hipotetizar la relación etiológica entre ambos.
5. ¿Qué se ha escrito sobre la responsabilidad criminal de un psicópata?
Gran parte de lo que se sabe sobre la responsabilidad de un psicópata se basa en las leyes
penales de países de primer mundo, principalmente Estados Unidos, atribuyéndose esto también
a la cantidad de casos de psicópatas violentos que han existido allí a lo largo de la historia. Sin
embargo, debido a que las leyes penales de Colombia difieren en puntos importantes a las de
dichos países, es vital ver qué se ha establecido frente a la responsabilidad del psicópata, su
evaluación y pena en este país.
6. ¿Qué se sabe sobre el tratamiento y qué tipo de intervenciones psicoterapéuticas se
han utilizado o propuesto para población adolescente y/o adulta?
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Es importante ver si en Colombia se ha optado por prevención temprana o intervención.
También, conocer desde cuál enfoque se ha trabajado, debido a que ha sido el enfoque cognitivo
conductual el que mejor resultado ha mostrado (Hollon y Beck, 2013). Adicionalmente, vale la
pena ver si algún estudio optó por intervenir en población clínica debido a la alta comorbilidad.
Metodología
El presente trabajo es una revisión de literatura que realizará un análisis de la información
de tipo cualitativo. El periodo de estudio bajo el cual se hará la búsqueda será del año 2000 al
año 2017.
La propuesta de diseño metodológico fue tomada del modelo utilizado por Beryl, Chou y
Völlm (2014), en su trabajo sobre psicopatía en mujeres criminales.
1. Criterios de inclusión
Estudios empíricos o reseñas de literatura sobre hombres, mujeres, niños y adolescentes,
personas privadas de la libertad y pacientes institucionalizados sin rango de edad especificado;
con los términos ‘psicopatía’, ‘trastorno de la personalidad antisocial’, ‘sociopatía’, ‘rasgos
psicopáticos’, ‘rasgos antisociales’, ‘trastorno de conducta’ o ‘trastorno disocial’ encontrados
bajo la medición de cualquier instrumento o cualquier investigación encaminada a su estudio.
1.1 Características de los estudios
Fuentes primarias; tipo de estudio: epidemiológico, experimental y reseñas de literatura.
1.2 Características del reporte
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Publicado después del 2000; idioma inglés o español; restringido a estudios publicados
únicamente sobre Colombia y población colombiana.
2. Verificación de criterios de elegibilidad
Serán excluidos todos los trabajos que no hayan sido publicados en alguna revista científica.
3. Recursos de información
Las siguientes fuentes fueron consultadas:
(a) Fecha de búsqueda de las fuentes bibliográficas electrónicas: 28/06/2017 – 05/11/2017.
Bases de datos utilizadas: Sistema de Bibliotecas Universidad de los Andes: EBCOhost,
PROQUEST.
(b) Búsqueda Web: Fecha de búsqueda: 28/06/2017 – 05/11/2017
Plataforma de búsqueda: GoogleScholar
Técnicas adicionales de búsqueda empleadas: entre las fechas de 28/06/2017 - 25/04/2018
(a) Búsqueda en referencias: se utilizó la bibliografía citada en las diferentes fuentes que trata
sobre los temas de interés para el presente escrito.
(b) Contacto con expertos: se tuvo una charla con un psiquiatra de la Universidad Nacional, con
el objetivo de discutir el tema del presente trabajo e indagar sobre posibles investigaciones
similares que se encontraran en la base de datos de la Universidad.
4. Términos de búsqueda
Los siguientes términos fueron utilizados en todas las búsquedas:
16
• ‘Psicopatía’, ‘psicópata’, ‘trastorno de la personalidad antisocial’, ‘trastorno de
conducta’, ‘trastorno disocial’ (en título)
• ‘Colombia’ (en título)
• ‘En conflicto armado’, ‘niños’, ‘adolescentes’, ‘convictos’, ‘hombres’, ‘mujeres’ (en
título)
5. Categorías de análisis y clasificación de estudios
Las categorías de análisis, emparejadas por sub-pregunta, fueron:
a. Factores biopsicosociales asociados al desarrollo y mantenimiento del TD y TPA.
b. Características neurocognitivas y genéticas.
c. Validación y uso de instrumentos de medición para el diagnóstico.
d. Presentación comórbida con otros trastornos.
e. Consideraciones frente a la responsabilidad legal y resocialización.
f. Programas de intervención para adolescentes y adultos.
Los estudios, clasificados por categoría, se pueden encontrar en la sección de Anexos 1 al final
del documento.
6. Análisis de la información
Se hizo el análisis descriptivo y crítico de 34 artículos que cumplieron con los criterios de
inclusión previamente expuestos. Las subcategorías a cada nivel dependieron de si el estudio
realizado era correlacional (cuantitativo y cualitativo) o epidemiológico, experimental, reseña de
literatura, o la validación de algún instrumento de medición. El análisis descriptivo se realizó
mediante 13 subcategorías para los estudios correlacionales, estudio cualitativo y de validación
17
de instrumentos; 6 para las revisiones críticas y 15 para las propuestas o programas de
intervención/rehabilitación. El análisis crítico se realizó mediante 11 subcategorías para los
estudios correlacionales y cualitativo, 12 categorías para los estudios de validación de pruebas
psicométricas y experimentales y 4 para los estudios de revisión crítica. No todas las
subcategorías del análisis descriptivo fueron utilizadas en el análisis crítico.
Se pueden encontrar las subcategorías por tipo de análisis y su justificación en la
sección de anexos 2.
Resultados
1. Características de los estudios encontrados
El análisis indicó que la mayoría de las investigaciones estuvieron enfocadas en estudiar
el Trastorno Disocial de Conducta (TDC), seguidas de aquellas sobre Trastorno de la
Personalidad Antisocial (TPA) y psicopatía como mismo constructo. Por último, estuvieron los
estudios sobre psicopatía como constructo diferencial (Ver Tabla 2, Anexo 3).
El 47.1% de las investigaciones sobre psicopatía entre el 2000 y el 2017 fueron de tipo
correlacional; el 18% del total de los estudios fue conformado por reseñas de literatura. Un
14.7% fue constituido por estudios epidemiológicos y otro 11.8% por estudios de validación de
prueba psicométrica. Finalmente, el porcentaje restante se distribuyó de la siguiente manera: 6%
fueron estudios experimentales y el 5.9% un estudio cualitativo. (Ver Anexo 3, Tabla 1)
2. Novedad de las investigaciones y aporte a nuevos conocimientos
La novedad de las investigaciones se clasificó en cuatro categorías: novedoso en el país,
novedoso en el mundo, novedoso en ambos o no novedoso. Por el limitado número de
18
investigaciones encontradas, se esperaba que la mayoría, si no todas, fueran novedosas
únicamente en el país. En efecto, de las 34 investigaciones, 27 resultaron ser novedosas para la
literatura nacional. Algunas investigaciones trataban un tema similar; sin embargo, por cambios
en el tipo de estudio o en la población, sus aportes eran diferentes. Tal es el caso del estudio
realizado por Pérez y Pinzón (2009) en contraste al realizado por Echeverry, Escobar, Martínez,
Garzón, y Gómez (2002). Ambos estudios evaluaron la prevalencia de TPA en población
carcelaria masculina, pero el primero fue de corte cualitativo y el segundo de corte cuantitativo.
El estudio de la prevalencia de TDC o de TPA fue una línea de investigación frecuente,
realizándose en distintas partes del país y en diferentes subpoblaciones.
Los estudios cuantitativos sobre TDC indican que hay múltiples factores familiares,
sociales y psicológicos asociados a este trastorno. Todos fueron novedosos en el país, pero solo
el de Rey y Jiménez (2001) fue novedoso tanto en el mundo como en Colombia, debido a que
estudió la relación entre estereotipos de género (machismo y sumisión), diagnóstico de TDC y
ser padre y madre de adolescentes con TDC. Por otra parte, la única investigación evaluando
psicopatía en menores y su relación con los tipos de apego reporta un proceso inconcluso de
validación de la PCL-YV (Forth, Kosson, y Hare, 2003), puntos de corte para determinar la
gravedad del trastorno sacados de forma aleatoria y una interpretación cualitativa de tipos de
apego no medidos bajo los instrumentos reportados en la metodología. Adicionalmente, el único
estudio sobre TPA es de corte cualitativo y realiza el diagnóstico con base en una entrevista no
realizada para tales fines. Así, se observa que se ha construido más conocimiento frente a los
factores psicosociales asociados al TDC, que aquellos asociados a la psicopatía y al TPA.
19
La investigación sobre el funcionamiento cognitivo y ejecutivo es relativamente reciente,
siendo el primer estudio relacionado y realizado por Trujillo, Pineda, y Puerta (2007). La línea de
investigación más frecuente ha sido la del funcionamiento ejecutivo, con 9 estudios de 11
interesados por estudiar este tema. Las funciones ejecutivas más frecuentemente estudiadas han
sido las relacionadas con la Teoría de la Mente, seguidas de la toma de decisiones, flexibilidad
cognitiva y control de la interferencia. El funcionamiento cognitivo ha sido evaluado en menor
medida, y los procesos básicos más investigados han sido el lenguaje, la atención y la memoria.
En general, las investigaciones han encontrado menor desempeño en todas las funciones
ejecutivas y cognitivas de población con diagnóstico de TPA o TDC. Cuatro de las
investigaciones novedosas a nivel mundial fueron de esta categoría. Dos investigaron el
funcionamiento ejecutivo de población privada de la libertad exintegrante de grupos al margen
de la ley, una evalúo el funcionamiento cognitivo y ejecutivo de población escolarizada y otra
miró la electrofisiología de exvinculados a grupos al margen de la ley. La novedad radica en la
población estudiada, en la batería utilizada y en la técnica de registro (EEG).
Salvo por el estudio de García et al. (2010), todos los de validación eran novedosos en
Colombia; los instrumentos validados eran solamente de diagnóstico. El caso de la investigación
de García et al. (2010) y la llevada a cabo por Ruíz (2006) permite ilustrar la diferencia entre una
investigación novedosa y una que aporta nuevos conocimientos. Ruiz (2006) realizó un proceso
de validación de la PCL-R y era el primer estudio con ese objetivo; sin embargo, incumplió con
la mayoría de instrucciones dadas por el manual para su aplicación, lo que invalidó
completamente el proceso. Por otra parte, si bien el objetivo del estudio de García et al. (2010)
fue el mismo que el de Ruiz (2006) y por lo tanto no lo hacía novedoso, aquí sí se llevó a cabo
20
un procedimiento de evaluación de la validez y la confiabilidad extenso. Situación similar
ocurrió con la investigación de Campo-Arias (2006), debido a que el tipo de Análisis Factorial
utilizado no fue el apropiado: realizó un AF exploratorio, pero para los propósitos de su estudio y
el tipo de instrumento, debió haber realizado un AF confirmatorio. De esta manera, en Colombia
existen, por el momento, dos instrumentos de evaluación validados, uno para TDC y otro para
psicopatía: el cuestionario breve construido por Pineda, Puerta, Arango, Callad, y Villa (2000) y
la Lista de Chequeo de Psicopatía Revisada validada por García et al. (2010).
El estudio de la comorbilidad y la prueba de tratamientos psicoterapéuticos fueron las
temáticas menos abordadas, haciendo que las cuatro investigaciones tratando el tema fueran
novedosas en el país. La investigación realizada por Rengifo y Piernagorda (2010) encontró que
la prevalecía de TPA es alta en una muestra de 10 hombres consumidores de heroína. Sin
embargo, hay diagnóstico por uso o abuso de SPA y no es claro si la frecuencia del consumo y el
diagnóstico de TPA fueron realizados únicamente con base en el criterio A del DSM-IV (1994).
Asimismo, el estudio de la prevalencia de retraso mental en niños con TDC no compara el
coeficiente intelectual con el nivel de sintomatología de TDC, significando que no es clara cuál
es la relación entre gravedad de los síntomas y CI.
Por otra parte, no se tiene un registro de la aplicación de la propuesta de rehabilitación
neuropsicológica y por lo tanto no se sabe la efectividad de dicha intervención. Adicionalmente,
el programa de pensamiento prosocial implementado por Monguí-Merchán y Rey-Anacona
indica que, por el momento, este tipo de intervenciones no resultan efectivas y se requiere de una
mejor selección de instrumentos y de la muestra, así como una nueva aplicación para volver a
evaluar el impacto.
21
3. Voz e investigación de las reseñas de literatura
La reseña realizada por Cuartas y López (2013) es la única en las 34 investigaciones
recuperadas que trata el tema de la genética molecular en psicopatía. Si bien se mantiene en lo
teórico, resulta en una fuente importante para iniciar con esta línea de investigación y continuar
con la línea internacional interesada por ver el papel del receptor MAOA en el trastorno. Otro
trabajo sobre psicopatía en menores infractores ofrece un panorama general frente a la
perspectiva biopsicosocial y otras teorías, la concepción del “ser psicópata” como rasgo, y
técnicas experimentales detección. Sin embargo, las propuestas que realiza ya se han venido
trabajando en diversos escenarios y no ofrecen lineamientos sobre los cuales comenzar la
investigación en Colombia.
La única reseña escrita sobre TDC fue la investigación de Andrade, Barbosa, y Lozada
(2012). El trabajo se centra en el modelo de Barkley, Edwards, y Robin (1990) y resalta la
importancia de contemplar el desarrollo del TDC como consecuencia de diversas variables de
tipo biopsicosocial. Este estudio es un buen punto de partida para aquellos académicos
interesados en este trastorno, debido a que enmarca diferentes factores que aún no han sido
estudiados y que influyen en el desarrollo de esta psicopatología.
Finalmente, los dos trabajos frente a la responsabilidad legal del psicópata y su
resocialización en la comunidad muestran una postura radical: el psicópata es responsable, no
tiene cura y el fin resocializador de la pena no aplica para este tipo de individuos. Sin embargo,
la crítica realizada por ambos no responde ni ofrece alternativas al problema inicialmente
propuesto. Del mismo modo, la investigación de Araque y López (2010), no realiza una
recopilación interdisciplinar de la información sobre la situación jurídica y psicológica de la
22
psicopatía; únicamente realiza postulados basados en la especulación y argumentados bajo la
opinión pública. Se requiere un abordaje más profundo desde lo teórico y práctico, que permita
generar una opinión fuerte y fundamentada sobre la cuestión legal del psicópata y la
comprensión jurídica de la psicopatía en Colombia.
4. Diseño metodológico
Este apartado contiene las generalidades de las muestras –y las variables asociadas—
utilizadas en los estudios. También se hablará de las características de los instrumentos utilizados
y cuáles se observaron más frecuentes en las investigaciones.
4.1. Características de la muestra
Al analizar las características de la muestra de cada uno de los estudios, se lograron
identificar 7 subvariables transversales a todas las investigaciones. Estas 7 subvariables fueron:
tamaño de la muestra, rango de edad de la muestra, estrato socioeconómico (ESE), sexo de la
muestra, inclusión de grupo control (GC), lugar de selección de la muestra y ciudad de
realización del estudio.
Frente al tamaño de la muestra, se encontró una amplia variabilidad en el número de
participantes seleccionados para cada una de las investigaciones. Por ejemplo, el estudio con el
tamaño de la muestra más grande fue el realizado por Campo-Arias (2006), quien incluyó a
2,496 participantes; mientras que el estudio con el menor tamaño de muestra fue la propuesta de
rehabilitación neuropsicológica realizada por Alvis, Arana, y Restrepo (2014), que se realizó con
el objetivo de implementarla en 5 individuos.
23
En el análisis del lugar de selección de la muestra se vio que 10 de los estudios
cuantitativos investigando por TDC tomaron su muestra de instituciones de reeducación del
menor infractor, 3 de instituciones de educación regular, 1 de la comunidad y 1 tanto de
instituciones de reeducación como de instituciones de educación regular. Asimismo, 8 de las
investigaciones de TPA y psicopatía obtuvieron su muestra de instituciones penitenciarias o
carcelarias, 2 la obtuvieron de población adulta en comunidad y 2 de la ACR. Solo una
investigación no reportó esta variable. Con lo anterior, se tiene que el conocimiento obtenido
aplica principalmente en poblaciones infantiles, adolescentes y adultas con antecedentes
criminales.
Ahora, debido a que la mayoría de investigaciones se hicieron en instituciones y no
tomaron su muestra de la población general –salvo por los estudios de Campo-Arias (2006);
Monroy, Cabrera, Baldovino, y Díaz (2017) y Rengifo y Piernagorda (2010)—, los resultados no
son dicientes sobre las características de la población de las ciudades donde se realizaron. Esto es
debido a que las instituciones pueden ser conformadas por individuos procedentes de diferentes
lugares del país y porque los tamaños de muestra utilizados no permiten hacer generalización de
los resultados a una población más grande. Sin embargo, se evidenció una tendencia a realizar
los estudios en las ciudades de Medellín (21%) y Bogotá (21%), que podría ser por dos razones:
conveniencia de los investigadores (viven y trabajar en dichas ciudades) o conveniencia por las
instituciones (hay más centros penitenciarios, carcelarios y de reeducación en ciudades
principales).
En cuanto al sexo de la muestra, el análisis evidenció que 10 estudios incluyeron niñas,
adolescentes o adultos de sexo femenino. De estos 10, 9 incluían más hombres que mujeres,
24
siendo la investigación de Campo-Arias (2006) la única con un número mayor de mujeres que de
hombres. El problema con la distribución desigual radica en que solo 3 estudios diferenciaron
ambos sexos, significando que los resultados de las demás investigaciones tienen un sesgo y son
más demostrativos del desempeño y el perfil de la población masculina. Además, los estudios
que ofrecen una mirada hacia las características de los trastornos en población de sexo femenino
tratan únicamente de TDC, dejando el conocimiento de TPA y psicopatía aún más limitado en
mujeres. Así, se tiene que el estudio validando la Lista de Chequeo (García et al., 2010); el que
encontró diferencias en las señales electrofisiológicas en el cerebro de individuos con altos
puntajes de psicopatía (Ramos et al., 2017) y la investigación que evaluó la prevalencia de TPA
en una población consumidora de heroína (Rengifo y Piernagorda, 2002), son aproximaciones
muy interesantes a la comprensión de estos trastornos en población colombiana masculina, pero
no arrojan información sobre estas variables en población de sexo femenino.
Las otras dos variables fueron rango de edad y estrato socioeconómico (ESE). Las
investigaciones de TDC estudiaron muestras que oscilan entre los 6 hasta los 16 años; aquellos
investigando TPA consideraron un rango mucho más amplio, yendo de los 18 hasta los 65 años;
esto debiéndose a los criterios clínicos diagnósticos de ambos trastornos. Con respecto al ESE,
12 reportaron esta variable. De estas 12, 6 estudiaron muestras de ESE bajo – medio, 2 de ESE
bajo y 1 de ESE medio. Únicamente la muestra utilizada por los estudios de Pineda et al. (2006),
Pineda y Puerta (2001) y Pineda, Puerta, Arango, Calad, y Villa (2000), incluyó participantes de
todos los estratos. Puede verse entonces que esta fue la variable menos reportada, principalmente
en los estudios de TPA. Sin embargo, la escogencia por investigar en poblaciones de estratos
25
bajos-medios, puede deberse a las características asociadas a los trastornos descritas en la
literatura, o a facilidad en la investigación de estas poblaciones.
Finalmente, con respecto al GC, se observó que 12 investigaciones lo incluyeron
(excluyendo los estudios epidemiológicos y de validación de prueba). De esas 12, 4 tuvieron una
distribución igual de participantes en ambos grupos y 5 controlaron por todas las variables
sociodemográficas, educativas y de antecedentes. Por lo tanto, 4 investigaciones no controlaron
por institución (el GE era de instituciones de reeducación al menor infractor y el GC era de
instituciones de educación regular), 1 por antecedentes (el GE era parte de un grupo armado y
GC no), 1 por comorbilidad y 1 por edad, sexo y nivel educativo. Estas diferencias generan que
haya una variable adicional a tener en cuenta, disminuyendo la fuerza de la correlación entre la
presencia o ausencia del trastorno y los demás factores evaluados.
4.2. Instrumentos de medición
A lo largo del análisis se observó una amplia variedad de instrumentos utilizados,
principalmente porque muchas investigaciones quisieron medir más de dos variables y/o porque
querían aplicar una batería o prueba completa a su muestra. Por ejemplo, el estudio de Urazán-
Torres, Puche-Cabrera, Caballero-Forero, y Rey-Anacona (2013) aplicó toda la Evaluación
Neuropsicológica Infantil y el estudio de Cifuentes y Londoño (2011) aplicó todo el cuestionario
de esquemas maladaptativos tempranos y todas las escalas de estrategias afrontamiento. Otros
seleccionaron pruebas más cortas, pero en mayor número (e.g. Rey, Monguí, y Paitán (2015)).
Sin embargo, no todos hacen una validación previa de los instrumentos seleccionados y reportan
un proceso de validación y baremación insuficiente.
26
Una tendencia observada en el uso de instrumentos diagnósticos fue el cuestionario de
autoinforme. Se observó que únicamente 3 investigaciones sobre TDC eligieron utilizar el
cuestionario construido y validado por Pineda, Puerta, Arango, Calad, y Villa (2000) seguidos de
aquellos que eligieron la Entrevista Psiquiátrica Estructurada EDNA. La única investigación
sobre psicopatía en adultos utilizó la Lista de Chequeo de psicopatía validada por García et al.
(2010). Esto es importante porque indica que las investigaciones no utilizan los instrumentos
diagnósticos validados en el país para TDC, pero sí aquellos para psicopatía (teniendo en cuenta
la proporción de estudios realizados por cada trastorno: 12 a 1).
Para el diagnóstico de TPA, hubo predilección por la Mini Internatinal Neuropsychiatric
Interview (MINI); el segundo instrumento fueron las listas de chequeo focalizadas en el Criterio
A otorgado por el DSM IV o IV-TR (APA, 1994; 2000) para el trastorno. Las pruebas
neuropsicológicas más frecuentes fueron el Test de Metedura de Patas y el Test de
Reconocimiento de la mirada, seguidas del WCST, el Stroop y el Test de Fluidez Verbal.
Para ver las especificaciones de todos los instrumentos utilizados por estudio, revisar la
Tabla 3, Anexo 3.
Discusión
Teniendo en cuenta la importancia de la psicopatía a nivel social y judicial, se realizó el
análisis sistemático y cualitativo de los 34 artículos escritos en Colombia, sobre le trastorno y
también sobre TDC y TPA. Los puntos que se discutirán permitirán delinear la continuación de
la investigación del trastorno en el país y profundizar en los conocimientos actuales sobre el
mismo. La discusión se trabajará en torno a los tres principales hallazgos del trabajo.
27
Primero, en Colombia la mayoría de investigaciones se focalizaron en estudiar el
Trastorno Disocial de la Conducta. Desde una perspectiva clínica basada en el DSM IV (APA,
1994), DSM-IV TR (APA, 2000) o DSM-V (APA, 2013), este trastorno se entiende como un
precursor y es criterio diagnóstico para el Trastorno de la Personalidad Antisocial, equivalente a
la psicopatía.
La investigación de factores biopsicosociales en Colombia incluye dos estudios de tipo
correlacional abarcando un amplio número de variables de carácter familiar, social, psicológico y
neuropsicológico. La problemática en el abordaje de tantos factores radica en la limitada
explicación científica que se le ofrece a cada una de las diferencias encontradas entre la muestra
con TDC y sin TDC (Rey, Monguí, y Paitán, 2014) o entre la muestra con TDC de inicio infantil
y TDC de inicio adolescente (Rey-Anacona, Monguí-Merchán, y Paitán-Ávila, 2015) (Ver
Anexo 4). Otro problema es el proceso de aplicación de las pruebas, debido a que se hace uso de
varios cuestionarios de autoinforme por variable incluida y un procedimiento de aplicación
grupal, el cual reduce el tiempo de obtención de resultados, pero incrementa el sesgo asociado a
cada una de las respuestas de los participantes.
Las limitaciones de estas dos investigaciones pueden y deben ser solucionadas mediante
la realización de otros estudios que se enfoquen en ver la relación entre variables más específicas
y el trastorno. Esto porque variables como la personalidad y la empatía son constructos
complejos que se subdividen en otras variables. En este caso, la empatía puede ser cognitiva,
motriz o emocional (Bons et al., 2013) y la personalidad depende del modelo e instrumento que
se vaya a utilizar. Por ejemplo, Anderson, Tapert, Moadab, Crowley, y Brown (2007),
examinaron tres rasgos de personalidad en población con TDC y diagnóstico de uso de
28
sustancias: alto neuroticismo, baja amabilidad y baja escrupulosidad. Utilizando el modelo de
cinco factores de la personalidad del Inventario de Cinco Factores NEO (ICF-NEO). La
investigación es un ejemplo de una selección precisa de un constructo, subvariables asociadas y
un instrumento puntual para su medición. Diseños metodológicos así, permiten profundizar más
y ofrecer explicaciones o hipótesis más certeras sobre los factores asociados al trastorno, además
de dar lineamientos más claros para continuar la investigación.
Rey y Jiménez (2001) realizaron un estudio que tuvo como objetivo ver la relación entre
los estereotipos de género, diagnóstico de TDC y ser padre o madre de adolescentes con el
trastorno. Por los criterios de inclusión de las muestras (Ver tabla 4, Anexo 3), los alcances de la
investigación se limitan significativamente. Al comparar esta con la realizada por Endendijk et
al. (2017), no solo se evidencian diferencias entre los resultados, sino, y más importante, entre
las muestras y el proceso de medición de las variables. Endendijk et al. (2017) escogieron 299
familias nucleares heterosexuales con niños y niñas y realizaron no solamente mediciones
mediante instrumentos de autoinforme, sino también mediante la observación de la interacción
padres e hijos a lo largo de un año. El estudio de la asociación entre los estereotipos de género y
conductas antisociales en población infantil y adolescente no ha sido abordado de forma extensa
y es una línea de investigación interesante que permitiría aclarar aún más el papel y ejemplo de
los padres en la prevención y desarrollo de trastornos disruptivos. El estudio de Rey y Jiménez
(2001) merece ser replicado con unos criterios de inclusión y selección de las muestras más
delimitados y el uso de otros instrumentos y métodos de recolección.
Se estableció en un principio la importancia del estudio de trastorno disocial no solo
como precursor sino como punto de intervención temprana y prevención del desarrollo del TPA
29
o de la psicopatía. Monguí-Merchán y Rey-Anacona (2015), bajo un enfoque cognitivo,
implementaron la versión corta del Programa de Pensamiento Prosocial (Alba et al., 2005) en
adolescentes hombres y mujeres con diversos niveles de gravedad. La implementación del
programa comenzó a tener falencias desde la asignación de los participantes a cada uno de los
grupos, debido a que fue una selección intencionada con el fin de que aquellos de mayor
gravedad recibieran la intervención. La efectividad de esta, medida bajo el cambio en las
respuestas dadas en la Batería de Socialización (Bas-III) (Silva y Martorell, 2001), se evidenció
muy baja. Sin embargo, los resultados no se diferencian por sexo ni síntomas, dejando un vacío
sobre la efectividad del programa individualmente. Además, el diagnóstico realizado no es claro
en los especificadores, problemática ya evidenciada en las demás investigaciones. Esta
conformación heterogénea del grupo en cuanto gravedad de síntomas pudo haber sido la
determinante en el fracaso de la intervención.
Por otra parte, teniendo en cuenta las regiones cerebrales en las que más diferencias se
han encontrado (amígdala y corteza prefrontal), los procesos más investigados han sido las
funciones ejecutivas, principalmente la planeación, la habilidad para tomar decisiones, la fluidez
verbal, el reconocimiento y lectura de emociones y la flexibilidad cognitiva. Debido a la
facilidad y flexibilidad en la aplicación las pruebas neuropsicológicas (Glenn y Raine, 2014),
resulta coherente observar que varias investigaciones en Colombia evaluaron los procesos
superiores mediante estos instrumentos. Sin embargo, la variedad y disponibilidad de pruebas
neuropsicológicas no disminuye la importancia de realizar un proceso minucioso de validación o
baremación de cada instrumento para la población que se pretende estudiar. Ningún estudio
sobre TDC realiza un proceso de validación, lo que significa que se están comparando los
30
resultados de las muestras con puntuaciones obtenidas de poblaciones con características
sociodemográficas muy diferentes. Como consecuencia, los resultados bajos significando
alteraciones podrían ser normales para muestras colombianas pero anormales para otras
poblaciones. Por ejemplo, con el objetivo de evitar este sesgo, se realizó una versión japonesa del
Wisconsin Card Sorting Test (WCST), el Keio Wisconsin Card Sorting Test (Abe et al., 2004) y
se requiere hacer este proceso en el país.
Adicionalmente, los estudios no realizan un diagnóstico a profundidad de su muestra. El
Trastorno de Conducta desde el DSM-IV (APA, 1994), tiene dos tipos de especificadores: inicio
y emociones prosociales limitadas. La academia ha mostrado que el de inicio infantil con
emociones prosociales tiene un peor pronóstico en gravedad y prevalencia de síntomas. La poca
especificidad en el diagnóstico clínico, el amplio rango de edad en cada una de las muestras de
los estudios, y la no separación por grupos genera un sesgo en los resultados que no debería
ignorarse: puede haber más participantes que cumplan con estos dos especificadores y que
afecten las puntuaciones globales de la muestra. Los únicos estudios que diferencian la gravedad
de sus grupos son los realizados por Trujillo, Pineda, y Puerta (2007) pero bajo criterios
aleatorios y el de Rey, Monguí, y Paitán (2015), este sí bajo los especificadores dados por el
DSM-IV (2000). Las futuras investigaciones deben realizar un diagnóstico más cuidadoso y
diferenciar cada subgrupo, teniendo en cuenta cómo el diagnóstico puede afectar los resultados
individuales y colectivos.
Segundo, otro porcentaje importante de las investigaciones se concentró en el estudio del
Trastorno de la Personalidad Antisocial, entendido desde la definición que otorga el DSM-IV
(APA, 1994) y DSM-IV TR (APA, 2000). Como se mencionó con anterioridad, el manual
31
equipara el TPA con la psicopatía. Con esto, y debido a que ningún estudio hace explícita la
diferenciación, se entiende que la psicopatía y el TPA son asumidos como un mismo trastorno.
El estudio de factores cognitivos relacionados con el trastorno fue por la misma línea de
los del Trastorno de Conducta. La mayor parte de las investigaciones centraron su interés en las
funciones ejecutivas. Sin embargo, de cinco investigaciones, tres tomaron como muestra
población excombatiente de grupos armados: dos estudios en población privada de la libertad y
uno del grupo de desvinculados y desmovilizados de la ACR (hoy ARN). Si bien son pocas
investigaciones, el estudio en esta población toca un punto importante que requiere ser discutido.
La investigación clínica en excombatientes puede resultar tan problemática como lo es en
víctimas del conflicto. La razón de esto es porque la guerra vivida en el país y sus secuelas,
partiendo desde una perspectiva psicosocial, afecta también a los victimarios. Teniendo esto en
cuenta y sin el ánimo de mitigar la importancia de la evaluación de esta población, la Agencia
para la Reincorporación y Normalización (ARN) –antes Agencia Colombiana para la
Reinserción (ACR)—, en colaboración con la facultad de Ciencias Sociales y Humanas de la
Universidad Externado de Colombia, construyó la Evaluación Multiaxial Psicosocial (EMP), un
instrumento que ofrece un panorama general y completo sobre la salud mental del individuo. No
se pretende negar la posibilidad de que dentro de este grupo existan, en efecto, personas que
cumplan con los criterios de TPA y/o psicopatía previos y transversales a su paso por los grupos
armados. Sin embargo, de realizar un diagnóstico clínico, se debería hacer entonces un estudio
minucioso de cómo fue el sujeto antes, durante y después del conflicto. Por lo tanto, iniciar por
una evaluación de tamizaje mediante instrumentos como el EMP permite abordar esta población
desde una mirada no psicopatologizante; es esperable que estas personas puntúen alto en ítems
32
de agresión e insensibilidad, pero es el abordaje psicosocial el que permite comprender dicho
estado en el marco del contexto que vivieron.
El diagnóstico y las observaciones de estas investigaciones se ven limitados porque los
instrumentos utilizados no han sido validados. Arana, Gómez y Molina (2013) y Gómez, Molina,
y Arana (2013) afirman que comparan los resultados de la muestra con “baremos de la población
colombiana”. Sin embargo, aquí hay dos puntos importantes: las puntuaciones del grupo no se
comparan con las puntuaciones de un grupo control y no se menciona de dónde se toman dichos
baremos. El número de instrumentos, de la mano con el proceso diagnóstico, hacen que el
afirmar que las puntuaciones de los excombatientes son evidencia de un síndrome dorsolateral no
tenga validez. El criterio A del DSM solo expone conductas antisociales que son evidentes
fueron realizadas por población excombatiente. Aquí se requiere hacer un estudio retrospectivo,
pues si el diagnóstico se basa solo en dichos síntomas, toda la población integrante de grupos al
margen de la ley cumpliría con los criterios.
A pesar de estas limitaciones, las conclusiones sacadas de estos dos estudios conllevaron
a la realización de una propuesta de rehabilitación neuropsicológica. El trastorno de la
personalidad límite ha sido el más abordado por este tipo de rehabilitación, sin embargo, poco se
ha escrito sobre la pertinencia y efectividad de estas intervenciones en personas con TPA o
psicopatía.
La rehabilitación neuropsicológica de las funciones ejecutivas en este trastorno parece un
objetivo lógico, teniendo en cuenta que son estas facultades superiores las que más se han visto
afectadas. Sin embargo, la cuestión es desde qué enfoque trabajarlo y cómo abordarlo. Alvis,
Arana, y Restrepo (2014) proponen un enfoque restitutivo y compensatorio. Si bien el
33
compensatorio sería pertinente y permitiría brindarles alternativas a esos déficits, el restitutivo
resulta problemático porque partiría desde el supuesto que el individuo tuvo esas facultades y las
perdió. Así, tocaría responder entonces en qué momento se perdieron esas facultades antes
presentes y cómo el TPA fue el causante; un enfoque restitutivo no responde a la teoría del TPA.
Adicionalmente, las actividades contempladas son ejercicios progresivos en dificultad que
trabajen la atención, las funciones ejecutivas y la empatía. Surgen entonces dos preguntas: ¿de
qué manera se puede trabajar la restitución y/o compensación en la empatía mediante pruebas de
lápiz y papel? Y ¿cómo se hace la diferenciación frente a las capacidades que se quieren restituir
y las que se quieren compensar? Sumando a esto, la perspectiva asumida no es ecológica, por lo
que se estará entrenando al individuo en mejorar su desempeño en una tarea específica, pero no
en aplicar esas técnicas a otros entornos de su vida.
Con lo anterior, las propuestas realizadas por Ross y Hoaken (2010) deben tenerse en
cuenta en la realización de una propuesta de rehabilitación neuropsicológica: hacer una
evaluación individual, planear una rehabilitación acoplada a las necesidades de cada sujeto y
garantizar espacios que permitan la práctica de las estrategias enseñadas. Sin embargo, los pocos
estudios hechos sobre TPA no son suficientes para considerar que se tiene suficiente
conocimiento sobre las características del trastorno en población colombiana, mucho menos en
población excombatiente. Antes de pensar en rehabilitar mediante una técnica utilizada para
estas psicopatologías, se debe, al igual que en el caso del TDC, continuar con la investigación,
comenzando por la replicación de los estudios hasta el momento realizados considerando las
limitaciones y puntos mencionados.
34
La intervención en TPA, desde un perspectiva clínica o neuropsicológica, también debe
tener en cuenta la presencia de comorbilidades. Varias investigaciones han evaluado la
comorbilidad del TPA con otros trastornos, encontrado que el consumo de sustancias,
principalmente el alcohol, es bastante frecuente. Si bien hubo un estudio en Colombia sobre la
presencia de doble psicopatología, el proceso diagnóstico tampoco fue realizado a profundidad.
La investigación de Rengifo y Piernagorda (2010) evaluó la prevalencia de TPA en 10 hombres
consumidores de heroína que vivían en comunidad. Sin embargo, el estudio no hace un
diagnóstico clínico minucioso de trastorno por uso o abuso de sustancias (esto tiene
implicaciones clínicas importantes indicadoras de gravedad), no especifica la gravedad actual ni
tiempo de consumo de cada uno de los participantes y realiza un diagnóstico de TPA basado
únicamente en el criterio A del DSM-IV (1994). Otra cuestión importante es saber diferenciar las
conductas antisociales consecuencia de la farmacodependencia y las conductas antisociales
aisladas a la compra de esta, punto que no fue considerado. La presencia de comorbilidades
complejiza el cuadro y es de las cuestiones que más restantes han resultado en el tratamiento del
TPA.
La posición de la academia frente a la responsabilidad legal del psicópata surge desde una
perspectiva de derecho, no desde una perspectiva médica psiquiátrica o psicológica. El problema
con este argumento es que parte de la premisa de que el psicópata elige ser psicópata, pero no
tiene en cuenta el debate actual sobre el significado de los hallazgos de la neurociencia. El debate
gira en torno a la siguiente pregunta: ¿en qué medida los hallazgos sobre las diferencias en el
funcionamiento y estructura cerebral de los psicópatas disminuyen el nivel de responsabilidad
sobre los actos cometidos? Las posturas de Tirado (2010) y Rozo (2011) no tienen en cuenta esta
35
incógnita. La mirada frente a este tema debe ser interdisciplinar. Una vía inicial es la
sistematización de la opinión y postura de expertos y profesionales en contacto con esta realidad.
No obstante, resulta complejo establecer un argumento unificado sobre el tema, y esto es un
llamado a aumentar los conocimientos frente a la neurobiología de estos individuos en el país.
Finalmente, la investigación de la psicopatía diferenciada del TPA se reduce a dos
estudios empíricos. El único que utiliza la PCL-R versión colombiana es la realizada por Ramos
et al. (2017). Sin embargo, en el establecimiento de puntos de corte no es claro si se está
entendiendo el constructo de forma dimensional, situando al TPA como punto intermedio, o si se
están entendiendo TPA y psicopatía como mismos trastornos. Además, también se realiza un
diagnóstico de Trastorno de la Personalidad Disocial con base en los criterios de la CIE-10
(OMS, 1992). Hizo falta de claridad en la conceptualización de ambos trastornos para una mejor
argumentación de los puntos de corte porque por esta definición se asumió que los participantes
no tienen psicopatía, pero sí TPA. Sumado a esto, los investigadores no controlan por uso o
abuso de sustancias ni por ninguna otra comorbilidad presente al momento de la evaluación;
esto, puede afectar los resultados y conllevar a inferencias equívocas sobre la relación entre un
diagnóstico de psicopatía no muy claro y diferencias en el espectro de onda.
Por último, el único estudio en Colombia investigando factores psicosociales asociados a
la psicopatía en menores infractores fue el realizado por Celedón, Barón, Martínez, Cogollo, y
Miranda (2016). El interés por estudiar el apego en poblaciones con rasgos de psicopatía, no
solamente adolescentes sino adultos, se ha visto mediado por los rasgos centrales definitorios del
trastorno, principalmente por el egocentrismo patológico y la inhabilidad de conectar con el otro
(Conradi, Boertien, Cavus, y Verschuere, 2016).
36
La teoría del apego lo define como una conexión psicológica duradera entre seres
humanos (Bowlby, 1969) y que depende de las relaciones tempranas formadas entre padres e
hijos (Conradi, Boertien, Cavus, y Verschuere, 2016); su estudio en adolescentes o adultos debe
remitirse a los primeros años de vida, tomando así una mirada retrospectiva por auto o
heteroinforme y también contar con los instrumentos apropiados y validados. Este procedimiento
no es realizado por el estudio de Celedón, Barón, Martínez, Cogollo, y Miranda (2016). En el
estudio no se cuenta con una Lista de Chequeo validada para la población y realiza una
clasificación cualitativa del “nivel de psicopatía” y el tipo de apego característico de cada grupo.
La PCL-Y no tiene puntos de corte y no ofrece información para determinar el tipo de apego del
individuo.
Con todo esto, se observa que en Colombia no hay conocimientos sobre psicopatía en
niños, niñas o adolescentes de la población. Cabe aclarar que los hallazgos sobre características
de población con TDC no aplican para la investigación de psicopatía en menores, y un primer
paso es traer y validar instrumentos diseñados para su evaluación, tales como la PCL-YV (Forth,
Kosson, y Hare, 2003) o el instrumento de cribado para el proceso antisocial versión adolescente
(Frick y Hare, 2001).
Conclusiones
La alta violencia criminal y reincidencia asociadas, de la mano con el desentendimiento
moral frente a los actos cometidos, hacen de la psicopatía uno de los trastornos de personalidad
más intrigantes. Con el fin de esclarecer cuál ha sido la relevancia académica que se le ha dado
en Colombia, se realizó una revisión bibliográfica de todos los artículos científicos publicados en
revistas indexadas sobre el tema. Dada la relación de la psicopatía con el Trastorno de la
37
Personalidad Antisocial y el Trastorno de Conducta, también se incluyeron investigaciones sobre
estos.
La búsqueda arrojó 34 artículos que cumplían con los criterios de inclusión previamente
expuestos. La clasificación de estos se realizó mediante seis categorías correspondientes a una
sub-pregunta específica. Se adoptó un enfoque cualitativo que permitió el análisis de la
información de todas las investigaciones tanto a nivel descriptivo como a nivel crítico. Los tres
hallazgos más relevantes fueron: ha habido más investigación sobre el precursor del TPA que
sobre psicopatía; un porcentaje importante de la investigación ha virado en torno al estudio de
TPA conceptualizado bajo los criterios clínicos del DSM-IV (1994) y DSM-IV TR (2000) y el
menor porcentaje de las investigaciones se realizó sobre psicopatía como un constructo
diferencial.
Estos resultados indican que hay un mayor interés hacia la investigación en niños y
adolescentes, el cual puede llegar a tener un impacto en la prevención e intervención temprana
del TDC. Así, se lograrían minimizar las posibilidades de que el niño, niña o adolescente
desarrolle un trastorno de personalidad antisocial o psicopático más adelante. No obstante, las
múltiples limitaciones del diseño metodológico de la mayoría de los estudios no permiten que
haya conocimiento conclusivo sobre ninguna de las temáticas abordadas. El enfoque exclusivo
correlacional y la tendencia de estudiar solo hombres o adolescentes de sexo masculino
representa un sesgo frente a la prevalencia e incidencia de estos trastornos en dichas poblaciones,
sesgo que limita la investigación global de los trastornos. Para una visión de las múltiples
posibilidades de investigación, remitirse a la Figura 1 en la sección de anexos.
38
El presente trabajo permitió observar que no se ha iniciado una investigación sistemática
de la psicopatía como constructo diferencial, teniendo por el momento conocimientos muy
limitados sobre la prevalencia y características del trastorno en la población colombiana. Sin
embargo, esto va relacionado con la conceptualización misma del trastorno: si se toma la
perspectiva clínica del DSM-V, su estudio permanecerá en población criminal. El estudio de los
trastornos de personalidad bajo el marco del DSM se concentra en las variables conductuales y
obliga a verlo desde una perspectiva taxonómica de ausencia/presencia; el estudio de la
psicopatía como constructo definido por otras variables adicionales a la comportamental permite
conceptualizarla desde un marco dimensional de grado y no de clase. Dependiendo de si se
entiende este trastorno como taxón o como dimensión, la investigación sobre la etiología,
medición y tratamiento también cambiaría (Douglas, Nikolova, Kelley, y Edens, 2015).
El primer paso en Colombia es definir cuál va a ser la postura frente a la cual se asumirá
el estudio de la psicopatía. Adicionalmente, con el objetivo de profundizar en los conocimientos
ya adquiridos sobre TDC y TPA, se debe optar por replicar las investigaciones ya realizadas
teniendo en cuenta las limitaciones y observaciones hechas previamente. También es importante
replicar estudios internacionales, debido a que no solo ayudaría a conocer más del trastorno en
población colombiana, sino también a aportar a los conocimientos ya globales del mismo.
Finalmente, como limitación principal, debe tenerse en cuenta el marco temporal bajo el
cual se realizó la revisión. Es posible que actualmente se estén realizando más investigaciones
sobre los tres trastornos, que además solventen y/o compensen muchas de las interrogantes y
vacíos encontrados en los estudios aquí analizados.
39
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Anexos
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que influyen en el desarrollo del trastorno disocial en adolescentes colombianos. Revista
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2. Características neurocognitivas y genéticas.
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5. Consideraciones frente a la responsabilidad legal y resocialización.
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6. Programas de intervención para adolescentes y adultos.
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Programa del Pensamiento Prosocial en Adolescentes Colombianos con Trastorno Disocial: Un
Estudio Piloto. Revista de Psicología, 6(1), 1-263.
Anexo 2: Justificación subcategorías
Análisis descriptivo
Salvo por la categoría de Uso de Referencias de Artículos Colombianos sobre el Tema,
todas las categorías del análisis descriptivo se construyeron con base en lo sugerido por el
Manual de Publicaciones de la Asociación Americana de Psicología (APA, 2010), referente al
contenido formal de los artículos científicos, tanto para estudios cuantitativos como para reseñas
de literatura.
La categoría de referencias colombianas se construyó con el objetivo de saber si el
conocimiento nuevo generado es relevante para otros estudios que se mantengan en la línea de
investigación.
59
Análisis crítico
a. Novedad de la investigación
La novedad de la investigación podría ser catalogada dentro de cuatro categorías:
novedosa en Colombia y en el mundo, novedosa en Colombia, pero no en el mundo, novedosa en
el mundo, pero no en Colombia, no novedosa ni en Colombia ni en el mundo. Lo anterior es
relevante puesto que indica en primera medida qué tanto va a aportar la investigación a nuevos
conocimientos en el tema.
b. Características de la muestra
Se tomó la sub subcategoría descriptiva como subcategoría analítica dividida en: tamaño
de la muestra y representatividad, lugar, estrato socioeconómico y proporción mujer/hombre.
Estas subdivisiones permiten analizar los alcances del estudio a diferentes poblaciones y ayudan
a la identificación más clara de limitaciones.
c. Instrumentos utilizados
Esta también fue una sub subcategoría descriptiva tomada como subcategoría analítica
que permitió analizar los instrumentos a nivel de baremación en el país y tipo de instrumento (de
autoinforme, entrevista, desempeño, etc). Esto permite analizar el tipo de interpretación que se
debería realizar de los resultados y las limitaciones.
d. Pertinencia del marco conceptual
Se analizó la pertinencia en términos de autores principales utilizados y estudios que
ampliaran los conocimientos que se tienen frente al tema.
60
e. Descripción de resultados
Esta subcategoría permitió el análisis de los resultados en términos de si estos, en efecto,
reportaban la información que podrían arrojar las pruebas y los procedimientos realizados.
f. Interpretación de resultados (causalidad o correlación) y generalizabilidad
Esta subcategoría va relacionada con el tipo de estudio realizado y las características de la
muestra identificadas para ver si la interpretación de los hallazgos es correcta en el marco de
estas variables.
g. Abordaje de las limitaciones
Esta subcategoría se subdividió en tres posibilidades: abordaje total, abordaje parcial o no
abordaje. Permitió categorizar a los estudios de esa forma e identificar cuáles eran otras
limitaciones no contempladas.
h. Logro de objetivos
Esta subcategoría permitió analizar hasta qué punto se alcanzaron el o los objetivos
planteados y por qué.
i. Relación de las propuestas/sugerencias con los alcances de la investigación
Todas las propuestas/sugerencias deben ir relacionadas con los alcances y limitaciones de
la investigación. Esta subcategoría permitió analizar la validez de cada una de las propuestas (si
las hubo) y si realmente se relacionan puntualmente con lo que se consiguió o faltó conseguir en
el estudio.
j. Aporte significativo de nuevos conocimientos al tema
61
Esto va relacionado con la novedad de la investigación. Sin embargo, también depende
del procedimiento que se realizó, debido a que la investigación pudo haber sido novedosa pero
no tenido un buen procedimiento metodológico que impactara en los conocimientos frente al
tema.
k. Relevancia y relación de la(s) propuesta(s) de investigación con el marco conceptual
y teórico descrito***1
Al ser revisiones, esta subcategoría permite ver si cada una de las propuestas que van
realizando tienen que ver con el tema del que se está hablando y si van en sintonía con la
literatura ya escrita sobre el mismo.
l. Identificación de vacíos investigativos***
Esta subcategoría de análisis crítico es la misma que en el descriptivo. Sin embargo, aquí
su función radica en que permite evaluar si los vacíos investigativos identificados en literatura en
efecto son vacíos del tema de investigación o se deben a la limitada cantidad de estudios citados.
Además, también permite ver si son vacíos que logran cubrirse con la revisión crítica que se
piensa realizar.
m. Procedimiento de validación****2
Esta subcategoría permitió analizar el procedimiento de validación utilizado y ver si se
había elegido el adecuado de acuerdo con el tipo de prueba que se pretendía realizar.
1 La subcategoría sólo se utilizó para las investigaciones de revisión crítica. 2 La subcategoría se utilizó solo para los estudios de validación de prueba psicométrica.
62
n. Pertinencia del enfoque utilizado*****3
Teniendo en cuenta la literatura y el tipo de población con el que se pretendía trabajar,
aquí se miró si el enfoque propuesto o elegido eran los más pertinentes y por qué.
Anexo 3: Tablas y figuras
Tabla 1
Tipo de estudio por trastorno
Tipo de estudio Cantidad de investigaciones Trastorno
Transversal correlacional cuantitativo
16
TPA/Psicopatía (6)
TDC (9)
Psicopatía (1)
3 La subcategoría solo se utilizó para las investigaciones de propuesta/realización de rehabilitación o intervención.
63
Cualitativo
Epidemiológico
Validación de instrumento psicométrico
Experimental
Revisión crítica de literatura
1
4
5
2
6
TPA/Psicopatía (1)
TPA/Psicopatía (1)
TDC (3)
TPA/Psicopatía (1)
TDC (2)
Psicopatía (2)
TPA/Psicopatía (1)
TDC (1)
Psicopatía (2)
TPA/Psicopatía (2)
TDC (2)
Tabla 2
Número de artículos por tema tratado (trastorno) y tipo de novedad
Trastorno tratado Número de artículos Novedad de la investigación
Colombia Mundo Ambos Ninguno
TDC 17 13 0 3 0
64
TPA 9 5 0 5 0
Psicopatía 5 4 0 0 1
TPA y Psicopatía* 4 2 0 1 0
Tabla 3
Número de instrumentos utilizados y validados por investigación cualitativa
65
Estudio Instrumento
Validado / No Validado
Sí No
Rey y Jiménez (2001)
IMAFE x
Instrumento Diagnóstico para Adolescentes x
Instrumentos Diagnóstico para Padres x
Rey
-An
aco
na
, M
ongu
í-M
erch
án,
y P
ait
án
-Ávi
la (
20
14
)
Cuestionario Breve para el Diagnóstico de TDC x
Test de colores y palabras Stroop x
Evaluación Neuropsicológica Infantil (3 pruebas de fluidez verbal) x
Cuestionario de Autoinforme sobre Incidente de Violencia Conyugal x
Versión Española de la Escala de Ajuste Diádico x
Inventario de Depresión x
Inventario de Masculinidad y Feminidad x
Escala de Empatía x
Cuestionario de Personalidad de Eysenck x
Cuestionario de Autocontrol Infantil y Adolescentes x
Cuestionario Breve para el Diagnóstico de TDAH x
Cuestionario de Autoinforme de Variables Psicológicas x
Cuestionario de Variables Biográficas, Psicológicas, Familiares y Comunitarias x
Rey
, M
on
gu
í, y
Mer
chán
(20
15
)
Cuestionario Breve para el Diagnóstico de TDC x
Test de colores y palabras Stroop x
Evaluación Neuropsicológica Infantil (3 pruebas de fluidez verbal) x
Cuestionario de Autoinforme sobre Incidente de Violencia Conyugal x
Versión Española de la Escala de Ajuste Diádico x
Inventario de Depresión x
Inventario de Masculinidad y Feminidad x
Escala de Empatía x
Cuestionario de Personalidad de Eysenck x
Cuestionario de Autocontrol Infantil y Adolescentes x
Cuestionario Breve para el Diagnóstico de TDAH x
Cuestionario de Autoinforme de Variables Psicológicas x
Cuestionario de Variables Biográficas, Psicológicas, Familiares y Comunitarias x
Arango, Montoya, Puerta, y Sánchez (2014)
Mini Entrevista Neuropsiquiátrica Internacional (MINI) x
Test Breve de Inteligencia de Kaufman x
66
Índice de Reactividad Interpersonal x
Test de Metedura de Pata (Faux Pas Test) x
Test de Lectura de la Mirada x
Bonilla-Santos et al. (2017)
Lista de Síntomas para el TDC x
Escala Multidimensional de la Conducta (EMC) x
Escala de Medición del Comportamiento de TDAH (SNAP) x
Iowa Gambling Task x
Botero, Tobón, González y Barceló (2010)
Criterios del DSM IV para el diagnóstico del TDC x
Entrevista Semiestructurada EDNA x
Test del Falso Paso o Metedura de Pata (Faux Pas Test) x
Test de Lectura de la Mirada x
Go
nzá
lez,
Bonil
la,
Am
aya
, y
Cala
(201
6)
Escala Multidimensional de la Conducta (EMC) x
Escala SNAP IV x
Evaluación Neuropsicológica (12 subescalas del WISC) x
Figura Compleja de Rey (FCRO) x
Test de Fluidez Verbal Fonológica y Semántica x
Test de Denominación de Boston x
Token Test x
Test de Clasificación de Tarjetas Wisconsin (WCST) x
Trail Making Test (TMT) x
Tru
jill
o,
Pin
eda
, y
Puer
ta (
2007
)
Entrevista Psiquiátrica Estructurada EDNA IV-RP x
Escala de Inteligencia de Weschler Revisada WISC-R x
Prueba de Tachado de Cuadros x
Prueba de ejecución continua auditiva x
Prueba de Memoria Semántica con Incremento Asociativo x
Figura de Rey Osterrieth x
Test de Vocabulario de Boston x
Test de Clasificación de Tarjetas Wisconsin (WCST) x
Fluidez Verbal (FAS) x
Stroop Test x
Urazán-Torres et al. (2013)
Entrevista para Síndromes Psiquiátricos en Niños y Adolescentes (CHIP’s) x
Test Breve de Inteligencia de Kaufman x
Evaluación Neuropsicológica Infantil x
67
Monroy, Cabrera, Baldovino y Díaz (2017) Cuestionario Breve para el Diagnóstico de TDC x
Puerta, Martínez-Gómez, y Pineda (2002)
Cuestionario Breve para el Diagnóstico de TDC x
Escala de Inteligencia Weschler Revisada para Niños x
Pineda et al. (2006) Cuestionario Breve para el Diagnóstico de TDC x
Pineda y Puerta (2001) Cuestionario Breve para el Diagnóstico de TDC x
Monguí-Merchán y Rey-Anacona (2015)
Cuestionario Breve para el Diagnóstico de TDC x
Entrevista para Síndromes Psiquiátricos en Niños y Adolescentes (CHIP’s) x
Batería de Socialización (BAS-III) x
Pérez y Pinzón (2009) Test de la Figura Humana - -
Arana, Gómez, y Molina (2013)
Entrevista por Neuropsiquiatría x
Test de Stroop Baremos
Test de Fluidez Verbal Baremos
Test de Clasificación de Tarjetas Wisconsin Baremos
Gómez, Molina, y Arana (2013)
Test Breve de Inteligencia de Kaufman (KBIT) x
Mini Entrevista Neuropsiquiátrica Internacional (MINI) x
Test de Lectura de la Mirada Baremos
Test de la metedura de Pata o Falso Paso (Faux Pas Test) Baremos
Tobón et al. (2016)
Mini Entrevista Neuropsiquiátrica Internacional (MINI) x
Escala de Inteligencia de Weschler Adultos x
Ineco Frontal Screening x
Cuestionario de Sensibilidad al Castigo y a la Recompensa x
Índice de Reactividad Interpersonal x
Reading Minds in the Eyes (RME) x
Reconocimiento de Rostro Emocionales x
Cifuentes y Londoño (2011)
Mini Entrevista Neuropisquiátrica Internacional (MINI) x
Cuestionario de Esquemas Maladaptativos x
Escala de Estrategias Coping Modificado x
Inventario Clínico Multiaxial de Millon-II x
Echeverry et al. (2002)
Entrevista Psiquiátrica Estructurada DSM-IV x
Cuestionario de Personalidad para Niños y Adultos (EPQ) x
Rengifo y Piernagorda (2010) Cuestionario con base en síntomas del DSM-IV TR x
Alvis, Arana, y Restrepo (2014)
Lista de Chequeo para TPA según DSM-IV-TR x
Test Breve de Inteligencia KBIT x
68
Nota: En negrilla se encuentran los cuestionarios y pruebas más frecuentemente utilizados. Aquellos que tienen un
guion no aplican para evaluación de la validez.
Tabla 4
Características de la muestra y Rey y Jiménez (2001)
Grupos evaluados Criterios
84 adolescentes varones con TDC Son únicamente hombres, pero ambos grupos tienen el mismo tamaño. Son además
emparejados edad y estrato. 84 adolescentes varones sin TDC
24 padres de adolescentes con TDC
54 madres de adolescentes con TDC
No son los padres o madres de los adolescentes con TDC incluidos en el estudio.
Para determinar su inclusión se basan únicamente en el informe de los padres y madres
sobre la conducta de sus hijos. Los investigadores no tienen contacto con dichos
adolescentes.
No todos son pareja entre sí, no todos conforman el mismo tipo de unión con su pareja y
algunos no tienen pareja.
67 padres de adolescentes sin TDC
89 madres de adolescentes sin TDC
Sí son los padres y madres de los adolescentes sin TDC incluidos en el estudio.
No todos son pareja entre sí, no todos conforman el mismo tipo de unión con su pareja y
algunos no tienen pareja.
Mini Entrevista Neuropsiquiátrica Internacional x
Test de Stroop x
Fluidez Verbal x
Test de Clasificación de Tarjeta Wisconsin x
Test de la Metedura de Patas (Faux Pas Test) x
Test de la Mirada x
Ramos et al. (2017)
PCL-R versión colombiana x
Entrevista Diagnóstica para Estudios Genéticos x
Celedón et al. (2016)
PCL-YV x
Escala de Apego Romántico y No-Romático x
69
Figura 1
Tipos de estudio por población y subpoblación con TDC, TPA y psicopatía
Fuente de elaboración: propia.
Estudio de caso Correlacional Experimental Longitudinal
Epidemiológico Cros-seccional
Población Adulta Adulta mayor Adolescente Infantil
Subpoblación
Comunidad Escolarizada Trabajadora Institucionalizada Privada de
la libertad
Universitaria
Tipos de estudio
Estudios en Colombia
Estudios en el mundo