COMPRENSION LECTORA
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LA FALTA DE COMPRENSIÓN LECTORA EN LAS ESCUELAS DE EDUCACIÓN BÁSICA.
Como secretario técnico pedagógico de una supervisión escolar de primarias, sé por
experiencia propia y porque así me los han expresado mis colegas de las otras
supervisiones, que el problema principal de tipo académico que reportan las escuelas
primarias es la falta de comprensión lectora en los alumnos, lo que claramente, según estas
declaraciones, es la causa de que el niño no se apropie de los contenidos que marca el
Avance Programático.
Consultado al respecto, el Departamento Técnico Pedagógico de la Sep, en Mérida, nos
aclaró que el 98 % de los reportes de las escuelas sostienen que es este problema el que
más se presenta en los planteles y es un impedimento claro para cumplir con el programa
oficial.
Tenemos entonces un problema tangible: La falta de comprensión lectora en los niños de primaria de todo Yucatán, y, extrapolando, me atrevería a decir que de toda la república.
Vayamos entonces a la problemática, o sea, el conjunto de circunstancias y factores que,
conjugados, producen el problema real, o sea, la falta de comprensión lectora.
Hay muchos y muy variados factores que influyen en esta aparente falta de comprensión
lectora. La principal, a mi juicio, es que no se cumple a consciencia con el método de
enseñanza de lectura y escritura que marca la Secretaría de Educación Pública, o sea, el
Pronalees (Programa Nacional de lectura y escritura).
Analizando el método, me he encontrado que es excelente cuando se aplica a
consciencia y produce resultados asombrosos a seis meses de haber empezado el primer
grado. Me percaté de esto gracias a las visitas escolares que, acompañando al Inspector de
la zona, realicé a todas las escuelas dentro de nuestra área de influencia. La diferencia es
abismal y contundente. Si se usa el Pronalees hay un éxito apabullante, si no se usa, el
grado y efectividad en cuestión de comprensión, ya no mencionemos rapidez u otro aspecto,
decae de manera abrupta.
Es paradójico que teniendo tan buen método para fomentar en los niños la lectura de comprensión, éste no sea utilizado por la mayoría de los docentes a la hora de enseñar a
leer, o se utilice de manera deficiente. La verdad es que si se aplicara la metodología como
debe ser no habría escuelas que reportaran la falta de comprensión lectora como el
problema académico principal.
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Tenemos entonces, que parte de la problemática es que no se usa el método propuesto por la Secretaría de Educación Pública. Sin embargo, ese es sólo uno de los
factores de la problemática, pues hay un trasfondo menos obvio.
Entre los factores determinantes que originan esta falta de uso de un método excelente
está lo complejo de los materiales de apoyo dirigidos a los maestros. Me refiero a los
libros del maestro, a los ficheros de actividades, al Avance programático, al Plan y programas
de estudio plan 93 y a la última edición de éste en el año 2000.
Individualmente son excelentes documentos cada uno, pero si uno se toma el tiempo de
leerlos todos, tal y como hice para llevar a cabo esta investigación, se encuentran varios
puntos interesantes.
Al tratar de vincular un documento con el otro, supuestamente basados en la misma
teoría constructivista de Piaget y con el mismo enfoque comunicativo funcional que es el
oficial, nos encontramos con errores que, obviamente son producto de que cada documento
fue elaborado por distintas manos y con ideas diferentes acerca de los mismos conceptos.
Pongamos un ejemplo:
Mientras que los propósitos del Plan y programas de estudio Plan 93 divide a éstos, en el
caso de la asignatura de Español en cuatro ejes principales (Lengua hablada, Lengua
escrita, Recreación literaria y Reflexión sobre la lengua), el Fichero de Actividades modifica
esta clasificación al convertirlos en otros cuatro diferentes (Expresión oral, Lectura, Escritura
y Reflexión sobre la lengua.). Lo curioso es que, aunque ambas clasificaciones comparten el
eje Reflexión sobre la lengua, el del fichero no trata de lo mismo que el Plan 93, pues se
dedica también a la ortografía, mientras que el eje del Plan cede este aspecto al eje Lengua
escrita. Otra cosa curiosa es que, mientras en el Plan 93 se les denomina ejes a estas
clasificaciones, en el fichero de actividades se les llama componentes, además que cada documento justifica su clasificación y contradice al otro.
No acaba ahí el enredo sin embargo. Sucede que hay una tercera clasificación, ahora en
los libros del maestro (del primero al cuarto grado), donde también se les denomina
componentes pero ahora toman un tercer nombre (Hablar y escuchar, Leer y compartir,
Tiempo de escribir y Reflexión sobre la lengua). Por si fuera poco, existe una cuarta
clasificación (y una subclasificación) en la última edición del Plan y programa de estudios
editado en el 2000 (vigente, al igual que el Plan 93), pues ahí, aunque se usa la
clasificación del fichero, los componentes no tratan de lo mismo que en éste. (Más detalles
en el documento adjunto)
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Tenemos aquí otro de los factores que influyen en que los docentes no se metan con
documentos clasificados cada cual a su arbitrio y con ello influyan en su conocimiento de lo
que se debe o no se debe enseñar. Es muy raro el maestro que se atreve a descifrar el
enredo. La actitud prevaleciente es la de adoptar el que más les convenga, sea el fichero o el
libro del maestro y desechar a los otros, o adherirse a lo que diga el Plan 93 y desechar los
demás. Ese es el origen del caos que repercute en la falta de comprensión lectora. O sea, no se conoce el método porque éste se basa en documentos desvinculados entre sí. A esta falta de ganas de dedicarse a estudiar estos documentos, además del ya citado,
que es el enredo que presentan, se añade el de la doble jornada que tienen los maestros y
maestras, estas últimas con las labores del hogar y los primeros en su trabajo
complementario, donde buscan aumentar su ingreso para compensar el sueldo magro que
reciben. Esto provoca que un maestro, realmente, solo presta atención a los documentos de
apoyo cuando están presentados de manera accesible, “masticaditos”, y eso no parece que
vaya a cambiar.
Otro de los factores que colaboran a que se dé el problema y que por tanto, es parte de
la problemática, es que los docentes, en general, desconocen que un sistema de enseñanza
de lectura y escritura diferente al Pronalees está prohibido de manera implícita en la
normatividad, pues, analizando los rasgos del enfoque de español, plasmados en el Plan 93
se establece que cualquier método que el maestro considere bueno y dé resultados es
bienvenido, mientras que en la edición 2000, exclusiva de la asignatura de español, se
establece que otro método diferente al Pronalees está descartado (Ver anexo).
Esta situación propicia que los docentes hagan uso de su criterio y utilicen a veces
Pronalees combinado con el método Sarita, que es silábico y surja un enredo en la mente de
los niños. Hasta donde pude constatar, ningún director sabe de esta prohibición, así
como tampoco los docentes, inspectores o jefes de sector, de ahí que se ejerza la tolerancia
ante los que no saben está prohibido. En este caso, es el desconocimiento de esto a todos
los niveles lo que forma parte de la problemática.
Existe otro factor más que refuerza todo lo anterior. Para todo docente, cuando lo
conoce, es sabido que el enfoque utilizado en la asignatura de español es el comunicativo
funcional, tal y como lo declara el Plan 93 y la edición 2000 del Plan y programa de estudios,
que se dedica exclusivamente a la materia. Sin embargo, este último documento, entregado
a los docentes en agosto del ciclo escolar pasado, coquetea abiertamente con el enfoque
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basado en la competencia lingüística en oposición al basado en la competencia comunicativa
que es el oficial.
El primero pone énfasis en la gramática y en el mensaje, el segundo, más accesible,
pone énfasis en el mensaje, posicionándolo por encima de la forma.
Al coquetear tan abiertamente con la forma en esta última edición, le ponen fuerza a la gramática en vez de ponérsela a la comprensión, y eso tiene que tener un costo, que es
precisamente la falta de comprensión lectora, en aras de la corrección.
En si, estos dos enfoques no se oponen, pues al cumplirse la comunicación efectiva del
mensaje, puede ponérsele vigor a la gramática, en grados superiores, pero, con la edición
2000, por así decirlo, quieren que el niño aprenda a correr antes de comenzar a caminar.
Esto es también parte de la problemática.
Para un maestro ducho, siempre hay manera de saltarse la normatividad mostrando sus
contradicciones. Si a un docente se le dice que el método Sarita no es aceptado, tal y como
lo plantea la edición 2000, no hace falta más que contestar que la introducción de todos los
libros del maestro, del primero al cuarto grado, establece que cualquier método es aceptado
siempre y cuando dé resultados. Esto es cierto y es una contradicción que opone a dos documentos oficiales, ambos vigentes. Es otro de los factores de la problemática, aunque
no el principal, claro.
Existen otros factores que contribuyen a la problemática, aunque son de carácter
particular y por tanto son privativos de algunas escuelas nada más, como es el hecho de la
resistencia que se presenta a cambiar de método por parte de algunos maestros, en especial
por quien está próximo a jubilarse y no tiene un interés real en cambiar lo que siempre le ha
dado resultado, así sea no el óptimo sino únicamente pasable.
Tenemos también el hecho de que, cuando se opta por mandar los paquetes de libros
que contienen las Bibliotecas del aula, y que, según la Secretaría, deben estar dentro de
cada grupo con que cuenta la escuela, la misma Secretaría manda a imprimir ediciones
únicas, que hacen imposible para una escuela que creció en un grupo el siguiente ciclo,
contar con un material excelente que ayudará a fomentar la lectura de comprensión y a abatir
la falta de comprensión lectora.
Eso no es todo. Cuando se trata de lograr que más y más escuelas se inscriban a
programas como el del PEC (Plan Escuelas de Calidad), se les pide un proyecto donde se
asiente la problemática del plantel. Casi todos citan a la comprensión lectora y el proyecto se
acepta sin más, como si tratara de algo que no deriva de la falta de conocimiento del
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Pronalees. Se está echando dinero donde sencillamente no se conoce la normatividad oficial, y ese dinero con frecuencia se desvía, oficio previo y con el
consentimiento del encargado de Pec a nivel estado, a obras de infraestructuras que, aunque
son excelentes, no atacan el problema principal, que es la falta de conocimiento de la
normatividad por parte de los profesores. Es como darle un auto último modelo a un
conductor casi ciego.
Para contribuir al problema, tenemos el hecho de que en las Juntas de Consejo Técnico
de zona, donde los directores tienen oportunidad de intercambiar experiencias
enriquecedoras y que podrían reproducirse hacia los docentes, se enfocan únicamente a la
cuestión administrativa, dejando de lado el aspecto pedagógico, o sea, el que está orientado
a educar.
Otra cosa alarmante es que, a los maestros que laboran con el primer grado no se les evalúa cuando quieren entrar o promocionarse en Carrera Magisterial, que es el
programa de incentivos económicos de la Secretaría.
Además de todo esto, la Secretaría está mandando computadoras a las escuelas,
algunas incluso equipadas con cámaras web, pero no está enviando material de apoyo en
forma de programas que puedan ser utilizados para mejorar la comprensión lectora. Resulta
entonces que las computadoras permanecen en cajas guardadas por años y sin sacársele el
provecho para el cual están destinadas. Y si no están guardadas para que no se las quiten,
nadie las usa pues no hay programas adecuados que puedan ser utilizados en la educación
de los niños. No es que no hayan en existencia, lo que ocurre es que las escuelas no
cuentan con ellos.
Tenemos en conjunto, que la infraestructura y recursos con los que dispone la Secretaría de Educación Pública está siendo mal utilizada o subutilizada y con ello contribuye a fortalecer la problemática que resulta en la falta de comprensión lectora. Es decir, es parte del problema y lo quiere solucionar con aspirinas, cuando lo que le duele
es el corazón.
Ésta, a grandes rasgos, es la situación real. A continuación propongo la manera en que
se pueden organizar los recursos y la infraestructura para atacar de lleno el problema al
desaparecer la problemática que lo origina.
Bien sabido es que, un docente se mueve cuando tiene un interés en hacer algo, ya sea
de naturaleza económica ú otro.
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Propongo que, en vez de que a los docentes que trabajan con el primer grado se les
excluya de la evaluación de sus alumnos, se realicen visitas por partedel personal de Carrera
Magisterial que constaten in situ que se está llevando a cabo la enseñanza con el Pronalees.
Además que constaten que se esté utilizando el material didáctico concreto que es el
adecuado para la enseñanza en este grado. (Recordemos que en las escuelas existe
material educativo que no es utilizado y que incluso en los cheques de los docentes hay un
concepto que está destinado a la compra de material didáctico, además de los que les
provee el AGE, que es el apoyo a la gestión escolar, este último en dinero)
Esa sería una medida benéfica para los alumnos y no le costaría gran cosa a la
Secretaría de Educación, pues en diferentes fechas puede mandar al mismo personal para
llevar a cabo estas visitas, cuando menos en dos momentos del ciclo escolar.
Otra sugerencia es que a esta visita se le otorgue un valor en puntaje adecuado (En
Carrera Magisterial y en Escalafón anual) que motive al docente a adherirse al método oficial.
La respuesta sería abrumadora.
Otra sugerencia es que se edite un documento especial donde se ponga de relieve las
diferentes clasificaciones que coexisten en los documentos oficiales así como una forma de
articularlas para obtener buenos resultados. Esta medida puede muy bien estar a cargo del
Departamento Técnico Pedagógico que existe en la Sep a nivel estado , ya sea que se les dé
a los docentes de manera directa o a través de los Asesores Técnicos Pedagógicos con los
que cuenta cada Supervisión Escolar para que se reproduzcan ante los maestros frente a
grupo, en forma de cursillos donde se use este nuevo documento.
Esto tendría la ventaja de que los docentes conozcan por fin lo que anteriormente
ignoraban y con ello, que dediquen un tiempo de reflexión a rescatar lo bueno de su práctica
docente y desechen lo negativo.
Que el Plan Escuelas de Calidad no acepte como proyecto el que establezca que la falta
de comprensión lectora es la que reina en un plantel, sin previa averiguación de que se está
utilizando el método oficial, se esté utilizando material didáctico adecuado, y que vigile que
no se desvíen los fondos para realizar o comprar artículos que no estén relacionados
directamente con la falta de comprensión lectora. Tal es el caso cuando se autoriza por
ejemplo comprar tableros de básquetbol que no tiene nada que ver con el problema.
Cuando se detecte que la escuela no está cumpliendo, el mismo Pec puede pasar el
reporte al Departamento Técnico Pedagógico y de ahí organizar un cursillo donde se les
explique a los docentes el uso adecuado del Pronalees. Una vez que se dé el curso, el
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mismo Departamento Técnico Pedagógico emitiría una constancia al plantel para que pase
por los filtros del Pec, quien, a su juicio, aceptará o rechazará el proyecto anterior.
La edición de un libro especial donde se hable del método, así como los errores
comunes al aplicarlo, como puede ser que no se les permite en ocasiones al niño visualizar
una lámina en la pared cuando es eso precisamente lo que le ayuda a recordar. En este libro
se pondrían recomendaciones especiales que eviten que el niño se aleje de la lectura, como
puede ser el hecho de que se sugiera no poner a leer al niño como castigo, para que no
asocie la lectura con algo desagradable.
Que la Secretaría de Educación Publica no realice ediciones únicas de sus bibliotecas
del aula sino que deje ejemplares extras para las escuelas que lo requieran.
Hacer una labor de convencimiento entre los inspectores de zona para que hagan notar
a los directores las ventajas del método y que se premie, aunque solo sea de manera moral,
en las Juntas de Consejo Técnico a aquellas escuelas que presentan los mejores resultados
en cuestión de comprensión lectora y se muestre el nexo con el método que utilizan, lo que
evitaría lo que sucede ahora, y es que directores con maestros que utilizan el Pronalees y
que tienen resultados excelentes se sienten junto a otros que tienen maestros que no lo
utilizan y que ambos ignoren cómo lo está haciendo el otro, siendo obvio solamente para la
Supervisión, que, usualmente se lo calla.
El establecer, como atribución indiscutible de los directores de las escuelas, por ejemplo
en el reglamento interno editado por la Sep, que los maestros de primer grado sean
escogidos entre aquellos que tengan una licenciatura (sobre los que tienen normal básica
únicamente), tengan un nivel avanzado en Carrera Magisterial, (lo que presupone
preparación), y a los que presenten vocación y no estén en las proximidades de su jubilación,
para de esa manera obtener mejores resultados. Se permitirán excepciones, por supuesto, al
criterio del director.
Que cuando la Secretaría envíe computadoras a los planteles, además de verificar que
cuentan con un área adecuada, tal y como lo hacen actualmente, cree en sus oficinas en
México o mediante concurso, programas destinados a mejorar la comprensión en la lectura,
De esta manera, al igual que las computadoras llegan con el Windows precargado, también
se les puede añadir el software adecuado para la enseñanza de la lectura y escritura. (Y es
que el uso de computadoras no está contemplado en los Avances Programáticos actuales)
El poner a disposición de cada docente del país, a través de los Centros de
Actualización del Magisterio (donde se dan los cursos para Carrera Magisterial) un programa
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de computación donde venga integrada toda la normatividad oficial, con los contenidos de los
avances programáticos, con las recomendaciones didácticas que contienen los libros
oficiales, del maestro, de los ficheros de actividades, con la Ley General de Educación, con
el acuerdo 200, con el Acuerdo para la Modernización Educativa y demás, para que,
presentado a manera de cuestionario, el maestro se vaya adentrando a la normatividad y a la
comprensión de cómo se articulan los libros de apoyo, y con ello mejore de manera vertical,
la comprensión de su labor, lo cual acabaría con el siempre válido pretexto de que no se
cuentan con todos los materiales de apoyo dirigidos al maestro.
Al estudio de dicho programa, se le puede dar un puntaje en Carrera Magisterial de
acuerdo a las horas que un maestro lo utilice, aunque puede estudiarse otra manera de
propiciar su uso. Dicho disco compacto, con 500 preguntas cuando menos, sería utilizado
con mucha frecuencia dado lo útil que es para poder pasar con éxito el examen de
conocimiento de Carrera Magisterial del mes de marzo.
También propongo se estudien y eliminen las contradicciones de los diferentes
documentos oficiales (identificadas en el anexo) para darle coherencia a esa gran obra.
Que no se editen documentos express, como el Plan de estudios del 2000, que crean
aún más confusión, y que, antes de imprimirlos, se sometan a un estudio de coherencia con
la norma oficial.
Si se realizaran estas sugerencias el maestro que desee mejorar su situación económica
mediante su ingreso o promoción al programa de Carrera Magisterial, dejaría de refugiarse
en el primer grado, que es de importancia fundamental, para evitar la evaluación de su
desempeño pues sería el uso del método Pronalees y del material didáctico adecuado el
incentivo para adquirir un puntaje mayor que le facilite su entrada al programa, con el
beneficio consecuente para la comprensión lectora del grupo.
Cuando una escuela presente un proyecto al Pec donde se notifica que la comprensión
lectora es deficiente, se encenderán las alarmas y el Departamento Técnico Pedagógico
pondrá manos a la obra para actualizar a los maestros de dicho plantel, lo cual les permitirá,
además de abatir el problema al abrirle los ojos al docente acerca de algo a lo que no había
prestado atención, obtener recursos para mejorar su infraestructura en lugar de, por así
decirlo, tratar de tapar el sol con un dedo mientras se ignora el problema principal, que es la
falta de conocimiento del método oficial.
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Se lograría, en ediciones de los libros de apoyo de los próximos ciclos, el que los
documentos oficiales no se contradigan entre sí, poniendo en evidencia la falta de
coordinación de la Secretaría, la cual, aunque comprensible dado lo inmenso de la obra, es
perfectamente corregible.
Evitaría que salgan a la luz, ediciones express como la del Programa de estudios de
primaria edición 2000, que contiene errores imperdonables y que solo contribuyen a crear
confusión entre la planta docente con la que cuenta la Secretaría de Educación Pública.
De esa manera, la Secretaría ya no sería parte del problema sino de la solución. Se pondrían al alcance de los niños de los nuevos grupos y de las escuelas de nueva
creación, el acervo de las Bibliotecas del Aula que son tan útiles para acercar al niño a la
lectura.
Más y más maestros se inclinarían a adentrarse en el programa que estaría a su
disposición en los Centros de Actualización del Magisterio dado que les facilitaría a ellos su
mejoramiento económico y al país, maestros de excelencia.
El Departamento Técnico Pedagógico de la Sep tendría que ocuparse menos en paliar
esta falta de comprensión lectora con cursillos que solo muestran, lo que los documentos de
apoyo para el maestro ya contienen pero que nadie se mete a examinar. De esa manera,
sus energías se dedicarían a erradicar el problema de raíz.
PLAN DE ACTIVIDADES Concretando, las medidas a tomar son las siguientes:
.Que se evalúe a los maestros de primer grado en Carrera Magisterial y se les otorgue un
puntaje adecuado en el programa mencionado y en su ficha anual de escalafón como premio
por usar el método oficial.
.Que se edite un documento donde se expliquen la correspondencia entre las diferentes
clasificaciones de contenido de los materiales de apoyo dirigidos al docente.
.Que sea el Departamento Técnico Pedagógico de la Sep de cada estado el que tome en
sus manos la difusión y explicación del Pronalees a través de cursos a los docentes o
mediante los Asesores Técnicos Pedagógicos con los que cuentan las zonas escolares.
.Que el Plan Escuelas de Calidad no acepte sin estudio previo los proyectos de las escuelas
candidatas a ingresar donde la problemática presentada sea la de la falta de comprensión
lectora.
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.Que cuando se presente un proyecto que presente esta problemática, se notifique al
Departamento Técnico Pedagógico y sea éste el que se encargue de explicar a la escuela
candidata las ventajas del sistema. Este departamento emitiría una constancia que le permita
a la escuela replantear su proyecto ante el Pec, o modificarlo, a criterio de éste último.
.Que se edite un libro donde se explique de manera sencilla el método del Pronalees que
contenga tips sobre su uso adecuado y recomendaciones importantes para acercar al niño a
la lectura y evitar su alejamiento de ésta.
.Que la Sep no realice ediciones únicas de los ejemplares de la Biblioteca del Aula sino que
considere reimpresiones o tener los mismos de reserva para las escuelas que crecen o de
nueva creación.
.Que se sensibilice a los jefes de sector e inspectores hacia los beneficios del Pronalees, su
vinculación con la comprensión lectora o su falta cuando no se utiliza y se les haga notar que
otro método no está permitido, para que dejen de ejercer una tolerancia cómplice por
desconocimiento. Asimismo, que destaquen a las escuelas que se adhieren al uso del
programa oficial.
.Que se modifique el reglamento interno de la Sep para que sea atribución indiscutible de los
directores el asignar grados a los docentes (ya lo es, pero lo que no está claro son los
criterios que deben utilizar para hacerlo, en este caso, sería la preparación profesional de los
docentes, su nivel de carrera magisterial y la vocación que presenten para usar el método
oficial).
.Que la Sep mande programas adecuados para la enseñanza en el aula en las computadoras
que envía a las escuelas.
.Que en el ámbito nacional se ponga a disposición de los docentes, a través de los Centros
de Actualización del Magisterio, un programa que contenga toda la normatividad oficial,
incluyendo las demás materias y legislación vigente.
AUTOR: OJOS DE JAGUAR.