Concepto de Fantasia Uno

download Concepto de Fantasia Uno

of 30

Transcript of Concepto de Fantasia Uno

  • 7/24/2019 Concepto de Fantasia Uno

    1/30

    EL CONCEPTO DE

    FAN TASA,

    DESDE LA ESTTICA

    CLSICA A LA DIECIOCHESCA

    1

    Guillermo SERES

    Universidad Autnoma de Barcelona

    El concepto de fantasa, o imaginacin, com opintor interiordel alma figura

    ya en el

    Filebo

    (39 b), de donde arranca una larga tradicin:

    Scrates. - Acepta, entonces, la presencia en nuestra alma de otro

    artfice [adems del escribiente] al mismo tiempo. Protarco. -Quin? Sc-

    Unpintor que,despusdel

    escribiente,

    pinte en elalma lasimgenesde lo

    dicho.

    Pro.

    -Perocmo ycundo?

    Soc.

    -Cuandounhombre,tr s h berrecibido

    de la visin o de cualquier otro sentido los objetos de la opinin y de los

    discursos,mira, de alguna manera, dentro de s las imgenes de estos

    objetos.

    De las palabras de Platn se desprende que la fantasa es meramente una

    opinin proveniente de una sensacin, o a ella vinculada. En concreto, que la

    phantasia

    pinta en el alma las im genes [...] de la visin o de otra sensaci n ,

    o sea, el hom bre mira en s mism o las im genes de los objetos

    (ibd.).

    La

    fantasa, por lo mism o, es el artista que pinta en el alma las im genes

    (eikonas)

    de las cosas; imgenes que un poco ms abajo (40 a) son definidas como

    fantasmas (phantasmat). El tema central delFilebo, sin embargo, no es el

    con ocim iento, sino el placer; y si Platn se refiere al problem a de la fantasa (y

    de la me mo ria) es porqu e neces ita dem ostrar que deseo y placer no son posibles

    sin estapintura del alma. El fantasma, p uesto aq u bajo el signo del deseo y del

    placer, es un extrem o que no hay que olvidar. Las metforas delpintor interior

    1 La amp litud del tem a me ha forzado a elegir slo alguna s etapas clave de este recorrido

    histrico, aunque me he detenido ms en la primera y en la ltima. Asism ismo, he de confesar en

    seguida que he seguido principalme nte la tradicinnaturalista o, digamos, fisio-psicolgica, o sea,

    apena s me he adentrado en el terreno de las

    chimerae

    y otras derivaciones en mayor o menor medida

    fantsticas (neop latonism o, filosofa ocu lta, mag ia y cabala, misterios rficos, hermetism o, teologa

    potica.. .), salvo algn caso concreto (Llull, Ficino, Pico.. .). Tambin quiero indicar que he

    procurado reducir las notas y dems aportaciones documentales y eruditas a la mnima expresin,

    ya que la mayor parte de conceptos y ejemplos expuestos son harto conocidos.

    2 7

  • 7/24/2019 Concepto de Fantasia Uno

    2/30

    A.L.E.U.A. /10

    GUILLERMO SERES

    y la de

    la tablilla de cera

    del

    Teeteto

    (191 d-e) fundamentan la historia de la

    psicologa clsica a este respecto. Naturalmente, la fantasa, la imaginacin,

    bosqueja una imagen, digamos, estilizada, irreal, reelaborada a partir de las

    improntas depositadas en le memoria; es decir, no copia directamente, sino que

    reconstruye , por evocacin, lasspecieique entran por los sentidos y se imprimen

    en el

    almacn

    de la memoria. Cosa bien distinta es la opinin que le merece a

    Platn dicho proceso psquico (o sea, su vertiente tica), pues, precisamente

    porque depende de una sensacin, sujeta a la opinin individual y vinculada

    con las pasiones del alma, no es fiable, hay que relativizarla

    2

    .

    Abunda en ello en el

    Sofista,

    cuando dice que el pensamiento, la opinin,

    la imag inacin , son gnero s a los que les pue de afectar, en nuestras alm as,

    tanto la falsedad como la verda d (263 d). La opinin, contina, cuando no se

    presenta espontneamente, sino por la mediacin de la sensacin, tal afecto

    puede recibir otro nombre que no sea imaginacin

    [phantasia] "

    (264 a); as,

    esta pasin que designamos con la palabraphainetai [= yo imag ino] es una

    com binacin de sensacin y de opinin que pued e ser verda dera o falsa (264

    b). De forma que, si puede haber opiniones falsas, tambin las imgenes de

    stas provenientes pueden serlo. Ello es as porque la imaginacin, facultad

    intermedia entre el sentir y el pensar, momentnea y transitoria, no posee ni la

    evidencia de la sensacin directa, ni la coherencia lgica del razonamiento

    abstracto; su dominio es el

    parecer,

    no el

    ser.

    Un poco antes {Repblica, X, 602), haba diferenciado entre mimesis

    eikastiqu ym imesis fantastiqu. El artista, opina, pued e crear copias exactas

    {icsticas), que reproduzcan el contenido de la realidad sensible y, por tanto,

    limitarse a una intil duplicacin del mundo fenomnico, que slo imita las

    ideas; o bien puede crear simulacros inexactos y engaosos que, en el sentido

    de la mimesis fantstica, empequeecen lo grande y agradan lo pequeo, para

    engaar a nuestra vista imperfecta: entonces su obra aumenta la confusin en

    nuestra a lma, y est en un nivel inferior al del mund o sen sible. Por tanto, nunca

    unphantasma o un eidos, formado por la mimesis fantstica, que depende de

    una apreciacin subjetiva u opinin, podr reflejar una idea (innata y eterna ); s

    podr la mimesis icstica, aunque tenuem ente, duplicndola.

    En elTimeo(52 b) insiste diciend o qu e, a diferencia del acto de inteleccin ,

    que precisa una demostracin verdadera, no as la opinin. Esta, en tanto que

    fruto de la sensacin y canalizada por la imaginacin, slo es capaz de crear

    una segu nda realidad: parecida a la prime ra, pero depen diente de los sentido s ,

    de la que no podem os afirmar que sea testigo fiable de la verda d, pue s la

    2 De hecho, en el Filebo (38b-39c) pone en entredicho el proceso entero de aprehensin y

    representacin imaginaria mediante una descripcin vivsima: alguien ve de lejos una estatua

    grosera (sensacin), se interroga sobre ella (opinin) y se imagina ver a un hombre (Vanse,

    simplemente, Starobinski 1974, pp. 137-140 y Ross 1986, pp. 145-165).

    2 8

  • 7/24/2019 Concepto de Fantasia Uno

    3/30

    El concepto deFantasa desde la Esttica Clsica a...

    A.L.E.U.A. /10

    imagen [eidos]no le perten ece, ni siquiera lo que representa, sino que es com o

    un fantasma de otra realidad (52 c), por lo que es contingen te y relativa. En

    La

    Repblica

    reafirma (VI, 508 d) dicha contingencia de la fantasa (cf. Ross

    1986,

    pg. 56 ).

    As, las imgenes, segn Platn, son la primera seccin del mundo visible:

    Llamo imgenes en primer lugar

    l s

    sombras, luego

    los

    fantasmas

    (phantasmata)

    reflejados en el agua o en alguna superfice lisa y brillante, y al resto de

    representaciones del m ismo gnero [...] por lo que la imagen es al modelo lo que

    el objeto de la opinin es al objeto del conocimiento {Repblica, 510 a). Los

    fantasmas, por tanto, no son ms que el segundo acercamiento (de los cuatro

    posibles) al conocim iento del ser, al principio absoluto; no son ms que el

    intermediario entre la opinin y la inteligenc ia (511 d); no participan de la idea.

    Por todo ello, cuand o, ms abajo, qu iere echar a los poetas de la repb lica

    lo que en realidad pretende es expulsar a los representantes de la poesa

    imitativa (de la m ime sis fantstica ), pues la imitacin es el tercer grado de

    alejamiento de la idea: el poeta, como el pintor, se limita a trazar la simple

    imagen refleja de las cosas y de su apa rente realida d

    {Repblica,

    596 d), crea un

    mundo de mera apariencia (597 d-e). Segn l, los poetas desde H omero no han

    hecho ms que representar, fantsticamente, las imgenes reflejas

    {eidola)

    de

    la

    arete

    humana, pero sin tocar la verdad, por lo que no podan ser sinceros

    educa dores de homb res (600 e 5; cf. Ja eger 1974, pp . 767 -772 ). Y si el arte es

    imitacin de una apariencia

    {mimesis phantasmatos),

    tambin es, por tanto,

    produ ctor de una segunda aparien cia, de una imagen de la imagen {homoioma).

    Las nociones de

    pha ntasia, phantasma

    y

    homoioma

    subyacen , pue s, al concepto

    demimesis, ya que no la hay sino por y para la imaginacin (vase el detallado

    estudio de Bund y 1927, com pltese con Ruth Harvey 1976 y Agam ben 1977).

    La debilidad ontolgica de lo imaginario compromete al arte y lo apresa en la

    regin del no-ser y de la men tira. Por lo m ism o, la objecin fundamental contra

    la poesa (y, claro, contra la fantasa a aquella v inculada) es que no habla a la

    parte mejor del alma, la razn, sino a los instintos y a las pasiones, a los que

    espolea (603 c); la poesa, al imitarlo, acenta todava ms el sentimiento de

    dolor (o tristeza, etc.), la pasin o la emo cin que represen ta y que em barga al

    poeta. Con ello empuja al hombre (poeta o lector) a entregarse con toda

    intensidad a este afecto, en vez de acostum brar al alma a dedicarse a la cura de

    sus partes afectadas por el mal, por el sufrimiento o por la tristeza (604 c-d).

    Platn explica la tendencia de la poesa a gustar en toda su plenitud los

    sentimientos del dolor por su inters natural en la parte pasional de la vida del

    alma humana. De este modo, el poeta incapacita al alma para distinguir lo

    importante de lo que no lo es, pues unas veces, en tanto que cultivador de la

    m imesis fantstica, com o arriba recordaba, magnfica algunos objetos o pasio nes,

    otras los minimiza. Y este relativismo e imprecisin son, en consecuencia, los

    que demuestran que el poeta crea dolos y no reconoce la verdad.

    209

  • 7/24/2019 Concepto de Fantasia Uno

    4/30

    A.L.E.U.A. / 10

    GUILLERMO SERES

    Otro grave reproch e, asociado al anterior, es el de que la poesa corromp e

    nuestros juicios estimativos. Al escuchar el comportamiento pasional o las

    quejas de un hro e trgico, o al recrear en nuestra fantasa las im gen es que no s

    presta el poeta, sentimos goce y nos dejamos caer por entero en sus m anos. Lo

    seguimos arrastrados por el mo vimiento de sim pata de nuestros sentimientos y

    fantasa; e incluso ensalzamos como buen poeta a quien mejor sabe producirnos

    estas em ociones, pues la

    simpata

    es la esenc ia de todo efecto po tico (605 c 10

    d).Dicho en otros trminos: el ideal moral del hombre segn Platn se halla en

    abierta oposicin con los sentimientos poticos. De este modo, su concepcin

    no slo reprueba la fantasa (mera opinin relativizante), sino tambin la

    emocin que pueda comportar, por simpata, el efecto en el pblico. Rechaza,

    por lo tanto, losphantasmata y las em ociones derivado s de la poesa, porque

    am bos , al fin y al cabo (ora por la

    mimesis,

    ora por la

    simpata),

    dependen de la

    mism a facultad:

    laphantasia.

    Arist teles, por su parte(De anima,III,3;De m emoria et reminiscencia, 449

    b ss; Retrica, 1370 b), le sigue y le con tradice . Le sigue al afirmar que el

    sentido es la facultad capaz de recibir las formas sensibles sin la materia, al

    m odo en que la cera recibe la m arca del anillo sin el hierro o el oro

    (De anima,

    424 a); en el

    De memoria

    (450 a), a esta marca o impronta en la cera la llama

    dibujo

    (xographema).

    Le contradice cuando declara que la fantasa no puede

    ser reducida a una opinin, sino que es un m ov im iento proceden te de la

    sensacin, que es conducido despus a la fantasa, que puede producir el

    fantasma incluso en ausencia del objeto percibido (428 a).

    La fantasa es, por tanto, la facultad intermedia entre el sentido comn (o

    percepcin) y el intelecto o (o pensamiento), en tanto que participa de los dos.

    Todo conocimiento, viene a decir, deriva de las impresiones sensoriales; el

    pensamiento acta sobre ellas, ya cualificadas o sublimadas, tras haber sido

    tratadas y absorbidas por la fantasa. sta es la parte hacedora de imgenes,

    figurae,

    del alm a, la que realiza el trabajo de los proc esos m s elevad os del

    pensa m iento; de ah que el alma nunca piensa sin una imagen (sin unphantasma;

    De anima, 432 a 17); es decir: todo pensam iento se acom paa de fantasmas

    3

    .

    Antes ha dicho que la facultad cogn oscitiva piensa sus formas en im ge nes

    (431 b 2); o bien: No se pued e aprend er o enten der nad a si no se tiene la

    facultad de la percepcin; incluso cuando se piensa especulativamente se ha de

    tener alguna imagen con la que pen sar (432 a 9). La imagen es, en suma, el

    cuerpo sutil del pen sam iento , as com o la ima ginac in es el del alm a (Klein

    1980,

    pg. 76). Por lo mismo , es m edio sensacin y medio idea. Lo fantstico,

    3

    Ibd.,

    402 b - 403 a. Las percep cione s que aportan los cinco sentido s son, en primer lugar,

    tratadas y elaboradas por la facultad de la imaginacin, y son las imgenes as formadas las que

    cons tituyen el ma terial de la facultad intelec tual (Yates 19 74, pg . 48 ).

    210

  • 7/24/2019 Concepto de Fantasia Uno

    5/30

    El concepto de

    Fantasa

    desde la Esttica C lsica a...

    A.L.E.U.A. / 10

    por tanto, no hay que entenderlo como lo irreal, sino como lo intermediario

    entre lo anmico y lo sensible. Se diferencia de la sensacin precisamente en

    esto, en que es capaz de recre ar el fantasm a sin su intervenc in: La fantasa

    ser un movimiento producido por la sensacin en acto. Y como la vista es el

    sentido por excelencia, la palabra fantasa deriva de la palabra luz [phao s],

    puesto que no es posible ver sin luz. (De anima, 429 a). La imaginacin, por

    tanto,

    alum bra el interior de la m ente con su luz, pues esta facultad est tam bin

    henc hida de la luz que ilumina los objetos exteriores, y puesto que, a lo que

    parece , no existe cosa alguna separada y fuera de las mag nitudes sensibles, los

    objetos inteligibles [...] se encuentran en las formas sensibles [...]. De ah

    tambin que, cuando se contempla intelectualmente, se contempla a la vez y

    necesariamente alguna imagen, puesto que las imgenes son como sensaciones,

    slo que sin materia"

    (ibd.,

    429a, 432a ).

    Sin m ateria y sin tiemp o, puesto que el hom bre tiene necesidad de las

    imgenes para pensar en el tiempo lo que est fuera del tiem po (ibd.).La funcin

    del fantasma en el proceso cognoscitivo es tan importante, que se puede

    afirmar que es, en un cierto sentido, la condicin necesaria de la inteligencia;

    incluso llega a decir que el intelecto es una es pecie de fantasa (phantasia tis)y

    repite el axioma omnipresente en la epistemologa medieval que la Escolstica

    fijar en la frmula N ihil potest hom o intelligere sine pha ntasm ata (432 a

    17).

    Pero no acaba aqu la funcin del fantasma: tam bin interviene decisivamente

    en el sueo y en las tcnicas adv inatorias, pues en estos y otros cas os, la imagen

    se nos impone con una especie de espontaneidad, de autonoma, como alumbrada

    por una luz que le es propia. Valga este ilustrativo esquema

    4

    .

    lenguaje intelecto

    sensacin >FANTASMA

    ~ ^ > \

    ^- ^ mem oria, reminiscencia

    sueo y adivinacin param nesia, xtasis

    En colaboracin con la fantasa, la memoria, que, situada en la misma

    parte del alma que aqulla, funciona a modo de almacn de imgenes. Sera

    muy larga de explicar la diferencia entrephantasia eimaginado : algunos autores

    4 Agam ben 1977, pg. 89; puede com pletarse, entre otros, con las definiciones de los

    estoicos que poco menos que exhaustivamente ofrece Pigeaud 1983, en especial, la diferenciacin

    entre

    phantasia, phantaston

    y

    phantasticon

    (pg. 25.) Como he dicho arriba (nota 1), me centrar

    especialm ente en la concepcin natu ralista, o sea, en su mediacin cognoscitiva entre la sensacin

    y el intelecto.

    211

  • 7/24/2019 Concepto de Fantasia Uno

    6/30

    A.L.E.U.A. / 10

    GUILLERMO SERES

    las distinguen, indicando que a la imaginacin le correspondera retener lo

    percibido y a la fantasa unirlo o separarlo; otros no (por ejemplo Toms de

    Aquino); otros, por fin, desestiman la

    imaginatio

    (o la vinculan al

    sensus

    communis), concibiendo laphantasia como una rplica de la razn, puesto que

    es su fundamento (abajo lo amplo). En fin, quedmonos, de momento, con la

    sinonimia, pues este proceso y asignacin funcional de las potencias del alma

    (sentido comn, fantasa, memoria, entendimiento) estarn presentes, tcita o

    exp lcitam ente, con o sin ma tices, en la m ayora de formulacio nes filosficas o

    fisio-psicolgicas hasta el siglo XVII y, por supuesto, se tendr en cuenta a la

    hora de explicar estticamente los mecanism os de la imaginacin, invencin o,

    en definitiva, creacin artstica

    5

    .

    Las artes, en efecto, transfieren la realidad objetiva a formas irreales de la

    construccin imaginaria. De este modo, elmodeloartstico, verosmil, como hiptesis

    fantstica de la realidad, se consiente ho lguras y libertades muy espec iales, que no

    se puede permitir el modelo cognoscitivo realista. Esas licencias se orientan,

    sobre todo, a dos fines distintos: proveer, primero, un tipo de conciencia sobre la

    realidad, en sectores de la experiencia que son inasequibles para el conocimiento

    mediante sensaciones y percepciones orientadas al conocimiento racional; y

    segundo producir, un tipo de reacciones bajo formadeemociones y de sentimientos,

    en las esferas tica y esttica, que no podra activar nunca el conocimiento. Para

    ello, y a diferencia de Platn, A ristteles parte del presu puesto de que la poesa es

    til, es natural en el hombre, pues ste se deleita por naturaleza y aprende

    imitando, fantaseando; o sea, conoce po rl mim esis, queesel origen, el fundamento

    y el fin ltimo de su

    Potica:

    Sindo nos, pues, natural el imitar, as como la

    armona y el ritmo [...] desde el principio los mejor dotados para estas cosas,

    avanzando poco a poco , engendraron la poesa partiendo de las imp rovisaciones

    (1448 b). En esta ltima afirmacin no slo se ve un ataque a la concepcin

    platnicadela poesa como furor

    divino,

    adems se defiende la necesaria m ediacin

    de la fantasa, pues la literatura es imitacin, creac in de una realidad fantstica

    no necesariam ente realista. Se trata, pu es, de una definicin de poesa en relacin

    con la realidad y con el grado de fidelidad de la imitacin , no tanto de un modelo

    real como de un tipo y, sobre todo, de unas acciones ideales.

    5 Baste ver los trabajos de Av icena, Averroe s y toda la tradicin consiguien te que explican

    el proceso de

    denudatio,

    o sea, la progresiva liberacin de los accidentes materiales de la imagen

    hasta sublimarla conceptualmente o utilizarla artstica, poticamente. Sin estas premisas tericas

    no se puede explicar la mayor parte de la gran poesa med ieval (la trovadoresca, eldolce stil nouvo...)

    y sus derivacion es hasta el XVII. V ase, por ejem plo, elCanon (I, fen. i, doc . vi, cap . 5) de Av icena,

    donde se explica el preceso de

    purificacin

    o

    despojamiento

    del fantasma, de la imag en, desde el

    sensus communis hasta la facultad humana rationalis, pasanto por la virtus imag inativa, virtus

    cogitativa, virtus aestimativa y la conservativa et memorialis; de estas cinco facultades, los mdicos

    y filsofos posterio res (en tanto que unifican el

    sensus

    co n

    phan tasia

    y omiten la

    aestimativa)

    slo

    reconocen tres, pero confirman el proceso, que se ha cumplido entero cuando el alma racional

    puede serinformadap or el fantasma co mp letamen te puro : en el acto de inteleccin o contem placin

    la forma ya est desnuda. En general, puede consultarse Ruth H arvey 1976, pgs. 21-30 y

    passim.

    212

  • 7/24/2019 Concepto de Fantasia Uno

    7/30

    El concepto deFantasa desde la Esttica Clsica a... A.L.E.U .A. / 10

    Ahora bien, como la imagen, cauce de la imitacin, es mitad sensacin,

    mitad idea, necesita una base o fundamento mitad cuerpo y mitad alma: ese

    sustrato se hallaba ya en el

    neuma

    de los estoicos y en los espritus anim ales de

    las escuelas mdicas antiguas. Se consideraba que la imagen o fantasma, una

    vez reflejada en el espejo d el ojo, era transportad a por el

    neuma

    o

    spiritus,

    que

    es una suerte de intermediario entre el alma y el cuerpo que circula por la

    sangre; o lo que es lo mismo: el espritu era el instrumento del alma para todas

    las ope racione s de sta que con ciernen al cuerpo (cf., po r ejemplo, K lein 1980,

    pp.

    29-59 y Nardi 1984, pp. 135-172), el vehiculum animae que dir despus

    Alberto Magno

    (De somno et vigilia,

    I, 1, 7).

    Por todo ello, no ser extrao encontrar entre los filsofos naturales

    afirmaciones del tipo: el espritu animal engendra los cinco sentidos y emite, a

    travs de los ojos, elneumav isual que reflejar las im gene s de los objetos o de

    los fantasmas; se trata del

    spiritus lucidus,

    transportado por los nervios, que a

    este fin estn perforados. Se sola ilustrar la descripcin de su funcionamiento

    con la conocida imagen platnica de la transmisin de la luz solar (Repblica,

    VI, xix, 508 b-509 d): el alma poseedora de la verdad esencial alumbra los

    objetos contemplados intelectualmente de la misma forma que la luz del Sol

    ilumina los objetos reales.

    Con la bien hallada imagen del Sol, se resuelve la dificultad de tener que

    explicar un concepto espiritual (el funcionamiento de las facultades) con

    elementos materiales (espritus); adem s, como los espritus anim ales son

    los que encauzan y transmiten la percepcin sensible (son

    lucidi),

    la imagen de

    la luz solar deja de ser una imagen, pues segn la descripcin que despus

    ofrecern Aristteles y los filsofos naturales es estrictam ente literal, siendo la

    cavidad cerebral correspondiente el Sol de las cavidades interiores del hombre.

    Con lo que, adems se consigue dotar de realidad tangible a la

    phantasia,

    que,

    como hemos visto, el Estagirita haca derivar

    ephaos

    (luz), en tanto que era la

    encargada de encauzar las percepciones visuales, las imgenes, al intelecto; o

    sea, la encargada de alum brar la parte estrictamente racional, para que

    puedan ser c onte m plad os los

    phantasmata.

    En otras palab ras: la encarg ada

    de sacar a la luz las imgenes previamente depositadas en la memoria. Vale

    decir: de la misma forma que los ojos han menester luz y claridad para ver las

    imgenes y colores, as la fantasa tiene necesidad de luz all dentro en el

    cerebro, para ver los fantasmas que estn en la memoria. Esta claridad, como

    dice Aris tte les, no la da el sol ni el candil ni la ve la, sino los esp ritus v itales

    que nacen del corazn y se distribuyen por todo el cuerpo (De anima, 432 a).

    De esta forma, tambin logra relacionar directamente (mejor dicho,

    fisiolgicamente ) la luz fsica, la del sentido de la vista, con la de la fantasa,

    pues am bas, en tanto que ligadas al

    sensus com munis,

    son

    espirituales,

    es decir,

    se sirven de los mismos medios o conductos: los espritus y los nervios. Los

    fantasmas,

    las im ge nes, as, no son ms que una suerte de espritus su tiles. Por

    213

  • 7/24/2019 Concepto de Fantasia Uno

    8/30

    A.L.E.U.A. / 10

    GUILLERMO SERES

    lo tanto, del mism o modo que la imagen es el cuerpo sutil del pensam iento, la

    imaginacin lo es del alma; incluso se lleg a utilizar la denominacin

    phantastikn neuma

    (Nemesio de Emesa,

    De natura himinis,

    I) o

    spiritus

    phantasticus.

    No pudo ser de otro mod o, pues si la imag en es m edio sensacin

    y medio idea, necesitaba una base o fundamento mitad cuerpo mitad alma; la

    phantasia

    ser, as,

    indumentum animae

    (al decir, por ejemplo, de Hug o de San

    Vctor,

    De unione corporis et spiritus,

    en PL, vol 177, cois, 285 ss.).

    El espritu, pues, sera la frontera entre el alma y el cuerpo, mediara

    (segn Alberto Magno,

    De somno et vigilia,

    III, i, 9) entre la perce pcin animal

    y la razn anglica, de forma anloga a como el hombre es el puente entre el

    ngel y la bestia. De ambas p rem isas se deduc e que el espritu, fa fantasa, es lo

    propio del hombre, en tanto que participa de la sensacin y de la idea: el

    hombre, as es el animalis phantasticus por excelencia (corrobrese tambin,

    v.g., con Santo Tom s, Summ a, I, 76, 7, 2), porque los

    phantasmata

    que

    cogita

    son instrumentos imprescindibles para la posterior co ntemp lacin intelectual y

    elaboracin de universales, ya que subliman las sensaciones (y percepciones)

    intelectualmente. El homb re, por lo mism o, utiliza las imge nes, transportadas

    por los espritus, para formar ideas y conceptos; alumbra con la fantasa, en

    suma, su parte racional, su entendimiento (cf. Pigeaud 1983). La fantasa (o

    sea, la m editacin del espritu

    lucidus,

    o lumin oso ), por ello y hasta el XVII, es

    considerada esencialmente como intermediaria del conocim iento, esto es, como

    vnculo entre el objeto y el concepto, y, forzosamente, entre lo particular y lo

    universal, entre el cielo (alma racional) y la tierra (el cuerpo)

    6

    .

    Tal como ocurra en la Antigedad, en la Edad Media ser definida desde

    los puntos de vista gnoseolgico y moral (vase, por ejemplo, Du Cange 1886

    s. v. phantasia).

    Desde el prime ro, valga la definicin de Tom s de Aq uino:

    Phantasia est thesaurus formarum per sensum acceptarum {Summa,

    I, q. 78 , a.

    4); desde el segundo (a travs de Orgenes, el primero en definir los sentidos

    interiores), sirva la de Ramn Llull, quien, sin negar a Sto. Toms ni la

    necesidad de los fantasmas para el conocimiento, afirma que, a diferencia de la

    sensacin, la imaginativa s puede

    miltiplicare chimaeras.

    Por ejemplo, con su

    libroPhantasticus, Llull ilustra la acepcin tica, norm al en la Edad M edia, de

    la fantasa como

    phan tasma, spectrum, vana visio, imago ,

    e incluso

    vanitas;

    el

    verbophantasiari valdr, pues , por hacer funcionar la imag inacin en el terreno

    de las chimaerae

    1

    . Nocin que no es nueva, pues, como hemos visto en el

    6 La nocin devinculus la desarrolla, ms tarde Pico della M irndola, a partir de Aristteles,

    De Coelo, 289; del Ps. Aristletes,De spiritu, I , 48 1, y de Plotino,Ennadas, IV, iv, 45 : Verum

    inter terrenum corpus es caelestem anirni substantiam

    opusfuit medio vinculo,

    quod tan distantes

    naturas invicem copularet; huic muneri delegatum illud tenue et spiritale corpusculum, quod et

    medici et philosophi spiritum voc ant (Pico 1942, pg. 270).

    7 Adem s de en elPh antasticus, Llull tambin hab la de ello en otros libros, v.g., en el Lber

    de Lamen tatione Philosophiae ( en R. Lulli Opera Latina, VII, 113), donde dice que la sensitiva

    non potest multiplicare chimaeras ; s, en cambio, la imaginativa {apud Badia 1991 , pg. 46).

    214

  • 7/24/2019 Concepto de Fantasia Uno

    9/30

    El concepto de

    Fantasa

    desde la Esttica Clsica a...

    A.L.E.U.A. / 10

    esquema aristotlico, hay que tener en cuenta otra acepcin de

    phantasia

    relacionada con las visiones, apariciones, sueos premonitorios, etc. Pero no

    voy a entrar en ello; slo indicar que un precedente muy importante es el

    comentario de Macrobio al Sueo de Escipcin, incluido enDe re publica de

    Cicern, com pilador, sabido es, de tantas tradiciones

    8

    .

    No obstante, la mayora de escritores se acoge a la descripcin psquica (o

    sea: fisio-psicolgica). As, la nocin delphantasma, asociada , por ejem plo, a

    la imagen de la dama grabada o pintada en el corazn (cf. Mancini 1988), se

    encuen tra en el amo r cortes, eldolce stil novo,el petrarqu ismo , el neoplatonism o

    del Renacimiento y del Barroco. Recon vertida, o sea aligerada del neo platonismo

    y de la carga fisio-psicolgica, tambin figura en el ocultismo del XVIII, el

    Romanticismo y la poca moderna.

    Dicha concepcin, siguiendo el orden cronolgico, permite explicar la

    mayor parte de poemas del dolce stil nouvo y sus derivados posteriores hasta

    Petrarca; v.g., el poema XCIV (vv. 1-4) del

    Canzoniere

    del aretino:

    Quando giugne per gli occhi al cor profondo

    l'imagin donna, ogni altra indi si parte,

    et le vert che

    1 anima

    comparte

    lascian le membra, quasi immobil pondo.

    O sea, la imagen, el fantasma, dominante ( donna ) desaloja a las dems,

    y los espritus que la transportan a la fantasa ( le vert ) acaparan toda la

    atencin del sujeto, que dan do el resto de m iem bros inertes (o inerm es= qua si

    imm obil po ndo ). El proceso psquico de recreacin en la fantasa de la imagen

    vista o recordada, es, pues, central, axiolgico, puesto que el ejercicio potico

    consiste en la descripcin de su origen, sus patgenas manifestaciones y su

    transcripcin figurada. Se trata, casi (o sin el casi), de un cuadro clnico y de

    una recreacin filosfica. Ello es as porque la imagen es, en ltima instancia,

    material, sangunea, espiritual; tambin es emocionalmente indisoluble de la

    sensacin o aprehensin originaria (vanse los trabajos de Klein 1980, pp. 30-

    59,Nardi 1984, pp . 9-124 y Bruni 1988). Se establece, por tanto, una continuidad

    real entre

    fantasa

    e invenc in (o recreaci n) literaria: amb as son etapas de un

    proce so iniciado en la sensacin o em ocin ; los lmites de la fantasa coinciden

    con los de la po esa. Po r lo que al final de suComm edia {Paraso, XXXIII, 142)

    afirmaba Da nte: A ll'a lta fantasa qui m anc [=le faltaron las fuerzas] po ssa .

    Y ms si tenemos en cuenta que, segn los parmetros averrostas, el amor (u

    otra pasin) se asienta en la parte del alma d on de, segn la doctrina aristotlica,

    8 Esta teora del sueo ser posteriorm ente retomad a por los neop ltonicos y concep tualizada

    en el spiritus phantasticus, especialmente, por Ficino, Pico o Bruno . En general, vase el clsico

    trabajo de Patch 1956, con la adicin de Lida de Ma lkiel,

    La visin del trasmando en las literaturas

    hispnicas,

    esp. pg. 419.

    215

  • 7/24/2019 Concepto de Fantasia Uno

    10/30

    A.L.E.U.A. / 10 GUILLERMO SERES

    estn la memoria y la imaginacin, es decir, en el alma sensitiva, o sea en la

    comunicacin entre el corazn y el cerebro.

    He citado a Dante y Petrarca porque nos permitirn entender mejor a

    Garcilaso, mximo representante de nuestro clasicismo (soneto VIII):

    De aquella vista pura y excelente

    salen espirtus vivos y encendidos,

    y siendo por mis ojos recebidos,

    me pasan hasta donde el mal se siente:

    ntranse en el camino fcilmente

    por do los m os, de tal calor movidos,salen fuera de m como perdidos

    llamados d'aquel bien que'st presente.

    Ausente, en la memoria la imagino;

    mis espirtus, pensando que la van,

    se mueven y se encienden sin m edida;

    mas no hallando fcil el camino,

    que los suyos entrando derretan,

    revientan por salir do no hay salida.

    Est estableciendo, como Cavalcanti, como Petrarca, una continuidad

    entre

    visio

    (los cuartetos),

    cogitatio

    o recreacin fantstica en ausencia (los

    tercetos) y creacin literaria. Obsrvese que en los tercetos, el fantasma de la

    amada, conducido por los espritus sanguneos, quiere servir de cuerpo sutil de

    la imaginacin, m ediante el calor que los enc iend e (v. 11) y sublima, con lo

    que se consigue la recreacin espiritual (o sea, neu m tica ) de la imagen . No

    obstante, s i leemos atentamente comprobaremos cmo el poeta intenta

    imaginrsela impulsando los espritus para que transporten la imagen a la

    memoria y a la fantasa, que, segn seguan creyendo en su poca, ocupaban

    ventrculos contiguos, (v. 10); pero no lo logra (v. 14). La descripcin de todo

    el proceso im aginativo-espiritual es, precisam ente, el poem a (su

    inventio);

    o sea,

    se sigue dando la continuidad fantasa-creacin que arriba veamos en Petrarca.

    No obstante, como apunta en sus Anotaciones Fernando de Herrera, la

    ima ginac in o fantasa est vincu lada al alma sen sitiva, por lo que no sirve para

    la contemplacin de universales ni para representar las ideas (por ejemplo, la

    de belleza, o la de amor); o mejor dicho: ha de ponerse al servicio de la

    contemplacin intelectual

    9

    .

    9 Es la fantasa potenc ia natural del nima sensitiva, y es aquel mo vim iento o accin de las

    imgenes aparentes y de las especies impresas. Tom nombre griego de la lumbre, como dice

    Aristteles, porque el viso, que es el ms aventajado y nobilsimo sentido, no se puede ejercer sin

    lumbre;

    y porque as como la lumbre y claridad

    [...]

    muestra las cosas que rodea e ilustra, as se

    muestra la fantasa mesma.Tulio lo interpret viso, Quintiliano visin y los modernos imaginacin

    [...] . Esta se engaa m ucha s veces y se confunde en error ms que los sentidos inferiore s.

    Y por sta

    se representan de tal suerte en el nimo las imgenes de las cosas ausentes, que nos parece que las

    vemos con los ojos y las tenemos presentes. Y podemos fingir y formar en el nimo verdaderas y

    falsas imge nes a nuestra v oluntad y arbitrio, y estas imgen es vien en a la fantasa de los sen tidos

    exteriores"

    (Gallego Morell 1973, pg. 88-89).

    216

  • 7/24/2019 Concepto de Fantasia Uno

    11/30

    El concepto deFantasa desde la Esttica Clsica a... A.L.E.U.A. /10

    Al decir de Platn, por tanto, este tipo de goce fantstico del amor (y su

    recreacin potica) es, meramente, una opinin, no es esencial o ideal. A la

    fantasa, como mucho, le compete una funcin ancilar: proporcionar imgenes

    para la posterior formacin de conceptos o universales que reflejen, bien que

    parc ia lmente , nociones idea les

    1 0

    . No as para los rep rese ntan tes del

    Neoplatonismo, que acortaron la distancia entre la fantasa y el entendimiento

    con la nocin de ratio. En efecto, para Ficino o Bruno, el pincel de la fantasa

    est hecho de luz interior (recurdese

    laphaos

    aristotlica) que ilumina las visiones

    de nuestros sueos o las img enes d epositadas en la mem oria. Esta luz inv isible

    e incorprea, inmaterial y emanada de nuestra alma, es la sustancia espiritual

    arriba mencionada. Ficino (a travs de Proclo, Porfirio y otros) enumera

    distintos tipos de luz interior o fantstica: la de Dios, la de los ngeles, la

    racional, etc., hasta la luz solar de todos los das; y establece una trabada y

    gradual relacin entre ellas, pues, al fin ya al cabo , todas participan de la luz del

    espritu universal, del alma del mundo. La diferencia con Platn radica en que

    la luz con que la fantasa pinta las figuras mentales es la misma que la del alma

    racional, con lo que hermana as fantasa y razn.

    Dicha concepcin tendr plena vigencia, como deca, hasta el siglo XVII.

    Empezar a derrumbarse a partir de Descartes, quien publica, adems del

    Discurso del mtodo, elTratado de las pasiones (Les passions deVame, 1646)

    y, un poco ms tarde, J. Locke su

    Ensayo sobre el entendimiento humano

    (1690), que van a suponer no tanto un giro copernicano de la cuestin cuanto

    una aproximacin filosfica y esttica distintas. Aunque diferentes, ambas

    obras arrancan de presupuesto muy parecidos. En ambas se rechaza la esencia

    platnica y se sustituye por la fuerza c onstitutiva del pen sam iento: el sujeto se

    concebir com o creador de la realidad, en tanto que la aprehender a partir de

    los contenidos de concien cia; ya sea m ediante el

    cogito

    cartesiano, ya mediante

    el sensismo lockiano. En ambos se elimina el carcter participado (platnico)

    del conocim iento hum ano y se subraya el papel originante del acto de sentir y

    de percibir, que sustituyen prog resivam ente al acto de ser, a la esencia, pues la

    unidad e identidad delsujeto cartesiano radican en elacto,loc kiano , de percibir

    las propias sensaciones. Sujeto y acto de conciencia reemplazan, pues, a la

    esencia y a la idea innata. En palabras de Paul Hazard (1963, pg. 225), la

    revolucin intelectual y esttica cons istira en ver elaborarse el pens am iento

    humano y ver edificarse, al mismo tiempo, las creencias que permiten al

    hombre tener una vida feliz, con la conciencia de que no hay nada, ciencia

    moralidad, arte, que no venga de sus propias operaciones .

    10 Lan se, si no y por ejemplo, las palabras del preceptista Lpez Pinciano: No atiende la

    imaginacin a las especies verdaderas,

    mas finge otras nuevas, y acerca deltas obra de mil maneras:

    unas veces, las finge simples; otras, las compone;ya finge especies de montes que nunca fueron; ya

    de las especies del monte y de las del oro hace un monte de oro; ya del oro hace un coloso, y ya un

    animal que tenga cabeza de ho mbre , cuello de caballo, cuerpo de ave y cola de peceporque abraza

    las especies pa sadas, presentes y futuras" (I, pp . 48-49)

    217

  • 7/24/2019 Concepto de Fantasia Uno

    12/30

    A .L .E .U .A . /1 0

    GUILLERMO SERES

    En las obras citadas, Descartes considera que el hombre est com puesto de

    dos esferas: la superior, que alberga a la razn, y la inferior, dominio de las

    pasio nes, provo cadas p or lo que captan los sentidos. El arte, la esttica ( razn

    inco nsc iente la llama el francs), se situara en la interseccin form ada po r la

    esfera superior (idea o inspiracin artstica) y la inferior (estmulo y

    m aterializacin d e esa idea en objeto artstico). Ob srvese qu e, al igual que

    Aristteles, ambas secciones no son compartimentos estancos, sino que hay

    una continuidad psquica: el artista asum e plenamen te la sensacin, la pasin, y

    la canaliza estticamente (vase Garin 1989, pp. 148-157).

    Locke, por su parte, divide las ideas en simples y complejas; las primeras

    son aque llas que no prod ucen en el espritu ms que una sola im age n (II, ii,

    2);representan todo el material de que dispone nuestra mente; a partir de ellas,

    componindolas a voluntad,

    el espritu forma ese universo maravilloso que

    cada uno lleva dentro de s (descarta las que l llama ideas fan tsticas , II,

    xxx , 1). Las ideas com plejas son com bina cion es de ideas simp les reunid as y

    unidas en un nom bre general (II, xxx, 3), por lo que parece que la mente

    hum ana goza de alguna sue rte de libertad para formar esas ideas complejas [...]

    la cuestin entonces estriba en saber cules de esas combinaciones son reales y

    cules son nicamente imaginarias. En saber qu colecciones de esa ideas estn

    de acuerdo con la realidad d e las cosas y cules no lo estn {ibd.).La solucin,

    claro, es evide nte: las ideas [com plejas] no son reales sino en la medida en

    que son combinaciones de ideas simples realmente unidas y que coexisten en

    las cosas que estn fuera de nos otros . Por el contrario ,son fantsticas aquellas

    que estn formadas de tales colecciones de ideas simples que realmente nunca

    han estado un idas, nunc a se han encon trado jun tas en ning una su stancia [...]

    debem os tenerlas nicam ente como ideas ima gina rias (II, xxx, 5).

    Sean o no reales, lo que nos importa, de momento, es que considere al

    hom bre capaz de com binar a su volun tad las ideas simples; en tal sentido, sigue de

    cerca elTratado de las pasiones de Descartes, quien afirma (arts. XX y XX VI):

    Cuando nuestra alma se aplica a imaginar alguna cosa que no existe,

    como en representarse un palacio encantado [...]

    las percepciones que ella

    tiened e estascosas dependen principalmented e lavoluntad quehace que

    ella lasperciba

    [...] As, a menudo cuando se duerme, y tambin a veces

    estando despierto,

    seimaginatan fuertementeciertascosas,que cree verlas

    ante s

    o sentirlas

    en sucuerpo,

    aunque no estn all.

    Lo explica Descartes por la accin de los espritus animales en el cerebro

    y por el funcionam iento de una glndula, tambin cereb ral, que perm ite fantasear:

    Cuando se quiere imaginar alguna cosa que nunca se ha visto, esta voluntad

    tiene la fuerza de hacer que la glndula se mueva de la manera que se requiere

    para impulsar los espritus hacia los poros del cerebro por cuya abertura esta

    cosa puede ser representad a (art. XL III).

    218

  • 7/24/2019 Concepto de Fantasia Uno

    13/30

    El concepto deFantasa desde la Esttica C lsica a...

    A .L .E .U .A . /1 0

    Ni que decirse tiene que Descartes no habla de la voluntad en el sentido

    esco lstico, pues nues tras pasiones no pueden ser directame nte excitadas ni

    anuladas por la accin de nuestra voluntad (XL V), sino que casi todas van

    acompaadas de alguna emocin que se produce en el corazn, y, por

    cons iguiente, tam bin en toda la sangre y los espritus, de suerte que, hasta que

    esta emocin haya cesado , perman ecen p resentes en nuestro pensam iento de la

    misma manera que los objetos sensibles estn en l presentes mientras obran

    sobre los rganos de nuestros se ntido s (XL VI). Com o se pued e ver, y arriba

    indicamos al hablar de las dos secciones humanas, la explicacin funcional de

    lo fantstico y lo em otivo no est dem asiado alejada de la circulacin espiritual

    (neumtica)

    de la fisiologa clsica; s difieren en la conciencia individual

    aadida: la voluntad de representar el objeto en la fantasa (parte superior del

    hom bre), o la de asociarlo em ocionalm ente con alguna pasin (porcin inferior).

    Retomemos a Locke, pues igualmente encontramos en l esta defensa de

    la capacidad de fantasear del almahumana: Es misin de la mem oria proporcionar

    a la mente aquellas dormidas ideas de que tiene necesidad; tenerlas dispuestas

    para todas las ocasione s consiste lo que llam amo s invencin y fantasa (II, ix,

    8).Cosa bien distinta es la realidad o irrealidad del conocim iento, pues existe

    algo ms extravagante que la imaginacin del cerebro humano? Dnde existe

    una cabeza que no tenga una quim era ? (IV, iv, 1). Pero , habida cuenta de que

    somos dueos de las

    voluntarias

    com binaciones de las ideas simples, las visiones

    de un entusiasta y los razonamientos de un hombre sobrio sern igualmente

    ciertas. Nada importa cmo sean las cosas: ser suficiente con que un hombre

    observe el acuerdo de sus propias imaginaciones, y con que hable de manera

    convincente, para que todo sea verdad, para que todo sea cierto

    (ibd.)

    Cosa bien

    distinta es para qu le sirve todo este bon ito cono cimien to de la imag inacin

    [...] al hom bre que pregunte por la realidad de las cosa s?

    (ibd.)

    P ero, al m enos,

    reconoce la capacidad individual de crearlas mediante la combinacin de

    recuerdos, emociones, o am bo s .

    Y, claro, por aqu plasma su desacuerdo tanto con los conceptos platnicos

    de entusiasmo y participacin en la divinidad (IV, xix, 6 ss.) cuanto con el

    aristotlico

    de fantasa:

    Qu mejor camino puede existir para conducirnos a

    los errores y desvarios m s extravaga ntes que el tom ar la fantasa com o la gua

    suprem a y nica

    [...]?

    La fuerza de nuestras persuas iones no constituye ninguna

    11 De hecho, una vez desacreditada la platnica participacin del alma en la divinidad, esta

    capacidad es la principal funcin del alma, porque la psique humana es, segn Locke , cognoscible

    a travs de los patrones asociacionistas de acuerdo con los cuales convertimos nuestras percepciones

    sensoriales en ideas... tanto ms cuanto que para los asociacionistas el alma no es ms que el

    agregado de las percepciones de los sentidos materiales transmitidas a la conciencia [...]. He aqu

    anticipada [...] la idea romntica de que la naturaleza es alma visible, y el alma es naturaleza

    invisible (Sebold 1989, pgs. 14-15).

    219

  • 7/24/2019 Concepto de Fantasia Uno

    14/30

    A.L.E .U.A. /10

    GUILLERMO SERES

    prueb a de su pro pia rectitud (IV, xix, 11), pue s la luz, la verdadera luz en la

    mente es [...] la evidencia de la verdad de una proposicin [...]. Hablar de

    cualq uier o tra luz [clara referencia a la

    phaos

    aristotlica] en el entendimiento

    significara sumirnos en las tinieblas o situarnos bajo el poder del Prncipe de

    las Tinieb las (IV, xix, 13). Vale decir: hem os pasado de la fantasaoiluminacin

    como participacin en la luz csmica, de Ficino o Bruno, a la iluminacin

    individual: la conciencia del sujeto tiene su propia luz (sensacin-percepcin)

    y, por tanto, juzga por s misma. En dos palabras: el individualismo sensista,

    unido al cogito cartesiano.

    Locke, al menos, dej bien claras la capacidad y la libertad combinatorias

    de la imaginacin humana para formar ideas reales o irreales (fantsticas); para

    crear una realidad propia, que ya no est, como anteriormente, al servicio del

    concepto o del arquetipo. La Fantasa ya no esancilla intelecti,sino un instrumen to

    con que la parte racional (anglica) pueda contemp laropued a formar unive rsales;

    o sea, el

    phantasma

    ya no es un intermedio en tre lo particular y lo universal.

    Com o consecu encia, a partir del siglo XV III parece que esa necesidad imp eriosa

    de formar universales no sea tan perentoria, sino que se tiende a individualizar

    las imgenes; o, al decir del profesor Sebold, a dinam izarlas : en la anacren tica

    de Melndez se nombran el odo y la vista, y estos sentidos, junto con el tacto

    y el gusto, contribuyen a la representacin de una naturaleza d inmica y viva,

    todo ello debido a la observacin sensualista lockiana (1977 , pg. 44). Sentir,

    por tanto, significa que el sujeto tiene conciencia de la sensacin, es decir,

    sentir vale por sentirse. El sujeto no se concibe nicamen te com o inteligencia,

    sino que se descubre com o un comp lejo de sentimientos y de imge nes, solas o

    asociadas con aqullos; sentimientos e img enes qu e, en much os casos (apuntar

    Lo cke), son contradictorios y falto de lgica. Lo ilgico de algunas co mbinaciones

    de la fantasa, sin embargo, no la descartan como facultad creativa.

    Sin embargo, en seguida hay que decir que en la primera parte del siglo

    XV III m ucho s autores redujeron la fantasa (por ese mism o peligro de falta de

    lgica?) a labores subsidiarias: embellecer, deleitar, adornar; otros la dotaron,

    precisamente por su vinculacin con la emocin y su capacidad de recrear

    men talmente las imgen es, de un papel protagnico ; con todo, la diferencia de

    planteamientos entre unos y otros es gradual. Entre los segundos, destaca

    Joseph Addison y sus Placeres de la imaginacin (1712). A diferencia de

    De scartes, Addison establece tres porciones en el ser hum ano: la razn, la parte

    sensual y pasional (a excepcin de la vista) y la imaginacin, intermedia entre

    las dos (ntese que ya la con ceptu aban as a partir de A risttele s). D ada su

    situacin intermedia, explorar los placeres de la imaginacin valdr por hallar

    las causas por las que ciertos objetos m ueve n fuertem ente n uestras pasio ne s :

    lo bello, lo grande y lo singular. Procediendo de tal mo do, estaba poniend o los

    fundamentos de tres claves estticas que desarrollar el Romanticismo, a saber:

    lo bello, lo sublime y lo pintoresco, respectivam ente.

    22

  • 7/24/2019 Concepto de Fantasia Uno

    15/30

    El concepto de Fantasa desde la Esttica C lsica a... A.L.E.U.A. / 10

    S e g n A d d i s o n , u n o d e l o s m e c a n i s m o s b s i c o s ( e n r e a l i d a d , s u m x i m o

    l o g r o ) p o r e l q u e l a i m a g i n a c i n n o s d a t a l e s p l a c e r e s e s e l d e l a e v o c a c i n ,

    a s o c i a c i n d e i d e a s o c o n c e p t o s e n l a f a n t a s a :

    Po d e m o s o b se r v a r q u e u n a so l a c i r c u n s t a n c i a d e lo q u e y a h e m o s v i s t o

    r e c u e r d a a v e c e s u n a e sc e n a e n t e r a d e i m g e n e s , y d e sp i e r t a i n n u m e r a b l e s

    i d e a s q u e a n t e s d o r m a n e n l a i m a g i n a c i n [ . . . ] . E n c i n d e s e n u e s t r a

    imaginac in , y s in pensa r lo nos l l eva a c iudades o t ea t ros , l l anuras o p rados

    [ . . . ] y la memoria de esto da nuevo rea lce a l de leyte que le caus e l or igina l

    [ . . . ] . En vano se r inves t iga r s i e l pode r de imagina r cosas ex t raas p rocede

    de m ayo r pe r fecc in en e l a lm a [ . . . ] . Lo c i e r to e s qu e un g rand e e sc r i to r d ebe

    habe r nac ido con e s t e pode r en toda su fue rza o v igor ; de sue r t e que sea

    capaz de rec ib i r i deas v ivas de los ob je tos ex te r io res , de re t ene r l a s por

    mucho t i empo, y de combina r l a s cuando se o f rezca en aque l l a s f iguras y

    r e p r e se n t a c i o n e s m s a p r o p s i t o p a r a h e r ir la i m a g i n a c i n d e l l e c to r

    1 2

    .

    E l o t r o f u n d a m e n t o d e l a f a n t a s a e s s u c a p a c i d a d p a r a r e o r d e n a r o

    r e c o m p o n e r l a r e a l i d a d o s u r e c u e r d o , p u e s p o d e m o s r e t e n e r , a l t e r a r y c o m p o n e r

    l a s i m g e n e s r e c i b i d a s , y f o r m a r d e e l l a s c u a n t a s p i n t u r a s y v i s i o n e s a g r a d e n

    m s a l a f a n t a s a

    1 3

    . E l p o e t a e s t e s p e c i a l m e n t e d o t a d o p a r a e l l o , s i e m p r e , c l a r o

    q u e n o i n t e n t e a v e n t a j a r a l a n a t u r a l e z a ( p p . 1 9 1 - 1 9 3 ) :

    C o m o l a i m a g i n a c i n s e p u e d e s i e m p r e f i g u r a r c o sa s m s g r a n d e s ,

    nu eva s o be l l a s que l a s ya v i s t a s , y ha l l a r a lgn de fec to en lo ya v i s to , l os

    poe ta s ti enen e l a r t e de l ison jea r l a en sus ideas enm en da nd o y pe r fe cc ion ando

    l a n a t u r a l e z a c u a n d o d e sc r i b e u n a c o sa r e a l , y a u m e n t a d o n u e v a s b e l l e z a s

    que las que hal lan en la na tura leza cuando descr ibe una cosa f ingida [ . . . ] . El

    po e ta [ . .. ] e l ige los v i en tos y tue rc e e l cur so de los r os , enc am in nd olo s con

    toda l a va r i a to r tuos idad que con temple ms de l i c iosa a l a imaginac in de l

    l ec to r . En una pa labra , t i ene en su mano e l mode lo de l a na tu ra l eza , y puede

    da r l e los encan tos que gus te ; con t a l de que no l a r e fo rme demas iado y ca iga

    en absurdos por que re r aven ta j a r se a e l l a .

    12 Pg. 179-182; ntese que lo que plantea no es ms que el desarrollo y nueva con cepcin de

    la reminiscencia de A ristteles (v.g.,De mem oria et reminiscencia, 452a) reelaborada por Descartes

    en su concepcin m ecanicista de la mem oria; vase cmo el francs ex plica la funcin de los espritus

    animales que recorren el cerebro en busca de los surcos que dej el objeto que querem os recordar en

    suTratado de las pasiones, art. X ( Cmo se producen los espritus animales en el cerebro )-XVI,

    XX -XX VI, etc.; especialmente el art. XX I, donde se refiere a las imag inacione s , que no pueden

    ser puestas en el nmero de las acciones del alma, y no proceden sino de que los espritus, siendo

    diversamente agitados y encontrando las huellas de diversas impresiones en el cerebro, toman en l

    su curso fortuitamente por ciertos poros antes que por otros. Tales son las ilusiones de nuestros

    sue os (pg. 17); y las evocaciones fortuitas, reminiscen cias o asociaciones de ideas.

    13 En otras palabr as, una vez tengam os registrados en la mem oria los objetos, la imag inacin

    tiene una doble funcin: o bien se encarga de representarlos cuando estn ausentes, actuando como

    mem oria; o bien los com bina y dispone forman do a s com posicion es que le plazcan . Add ison afirma

    que la imaginacin no slo est limitada a recomponer imgenes recordadas de la naturaleza, sino

    que es capaz de crear mund os nuev os al mo strarnos person as que no se hallan en ella. Disting ue, as,

    el mundo de la poesa del mundo de la experiencia y, por tanto, establece implcitamente una

    diferencia entre la verdad potica y la filosfica (Raqu ejo, en Addison 1991 , pg s. 68-6 9).

    2 2 1

  • 7/24/2019 Concepto de Fantasia Uno

    16/30

    A.L.E.U.A. / 10

    GUILLERMO SERES

    A esta capacidad se refiere Jovellanos (y valga la intromisin), a quien

    tanto influy Addison, en su Tratado terico-prctico de la enseanza (1801),

    en ocasin de criticar poem as cuyos autores no han cono cido que en el

    lenguaje de la poesa la imaginacin ocupa el lugar y ejerce los oficios de la

    razn, y aunqu e recibe de sta el fondo de sus ideas, se encarga de colorirlas y

    de engalanarlas; no han conocido qu e esta facultad sab e tom ar de la naturaleza

    las bellezas de unos objetos para

    transportarlas

    a otros, y

    adornarlas,

    inventar

    formas e imgen es para represen tar las ideas ms abstracta s (198 7, pp. 20-2 1).

    Vuelvo a Addison para confirmar que, segn l, ambos presupuestos

    estticos (evocacin y reordenac in de lo evocad o) se com binan perfectamente

    y pueden (tal como ya vimos tambin en Aristteles) ser encauzados por la

    palabra; siendo ellos, adems, los que fundamentan la libertad, originalidad y

    subjetivismo del poeta y del lector: en la descripcin nos lo pinta [el objeto] el

    poeta libremente, y como ms le agrada; y nos hace ver diversas partes, a las

    cuales no atendimo s, o no estaban al alcance de nuestra vista al mirarlo [...] el

    poeta nos puede dar de l una idea ms compleja o excitar solamente las ms

    aptas para herir la ima gina cin (pg. 176).

    Tales facultades deberan tender, segn sus propias palabras, a hacer que

    la fantasa lograse complementar las obras de la naturaleza y las del arte,

    aunq ue siempre aqulla supe rar a ste, pues las obras de arte pod rn p arecer

    algunas veces tan bellas o singulares [lo larvadam ente pinto resco] com o las de

    la naturaleza; pero nunca tendrn aquella desmedida grandeza e inmensidad

    que transporta el alma al contemplar las de la naturaleza (Ibd.). O sea, las

    naturales son grandes (sublimes) y singulares (pintorescas). Pese a ello, a

    rengln seguido afirma que hallam os, sin em barg o, ms agradables las obras

    de la naturaleza cuanto m s se parecen a las artes, porq ue en este caso el placer

    nace de un principio dob le: del agrado q ue los objetos causan a la vista, y de la

    semejanza a otros objeto s (com prese con la mim esis de Aris tteles,

    Potica,

    IV; y, abajo, con Burke).

    An se puede citar un texto de Jovellanos en que parece seguir los

    planteamientos ltimos de Addison. Me refiero a las clebres Reflexiones

    (1789) sobre Las Meninas de Velzquez, donde subraya aquella subjetividad

    del artista, su capacidad para ver, mediante la luz de su fantasa, lo que el

    hombre normal no ve. Aqu parece defender Jovellanos, a la vez, el aspecto

    icstico (o sea, la mimesis, como Luzn) y el fantstico, pues, viene a afirmar

    que si lo icstico causa ms admiracin, lo fantstico, ms deleite; 'por lo que,

    dedu cimo s, el arte perfecto debera albergar amb os aspectos. A rengln seguido

    parece desmentir esta solucin de compromiso para decir que la naturaleza

    vence al arte; sin embargo, un poco ms abajo toma partido por lo fantstico:

    No por esto [o sea, por su mimesis icstica] diremos que Velzquez no

    alcanz aquel don de exp resin que pertenece a la parte sublime y filosfica del

    arte. Cmo sin l hubiera dado a sus cuadros tanto movimiento y tanta

    222

  • 7/24/2019 Concepto de Fantasia Uno

    17/30

    El concepto de Fantasa desde la Esttica Clsica a...

    A.L.E.U.A. / 10

    v iv eza ? . Co n e l do n de ex pre s i n se re f ie re a la cap ac id ad de em oc i on ar (o

    s e a , d e h e r i r l a im a g in a c i n c o m o d i r a Ad d i s o n ) , q u e p r e v a l e c e so b re l a

    be l leza idea l . En l t ima ins tanc ia , p red ica que e l a r te , de a lgn mod o , t rans fo rm a

    la na tu ra leza a t ravs de la imag inac in . Se co r robora cuando ms aba jo hab la

    de que Ve l zqu ez es t hac ien do una im i tac i n de lo inv i s ib le , que es lo que

    m s adm ira de l bo ce to : D e l [de V e lz qu ez] se d ice que l l eg a p in ta r has ta lo

    que no se ve , es to es , has ta lo qu e se ve m s b ie n con e l esp r i tu q ue con los o jos

    [ . . . ] y s i hay mag ia en la p in tu ra , s in duda que n ingn p ince l fue ms mg ico

    que e l de Ve lzquez .

    Obv iamente , e s ta mag ia es la misma que Addison conf ie re a l poe ta en e l

    te rce r p r ra fo , al a f i rmar que p in ta lo que no hay en la na tu ra leza , o sea , lo

    que s lo encuen t ra en su imag inac in ; f ru to , e so s , de sensac iones an te r io res ,

    e v o c a c io n e s o a s o c i a c io n e s , o s e a , d e c o m b in a c io n e s d e f a n t a s m a s . Co m p re s e

    c o n lo q u e M . H. Ab ra m s (1 9 7 4 , p g . 2 8 5 ) d e n o m in a t e o r a m e c n ic a d e l a

    invenc in po t ica , o sea , l a he renc ia ps ico lg ica y es t t ica ca r te s iano- lock iana

    re c o g id a p o r H u m e , Ge ra rd y o t ro s : La s im g e n e s s e m u e v e n s ig u i n d o s e

    una s a o t ras c ruz and o por e l o jo de la m en t e . S i e l la s vu e lve n en e l m ism o orden

    espac ia l y tempora l [ . . . ] t enemos la memor ia . Pe ro s i l a s imgenes n teg ras

    [ . . . ] vue lven en un o rden d i fe ren te , o tambin s i pa r te s segmentadas de d ichas

    im g e n e s s o n c o m b in a d a s e n u n to d o n u e v o q u e n u n c a e s tu v o p r e s e n t e a l o s

    s e n t id o s , t e n e m o s l a f a n t a s a o im a g in a c i n .

    Co m o i l u s t r a c i n d e e s t a s p a l a b ra s , y p a r a c o t e ja r lo c o n Ad d i s o n , o ig a m o s

    a Co n d i l l a c , q u e c o n c ib e l a f a n t a s a c o m o u n c o m p le m e n to d e l a v e rd a d , p u e s

    le a s igna una func in , de nuevo , subs id ia r ia , aunque de s igno d is t in to a la que

    ten a has ta e l s ig lo XVII :

    L'imagination a sur-tout les agrmens en vue, mais elle n'est pas

    oppose la vrit.

    Toutes ses fictions sont bonnes lorsqu'elles sont dans

    V analogie de la nature, de nos connoissance s ou de nos prjugs; mais des

    qu'elle s'en ecarte, elle n'enfante plus que des idees monstrueuses et

    extravagantes. C 'est la, je crois, ce qui rend cette pense de Desp raux si

    just e: Rien n 'es t beau que le vrai; le vrai seul est aim able. II doit rgner par-

    tout, et mme dans la fable , (Boileau, Epitre IX, 43-44). En effet,

    le vrai

    appartient la Fable:

    non que les choses soient absolument telles qu'elle

    nous les reprsente, mais

    parce qu'elles les montre sous des images claires,

    familires, et que, par consqu ent, m ous plaisent, sans nous engager dans

    l'erreur

    (1973, pg. 149).

    Pon iendo por te s t igo a Bo i leau , l a fan tas a se l imi ta , o deb ie ra l imi ta r se , a

    a lumbra r ( recurdese , de nuevo , l a e t imolg ica de f in ic in de Ar is t te les ) y a

    c o m p le m e n ta r la v e rd a d . Co n s c i e n t e , e s o s , d e s u p o d e r e m b e l l e c e d o r , d e s u

    c a p a c id a d p a r a o rd e n a r d e n u e v o l a s s e n s a c io n e s r e c o rd a d a s , l a s im g e n e s

    evocadas (pg . 148) . En los pasa jes s igu ien tes , y a pa r t i r de la mx ima de

    Boi leau , ins i s te en que e l comet ido , subs id ia r io , de la fan tas a e s , bs icamente ,

    e m b e l l e c e r l a v e rd a d .

    223

  • 7/24/2019 Concepto de Fantasia Uno

    18/30

    A.L.E.U.A. / 10 GUILLERMO SERES

    En otra obra suya, el Tratado de las sensaciones tam bin lo apun ta: la

    imaginacin aproxima las ms distintas [ideas], cambia el orden que tenan en

    la m em oria y forma con ellas una cadena totalm ente nu eva [...] . En virtud de la

    imaginacin, las ideas se enlazan de mil maneras diferentes, y con frecuencia

    se recue rda m enos el orden en el cual experim ent sus sensaciones q ue aquel en

    que las imagin (1963, pg. 83). Ntese que de nuevo la prerrogativa que le

    reserva a nuestra facultad es la de reordenar, recom pon er y enlazar diversam ente

    las sensaciones, las emociones y las imgenes, aunque siempre partiendo

    (aristotlicamente, diram os, aunque tamb in es una de las claves de A ddison)

    de las imgenes referidas a la realidad.

    As, la realidad , lejos de ser desca rtada, es el referente, m ediato o inm ediato ,

    para aqu ilatar el may or

    o

    menor deleite conseguido m ediante su com plemen taria:

    la fantasa. Por ello, ms abajo establece una correlacin gradual, sin solucin

    de continuidad, entre sensaciones, fantasa, reflexin, etc. La capacidad de

    fantasear, com o vem os, est entre la m em oria y la reflexin; no est c laram ente

    diferenciada, ni funcional ni estticam ente. No en bald e, en elEssai la diferencia

    se limita a que la fantasa con serv e la perce ption m m e , m ientras que la

    m emo ria, n'e n conserve que le nom ou les circonstan ces (pg. 121). O sea:

    fantasear supone, meramente, recordar ms vivamente.

    Tam bin esperbam os enco ntrar en el Muratori de laFuerza de la humana

    fantasa

    (1743) una defensa a ultranza de la facultad, pero sus p lanteamientos

    estticos se quedan ms ac que los citados. La definicin y caractersticas se

    corresponden, bsicamente, con las citadas, aunque ms bien nos recuerda el

    Thesaurus

    de Sto. To m s: Fantasa es aquel arsenal en que se recoge n y

    aprehenden las especies de una infinidad de cosas, que sirven despus de

    m ateria para los pensam ientos. [ . . .], en ella especialmente consiste el comercio

    del alma con el cuerp o . Ello se debe a que la fantasa (habida cu enta de que es

    el com ercio entre alma y cuerpo) es pod erosa m otriz de nuestro cuerp o, a

    causa de la comunicacin que con el corazn y con todos los nervios tiene

    nuestro celebro (Ibd.).

    Lo ms interesante es la derivacin hacia el utpictura poesis horaciano de

    la capacidad expresiva del poeta mediante la mimesis fantstica (pgs. 270-

    275):

    La pintura es una poesa hecha con colores [...]. El saber un poeta

    imaginar y pintar bien algn objeto o alguna accin proviene de su vivaz

    fantasa, [pintar] con ideas sensibles lo abstracto y sutil de las doctrinas

    [...] con gracioso estilo potico, hijo tambin de la fantasa, teniendo en tal

    asunto atento y divertido al lector con lo admirable y nuevo [...]. Es de

    maravillar del mismo modo el poeta que sabe imaginar vivazmente los

    sucesos, ya verdaderos o ya fingidos, y como si los viese con sus propios

    ojos,

    los describe circunstanciadamente, de modo que experimentis aquel

    mismo placeromovimiento interior que si los vierais pintados en un cuadro

    de Tiziano.

    224

  • 7/24/2019 Concepto de Fantasia Uno

    19/30

    El concepto de

    Fantasa

    desde la Esttica Clsica a...

    A.L .E .U.A. /10

    T ambi n s e adh i e r e a l a p r e r r oga t i va f an t s t i ca de combi na r o r eo r dena r

    los r ecuerdos ; pero cuando se t r a ta de ha l l a r conceptos (en e l s en t ido bar roco ) ,

    la fantas a vu elve a su con dicin d eancilla intellecti'

    4

    . De sem ejantes at r ibucione s

    ( la var iac in y nueva d i spos ic in de los aprehendido por los sen t idos ) parece

    do t a r l a B ur ke ( [ 1757] 1987 , pgs . 11 - 12 ) :

    La mente del hombre posee una especie de poder creativo de por s,

    representando a su antojo imgenes de cosas en el orden y segn la manera

    en que fueron recibidas por los sentido s, o com binan do aqu ellas imge nes de

    una nueva m anera y segn un orden diferente. Este poder se llama imaginacin;

    y a ella perten ece tod o lo que llama m os ing enio, fantasa, inven cin, y lo que

    se le parece . Pero hay que tener en cuenta que tal poder de la imag inacin es

    incapaz de producir nada absolutamente

    nuevo;

    slo puede variar la disposicin

    de aquellas ideas que ha recibido de los sentidos. Ahora bien, la imaginacin

    es la provincia m s extensa del placer y del dolor [...] de nuestros mied os y

    esperanzas, y de todas las pasiones que estn en conexin.

    Has ta ahora , todo parece acorde con lo d icho y , c la ro , con l a r emota

    mimes i s i cs t i ca . No obs tan te , hac ia e l f ina l de l l ib ro asume con v igor inusua l

    de defensa de l a m im es i s f an ts t ica , que ha ce co in c id i r con l a s im pa t a

    pot ica que condena P la tn . O sea , s e basa en l a emocin , que no compor ta

    semejanza , para def in i r los e fec tos de l a poes a , con lo que desmiente l a mala

    i n t e r p r e t ac i n de l ho r ac i ano

    Ut pictura poesis

    ( com pr es e con L es s i ng 1985 ,

    p p .

    151-157 y

    passim).

    Pa r te para e l lo de l a desc r ipc in ho m r ic a de E lena ;

    des c r i pc i n que , p r ec i s a m en t e po r q ue no e s mi m t i ca , nos a f ec t a muc ho

    m s ,

    pue s , a di fe ren cia de la pin tura , la m is i n de la po es a y de la retr ic a

    cons i s te en a fec ta rnos ms b ien median te l a s impat a que median te l a imi tac in ;

    mos t ra r , espec ia lmente , e l e fec to de l as cosas en l a mente de l que habla , o de

    los o t ros , que dar una idea c la ra de es tas m ism as co sa s (pg . 129) . En t a l

    sen t ido , Burke se a le ja r a de l a v i sua l i zac in de Addison y , en genera l , de l a

    t enden c i a de a s oc i a r i ma g i nac i n con i n t ens i dad v i s ua l ; de f ende r a , en cam bi o ,

    l a p rog res iva t ende ncia a subray ar e l pod er de evocar sensac iones , espec ia lm ente

    emot ivas , de penet ra r por s impat a en los sen t imientos a jenos .

    Como se puede aprec ia r , con e l d i scur r i r de los aos se va t endiendo hac ia

    l a concepc i n

    sentimental

    del ar te , es to es , se va a i r red uc ien do al m n im o su

    funcin mimt ica y subrayando su capac idad de susc i t a r evocac iones y a fec tos

    en l a mente de l l ec tor : s impat a , t e r ror , emocin . . . ( comprese con

    De lo bello

    y lo sublime,

    1764 , de Ka nt ) . No mu y a le jado (aunq ue en pro de r epre sen tar l a

    14 A sil o declara en

    Della perfetta poesa (1821.,

    II, pg. 21): Indizio di grande ingegno il

    trovar bellissime e nuove similitudini [...]. E queste somiglianze poi dall ' intelletto ritrovate

    [...]

    da noi si vogliono chiamare immagini intellettuali o ingegnose, a differenza delle immagini della

    fantasa: non gi perch la fantasa nulla serva a'intelletto nel ritrovamento e nell 'unione delle

    simiglianze, ma perch'e pi propia dell ' intelletto ci par questa operazione [...]. La fantasa a lu

    rep pres enta gli oggetti fra loro diversissimi lontani; egli [...] ne reccoglie quanto veramente v 'h ad i

    som igliante fra loro [...] e solam ente corre per gli ogge tti com presi nella fanta sa (cf. Ma ero

    1989, pg. 306 y

    passim).

    225

  • 7/24/2019 Concepto de Fantasia Uno

    20/30

    A .L .E .U .A . /1 0

    GUILLERMO SERES

    belleza ideal) se muestran Sir Joshua Reynolds en sus

    Discourses

    (1769-70) y

    otros tantos crticos ingleses (no puedo pormenorizar; la explicacin de la

    teora de los crticos ingleses puede verse en Wellek

    1969,1 ,

    pp. 117-139 y en

    Carnero 1983).

    Tambin se podra convocar aqu a Diderot, que lleva al extremo dicha

    concepcin de la poesa, del poeta. As, en Le Rev de D'Alambert (1769) la

    imaginacin se presenta com o capaz de percibir analogas superiores a las de la

    pura asociacin. La funcin de la fantasa no es nicamente la de reordenar,

    reelaborar o embellecer las imgenes depositadas en la memoria, sino que

    afirma que al poeta las imgenes le sobrevienen de modo impredictible e

    inexplicable, como resultado de la emocin que en aquel momento le asalte.

    Defiende, por ello, las asociaciones originales del creador y afirma que dichas

    asociaciones, si no verdaderas, s son reales, proque se originan en el interior

    del poeta, que pue de sentirlas y asumirlas con una emo cin may or que la que le

    pud ieran produ cir las imp resiones directas de los sentido s. De hec ho, el criterio

    de grandeza potica viene aquilatado por la intensa emocin que experimenta

    el individuo. En poesa y en cualquier arte, una

    idea,

    lejos de ser mero dato

    sensorial, ha de transformarse en emo cin, no en con cepto. Es la otra cara de la

    fantasa, la que vimos que rechazaba Platn: la emocin, la simpata (a las que

    hay que aso ciar toda la esttica de los sublime y dem s categ oras), ya las sienta

    el poeta, ya intente conseguir ese efecto en el lector.

    Ello tambin lo posibilita, retomo a Burke, el hecho mismo de que la

    poesa se haga con p alabras, (o sea, que no sea una arte plstica) pu es (y aqu el

    ingls vuelve al principio clave), m edian te las palab ras, pod em os hacer

    combinaciones que posiblemente no podem os hacer de otros m odo s . M erced a

    ellas, la fantasa (y emocin) del autor, y del lector, puede evocar, connotar

    conc eptos o ideas (lo ejemp lifica con M ilton). En el fondo , late el subjetivismo

    que hemos visto en Diderot y que tan bien supo expresar David Hume en su O f

    the Standard ofTaste (175 7): La belleza no es ningun a cualidad de las cosas

    mismas. No existe ms que en la mente del que las contempla . O las premisas

    de Edward Young en sus

    Conjectures on Original Composition

    (1759), donde

    subraya la necesidad del individualismo y originalidad del poeta; de sus

    palabras se deduce que lleva ms all una de las ideas clave que hasta ahora

    hemos manejado: la imaginacin del poeta deja de ser facultad combinatoria y

    constructiva para hacerse creadora de otro mundo (bien es cierto que pocos

    defienden en la Inglaterra de su tiempo tal concepto).

    La otra idea, la progresiva defensa de la emocin respecto de la visualizacin,

    tambin tiene sus geniales continu ado res; valga citar a Lessin g, que, como h ar

    luego Blanco , retoma el ejemplo hom rico de Bu rke: Lo que Hom ero no poda

    describir en sus partes constitutivas nos lo da a conocer por medio de sus

    efectos. Oh poetas, pintadnos el deleite, la emocin, el amor, el xtasis que la

    belleza causa y habr is pintado con ello la belleza mism a (pg. 152).

    226

  • 7/24/2019 Concepto de Fantasia Uno

    21/30

    El concepto deFantasa desde la Esttica C lsica a...

    A .L .E .U .A . /1 0

    Herder (y en general el

    Sturm und Drang)

    a ese poder de la poesa lo

    denomina

    energa,

    con lo que quiere indicar que aqulla permite expresar no

    slo acciones sucesiva s, sino tambin cuerpo s, im gen es, pintu ras: S por

    Ho m ero que el efecto de la poes a es [...] sobre la imaginacin [...] Por eso la

    opongo a la pintura . Represe h abra que subrayarlo en que es la primera

    vez que se desliga de la fantasa una de sus componentes: la imagen, la

    pin tura (o sea, la mim esis icstica), reducin dola a la otra: la emocin.

    Poesa es efecto so bre nuestra alma o energ a . De aqu a decir que la poesa

    no es imitacin de la naturalez a, sino, com o harn los rom nticos , imitacin

    de la divinidad creadora, denominadora , no hay ms que un paso. As, para

    Herd er, el poeta es segu ndo creador,

    potetes,

    hacedor .

    Antes de seguir adelante, quiz valdra la pena ver plasmada, muy

    sucintam ente, porque no es el tema del trabajo, la evolucin de algunas de estas

    cuestiones en algunas poticas esp aolas. Pero an tes volver a citar el influyente

    Dalla Perfetta Poesa Italiana (1703) de M urato ri, muy anterior a la Fuerza de

    la humana fantasa (escrita en 1743) y que tanto influy en Luz n y en los

    posteriores. A unque el italiano desde un principio establece una clara diferencia,

    como hemos visto, entre imgenes intelectuales e imgenes de fantasa (en la

    lnea de Vico), al final acepta la existencia de un tipo mixto que encaja muy

    bien con los presupuesto romnticos. Por pasos: el primer tipo de imagen

    corresponde ms o menos al concepto moderado barroco, en el que el nexo

    entre lo real y lo figurado mantiene una relacin lgica; el segundo, las

    fantsticas, carecen de relacin lgica entre sus trminos reales e imaginarios,

    suscitada tal carencia por la construccin metafrica y por lo inusitado de la

    relacin entre los trm inos . Con todo , la operacin imp ortante es la intelectual:

    appartien prima all 'intelletto, o vogliam dir all 'inge gn o, il ritrovar simiglianza

    fra gli oggetti; e su questo fondamento poscia pu la fantasa appoggiare le

    imm agine su e (Mu ratori, 1821 II, pg. 24). Sin em bargo, las imgenes que

    encuad ra en el tercer tipo, las verisim ili alia fantasa (por ejemplo, decir que

    un arroy o se enam ora del florido terreno por el que disc urre ), ricono scon o

    pi evidentem ente essere dalla fantasa, la quale insieme

    unisce due opi immagini

    ver o naturali, per formare una nuova che mai naturalmente non stata,

    ne pu

    essere o apparire all ' intelletto (ibd.,pg. 207).

    Represe en que este tercer tipo es el reflejo potico de la funcin esttica

    atribuida por otros tericos (Addison, Condillac, Burke...) a la fantasa. Adems,

    M uratori tambin asigna a la fantasa com o facultad otra caracterstica ya vista: la

    emocin, pues el italiano parte del anlisis del sentido, del sentimiento, de la

    pasin y del afecto como origen de la fantasa, derivando, de este modo, hacia

    planteamientos romnticos, tambin anunciados con el concepto seudoplatnico

    de sim pata por Bu rke. Apunta que el afecto o la pasin dan la suficiente

    verosim ilitud a las imgenes fantsticas: Si formano queste dalla fantasa allorche

    esse com mo sa de qualche affetto unisce due diverse imm agini sem plici e naturali,

    227

  • 7/24/2019 Concepto de Fantasia Uno

    22/30

    A.L.E.U.A. / 10

    GUILLERMO SERES

    e da loro una figura o un essere differente da quanto la reppresenta il sen so (II,

    pg. 255). Imgenes qu e, claro, siguiendo a Muratori, no aprueba L uzn:

    La tercera manera [de imgenes] es cuando la fantasa se usurpa las

    riendas del gobierno y manda despticamente el alma, sin or los consejos

    delentendimiento.Pero, semejantesimgenes,hijasdeuna locaydesenfrenada

    fantasa, en las cuales todo es falsedad, desordenyconfusin, no caben en la

    poesa, ni aun en los discursos de hombres de sano juicio, dejndose slo

    para los que, o dormidos suean, o calenturientos desvaran, o enloquecidos

    desatinan. (1977, pg. 246)

    Por lo que decide hablar slo de las dos prim eras especies de im gen es,

    esto es, de las que forma el entendimiento solo o la fantasa guiada por el

    enten dim iento (a regln seguido ). Lo que no es bice para que a continuacin

    el aragons, siguiendo a Addison, haga corresponder cada tipo de imagen con

    las tres claves estticas de ste: lo sublime corresponder al primer tipo, la

    belleza al segundo y lo singular o extraordinario al tercero, o sea, a las

    imgen es quimricas o fantsticas. Pero no olvidemos qu e Addison no ex hortaba

    al poeta a copiar, sino a perfeccionar la naturaleza a travs de la imaginacin,

    el igiendo de aqulla lo ms grande, bello y extrao, y combinndolo,

    emotivamente, mediante la asociacin y la evocacin de su fantasa. Como se

    ve,

    no deja de apostar por la m ime sis, pues imitaci n d e la natura leza no

    quiere decir reproduccin realista de cualquier cosa que exista en el mundo

    natural o hum ano (Carnero 1983 , pp . 19-20). Pero , claro, Ad dison, al aceptar

    el pleno protagonismo de la fantasa (es decir, al no asignarle una funcin

    meram ente ancilar), va ms all de concepto de mim esis de Muratori o Luzn ,

    que subrayaban la preeminencia del entendimiento.

    A partirdeesta polaridad entendimiento/fantasa se puede m edir el progresivo

    alejamiento de la norma neoclsica en los posteriores preceptistas, poniendo

    como raseros el mayor o menor grado de imitacin de la naturaleza por la

    intervencin de la fantasa, siendo sus lmites la imitacin pa rticularyla universal

    (o icstica y fantstica). Desde Luzn, podramos citar a Burriel (1757), Esteban

    de Arteaga (1789), Santos Diez Gonzlez (1793), Francisco Snchez Barbero

    (1805) y Juan Francisco Masdeu (1826). Quiz el ms firme defensor de la

    imitacin fantstica sea Arteaga, el ms cercano a Luzn, Burriel; Masdeu y

    Snchez Barbero son ms eclcticos. Pero, como digo, es gradual; desde, digam os,

    el naturalismo (icstico) hasta la modificacinoperfeccionamiento de la naturaleza,

    o sea, hasta valga de m om ento el concepto la idealizacin por la fantasa. El

    ms osado a este respecto es Arteaga, que establece cuatro escalones mimticos;

    el ltimo consiste en dotar al original de atributos ficticios sacado s de fbulas

    recibidas o de la propia imaginacin

    15

    .

    15 Pg. 54; Rudat

    (1971,

    pg. 106) da en el clavo al afirmar que Arteaga coinc ide con H arris,

    Diderot y Lessing en su oposicin a la frmula horaciana utpictura poesis sostenida por la esttica

    neoclsica, especialmente Batteux, quien identificaba poesa y pintura . Vale decir: no quiere

    hacer equiparable la mimesis con la reproduccin (cf. Checa 1991, pp. 42-43 y

    passiin)

    228

  • 7/24/2019 Concepto de Fantasia Uno

    23/30

    El concepto de

    Fantasa

    desde la Esttica Clsica a...

    A.L .E .U.A. / IO

    Para le lo a l avance de l a mimes i s i cs t i ca , e l de l r e f l e jo de l a impres in (o

    impacto) que en l a sens ib i l idad de l escr i to r t i ene l a na tura leza ; o sea , l a

    cons i de r ac i n de l a emoc i n como e l emen t o e s t t i co f undamen t a l . Se t i ende

    cada vez ms a va lorar e l p roceso fan taseador de l a r t f i ce en e l p roceso de

    creac in ar t s t i ca , c la ro r e f l e jo de l empuje de l s ensua l i smo y re lac ionado con e l

    paso de una po t ica prece pt iva a o t ra es t t i ca . Vale dec i r

    fantstica

    en el do ble

    s en t i do : i mag i nac i n y emoc i n .

    Ar teaga , c i t ando a Locke y Condi l l ac , apunta que hay que supl i r l as

    ca r enc i a s de l a na t u r a l eza con l a r eo r denac i n de s ens ac i ones y evocac i ones

    que pe rm i te l a f an tas a : Yo no soy esc la vo de l a im i tac i n [ . . . ] , po seo una

    imaginac in con l a cua l d i spongo en un c ie r to modo de todo e l un iver so [ . . . ] ,

    pe r f ecc i ono a l a na t u r a l eza , me l evan t o sob r e e l l a ( pg . 136 ) . D i ez G o nz l ez

    tam bin ap unta que tod o po eta ti ene l iber tad de usar de l a f i cc in t am bin en

    e l sen t ido vu lgar de f ing imiento o cosa puramente idea l , que s lo ex i s te en su

    m en t e ( pg . 7 ) .

    Todos e l los , a lo que se ve , ap l i can , o desar ro l l an , los pr inc ip ios a r r iba

    c i t ados de s e l ecc i n , r eo r denac i n , o pe r f ecc i onami en t o de l o ap r ehend i do ,

    recordado , asoc iado , evocado o sen t ido . Para e l lo es cen t ra l l a f acu l tad de l a

    fan tas a . B ien es t que a todo e l lo lo l l amen imi tac in univer sa l , s igu iendo la

    d iv i s in t r ad ic iona l , pero en germe n es t la p rog res iv a sus t i tuc in de l a r ea l idad

    y su v i sua l i zac in en e l s en t ido a r i s to t l i co por e l p roceso imagina t ivo-crea t ivo

    del poe ta . Ta les ideas , obviamente , s e pueden encont rar en l a mayor par te de

    autores de l p r imer t e rc io de l XIX, en qu ienes t ambin p lanea l a cont rad icc in

    s u r g i da de hab e r pene t r ado s i m u l t nea me n t e en E s pa a va r i a s de l a s co r r i en t e s

    c i t adas : des de e l r ac i ona l i s mo i l u s t r ado has t a e l i r r ac i ona l i s mo r omn t i co ,

    pas ando po r e l s ens ua l i s mo .

    A s , B l anco W hi t e , r ecog i endo muchas de l a s t r ad i c i ones c i t adas , apun t a

    que l a poes a es e l l enguaje de l as pas iones ; e l poe ta ha de exper imentar e l

    m un do pero a t r av s de su pro pia conc ienc ia , s e s i en te v iv i r y todo v ive a sus

    o j o s .

    Por lo mismo, la ref lexin sobre el sent ido de las cosas , f i l t rada por la

    fan tas a de l poe ta , es par te in tegran te de l a poes a ; l a in t rospecc in l l ega a ser

    un im pera t ivo es t t i co , s in de ja r de ser na tura l . Ta l es e l fund am ento es t t i co

    de uno de sus d i scur sos : Sobre el placer de las imagina ciones inverosmiles

    ( 1 9 7 1 , p p . 2 1 4 - 2 1 6 ) :

    El placer de las ficciones que nos transportan a un mundo imaginario

    [...] es tan natural y tan inherente en nuestra constitucin, que no puede

    arranc arse del alma sino con violencia [ ...]. En vano se cansa n los que [...]

    quieren extirpar de la mente humana la facultad que nos lleva a pintar

    mundos invisibles de que la misma mente como que percibe ser parte. En

    estas creaciones de la imaginacin consiste la parte ms sublime y peculiar

    de la poesa.

    229

  • 7/24/2019 Concepto de Fantasia Uno

    24/30

    A.L.E.U.A. /10

    GUILLERMO SERES

    Para ello, el artista [...] puede exigir ciertas conc esiones me ntales de

    parte de los que han de gozar sus ob ras (pg. 216 ); pero siempre que tales

    invencion es guarden cierta verosim ilitud: el verda dero ingen io potico puede

    excitar inters hasta en favor de objetos inanim ados, con tal que les d expresiones

    correspond ientes a las que verdaderamente usaran si tuviesen vidaysentimiento

    (pg. 217). Semejantes asertos se podrn ver en el conspicuo crtico Alberto

    Lista (18 36), pues, pese a sus reticencias frente a lo inverosm il, perm anec e fiel

    a la teora del genio que ya desarrollaran otros: el poeta tiene, en ltima

    instancia, que crear

    partir de sus sensaciones ntim as. La realidad, la natu raleza,

    se subjetiviza a travs de la fantasa indiv idual.

    Ni que decirse tiene que la may or parte de poetas po steriores d escriben sus

    viven cias ntim as, o, al m eno s, las sim ultanean con las del mu ndo exterior. Los

    precedentes son muchos; valga como ilustracin este texto de Coleridge

    (Biographia literaria, apud

    Ambrams 1975, pg. 297):

    La Fantasa, en verdad, no es otra cosa que un modo de Memoria

    emancipada del orden en el tiempo y el espacio; a la vez combinada y

    modificada por esa facultad emprica de la voluntad que expresamos con la

    palabra eleccin. Pero al igual que la memoria ordinaria, la Fantasa debe

    recibir todos sus materiales ya hechos por la ley de asociacin.

    En el siguiente, en cambio, el autor da preeminencia a la elaboracin

    individual de la emocin , de la pasin; la poesa ya no es meram ente un espejo

    que refleja mimticamente, sino una lmpara con luz propia, la luz de la

    fantasa individual, que proyectalosfantasmas ntimaypasionalmen te elaborados:

    Las img enes [...] llegan a ser prue bas de genio original slo en la m edida en

    que son modificadas por una pasin predominante o por pensamientos o

    imgenes asociados despertados por aquella pasin

    (ibd.,

    pg. 101).

    Fcil resulta comprobar que la pasin, emocin o simpata (provenientes

    de la fantasa individual) que rechazaba Platn acaban usurpando su papel

    central a la idea y a la represe ntacin . La fantasa del poe ta rom ntico ya no es,

    usando la imagen de Ab ram s, un esp ejo que recibe luz ajena, por m ucha

    grandeza y capacidad idealizadora que tenga, como nos indica Quintana (19 69,

    pg. 206):

    Mira el espejo rutilante y puro

    de tu imaginacin, que en su grandeza

    el mundo todo, el universo entero,sin contenerse en lmites, abarca,

    sino que acaba por asumir la funcin de lm para que irradia luz propia (o

    apropiada; cf. Sebold 1989, pg. 296). El mundo interior del poeta romntico

    constituye la nica gua, la nica luz, para la comprensin del mundo exterior,

    puesto que es l mism o quien lo alum bra. Al decir de Blanco, el poeta se siente

    vivir y todo vive a sus ojos (pg. 173); esto es: desde sus ojos irradia una luz que

    proyecta sobre los objetos exteriores, una visin nueva de la realidad. Si en la

    23

  • 7/24/2019 Concepto de Fantasia Uno

    25/30

    El concepto deFantasa desde la Esttica Clsica a...

    A.L.E.U.A. / 10

    Antigedad, como vimos, la luz

    (phaos)

    de la fantasa serva para iluminar la

    mem oria y el entendim iento, para reconocer las imgenes

    {speciei)

    impresas en el

    corazn o en el cerebro, ahora se invierte el proceso : el poeta rehace la naturaleza

    a la imagen de su propia psiqu e (Sebold

    1983,

    pg. 19) y la proy ecta al ex terior:

    la realidad se sub