CONCIENCIA MORAL, 1 -...

16
CONCIENCIA MORAL, 1 CCE 1796 : “La conciencia moral es un juicio de la razón por el que la persona humana reconoce la cualidad moral de un acto concreto que piensa hacer, está haciendo o ha hecho”. Resumen de Gaudium et spes 16 : - la conciencia, sagrario del hom- bre, es lo más íntimo de la persona; - en la conciencia, Dios habla al hombre; - la conciencia descubre al creyente el precepto máximo del amor; - por la conciencia los hombres se unen entre sí en la búsqueda de la verdad; - la conciencia recta es la seguridad máxi- ma para ser fieles a la vida moral; - no pierde su dignidad cuando actúa con ignorancia invencible; - se degrada cuando, consciente- mente, comete el pecado.

Transcript of CONCIENCIA MORAL, 1 -...

CONCIENCIA MORAL, 1

CCE 1796: “La conciencia moral es un juicio de la razón por el

que la persona humana reconoce la cualidad moral de un acto

concreto que piensa hacer, está haciendo o ha hecho”.

Resumen de Gaudium et spes 16: - la conciencia, sagrario del hom-

bre, es lo más íntimo de la persona; - en la conciencia, Dios habla

al hombre; - la conciencia descubre al creyente el precepto máximo

del amor; - por la conciencia los hombres se unen entre sí en la

búsqueda de la verdad; - la conciencia recta es la seguridad máxi-

ma para ser fieles a la vida moral; - no pierde su dignidad cuando

actúa con ignorancia invencible; - se degrada cuando, consciente-

mente, comete el pecado.

CONCIENCIA MORAL, 2

Múltiples clases de conciencia:

a. por razón del momento en que se emite el juicio: antecedente,

concomitante, consecuente;

b. en relación a la norma o ley: verdadera, errónea (con igno-

rancia vencible o invencible);

c. por razón del asentimiento del juicio: cierta, dudosa (duda

positiva o negativa);

d. por el modo habitual de emitir el juicio: delicada, escrupu-

losa, laxa;

e. en razón de la responsabilidad con que se emite el juicio: recta

(se ajusta al dictamen de la razón). “Se llama prudente al hombre que

elige conforme a este dictamen o juicio” (CEC, 1780)

torcida (no se somete a la propia razón: hombre imprudente y temerario).

CONCIENCIA MORAL, 3

Principios morales, 1

1 Es preciso actuar siempre con conciencia verdadera.

2 Nunca es lícito actuar con conciencia dudosa acerca de

la licitud de una acción, si hay fundado temor de errar.

=> medidas oportunas para salir de la duda.

3 La duda negativa no debe tenerse en cuenta al momento

de actuar (razón de poco peso).

4 La conciencia invenciblemente errónea, cuando permite

algo que está prohibido y lo hace, no comete pecado.

CONCIENCIA MORAL, 4

5 La conciencia que padece un error invencible debe ser

obedecida en lo que manda o prohibe, de lo contrario

obra contra su conciencia y peca.

6 Es pecado actuar con conciencia venciblemente errónea.

Principios morales, 2

CONCIENCIA MORAL, 5

8La conciencia puede errar y oscurecerse, pero su luz nunca se

extingue totalmente. La conciencia no es infalible. Puede

tornarse casi ciega por el hábito de pecar. Sin embargo, el hombre

no puede cancelar de su corazón un cierto sentido de Dios y por

tanto del pecado. Puerta para la conversión.

Principios morales, 3

7La conciencia es libre, por lo que no debe ser violentada

por nadie: Dios mismo respeta la libertad de la persona

humana. Pero el hombre no es libre para no formar su

conciencia: está obligado a asumir los medios necesarios

para formar una conciencia recta. La conciencia está llamada

a acoger libremente la verdad, pero no goza de arbitrio sobre

ella.

CONCIENCIA MORAL, 6

Crisis de la conciencia: Nietzsche = “la conciencia es una terrible

enfermedad”; actualmente no faltan quienes achacan el origen de

la conciencia a prejuicios religiosos, por lo que, en la teoría y en

la práctica, pretenden negarla. => La propia experiencia personal

testifica la existencia de la conciencia en cada persona.

Ya el AT se refiere varias veces a la conciencia del hombre. En

el NT se menciona 30 veces: se alaba la buena conciencia (1 Tim

1, 5); se recuerda el respeto a la conciencia propia y ajena (1 Cor

10, 25-29); se contrapone la conciencia de los paganos y de los

cristianos (Rom 2, 15; 13, 5); se recomienda respetar la conciencia

de los débiles (1 Cor 8, 7-13); etc..

CONCIENCIA MORAL, 7

Libertad de conciencia: la que pretende situarse al margen de

toda norma, incluida la ley de Dios, con el fin de hacer lo que

le venga en gana. La conciencia personal sería absoluta.

Libertad de las conciencias: hace referencia a la dignidad de la

conciencia de cada persona, por lo que debe ser respetada. La

verdad es la única fuente real de la libertad. Por lo tanto no se puede

coaccionar a una persona impidiéndole la búsqueda de la verdad.

Debe ser garantizada jurídicamente para estar protegida. Por

ejemplo, el hombre tiene derecho a la libertad religiosa. El hombre,

una vez que ha encontrado la verdad, tiene la obligación de adherirse

a ella.

CONCIENCIA MORAL, 8

La objeción de conciencia: No se puede forzar a nadie a obrar

contra su conciencia. Ni se le puede impedir que obre según ella.

El problema surge cuando se percibe la incompatibilidad del

cumplimiento de la ley con el respeto a un valor percibido por la

propia conciencia.

Diversos campos: servicio militar, cuestiones de bioética, ámbito

profesional (doctor, enfermero, comunidad farmacéutica, etc)

El conflicto entre conciencia y ley divina no es posible.

Únicamente puede surgir cuando se trata de leyes humanas que

son falibles.

CONCIENCIA MORAL, 9

Conciencia y verdad, 1

La función de la conciencia es emitir juicios prácticos acerca de

la bondad o malicia de un acto: por lo tanto hace relación a la

verdad práctica (conocimiento del bien y del mal moral objetivos).

Veritatis splendor 32: “Se han atribuido a la

conciencia individual las prerrogativas de

una instancia suprema del juicio moral, que

decide categórica e infaliblemente sobre el

bien y el mal. Al presupuesto de que se de-

be seguir la propia conciencia se ha añadido

indebidamente la afirmación de que el jui-

cio moral es verdadero por el hecho mismo

de que proviene de la conciencia”.

CONCIENCIA MORAL, 10

Conciencia y verdad, 2

Error = falso concepto de verdad. Se niega que exista una verdad

universal acerca del bien y del mal y se afirma que los crea la

conciencia en relación con cada uno de sus actos.

La conciencia no crea la verdad, sino que tan sólo goza de una

capacidad innata para descubrirla. Por eso, mientras se tiene

uso de razón, todo hombre discierne, de modo más o menos

claro, el bien y el mal. La conciencia es una luz inextinguible

que nos viene dada por la misma naturaleza. De aquí la nece-

sidad de formar bien la propia conciencia ya que no es infa-

lible en sus juicios y necesita conocer la verdad.

CONCIENCIA MORAL, 11

CCE 1783: “Hay que formar la conciencia, y esclarecer el

juicio moral. Una conciencia bien formada es recta y veraz.

Formula sus juicios según la razón, conforme al bien verda-

dero querido por la sabiduría del Creador. La educación de

la conciencia es indispensable a seres humanos sometidos a

influencias negativas y tentados por el pecado a preferir su

propio juicio y a rechazar las enseñanzas autorizadas”.

CCE 1784: “La educación de la conciencia es una tarea de

toda la vida (...). La educación de la conciencia garantiza

la libertad y engendra la paz del corazón”.

CONCIENCIA MORAL, 12

Para que la conciencia sea siempre recta, han de ponerse los

medios convenientes: ciencia debida y cultivo de las virtudes.

1) La formación de la conciencia exige el esfuerzo conveniente

Para adquirir la ciencia moral debida y pedir oportunamente consejo.

2) La formación de la conciencia, por el carácter práctico de su juicio,

exige a la vez el cultivo de las virtudes, mediante una constante lucha

ascética.

- Es preciso tener una especie de “connaturalidad con el bien” que se

lleva a cabo en el ejercicio de las virtudes cardinales y teologales.

- VS, 64. “hacerla objeto de continua conversión a la verdad y al bien

…el corazón convertido al Señor y al amor del bien es la fuente de los

juicios verdaderos de la conciencia.”

CONCIENCIA MORAL, 13

Medios para formar una conciencia recta:

a. La aceptación de la enseñanza moral: estar atento a las ense-

ñanzas morales que ofrece el Magisterio de la Iglesia.

b. El conocimiento de la vida cristiana. Configurar criterios

morales con el patrimonio y el estilo de vida moral cristiano que se

transmite a través de la Biblia, la Tradición y el Magisterio.

c. La reflexión: “es preciso que cada uno preste atención a sí

mismo para oír la voz de su conciencia. Esta exigencia de inte-

rioridad es tanto más necesaria que la vida impulsa con frecuen-

cia a prescindir de toda reflexión, examen o interiorización”

(CCE 1799).

d. El examen personal: ayuda a que se adquieran criterios firmes

y estables sobre la moralidad de la propia existencia. Sinceridad

delante de Dios. Práctica de la humildad.

CONCIENCIA MORAL, 14

Medios para formar una conciencia recta:

e. El Sacramento de la Penitencia. Es fuente imprescindible

de la rectitud de la conciencia porque endereza la voluntad

liberándola de la esclavitud del pecado, y la fortalece con la gracia.

f. La dirección espiritual. Ayuda a superar los subjetivismos o los

caprichos.

g. Ejercicio de las virtudes cardinales y teologales.

Por ejemplo, la virtud de la prudencia es un hábito especulativo y

práctico, en cuanto implica esa connaturalidad con el bien personal

y mueve a emitir juicios precisos sobre la propia conducta, mediante

el discernimiento de la verdad universal en nuestro actos concretos.

CONCIENCIA MORAL, 15

La conciencia moral puede sufrir deformaciones y aun corrupciones.

“El desconocimiento de Cristo y de su Evangelio,

los malos ejemplos recibidos de otros, la servi-

dumbre de las pasiones, la pretensión de una mal

entendida autonomía de la conciencia, el rechazo

de la autoridad de la Iglesia y de su enseñanza,

la falta de conversión y de caridad pueden con-

ducir a desviaciones del juicio en la conducta

moral” (CCE 1792).

CONCIENCIA MORAL, 16

Decidir en conciencia puede resultar a veces difícil.

CCE 1789: “En todos los casos son aplicables algunas reglas:

- Nunca está permitido hacer el mal para obtener un bien.

- La ‘regla de oro’: ‘Todo (...) cuanto queráis que os hagan

los hombres, hacédselo también vosotros’ (Mt 7, 12).

- La caridad debe actuar siempre con respeto hacia el prójimo

y hacia su conciencia: ‘Pecando así contra vuestros hermanos,

hiriendo su conciencia, pecáis contra Cristo’ (1 Co 8, 12). ‘Lo

bueno es (...) no hacer cosa que sea para tu hermano ocasión

de caída, tropiezo o debilidad’ (Rm 14, 21)”.