Construcciones Simbolicas

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Tipologías Migrantes (de la serie Construcciones Simbólicas) Gabriel Berber Parte sintomática de una comunidad cuya principal economía es a través de las remesas de los migrantes, es su paisaje arquitectónico. La autoconstrucción indudablemente se ha convertido en síntoma o referencia de la ausencia y del alejamiento de una sociedad en constante desplazamiento. Construcciones aparecen, crecen y se homogeneizan con el paisaje, son esos entes envueltos de sentimiento simbólico, son la representación orgánica del porvenir, del futuro y de la promesa, que aparentan una inacabada materialización, en cuyo constante estadio flotante esta inmerso en el tiempo, pues son pasado, presente y futuro al mismo tiempo, son la ambigüedad temporal en potencia, pues no se concreta su estadio inicial y terminal, ya que no se llega a distinguir con exactitud si su carácter pertenece a la ruina o a la construcción, están varadas en la temporalidad poética del recuerdo y de la promesa. La palabra construcción proviene del latín construere, del mismo significado derivado de struere “amontonar” con el prefijo con-. Si en lugar de el prefijo con- usamos el dis- formamos destruere “destruir”, es decir el sentido exactamente opuesto. Si en cambio utilizamos el prefijo in- tenemos instruere “instruir”, lo que de alguna forma significa “construir interiormente”. También podemos usar el prefijo obs- que normalmente significa “delante” con la idea de “obstáculo”, y formar obstruere “obstruir”, o sea “amontonar para impedir el paso.” De esta manera podemos decir que el limite entre la función significativa de un acto como el de la construcción, depende de una delgada línea entre la intención y el hecho. Es decir el punto que nos separa del hacer y del no hacer o el deshacer depende del cumplimiento de la intención. Pero cuando el cumplimiento no llega a ser o a materializarse en su forma de intencionalidad realizada, el carácter de intención no responde a nada concreto, se mantiene en esa línea que va de lo hecho y de lo no hecho, de lo formado y de lo deformado, y pasa a ser parte de la obstrucción. De amplias porciones de tierra sobresalen estas construcciones contemporáneas, construcciones de culturas ausentes, lejanas, son las reminiscencias de aquellas sociedades que no existieron nunca en ese lugar, es decir sociedades que abandonaron su espacio antes de haberlo empezado a ocupar. Todas ellas cuentan con una serie de peculiaridades formales y estilísticas provenientes de un inconsciente histórico y cultural, la autoconstrucción se caracteriza por ese acto de mostrar a través de lo construido el inconsciente estilístico y estético de una sociedad en un contexto especifico. Parte de este estilo radica en la materialidad de sus componentes, así como parte de su carácter ideológico recae en la autonomía del acto mismo de la autoconstrucción. En ellas podemos observar el tiempo en su interior y su exterior, su estructura, su proceso de elaboración y crecimiento, su morfología propia, su organicidad dentro del paisaje. El contraste entre lo empezado pero a la vez inacabado es una clara referencia de la vida social del migrante, ese personaje que se va y promete regresar pero no lo hace, que se desplaza con ilusiones y promesas, y sin embargo, la mayor de las veces se queda en el camino al igual que sus promesas, aquellas las cuales quedan olvidadas, perdiéndose en los aires, extraviadas en una erosión simbólica de lo que fueron las

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Tipologías Migrantes (de la serie Construcciones Simbólicas)

Gabriel Berber

Parte sintomática de una comunidad cuya principal economía es a través de las remesas de los migrantes, es su paisaje arquitectónico.

La autoconstrucción indudablemente se ha convertido en síntoma o referencia de la ausencia y del alejamiento de una sociedad en constante desplazamiento.

Construcciones aparecen, crecen y se homogeneizan con el paisaje, son esos entes envueltos de sentimiento simbólico, son la representación orgánica del porvenir, del futuro y de la promesa, que aparentan una inacabada materialización, en cuyo constante estadio flotante esta inmerso en el tiempo, pues son pasado, presente y futuro al mismo tiempo, son la ambigüedad temporal en potencia, pues no se concreta su estadio inicial y terminal, ya que no se llega a distinguir con exactitud si su carácter pertenece a la ruina o a la construcción, están varadas en la temporalidad poética del recuerdo y de la promesa.

La palabra construcción proviene del latín construere, del mismo significado derivado de struere “amontonar” con el prefijo con-.

Si en lugar de el prefijo con- usamos el dis- formamos destruere “destruir”, es decir el sentido exactamente opuesto. Si en cambio utilizamos el prefijo in- tenemos instruere “instruir”, lo que de alguna forma significa “construir interiormente”.

También podemos usar el prefijo obs- que normalmente significa “delante” con la idea de “obstáculo”, y formar obstruere “obstruir”, o sea “amontonar para impedir el paso.”

De esta manera podemos decir que el limite entre la función significativa de un acto como el de la construcción, depende de una delgada línea entre la intención y el hecho. Es decir el punto que nos separa del hacer y del no hacer o el deshacer depende del cumplimiento de la intención. Pero cuando el cumplimiento no llega a ser o a materializarse en su forma de intencionalidad realizada, el carácter de intención no responde a nada concreto, se mantiene en esa línea que va de lo hecho y de lo no hecho, de lo formado y de lo deformado, y pasa a ser parte de la obstrucción.

De amplias porciones de tierra sobresalen estas construcciones contemporáneas, construcciones de culturas ausentes, lejanas, son las reminiscencias de aquellas sociedades que no existieron nunca en ese lugar, es decir sociedades que abandonaron su espacio antes de haberlo empezado a ocupar.

Todas ellas cuentan con una serie de peculiaridades formales y estilísticas provenientes de un inconsciente histórico y cultural, la autoconstrucción se caracteriza por ese acto de mostrar a través de lo construido el inconsciente estilístico y estético de una sociedad en un contexto especifico. Parte de este estilo radica en la materialidad de sus componentes, así como parte de su carácter ideológico recae en la autonomía del acto mismo de la autoconstrucción. En ellas podemos observar el tiempo en su interior y su exterior, su estructura, su proceso de elaboración y crecimiento, su morfología propia, su organicidad dentro del paisaje.

El contraste entre lo empezado pero a la vez inacabado es una clara referencia de la vida social del migrante, ese personaje que se va y promete regresar pero no lo hace, que se desplaza con ilusiones y promesas, y sin embargo, la mayor de las veces se queda en el camino al igual que sus promesas, aquellas las cuales quedan olvidadas, perdiéndose en los aires, extraviadas en una erosión simbólica de lo que fueron las

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ilusiones del porvenir, y del retornar; el espacio se olvida, se desconoce, se queda estático, se autodestruye a la ves que se construye, es un espacio muerto y paradójico. Símbolo del interminable sentimiento de desilusión y pesimismo de un pueblo desprendido de su origen.

Los abuelos mueren, las mujeres quedan abandonadas, pero prosiguen en un acto sisifiano, prosiguen a la crianza de los que serán los nuevos viajeros, viajeros en busca del futuro con las mismas ilusiones gastadas, no les queda nada que seguir viajando, mientras el paisaje se desmorona en el viento de los espacios huecos de aquellas casas de nadie, aquellas casas donde nada vivió, solo vivieron las ilusiones, y los fantasmas del porvenir.

Tipologías migrantes es un ensayo fotográfico que comprende este dialogo estilístico y estético que le pertenece a las diversas formas de autoconstrucción en sociedades migrantes contemporáneas, en este caso situadas en el municipio de Tenango de Doria en el estado de Hidalgo. Construcciones que no solo se trasladan en lo temporal y en lo estilístico, sino que prevalecen y resisten a desaparecer en el tiempo, pues son parte del paisaje actual de una sociedad que sincretiza su pasado étnico con su presente migrante.