Contra El Cientific is Mo

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1 Mayo de 1968 Contra el cientificismo 1  El movimiento de mayo de 1968, profundamente crítico, alcanzó también a la ciencia. Y no solo a sus formas de enseñanza, sino a la propia investigación. Mientras duró aquella insurrección cultural, algunos grupos de técnicos e investigadores llevaron a cabo acciones y reflexiones críticas sobre sus actividades. Muchos de esos debates manifiestos se han perdido, pero quedan suficientes documentos para poder comprender en qué sentido iba esta crítica de la ciencia, que tuvo la particularidad de ejercerse en la práctica, y no de un modo puramente teórico. La revista  Internationale Situationniste, por ejemplo, formulaba de esta manera sus tesis sobre la ciencia, a través de Eduardo Rothe:  La imposibilidad actual de investigar y de aplicar la ciencia sin contar con enormes medios, ha puesto al conocimiento, espectacularmente concentrado, en las manos del poder, y lo ha dirigido hacia los objetivos del Estado. Según los situacionistas, en la sociedad actual, la ciencia cumple una función alienante al servicio del capital. Su proyecto de liberar a los hombres de la dependencia respecto de la naturaleza ha resultado fallido, al hacerlos depender de una nueva forma de alienación, de la cual constituye una de las más importantes superestructuras ideológicas. Comparable a la religión por su actual función social, la ciencia ha engendrado su correspondiente casta de sacerdotes: los especialistas. Sonia y Maurice Dayan describieron esta dependencia de la ciencia con respecto al Estado en los términos siguientes: Concediendo los medios para la investigación, el Estado controla y selecciona, pero se convierte al mismo tiempo en apoyo, sino en promotor, de la ciencia. Los sabios son así incitados a adoptar una conciencia de servidores del Estado, sutilmente mezclada con la conciencia de trabajar por el bien  público. A cambio, la ciencia aporta al Estado la garantía de su universalidad, reforzando la clase de autoridad que él pretende obtener de la voluntad general. O dicho de otra manera: las comunidades científicas han perdido la relativa autonomía de la que gozaron en otras épocas históricas, pasando a depender, por una parte, de la gran industria y, por otra, de la política científica del Estado correspondiente. Esa dependencia de los científicos tiene muchas consecuencias. Ante todo, interesa la ciencia aplicada, que puede generar beneficios económicos a la empresa patrocinadora, e incluso en el caso de la ciencia de financiación pública, se suele tender a priorizar determinadas líneas de investigación, dando lugar a que el progreso científico vaya en unas direcciones, y no en otras. Por otra parte, la pretendida universalidad y el prestigio de la ciencia desempeñan una función ideológica muy importante, al servir como refrendo, a través de los técnicos y de los especialistas, de las políticas científicas de los Estados y de las multinacionales. Asimismo, la comparación entre la ciencia y la religión fue ampliamente desarrollada durante esos años de actividad crítica. En 1971, la revista Survivre acuñó un texto que puede ilustrar muy bien este tipo de concepciones, y cuyo título, “La Nueva Iglesia Universal”, deja clara la tesis básica:  La ciencia ha creado su propia ideología, que tiene muchas de las características de una nueva religión, que podríamos llamar cientificismo. Dicha ideolog ía ha reemplazado a las religiones tradicionales. Se enseña obligatoriamente en todos los niveles educativos y está difundida en todas las clases sociales, si bien resulta más poderosa en los países más desarrollados y en las profesiones intelectuales. 1  Echeverría, J., Introducción a la metodología de la ciencia. La filosofía de la ciencia en el s. XX, Madrid, Cátedra, 1999, selección de fragmentos.

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    Mayo de 1968 Contra el cientificismo1

    El movimiento de mayo de 1968, profundamente crtico, alcanz tambin a la ciencia. Y no solo a sus formas de enseanza, sino a la propia investigacin. Mientras dur aquella insurreccin cultural, algunos grupos de tcnicos e investigadores llevaron a cabo acciones y reflexiones crticas sobre sus actividades. Muchos de esos debates manifiestos se han perdido, pero quedan suficientes documentos para poder comprender en qu sentido iba esta crtica de la ciencia, que tuvo la particularidad de ejercerse en la prctica, y no de un modo puramente terico.

    La revista Internationale Situationniste, por ejemplo, formulaba de esta manera sus tesis sobre la ciencia, a travs de Eduardo Rothe:

    La imposibilidad actual de investigar y de aplicar la ciencia sin contar con enormes medios, ha puesto al conocimiento, espectacularmente concentrado, en las manos del poder, y lo ha dirigido hacia los objetivos del Estado. Segn los situacionistas, en la sociedad actual, la ciencia cumple una funcin alienante al servicio del capital. Su proyecto de liberar a los hombres de la dependencia respecto de la naturaleza ha resultado fallido, al hacerlos depender de una nueva forma de alienacin, de la cual constituye una de las ms importantes superestructuras ideolgicas. Comparable a la religin por su actual funcin social, la ciencia ha engendrado su correspondiente casta de sacerdotes: los especialistas. Sonia y Maurice Dayan describieron esta dependencia de la ciencia con respecto al Estado en los trminos siguientes:

    Concediendo los medios para la investigacin, el Estado controla y selecciona, pero se convierte al mismo tiempo en apoyo, sino en promotor, de la ciencia. Los sabios son as incitados a adoptar una conciencia de servidores del Estado, sutilmente mezclada con la conciencia de trabajar por el bien pblico. A cambio, la ciencia aporta al Estado la garanta de su universalidad, reforzando la clase de autoridad que l pretende obtener de la voluntad general.

    O dicho de otra manera: las comunidades cientficas han perdido la relativa autonoma de la que gozaron en otras pocas histricas, pasando a depender, por una parte, de la gran industria y, por otra, de la poltica cientfica del Estado correspondiente. Esa dependencia de los cientficos tiene muchas consecuencias. Ante todo, interesa la ciencia aplicada, que puede generar beneficios econmicos a la empresa patrocinadora, e incluso en el caso de la ciencia de financiacin pblica, se suele tender a priorizar determinadas lneas de investigacin, dando lugar a que el progreso cientfico vaya en unas direcciones, y no en otras. Por otra parte, la pretendida universalidad y el prestigio de la ciencia desempean una funcin ideolgica muy importante, al servir como refrendo, a travs de los tcnicos y de los especialistas, de las polticas cientficas de los Estados y de las multinacionales.

    Asimismo, la comparacin entre la ciencia y la religin fue ampliamente desarrollada durante esos aos de actividad crtica. En 1971, la revista Survivre acu un texto que puede ilustrar muy bien este tipo de concepciones, y cuyo ttulo, La Nueva Iglesia Universal, deja clara la tesis bsica: La ciencia ha creado su propia ideologa, que tiene muchas de las caractersticas de una nueva religin, que podramos llamar cientificismo. Dicha ideologa ha reemplazado a las religiones tradicionales. Se ensea obligatoriamente en todos los niveles educativos y est difundida en todas las clases sociales, si bien resulta ms poderosa en los pases ms desarrollados y en las profesiones intelectuales.

    1 Echeverra, J., Introduccin a la metodologa de la ciencia. La filosofa de la ciencia en el s. XX, Madrid,

    Ctedra, 1999, seleccin de fragmentos.

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    Este tipo de metfora suele ser utilizada con cierta frecuencia. Este texto presenta la ventaja de que desarrolla y justifica dicha metfora, as como la ideologa cientificista, y por eso lo comentaremos con cierto detalle, prescindiendo de las crticas que podran hacerse a las tesis de sus autores. Segn stos, desde el punto de vista de su repercusin social, la ciencia est basada en una serie de mitos, y los idelogos del cientificismo pretenden adems que dichos mitos son los nicos verdaderos, por estar fundados en la razn. Los tecnlogos, los tecncratas y los especialistas son los sumos sacerdotes de dicha religin, pero la gran mayora de los cientficos estn dispuestos a aceptar su pertenencia a dicho clero, con tal de no ser excomulgados de la comunidad cientfica. Organizada jerrquicamente, esa Iglesia Universal est profundamente interrelacionada con el poder poltico, militar y econmico, conforme a la tradicin de todas las grandes religiones. Puestos a enunciar su credo, el grupo Survivre opta por la formulaciones ms extremas de sus artculos de fe, y ello no porque piensen que todos los cientficos los suscribiran tal cual, sino porque en esas expresiones se encuentran los fundamentos ltimos de dicha ideologa:

    Mito 1: Slo el conocimiento cientfico es un conocimiento verdadero y real, es decir, slo lo que puede ser expresado cuantitativamente o ser formalizado, o ser repetido a voluntad bajo condiciones de laboratorio, puede ser el contenido de un conocimiento verdadero. De acuerdo con este mito, el conocimiento cientfico es universal, vlido en todo momento, en todo lugar y para todos, ms all de las sociedades y de las formas culturales particulares. Mito 2: Todo lo que puede ser expresado en forma coherente en trminos cuantitativos, o puede ser repetido bajo condiciones de laboratorio, es objeto de conocimiento cientfico y, por lo mismo, vlido y aceptable. En otras palabras, la verdad...es idntica al conocimiento, es decir, idntica al conocimiento cientfico. Este segundo mito, siendo recproco del primero, perfecciona la ideologa del cientificismo, dando validez a todo cuanto sea cuantificable, formalizable o experimentable en el laboratorio, independientemente de su mayor o menor inters intrnseco, o de su funcin social. La aplicacin de la metodologa cientfica a las actividades militares, en concreto, justifica este tipo de investigaciones y las hace cientficamente probadas, o al menos, dignas de ser estudiadas. Los laboratorios experimentales pueden ser, en este caso, pases y regiones enteras, como ocurri en Vietnam con las armas qumicas o biolgicas, o en la guerra del Golfo Prsico con las tecnologas de la informacin y las telecomunicaciones.

    Mito 3: tomos, molculas y sus combinaciones enteramente descritos segn las leyes matemticas de las partculas elementales, la vida de la clula en trminos de molculas; los organismos pluricelulares en trminos de poblaciones celulares, el pensamiento y el espritu (incluyendo todas las clases de experiencia psquica) en trminos de circuitos de neuronas; las sociedades animales y humanas, las culturas humanas, en trminos de los individuos que la componen.

    Ese mito expresa la concepcin mecanicista, formalista y analtica que ha predominado en las ciencias naturales. El programa positivista de unificacin de las ciencias por reduccin al lenguaje fisicalista participaba de este tipo de mentalidad cientificista. Cabra sealar que en la ciencia contempornea tiende a predominar la ideologa informacionista, segn la cual todo es reducible a trminos de informacin.

    Mito 4: El papel del especialista: el conocimiento, tanto para su desarrollo como para su transmisin a travs de la enseanza, debe ser dividido en numerosas ramas o especialidades [...] Para cualquier cuestin perteneciente a un determinado campo, slo corresponde la opinin de los especialistas en este

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    campo particular; si abarca varios campos, slo lo es la opinin colectiva de los especialistas en todos estos campos.

    Este parcelamiento de los objetos de estudio, regla bsica del mtodo analtico desde Descartes, es una de las claves del cientificismo y, en particular, fundamenta el poder de los especialistas, la jerarquizacin del conocimiento cientfico y la posibilidad misma de su cmoda administracin estatal. En lo que atae a la investigacin cientfica, las decisiones bsicas son competencia de los especialistas en la materia. stos deben usar un lenguaje incomprensible para la poblacin, al modo de las viejas lenguas sagradas, garantizndose con ello el respeto y la admiracin de las masas ignorantes. Pero sobre todo: nadie puede entender por s mismo un conocimiento vlido de ninguna parte compleja de la realidad. Ha de ser el sanedrn2 de los cientficos el que dictamine en ltimo trmino lo que es verdadero y falso.

    Mito 5: La ciencia, y la tecnologa, surgida de la ciencia, y slo ellas, pueden resolver los problemas del hombre.

    El cientificismo es una religin incluso por su misin salvfica. Tambin en este caso el reino de los cielos est lejano, por supuesto. La tarea de los cientficos consiste en aproximarse a la verdad, aunque sta nunca vaya a ser alcanzada en el tiempo histrico, y en conducir a la grey3 de sus conciudadanos hacia ella.

    Mito 6: Slo los expertos estn calificados para participar en las decisiones, porque slo los expertos saben

    Ratificacin de uno de los dogmas anteriores del cientificismo, que resulta imprescindible para transformar la comunidad cientfica en la Iglesia, con su correspondiente Jerarqua y Curia ,ya que no Papado. En la vieja tradicin racionalista e ilustrada, la Nueva Iglesia Universal adopta forma republicanas de gobierno.

    El grupo Survivre, al enunciar estos mitos, no est diciendo que sean falsos. Por el contrario: como todos los mitos, los del cientificismo contienen algunos slidos elementos de verdad: el hecho de que se pretendan fundados en la razn les concede un poder suplementario. Su propsito consiste en denunciar la utilizacin ideolgica y cuasireligiosa de numerosos logros de la ciencia a fin de justificar nuevas formas de explotacin. [...]

    2 Sanedrn era el Consejo Supremo de los Judos con potestad sobre los asuntos de Estado y de religin.

    3 Rebao de ganado menor. Fig.Congregacin de los fieles cristianos bajo sus pastores.

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