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EL AÑO DE LA FE: Un salto de gigante para la nueva evangelización E Entrevista: Familia Ol Olías-Soler (13 hijos) Santos de nuestro siglo: FAUSTINA KOWALSKA nº163 octubre-dic. 2012 - 2,75 €

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El año de la fe (Felicidad Izaguirre); entrevista a Alvaro Martin Moreno, ADISLI (Agapito Aliende); La intuición del p. Alberione (José Mª Fernández Lucio); En tierra de nadie (Victoria Luque); Avanzamos en el camino de la fe (Pedro Moreno); La oportunidad evangelizadora de los E-books (Juan Carlos Pinto); Catequesis 7 (José Mª Pérez Navarro); Cine. ¿Y este curso, qué? (Pastoral y Formación); El arte de vivir (Raúl Berzosa); Sólo a Dios darás culto (David González); Personajes bíblicos, hoy: María de Nazaret (Concepción López); Testigos del evangelio: Familia Olías-Soler (Vicky Vega); Santos de nuestro siglo: Faustina Kowalska; Vida paulina; Reseñas

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EL AÑO DE LA FE: Un salto de gigante para la nueva evangelización

EEntrevista: Familia OlOlías-Soler (13 hijos)

Santos de nuestro siglo:

FAUSTINA KOWALSKA

nº 163 octubre-dic. 2012 - 2,75 €

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Una serie de ensayos de teología práctica, relacionados con la misión eclesial, que

proponen una Iglesia más participativa, verdadera

y evangelizadora.

AL SERVICIO DE LA FELa misión de la Iglesia

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Novedades

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SAN PABLO

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EDITORIAL

PUBLICACIÓN TRIMESTRALDE LA FAMILIA PAULINA

Presidente: Antonio Maroño.Director: José Ignacio Pedregosa.Redactor-Jefe: Francisco Ares. Consejo de redacción: Paqui Rodriguez, Isabel García, Concepción López, Vicente A. Guillamón, Victoria Luque.Corrección: Agapito Aliende.Maquetación: María V. L. VegaPublicidad: V.L.V.Colaboradores: José Mª Fernández y Alvaro Santos.Asesoría informática: Tomás Pastor y Arturo Guzmán.Edita: SOCIEDAD DE SAN PABLO.N.I.F.: Q 2800254 A.

Dirección:Protasio Gómez, 15 - 28027 MADRID. Tel.: 917 425 113. Fax: 917 425 723. E-mail: [email protected]: www.sanpablo.es

Delegaciones: 08010 BARCELONA. Ronda S. Pedro, 19-2108003 BARCELONA. Via Laietana, 46 A48001 BILBAO. Alameda Mazarredo, 348001 BILBAO. Colón de Larreátegui, 1718010 GRANADA. Cárcel Baja, 1428012 MADRID. Pl. Jacinto Benavente, 228015 MADRID. San Bernardo, 11428013 MADRID. Bordadores, 1128021 MADRID. Resina, 128027 MADRID. Alcalá, 38730001 MURCIA. Apóstoles, 633009 OVIEDO. Magdalena, 1531003 PAMPLONA. Pl. de las Merindades,307002 PALMA DE MALLORCA. Sant Miquel, 6615705 SANTIAGO DE C. Rúa do Vilar, 3741004 SEVILLA. Sierpes, 5745005 TOLEDO. Rda. Buenavista, 37, 10-1º-CD46003 VALENCIA. Pl. de la Reina, 247003 VALLADOLID. Angustias, 550003 ZARAGOZA. Avda. César Augusto,105Suscripción anual: 10 euros. Enviar por giro postal o talón a: COOPERADOR PAULINOProtasio Gómez, 15 - 28027 MADRIDO por transferencia bancaria a: BANCO SANTANDER CENTRAL HISPANOAlcalá, 445 Nacional: CCC 0049 5134 37 2116915646Internac.: IBAN ES71 0049 5134 3721 1691 5646

BIC BSCHESMMXXX Cooperador Paulino - 28027 MADRIDImprime: Rivadeneyra.Depósito legal: BI. 1872-1960.

SAN PABLO

In Memorian

Normalmente, queridos lectores, no dedicamos nuestro edito-rial a un solo tema. Sin embargo, en esta ocasión la noticia lo requería. Así es, el pasado 31 de agosto se nos comunicaba

que el Cardenal Carlo María Martini había fallecido en la casa de es-tudios de los Jesuitas de Gallarate (Italia), en la que había vivido los últimos años de su vida, al regresar de Jerusalén.

El Cardenal Martini nació el 15 de febrero de 1927. Sacerdote, jesui-ta, biblista. Durante muchos años fue rector de la Pontifi cia Universi-dad Gregoriana y se dedicó con gran empeño a enseñar Biblia. Hasta que en 1979 fue nombrado Arzobispo de Milán. Durante este período no sólo destacó como pastor de su rebaño o como profesor de Biblia, además se convirtió en «Animador Bíblico» y ejemplo para todos aquellos que de una u otra manera pretendemos acercar la Palabra a nuestros contemporáneos. En el año 2000 recibió el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales. Desde el año 2000 estuvo viviendo en Jerusalén, desde donde se mantuvo en contacto con la humani-dad mientras el parkinson se lo permitió. Como apuntábamos más arriba, en 2008 tuvo que regresar a Italia, a la casa de estudios de los jesuitas en Gallarate, y allí, el pasado 31 de agosto nos dejó, volvió a la casa del Padre, a su casa.

Amado y respetado por todos los que alguna vez se encontraron con aquellos ojos azules penetrantes, que sabían escudriñar el co-razón de las personas. Al corazón de los jóvenes supo llegar, de tal manera que la Catedral de Milán se llenaba de ellos para escuchar la Palabra, durante la Lectio Divina que dirigía los jueves. Hombre profundamente espiritual, maestro de oración y estudioso de la Pala-bra, sobre todo de aquellos papiros y códices que contienen el texto en griego de los evangelios. Un verdadero profeta de los tiempos modernos que quería llevar a todos la Palabra de Jesús Resucitado.

Para todos aquellos que nos dedicamos a la animación bíblica, y cómo no, para todo el Equipo de la revista Cooperador Paulino, sin duda, Carlo Maria Martini fue un maestro. No un profesor, sino un maestro; aquél que sabía enseñar a partir de la experiencia y de lo que él mismo estaba viviendo. Y nos enseñó sobre todo a ser mís-ticos en el siglo XXI. No se puede predicar la Palabra, no podemos acercarla a nuestros contemporáneos, siquiera con el poder de la red de redes, si antes no hemos hecho experiencia del Resucitado, si antes no hemos escuchado su Palabra en lo más profundo de nuestro ser.

El Santo Padre, Benedicto XVI, en el comunicado que enviaba con motivo de su fallecimiento, le denominaba y califi caba como «que-rido hermano que ha servido generosamente al Evangelio y a la Iglesia». Creo que es el mejor califi cativo que le podemos colocar a este preeminente hombre de fe y de Iglesia.

Para aquellos que queráis conocerle un poquito más os aconsejo que os acerquéis a la lectura del libro Coloquios nocturnos en Jerusalén. Es un libro-entrevista en el que descubre su corazón a través de conversaciones con su compañero y hermano de congregación Go-rorg Sporschill. Querido Cardenal Carlo Maria Martini, sólo me queda decirte una cosa: Gracias y descansa en paz.

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COMUNICACIÓN Y DIÁLOGO

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Nº 163 Octubre-dic. 2012

SUMARIO

3 Editorial 4 Comunicación y diálogo

6 El Año de la Fe Felicidad Izaguirre

12 Entrevista a Álvaro Martín Moreno, ADISLI Agapito Aliende

15 La intuición del P. Alberione José Mª Fernández Lucio

19 En tierra de nadie Victoria Luque

20 Avanzamos en el camino de la fe Pedro Moreno

22 La oportunidad evange- lizadora de los E-books Juan Carlos Pinto

49-55 «Catequesis» 7 José Mª Pérez Navarro

23 Cine: Y este curso, ¿qué? Pastoral y Formación

24 El arte de vivir Raúl Berzosa, obispo

26 Sólo a Dios darás culto David González

30 Personajes bíblicos, hoy: María de Nazaret Concepción López

32 Testigos del evangelio: Familia Olías-Soler Vicky Vega

36 Santos de nuestro siglo: Faustina Kowalska

38 Vida Paulina

Lucha por tu matrimonio

La verdad es que sir Paul (ma-gistrado del Tribunal Supremo de Inglaterra y Gales desde el año 2000 y descendiente, por cierto, del poeta Samuel Taylor Colerid-ge) no es precisamente un fi lósofo del amor, que tienda a adornar sus puntos de vista. En sus en-trevistas, repite casi siempre las mismas ideas, a veces de forma descarnada. Se nota que es un hombre curtido por horas de plei-tos y sentencias. “Mi mensaje es éste: Lucha por tu matrimonio. No te rindas. Arréglalo, no lo rom-pas”, dice con frecuencia.

Con la puesta en marcha de la Marriage Foundation, Coleridge aspira a crear “un movimiento en todo el país destinado a cambiar las actitudes desde abajo hasta lo más alto de la sociedad, de modo que mejore la vida de todos, espe-cialmente de los niños. Queremos promover el matrimonio como el patrón oro de las relaciones de pareja”. Jesús Martínez. Girona.

Huelgas de hambre

Las huelgas de hambre cuya epidemia parece extenderse, no prueban la verdad y la justicia de la causa por la que se muere o se presiona. Este género de “he-roísmo” habría que desmitifi car-lo. Decía Pascal en su apología del Cristianismo: “Creo de buena gana en las historias cuyos testi-gos se hacen degollar”. No estoy de acuerdo. Muchos soldados de Napoleón morían dando vivas a su Emperador, el comunismo tuvo sus mártires y no digamos nada de la época de Hitler. Y contem-plando todos estos testimonios ¿se pueden decir que son ejem-plares? ¿se justifi can así las gue-rras del Imperio, el aplastamiento de los pueblos bajo el yugo comu-nista o los asesinatos en masa del Fürher?. El verdadero mártir no es el que demuestra más coraje a la hora de morir, no es la persona del héroe lo que hace buena la causa, es la buena causa la que hace al verdadero mártir. Si no fuese así, colocaríamos en el mismo plano a

la fi gura de Romeo que se suicida por amor a Julieta, al banquero que se quita la vida porque se arruina y al Apóstol que da testi-monio del Evangelio con su san-gre. El terrorista, el delincuente, autores de crímenes o cualquier otro delito, barajan dos posturas contradictorias: la agresividad y el perdón. Son agresivos y no sienten piedad de sus víctimas cuando están en libertad de mo-vimiento, pero cuando la justicia pretende castigar esos delitos, exigen el perdón y la piedad que han negado a sus inocentes víc-timas. “Dura lex, sed lex” que decían los romanos. Si no ¿para qué la queremos? Pepita Taboa-da. Jaén.

La feroz persecución de cristianos en Egipto

“Cuando esperábamos, por fi n, igualdad religiosa, el Gobierno ha confi rmado que suponiendo que el islam sea un perfeccionamien-to del cristianismo, deshacer una perfección es un ultraje”, dice un jurista que aborda numerosos ca-sos de conversiones secretas. Es el miedo y la protesta de la ma-yor comunidad mundial de árabes cristianos, unos ocho millones, que están siendo ignorados y per-seguidos.

A los muertos de Mokatam, se suman los 13 de la iglesia de Sol que se añaden a la matanza por un suicida, de 20 coptos durante la misa de Año Nuevo en la iglesia de los Santos de Alejandría, que el gobierno egipcio atribuyó a un grupo vinculado a Al Qaeda. “Han vuelto tiempos de persecución” repiten, con miedo en los ojos. “Tranquiliza saber que esto ya lo padeció Jesús”, dice Om Sema.Por otra parte, los intelectuales cristianos lamentan la “política del aislamiento”, hacia la Iglesia cop-ta y denuncian una nueva “políti-ca de la discriminación”, por parte del Gobierno. Los cairotas temen que con la victoria en las urnas del islamista Mohamed Mursi (es la primera vez que un islamista llega a la presidencia de Egipto, que cuenta con una minoría cris-

EL AÑO DE LA FE: Un salto de gigante para la nueva evangelización

EEntrevista: Familia OlOlías-Soler (13 hijos)

Santos de nuestro siglo:

FAUSTINA KOWALSKA

nº 163 octubre-dic. 2012 - 2,75 €

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El 11 de octubre se inicia el “Año de la Fe”, una ocasión propicia para “el encuentro con un acontecimiento, con una Persona que da un nuevo horizonte a la vida.” (Congregación para la Doctrina de la Fe)

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COMUNICACIÓN

LLa devoción a Jesús Maestro no se debe restrin-gir a la piedad, sino que debe abarcar toda la vida apostólica, ya que el fruto de nuestro apostolado es proporcionado a esto: presentar a Jesucristo Camino, Verdad y Vida. Agosto 1959 * Espiritualidad paulina (1962).

• El Hijo de Dios vino a reparar la primitiva construcción, restaurar al hombre y sus facultades. Por eso restauró la mente (es Verdad), restauró la voluntad (es Camino), restauró el sentimiento (es Vida). Jesucristo vive en el cristiano, rehecho a imagen y semejanza de Dios Uno y Trino: en Jesucristo en el cielo, en Jesucristo de quien es miembro; se sumergirá por Cristo en Dios Uno y Trino; cada Persona divina contribuye en la bienaventuranza del hombre, de sus tres facultades. Para que sea plena la felicidad, cada facultad será satisfecha en sus aspiraciones...Todo el mundo es un completo ejemplar de Dios Uno y Trino.[Obras de la Trinidad] * abril 1960 * Ut perfectus sit homo Dei I (1960).

• Todo hombre, siguiendo a Jesucristo, rinde un culto perfecto a Dios: fe en la mente, sumisión en la voluntad, amor en el sentimiento: conocer, servir, amar a Dios.a) Dios es Camino, Verdad y Vida en sí.b) Queriendo manifestarnos su gloria y hacer a otros seres partícipes de su bienaventuranza se mostró como es: Camino, Verdad y Vida.c) Esto lo hizo y hace en su Hijo mediante cuatro manifestaciones: la creación, la revelación, la Iglesia, el cielo.d) Así debe ser considerado como Maestro Camino, Verdad y Vida en los cuatro pasos progresivos.De la acción creadora a la glorifi cación en el cielo hay una sola recta, un estilo único, un plan para realizar.Es Maestro único, perfecto, eterno: como título natural.[Cuatro manifestaciones de Dios como Camino, Verdad y Vida: revelación en la Creación; en la Biblia; en la Iglesia; en Cristo] * abril 1960 * Ut perfectus sit homo Dei II (1962).

• Jesús Verdad obra en la mente y otorga la fe; Jesucristo es Camino y actúa sobre la voluntad, que se conforma con la voluntad de Dios; Jesucristo es Vida y actúa en el sentimiento llevando a una vida sobrenatural. Si este injerto es secundado plenamente por el cristiano, este podrá decir: vivit vero in me Christus (Gál 2,20).Es la gran enseñanza de san Pablo.[Piedad paulina] * abril 1960 * Ut perfectus sit homo Dei II (1962).

• Existe una línea recta entre “en el principio existía la Palabra y esta Palabra estaba con Dios” (Jn 1,1) y la consumación de los tiempos y la eternidad nuestra en Dios, por Jesucristo: esta línea (o camino) es Jesucristo “Camino, Verdad y Vida”; veritatem facientes in charitate (cf 1Jn 3,18; Gál 5,6).Abril 1960 * Ut perfectus sit homo Dei I (1960).

LA PALABRA DEL BEATO ALBERIONELA PALABRA DEL BEATO ALBERIONEtiana, alrededor del 10% de una población de 80 millones) aumen-te la persecución de los cristianos. “No tenemos miedo, pero tampo-co estamos contentos”, admite Samira. Ella vislumbra un futuro poco halagüeño, pero no pierde la esperanza en Dios. Clemente Ferrer. Madrid.

“Reality”: lo importante es mantener audiencia

Sexo, violencia y alcohol son los tres pilares sobre los que se cons-truye la última novedad en la tele-visión: los “realities”. Un grupo de chicos y chicas, que interactúan bajo los efectos del alcohol, y que no tiene problema en recurrir a la violencia para solucionar sus dife-rencias. Un formato de éxito que acerca a los jóvenes una realidad deformada que muchos creen posible. Estereotipos sexistas y violentos que se han colado en el salón de las casas para bajar un escalón más en la telebasura. Así se está formando a las nuevas ge-neraciones. No se forman con lo que quieren ellos sino con lo que queremos nosotros ya que lo im-portante es mantener la audien-cia. Valentín Abelenda. (Girona).

San Egidio ayuda a los refugiados sirios en Líbano

La batalla de Damasco y la de Alepo han creado nuevas olea-das de refugiados sirios. Un ejem-plo doloroso es la Ciudad Vieja de Homs, donde había casi cien mil cristianos y hoy quedan unas docenas. Fuimos para ayudar a los desplazados. En los campos palestinos hay algunos cientos de familias de refugiados sirios que han alquilado bajos y “minipisos” con pocas ventanas y muchas ra-tas para poderse cobijar. Empeza-mos a ayudar con los bienes de primera necesidad, hicimos pa-quetes para 55 familias (arroz, azúcar, habas, lentejas, pasta) y estuvimos desde las nueve de la noche hasta la una de la madru-gada repartiendo en las distintas casas de los refugiados sirios. Co-munidad de San Egidio. Madrid.

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giganteUn salto deUn salto de

EL AÑO DE LA FEfelicidad izaguirre

Acerquémonos con con-fi anza y muy atentos, los ojos bien abiertos y los oídos bien dispuestos, a

nuestra parroquia, a nuestra Igle-sia, recordando quiénes somos -recuerda quién eres- porque en este Año de la Fe se derramará sobre cada uno de nosotros una cascada de bendiciones: cuántos actos se están preparando a es-cala local, diocesana y universal, cuántas celebraciones, cuántas iniciativas que nos alegrarán el corazón… todo para un encuen-tro:

“Ese año –nos dice la Congrega-ción para la Doctrina de la Fe-, será una ocasión propicia para que todos los fi eles comprendan con mayor profundidad que el fundamento de la fe cristiana es «el encuentro con un aconteci-miento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisi-va». Fundada en el encuentro con Jesucristo resucitado, la fe podrá ser redescubierta integralmente y en todo su esplendor. También en nuestros días la fe es un don que hay que volver a descubrir, cultivar y testimoniar”.

El Año de la Fe comenzará el día 11 de octubre, coincidiendo con el recuerdo agradecido de dos gran-

des eventos que han marcado el rostro de la Iglesia de nuestros días: los cincuenta años pasa-dos desde la apertura del Conci-lio Vaticano II por Juan XXIII (1 de octubre de 1962) y los veinte años desde la promulgación del Catecismo de la Iglesia Católica, legado a la Iglesia por Juan Pablo II (11 de octubre de 1992). Y con-cluirá este Año de la Fe el 24 de noviembre de 2013, Solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo.

El principal evento al comien-zo del Año de la Fe será la XIII Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos dedicada al tema de “La nueva evangeli-zación para la transmisión de la fe cristiana”. Durante el Sínodo, tendrá lugar una solemne cele-bración para dar inicio a este Año, en el que todo apunta a que se va a dar un salto de gigante en lo que venimos llamando la nueva evangelización, un lento proce-so para el que nuestra Iglesia se viene preparando desde hace ya muchos años, y del cual pode-mos encontrar referencias en los papas desde el Concilio Vaticano II hasta nuestros días, así como en multitud de documentos de la Iglesia (objeto, a su vez, de con-gresos y otros eventos).

Proclamar a todos, que Dios nos ama a cada uno particularmente

Un proceso para llevar a todo hombre el anuncio de que es ama-do por Dios. “La evangelización es el esfuerzo que realiza la Iglesia para proclamar a todos que Dios nos ama, que dio su vida por no-sotros en Cristo y nos invita a una vida eterna de felicidad”, nos ha dicho incesantemente Juan Pablo II, y que “esta nueva evangeliza-ción está destinada también a la formación de comunidades ecle-siales maduras”. La evangelización subraya desde siempre su compromiso indiso-luble con la promoción humana. A lo largo de los siglos, muchos, muchísimos hombres y mujeres se han entregado y continúan en-tregándose a la misión que nos encomienda Jesús: Ir al mundo entero y proclamar la Buena No-ticia, el Evangelio, a toda la Crea-ción, anunciando con la vida -tes-timonio, palabras y obras- que Dios es nuestro Padre, que Él nos ama y quiere re-crearnos a ima-gen de su Hijo, para que vivamos en justicia, amor y verdad.

Hay tantos ejemplos… hay tantas realidades que merecen ser recor-

para la nuevapara la nueva

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Invitémonos, unos a otros, a celebrar el Año de la Fe, proclamado por Benedicto XVI para el redescubrimiento de que la fe en Jesucristo es la respuesta a un Amor que nos cambia interiormente, que nos transforma y que nos impulsa a una vida plena (pese a que abunde la creencia de que la fe no sirve para la vida propia ni para esta sociedad)

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dadas y contadas… El año de la Fe también nos acercará a la vida de los santos, de muchos cristianos ejemplares, de los misioneros, de los sacerdotes, de la labor que se hace en las parroquias (gru-pos de Cáritas, bolsas de trabajo, grupos de jóvenes…), así como a la actividad de los movimientos eclesiales laicos en nuestra socie-dad, a los que el Papa Benedicto XVI se refi rió recientemente como

“un don del Espíritu Santo para la Iglesia”.

Evangelizar de una manera nueva, creativa

Entonces… ¿por qué es nueva? ¿Por qué hablamos de nueva evangelización? Porque es una necesidad transmitirla, comuni-carla, de una manera nueva al hombre de nuestros días, con un

estilo diferente, creativo, audaz y con renovado entusiasmo, a cau-sa de los muchos problemas que enfrentamos en nuestra sociedad, no sólo económicos, sino de inse-guridad básica y confusión sobre cómo debemos vivir y por qué.

“La cultura, los valores de esta época, es el principal problema ahora. La gente prefi ere otro tipo de cosas, no tanto la predicación

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que nosotros le damos. Otro pro-blema es que se va envejeciendo (en la Iglesia), porque no encon-tramos la manera de poder co-municar el mensaje a las gene-raciones más jóvenes”, comenta Diego Manuel Molina Molina, cura jesuita, doctor en Teología, con motivo de una conferencia sobre “Eclesiología”.

Nuestra Iglesia quiere y puede promover una cultura enraizada de manera más profunda en el Evangelio, y “la nueva evangeli-zación se presenta como un es-tímulo del cual tienen necesidad las comunidades cansadas y débi-les, para descubrir nuevamente la alegría de la experiencia cristiana, para encontrar de nuevo “el amor de antes” que se ha perdido (Ap 2,4), para reafi rmar una vez más la naturaleza de la libertad en la búsqueda de la Verdad”, tal como nos dicen los lineamenta (orien-taciones), para el próximo Sínodo de los Obispos.

En un tiempo durante el cual tan-tas personas viven la propia vida como una verdadera experiencia de desierto, de oscuridad de Dios, de vacío, porque ya no tienen con-ciencia de la dignidad y del rumbo del hombre, el Papa Benedicto XVI nos recuerda que “la Iglesia en su conjunto, así como sus pastores, han de ponerse en camino como Cristo para rescatar a los hombres del desierto y conducirlos al lugar de la vida, hacia la amistad con el Hijo de Dios, hacia Aquél que nos da la vida, y la vida en plenitud”.Asistimos, pues, con este Año de la Fe a un salto de gigante en la nueva evangelización, porque es la Iglesia misma, madre y maes-tra, la que da el primer paso en

este salto y sale a nuestro en-cuentro, para que nosotros nos encontre-mos con Él y al mismo tiempo tengamos mu-chos encuen-tros, entre nosotros mismos, y con muchas otras personas.

María, madre de Jesús y madre nuestra, está siendo invocada con un nombre nuevo: María, estrella de la nueva evangelización. Su luz es guía en todo este proce-so, también para el Sínodo de los Obispos, del que surgirán nue-vos modos y expresiones “para comunicar la Buena Noticia que necesita todo hombre”.

Lo importante es sentir que formamos parte de la Iglesia

El siguiente paso será salir a este encuentro, sintiendo que forma-mos parte de la Iglesia. Diego Manuel Molina, preguntado sobre si es posible ofrecer el mensaje del Evangelio de forma que sea atractivo para los jóvenes y poder llegar a ellos, afi rma que “es más posible de lo que estamos hacien-do, si cambiamos el lenguaje, si buscamos otras maneras de cele-brar la liturgia, si somos capaces de hacer ver que lo que ofrecemos no es una serie de normas que hay que cumplir, sino que es un mensaje que da alegría, que da vida… se trataría de algo parecido a lo que hemos visto en Madrid, en la Jornada Mundial de la Juven-tud, que ojalá dé muchos frutos”.

Afi rma este presbítero que “un

esfuerzo que tenemos que ha-cer es mostrar que la Iglesia no solamente es lo que aparece en los medios de comunicación (en muchos casos no se parece en nada) sino que es mucho más, en el sentido de que en la Iglesia hay mucha gente que lo está haciendo bastante bien. La Iglesia es algo que es de Dios, yo estoy conven-cido, y lo importante es que nos sintamos que formamos parte de esa Iglesia en sus cosas buenas y en las cosas menos buenas”.

La Iglesia es la gran familia de los que seguimos a Jesús. Somos el Pueblo de Dios. “En la fe en que Jesús ha resucitado tiene lugar la fundación de la Iglesia. La Iglesia es el grupo de personas que con-fi esa que el Señor vive y orienta su existencia sobre estos puntos: Dios nunca abandona (aunque a veces pueda parecer lo contra-rio) al hombre justo, y merece la pena ser como Jesús y realizar en nuestra vida su mismo itine-rario, convencidos de que en ese itinerario de Jesús es donde está el sentido del mundo y el sentido de la historia”, nos dice en “Cristo-logía para empezar”, José Ramón Busto, ex-rector de la Universidad Pontifi cia de Comillas.

Icono: la Sagrada Familia

Observemos que el icono del Consejo Pontifi cio para la Nueva

Rafael Rubio: “Hoy la gente vive, por así decirlo, en las redes sociales. Por tanto, la Iglesia tiene que estar presente ahí, hablando el lenguaje, el idioma que habla la gente en las redes. Un lenguaje tremendamente gráfico, que busca el impacto, con un fuerte contenido audiovisual, fresco”

La Basílica de la Sagrada Familia, en Barcelona, es el icono ele-gido para la Nueva Evan-gelización

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Evangelización es la Sagrada Fa-milia. Demos el paso para ir a este encuentro, fi jándonos primero en el bien interior que hemos reci-bido, inmenso bien, que nos ha permitido crecer enormemente, primero en nuestra familia (de cada uno), primera transmisora de la fe, “en la que recibimos un amor incondicional, donde apre-ciamos que lo más importante no es lo que hacemos, sino lo que hemos recibido”, tal como tuve oportunidad de escuchar a Juan José Pérez Soba, profesor de Mo-ral Fundamental de la Facultad de Teología de San Dámaso, en Madrid.

Amor primero en la familia, pri-mera transmisora de la fe, y tam-bién en la Iglesia, en familia, en comunidad. Comunidad donde se ejercita el amor. En los docu-mentos sobre la nueva evangeli-zación, son muy abundantes las referencias a recuperar el espíritu de la primitiva comunidad de cre-yentes, de los que se decía “mirad cómo se aman”. El mismo Jesús decía “en eso reconocerán que sois mis discípulos, si os amáis los unos a los otros como yo os he amado”.

El Papa Benedicto XVI insiste en que en esta sociedad es más que nunca necesaria y urgente la presencia de familias que den testimonio de su vida cristiana: “Hemos de constatar que desafor-tunadamente y especialmente en Europa, se difunde una seculari-zación que lleva a la marginación de Dios de la vida personal y a una creciente disgregación de la fami-lia. Se absolutiza una libertad sin compromiso por la verdad, y se cultiva como ideal el bienestar in-dividual a través del consumo de bienes materiales y experiencias

efímeras, descuidando la calidad de las relaciones con las personas y los valores humanos más pro-fundos; se reduce el amor a una emoción sentimental y a la satis-facción de impulsos instintivos, sin esforzarse por construir vín-culos duraderos de pertenencia recíproca y sin apertura a la vida. Estamos llamados a contrastar dicha mentalidad” (Homilía en el hipódromo de Zagreb, 5 de junio, 2011).

Redescubrir que la fe es vida

Dar este paso para encontrarnos los cristianos en el Año de la Fe, también nos llevará a redescu-brir que la fe es vida. Preguntado sobre qué pautas podría dar para la nueva evangelización, afi rma Pérez Soba que “lo importante es mostrar primero nosotros, los cristianos, para qué vivimos. Nosotros, por medio de nuestras acciones mostramos que vivimos para algo más grande, y esto es muy necesario para que las otras personas también puedan tener un sentido de su vida”.

“Yo creo –continúa explicando-, que el gran problema es que a veces hemos percibido la fe como una especie de ideología, que no-sotros creemos y que nos ayuda como un sistema de ideas, y la vida va por otra parte. Se trata de una dicotomía que viven muchas

Fernando Miranda: “Este momento social que vivimos requiere de personas optimistas y de una Iglesia que sea también optimista, que anime a la gente a encontrarse con este Dios de la vida, a vivir la vida con satisfacción, como un camino de realización, de sentido, sabiendo que en medio de la vida está el Señor”

Encuentro de carde-nales con el Papa, celebrado en la Santa Sede, el 17 de febrero pasado, con motivo de la nue-va evangelización. Fue muy elogiado el discurso del actual cardenal de Nueva York, mons. Timothy Dolan.

personas, y esto es un punto fun-damental, porque lo que no sa-bemos es decir que nuestra fe es ante todo un amor que nos trans-forma, que es el amor de Cristo, y responder a ese amor nos lleva a descubrir de qué manera la fe es vida, lo que es esencialmente el amor, no es como un sistema de normas que tengamos que aplicar a una vida diferente”.

En la respuesta a ese amor, en-contramos que la fe es una re-lación con Dios. “¿Por qué sabe Jesús que el Reino de Dios está cerca? Lo sabe porque lo expe-rimenta en su oración, en su re-lación con Dios. Si la fe es preci-samente una relación con Dios, Jesús es el hombre que más fe ha tenido, porque es el que ha tenido la relación más estrecha con Dios”, leemos en “Cristología para empezar”.

Por consiguiente, la nueva evan-gelización nos llevará a los cristia-nos a cuidar de nuestra identidad, nos llevará a la oración, entendi-da como el trato frecuente con el Señor, a cultivar la pertenencia eclesial y a la misión.

Afi rma el Papa Pablo VI: “La co-munidad de creyentes, comuni-dad de esperanza vivida y co-municada, comunidad de amor fraterno, tiene necesidad de escu-char sin cesar lo que debe creer,

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las razones para esperar, el man-damiento nuevo del amor. El pue-blo de Dios inmerso en el mundo y, con frecuencia, tentado por los ídolos, necesita saber proclamar “las grandezas de Dios”, que la han convertido al Señor y ser nue-vamente convocada y reunida por Él”. En defi nitiva, que la Iglesia siempre tiene necesidad de ser evangelizada, si quiere conservar su frescor, su impulso y su fuerza para anunciar el Evangelio.

Como nos ha dicho Monseñor Rino Fisichella, presidente del Pontifi cio Consejo para la Nueva Evangeli-zación, “la nueva evangelización no es para una clase especial de creyentes. La comunidad cristiana es el centro de la nueva evangeli-zación. Una comunidad que tiene en cuenta y valora los carismas de todos sus miembros. Es decir, la parroquia como el hogar o la síntesis de todas las fuerzas de la Iglesia. Cada bautizado tiene que ser evangelizador. Estamos todos llamados a la misión”.

Los jóvenes evangelizan así

Ejemplos de nueva evangelización nos lo están dando ya los jóvenes, que tras la JMJ están saliendo al encuentro de otros jóvenes. Vea-mos algunos testimonios que nos muestran cómo la pastoral juve-nil se está abriendo camino para transmitir la fe.

• Escuchar, saliendo al encuentro de la gente y acogerla, sabien-do responder a sus necesidades, “ayudando a cada uno a que en-cuentre su vocación en medio de este mundo y poder ofrecerle algo que calme su sed, su búsqueda”.

Fernando Miranda, licenciado en Teología Pastoral y delegado de Pastoral Juvenil de la Inspecto-ría Salesiana de Valencia, está visitando las diócesis para comu-nicarnos las experiencias de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en Madrid, “que han sido tan enriquecedoras que hay que llevarlas a la práctica en nuestras comunidades y grupos”.

“Hoy en día todo va muy rápido -nos comenta- y no estamos en un momento de vivir la vida a mi-croondas, sino a fuego lento: de saborear las experiencias, de des-cubrir en ellas qué es lo que pode-mos encontrar de enriquecedor; en cuál de esas experiencias Dios nos habla. A su vez, hemos de tener en cuenta que estamos en una sociedad donde lo que no se comparte y lo que no se comunica no existe a los ojos de nadie: esto es lo primero y lo más fundamen-tal en este momento: comunicar y compartir estas experiencias que nos han enriquecido, y a partir de ahí, descubrir por dónde el Espíri-tu nos quiere empujar a caminar”.

• Escuchar, saliendo al encuentro de la gente y acogerla, sabien-do responder a sus necesidades, “ayudando a cada uno a que en-cuentre su vocación en medio de este mundo y poder ofrecerle algo

que calme su sed, su búsqueda”.

Fernando Miranda nos dice que necesitamos para la evangeli-zación una serie de actitudes: Creatividad, ser creativos en la escucha y en el camino; la fi deli-dad a nuestra raíz, a la presencia del Señor en medio de la comu-nidad. También la confi anza en la llamada que Dios nos ha hecho, que nos envía a dar testimonio, a anunciar, a compartir. Y algo que es igualmente muy importante: optimismo.

“Creo que este momento social que vivimos requiere de personas optimistas y de una Iglesia que sea también optimista, que anime a la gente a encontrarse con este Dios de la vida, a vivir la vida con satisfacción, como un camino de realización, de sentido, sabiendo que en medio de la vida está el Señor”, afi rma. La proclamación del Evangelio a lo largo de todo el mundo hay que entenderla tam-bién en clave de testimonio que une inseparablemente el anuncio y la vida. Es conveniente recordar aquellas palabras del papa Pablo VI: “El hombre contemporáneo escucha mejor a quienes dan tes-timonio que a quienes enseñan (…), o, si escuchan a quienes en-señan, es porque dan testimonio”.

• Tener presencia activa en las

José Ramón Busto (ex-rector de la Universidad de Comillas): “La Iglesia es el grupo de personas que confi esa que el Señor vive, y orienta su existencia en estos puntos: 1. Dios nunca abandona al hombre justo; 2. Merece la pena ser como Jesús y realizar en nuestra vida su mismo itinerario, convencidos de que ahí está el sentido del mundo y de la historia”

Pérez Soba, autor del libro, “Cristología para empezar”, afi rma que la nueva evangeliza-ción nos llevará a los cristianos a cuidar de nuestra identidad, nos llevará a la oración, entendida como el trato frecuente con el Señor, a cultivar la pertenencia eclesial, y a la misión”

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redes sociales, en la nueva cultura de los medios de comunicación.Rafael Rubio, director de Comu-nicación de la Jornada Mundial de la Juventud, explica que “es muy importante utilizar las re-des sociales (Facebook, twenti…), como herramienta para relacio-narnos entre sí, también por parte de la Iglesia, por las parroquias y grupos juveniles, “porque las redes sociales se han convertido en uno de los lugares donde la gente está. Antes, los apóstoles iban por los pueblos predicando el Evangelio. Hoy la gente vive, por decirlo de alguna manera, en las redes sociales. Es en ellas donde se comunican, por tanto, la Igle-sia tiene que estar presente ahí y hablando el lenguaje, el idioma que habla la gente en ellas: un lenguaje tremendamente gráfi co, que busca el impacto, con un fuer-te contenido audiovisual, fresco”. Es un lugar donde, como decía el Papa Benedicto en su mensaje en la jornada sobre Comunicación Social, se abren infi nitos horizon-tes de apostolado.

• Permanecer junto a la persona en su vida cotidiana. Encarnarte tú mismo en la realidad donde estés.

La Iglesia también insiste en su capacidad de permanecer junto a la persona en su vida cotidiana, no perder el rostro de Iglesia do-

méstica, popular, y en contextos minoritarios o de discriminación, anunciar desde esas realidades el mensaje vivifi cante del Evan-gelio, como se observa en los Lineamenta. Es tener presente en todo momento el Misterio de la Encarnación, como he tenido oportunidad de escuchar a Fran-cisco Javier López López, sacer-

Francisco Javier López (sacerdote mi-sionero paúl): “Siempre tengo pre-sente el misterio de la Encarnación: Dios se hizo hombre, y tú mismo has de encarnarte en la realidad donde estés, dejándote interpelar por ella y poniendo los dones que Dios te da al servicio de las personas”

Monseñor Rino Fisichella es el pre-sidente del Pontifi cio Consejo para la Nueva Evangelización. Reciente-

mente ha dicho: “La nueva evangeli-zación no es para una clase especial de creyentes. Cada bautizado tiene

que ser evangelizador. Estamos todos llamados a la misión”.

dote misionero paúl, entregado a la misión principal de los paú-les, que es la evangelización de los pobres, de las personas más necesitadas: “Yo siempre tengo presente el Misterio de la Encar-nación, desde el que también nos habla Dios: Dios se hizo hombre, asumió nuestra naturaleza huma-na y creo que una manera de ha-cer presente ese gesto de la En-carnación es encarnarte tú mismo en la realidad donde estés y de-jarte interpelar por ella e intentar poner ese granito de arena, esos dones que Dios te da, al servicio de las personas con quienes es-tás y mientras más pobres sean, mientras más necesitadas estén, creo que es donde más tenemos que volcarnos”. (Fuente: Deleg. Dioc. de MCS de Albacete)

MISIÓN MADRID 2012-2013“Necesitamos una verda-dera renovación de los co-razones, de las almas y de las conciencias” ha dicho el Cardenal Arzobispo de Madrid en la presentación el 11 de septiembre pasa-do del Plan Pastoral para la Archidiócesis 2012-2013 “Servidores y Testigos de la Verdad”. El Cardenal explicó que este Plan Misión Madrid -con el que se pretende dar una respuesta a la nueva evangelización pedida por Benedicto XVI en la últi-ma Jornada Mundial de la Juventud- no será posible si no hay una conversión personal profunda de cada una de las personas que se sientan llamadas a evange-lizar. “La fe es fruto de una conversión personal”, dijo, y “este testimonio hacia los bautizados pero alejados de

la gracia, ha de ser anunciado de mane-ra directa a través de la vida personal y familiar, de las realidades culturales y públicas, de las expresiones artísticas y de desa-rrollo humano; teniendo en cuenta la situación de crisis en la que vivimos, que no es una simple crisis social sino que es antropológica, una crisis es-piritual enorme y trascendente”. “La Misión Madrid va a hablar de Cristo a los jóvenes -dijo-, pues si enraizan su vida, su corazón, sus proyectos de futuro en Jesucristo, ellos mismos serán protagonistas de la superación de esos problemas de falta de tra-bajo, de relaciones familiares, etc. La Iglesia puede ofrecer ayuda en el ámbito humano-espiritual” (indepen-dientemente de la labor que haga a través de sus instituciones dedicadas a una labor asistencial). VLV.

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Por ellosPor ellos

ENTREVISTA A ÁLVARO MARTÍN-MORENO, ADISLI

A lo largo de la historia, ha habido una evolu-ción en los términos empleados para refe-

rirnos a la discapacidad como un paso más en su inclusión social. Es posible que para muchas personas sea la pri-mera vez que escuchan “fun-cionamiento intelectual limi-tado”. ¿A qué nos referimos?

El cambio terminológico respon-de a un cambio en la concepción de la propia discapacidad. Hemos dejado atrás términos que hacían referencia a valer menos o a no poder hacer, y hemos comenzado a utilizar términos que se refi eren a la capacidad y diversidad de las personas.

Tradicionalmente la inteligencia límite se describía como aquellas personas que ni tienen una capa-cidad intelectual que les permita desenvolverse en la sociedad con autonomía ni tienen una disca-pacidad intelectual que requiera apoyos generalizados. Estaban

en tierra de nadie, sin atención, lo que les colocaba en una situa-ción de especial vulnerabilidad. En la actualidad es un colectivo reconocido y, sobre todo a par-tir de la Convención de Naciones Unidas de los Derechos de las Personas con Discapacidad, de-bemos hablar de personas cuyo funcionamiento intelectual es li-mitado pero pueden llevar una vida normalizada si reciben los apoyos necesarios.

¿Cuáles son las primeras se-ñales de alarma que pueden hacer pensar a los padres que un niño tiene un funciona-miento intelectual limitado?

Aunque los padres suelen percibir las difi cultades en el niño, la la-bor de detección debe realizarse en los centros escolares. A par-tir de los seis años se espera del niño la adquisición de una serie de aprendizajes como la lecto-escritura y se le empieza a exigir un rendimiento académico. Los profesionales de la enseñanza

son los que pueden percibir las primeras señales de alarma por comparación al ritmo y capacidad de aprendizaje entre iguales.

Son niños que desde edades tem-pranas, tienen difi cultades para cumplir los objetivos marcados en un aula en alguna o en todas las áreas. El funcionamiento intelec-tual limitado no lleva parejo unos rasgos físicos o unos problemas del desarrollo que pudieran faci-litar el diagnóstico sino que tiene que ver, exclusivamente, con una difi cultad mayor para entender el mundo.

El problema surge cuando por desconocimiento, se cae en el error de creer que el niño es vago, desobediente o tiene problemas de conducta; pero en realidad se trata de que su capacidad para entender lo que se le pide y se espera de él es diferente. Y ahí surge la introversión, el miedo al rechazo, la frustración y en definitiva, se sientan las bases para el aislamiento social

agapito aliende

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en el entorno que, como dec ía , es la segunda unidad de socialización en importancia. Superados el qué es y el ahora qué hacemos, aconsejaría a los padres que buscaran un recurso especializado en la atención a esta tipología de discapacidad concreta, donde se trabaje a partir de la fi losofía de la Planifi cación Centrada en la Persona, porque van a sacar el máximo potencial de sus hijos y le van a ofrecer los apoyos que necesite para convivir con sus limitaciones. En defi nitiva, que vengan a ADISLI.

¿Qué trabajos pueden desa-rrollar estas personas? ¿Cuál es su actitud hacia el empleo?

Nuestra sociedad está orientada al empleo. Incluso la enseñanza, a partir de la LOGSE, se ha orien-tado a un rendimiento. Ya no se potencia el aprendizaje académi-co para el desarrollo de la persona sino que se exige un rendimiento que se mide en notas, niveles, etc. Ese rendimiento es la preparación para acceder a un empleo en la edad adulta, asumir una compe-tencia social y ser productivos. Las personas con funcionamien-to intelectual limitado, igual que todas las personas, desean ser activos y tener un empleo para vivir de él y no de una pensión a

la que, además, muchos de ellos no tienen derecho en la actualidad porque incluso la Ley de Atención a la Dependencia y Promoción de la Autonomía les excluye. Con la formación adecuada sus mayo-res habilidades laborales están en empleos manipulativos, auxiliares administrativos, jardinería, etc. Trabajos que pueden hacer de for-ma autónoma tras un aprendizaje específi co.

Las empresas han tenido una importante evolución. Del re-chazo se pasó a la incorporación de personas por una cuestión de imagen, pero hoy en día (al me-nos ADISLI) se ha conseguido que las empresas que contratan a personas con funcionamiento intelectual limitado lo hagan por su rendimiento económico: son trabajadores que hacen bien su trabajo y su coste es menor por las subvenciones y ayudas exis-tentes. Además es cierto que la empresa mejora su imagen social.

Una Asociación como ADISLI, surgida de la voluntad de va-rios padres que buscan una respuesta específi ca a las ne-cesidades de sus hijos, ¿cómo pasa en 15 años de ser un sue-ño a convertirse en un refe-rente en la atención a estas personas?

El origen de ADISLI es “nadie se ocupa de mi hijo de forma espe-cializada, así que me voy a ocupar yo”. Un grupo de padres pone en marcha una asociación especí-fi ca orientada a la intervención profesional. La adopción de una metodología innovadora como es la Planifi cación Centrada en la Persona donde se potencian las capacidades y se identifi can las necesidades de apoyo. El éxito de ADISLI es ofrecer un ajuste entre las expectativas, las capacidades y las necesidades de apoyo, orga-nizado en un sistema de trabajo con profesionales de gran prepa-ración técnica.

Trabajar para mejorar la ca-lidad de vida de las personas con funcionamiento intelec-tual limitado, no es por tanto, una utopía sino un objetivo real.

Álvaro Martín-Moreno Guijarro es director gerente de la Asociación ADISLI. La reestructuración técnica y organizativa

que se ha realizado en esta entidad ha conseguido el apoyo de los organismos públicos de atención a la discapacidad.

ADISLI, hoy día es un referente en la atención a personas con funcionamiento intelectual limitado

En 2012 Álvaro Martín-Moreno asume el reto

de liderar la apertura del

Centro para la Atención de la

Autonomía y el Desarrollo de

las Personas con funcionamiento

Intelectual Limitado que

abrirá sus puertas en el mes de

noviembre.

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Exactamente. En ADISLI establecemos objetivos concretos que son evaluados, se analiza el grado de cumplimiento, se introducen mejo-ras periódicamente y la persona ve qué aspectos de su vida mejoran y en qué va ganando autonomía. Eso es muy real.

Podemos seguir la evolución de este proyecto en internet. Pero, ¿cómo podemos ayudar?

El Ayuntamiento de Madrid nos ha ofrecido una concesión dema-nial de un local de 600 m2 para abrir el Centro ADISLI. En la sede actual no tenemos espacio físico para atender a todas las perso-nas que lo solicitan y ha llegado el momento de dar un paso ade-lante y ampliar nuestra capaci-dad de prestar este servicio social complementario a las actuaciones públicas en materia de servicios sociales.

Teniendo en cuenta que este centro será referencia de una discapacidad que afecta al 1% de la población, entendimos que la sociedad tenía que conocer el proyecto, conocer qué es el fun-cionamiento intelectual limitado y tener la oportunidad de identi-fi carse con esta necesidad social. La reforma del local y la apertura del Centro será posible gracias a la suma de muchas personas, em-presas y organizaciones que han aportado donaciones, desde pe-queñas aportaciones de 10 euros a concesiones de 70.000 euros, siendo valoradas todas por igual en la medida en que son el refl ejo de una voluntad que empatiza con las necesidades de estas personas y desea apoyarlas.

En la página web www.en-2012nospiramos.org está toda la información sobre el Centro, cómo se planifica la reforma, las donaciones recaudadas has-ta la fecha, muchas fotografías de quiénes somos y qué vamos a hacer, etc. Y también un blog donde todos los días se publican

testimonios o informaciones que merece la pena compartir. ¿Ayudar? Está en la voluntad de cada uno echar una mano a los que tiene alrededor, entrar en la web y hacer una donación o hacer voluntariado en ADISLI, acudir a nuestros actos solidarios donde la recaudación se destina al pro-yecto... Hay muchas formas, cada persona debe encontrar aquella que le llene tras conocernos.

Por último, ¿considera que la sociedad está preparada para la convivencia con la diversi-dad funcional o nos queda mu-cho camino por recorrer?

Queda mucho camino por reco-rrer, tanto a la sociedad como a las instituciones públicas. La so-ciedad no está preparada para aceptar la diferencia, por un pro-blema educacional. Estamos edu-cando en la competitividad, no en valores. No se asume la discapaci-dad como un valor sino como una concesión, como una especie de compromiso. Debemos aprender a mirarnos como personas, sin tratos especiales. Hay aún mucho desconocimiento sobre la disca-pacidad intelectual, estereotipos y prejuicios que son barreras para la convivencia.

ASOCIACIÓN DE APOYO PARA PERSONAS CON

FUNCIONAMIENTO INTELECTUAL LIMITADO

C/ ADELFAS, 4 – LOCAL – 28007 MADRID

T. 915015848 – 915514779

www.adisli.orgwww.en2012nospiramos.org

Familias Familias

Carlo Maria Martinirefl exiona sobre la familia y cómo la crisis de valores en la sociedad afecta a su situación.

Familias en exilio es la última obra del cardenal Martini publicada antes de su fallecimiento.

Heridas, reencontradas, reconciliadasexilioexilioenen

168 págs. 11€

Resina, 1 • 28021 Madrid Tel.: 917 987 426 / 427 • Fax: 915 052 050 [email protected] • www.sanpablo.es

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EL PROFETA DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓNjose maría fernández lucio, SSP

Cuando el papa Juan XXIII convoca el concilio tie-ne presente las palabras de Jesús: “Yo estaré con

vosotros todos los días hasta el fi n del mundo” (Mt 285,20). Esta presencia de Cristo en la Iglesia, a pesar de las difi cultades que ha tenido que soportar a través de los siglos, demuestra que siempre ha sido y sigue siendo maestra de la Verdad y administradora de la salvación. Al p. Alberione, gran ob-servador de los signos de los tiem-pos, no le pasa por alto la grave situación que está atravesando la humanidad y la Iglesia: profundos cambios, un nuevo orden, nuevas conquistas en el campo científi co y técnico. Pero, por el contrario, el proceso espiritual no ha seguido los mismos pasos. A pesar de su avanzada edad, y de que algunos lo consideran un papa de transi-

ción, Juan XXIII no es una persona que se arredra y en vez de lamen-tarse y ver sólo tinieblas por to-das partes, como hacen algunos, concibe la esperanza de tiempos mejores. Los mismos avances en los diversos campos de la ciencia y de la técnica ofrecen al hombre la posibilidad de usarlos para el bien, a la vez que el mismo hombre des-cubre sus propias limitaciones. No es omnipotente.

La humanidad se encuentra en una indigencia espiritual y sólo la Iglesia puede ofrecerle la capaci-dad de solucionar los problemas del hombre contemporáneo. Es verdad que la Iglesia no está lla-mada, por vocación, a solucionar los problemas del hombre contem-poráneo, los problemas terrenos, sin embargo, no puede desinte-resarse de los mismos para hacer

más humana la existencia de los hombres. Ella ofrece la posibili-dad de que el hombre comprenda su propio ser, su dignidad y el fi n al que debe aspirar. Cristo es el Señor de la historia y ha prome-tido, por la fuerza de su espíritu a esta comunidad, llamada Iglesia, que su fe, esperanza y amor nun-ca le faltarán. Pero la efi cacia de un concilio no depende solo de la doctrina y las normas que pueda emanar; depende siempre de la obediencia que los hombres de la Iglesia adopten ante el gobierno del espíritu que se produce fuera del concilio. En una palabra, es la conversión lo que pide el concilio a cada uno de nosotros.

El concilio Vaticano II, en contra de los celebrados anteriormente, ha constituido el acontecimiento más grande, según algunos, del

Este año 2012 celebramos los cincuenta años de la convocatoria del concilio Vaticano II por el papa Juan XXIII. El P. Santiago Alberione, fundador de la Pía Sociedad de San Pablo, estuvo presente como oyente en los trabajos del concilio y participó con alguna ponencia en los mismos. En este artículo queremos destacar los puntos coincidentes del concilio con la intuición que había tenido el P. Alberione, muchos años antes, sobre los medios de comunicación social

la

del p. Alberione

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siglo XX, tanto por su aspecto eclesiástico como también histó-rico-eclesiástico. Fue el concilio de la verdad y del diálogo ecuméni-co y al mismo tiempo basado en la antigua y permanente fe de la Iglesia católica. No fue un concilio al que acuden los convocados para aplaudir los decretos conciliares preparados con anterioridad, sino para que cada participante expre-sara su juicio sin que la mayoría aplastara a la minoría, como su-cede en los parlamentos civiles, ni se establecieran compromisos con el fi n de dejar las cosas como estaban. Así se llega a la confron-tación de pareceres pero a la vez a una afi rmación que compromete a todos.

Si nos fijamos en las Constitu-ciones, Decretos y Declaraciones emanados del concilio nos dare-mos cuenta de que ha sido un con-cilio de la Iglesia y sobre la Iglesia, la idea que la Iglesia tiene de ella misma: su misión de santifi cación, su función de gobierno y su minis-terio doctrinal. Una misión que la ejerce hacia fuera con los no cató-licos, con los no cristianos, en las relaciones ante la situación actual del mundo y mediante el pluralis-mo en lo referente a la concepción del mundo. En una palabra, un concilio pastoral: preocupado por la Iglesia y por los hombres. Un concilio donde aparezca ante todo el mundo la faz amable y cariñosa de Cristo que brilla en nuestros corazones para resplandor de la claridad de Dios (2Cor 4,6). De él han desaparecido los anate-mas contra nada ni contra nadie y presenta a la Iglesia dispuesta a acoger maternalmente a todos.

El decreto Inter mirifi ca

Nuestro propósito no es examinar

uno por uno los distintos docu-mentos emanados por el concilio sino tratar de fi jarnos en el decreto sobre los medios de comunicación social, más conocido por Inter mi-rifi ca, que nació prematuramente y recibió la votación más difícil de todo el concilio y el menor número de aprobaciones: 1960 contra 160 non placet y siete abstenciones. Fue aprobado el 4 de noviembre de 1963. En una visión de síntesis se puede decir que es inferior a la doctrina de Pío XII sobre los mis-mos medios. Es también inferior a la investigación científi ca sobre la comunicación. ¿No se deberá todo esto a la poca sensibilidad que se advertía en la Iglesia sobre estos medios?.

Sin embargo para la Familia Pauli-na, y de un modo especial para su Fundador, constituyó una verda-dera confi rmación a toda su obra fundacional que tiene como objeti-vo: “llevar la palabra de Dios, a los hombres de hoy, con los medios de hoy”. Casi cincuenta años después se ratifi caba lo que él había man-tenido desde aquel 20 de agosto de 1914 en que diera inicio a la Sociedad de San Pablo en Alba, (Italia).

En el San Paolo, de diciembre de 1963 el Fundador presentó con júbilo el decreto Inter mirifi ca del concilio Vaticano II, como la con-sagración de nuestro apostolado. En el San Paolo de marzo del año siguiente, en un discurso que le dirigía al Cardenal Antoniutti, afirmaba: “Puedo asegurar que se corresponde en general y cons-tancia(...) al artículo segundo de las Constituciones, que se refi ere al apostolado con los medios de comunicación social para dar el mensaje de la salvación”. En el San

Paolo de enero de 1965, escribía: “El sentido de nuestro apostolado se deduce del decreto con que ha sido aprobado nuestro Instituto... La Iglesia considera como deber suyo predicar el anuncio de la salvación también con los instru-mentos de la comunicación social”. Resumiendo, su inspiración caris-mática de consagrar a la predica-ción de la Palabra estos podero-sos instrumentos, encuentra su perfecta traducción precisamente en el párrafo inicial del documen-to conciliar: “Entre los maravillo-sos inventos de la técnica que, sobre todo en nuestros tiempos, ha extraído el ingenio humano, con la ayuda de Dios, de las cosas creadas, la madre Iglesia acoge y fomenta con peculiar solicitud aquellos que miran principalmente al espíritu humano, y han abierto nuevos caminos para comunicar con extraordinaria facilidad noti-cias, ideas y doctrinas. Entre tales inventos sobresalen aquellos me-dios que por su naturaleza no sólo pueden llegar y mover a cada uno de los hombres, sino a las multitu-des y a toda la sociedad humana, como la prensa, el cine, la radio, la televisión y otros semejantes, que por ello pueden llamarse, con razón, medios de comunicación social” (IM 1).

El profeta de los medios de comunicación social

La razón por la que el P. Alberio-ne siente tan intensamente este documento del concilio se debe a que él había sido defi nido con toda justicia como «el profeta de los medios de comunicación social». Siguiendo a san Pablo, profeta es el que «habla a los hombres de parte de Dios, los instruye, los ex-horta y consuela... Quien profeti-

El 11 de octubre de 1962 se abre el concilio Vaticano II. Alíneas, una imagen de los padres conciliares entre los que ción social”, p. Santiago Alberione.

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la evangelización con “los medios más rápidos y efi caces”, según el espíritu de san Pablo. Siguiendo las huellas de san Pablo, con sus intuiciones carismáticas, sin hacer ruido, indica a la Iglesia el cami-no para superar el complejo que la aqueja y que la hace vivir en estado de asedio. Debe dejar de lamentarse y pasar a la ofensiva “con un nuevo empuje misione-ro” (AD 19), para poder recupe-rar, con nuevos métodos y nuevos medios, las grandes masas que se han alejado de la Iglesia, de Cristo y, tal vez de Dios. En defi nitiva, no dejar al enemigo el uso masivo y exclusivo de los medios de comu-nicación, sino utilizarlos para el Evangelio. El P. Alberione ha sido una imagen de Pablo, pero un Pa-blo vivo hoy, poniendo los medios de comunicación social al servicio del Evangelio.

Su visión de la mujer El P. Alberione es un gran seguidor de san Pablo y conocemos cómo este apóstol, en su apostolado, supo insertar a la mujer en este campo. Son frecuentes en sus cartas las referencias a mujeres y en la carta a los Romanos encon-tramos el nombre de muchas de ellas. No nos importa el número sino el papel que desempeñan en la primitiva Iglesia y cómo la tarea de evangelización se interpretaba como una obra colectiva. Encon-tramos en Pablo tantos matrimo-nios como hombres y mujeres particulares. Según las cartas pau-linas había grupos cristianos que desarrollaban diversas funciones y tareas ejercidas por personas que ostentaban distintos lideraz-gos y que contribuían a ampliar la unión de la comunidad: Febe en Cencreas (Rom 16,1-2); Cloe

en Corinto (1 Cor 1,11); Ninfas en Laodicea (Col 4,15); María, la madre de Juan Marcos en Jeru-salén (He 12,12); Lidia en Filipos (He 16,14–15,40). ¿De dónde les provenía esta fuerza? Del Resuci-tado. Él les empujaba a comunicar la palabra y la obra del Evangelio recibido, convencidas de que se han roto las barreras: “Ya no hay diferencia entre judío y griego, en-tre esclavo y hombre libre, entre varón y mujer. Pues todos sois uno solo en Cristo Jesús” (Gál 3,28).

¿Por qué las mujeres no pueden evangelizar con el mismo ímpetu y fervor que los varones? ¿Qué hubiera sido de la expansión del cristianismo sin la mujer? Fueron, sin duda un componente funda-mental. Clemente de Alejandría (siglo II) ha dejado escrito: “Los evangelizadores cristianos llevan consigo mujeres no como esposas, sino como hermanas que les ayu-dan en los servicios de las amas de casa; gracias a ellas, el cristia-nismo podía penetrar incluso en los gineceos sin suscitar ningún escándalo” (Stromata).

Por otra parte, como gran escruta-dor, de los signos de los tiempos, Santiago Alberione no es ajeno a lo que está sucediendo entre fi nales del siglo XIX y el XX. Se está forjando una nueva sociedad más técnica y democrática donde resalta de modo particular la pro-moción de la mujer cuya actividad se hallaba antes limitada. Se va evolucionando mucho y la mujer tiene mayor inserción en la socie-dad y se siente protagonista en las nuevas situaciones. La mujer va actuando en casi todos los cam-pos de la vida y de la sociedad. La mujer pasa a estar de la retaguar-dia a la vanguardia en el trabajo

za edifi ca la Iglesia” (1Cor 14,1). Santiago Alberione es un hombre perfectamente abierto a los signos de los tiempos y en este sentido, sumamente sensible a las trans-formaciones que se avecinan, así, fue capaz de indicarlas con fuerza, aunque a la vez era consciente, como escribe en Las abundantes riquezas de su gracia (43-44) “no hay que forzar la mano de Dios: basta vigilar, dejarse guiar”, “obrar con tanta naturalidad que difícil-mente se puede distinguir la gracia de la naturaleza, pero claro que están las dos”.

Nacido dentro de un sistema, lo juzga con una luz más alta, en nombre de Dios: denuncia sus lí-mites y defi ciencias, anuncia ideas y signos nuevos con una lucidez de que carecen sus contemporá-neos; con un fuego interior que le hace capaz de afrontar cualquier difi cultad; provisto de una tenaci-dad indomable y dotado al mismo tiempo de una paciencia ilimitada; en este sentido, el profeta está abierto de una forma especial a los signos de los tiempos y, sobre todo, respeta los tiempos de Dios.El P. Alberione se pone con todo derecho en la línea de los profetas, no de los que apuntan con el dedo para anunciar castigos o denun-ciar sólo abusos, sino en la de los que, acogiendo los impulsos del Espíritu, construyen sin detener-se en lamentaciones inútiles. “Las lágrimas baldías sobre los males presentes no dan ni gloria a Dios ni bien a los hombres, ¡claro que no! Tú, en cambio, haz también algo” (CISP 1309).

¿Dónde está, pues, la novedad de su intuición apostólica? Se des-prende claramente de eso que llamamos su carisma específi co:

I. A la izda, el p. Alberione con el papa Juan XXIII. Sobre estas que se distingue al llamado “profeta de los medios de comunica-

Junto a estas líneas, el p. Alberione con las Hijas de San Pablo, una de las ramas de la Familia Paulina.

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pastoral; de ser una simple recep-cionista del Evangelio a difusora del mismo Evangelio. Se pasa de un feminismo mal entendido a un feminismo auténticamente cristia-no. Si en el siglo XIX se empieza a dar la revolución igualitaria en el campo político, ¿por qué no puede darse también en el campo religio-so? La mujer es una pieza clave en la reconstrucción de la sociedad cristiana. “Vosotras sois, después de Dios, la esperanza del mundo” había escrito J. Roca y Cornet.

El P. Alberione no es un teórico, sino que pasa a la acción y el 15 de junio de 1915 funda la Con-gregación de las Hijas de San Pablo dedicada a los medios de comunicación social. Dice de ellas: “Creo que, habiéndoos destina-do al apostolado de las ediciones, no podía confi aros un apostolado mejor. Este se acerca mucho al ministerio de la enseñanza que es propio del sacerdote, se acerca mucho a la misión realizada por Jesús. Él predicó, usó frecuente-mente la Escritura; vosotras tenéis en las manos la Sagrada Escritura y por tanto participáis del misterio de Jesucristo mismo. En segundo lugar, participáis del ministerio de la Iglesia que es depositaria de la palabra divina. Vosotras recibís esta divina palabra de la Iglesia y la difundís entre los hombres. Por tanto servís directamente a la Iglesia” (Haec meditare II). Según las palabras de san Pablo, las Hijas de San Pablo, cumplen el deber de evangelizar: “Dedícate a tu trabajo de evangelista” (2Tim 4,5).

A las Hijas de San Pablo las con-sidera como las mensajeras de Dios: “Difundir la Sagrada Escri-tura es la carta escrita por Dios a los hombres; pero faltan los men-sajeros que la lleven. Las Hijas de San Pablo hacen de mensajeras. Escasean los que la multipliquen, y las Hijas de San Pablo la multi-plicarán con las máquinas de im-primir. ¡Qué cosas tan hermosas tenéis que hacer! Dios ha escrito y los hombres no reciben la carta, pero vosotras se la llevaréis, para que todos la reciban, y si voso-tras realizáis el ser mensajeras de Dios, podéis estar seguras que habéis encontrado el camino del cielo” (Haec meditare II).

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TODO LO HAGO NUEVOvictoria luque

En tierra de nadie

Por qué tengo miedo, si nada hay imposible para Ti. Por qué tengo miedo… si nada

hay imposible para Ti. Nada hay imposible para ti. Nada hay impo-sible para ti. Llevo tarareando es-tos versos toda la mañana. ¿Por qué? Porque veo que algo falla, que algo no va bien, que yo per-sonalmente, y José Manuel con-migo, no acabamos de creernos que hemos encontrado la piedra preciosa. Y que todo lo demás es basura.

Nos falta la gracia. Nos falta Es-píritu Santo. Y eso no se puede comprar, no hay ningún sitio don-de puedas pedir “cuarto y mitad de Espíritu Santo”. Eso el Señor te lo da gratis, cuando Él quiere y en la medida en que Él quiera. Y sin Espíritu, imposible amar. Imposible entregarse, donarse. Imposible ser feliz. Entonces… qué hacer. Pues sencillamente, pedirlo con humildad. Pedir su Santo Espíritu, a quien da la Vida con mayúsculas.

Una vez visto el mal, sólo queda buscar el remedio. Yo sé que algo no va bien, y que de alguna ma-nera se nos están yendo, sin to-carnos si quiera, tantos dones que el Señor tiene reservados para nosotros. Veo que en mi casa no hay alegría, sí hay bullicio, pero falta la esperanza. Ese gozo inte-rior que lo transforma todo. Ahora empiezo a comprender la palabra del Sembrador. Para mí que la Pa-labra del Señor se nos ha quedado entre las zarzas, o agostada y sin

agua en medio de las piedras. A veces me escandalizo de cómo somos. En esto Satanás también hace su obra, pone delante de mí el desastre de familia que somos, lo poco que nos queremos, lo poco que nos respetamos, los gritos, los insultos, la falta de misericor-dia… en definitiva, egoístas de tomo y lomo. Soberbios, a más no poder. Indolentes, caprichosos, insensatos. ¿Esto es una familia cristiana? Evidentemente, no. El escándalo que podemos provocar en quienes nos ven…

Esto está mal. Pero, nada hay imposible para Ti. Que lo sepa el embaucador. Nada hay imposible para mi Señor. Él lo puede ha-cer, si yo le dejo. Porque lo ha hecho muchas veces en mi vida, ha transformado el infierno en cielo. Ha colocado de nuevo la esperanza en medio de mi casa. Hemos podido pedirnos perdón, hemos podido rezar juntos, he-mos podido dar gracias y bende-cir. Donde hubo maldición, habrá bendición. Se lo digo al embauca-dor y al mentiroso, para que vaya a enredar a otra parte.

Sé que nos ha enredado a José Manuel y a mí misma con el tema de la casa, una casa más grande, dinero para llegar a fi n de mes,

dinero, dinero, que no tengamos problemas económicos, vacacio-nes… donde esté tu tesoro, ahí está tu corazón. Y mi tesoro está, o mejor estaba, en estas cosas. No, ya me he dado cuenta. Sé, porque lo he experimentado, que Tú provees incansablemente, que nos cuidas con verdadero amor de Padre, que yo soy tu Hija aun-que muchas veces no lo parezca o reniegue con mi boca o con mi corazón, de Ti.

Señor, céntranos a José Manuel y a mí. Danos de tu Espíritu Santo. Danos a degustar tu Amor. Que podamos descansar en Ti. Que nuestra tierra sea fecunda. Que tu Palabra caiga en buena tierra, que podamos acogerla, hazla tú fructifi car. Que nos creamos que Tú estás vivo y resucitado y tienes poder para cambiar nuestra vida. Danos de tu agua, de ese agua de tu Espíritu, que podamos soltar las amarras del barco, que deje-mos de estar con un pie en tierra y con otro en el mar, porque así, ya lo sé (como dice una amiga mía, a la que estoy empezando a que-rer especialmente) te “escoñas” (y perdón por la expresión). Así, nos partimos en dos y no estamos ni con el mundo ni con Dios. En tierra de nadie. ([email protected])

La siesta. Vincent van Gogh. Musée d´Orsay 2006.

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YO SOY EL ALFA Y LA OMEGApedro moreno

Avanzamos en el camino de la fe

“Venid a mí y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón (Mt 11, 29-30)

Hemos estrenado recien-temente este Año sin-gular, octubre 2012 a noviembre 2013, que

el Papa nos ha presentado como Año de la Fe. Avanzamos ya por él. Un año para refl exionar so-bre nuestra fe y su alcance, y también para celebrarla y vivirla debidamente. La puerta o arran-que de la fe, como nos recuerda el mismo papa en la Carta Porta Fidei, es el bautismo.

Por el bautismo entramos en la misma vida de Dios (en la vida de la Trinidad santísima), re-cibimos el don santo de la fe. Las aguas bautismales fueron la puerta de entrada en el seno de la divinidad. Por el bautismo, nos dice san Pablo, quedamos incorporados e injertados en el misterio de Cristo y por Él tene-mos acceso al Padre por el don del Espíritu. Entrando por esa puerta de las aguas bautisma-les nacemos de nuevo, nace-mos a una vida nueva y mejor, y quedamos revestidos con los mismos sentimientos de Cristo. Así iniciamos una vida nueva y un camino nuevo, el camino y la vida de fe.

Debemos avanzar en el camino de la fe

Nos preguntamos ahora, ¿qué signifi ca avanzar por el camino

de la fe? La respuesta parece clara y lógica: si la puerta de la fe es el bautismo, la nueva vida en Cristo, podemos afi rmar que el camino de la fe es vivir esa nueva vida, es decir, vivir la vida de Jesucristo. El camino de la fe es, por tanto, Jesucristo.

Caminar en fe signifi ca, por lo mismo, caminar desde el Señor y caminar con el Señor. Caminar como Él. En esta refl exión de hoy queremos ahondar en ese camino de la fe, en el caminar en fe; queremos ahondar en el misterio del Señor, que se nos ha revelado como Camino, y tam-bién como Verdad y como Vida.Este año, que se ha dado en lla-mar y celebrar como Año de la Fe, hay que volver, mucho más insistentemente, sobre los pasos del Evangelio y ahondar en su mensaje y actualidad para no-sotros. Ahí, en el Evangelio, en la Palabra de Dios, descubrimos y encontramos al Señor. Desco-nocer la Palabra, decía san Je-rónimo, signifi ca desconocer a Cristo. Por tanto, en la medida en que entremos en la Palabra, la conozcamos y la saboreemos más y mejor, iremos encontran-do al que es nuestro Camino en la fe, es decir, a Jesucristo.

Jesucristo,verdadero camino de la fe

El Evangelio nos muestra y nos

revela el misterio de Jesús. Mis-terio, por otra parte, inagotable. Aquí, y sólo a título de ejemplo y sugerencia, nos fi jamos hoy en alguna de las dimensiones de su misterio. Aunque, como decimos, la meta es conocerle cada día más, quererle cada día más, imitarle cada día más ple-namente. Recordemos que es el mismo Señor quien nos advier-te y recomienda que vayamos a Él y aprendamos de Él. “Venid a mí y aprended de mí….” Tan-to el ir a Él como el aprender de Él evocan y sugieren algo vital y existencial, no algo meramente intelectual. Se trata de entrar en su misterio y vivir identifi cados con Él.

Algunos ejemplos del Evangelio

El Evangelio nos revela a Jesús anonado y humilde, pobre entre los pobres, llegando de lo más alto del cielo y su gloria a lo más bajo de la condición huma-na, “haciéndose uno de tantos” y viviendo al servicio de todos. Y nos pide que aprendamos de Él, es decir, que seamos también mansos y humildes. Ese, el ca-mino de la humildad y la pobre-za, el del servicio a todos como Él lo hizo, es el camino de la fe, el camino para avanzar desde la fe. El Evangelio nos revela y ma-nifi esta a Jesús en especial rela-ción y unión con su Padre, gas-

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tando muchas horas y momentos en soledad y oración, viviendo con frecuencia en la “montaña” del silencio y la intimidad orante. Nos pide, en ese mismo sen-tido, que oremos siempre y sin desánimo, y que lo hagamos llenos de confi anza, porque al que pide se le da y el que busca va a encontrar. La oración es, pues, otra expresión clara del camino de la fe, del caminar desde la fe.

El Evangelio nos presenta a Jesús cercano siempre a los que más sufren o es-tán más abatidos, cercano a los que se sienten más solos o más desorientados, como ovejas que no tienen pastor. Envía a los suyos y nos envía a nosotros, a su Iglesia, a hacer lo mismo: a curar enfermedades y dolencias, a expulsar de-monios, a anunciar su Reino de luz y de gracia… Este empeño de misericordia y bondad, de cercanía a los más necesitados, es también camino de fe, expresión de nuestro caminar en fe.

El Evangelio nos muestra y revela a Jesús paciente y misericordioso, dispuesto a buscar siempre a la oveja perdida, a abrazar siempre al hijo pródigo, a sa-nar siempre, en el cuerpo y en el alma, al paralítico de la camilla. Nos pide, en consecuencia, que vayamos en su nombre y con su estilo, que aprendamos lo que signifi ca misericordia quiero y no sacrifi cios. Eso es también avanzar por el camino de la fe, avanzar desde la fe y Jesucristo.

El Evangelio nos revela y manifi esta a Jesús subiendo a Jerusalén, marchando decidido a beber el cáliz que el Padre quiere que beba, aunque el vino sea amargo, para llevar a cabo la redención del mundo. Y nos recuerda que para seguirle hay que hacerlo por la misma senda o calvario, tomando la cruz y llevándola con Él y como Él. “El que quiera seguirme que tome su cruz…” Ese, el camino del seguimiento desde la cruz, es también el camino de la fe, expresión del caminar en fe.

Valgan sólo estos ejemplos para manifestar que este es el camino…; que Jesús es el Camino de la fe… Ese camino que se inicia con el bautismo y que avanza por la persona y el misterio de Jesús, por la identifi cación con Él, al estilo de Pablo: “…ya no vivo yo, es Cristo quien vive en mí”. Hagamos nuestras,, para terminar, las palabras de Benedicto XVI en Porta Fidei: “Durante este tiempo, ten-dremos la mirada fi ja en Jesucristo, “que inició y completa nuestra fe” (Heb 12,2): en él encuentra su cumplimiento todo afán y todo anhelo del corazón humano…” (Porta Fidei 13). ([email protected])

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La oportunidadLa oportunidad

WEB Y REDES SOCIALESjuan carlos pinto

Las editoriales católicas que publican el mensaje del evangelio tienen va-rias maneras de ver el cre-

cimiento de los eBooks. Una es como una oportunidad de soste-nibilidad y la otra como una opor-tunidad de evangelización. No hay duda de que la más importante es la segunda. Sobre todo para la editorial San Pablo.

El libro electrónico nos permite servir a públicos con característi-cas especiales como son las nue-vas generaciones y los emigran-tes que por primera vez se inician en estos medios. Por otro lado, los medios digitales también nos dan la oportunidad de ofrecer el mensaje cristiano a los jóvenes de una manera rápida, interesante e innovadora. Las tecnologías digi-tales interrogan a las Iglesias y editoriales religiosas propiciando un cambio de estrategias comu-nicacionales que pueden ser crí-ticas, para que el mensaje de la Biblia siga siendo relevante para las nuevas generaciones.

Cada cambio tecnológico, a tra-vés de la historia, le ha dado a la Iglesia una oportunidad que no siempre se ha aprovechado. Estamos tan acostumbrados a lo tradicional que encontramos múltiples excusas para no expe-rimentar con los nuevos medios. Tememos a lo desconocido y nos aterra lo nuevo. La Sociedad de San Pablo y su editorial conscien-te de que ha recibido el mandato de ser “luz del mundo” ha incur-sionado en este nuevo medio, viendo el reto de los eBooks para

la comunicación del evangelio y apro-vechandolo como herramienta para comunicar la fe.Presentamos estos avances tecnológi-cos al servicio de la difusión de los valores humanos y cristianos, ofreciendo en formato e-Book una selecta y variada oferta de nues-tro catálogo.

Los primeros libros elegidos para la puesta en marcha de es te nuevo f o r m a t o forman parte de la colección B i b l i o t e c a C l á s i c o s C r i s t i a no s . D e s d e s u lanzamiento hasta la fecha se ha enriquecido notablemente la oferta, así, entre mayo y septiembre se han preparado y puesto a la venta un total de 35 títulos de las diversas colecciones (365 días con…, Sígueme, Betel, BBC, Testigos, Horizontes, Beber de la roca, Teología Básica Comillas, Mambré, Conocer la Biblia, Caminos, Pensar y creer, Retratos de bolsillo).

El objetivo es llegar a brindar una oferta amplia y atractiva en títulos y precios. Por ello, SAN PABLO ha optado por precios competi-tivos, fi jando los mismos según las colecciones, de tal modo que los libros de una misma colec-

ción tengan, si bien no un mismo precio, sí un precio semejante. El precio de los eBooks de SAN PA-BLO España oscila entre los 3,10 € y los 9,99€. Se ha elegido como

plataforma de comercialización www.amazon.com y www.ama-zon.es. Los informes ofrecidos por la plataforma Amazon nos permiten decir lo siguiente:

1. Los libros más vendidos forman parte de la colección Biblioteca Clásicos Cristianos. Entre los títulos que sobresalen por sus ventas están Las Confe-siones, Los Ejercicios espiritua-les, El Peregrino ruso, Historia de un alma.

2. Hasta ahora ha habido mayores ventas en www.amazon.es que en www.amazon.com

3. Las ventas aunque discretas muestran que sí hay un interés y un público. El título más ven-dido durante el mes de mayo, Las Confesiones, alcanzó un to-tal de 24 descargas, otros títulos como Hasta la cumbre, Historia de un alma, El Peregrino ruso, etc., con ventas más discretas, muestran un cierto interés y un cierto público para este mercado. Aunque, también hay que decirlo, la comercialización del libro en formato electrónico aún le queda camino por recorrer.

de losde los

evangelizadoraevangelizadora

Foto: Shutterstock.com

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1 Catequesis, hoy Situación y problemática

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Catequesis 7

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La catequesis y pastoral de jóvenesInstituto Superior de Ciencias Catequéticas. San Pío XJosé María Pérez

Hablar de jóvenes y de juventud es un tema que está de moda. Después de las triunfales Jornadas de la Juventud del verano 2011 muchos libros

y publicaciones eclesiales recientes hablan de ellos. En algunas diócesis, parroquias, grupos, colegios se habla con insistencia de aprovechar estas buenas vibraciones de las jornadas de las JMJ para hacer la pastoral juvenil tan necesaria en esta Iglesia española que da ciertamente una imagen de una feligresía con una edad media muy alta. Este cuadernillo de “Cooperador paulino” está en continuidad con el anterior. Hablábamos de niños de 0-6 en el anterior número, damos un salto y nos situamos en los 18-30 años.

En el período escolar (6-18 años) muchos de nuestros niños son atendidos o bien, con motivo de la preparación a la recepción de los sacramentos, o bien en el acompañamiento pastoral de los centros escolares religiosos. Una vez terminado este período, bastantes jóvenes de estos centros tienen una considerable experiencia de encuentros, convivencias y actividades de animación. Pero la llegada a la universidad o el mundo del trabajo, las relaciones de pareja y otras circunstancias personales comienzan a ser un momento crítico que preocupa pastoralmente.

¿CÓMO SON LOS JÓVENES?

A la hora de trabajar en pastoral y catequesis con jóvenes es fundamental su conocimiento: sus in-quietudes, sus búsquedas, sus demandas… Sabemos que ofrecer una propuesta evangélica que no responda a lo que ellos viven está abocada al fracaso. Muchos son los estudios que se han realizado sobre la juventud española, quizás el más completo, riguroso y muy centrado en nuestros intereses es el realizado por la Fundación SM “Jóvenes 2010”. En todos los estudios realizados por SM se repite una premisa fundamental que “la juventud como categoría sociológica uniforme no existe” (J.Elzo)… Hay muchos tipos de jóvenes pero podemos aventurar algunos rasgos comunes:

Lo más importante en la vida de los jóvenes es la familia. La sociedad de consumo ejerce una gran infl uencia en toda la sociedad, de la que no escapan los jóvenes. El interés de los jóvenes se reduce

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prácticamente a su ámbito más cercano de relaciones, constatán-dose unos niveles muy bajos de compromiso con causas o situa-ciones que salgan de ese círculo.Perfi l mayoritariamente pesimista respecto al futuro. No se ve un futuro prometedor independien-temente de la situación actual. El sello individualista hace que la participación juvenil esté a ni-veles muy bajos. Una percepción mayoritariamente negativa de sí mismos (consumistas, rebeldes, demasiado preocupados por la imagen, egoístas…). Los rasgos más positivos (solidarios, traba-jadores, generosos, maduros…) están en la cola.

Elzo escribió un libro muy intere-sante titulado: “Los jóvenes y la felicidad” (PPC, Madrid 2006), en él nos ofrece el perfi l de quienes son menos felices y de aquel que se sienten más felices. Así, el per-fi l del joven menos feliz tendría los siguientes rasgos: “compleja relación y emancipación familiar, tener más compañeros que ami-gos, temor al trabajo del futuro por la presencia de emigrantes, futuro para el que apenas se preparan, jóvenes (la mayoría chicos) con difícil inserción so-cial y con muy escasas actitudes altruistas, replegados en sí mis-mos, en la búsqueda inmediata de satisfacción”.

Por el contrario, el perfi l de aque-llos jóvenes con mayores niveles de felicidad serían los siguientes: ser chica, buenas relaciones fa-miliares, menos dinero de bolsillo que la media, máximo rigor en la ética económica y ventajista, máximo rigor hacia las conduc-tas incívicas, potenciación de los valores altruistas, control del con-sumo de alcohol y drogas, tener amigos, no solamente compañe-ros, ser muy precavidos con el chat, conceder máxima importan-cia a los estudios y a la formación para el futuro, confi anza en las instituciones, posiblemente quie-nes manifi estan una apertura a la

transcendencia y un agnosticismo o un ateísmo razonado serían más felices que los católicos no practicantes, indi-ferentes y no creyentes sociológicos. Por lo que respecta a la religión, y siguiendo el informe, podemos destacar estas características:

• Los jóvenes conceden poca importancia a la religión.

• Posicionamiento católico de la mayoría de los jóvenes. El 52 % se autoposiciona como católico pero podemos afi rmar que en la mayoría de ellos esa autoidentifi cación católica no tiene demasiado que ver con el seguimiento de Jesús. En el año 1986, los obispos vascos decían en su carta: “Creer hoy en el Dios de Jesucristo”: “Mucha gente afi rma hoy creer en algo mayor y más allá del mundo. Se trata de una fe que tiene nulo o escaso impacto en la vida de sus adheridos. No compromete a nada. Es, por otro lado, una fe que no se explicita casi nunca. Sólo en situaciones excepcionales se torna grito de auxilio y, más excepcionalmente, júbilo de gratitud. Pasada la situación excepcional, se hunde en una atonía casi equivalente a un ateísmo práctico”.

• Imagen y experiencia de Dios. Los que se declaran creyen-tes tienen una imagen que se acerca al Dios cristiano, frente a otras imágenes y conceptos de Dios (algo superior, fuerza del universo, lo que hay de positivo en las personas). Sí que es llamativo que en el mayor de los casos estas imágenes parten de unos conceptos y se olvida de las experiencias.

• Fe al margen de la Iglesia. Predomina la religión a la carta donde lo más abundante es lo subjetivo y personal frente a lo comunitario lo que se traduce en una asistencia muy baja a la Iglesia.

• Ausencia de la dimensión orante. El informe refl eja clara-mente que tampoco es la oración el elemento sobre el que

Según el Informe de la Fundación

SM, Jóvenes 2010, el 52%

de los jóvenes españoles se

autoposiciona como “católico”,

aunque en la mayoría de

ellos esa auto-identifi cación no tiene demasiado

que ver con el seguimiento de

JesúsFoto: Shutterstock.com

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se asienta la identidad cristiana de los jóvenes. El 60 % de los jóvenes no reza nunca. Y muchos rezan sin referencia a la Palabra.

• Fe individual y privada. El 81.2 % de los jóve-nes no pertenece a ningún grupo o asociación y entre los que pertenecen a alguno el mayor porcentaje se da en quienes pertenecen a un grupo deportivo. Sólo un 4.5 % pertenecen a un grupo religioso. Es una religión vivida sin referencia comunitaria. Esto es difícilmen-te conciliable con lo expresado por el Papa a los jóvenes en la misa de clausura de la JMJ: “Queridos jóvenes […] no se puede seguir a Jesús en solitario. Quien cede a la tentación de ir por su cuenta o de vivir la fe según la mentalidad individualista, que predomina en la sociedad, corre el riesgo de no encontrar nunca a Jesucristo o de acabar siguiendo una imagen falsa de Él” (Benedicto XVI). Además de esto consideran la religión como un asunto privado que debe vivirse individualmente, sin incidencia pública ninguna.

• Fe poco comprometida socialmente. Los porcentajes de pertenencia a organizaciones sociales es insignifi cante. Los jóvenes cristia-nos están poco implicados en el compromiso con nuestra sociedad y con los más débiles de nuestro mundo.

• Celebración de los sacramentos con escasa vivencia cristiana. La mayoría se decanta por casarse por la Iglesia, pero el mismo informe “Jóvenes 2010” indica que: “la razón del éxito del matrimonio por la Iglesia es que constituye una ocasión de realce personal, muy superior al que se pueda conseguir estrictamente con el matrimonio por lo civil” (p. 210). Podríamos analizar estos sacramentos, pero podemos concluir que los jóvenes que se defi nen como católicos mantienen cierta valoración y prácti-ca de los sacramentos, pero al margen de su signifi cado cristiano.

• Los jóvenes inmigrantes cuidan más el ele-mento religioso. Un pequeño apunte sobre este grupo que comienza a ser más numeroso. Con

gran diferencia valoran más lo religioso, acuden más a la práctica semanal, creen más en Dios, tienen mucha más confi anza en la Iglesia.

¿Qué conclusiones podemos sacar de estos datos? Los datos radicales de la identidad cristiana (Jesucristo, fi liación, Reino, segui-miento, comunidad, oración, compromiso, eucaristía, misión) no están presentes en la identidad cristiana de los jóvenes. Parece que la identidad cristiana de los jóvenes es una vaga creencia con poco anclaje evangé-lico. Nos encontramos con una religiosidad psicosociológica que nos sitúa muy lejos de una religiosidad madura.

Si añadimos a esto el contexto social en que nos movemos y en el que presentarse como cristiano no está bien visto, es fácil deducir como la escasa consistencia de la identidad cristiana se diluye rápidamente en la masa social. Sin una fuerte identidad cristiana anclada en una fuerte experiencia personal de Jesucristo es imposible mantenerse en la diferencia que pide una vida cristiana, y mu-cho menos ser un testigo que confi ese la fe.

¿QUÉ PIDEN LOS JÓVENES?

Después de ver estos datos, intentamos hacer una lectura y escuchar lo que son sus gritos vitales, sus demandas profundas.

Piden familia/amor incondicional. El hecho de que lo más valorado sea la familia, no sig-nifi ca que sea algo ya logrado sino que esa alta valoración y alto grado de satisfacción en las relaciones con sus padres, encierra cierta ambigüedad, ya que tiene una fuerte carga de deseo, anhelo. En medio de una sociedad tan competitiva y excluyente, los jóvenes valoran mucho la seguridad que reciben en su familia.

Uno de los rasgos en que vemos la deman-da de amor incondicional de los jóvenes se refl eja en el miedo que tienen a la soledad.

Los jóvenes inmigrantes cuidan más el elemento religioso. Con gran diferencia valoran lo religioso, acuden más a la práctica semanal, creen más en Dios, tienen mucha más confi anza en la Iglesia

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referentes en que los jóvenes vean el testimonio alegre de quien vive la vida desde un centro “fi rme” que da “luz” y criterio a las distintas dimensiones de la vida.

OPCIONES PASTORALES Y CATEQUÉTICA EN CLAVE RELACIONAL

Ante estos datos se debe apostar por una catequesis y una pastoral juvenil en clave relacional. Esto signifi ca que el primer acento en la pastoral no recae en el comportamien-to, en el subrayado de unos valores, en el conocimiento de unos contenidos, en la adquisición de unos hábitos (por muy buenos y sanos que sean); no, el acento recae necesariamente en el aspecto relacional. Obviar esta dimensión relacional como eje vertebrador de la pastoral es abocarla al fracaso.

Algunas características y opciones pastorales

Relación, seguimiento, encuentro. La pregunta que atraviesa los Evangelios es una pregunta sobre la identidad de Jesús: ¿quién es este hombre? Muchos escu-charon sus palabras y vieron sus obras, pero muy pocos alcanzaron a entrever su identidad última y profunda. Algo parecido puede ocurrirnos a nosotros. Es urgente entrar en ese ámbito relacional: la relación de Jesús con su Padre y la relación que Jesús nos ofrece.

Recuperar todo lo que evoca la palabra “Padre”. Todo va unido estrechamente a la necesidad de ofrecer a los jóvenes la imagen del Padre que nos ofrece Jesús. Si bien es verdad que hay imágenes de Dios que corregir en algunas personas, también es verdad que en nuestro contexto actual, en muchos niños y jóvenes hay ausencia

Aunque se defi na a los jóvenes como individualistas para algunas cosas, lo cierto es que expresan una fuerte necesidad de estar acompañados. El papel central que juegan en muchos jóvenes las comunicaciones con otros por medio de las redes sociales, ex-presa claramente la imperiosa necesidad que sienten de estar con otros, aunque apenas se les conozca. Esto nos señala la tre-menda soledad que viven muchos jóvenes, y a la que intentan hacer frente de mil modos y maneras. Percibimos aquí una demanda fuerte de relaciones de confi anza y cercanía aunque cargadas de bastante temor a que no corres-pondan a sus expectativas.

Piden una vida unificada fren-te a un yo fragmentado. A nivel moral hay un relativismo grande en el que no hay instancias que discriminen el bien del mal más allá del juicio de cada uno, que acaban siendo tan cambiantes como el tiempo. Esto hace que los jóvenes no tengan una verdad profunda sobre la que asentarse, y vivan divididos interiormente. Es, por tanto, una vida que está fragmentada, sin tener un núcleo que confi gure y oriente todas las parcelas de la vida.

Esta fragmentación del yo incide también en el lugar que ocupa la fe en muchos jóvenes. La fe cons-tituye un comportamiento estan-co dentro del comportamiento global del creyente. ¿Puede ser el seguimiento de Jesús el que oriente el sentir, pensar, obrar, en defi nitiva vivir de los jóvenes?

Necesitan referentes cercanos que vivan unifi cados en Jesús. A los jóvenes se les ofrecen muchos modelos de identidad, pero la ma-yoría no son sino distintas expre-siones de la sociedad consumista. Los jóvenes necesitan modelos de identidad sanos que ejerzan so-bre ellos un atractivo por su vida ejemplar. Referentes que los jóve-nes puedan ver, “tocar”, e imitar,

A los jóvenes se les ofrecen muchos modelos de identidad,

pero la mayoría no son sino distintas expresiones de la

sociedad consumista. Los jóvenes necesitan modelos de identidad

sanos, que ejerzan sobre ellos un atractivo por su vida ejemplar

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dad; necesitamos para disponernos a ese encuentro un largo período de rehabilitación para lo espiritual- sin aislar el espíritu de lo corporal-, lo personal – no equivale a privado o individual-, rehabilitación para el ejercicio de dimensiones que la cultura sólo científi co-técnica en que vivimos nos está atrofi ando por haber creado un clima espiritual en el que su ejercicio se hace sumamente difícil.

De la superfi cialidad a la profundidad. Lo que acaba-mos de ver nos dice con claridad que tenemos que ayudar a los jóvenes a ahondar en la propia vida. No podemos, por tanto, desarrollar una pastoral que se quede en la superfi cie de la vida de los jóvenes, sino que tenemos que propiciar ámbitos y experiencias que les ayude a hacer el viaje de la superfi cialidad a la profundidad.

Si Dios es la raíz de cuanto existe se comprende que es imposible una experiencia del amor de Dios para quien vive superfi cialmente. Estamos viviendo en una cultura que promueve la superfi cialidad. La sociedad de la infor-mación se preocupa, sobre todo, de contar lo que pasa, lo que se ve, pero no está demasiado interesada en buscar lo que está detrás de lo que pasa y de lo que se ve. Sin una experiencia fuerte de profundidad, la experiencia de Dios difícilmente podrá afl orar.

A la hora de realizar ese “viaje” de la superfi cialidad a la profundidad hay dos mediaciones que consideramos imprescindibles en la labor pastoral con los jóvenes: el silencio y la Palabra. Sin silencio no se puede escuchar la voz de Dios; ante tanto ruido que nos envuelve es difícil descubrir y valorar el silencio. Esta necesidad de silencio e interioridad no tiene como fi n la tranquilidad y la paz sino la disposición para vivir en apertura al querer de Dios.

La Palabra nos dice quienes somos y quienes estamos llamados a ser. Dar un fuerte protagonismo a la Palabra

de imagen divina porque no han recibido ninguna por parte de sus padres.

Una cristología creyente. En un contexto de increencia como el que nos movemos, resulta más fácil y tentador presentar una cristología con un bajo nivel de confesión cre-yente. No sé si en la pastoral pre-sentar a Jesús como el Hijo de Dios debe ser un punto de partida para acercarnos a su fi gura o al punto de llegada, pero en cualquier caso, un itinerario de fe que no lleve al joven a reconocer a Jesús como el Hijo de Dios no le ha adentrado en su misterio.

Acompañamos identidades fragmentadas. En muchos jó-venes encontramos identidades muy frágiles e infl uenciadas por el ambiente en que se encuentran. Esto impide encontrar un proyec-to personal que indique el norte por donde caminar. “Una difi cultad enorme puede hallarse en el no ser consciente de que, a menudo, los jóvenes con los que compartimos catequesis, encuentros, oraciones, campamentos, también presen-tan esa fl exibilidad en su identi-dad cristiana y dependiendo del ambiente en el que se encuentran serán capaces de desenvolverse de maneras muy diversas (incluso in-compatibles). Como acompañantes debemos cuidar mucho esas frag-mentaciones para hacerlas visibles a los propios jóvenes y desde ahí ir trabajándolas y transformándolas en actitudes más coherentes con el estilo de vida que quiere vivir” (J.Fernández, Identidad, Revista de Pastoral Juvenil).

Hay estilos de vida que difi cul-tan mucho la experiencia de Dios. Dios sigue hoy revelándo-se en nuestra historia, en nuestro mundo, pero únicamente desde una fe viva podemos reconocer su presencia. De ahí que el redescu-brimiento de la presencia de Dios exija de los hombres una cura lenta de sosiego, concentración, desasi-miento, libertad interior, creativi-

En muchos jóvenes encontramos identidades muy frágiles e infl uenciadas por el ambiente en que se encuentran. Como acompañantes debemos cuidar mucho esas fragmentaciones y hacerlas visibles a los propios jóvenes

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en clave orante en la pastoral con los jóvenes es de todo imprescindible. Esto supone que el joven se va familiarizando con la Palabra y habituándose a leer su vida desde ella. Para ello hay que desa-rrollar procesos de iniciación a la lectura orante de la Palabra.

El seguimiento de Jesús al servicio de la Persona. Hablar de seguimiento de Jesús es hablar de seguimiento y dis-cipulado. La centralidad de la fe cristiana está en Jesucristo muerto y resucitado. Nuestra fe no es vaga ni abstracta sino que tiene un rostro bien claro y defi nido: Jesús de Nazaret. Si de lo que se trata, por tanto, es de adentrarnos en la per-sona de Jesús, es lógico deducir que la iniciación cristiana ha de ser un ámbito donde ponemos nuestros ojos (corazón, manos… toda nuestra vida) en Jesús para empaparnos de sus palabras, gestos, op-ciones, criterios, estilo de vida… Esto ex-plica que el seguimiento sea la estructura básica de toda iniciación cristiana.

Ir más allá de una fe emotiva. Se tra-ta de ir posibilitando que en los jóvenes vaya formándose una actitud religiosa que vaya mucho más allá de lo puramen-te emotivo. La cercanía con Dios no es una relación infantil de búsqueda de gra-tifi cación personal, sino ámbito para en-tregarse en disponibilidad y obediencia.

Dar el salto de la interioridad a la fe. Hoy está de moda el educar en la interioridad y es algo bueno y necesa-rio. Sin embargo, no podemos perder nunca de vista la fi nalidad de la interio-ridad: posibilita que el joven reconozca la presencia de Dios en su vida y se abra confi adamente a su voluntad. De poco sirve una pastoral que educa en la inte-rioridad si nuestros jóvenes se quedan con la gratifi cante experiencia del silencio (tranquilidad, bienestar, paz) pero no dan el salto a la fe.

Pasar de la psicología religiosa a la actitud religiosa. Desde muchas ins-tancias se ha criticado a la religión el ser una proyección de nuestros deseos y una salida para nuestras frustraciones. En este caso, la religión está totalmente en función de nosotros mismos. Esto es algo que vemos con bastante frecuencia en los jóvenes y adultos. Si antes hemos

dicho que para los jó-venes lo emotivo tiene una fuerza importante, podemos entender que su vivencia religiosa se vea muy condicionada por su situación afectiva. Hablar de psicología religiosa en los jóvenes signifi ca reconocer en ellos una fe centrada en sus deseos y necesidades, en defi nitiva, una fe infantil. Ese quizá sea necesa-riamente el punto de partida de los jóvenes pero nuestros procesos están llamados a acompañarles para que vayan dando el salto a una fe madura en la que el interés primero no es adecuar a Dios nuestros intereses, sino todo lo contrario, adecuarnos nosotros a los suyos. La actitud religiosa va naciendo en el momento en que nuestra vivencia religiosa va cen-trándose en la búsqueda del querer de Dios y brota en uno la disponibilidad para construir el Reino.

Criterio de garantía de la vivencia religiosa: ¿me descentra? Hoy se dice que hay un resurgir de la espiritualidad entre los jóvenes, lo que apa-rentemente es bueno. Está claro que no es volver a esquemas religiosos pasados sino que apunta hacia otra dirección. Reconociendo la valía de todo ello, creo que hay un criterio que nos permite discrimi-nar la autenticidad y valía en cualquier búsqueda o práctica religiosa: ¿en qué medida esta búsqueda o práctica religiosa me descentra de mis intereses y me acerca a los demás, especialmente a quienes peor lo están pasando? ¿Espiritualidad que nos repliega sobre nosotros mismos o espiritualidad que nos descentra para darnos? Como pastoralistas nos toca ayudarles a que en esa búsqueda de espiritualidad vayan de-jando espacio a los otros, y eso pasa por ofrecerles la experiencia religiosa que vivió Jesús: confi anza en Dios Padre y compromiso por el Reino, de manera que siempre resuene la pregunta que Dios nos lanza en el comienzo del Génesis: ¿dónde está tu hermano?.

Grupos que desembocan en la comunidad. ¿Tie-nen desembocadura nuestros procesos de pastoral? La triste realidad es que muchos grupos mueren y se diluyen precisamente en el momento en que tie-nen que plantearse las decisiones serias en la vida.

La interioridad posibilita

que el joven reconozca la presencia de

Dios en su vida y se abra

confi adamente a su voluntad

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Es urgente ofrecer itinerarios donde los grupos se sepan en camino a la comu-nidad y tengan la referencia de comuni-dades que van por delante. Convocamos a los jóvenes, hacemos una propuesta de conocer a Jesús, etc., pero luego no ofrecemos la continuidad en los procesos y la experiencia de fe queda relegada a la edad juvenil. No acabamos de tomar conciencia de la urgencia de acompañar la etapa universitaria, y seguimos que-mando excesivos cartuchos con niños y adolescentes. Sin creyentes adultos no hay comunidades vivas, y sin éstas no hay Iglesia viva. Fundamental, por tanto, ofrecer procesos de pastoral donde los grupos desemboquen en comunidades.

Ofrecer ámbitos donde experimentar la fraternidad. Hoy estamos cansados de escuchar que la propuesta cristiana únicamente será creíble y atractiva en la medida en que pueda ofrecer espacios y ámbitos donde podamos decir al joven: “ven y verás”. La dimensión experien-cial es la que mejor entiende al joven: conocer y vivir de cerca que lo que se les cuenta es verdad porque hay otros que llevan tiempo viviéndolo. En este proceso de iniciación en la fe es del todo crucial ofrecer experiencias comunitarias de manera que el joven saboree la fres-cura de la vida fraterna en sus distintas dimensiones: oración, fraternidad, mi-sión, etc. Sin embargo, siendo sinceros, ¿podemos encontrar muchos ámbitos comunitarios a donde referir jóvenes de manera que puedan ahí palpar de cerca la fraternidad? Desgraciadamente no; llamar comunidad, en sentido estricto, a muchas asambleas dominicales creo que no responde al tipo de fraternidad que aquí estamos planteando.

Reforzar la vinculación y pertenencia comunitaria. La institución eclesial es la menos valorada por los jóvenes. Te-niendo esto presente, ¿cómo crear en los jóvenes pertenencia y vinculación ecle-sial? No ciertamente por decreto, ni por documentos ofi ciales que lo exijan. Los

jóvenes únicamente perseveran en aquello a lo que se sienten vinculados.

Necesidad de trabajar conjuntamente la pas-toral juvenil con la familiar. Teniendo siempre presente que la familia y los amigos son los vínculos de referencia más importantes para los jóvenes, y que ahí encuentran sus principales referencias para la vida no podemos descuidar el ámbito familiar como parte nuclear de esa fe vivida comunitariamente. En los da-tos sociológicos constatábamos la lógica consecuencia que se viene dando en muchas familias: si los padres no viven la fe es difícil que el hijo lo descubra y viva. Hasta hace poco tiempo la Iglesia se ha centrado en la pastoral infantil y juvenil, pero la urgencia de la pastoral familiar exige un cambio notable de dedica-ción. No hay muchos caminos marcados, pero seguir trabajando con los jóvenes al margen de lo que vive en su familia es bastante desacertado.

Ayudar al joven a descubrir la propia vocación. En la pastoral con jóvenes no estamos hablando de entretenernos con algunos temas más o menos in-teresantes sino en entrar de lleno en la orientación que cada joven da a su vida. En este sentido, es imposible pensar en una pastoral de jóvenes que no sea vocacional.

Una pastoral que estimule la superación. No conviene hacer de nuestros ámbitos pastorales luga-res donde los jóvenes están a gusto, pero donde no aparece la exigencia que brota de haber descubierto el amor gratuito de Dios. En este sentido debe ser una pastoral que tenga un tono de superación.

Propiciar el encuentro entre los jóvenes y los pobres. A la hora de plantearse la vocación son fun-damentales dos experiencias: la oración y el encuen-tro con el pobre. Si a la oración le añadimos una pastoral donde el joven se encuentra frente a frente con el lado más duro de la vida estamos posibilitan-do que emerjan en él preguntas hondas de sentido que puedan despertar interrogantes y descubrir en los pobres la llamada de Dios. Esto último será más fácil que emerja si hay un acompañamiento serio en ese acercamiento a las realidades de pobreza que les ayude a tomar conciencia de lo que ahí han vivido, in-tuido o descubierto como signifi cativo para sus vidas.

Es necesario ofrecer ámbitos donde el joven pueda

experimentar la fraternidad y el encuentro con los pobres

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Refl exiona, comenta y dialoga

“Los jóvenes tienen fe pero no sienten deseo de pertenecer a la Iglesia”

“Los jóvenes cristianos rezan poco y con escasa presencia de la Palabra”

“Los jóvenes cristianos entienden la religión de manera individual (sin referencia comunitaria) y privada (sin proyección pública)”

“Los jóvenes cristianos están poco implicados en el compromiso de nuestra sociedad y con los más débiles de nuestro mundo”

“Mantienen cierta valoración y práctica de los sacramentos, pero al margen de su signifi cado cristiano”

“Los datos radicales de la identidad cristiana (Jesucristo, fi lia-ción, Reino, comunidad, oración, compromiso, Eucaristía, anun-cio) no están presentes en la identidad cristiana de los jóvenes”

Comenta el siguiente texto de Riccardo Tonelli, profesor durante mu-chos años de Pastoral juvenil en la Universidad Pontifi cia Salesiana de Roma

“A mí me gusta usar una imagen para explicar la situación de los jó-venes en este tiempo, desde el punto de vista de la pastoral juvenil: la del juego del trapecio. Muchos jóvenes son como el trapecista que se ha soltado del soporte de seguridad y está dando saltos mortales buscando los brazos robustos del que sabe poner entre paréntesis sus incertidumbres y sus crisis, para jugar todos sus recursos en el intento de agarrarse. En el juego del trapecio la ley exige que haya una red de auxilio. Si el encuentro entre el que alarga los brazos y el que los sujeta no se da, no se destroza en el suelo, porque la red de protección mitiga la caída. Pero, en la vida, por desgracia este juego se hace siempre sin red. Si los brazos robustos del adulto no están cuando deben, sincronizados para sujetar, los jóvenes que buscan esperanza se ahogan en su desesperación” (G.Denicolo, Cuarenta años de servicio a la pastoral juvenil, Entrevista a Riccardo Tonelli, CCS, Madrid 2011, 87).

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¿qué?

CINE Y VALORES HUMANOSequipo de pastoral y formación

El Ciclo está coordinado por el Director de nuestra revista, José Ignacio Pe-dregosa y modera las se-

siones Fernando Martín-Moreno Guijarro. Según nos cuentan los propios responsables, este año pretenden realizar un Ciclo de cine que ayude a todos los que participan en él a aprender a ver películas y a ser críticos con lo que vemos, algo totalmente ne-cesario en nuestra vida actual. Pero no se quedan únicamente en ver cine, además, pretenden sacar los valores humanos pre-sentes en las cintas que proyec-ten, a partir de los conceptos po-sitivos y negativos que se vean refl ejados en ellas.

Los criterios que les han movido a la elección de las películas han sido precisamente estos dos, que sean películas con un buen contenido cinematográfi co pero de las que, a su vez, se puedan extraer valores humanos. Las pe-lículas serán las siguientes:

Amelie: En ella se analizarán sobre todo los personajes.

Haciendo especial hincapié en

cuándo apare-cen, cómo lo hacen y qué aportan a la película.

Beckett: En esta película se pondrá

especial atención a la fotografía, es decir: los encuadres, la pers-pectiva, el enfoque, los ángulos, la luz...

Profesor Holland: Le llegó el turno a la música, tanto

vocal como instrumental; nos ayudará a despertar y potenciar las emociones que las imágenes nos están transmitiendo.

Intocable: Con esta cinta nos acerca-

remos al guión y por tanto al contenido de la la obra cinematográfi ca con los detalles necesa-rios para su realización.

Kramer contra Kramer: Con ella estudiarán el mon-

taje, esa «ciencia» que consiste en escoger, ordenar y unir la sección de las tomas y secuen-cias grabadas según el guión, la idea del director y el aporte del montador.

Hacemos un alto en el comentario de las películas para ofreceros a todos la programación del Ciclo de Cine y Valores humanos que se realiza cada mes (tercer sábado) en la Sede del Grupo

Editorial San Pablo. Es un ciclo que lleva aproximadamente cuatro años de andadura y que está siendo muy valorado por

todos aquellos que se acercan a participar en él

El caballero oscuro: Aquí se observarán los efectos

especiales, aquellos medios que nos dan apariencia de realidad en ciertas escenas y nos hacen creer cosas que en muchas oca-siones no son reales.

El apartamento: Una bue-na película para escudriñar

la escenografía, esos elementos visuales que en muchas ocasio-nes tanto nos atraen.

Los miserables: En esta cinta predominará, sobre

todo, la visión del vestuario y el maquillaje.

Testigo de cargo: Y

cada vez más difícil, con este fi lm se obser-vará sobre todo

la labor del director.

El golpe: Con esta película concluye el ciclo y se anali-

zará y estudiará todo lo visto en el ciclo.

Para cualquier información: En la Redacción de la revista o llaman-do al teléfono 917 425 113.

Arriba, el coordinador de estas sesiones de Cine, José Ignacio Pedregosa, junto con el mode-rador, Fernando Martín-Moreno momentos antes de proyectarse una de las películas previstas. A la izda, un momento de la puesta en común.

Y este curso,Y este curso,

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BUSCAD EL REINO DE DIOS Y SU JUSTICIAraúl berzosa, obispo

La evangelización, en pa-labras del Papa Benedic-to XVI, es para recuperar el Arte de Vivir. ¿Qué se

quiere expresar con ello? El 19 de enero de 2011 apareció en L´Osservatore Romano una con-ferencia pronunciada en el Con-greso de catequistas y profesores de religión en Roma. Resumimos los contenidos porque son los ob-jetivos a tener en cuenta no sólo en el tema de la nueva evangeli-zación, sino en este año de la Fe. Mostrar el arte de vivir signifi ca llevar a Cristo, que es el Camino y la Felicidad. Si se desconoce el arte de vivir, todo lo demás ya no funciona. Este arte no es objeto de ciencia; sólo lo puede comu-nicar quien tiene vida, quien es “Evangelio en persona”.

La Iglesia nunca ha dejado de evangelizar ni de proclamar la Fe: cada día celebra y administra los sacramentos, anuncia la palabra de vida, y se compromete a favor de la justicia y la caridad. Y esa evangelización produce frutos: da luz y alegría, da el sentido de la vida a muchas personas. Pero otras personas no viven así por-que hay un progresivo sentido de descristianización y de pérdida de los valores humanos esenciales. Por eso, además de la evangeli-zación ordinaria e ininterrumpida, necesitamos una nueva evange-lización para quienes no tienen acceso a la evangelización “clási-ca”. Todos necesitan el Evangelio y hay que buscar nuevos caminos para llevar el evangelio a todos.

Existe una tentación: la de impa-ciencia, la de buscar los grandes números. No se trata de atraer in-mediatamente con nuevos y más refi nados métodos a las grandes masas que se han alejado de la Iglesia. Tenemos que poner en

práctica la parábola del grano de mostaza: signifi ca no contentarse con el hecho de que el grano de mostaza -El Reino- haya crecido en el gran árbol de la Iglesia uni-versal, ni siquiera pensar que en sus ramas puedan anidar aves de todo tipo, sino que es preciso ac-tuar de nuevo valientemente con la humildad del granito dejando que Dios decida cuándo y cómo crecerá (Mc 4,26-29).

Las grandes cosas comienzan siempre con un granito, mientras que los grandes movimientos de masas son efímeros. “Éxito” no es el nombre de Dios. Debemos aceptar que la Iglesia es, al mis-mo tiempo, un gran árbol y un granito. No buscamos, como las empresas humanas, que se nos escuche a nosotros. No preten-demos aumentar el poder y la extensión de nuestras institucio-nes: queremos servir al bien de las personas dando a Aquel que es la Vida. Evangelizar y profesar la Fe no es tanto una forma de hablar como una forma de vivir; vivir escuchando al Padre, en el Hijo, por el Espíritu (Jn 16,13).

Por ello, los métodos pastorales no son sólo racionales y huma-nos: éstos no llevan a las perso-nas a Cristo. Jesús predicaba de día y oraba de noche. Nosotros no podemos “ganar” a los hombres sino que debemos obtenerlos “de Dios para Dios”. Todos los méto-dos son inefi caces si no se funda-mentan en la oración. La palabra debe ir unida a la oración. Toda-vía más: no basta la predicación

unida a la oración: el camino de Jesucristo fue el de la cruz hasta ascender a Jerusalén. El grano de trigo tiene que caer en tierra y morir (Jn 12,24). El éxito de la misión de Cristo no fue fruto de la retórica o de la prudencia pas-toral. Su fecundidad dependió del sufrimiento (himno kenótico). No podemos dar vida a otros sin dar nuestra vida: quien pierda su vida por el Evangelio, la encontrará (Mc 8,35).

¿Cuáles son los contenidos princi-pales de la Nueva Evangelización y del año de la Fe? 1. La Conversión: convertíos y creed en el Evangelio (Mc 1,15) signifi ca dejar mis criterios y mi forma de vida para que entre Dios en ella y me la cambie. Es buscar un nuevo estilo de vida. No es sólo reducir el cristianismo a un mo-ralismo sino vivir una vida como don y amistad con Cristo. Esta conversión no es sólo intimista o individualista: implica un “no-sotros”, una comunidad de vida.

2. El Reino de Dios o teocentris-mo: El Reino de Dios es Dios mis-mo. Dios existe. Dios vive. Dios actúa y está presente en el mun-do. Dios no es alguien lejano, ni el gran arquitecto. Tampoco es antropocentrismo. El verdadero problema de nuestro tiempo es la crisis de Dios, la ausencia de Dios, camufl ada por una religio-sidad vacía. Tenemos que volver a hablar de Dios y con Dios. La evangelización, como la profesión de Fe, tiene que hablar de Dios, anunciar al Dios verdadero: al

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Creador, al Santifi cador, al Juez, como se refl eja en el Nuevo Ca-tecismo. Pero anunciar a Dios es también enseñar a rezar. La ora-ción es fe en acto. Necesitamos escuelas de oración. Sabiendo que la oración personal y la litúr-gica se complementan.

3. Jesucristo: el Enmanuel, el Dios-con-nosotros, la respuesta a los deísmos. Existe la tentación de convertirlo sólo en persona-je histórico, en hombre sin más. El Cristo de la fe no es un mito, sino alguien muy real. El anun-cio salvador implica dos polos: por un lado, seguimiento y, por otro, configuración con Cristo, asimilarnos a Él, llegar a la unión con Dios. Todos tenemos sed del infi nito, de una libertad y de una felicidad sin límites.

Seguir a Cristo e identifi carnos con Él no es sólo un aspecto mo-ral, sino “mistérico”, es decir, ac-ción de Dios y respuesta nuestra. Y esto es el precisamente el mis-terio pascual: cruz y resurrección. El kerigma no es una interpre-tación burguesa o anecdótica ni siquiera revolucionaria o heroica de un rebelde: pertenece al mis-terio divino y es la expresión de un amor hasta el fi nal (Jn 13,1).

4. La vida eterna: el anuncio del Reino implica que Dios actúa y está presente pero, además, se-remos juzgados, que no podemos hacer lo que queramos. Esto vale para los poderosos y para los po-bres. Dios hace justicia y sólo Él puede hacerla a fi n de cuentas. Por eso se unen profundamente Reino de Dios y “pobres”: éstos están protegidos por la certeza de la justicia de Dios: hay justicia.

Las injusticias del mundo no tie-nen la última palabra en la histo-ria de la humanidad. Dos conse-cuencias: por un lado, la bondad de Dios no es algo “melindroso” y, por otro lado, creer en la vida eterna tiene consecuencias muy reales para nuestra vida terrestre. Si la medida de nuestra vida es la eternidad, esta vida terrestre será grande y de valor inmenso. Dios es no es contrincante, sino que garantiza nuestra grandeza y la grandeza de nuestra vida.

Resina, 1 • 28021 MadridTel.: 917 987 426 / 427 • Fax: 915 052 050 [email protected] • www.sanpablo.es

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darás cultodarás culto

LA VERDAD OS HARÁ LIBRESdavid gonzález

Es usual ver en templos ca-tólicos imágenes del Se-ñor, de María, de los Ánge-les y de los Santos; y las

hay de diversas formas: vitrales, esculturas, pinturas, fotografías, etc. Tanto así que todos los tem-plos sin excepción cuentan con alguna imagen. Ahora bien, a la luz de los versículos del Deutero-nomio mencionados al principio, la presencia de las imágenes en los templos católicos podría con-siderarse una idolatría, una des-obediencia y una falta de respeto a la Ley Divina. Consideremos entonces la verdadera doctrina de la Iglesia y conozcamos el por qué de estas acciones.

Se podría decir que la idolatría es tener a otro dios fuera del Dios vivo, fuera del Dios que es Amor (1 Jn 4,8), y que es celoso (Dt

5,9) y que fuera de Él no hay otro (Is 45,14. 18. 22). En este sentido recordemos la fuerte tendencia del pueblo judío para desviarse del culto al Dios único. El ejemplo más claro es el episo-dio del becerro de oro:

“Al ver el pueblo que Moisés tardaba en bajar del monte, se reunió en torno a Aarón y le dijo: «Anda, haznos un dios que vaya delante de nosotros, pues no sabemos qué ha sido de ese Moisés, que nos sacó del país de Egipto». Aarón les respon-dió: «Quitad de las orejas los pendientes de oro a vuestras mujeres, hijos e hijas y traéd-melos». Todo el pueblo se quitó los pendientes de oro de las ore-jas y los entregó a Aarón. Él los tomó de sus manos, los fundió en un molde e hizo un becerro de fundición. Entonces ellos excla-maron: «Éste es tu Dios, Israel, el que te ha sacado del país de Egipto»” (Ex 32, 1-4).

Debemos notar aquí que prime-ro de todo, la idolatría en este episodio del Éxodo nace de la falta de paciencia del pueblo (32,1), falta de fe y confi anza en que Dios hará volver del mon-te a Moisés. Con todo, hay que admitir que esta actitud no es del todo ajena a nosotros. Luego

Sólo a DiosSólo a Dios

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el pueblo dijo: “Haznos un dios”, quiere decir que el pueblo quería un dios concreto, que sea tangi-ble, que se pueda sobre todo ver, ya que a causa de la impaciencia, el pueblo no le bastaba solo es-cuchar a Dios. Bien, ya de estos aspectos podemos desarrollar una refl exión: Las imágenes en tiempos antiguos eran conside-radas verdaderos dioses: la cul-tura griega y la egipcia son claros ejemplos de esto. El hombre des-de sus inicios ha querido siempre tener a la deidad cerca de sí, quizá por tal deseo muchas culturas han desarrollado un cierto panteís-mo naturalista –considerar al sol como dios por ejemplo-.

La veneración difi ere de la adoración

En el episodio bíblico vemos que el ídolo es considerado Dios mis-mo; cabría preguntarse si para un católico la imagen de yeso de la Santísima Trinidad es Dios mismo, o más bien lo representa, porque en eso ya hay una diferen-cia radical. No es lo mismo consi-derar una representación de Dios como Dios mismo, a considerarla un medio por el cual puedo remi-tirme a Dios, al verdadero sentido de la imagen. Atendamos ahora a una definición conceptual: la veneración –la verdadera actitud del buen católico frente a las imá-genes- difi ere de la adoración. El primer término hace referencia a “Respetar en sumo grado a al-guien por su santidad, dignidad o grandes virtudes, o a algo por lo que representa o recuerda”1; en

cambio, la adoración es “Reveren-ciar con sumo honor o respeto a un ser, considerándolo como cosa divina”2. Es decir, de respetar a considerar una cosa como Dios hay una gran diferencia. Sólo Dios “Es el Que Es” (Ex 3,14), y el uso de imágenes deben siempre res-petar la trascendencia de Dios, pero en comunión con esto, tam-bién es posible venerar sus repre-sentaciones, porque nos ayudan a recordarlo, a tenerlo presente, a sentirnos en su Presencia.

Y para entender de una manera más rica el concepto de adora-ción, remitámonos a una fuen-te más teológica: Adorar a Dios “es reconocerle como Dios, como Creador y Salvador, Señor y Due-ño de todo lo que existe, como Amor infi nito y misericordioso”3, es “reconocer con respeto y su-misión absolutos, la nada de la criatura que sólo existe por Dios. Adorar a Dios es alabarle, exaltar-le y humillarse a sí mismo, como hace María en el Magnífi cat”4. A la luz de todo esto, es posible afi r-mar que el creyente católico nun-

ca adora una imagen, la venera y adora únicamente a Dios, porque sólo a Él es debido.

La Encarnación, el misterio

Por otro lado, el Dios vivo, en su inefable perfección, ha querido siempre justifi carse ante el hom-bre: En verdad Él se ha sacrifi ca-do para satisfacernos a nosotros, así es de grande. Ante el afanoso deseo de la humanidad de con-cretar a Dios, Él quiso hacerse un ser concreto, uno de nosotros: “El Verbo de Dios se hizo carne” (Jn 1,14). Este hecho per se es una revolución en todo el sentido de la palabra; nunca nadie había escu-chado que Dios se hace hombre, se hace pobre y asume su natu-raleza, para salvarlo. No por nada el catolicismo ha denominado el hecho de la Encarnación como un misterio, como algo que se escapa al poder del entendimiento y de la razón, como algo que “el hombre con su propia capacidad racional y su imaginación, nunca habría podido inventar. Se trata de una

Dice el Deuteronomio: “No te harás escultura ni imagen alguna ni de lo que hay arriba en los cielos, ni de lo que hay abajo en

la tierra ni de lo que hay en las aguas debajo de la tierra” (Dt 5, 8). Si esto es así, ¿por qué los católicos usamos imágenes?

La idolatría consiste en tener otro dios fuera del Dios vivo, fuera del Dios que es Amor. El ejem-plo más claro en las Escrituras de esta tendencia a desviarse del culto al Dios único es el episodio del becerro de oro.

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nos cómo será Dios, porque Él ya ha estado con nosotros aquí en la tierra, sino más bien en un afán concreto: el referente al dinero, porque “Nadie puede servir a dos señores; porque aborrecerá a uno y amará al otro; o bien se entre-gará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y al Dine-ro” (Mt 6,24). Jesús en el mismo Evangelio nos dice inmediata-mente después: “No andéis pre-ocupados por vuestra vida, qué comeréis, ni por vuestro cuerpo, con qué os vestiréis” (Mt 6, 25)... ¿no tendrá algo de relación esta actitud denunciada por Jesús, con la impaciencia del pueblo que exi-gió moldear un ídolo de oro en el libro del Éxodo?

A este respecto, Antonio Gruyters dice unas palabras muy acerta-das: “Nuestro corazón se vuelve parecido a los objetos adorados: un corazón de piedra y no de car-ne. Siempre somos imagen y se-mejanza del Dios que adoramos (Cf. Ez 11, 17-21)”7 Si nuestro dios es el dinero, algo que es duro y seco, así será nuestro corazón. De esta idolatría debemos cuidar-nos con suma consideración y la única cura para la idolatría es la fe en Dios, que debe expresarse

manifestó-” (1 Jn 1, 1-2).

En esta línea de ideas, se entiende mejor las palabras del Catecismo: “El Hijo de Dios, al encarnarse, inauguró una nueva economía de las imágenes”, y quizá del mismo modo en que dijo: ”No penséis que he venido a abolir la Ley y los Profetas. No he venido a abolir la Ley sino a darle cumplimiento. Os lo aseguro: mientras duren el cielo y la tierra, no dejará de estar vigente ni una tilde de la ley sin que todo se cumpla” (Mt 5, 17-18) y luego proclamó va-rios mandatos “Habéis oído que se dijo a los antepasados... (Cf Mt 5, 21. 27. 31. 33. 38. 43) Pues yo os digo” (Mt 5, 22. 28. 32. 34. 39. 44).

La adoración al dios Dinero

Ahora bien, el mandamiento de “Al Señor tu Dios adorarás, sólo a Él darás culto” (Mt 4,10) no ha dejado de ser vigente en nuestros días; porque la adoración dirigida a algo extraño a Dios es ya idola-tría, y debemos ser conscientes de ello. Con la nueva economía de las imágenes, el centro de la idolatría no reside ya en imaginar-

novedad inaudita y humanamen-te inconcebible”4. Con razón el solo hecho de su nacimiento ha partido en dos la Historia: Antes y Después de Cristo.

Y ¿qué quiere decir que el Verbo de Dios se hizo carne? Pues que ha asumido nuestra pobreza, se ha hecho “Imagen del Dios invisi-ble” (Col 1,15) para saciar nuestra falta de paciencia y confi anza en Él. Luego de la Encarnación, Dios ha asumido una imagen concreta, por lo tanto ya no hay necesidad de ningún becerro, de ninguna imagen extraña y alejada de Él.

Antes de la Encarnación estaba prohibido, por justas razones, el uso de imágenes porque “a Dios nadie le ha visto jamás” (Jn 1, 8; 1 Jn 4,12)”, porque en el Antiguo Testamento: “Yahvé os habló en medio del fuego; vosotros oíais rumor de palabras, pero no perci-bíais fi gura alguna, sino solo una voz” (Dt 4, 12). Pero ahora, lue-go de la Encarnación “la Palabra (de Dios) no sólo se puede oír, no sólo tiene una voz, sino que tiene un rostro que podemos ver: Jesús de Nazaret”5 y gracias a la Encarnación “lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que contemplamos y pal-paron nuestras manos, acerca de la Palabra de vida –pues la Vida se manifestó-, y nosotros la he-mos visto y damos testimonio y os anunciamos la Vida eterna, que estaba junto al Padre y que se nos

Adorar a Dios es amar a los hombres, y la

idolatría es esto: No buscar el rostro del Señor sino reservar para Él las sobras.

Si nuestro dios es el dinero, algo que es

duro y seco, así será nuestro corazón. De esta idolatría

debemos cuidarnos

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en acciones concretas: “Adorar a Dios es amar a los hombres”8 y la “idolatría es esto: No buscar el rostro del Señor con todo el co-razón y con toda el alma, sino re-servar para Él las sobras, el resto de nuestro tiempo y de nuestras energías”9, lo que concuerda con lo que nuestro actual Papa dijo a los niños de Cotonú en Benín “Dios no sólo es importante sino que lo es todo”10.

Termino con las palabras de Su Santidad: “Dios mismo se ha dado una imagen: en el Cristo que se ha hecho hombre. En Él, el Crucifi cado, se lleva al extremo la negación de las falsas imáge-nes de Dios. Ahora Dios revela su rostro precisamente en la fi gura del hombre que sufre”.11

1 Diccionario de la R.A.E., Veneración.2 Ibid, Adoración.3 Catecismo Igl.Cat., n. 20964 Ibid., n. 20975 Benedicto XVI, Verbum Domini, 6 Ibid, 127 Antonio Gruyters, S.f. Imágenes e idolatría, p. 278 Ibid. p.209 Ibid. p.3110 Benedicto XVI, Discurso en Cotu-nú (Benín).19/11/201111 Benedicto XVI, Spe Salvi, 43

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• Información litúrgica: tiempo litúrgico, citas de las lecturas bíblicas...

• Páginas de sabiduría, para aprender, meditar o distraerse (Evangelio dominical, oraciones, poemas, artículos sobre santos, la Virgen, arte, historia, curiosidades, cine o costumbres…)

Camino, verdad y vidaCALENDARIO 2013

Formato:7 x 10 cm

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Fe y kénosis en el seguimiento Fe y kénosis en el seguimiento de Jesúsde Jesús

concepción lópezPERSONAJES BÍBLICOS HOY

MaríaMaría

El 11 de octubre dará co-mienzo, para toda la Igle-sia, un año dedicado a la fe. Así lo ha querido el

papa Benedicto XVI, conmemo-rando el 50 aniversario de la in-auguración del concilio Vaticano II. La fe es apoyar nuestra vida, con total abandono y sin reser-vas, en Aquel que es nuestra Roca y cuya solidez nos sostiene. En Isaías 7,9, leemos esta famo-sa frase sobre la fe: “Si no creéis, no subsistiréis”. Alguien interpre-ta esa frase, partiendo del texto hebreo, del siguiente modo: “Si no os apoyáis en mí, no experi-mentaréis que sois sostenidos”. La experiencia de saberse en buenas manos, sostenido y cui-dado en todo tiempo (como las aves del cielo y los lirios del cam-po, Mt 6,26-28) sólo puede sa-borearla quien corre el riesgo de apoyarse en Dios, el Dios Amor, Luz y Vida revelado en Cristo Je-sús.

En la Escritura, encontramos una inmensa nube de testigos de la fe. El capítulo 11 de la carta a los Hebreos recorre la historia de la salvación en clave de personajes que destacaron por su fe, desde Abel hasta el mismo Jesús, “el que inicia y completa nuestra fe” (Heb 12, 2). De entre todos estos grandes creyentes bíblicos, hoy vamos a poner los ojos en María, madre y discípula del Señor.

Hay incontables libros hermosos sobre María, escritos desde el amor y una tierna devoción a la Madre de Dios. Yo quisiera invitar hoy a los lectores de Cooperador Paulino a escribir su propio libro sobre el camino de fe de María, bebiendo de las únicas fuentes en las que podemos seguir las huellas de esta joven mujer de Nazaret: los cuatro evangelios.

En realidad, la primera cita que hace alusión a María en el N.T., es el conocido pasaje de la car-ta a los Gálatas que habla de la encarnación del Hijo y de nuestra fi liación divina: “Al llegar la ple-nitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer…” (Gál 4,4). Es la colaboración de María en la obra de la salvación. Es María, corredentora de la hu-manidad. Es María, la hija ama-da del Padre que consintió que el Verbo tomara carne y cuerpo en sus entrañas. Es la Apóstol con una misión: alumbrar a su Hijo para la vida del mundo. La alusión de Pablo nos conduce al evangelio de la infancia de Lucas (Lc 1-2). Quizá es este evangelis-ta el que más nos ayuda a intuir el camino interior de María.

La Anunciación

Contemplemos a María en el epi-sodio de la Anunciación. ¿Hay algo más inesperado que el he-cho de que Dios ponga sus ojos en una joven virgen de Nazaret? “¿De Nazaret puede salir algo bueno?”, diría Natanael más ade-lante, haciéndose eco del sentir

común de los judíos contempo-ráneos de Jesús (Jn 1,46). Pues precisamente allí donde no ca-bía esperar nada, en “la Galilea de los gentiles”, lejos del templo sagrado y de Jerusalén, allí puso Dios los ojos para buscar a la me-diadora de su salvación.

Esa mujer era virgen, incapaz, por tanto, de concebir la vida desde su condición virginal, al igual que tantas mujeres estéri-les de la historia de Israel, desde Sara, mujer de Abrahán, hasta la misma Isabel, madre de Juan. En esa misma línea de incapacidad, aunque por motivos diversos, se sitúa María. Pero Dios muestra, una vez más, a través de ella, que lo que es imposible para el ser humano es posible para Dios (Gn 18,14; Lc 1,37). La irrupción del ángel en la vida de María y su saludo rebosan de gozo me-siánico: “¡Alégrate!” “¡Alégrate, hija de Sión!... El Señor, Rey de Israel, está en medio de ti!”, dirá el profeta Sofonías (3,14-15). “¡Llena de gracia!”…

Y ella se preguntaba qué salu-do era aquel. “¡El Señor está

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Fe y kénosis en el seguimiento de Jesús

contigo!” Lo mismo que se les dijo a Moisés, Josué, Gedeón o a los profetas antes de encar-garles una misión de liberación (Éx 3,12; Jos 1,5; Jue 6,12; Jr 1,8.19). Pero ella se llenó de miedo y el ángel tuvo que disipar sus temores: “No temas, María, porque has hallado gracia ante Dios”. La gracia es la huella del paso de Dios por el alma, que la renueva enteramente y la embe-llece imprimiendo en ella el amor inmenso y gratuito de Dios. Así lo canta la esposa del Cántico Espi-ritual de san Juan de la Cruz, y así podría cantarlo María:

“… ya bien puedes mirarme,después que me miraste,que gracia y hermosura en mí dejaste”.

Dios ha mirado y elegido a María para una misión: “Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. Él será grande, se le llamará Hijo del Altísimo y el Señor le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob y su reino no tendrá fi n… El Espíritu Santo vendrá sobre ti.”

La fe de María

Es misterioso cómo Jesús cum-plió esta palabra de manera to-talmente contraria a las expecta-tivas humanas. Y María tuvo que purifi car su fe y aprender a ser discípula compartiendo la kénosis de su hijo quien, “a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al con-trario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo pa-sando por uno de tantos…” (Filp 2,6-7). Jesús fue grande hacién-dose el último de todos y el servi-dor de todos (Lc 22,27). A Jesús le conocían como “el carpintero, el hijo de María”, y se escanda-lizaban de él (Mc 6,3). El reino de Jesús no era de este mundo y por eso fue asesinado por los jefes de este mundo (Jn 18,36)… ¡Qué paradójico fue todo! ¡Y qué fe necesitó María para pronunciar las mismas palabras que habían sido pronunciadas en el pasado por Abrahán, cuando Dios le pi-dió sacrifi car a su hijo único, el

amado (Gn 22,1), por Moisés, en el Horeb, ante la zarza ardiente (Éx 3,4), por Samuel, cuando es-cuchó su nombre en medio de la noche (1 Sam 3), o por Isaías, en la teofanía del templo (Is 6,8)…!: “Heme aquí”, “Aquí está la escla-va del Señor, hágase en mí según tu palabra”.

María, la humilde esclava del Se-ñor, tuvo una fe tan grande como para conmover los cimientos de la historia desde la revolución si-lenciosa del amor en lo pequeño. En el anuncio del ángel lo que re-suena, como voz de trompetas, son realidades importantes, rele-vantes, grandiosas… pero lo que María vio desde el principio fue el día a día en su insignifi cante aldea de Nazaret, su niño envuel-to en pañales y recostado en un pesebre, a las afueras de Belén, treinta años de vida escondi-da, irrelevante, como hijo de un simple carpintero, la muerte del hijo de sus entrañas en la cruz, como un malhechor, y un peque-ño grupo de seguidores dispersos y paralizados por el miedo tras la crucifi xión de su Maestro. Nada de tronos ni de reinos. Nada de poderío militar ni de relevancia social. Una vida escondida en lo pequeño y lo inadvertido, e inclu-so, en lo marginal.

Necesitó María mucha fe para todo ese camino. Y la tuvo. Por eso Isabel la ensalzó con esta bienaventuranza: “¡Feliz tú, por-que has creído…!”. Y Jesús la alabó indirectamente con esta otra proclamación de felicidad: “¡Dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen!” (Lc 11,28). Sigamos las huellas de la fe de María en la visitación, en la Natividad, en Jerusalén, en Caná, al pie de la cruz y en el Ce-náculo… Y digamos nuestro sí al Padre como María, para consentir la obra de salvación del Espíritu a través de nosotros, orando con fe humilde: “Quiero lo que tú quie-res, sin preguntarme si puedo, sin preguntarme si lo quiero, sin preguntarme si lo deseo.” (Made-leine Delbrêl).

([email protected])

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TESTIGOS DEL EVANGELIO: FAMILIA OLÍAS-SOLER vicky vega

Sabemos que, simplemen-te, por ser una familia grande, estamos abier-tos a dar razón de nuestra

esperanza a todo el que nos la pida” –comenta Ángel Olías, por más señas, profesor de Instituto-:

“Hay una cosa muy curiosa, de la que me he dado cuenta, a poste-riori, y es de que yo pensaba que para anunciar el Evangelio (aparte de las obras, por supuesto) había que hablar, lo dice san Pablo: “la fe viene por la predicación”, había que escuchar y anunciar… toda la Escritura está jalonada por esta idea: “Escucha, Israel”, “anún-ciaselo a los de corazón cansa-do”, “espabila el oído”… pero hay también una catequesis plástica,

“viva”, (y no uso esta expresión como una metáfora) que puedes dar al mundo, y es la de los hijos. Así, hubo un tiempo en que fueron cientos, y no exagero, las perso-nas que –literalmente- llamaban a nuestra puerta; se nos acerca-ban en la guardería, en el colegio, nos buscaban para preguntarnos, para hablar con nosotros, y no te abordaban diciéndote: ¿vosotros creéis en Dios?, ¿por qué estáis en la Iglesia? sino que la llave que abría la conversación era: ¿Tenéis trece hijos? ¿Cómo es esto? Me gustaría conoceros. Y a partir de ahí, venían a casa, charlábamos, tomábamos café…”

Y Ángel aprovecha la ocasión para perfi lar lo que él entiende que es

ser cristiano, quiere, de alguna manera, desmitifi car la idea de familia perfecta, que –dice- impi-de a otros dar ese sí, ese hágase, a la voluntad de Dios en su vida.

La metáfora de la luna

“Estas personas nos veían en nuestra realidad, como somos, sin ese halo de santidad, que a ve-ces creen que tenemos… es como aquella metáfora de los Padres de la Iglesia, sobre la luna: que da luz, pero no es una luz propia, sino reflejada… y si te acercas mucho, ves que la luna está for-mada por una materia gris, iner-te, volcánica… vosotros sois la luz del mundo, dice Jesús, pero en otro momento dice de forma más

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solemne: Yo soy la luz del mundo. De alguna manera nosotros es-tamos refl ejando pálidamente la luz que hemos recibido, que no es nuestra… unas veces refl ejamos luz, otras veces la absorbemos como un agujero negro y lo úni-co que la gente ve es oscuridad, cabreos… y esto me parece im-portante para no dar una imagen distorsionada de lo que es ser un cristiano.

Porque existe una idea muy mora-lista entre la gente que no va a la iglesia, de que para ser cristiano tienes que ser bueno, purísimo, sin ningún tipo de defecto; pues no es así, nos enfadamos, se nos escapa algún insulto, y a lo mejor, estás sin hablarle a tu mujer dos días… sin embargo, junto a esto, hay otra realidad, y es que noso-tros estamos recibiendo todos los días, y somos conscientes de ello, una cantidad enorme de bendicio-nes del Señor. Y esto, también se trasluce, de alguna manera. Esta ambivalencia, que no somos san-tos de altar ni bichos raros, puede llamar a la fe a aquellos que no la tienen”.

Mari Carmen, por su parte, es una mujer tranquila, sencilla, afable… con estas premisas, es fácil hablar

La vida llama a la vida, esta es una verdad incuestionable, que se hace carne en la familia Olías-Soler. Mari Carmen y Ángel tienen trece hijos; ellos, en su día, se fi aron del Señor, y le dijeron Sí; ahora su generosidad recrea la vida de otras personas, pues su casa está siempre abierta a aquellos que necesitan una palabra de ánimo

con ella. Mirándome a los ojos, me desgrana el por qué ella y su marido, Ángel, han optado por estar abiertos a la vida.

Pedir perdón y perdonar

“En nuestra casa hemos aprendi-do a pedir perdón y a perdonar, todos los días. Y no cabe duda de que estos hijos son una bendición, lo digo absolutamente convenci-da, porque se cumple el salmo: “Los hijos son como fl echas en manos de un guerrero, cuando llame el enemigo a tu puerta, no temerás”… Y para mí, mis hijos han sido los hilos que me han su-jetado a la cruz, y gracias a eso, yo he experimentado que la cruz es gloriosa.

No cabe duda de que la paterni-dad y la maternidad son la mejor escuela de amor y generosidad. Cuantos más hijos tienes, más es-tás saliendo de ti mismo. En esto no hay medallas, no hay mérito, es pura gratuidad de Dios, pero sí que es verdad que te tienes que poner en sus manos, y cuando te pones a tiro, cuando le dices, “aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad”, el Señor te coge la palabra ¡y haces su voluntad!, efectivamente! (risas).

Podemos decirte que ha habi-do docenas de matrimonios que se han animado a tener un hijo más, mirándose en nuestra fa-milia; han visto que los hijos no son una maldición, que se puede,

que Dios está detrás, que no te mueres… y ésta ha sido la alegría de su vida. La vida llama a la vida, esto es así”.Ángel remacha la afi rmación de su mujer, con la siguiente ase-veración:

“Yo no soy natalista, la Iglesia Ca-tólica no es natalista en el sentido moralista, de decir: Hay que tener muchos hijos. No. Hay que tener los hijos que Dios te dé, si Dios te da uno, pues uno ¡esa es la voluntad de Dios! Y si te da trece, pues trece”.

Y surge la pregunta inevitable, el por qué de estos trece vástagos, estas trece flechas, fruto de la juventud…

“Hubo un momento determinan-te en nuestra vida matrimonial que nos hizo refl exionar profun-damente sobre el hecho de es-tar abiertos a la vida. Y fue que nuestro tercer hijo murió al na-cer. Nació, vivió tres minutos, y se murió. Aquello fue como una sacudida, te quedas sorprendido… llegamos a la conclusión de que el Señor era el dueño de la vida y de la muerte, de que nosotros no teníamos ningún poder para dar la vida ni para conservársela a nadie… En ese sentido, muchí-simo antes de que en el Camino Neocatecumenal –donde vivimos la fe- se empezase a hablar de esta concepción de estar abiertos a la vida (no como un moralismo ni como una ley, sino como una

Los hijos son como fl echas en manos de un guerrero, como dice el salmo, “cuando llame el enemigo a tu puerta, no temerás”. Mis hijos han sido los hilos que me han sujetado a la cruz, y gracias a esto, he experimentado que la cruz es gloriosa” (Mª Carmen)

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disposición de estar abiertos a la voluntad de Dios, en defi nitiva, también en muchos otros ámbi-tos), ya nosotros habíamos asu-mido esa verdad. Esta experiencia nos llevó a estar dispuestos a salir de misión, poco tiempo después, adonde Dios quisiera.

Y Mari Carmen desbroza sus razo-nes, dejando que las palabras se coloquen en el corazón de quienes las escuchamos (todos sus hijos solteros, su marido, y yo misma):

Nacemos para morir

“Cuando murió este hijo me di cuenta, parecerá una perogrulla-da, que nacemos para morir, que la muerte forma parte de la vida, y que yo no la controlo. Recuerdo que cuando llegué del hospital, miraba a mis dos hijos mayores y pensaba: “Entonces, habéis na-cido para morir”, fui consciente de algo que racionalmente es tan evidente… nacer para morir. Fui consciente de que si no teníamos una respuesta ante la muerte, todo era absurdo: Era un absur-do casarse, era un absurdo tener hijos… entonces me di cuenta de que mis hijos nacían para la vida eterna.

Y tuve una experiencia personal muy fuerte con Cristo resucitado, en mi fuero interno él me decía, “tú no entiendes nada, pero en-tenderás”. Tuve la certeza de que mi hijo había sido llamado para la Trascendencia. Yo a mis hijos les procuraré comida, vestido, es-tudios, todo el amor del que sea capaz… pero han nacido por una razón fundamental, porque existe la vida junto a Dios.

Cuando alguno tiene una crisis de fe (quizás parezca fundamentalis-ta lo que voy a decir, pero quie-ro que ellos lo comprendan), les digo: “Prefi ero verte muerto que

perdido… Tú has nacido porque eres hijo de Dios, y has nacido para la Vida, no malgastes este legado precioso que tienes”.

Este matrimonio tiene ya cinco nietos; en el salón, alrededor de una mesita baja, se han sentado todos los hijos solteros (los casa-dos vendrán mañana domingo, a comer con ellos), y tal y como se desarrolla la conversación, es el momento oportuno para pregun-tarles a estos jóvenes sobre su vida de familia.

Yo soy Juan, el mayor

“Yo soy Juan, el mayor, tengo 31 años. Somos nueve varones y cuatro chicas. Después de mí vienen Ignacio, Francisco y María (mellizos), Javier, Miguel Ángel, Esteban, Carmen, Emmanuel, Luis, Yael, Raquel y Andrés, el pequeño, de 11 años.

En mi caso personal, y en relación con el colegio, yo no lo llevé nada bien. Los críos en cuanto ven algo distinto lo machacan, tanto si eres pelirrojo, como gordito, o tienes doce hermanos… y esto me hizo sufrir bastante, porque veía que éramos muchos hermanos, que rezábamos laudes los domingos, que íbamos a la eucaristía los sá-bados por la noche… en defi niti-va, que mi familia era distinta a la de otros niños de mi edad. Es verdad también que años des-

pués, usé mi libertad como quise y tuve momentos aún de mayor sufrimiento…

Sin embargo, he encontrado el verdadero sentido de mi vida, cosa que quizás no tuviera si hubiera nacido en otra familia. En esta familia he experimentado el perdón, la alegría… somos una piña, estamos bastante unidos, a pesar de todos los jaleos que hay, a veces, entre nosotros…yo, ahora, tengo una meta clara, formar una familia cristiana, tengo la experiencia de cómo el Señor se ha hecho presente en mi vida, desde mi sufrimiento, y por supuesto, estoy orgullosísimo de mi familia, y le doy gracias a Dios por haber nacido en ella, y por todo lo que me ha dado”.

En este punto de la entrevista, Ángel comenta: “Yo quisiera apostillar algo que, por otra parte, les he oído decir a ellos en casa-: Indudablemente, nuestra familia es distinta a muchas otras del colegio, pero también es cierto que hay otros ambientes con los que ellos se identifican y se encuentran cómodos. Así, cuando van a casa de sus primos (nuestra macrofamil ia está formada por sesenta y tantos

“Al morir unos minutos después de nacer, el tercero de

nuestros hijos,me di cuenta de que si

no teníamos una respuesta ante la muerte, todo era

absurdo”

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primos), o a casa de cualquier familia de la parroquia que tenga hijos, ellos ven que comparten la misma forma de vida, los mismos problemas, situaciones semejantes… y esto les conforta.

Quisiera añadir que allí donde estés, eres cristiano, y esto se lo estamos transmitiendo a nuestros hijos, y qué duda cabe de que se está gestando un pueblo cristiano-, una nueva cultura… no es ya una familia rara que tiene hijos, sino que ya somos muchas. Esto lo vemos en las convocatorias que se están realizando por parte del Arzobispado de Madrid, en relación con la defensa de la familia… No es cierto que seamos unos pocos los que estamos abiertos a la vida, somos muchos ya, y esto nos debe animar”.

Luis y Carmen, hablan sobre su familia

Luis, espontáneamente, da su experiencia personal: “Yo quiero decir que en el colegio siempre se han metido mucho conmigo, y tener tantos hermanos que me han venido a defender, ¡eso es lo que más mola de todo!” (risas).

Y Mari Carmen me explica las circunstancias por las que pasó su hijo, cómo le hicieron la vida imposible, y cómo todo se solucionó gracias a la intervención de un padre del colegio, que era militar: “Detrás de lo que está

diciendo hay una historia muy dura de acoso escolar. Gracias a Dios, Luis ya ha dejado atrás todas las secuelas que tuvo, que fueron graves, y ahora este hijo nuestro tiene una sensibilidad enorme con todo el que sufre… el Señor, de cualquier mal, saca el bien”.

Carmen, por su parte, tercia en la conversación, hablando de lo que ha aprendido en su familia: “Yo soy la octava, y soy muy orgullosa, perdonar me cuesta, pero muchísimo más me cuesta pedir perdón; y con mis hermanos muchas veces me he tenido que humillar e irles a pedir perdón. Y ahí he experimentado el descanso… En mi colegio todos saben que soy cristiana. Yo tengo una amiga que tiene una relación muy deteriorada con sus padres, y el año pasado le ofrecí lo mejor que tengo, el haber conocido a Dios, y así se lo dije… ahora ha empezado a caminar en una comunidad”.

D a n d o o t r o s a l t o e n l a conversación, les pregunto qué pueden decir de Dios como Padre… en sus vidas. Mari Carmen, no lo duda, y contesta, agradecida:

“¿Que qué puedo decir de mi Padre? Pues que ha sido bueno, buenísimo… nos lo ha dado todo, por ejemplo, esta casa. Nosotros hemos estado viviendo quince personas en un piso en Tres Cantos (un barrio de Madrid)

hasta hace algo más de tres años, nos organizábamos en literas de tres… pero iban creciendo… hasta que el Señor permitió que nos concedieran la hipoteca de esta casa, algo insoñable para nosotros (tiene 400 m2 más el jardín).

Pues mira, ahora nos podemos reunir toda la familia, somos veintitantos a comer todos los domingos… También podría decirte que efectivamente el sufrimiento existe, que tenemos que aceptar ser criaturas, y que es maravilloso vivir sabiendo que tienes un Padre que te cuida. Mis nietos, por ejemplo, no se plantean el interrogante: ¿mamaré mañana? No, ellos duermen plácidamente en la confianza que tienen en sus padres… esto mismo es lo que yo he conocido a través de Jesucristo, el profundo amor que nuestro Padre nos tiene a cada uno de nosotros.

Y para redondear la reflexión, Mari Carmen desvela lo más íntimo de sí misma: “Las dos cosas que siempre he querido conquistar en mi vida, las he encontrado en Cristo Jesús: El ser querida y querer, y el ser libre… Es impresionante que ni el amor de los padres, ni el amor conyugal (aunque es refl ejo del amor de Dios) son perfectos, ninguno te sacia completamente. Sólo Cristo me ha dado el amor y la libertad que yo buscaba. Verdaderamente está vivo y resucitado”.

“Uno de nuestros hijos sufrió acoso “Uno de nuestros hijos sufrió acoso escolar, y tuvo secuelas graves, escolar, y tuvo secuelas graves, gracias a Dios ya está bien, y ahora gracias a Dios ya está bien, y ahora tiene una sensibilidad enorme por tiene una sensibilidad enorme por todo el que sufre. El Señor de lo malo, todo el que sufre. El Señor de lo malo, siempre saca algo bueno”siempre saca algo bueno”

“Yo soy la octava, soy muy orgullosa, “Yo soy la octava, soy muy orgullosa, perdonar me cuesta... muchas perdonar me cuesta... muchas

veces he tenido que humillarme y veces he tenido que humillarme y pedir perdón a mis hermanos. Ahí pedir perdón a mis hermanos. Ahí

he experimentado el descanso” he experimentado el descanso”

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Faustina Faustina

la redacciónSANTOS DE NUESTRO SIGLO

De origen polaco, nacida en 1905, sor Faustina fue bautizada con el nombre de Elena. De familia cam-

pesina, la tercera de diez herma-nos, a la edad de 16 años comenzó a trabajar fuera de casa para ayu-dar económicamente a su familia. Sólo pudo asistir al colegio durante tres años, pero como sabemos el Señor no se rige por los criterios del éxito, del poder o del dinero, y escogió a este alma sencilla para que quedase de manifi esto que la obra era suya, sin lugar a dudas.

Ya de niña Elena Kowalska deja-ba entrever una gran sensibilidad ante la miseria humana, también le gustaba orar, y a los siete años sintió el deseo de ser religiosa pero sus padres se opusieron, ¿cómo iba a entrar su hija en un conven-to?. Elena intentó apagar esta lla-mada interior, pero no pudo, y así, estando en un baile experimentó la visión de Cristo sufriente… el 1 de agosto de 1925 ingresó en la Congregación de las Hermanas de la Madre de Dios de la Mise-ricordia. Tenía 20 años. Allí, en el convento, vivió 13 años con el nombre de sor Faustina. Trabajó como cocinera, jardinera y porte-ra. Desde fuera nada delataba su intensa y rica vida interior. Su vida aparentemente monótona y ordi-naria se caracterizó, sin embargo, por una extraordinaria unión con Dios Padre. Cumplía sus deberes con presteza, observaba las reglas del convento, era tranquila y calla-da, pero a la vez natural, llena de

un amor d e s i n -t e r e s a d o por los demás (cuántas veces estando de por-tera, llamarían a la puerta del convento niños y personas hara-pientas, a las que ella ofrecía, casi a escondidas, algo de comer. En todos veía a Jesús.

Sor Faustina contemplaba a diario el misterio de la Divina Misericor-dia a través de la meditación de la Palabra de Dios, amaba pro-fundamente la Eucaristía y a la Madre de Dios. Tuvo gracias ex-traordinarias: revelacio-nes, visiones, estigmas ocultos, la participación en la Pasión del Señor, el don de bilocación, los do-nes de leer en las almas humanas, de profecía y desposorios místicos. Una relación íntima con Dios, con María, con ángeles, santos y almas del purga-torio, todo un mundo ex-traordinario que para ella no era menos real que el mundo sensible. Objeto de tantas gracias, sin embargo sor Faustina sabía fe-hacientemente que no son estos

dones los que determinan la santidad. En su Diario escribe: “Ni gracias, ni re-velaciones, ni éxtasis ni ningún otro don conce-dido al alma la hace per-fecta sino la comunión interior de mi alma con Dios. Estos dones son solamente un adorno del alma, pero no cons-tituyen ni la sustancia ni la perfección. Mi santidad

y perfección consisten en una estrecha unión de mi

voluntad con la voluntad de Dios”. Por obediencia a sus con-

fesores, sor Faustina escribió todo aquello que Jesús le manifestó en estas experiencias místicas. Su diario ha sido traducido a muchos idiomas y la obra acerca de modo extraordinario el misterio de la Misericordia de Dios por la huma-nidad doliente.

El diario de la Misericordia

“Oh Jesús mío —escribió— cada uno de tus santos refl eja en sí una de tus virtudes, yo deseo refl ejar tu Corazón compasivo y lleno de

misericordia, deseo glo-rificarlo. Que tu miseri-cordia, oh Jesús, quede impresa sobre mi corazón y mi alma como un sello y éste será mi signo dis-tintivo en esta vida y en la otra. (Diario 1242). Le dijo el Señor Jesús: ”tu misión es la de escribir todo lo que te hago cono-cer sobre mi misericordia

para el provecho de aquellos que leyendo estos escritos, encontra-rán en sus almas consuelo y ad-quirirán valor para acercarse a mí (Diario 1693). Le dijo: “enviaba

KowalskaKowalska

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a los profetas con truenos a mi pueblo. Hoy te envío a ti a toda la humanidad con mi misericordia. No quiero castigar a la humanidad doliente, sino que deseo sanarla, abrazarla con mi Corazón miseri-cordioso” (Diario 1588).

La lectura del Diario de sor Fausti-na Kowalska muestra, entre otras cosas, la profunda y estrecha re-lación que existía entre la santa y la Virgen María: 785. La Santísi-ma Virgen me ha enseñado cómo debo prepararme para la fi esta de la Natividad del Señor. La he visto hoy sin el Niño Jesús; me ha dicho: “Hija mía, procura ser mansa y hu-milde para que Jesús que vive con-tinuamente en tu corazón pueda descansar. Adóralo en tu corazón, no salgas de tu interior. (...)

846. 25 de diciembre de 1936.Misa de Medianoche. Durante la Santa Misa la presencia de Dios me penetró por completo. Un mo-mento antes de la elevación vi a la Madre y al pequeño Niño Jesús, y al viejo abuelo (san José). La Santísima Virgen me dijo estas palabras: Hija mía, Faustina, toma este tesoro preciosísimo, y me dio al pequeño Jesús.

En diversas partes de su Diario, sor Faustina aborda el tema de la Eucaristía. Leamos sus propias palabras: “Hoy mi alma se prepa-ra para la santa Comunión como para un banquete de bodas en que todos los participantes lucen una belleza inexpresable. Y yo también estoy invitada a este banquete, pero no veo en mí esta belleza, sino un abismo de miseria. Y aun-que no me siento digna de sen-tarme a la mesa, sin embargo me deslizaré por debajo de la mesa, y a los pies de Jesús mendigaré al menos las migas que caigan debajo de la mesa. Conociendo Tu misericordia me acerco a Ti, Jesús, porque antes faltará mi mi-seria que se agote la piedad de Tu Corazón”. Sor María Faustina murió extenuada físicamente por la tuberculosis, ofreciendo sus sufrimientos por los hombres, en Cracovia el 5 de octubre de 1938, con apenas 33 años. Fue canoni-zada por el beato Juan Pablo II en el año 2000. Su fi esta se celebra el cinco de octubre.

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VIDA PAULINA

Apertura Ofi cial del Segundo Año de Preparación al Centenario de la FP

El sábado 8 de septiembre de 2012 tuvo lugar, en la Casa Provincial de Madrid,

la apertura oficial del segundo año (2012/2013) de preparación al Centenario de la fundación de la Sociedad de San Pablo y de la Familia Paulina, cuyo aniversa-rio tendrá lugar en el año 2014, pues todo empezó en Alba (Italia) un 20 de agosto de 1914. Siguien-do las pautas que a tal propósito ha dado la Comisión para el Cen-

Con la participación de las hermanas responsables y de los colaboradores laicos

de las Librerías, se ha concluido el Tercer Encuentro Cultural-for-mativo (Madrid, 7 y 8 de julio de 2012). El primero fue en el 2008, el segundo en el 2010 y ahora he-mos llegado al tercero, un camino que se debe continuar, para me-jorar juntos, hermanas y colabo-radores, la misión de las Librerías. Estos Encuentros están alcanzan-do gradualmente importantes objetivos: -los colaboradores se conocen entre ellos y comparten sus experiencias, mejoran el es-píritu de equipo y la identidad de colaboradores de Paulinas; -co-nocen y profundizan unos aspec-tos de la realidad religiosa, social y cultural, que toca muy de cerca nuestra vida y la labor de la Li-

Encuentro de colaboradores de las Librerías Paulinas

brería; -comparten aspectos prácticos para llevar adelante las Librerías con un camino unitario y progresivo. Este año, las magistrales ponen-cias del prof. Juan Martín Ve-lasco han versado sobre los rasgos más importantes de la situación religiosa de Europa y de España; la crisis de Dios en la sociedad y en el interior de la Iglesia; y el ser cristiano en una situación de pluralismo cultural y religioso”. Luego se ha centrado la atención en la “Evangeliza-ción hoy” como una dimensión de “ser creyente”, antes que una acción particular de los creyentes hacia los no creyentes. Los cola-boradores han apreciado mucho las pistas y luces signifi cativas para nuestra acción evangeliza-dora desde la Librería. Una con-

creta utilidad han tenido los ta-lleres prácticos sobre “La Librería en la crisis” y el “Cuidado de las Librerías Paulinas y aspectos or-ganizativos”. Importante ha sido el diálogo sobre la producción editorial de Paulinas, la publici-dad y las nuevas formas de pre-sencia de Paulinas en las Redes sociales. Los colaboradores han salido animados del Encuentro, con el compromiso de continuar con responsabilidad la formación conjunta. Julia Gómez,hsp.

tenario, se celebró una solemne Eucaristía de apertura ofi cial de los actos del segundo año del trienio, en la que también se dio gracias a Dios por los 50 años de ordenación y ministerio sacerdo-tal de los Padres Antonio Fernán-dez y Andrés Gainzarain, por los 50 años de Profesión Religiosa del Hno. Isidro Alonso y por los 25 años de Profesión Religiosa de la Anunciatina Paquita Rodríguez. A estos acontecimientos se unie-

ron los Clérigos Miguel Carmen y Juan Carlos Pinto, que renova-ron la Profesión Religiosa. Todo ello es motivo de una inmensa alegría y un gran desafío para el futuro de un servicio renovado ante los nuevos tiempos que nos esperan, especialmente cuando la Provincia de España se prepara a celebrar el XX Capítulo Provincial (1-4 de octubre de 2012). Juan Carlos Pinto.

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Después de una larga y dolorosa enfermedad en la comunidad de Ciu-dad Regina (São Paulo, Brasil), el Padre llamó a vivir para siempre en su alegría, a nuestra

hermana Pritsch sor Elvira Deoni-la. Nacida en Vera Cruz (Brasil) el 4 de abril 1942. Del corazón bro-ta el reconocimiento al Señor por haber querido liberar a esta queri-da hermana de la gravísima forma de Alzheimer que por más de diez años la ha inmovilizado progresi-vamente y hecha completamente dependiente de los más pesados tratamientos médicos. En su carne, Sor Elvira compartió la pasión de Jesús por la salvación de todos; su vida y su sufrimiento eran un gran-dísimo misterio, incomprensible a toda lógica humana.

En 1977, fue elegida para ser mi-sionera en España. En ocasión de la Pascua, escribía a la Superiora Ge-neral: «Desde hace dos meses es-toy en España. Estoy aprendiendo el idioma y tratando de adaptarme al ritmo de vida. No es fácil. Cada día me doy cuenta cuánto debo morir a mi misma para que la comunidad crezca. La liturgia de esta noche de Pascua me ha sugerido justamente esto: es necesario morir con Cris-to para resucitar con Él. Me siento como enviada a una misión, a pe-sar de no comprender con claridad cómo actuar. Estoy intensifi cando la oración». Primero fue librera en Valencia y después Superiora en Va-lladolid. Por su sabiduría y amor al carisma paulino, en 1984 fue nom-brada Superiora delegada. Siempre agradecida a las hermanas por la confi anza reconocía: «He apren-dido mucho en estos años. He ex-perimentado que Dios me guía con mano fi rme, pero llena de suavidad en favor de las hermanas. El Señor es capaz de mover el cielo y la tie-rra para manifestar su amor a cada persona». Después de una breve experiencia en la librería “San Ber-nardo” de Madrid, fue nuevamente superiora, por dos mandatos, en Va-lladolid y después en Valencia. Aho-ra Sor Elvira, fi nalmente libre puede correr al encuentro del Señor que le ha donado la plenitud de vida en su Casa. Sor Anna María Parenzan. Vi-caria General.

Ha fallecido la Hna Pritsch Sor Elvira Deonila

El pasado mes de julio, el Superior General de la Sociedad de San Pablo

(Paulinos) nombraba Superior Provincial de España al P. Juan Antonio Carrera Páramo de 56 años de edad. El P. Juan Anto-nio nació en Arenillas del Rio Pisuerga (Burgos) e ingresó en la Congregación en el año 1967 en Zalla (Bilbao), emi-tiendo la Primera Profesión el 8 de septiembre de 1976. El 8 de noviembre 1982, con el gozo de tener en España al beato Juan Pablo II, fue orde-nado por el mismo en Valen-cia.

Licenciado en Teología y en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid, ha desempeñado nu-merosos servicios en favor de la Sociedad de San Pablo, no sólo en España, sino también en otros países. Durante dos años fue Subdirector Editorial del Grupo Editorial San Pablo, en 1992 es nombrado Director Editorial y Director de nuestra revista Cooperador Paulino.

Como Director Editorial perma-neció hasta el año 2001, en el que comienza un semestre de actualización en Comunicación en la Universidad Gregoriana de Roma. Es entonces, cuan-do el Superior General le llama para nombrarle Administrador Delegado del Centro Ibero-americano de Editores Paulinos con sede en Brasil. Dicho orga-nismo se encarga de coordinar algunas de las actividades edi-toriales que realizan en común los distintos países de América Latina, Portugal y España.

En el año 2004 es elegido Con-sejero General, prestando un generoso servicio a favor de toda la Congregación y de la Familia Paulina distribuida por los cinco continentes. En 2010 regresó a España, recibiendo el nombramiento de Director Ge-

neral del Grupo Editorial San Pablo y Maestro de los junio-res (jóvenes religiosos que es-tán, en período de formación, preparándose para ser sacer-dotes o discípulos paulinos). El P. Carrera ha sustituido en el cargo de Superior Provincial al P. Antonio Maroño de 74 de edad, que lo ejerció en los dos últimos cuatrienios.

Al P. Juan Antonio le esperan importantes retos, como es la actual crisis económica y de valores, la animación vo-cacional y la celebración en el próximo 2014 del primer centenario de la fundación de la Sociedad de San Pablo. Los cuales asume con valentía y entereza, intentando ponerse al servicio de sus hermanos y dialogando abundante y fre-cuentemente con ellos, so-bre todo para llevar a cabo el importante y urgente relevo generacional y acometer con entusiasmo la propuesta de la vocación paulina a los jóvenes españoles.

Desde las páginas de nuestra revista agradecemos al P. An-tonio Maroño la labor desem-peñada hasta el momento y al P. Juan Antonio le deseamos todo lo mejor en el desempe-ño de su cargo, asegurándole nuestra colaboración en todo aquello que nos sea posible.

Nuevo Superior Provincial de la Sociedad de San Pablo en España

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Tonino Bello, familiarmente llamado don Tonino nos dejó, entre sus nume-rosos escritos, profundas refl exiones sobre el Evangelio. Los textos que recogemos en este volumen son ex-tractos de algunos de sus mejores libros. Son páginas escogidas, me-diante una cuidada selección, que creemos pueden ayudar a numerosos lectores en la profundización y el cre-cimiento de su vida espiritual.

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Con motivo del Año de la fe, el Equipo Bíblico Verbo inicia una nueva colec-ción cuyo primer objetivo es que to-dos los miembros de las comunidades cristianas se encuentren con la Sa-grada Escritura, acogida como Pala-bra de Dios. Este libro es una llamada a revisar nuestra vida de comunión con Dios y los hermanos.

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Los orantes saben que pueden dirigirse a Dios alabándole, pidiéndole favores o dones, dándole gracias, etc. Pero algunos olvidan la oración contemplativa pensando que es propia de personas consagradas y de las órdenes contemplativas. Sin embar-go, el autor, anima a todos, especialmente a los laicos, a introducirse en este tipo de oración sin descuidar el trabajo de la vida cotidiana. Para ello presenta algunos consejos útiles para perseverar en ella.

La aparición de una Biblia siempre es una buena noticia, tanto para el público que ve incrementar sus posibilidades de acercarse, conocer y degustar la Palabra de Dios, como para el editor, pues satisface con ese gesto su misión, plasmada en el compromiso de hacer que la Palabra de Dios llegue a los hombres y mujeres de hoy. Si la Biblia, como es el caso, va acompañada de una impresionante selección de grabados antiguos, excelentemente reproducidos, y arropada por una primorosa edición que ha cuidado todos los detalles, podemos hablar, sin ninguna duda, de una doble Buena Noticia. ÁLVARO SANTOS.

LA SANTA BIBLIA CON GRABADOS. SAN PABLO, MADRID 2012. 1290 PÁG. 90,00 €

Compendio de la doctrina patrística sobre el Espíritu Santo, desde el sig-nifi cado de la palabra Espíritu hasta la Encarnación, su divinidad y su presen-cia en la Iglesia, pasando por su faceta creadora y su relación con los profetas. Con referencias a numerosas citas de los Padres -Justino, Tertuliano, Hilario de Poitiers, Ireneo de Lyon... etc, con necesarias aclaraciones etimológicas.

Carmelo GranadoEL ESPÍRITU SANTO EN LOS SANTOS PADRESSan Pablo, Madrid. 272 pág. 18 euros.

El presidente del Pontifi co Consejo para la Familia, el Card. Ennio Antonelli explica el sentido de este libro: Las buenas expe-riencias, dadas a conocer, pueden incenti-var efi cazmente las fecundidad de la vida cristiana en las familias y el dinamismo de la acción pastoral en las comunidades eclesiales, pues el Evangelio pasa de una persona a otra, de una familia a otra, de una comunidad a otra, siguiendo una di-námica de irradiación.

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Colección de citas de san Francisco para orar con él. La oración del santo es un cántico de alabanza a Dios. Lleno de gratitud, Francisco unge todo lo que contempla de alegría y bendiciones.Descubrimos que la paz, la sencillez y la pobreza son los auténticos obradores del Espíritu. Orar con san Francisco es conocer a Cristo y experimentar el gozo inefable de vivir en Dios transfi gurados.

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ENTRAÑAS DIBUJADA Narcea, Madrid. 200 pág. 14 euros.

El título, tomado de san Juan de la Cruz, nos invita a descubrir la pro-funda y asombrosa verdad de que en nuestras entrañas humanas están dibujadas Otras Entrañas Amorosas, y en ellas están también dibujadas las nuestras. Una invitación a hacer de las propias entrañas un lugar sim-bólico de fecundidad y misericordia al estilo de Jesús de Nazaret.

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Edición de lujo de la Santa Biblia; re-produce 230 grabados antiguos que representan los más destacados pasa-jes del Antiguo y Nuevo Testamento. Los grabados proceden de la edición de la Vulgata impresa en Amberes por Juan Bautista Verdussen en 1715. Los dibujos originales son, en su mayoría, de Antoine Vitré, artista parisino del siglo XVI.

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La revista Cooperador Paulino no tiene ánimo de lucro, está concebida como un medio al servicio de la difusión de la Palabra de Dios. No obstante, animamos a los lectores a participar en los gastos

generales de la revista y agradecemos su colaboración mediante una aportación voluntaria.

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