Costa Rica: La odisea empresarial

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Costa Rica: la odisea empresarial Una compleja y costosa red de trámites coloca al país entre los peores para hacer negocios y las pequeñas empresas son las más perjudicadas Diego Pérez Damasco [email protected] N o es un invento, no es una exageración; conver- tirse en empresario en Costa Rica es una ver- dadera odisea. El propio Banco Mundial en su “Índice de facilidad de hacer negocios”, coloca al país en la posición 125 de 183. Pero, ¿qué se está haciendo mal?, y más importante aún, ¿se está trabajando en re- formas prácticas para cambiar esta situación tan perju- dicial para el desarrollo humano y económico del país? Para retratar esta realidad y todas sus implicaciones de una manera más clara, parece conveniente recurrir a un emprendedor hipotético, al que llamaremos Juan López. Supongamos que López cuenta con un lote, el cual quiere destinar a una iniciativa empresarial: hacer un estanque para la cría de truchas, con objetivo de comer- cializarlas. Primero que nada, López acude a un aboga- do para constituir formalmente su empresa, y establecer una Sociedad Anónima (S.A.). Esta, en aproximadamente un semana, queda ins- crita, y en el procedimiento nuestro per- sonaje desembolsó cerca de ₡200.000. Seguidamente, Juan debe inscribirse en Tributación Directa, procedimiento que normalmente queda listo en el mismo día, cuando logra ser atendido. En la vida real, lo cierto es que deberá emplear unos dos o tres días yendo a esta institu- ción, para certificar los libros contables, en los cuales invirtió cerca de ₡10.000. Para contar con ciertos beneficios, Juan se registra ante el Ministerio de Economía, Industria y Comercio (MEIC), lo cual lo lleva a tener la calificación Pyme (Peque- ña y Mediana Empresa), que, por lo me- nos en teoría, debería ayudarlo a acceder al sistema crediticio más fácilmente. En todo caso, por lo menos recibirá asesoría de la Dirección General de Apoyo a la Pequeña y Mediana Empresa (Digepyme) en la elaboración de un plan de negocios. Posteriormente, López se dirige a la municipalidad correspondiente al cantón donde se encuentra su lote y realiza los trámites necesarios, que varían entre re- giones. A continuación, sigue un viaje al Ministerio de Salud, donde debe solicitar un permiso de funciona- miento, presentando un formulario y una declaración jurada. Además, debido a la naturaleza de su negocio, Juan deberá hacer el trámite de Registro Sanitario, el cual, en su caso, costaría unos $50, el equivalente a aproximadamente ₡25.000, y el permiso estaría listo en aproximadamente un mes, pero aún condicionado. MEIC. Disminuir el número y la complejidad de los trámites para crear una empresa es uno de los objetivos de este ministe- rio para el período 2010-2014. ¿Lo lograrán? / FOTO: Diego P. D. 1 · La odisea empresarial · Diego Pérez Damasco

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Reportaje sobre las dificultades para empezar una empresa en Costa Rica

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Costa Rica:

la odisea empresarial• Una compleja y costosa red de trámites coloca al país entre los peores para hacer negocios y las pequeñas empresas son las más perjudicadas

Diego Pérez [email protected]

No es un invento, no es una exageración; conver-tirse en empresario en Costa Rica es una ver-dadera odisea. El propio Banco Mundial en su

“Índice de facilidad de hacer negocios”, coloca al país en la posición 125 de 183. Pero, ¿qué se está haciendo mal?, y más importante aún, ¿se está trabajando en re-formas prácticas para cambiar esta situación tan perju-dicial para el desarrollo humano y económico del país? Para retratar esta realidad y todas sus implicaciones de una manera más clara, parece conveniente recurrir a un emprendedor hipotético, al que llamaremos Juan López.

Supongamos que López cuenta con un lote, el cual quiere destinar a una iniciativa empresarial: hacer un estanque para la cría de truchas, con objetivo de comer-cializarlas. Primero que nada, López acude a un aboga-do para constituir formalmente su empresa, y establecer una Sociedad Anónima (S.A.). Esta, en aproximadamente un semana, queda ins-crita, y en el procedimiento nuestro per-sonaje desembolsó cerca de ₡200.000.

Seguidamente, Juan debe inscribirse en Tributación Directa, procedimiento que normalmente queda listo en el mismo día, cuando logra ser atendido. En la vida real, lo cierto es que deberá emplear unos dos o tres días yendo a esta institu-ción, para certificar los libros contables, en los cuales invirtió cerca de ₡10.000.

Para contar con ciertos beneficios, Juan se registra ante el Ministerio de Economía, Industria y Comercio (MEIC), lo cual lo lleva a tener la calificación Pyme (Peque-ña y Mediana Empresa), que, por lo me-nos en teoría, debería ayudarlo a acceder al sistema crediticio más fácilmente. En

todo caso, por lo menos recibirá asesoría de la Dirección General de Apoyo a la Pequeña y Mediana Empresa (Digepyme) en la elaboración de un plan de negocios.

Posteriormente, López se dirige a la municipalidad correspondiente al cantón donde se encuentra su lote y realiza los trámites necesarios, que varían entre re-giones. A continuación, sigue un viaje al Ministerio de Salud, donde debe solicitar un permiso de funciona-miento, presentando un formulario y una declaración jurada. Además, debido a la naturaleza de su negocio, Juan deberá hacer el trámite de Registro Sanitario, el cual, en su caso, costaría unos $50, el equivalente a aproximadamente ₡25.000, y el permiso estaría listo en aproximadamente un mes, pero aún condicionado.

MEIC. Disminuir el número y la complejidad de los trámites

para crear una empresa es uno de los objetivos de este ministe-rio para el período 2010-2014. ¿Lo lograrán? / FOTO: Diego P. D.

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Así es, aquí no se terminan las vueltas. La cría de peces en estanques con fines comerciales está regu-lada por la Ley de Aguas, y consecuentemente por el Ministerio de Ambiente, Energía y Telecomunica-ciones (Minaet). Esto obligaría a López a ir a la Se-cretaría Técnica Nacional Ambiental (Setena) y so-licitar un Estudio de Impacto de Ambiental, que le costaría unos $1.500 (alrededor de ₡750.000), y que podría tardar hasta dos años para certificar su proyecto.

Ahora, después de casi dos meses de trámites, Juan López se da cuenta de que ha gastado casi un millón de colones, no ha podido generar ganancias, y por un buen período de tiempo deberá desempeñar otra actividad para man-tenerse. Todo esto, suponiendo que en un primer lugar contó con los recursos para la realización de su iniciati-va, pues un la obtención de un crédito que financie el to-tal del costo de un proyecto es casi imposible de obtener.

Desde luego, este es un caso extremo, pero más o menos así de frustrante es iniciar cualquier nego-cio que no sea de simple prestación de servicios, en Costa Rica. Volviendo a la duda inicial, ¿qué está sucediendo? Julio Rojas, jefe del Departamento de Desarrollo Productivo empresarial de la Digepyme, afirma que existe un problema, sin embargo, está en desacuerdo con la calificación del Banco Mundial.

“‘Papá Gobierno’ no puede dar todo”

Las oficinas centrales de la Digepyme se en-cuentran en el segundo piso del edifico del Instituto de Fomento y Asesoría Municipal (IFAM), sede del MEIC. Allí me atendió Ro-jas, con motivo de aclarar el panorama presente y futuro de la pequeña empresa costarricense.

Digepyme funciona como una agencia de contacto con diferentes organismos na-cionales, como universidades, bancos, cá-maras, que forman parte de la Red de Apo-yo Pyme. La institución se encarga de analizar qué necesita la empresa que se inscribe ante ellos y la dirige hacia el ente que más le convenga. “Nosotros articula-mos”, enfatizó Rojas en varias ocasiones.

Para dejarlo más claro, Rojas da el ejemplo de unas productoras de mermelada de Pérez

Zeledón. “Estas señoras estaban produciendo mermela-da, de una calidad excelente, y tenían problemas de co-mercialización porque no tenían un empaque, no tenían código de barras; entonces se les hizo un diagnóstico.”“Lo que hacemos es articular con diferentes institucio-nes que les puedan brindar el apoyo.”, continuó Rojas. “En el caso, era el INA. Entonces se articuló con el INA, para efectos de que les diera una preparación a las señoras en función de la imagen que debían presentar en el diseño de su etiqueta, en el código de barras, toda esa cuestión. Después de haber hecho todo, ya pudieron en-trar a los supermercados y pudieron empezar a vender.”

Expo UCR. En la actividad se expusieron proyectos de mi-

croempresarios a los cuales la Universidad de Costa Rica ha asesorado mediante la Red de Apoyo. / FOTO: Diego P. D.

Pymes por sectores productivos

Fuente: MEIC/CCSS

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Pero, ¿y el dinero? A pesar de que Rojas afirma que ellos articulan con instituciones financieras como el Ban-co de Costa Rica (BCR), el Banco Nacional (BNCR) y el Banco Popular (BPDC), Ronny Flores, Ejecutivo Comercial del BCR en Cartago fue claro en la políti-

ca de créditos empresariales de su empresa: “Esto es como una parrillada. El emprendedor pone la carne y el carbón para empezar la fiesta, nosotros llegamos como a la mitad y ponemos un poco más de carne.”

Según el Informe del Estado de la Nación, el crédi-to sigue siendo un gran obstáculo para las pymes. El informe muestra que, a pesar de que estas em-presas son el 98% del parque empresarial costarri-cense, perciben menos del 16% del crédito total del sistema financiero. Entre los motivos que sugie-re, es la falta de garantías de pago, que hacen poco atractivo ofrecer fácilmente este tipo de préstamos.

Evidentemente, ningún emprendedor puede soñar con obtener mediante crédito la totalidad del dinero que se necesita para poner en práctica su iniciativa, por más viable que sea su plan de negocios. Según Rojas, se puede recurrir al IMAS o al “capital semilla” que la Digepyme trata de mantener. Pero también, advirtió lo estricto de los perfiles para acceder a estos fondos.

“Le voy a contar un caso.”, dice, a manera de justifi-cación de lo que acababa de tirar sobre la mesa. “Una señora en San Carlos, llegó y resulta que ella iba a ser

costurera, entonces llevó un curso en el INA, y fue al IMAS, donde le regalaron dos máquinas de co-ser, y con esas dos máquinas se montó su tallercito.”

“Pero entonces, se vino para San José y pidió otras dos máquinas de coser en la sede del IMAS de acá, y se las dieron.”, prosiguió Rojas. “Se montó otro ta-ller en San José. ¿Qué era lo que estaba haciendo ella? Estaba haciendo oficinas de costura, con dos máqui-nas. Una en San Carlos, dejaba la gente ahí y la ven-día, llegaba a San José y se la vendía a otra persona, y tenía pensado seguir haciendo lo mismo. El nego-cio de ella se convirtió en empezar a vender empre-sas, por decirlo así, pero con recursos que el Estado le dio, donde ella no había hecho ninguna inversión.”

“Lo que tenemos que hacer es que las personas que emprendan algo, que sea realmente efectivo, que la persona se comprometa, que brinde tam-bién parte de su capital a la hora de empezar a de-sarrollar esa empresa y que se capacite y panifi-que adecuadamente para desarrollarla.”, concluyó.

¿Ambiente vs. Desarrollo?

Puede que de verdad las personas no valoren aque-llo que no ha sido producto de su esfuerzo, pero eso no justifica el exceso de trámites y trabas que po-sicionan al país entre los peores del mundo, en

Artesanos. Según la abogada Chacón, las asociaciones son una alternativa

a las S.A., y resultan muy eficientes para los artesanos. / FOTO: Diego P. D.

Apoyo estatal a la Pyme

El antecedente histórico más lejano que se tiene de un ente estatal que se haya dedicado a apo-

yar a la pequeña empresa en Costa Rica, son las Juntas Rurales de Crédito, establecidas en 1914 por el entonces presidente, Alfredo González Flores.

En la actualidad, la relación del Estado con las pe-queñas y medianas empresas está regulada por la Ley 8262 de abril del 2002, conocida como Ley Pyme. Esta ley crea el marco de normas, estrategias e insti-tuciones destinadas a apoyar a la Pyme nacional. En-tre las instituciones creadas se encuentra Digepyme.

Esta dirección del MEIC está encargada de ma-nejar la Red de Apoyo Pyme, que coordina con universidades, entidades financieras, cámaras y empresas privadas la ayuda y asesoría que se le brindará a los emprendedores que así lo soliciten.

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lo que se refiere a la facilidad de hacer negocios.No obstante, Julio Rojas opina que la calificación que le da el Banco Mundial a Costa Rica no toma en cuenta to-dos los factores, y se enfoca en lo puntos en los que el país está peor, sin reconocer avances que ha hecho en otros as-pectos referentes también a la dinámica de la economía.

“El Banco Mundial lo que hace es analizar esos procesos y pone los más largos, no los más pe-queños, por ejemplo, una certificación pyme pue-de durar 40 minutos, pero eso no lo ve a la hora de poner ese índice. Ve si hay un plazo extenso, en el sentido de un estudio ambiental.”, afirmó Rojas.

“Hay que disminuir esos trámites en el Setena, el problema es la Ley de Aguas. Nosotros tene-mos trámites importantes que lo que vienen a ha-cer es proteger el ambiente costarricense.”, agregó. Pero, de ser así, otros países considerados “verdes” o ecológicos también deberían tener problemas en la facilidad para hacer negocios, y no es así.

De acuerdo con el “Índice de Desempeño Ambien-tal” de la Universidad de Yale, Costa Rica es el tercer mejor país del mundo en protección de la naturaleza, sólo superado por Islandia y Suiza; países que, al pa-recer no tienen las mismas trabas de tramitología a la hora de iniciar una empresa. Islandia está en la posi-ción número 15 del mundo, según el “Índice de faci-lidad de hacer negocios”, y Suiza, en el número 27.

Esto demuestra que es posible ser un país ecológico y

empresarialmente eficiente al mismo tiempo. La opinión de la abogada Vanessa Chacón, quien trabaja de cerca con el tema pyme, va en la misma dirección. Ella cree que los estudios y trabas ambientales no son lo único que dificulta el avance del pequeño empresario nacional.

“Para mí los trámites son absolutamente tediosos, por-que viene una traba y luego otra”, aseguró Chacón. “Es demasiado, tanto que cualquiera dice “mejor no consti-tuyo una empresa”, y se va. Instituir la sociedad, eso es facilísimo, eso es pan de cada día. Pero ya empezar a ob-tener los permisos de funcionamiento, es otra cosa. No son centralizados, hay que estar brincando entre insti-

tuciones estatales. Yo, sien-do abogada, que me podría ahorrar muchos trámites, lo pensaría antes de empe-zar una pequeña empresa.”

En cuanto al tema am-biental, a pesar de estar de acuerdo con la importancia de proteger los recursos naturales, Chacón sabe de casos en los que el mismo gobierno pone trabas cuan-do ni siquiera crea las con-diciones adecuadas para un buen desempeño ambiental.

“Yo tengo un cliente que tiene camiones de tanques

sépticos. Vinieron y le pidieron que aportara una certifi-cación de dónde iba él a dejar esos desechos. Él no tenía un lugar específico, porque el que existía lo cerraron, que era en la Kimberly Clark, y le dijeron que tenían que

buscarse una planta de tratamiento de aguas negras.”“Pero la ley dice claramente que el Estado tiene que tener la planta. El Estado no la tiene, ¿cómo le van a quitar el negocio a mi cliente? Yo vine e hice una ape-lación y ganamos. Me duele, porque estoy dañando al ambiente con lo que estoy diciendo. Pero él necesita trabajo, y el Estado no pone la planta, que es quien debe proveerla. Eso es lo que pasa en este país, ellos piden y piden pero se les olvida que ellos también están obli-gados a un montón de cosas.”, concluyó la abogada.

Los tres más ecológicos… y los negocios

Los estudios ambientales son uno de los motivos que se aducen para la baja posición de Costa Rica en el “Índice de facilidad de hacer negocios” del Banco Mundial. Pero la compa-ración con los dos países que lo superan en materia de conservación muestra una asimetría abismal.

Fuente: “Doing Business 2011”, Banco Mundial / Elaboración : Diego Pérez Damasco

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¿Cambiará esta realidad?

Según Julio Rojas de la Digepyme, el MEIC está llevando a cabo una política de gestión estratégi-ca para el período 2010-2014, la cual contempla una serie de metas para el fomento del emprendeduris-mo, el apoyo a la pyme y la reducción y simplifica-ción de trámites para el establecimiento de empresas.

En la presentación de esta política de gestión estratégi-ca, el MEIC reconoce el número exagerado de trámi-tes y plazos, e indica cuáles podrían hacerse de manera conjunta. Sin embargo, a pesar de proponer ideas inte-resantes, como la digitalización de los trámites del Mi-nisterio de Salud y de las municipalidades, no precisa en cuánto tiempo se pretenden implementar estas medidas.

Por ahora, lo único cierto es que empezar un negocio en Costa Rica es toda una odisea. Si bien es cierto que el Estado no puede regalar las cosas, hay muchos pun-tos en los que una reestructuración de políticas ayuda-ría a fortalecer y fomentar el desarrollo de pequeñas y medianas empresas, generando, así, nuevas fuentes de empleo, disminuyendo la pobreza, aumentando el di-namismo económico y acercando el país al desarrollo.

Excusas hay muchas, pero los datos muestran que países como Islandia y Suiza han logrado equilibrar la protección del medio ambiente con una asombrosa capacidad para que sus ciuda-danos trasladen sus iniciativas empresariales a la realidad. Mientras la burocracia mantenga a Costa Rica atada, viendo proyectos, como el del hipotético Juan López, paralizados, el camino hacia delante será muy limitado.

“Tips” empresariales

La abogada Vanessa Chacón recomienda crear una persona jurídica en vez de hacer los trámites como

persona física, pues asegura que así se logra captar más la atención de los bancos. Esto se logra creando una S.A. o una Sociedad de Responsabilidad Limitada (S.R.L).

Esta última, la abogada no la recomienda, pues en caso de quiebra de la empresa, el banco embargaría los bie-nes de los cuotistas de la sociedad, pues, como indi-ca su nombre, su capacidad de respuesta es limitada.

Por su parte, Julio Rojas, jefe del Departamento de Desarrollo Productivo Empresarial de Digepyme, advierte a los emprendedores que no se aventu-ren en una gran inversión sin entender cómo fun-ciona el mercado y cuáles son las necesidades o los vacíos de oferta que existen en ese momento.

¿Desarrollo?. De acuerdo con el Banco Mundial, entre 2006 y 2010 hacer negocios no se ha hecho más fácil en Costa Rica. / Foto: Instituto Costarricense de Turismo (ICT)

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