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    Crcscas' critique of Arisotle

    P R O B L E M S O F A R I S T O T L E ' S

    Phisics

    I N J E W I S H AND-

    A R A B I C P H I L O S O P H Y , B Y H A R R Y A S T R Y N W O L F S O N .

    C A M B R I D G E , H A R V A R D U N I V E R S I T Y P R E S S , 1 92 9. E n 4.

    a

    y x v i + 759 pg inas .

    S

    IN duda alguna es Aristteles el f i lsofo griego que

    ms larga y avasalladora influencia ejerci en el

    pensamiento cient f ico de la Edad Media, tanto

    de musulmanes y judos como de cr is t ianos. El lo se po

    dra explicar, ya teniendo en cuenta que los principales

    educadores cientf icos de rabes y judos fueron los ep

    gonos de la escuela alejandrina, entre los cuales se dis

    t inguieron muchos com entadores de la obra de l Es tag i r i -

    ta, ya pensando y es lo ms seguro- en el prestigio

    enorme que la gran enciclopedia cientf ica de Aristte

    les tena que producir en el espri tu de las nuevas promo

    ciones estudiosas. En efecto, ella se ofreca como la re

    duccin a ley y a frmula de todos los objetivos que pue

    den mover e l pensamiento humano: Dios , e l mundo sub

    lunar y traslunar, toda la complejidad de la vida, el

    pensamiento, e l lenguaje; y todo el lo estudiado, a l pare

    cer, con un designio de objetividad y serenidad, con un

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    CRESCAS CRITIQUE OF ARISTOTLE 257

    sentido de consecuencia lgica, libre de todo conato o ten

    dencia apriorst ica. La sntesis cientf ica se haba pro

    ducido ya, y cualq uiera otro avan ce o descu brim iento slo

    podra ser en corroboracin de aquel audaz y formida

    ble sistema cientf ico. Slo pod a l lama rse cientfico, pr o

    piamente, el que poda leer y entender, con auxilio de

    comentar ios y parfrasis , las profundas pginas en las

    cuales Aristteles legislaba sobre todos los seres. A este

    t tulo las obras de Aris tteles fueron prontamente t ra

    ducidas al rabe y difundidas y glosadas por todo el

    mundo cul to musulmn.

    Sin embargo, e l Aris tteles conocido pr imeramente

    por los musulmanes, aun por Alfarabi y Avicena, no era

    el legt imo, sino que estaba matizado por teoras de sa

    bor neoplatnico, que los pa raf ra sta s le hab an atr ib uid o

    apoyndose en obras apcrifas . La glor ia de haber pro

    fundizado en el espri tu de Aristteles, reivindicndole

    de toda inf luencia extraa, es de Averroes, cuyos

    Co

    mentarios,

    trad uc ido s del ra be al heb reo y del heb reo al

    lat n, fueron la fuente por la que Europa conoci prin

    cipalmente las doctrinas de Aristteles.

    Claro est que s i Aris tteles representaba la razn y

    la ciencia, no poda caber oposicin alguna entre l y la

    fe . A esta labor de concordia se dedic al mismo tiem

    po que Averroes Maimnides, esforzndose en ajus

    tar as tes is no heterodoxas de Aris tteles con los l ibros

    sagrados, a base de una exgesis alegrica de stos.

    Otros autores , ms racional is tas , negaron los ar t culos

    de la fe a base de la tesis de Aristteles. Pero tambin

    hubo espr i tus que osaron oponerse a este l t imo:

    fueron los espr i tus r igurosamente or todoxos, que de

    nunciaron las tes is de Aris tteles como heterodoxas y

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    BOLETN DE LA REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA

    como a cientf icas. El nombre de Algazel suena en pri

    mer lugar en este respecto, y en nuestra patr ia hay que

    mencionar el de Jud Halev , y, por f in, las largas pol

    micas habidas en t re maimons tas y an t imaimonis tas .

    Si en estas polmicas eran, principalmente, las cues

    t iones de metafsica y teologa las controvert idas, tam

    bin las doctr inas f sicas y cosmolgicas de Aristteles

    eran puestas en duda por los as t rnomos y matemt icos ,

    los cuales no podan explicar sat isfactoriamente el curso

    de los astros a base del sistema homocntrico de Aristte

    les y de su teora acerca del movimiento. Estas diver

    gencias de las tesis aristotl icas no tenan la forma de

    una cr t ica sistemtica, sino que ms bien afectaban la

    forma de dif icultades, escolios e interrogaciones, expues

    tas a lo largo de los comentarios y supercomentarios a

    las obras de Aris tte les y de Averroes . Las ms de las

    veces e l comentar is ta procuraba una conci l iacin. Pero

    la posicin crtica no poda faltar, y alguien haba de

    sistematizar todas estas dif icultades, haciendo el an

    lisis objetivo de las tesis aristotlicas. Esta crtica tena

    que suponer forzosamente la crisis de Aristteles, y pre

    ludiar e l t rnsi to de la Edad Media a la Moderna. Esta

    fu la obra de Hasdai Crescas, y el estudio de su cr

    tica de las teoras fsicas de Aristteles es el objeto del

    magno l ibro que recensionamos.

    Nacido Hasdai Crescas en Barcelona (1340) y muy

    entrante en la corte de los Reyes de Aragn

    x

    fu una de

    las mayores autoridades de los judos de su t iempo; pre-

    1 Muchos y muy interesantes documentos acerca de H . Cres

    cas han sido dados a luz por Fritz Baer, en su monumental obra:

    Die luden vm christlichen Spanien. Erster Teil: Urkun den und

    Regesten. I: Aragoniem und Navarra. Berln, 1928.

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    C R ES C AS

    J

    C R I T I Q U E O F A R I S T O T L E 2 5 9

    senci la persecucin de 1391 con la muerte de su nico

    hijo,

    y pas los lt imos aos de su vida en Zaragoza, de

    dicado al magister io de numerosos discpulos. Muri

    en 1410. Su obra principal es la l lamada

    Or Adonai,

    Luz del Seor , obra, al parecer, de lenta elaboracin

    y en la cual se condensa la labor de clase de muchos

    aos.

    La pr imera par te de la misma est dedicada a la

    exposicin y cr t ica de la Fsica de Aristteles. La ex

    posicin est basada en Maimnides del cual acepta el

    art iculado en 25 proposiciones generales-, Averroes y

    sus comentar is tas , Narbon , Gersnides, e tc . Luego si

    gue la cr t ica o refutacin, valindose de un anlisis

    pormenorizado de todos los argumentos. Los conceptos

    de inf ini to, magni tud, lugar , vaco, movimiento, t iempo,

    fuerza, materia, forma los cuales son bsicos en la f

    sica aristotlica-, estn sujetos a una atenta revisin

    y rectif icacin. Una nueva perspectiva del mundo se nos

    ofrece. La cosmologa aristotl ica era concebida de un

    modo sobremanera estt ico, inorgnico y discont inuo.

    Con la nueva posicin que Crescs refleja, un hli to de

    vida refresca aquellos conceptos, los cuales parece que

    se humanizan ms y ms. Grescas, contra Aris tteles ,

    af i rma y argumenta la posibi l idad de una magni tud in

    finita, y hace compatible esta magnitud con el movi

    miento circular; acepta la posibil idad de la existencia

    del vaco, el cual vendra a ser una extensin incorprea

    inf ini ta; af i rma la posibi l idad de un nmero inf ini to de

    causas y efectos; rechaza la diversidad de movimientos

    ascendente y descendente y sostiene que ambos son la

    resul tante del equi l ibr io; af i rma que la causa del movi

    miento no ha de estar forzosamente fuera del objeto se

    moviente .

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    P e ro los concep tos, en los que la rectificacin fu ms-

    trascendental , fueron los de t iempo, materia y forma.

    Para Crescas, el t iempo no es la medida del movimiento,,

    sino que es algo en s, que fluye, que dura. El t iempo es

    la duracin, de modo que ms que medir al movimiento

    es ste el que sirve para medir el t iempo. La forma ya

    no es el principio actualizador de los seres, sino que es

    como un simple accidente, puesto que la materia tiene

    propia actualidad. La prueba ele que la materia no es

    una simple posibilidad es que hay posibilidades que no

    son materia, por ejemplo: la posibilidad de la forma de

    afectar la mater ia .

    Como se ve, esta doctr ina, que pugna por una con

    cepcin ms homognea y continua del universo, po

    da dar pie a derivaciones de marcada tendencia pan-

    testa, como veremos luego.

    Las fuentes que podan inf lui r en Hasdai Crescas

    son las doctrinas de los pitagricos y estoicos, l legadas

    a travs de los motaclimes musulmanes, defensores del

    sistema atomista, as como tambin podan sugerir le

    puntos de vista los comentaristas y polemistas que le pre

    cedieron \ La influencia de la crtica de Crescas fu muy

    grande, tanto fuera como dentro del judaismo. El ant i -

    aristotel ismo de muchos renacentistas se debe a l , en

    par te . Juan Francisco Pico del la Mirndola c i ta muchas

    veces a nuestro autor al discutir los conceptos fsicos de

    su poca. Giordano Bruno es muy probable que se inspL

    i F rit z Baer, en un recien te artculo

    1

    , Abner

    v o n

    Burgos , p ro

    pone a este clebre converso como probable precedente de H. Crescas,

    en su posicin ante la filosofa y la fe. Correspon denzblatt des Ve-

    reins sur Grilndung u. Erhaltung ein-er Akadem ie fr d ie W issens-

    chaft des ludentums. Be rln, 1929, pg . 2 .

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    r en Hasda Grescas al exponer su sistema del infinito

    nmero de mundos. Pero sobre quien ejerci una s ingu

    lar influencia es sobre Spinoza, el cual deriv en un sen

    t ido pantesta la posicin uniforme y homognea de la.

    f sica de Hasda Crescas.

    La labor del profesor Wolfson fruto de largos

    aos es digna del mayor encomio, y su obra, esmera

    damente edi tada , honra a la Univers idad de Harvard,

    sede tan mert sima en este campo de la historia de las

    ideas. Una amplia introduccin expone lcidamente los

    problemas que comprende la cr tica de C res ca s; s igue lue

    go el texto y traduccin de las dos primeras partes del .

    l ibro primero de la obra de ste para lo cual se han te

    nido en cuenta once manuscri tos-, y se acompaa un

    gran aparato de notas que forman el cuerpo pr incipal del

    libro, donde se dilucidan todas las cuestiones sobre la

    historia textual de la cr t ica correspondiente. Cierra la

    obra una extensa bibl iograf a e ndices de mater ias , nom

    bres,

    pasajes y trminos tcnicos.

    J O S M .

    a

    M I L L A S .