Crónica del IV Simposio de Bandoleros en la Patagonia

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5/16/2018 CrnicadelIVSimposiodeBandolerosenlaPatagonia-slidepdf.com http://slidepdf.com/reader/full/cronica-del-iv-simposio-de-bandoleros-en-la-patagonia Crónica del IV Simposio de Bandoleros en la Patagonia "Homenaje a Don Raúl Cea" Cien años después, descendientes de bandoleros, policías y vecinos de la región cordillerana que frecuentaron la cabaña de Butch, Sundance y Ethel, se reunieron en Cholila, para compartir historia de cuando los bandoleros anduvieron por allí, en el marco del IV Simposio de Bandoleros en la Patagonia. Retratos del trío ubicados detrás de los expositores, fueron testigos de cada una de las aventuras que revivieron descendientes, historiadores y aficionados al tema en una mezcla interesante de sensaciones, no ajenas de picardía y muchos ingredientes de leyenda. La previa del IV Simposio de Bandoleros comenzó en Boliche Viejo, ubicado en Nahuel Huapi, en  la naciente del Limay, muy cerca de Bariloche. El boliche fue propiedad de Jarred Jones, y era el paso obligado de todos los viajeros. En los libros de almacén figuran las compras efectuadas por Ryan y Place, seudónimos con los que Butch y Sundance se hacían llamar en la región. El boliche es el punto de partida de la Ruta de los Bandoleros, que con diversos sitios históricos que la jalonan, une dicho paraje con Río Pico, en plena cordillera chubutense. El jueves 14 de noviembre de 2007 llegaron allí el sobrino bisnieto del Sundance Kid, Paul Ernst, y su esposa Donna, autora del libro “Sundance my uncle”; junto con los especialistas en la historia de Butch Cassidy, Daniel Buck y Anne Meadows de  Washington; y el inglés Mike Bell, proveniente de Birmingham, Inglaterra. El simposio, realizado en homenaje a la tarea de Raúl Cea, historiador cholilero cuyo padre conoció a los famosos bandoleros, se abrió con una muestra fotografíca a cargo de su hija, Inés Cea, y de Franco Pertini de Puerto Madryn. La primera presentación (El sendero de Sundance, desde Pennsylvania a Cholila) fue la del sobrino bisnieto del Sundance, Paul Ernst, y su

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Crónica del IV Simposio de Bandoleros en la Patagonia"Homenaje a Don Raúl Cea"

Cien años después, descendientes de bandoleros, policías y vecinos de la regióncordillerana que frecuentaron la cabaña de Butch, Sundance y Ethel, se reunieron en

Cholila, para compartir historia de cuando los bandoleros anduvieron por allí, en elmarco del IV Simposio de Bandoleros en la Patagonia.

Retratos del trío ubicados detrás de los expositores, fueron testigos de cada una de lasaventuras que revivieron descendientes, historiadores y aficionados al tema en unamezcla interesante de sensaciones, no ajenas de picardía y muchos ingredientes de

leyenda.

La previa del IV Simposio de Bandoleros comenzó en Boliche Viejo, ubicado en

Nahuel Huapi, en  la naciente delLimay, muy cerca de Bariloche. El boliche fue propiedad de Jarred Jones, y era elpaso obligado de todos los viajeros. En los libros de almacén figuran las comprasefectuadas por Ryan y Place, seudónimos con los que Butch y Sundance se hacían

llamar en la región.

El boliche es el punto de partida de la Ruta de los Bandoleros, que con diversos sitioshistóricos que la jalonan, une dicho paraje con Río Pico, en plena cordillera

chubutense.

El jueves 14 de noviembre de 2007 llegaron allí el sobrino bisnieto del Sundance Kid,Paul Ernst, y su esposa Donna, autora del libro “Sundance my uncle”; junto con los

especialistas en la historia de Butch Cassidy, Daniel Buck y Anne Meadows de Washington; y el inglés Mike Bell, proveniente de Birmingham, Inglaterra.

El simposio, realizado en homenaje a la tarea de Raúl Cea, historiador cholilero cuyopadre conoció a los famosos bandoleros, se abrió con una muestra fotografíca a cargode su hija, Inés Cea, y de Franco Pertini de Puerto Madryn.

La primera presentación (El sendero de Sundance, desdePennsylvania a Cholila) fue la del sobrino bisnieto del Sundance, Paul Ernst, y su

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esposa Donna, quienes mostraron fotografías de la familia y exhibieron unaexhaustiva búsqueda de documentos en varios viajes por los que desandaron los

pasos de su antepasado.

El público presente se sorprendió cuando relataron que ellos descubrieron su

 vinculación familiar con el Sundance Kid recién siete años después de la películaprotagonizada por Paul Newman y Robert Redford. La revelación ocurrió en unacena en la iglesia del pueblo, cuando una señora se levantó de la mesa y le dijo al

padre de Paul que no se sentaba en la misma mesa de familiares de un bandolero.Fue entonces cuando comenzaron a investigar y dieron con las cartas que el

Sundance le había enviado envió a su hermana desde la Patagonia.

Mike Bell de Birmingham, quien se confesó obsesivo investigador de la historia desdelos 13 años en que vio la película protagonizada por Paul Newman y Robert Redford.

Mike expuso su investigación “The Winnemucca Bank Robery: Sundance tells the tale

from South America”, basada en archivos de los diarios de la época e ilustrada con valiosas fotografías de archivo y de sus cabalgatas y viajes realizados siguiendo los

caminos utilizados por los asaltantes.Un artículo publicado por el periódico Buenos Aires Standard en 1912, da detalles del

robo los que habrían sido brindados nada menos que por el propio Sundance Kidantes de su muerte en Bolivia. Estos datos le permitieron a Bell concluir que los

autores del famoso robo del Banco de Winnemuca, Nevada, no pudieron ser otrosque Butch Cassidy y Sundance Kid, lo cual no estaba totalmente probado hasta el

presente.

El periodista y escritor de El Bolsón, Juan Domingo Matamala, expuso “Martín Sheffield,

¿un Sheriff, mito o leyenda?”, sobre los interrogantes que la tradición oral convirtió enleyenda sobre la historia del mítico Martin Sheffield, un muy atractivo personaje,

colono norteamericano, arriero y buscador de oro, que llegó a la Patagonia diciendoser sheriff en su país, algo que aún no puede ser probado; destacándose entre el

público la presencia de un nieto de Don Martin, Carlos Sheffield.

Izq a Der: Carlos Sheffield, Mike Bell y Juan Matamala durante el asado ofrecido por la Municipalidad de Cholila.

Previo a la exhibición del documental de la productora ANIMA, se desarrolló laprimer mesa redonda con Carlos Ferrari, el autor del libro “El riflero de Ffos Halen” y el historiador norteamericano Daniel Buck, los que intercambiaron visiones sobre las

atractivas personalidades de estos personajes que hicieron que sus aventurassobrevivan en el tiempo y se conviertan en leyendas que traspasan las fronteras.

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La primera salida de campo fue a la legendaria cabaña de Cholila donde vivieronentre 1901 y 1905. El río Blanco bordea la cabaña custodiada por las montañas por

detrás.Descendientes de los primeros colonos de Cholila, el sobrino bisnieto del Sundance y 

los historiadores se divirtieron con hipótesis e historias mientras recorrieron entre

anécdotas cada rincón del lugar.

Mike Bell y Donna Ernst (autora de Sundance My Uncle) posando frente a la cabaña de Cholila.

El segundo día de Simposio comenzó con la conferencia de la historiadora chilenaDanka Ivanoff , de Chile Chico, Aisén, una tierra colonizada por chilenos que durante

años vivieron en Argentina, la que no ha estado exenta del embrujo de la historia delos famosos. Muchos de los colonos de Aisén radicados en Lago Verde, Valle Simpson y Balmaceda, que llegaron en los albores del siglo XX, dejaron testimonios de la

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presencia de bandoleros yankis que Danka recogió en su trabajo “La Leyenda de Butch

y Sundance en la Patagonia Chilena”, dando pie a lo que puede ser una historia real ouna leyenda. Hay muchos testimonios que hablan de su presencia en la zona del lagoGeneral Carrera (Buenos Aires) y bien mirado este era un lugar ideal paraesconderse. Danka concluyó que no puede aseverarse fehacientemente que Butch y 

Sundance estuvieron en su región, pero señaló que todavía hay demasiados cabossueltos en esta historia, lo que le permite mantener la duda sobre el final de estospersonajes y pensar de que efectivamente ellos estuvieron en el lugar, en una fechaentre 1908 a 1911, que es cuando sus rastros se pierden definitivamente en Aisén.

Nancy Humphreys (izq) y Danka Ivanoff (der), compartiendo unumpo de los. almuerzos delsimposio

Continuó con la exposición Nancy Humphreys, quien presentó "La participación del

Comisario Eduardo Humphreys, de la Colonia 16 de Octubre en los sucesos y sus

consecuencias", un ferviente alegato en favor de su abuelo, Eduardo Humphreys, unode los miembros más conspicuos de la Colonia Galesa del Chubut, y comisario de laColonia16 de Octubre en la época de los bandoleros.

El objetivo de Nancy fue reivindicar la labor de su abuelo ante los acertos de algunosautores y filmes que sólo lo recuerdan como quien, por estar enamorado de Ethel, lesavisó a los norteamericanos que eran buscados por el gobierno y debían escapar.Razón por la que habría renunciado a su cargo.

La autora de Calon Lan realizó una semblanza de la vida de Humphreys, su luchaética en defensa de los derechos humanos de los aborígenes y los presos, situaciónque según su perspectiva, lo enfrentó con la posición de las autoridades nacionales,las que utilizaron la fuga de Butch Cassidy, Sundance Kid y su compañera Ehtel,como buen pretexto para tomar revancha y exonerarlo en lugar de aceptar surenuncia indeclinable. Pruebas sustraidas, preguntas sin respuestas sobre suactuación posterior ya sin el cargo oficial y sin cobrar sueldos, fueron esgrimidos porla nieta del ex comisario.

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 A su turno, Marcelo Gavirati, quien presento durante el Simposio la 3ra edición de sulibro “Buscados en la Patagonia”, relató en su trabajo "Butch & Sundace: Fugitivos de la

ley, y ¿también de la historia?" cómo, durante su investigación, fue hallando las pistasque lo guiaron tras los pasos de los bandidos: testimonios de los viejos pobladores,fotografías, mapas, construcciones, boletos de marcas, documentos públicos y privados, como registros y misivas, y el famoso expediente de más de 500 fojas, quehoy descansa en la caja fuerte de la Biblioteca Agustín Alvarez de Trelew.

Tal vez la revelación más impactante de Gavirati fue señalar la existencia de otracabaña perteneciente a Butch Cassidy. Dicha cabaña, que se observa en lasfotografías históricas, estaba ubicada detrás de la que actualmente se conoce, y segúndijo el historiador madrynense, se habría removido de su ubicación original a otrolugar de Cholila.

Gavirati concluyó sobre la necesidad de conservar ambas cabañas, no sólo porque allí vivieron los bandoleros, sino porque además son parte del patrimonio histórico delChubut, ya que fueron escenario del primero pedido de tierras de Cholila, residenciatransitoria del gobernador Lezana y centro de reunión de pioneros galeses, ingleses,norteamericanos, chilenos y de otras nacionalidades que poblaron la región a

principios del siglo pasado.

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La segunda mesa redonda compuesta por el mismo Gavirati, el norteamericanoDaniel Buck y Osvaldo Aguirre, escritor y periodista de Rosario, autor del libro “Lapandilla salvaje” buscaron llegar juntos a conclusiones sobre porqué el trío abandonaCholila y vuelve al mundo del delito. Aguirre además cubrió el evento para elsuplemento cultural del diario La Capital, de Rosario.

Para finalizar la segunda jornada, se exhibió el documental de la TV Galesa filmadoen la región con muchos de los descendientes de los protagonistas y pobladores,emitido por esta cadena en 1999. El domingo la salida fue a El Bolsón, donde sealmorzó en el Restaurante Martin Sheffield, y al Museo Leleque, ubicado en tierras dela Compañía de Tierras del Sud Argentino, con la que el trío comerciaba ganado y seabastecía de mercancía en su almacén de ramos generales.

Osvaldo Aguirre (2do izq), Daniel Buck y Mike Bell (der) en el Restaurante Carlos Sheffield, Carlos Ferrari (izq), Juan Matamala en la

cabecera;

Martin Sheffield de El Bolsón. Donna y Paul Ernst (der), en Restaurante Sheffield.de El Bolsón.

El cierre de las exposiciones fue para la pareja de historiadores norteamericanosDaniel Buck y Anne Meadows, quienes narraron en su trabajo “The final days of Butch

and Sundance: their life in Bolivia, 1906-1908” la historia de los últimos días de Butch y Sundance hasta su muerte en Bolivia, basándose para ello en testimonios de testigosque los conocieron, cartas de Butch fechadas en aquel país y hasta una fotografía de

ambos bandidos cuando trabajaban para una compañía minera en el país delaltiplano.

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 Anne Meadows, Dan Buck y la interprete Diana Visintini.

El encuentro concluyo con un foro del que participaron investigadores y participanesdel evento que llegaron a Cholila de diversas partes del país y del exterior,concluyendo en general que cuantas más certezas se encuentran, más son laspreguntas que surgen sobre una época no tan lejana y que mucho tiene que ver contodos los que habitamos esta región.

 Asi concluyo el encuentro que conto con participantes de lujo, interesantesexposiciones y un clima de intercambio entre los diversos investigadores y participanes que seguramente se potenciará en el próximo Simposio.

Marcelo Gavirati, Daniel Buck, el Maestro de Ceremonias y Mike Bell

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Izq a Der: Veronica y Carlos Ferrari, Diana Visintini, Juan Matamala, el representante de la Casadel Chubut en Buenos Aires y Juanjo Peres de Acampar, confraternizando durante el asado.

Luego de finalizado el evento, Paul Ernst, y su esposa Donna, recorrieron Esquel,

Gaiman y Trelew, donde se alojaron en el Hotel Touring Club, a cuyos fondostodavía se encuentran las habitaciones en las que, en 1903, pernoctara su antepasadoacompañado de la bella Ethel.

 Al día siguiente pasaron por PuertoMadryn para cenar en el restaurante del Club Náutico Atlántico Sud, ubicado dondehace un siglo se encontraba ubicado el viejo muelle que utilizaron Butch, Sundance y Ethel en sus viajes.

Comité Organizador:Jimena Marranghello: [email protected]

Marcelo Gavirati: [email protected]

Encargada de Prensa

 Verónica Contreras, La Bitácora Patagónica

Más Información sobre el Simposio en

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“Ruta de los Bandoleros”

Listado de Actividades

Programa de Actividades

Resumenes de las conferencias

Perfil de los Invitados

Exhibición y Venta de Libros Patagónicos de Patagonia Sur Libros

Entidades Organizadoras:Municipalidad de Cholila

Centro de Estudios Históricos y Sociales de Puerto MadrynFundación Ameghino

Editorial La Bitácora PatagónicaPatagonia Sur Libros

Entidades Auspiciantes:Secretaría de de Cultura de la Provincia del Chubut

Subsecretaría de Turismo y Areas Protegidas de Cultura de la Provincia del Chubut

Comité Organizador:Jimena Marranghello: [email protected] Gavirati: [email protected]

Prensa Verónica Contreras [email protected]

Pablo Gavirati [email protected]

Colaboradores de la Organización

Mario Pazos: [email protected] Visentini: [email protected]

http://dianavisintini.blogspot.com/

http://cassidy.blog.terra.com.ar/

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Ir a Página Principal de Patagonia Histórica

Publicadas por Marcelo Gavirati a la/s 6:50 PM 0 comentarios Enviar esto por correo electrónicoBlogThis!Compartir en TwitterCompartir en Facebook  Etiquetas: 4Simposio 

DOMINGO, NOVIEMBRE 19, 2006

Guillermo Monsalve

Comentarios, subjetividades, y suposiciones respecto de “Buscados en la Patagonia”

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1. Los personajes: el enigma de Ethel Place: el personaje de Ethel Place contienedemasiados interrogantes, para la figura de una mujer que es pareja de uno de losintegrantes de este dúo de bandidos.2. Cholila: el refugio a orillas del Blanco: estética y orden rural Otro tema quemerecería mayor estudio, es el referido a las mejoras introducidas en el campo del

Blanco, las construcciones que edificaron, su equipamiento y manejo.3. El cash flow de la Wild Bunch: la ruta del dinero. Si uno sigue al dinero, y no lopierde de vista, siempre puede aclarar cualquier historia.4. Códigos: ensayo en Telsen: los recursos de Ryan – Place, para 1903 comenzarían aindicar una alarma si la idea era continuar con el estilo de vida que les gustaba llevar, y, para colmo la riqueza del país en crecimiento los rodeaba.5. Tarapacá, al estilo Wild Bunch: la autoría intelectual del robo, la visión delTarapacá como objetivo para un golpe, la minuciosidad, aporte de logística y financiamiento, habla de la metodología y del know how de Butch y Sundance.

1) Los personajes: el enigma de Ethel Place.

Las descripciones de Ryan y Place, sus fisonomías, costumbres, historias personalesde origen, niveles culturales y sociales, inclusión en el contexto de su época y una“modernidad” afín al advenimiento del nuevo siglo XX, época de profundos cambiosa nivel mundial, habilidades rurales, conocimiento de armas y caballos, etc, los hacepersonajes muy concretos y creíbles, uno hasta puede evaluar la ética de sus actos, loscódigos bajo los cuales operaban y sus conductas personales.

Las respectivas cartas, en dos momentos distintos de la historia, tanto de Butch comode Sundance, hablan a las claras del perfil de cada uno de ellos.

Sin embargo el personaje de Ethel Place contiene demasiados interrogantes, para lafigura de una mujer que es pareja de uno de los integrantes de este dúo de bandidos.

Irrumpe en la historia de la banda en forma tan enigmática (se desconoce su origen,de dónde la “trae” Sundance a New York y cómo la “incorpora” al equipo) como seausenta de la misma (Sundance la lleva de vuelta a San Francisco, se separan en USA,quizás debido a la infidelidad de Ethel con el inglés John Gardner......).

Lamentablemente, lo poco que se sabe de Ethel Place hace que su perfil noconcuerde. Asimismo, resulta difícil cotejar sus habilidades para el manejo de armas y de caballos, poco compatibles con una persona de la cual se presume un origen de

maestra de música o prostituta (o ambas actividades a la vez).

Las historias describen probados eventos de eximia puntería con las armas de fuego y destreza con los caballos (y ambas a la vez en ciertos pasajes del relato), a la vez queuna proverbial capacidad como anfitriona y animadora social, fluidez y versatilidadpara manejar el castellano, cortesía con los vecinos, etc.

Modestamente, considero que estas destrezas se obtienen únicamente siendo nacido y criado en el medio rural (por Ej.: Butch y Sundance nacieron y se criaron entrecaballos, vaqueros, armas y gente de campo). Más aún, tampoco creo factible queSundance y/o Butch fueran sus “maestros”.....cualquiera que pruebe montar a caballocon las riendas en la boca, a puro galope, y disparar a dos latas de cerveza verá que

sólo en Hollywood esto resulta sencillo, esta destreza no se aprende de un día para elotro, y menos de adulto.

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En el espectáculo del “Wild West” que William Cody paseó por el este de USA y luegollevó a Europa a fines del siglo XIX, principios del XX participaba cierta Calamity Jane, famosa tiradora del oeste que ejecutaba este tipo de destrezas...... obviamenteEthel no es Calamity Jane, pero una maestra usualmente carecería de pericia de

armas y caballos a tal extremo y una prostituta no pasaría de manejar una pequeñaDerringer de bolsillo, para administrar a algún un cliente “pesado”.

Pero Ethel Place maneja los Colts 44/40 de simple acción, los Colt sistema Browing,tira con Winchester y también cabalga con Sundance de apuro casi 700 km hastaRawson (al mejor estilo de un correo de la Pony Express) cuando Butch es procesadopor el affaire de Telsen,..... (Yo lo invito Gavirati a que galopemos juntos de apurodesde Cholila a Rawson, le garantizo que no llegamos a alcanzar el valle superior delrío Chubut!).

Entonces ...... quién era Ethel Place? ...... cuando aparezcan más certezas de su origenpodremos entender mejor la historia de este trío, dado que su incidencia y 

participación nunca fue secundaria en el período que integró el mismo.

2) Cholila: el refugio a orillas del Blanco: estética y orden rural

Otro tema que merecería mayor estudio, es el referido a las mejoras introducidas enel campo del Blanco, las construcciones que edificaron, su equipamiento y manejo.

Si la intención fue ocultarse en Cholila, pasar desapercibidos en los distantes vallescordilleranos del Chubut de principios del siglo XX, cambiar de estilo y de sustentode vida, etc, Ryan y los Place poseían como conjunto e individualmente un nivel

personal y cultural superior a la media social (local y extranjera) residente en dichazona para la época, inmediatamente contrastaron del resto por peso propio.

La descripción que hacen Cea y Capraro de la prolijidad de la casa, el equilibriogeométrico de su equipamiento, calidad de los muebles y decorados, la servicialidadde los anfitriones, en síntesis, el balance y la armonía del todo, habla a las claras de la voluntad por conformar una suerte de “establecimiento rural modelo”, el cual distaría y mucho de los primitivos asentamientos rurales de Cholila.

Si pequeños detalles hacen grandes detalles, el concepto de orden y balance, estético,método y organización, habla de un elevado grado cultural y social que, por ejemplo

no lo poseyeron otros personajes de la historia, tales como Hood , Grice, Wilson,Daniel Gibbon, etc, pero sí quizás algunos prominentes miembros de la colectividadgalesa sobre el Atlántico.

En una página web oficial del estado de Utah aparece una foto de la casa donde nació y se crió Butch, muy similar a las construidas en el Blanco, digamos en “estiloRocallosas”.

La foto de Butch, Sundance y los Hammond tiene una distancia focal y un grado deapertura de foco que hoy no puede realizarse, dada otras construcciones posterioresque obstruyen la citada perspectiva, eso para mí fue un misterio de años. Viendo elplano descrito por Cea, veo que se hicieron posteriormente dos depósitos, uno de los

cuales se superpone visualmente a la casa de Sundance y Ethel.

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El libro me ha resuelto esta inquietud pero me ha traído otra: fíjese que a la derechade la cabaña, en la foto general de grupo con los Hammond, aparece otraconstrucción, más pequeña y muy próxima a la vivienda de Sundance y Ethel.

Pues bien, esto no concuerda con el dibujo en planta que figura en el libro, según los

relatos de Cea.

Todavía el plano de conjunto traería ciertas dudas.

La existencia de un túnel para escapar hacia la barranca del Blanco lo he escuchadode varios pobladores cercanos, pero nunca lo he podido comprobar.

Respecto del almacén de ramos generales que Capraro supuestamente les edificara,atendido por David Moore, creo que todavía está en pie sobre la ruta de entrada aCholila, por la descripción que se hace es una construcción de ladrillo muy bienaparejado, con pilastras y mansardas a la vista, que siempre ha llamado mi atenciónde arquitecto.

Espero no estar errado, cuando vaya el mes entrante a Cholila le sacaré una foto aledificio en cuestión y se la enviaré para que Ud. la analice.

3) El cash flow de la Wild Bunch: la ruta del dinero.

Si uno sigue al dinero, y no lo pierde de vista, siempre puede aclarar cualquierhistoria.

Con buen criterio, todo puede resumirse en una simple ecuación de cash flow, con

una curva de ingresos contrapuesta a una curva de egresos, todo balanceado sobreuna hoja de papel.

La historia de Butch y Sundance no sería la excepción.

El aspecto monetario está tocado en el libro, podemos intuir que, si se estudiarametódicamente, y en profundidad (datos mediante), aportaría mayores certezas a lahistoria de los bandidos americanos.

Según los números del libro, la Wild Bunch cometió atracos en USA por unos U$S200.000 de la época, equivalentes unos U$S 2.500.000 actuales.

Eso es mucho dinero para una banda de, promedio, cinco/seis individuos, que serefugiaba en las Rocosas y gastaba lo obtenido en los almacenes, bares y prostíbulosde Wyoming, Utah y/o Nebraska.

Cómo pueden gastarse dos millones y medio de dólares en juego, alcohol, mujeres,caballos y armas, provisiones y logística, etc, es ya de por sí un misterio.

O acaso había algo más en qué gastar en las Rocallosas de fines del siglo XIX?

Puede suponerse que, de vez en cuando, la banda iba a darse una mejor vida a lasciudades importantes de la época: New Orleáns, St Louis, o quizás más al este a New 

 York,

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Puede así y todo gastarse esa fortuna? Cómo lo gastaron entre 1896 – 1900?

Parecería que fuese posible que la gastaran, como por ej. sería hoy posible que una banda gastara dos millones y medio de dólares viviendo y jugando a lo grande en Las Vegas.

Si damos esto por factible, podríamos afirmar que, para 1901, las cuentas de la WildBunch precisaban de ingresos “frescos”.

Su último atraco registrado en USA fue al First National Bank de Winnemucca,Nevada, en 1901, donde, aparentemente, robaron los 30.000 dólares que Butchmenciona en su carta, equivalentes (según la proporcionalidad indicada) a aprox.U$S 375.000.- actuales, cifra muy importante, pero no suficiente para resolver laeconomía de nadie para el resto de la vida.

Cuánto dinero de los U$S 30.000 de Winnemucca depositaron Ryan y Place en elBanco de Londres en Buenos Aires?

Qué poder adquisitivo (en bienes y servicios) tenía ese dinero en la Argentina de1901? Cuánto tiempo podía vivirse con ese capital a principios del siglo XX ennuestro medio?

En 1901 el tipo de cambio, patrón oro, estaba a $ 2.27 por dólar, y los productosexportables como la lana se pagaba un promedio de U$S 2/10 Kg. , el cuero salado unpromedio de U$S 0.20/Kg. y el kilo de novillo (imagino que vivo en pié deexportación) se pagaba un promedio de U$S 45/50/Kg.

Hagamos la cuentas de la sociedad Ryan - Place:

Ultimo ingreso en 1901 por 30.000 dólares.

 A dichos 30.000 dólares le restamos la buena vida en NY (siempre fue una ciudadcara), reloj de oro de Tiffany incluido, luego restamos los pasajes, viáticos y estadíaen Buenos Aires, luego restamos los pasajes y viáticos a Cholila, restamos las obras y mejoras en el campo, equipamiento incluido de las viviendas y enseres rurales,restamos los pagos en el almacén de Jones y en el almacén de la Cía. de Tierras delSud, restamos la compra de animales para cría y caballos de raza a la citada Cía.,restamos el viaje de Sundance y Sra. a USA para ver a la flía y la estadía de Butch enBuenos Aires (compras y diversiones incluidas) restamos el costo de la obra del

almacén que les construyó Capraro, restamos el costo fijo mensual del campo(provisiones, peones, etc) más imprevistos, etc, etc, y nos preguntaríamos:

Cuánto más podían rendir los U$S 30.000 de Winnemucca?

Lo expuesto permitiría suponer que ya para 1903/4 las cuentas de la sociedad Ryan -Place no estaban bien, no obstante la prosperidad del campo, los buenos precios parael ganado (y lo poco o nada que había y hay hoy inclusive para gastar en Cholila y alrededores).

Es decir, el campo daría sus ingresos, se cubriría el costo fijo mensual operativo, y daría excedentes para reinvertir en mayores mejoras y más animales, pero no daría

como para superar el aburrimiento de la bucólica vida de Cholila y viajar cada tanto aBuenos Aires, a USA y/o para darse la buena vida de prósperos ganaderos frente a los

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Jones, los Hammond, y el resto de los “buenos vecinos” al sur del Nahuel Huapí.

En la pp. 49 del libro se indica que, el 14 de agosto de 1902, Place, vuelto de la visita alos parientes en USA, cierra la cuenta en el Banco de Londres de Buenos Aires.

Para mí este dato no es menor. Y merecería mayor atención e investigación.

Uno (siendo Place) cerraría la cuenta bancaria cuando:

a) Desconfía del Banco b) Se siente perseguido por los Pinkerton con el apoyo de la policía localc) Precisa el dinero para comprar las tierras solicitadas al estado argentinod) Los proveedores del Sur (Jones, la Cía., etc) no aceptan sus cheques y quieren quepague en efectivo porque le desconfíane) Piensa en cancelar todo el proyecto de Cholila y volver a USA f) Aparecen nuevas opciones de negocios en la cordillera, que requieren inversión decapital fresco.

g) Opta por depositar el saldo del botín de Winnemucca en un banco más próximo aCholila, por ej. el Banco Nación en Trelew (sería seguro? La foto en el libro no indicamucha seguridad)h) Ya no se justifica la cuenta en Buenos Aires, por distancia y saldo remanente,prefiere estar con el saldo líquido en su poder.

De todas las opciones descriptas de la a) a la g) ninguna coincide con la narrativa deeventos históricos descriptos en el libro.

La opción h) podría ser la apropiada:

Ryan y Place eran buenos atracadores de trenes y bancos pero no serían tan buenosadministradores, vivían muy por encima de sus (abultados y esporádicos) ingresos, elsaldo de la cuenta indicaría que la sustentabilidad del proyecto de Cholila podría verse afectado en el largo plazo.

Cotejar los extractos bancarios de la cuenta, los pagos realizados, el cash flow 1901-1902/3, aclararían mucho sobre esta impresión.

Cuál sería una “tesis posible” sobre los porqué del final del idilio rural en Cholila,etapa 1901 – 1903/4, como buenos hacendados y mejores vecinos?

El saldo en moneda inexorablemente decrece, no hay ingresos fuertes desde 1901, elcash flow se resiente, la curva de egresos aumenta, la única alternativa para sustentarel mito de “prósperos hacendados instalados en Cholila”, mirando ahora ya el largoplazo era volver al viejo oficio del delito .....

Pero esta vez con una nueva modalidad: Luego de visitar Gaiman y Trelew en 1903Butch y Sundance optarían por no exponerse, por no actuar en forma directa (sonmuy conocidos en la zona) sino que decidirían actuar por medio de terceros:aparecen reclutados Hood y Grice, quienes serán la nueva generación, los nuevosoperadores de los “retirados” jefes de la Wild Bunch, en definitiva los herederos delknow how que les aportarán sus nuevos curadores y protectores.

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4) Códigos: ensayo en Telsen.

Nadie conocía mejor la historia de Butch y Sundance que los propios Ryan y Place.

Uno no reniega de su origen y respeta los códigos de su negocio.

La decisión de robar en Argentina no debe haber sido fácil. Uno no roba dónde seoculta y menos aún donde ha (invertido y construido) una nueva y respetableidentidad.

Pero los recursos de Ryan – Place, para 1903 comenzarían a indicar una alarma si laidea era continuar con el estilo de vida que les gustaba llevar, y, para colmo la riquezadel país en crecimiento los rodeaba.

La prosperidad de la colonia galesa, la opulencia de las poderosas estancias inglesasde la Cía.,, el run run de comentarios sobre arreos y ventas de animales, pagos a lasestancias, remesas por producción de lana, las vetas de oro por localizar, el intenso

movimiento comercial marítimo alrededor del Cabo de Hornos, la prosperidad de RíoGallegos y Punta Arenas, etc, etc , deben haber “movilizado” a Ryan y Place.

El dinero circulaba delante de sus narices y ya no lo podían dejar pasar.

La profecía de la carta del presidente de la Pinkerton al jefe de la Policía Federalpodría comenzar a hacerse realidad.

En Marzo/Abril de 1903 presenciamos al trío de visita por la colonia galesa, trabandoamistad con el Sr. Howard, gerente del Banco Nación en Trelew, volviendo a laconocida metodología de “aproximación a un posible objetivo de atraco”.

Resulta muy factible pensar que el trío evaluó este robo, pero, como Ud. biencomenta en su relato, dada la proximidad y nexos de la colonia galesa con lospobladores de los valles cordilleranos, perder la nueva identidad y posición alcanzadapor un primer robo malogrado implicaba un riesgo extremo, imposible de correr.

Pero de la necesidad aparecería una vez más la inteligencia y la modernidad en Ryan y Place: le darían un giro al manejo del negocio del delito.

Pensar que Hood y Grice operaron por “cuenta propia” me parece una utopía.

Si los Newbery eran los “cónsules americanos” en Buenos Aires, Ryan y Place eran los“cónsules” representantes en Cholila.

Si se pasaba por Cholila, si se era persona importante o simplemente de origennorteamericano, se pasaba por el campo de Ryan y Place.

Hood llegó a Cholila bien orientado y asesorado. Y, coincidentemente, se alojó en ellugar indicado.

Si Hood perteneció a la banda de Black Jack los códigos del negocio no le eran ajenos. Y nadie robaría en el “territorio” de Ryan y Place sin el consentimiento de los “jefes y anfitriones”.

Sin embargo, debería considerarse que la segunda línea reclutada no estuvo a la

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altura de las circunstancias ya en el primer golpe de Telsen.

Si lo medimos por las consecuencias: Hood y Grice son arrestados pero logranescapar, de nuevos americanos llegados al valle de Cholila pasan a ser prófugos de la justicia, Ryan termina frente a la justicia en Rawson, el encubrimiento y la protección

que Ryan y Place hacen de Hood y Grice, indicado por el comisario Humphreys,queda a la vista pública (no así la paternidad ideológica del atraco), en fin, todo elencubrimiento previsto se cae como un castillo de naipes.

La falta de pruebas hizo lo suyo y Ryan “zafa” de la Justicia de Rawson, la comunidadmira para el costado dada la calidad del vecino, pero el balance es marcadamentenegativo para este primer acto, si lo medimos en la intención de no modificar elstatus de prósperos ganaderos y buenos ciudadanos ( a la vez que recaudar monedafresca por medio de ilícitos para reactivar los ingresos).

Habría que buscar nuevos horizontes, más lejos del hogar, para nuevos “trabajos”.

5) Tarapacá, al estilo Wild Bunch.

El viaje de vuelta a casa, de Rawson a Cholila vía Valparaíso, pudo aportarles nuevoshorizontes.

Si buen puede suponerse que un viaje largo de vuelta, para dejar correr el tiempo y elolvido era lo correcto luego de compadecer frente a la justicia en Rawson, pareceríaque el mismo fue bien aprovechado por el trío, con ojo bien entrenado.

Si pudiera investigarse y determinar que el vapor que los llevó de Madryn a Valparaíso hizo (casi con seguridad) escalas en Gallegos y Punta Arenas, si pudiera

demostrarse que el trío bajó en Gallegos y en Punta Arenas, que extendieron latravesía manteniendo breves estadías para conocer estas prósperas ciudades de laruta marítima del Sur antes de arribar a Valparaíso, podríamos inferir que el origendel robo al Banco de Tarapacá de febrero de 1905 comenzó a gestarse en el lugar delos hechos, quizás allá por Mayo/Junio de 1904.

Toda la autoría intelectual del robo, la visión del Tarapacá como objetivo para ungolpe, la minuciosidad, aporte de logística y financiamiento, habla de la metodología y del know how de Butch y Sundance.

Nuevamente, pretender que Hood y Grice (ahora Brady y Linden) por ej. “refugiados

 y ocultos” al sur de Chubut o en Santa Cruz , llegaron a Gallegos e hicieron estetrabajo por cuenta propia, reproduciendo viejas historias de la Wild Bunch contadaspor Sundance, whiskys de por medio, en los juegos de póquer nocturno allá en lacabaña de Cholila, sería desestimar la inteligencia de Ryan y Place y sobreestimar (y quizás mucho) la habilidad y pericia de Hood y Grice.

Los jefes organizan, los subordinados ejecutan........ luego aprenden y harán su propiahistoria. Ya Hood, en su etapa Roberto Evans (1907-1911) tendrá oportunidad dedemostrar lo aprendido con Butch y Sundance, al comando de su propia banda.

Sabemos que en noviembre 1904 el trío Ryan- Place viaja a Buenos Aires. Dónde sehabrán reunido con los por entonces prófugos Hood y Grice? Es evidente que el

contacto de éstos con sus mentores nunca se perdió post Telsen.

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Sin embargo es Ethel Place quien parece ser la encargada de coordinar a Hood y aGrice, dado que no retorna a Cholila con Ryan y Place, precisamente para cuandoBrady y Linden los “nuevos y prósperos ganaderos americanos” aparecen porGallegos a fines de 1904, principios de 1905.

Luego, lo espectacular del robo habla por sí solo.

Si Allsop estuvo en lo cierto podría suponerse que Ethel no estuvo en Gallegoscuando el robo pero sí que quedó en Punta Arenas como apoyo logístico de Brady y Linden a la espera del escape de los bandidos (no hay otra fuga en la punta sur delmapa del continente que no sea vía Chile, repitiendo el viaje hacia Valparaíso) y comogarantía de la parte del botín de Ryan y Place (o acaso iban a dejarlos “manejarsesolos” a Hood y Grice, con el dinero en la alforjas?)

6) Final (prolijo y ordenado) del idilio en Cholila: Códigos decompatriotas americanos en el exilio.

Si hay que buscar al responsable del fin de la historia idílica de Ryan – Place enCholila, no hay otro que el comisario Humphreys, quien sabe y habla más de lo queactúa, informa pero nunca procede, da las pistas en el caso de Telsen y ratifica susdichos y supuestos para el caso del robo al Tarapacá.

Tanto Humphreys como Perry, luego Milton Roberts y los demás connacionales, eincluso los vecinos de Cholila de entonces y de hoy (Cea) y de la Colonia 16 deOctubre siempre operaron bajo ciertos códigos de “no obstante el pasado que traiganeso acá no cuenta”, “acá fueron buenas personas y vecinos”, “ningún americanodetiene a otro americano en tierra extraña” (Humphreys siempre se manejó amedias), “la ley está lejos, allá en Rawson o en Buenos Aires, acá hacemos nuestra

propia ley”, etc.

En la pp. 67 del libro Ud. indica que Perry y Sra. reconocen a Ryan como ButchCassidy, pero no aclara pormenores o bajo que situación se da esa identificación.

Sin embargo hacen negocios juntos, e incluso se despiden de Perry al momento departir de Cholila ....... mi comentario apunta a que, teniendo el trío Ryan – Place unnivel personal elevado, contando con el respeto de vecinos y connacionales operaronsiempre esos códigos de tolerancia .... muy por encima de la ley.

Más aún, en el affaire del perro de la Sra. Hammond que entra con una manohumana en su boca, hecho que, no obstante sus distintas variantes de relato puedeacordarse en su autenticidad, si bien no se sabe de quién era esa mano (creo que ni DiMaio ni otro detective Pinkerton “desapareció” en la Argentina, verdad?) puedesuponerse que alguien, de la zona o venido de afuera, traspasó ciertos umbrales deseguridad y terminó formando parte del terreno del establecimiento rural delBlanco ...... y los vecinos afectados en esta historia callaron lo acontecido.

Si algo sorprende del final del capítulo de Cholila, es, nuevamente, lo “ordenado” dela partida: a) se saldan las cuentas (sería bueno saber a cuánto ascendían esas deudaspara ver el estado financiero de Ryan y Place en este momento) b) se dejaninstrucciones para peones y empleados, c) se venden las mejoras rurales, d) se deja

un representante en la figura del inefable Daniel Gibbon para el manejo de bienes,personas y hacienda, e) se dejan cartas y notas para proveedores, amigos y vecinos,

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todo esto, aunque desde la clandestinidad muestra una holgada capacidad demaniobra y un consenso/tolerancia de la comunidad al respecto.

Entonces .... “escaparon” de Cholila? ....... o más bien pusieron fin a la operatoria enel Chubut debido a que el “tibio accionar” de Humphreys repercutió en Rawson más

de lo esperado (incluso por el propio comisario)?

Llegó el dinero del Tarapacá de la mano de Ethel (o de Hood y Grice) a Ryan y Placeal refugio del mallín?

Parecería que no, dado el apuro en negociar la venta de las mejoras del campo a laCía. de Cochamó y por el hecho que Daniel Gibbon debió financiarles el viaje a Chilecon un anticipo a cuenta de dicha venta.

Si esto es así, las finanzas de Ryan y Place seguían precisando de urgentes ingresosfrescos en 1905.

Hood y Grice desaparecen. No hay más testimonios de contactos entre lossubordinados con sus jefes luego del Tarapacá.

Place y Sra. retornan a San Francisco y Ryan va a Buenos Aires, financiándose(ambos) con lo cobrado a la Cía. de Cochamó en Santiago.

Sin embargo encontramos a la banda rearmada a fines de ese mismo año en VillaMercedes para el golpe del Banco Nación del 19 de diciembre, esta vez con los jefescapitaneando la operatoria, es decir no habría “deudas pendientes” o “botín sinentregar/repartir” dado que los vemos nuevamente juntos a Butch y Sundance conHood (y Grice).

Incluso Place retorna a Cholila con Hood para cobrar la venta de animales queGibbon le hace a Perry, es decir toma el riesgo de ponerse a tiro de la policía delChubut para ir a buscar ese dinero post robo en Villa Mercedes.

Es decir, todo dinero viene bien, nada sobra para moverse en la clandestinidad.

Entonces, finalmente ........ quién se quedó con el dinero del Tarapacá?

 Acaso fue todo para Hood y Grice? O Ethel se llevaría una buena parte a SanFrancisco, cuando Sundance la “devuelve” para su “retiro” en USA?

Siguiendo la ruta del dinero se encuentra la verdad de la historia ......

7) Nuevos objetivos: Villa Mercedes, el target rural.

Otro dato sorprendente para la época de los eventos descriptos es cómo lospersonajes no pierden el contacto entre ellos, cómo coordinan, interrelacionan y planifican su accionar, no obstante moverse en grupo, en parejas, o en formasolitaria.

Sundance viaja con Ethel a San Francisco pero vuelve a Argentina (vía Santiago deChile o quizás por el puerto de Buenos Aires), lo cual habla de un todo acordado en

Chile con Butch previo al viaje.

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Butch se instalaría en Buenos Aires y desde allí subiría, probablemente a Rosario,Santa Fe y hasta quizás Córdoba, arribando finalmente a Villa Mercedes.

Hay que estimar que por lo menos un miembro de la banda marcó el objetivo delBanco Nación de Villa Mercedes y planificó el golpe. Quizás sea factible que ambos

socios recorrieran las ciudades separadamente (mucho más lógico, ya que, para esaépoca, estaban “profugados e identificados”) marcando el próximo blanco de acuerdoal target de la banda, a su modus operandi, etc, no perdiendo, mientras tanto, elcontacto entre los miembros de la misma.

Es importante destacar que Butch y Sundance (por su cuenta, o vía terceros) siemprecometieron “robos rurales”. Su metodología, capacidad de maniobra, logística, etc, noles permitía por ej. asaltar en Buenos Aires, o en Rosario o en Córdoba capital.

De hecho no lo hicieron, ni siquiera en Trelew.

Eran asaltantes rurales, no urbanos, podían asaltar una sucursal bancaria de un

próspero pueblo rural, pero no operar en una ciudad importante.

Nótese que hubo cierta desprolijidad y falta de recursos logísticos para cuando lapolicía empieza a cerrarles el cerco post Villa Mercedes, gracias al auxilio deltelégrafo y los diarios de Buenos Aires; la huída a Chile vía Mendoza no les fue tanlineal ni sencilla.

No queda claro en el libro la cronología de eventos, pero parecería que el meeting decowboys en el Campo de Polo de Palermo de 1905 (La Sportiva) fue anterior al roboen Villa Mercedes:

Si así fuese qué mejor lugar para un reencuentro de norteamericanos que dichoevento, imagino a Butch y Sundance reencontrándose con Hood y Grice, (siempre online con los jefes) , luego los cuatro en viaje rumbo a Villa Mercedes ...... el resto eshistoria, las características del robo hablan otra vez del accionar de la banda a pleno,es otro Tarapacá (esta vez al comando de los jefes) y una vez más aparece el tema delcash flow (y cuánto rinden los golpes), luego del robo se tienen dos nuevos años decalma, Hood desaparece, Grice desaparece aún más que antes (y para siempre),ambos logran fugarse vía Chile y Butch ya estaba camino a Bolivia (también vía Chile)para cuando Sundance se junta por última vez con Daniel Gibbon en Cholila .......

El affaire de las detenciones en Neuquén pereciera no corresponder a los bandidos,aunque la similitud de personajes (dos hombres y una joven mujer americanos, etc,etc) da mucho para pensar, sin embargo, podría tratarse de una proverbialcoincidencia, es más creíble el golpe a manos de Butch, Sundance, Hood y Grice (conEthel retirada en USA).

Habría tantos americanos dando vuelta por la Argentina profunda y rural deprincipios de siglo?

8) Final de juego. Sin rumbo en Bolivia.

Podríamos afirmar que, sea porque la información de la etapa boliviana no es tan rica

ni tan fluida como la del período de Cholila, sea porque los personajes ya están máscrecidos, o porque su experiencia en Sudamérica ya tiene historia (y desgaste), etc, lo

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concreto es que los personajes de Butch y Sundance se notan más dispersos eincoherentes en su accionar.

El fracaso de Cholila, la conveniencia (y el forzoso aislamiento) de no volver a Argentina por un largo tiempo luego del asalto en Villa Mercedes, el recuerdo de los

amigos, la lejanía del Altiplano con la Patagonia y sus amigos, los parientes en USA (Ethel?), la falta de dinero importante para materializar los anhelos personales, todoesto estaría trabajando negativamente en el ánimo de los bandidos.

Si bien siguen con sus metodologías habituales, juntos o separados buscan trabajocon contratistas mineros o del ferrocarril (de ganaderos prósperos en Cholila aempleados de minería en el Altiplano hay una significativa pendiente descendente),siguen las rutas del dinero de las principales Cías explotadores del Altiplano, etc, lanarrativa de los eventos nos muestra que el dúo no logra hacerse de los recursosnecesarios para establecerse como ganaderos/agricultores en Santa Cruz de la Sierra,tal cual sus deseos por recrear las intenciones fallidas del proyecto de Cholila.

Pero lo más decepcionante de esta etapa devaluatoria de Butch y Sundance es elplaneamiento de golpes dentro del mismo territorio donde se encontrabantrabajando (Tupiza, etc), es decir, se encontrarían relativizando su experiencia deaños y tomando riesgos muy serios.

Dos gringos americanos asaltando bancos o remesas serían fácilmente identificablesen Bolivia, mucho más que en Patagonia (donde siempre hay amigos y/o conocidospara apoyarlos o encubrirlos).

Por tal motivo, la laxitud y desprolijidad en la operatoria del atraco a la remesa de laCía. Aramayo es relevante, dejan libres a las personas, se internan hacia el Norte de

Bolivia, carecen de un efectivo plan de escape, el telégrafo les cierra el cerco, hay unafalta total de previsibilidad, etc.

Parecería que el dúo planifica poco e improvisa sobre la marcha.

Luego, el final frente al ejército en San Vicente deja las intrigas respecto a laconfirmación de los cadáveres, aunque acorde a lo expuesto por el libro podríaratificarse en un 99% que se trataría de Butch y Sundance.

No queda claro en la historia quiénes eran Frank Murray y Ray Walters, detenidospor el robo de la Cía. Aramayo.

Dejo esta intuición respecto del final de los bandidos:

Sorprende el hecho que ambos estuvieran heridos en los brazos, sería demasiadacoincidencia que los cuerpos de los dos bandidos estuvieran heridos por las balas delejército en sus extremidades.

Creería que las relaciones personales entre Butch y Sundance no estaban bien, creeríaque hubo una disputa interna, originada en cuestiones personales de años ha, la malafaena del golpe a la Cía. Aramayo y sus consecuencias, la mala racha que losperseguía, el mal ambiente y el mal ánimo interpersonal, etc, todo esto conindependencia de la emboscada del ejército, y que, de hecho, imprevistamente, se

desencadenaría entre ellos una catarsis de ajuste de cuentas internas (Ethel Place?)( o las típicas de desgaste acumuladas durante años en la relación entre socios?)

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previo al enfrentamiento final con el escuadrón.

El problema no consistiría en enfrentar al escuadrón, lo podrían haber hecho, teníanla experiencia, capacidad y las armas para hacerlo. No olvidemos que en lo suyo,cuando querían, eran temiblemente profesionales, podrían haberse batido contra el

escuadrón boliviano entero, infundirles temor y/o respeto, y, hasta quizás habersorteado el cerco de la emboscada.

En definitiva, el escuadrón Abaroa dio el marco para el desenlace, pero noprotagonizó el mismo, a diferencia del “ajusticiamiento” que haría años después lapolicía fronteriza de Gebhard en Río Pico con Wilson y Evans.

El temperamental Sundance tiene una bala en la frente, y varias en sus brazosseguramente propinadas por Butch, luego Butch se aplicaría un tiro en la sien trasliquidar a su socio.

Es decir serían “balas gringas” las causantes del desenlace, no “balas bolivianas”.

Es un final demasiado áspero, cruel, y conflictivo.

Lamentablemente no sabemos qué “cuentas pendientes” habría entre estas dospersonas.

 Aunque, seguramente, esas cuentas, existirían.

9) Roberto Evans, sin códigos :

La historia de Roberto Evans y su banda, es decir, la vuelta de Hood a Cholila en 1907

 y toda su campaña hasta 1911 es de una notable riqueza, y merece un comentarioaparte.

Es que precisamente su accionar ratificaría la suposición que, previamente Hoodactuaba bajo las órdenes y códigos de Ryan y Place, y no por su cuenta, ya desdeTelsen hasta Villa Mercedes.

Porque cuando Hood (ahora Evans) estuvo al mando otros fueron los códigosimperantes, corrió la sangre en la Patagonia, tanto en la Casa Lahusen como en laCooperativa de Arroyo Pescado, se secuestró a Ramos Otero (quien salvómilagrosamente su vida, su final era previsible), incluso se ajustició Andrew Duffy 

miembro díscolo de la banda , etc, Evans junto a Wilson y los nuevos americanosllegados a Patagonia impusieron un accionar temerario, muy distinto a la operatoria y modos de Ryan y Place.

 A esto debe sumarse la tolerancia y complacencia de los Humphreys, Roberts,Gibbons, etc,. quienes, sea por miedo, por respeto o por indolencia, lo concreto esque les cedieron a Wilson y Evans el territorio y la iniciativa para su accionardelictivo.

Otro aspecto muy interesante de la historia es el accionar de Mateo Gebhard y “su”policía fronteriza, un verdadero capítulo de anticipación histórica respecto a cómo seresolvía desde el Estado la represión, en este caso la correspondiente a bandoleros,

asesinos y ladrones de ganado.

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Luego se conocería en Patagonia la propia metodología del Ejército, para cuando lasrevueltas sindicales en las estancias ovinas de Santa Cruz y Tierra del Fuego.

Gebhard inaugura en el territorio una policía con “mano dura”, y “métodosejecutorios propios” más aún cuando el propio Gebhard detecta la laxitud de los

tribunales de Rawson.

Si la gestión se mide por los resultados, Gebhard puso orden donde los Humphreys,Roberts, Gibbon, etc, no “quisieron ni pudieron”.

El final de Wilson y Evans no fue precisamente una detención.

Más bien debería encuadrarse como un ajusticiamiento, por fuera de losprocedimientos policiales (acorde al relato no existió la menor intención pordetenerlos), independientemente de los cargos que ambos personajes debían ante laJusticia.Publicadas por Marcelo Gavirati a la/s 7:25 PM 0 comentarios 

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LUNES, OCTUBRE 30, 2006

Marcelo Gavirati.Cómo escribí Buscados en la Patagonia.Las andanzas de los bandoleros norteamericanos en nuestra Patagonia de principiosde siglo fueron recogidas por numerosos relatos de viejos pobladores y reproducidasa través de la tradición oral. Viejas familias patagónicas como los Hammond, losGibbon, los Freeman, los Pugh, los Hahn, atesoran recuerdos y anécdotas de losmismos a través de relatos retransmitidos por sus mayores. Pero fue sin duda, donRaúl Cea, el mayor cultor de su memoria, a través de los vívidos recuerdos que le

transmitiera su padre, don Maunel J. Cea, quien siendo un jovencito de pocos añosconociera a los bandidos.La historia de los bandoleros también nos llegó en forma escrita a través de variosartículos aparecidas en diarios y revistas de la época, no sólo en nuestro país, sinotambién en los EE.UU. ¿Quién no conoce en Patagonia la saga de Caillet Bois editadaen el Número especial Bodas de Plata del periódico Esquel en 1950?La famosa película realizada por Holywood en 1969, protagonizada por Paul Newmanen el papel de Butch Cassidy, Robert Redford en el del Sundance Kid y KatharineRoss en el de la bellísima Ethel Place —aunque en la película se la rebautizó comoEtta—, catapultó al trío a la fama con un halo de simpatía, desenfado y romanticismo.

Pero en la versión cinematográfica de la Fox, cuando Butch, Sundance y Ethel ,deciden abandonar los EE.UU. para burlar el cerco tendido por sus perseguidores, selos hace viajar directamente desde Nueva York hasta un ignoto pueblito boliviano,ignorándose por completo su paso por la Patagonia.

En la década del '70, a favor de la fama internacional alcanzada por el film, algunosartículos periodísticos trataron de echar luz sobre el cono de sombras, y de dudas, enel que Hollywood había sumido al paso de los famosos bandoleros por la Patagonia, basándose en aquellos viejos relatos, los que, con el correr del tiempo y ladesaparición de los últimos testigos contemporáneos a los hechos, se iban tornando borrosos y en muchos casos contradictorios entre sí. La historia se les deshilachabaentre las manos y era muy difícil armar las piezas del rompecabezas. Al llegar a Patagonia en 1994, nos interesamos por el tema a raíz de una investigaciónsobre la obra del explorador, geógrafo e ingeniero galés, LLwyd Ap Iwan, el que fue

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asesinado el 29 de diciembre de 1909, durante el asalto a la Compañía Mercantil de Arroyo Pescado, cometido por los bandoleros norteamericanos William Wilson y Roberto Evans, los que para algunos autores no son otros que Butch Cassidy y Sundance Kid.Decididos a averiguar si esto era así, nos pusimos en contacto epistolar con Daniel

Buck y Anne Meadows, investigadores independientes, residentes en Washington, U.S. A., dos de los mayores especialistas en las andanzas del trío en América del Norte y del Sur, y autores de numerosos artículos sobre el tema.Ellos nos proporcionaron la pista acerca de la existencia de un expediente sobre Wilson y Evans, el que habían tratado infructuosamente de conseguir. Según mecontaron el expediente había sido salvado por el juez federal Godoy de la fogata a laque fueron a parar buena parte de los archivos de la justicia federal de Rawsondurante la década del 70, por la orden insensata de funcionarios superiores de ladictadura militar que gobernaba al país.Si bien Godoy lo había salvado de la hoguera, podría decirse que durante los veinticinco años siguientes el valioso expediente había estado técnicamente perdido,pasando peligrosamente de mano en mano, ya que el juez Godoy lo había prestado al

Dr. José Romero, un conocido abogado penalista de Trelew, quien a su vez se lo habíafacilitado a Giuliani, un periodista del diario Jornada, y éste a su vez a otro colega.Movidos por el deseo de develar el mito, decidimos continuar la búsqueda iniciadapor nuestros colegas norteamericanos y después de algunos meses de viajar a Trelew,golpear puertas y efectuar llamados, dimos finalmente con el expediente "perdido", alque pudimos tener acceso gracias al mencionado Dr. Romero.EL EXPEDIENTEEl expediente en cuestión se había originado en el año 1911 a raíz del secuestro delestanciero Lucio Ramos Otero a manos de otros do bandidos norteamericanos quehabían actuado en Patagonia: Roberto Evans y William Wilson, acompañados por elargentino Mansel Gibbon.

 Al cuerpo principal del expediene se habían agregado otros dos expedientes: eloriginado por la muerte de Wilson y Evans y el iniciado por la querella presentadapor Ramos Otero. El conjunto había llegado a contar más de quinientas cuarentafojas, las que leímos con la avidez que producía nuestra curiosidad y la inquietud deestar frente a una fuente que podía resolver el misterio de estos enigmáticospersonajes.Para nuestra suerte, al avanzar la lectura descubrimos que lossumariantes de la Policía Fronteriza habían ampliado la pesquisa acerca del accionardelictivo de Wilson y Evans en 1911 y retrotraido la investigación hasta la llegada alpaís de Butch, Sundance y Ethel en 1901. Ante nuestros incrédulos ojos fueron apareciendo testimonios sobre Butch Cassidy y el Sundance Kid, hasta encontrarnos, para nuestro asombro, con algunas cartas

escritas y firmadas de puño y letra por el primero de éstos.También pudimoscomprobar que el grueso de la valiosa información, fundamental a la hora de recreareste capítulo de la historia de la Patagonia, permanecía inédita, como si hubiesepasado inadvertida para sus circunstanciales poseedores, durante los veinticincoaños en que el expediente estuvo "perdido".Hicimos una copia del mismo y se lo envíamos a Dan y Anne en Washington, los queno salían de su sorpresa al recibir el voluminoso envío, parte del torrente deinformación que corrió desde entonces entre Washington y Purto Madryn.Durante los años que siguieron al hallazgo del expediente, fuimos incorporando otrosdocumentos, muy importantes también. En el IAC (Instituto Autárquico deColonización y Fomento Rural de la Provincia del Chubut) hallamos los pedidosoriginales de tierra; en el Archivo General de la Nación, encontramos el expediente

sobre la exoneración del Comisario Eduardo Humphreys, acusado de haberlefacilitado la huida a Butch Cassidy y el Sundance Kid; en el Archivo de la Provincia

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5/16/2018 Cr nica del IV Simposio de Bandoleros en la Patagonia - slidepdf.com

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del Chubut pedidos de marca de ganado firmados por el Sundance Kid; en el delMuseo de la Policía del Chubut libros de partes diarios; en los archivos de laCompañía de Tierras Sud Argentino varios libros y correspondencia comercial en laque aparecían sus relaciones con la citada compañía.La investigación fue completada con diarios y revistas de la época, relatos

transmitidos en forma oral que recogimos en entrevistas realizadas a descendientesde protagonistas o testigos directos de la historia y la visita de cada uno de los sitiosen los que estuvieron los bandidos.Movidos por la curiosidad y la necesidad de compartir información organizamos en1997, 1999 y 2005 los Simposios sobre Bandoleros Norteamericancos en laPatagonia, en Esquel, Trevelin y Buenos Aires, respectivamente.http://webs.advance.com.ar/gavirati/3er_Simposio.htmEn ellos participaron, Daniel Buck  y Anne Meadows de Washington, Raúl Cea de Cholila, Ricardo Vallmitjana deBariloche, Héctor Garzonio de Esquel, Osvaldo Topcic de Río Gallegos, Danka Ivanoff  Wellmann de Chile Chico y Clemente Dumrauf de Trelew.Con muchos de ellos hemos trabado amistad y continúa fluyendo información pornuestro continuo interés en resolver los entretelones de esta leyenda. Es por ello que

iniciamos este blog para poder conectarnos más fluidamente y dar lugar a su vez aotros interesados en la historia de las bandoleros norteamericanos en la Patagonia decomienzos del siglo XX.Marcelo Gaviratiautor de Buscados en la Patagoniahttp://webs.advance.com.ar/gavirati/Buscados_Patagonia.htm