Cronicas CEAD Palmira
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RECUPERACIÓN DE LA MEMORIA ZCSUR CEAD PALMIRA
Cuando se piensa en este
proceso, contar la historia de la
UNAD en la ciudad de Palmira y
la dinámica desde el proyecto
sobre la Recuperación de la
Memoria de la Zona centro Sur,
el equipo realizador del proceso
en la ciudad de Palmira
comenzamos a trabajar en las
dimensiones que dicho ejercicio
podría contemplar.
Partimos desde un presente donde la UNAD se consolida en la ciudad y en la región del
departamento del Valle del Cauca con una dinámica y liderazgo, un fortalecimiento de sus
estructuras y un buen porvenir. En la actualidad no hay Universidad en Palmira que tenga el índice
de crecimiento y cobertura que tiene la UNAD.
Pero pensar en la historia de esta institución, nos lleva más allá de un trabajo de búsqueda de
datos y de recopilación de fuentes primarias y secundarias. Es pensar en la historia de una
filosofía, de un proceso de desarrollo y de la forma en que un proyecto se consolidó en una región.
Es ante todo partir de la gente, de los ciudadanos, de la percepción de una institución, su
incidencia e interacción con su entorno.
Comenzamos a pensar por dónde iniciar. Realizamos un trabajo exploratorio donde encontramos
egresados, estudiantes, tutores, personal administrativo que se fue visibilizando, que fue
contando.
Sede actual de la UNAD CEAD Palmira
Posterior a este trabajo donde recopilamos información de la Universidad, decidimos que íbamos
a hacer una propuesta de un texto donde lo escuchado, lo contado se encontraría y se construiría
con el paso del tiempo. De entrada no es una excusa, pero si la dinámica real es que es un trabajo
por continuar.
Y se decidió que trabajaríamos la idea de un viaje al pasado, donde la crónica, las anécdotas, los
relatos y los recuerdos alimentarían un sentido, el sentido que percibimos nosotros como
investigadores de cada una de las personas que fueron entrevistadas sobre lo que fue para ellos la
UNAD.
Bienvenidos a la historia del CEAD Palmira.
PRIMER VIAJE… DON FEDERICO BOTERO ANGEL.
Don Federico vive en el sitio donde se logra
una de las mejores vistas del paisaje del
Valle del Cauca. La Reserva Natural Nirvana
es un balcón a 1.500 metros sobre el nivel
del mar empotrado en una montaña de la
cordillera central; un sitio donde en cada
uno de sus metros cuadrados de extensión,
lo único que se escucha es el sonido del
agua, y el Sol lo bloquean gigantescos
árboles y fauna silvestre. Allí en medio de un lugar lleno de flores y de aire puro, en un comedor
de madera, con un delicioso tinto, lo observo llegar; con una sonrisa y comentando su labor de
atender un colegio que está de visita. Lo observo llegar, animado y muy sonriente. Pienso, que en
la actualidad el CEAD Palmira con más de dos mil estudiantes es la opción educativa de cientos de
personas de todos los rincones de este departamento, cumple una gran labor social y de
proyección, es una gran universidad. Pienso en ello y cuando lo veo llegar a él, uno de los
principales gestores de que la UNAD esté en Palmira hace más de 20 años, no puedo más que
sentir una gran admiración.
Es un hombre muy paisa, me habían dicho que era muy amable y charlador y de inmediato lo
constante. Habla sobre su proyecto de Reserva Natural, de la ecología y de cómo hace años le
decían loco por pensar en un trabajo dedicado a la naturaleza. Tal vez lo sea, si pensamos que un
abogado de la Universidad de Antioquia, líder gremial y cívico en vez de dedicarse a un buen retiro
y jubilación, se lanzara a la aventura de sembrar Café y a la lucha por sacar adelante un proyecto
ecológico ambiental, un sitio turístico sin piscinas, canchas de fútbol y discoteca. Una reserva
autosostenible donde lo principal era el manejo del agua… sí, comienzo a darme cuenta que Don
Federico es un hombre de retos.
“Mi familia es de Caldas Antioquia, llegamos al Municipio de Pradera en 1939, tenía ocho años, y
estudié en escuelas públicas. El bachillerato lo hice una parte en el Seminario de Popayán y luego
en Palmira terminé en el colegio Cárdenas; me hice abogado en Antioquia y regresé al Valle del
Cauca. Inicie mi trabajo profesional como Personero, trabajé en El Ingenio Manuelita, luego ejercí
un tiempo, posteriormente me vinculé al sector público, en la Alcaldía en 1964 y 1965 y en 1967
comenzamos a trabajar desde lo cívico y
gremial; allí fui el gestor de la primera Caja
de compensación de Palmira,
Comindustria, donde estuve 26 Años,
hasta 1992 como Director Ejecutivo. Esta
caja posteriormente se denominó
Comfaunión y hoy es Comfandi. Desde allí
comenzamos a trabajar por la ciudad y por
su sector empresarial”
Percibo que el asunto comenzó en forma. Entre palabras y sonidos de pájaros, mira al horizonte,
con sus ojos siempre firmes, evita encontrarse visualmente conmigo, las ideas están muy frescas
en su memoria, de un momento a otro se detiene en el tiempo.
“En los 80 la caja era una entidad muy importante, contaba con una infraestructura cultural,
educativa y de servicios y era una de las entidades más importantes de la comunidad Palmirana.
Desde ese momento se comienza a percibir la necesidad de que Palmira tuviera una universidad.
Hasta el momento la única entidad era la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional, no
había ningún ente universitario, la Universidad del Valle a quien se le solicitó mucho, tenía como
política la no centralización, más que para
ellos crear una seccional en Palmira por la
cercanía a Cali no era considerado una
necesidad. Eso cambió posterior al 86.
Pensaban algo en el norte o en el centro
del Valle. El sector político y cívico tocó
muchas puertas y no hubo respuestas. A
solicitud de la Junta de Acción
Vallecaucana se logró crear una estampilla Pro Universidad, para iniciar la recolección de fondos.
Crear una universidad era algo muy complejo, difícil, se requerían documentos y dinero. Entre el
80 y 82, las entidades de Palmira públicas y privadas hacían énfasis en eso, en 1982 en la campaña
Federico Botero Ángel.
Sede Comindustria
política de ese año, los partidos tradicionales de Palmira presentaron como bandera la creación de
una universidad en Palmira, en esa época los candidatos Alfonso López Michelsen y Belisario
Betancourt cuando visitaron la ciudad integraron a su plan de gobierno la propuesta de la
universidad en Palmira. Ambos se comprometieron. Al triunfar Belisario en su periodo inicial se le
hizo énfasis en esa promesa y se fueron dando circunstancias. En el programa presidencial estaba
la Universidad con una modalidad a distancia, la cual no existía en el país. A algunos les causo risa,
con burla, decían que era un engaño. El hizo de esa promesa un programa de su gobierno, pero
como crear una universidad era difícil él decidió lo siguiente; en Bogotá existía una Universidad
llamada UNISUR y el gobierno nacional lo que hizo fue adscribirle los programas de educación a
distancia a Unisur y se especializó con ese tipo de formación. Ello permitió que se diera la apertura
de los CREAD en varias partes del país. Esa fue la oportunidad de Palmira para solicitar que se
organizara EL CREAD. Se luchó pero nada que se hacía.
Se presentó una gran oportunidad y fue que el segundo Ministro de Educación del gobierno de
Belisario fue la doctora Doris Eder de Zambrano, unas de las copropietarias de Ingenio Manuelita,
una empresa líder, de gran tradición en Palmira en la parte social, cívica y muy vinculada a los
proyectos fundamentales de la ciudad. Las personas que actuábamos en la parte cívica pensamos
que era la oportunidad de recordarle al presidente su promesa de una universidad para Palmira y
valernos de la señora Ministra para organizar un CREAD en Palmira. Las entidades que trabajamos
en el caso concreto fueron tres, la Cámara de Comercio de Palmira, dirigida por Pedro José
Barreto, un líder muy importante quien comprometió a la Cámara de Comercio, otra fue la Unidad
de Acción Vallecaucana dirigida por José Salom y la Caja de Compensación Familiar Comindustria
donde tenía participación lo más selecto de las empresas de Palmira”.
El diálogo se detiene ante la llegada de un trabajador, en el cual aprovecho para continuar la
percepción del sitio y de las personas que van y vienen, comienza a sentirse el ambiente del
almuerzo, y los visitantes ya comienzan a llegar al comedor. La reserva cuenta con un recorrido
por senderos naturales que implican un esfuerzo físico, matizado por la altura que comienza a
hacer de las suyas en los espíritus poco deportivos. Ello lo evidencia la llegada al comedor,
buscando una silla y un refresco natural. Don Federico regresa e identifica una fecha.
“El año en que nos referimos es en 1984, la realidad es que había “unanimidad Palmirana” en ese
proyecto, ahora recuerdo que otra entidad que apoyó fue la curia, orientada por Monseñor Mario
Escobar Serna. Una vez posesionada Doña Doris, le expusimos el proyecto, le hablamos de la
promesa del Presidente de la Universidad para Palmira y con estas mediaciones, salió la orden de
organizar el CREAD. En 1985 estas instituciones le encomendaron a la Caja de Compensación el
manejo de la Universidad, ya que tenía una tradición cultural, educativa y social y una estabilidad
económica para cubrir algunos gastos del CREAD. Como Director me tocó asumir con el Ministerio
y con el Director del CREAD todo lo pertinente para organizarlo. La primera dificultad era el local,
y logramos que Manuelita como empresa asociada a la Caja de Compensación nos hiciera el
ofrecimiento del local donde ahora funciona el CEAD. La Caja de Compensación tenía alquilada la
planta de primer piso para un supermercado. Se llegó a un acuerdo para que Manuelita entregara
ese local, la Caja asumió gastos de remodelación y se llegó a un Convenio con la Universidad en la
cual la Caja se comprometía a colocar el local. Manuelita aportó el espacio, muebles y escritorios.
Allí duramos casi un año, porque por una
norma de la Superintendencia de Subsidio
Familiar, Manuelita por ser socia a
Comindustria tenía una incompatibilidad
de poder contratar con ella, y nos
anularon los contratos con el
supermercado y con el local de la
Universidad. Comindustria contrató luego
con el Hogar Santa Cecilia un área para un
local y allí funcionó por un buen tiempo,
Había obligaciones mutuas. Había una funcionaria ejecutiva de la caja que manejaba ese convenio,
Doña Cecilia Rojas Directora del Departamento de Educación y Cultura y que manejaba la
Biblioteca de Comindustria. Prácticamente el desarrollo posterior de la UNAD fue por ella.
Luego me retiré de la Caja y no tengo claro pero hubo un proceso en el cual se acabó el convenio,
en el que se compró el local a la Universidad.
Uno de los mayores problemas que tuvimos fue conseguir profesores, el arranque inicial fue muy
difícil, pero poco a poco se fueron solucionando.
Sede CREAD PALMIRA Hogar Santa Cecilia.
Hubo bastante acogida, mucha gente se matriculó y en especial por las dificultades de
presupuesto, pero si sucedió algo raro, cuando apareció la UNAD en Palmira, comenzaron a llegar
las universidades, en especial la Universidad del Valle. Prácticamente con la aparición del CREAD
comenzaron a llegar las entidades, incluso de una forma competitiva”.
Don Federico guarda silencio, piensa, trata de encontrar en la memoria más cosas, me mira
contándome que muchas las regaló, las donó y muchos libros y muebles de la antigua UNAD se
perdieron. Concluye el tema. Me invita a dar una vuelta, acaba de construir un auditorio que no
tiene puertas, con una terraza acondicionada para mirar y deleitarse del paisaje. Sigue hablando
sobre la entrevista, de la Reserva, del Valle del Cauca, de su familia. Ya para despedirnos me da
tiempo para una pregunta más.
¿Don Federico no guarda algún recuerdo?
La verdad recuerdo que cierta vez fue un estudiante a quien le di una resolución que me dieron
de la universidad por mi aporte a la UNAD, se lo regalé y le dije que les servía más en la biblioteca,
no está allá?
No. ¿Acaso no guardó algo más, como fotos, recortes de prensa o algo así?
La verdad no. Sucede que nunca fui pantallero… me entiende…