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Curso de Ingreso 2008 / Producción de Textos / FBA / UNLP

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    La inspiracin es trabajar todos los das.Charles Baudelaire (1821-1867); poeta francs.

    La pintura es el arte de proteger lasuperficie plana de los daos delclima para exponerla a los daosde la crtica.Ambrose Bierce (1842-1914); escritor y periodistaestadounidense.

    El arte es la perfeccin de la natu-raleza. La naturaleza hizo un mun-do y el arte otro.Sir Thomas Browne (1605-1682); escritor y mdicoingls.

    El arte no reproduce lo visible, sinoque hace visible.Paul Klee (1879-1940); pintor suizo.

    El arte es una rebelin contra el des-tino.Andr Malraux (1901-1976); escritor y poltico francs.

    A los doce aos saba dibujar comoRafael, pero necesit toda una vidapara aprender a pintar como un nio.Pablo Picasso (1881-1973); pintor, grabador, escultor,ceramista, muralista, escengrafo y figurinista espaol.

    Una obra de arte que encierre teo-ras es como un objeto sobre el quese ha dejado la etiqueta del precio.Marcel Proust (1871-1922); escritor francs.

    El pop art es un arte publicitarioque se publicita como arte que odiala publicidad.Harold Rosenberg (1906-1978); escritor y crtico dearte estadounidense.

    El Arte (frases)

    Arte bello es aquel en el que lamano, la cabeza y el corazn mar-chan juntos.John Ruskin (1819-1900); crtico de arte y escritoringls.

    No hay normas o muestras para laproduccin de una gran obra dearte. No sera arte sino fabricacinsobre medida.John Ruskin (1819-1900); crtico de arte y escritoringls.

    El hombre sin espritu musical y queno se conmueve con la armona dedulces sonidos, es capaz de todaslas traiciones, insidias y latrocinios.William Shakespeare (1564-1616); poeta y drama-turgo ingls.

    Slo la realidad tiene derecho a serinverosmil. El arte, nunca. He aqupor qu el arte no debe confundirsecon la vida.mile Verhaeren (1855-1916); poeta belga en len-gua francesa.

    Para un artista la libertad es tanindispensable como el talento y lainteligencia.Mximo Gorki (nacido Alexei Maximovich Pechkov)(1868-1936); novelista sovitico.

    Si yo pinto mi perro exactamentecomo es, naturalmente tendr dosperros, pero no una obra de arte.Johann Wolfgang von Goethe (1749-1832); poeta,dramaturgo y polgrafo alemn.

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    Me llaman Rodolfo Walsh, cuando chico esenombre no terminaba de convencerme: pensabaque no me servira, por ejemplo, para ser presi-dente de la Repblica. Mucho despus descubrque poda pronunciarse con dos yambos altera-dos, y eso me gust. Nac en Choele Choel, quequiere decir corazn de palo. Me ha sido repro-chado por varias mujeres.

    Mi vocacin se despert tempranamente: alos ocho decid ser aviador. Por una de esas con-fusiones, el que la cumpli fue mi hermano. Supon-go que a partir de ah me qued sin vocacin ytuve muchos oficios. El ms espectacular: limpia-dor de ventanas; el ms humillante: lavacopas: elms burgus: comerciante de antigedades; el mssecreto: criptgrafo en Cuba.

    Mi padre era mayordomo de estancia, untransculturado al que los peones mestizos de RoNegro llamaban Huelche. Tuvo tercer grado, perosaba bolear avestruces y dejar el molde en la can-cha de bochas. Su coraje fsico sigue parecindo-me casi mitolgico. Hablaba con los caballos. Unolo mat, en 1945, y otro nos dej como nica he-rencia. Este se llamaba Mar Negro, y marcabadiecisis segundos en los trescientos: mucho caba-llo para ese campo. Pero sta ya era zona de ladesgracia, provincia de Buenos Aires. Tengo unahermana monja y dos hijas laicas. Mi madre vivien medio de cosas que no amaba: el campo, lapobreza. En su implacable resistencia result msvalerosa y durable que mi padre. El mayor disgus-to que le causo es no haber terminado mi profeso-rado en Letras. Mis primeros esfuerzos literariosfueron satricos, cuartetas alusivas a maestros y ce-ladores de sexto grado. Cuando a los diecisis aosdej el Nacional y entr en una oficina, la inspira-cin segua viva, pero haba perfeccionado el m-todo: ahora armaba sigilosos acrsticos.

    La idea ms perturbadora de mi adolescen-cia fue ese idiota chiste de Rilke: si usted piensaque puede vivir sin escribir, no debe escribir. Minoviazgo con una muchacha que escriba incom-parablemente mejor que yo me redujo a silenciodurante cinco aos. Mi primer libro fueron tres no-velas cortas en el gnero policial, del que hoy

    Autobiografa

    abomino. Lo hice en un mes, sin pensar en la litera-tura, aunque s en la diversin y en el dinero. Mecall durante cuatro aos ms porque no me con-sideraba a la altura de nadie. Operacin Masacrecambi mi vida. Hacindola comprend que ade-ms de mis perplejidades ntimas, exista un ame-nazante mundo exterior. Me fui a Cuba, asist alnacimiento de un orden nuevo, contradictorio, aveces pico, a veces fastidioso. Volv, complet unnuevo silencio de seis aos. En 1964 decid que detodos mis oficios terrestres, el violento oficio deescritor era el que ms me convena. Pero no veoen eso una determinacin mstica. En realidad, hesido trado y llevado por los tiempos; podra habersido cualquier cosa, an ahora hay momentos enque me siento disponible para cualquier aventura,para empezar de nuevo, como tantas veces.

    En la hiptesis de seguir escribiendo, lo quems necesito es una cuota generosa de tiempo. Soylento, he tardado quince aos en pasar de meronacionalismo a la izquierda; lustros en aprender aarmar un cuento, a sentir la respiracin de un texto;s que me falta mucho para poder decir instant-neamente lo que quiero, en su forma ptima; pien-so que la literatura es un avance laborioso a travsde la propia estupidez.

    Texto escrito en 1964 y publicado en el libro Con vida loqueremos, editado por la Asociacin de Periodistas de BuenosAires en 1986.

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    El arte no debe servir a nadie pero puedeservirse de todo. . . hasta de la politica hay quereconocer sin embargo que esta nunca inspiro obrasde verdadera importancia debido a que los pro-blemas que plantea por apremiantes por angustio-sos que resulten son de orden practico y carecenpor lo tanto del desinteres y de la libertad que re-quiere toda creacion artistica esto no implica en lomas minimo que un artista no pueda encontrar enla politica la veta que le conviene la obra deSiqueiros est alli para demostrarlo podia o no gus-tar su pintura negar que existe en el un pintor meparece arriesgado y eso es lo unico que le interesaal arte el contenido ideologico de la obra carecede importancia mas aun: es su obra muerta loque en la mayoria de los casos la hace encallar enel olvido de no ser asi, una obra cuya ideologia nosfuera extraa o contradijera a la nuestra jamaslograria interesarnos y un ateo se hallaria incapaci-tado por ejemplo de apreciar los frescos de Giottocuando en realidad, puede captar todo lo que hayen ellos de trascendental que, por cierto, no lo cons-tituye el tema la anecdota que nos cuenta el Giottoni tan siquiera su misticismo sino la belleza que susfrescos encierran la emocion estetica que se des-prende de ellos la superioridad del arte sobre lasotras manifestaciones del espiritu solo radica en esoella se encuentra mas alla de la moral de la filosofiay por lo tanto de la poltica porque al crear bellezaencuentra una verdad una utilidad una razn deser en si misma y se libera en cierto modo de lascontingencias del tiempo y del espacio ya que ex-presa algo perdurable y universal todo esto no sig-nifica ni mucho menos que el artista se aparte de lavida e ignore la existencia del calendario si una ac-titud semejante fuera posible resultara perniciosao por lo menos demasiado poco humana el artistaser sensible por excelencia al contacto de la vidaque lo rodea y lo modela capta el ritmo de su epo-ca y traduce su acento en la obra que crea hasta enlas epocas de mayor recogimiento no ha sucedidootra cosa y es as como no es necesario un granolfato para reconstruir a travs de la obra de artems abstracta un poema de Mallarm un cuadrode Picasso la epoca en que se produjo personal-mente sin embargo pero aqui ya tocamos una cues-

    Arte, arte puro, arte propagandaOliverio Girondo

    tin de epidermis creo que un excesivo recato per-judica mas bien que beneficia la creacin artsticapor mucho heroismo que entrae el sacrificio de lavida no redunda en provecho de la obra y al me-nos para m y me parece para todo americano elarte no debe ser una forma elegante de escamo-tear la vida sino una posibilidad de vivirla mas in-tensamente pues asi no solo nos preservaremos dela monstruosidad que significa dejar de vivir paraexpresar lo que no hemos vivido sino que nuestraobra resultara mas entraable y mas profunda deahi proviene que el arte puro lo que se ha dadoen llamar el arte puro que en realidad no es taljamas consiga entusiasmarme y aunque obligue aveces mi admiracion, me deja a pesar de ella ungustito que me repugna me acontece con el lo queme acontece con los reptiles: son admirables, perome dan frio! a tanta perfeccion a tal pureza prefie-ro lo desgajado y lo viviente aspiro a un arte decarne y hueso con cerebro y con sexo menos per-fecto o de una perfeccin disimulada baja una tra-bajosa y calida espontaneidad un arte para todoslos dias un poco popular un poco desgarrado si sequiere pudoroso en su impureza contenido dentrode la mas absoluta libertad de expresion un arte enfin cuya dignidad le impide hallarse al servicio denadie ni de nada y obedezca tan solo a las necesi-dades de su propia existencia.

    NOTATexto omitido de las bibliografas sobre Girondo. Publicado en Contra. Todas las escuelas Todas las tendencias Todas lasopiniones. La revista de los francotiradores. Buenos Aires,Nmero 4, Agosto de 1933.El escrito fue descubierto por Alfredo Rubione e integra comoapndice su trabajo Oliverio Girondo en Contra.

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    Por Alejandro Di Lzzaro de la Redaccinde LA NACION para "adn cultura". Sbado 8de setiembre de 2007.

    La lnea es muy difusa, casi imperceptible. Lavehemencia de Alejandro Apo para argumentararrastra esa lnea contra un extremo. Y no tiene du-das cuando sentencia: El ftbol y todo lo que tie-ne que ver con el ftbol es parte de la cultura.Claro, el hombre que habla con postura de profe-sor est impregnado de ftbol y de barrio casi enpartes iguales. Y tambin de literatura.

    El debate se reabre, pues: el ftbol es partede la cultura? Una duda que intelectuales yfutboleros llevaron al lmite de la tensin sin mirar-se a la cara durante dcadas. No es que ahora ten-ga una sentencia definitiva, pero la aparicin dellibro Y el ftbol cont un cuento, que acaba desalir, es una buena aproximacin.

    La pluma inolvidable de Isidoro Blaisten, la fres-cura en la escritura de Roberto Fontanarrosa, la ele-gancia en el decir de Mempo Giardinelli, la graciapara contar de Juan Sasturain y la profundidad na-rrativa de Mario Benedetti, por citar slo algunasespadas de esta antologa que edit Alfaguara, sebajan al campo de la pelota y su gente para con-tar historias pcaras, conmovedoras y profundas.

    Se bajan? Salta Apo con su tono de vozgrave y resonante: El ftbol es un vehculo de ideasy de sentimientos. Los intelectuales hacan sntesiscuando te queran atacar, cuando no oan las vocesque salan de la ebullicin del barrio. Decan:dejalos, son futboleros. Un ataque a lo popular,en verdad".

    Apo no es ni escritor ni actor, pero seleccio-n estos cuentos y prolog este libro y desde hacediez aos encabeza con gran xito un espectculosobre el ftbol, la literatura, la msica, con el querecorre la Argentina. Claro que su voz se asociacon el comentario dominguero (o cuando sea, hayftbol todos los das, casi) al lado del Vctor HugoMorales, por radio Continental, desde donde tam-bin le pone calidez a cada madrugada con su yaclsico Dondequieras que ests.

    Entrevista / Alejandro ApoFtbol y cultura, esa es la cuestin

    Con algunos pergaminos que dan los aos ylos logros de la profesin, Apo se da el gusto demantener viva la pelea por hacer entender que elftbol es parte de la cultura.

    "Los futboleros no slo somos personas quehablamos de ftbol. Somos tipos involucradosen la cultura popular. Algunos intelectuales se ce-rraron y quisieron hacer creer que, por ejemplo,Fontanarrosa era un escritor menor porque es-criba de ftbol y de humor... No, los futbolerostambin leemos a Unamuno y sabemos qu esLa madre, de Gorki; no somos estpidos. Esoes una posicin poltica: la discriminacin, los ani-males, los cabecitas negras... Ahora los intelec-tuales estn mucho mejor porque ven que pier-den el tren si se quedan afuera de la cultura po-pular Cmo vas a dajar afuera de la culturapopular al Negro Dolina! Los dioses griegos conlos muchachos del barrio... El ftbol es un mag-nfico patio para contar historias de la gente. Mu-chas veces la pelota es la excusa, dice duarantela charla con LA NACION en el reservado deun Caf Tortoni repleto.

    Alejandro Apo se reconoce como un tipo debarrio. Era de Villa Urquiza. Y recuerda aquellosaos de su niez y juventud con aoranza. En casael ftbol era un lenguaje: mi viejo, el verdadero Apo[Alfredo, el creador de la Polmica en el ftbol]me mostr el camino... la vocacin la tena dirigi-da. A mi casa venan Panzeri, Ardizzone. Y MarioTrucco, un maestro para m", memora.

    Es cierto que no hace falta indagar demasia-do en por qu tiene marcado a fuego el sello delftbol. Hay tambin una explicacin para su pasinpor la literatura: "En casa, mi mam, que an ahorasigue enseando a leer cuentos, organizaba des-pus de cada comida, por la noche, lecturas envoz alta. Cada uno de ellos y de mis hermanos leaun cuento y despus lo dicutamos. Sabs lo queera para un chico que su opinin fuera escuchada yrespetada? Yo aprend a leer a Cortzar y a Borgesde pibe, con mi familia..."

    Con esos argumentos como pilares retoma eldebate.

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    "El ftbol es un juego de hombres, no de ma-tones. A los futboleros nos discriminaron mucho,nos metieron en el clima de que somos todos vio-lentos, energmenos... Por qu? Decan ellos, losintelectuales, que slo se habla de la pelota o de lajugada. Es como un mandato para degradar.

    -Pero el ftbol da argumentos con la violen-cia, la discrecionalidad...

    -No hablemos, no hablemos. Ahora el ftbol

    no tiene salida. Pero se no es el ftbol que aoro...ste es un ftbol de la TV, del show bussines. Losrbitros le dan un beso a los jugadores! Mir si elPato Pastoriza, Perfumo, el Coco Basile se iban abancar eso.

    -Entonces el ftbol...-...es cultura popular. Es una fascinante mez-

    cla de libros y calles. Y el ftbol es tambin eso: elpotrero y el mundial.

    Y aqu estoy. Como siempre. Bien tirado con-tra la raya. Abriendo la cancha. Y eso no me ensenadie. Son cosas que uno ya sabe solo. Y meter cen-tros o ponerle al arco como venga. Para eso sonwines. No me vengan con eso de wing ventiladoro wing mentiroso o las pelotas. Arriba y contra laraya.

    Abriendo la cancha para que no se amonto-nen los forwards en el medio. Nada de andar bajan-do a ayudar al marcador de punta ni nada de eso. Siel marcador de punta no puede con el wing de lpara qu m juega de marcador de punta? Lo quepasa es que ahora cualquier mocoso le sale con esasteoras nuevas y nuevas formas de juego o te vienecon la holandesa o la brasilea y otras estupide-ces.

    Por favor! El ftbol es uno solo y a m no mesaca de la formacin clsica: el arquero bien paradoen la raya y atento. Por ah escucho decir que Gattijuega por toda el rea o sale hasta el medio de lacancha Y bueno, as le va. Yo al arquero lo quieroparadito en su arco y nada ms. Para eso es arquero.Despus una lnea de tres. Despus otra de cinco. Yarriba que nos dejen a nosotros tres. Ms de veinteaos hace que jugamos as y nos hemos podrido dehacer goles. De a siete hacemos. Yo ya debo llevarcomo 6.800. Yo solo Despus me dicen de Pel!O arman tanto despelote porque Maradona hizo cien.Cien yo hago en una temporada. Y en verano, cuandolos pibes se quedan en el club como hasta las dos dela matina, me atrevo a hacer cuarenta, cincuenta go-les por semana. Cuarenta, cincuenta. Yo soloMaradona Por favor! Y eso para no hablar delcentrofoward nuestro. Debe llevar ms de 12.000goles. Por debajo de las patas Y el tipo est ah!donde deben estar los centrofoward. En la boca delarco. En el rea chica. Pelota que recibe, Pum! aden-

    Memorias de un wing derechoRoberto Fontanarrosa

    tro. A cobrar. Y ojo, que el nueve de los de Boca no esmao tampoco. Es el mismo estilo que el nuestro. Siem-pre ah: en la troya. Adonde estn los japoneses. Nosha amargado ms de un partido, eh! Yo no he visto losgoles que nos ha hecho pero escucho los gritos y elruido de la pelota adentro del arco.

    Le da con un fierro el guacho. Pero, claro,tiene dos wines que son dos salames. Por ah si ju-gara al lado mo l tambin habra hecho como12.000 goles. Si le habr servido goles al nueve! Sile habr servido goles! Me acuerdo el da del debut.Le estoy hablando de hace 25 aos, 25 aos, un cuar-to de siglo. Sacaron la lona que cubra la cancha y lejuro que nos encegueci la luz. Un solazo brbaro.Yo casi no poda ver por el resplandor en las cami-setas, especialmente en las nuestras. Claro, por elblanco. Las bandas rojas parecan fuego. No comoahora, que est saltando todo el esmalte y se ve elplomo. O el piso, del verde ya no queda casi nada.Cmo est sta cancha! Qu lstima! Qu pococuidada est. Pero bueno, ese da fue algo inolvida-ble. Era domingo al medioda y se ve que los mucha-chos estaban alborotados porque esa tarde jugabanRiver y Boca en el Monumental y ellos se habanreunido en el club para irse todos juntos en el ca-min para el partido. Huy, lo que era ese da! Yclaro, llegaron ah y se encontraron con que la Co-misin Directiva haba comprado el metegol.

    Yo haba escuchado desde abajo de la lonaque pensaban inaugurarlo esa noche cuando los so-cios se juntaban en la sede social a comentar lospartidos o tomarse un fernet antes de cenar. Peroqu! apenas los muchachos vieron el metegol allado de la cancha de bsquet ni siquiera se molesta-ron en meterlo adentro.

    Adems, esto es pesado, eh! No s cuntoskilos debe pesar esto, pero es pesado. Puro fierro,

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    de las cosas que se hacan antes. Bueno, ah nomslo destaparon y se arm el partido. Yo calculo, cal-culo, que haba de haber entre 20 y 25 aos personalviendo el partido. No menos, eh! No menos. Unamultitud. Y haba apuestas y todo. Le digo que cal-culo que haba esa gente porque yo ni mir para arri-ba, le juro, no me atreva a levantar la vista del cagazoque tena. Le juro. Uno escuchaba bramar esa tri-buna y temblaba.Qu cosa inolvidable! Nosotros, los tres de ade-lante, tuvimos suerte porque el tipo que nos maneja-ba se ve que saba. Yo apenas sent que se mova,dije: Hoy vamos a andar bien. Porque tambin esimportante el tipo que a uno le toque para manejar-lo. Usted podr tener condiciones, es ms, podrser un fenmeno, pero si el que est afuera es unqueso, va muerto. Y yo le digo, ahora, con expe-riencia, yo apenas noto cmo el tipo me mueve yame doy cuenta si conoce o no. Es una cuestin deexperiencia, nada ms. No es que uno sea sabio.Esccheme, usted ve un tipo cmo se para en lacancha y ya sabe cmo juega al ftbol. No tienenecesidad ni de verlo correr. Por favor! Pero eseda se ve que el tipo conoca. No era ni improvisadoni uno que agarra la manija porque est aburrido ypara matar el tiempo se juega un metegol. De esosque usted trata de ayudarlos, de darles una manopero al final el que queda como un patadura es us-ted. Cuando el culpable es el que tiene la manija. Yusted los escucha gritar: Qu tronco es el siete ese!Qu animal el wing!. Hay que aguantar cada cosa.Por favor! Pero ese da no. Ese da tuve suerte, loque es importante en un debut. Y ms en un RiverBoca. Usted sabe bien cmo son estos partidos. Unclsico es un clsico, digan lo que digan ahora yo yatengo como 30.000 clsicos jugados y as y todo, ledigo, todava cuando escucho el pique de la primerapelota en la mitad de la cancha me pongo nervioso.Parece mentira. Es que son partidos muy parejos.Somos equipos que nos conocemos mucho. Peroaqul da tuvimos suerte, por lo menos los de ade-lante. De la mitad de la cancha para adelante la rom-pimos, la hacamos de trapo. Tachola, me acuer-do que se llamaba el que tena la manija. Me acuer-do porque le gritaban permanentemente y ademsporque durante cuatro aos vuelta a vuelta vena alclub y jugaba. Cmo saba ese tipo! Lo arruin labebida. Cuando llegaba en pedo yo me daba cuentaporque nos haca hacer molinetes y cada cagada queni le cuento. Un da me hizo hacer un molinete y yocac un chute que la pelota salt del metegol e hizosonar un vaso. Me quera hacer pagar a m el des-graciado. Pero cuando estaba sobrio era un len. Yese da la gast. En la defensa no andbamos tanbien porque el que manejaba a los tres era un sala-

    me. Un paspado. Pero con los de adelante bastaba.No hay mejor defensa que un buen ataque,

    mi amigo, eso lo sabe cualquiera. Por favor! Ahorase meten todos abajo. Estn locos. Tres pepas hiceese da. Y las otras tres se las serv al nueve, almorochn. Y no tena bigotes. Lo que pasa es quealgn mocoso se los pint con birome para que separeciera a Luque. Un gol, me acuerdo, un gol, labola rebot en el corner y se me vino. bamos per-diendo uno a cero, porque ojo! habamos arrancadoperdiendo, y la hinchada bramaba. La puse debajode la suela y casi la astillo. La empec a pisar y mela traje despacito para el medio. El nueve se fuepara la izquierda y el once tambin, para abrirme unbuco. Yo la mas y un par de veces amagu elpuntazo, pero el fullback me tapaba el tiro y no veangulo para el taponazo. Le cuento que yo no le hagoasco a patear y cuando veo luz le sacudo. A m nome vengan con boludeces. Pero el rubio que memarcaba me tapaba bien. Entonces yo agarro y laengancho de nuevo para afuera, para mi lado, comopara meterle un derechazo cruzado, al segundo palo,a la ratonera. Si habr hecho goles as! Y cuando elrubio me sigue para taparme y el arquero cubre elprimer palo, de revs noms, cortita, la toco para elmedio. Y el nueve, sin pararla ch, le puso semejan-te quema que aboll la chapa del fondo del arco.Qu golazo! Lo que fue eso! Yo lo haba escucha-do al Negro, lo haba escuchado. Cuando yo me abrpara la derecha y v que la defensa se vena conmi-go. Y lo escuch al Negro, lo haba escuchado. Cuan-do yo me abr para la derecha v que la defensa sevena conmigo. Y lo escuch al Negro que me grita:Ah!. Y se la toqu. Lo mat al Negro. Lo mat.La hacemos siempre a sa. Diga que ya nos cono-cen. Qu partido fue se! Y para esta noche tene-mos uno lindo. Si es que vienen los muchachos. Por-que los escuch decir que iban a las maquinitas. Siem-pre hablan de las maquinitas. Vaya a saber qu eseso. Ac una vez al club trajeron una. Yo siempreescuchaba unos ruidos raros, unas cosas comopluic, plinc, clun y unas sacudidas. Unas lu-ces. Pero despus no lo sent ms. Dicen que se lejodi algo adentro a la mquina, algn fusible y nun-ca hay guita para comprarlo. Son mquinas delica-das. De sas que hacen los yanquis. Por eso losmuchachos siempre vuelven. Porque el ftbol es elftbol. Esa es la nica verdad. Qu me vienen conesas cosas! Son modas que se ponen de moda ydespus pasan. El ftbol es el ftbol, viejo. El ftbol.La nica verdad.

    Por favor!

    (en El mundo ha vivido equivocado,Ed. De la Flor, Bs.As., 1997.)

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    El lenguaje no es slo un instrumento de comuni-cacin o incluso de conocimiento sino que es tam-bin un instrumento de poder. No slo tratamos quenos comprendan sino tambin que nos crean, obe-dezcan, respeten, recononozcan.

    Bourdieu, Pierre: La economa de los intercambioslingsticos, Langue Francaise N 34, mayo 1977.

    La palabra es para el hombre comienzo de existen-cia, afirmacin de s en el orden social y en el ordenmoral. Antes de la palabra slo hay el silencio de lavida orgnica que, por lo dems, no es un silencio demuerte, pues toda vida es comunicacin y desdeantes del nacimiento el embrin se encuentra inclu-so en el ciclo biolgico maternal. Pero el embrin yel recin nacido cercados dentro de sus impresionesorgnicas slo conocen una existencia dependiente.La afirmacin de la individualidad comienza cuandoella ha tomado sus distancias, cuando la palabra leconfiere la doble capacidad de evocacin de s einvocacin del otro. El ser humano es un ser en par-ticipacin y la experiencia de la soledad slo es unacierta manera de ser sensible a la ausencia del otroen su misma presencia. La realidad personal no seconstituye como una unidad original que se opusieraa la multitud; ella se dirige de la pluralidad vivida alnivel de la comunicacin hacia la constitucin pro-gresiva de una conciencia de s como centro de re-laciones.Hablar es salir del sueo, moverse hacia el mundo yhacia el otro. La palabra realiza una emergencia mer-ced a la cual el hombre escapa a la cautividad del me-dio. Ssamo, brete, todo vocablo es un vocablomgico, que abre una puerta de entrada o de salida quedesemboca del pasado en el porvenir. La palabra inau-gura un nuevo modo de realidad; ella se desarrolla enun campo de fuerzas en el que rige una fsica nuevacon leyes de equilibrio que le son propias.

    Gursdof, George: El mundo de la palabra, en LaPalabra, Ed. Nueva Visin, Bs. As.

    Apropiarse del conocimiento en cualquiera de lasreas que componen el currculo educativo supone,en gran medida, apropiarse de discurso en que seexpresa cada una de esas parcelas del saber. Esasformas de expresin, diversas y complejas, han idotejindose a lo largo de la historia y estn impregna-

    Seleccin fragmentos de textos y poemas

    das de ese transcurrir o discurrir por el tiempo y porlas diferentes visiones del mundo, del pensamiento,que las han sustentado y a las que, a la vez, constitu-yen a travs de sus especiales maneras de decir.Esas formas de expresar oralmente o por escritola historia, las matemticas, las ciencias experimen-tales, la literatura o la filosofa son peculiares, espe-cficas. En parte por ese motivo, esperamos quenuestros alumnos y nuestras alumnas sean capacesde (re)producir o de (re)crear aquellas maneras dedecir (tambin de hacer y de decir cmo hacen) pro-pias del rea de que ese trate. Pocas veces, sin embargo, nos detenemos a obser-var el discurso como algo que no es un simple vehcu-lo transparente que permite ver a su travs como sino existiera. El papel fundamental que para entrar encada uno de esos mundos desempea el uso lingsti-co es, muchas veces, obviado. Las habilidadesdiscursivas que exigen la comprensin y la produc-cin de los textos caractersticos de cada una de lasmaterias que componen el currculo es algo que condemasiada frecuencia no se toma en consideracin,cuando tendra que formar parte del propio procesode enseanza y aprendizaje de cada rea. Para darcuenta de un experimento, para resolver un problemade matemticas, para comentar un texto filosfico,para exponer las causas de un determinado hechohistrico, etc., es necesario poseer los recursos lin-gstico-textuales (algunos comunes, pero otros dife-rentes para cada tipo de tarea y de materia) que per-mitan asegurar el xito del trabajo.

    Miret Bernal, Ins y Amparo Tusn Valls: La len-gua como instrumento de aprendizaje, en Textosde Didctica de la Lengua y de la Literatura,N 8, Barcelona, Gra, 1996.

    INDAGACIONES SOBRE EL LENGUAJE

    El lenguaje, se ha dicho a veces, es inadecuado oimpotente para expresar la realidad. Cmo des-cribir verbalmente este lento y espaciado caer delas hojas doradas en una tarde de otoo, este clidosabor de una castaa tostada, la expresin de eserostro a la vez sufriente e impvido, mi ansiedad anteel futuro, la tormentosa serenidad de este instantefugitivo, etc.? Abundan las razones para pensar que el lenguaje escon frecuencia inadecuada, impotente, insuficiente,etc. Hay cosas y emociones que no parecen po-

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    der describirse o expresarse del todo, y las hay (oacaso son las mismas) que parecen poder expresar-se mejor, o ms cabalmente, por medios no verba-les. Ah estn, para confirmarlo, las obras de arte: loszapatos viejos de Van Gogh, el pintor pintndose a smismo en Las Meninas , las secuencias del caba-llero jugando al ajedrez con la Muerte en El sptimosello de Ingmar Bergman. Esas imgenes no pue-den sustituirse con palabras. A veces no se logra decir lo que se quiere decir;hay palabras que nos traicionan o con las cuales traicionamos a los dems; las palabras se hacen aveces inertes, gravosas; tratamos los trminos abs-tractos como si designaran realidades concretas; nosdejamos confundir y atrapar semnticamente; cier-tas palabras operan a modo de pantallas, etc. Pero, en qu sentido cabe decir que el lenguaje(verbal) es inadecuado o insuficiente? Las reali-dades mismas descritas o expresadas no pueden cons-tituir una medida de tal inadecuacin o insuficien-cia, porque describir o expresar y, en general, re-presentar- las cosas no es duplicarlas. Tampocopuede constituir una medida de insuficiencia o inade-cuacin un supuesto lenguaje ideal que sera isomrficocon las realidades, ya que ello equivaldra a tomarcomo medida de semejante insuficiencia o inadecua-cin un imposible lenguaje rplica de realidades. Siseguimos, admitiendo que en algunos casos el lengua-je o, si se quiere, tales o cuales expresiones de unalengua en tales o cuales situaciones- es insuficiente oinadecuado, es slo en tanto que reconocemos que amenudo nos sentimos frustrados cuando tratamos dedescribir o expresar algo. Por otro lado, cabe hacer con el lenguaje muchascosas que no se pueden hacer averbalmente. No esque entonces el lenguaje verbal resultesuprasuficiente o supradecuado; es slo que tieneposibilidades de expresin que compensan el senti-miento de frustracin antedicho. El lento caer de lashojas dotadas en esta tarde otoal puede describirseo expresarse con medios verbales muy ricos y suti-les tanto, que no nos preocupamos ya de si nuestradescripcin es ms o menos fiel. No es justo deplorar la insuficiencia o inadecua-cin del lenguaje verbal para expresar la realidad,porque ello presupone que el lenguaje tiene que pro-porcionar descripciones adecuadas o suficientessiendo la medida de ello la propia realidad descrita.Pero el lenguaje no tiene por qu aproximarse ala realidad; representar las cosas no es repro-ducir stas.

    Ferrater Mora, Jos: Indagaciones sobre el len-guaje, Alianza Editorial, 1970.

    MIS OJOS HABLARAN SI MIS LABIOS EN-MUDECIERAN...

    Mis ojos hablaran si mis labiosenmudecieran. Ciego quedara,y mi mano derecha seguirahablando, hablando, hablando.

    Debo decir He visto . Y me lo calloapretando los ojos. Juraraque no, que no lo he visto. Y mentirahablando, hablando, hablando.

    Pero debo callar y callar tanto,hay tanto que decir, que cerraralos ojos y estara todo el dahablando, hablando, hablando.

    Dios me libre de ver lo que est claro.Ah, qu tristeza. Me cercenaralas manos. Y mi sangre seguirahablando, hablando, hablando

    De Otero, Blas. MIS OJOS HABLARAN SI MIS LABIOSENMUDECIERAN en Pido la Paz y la Palabra, Con lainmensa mayora, Losada, Bs.As., 1983.

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    LEER, LEER, LEER...

    Leer, leer, leer, vivir la vidaque otros soaron.Leer, leer, leer, el alma olvidalas cosas que pasaron.Se quedan las que quedan, las ficcio-nes,las flores de la pluma,las olas, las humanas creaciones,el poso de la espuma.Leer, leer, leer; ser lecturamaana tambin yo?Ser mi creador, mi criatura,ser lo que pas?

    De Unamuno, Miguel: LEER en La mejor poesa, Edito-rial Abril, Bs. As., 1982.

    POR QU TIENES NOMBRE T...?

    Por qu tienes nombre t,da mircoles?Por qu tienes nombre t,tiempo, otoo?Alegra, pena, siempre, por qu tenis nombre: amor?

    Si t no tuvieras nombre,yo no sabra qu era,ni cmo, ni cundo. Nada.

    Sabe el mar cmo se llama,qu es el mar? Saben los vientossus apellidos, del Sury del Norte, por encimadel puro soplo que son?

    Si t no tuvieras nombre,todo sera primero,inicial, todo inventadopor m,intacto hasta el beso mo.Gozo, amor: delicia lentaDe gozar , de amar, sin nombre.

    Nombre, qu pual clavadoen medio de un pecho cndidoque sera nuestro siempresi no fuese por su nombre!

    Salinas, Pedro: POR QU TIENES NOMBRE T en Lavoz a ti debida, Losada, 10. Edicin, Bs. As., 1996.

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    Para el semilogo italiano, la TV aument lalectura. Y es una cura contra el analfabetismo.Dice que ahora hay ms lectores que hace 30aos. Segn Eco, con las computadoras vuel-ven a triunfar las palabras sobre la imagen.

    Por JORGE HALPERIN. De la Redaccin de Cla-rn.

    Umberto Eco es el mayor intelectual meditico. Yutiliza su erudicin para provocar. Divertido, lcidoy arbitrario, el autor de libros emblemticos de se-miologa, como La estrategia de la ilusin y de nove-las, como El nombre de la rosa, describi su estrate-gia como consumidor de informacin.-Por culesmedios se informa?-Todava soy un fiel lector de losdiarios, aunque cada vez se ponen peores. Veo tam-bin el noticiero a la noche, pero no siempre. No usoms la radio para informarme, slo para escucharmsica. Tampoco me informo por Internet, salvo lasemana pasada, cuando estuve en Nueva York. Gra-cias a la Red, pude leer los diarios italianos.-Porqu piensa que los diarios estn cada vez peor?-Por-que como la noticia ya fue dada por la TV el daanterior, slo les queda repetirla. Podran profundi-zarla, pero suelen alargarla, repitindola a lo largode cuatro pginas. Pongamos por caso la noticia deque Monica Lewinsky dijo tal cosa. Aparece un ttu-lo en la primera pgina. En la segunda, un artculocuenta las reacciones de Clinton. En la tercera pgi-na, una entrevista al fiscal Kenneth Starr. Y en lacuarta, las reacciones de Washington y Wall Street.Parece una profundizacin, pero no lo es. Al final, laverdadera noticia se agotaba en la primera pgina.-Cul es su diario ideal? -Siempre recuerdo la histo-ria del Fidji journal. En 1990 me encontraba en laisla de Fidji. All circula un tabloide de ocho pginas.Cuatro son de publicidad, dos de eventos locales -por ejemplo, el nacimiento de una vaca con dos ca-bezas- y dos de informaciones internacionales. Eseda comenzaba la guerra del Golfo. A travs del Fidjijournal yo supe todo lo que era necesario saber so-bre el tema. Lo importante estaba en dos pginas.Mi sueo es un Fidji journal en cada pas.-Enton-ces, usted no critica solamente a los diarios italia-nos? -No, es un fenmeno mundial. The New YorkTimes puede ser una excepcin. Otro problema esque los diarios hablan de la televisin, su peor ene-miga, pero se lo pasan hacindole publicidad. Le di-cen al pblico: Si no vio la TV, no sabe nada. Y ya nobuscan la noticia sino el chisme. Si no est, lo en-

    Puente Cultural: Entrevista a Umberto Eco

    La televisin no es enemiga de los libroscuentran a travs de la entrevista intil.-Cul es laentrevista intil? -Aquella en la que empujan al en-trevistado mientras toma caf a decir una cosa im-prudente que aparecer en primera plana y que noes cierta porque fue dicha en un momento de dis-traccin. Una entrevista slo se justifica cuando sequiere conocer la opinin privada de alguien que nohabla. Por ejemplo, una entrevista al Papa diciendolo que piensa de Clinton. Entonces tenemos una no-ticia. -El diario debera aportar ms ideas? -Debe-ra dar noticias y comentarios, no entrevistas. Yo creoque la entrevista es la muerte del periodismo. Ustedest participando ahora en la muerte del periodis-mo.-Pasa mucho tiempo frente a la computadora?-S. Ya es como una neurosis. Antes iba a losvideojuegos y jugaba con flippers y guerrasintergalcticas. Ahora no voy ms porque mato pa-labras en lugar de naves.-Por qu dijo que viajar loestimula a leer?-Para m los dos mayores enemigosde la lectura son el telfono y la biblioteca. El telfo-no, porque cuando uno lee interrumpe. Y la bibliote-ca porque, mientras se lee un libro, se encuentrancosas que invitan a buscar algo en otro. En cambio,en el tren o en el avin no hay interrupciones ni dis-persin hacia otro libro.-Coincide con GiovanniSartori, el autor de Homo videns, en que las imge-nes reemplazarn a las palabras? -Es una idea vieja.Hace veinte aos se pensaba que iba a desaparecerla civilizacin alfabtica y entraramos en la civiliza-cin visual. Sin embargo, hoy con la computadoravolvemos a una civilizacin alfabtica. Creo que elproblema es ms complejo. Podramos tener unmundo futuro con una clase dirigente que maneja lacomputadora e Internet. Una clase media que usa lacomputadora de modo pasivo, como el empleado delbanco o de una aerolnea que busca el horario devuelo. Y un proletariado que slo mira televisin.-Usted cree que un lector de libros ser en el futuroun personaje tan poco comn como un ebanista?-Tengo que repetir algo que siempre digo: vayan porlas calles, vean cuntas libreras hay, qu tamaostienen, cunto pblico renen. Este es el siglo enque hubo ms libros en toda la historia de la humani-dad. Hace 200 aos el que lea libros era raro comoun ebanista, hoy no.-O sea que estamos muy bien?-En general, tenemos una proporcin baja de lecto-res de libros respecto de la poblacin general. Perohay, sin duda, muchos ms lectores que hace 30 aos.-La TV es enemiga del libro? -La TV no es enemi-ga del libro, sino que aument la lectura. El mundoest lleno de gente que no lee libros ni diarios y slo

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    mira la TV. Estas personas hace 50 aos habransido analfabetas. Por lo tanto, no fue una prdidapara los libros. Mira todo el tiempo la TV quien ja-ms hubiese ledo o quiz despus comience a leer...Claro que existe el loco que a las 9 de la maanaprende la tele y sigue todo el da mientras toma cer-veza. Pero, seguramente, su padre tampoco lea li-bros.-Entonces, los medios de comunicacin noproducen analfabetismo de masas? -Por el contra-rio, la gente habla mejor. El problema es que se pro-ducen estereotipos de masas. Todos piensan y usanlas mismas palabras. Pero usan ms palabras queantes. Hubo un episodio muy curioso en la TV italia-na, en el primer juicio televisado del juez Di Pietro.

    El primer proceso era a dos familias que vivan jun-tas y no se saba quin estaba con quin. Eran unosladrones y haban matado a una de estas mujeres.Adems, era una relacin sexualmente muy confu-sa. Entonces, uno de los interrogados dijo: Lo nues-tro era una relacin estupenda. Ese hombre era unavctima de la TV porque haba aprendido de ella ahablar en forma elegante, pero no que no deba com-portarse como una bestia ni matar.

    HALPERIN, JORGE: La televisin no es enemigade los libros, en Diario Clarn, Buenos Aires, Ar-gentina, 2000.

    Del e-book a la tinta electrnica, las nuevas tec-nologas cuestionan el futuro del libro tradicio-nal. Para algunos, asistimos a una transforma-cin radical de la experiencia de la lectura, nonecesariamente positiva o negativa. Para otros,la clave es garantizar el respeto por las obras ylos derechos de sus autores

    GEMINELLO ALVI. Columnista de la Repubblica

    Para saber cmo vamos a terminar, hace fal-ta estar al tanto de lo que sucede hoy en los EstadosUnidos. Dos o tres aos despus, nos pasar lo mis-mo a nosotros. Das atrs, The Washington Postanalizaba las bondades de la "Book Builder", mqui-na que invent un tal Harvey Ross y que permitiraimprimir, encuadernar y entregar un libro en cual-quier idioma en slo cinco minutos.

    La mquina en cuestin imprime las pginasde ambos lados, luego las ordena, las une, les pegauna tapa y el libro sale terminado de un canal deplstico transparente oliendo a goma y a tinta. Pare-ce ms eficiente que los que ya se producan enAtlanta, artefactos similares pensados para que unopueda generar su propio libro en casa.

    Esto preocupa a un tal Y.S. Chi, de la LightningPrint, una imprenta informtica que transforma ver-siones digitales en libros de papel con una tirada li-mitada. Unas 400 editoriales ya le enviaron versio-nes digitales de sus libros out of print para que losimprima.

    Pero mientras Chi cree en la pequea impren-ta, Ross y su mquina apuestan al fin de las libre-

    Tribuna abierta: el final de la cultura del libro impreso?Una nueva etapa de la escritura

    ras. Su idea es ms bien la de quioscos donde unextrao hbrido de encuadernador y diariero serquien venda los libros. Contempla, en definitiva, unretorno al pasado en el que el impresor volver a serlibrero. Me parece que algo de razn tiene.

    Si hay algo que no se dice de esta benditaeconoma electrnica, es que supone una combina-cin de avance y retroceso, que implica tambin unaparadjica vuelta al pasado. En el debate que sepublic en el ltimo nmero de la revista Surplus,tres especialistas italianos coincidieron en que Internetdisuelve los vnculos laborales tradicionales, crea tra-bajos solitarios y nichos comunitarios. Esto es lo msinteresante de todo lo que est ocurriendo. La des-articulacin de la economa tradicional dar lugar auna comunidad fragmentada, y uno de esos frag-mentos ser el de los amantes de libros impresos.

    La industria anglfona del libro apunta en rea-lidad a cosas muy diversas. The Random House yaest digitalizando sus ttulos, mientras que Simon &Schuster y McGraw-Hill se disponen a hacerlo. LaEncyclopaedia Britannica elimin el plantel de 2.300personas que conformaba su famosa estructura deventa domiciliaria. Las versiones electrnicas en CDy el Web site ya se convirtieron en su principal fuen-te de ingresos. Por otra parte, en marzo, 400.000lectores bajaron a su computadora Riding the Bullet,la ltima novela de Stephen King.

    Avances y retrocesosParece un hecho consumado: un mundo feliz

    para todos gracias a Internet. Sin embargo, sera im-prudente descuidar un aspecto de la evolucin ge-

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    neral. El disco y la amplificacin transformaron lamsica; la plvora hizo lo propio con la guerra; peroInternet cambiar de manera mucho ms radical lanaturaleza del libro. El libro del futuro slo seguirsiendo igual para unos pocos extravagantes. Paralos dems, se transformar en otra cosa, que tendraspectos regresivos.

    Se leern envos y rebotes con imgenesvirtuales, sonido u otras experiencias sensoriales.Todo en una lengua empobrecida. Una suerte de li-bro medieval escrito en jerga que resuena con ml-tiples voces que nos distraen: dibujos animados, jue-gos virtuales e historietas conforman un flujo opiceoque se desliza por una pgina continua. Uno de losespecialistas que entrevist The Washington Post pa-rece darse cuenta del dilema: "Ser el nacimiento deuna nueva etapa de la escritura o el fin de la civiliza-cin occidental".

    Nos guste o no, el lenguaje de una pgina es-crita es ms preciso que el de una imagen. Es unanica voz en la que concentrarse y mediante la cualla mente puede enriquecerse. En 1950, el vocabula-rio medio de un chico estadounidense de 14 aosconstaba de 25.000 vocablos. En la actualidad, es

    de apenas 10.000. A muchos docentes de hoy lesresulta evidente la creciente dificultad de las nuevasgeneraciones para concentrarse.

    Los exgetas de Internet consideran que todoes muy sencillo. Pasaron milenios entre la historiade Gilgamesh escrita en tablas o los primeros escri-tos en caparazones de tortuga y la invencin deGutenberg. Poco despus estamos presenciando unsalto de importancia similar, pero eso no significanecesariamente un avance: pone en peligro la len-gua en aras de algo que an resulta poco claro einquietante.

    Los libros impresos ya no le servirn a nadie.Tal vez los mejores comiencen a dedicarse al habla.Acaso en el futuro la competencia se d entre aque-llos que, sin libros, se hayan convertido en maestrosde la palabra hablada y, como hroes homricos,restituyan un nombre a las cosas; y aquellos que (metemo, los ms) se hayan perdido ante una pantallade figuras y sonidos, y hayan dejado de hablar.

    Alvi, Geminello: Una nueva etapa de la es-critura, Diario Clarn, Buenos Aires, Argentina, 2000.

    EL corte de la ruta nacional 34 por un grupode piqueteros en la ciudad saltea de GeneralMosconi desemboc en lo que muchas veces de-nunciamos como un peligro cierto: un lamentableestallido de violencias, incidentes, desmanes y actosde depredacin, en cuyo resultado final figura hastauna muerte como remate de una crecida cantidadde lesionados, daos materiales e injurias a la convi-vencia pblica.

    No se desconocen, desde luego, las motiva-ciones sociales que puedan haber estado en el ori-gen del conflicto y preparado los nimos para unalamentable jornada de desafuero y confusin. Peronada justifica los atropellos, ni el desborde de ira yagresividad de los participantes de la protesta, ni elperjuicio inferido a las personas, a los bienes y a losintereses, circunstancias en que inevitablemente in-curren quienes ocupan una ruta.

    En numerosas oportunidades hemos adverti-do que el corte de ruta como mtodo para plantearreclamos de carcter social constituye un inacepta-ble acto de violencia. Negar al uso pblico una vade comunicacin esencial y condenar, por ese me-

    Editorial ILa violencia slo trae ms violencia

    dio, al estrangulamiento econmico las reas pro-ductivas dependientes de esa ruta o camino signifi-ca perpetrar un grave delito y vulnerar un derechobsico de los restantes miembros de la comunidad.

    Por supuesto, casos como el de GeneralMosconi sugieren consideraciones mltiples, en lamedida en que se recortan sobre el fondo de una cri-sis social ante la cual las autoridades provinciales nosupieron oponer otra cosa que un descuido inexplica-blemente prolongado en el tiempo. Pero sin ignorarlas arduas carencias y el surgimiento de necesidadesque el derrumbe de una economa regional trae apa-rejados, corresponde sealar con la mayor energa lairresponsabilidad de los activistas que, seguidos pro-bablemente por pobladores de buena fe, se aduea-ron como otras veces de una ruta de vital importanciacomercial y se convirtieron, de ese modo, en inequ-vocos autores de un delito, poniendo a la autoridad enla obligacin inexcusable de reprimirlos.

    Por supuesto, en los prolegmenos de un su-ceso tajante hay siempre etapas de actividad nego-ciadora, de conciliacin y de persuasin que permi-ten, en algunos casos, que los males y agravios des-

  • Curso de Ingreso 2008 / Produccin de Textos / FBA / UNLP 14

    atados no lleguen a mayores. La reaccin del entor-no social inmediato es, a menudo, de importanciadecisiva, y al respecto es bueno reparar en el simul-tneo ejemplo dado por las comunidades de Cutral-C y de Plaza Huincul, en Neuqun, donde vecinosy productores se reunieron para protestar contra losmtodos extorsivos y vandlicos empleados porpiqueteros y ocupantes de rutas.

    En lo sustancial no difieren las situaciones quese viven en General Mosconi y en ambas localida-des neuquinas. Se trata, en rigor, de lo mismo: co-munidades que nacieron y prosperaron durante unaetapa de la explotacin petrolfera y que al modifi-car sta sus caractersticas, se encontraron sin des-tino. Hubo fracasados intentos de reactivacin ydespus procesos de despoblacin y bolsones dedesempleo acerca de cuya evolucin en el tiempono existen pronsticos alentadores.

    Sin embargo, la reaccin comunitaria ha sidodistinta y ello marca diferencias que estn a la vista:en un sitio reina la desolacin extrema que suele que-dar a la vista cuando cesan los apaleamientos, sa-queos y destrozos; en el otro, la posicin de dilogose ha visto fortalecida por la intervencin de ciuda-danos que se movilizaron para exigir que las leyesfueran respetadas.

    Los acontecimientos de General Mosconi re-presentan, a la vez, un nuevo y llamativo testimonio de

    los extremos a los que suele conducir el uso de la vio-lencia y, asimismo, de la desidia y hasta el desgreocon que las administraciones provinciales acostumbranobservar la aparicin de problemas en sus jurisdiccio-nes. Alterado gravemente el orden y conmocionado elpas entero por ese motivo, el gobierno de Salta no haquerido o no ha podido salir de un curioso estado con-templativo, en tanto, penosamente, lo ms de las peti-ciones que formulan quienes protagonizan la protestase agota en la enunciacin de los subsidios del PlanTrabajar, ejemplo clsico de voluntarismo inconducente,de ddiva propicia a la inmoralidad y de utilizacin dis-crecional de los dineros fiscales.

    Lo ocurrido en Salta enciende una luz de alertaque no debe pasar inadvertida para el resto del pas.Es necesario recoger la dolorosa leccin que dejanestos hechos desafortunados: por un lado, la necesi-dad de que el Estado sepa mantener a tiempo el or-den pblico, impidiendo que activistas desaprensi-vos interrumpan a su antojo el trnsito por las rutaspblicas; por el otro, la exigencia de que las autori-dades provinciales se aboquen a buscar solucionespara los problemas estructurales de sus comunida-des sin incurrir en la apelacin a recetasasistencialistas frgiles e inoperantes.

    La Nacin, Editorial, domingo 14 de mayode 2000.

    Basta asomarse al diccionario para compro-bar que excluir equivale a rechazar o descartar. Lacategora sociolgica de los excluidos se construy,ni ms ni menos, para nombrar esta situacin de re-chazo en la que han quedado colocados cada dams varones y mujeres que no tienen un lugar den-tro del ordenamiento social. Aunque el discurso tiendaluego a suavizar las aristas ms graves de la situa-cin, el lenguaje es preciso: los excluidos son recha-zados y descartados, porque no hay lugar para ellosen el actual ordenamiento social y econmico. Hayuna enorme diferencia entre los pobres de ayer y losexcluidos de hoy. La gran mayora de los pobres deayer eran trabajadores, es decir, varones y mujeresque sufran condiciones de explotacin y que, reci-biendo por su trabajo salarios muy escasos, se veansumergidos en condiciones de vida que hasta llega-ban a poner en riesgo la sobrevivencia. Pero la con-dicin de trabajadores les dio siempre a estos po-

    DescartablesPor Washington Uranga

    bres de ayer una forma de estar incluidos. Fueronvctimas de la injusticia al estar ubicados en la partems baja de la escala social, pero su condicin demano de obra a la vez que los haca imprescindiblespara la marcha de la economa les otorgaba un esta-tuto y marcaba su forma de pertenencia.

    Los pobres-trabajadores, o los trabajadores-pobres tienen un marco de referencia para plantearsus reivindicaciones, pueden construir sus deman-das en un espacio de lucha de fuerzas que, aunqueles resulte desfavorable en la mayora de los casos,genera reglas de juego a las que atenerse. Nuncapodra decirse que un trabajador, aun aquel ms po-bre, es un excluido. Su condicin no es la de des-cartado. Los excluidos de este modelo son, real-mente, descartados sociales. No los necesita el sis-tema productivo y para la sociedad resultan tan mo-lestos que se prefiere no reconocer su existencia.Por eso no tienen visibilidad social. La inequidad que

  • Curso de Ingreso 2008 / Produccin de Textos / FBA / UNLP 15

    caracteriza la sociedad actual puede leerse como lafalta de normas que contengan al conjunto de quie-nes participan de la comunidad. La sociedad esinequitativa porque al construirse sobre reglas dejuego parciales deja a los excluidos sin identidad,privndolos del sentido de la propia vida.

    Como lgica consecuencia los excluidos notienen forma de hacerse or y, mucho menos, de ha-cerse entender. No forman parte del discurso delsistema, hablan un lenguaje diferente y ni siquieraestn en la conversacin. Estn afuera: la sociedadno quiere verlos ni reconocerlos y ellos mismos notienen forma de hacerse visibles dentro de las reglasdel sistema. La nica manera de hacerlo es irrumpirde forma abrupta, en la mayora de los casos violen-ta, quebrando la normalidad, avasallando lacotidianidad que los ha dejado al margen. Slo ame-nazando la paz de un modelo del que no partici-

    pan, ni como trabajadores ni como ciudadanos, pue-den hacerse or. Unos eligen ser piqueteros. De otrosla sociedad dir que son delincuentes. Pero slo asunos y otros logran cobrar visibilidad social y que losincluidos a gusto o a desgano, pero incluidos ten-gan que girar sus cabezas para prestarles atencin.Las cmaras de televisin o el miedo a la inseguri-dad, o una combinacin de ambos, transforman a losexcluidos en visibles y obligan al conjunto social aencargarse, de la manera que sea, de aquellos a quie-nes descart o rechaz.

    Sin que ambas situaciones puedan equiparar-se, ni el aumento de la delincuencia ni los cortes deruta pueden ser vistos como situaciones aisladas ocomo problemas regionales. Tienen que ver directa-mente con la inequidad de un sistema para el queexisten seres humanos que pueden entrar en la ca-tegora de descartables.

    Visionarios en: http://www.elpaisinternacional.com/index.phtml?idmenu=215&idcor=212&lan=1

    No hay soador que no se haya quedado cor-to ni inquisidor que no haya acabado haciendo el ri-dculo. La historia es igual de cruel con los alegresvisionarios y con legisladores ms duros. Si a CarlosMarx le hubieran asegurado que un da no lejano losobreros ingleses iran de vacaciones a Capri condu-ciendo su propio automvil climatizado y pediran ellibro de reclamaciones en un restaurante para pro-testar porque la cerveza no estaba suficientementefra, acaso hubiera escrito El Capital? TampocoGalileo pudo pensar que aquel telescopio que estuvoa punto de llevarlo a la hoguera sera sustituido porun ingenio espacial tan elaborado como el Hubblecapaz de divisar como unas galaxias se devoran en-tre ellas. Pronto lo que hoy es ciencia ficcin, maa-na ser realismo social. La historia es esencialmen-te transgresin: as avanza el desbocado caballo deAtila aplastando a telogos, a moralistas, a polticosrepresores, a los espritus pusilnimes y tambin alos progresistas, a los iluminados, a los amantes decualquier utopa. Ningn potro de tortura ha sidocapaz de detener el ciego camino de la ciencia. Nin-guna ley podr ordenar la conquista salvaje de loslaboratorios ni la moral que se renueva cada da.Quin desear pasar dentro de un siglo por el est-pido esbirro que trat de parar intilmente la histo-ria? Quin desear escribir cualquier viaje a la luna,

    VisionariosManuel Vicent

    como Julio Verne, para que despus se ran de tufalta de imaginacin?. La religin todava conservahoy el monopolio de las puertas de entrada y salidade este mundo. Nuestra iglesia ya no quema here-jes, apenas imparte anatemas, ha rebajado el nivelde confrontacin con la ciencia y las costumbres,pero se ha guardado las llaves de la vida y de lamuerte. En ese peaje exige un tributo. La muerte esuna neurosis humana todava insalvable. Sobre ellase vierten salmos de tinieblas, cuentos de terror, f-bulas de infiernos, parasos y reencarnaciones. Ni laciencia ni la fortaleza moral tiene nada que hacer,solo que las clulas madres pronto pondrn a la dis-posicin de las personas un recauchutado de tejidosy rganos corporales y esa ser de momento la ver-dadera reencarnacin. Pero la puerta de entrada ala vida est a punto de ser violada. Ese monopolioreligioso pronto ser suprimido. La vida ser fabri-cada con las propias manos del hombre y frente aesta conquista harn el mismo ridculo los represoresy los visionarios.

  • Curso de Ingreso 2008 / Produccin de Textos / FBA / UNLP 16

    Todo puede ser corregido. Por eso, si bienno se puede ensear a escribir s se puedeensear a corregir. Borges correga sus tex-tos sin parar. Vlery slo publicaba cuandollegaba al hartazgo de la correccin.Abelardo Castillo eliminara todas las edicio-nes anteriores de sus libros para meter manoen ellos a voluntad. Y por esto afirmaba convehemencia: En la literatura y en la vida engeneral, hacer menos de lo que se puedehacer me parece que es un rasgo de malaconducta.

    1- Aspectos grficosLa lengua escrita, ms all de si es o nouna representacin de la lenguahablada, es un cdigo que sigue ciertasreglas que hacen a su materialidad grfi-ca. Estas deben ser respetadas por todotipo de texto escrito; seguirlas permiteevitar malentendidos y facilita la com-prensin del texto. Por ello, es precisomanejar correctamente:a) Ortografab) Tildacinc) Uso de la mayscula / minscula

    2- Aspectos sintcticosLa sintaxis es el modo en que se combi-nan las palabras para formar oracionescon sentido. Cada lengua tiene sus pro-pias reglas sintcticas o de combinacinde palabras. Algunas de estas reglassintcticas, que hacen al sentido de loexpresado, se refieren a:a) La concordancia de gnero y nmero.b) La correlacin de tiempos verbales.c) Los conectores intraoracionales (co-

    ordinacin y subordinacin): loscoordinantes de palabras o proposi-ciones, as como los subordinantes,deben corresponder al tipo de rela-cin que se establece entre las ideasy los hechos referidos. Por ejemplo,no es correcto decir: A pesar de queeste estudiante es muy bueno, sesac una nota excelente en el exa-men.

    3- Aspectos semnticosLa semntica es el mbito del significadode las palabras y de sus combinaciones.Son las palabras (y sus combinaciones)las que transmiten el significado de unmensaje verbal. Por ello, la precisin de

    Algunas pautas para una (auto)correccin

    un texto se logra, en principio, al selec-cionar las palabras adecuadas paratransmitir lo que se desea expresar. Paralograr un texto preciso conviene evitar:a) El empleo de palabras de significado

    muy vago o muy general.b) La repeticin innecesaria de pala-

    bras: conviene buscar sinnimosadecuados que favorezcan la preci-sin lxica.

    c) El empleo de una palabra que nossuena pero que en realidad, signifi-ca algo diferente de lo que se quiereexpresar. Ej. La asignacin de docen-tes se realiza por medio de una reso-lucin. (Por designacin).

    d) Detectar adjetivos que no aportannada.

    e) Traducir o eliminar oraciones sobre-cargadas.

    4- Aspectos discursivos/textualesUn texto correctamente escrito es aquelque resulta adecuado a la situacin decomunicacin correspondiente, y, porotro lado, es claro en la informacin quebrinda. Los elementos fundamentales eneste sentido son:a) La puntuacin. Los signos de puntua-cin son decisivos para organizar el sentido de las oraciones y del texto ypara jerarquizar la informacin. Por ejemplo, dada una misma frase, laubicacin de la coma puede dar lugar asentidos distintos: Juan, vino Pedro /Juan vino, Pedro.b) La cohesin: los conectores y otrosprocedimientos que dan unidad al textodeterminan relaciones entre las ideas ylos hechos referidos.c) La organizacin de la informacin: lainformacin que el texto provee debeexponerse progresivamente, es decir,hay que evitar las lagunas de informa-cin. Por otra parte, tambin convieneevitar la redundancia, esto es, la repeti-cin innecesaria de ideas o laexplicitacin de la informacin que sesobreentiende o que es obvia.