Cuaderno de bitácora
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Cuaderno de bitácora
Viaje de fin de curso
IES Concha Méndez Cuesta
1ª promoción 4º de ESO
Abril 2011
CRUCERO MEDITERRÁNEO
DIARIO DE BITÁCORA
LUNES 11 y MARTES 12 DE ABRIL DE 2011.
¡Por fin a bordo!
Compis y familias:
Ya estamos a bordo del Grand Voyager, un barco relativamente pequeño, si
lo comparamos con el Grand Mistral, pero lo suficientemente espacioso co-
mo para ofrecer recursos y entretenimiento a nuestros jóvenes. Cuatrocien-
tos estudiantes de toda España se han dado cita en este crucero. Parece que
estamos en un macro instituto, con tintes de “Gran Hermano” y algo de “La
casa de tu vida”.
El acceso al barco fue lento, como pudisteis comprobar muchos. Estábamos
cansadillos de empujar maletas y locos por instalarnos en los camarotes. Sin
embargo, no fue tan fácil. La asignación que Iberocruceros había hecho de
chicos a camarotes distaba mucho de ser la que ellos/as querían. Esto alteró
mucho a nuestras criaturas, pero los convencimos de que se sosegaran, que
sus profes iban a hacer lo posible por respetar sus decisiones. No fue fácil,
sobre todo porque ninguna de las habitaciones estaba preparada para ser
triple, por lo que los chiquillos que querían estar juntos (tres y tres) se tenían
que apretar. Nos decían que teníamos pagadas habitaciones dobles que eran
mejores que las triples y que había escasa disponibilidad de estas últimas.
querían, con los compañeros/as que querían y todo perfecto.
Alguna alumna ya a la hora de embarcar había perdido la tarjeta; otro,
la cartera con todo el dinero… Empezaba a cundir el pánico. Pero, na-
da, a la hora de la cena ya habíamos encontrado la tarjeta, la cartera y
la tranquilidad.
Nuestros chicos y chicas se pusieron sus mejores galas, se peinaron,
hicieron la plancha, maquillaron, pintaron, y algunas se colocaron
unos tacones de vértigo. Tenemos ya a hombres y mujeres, siento deci-
ros. Han dejado de ser niños.
La cena fue muy bien. Tenemos el primer turno, de ocho a diez de la
noche. Algunos/as abusaron un poquito (cinco y seis platos). Habla-
mos con ellos y les dijimos que la semana es muy larga y que debían
medirse un poco, sobre todo, de noche. ¡Van a acabar con las reservas
del barco!
Luego, nos fuimos al espectáculo, algo retro, pero lo pasamos muy
bien. Acabaron también con todos los cócteles que había en carta. Des-
de luego, van a amortizar el paquete de bebidas, no lo dudéis…
De todos modos, tampoco duramos demasiado. En cuanto pasaron a
la copla, hubo desbandada generalizada. ¿Qué hicimos los profes?
Pues a la disco también. Allí costó un poco que la gente se arrancara.
Al principio, plantearon un juego un poco aburrido de reconocimiento
de canciones y eso. Pero, en cuanto abrieron la pista y la música em-
pezó a sonar, salimos todos y quemamos la pista: unos más que otros,
eso sí. De hecho, varios cerraron la discoteca, que no sabemos cómo
han podido madrugar lo suficiente como para acudir a la reunión ma-
tutina que teníamos con ellos.
Tengo que deciros que este primer día se han portado muy bien, en
general. Hay muchos grupos en el barco. Esta misma mañana nos han
citado a los profes de todos los grupos para darnos una charlita sobre
lo sucedido la noche pasada. Algunos grupos la han liado bien: llama-
das a todos los camarotes en clave de broma (pesada), follones en los
pasillos, peticiones al servicio de habitaciones y posteriores cancela-
ciones, etc. Al final, dos de los centros se han tenido que quedar con el
capitán y la tripulación para dar los números de las cabinas y tomar
medidas. Nos han dicho que a la segunda vez que pase algo así, los
alumnos responsables se quedarán en tierra. Al parecer, en una sola
noche ha habido cientos de reclamaciones... Hablaremos con los nues-
tros de nuevo para advertirles del panorama. No creemos que seamos
de los problemáticos, pero por lo que pueda venir.
Hoy, martes 12, estamos en navegación hasta las dos, que es la
hora prevista para la llegada al puerto de Palma. Ahora mismo están
en el jacuzzi de proa con sus cócteles, tomando el Sol. Comeremos a
las dos y sobre las tres hemos pensado bajar a dar una vuelta por la
ciudad, opción que ha ganado a la de la visita a la playa, que proponían
algunos/as. Tenemos sólo tres horas y pico para aprovechar. Luego, al
barco y camino de Cagliari.
Veremos qué tal va el paseo y la noche.
Hasta pronto.
Virginia y Juan Antonio (que dice que ya escribirá la versión B de la
historia).
P.D.: Todos os mandan muchos besitos, abrazos, recuerdos, etc. Pero
sentimos deciros que no os echan mucho de menos… Se lo están pa-
sando genial.
Tarde del 12 de abril:
La visita a Palma no ha sido excesivamente larga. Lo cierto es que
nada más la salida nos ha costado casi una hora. Luego, hemos monta-
do a los chavales en un autobús de línea especial, que nos ha llevado
hasta el centro, desde donde hemos dado un paseo por la Avenida Jau-
me III hasta la catedral realmente bonito. Allí, después de varias sesio-
nes fotográficas ha habido tiempo para comprillas de recuerdo y algún
paseíto independientes… una horita escasa para moverse por la aveni-
da de los principales negocios comerciales. A las seis hemos quedado
todos en la parada para la vuelta al barco. Un grupito de cuatro se han
despistado un poco y han tardado 15 minutos más, por lo que por poco
no llegamos con hora al barco, ¡puf! Ya les hemos cantado las cuaren-
ta. Pobres.
Ya en el barco, a arreglarse y a cenar. La cena ha sido muy especial
porque hoy era el cumpleaños de Juan Antonio Aguilar y le hemos
preparado una fiestecilla sorpresa en comedor con una súper tarta de
chocolate y globos… Todo planificado desde Málaga con su mamá. La
verdad es que la tripulación se ha portado y ha colaborado en todo.
Después de la sorpresa, nos hemos ido al espectáculo, que esta noche
era de humor. Unas cuantas risas sí que nos hemos echado. Todos nos
hemos sentado juntos, como anoche. Hoy también se han comportado
como unos campeones/as.
Día 13 de abril:
El problema esta noche ha sido el estado del mar, que nos ha hecho
pasarlo regu. Casi todos hemos tomado biodramina. Algunos las traían
y a los que no, se las hemos dado nosotros. Sólo dos casos lo han acu-
sado más: Inma, que ya esta mañana estaba bien, y Laura Palao, que el
angelito ha pasado la noche regular, pero que esta mañana se ha recu-
perado y está loca por bajar a tierra. Por cierto, Inma pide a su mamá
que le active el servicio Roaming de su teléfono móvil para poder lla-
marla. Cristian también estaba mareadillo esta mañana y se ido a des-
cansar un poco después del desayuno.
Esta mañana nos hemos vuelto a reunir todo el grupo y hemos repa-
sado lo que no hay que hacer. Además, hemos planeado un poco la sa-
lida a tierra: Cagliari. Allí nos espera una buena amiga para darnos
una vueltecita viendo lo más típico de la ciudad. Comeremos antes, y,
si todo va bien y a Laura u otro/a no se le olvida la tarjeta como ayer ;)
saldremos puntuales a las tres. A eso de las siete y media tendremos
que estar de vuelta.
Esta noche toca fiesta de disfraces. Veremos con lo que nos sorpren-
den.
Todo sigue bien y no hay más incidencias que el oleaje pasado, que nos
tiene a todos medio groguis…
Un beso muy fuerte a todos, familias y compis.
Desde el Grand Voyager con cariño.
Virginia y Juan Antonio (que dice que no hay hoy versión B).
TARDE DEL 12 y DÍA 13 DE ABRIL:
Queridos todos:
Laura Rojo comenta que esto es una pasada, que no esperen las fami-
lias porque no quieren volver a casa. Laura Fernández, que gracias a
sus padres por este regalo que le han hecho. Pablo Piñero dice, como
buenamente puede, sin voz, que se lo está pasando muy bien y que le
manda un besito a su hermana… Ya se han cansado de mandar mensa-
jes y nos dicen que pongamos nosotros lo que queramos.
Ayer fue mejor que los días anteriores. Salimos del barco hacia Caglia-
ri a las tres de la tarde. Como siempre, el grupito de las tardoncillas
nos hizo retrasarnos un poco. No acaban de entender aquello de que la
puntualidad es un valor… En fin. Tomamos una lanzadera hacia el
centro y allí esperamos a que llegara una amiga de Málaga, afincada en
esta ciudad, que nos hizo de Cicerone. Nos condujo por todo el centro
hasta la zona más alta de la ciudad.
Pasamos por el monolito a los caídos en la II Guerra Mundial; vimos
los negocios de más solera; las mejores cafeterías y heladerías (vaya
atracón que se dio alguno/a); y, finalmente, llegamos al Bastión, que
era la fortaleza de defensa de la ciudad, con una explanada enorme y
unas vistas maravillosas a 360 grados de toda la ciudad.
Lugar no sólo hermoso, sino cargado de historias, algunas algo lúgu-
bres de suicidios, etc. Continuamos caminando hacia il Duomo
(catedral), de impresionante valor estético e histórico. Allí pasamos un
buen rato reconociendo estancias, admirando pinturas, mármoles,
criptas, etc. Ya llegó la hora de las compras. Dejamos a las criaturas
una horita libre para que cada uno la empleara en aquello que conside-
rara más placentero: ya ir de compras, ya tomar alguna cosita en una
terraza. El tiempo, por cierto, era templado y agradable. Y la ciudad en
sí transmitía una paz y cierto glamour que hizo de la visita un rato a
recordar. Finalmente, cuando nos volvimos a reunir, bajamos juntos la
avenida principal de la ciudad y pasamos por un negocio de comida y
bebida típicas italianas, pero sobre todo artesanal de viandas propias
de la ciudad.
Allí nos colocaron a casi todos un trozo de queso magnífico que ya pro-
baréis…
Después, vuelta al barco con poco tiempo para ducharse, cambiarse y
estar puntual a las ocho para la cena. Después de cenar nos fuimos a
los camarotes y nos disfrazamos todos, menos el profe Valenzuela, que
es un “soso manío”. Íbamos de hippies y de niños chicos. Dos grupos
diferentes de disfraz, pero gran compenetración en las actuaciones. De
hecho, después del espectáculo, decidimos salir a bailar todos al esce-
nario para entretenimiento de los demás clientes. Hay documento
gráfico: el “soso” lo grabó todo.
La noche, pues, fue muy divertida. La discoteca cerró tardísimo y no-
sotros cancelamos la reunión matutina para que no tuvieran que ma-
drugar mucho y les dijimos lo importante anoche mismo, cara a la ex-
cursión de hoy, principalmente. Esta mañana los profes estábamos
como rosas y ellos eran zombis, sin voz la mayoría y con una mala cara
espantosa.
A las tres volveremos a bajar del barco. Hoy toca Messina. Dicen que el
mejor helado del mundo es de aquí. Habrá que corroborarlo.
Bueno, queridos y queridas, os deja-
mos. Luego, más.
Un beso de todos. Valenzuela no tiene
nada que añadir.
Virginia y Juan Antonio.
DÍA 14 DE ABRIL:
El jueves lo hemos pasado en Messina. Esta es la parada que en un
principio no estaba prevista y la han incluido al quitar Túnez. Como en
días anteriores, llegamos sobre las dos y hasta las tres no salimos del
barco. El grupo de “lentillas”, haciendo honor a su sobrenombre, no
quiso que saliéramos antes. También hubo varios que no encontraban
las tarjetas de los camarotes, fundamentales para salir. Al final, todo
bien. El único problema que nos encontramos es que hacía un pelín de
frío y la mayoría íbamos con indumentaria de pleno agosto, para que se
notara que estábamos de vacaciones. Después de una consulta popular,
decidimos por mayoría que no merecía la pena perder el tiempo en vol-
ver al barco y que el “fresquito” se nos iba a quitar andando. Total, afó-
nicos ya estaba el 80%, argumentaban.
Así, con mapa en mano y con voluntad expedicionaria iniciamos la
marcha hacia el Ayuntamiento primero y hasta la Catedral después,
que estaba situada en una plaza bellísima y enorme donde decenas de
negritos, indios, etc. nos acosaron como pudieron para que les
compráramos souvenirs.
Desde allí, nos fuimos hacia el Teatro Vittorio Enmanuele y la Fontana
di Neptuno, dos de los lugares que nos recomendaron como de los más
típicos de la ciudad. El paseo no puedo negar que fue largo, pero nos
venía muy bien para quemar las calorías de comidas y cócteles…
Después, fuimos al Acuario de Messina. Allí pagando un módico pre-
cio que se abonó con la bolsa de viaje, pasamos un rato realmente di-
vertido de risas, fotos, y conversaciones de besugos. Vaya, que no era
muy diferente al Sea Life que tenemos a un rato de casa, pero aquello
de que esté en el extranjero y además, esté recomendado, vende mu-
cho.
Tras la visita cultural, muchos pensamos que nos habíamos merecido
un buen helado. La Directora de Crucero nos había envenenado por
megafonía diciendo que no había probado jamás helados mejores que
los de Messina en su vida. Y allá fuimos nosotros como borregos bus-
cando una buena heladería para cerciorarnos de que eso era cierto.
Los helados de Messina no tienen nada que ver con los de la Heladería
Inma. Fue el veredicto por unanimidad. Pero bueno, ya habíamos re-
puesto algo de energía y podíamos seguir andando: vimos varias igle-
sias, los juzgados, la base militar y la zona más comercial . Al final de
la tarde estábamos heladitos y deseando llegar al barco. Nuestras cria-
turas hacían sus cuentas para que el monederillo que cada uno llevaba
les diera para un pequeño detalle para cada miembro de la unidad fa-
miliar, que no quieren dejar a ninguno sin su recuerdo. Llegamos al
barco exhaustos, casi sin fuerzas para ducharnos y prepararnos para la
cena, pero qué remedio. Allí estábamos, unos más puntuales que
otros, dispuestos a que nos siguieran cebando.
Después de la puesta en común de la cena, todos al espectáculo del
día: tocaba magia. No nos entusiasmó. Era un mago mediocre con
complejo de monologuista, y alguna tentación humorística, pero ma-
go, mago, NO. Y prometió volver con otro show el sábado…
Finalmente, rato en la disco. Algunos alargaron casi hasta la mañana
(vaya aguante). Somos incapaces de seguirles el ritmo. Ahora, os deci-
mos que son maravillosos, que les hacemos visitas sorpresa a la disco a
altas horas y que toman sus colas y cócteles sin alcohol, están fresquí-
simos, bailan todos y todas y son un ejemplo en el barco.
A la mañana siguiente la cita era a las ocho menos cuarto, un reto
horario nuevo que veríamos si cumplían.
Os dejo con la incógnita porque se me cierran los ojillos y ya confundo
las teclas. Son las dos de la mañana del viernes 15. Mañana os comento
cómo ha ido el día de hoy. Estamos reventados, pero felices. Vuestro
polluelos me mandan besos para todos.
Hasta mañana. Virginia
(Valenzuela anda por la discoteca con ellos, supervisándolos, pero, va-
ya, que se le veía bastante integrado también, jejeje).
DÍA 15 Y MAÑANA DEL 16:
Ayer, viernes, llegamos a La Valletta, capital de Malta. El archipiélago
maltés está situado en el centro del Mediterráneo, a unos 93 km. de las
costas del sur de Sicilia. Lo componen tres islas: Malta, Gozo y Comi-
no, siendo la mayor de todas la isla de Malta. El puerto de Malta es, al
parecer, uno de los más grandes y preciosos del Mediterráneo. Así nos
lo pareció también a nosotros a la entrada del mismo, que hicimos a
las siete de la mañana. Las construcciones en piedra caliza hacían de
ella un lugar diferente, un paisaje global chocante para nuestras cos-
tumbres, pero encantador. Malta fue colonia británica hasta su inde-
pendencia en 1964. Hace escasos años entró a formar parte de la
Unión Europea y, por tanto, pasó de tener como moneda nacional la
libra maltesa, a adoptar el euro (aunque nuestra sorprendente Direc-
tora de Crucero nos avisó de que la moneda era la libra, al cambio,
2.34 euros… algo desfasada en el tiempo, puesto que no existe ya esta
moneda como moneda de curso).
La excursión que teníamos preparada era para ver tres ciudades típi-
cas. Aunque lo de ciudades confunde mucho, porque, en realidad lo
son, sí, pero parecen pequeños barrios. Malta tiene la mayor concen-
tración poblacional de Europa, con mil cien personas cada kilómetro,
cuando lo normal sería diez veces menos. Sin embargo, tengo que ad-
mitir que nos costó ver a oriundos por la calle o trabajando, parecía
medio desierta.
El enclave que tiene y la triple fortificación en muralla hacen de la isla
un lugar estratégico y de apariencia ciertamente militar. También nos
llamó la atención ver el culto a las imágenes y la fe tan explícita que
profesan a la religión católica. Muchos son los pueblo que han influido
en Malta y el español ha sido uno de ellos. Tuvimos la oportunidad de
ver las imágenes de Semana Santa, dentro del templo y parecían un
calco de las nuestras, bastante más reducidas precisamente por la es-
trechez de las callejuelas y la disposición tan irregular de las mismas.
La sensación que nos dio fue de un lugar algo anacrónico, atrasado
respecto a la cultura occidental europea; vendían el pescado en furgo-
netillas, sin ninguna medida higiénica, sin hielo; del mismo modo, la
fruta la paseaban en carromatillos de ruedas grandes con un toldo pa-
ra medio proteger su “frescura”. Las casa, con grandes puertas de ma-
dera, algunas de ellas abiertas, dejaban entrever pequeños patios, cas-
tizos, con grandes plantas ornamentales, que recordaban mucho la
estética andaluza.
Cuestas y más cuestas; iglesias y más iglesias. Los chicos y chicas esta-
ban ya derrotados, y sólo deseaban que la guía se callara un poco y de-
jara de agobiar con tantos datos, como ellos decían. Lo cierto es que la
señora nos dio una clase de Historia magistral, quizás demasiada ma-
teria para tan poco tiempo. Las neuronas, que están estos días de vaca-
ciones también, no podían procesar tanto dato.
La cosa es que volvimos al barco relativamente temprano. A tiempo
para comer y darnos la oportunidad de dormir siestas de campeonato.
Alguno durmió hasta cuatro horas. Finalmente, nadie faltó a la cita del
Cóctel del Capitán, que daba pistoletazo de salida a la noche más ele-
gante del crucero.
Chicos y chicas se vistieron con sus mejores galas. Una hizo lo que pu-
do también. El profe Valenzuela no se unió a tanta elegancia y la que le
cayó fue chica…
Cenamos un poco más especialmente que otras noches. Los camareros
fueron más atentos si cabía que otros días. Luego, quedamos todos en
la zona de recepción y nos hicimos todo un reportaje: sólo chicos, sólo
chicas, chicos y chicas; chicos, chicas y profes… En fin, que no quedó
ninguna combinación por hacer. Cuando veáis las fotos, entenderéis lo
que digo. ¡Cuánta belleza junta! Ellos, con sus trajes, parecían yupis.
Ellas, con sus trapitos la mar de monos, tacones de impacto, recogidos
fantásticos y estética mejor. Divinas. Bueno, en definitiva, que estába-
mos entusiasmados con tanta belleza. El problema fue que la noche se
alargó y alargó. Muchos/as baila que te baila con los amiguillos/as que
han conocido de Córdoba, principalmente. El caso es que no tengo
muy claro cuánto han dormido. Yo que me quedé anoche tranquila de
que el profe estaba con ellos y resulta que ha amanecido más malo que
ninguno… Si es que…
Así, esta mañana, aparecieron casi todos con los ojos pegados, los pies
destrozados, los pelos como selvas y una mara cara que daba ganas de
echarles unas monedillas. Dos de ellas, Sara y María, ni siquiera esta-
ban para salir del camarote y se han tenido que quedar en el barco. Los
demás a duras penas han soportado el viaje de hoy, que ha sido inten-
so. Teníamos contratada la excursión a Segesta y Érice, en Trapani
(Sicilia). A mí, particularmente, me ha encantado. A ellos, menos. Di-
cen que tanta piedra no mola.
El profe ha venido, pero zombi total. Creo que no ha abierto la boca en
toda la mañana, el pobre. Los chavales se han ido animando conforme
avanzaba la mañana. Cierto es que la primera parada ha sido para ver
un templo clásico, de estilo dórico, que recordaba bastante al Partenón
y que a ellos no les ha gustado mucho. El pueblo de Érice, sin embar-
go, ha tenido más éxito. Tenía un estilo medieval, de callejuelas con
encanto, irregulares, piso pedregoso y fachadas oscuras y fuertes. A mí
me quiso recordar a Verona. La caminata ha sido intensa, pero las vis-
tas desde su castillo lo han valido. Tras la visita cultural, un ratito para
finiquitar compras: pasta, vinos, camisetas, etc. La vuelta se ha hecho
corta, más que nada porque nuestro amigo Salvatore, el conductor,
quería volar en lugar de conducir, y nos ha traído a la italiana. No digo
más. El caso es que estamos todos sanos, salvos y a bordo.
Esta noche es la velada de blanco. Ya estamos planificando cómo va-
mos a ir vestidos. Luego continúo contándoos.
Un beso a todos, y tranquilos que en dos días tenéis a vuestros pollue-
lillos de vuelta. Creo que no se van a olvidar en su vida de este viaje. Y
nosotros tampoco.
P.D.: Localización de Valenzuela desconocida. Esperemos que dé seña-
les de vida de aquí a la cena. Como no se vista de blanco, le va a seguir
cayendo poco…
Virginia
NOCHE DEL 16 DE ABRIL Y JORNADA DEL 17
(DÍA PREVIO A LA VUELTA):
Queridos papis, mamis, compis y familia en general:
Esto va tocando a su fin y, como todo lo bueno, da pena que se acabe.
Anoche, como os decía en el anterior correíllo, fue la “noche blanca”.
Todo el mundo debía ir vestido de blanco, por no sé qué costumbre de
estos cruceros. El caso es que fue una velada linda. En restaurante es-
taba todo perfectamente decorado, con globos blancos por todas par-
tes, con mantelería especial; los camareros con su uniforme también
blanco, diferente al habitual… La cena no fue diferente a la de otros
días, pero sí que, llegado cierto momento, coincidiendo con los postre-
s, se lió una buena. La música comenzó a sonar; las luces bajaron su
tonalidad; y comenzó la presentación de todo este personal que tanto
se ha preocupado por nuestro bienestar. Terminó la historia con toda
la clientela haciendo el trenecito, bailando, riendo, etc., menos Valen-
zuela, que como no le va mucho eso de hacer el ganso, se dedicó a gra-
barlo.
No os cuento las llantinas que prosiguieron. Allí no dábamos abasto a
calmar a tanta niña emocionada. “Seño, que no nos queremos ir”,
“Seño, por favor, vamos a quedarnos una semana más”. Así que nada,
como no veía manera de calmarlas, les dije que eso lo arreglábamos
rápido, que hoy llamaría a las familias para que ingresaran otros sete-
cientos euros y listo. Entonces, algunas muy serias me dijeron:
“Pues nos mandan a freír monas”. “Pues eso pienso yo, les contesté”.
¿Alguna otra solución?
Y entonces, ellos solos cayeron que no había solución, que las cosas buenas
acaban, y que lo que tenían que hacer era guardar todas las vivencias en su men-
te para nutrirse de ellas toda la vida. Pero vaya, otra vez se pusieron a llorar sin
consuelo…
Luego, compramos internet para que los chavales, menos emocionados que sus
compañeras, pudieran disfrutar del Barça-Madrid. Como yo traigo el netbook,
allá que se conectaron con su profe para verlo. El problema fue que la conexión
no era de calidad como para ver en vivo el partido. Se veía como ralentizado, y
acabaron abriendo una página de la radio para, por lo menos, escucharlo en di-
recto. Tras el partido, la eterna discusión masculina de quién es mejor, quién
merece más, qué resultado es más regalado… Un aburrimiento, vaya. Pero a los
chicos le insufló una energía, que tuvieron que irse a la disco directamente.
Las chicas, sin embargo, disfrutamos como cada noche del espectáculo, que ano-
che fue especialmente completo e impresionante. Al final, nos sorprendieron
con una canción de unión de los pueblos y de buenos deseos que reactivó la llan-
tina de estas criaturas, que volvían a no encontrar consuelo. Pero bueno, des-
pués de un ratito de desahogo, también acabaron yéndose a la disco. La hora de
recogida ni la sé, ni la he querido preguntar. Ayer era su noche y no les íbamos a
poner cortapisas. De hecho, les dimos libertad para que hoy se levantaran cuan-
do quisieran, que no nos reuniríamos hasta por la tarde, para darles algunas ins-
trucciones para la elaboración de maletas, recuperación de la fianza, desembar-
que, etc. Y agradecerles lo bien que se han portado y la buena compañía que han
sido. Así lo sentimos el profe y yo.
Bueno, cambiemos de tema que el anterior ablanda demasiado. Lle-
gamos a las 10:00 de la mañana, no a las 9:00 como se había dicho en
algún momento. Así que, con que estéis a esa hora va de sobra. Hasta las y
cuarto o media imagino que no estaremos todos fuera, porque vamos desembar-
cando por cubiertas.
En fin, familias, esperamos que os hayáis hecho una somera idea de lo que
hemos vivido cada día. Como siempre, habrá tantas versiones como chicos. Así
que os invitamos a que completéis lo contado con las impresiones de cada uno
de ellos y los secretillos inconfesables por internet…
Gracias por vuestra confianza y colaboración. Tenéis una buena colección de te-
sorillos. Un beso a todos.
Virginia
P.D.: No me enrollo más, que Mr. Valenzuela está ya desesperado y NO TIENE
NADA QUE AÑADIR.
Fin del diario de bitácora del crucero de fin de curso
201o-2011
© Edita : P. Aragonés Rubio para
© CMC On Line Magazine 2010-2011
Torremolinos, Málaga, Julio 2011
Cuaderno de bitácora
Viaje de fin de curso
IES Concha Méndez Cuesta
1ª promoción 4º de ESO
Abril 2011