Cuba, 50 Años de Economía Al Servicio Del Pueblo

download Cuba, 50 Años de Economía Al Servicio Del Pueblo

of 10

Transcript of Cuba, 50 Años de Economía Al Servicio Del Pueblo

  • 7/26/2019 Cuba, 50 Aos de Economa Al Servicio Del Pueblo

    1/10

    1. De los inicios a casi el fin (1959-1989)Una mnima comprensin de la situacin actual de la economa cubana exigeremontarse hasta los momentos previos a la Revolucin para entender, al menosparcialmente, tanto la razn de sta como el discurrir de aqulla desde entonces.

    En esos momentos, la economa cubana se asemejaba en gran medida a otraseconomas de la regin que se encontraban completamente insertas en la dinmi-ca de dominacin continental de Estados Unidos.

    En este sentido, la sustitucin del rgimen colonial espaol por el norteameri-

    cano tan slo se haba limitado a diversificar la estructura productiva cubanaincorporando el turismo a lo que eran las actividades econmicas tradicionales enla isla: la exportacin de materias primas y, en especial, el monocultivo de la caade azcar /1.

    Evidentemente, ello no haba redundado en una mejora de la desigual distribu-cin del ingreso entre la poblacin cubana /2. Una distribucin de la renta que seencontraba reforzada por las estructuras cuasifeudales de explotacin que domi-naban la produccin azucarera y por la fuerte estacionalidad en el cultivo de lacaa de azcar que se traduca, a su vez, en una elevada estacionalidad del desem-

    pleo que no era absorbido por fuentes alternativas de trabajo.Si a este contexto econmico subdesarrollado y su correspondiente expresin

    en trminos de unas penosas condiciones sociales se le aade el entorno represi-vo y corrupto impuesto por la dictadura de Batista y su sometimiento a los inte-reses norteamericanos, las bases estaban sentadas para el emprendimiento decualquier proyecto transformador que, ante todo, recuperara la soberana para elpueblo cubano y, seguidamente, acometiera transformaciones econmicas y

    VIENTOSUR Nmero 102/Marzo 2009 71

    50 aos de economa al serviciodel pueblo

    6. Cuba 1959-2009. Solidaridad con los ojos abiertos

    Alberto Montero Soler

    1/ Tan acusada era la dependencia de la economa cubana de la agroindustria azucarera que, a finales de la dca-da de los 50, sta supona el 25% del PIB cubano, significaba el 80% del total de las exportaciones de bienes y

    daba empleo a una proporcin del 20 al 25% de la fuerza de trabajo (CEPAL, 1997, p. 28).2/ En esos momentos, el 30% de la poblacin de menores ingresos perciba solamente el 4% de los ingresos tota-les. (Zaldvar Diguez, 2004, p. 42).

  • 7/26/2019 Cuba, 50 Aos de Economa Al Servicio Del Pueblo

    2/10

    sociales que permitieran elevar el nivel de vida de la poblacin y un clima demayor justicia social.

    El proceso revolucionario que triunfa en 1959 canalizaba, en este sentido,

    todas las expectativas acumuladas por la poblacin durante lustros de explota-cin y sumisin y el periodo que se abre a partir de entonces estar marcado porla bsqueda de frmulas que permitan concretar aquellas aspiraciones en uncontexto marcado por la hostilidad visceral de Estados Unidos hacia el proyec-to revolucionario.

    Una hostilidad que se hizo presente desde el mismo momento en que comen-zaron los programas de nacionalizacin de los sectores estratgicos de la econo-ma, en donde la presencia de empresas estadounidenses era abrumadora, y seaceler cuando, en agosto de 1960, el gobierno cubano decidi la nacionalizacinde todos los intereses extranjeros en la isla.

    La respuesta ms contundente, por su continuidad en el tiempo y su coste, hasido el bloqueo al que ha estado sometido la economa cubana desde 1960 y queha marcado decisivamente toda su historia econmica reciente.

    En efecto, el bloqueo reorient econmica y polticamente a Cuba hacia laUnin Sovitica y el bloque socialista buscando tanto una alianza poltica estableen el contexto global de guerra fra como la apertura de nuevos mercados paralos productos cubanos que se haban quedado sin sus mercados tradicionales trasla imposicin del bloqueo.

    Las consecuencias de esa relacin sobre la economa cubana fueron trascenden-tales en un doble sentido.

    En primer lugar, porque condujeron a la concentracin de los intercambioscomerciales con aquel bloque favorecida, a su vez, por las ventajosas condicio-nes en los trminos de intercambio y por la ayuda ofrecidas por la UninSovitica.

    Y, en segundo lugar, porque hizo que el modelo econmico cubano bascularahacia el modelo socialista dominante en toda la rbita sovitica caracterizado porla propiedad social de los medios de produccin y la planificacin centralizada.

    La valoracin de la vinculacin de Cuba con el bloque sovitico y sus efectossobre la evolucin de la economa cubana durante los casi veinticinco aossiguientes presenta elementos tanto positivos como negativos.

    En el lado positivo se encuentran, evidentemente, los grandes avances econ-micos y sociales alcanzados durante esos aos, tanto ms remarcables si se con-traponen al desempeo econmico y social de los pases de su entorno geogrfi-co ms prximo /3.

    72 VIENTOSUR Nmero 102/Marzo 2009

    3/ Baste con sealar que Cuba constituy entre 1959 y 1989 una de las economas ms equitativas del mundo. La

    diferencia en ingresos per cpita entre el 20% con ingresos ms elevados y el 20% con ingresos ms reducidos erainferior a cuatro veces cuando, por trmino medio, esa diferencia era en el resto de Amrica Latina de 19 veces.Cfr. Noguera (2004).

  • 7/26/2019 Cuba, 50 Aos de Economa Al Servicio Del Pueblo

    3/10

    Sin embargo, en el lado negativo del balance, y siempre valorado desde la pers-pectiva que proporciona ahora el conocimiento de los hechos que acontecieron a

    posteriori, cabe sealar que la excesiva dependencia de Cuba de sus intercambios

    con el bloque socialista determinaron la grave crisis de la economa cubanadurante la dcada de los noventa, tras el derrumbe de la Unin Sovitica.Pero que, adems, esa vinculacin condujo a Cuba a convertirse en una pieza

    adicional en el seno de la divisin internacional del trabajo establecida en elmbito sovitico. Esto implic el abandono de sus estrategias iniciales de indus-trializacin y diversificacin productiva y la reorientacin de su programa econ-mico hacia la produccin y exportacin de bienes primarios aunque ahora sobrela base de una economa de planificacin centralizada.

    En consecuencia, la economa cubana sigui presentando las caractersticas tra-dicionales de un pas en vas de desarrollo, altamente dependiente de sus expor-taciones de productos primarios y muy vulnerable, como se demostrara poste-riormente, a los acontecimientos del exterior /4.

    2. Los noventa: tiempo de reformas tras el colapsoDado este estado de cosas, la cada del bloque sovitico arrastr, como no podaser de otra forma, a la economa cubana. Y decimos que no poda ser de otraforma porque el 85% de las relaciones comerciales y financieras de la isla tenaaquel bloque por destino.

    Como puede suponerse, el impacto sobre la economa cubana fue tremendo: el

    producto cay un 35% en trminos reales entre 1989 y 1993; el consumo total lohizo en un 13%; la formacin de capital pas del 24% a menos del 6% del pro-ducto; los ingresos por cuenta de capital se redujeron en ms de 10 veces; y lossalarios reales cayeron en un 18% /5.

    El gobierno cubano enfrent este deterioro de las condiciones econmicas ysociales con una nica certeza: la de que la va de solucin no pasaba por la tran-sicin hacia la economa de mercado, como haba ocurrido en los estados de larbita sovitica. La opcin por el socialismo se mantena inalterada si bien no sedescart, con indudables dosis de pragmatismo, la introduccin de mecanismos

    mercantiles que permitieran dinamizar una economa anquilosada y con impor-tantes problemas de productividad.

    En este sentido, el abanico de reformas acometidas por el gobierno para tratarde superar el Perodo Especial ha de ser catalogado tanto de pragmtico como deoriginal y atrevido. Y, al mismo tiempo, hay que resaltar su esfuerzo por preser-var a toda costa los grandes logros sociales de la Revolucin (salud, educacin yproteccin social universales y gratuitas).

    Las primeras medidas no tuvieron la profundidad que la gravedad de la crisis

    VIENTOSUR Nmero 102/Marzo 2009 73

    4/ Xalma (2007, p. 30).5/ CEPAL (1997, p. 61). Segn estimaciones de Carranza y Monreal (2000), la crisis le habra costado a la econo-ma cubana entre 13 y 18 aos de crecimiento econmico.

  • 7/26/2019 Cuba, 50 Aos de Economa Al Servicio Del Pueblo

    4/10

    requera y fueron de carcter ms bien coyuntural y con una doble orientacin.As, de entrada, haba que obtener las divisas que Cuba necesitaba para hacerfrente al pago de sus importaciones y a tal fin se foment el turismo internacio-

    nal y se permiti una modesta apertura de la economa a la inversin extranjeradirecta. Pero tambin se intent que el reparto de los costes sociales de la crisisfuera lo ms equitativo posible y, en ese sentido, se trat de preservar el empleoy sostener los niveles salariales vigentes.

    Evidentemente, una poltica expansiva de demanda en un contexto de restric-cin aguda de la oferta acab provocando la aparicin de importantes desequili-brios financieros internos as como de la tan temida inflacin (y su consabidarepercusin regresiva sobre la distribucin de la renta y, con ello, sobre la distri-bucin de los costes de la crisis). En consecuencia, el peso cubano experimentuna fuerte depreciacin, con la consiguiente cada de los salarios reales, al tiem-po que en el circuito monetario comenzaba a circular el dlar estadounidense quellegaba al pas por la va tanto de las remesas desde el exterior como del turismo.

    Sin embargo, la progresiva dolarizacin de facto de la economa cubana seencontr con la prohibicin legal de tenencia y circulacin de divisas para lapoblacin lo que, lgicamente, dio lugar a la aparicin de mercados informalestanto de bienes como de divisas.

    A partir de entonces, y como destacan Virgili y Xalma (2004), la economacubana present una estructura segmentada de carcter dual: dualismo en lomonetario (circulaban el peso cubano y el dlar estadounidense); dualismo en lo

    cambiario (coexistan el tipo de cambio oficial con el vigente en el mercado infor-mal); y dualismo en lo estructural (los sectores tradicionales, gobernados pormecanismos de asignacin vinculados a la planificacin centralizada, y los emer-gentes, regidos por los mecanismos de mercado).

    Todo ello gener un importante deterioro de las condiciones sociales y la apa-ricin de desigualdades que acabaron por segmentar tambin socialmente a lapoblacin cubana en funcin de su capacidad de acceso a la divisa norteamerica-na y que provocaron elevados niveles de descontento social que estallaran con lacrisis de los balseros del verano de 1994 /6.

    Ante ese episodio, el gobierno cubano supo interpretar adecuadamente esossntomas evidentes de malestar social y promovi una serie de reformas de carc-ter estructural y fuerte componente pragmtico. En concreto, las principales con-cesiones que se hacan en trminos econmicos fueron la dolarizacin parcial dela economa y la introduccin de espacios y mecanismos de mercados en mbi-tos que hasta entonces haban estado regidos por la lgica de la planificacin.

    As, y de modo sinttico, pueden destacarse las siguientes reformas estructurales.En el mbito externo, y con una decidida apuesta liberalizadora del sector, se

    procedi a una apertura ms decidida a la inversin extranjera; a la transforma-

    74 VIENTOSUR Nmero 102/Marzo 2009

    6/ Hoffman (2004).

  • 7/26/2019 Cuba, 50 Aos de Economa Al Servicio Del Pueblo

    5/10

    cin del monopolio estatal del comercio exterior y su reorganizacin y flexibili-zacin; al estmulo del turismo; y, sobre todo, a la despenalizacin de la tenenciade divisas (agosto de 1993) seguida de la creacin y emisin en 1995 de una

    moneda plenamente convertible, el peso convertible. Al mismo tiempo se creuna red estatal de tiendas de venta en divisas (las denominadas Tiendas deRecuperacin de Divisas o TRDs) destinadas a reencauzar estratgicamente lasdivisas que circulaban en la economa hacia los sectores que funcionaban enpesos cubanos y que tenan un menor acceso a la moneda convertible (fuerandlares o pesos convertibles).

    Por su parte, en el mbito interno hay que destacar que en el sector agropecua-rio se dividieron las grandes extensiones de tierra que constituan las empresasagrcolas del Estado en pequeas unidades de produccin cooperativa; se crearonmercados agropecuarios en donde los agricultores podan vender sus excedentesde produccin; se reestructur la agroindustria azucarera; y, finalmente, se reco-noci la posibilidad del trabajo por cuenta propia para un conjunto de actividadespredeterminado /7.

    Todas estas reformas se acompaaron, a su vez, de reformas en el sector pbli-co y en los mbitos fiscales (por la va del saneamiento de las finanzas naciona-les) y monetarios (se cre una red de Casas de Cambio Cadeca para realizartransacciones monetarias y bancarias en divisas, se autoriz la apertura de cuen-tas de ahorro en dlares estadounidenses, se separaron las funciones de la bancacentral y de los bancos comerciales y se crearon nuevas instituciones financieras,

    entre ellas el Banco Central de Cuba en 1997) /8.Estos cambios supusieron una modificacin sustancial de la dinmica econ-

    mica y social del pas porque, en primer lugar, daban pie a la diversificacin dela propiedad econmica con la apertura a formas de propiedad privada recha-zadas hasta entonces. En segundo lugar, modificaban el papel del Estado en laeconoma, incrementndose su funcin reguladora en detrimento de su activi-dad empresarial. En tercer lugar, consolidaban una economa totalmente dualtras la liberalizacin de la tenencia y circulacin de divisas, si bien es ciertoque, simultneamente, se articularon mecanismos para conectar ambos secto-

    res. Y porque, finalmente, abran nuevos espacios al mercado para el caso dedeterminados bienes y servicios /9.

    En este sentido, y como defienden Virgili y Xalma (2004), la dolarizacin par-cial de la economa cubana fue estratgicamente utilizada para reactivar la activi-dad productiva.

    Pero, adems, hay que tener en cuenta que en la misma se encontraban insertosalgunos elementos que facilitaran, llegado el momento, el proceso de desdolari-zacin. Es por ello que puede afirmarse sin temor a dudas que la dola-

    VIENTOSUR Nmero 102/Marzo 2009 75

    7/ Noguera (2004).8/ Una detallada revisin de las reformas monetarias y financieras puede encontrarse en Garca Molina (2005).9/ Carranza (1995).

  • 7/26/2019 Cuba, 50 Aos de Economa Al Servicio Del Pueblo

    6/10

    rizacin siempre fue concebida en Cuba como un fenmeno transitorio /10.Un breve balance de los efectos de estas reformas ha de tener en cuenta que los

    logros que se alcanzaron no estuvieron exentos de sombras.

    En cualquier caso, la dolarizacin tuvo aspectos positivos innegables: estimulla recuperacin productiva, desarroll una nueva fuente de ingresos (las remesas)que slo fue superada por los ingresos procedentes del turismo y facilit el sumi-nistro de bienes y servicios a la poblacin a bajos precios en moneda nacional,consiguiendo, con ello, mantener los niveles de consumo de la poblacin y pre-servando las conquistas sociales /11.

    Sin embargo, en contra de la misma debe destacarse que provoc un aumentoen los precios como consecuencia de que se generalizaron los vigentes en losmercados informales con el consiguiente deterioro de la capacidad adquisitiva delos salarios en moneda nacional.

    Igualmente, hay que sealar que la dualidad monetaria introdujo importantesdesigualdades sociales que, hasta entonces, haban estado ausentes en la econo-ma cubana.

    Y, por ltimo, la confluencia de los dos factores anteriores produjo un debilita-miento del salario en moneda nacional como principal factor de estmulo a la pro-duccin. En consecuencia, la remuneracin y, por consiguiente, las posibilidades deconsumo dejaron de depender del empleo y/o la formacin para pasar a dependerde la capacidad de acceso a las divisas en los sectores en los que stas circulaban.

    En conclusin, la crisis provocada por la cada del bloque sovitico afect

    de forma dramtica a la economa cubana. sta, por una mera cuestin desupervivencia, tuvo que cambiar su morfologa, hasta entonces ntidamentecaracterizada por la propiedad social de los medios de produccin, la planifi-cacin centralizada y altos niveles de igualdad social, para adoptar una morfo-loga con unos perfiles menos definidos y en la que el rasgo predominante alproducirse la entrada en el nuevo siglo ser el de la pervivencia de su estruc-tura dual.

    3. Nuevo siglo; nuevos rumbos

    Para cuando se produce el cambio de milenio, el gobierno cubano ya haba con-cluido las principales reformas estructurales destinadas a la recuperacin de laactividad econmica y la economa creca a un ritmo sostenido.

    La prioridad pas a ser, entonces, la reversin de algunas de las medidas que,habiendo sido adoptadas de forma indeseada y por la fuerza de las circunstancias,contravenan los principios ms elementales sobre los que se haba sustentado elproceso revolucionario y lo erosionaban por la va de sus efectos perversos sobrela igualdad social y econmica preexistentes.

    76 VIENTOSUR Nmero 102/Marzo 2009

    10/ se era el caso de la creacin del peso convertible, cuyo objetivo era reforzar el papel de la poltica monetaria ypermitir que las autoridades monetarias tuvieran un mayor control del efectivo en circulacin. Marquetti (2007, p. 8).11/ Garca Molina (2005).

  • 7/26/2019 Cuba, 50 Aos de Economa Al Servicio Del Pueblo

    7/10

    Evidentemente, la ms perturbadora de esas medidas haba sido la dolarizacinde la economa, entre otras cosas por que sta haba acentuado la dependencia dela economa cubana de los ingresos por divisas (tanto por remesas como por turis-

    mo), incrementando su sensibilidad a cualquier tipo de perturbacin econmicainternacional.Pero, adems, el problema era singularmente grave porque, ante la dificultad

    para proveerse de los insumos necesarios, el gobierno tambin haba tenido queoptar por insertar los sectores de atencin social en la lgica dual que dominabala economa. La consecuencia fue la aparicin de contradicciones en el seno deesos sectores y el deterioro en la universalidad y gratuidad en la prestacin dealgunos servicios sociales /12.

    Y a todo ello hay que unir, finalmente, el incremento de las diferencias en ladistribucin de la renta y el surgimiento de desigualdades sociales que hastaentonces se haban mantenido controladas /13.

    Sintticamente, los problemas sociales que la dolarizacin agudiz fueron elempobrecimiento de amplios sectores de la fuerza laboral; el surgimiento de ingre-sos y niveles de vida no asociados al trabajo; la exclusin de importantes segmen-tos de la poblacin del consumo de ciertos productos que slo eran accesibles enlos mercados en donde el medio de pago eran las monedas convertibles; la con-centracin y polarizacin de los ingresos; la superioridad de los ingresos mediosde los trabajadores independientes con respecto a los asalariados estatales; la pr-

    dida de peso del salario en la capacidad financiera de las familias; y, finalmente,el debilitamiento cualitativo y cuantitativo de los servicios sociales /14.

    La reaccin del gobierno cubano fue el reconocimiento de la existencia de estasdesigualdades y, desde finales de los noventa, la opcin por un cambio significa-tivo en el diseo y la gestin de las polticas sociales.

    Se pasa, as, de un modelo de atencin y asignacin muy poco diferenciado auno mucho ms personalizado, en donde el Estado trata de recuperar una actua-cin ms proactiva en las polticas sociales buscando restaurar y modernizar losespacios de generacin de igualdad que haba conocido el proceso revoluciona-

    rio y que, en esos momentos, se encontraban en franco deterioro. Y, para ello, searticulan una serie de nuevos programas en los mbitos de la educacin, la salud,la seguridad y asistencia social, el empleo y el deporte /15.

    Por otra parte, la otra gran cuestin a la que el gobierno deba enfrentarse era ala que haba contribuido a generar estas expresiones de desigualdad en la econo-ma y sociedad cubana: la dolarizacin.

    VIENTOSUR Nmero 102/Marzo 2009 77

    12/ En Xalma (2007, captuo III) se analiza, en concreto, el caso de la sanidad.13/ El coeficiente de Gini a finales de los noventa era de 0,38 mientras que a mediados de los ochenta, antes de la cri-

    sis, era de 0,24; sntoma inequvoco del proceso de concentracin de los ingresos que se produce en ese periodo.14/ Espina (2004).15/ Garca y Anaya (2007).

  • 7/26/2019 Cuba, 50 Aos de Economa Al Servicio Del Pueblo

    8/10

    En esta materia, puede afirmarse que la experiencia cubana de desdolarizacinno slo fue exitosa sino sorprendente dado el carcter irreversible que ese proce-so suele adoptar all donde se ha aplicado.

    En efecto, en 2004 el gobierno decidi acometer nuevas reformas que recom-pusieran el estado de cosas que se haba generado tras los cambios introducidosdurante la dcada de los noventa. Se trataba de recuperar un mayor grado de sin-tona entre las dinmicas econmicas y sociales imperantes y los principios ori-ginarios sobre los que se sustenta la Revolucin.

    A tal efecto, en octubre de 2004 el Banco Central de Cuba anunci la sustitucindel dlar estadounidense por el peso convertible para todas las transacciones comer-ciales internas e, igualmente, el establecimiento de un gravamen del 10% en todatransaccin de compra de pesos (convertibles o no) con dlares /16. Y, posteriormen-te, en marzo de 2005 se procedi a revalorizar tanto el peso cubano con respecto alpeso convertible como el peso convertible con respecto a las divisas extranjeras.

    Ello supona, de facto, la retirada del dlar de la circulacin monetaria internay la recuperacin de la soberana monetaria para Cuba /17.

    Las medidas monetarias estuvieron acompaadas de otras medidas econmicasque buscaban recuperar los mecanismos centralizados de toma de decisiones, fre-nar la expansin de la propiedad privada y mejorar las rentas de los sectores msdesfavorecidos de la poblacin. A tal efecto, se aument el importe de las pensio-nes, se duplic el salario mnimo y se aument el salario de los trabajadores delos sectores de educacin y salud /18.

    Finalmente, y como elemento adicional para evaluar el desempeo econmico deCuba en este siglo, no puede dejar de considerarse que estos procesos se produ-cen en el marco de una reconfiguracin de su posicin en el escenario internacio-nal a pesar del bloqueo estadounidense.

    Este proceso, que coincide con la conformacin de un escenario internacionalmarcado por la multipolaridad, ha facilitado la celebracin de nuevas alianzasestratgicas de Cuba con otros pases. Unas alianzas que son, a su vez, el produc-to de la confluencia de dos circunstancias relevantes.

    Por un lado, del giro a la izquierda que se ha producido en algunos pases deAmrica Latina (Venezuela, Bolivia o Ecuador) desde principios de siglo yque no han dudado en tender lazos con Cuba sobre la base de unos valorescompartidos que giran en torno a la solidaridad, la justicia social y el antimpe-rialismo.

    Estos vnculos han ido ms all de las meras declaraciones y se ha plasmadoen acuerdos de colaboracin concretos aglutinados, en su mayor parte, bajo

    78 VIENTOSUR Nmero 102/Marzo 2009

    16/ Previamente, en julio de 2003, el Banco Central de Cuba haba establecido que las transacciones comercialesentre las empresas cubanas que operaban en divisas deban realizarse mediante pesos cubanos convertibles en lugar

    de dlares.17/ Un buen anlisis del proceso de desdolarizacin puede encontrarse en Marquetti (2007).18/ Para la exposicin de esas medidas y sus efectos puede verse Triana (2006).

  • 7/26/2019 Cuba, 50 Aos de Economa Al Servicio Del Pueblo

    9/10

    la Alternativa Bolivariana para Amrica Latina y el Caribe (ALBA)/19.En el marco del ALBA, Venezuela y Cuba han establecido una alianza estrat-

    gica que sita el desarrollo de los servicios pblicos sociales venezolanos, por un

    lado, y el abastecimiento energtico cubano, por otro, en el centro de su agendacomercial bilateral. Esto ha permitido entre otras cosas que, gracias a la coopera-cin cubana, Venezuela haya podido viabilizar y obtener resultados espectacula-res en algunas de sus polticas sociales de emergencia para la atencin de las cla-ses ms desfavorecidas: las denominadas Misiones /20.

    A cambio de esa colaboracin, Venezuela ofrece a Cuba un trato preferencialen materia de suministro energtico en unas condiciones financieras privilegiadasque aqul pas luego hizo extensivas a los estados que integran PetroCaribe.

    Y, por otro lado, esas nuevas alianzas tambin responden a las propias necesi-dades de la economa cubana en trminos comerciales (ampliando sus relacionescon Venezuela y China) y de inversin (Canad) /21.

    En definitiva, tanto las reformas internas como las nuevas alianzas estratgicasexternas han permitido la recuperacin definitiva de la economa cubana y la con-clusin del perodo especial, tal y como declar el ministro de Economa yFinanzas cubano a finales de 2006.

    Se tardaron diecisis aos en recuperar los niveles de produccin de 1989, perose consigui.

    En este sentido, y a modo de conclusin final podemos afirmar que si algo ha

    podido constatarse de este repaso a la evolucin de la economa cubana duranteel proceso revolucionario son dos cosas.

    Por un lado, la indudable vocacin de sus autoridades de poner la economa alservicio de las necesidades bsicas de su poblacin y no al contrario.

    Y, por otro, la dificultad para elaborar cualquier pronstico sobre su evolucinfutura porque, si algo hemos de aprender de Cuba, es su innegable capacidad parareinventarse permanentemente a s misma sin perder, por ello, la lealtad a susprincipios.

    Bibliografa Carranza Valds, J. y Monreal, P. (2000) Los retos actuales del desarrollo en Cuba. Problemas delDesarrollo, 122, julio.

    Carranza Valds, J. (1995) La economa cubana. Crisis e insercin regional.Nueva Sociedad, 135,enero-febrero.

    CEPAL (1997)La economa cubana. Reformas estructurales y desempeo en los noventa. Mxico:CEPAL-Fondo de Cultura Econmica.

    VIENTOSUR Nmero 102/Marzo 2009 79

    19/ Montero (2007).20/ Una exposicin de la contribucin cubana al desarrollo social en el resto del continente en Garca y Anaya (2007).21/ Una magnfica sntesis de las alianzas estratgicas de Cuba con el resto del mundo en Xalma (2007, captulo IV).

    Alberto Montero Soler es profesor de Economa Aplicada de la Universidad de Mlaga y miem-bro de la Fundacin CEPS.

  • 7/26/2019 Cuba, 50 Aos de Economa Al Servicio Del Pueblo

    10/10

    Para Roberto Acosta, ingeniero cubano, y Jos Lungarzo, metalrgico argentino.Para Ezequiel Martnez Estrada, escritor argentino.

    Todos ellos en Cuba en octubre. En memoria.

    PresentacinHace cuarenta aos /1, a fines de octubre de 1962, el mundo estuvo al borde dela guerra nuclear. La Unin Sovitica haba instalado cohetes estratgicos en

    Cuba desde junio de 1962. Estados Unidos confirm su presencia el 16 de octu-bre. El 22 de octubre, el presidente John F. Kennedy lanz un ultimtum: reti-

    Espina, M. (2004) Efectos sociales del reajuste econmico: igualdad, desigualdad y proceso de comple-jizacin en la sociedad cubana. En M. Everleny,Reflexiones sobre economa cubana. La Habana:Editorial Ciencias Sociales.

    Garca lvarez, A. y Anaya Cruz, B. (2007) Poltica social en Cuba, nuevo enfoque y programas

    recientes. Cuba Siglo XXI, LXXVI, mayo. Garca Molina, J.M. (2005)La reforma monetaria en Cuba. Serie Estudios y Perspectivas. Mxico: CEPAL. Hoffman, B. (2004) Emigration and Regime Stability: Explaining the Persistence of Cuban Socialism.

    Ponencia presentada al Latin American Studies Association (LASA) Congress. Las Vegas. Marquetti Nodarse, H. (2007) Cuba: proceso de desdolarizacin de la economa. Impactos y perspecti-

    vas. Cuba Siglo XXI, LXXIII, enero. Montero Soler, A. (2007) ALBA: Avances y tensiones en el proceso de integracin popular bolivariano.gora, Revista de Ciencias Sociales, 15, vol. II.

    Noguera, A. (2004) Estructura social e igualdad en la Cuba actual: la reforma de los noventa y los cam-bios en la estructura de clases cubana.Revista Europea de Estudios Latinoamericanos y del Caribe, vol.76, abril.

    Triana Cordov, J. (2006) La economa cubana en el 2005: crecimiento, reajuste funcional y consolidacindel cambio estructural. Cuba Siglo XXI, LXXII, diciembre. Virgili Bonet, T. y Xalma Mellado, C. (2004) Dolarizacin y coste social. El caso de Cuba.AnlisisEconmico, vol XIX, 041, pp. 315-340. Universidad Autnoma Metropolitana, Mxico.

    Xalma Mellado, C. (2007) Cuba: Hacia dnde? Transformacin poltica, econmica y social en losnoventa. Escenarios de futuro. Barcelona: Icaria.

    Zaldvar Diguez, A. (2004)Bloqueo. El asedio econmico ms prolongado de la historia. La Habana:Editorial Capitn San Luis.

    80 VIENTOSUR Nmero 102/Marzo 2009

    A la luz del relmpago:Cuba en Octubre

    7. Cuba 1959-2009. Solidaridad con los ojos abiertos

    Adolfo Gilly