Cuento Del Campesino

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CUENTO DEL CAMPESINO “Sé un artífice en el hablar para que seas fuerte, porque la lengua es una espada para el hombre y la palabra es más valerosa que todos los combatientes”. Este consejo aparece en un papiro de hace 4.000 años, cuando Egipto pasaba por una de las peores crisis de su historia. El poder político estaba casi disuelto, dividido entre dos polos opuestos y la amenaza de una invasión extranjera estaba a la puerta. Sólo quedaban como recurso las propias habilidades. De esa misma época es este relato conocido como el “Cuento del campesino”. Un hombre vivía y trabajaba la tierra en Wadi-en-Natrum, un oasis ubicado entre el Cairo y Alejandría. Necesitó viajar a la ciudad para aprivisionarse de utensilios de labranza, alimentos y pertrechos. Su mujer y sus hijos lo ayudaron a cargar el asno con cañas, juncos, sal, maderas, pieles de pantera y de lobo para canjearlos por las mercancías que debía adquirir. Inició su camino que pronto se volvió desértico. Al tiempo llegó a una región bañada por canales de riego y sembrada de cebada, cuyo propietario era un hombre rico y sin escrúpulos. Éste, al verlo pasar, más por diversión que por codicia, decidió quedarse con su asno. Como la senda estaba bordeada por un lado con el agua y por otro con el plantío, colocó sobre ella una valiosa pieza de seda. El campesino detuvo su marcha. El dueño de la tierra le dijo: -Si pisas esta tela deberás pagármela y si pisas mi cebada, lo mismo. Mientras discutían, el asno se soltó y empezó a comer del sembrado. Entonces el propietario mandó a sus peones para que le confiscaran el asno con su carga y a él lo miolieran a palos. Pero el campesino decidió pelear por sus pertenencias y se dirigió a una ciudad cercana. Allí fue a ver a un funcionario que tenía fama de ocuparse de los asuntos de los pobres. Cuando éste oyó su exposición se quedó asombrado de su elocuencia y sensatez. No le contestó en el momento pero anotó todo lo que le había dicho y le llevó el

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CUENTO DEL CAMPESINOS un artfice en el hablar para que seas fuerte, porque la lengua es una espada para el hombre y la palabra es ms valerosa que todos los combatientes.Este consejo aparece en un papiro de hace 4.000 aos, cuando Egipto pasaba por una de las peores crisis de su historia. El poder poltico estaba casi disuelto, dividido entre dos polos opuestos y la amenaza de una invasin extranjera estaba a la puerta. Slo quedaban como recurso las propias habilidades.

De esa misma poca es este relato conocido como el Cuento del campesino.

Un hombre viva y trabajaba la tierra en Wadi-en-Natrum, un oasis ubicado entre el Cairo y Alejandra. Necesit viajar a la ciudad para aprivisionarse de utensilios de labranza, alimentos y pertrechos. Su mujer y sus hijos lo ayudaron a cargar el asno con caas, juncos, sal, maderas, pieles de pantera y de lobo para canjearlos por las mercancas que deba adquirir.

Inici su camino que pronto se volvi desrtico. Al tiempo lleg a una regin baada por canales de riego y sembrada de cebada, cuyo propietario era un hombre rico y sin escrpulos. ste, al verlo pasar, ms por diversin que por codicia, decidi quedarse con su asno. Como la senda estaba bordeada por un lado con el agua y por otro con el planto, coloc sobre ella una valiosa pieza de seda. El campesino detuvo su marcha. El dueo de la tierra le dijo:-Si pisas esta tela debers pagrmela y si pisas mi cebada, lo mismo.

Mientras discutan, el asno se solt y empez a comer del sembrado. Entonces el propietario mand a sus peones para que le confiscaran el asno con su carga y a l lo miolieran a palos.

Pero el campesino decidi pelear por sus pertenencias y se dirigi a una ciudad cercana. All fue a ver a un funcionario que tena fama de ocuparse de los asuntos de los pobres. Cuando ste oy su exposicin se qued asombrado de su elocuencia y sensatez. No le contest en el momento pero anot todo lo que le haba dicho y le llev el caso al faran. El monarca, aislado por la situacin poltica y sin contacto con la vida diaria, se aburra mortalmente. La historia del campesino, el modo de exponer sus argumentos, su chispa y su realismo le cayeron bien. Pidi al funcionario que no le hiciera justicia enseguida sino que siguiera entrevistndolo para ver cmo continuaba su defensa. Orden que llevaran diariamente a su mujer y a sus hijos todo lo que necesitaban pero sin informrselo a l. As el discurso del hombre iba tomando da a da un crescendo cada vez mayor y se constituy en una fuente de informacin valiossima acerca de la vida popular que el rey desconoca. Por otro lado su diatriba se haca ms aguda e ingeniosa. La ltima parte del cuento no fue encontrada pero se sabe que finalmente el rey le hizo justicia y lo premi por su habilidad y valenta.

El papiro en que est escrito fue descubierto en 1863 y se encuentra actualmente en el Museo Britnico.

Es interesante constatar en el relato que el verdadero poder no estuvo en la violencia ni en la riqueza sino en un tesoro ms precioso que es el don de la palabra.

Tan poderosa es que 4.000 aos despus la seguimos leyendo.