Carlita era una nia realmente tierna, como lo son todos los nios a su edad. Pero tena un pequeo defecto: Detestaba la hora del bao. Para ella era el peor castigo que le podan dar. Todo lo dems lo reciba sin quejarse, pero bastaba con que se mencionara la baera, para que cambiara totalmente. La mam haba tratando de muchas maneras de quitarle esa mala costumbre. Le deca que era necesario para que est limpia, evita enfermedades, que era una prctica de buena higiene y que as las nias se vean ms sanas y lindas. Al final, con el dolor de su corazn, la introduca a la fuerza a la tina y cuando le tocaba el turno a su cabeza, Carlita gritaba pidiendo que no se la moje, y lo mismo con todas las partes del cuerpo. Un da, la mam de Carlita compro dos patitos de juguete y los dej en la sala. Uno era blanco y el otro no se saba de qu color era, por lo sucio que estaba. Cuando Carlita pas con su mueca a la sala y vio los dos patitos, lo primero que hizo fue coger el blanco y llevrselo corriendo a su cuarto de juguetes. En el camino, su mam le pregunt: "Dime Carlita, por qu elegiste ese patito?" A lo que Carlita le respondi que el otro estaba muy sucio. "Lo vez hijita; lo que sucede es que ese se baa y el otro no. Lo mismo pasa con las personas; si no se baan ni demuestran limpieza, los dems las rechazan. Carlita se llev la mano a la boca y jugando con los labios dijo: "Ah! Entonces siempre me baar!". Y desde entonces fue una nia aseada, pues entendi que su mam quera lo mejor para ella.