Cuento Tradicional 1

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Paì Luchí Paí Luchí era dueño de un caballo brillante como su diente de oro, dueño también de sus días, de un perro que parecía de alambre y de un par de alpargatas bigotudas. Andaba de estancia en estancia, de campito en campito, de fogón en fogón. Cuando iba apareciendo por el fondo de alguna calle, la gente del pueblo corría a avisar al almacén de ramos generales porque seguro, seguro, que se armaba una contada de cuentos. Paí Luchí era cuentero y mentiroso como él solo. Contaba sobre lluvias que se le caían encima como mares al revés, de viajes al cielo y de briznas de pasto que parecían postes de telégrafo.Hasta los bigotes de sus alpargatas eran largos, que con ellos se podía alambrar un campo. Y cuidadito que no se le creyera. El contaba con ojitos picaros y la gente tenía que decir "¡Aja!", como si tal cosa. Y sobre todo, no interrumpir, señores, porque cuenteros lo que se dice cuenteros, hay muchos, pero tan gordo o tan flaco o tan cogotudo o tan orejón como... Así empezaba siempre y así empezamos nosotros a contar todas las cosas que se cuentan del Paí Luchí.

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cuento tradicional

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Pa Luch

Pa Luch era dueo de un caballo brillante como su diente de oro, dueo tambin de sus das, de un perro que pareca de alambre y de un par de alpargatas bigotudas.

Andaba de estancia en estancia, de campito en campito, de fogn en fogn. Cuando iba apareciendo por el fondo de alguna calle, la gente del pueblo corra a avisar al almacn de ramos generales porque seguro, seguro, que se armaba una contada de cuentos.

Pa Luch era cuentero y mentiroso como l solo. Contaba sobre lluvias que se le caan encima como mares al revs, de viajes al cielo y de briznas de pasto que parecan postes de telgrafo.Hasta los bigotes de sus alpargatas eran largos, que con ellos se poda alambrar un campo.

Y cuidadito que no se le creyera. El contaba con ojitos picaros y la gente tena que decir "Aja!", como si tal cosa. Y sobre todo, no interrumpir, seores, porque cuenteros lo que se dice cuenteros, hay muchos, pero tan gordo o tan flaco o tan cogotudo o tan orejn como...

As empezaba siempre y as empezamos nosotros a contar todas las cosas que se cuentan del Pa Luch.