Cuentos para dormir (sueños para niños)

107

description

Luis Rafael Hernández. Ilustrado por Jhonn Aranguren y David Dávila. Cuentos para niños. Literatura infantil.

Transcript of Cuentos para dormir (sueños para niños)

Page 1: Cuentos para dormir (sueños para niños)
Page 2: Cuentos para dormir (sueños para niños)
Page 3: Cuentos para dormir (sueños para niños)

1.a Edición digital, 2016

© Luis Rafael Hernández© Fundación Editorial El perro y la ranaCentro Simón Bolívar,Torre Norte, piso 21, El Silencio,Caracas - Venezuela, 1010.Teléfonos: (58-0212) 768.8300 - 768.8399

Correos electró[email protected]@gmail.com

Páginas webwww. elperroylarana.gob.vewww. mincultura.gob.ve

Redes socialesFacebook: Editorial perro ranaTwitter: @perroyranalibro

Diseño de colecciónMónica Piscitelli

lustraciones©Jhon Aranguren / ©David Dávila

Edición: Yanuva LeónCorrección: Eva MolinaDiagramación: Jairo Noriega

Hecho el Depósito de LeyDepósito legalISBN 978-980-14-3255-5

Cuentos para dormir(sueños para niños)

Luis Rafael HernándezIlustrado por Jhonn Aranguren y David Dávila

Page 4: Cuentos para dormir (sueños para niños)

colección caminos del sur Hay un universo maravilloso donde reinan el imaginario, la luz, el brillo de la sorpresa

y la sonrisa espléndida. Todos venimos de ese territorio. En él la leche es tinta encantada que nos pinta bigotes como nubes líquidas; allí estuvimos seguros de que la luna es el planeta

de ratones que juegan a comer montañas, descubrimos que una mancha en el mantel de pronto se convertía en caballo y que esconder los vegetales de las comidas raras

de mamá, detrás de cualquier escaparate, era la batalla más riesgosa. Esta colección mira en los ojos de niños y niñas el brinco de la palabra, atrapa la imagen del sueño para hacer de ella caramelos y nos invita a viajar livianos de carga en busca

de caminos que avanzan hacia realidades posibles.El gallo pelón es la serie que recoge tinta de autoras y autores venezolanos;

el lugar en el que se escuchan voces trovadoras que relatan leyendas de espantos y aparecidos de nuestras tierras, la mitología de nuestros pueblos indígenas

y todo canto inagotable de imágenes y ritmos. Los siete mares es la serie que trae colores de todas las aguas; viene a nutrir la imaginación de nuestros niños y niñas con obras que han marcado la infancia

de muchas generaciones en los cinco continentes.

Page 5: Cuentos para dormir (sueños para niños)

A mis hijos Luis Onelio, Alejandro Luis y Rafael Felipe,

que inspiraron estos cuentos.

Page 6: Cuentos para dormir (sueños para niños)

9

La rana y los dos mosquitos

Una rana salió de su piedra y se puso a cantar:

—Crua crua.

Un mosquito pasó cerca de ella zumbando:

—Zumz zumz.

La rana estiró el cuello y…

—¡Up! —se lo tragó.

Page 7: Cuentos para dormir (sueños para niños)

El mosquito, que era muy distraído, siguió su vuelo

como si nada.

—Zumz zumz —zumbaba viajando por el estómago

oscuro.

—Crua zumz crua zumz —dijo la rana, y se percató

de que el mosquito no la dejaría cantar a gusto.

“¿Cómo me libro de él?”, pensó.

Y tuvo una idea brillante...

—Crua zumz crua zumz —decía saltando hasta el

charco más próximo.

Acercándose al agua, la rana abrió su gran boca y…

—Glu glu glu glu glu glu —no paró hasta secar el charco.

Page 8: Cuentos para dormir (sueños para niños)

—Glu zumz glu zumz —zumbaba el mosquito a punto

de ahogarse dentro de la barriga de la rana.

Pero tuvo una idea brillante...

—Glu zumz, ¡pic!

Clavó su aguijón en el estómago inundado.

—¡Ay, crua!

Tanto tanto dolió su picada, que la rana orinó toda el

agua...

—Zumz zumz —zumbó el mosquito su victoria,

volando cómodamente dentro de la barriga de la rana.

Pero ella estaba furiosa, así que:

—¡Up! —se tragó a una mosquita que por allí pasaba.

Page 9: Cuentos para dormir (sueños para niños)

—Zimz zimz —zumbó la mosquita dentro del

estómago de la rana.

—Zumz zumz —respondió el mosquito, alegrándose

de tener compañía.

—Crua crua zimz zum —protestó la rana— ¡Es el

colmo! Ni cantar como debo me dejan estos mosquitos

majaderos.

Y comenzó a saltar para que los mosquitos se callaran.

Pero la mosquita tuvo una idea brillante...

—Zimz zimz —susurró al oído de su amigo el mosquito.

—¡Zumz zumz! —aprobó él, entusiasmado con el plan

de su compañera.

Page 10: Cuentos para dormir (sueños para niños)

Cuando la rana estaba más concentrada de su salto,

imaginando que era una gran acróbata...

—¡Pic!

—¡Pic!

Al mismo tiempo la picaron los dos mosquitos.

—¡¡Ay, crua!!

Tanto tanto dolió la doble picada que una corriente

gaseosa, apestosa y sonora, escapó del estómago de la

rana... Y con ella los dos mosquitos.

—Zumz zumz. ¡Al fin libres! —dijo el mosquito.

—Zimz zimz —zumbó alegremente la mosquita.

Y se fueron volando juntos como novios.

—Crua crua. ¡Nunca más me como un mosquito! —

dijo la rana y siguió su camino, saltando y croando de lo

más feliz.

Page 11: Cuentos para dormir (sueños para niños)

19

Un pollitoUn huevo salió rodando de su nido y rodó y rodó hasta

toparse con un gato que estaba durmiendo.

La punta del huevo se rompió y del cascarón roto

brotaron un piquito, dos ojos brillantes, una cabeza

amarilla, dos alitas de plumón fino y las patas de un pollito.

—Miau —dijo el gato.

—Miau —respondió el pollito

El gato dio un salto de asombro.

—No, no, tú no eres un gato —le dijo—. ¡Vete de aquí!

Page 12: Cuentos para dormir (sueños para niños)

El pollito se fue, camina que camina, hasta que

encontró a un perro.

—Jau —dijo el perro.

—Jau —respondió el pollito.

El perro dio un salto de asombro.

—No, no, tú no eres un perro —le dijo—. ¡Vete de aquí!

El pollito se fue, camina que camina, hasta que

encontró a un chivo.

—Bee —dijo el chivo.

—Bee —respondió el pollito.

El chivo dio un salto de asombro.

—No, no, tú no eres un chivo —le dijo—. ¡Vete de aquí!

Page 13: Cuentos para dormir (sueños para niños)

El pollito se fue, camina que camina, hasta que

encontró a una vaca.

—Muu —dijo la vaca.

—Muu —respondió el pollito.

La vaca dio un salto de asombro.

—No, no, tú no eres una vaca —le dijo—. ¡Vete de aquí!

El pollito se fue, camina que camina, hasta que

encontró a una pata con sus paticos.

—Cuac —dijo la pata.

—Cuac —respondió el pollito.

La pata dio un salto de asombro.

—No, no, tú no eres un pato —le dijo—. ¡Vete de aquí!

Page 14: Cuentos para dormir (sueños para niños)

Pero el pollito le contestó:

—¡Yo sí soy un pato porque tengo piquito y alitas y

paticas igual que ustedes!

La pata no supo qué responder y continuó su camino

con sus hijos. Detrás, camina que camina, los siguió el

pollito.

La pata y sus paticos comieron lombrices entre las

piedras.

Y también el pollito.

La pata y sus paticos tomaron el sol entre las yerbas.

Y también el pollito.

La pata y sus paticos se metieron en el estanque.

Y también el pollito.

...Pero él no podía nadar:

—Glu glu glu glu... ¡Socorro! Glu glu glu glu... ¡Me

ahogo! —gritó el pollito.

La pata y sus paticos lo sacaron del agua, mojado y

alicaído.

Page 15: Cuentos para dormir (sueños para niños)

Enseguida pasó por allí una gallina con sus pollitos.

—Cocococó —dijo la gallina.

—Cocococó —respondió el pollito.

La gallina dio un salto de asombro.

—No, no, tú no eres una gallina —le dijo—. ¡Tú eres

un pollito!

—Pío, pío —decían sus hermanitos.

El gato maulló.

El perro ladró.

El chivo berreó.

La vaca mugió.

La pata y los paticos graznaron.

Page 16: Cuentos para dormir (sueños para niños)

Era tal la algarabía que el gallo, subiéndose a la cerca

del corral, impuso silencio:

—¡Kikirikí! ¡Kikirikí! —cantó estirando el cuello como

una melodiosa flauta.

—Ya ves —advirtió la gallina—, así de fuerte cantarás

cuando crezcas.

Entonces el pollito se alegró de ser quien era, porque

de pequeño haría “pío, pío” como sus hermanitos y

cuando fuera un gallo de coronada cresta, deslumbraría a

todos con su hermoso “kikirikí”.

Page 17: Cuentos para dormir (sueños para niños)

31

La Gallina PiconaÉrase una gallina grifa, de plumas erizadas,

malacara, malcriada, malgeniosa y malhumorada. No

tenía amigos porque a todos desagradaba. No se reía

porque siempre estaba brava.

Las demás aves del corral evitaban su presencia

no fuera a ser que salieran con un picotazo como los

pollones y los pollitos, a quienes la malvada no perdía

oportunidad para castigar por el más mínimo motivo con

su afilado pico.

Page 18: Cuentos para dormir (sueños para niños)

Una tarde persiguió por todo el gallinero a un pollito

que se había tropezado con ella sin querer y no descansó

hasta capturarlo y propinarle un par de picotazos.

—¡Gallina Picona! —exclamó el pobrecito y se fue

llorando a refugiar entre las plumas de su mamá.

Desde entonces en el corral la llamaban “Gallina

Picona”, a sus espaldas, claro está, porque nadie quería

buscarse una bronca. ¡Hasta el gallo hace tiempo se hacía

el de la vista gorda para no tener que fajarse con ella!

—¡Gallina Picona!

—¡Gallina Picoooona!

Gritaban las pollonas y los pollitos, escondidos tras

las raíces de los árboles o entre las piedras, en venganza

por los tantísimos sustos que les había propinado. Pero

a la Picona parecía no importarle lo que pensaran sobre

ella y se pavoneaba con sus plumas erizadas y su afilado

Page 19: Cuentos para dormir (sueños para niños)

pico pintiparado y bien preparado para agredir a quien

osara aproximársele.

Un polloncito a quien apenas se le anunciaba la

cresta, andaba tras un gusano que se había desgajado

de la mata de limones y tuvo la mala suerte de pisar una

pata a la Gallina Picona.

—¡Ahora vas a ver! —cacareó engrifando su plumaje

y la emprendió contra el joven pollo, que terminó huyendo.

El gusanito no conocía a la Picona, por eso le dijo:

—¡Gracias por defenderme!

Page 20: Cuentos para dormir (sueños para niños)

—¿Por qué? ¿Pretendes hacerme pasar por guanaja

para que no te coma? ¡Ahora vas a ver!

En cambio, el gusanito corrió a subirse por el tronco de

la mata de limones y la Picona no pudo alcanzarlo. Desde

su refugio en lo alto de una rama, el gusanito le dijo:

—¡Eres una maleducada! —y enseguida agregó para

enfurecerla—: Jamás me dejaría comer por ti, gallina

grifa, plumierizada, malacara, malcriada, malgeniosa y

malhumorada.

—¡Ahora vas a veeeeer! —gritó la Picona pegando un

salto, pero no logró atraparlo.

Entonces escuchó mil risas y comentarios a su espalda:

Page 21: Cuentos para dormir (sueños para niños)

—¡Ja, ja, un gusanito se burló de la Picona!

—¡La Gallina Picona que dice poder más que el gallo

no logró cazar un simple gusanito!

No, qué va, ella no podía perder su prestigio de mala-mala

por culpa de un chiquitín tan chiquilín como el gusanito...

—¡Aquí me quedaré de guardia hasta que bajes y te

comeré! —exclamó para que la escucharan y enseguida

volvieron a hacer silencio.

¿Cuánto demoraría el gusanito en caer del árbol

directo en su pico? ¿Cómo un ser tan insignificante se

atrevía a desafiar a la terrible gallina?

Incluso el gallo estaba interesado en el desenlace del

desafío...

Page 22: Cuentos para dormir (sueños para niños)

La Picona demostró que era de armas tomar, porque

no se movió de su sitio ni siquiera cuando echaron el maíz

en el gallinero. Tampoco pegó un ojo esa noche. Si se

dormía o acudía al comedero, corría el riesgo de que el

gusanito escapara. ¡Ella no se dejaría derrotar y menos

engañar por un bicho tan pero tan contestón!

Entretanto, era grande el alborozo de las aves de

corral porque al fin podían pasearse por el gallinero

en paz. Los pollitos estaban contentísimos de comer

sin el peligro de recibir un golpe por cualquier motivo.

Hasta el gallo cantaba más fuerte sabiendo a la Picona

buscapleitos inmóvil bajo el árbol, vigilando a su presa.

Page 23: Cuentos para dormir (sueños para niños)

El gusanito había construido una casa con hojas del

limonero y llevaba días sin dejarse ver. Pero la gallina

continuaba vigilante, segura de que se trataría de una

treta para engañarla. “¡Pobre gusanillo, piensa que

escondiéndose hará que me olvide de él! De aquí no me

muevo hasta comérmelo enterito. Voy a cacarear para que

acudan todos y me vean devorarlo de un solo bocado.”

Sin embargo, pasaron los días y la Picona fue

debilitándose por estar tanto tiempo sin dormir y sin

comer. Debajo de su plumaje grifo sentía que disminuían

las carnes y hasta que sus huesos se iban consumiendo

lentamente. Pero no era de las que se rinden y soportó

Page 24: Cuentos para dormir (sueños para niños)

impávida hasta el mañana en que la casa de hojas se fue

abriendo...

Creció la expectación en el gallinero. Nadie quería

perderse el desenlace del duelo entre la gallina y el

gusanito. ¡Había llegado el gran día y la Picona sonrió

pensando en su victoria!

Por fin, al suelo cayó la marchita casa de hojas y

unas alas llenas de color se agitaron entorno del delgado

cuerpo del gusanito. ¡Qué gran sorpresa! ¡Se había

transformado en mariposa para escapar por los aires!

En cambio, la Picona no estaba dispuesta a perder.

¡Sí, lo alcanzaría, se lo comería con alas y todo!

Page 25: Cuentos para dormir (sueños para niños)

Reuniendo las fuerzas que le daba su orgullo, pegó

un salto enorme, grandísimo, sobrenatural, con el pico

abierto para tragarse al fugitivo... Pero el aire la infló

como a un globo y fue suficiente la brisa salida del aleteo

de la mariposa para impulsarla de nuevo hacia la tierra.

¡Poom!, explotó al caer sobre las piedras. En medio

de una lluvia de plumas erizadas, las aves del corral

vieron al gusanito convertido en mariposa alejándose por

los caminos del aire, lleno de luz y color, y victorioso.

Page 26: Cuentos para dormir (sueños para niños)

49

El pajarito solitarioEn torno de una fuente de cristalinas aguas, crecía

un jardín rebosante de rosales, margaritas, jazmines y

amapolas. Allí vivía un pajarito muy pequeño, de alas

zumbates y largo y puntiagudo pico. Habría permanecido

siempre alimentándose del suave néctar de las flores,

embrujado por el aroma de las plantas, pero cada vez se

entristecía más porque entre tantas maravillas como lo

rodeaban, no encontraba nada igual o siquiera

semejante a él.

Page 27: Cuentos para dormir (sueños para niños)

Un día intentó tocar su propio reflejo y casi se ahoga

dentro de la fuente. Con las plumas enchumbadas de

agua y el corazón angustiado por la soledad, tomó la

determinación de abandonar su paraíso en busca de

compañía.

Volando y volando, poco a poco se alejó del jardín y

llegó hasta una arboleda donde retozaban los gorriones.

Emocionado por su descubrimiento, dijo:

—¡Al fin encuentro alguien como yo! Soy como ustedes.

Los gorriones hicieron silencio y lo observaron un

instante.

—¡No, qué vas a ser como nosotros!

Page 28: Cuentos para dormir (sueños para niños)

—Quizás no exactamente como ustedes, pero sí

semejante...

—¡Qué va! Eres tan pequeño y tienes unas alas tan

frágiles que más bien pareces una mariposa! Sí, eso

debes ser. Anda, no te desanimes, cerca de aquí existe un

lugar donde podrás encontrarlas.

Guiado por los gorriones, el pajarito llegó a un jardín

donde había tantas mariposas como flores.

Asombrado ante aquella belleza movediza y colorida,

apenas susurró:

—Dicen los gorriones que soy una mariposa...

—¿Cómo? ¡Qué ocurrencia!

Page 29: Cuentos para dormir (sueños para niños)

—Si no igual, por lo menos debo ser semejante a

ustedes —afirmó sin desanimarse.

—¿Cuándo se ha visto una mariposa tan grande,

con plumas y pico? Tú debes ser un águila. Anda, no te

desanimes, vuela hasta las nubes. Allá en lo alto, donde

jamás podría llegar una de nosotras encontrarás a

quienes son como tú.

Haciendo un tremendo esfuerzo, el pajarito agitó sus

alas y no se dejó vencer por la fuerza del viento ni se

amilanó ante el mareo. En lo alto del cielo se topó con un

águila de grandes alas y pico amenazante.

—Dicen las mariposas que soy un águila.

—¡Ja, ja, ja, ja! —rio la enorme ave.

—¿Por lo menos somos semejantes?

Page 30: Cuentos para dormir (sueños para niños)

—Anda, aléjate si no quieres que te coma.

El pajarito huyó atemorizado y no se detuvo hasta

que se sitió fuera de peligro, oculto debajo de las ramas

de un naranjo en flor. Todavía tenía el corazón galopando

por el susto cuando vio aparecer un ave pequeña y

delicada, de pico largo y alas zumbantes, que le pareció

su propio reflejo.

—¿Será posible? ¡Eres igual que yo! ¿O seré yo igual

que tú? —exclamó confundido por la emoción.

—No somos iguales, sino parecidos...

—¿Parecidos? ¡Jamás vi alguien tan idéntico a mí

mismo! Eres como mi reflejo escapado de la fuente.

—Sí, ya sé que tenemos el mismo piquito largo, el

mismo plumaje suave, las mismas alas zumbantes. Pero

hay algo que nos diferencia.

—¿Qué nos diferencia?

—¡Que tú eres machito y yo hembra! —dijo riendo la

hermosa pajarita.

Page 31: Cuentos para dormir (sueños para niños)

¡Qué alegres estaban por haberse encontrado!

Porque también ella buscaba alguien igual o semejante.

Jugaron y jugaron hasta que se convirtieron en

buenos amigos. Después, acordaron hacerse novios y

construyeron un nido de paja en una rama del naranjo.

Como ya tenían casa, se casaron y la pajarita puso

dos pequeños huevos que cuidaron juntos hasta que se

rompieron.

¿Sabes qué tenían dentro? Pues nada menos que dos

pajaritos como ellos, claro que más chiquitines. Pronto

hubo tantos iguales, de largo pico y alas zumbantes, que

nunca más se sintieron solos.

Como agitan incansablemente sus alas haciendo

zun-zun zun-zun, el nombre que se le ha dado al pajarito

de este cuento es zunzún; y los zunzunes son una

especie de colibrí, una de las aves más pequeñas

del mundo.

Page 32: Cuentos para dormir (sueños para niños)

61

El gato y la lunaUn gato comilón descubrió la luna en el cielo y dijo:

—¡Qué enorme queso! ¡Si pudiera cogerlo tendría

comida para todo un año!

Y animado por el ronronear de sus tripas, pensó:

“Construiré una escalera alta como una palma”.

Dicho y hecho.

En cuanto se hizo de noche y apareció la luna en

el cielo, alzó su escalera y, uno, dos, tres, cuatro, fue

subiendo cada uno de los escalones, pero...

Page 33: Cuentos para dormir (sueños para niños)

—¡Aaaah —se estiró—, no alcanzo!

Un perro que por allí pasaba, le dijo:

—Esa escalera no llega adonde está la luna. Para

alcanzarla necesitarás una que sea el doble de alta.

Dicho y hecho.

Animado por el consejo del perro, el gato construyó

una escalera el doble de alta.

En cuanto se hizo de noche y apareció la luna en

el cielo, alzó su escalera y, uno, dos, tres, cuatro, fue

subiendo cada uno de los escalones, pero...

—¡Aaaah —se estiró—, no alcanzo!

Un ratón que por allí pasaba, le dijo:

Page 34: Cuentos para dormir (sueños para niños)

—Esa escalera no llega adonde está la luna. Para

alcanzarla necesitarás una que sea el doble de alta.

Dicho y hecho.

Animado por el consejo del ratón, el gato construyó

una escalera el doble de alta.

En cuanto se hizo de noche y apareció la luna en

el cielo, alzó su escalera y, uno, dos, tres, cuatro, fue

subiendo cada uno de los escalones, pero...

—¡Aaaah —se estiro—, no alcanzo!

Y la historia se habría repetido si no fuera porque el

gato, impaciente por calmar el ronroneo de sus tripas, fue

en busca del consejo de la sabia lechuza.

Page 35: Cuentos para dormir (sueños para niños)

—Ninguna escalera te servirá para llegar hasta la

luna —aseguró la lechuza—. La solución es construir una

nave espacial.

Dicho y hecho.

Animado por el sabio consejo de la lechuza, el gato

construyó una nave espacial.

En cuanto se hizo de noche y apareció la luna en

el cielo, se puso el cinturón de seguridad y despegó en

un largo vuelo a través del firmamento, entre brillantes

estrellas y oscuros nubarrones.

—¡Luna, luna! ¡Atiéndeme que debo decirte algo

importante!

Page 36: Cuentos para dormir (sueños para niños)

Este que llama a la luna es un niño, quizás tú mismo

que has estado vigilando al gato comilón sin que él se

diera cuenta.

—¿Qué quieres? —responde ella iluminándote el

rostro.

—Luna, un gato con mucha hambre te confunde

con un gran queso y quiere comerte. Primero hizo una

escalera y no te alcanzó, luego otra el doble de grande

y tampoco fue suficiente. Pero ahora viaja en una nave

espacial.

—¡Qué miedo! ¿Y ahora qué hago?

—No sé. Quizás esconderte...

Page 37: Cuentos para dormir (sueños para niños)

sedentario que ya no pensaba en construir escaleras o

naves espaciales para alcanzar a la luna.

Y la luna se ocultó detrás de un nubarrón cargado de

lluvias y espeso como noche sin estrellas.

Justo en ese momento pasaba junto a ella el gato,

pero no pudo verla y siguió directo hasta la Vía Láctea.

¡Chas!, salpicó la nave espacial al caer en medio de su

río infinito, y los bigotes del gato se llenaron de blanca leche.

—¡Qué rica, qué sabrosa, qué fabulosa, leche pura!

—exclamó el gato y enseguida se bebió media Vía Láctea.

Pero la leche continuaba fluyendo y apenas podía

notarse alguna disminución en el blanco y luminoso

caudal. De manera que el gato engordó y se hizo un

Page 38: Cuentos para dormir (sueños para niños)

Sin embargo, ella había pasado tal susto que, por

previsión, todavía suele ocultarse de vez en cuando

detrás de algún que otro nubarrón oscuro, para despistar

a gatos comilones con vocación de astronautas.

Otra cosa, cuando vayas de paseo de noche, verás

que la luna te acompaña prestándote su luz para que no

pierdas el camino. De este modo te agradece por haberla

salvado del gato comilón que la confundía con un enorme

queso.

Page 39: Cuentos para dormir (sueños para niños)

El tractorcito holgazán

—¡Holgazán! ¡No eres más que un holgazán! —gritó

furioso el campesino ante la negativa del tractorcito a

trabajar.

Apenas le ponía las dos grandes ruedas de hierro de

fanguear el arroz, el tractorcito protestaba:

—¡No vayas a meterme en el fango, porque me

enferma!

75

Page 40: Cuentos para dormir (sueños para niños)

Y huía de los diques anegados donde el campesino

pensaba sembrar el arroz, si hubiera podido preparar la

tierra...

Otras veces, con el despuntar del sol entre las

palmas, el campesino intentaba conducir el tractorcito

a su finca para surcar la tierra, pero en cuanto veía el

campo donde la brisa de la mañana arremolina el polvo,

frenando en seco replicaba:

—¡No vayas a meterme en el polvo, porque me enferma!

Page 41: Cuentos para dormir (sueños para niños)

Y huía del rectángulo de tierra enyerbada, donde

el campesino pensaba cosechar hermosos tomates, si

hubiera podido hacer los surcos para sembrarlos...

De manera que un día, cansado de las negativas del

tractorcito, el campesino le dijo:

—¡Holgazán! ¡No eres más que un holgazán!

Y por primera vez no hizo caso de sus advertencias y

súplicas.

Obligó al tractorcito a surcar la tierra, a pesar de los

estornudos que le producía el polvo. Luego, sin dejarlo

descansar ni un poco, lo hizo entrar en el dique lleno de

agua preparado para sembrar el arroz.

Page 42: Cuentos para dormir (sueños para niños)

El fango subía en torbellinos a través de las ruedas y

salpicó todo el tractorcito, tanto que parecía cubierto por

un camuflaje del color de la tierra.

—¡Al fin te hice trabajar! —exclamó el campesino

satisfecho, cuando la luz comenzaba a escurrirse entre

las nubes doradas del horizonte.

Sin embargo, el tractorcito continuaba con los

estornudos y de pronto comenzó a temblar y a temblar.

Page 43: Cuentos para dormir (sueños para niños)

—¿Qué te pasa? —preguntó el campesino.

—Tengo ¡achus! mucho frío ¡achus! —respondió él

estornudando y cada vez con más temblores.

Enseguida el campesino fue en busca de un doctor,

el mejor mecánico de la región. El doctor de los tractores,

en cuanto lo examinó, dijo:

—Está muy enfermo... Tiene fiebre... Manténgalo

seco y protegido del polvo. ¡El tractorcito es alérgico y le

hacen daño el polvo y al fango!

¡Entonces no era holgazán como pensaba el

campesino sino alérgico!

Page 44: Cuentos para dormir (sueños para niños)

Una semana estuvo convaleciente, envuelto en

colchas y sin poder moverse, junto a un ceibo enorme

que lo protegía del sereno de la noche.

Al cabo de este tiempo, los temblores producidos por

la fiebre desaparecieron, pero el tractorcito continuaba

enfermo... Sí, enfermo de tristeza, porque él deseaba ser

útil y no veía cómo, si era alérgico al polvo y al fango,

ambos inevitables en el campo. ¿Para qué podía servir

entonces?

Page 45: Cuentos para dormir (sueños para niños)

—¡Compro pareja de caballos! ¿Tiene usted aunque

sea un caballo que pueda venderme para alegrar a

los niños? Es que se pasan el día viendo el televisor,

encerrados en sus casas, y quiero construir un coche

para llevarlos de paseo por las calles del pueblo —explicó

un viejecito de bigotes largos y torcidos que semejaban el

timón de una bicicleta.

—¡Lo siento, pero no tengo caballos! Creo que no podré

ayudarlo —aseguró el campesino pero viendo la cara de

angustia del tractorcito se le ocurrió una magnífica idea:

—Dígame una cosa, amigo mío, ¿tiene usted licencia

de conducción?

Page 46: Cuentos para dormir (sueños para niños)

—¡Sí, soy un chofer muy responsable!

—Pues entonces creo que podré ayudarlo. ¡Juntos

vamos a dar una gran sorpresa a los niños!

El campesino y el viejecito de los grandes bigotes,

pusieron manos a la obra...

¡Qué regalo tan especial! Los niños saltaban alegres,

impacientes por subirse al cómodo y hermoso coche que

habían construido para llevarlos de paseo. ¿Y sabes quién

tiraba de él? Pues sí, el tractorcito, reluciente con su

pintura fresca.

Tenía dibujados dos girasoles en las ruedas y

enredaderas y flores silvestres en la carrocería. También

el coche donde iban los niños estaba primorosamente

decorado y tenía bolsitas con caramelos y monigotes que

giraban con la brisa en cuanto el tractorcito echaba a andar.

Page 47: Cuentos para dormir (sueños para niños)

Ahí va, alegre de ser útil por fin, feliz porque hace

felices a los niños que antes se aburrían encerrados en

sus casas. Y a nadie se le ocurriría confundirlo con un

holgazán porque jamás se detiene a descansar. ¡Tantos

niños esperan por el tractorcito para dar un maravilloso

paseo por los parques y calles del pueblo!

Page 48: Cuentos para dormir (sueños para niños)

El abuelo reloj¿Cuántos años tenía el abuelo reloj? Seguramente

muchos, porque todos los habitantes del pueblo lo habían

visto desde siempre en lo alto del campanario, señalando

el avance del tiempo.

El abuelo reloj dejaba escuchar su ¡tan tan tan tan

tan tan! marcando las seis de la mañana y la gente se

levantaba de sus camas disponiéndose a salir hacia el

trabajo o a la escuela. Las doce campanadas del mediodía,

les avisaban que era hora de almorzar… Y así, el pueblo

vivía atento a los llamados del viejísimo y útil reloj.

93

Page 49: Cuentos para dormir (sueños para niños)

Una mañana escucharon crecer el canto de los

gallos, el bullicio de los gorriones y nada del tañido del

abuelo reloj. Alguna gente no sabía si levantarse de la

cama o seguir entre las sábanas esperando el llamado.

El sol trepaba el firmamento y hace tiempo que el reloj

tendría que haber sonado sus campanadas matutinas.

La vida en el pueblo se paralizó. A lo largo de la

mañana la gente se fue reuniendo en la plaza con

preocupación y contemplaba los bigotes inmóviles

del abuelo reloj. ¿Se había detenido el tiempo? ¿No

transcurrirían más los segundos, los minutos, las

horas, los días? Era algo bien alarmante, ya que el reloj

permanecía quieto y silencioso.

Page 50: Cuentos para dormir (sueños para niños)

—¿Se murió el abuelo reloj? —preguntó un niño y

pronto todos discutían qué sería del pueblo sin él.

Al cabo de mucho debate, concluyeron que el reloj

estaba roto; sí, roto y por eso debían encontrar el modo

de repararlo.

—Propongo que me permitan arreglarlo. Con un

par de golpes sobre mi yunque echará a andar —dijo el

herrero con el mejor de los ánimos, pero estaban seguros

de que no era buena idea componer al abuelo reloj como

si se tratara de un hierro torcido. No, desaprobaron su

propuesta.

Page 51: Cuentos para dormir (sueños para niños)

—Propongo que me permitan arreglarlo. Lo bajaré

del campanario y le daré medio día de calor en mi horno,

para que se recupere —dijo el panadero con el mejor de

los ánimos, pero estaban seguros de que no era buena

idea hornear al abuelo reloj como si se tratara de un pan

crudo. No, desaprobaron su propuesta.

—Propongo que me permitan arreglarlo. Lo sembraré

en un terreno fértil y lo regaré cada día. Al cabo de poco

tiempo, si no se recupera y retoña, por lo menos podría

nacer un nuevo reloj —dijo el campesino con el mejor de

los ánimos, pero estaban seguros de que no era buena

idea plantarlo como si se tratara de una semilla. No,

desaprobaron su propuesta.

Page 52: Cuentos para dormir (sueños para niños)

Con el mejor de los ánimos, la gente del pueblo hacía

propuestas que a los demás les parecían descabelladas

y estaban pensando que sería imposible encontrar una

solución para componer al abuelo reloj, cuando se abrió

paso un hombrecito que llevaba un girasol en el ojal de

su traje.

—Si me permiten… No soy del pueblo pero creo que

puedo ayudarlos.

—Si es forastero no nos interesa su opinión —

exclamó un señor gordo de esos que miran a cuantos le

rodean desde lo alto de su gran barriga.

Page 53: Cuentos para dormir (sueños para niños)

—Le diré algo más —insistió el hombrecito sin

molestarse por su negativa—. Yo soy relojero y solo un

relojero puede solucionar este problema.

—¡Relojero! ¡Qué disparate!

Era la primera vez que oían hablar de un relojero y les

pareció algo así como un hombre reloj… Un disparate sin

dudas, ¿podría dar las horas este hombrecito petulante y

sustituir al abuelo reloj en lo alto del campanario?

—¡Escúchenlo! No es un mentiroso, lleva en su ojal un

girasol...

—¡Lo que faltaba, un niño opinando en una reunión

de mayores!

Page 54: Cuentos para dormir (sueños para niños)

—¡Un niño y un forastero!

No, no prestarían la menor atención a tamaña locura.

Un niño podía ser engañado por las apariencias y no

podía imaginar la gravedad del asunto. Además, un

forastero no tendría ni voz ni voto en el terrible conflicto

que estaban sufriendo.

La gente aprobó que no lo dejaran hablar porque

cada uno quería que se admitiera su propia propuesta de

cómo reparar al abuelo reloj. Continuaron el debate hasta

que anocheció. Entonces advirtieron que nadie había ido

a trabajar ni a la escuela, que no habían comido en todo

el día… Al fin, se marcharon a sus casas lamentándose

Page 55: Cuentos para dormir (sueños para niños)

porque sin el reloj se les desorganizaba la vida y el

pueblo era un desastre.

Pero el hombrecito que se había presentado como

relojero escuchaba los lamentos del abuelo reloj y no

estaba dispuesto a dejar las cosas así. Esperó a que el

pueblo estuviera dormido y subió a lo alto del campanario.

¡Ay, ay, ay, ay!, escuchaba quejarse al abuelo

reloj. Igual que el médico de las personas, el relojero

siente satisfacción cuando se produce el milagro del

restablecimiento de su paciente. Así que pronto sacó

sus destornilladores y pinzas y con gran destreza fue

arreglando los desperfectos de la vieja maquinaria.

Page 56: Cuentos para dormir (sueños para niños)

¡Tan, tan, tan, tan, tan, tan! Todo el pueblo escuchó el

llamado.

Con sus gorros de dormir, acudieron a la plaza del

pueblo para presenciar el milagro: ¡el abuelo reloj estaba

funcionando de nuevo!

¡Qué alivio sintieron! Era como si hubieran

despertado de una pesadilla.

—¿Quién lo arregló? —quiso saber el campesino.

—¿Acaso estaba roto en realidad? —desconfió el

herrero.

—En fin, después de un día de descanso, el abuelo

reloj vuelve a trabajar —concluyó el panadero.

Pero el abuelo reloj tenía un nuevo rostro, llevaba

sobre sus bigotes negros el mágico brillo de un girasol.

Page 57: Cuentos para dormir (sueños para niños)

Gato Malo—¡Quiero ver a mi papá!

—Tu papá está lejos y no lo puedes ver… Tienes que

comerte la papa. Anda, cómete un poquito más.

—¡No, no quiero! —exclama y los lagrimones le

inundan los ojos.

—¡Si no te comes la papa va a venir el Gato Malo!

¡Gato Malo ven a comerte al niño!

Como en un cuadro, aparece al Gato Malo en el

marco de la ventana, con su sombrero alón y llevando

111

Page 58: Cuentos para dormir (sueños para niños)

un traje azul ajustado por un cinto ancho con hebilla de

plata. El niño habría salido corriendo despavorido, pero

escucha:

—No tengas miedo.

—¿Viniste a comerme?

—Claro que no… —y se relame los largos bigotes—.

Puedo ser tu amigo aunque tu mamá no lo entendería,

como ninguna otra persona mayor.

Con alarma, descubre a su mamá paralizada en un

gesto ridículo, con la cucharita sostenida en el aire y la

mirada vidriosa, lejana, que tanto miedo le causaba en las

estatuas de cera.

—¿Qué le hiciste?

Page 59: Cuentos para dormir (sueños para niños)

—¡Absolutamente nada! —exclama, y con su lengua

rosácea se estira los bigotes, brillantes y lisos—. Bueno,

sí, la congelé en el tiempo para que pudiésemos hablar sin

que nos interrumpiera. Las personas mayores no actúan

racionalmente cuando ven a un gato vestido y hablando en

su mismo idioma, ni siquiera si se trata del Gato Malo que

tanto invocan. Pero no te preocupes, cuando me marche

ella despertará y será como si el tiempo que pasamos

juntos no hubiera transcurrido. Es cosa de la magia.

—¡Ah, eres mago!

Page 60: Cuentos para dormir (sueños para niños)

—Pues sí, un mago bueno y no un gato come-niños

como andan diciendo por ahí… —asegura y de un salto

entra al comedor.

Gato Malo tiene la estatura de un niño pequeño y

huele a leche tibia.

—¿Y puedes hacer muchos trucos? ¿Desaparecer la

comida para que mi mamá me deje tranquilo?

—Claro que puedo —afirma y torna a relamerse sus

bigotes—. Pero seguro que ese no es tu mejor deseo. He

venido porque estabas llorando. ¿Por qué?

Page 61: Cuentos para dormir (sueños para niños)

—Porque no quería comer…

—¿Y no será porque deseas ver a tu papá? ¿A tu

papá que te carga y te abraza y te besa y te acuna en el

aire para que te rías, cada tarde al llegar de su trabajo?

—Sí, pero él está de viaje, muy lejos…

—¡¿No te dije que soy un mago súper especial?!

Anda, dame la mano, vamos a verlo, no importa cuán

lejos esté. ¡Gato Malo te concederá ese deseo!

Él está indeciso, así que el gato lo toma por la mano

y su pelambre suave, semejante a la de sus muñecos de

peluche, le da una sensación de seguridad. No, ningún

daño podría hacerle el Gato Malo, que enseguida, como

si de la cuerda de un viejo reloj se tratara, da varias

vueltas a la hebilla de plata que sujeta su cinto.

—¡A volar!

Page 62: Cuentos para dormir (sueños para niños)

Y salen disparados por la ventana, sobre los tejados de

la ciudad, cada vez más alto, entre las nubes que parecen

relleno de almohadas. Junto a ellos cruzan aviones

supersónicos y cohetes que viajan hacia estrellas distantes,

hasta tienen que esquivar un satélite artificial de esos que

usan para transmitir señales de televisión. Mira hacia abajo

y ve la esfera del mundo cada vez más pequeña, de un

azul intenso y con manchas verdinegras interrumpidas por

el blancor de las nubes que lo envuelven y protegen.

Entonces empiezan a descender y pronto están

sobrevolando las montañas y las carreteras atestadas

de autos de juguete. Ve los jardines y las fuentes, casi

Page 63: Cuentos para dormir (sueños para niños)

puede tocar la cabeza de la gente que camina de prisa

sin molestarse en mirar arriba. Hasta que penetran en

un salón luminoso y lleno de pupitres. Aterrizan cerca del

estrado, ¡allí está su papá, dictando una conferencia!

Él corre a abrazarlo pero lo atraviesa como si se

tratara de una figura de humo...

—¡Papá, soy yo! —dice a punto de echarse a llorar.

Gato Malo se acerca y le explica:

—No, él no puede verte ni oírte. Tampoco puedes

tocarlo. Estamos en dimensiones diferentes.

—¿Dimensiones diferentes, qué es eso?

Page 64: Cuentos para dormir (sueños para niños)

—Tu papá permanece en el mundo real, donde dicta

una conferencia pensando en que pronto podrá regresar

a casa para darte un abrazo y llevarte los regalos que

tiene guardados para ti. Tú en el mundo maravilloso de

la magia, que corre paralelo al real pero no cumple con

sus leyes. Yo mismo pertenezco a ese mundo fantástico,

que se nutre de los sueños, de las ilusiones que intenta

realizar. ¿No deseabas ver a tu papá? Gracias a la

magia, tu deseo fue posible, pero no podría concederte

traspasar las fronteras de un mundo a otro porque sería

catastrófico, como pasar al otro lado del espejo.

¿Te imaginas cuál sería la reacción de tu papá al verte

aparecer aquí, solo, sin tu mamá, de súbito?

—Se alegraría.

Page 65: Cuentos para dormir (sueños para niños)

—En principio sí. Luego comenzaría a preocuparse.

¿Cómo vino mi hijo hasta aquí? ¿Quién lo trajo? ¿El Gato

Malo? ¡Esos son cuentos fantásticos! No podría creerlo,

buscaría otra explicación, un secuestro, un fenómeno

sobrenatural. Y vendrían los periodistas con sus cámaras

a ver cómo fue posible este viaje supersónico, sin

necesidad de aviones, de un lado al otro del universo; y

los investigadores y los policías y todos los que confían en

las leyes del mundo real, donde lo extraordinario siempre

resulta sospechoso…

Comprende las razones de su amigo el Gato Malo en

cambio deja de interesarse por su discurso al escuchar a

su papá que menciona su nombre:

—Y para mi hijo he escrito este poema que deseo leerles.

Mi hijo es pequeño, inteligente y travieso, un niño con una

fantasía asombrosa, capaz de hacer realidad sus sueños.

Cuando estoy de viaje lo extraño cada día y es por eso, para

acercarlo a mí, que le escribí el poema que voy a leerles y con

el que deseo terminar mi conferencia de esta tarde.

—¡Enhorabuena! Te dedica un poema —dice el Gato Malo.

Escuchan los versos junto al auditorio, que estalla al

final en un largo aplauso. Y las palmadas producen un

Page 66: Cuentos para dormir (sueños para niños)

revuelo de alas que los saca por la ventana a volar sobre la

ciudad. Conmovidos por lo que han visto y escuchado, por

el cariño de un padre que lleva con él a su hijo a cualquier

sitio adonde vaya, se elevan hasta lo alto de un arcoíris y

se dejan caer por su lisa canal, mojándose las manos en el

rocío tenue donde se mezclan los colores del universo.

De súbito, despierta en su silla de comer. Su mamá le

tiende la cuchara humeante y repite como un disco rayado:

—Tienes que comerte la papa. ¡Si no te comes la

papa va a venir el Gato Malo y te comerá! Anda, un

poquito más.

Page 67: Cuentos para dormir (sueños para niños)

Gato Malo ha desaparecido, parece como si el tiempo

de su aventura no hubiera transcurrido, pero él está

alegre ahora de saberse tan querido por su papá, de

saber próximo su regreso a casa. Al fin, abre la boca y

se traga la cucharada de comida. Después de todo, no

cuesta tanto complacer a los adultos y aunque su mamá

siga pensando lo contrario, él sabe que el Gato Malo es

su cómplice y el mago que acude en auxilio de los niños

para descubrirles el mundo maravilloso de la fantasía.

Page 68: Cuentos para dormir (sueños para niños)

El trencitoEn una estación había cuatro trenes. Solo que tres de

ellos eran enormes locomotoras de vapor, con grandes

chimeneas y campanas. La restante, por el contrario, era

pequeña, como de juguete. El trencito parecía un niño

entre tantos trenes adultos.

Mientras se aburría parado en la estación, pasaban

frente a él sus enormes compañeros.

—Chaca-chaca chaca-chaca —resoplaban las

fuertes locomotoras llevando interminables filas de carros

133

Page 69: Cuentos para dormir (sueños para niños)

cargados de mercancías, viajeros elegantemente vestidos

o cañas, que dejaban en la brisa un olor dulce de miel

azucarada.

—Puuuú-puuuú —pitaban los grandes silbatos de las

locomotoras anunciando su paso desde lejos.

—¿Puedo echarles una mano? —decía el trencito

entusiasmado con la idea de recorrer interminables caminos

de hierro, por campos y ciudades para él desconocidos.

—No, quédate tranquilo, pequeñín.

—Mejor permanece ahí descansando, enano, que

no puedes ni contigo mismo —le respondían riendo y

enseguida chaca-chaca chaca-chaca cruzaban frente

a él conduciendo la caravana de carros cargados,

siempre a prisa, siempre abriéndose paso con sus pitos

ensordecedores puuuú-puuuú...

Page 70: Cuentos para dormir (sueños para niños)

Y el trencito se quedaba triste, solo, imaginando que

conducía una fila de carros por las brillantes líneas.

—Chaca-chaca chaca-chaca —resoplaban las

fuertes locomotoras al pasar por la estación.

—Puuuú-puuuú —las escuchaba pitar orgullosas de

su fortaleza.

En cambio, él pasaba días y más días en la más

absoluta inmovilidad. Llegó a resignarse a que el polvo y

las telas de arañas encontraran casa segura entre sus

pequeñas ruedas, dentro de su chimenea, incluso en lo

profundo de su hermosa campana de bronce, ya sin el

brillo de la alegría.

Page 71: Cuentos para dormir (sueños para niños)

Hasta que hicieron una línea nueva, que subía en

zigzag la cordillera.

—¡Yo estrenaré esa nueva ruta! —resopló orgulloso

el más grande y fuerte de los trenes.

Enseguida fue por una larga hilera de coches recién

pintados para la ocasión y se detuvo en el andén, donde

aguardaban cientos de personas.

—Puuuú-puuuú —pitó echando un chorro de vapor

a través de su silbato y chaca-chaca chaca-chaca, se

perdió a lo lejos llevando su pesada carga.

Page 72: Cuentos para dormir (sueños para niños)

La línea, nuevecita y reluciente, se estremecía al paso

de la locomotora y la fila de coches llenos de personas

emocionadas por la belleza del paisaje.

—Chaca-chaca chaca-chaca, pasaba el tren volando

por los rieles.

—Glin-glón glin-glón, sonaba su gran campana

ahuyentando a los temerosos animalitos.

Puuuú-puuuú, chaca-chaca, chaca-chaca, glin-glón,

glin-glón. Dejando a su paso una larguísima columna de

humo, trepaba las altas cordilleras, hasta que chaca-

chaca cha-ca-chassss... A medio subir la montaña más

alta, la colosal locomotora se quedó sin fuerzas.

Page 73: Cuentos para dormir (sueños para niños)

—¡Puede ocurrir un accidente!

—¡Pronto, que venga otra locomotora!

Chaca-chaca chaca-chaca, acudió a auxiliarlos otra

locomotora y empujó por detrás el largo tren de coches

repletos de pasajeros, chaca-chaca cha-ca-chassss...

Pero con tanto peso también se quedó sin fuerzas.

—¿Dos locomotoras no son suficientes para subir la

montaña? ¡Pronto, que traigan otra!

Chaca-chaca chaca-chaca, acudió a auxiliarlos otra

locomotora y empujó por detrás el largo tren de coches

repleto de pasajeros, chaca-chaca cha-ca-chassss... Pero

con tanto peso también se quedó sin fuerzas.

Page 74: Cuentos para dormir (sueños para niños)

—¿Tres locomotoras grandes y fuertes no bastan?

¡Estamos perdidos!

En cambio alguien recordó al trencito.

—¡Pronto, tráiganlo también!

Chiqui-chiqui chiqui-chiqui, acudió a toda velocidad

el trencito, escalando la cordillera piiiií-piiií, por primera

vez se escuchó su silbato, glin-glan glin-glan, anunció su

llegada la pequeña campana de bronce.

Reuniendo sus energías, el trencito sumó su fuerza a

la de las tres enormes locomotoras y chiqui-chaca chiqui-

chaca, los coches se empezaron a mover, chiqui-chaca

chiqui-chaca, se animó la marcha a través de las líneas

chirriantes, chiqui-chaca chiqui-chaca, empujaban como

uno solo los cuatro trenes.

—¡Llegamos a la cima!

—¡Estamos salvados!

—¡Puuuú-puuuú! —pitaron las grandes locomotoras.

—¡Piiií-piiií! —se escuchó el silbido alegre del trencito.

—¡Perdónanos, nunca más te llamaremos enano

porque eres un gran trencito! Sin tu ayuda no hubiéramos

podido subir la montaña —y en su honor, sus cuatro

compañeros glin-glon glin-glon hicieron sonar sus campanas.

Asomados a las ventanillas de los coches, los niños

vieron por primera vez al trencito.

Page 75: Cuentos para dormir (sueños para niños)

—¡Qué hermoso trencito!

—¡Queremos montar en el trencito!

En reconocimiento de su hazaña, construyeron unos

coches pequeños como él.

—Ahora podrás recorrer el mundo.

—¡Suerte, amigo!

Las tres enormes locomotoras despidieron al trencito

tañendo sus campanas glin-glon glin-glon.

Page 76: Cuentos para dormir (sueños para niños)

Y él emprendió su largo viaje, por campos y ciudades,

por valles y cordilleras, cruzando ríos y mares a través

de infinitas líneas.

Debe haberle dado ya más de cien vueltas al mundo,

siempre con sus coches llenos de niños alegres. Si no le

has visto, atento, cualquier día chiqui-chiqui lo escucharás

acercarse piiií-piiií abriéndose paso con su silbato o glin-

glan glin-glan tañendo su campana de bronce, brillante de

tanto bailar mecida por el viento.

Page 77: Cuentos para dormir (sueños para niños)

El avioncito traviesoCasi tan rápido como los cohetes que viajan hasta

la luna, un avioncito travieso trazaba caminos en el cielo.

Con sus alas extendidas se sumergía entre las nubes para

atravesarlas dejando una estela en forma de flecha o dibujar

remolinos blancos que el viento se apresuraba a borrar.

En sus sorpresivas y rápidas apariciones, el avioncito,

travieso como era, espantaba las bandadas de pájaros y

causaba azoro a los animalitos que lo confundían con una

enorme avispa, por el zumbido de sus motores.

151

Page 78: Cuentos para dormir (sueños para niños)

Una paloma mensajera hacía su ruta distraída, cuando

el avioncito salió de una nube y… zuuuuuuuuuuuuuuum, le

desplumó la cola con su afilada hélice.

—¡Ay, un ciclón! —exclamó la paloma y huyó

despavorida.

—¡Ja, ja! ¡Pensó que era un ciclón! ¡Qué gracioso! —

reía el avioncito de buena gana.

Un cisne como un papalote gigantesco volaba

contemplando el paisaje desde lo alto del cielo, cuando el

Page 79: Cuentos para dormir (sueños para niños)

avioncito salió de una nube y… zuuuuuuuuuuuuuuum, le

afeitó la blanca cresta con su afilada hélice.

—¡Ay, un meteorito! —exclamó el cisne y huyó

despavorido.

—¡Ja, ja! ¡Me confundió con un meteorito! ¡Qué

gracioso! —reía el travieso de buena gana.

Una manada de caballos salvajes galopaba por la

pradera, entre los yerbazales y las arboledas, cuando el

avioncito salió de una nube y… zuuuuuuuuuuuuuuum,

levantó un remolino de polvo y hojas secas que se alzaba

desde la tierra hasta el cielo.

Page 80: Cuentos para dormir (sueños para niños)

—¡Ay, un ciclón! ¡Una lluvia de meteoritos! ¡Una

tormenta de galaxias! ¡Se derrumba el firmamento!

—exclamaron los caballos y huyeron despavoridos.

—¡Ja, ja! ¡Qué susto les di! ¡Pensaron que el cielo se

caía! ¡Qué gracioso! —rio el avioncito de buena gana,

pensando en su divertida travesura.

Pero una tarde, mientras hacía malabares en el

aire, zu—zu—uu—uu—un…, el avioncito se quedó sin

gasolina y tuvo que hacer un aterrizaje forzoso en medio

del campo.

El sol terminaba su recorrido por la órbita celeste,

bajando las escaleras hacia su escondite tras las montañas.

Page 81: Cuentos para dormir (sueños para niños)

“Necesito avisar al aeropuerto para que me traigan

gasolina rápido”, pensó. No le gustaba nada tener que

pasar la noche solo tan lejos de su casa.

Cruzó por allí volando la paloma mensajera.

—¡Paloma, necesito tu ayuda! —gritó el avioncito

En cambio, la paloma apenas vio quién era siguió su

camino como si nada.

Al rato, planeando en las alturas, apareció el manso cisne.

—Cisne, amigo, necesito tu ayuda —gritó el avioncito.

En cambio, apenas el cisne vio quién era siguió su

camino como si nada.

Page 82: Cuentos para dormir (sueños para niños)

Una a una, se desgranaron las estrellas en el cielo

de una noche tan oscura que parecía la garganta de

un monstruo gigantesco. El avioncito temblaba de frío

y de miedo, tapándose los ojos con sus frágiles alas,

deseando no ver las siluetas fantásticas que se mecían

a su alrededor. El canto de los grillos, el susurro de las

yerbas o el roce de las ramas de los árboles cercanos, lo

hacía imaginar malvados seres capaces de tragárselo de

un solo bocado.

Al fin, el fresco rocío y los rayos de luz anunciaron el

amanecer.

Page 83: Cuentos para dormir (sueños para niños)

El avioncito agitó sus hélices y estiró las alas, y

estuvo vigilando el desfile de las nubes hasta el mediodía,

sin que apareciera ni un solo viajero en aquel lugar tan

apartado. Entonces sintió un galope que crecía.

—¡Caballos, amigos míos, necesito ayuda! ¡Por favor!

—gritó el avioncito.

Entre relinchos y carreras, se aproximó la manada.

—¡Ah, miren quién es! —dijo una yegua de larga crin

carmelita.

—¡Hum, el avioncito travieso! Y parece que está en

apuros…

Page 84: Cuentos para dormir (sueños para niños)

—Amigos, me quedé sin gasolina y necesito que

alguien avise para poder despegar nuevamente.

En cambio, los caballos no estaban dispuestos a

ayudarlo después de haber sufrido sus bromas. El jefe de

la manada, un corcel negro y brioso, le respondió:

—¿Ahora quieres que seamos tus amigos y te

ayudemos? La amistad hay que ganarla y dudo que

tengas un solo amigo por tu forma de actuar.

—Les prometo que cambiaré. Nunca más los voy a

asustar para divertirme —aseguró el avioncito.

—¡Sí, claro, eso dices ahora porque estás en apuros!

Yo no te creo. Si te ayudamos lo único que lograremos

Page 85: Cuentos para dormir (sueños para niños)

es que pronto andes escondiéndote entre las nubes para

hacer tus travesuras. Creo que lo mejor será que nunca

te encuentren y que te quedes para nido de los pajaritos

—exclamó la yegua de la crin carmelita y se alejó al

galope.

Los caballos salvajes no suelen estarse quietos

demasiado tiempo, así que dieron por concluido el diálogo

y arrancaron a correr en estampida.

Page 86: Cuentos para dormir (sueños para niños)

El avioncito comprendió que desconfiaran y se

percató de que jamás había logrado tener un amigo. Ya

se imaginaba lleno de enredaderas y bejucos, oxidado,

resistiendo los aguaceros y el sol de los veranos,

convertido en refugio de los animalitos, de quienes antes

se había reído, asustándolos y haciéndolos huir con sus

apariciones sorpresivas y su vuelo en picada desde las

nubes hasta bien cerca de la tierra.

Un potrico lleno de manchas que parecían parches

negros, blancos y carmelitas, se alejó de la manada y

regresó junto al avioncito.

Page 87: Cuentos para dormir (sueños para niños)

—Te creo —le dijo todavía sofocado por el intenso

galope—. Confío en ti. Sé que cambiarás y mereces que

te ayude.

El potrico, siguiendo las instrucciones del avioncito,

atravesó la pradera, cruzó de un salto una enorme cerca

de piedras, nadó para pasar al otro lado de un río, subió

una alta cordillera y llegó a la ciudad.

La gente se quedaba asombrada al verlo correr por las

calles, entre los automóviles, hasta que llegó al aeropuerto.

Rápido como el mejor de los emisarios, fue hasta la

torre de control y dio el aviso. Un avión con la barriga

llena de gasolina despegó a prisa y seguía al potrico, que

lo guió hasta la pradera donde el avioncito había tenido

que hacer su aterrizaje forzoso.

Gracias a su amigo, el avioncito pudo volver a volar.

Desde el aire, salpicándose con la humedad de las

nubes y los rayos del sol, acompañó al potrico hasta que

hallaron la manada de caballos salvajes. Había nacido

una amistad valiosa y duradera.

Page 88: Cuentos para dormir (sueños para niños)

El cocodrilo vegetarianoEs un cocodrilo que vive en una reserva natural de

la ciénaga, donde puede vérsele nadando en los canales

de aguas rojizas teñidas por el mangle. Cualquiera

pensará que rodeado por una vegetación tan exuberante

y lejos de los ruidos, tiene que ser feliz; sin embargo, no

solo plantas y flores acuáticas conforman su entorno

inmediato, también otros cocodrilos, primos hermanos

suyos, de apetito insaciable.

173

Page 89: Cuentos para dormir (sueños para niños)

Tanto como los leones y los lobos, los cocodrilos son

fieras carnívoras y no perdonan pez o animal terrestre

que cruce cerca de sus enormes fauces llenas de dientes

filosos y puntiagudos…

—¡Primo, si vieras qué venado me comí esta mañana!

—¡Tengo un hambre que me zamparía un caballo!

—¡Deberías probar los patos que vienen a nadar a la

laguna, están deliciosos!

Page 90: Cuentos para dormir (sueños para niños)

—¡Tengo la barriga llena de sapos y jicoteas! ¡Perdí la

cuenta pero creo que me comí un centenar!

Escucharlos le provoca mareo, porque hace tiempo

él tiene claro que ni la carne ni la sangre van con sus

gustos, aun cuando sea un cocodrilo con garras y

dientes enormes. Prefiere alimentarse de plantas y flores

acuáticas. Quizás por eso siempre lo acompaña un olor

agradable a las mejores esencias de la naturaleza.

Page 91: Cuentos para dormir (sueños para niños)

La reserva natural es visitada cada día por decenas

de familias que pasan una jornada diferente lejos de la

ciudad. Debajo de los árboles o en sus botes, conversan

arrullados por el murmullo del agua y los cantos de los

pájaros y los insectos.

Si divisan algún cocodrilo, exclaman:

—Mira, allí hay un cocodrilo. ¡Cuidado, no se

acerquen! Son muy peligrosos.

Cualquier cocodrilo normal, cuando ve a un humano

piensa en cuánta carne esconde sus ropas. ¡Qué

banquete se daría si pudiera comérselo!

Page 92: Cuentos para dormir (sueños para niños)

En cambio, ya advertimos que el de este cuento

es excepcional, incluso vegetariano. Por eso sus

pensamientos son diferentes. En cuanto descubre a una

familia cerca, disfrutando de la naturaleza, quisiera poder

acercarse a curiosear. ¡Los humanos traen consigo tantas

cosas de colores brillantes y formas raras!

Un día se decide por fin: sin pensarlo dos veces nada

hacia un cayo donde un grupo está disfrutando de su

almuerzo, en torno de un mantel blanco lleno de vasijas

de hermosos colores. Una anciana silenciosa se le queda

mirando fijamente y cuando lo ve sacar del agua su

enorme boca y sus patas llenas de largas uñas, comienza

a gritar asustada.

Page 93: Cuentos para dormir (sueños para niños)

Pronto se forma un gran revuelo y, dejando

abandonadas sus pertenencias, suben todos al bote y se

alejan de prisa. Huyen de él…

“No saben que soy un cocodrilo vegetariano y que no les

haría daño —se consuela nuestro amigo—. Pensarían que

soy como mis tíos y primos, una fiera comedora de carne…”

Pero he aquí que curioseando entre los objetos

olvidados por la familia en su estampida al cocodrilo se le

ocurre una idea genial para que la gente no se asuste más

con su presencia amenazadora. Enseguida pone manos

a la obra: cubre su piel verdinegra con talco infantil para

parecerse a los animalitos de juguete y se coloca un lazo

Page 94: Cuentos para dormir (sueños para niños)

azul en la cabeza. Como toque final, se pone un chupón en

la punta de la boca. ¡Ahora parece un cocodrilo de dibujos

animados, o quizás un bebé cocodrilo, nada amenazador!

Oculto tras las yerbas espera la llegada de otros

visitantes para probar la efectividad de su disfraz. Al fin,

escucha voces y ve que dos niños se acercan corriendo y

gritando. El más pequeño lo descubre enseguida.

—Mi hermano, ¡mira qué cocodrilo más bonito!

—¡Es un bebé cocodrilo! —dice el mayor y lo acaricia.

Los padres llegan un poco después, pero tampoco

se alarman. ¡El cocodrilo vegetariano está tan contento

que casi se hecha a reír! Sin embargo, se contiene a

tiempo pensando en qué podría pasar si les deja ver su

dentadura enorme y amenazadora de temible fiera.

Page 95: Cuentos para dormir (sueños para niños)

El niño y el cometaEste es el cuento de un niño cualquiera, un niño que

pudieras ser tú mismo. ¿Te han regalado alguna vez un

cometa? Pues al niño de esta historia le regalaron uno,

hermoso con sus colores brillantes y su cola inquieta.

—Papá, llévame a empinar mi cometa.

Su papá, como siempre, estaba demasiado ocupado y

le respondió con un gruñido sin siquiera mirarlo.

El niño corrió a la cocina pero no podía acercarse

a su mamá parapetada detrás del fogón y rodeada

187

Page 96: Cuentos para dormir (sueños para niños)

de calderos, batidoras, licuadoras, ollas, máquinas

moledoras y cuanto utensilio sirviera para encerrarse en

su mundo de complicadas recetas.

—Mamá, llévame a empinar mi cometa —gritó para

que lo escuchara, pero era tal el ruido de las ollas en

ebullición y de los aparatos que ponía a funcionar al mismo

tiempo, que ni siguiera advirtió su presencia en la cocina.

El niño se encerró en su cuarto como hacía siempre

y ya iba a ponerse a llorar, arrodillado en un rincón,

cuando el cometa lo rozó con la cola, provocándolo. En

cambio, qué sentido tendría hacerle caso si jamás había

visto empinar un cometa y estaba seguro de que sería

algo bien complicado que solo su mamá o su papá

podrían lograr...

Page 97: Cuentos para dormir (sueños para niños)

Pero el cometa insistió: le hacía cosquillas en la nuca

con las telitas de su cola y no paraba de ronronear,

agitando el cuerpo de papel con la poca brisa que se

escurría a través de la ventana.

—Está bien, te llevaré afuera pero estoy seguro de

que terminarás enredándote en los cables de la corriente

o en las ramas de los árboles.

Al final de la calle existía un terreno donde los vecinos

iban a correr o a jugar pelota. Allí llegó con su cometa y

en cuanto lo puso sobre la yerba ¡zicsssssssss! El viento

lo agitó de golpe y lo puso a volar ante la sorpresa del

Page 98: Cuentos para dormir (sueños para niños)

niño, que apenas podía ir desenrollando la bola de hilo,

cada vez más tenso.

¡Qué bien! ¡Qué emoción sentía viendo subir y

subir, más y más alto, su hermoso cometa lleno de

colores y tan buen piloto como un avión supermoderno!

Si su papá y su mamá pudieran verlo... ¡Cómo le habría

gustado que los vieran, a su cometa planeando entre

las nubes y a él agitando el hilo como un experto! Sin

embargo, sus padres estarían muy ocupados con sus

quehaceres.

Page 99: Cuentos para dormir (sueños para niños)

Una ráfaga de viento levantó una columna de polvo

y de pronto sintió una furia tremenda y deseó escapar

volando, lejos de aquellos padres suyos, que no tenían

tiempo para jugar. El torbellino le despegaba los pies de

la tierra y enseguida se sintió flotando, llevado por el

cometa hasta las nubes.

Los muchachos que jugaban a la pelota ni siquiera

se dieron cuenta porque la espiral de polvo lo camuflaba.

Desde el aire los veía como niños de juguete con bates y

guantes de juguete. El pueblo le parecía una maqueta de

esas que hay en los museos y su casa un cuadradito y un

punto lejano que terminó por desaparecer en el horizonte.

Page 100: Cuentos para dormir (sueños para niños)

Cuando descendieron llevaba tantas imágenes en los

ojos que le pesaban de sueño.

Despertó y todo a su alrededor era risas y juegos.

El lugar adonde había llegado semejaba un gran parque

de diversiones donde miles de niños jugaban sin

preocuparse por nada y sin que sus padres estuvieran

detrás de ellos llamándolos o regañándolos. Subió a

un pony rayado como una cebra y corrió a través del

césped, luego lo cambió por una maquinita de motor que

podía manejar a su antojo en cualquier dirección y que

aceleraba y frenaba igual que un automóvil de verdad.

Cuando tuvo hambre echó mano a una bolsa llena de

golosinas, de las tantas que había colocadas en las ramas

de los árboles, como si fueran sus frutos. Eran tantas las

maravillas de aquel lugar, y lo que más lo sorprendió es

que el tiempo no transcurría porque jamás vio moverse al

sol de su sitio en lo más alto del firmamento.

Page 101: Cuentos para dormir (sueños para niños)

Por unas gemelas que jugaban al pon cogidas de

las manos supo que allí iban a refugiarse los niños que

no querían continuar viviendo con sus padres, además

le dijeron que no temiera que fuese a sucederle como a

Pinocho porque si alguien debía transformarse en burro

en este cuento serían los padres y no los niños. Así que

se sintió de lo más confiado y jugó a los escondidos, a los

agarrados, a las adivinanzas, a la prenda y a mil cosas

más que iban ocurriéndoseles.

Hasta que sintió ganas de empinar cometas y se

percató de que había dejado el suyo abandonado.

Conque criticaba a sus padres y hacía lo mismo que

ellos...

—Cometa, cometica mío, ¿dónde estás?

Page 102: Cuentos para dormir (sueños para niños)

A pesar de las tentadoras invitaciones a jugar de

los otros niños, él continuó buscando su cometa y lo

encontró, marchito y solo, entre las yerbas.

—¡Ay, mi cometica lindo, disculpa que me olvidara de ti!

Y el cometa lo perdonó porque no era nada

rencoroso. Tan alegre estaba que comenzó brincar y casi

sin advertirlo se elevó y se elevó hacia el cielo.

El niño sujetó el hilo para que no se fuera a bolina

dejándolo sin medio en qué regresar a su casa. Y sintió

cómo le crecía dentro el deseo de ver a su mamá y a su

papá, de abrazarlos y decirles lo mucho que los quería.

Agarrado fuertemente al hilo de su cometa, se alejó

por los caminos del aire, de regreso a su pueblo y a

su casa. ¡Qué sorpresa iba a encontrarse! Sí, porque

el tiempo había pasado y sus padres estaban llenos de

canas y con arrugas alrededor de los ojos por tanto

buscarlo durante demasiados años.

—¡Mamá, papá, soy yo, llegué! —gritó aterrizando en

el jardín y sus padres corrieron a abrazarlo.

Las arrugas de la cara se les borraron con la risa.

Como ya no tenían de qué preocuparse las canas

desaparecieron y volvieron a lucir jóvenes.

Page 103: Cuentos para dormir (sueños para niños)

El niño pensó que todo era igual que antes, incluso

que su aventura aérea nunca habría sucedido, sin

embargo, algo tuvo que pasar porque en cuanto su papá

le descubrió el cometa bajo el brazo, dijo:

—¿Quieres que te enseñe a empinarlo?

Su mamá propuso:

—Preparo una merienda rápida y nos vamos los tres

a empinar el cometa.

Y el cometa batió la cola agitando su cuerpo colorido,

con el aleteo de un pichón anhelante por probar la

aventura del primer vuelo.

Page 104: Cuentos para dormir (sueños para niños)

ÍndiceLa rana y los dos mosquitos 9

Un pollito 19

La Gallina Picona 31

El pajarito solitario 49

El gato y la luna 61

El tractorcito holgazán 75

El abuelo reloj 93

Gato Malo 111

El trencito 133

El avioncito travieso 151

El cocodrilo vegetariano 173

El niño y el cometa 187

Page 105: Cuentos para dormir (sueños para niños)

Edición digital

mayo de 2016

Caracas - Venezuela

Page 106: Cuentos para dormir (sueños para niños)
Page 107: Cuentos para dormir (sueños para niños)