Cuentso de Interculturalidad. acerca de como percibir el mundo

4
Habia una vez, dentro de un hermoso bosque a las afueras de Suecia, una familia de pequeños y esponjosos conejos; a quienes les gustaba pasar tiempo juntos, jugar y sobre todo les llenaba de emoción el saber que tenían las suficientes provisiones para pasar el invierno.Estos pequeños y hermosos conejos, estaban organizados por familias. Una curiosa familia conformada por cinco hermosos conejitos,,quienes cada día tenían una rutina muy bien definida, estarán en esta historia. Cuando el sol se asomaba papá conejo salió de la comodidad de su pequeña madriguera, para ir a buscar ese delicioso manjar color naranja con el cual alimentar a su familia. Ese día Rafael se encontraba, camino a su trabajo, cuando se encontró con su gran amigo el tejón, quien como él iba en camino. Así que, se dispusieron a ir hacia la gran fábrica donde trabajaban, mientras se contaban las últimas novedades acerca de lo que había ocurrido en cada una de sus familias. Sabes amigo conejo dijo el tejón a veces me pregunto ¿porque nosotros somos los que salimos a trabajar día tras día?. Muy sencillo amigo tejón respondió el conejo Porque nuestras amadas esposas se quedan en casa, haciendo la comida y cuidando a los niños, ya sabes que son muy traviesos. Si eso lo respondió el tejón pero ¿no te parece que ellas no hacen absolutamente nada mientras nosotros salimos desde el amanecer hasta el atardecer? Suponiendo que no hacen nada, ¿quien se encarga de mantener la madriguera cómoda y agradable? ¿Y de tener siempre un plato de comida caliente cuando regresas a casa? Eso es algo fácil respondió el tejón me encantaría quedarme en casa, para así, ya no tener que levantarme tan temprano dia tras dia. ¡Pero querido amigo¡ respondió el conejo asombrado ¿Quien platicará conmigo camino al trabajo? ¿No pensaras mandar a la señora tejón a trabajar, verdad? Claro que no se rio el tejon de buena gana pero seria interesante ver que haría mi amada esposa para sacar el trabajo de la fábrica adelante. Llegando a la fábrica, todo transcurrió exactamente igual que el día anterior, esperando la hora de salida. Mientras tanto, la Señora conejo, quien se había levantado al salir el sol, comenzó su dia. Primero fue a buscar unas hermosas bellotas y algunas ramitas, para mantener la casa un poco más abrigada, ya que se colaba un vientecillo frío por el cuarto de los niños,después fue a comprar un poco de maíz y sal, ya que sabía que al señor conejo y a sus pequeños les encantará. Regreso a la madriguera rápidamente, pues era hora de que los pequeños se levantarán de su siesta, y sabía que se asustarian si no la encontraban ahí. Llegando a la madriguera, puso un jarrito con agua para beber un poco de té, mientras despeluza los cepillos, y arregla la ropa que sus pequeños llevarían ese día, mientras ve con ternura que duermen profundamente. Los despierta

description

Acerca de ver las cosas de manera distinta porque no todo es realidad

Transcript of Cuentso de Interculturalidad. acerca de como percibir el mundo

Habia una vez, dentro de un hermoso bosque a las afueras de Suecia, una familia de pequeños y esponjosos conejos; a quienes les gustaba pasar tiempo juntos, jugar y sobre todo les llenaba de emoción el saber que tenían las suficientes provisiones para pasar el invierno.Estos pequeños y hermosos conejos, estaban organizados por familias. Una curiosa familia conformada por cinco hermosos conejitos,,quienes cada día tenían una rutina muy bien definida, estarán en esta historia. Cuando el sol se asomaba papá conejo salió de la comodidad de su pequeña madriguera, para ir a buscar ese delicioso manjar color naranja con el cual alimentar a su familia. Ese día Rafael se encontraba, camino a su trabajo, cuando se encontró con su gran amigo el tejón, quien como él iba en camino. Así que, se dispusieron a ir hacia la gran fábrica donde trabajaban, mientras se contaban las últimas novedades acerca de lo que había ocurrido en cada una de sus familias. ­Sabes amigo conejo­ dijo el tejón­ a veces me pregunto ¿porque nosotros somos los que salimos a trabajar día tras día?. ­Muy sencillo amigo tejón­ respondió el conejo­ Porque nuestras amadas esposas se quedan en casa, haciendo la comida y cuidando a los niños, ya sabes que son muy traviesos. ­Si eso lo sé­ respondió el tejón­­­ pero ¿no te parece que ellas no hacen absolutamente nada mientras nosotros salimos desde el amanecer hasta el atardecer? ­ Suponiendo que no hacen nada, ¿quien se encarga de mantener la madriguera cómoda y agradable? ¿Y de tener siempre un plato de comida caliente cuando regresas a casa? ­ Eso es algo fácil­ respondió el tejón­ me encantaría quedarme en casa, para así, ya no tener que levantarme tan temprano dia tras dia. ­¡Pero querido amigo¡­ respondió el conejo asombrado­ ¿Quien platicará conmigo camino al trabajo? ¿No pensaras mandar a la señora tejón a trabajar, verdad? ­Claro que no­ se rio el tejon de buena gana­ pero seria interesante ver que haría mi amada esposa para sacar el trabajo de la fábrica adelante. Llegando a la fábrica, todo transcurrió exactamente igual que el día anterior, esperando la hora de salida. Mientras tanto, la Señora conejo, quien se había levantado al salir el sol, comenzó su dia. Primero fue a buscar unas hermosas bellotas y algunas ramitas, para mantener la casa un poco más abrigada, ya que se colaba un vientecillo frío por el cuarto de los niños,después fue a comprar un poco de maíz y sal, ya que sabía que al señor conejo y a sus pequeños les encantará. Regreso a la madriguera rápidamente, pues era hora de que los pequeños se levantarán de su siesta, y sabía que se asustarian si no la encontraban ahí. Llegando a la madriguera, puso un jarrito con agua para beber un poco de té, mientras despeluza los cepillos, y arregla la ropa que sus pequeños llevarían ese día, mientras ve con ternura que duermen profundamente. Los despierta

cariñosamente, mientras va cepillando cuidadosamente el pelo de cada uno, para que vayan a la escuela de manera presentable. Después de eso mamá conejo se asegura que sus pequeños desayunen algo, mientras prepara almuerzos, arregla mochilas, y cierra la puerta para acompañarlos al Gran Salón, donde los pequeños pueden jugar y aprender. Después de darle un beso en la frente a cada uno, se despidió de ellos a la puerta del colegio. Al regresar a su madriguera, se encontró con la señora tejon. ­ Buenos días señora conejo­ dijo la señora tejon­ ­Buenos días señora tejon­ dijo la señora conejo­ ¿Como ha estado esta esplendorosa mañana? ­ Muy atareada mi estimada­ respondió la señora tejón­ porque aun no he hecho de comer por llevar a mi niño al escuela. Así que voy a ir a buscar nueces para poder hacer de comer para mi señor tejón ­Me parece una excelente idea­ dijo la señora conejo­ la acompañó. Mientras ambas iban camino al mercado para abastecer a sus familias, a la señora conejo le invadía una sensación de cansancio y aburrimiento extremo. Se preguntaba, si llevar a los niños todas las mañanas, correr de un lado para otro en busca de buen alimento y abrigo para su familia, era todo lo que ella era capaz de realizar, claro que, el señor conejo y sus hijos estaban muy contentos en la manera en la que ella hábilmente llevaba un equilibrio monumental entre la casa los niños el marido, el colegio y el abrigo de la madriguera, pero dentro de toda esa gran maraña de cosas que tenia que hacer tenía envidia del señor conejo. Pensó en externar sus sentimientos con la señora tejón , ya que el camino hacia el mercado era largo y le daba la oportunidad de conversar. ­ Mi querida señora tejón­ ¿le agrada venir al mercado todas las mañanas? ­Claro que sí­ respondió la señora tejón­ si no fuera por la comida al mercado ¿quien iría por las cosas para hacer la comida, la cena y el desayuno del día siguiente? ­¿Que tal el señor tejón?­ respondió la señora conejo ­ ¡Ay¡ Mi querida señora conejo, no me haga usted reír­comentó la señora tejón muriendose de risa­ ¿acaso usted cree que él va a saber, por ejemplo donde comprar las jugosas manzanas que diario comemos? O peor aun, no creo que él sea capaz de hacer maravillas con el poco dinero del que dispongo para alimentar a la familia. ­¿Pero como es que usted sabe todo eso ­ respondió la señora conejo­ si nunca le ha dado la oportunidad de hacer todas esas cosas? ­Simplemente lo sé­ respondió la señora tejón­ después de algún tiempo viviendo con él una sabe que puede y que no puede esperar ¿no cree? ­ ¿Y si le da una oportunidad?­ dijo la señora conejo­ quizás hasta podría sorprenderla ­ Suponiendo que le dé la oportunidad de quedarse en casa ­ respondió la señora tejón­ ¿quien, en nombre de la gran águila, saldría a obtener esas valiosas monedas de coco para comprar la comida?

La señora conejo se quedó callada esperando que la señora tejón comprendiera lo que intentaba decirle…. Después de unos segundos (que parecieron horas) la señora tejón habló nuevamente ­ Mi querida señora conejo, ¿está usted tratando de decirme que yo podría ir a trabajar mientras mi marido se queda en casa? ­ Precisamente mi estimada señora­ En ese instante, la señora tejón soltó una estruendosa carcajada, pues no podría imaginar el lío en el que estaría su hogar, si ella no estaba presente. ­ Eso sería imposible­ dijo la señora tejón­ ¿quién cuidaría a los niños? ¡están acostumbrados a verme a mi¡ ­ También se acostumbraran a ver a su padre­ respondió la señora conejo­ además ¿no cree que así valoran todo lo que nosotras hacemos en casa? ­ Sí, quizá tenga razón tendría que hablar con el señor tejón. Esa noche, al llegar a la madriguera la señora conejo habló con su esposo, acerca de lo comentado en el mercado. ­ Jajaja­ se reía el señor conejo­ asi que ¿tu quieres que me quede en casa mientras tu vas a trabajar a la fábrica? ¿y quién cuidaría a los niños?, ¡No pagare una niñera¡ ­ Mi querido conejito­ dijo la señora conejo con dulzura­ no es necesario que gastes ni una sola moneda en una niñera pues ¿quien los cuidará mejor que tu? Eso convenció al señor conejo, quien le dio un beso en la frente antes de irse a dormir. Mientras tanto en la madriguera de la señora tejón se vivía un clima más o menos similar ­ Querida­ habló el señor tejón­ ¡pero que se te ha metido en esa cabecita tuya¡ ­ estaba comenzando a enfadarse­ ¿Crees tú, poder cargar y contar el montón de cajas llenas de zanahorias, con las que trabajo diariamente? ¿Y soportar los regaños del jefe Borrego? ¿Y levantarse al alba y regresar al atardecer? ¿Que pasara con mi amigo?­ le invadió una gran tristeza­ ¡ya no podremos platicar¡ ­ Creo que el señor conejo también se quedará en casa­ respondió la señora tejon­ y no te preocupes mi querido, soy más fuerte de lo que crees, sólo pido que me apoyes, porque eso me dará confianza y me sentiré apoyada por ti. ­ Pero ¡querida¡­ dijo el señor tejón­ no se que haria si te llegas a lastimar. ­ No te preocupes, la señora conejo me cuidara ­dijo la señora tejon Al día siguiente, la señora conejo salió al despuntar el alba para ir a buscar esas deliciosas nueces, y de ahí salir hacia la fábrica; mientras la señora tejón solo se preocupo por llegar a la fábrica a tiempo. Ese día el jefe Borrego, pensó que era una broma, porque cuando ellas llegaron, no tenían ni la menor idea de lo que hacían sus esposos, pero estuvieron dispuestas a aprender y ayudar a sus compañeros; quienes las veían recelosos, pues no era posible que, un par de hembras hicieran el trabajo que le “correspondía” a los machos. Pero, ellas no se dejaron intimidar, pues tenían claro su

objetivo. Mientras tanto en casa, el señor conejo se había confiado, y se levantó tarde esa mañana, por lo que le agarraron las prisas, y los pequeños conejos se fueron sin desayunar, las mochilas no estaban listas, y sus pequeñas loncheras estaban vacías. El señor tejón, por su parte, ni siquiera pudo llevar a su pequeño hijo al escuela, no había nada para desayunar , y la pequeña madriguera, antes calida y comoda era ahora un lugar sucio, oscuro y frío. Así que, cuando se sintió con hambre, fue al mercado y ahi se encontro con su amigo conejo. ­ ¡Que baridad¡­ decía el señor conejo­ solo me alcanzo para comprar unas cuatro bellotas, y ya no tengo monedas; ¿como le hace mi hermosa conejita que llega con una gran cantidad de comida para mi y los niños? ­ Ni me lo digas respondió el tejón­ esta mañana, aunque dormí lo que quise, no puedo ni mantener a mi hijo sin hambre y la madriguera es un asco. En la tarde, al llegar las señoras a casa encontraron a sus esposos con los nervios destrozados, con mucha hambre y un desastre por madriguera. ­¡ Y la comida¡­ dijeron las señoras agotadas­ ­Es que no me alcanzo el dinero­ dijo el señor conejo­ ­ Es que no me dio tiempo­ dijo el señor tejón ­ ¿Verdad que no hacemos nada en casa? ­ dijeron las señoras­ ­ No teníamos ni idea­ dijeron ellos riendo­ las apoyaremos y trabajaremos más

Y asi aprendieron que apoyarse es la mejor expresión de Amor FIN