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COMO EN LOS VIEJOS TIEMPOS Velocidad en C lenaa-

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Después de que se celebrase por ultima vez una carrera del Cam­peonato de España de velocidad, hace ya mas de veinticinco años, la magia de las carreras urbanas volvió a las calles de Cullera, y en ella se revivió una época dorada del motociclismo, donde los pilotos luchaban entre los bordillos y farolas, rodeados de balas de paja.

La afición, con mas de cinco mil per­sonas, volvió a reunirse con motivo de la exhibición y competición de motos clásicas que se llevó a cabo

en el circuito urbano de la Bega y de la mano del Moto Club Cullera, toda una institución dentro del deporte de la moto, y como no con Salvador Gascón un gran aficionado y una gran persona que hizo posible que hom­bres como Ricardo Tormo fueran campeones del mundo, y que con su tenacidad y trabajo luchó constántemente por el motociclismo. Ya retirado de sus funciones como presidente de la Federación Valenciana, buscó la forma de volver a traer una carrera a Cullera, ya que prácticamente fue hace quince cuando se disputó la última, y veinticinco desde la del nacional., en que en esta turística ciudad se disputaba el Trofeo Ciudad de los Naranjos.

Para esta ocasión se contó con grandes nombres del motociclismo mundial y nacio­nal, en cabeza de ellos el hombre con mas entorchados mundiales, el italiano Giacomo Agostini que hizo disfrutar a una afición entregada cuando, después de una serie de problemas consiguió poner su M V Augusta en marcha. La música de los megáfonos de aquella 500 fue toda una sinfonía que acom-

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Texto - Fotos: Pedro J . Val lespí M O T O C I C L I S M O C L Á S I C O

pafló al resto de invitados; antes, Ago tuvo que darse unas vueltas con una Suzuki RG 500 replica de Sheene, una imagen curiosa para la historia. Con él también estuvo el británico Phil Read, siempre sonriente y con ocho títulos en su haber, que no paró de dia­logar con todos, y con su característico hu­

mor británico hizo las delicias del público, sobre todo cuando se subió a un tractor al finalizar la prueba. No lo puso en marcha pero puso la nota simpática de la mañana. Su paisano Rod Gould, quizás menos conocido que estos dos pero que también consiguió el titulo mundial en 1970, se dio una serie

de vueltas con su Yamaha TZ 250, la misma pero de la clase L que llevaba el francés Eric Saúl, que quedo tan asombrado por la or­ganización y la afición, que tiene en mente poder traer el europeo de clásicas a Cullera el año próximo..

Y si Agostini era el mas buscado de los pilotos extranjeros, Joan Garriga lo era de los nuestros; el catalán, todo entusiasmo, probo el asfalto de Cullera al salir despe­dido en la primera curva con su Yamaha

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ros como su Mobylette-Motobecane 125, que puso en jaque a toda la tropa de Derbi a mediados de los setenta. Paco Rico ex­campeón de España tampoco se perdió la fiesta y disfruto como el que mas, como los hermanos Fullana, los impulsores del Festi­val de Clásicas de Denia; que compartieron pista con otros participantes como Antonio Olmos que posee la Sanvenero 125 ex Tormo, Miguel Ángel Trenzano, Basi Manguan, V i ­cente Rocher, Mario Pastor y muchos más. Curiosa era la Lube Renn de Cesar Gracia, uno de los mas entusiasmados con la celebración de esta exhibición

Como complemento, se llevo a cabo una carrera de velocidad con motos clásicas hasta 250 donde el "Tigre" de Alcoy, Jorge Cabanes, venció tras una emocionante lucha con el castellonense Vicente Arnau, y termi­nando tercero el alicantino Joaquín Orts. En conclusión, una gran matinal donde aficio­nados y pilotos disfrutaron de la mágica car­rera urbana de Cullera,

500, y es que el potencial de esta montura le jugo una mala pasada; todo fue un susto, y el bueno de Garriga reemprendió la mar­cha para disfrute de los aficionados. Con él, toda una institución de Bultaco, Joan Bulto con su TSS 350, y como no Manuel Herreros "Champi". el último campeón de 80 con la moto que consiguió el titulo, la Derbi 80 GP con su gran amigo y valedor Pascual Royo con una reconstruida Bultaco. Hubo más Derbi GP cómo las de Santi Botella o la que llevaba Alfredo Mariah Estela -esta ultima una reconstrucción de la primera moto de Champi-. Tampoco falto el barcelonés Javier Arenas a lomos, como no, de una Montesa Impala. Carlos Morante rememoro sus car­reras en Cullera sobre una Honda RS 500, Pere Auradell con una de las BSA, marca esta que también llevaba Joaquín Rovira, y el suizo-alicantino Peter Merz, espectacular también era la Suzuki-Bimota RGB 500 de Paco Román que también tenia otros teso-

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M O T O C I C L I S M O C L Á S I C O

2)£S2)£ MZ BOX Por- C&óaj- dír-acia

Cullera es un nombre mítico en el deporte motociclista español e internacional. Al finalizar la década de los 50, al igual que en numerosos pueblos de la entonces Región Valenciana, comenzaron a celebrarse competiciones motociclistas en las fiestas patro­nales que, por diversos motivos, alcanzaron en esta población un auge extraordinario.

La razón principal fue que al frente del entusiasta grupo organizador estaba un joven aficionado que

multiplicaba su tiempo para aten­der su negocio familiar e incluso el de su servicio militar para di­rigir a un estupendo equipo, pues estaba especialmente dotado para la dirección, y con una excepcio­nal intuición para los eventos del motor, por lo que sus logros no caben en esta pequeña crónica, pero a vuela pluma os diré que sus "carreras de pueblo" acabaron en grandes carreras con duelos entre pilotos como Lazzarini, Ángel Nieto, Ricardo Tormo, Julián Miralles, Graciano Rossi (padre de Va­lentino, del que aun se recuerda su paso por toda la recta principal con una sola rueda), Walter Vil la, Garriga, Pons, Palomo, Grau, y un larguísimo etc. de los mejores pilotos de cada época, (a nivel mas modesto también se recuerdan los duelos entre Paquito González y el que esto escribe).

En 1981 — ¡¡no tenía vista nuestro personaje, ni nada!! — ce­lebra una prueba de "veteranos", semilla de las actuales carreras de clásicas, en la que se enfundan trajes de cuero nuevos (en los viejos no cabían) pilotos como Ramiro Blanco, Crescencio Bautista, Manuel Dato, Manuel Gracia, y un servidor, entre otros. Y unos años antes, el problema de circuito en Cullera, le obligó a celebrar en Gandia una de las más grandes pruebas celebradas en circuito urbano, en las que ya incluyó una de clásicas en las que además de motos y pilotos internacionales se hallaba invitado el legendario campeón del mundo B i l l Lomas, el piloto de la Guzzi 500 V8.

De su mano, pilotos valencianos consiguen campeonatos de Es­paña, Europa y Mundiales. Nombres como Julián Miralles, Ricardo Tormo o Jorge Martínez "Aspar", por citar a los más importantes, pueden dar fe ello.

Del Club de su pueblo, pasó a dirigir la Federación Valenciana de Motociclismo durante, ya ni se sabe cuantos años, en la más brillante etapa de la misma (tarea que prosiguió la del Patriarca del motociclismo valenciano, D. José Esteve, injustamente olvidado, pues a el y a Paco González le debe principalmente lo conseguido).

Después de superar una crisis de salud que le hizo dejar la Presi­dencia de la Federación, y con la ayuda de las nuevas generaciones de su familia, dispone de más tiempo, acompañándonos en las matinales de exhibición que realizamos por la Comunidad y le entra el "gusani­llo" de volver a sus orígenes y dice: "Voy a celebrar Carreras de Clásicas en Cullera". Dicho y hecho. Monta una matinal el pasado 28 de febrero en la que los "cabeza de cartel" son nada más ni nada menos que Agosti-ni, Gould, Read, Champi, (¿cuantos Campeonatos del Mundo?) Joan Ga­rriga, Morante, etc., y para completar

estábamos Román, Olmos, Rovira, Botella, Gracia (Manolo), y un larguí­simo número de pilotos a los que hubo que limitar su inscripción y a los que me honré en acompañar, estrenando mi Lube Renn a la que por fin he podido equipar con su suspensión delantera original y con un carenado inspirado en el que montaba en su día. Para completar el "cartel", además de la exhibición, se celebró una carrera de 250 de clásicas y otra de la es­pectacular Súper Motard.

Estoy seguro que ningún aficionado de nuestro entorno dudará que se trata de Salvador Gascón, al que desde aquí rindo homenaje y le expre­so mi más sincera felicitación por la matinal de motociclismo en la que no encuentro palabras para expresar tantas y tan agradables sensaciones experimentadas al revivir la extraordinaria afición valenciana que abarrotó el pequeño circuito (otro detalle de sabiduría: pequeño y poco veloz, bien protegido; =muchas caídas/pocos daños) que nos saludaba, se fotografiaba con nosotros y varios aficionados se dirigieron a mí con sus hijos y nietos, presumiendo de habernos visto correr en su juventud (y la nuestra).

A destacar también el capítulo de motos entre las que podemos citar las M.V., Yamaha, Derbi, Sanvenero, Suzuki, etc. de "pata negra", ade­más de bellas réplicas como la Ossa rotativa, Bultaco, Derbi, Montesa, y una de las más admiradas, mi Lube Renn a la que, además de a mí, la relacionaban con Santiago Herrero, lo que me llenaba de orgullo.

Amigos aficionados, esperando que disfrutarais casi tanto como no­sotros y el bueno de Salvador, al que os emplazo a organizar el homenaje que se ha ganado, y cito a los que no habéis podido asistir a Cullera, al Clássic Racing del Jarama el próximo mes de abril.

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