Da Costa Leiva, Miguel - Enrique Molina, Filosofía de La Educación

7/24/2019 Da Costa Leiva, Miguel - Enrique Molina, Filosofa de La Educacin

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ENRIQUE MOLINA GARMENDIA: SUS IDEAS PEDAGGICAS

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Pensamiento Educativo. Vol. 34 (junio 2004), pp. 135-161

ENRIQUE MOLINA GARMENDIA:SUS IDEAS PEDAGGICAS

(1871-1964)

Enrique Molina Garmendia: his pedagogical ideas (1871-1964)

DR. MIGUELDACOSTALEIVA*

Resumen

Enrique Molina Garmendia fue, durante la primera mitad del siglo XX,uno de los educadores ms lcidos de su tiempo. Entendi completamenteel significado esencial que tena la educacin para el desarrollo y progresode los pases, especialmente de los pueblos iberoamericanos. Conoci afondo la teora y la prctica educativa, a travs del estudio erudito de losautores y de la investigacin visual que hizo en Europa, Estados Unidos eIberoamrica de los sistemas educativos vigentes.Hizo un mprobo esfuerzo para llevar a la prctica estos planteamientos ensu calidad de profesor, rector de Liceo y Rector fundador de la Universi-dad de Concepcin y como Ministro de Educacin. Su vida la dedic por

entero al magisterio. Escribi obras en las cuales expuso sus planteamien-tos y esperanzas. Ejercit reformas que en su tiempo eran inconcebibles,como la coeducacin, la educacin obligatoria, la extensin universitaria,la ayuda al estudiante, etc.Fue un MAESTRO con mayscula, en todo el sentido de la palabra. Lagente de su tiempo as lo comprendi plenamente y por eso llev su figuray obra al bronce, como testimonio de venerable ejemplo para las futurasgeneraciones.

Abstract

Enrique Molina Garmendia was one of the most recognized educators of

the first half of the twentieth century. He developed ideas that relatededucation to the development of Latinamerican countries. He wasChancellor and founder of the University of Concepcin. His educationalproposals were related to co-education, mandatory education, and theextension of the university among others.

* Profesor de la Universidad de Concepcin.


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Miguel Da Costa Leiva

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1 Enrique Molina Garmendia: Lo que ha sido vivir. Imprenta Universidad de Con-cepcin. 1974, pg. 50.

2 Op. cit.pg. 39.3 Op. cit.pg. 55.

I. Itinerario Pedaggico e IntelectualComo un hecho fortuito declara Enrique Molina en sus Memo-

rias el que se haya matriculado en el naciente Instituto Pedaggicode Santiago, en el ao 1889, dejando su formacin de abogado. Enesta forma casual y por sugerencia de un amigo de juventud MatasRos Gonzlez se le abrieron el destino y la vocacin de mi vida1.Haba llegado a la capital, desde La Serena, su tierra natal, dos aosantes (1887), con un grupo de condiscpulos dispuestos a estudiar

una profesin liberal en la Universidad de Chile, nico centro de es-tudios superiores existente en el pas en esa fecha. No traa una claravocacin de cul podra ser su preferencia profesional. Confiesa queno quera ser dentista, arquitecto, farmacutico ni ingeniero, porqueeran carreras de importancia secundaria. Le quedaban como alterna-tiva las de mdico y abogado, sobre las cuales tena poderosas razo-nes de desconfianza2. Al final, se decidi por los estudios de Dere-cho. Sin duda que la influencia ms importante que recibi en ese yposterior perodo fue la avasalladora personalidad y pensamiento de

Valentn Letelier.En el Instituto Pedaggico desarroll su verdadera vocacin de

maestro a inspiracin del cuerpo de profesores alemanes contratadospor el gobierno de Chile (Federico Johow, Federico Hansen, JuanSteffens, Rodolfo Lenz, Jorge E. Schneider, etc). Eran casi sin ex-cepcin verdaderos hombres de ciencia, laboriosos, sencillos y se-rios, despreocupados de todo reclamo periodstico, despreciadoresde figuraciones mundanas y consagrados por completo a sus estu-dios, los recuerda su distinguido discpulo3. Haba all tambin dosprofesores chilenos: Domingo Amuntegui Solar y EnriqueNercasseaux y Morn.


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En 1891 obtiene su ttulo de pedagogo en Historia y Geografa yun Diploma de profesor de Gimnasia. Su primera destinacin profe-sional se efecta al Liceo de Hombres de Chilln. All contina suformacin en forma autodidctica, iniciando sus estudios de filoso-fa, aprendiendo idiomas (lleg a manejar el alemn, francs e in-gls) e interiorizndose en la problemtica pedaggica. En 1898 sepresenta por primera vez a un Congreso Cientfico con una ponencia,Ligeras indicaciones sobre algunos estudios que no se cultivan enChile. En 1902 dicta su primera conferencia en la Universidad de

Chile en un Congreso de Educacin (La Educacin intelectual y laimitacin inglesa).

En 1903 es destinado como profesor en el Liceo de Hombres deConcepcin. Dos aos ms tarde es designado Rector del Liceo deHombres de Talca. Junto con su inolvidable compaero AlejandroVenegas desarrolla una destacada labor pedaggica y de difusincultural cuyo alcance lo transforma en uno de los ms idneos profe-sores secundarios de provincia. En 1911, el Gobierno le enva comi-

sionado a Europa para efectuar estudios de pedagoga y enseanzade la historia. Visita Alemania, Francia e Italia y conoce a los princi-pales maestros y filsofos de su tiempo (G. Simmel, G. Munch, C.Stomf, C. Larnfrech, G. Wundt, H. Bergson, E, Durkheim, etc.)

En 1912 publica su obra La Cultura y la Educacin en gene-ral donde defiende el valor de la educacin intelectual frente a crti-cos de renombre como Francisco Antonio Encina. En 1914 salen a luzFilosofa Americana yEducacin Contempornea,con los cua-les adquiere real rango y autoridad de filsofo y pedagogo en Chile.

En 1915 es nombrado Rector del Liceo de Hombres de Concep-cin y poco despus (1917) Presidente de la histrica asamblea devecinos constituida para fundar una Universidad local y un HospitalClnico. Un ao antes haba publicado: Las democracias america-nas y sus deberes yLa filosofa de Bergson.En ese tiempo ini-cia su colaboracin con la revista del grupo intelectual Los Diez,de Santiago.


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En 1918 comienza su entraable amistad con Gabriela Mistral yrealiza su primer viaje a Estados Unidos comisionado por el gobier-no chileno para estudiar la organizacin de las universidades norte-americanas. Fruto de ese conocimiento es la publicacin de dos im-portantes obras: Por las dos Amricas y De California aHarvard (1920). Un ao antes, apenas de regreso a Chile, asume larectora de la Universidad de Concepcin y se lanza a la difcil tareade organizarla hasta darle su fisonoma caracterstica, empeo al quededicara todo el resto de su vida.

En 1924 funda la Revista Atenea,dedicada a la ciencia, elarte y la literatura. Un ao ms tarde viaja a Montevideo (Uruguay) aparticipar en un Congreso Americano de Educacin. Ese mismo ao(1925) publica Por los valores espirituales yDos filsofos con-temporneos: Guyau-Bergson.Tambin viaja a La Paz (Bolivia)en representacin del Gobierno de Chile en las festividades del cen-tenario de vida independiente de ese pas.

En 1926 viaja a la Argentina y all expone su concepcin del

progreso y sus ideas acerca de la vida espiritual. Un ao ms tarde esnombrado primer Superintendente de Educacin de Chile en el mar-co de una profunda reforma educacional. Deja el cargo algunos me-ses despus para viajar por segunda vez a Europa en misin de estu-dio. Recorre Francia, Blgica, Alemania y Espaa. Entre otraspersonalidades, conoce a la hermana de F. Nietzsche, al doctorGregorio Maran y al filsofo Jos Ortega y Gasset.

En 1930 viaja a Cuba a un Congreso Internacional de Universi-

dades. Ese mismo ao es designado integrante de nmero para cons-tituir la Academia de Filosofa, Historia y Filologa del Instituto deCiencias de Chile. En 1932 recibe en forma especial una medalla deoro (Goethe) del gobierno alemn por su obra Goethe y su idealde perfeccionamiento.

En 1933 saca a luz Las funciones de la Universidad yElliceo y la formacin de la lite.Al ao siguiente: la Revolucinrusa y la dictadura bolchevista,que junto a La revolucin, los


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estudiantes y la democracia (de 1931) constituyen su ideario pol-tico de esa poca.

A partir del ao 1935 multiplica su actividad intelectual y prag-mtica a raz de su jubilacin como rector y profesor del Liceo deHombres de Concepcin. Ese mismo ao publica Proyecciones dela intuicin. Nuevos estudios sobre la filosofa bergsoniana yparticipa en la Segunda Conferencia Interamericana de Educacin,celebrada en Santiago de Chile. Es designado Socio Correspondien-te de la Sociedad Cientfica Argentina.

En 1936 publica La herencia moral de la filosofa griega yal ao siguiente, su obra ms importante: De lo espiritual en laVida humanay Calope.Participa en el Primer Congreso Na-cional de escritores celebrado en Santiago. En 1938 se vuelve a im-primir en edicin ampliada: Por los valores espirituales.Un aoms tarde sale la primera versin de sus Discursos Universitarios,seguido por una reminiscencia histrica y sentimental de su granamigo ya fallecido, Alejandro Venegas.

En 1940 viaja por segunda vez a Estados Unidos a participar enel Octavo Congreso Cientfico de Amrica. Escribe sus experienciasen: Pginas de un Diario. Nuevamente se traslada a la Argentinaen 1941 para visitar universidades y exponer su pensamiento. Susrecuerdos los vierte en una amena obra titulada Peregrinaje de unUniversitario .Ese mismo ao es nombrado miembro acadmicode la Facultad de Filosofa de la Universidad de Chile, en reconoci-miento a sus extraordinarios mritos intelectuales y magisteriales.

En 1942 edita Confesin filosfica yLlamado de superacina la Amrica Hispnica.En 1944 publica Nietzsche, dionisiacoy asceta y dicta conferencias en Concepcin y Temuco. En 1945 esnombrado Miembro Honorario de la Facultad de Ciencias Jurdicasde la Universidad de Concepcin. Publica Ciencia e intuicin en eldevenir social.Viaja adems a su ciudad natal, La Serena, a ofrecerun ciclo de conferencias en homenaje al Cuarto Centenario de sufundacin.


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El Ministerio de Educacin de Francia le confiere en 1946 LesPalmes dOfficier de Instruction Publique,con motivo de su per-manente preocupacin por incrementar los lazos de amistad y cultu-ra entre Chile y Francia. Dicta conferencias en Valdivia y reimprimealgunas de sus ms importantes obras.

En 1947 es designado Ministro de Educacin bajo el Gobiernode Gabriel Gonzlez Videla, permaneciendo en ese cargo por un ao.Viaja por las ciudades ms importantes del pas donde tambin dictaconferencias. En 1948 se funda la Sociedad Chilena de Filosofa y es

nombrado su primer Presidente.

En 1951 publica La filosofa en Chile en la primera mitaddel siglo XX,fruto de un ciclo de conferencias dictadas en la Uni-versidad de Chile. Viaja a Lima (Per) invitado por la Universidad deSan Marcos, donde tambin dicta conferencias. Ese mismo ao laIlustre Municipalidad de Concepcin le otorga el ttulo de Ciuda-dano ilustre.En 1952 publica Tragedia y realizacin del espri-tu y al ao siguiente su ltima obra: Del sentimiento de la muer-

te y del sentimiento de la vida.Se le otorga el primer Premio deArte y Literatura conferido por la Ilustre Municipalidad de Concep-cin en homenaje a su extensa vida dedicada al magisterio y al culti-vo de las ciencias del espritu . Abandona sus funciones de Rector dela Universidad de Concepcin en 19564.

4 Su vida y obra pueden consultarse en: El pensamiento filosfico de Enrique MolinaGarmendia, dos tomos, 1978, Madrid (Tesis doctoral); Epistolario de EnriqueMolina Garmendia, 12 volmenes, 1981, Vicerrectora de Investigacin, Univer-sidad de Concepcin; La obra indita de Enrique Molina Garmendia, 17 vol-menes, Direccin de Investigacin de la Universidad de Concepcin, 1984;Bio-bibliografa de Enrique Molina Garmendia, Direccin de Investigacin de laUniversidad de Concepcin, 1987, y Obras Completas de Enrique MolinaGarmendia, volmenes I, II, (1994), III, IV (2000), Editorial Universidad de Con-cepcin. Autor: Miguel Da Costa Leiva.


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II. Filosofa Educacional

1. Teora educacional

Las ideas pedaggicas de Enrique Molina estn construidas alhilo del positivismo y su nocin de progreso y del pragmatismo nor-teamericano. Estas ideas son dinmicas, se desarrollan hacia direc-ciones concordantes con las innovaciones experimentadas por la pe-dagoga como ciencia y el concurso de disciplinas auxiliares a ella,como la psicologa y la sociologa. Tuvo el privilegio de estar sufi-cientemente informado acerca de tales innovaciones; dos viajes aEuropa y Estados Unidos a estudiar el grado de desarrollo de lossistemas educativos y sus consecuentes investigaciones de esos pa-ses lo ilustraron suficientemente. Lleg a ser una autoridad en edu-cacin comparada, a pesar de que no se le evalu esta rica veta, prin-cipalmente, por vivir y ejercer en provincia.

El grueso de estas ideas se asientan en la tradicin de las artes libe-rales, con las observaciones y crticas que le hacen el positivismo, el

pragmatismo y an el intuicionismo. Hay una primera instancia de sumagisterio en el que defiende a ultranza el dominio de la educacin inte-lectual frente a los intentos por entronizar el dominio de la educacineconmica. Es la pugna entre las humanidades y el pragmatismo. Estapolmica se enlaza con el dilema de la conservacin o destruccin de latradicin. En esta pugna es necesario aclarar conceptos. Molina logradistinguir dos tipos de tradicin: una formada por elementos que emergendel arte, del culto a grandes personalidades, hechos y lugares histricos,por todo aquello, en suma, que constituya un bien para la cultura socialy que ennoblece la vida. Aquella otra, compuesta de elementos que for-man un obstculo para el progreso y el cambio.

Frente a estos conceptos, Molina opone su concepcin del pro-greso5.La vida del espritu es constante movimiento que obliga a

5 Cf. E.M.G.: De lo espiritual en la vida humana, pg. 7. Tambin vase: Tragedia yrealizacin del espritu, pgs. 59 y ss.


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buscar nuevas frmulas para abandonar aquellas que no le satisfaceno considera errneas.

Las tradiciones negativas son as reemplazadas por otras positi-vas y ms actuales. Este es un proceso permanente y la educacincumple su papel facilitando que el proceso se efecte sucesivamenteen forma dialctica. En este sentido, todos los pueblos van acumu-lando un cierto tipo de tradiciones que constituyen un obstculo parael progreso y el cambio. Son elementos que avalan el conservaduris-mo cultural. La educacin debe ponderarlas y seleccionar de ellas

aquellos aspectos que sirven para identificar a un pueblo y cambiar odesechar los ingredientes que slo retardan el desarrollo social. Eneste aspecto, los pueblos jvenes tienen a su haber una mayor flexi-bilidad para hacer cambios que aquellas viejas naciones sobre lascuales pesan siglos de adhesin a frmulas y liturgias tradicionales.

La educacin es entendida por Molina como un instrumento deregeneracin social y por lo tanto agente de cambio. Esta concepcinse presta a polmica cuando se la mira desde un punto de vista ideo-

lgico, como una educacin instrumentalizada y hasta contradictoriacon los valores permanentes de una nacin. La crtica va dirigidacontra la educacin humanstica que permitira la penetracin de ideasforneas, tendencias y modelos extranjerizantes que perjudican laidentidad de un pueblo y por lo tanto no desarrolla el nacionalismo.

Este asunto se relaciona con la creciente interdependencia de lacultura, asunto que Molina alcanz a conocer en sus inicios. La vidainternacional, cada vez ms copiosa, obliga a un intercambio perma-nente de experiencias y conocimientos, observndose este fenmeno

cultural especialmente en las letras, las artes y las ciencias, porquetienen una proyeccin ms perdurable. En tiempos de Molina an nose haba presentado la conciencia de la transferencia tecnolgica comogran problema de los pases subdesarrollados. Esta relacin interna-cional no tiene por qu atentar contra la autonoma y nacionalidad deun pueblo. Significa, por el contrario, robustecer valores autctonos.Los pueblos no pueden crear fronteras artificiales porque se ahoga-ran a s mismos.


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En respuesta a esta inquietud, Molina acua el concepto de na-cionalismo solidario,afincado estrechamente con la idea de educa-cin. No es un nacionalismo agresivo, sino constructivo y creadorde los bienes de la paz6.Es un nacionalismo profundamente huma-no, abierto a la solidaridad de otras razas y pases del mundo. Laeducacin debe ser capaz de favorecer en los sujetos de una nacin laformacin de una especie de alma nacional7. Hace notar nuestroautor que para constituir un sano nacionalismo en un pueblo es me-nester, primero, universalizar la educacin. Esta es su condicin esen-

cial8

.A este fin deben acceder verdaderamente los hijos de todas lasclases sociales para que el Estado obtenga las ventajas democrticasque ello conlleva y para que resulten consecuencias econmicas ysociales imprescindibles de desarrollo. Por el contrario, cuando elnacionalismo se radicaliza en un individualismo exacerbado9,se pro-duce el aislamiento espiritual de los pueblos.

El nacionalismo solidario significa reciprocidad y unin entrelas naciones. Su ejercicio y conciencia debe inducir a reformar lossentimientos de rivalidad entre ellos, a afirmar sus respectivas perso-nalidades colectivas y a borrar sus mutuas desconfianzas.

Molina defiende a ultranza la educacin humanstica. Ella es laque asegura en mejor forma el desarrollo de la personalidad y la rege-neracin social. Esta adhesin le obliga rechazar una serie de invectivasen contra de la educacin humanstica, lo que se traduce en una mejorexposicin de sus pensamientos acerca de los fundamentos que la sos-tienen. Ella est animada de una vital inspiracin tica. Es as comolas letras, las artes, la ciencia son los mejores elementos para una for-

macin moral, en tanto representan la ms pura espiritualidad huma-na. Cualquier modelo de desarrollo de un pueblo debe contemplar la

6 E. M. G.: Diario La Nacin de Santiago de Chile, 20 de mayo de 1927. Discurso.7 Cf. E.M.G.: Educacin contempornea. Primera parte.8 Cf. E.M.G.: Ideales y rumbos de la educacin nacional. Conferencia ofrecida el 21

de julio de 1913.9 E.M.G.: Revista Atenea, N 101, 1933, pg. 473.


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presencia eficaz de una cultura espiritual o humanstica si no quieretener serios problemas morales a corto p lazo. La juventud que se edu-ca ha de resolver no slo problemas econmicos, sino adems cues-tiones sociales, polticas, religiosas e intelectuales10.

No se puede criticar a la educacin humanstica de purointelectualismo. Ella tambin crea hbitos de disciplina y amor altrabajo. Toda actividad intelectual, si quiere ser cientfica, tiene queser rigurosa, sometida a una cierta lgica y mtodo. No hay contra-dicciones entre la formacin humanstica y la formacin econmica.

El defecto se da cuando se quiere dar slo una formacin econmica,ausente de una textura moral individual, eso podra llevar a muchosexcesos. Los fines de la educacin, en consecuencia, no pueden serexclusivamente utilitarios. Deben velar por la persona en toda su in-tegridad y tambin por el Bien Comn de la sociedad en que esaeducacin se concretiza.

La educacin intelectual, por ltimo, surge de las necesidades msprofundas del espritu humano. En su forma de educacin general, o

artes liberales, da una cultura cientfica, moral y cvica que representaconocimientos y valores que sirven para toda la vida y para toda acti-vidad. Slo a partir de este bagaje general pueden constituirse mstarde las diferenciaciones que el trabajo social requiera. Un sujeto debesaber con claridad en qu patria vive, cules son las necesidades queella y l requieren ser satisfechas. Debe conocer la geografa, la histo-ria y las leyes del Estado donde l ya es ciudadano. Necesita conocerlas ciencias que explican las leyes de la naturaleza y sus seres, a fin deobtener una concepcin juiciosa y cientfica del hombre y del mundo.

2. Por qu se educa

La educacin, en su ms amplio significado, consiste en el culti-vo de la personalidad, circunstancia que hace del arte y de la ciencia

10 E.M.G.: Educacin Contempornea, pg. 119.


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pedaggica la base sobre la que se levanta su obra de perfecciona-miento, aquella filosofa de origen socrtico que busca en el hombremismo la orientacin ms slida para sus especulaciones. De ah quela educacin revista proyecciones especficamente humanas y tomacaracteres peculiares dentro de cada nacin. Debe estar animada deideales que conduzcan al desarrollo y crecimiento de las energasnacionales. El elemento ms importante del proceso educativo es eldesarrollo de la personalidad del individuo.La eficiencia que estapersonalidad obtenga a travs de la educacin debe ser tal, que pue-

da constituirse en un centro de perfeccionamiento continuo11

.Cabe colegir de lo anterior el doble fin social e individual que

posee la educacin. Representa, por una parte, el espritu colectivode una sociedad articulada en procesos de desarrollo y sistematiza-cin de las energas sociales que la componen, y por otra, en el idealde perfeccionamiento intelectual y moral que anida en la voluntaddel individuo componente de esa sociedad. Estos dos factores se com-plementan recprocamente como agentes dinmicos, creadores y tras-misores de cultura. Molina da prioridad al individuo sin tomar encuenta que estos dos factores son inseparables. El a priori de la so-ciabilidad importa mucho ms que la pura intencin hacia la perfec-cin del sujeto, por cuanto coloca elementos tan esenciales como ellenguaje, la cultura bsica y hasta los mismos presupuestos en que sebasa ese desarrollo de la personalidad. El fin de la educacin es siem-pre un objetivo social, a pesar que en este universal haya fines parti-culares que lo componen y hasta lo contradicen.

3. Para qu se educa?

Qu rumbos o fines debe tener la educacin? Se dijo ya que laeducacin busca el desarrollo y perfeccionamiento de la personali-dad humana, busca tambin la felicidad del individuo, en tanto stepuede disponer de las herramientas espirituales con las cuales pueda

11 E. M.G.: En las encrucijadas de la vida. Artculo. (1930?).


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satisfacer sus aspiraciones y necesidades. Busca despertar la masade individualidades que yacen en la ignorancia. Por la educacin,podrn desarrollarse en mejor forma aquellos sujetos que poseen ca-pacidades excepcionales a fin de ponerlas al servicio de la sociedad.Esta aclaracin era necesaria si no quiere entenderse esta posicincomo una tesis puramente individualista. El perfeccionamiento delindividuo tiene una profunda consecuencia social, amerita de que elEstado se preocupe justamente de ofrecerle los medios y posibilida-des para que se eduque. De otro modo, dejara entregada esta fun-

cin al simple arbitrio del individuo. La educacin, agrega Molina,quiere tambin cultivar y aprovechar las fuerzas sociales, espiritua-les y materiales que en el presente suelen perderse entre nosotros12.

Los conceptos anteriores se resumen en la idea de que la educa-cin es uno de los instrumentos de que dispone el hombre que tienemayor eficacia para desarrollar todas las virtudes favorables a la vidaindividual y social. Sobre todo, en el orden moral no cabe negar sueficacia. La virtud hay que cultivarla por no ser ingnita. El desen-volvimiento normal, completo y armonioso de las facultades de loseducandos es papel que compete exclusivamente a la educacin. To-dos estos componentes constituyen la llamada educacin integral,es decir, un tipo de educacin que incluya la idea de desarrollo en losrdenes fsico, intelectual y sobre todo moral.

Molina da enorme importancia en sus escritos y actuaciones pe-daggicas a la educacin moral del sujeto, a travs de sugestiones queposibiliten la formacin y ejercicio de hbitos y conductas deseables.Sostiene que como producto superior del proceso educativo es conve-

niente crear en el educando una especie de sentido moral,cuya cul-minacin debe concretarse en una concepcin del deber,entendidoste como el dictado de un poder interior y no como un obedecimiento

12 Ideales Sociales. Ensayo preparado para conmemorar el Primer Centenario de laIndependencia Nacional. Fue ledo en el Teatro de Talca el 18 de septiembre de1910, indito.


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a una orden coercitiva externa13

.No siendo fcil este proceso, es ne-cesario estimular por la educacin todos los medios que sirvan al desa-rrollo de las potencias positivas que tiene el individuo.

Nuestro autor quiere reeditar el ideal kantiano del deber y, porlo mismo, alcanzar por medio de la educacin la constitucin de unabuena voluntad para dirimir los actos morales en funcin de una leyuniversal trascendente a fines particulares.

Hay un elemento ligado a la educacin y la vida humana que el

filsofo penquista considera de especial importancia y al cual dedicacomentarios reflexivos en cuanta ocasin se le presenta abordarlo: eltrabajo. Lo considera como instrumento de formacin espiritual, es-pecialmente moral, y factor indispensable para el perfeccionamientoindividual y social. Al educando afirma hay que ensearle a traba-jar y a amar el trabajo, suprema disciplina que slo a los hombres leses dado tomar conciencia. El trabajo debe hacerse no slo por placer,sino con el claro designio de que se trata de un deber que cumplir,La vida no es otra cosa que trabajo y sumisin a reglas14.

La educacin intelectual, por su parte, debe conseguir a lo me-nos tres objetivos especficos: elevar el espritu y acostumbrarlo apercibir las cosas desde cierta altura; aplicarlo a algn fin prctico; osimplemente, amoblarlo con conocimientos. Desgraciadamentese queja Molina este ltimo fin es el que ms se persigue.

La atencin tiene un valor especial dentro de la educacin inte-lectual. Nos posibilita proceder con mtodo. El fin ltimo de este tipode educacin es imprimir en los educandos acertadas direcciones ge-

nerales de pensamiento y conducta, a fin de que en la vida puedansentir el autntico deseo de seguir aprendiendo y estudiando con amory profundidad. La educacin ms completa no es slo aquella que ins-truye, sino que enriquece el espritu con sugestiones y direcciones.

13 E.M.G.: Dos filsofos contemporneos: Guyau-Bergson. 2aedicin, pg. 135.14 E.M.G.: Op. cit.pg. 139.


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Por eso que la educacin es un proceso que no debe terminar jams, yaque la vida espiritual fecunda es una construccin continua15.

4. Quin educa. Misin del educador. Condiciones para ensear

La primordial misin del educador se sita en la formacin delalma de los individuos que se le han encomendado, misin que deberealizar con la mira puesta en el ideal de una sociedad mejor16.

O sea, est de acuerdo con el desarrollo de la personalidad que

compete como fin de la educacin con respecto al individuo. El pa-pel del educador es el de un conductor de ese desarrollo. Molinareconoce que en esta dedicacin vocacional se gasta mucho sacrifi-cio. La labor del profesor, con ser difcil, es mal e insuficientementecomprendida por la sociedad.

En su papel de conductor del desarrollo de la personalidad que-da expresado el carcter eminentemente tico con que Molina abor-da a la educacin. Desgraciadamente se queja esta inspiracin ti-

ca no es tampoco entendida en profundidad. Generalmente se estimaen mayor grado el papel de la inteligencia como elemento prioritariodel proceso enseanza-aprendizaje. Pero la inteligencia sin carcterdice, sin los sentimientos morales que aseguran el equilibrio y unalnea de rectitud a la personalidad, es fuego fatuo, es vanidad pertur-badora, en otras palabras, no es eficaz para el desarrollo integral delsujeto que se educa. Mayor peligro reviste esta concepcin cuandose confunde la inteligencia con la simple crianza personal, el despejoverbal o la falsa manera de valorizar las facultades humanas, como

ocurre, por ejemplo, entre los pueblos iberoamericanos.

El maestro, dicho en trminos metafricos que Molina manejamucho, debe limpiar, rectificar el lastre y defecto que por otrascausales el alumno recoge. El educador depura hasta donde alcanza

15 Cf. E.M.G.: Las democracias americanas y sus deberes, pgs. 28 y ss.16 E. M. G.: Por los valores espirituales. 2aedicin, pg. 203.


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la arcilla animada que recibe a fin de ir entregando cada vez indivi-duos mejores a la sociedad que, en forma de Estado y condicionadapor la tradicin nacional, es la patria17.Pero, adems, es misin delos educadores esforzarse porque los sentimientos de justicia y ar-mona florezcan en los corazones de todas las clases sociales y hacerque dominen como resortes decisivos en las almas, no una mezquinaemulacin, sino el espritu de iniciativa y la confianza de s mismo18.

A veces esta misin toma una variante que apunta a la virtud po-ltica, en vista de esta relacin intrnseca que Molina percibe entre

educacin y democracia. En otro texto seala sobre este particular:El profesorado tiene una misin trascendental que cumplir en los dasque vivimos se refiere en lo fundamental a Chile, en defensa delporvenir de nuestra juventud, de la superacin de la democracia chile-na y de alzarse ms que nunca con renovada disposicin hacia el traba-jo y hacia el perfeccionamiento de todos los sistemas pedaggicos19.

Contra la opinin general, Molina propugna la idea de que notodos pueden ser maestros; se requieren ciertos atributos esenciales

para desempear eficazmente la funcin magisterial. El maestro debeposeer, en principio, una ilustracin cientfica general que le permitaelevarse sobre las nociones vulgares y comunes; debe darle a la vidaun sentido mucho ms elevado que el que se le atribuye corriente-mente. Debe ser altruista; no puede prescindir de un juicio generalsobre la sociedad en que acta. Debe orientar su accin formadora ysus actos en el sentido del progreso; debe considerarse plenamentecomo una especie de redentor intelectual y moral de su comunidad ycomo un agente creador del porvenir de ella. Deber rendir culto cons-

tante de amor y trabajo al acrecentamiento y difusin de la verdad, elarte, la ciencia y el progreso20.

17 E. M. G.: Diario El Sur de Concepcin, 6 de noviembre de 1935. Discurso.18 E. M. G.: Discurso en la 2aConferencia lnteramericana de Educacin. Santiago de

Chile. 1934. Indito.19 E. M. G.: Diario La Maana de Talca, 9 de abril de 1948.20 Cf . E. M. G.: Filosofa Americana, pgs. 240 y ss.


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Estas son las virtudes del maestro, intelectuales y morales. En elfondo, se establece la condicin bsica de un sujeto autoconscientede su realidad espiritual, espacio-temporal y social. Animado de ener-ga y voluntad positiva; catalizador de los eventos y consecuenciasde la misin que est desarrollando. Un sujeto as tiene que ser, ne-cesariamente, un profesional de excepcin.

El afn ltimo del educador, concluye este grupo de pensamien-tos, es imprimir en los educandos acertadas direcciones generales depensamiento y conducta a fin de que en la vida puedan sentir el au-

tntico deseo de seguir aprendiendo y estudiando con amor y profun-didad. De este modo, la educacin ms completa es aquella que noslo se limita a instruir, sino que enriquece el espritu con sugestio-nes y direcciones21. La carrera del profesor, en todo caso, no essiempre ingrata, como tan a menudo e irreflexivamente se dice. Elxito puede obtenerlo cualquiera que se empecine en ejercer su vo-cacin22.De lo anterior se deduce que la condicin diferenciadoraque cualifica al verdadero maestro en su vocacin magisterial que,sumada a las condiciones o virtudes ms arribas indicadas, constitu-yen el arquetipo de este profesional de la educacin.

Molina est consciente de las tribulaciones de todas clases queexperimenta el profesor en su trabajo y en su relacin profesionalcon otra clase de ocupaciones sociales. Frecuente es que halle en sucamino reconoce por experiencia propia las fras oquedades de lacrtica maligna, de la incomprensin y del desengao. Tampoco pue-de el maestro, trabajando directamente con los dolores humanos, ce-rrar los ojos a las doloridas quejas de un mundo que a veces parece

derrumbarse. No puede frenar el impulso irrefrenable de cada de lainteligencia cuando sta es escoltada por el pesimismo y escepticis-mo por va de circunstancias no siempre inevitables. En medio deesa vorgine, nos reconforta Molina, el verdadero educador debemantenerse sereno y alentado. El mismo se constituye en una leccin

21 Cf. E. M. G.: Dos filsofos contemporneos: Guyau-Bergson, pg. 142.22 Cf. E. M. G.: Discurso de agradecimiento. Separata Revista Atenea, No223, pg. 16.


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moral viva de cmo el individuo debe valorizarse por su conciencia,con independencia de las veleidosas apreciaciones de las multitudes,de los grupos y de los prejuicios sociales. Al mantenerse sereno yalentado, es el educador un verdadero conservador de la vida social,se convierte en depositario de la potencialidad del progreso del por-venir23.Se rubrica as el papel paradigmtico que posee el profesorque por esta imagen se convierte en un autntico modelo tico capazde motivar emulacin en el educando y en la comunidad en que estinserto ejerciendo su funcin.

III. Aplicaciones Educacionales

1. La Educacin y el Estado

La educacin constituye para Molina la gran esperanza y herra-mienta capaz de cambiar, no slo la naturaleza espiritual de los hom-bres, sino la composicin del Estado. Es la forma menos violentapara constituir y consolidar un Estado democrtico, segn las premisas

del liberalismo romntico. La educacin es ante todo una funcinsocial que corresponde al Estado, siendo ste la personificacin delalma social en lo que tiene de comn24.Lo que la patria es en elterreno del sentimiento, lo que la nacin es en el campo de la histo-ria, es el Estado en el orden del derecho. Es la encarnacin jurdicade la nacin; es el primer rgano de la conciencia social que custodiay propulsa los intereses generales, al mismo tiempo que constituyeuna garanta para el respeto de las libertades individuales,

La obligacin que el Estado tiene con respecto a la educacinemana de un compromiso jurdico, segn Molina. Este fundamentose basa en un concepto de justicia distributiva y conmutativa subya-cente a la idea de igualdad de oportunidades que deben tener todos

23 E. M. G.: Diario El Sur de Concepcin, discurso, 2 de diciembre de 1923.24 E. M. G.: Educacin contempornea, pg. 162.


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los miembros de un Estado. La educacin pasa a ser una tarea princi-pal del Estado, si no la ms importante y prioritaria asignada a l.Prioritaria, por cuanto son muchas las consecuencias que se derivande ella y que estn en relacin directa con el desarrollo del Estado,su situacin econmica, su rgimen poltico, el grado de cultura ge-neral de sus miembros e instituciones, etc. Estado y Educacin sonconceptos interdependientes, que se afirman uno del otro y se per-feccionan en sus respectivos campos de realizacin.

Este compromiso jurdico se realiza a travs de las siguientes

responsabilidades: primero, la funcin educativa del Estado tiene queejercerse por medio de un cuerpo de profesores formado por la na-cin y consagrado de lleno a cumplir su misin social. A Molina leparecera muy extrao que esta formacin magisterial fuera una fun-cin subsidiaria, entregada a manos de la iniciativa privada. No setrata slo de dar educacin, sino velar que sta sea de la mejor cali-dad y para todos los ciudadanos que la necesiten. Slo as la educa-cin se entiende como un derecho inalienable de la persona humana.

En segundo lugar, el Estado debe entregar una enseanza que secaracterice por ser colectiva y gratuita, nacional y cvica, cientfica eintegral. Debe ser gratuita porque es lo propio de una organizacinrepublicana que busca su propio bien en ofrecer a todos los hijos dela sociedad, sin distincin de clases, la posibilidad de educarse25.Nuestro filsofo indica que la enseanza es una de las actividadessociales que menos se aviene a ser tratada como una industria o conespritu comercial26.El carcter nacional o cientfico deviene a quela vida nacional, en cuanto es la forma ms concreta y que nos llega

ms al alma de la vida social y humana, nos presenta la base mscierta sobre qu afirmar nuestra existencia personal y darle el mscompleto desarrollo que nos sea posible en sus aspectos intelectual,econmico, moral y cvico. Debe ser cientfica porque nuestra vidacontempornea es eminentemente cientfica. En cuanto a la educa-

25 E.MG.: Op. cit., pgs. 162 y ss.26 E. M.G.: Educacin contempornea, pgs. 162 y ss.


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cin religiosa, Molina rubrica su pensamiento de que el Estado debeser agnstico, por cuanto le toca velar porque cada conciencia, enderecho, no sea perturbada en su aspiracin a interpretar librementeesos misterios27.

A mayor abundamiento, la educacin resulta ser indispensablea juicio de Molina para el desarrollo de un pueblo. No se puedesoslayar o aminorar su influencia e importancia. De ah que es nece-sario convertirla en un instrumento de acceso universal a fin de quetodos los estamentos sociales reciban su beneficio. El principal favo-

recido de esta inversin es el propio Estado, puesto que puede contarcon el mximo de sus miembros para la produccin de riquezas, bie-nes y servicios, elevando al mismo tiempo el nivel de cultura generalde los habitantes y posibilitando el desarrollo y estabilidad democr-tica, en tanto existen ms conocimientos generales y polticos que serevierten en mayor conciencia de responsabilidades y derechos.

2. Educacin y democracia

Para Molina, la educacin debe estar decididamente al serviciode la democracia28.Siendo la educacin el mejor instrumento parahacer cambiar a los hombres, tal cambio debe inspirarse para conso-lidar y fortalecer el rgimen democrtico. En trminos generales, lademocracia es aquel rgimen de convivencia social y poltica basadoen la ley dictada por los ciudadanos calificados de un Estado o porsus representantes legtimamente elegidos. Es el rgimen en que di-chos ciudadanos intervienen por s mismos o por medio de sus man-

datarios y tienen el derecho de opinar libremente acerca de ellos29

.Para el primer rector de la Universidad de Concepcin, la democra-cia es la nica forma de convivencia que a pesar de sus defectosasegura a los ciudadanos la igualdad de oportunidades y las liberta-

27 E.M.G.: Educacin contempornea, pgs. 162 y ss.28 E.M.G.: Democracia y Educacin. Revista Zig-Zag, 14 de enero de 1943.29 Cf . E. M. G.: La revolucin rusa y la dictadura bolchevista, pgs. 165 y ss.


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des esenciales para su vida pblica y privada30

. La relacin entredemocracia y educacin se funda en la necesidad de una concienciamoral y jurdica en los miembros que componen un Estado comocondicin innegable para que la democracia sea estable y plena. Lademocracia y la educacin poseen, asimismo, una base comn quees la libertad esencial del individuo. La democracia aspira, sobre todo,a ser una comunidad de hombres libres31.La educacin, por su parte,desarrolla las capacidades ntimas del sujeto a travs de lo que Molinaha llamado el desarrollo libre del espritu.

La educacin no slo debe ejercer su accin en las masas, sinotambin ella debe extenderse a los dirigentes de una comunidad. Lademocracia perfectible debe asegurar que los mejores y ms idneossean los que ejerzan un cargo pblico o de gobierno, sin quitar elacceso de posibilidades a todos. Esto significa reconocer un sistemaeducativo general, al que todos tengan acceso por igual y en el que,desde temprana edad, se expresen en forma natural las capacidadesde dirigente que el grupo necesita32.La educacin, y ms concreta-mente, la escuela, pasa a ser el espacio poltico donde se aprende yensea el ejercicio democrtico. Para Molina, en efecto, es indispen-sable una educacin poltica para regular el funcionamiento de unademocracia. La educacin es un proceso para la democracia.

La regeneracin del pueblo por medio de la educacin alcanzen Molina el carcter de un verdadero apostolado. Es una empresaabnegada y sacrificada entregada a los maestros. La reforma de lademocracia por medio de la educacin dice es un proceso largo yentretanto los educadores deben vivir laborando en la sombra, lejos

de toda figuracin espectacular, sin participarde las regalas y dis-frutes que ofrecen el poder y las influencias polticas33.

30 E.M.G.: Por los valores espirituales, pg. 150.31 E.M.G.: Discurso en homenaje a los estudiantes de la Universidad de Chile, 1931.32 E.M.G.: Revista Atenea. No101, 1933, pgs. 473 y ss,33 E.M.G.: Discurso de agradecimiento en sus cincuenta aos al servicio de la educa-

cin nacional. Universidad de Chile, 1943.


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La educacin debe entenderse como una funcin social hacia ypor la democracia, que va tras un ideal de solidaridad y cooperacinentre los ciudadanos, entre los hombres, en un proceso que es insus-tituible para la evolucin colectiva. La educacin para la democraciadebe cultivar el sentimiento de la suprema estimacin del trabajo,teniendo en cuenta que la disciplina de la voluntad es la que haceposible las ms altas satisfacciones para el individuo y las mspromisorias esperanzas para la sociedad. La regeneracin social slose alcanza gracias a una intensa reconstruccin educadora que un

gobierno legtimamente establecido puede poner en marcha, sin ne-cesidad de derribar el edificio institucional de la repblica34.

Para que la educacin sea efectivamente un instrumento de lademocracia, sta debe ser gratuita.La gratuidad constituye una vl-vula de paz y seguridad social. Slo de esta manera es posible comu-nicar a los ciudadanos los conceptos de solidaridad comn y dar a lapatria existencia real en el corazn de sus hijos35.Tambin la educa-cin debe ser obligatoria y secularizada,nica forma de alcanzarplenamente una evolucin social progresiva36.

3. Las reformas educacionales

Corrientemente se habla de una crisis de la educacin. Esta opi-nin, tan en boga, no es ms que la expresin universal de la idea deconsiderar a la educacin como un asunto que afecta a todos los miem-bros de la sociedad. Es indudable que el proceso y los sistemas atra-viesan por peridicas crisis locales o generales debido a los cambios

y a la dinmica social y cultural. Los sistemas educativos deben, porlo mismo, estar renovndose continuamente porque nuevas exigen-cias van apareciendo en la sociedad, problemas inditos, que atacandirectamente al derecho a la educacin que tienen todos los miem-

34 Cf. op. cit.(2) Cf. E.M.G.: Educacin contempornea, pgs. 175 y ss.35 dem.36 dem.


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bros de la comunidad. Para poder evaluar en su justa proporcin losalcances de una crisis y la confiabilidad de un sistema educativo esnecesario armarse de la mayor cantidad de antecedentes y procederen forma cientfica, con ayuda del personal rns idneo disponible.

Cuando un sistema educacional entra en crisis total, es necesa-rio reformarlo, teniendo en vista los grandes intereses de la comuni-dad a que lo sirve.

Los cambios a realizar deben reconocer y conservar todos aque-

llos progresos y aspectos que han demostrado ser positivos. Nadie puedemonopolizar una reforma educacional alegando pretextos ideolgicosparticulares o intereses de grupo. Ninguna tendencia social puedearrogarse, asimismo, la representacin de toda la colectividad para lle-var a cabo estos cambios contrariando el deseo de la mayora. Es nece-sario llegar al mximo de consenso: Toca a los organismos educacio-nales directivos dar satisfaccin a las diferentes tendencias en la formaarmnica que ms convenga al desarrollo vigoroso de la nacin37.

Una reforma educacional constituye en s un gran problema paratodos los habitantes de un pas. Todo lo que debe ser cambiado toca,de algn modo, la existencia y costumbres de una sociedad, porquela educacin es, justamente, una de esas actividades globalizadorasque est presente en cada aspecto de la vida individual y social.

Molina disea un esquema de asuntos que deben concurrir anteuna reforma educacional. Sin considerar el orden de prioridad de cadauno, la lista sumaria es la siguiente:

a) La edificacin escolar, es decir, la base material del sistema, conel fin de ofrecer al educando el mejor ambiente para su desarrollo.

b) El mejoramiento econmico del profesorado, para que puedandedicarse con tranquilidad y vocacin al cultivo y ejercicio desu magisterio.

37 E.M.G.: Discurso inaugural de la Superintendencia de Educacin Nacional, San-tiago, 19 de mayo de 1927.


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c) Una organizacin adecuada de todo sistema, que aseguresincronizacin de los niveles e instituciones que intervienenen l.

d) Renovacin de los mtodos de enseanza, para que sean moder-nos, cientficos y que desarrollen efectivamente las capacidadese intereses de los educandos.

e) Los programas de estudio, a fin de que sus contenidos sean ac-tuales y necesarios y de acuerdo con las necesidades de la cultu-

ra vigente.f) El perfeccionamiento docente, peridico y sistemtico, dirigido

a la renovacin de los mtodos y conocimientos.

g) Aumento del presupuesto educacional, con el convencimientode que la inversin que se hace en el sector educacin es la msrentable y beneficiosa para la nacin.

h) Acentuacin del nacionalismo, como objetivo especfico del pro-grama de estudio, nacionalismo entendido en concomitancia conuna abierta solidaridad con los dems pueblos del mundo38.

IV. La Educacin Universitaria

1. Concepto de Universidad

La Universidad hay que concebirla como un pequeo microcos-mos, una especie de repblica ideal39,en donde sea posible alcan-

zar aquella constelacin de valores espirituales centrados en lapersonalidad humana, como es el caso de la libertad de pensa-miento y de opinin, libertad de buscar la Verdad y ensearla, liber-tad para buscar y crear la belleza y en el ejercicio de la justicia. So-

38 Cf. op. cit.39 Enrique Molina: Por las dos Amricas, pg. 89.


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bre todo, es necesario que las universidades salven la libertad e indi-vidualidad del hombre40.

Es una idea de Universidad que se fundamenta en la clsica con-cepcin de las artes liberales y cuyo centro gravitante est determi-nado por la dignidad de la persona humana, especialmente en su di-mensin intelectual y sobre todo moral. Una verdadera Universidadseala Molina debe ser un centro en que para esta brega las almasencuentren un ambiente de serenidad y justicia, de cooperacin ycordialidad, que, dando tranquilidad y paz al corazn, haga ms fe-

cunda y fructfera la labor de la inteligencia41.Se trata ms bien deuna Universidad idealizada, asptica a la contingencia ideolgica,formada casi por hombres virtuosos y solidarios, una especie de aca-demia platnica, alejada de los trajines y conflictos sociales.

Sin embargo, esta visin general cambia cuando nuestro autorpasa a disear los fines y funciones que le corresponden a la Univer-sidad. En este punto enmarca el destino de ella con la sociedad yexpresa con precisin cules deben ser los lmites de esta indepen-

dencia ideolgica con respecto a intereses de grupos y de individuos.La Universidad, antes que nada escribe en 1933, tiene como divi-sa servir a la sociedad, es como un jardn apartado para que el hom-bre se acostumbre a venerar la verdad por sobre todo. La Universi-dad, siendo una escuela de ciencia, es tambin un lugar donde secultiva la cooperacin y la abnegacin y en donde la inteligencia re-conoce sus lmites y se hace modesta, encendida de amor hacia lohumano y a lo evidentemente cierto42.

Tres rasgos importantes se desprenden del texto anterior. El pri-mero indica la raz profunda que posee la Universidad con respecto alas necesidades de la sociedad. Este elemento legitima la existencia de

40 Enrique Molina: Peregrinaje de un universitario, pg. 178.41 Enrique Molina: Discurso de agradecimiento en la ceremonia de un busto de su

imagen patrocinado por el personal de la Universidad de Concepcin. Diario LaPatria de Concepcin, 3 de diciembre de 1950.

42 E.M.G.: Revista Atenea, N 101, pg. 473.


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la Universidad en una relacin recproca cuya naturaleza quedar de-terminada al momento de cualificar las funciones universitarias, lascuales debern estar ntimamente asociadas a las necesidades vitalesde la sociedad que la apadrina. El segundo acpite se refiere al ejerci-cio de las virtudes intelectuales entregadas a la Universidad como unade sus actividades caractersticas.La expresin ms significativa deesta clase de virtudes reside en la bsqueda, cultivo y enseanza de laverdad. Se trata de una verdad relativa dimensionada al universo y alalcance humano y por lo tanto inalcanzable en s misma. Esta verdad

de la verdad obliga al ejercicio de otra clase de virtudes, de ndolemoral, como la cooperacin y persistencia, a fin de transformar estabsqueda y enseanza en una empresa comprensiva que asocie a mu-chos sujetos. Este ltimo elemento cualifica la funcin universitariacomo un acto tpicamente moral, cuyos delineamientos Molina pasara determinar con ms precisin en otros lugares.

Como un aporte a un punto sealado anteriormente, acota Molinaque la Universidad no debe dejarse perturbar en su marcha, ni porlas agitaciones polticas, ni por los srdidos consejos del inters in-dividual, ni por las pasiones de crculos estrechos ni de ninguna cla-se de banderas.

La Universidad es una especie de mansin de serenidad espiri-tual acota en otro lugar. La agitacin social y poltica no es pro-pia de ella. A la sociedad no le interesa llevar en su seno el fermentode los agitadores. La sociedad, en cambio, necesita profesores, pen-sadores y, si es posible, investigadores que iluminen con su reflexintranquila los problemas que la inquietan. Por esto, las banderas, las

pasiones, las ambiciones sociales y polticas que dividen a los hom-bres no debieran arrastrar a la Universidad. A todos, sin distincin declases ni partidos, brinda la copa del saber, en sus cursos, en suslibros y conferencias. Su misin es servir al progreso de la colectivi-dad43. Este es un punto que amasa mucha controversia entre los

43 E.M.G.: Discursos Universitarios, pg. 41.


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universitarios y los polticos; a travs de toda su vida Molina insistirrotundamente en la neutralidad ideolgica que debe tener la Univer-sidad. Es una idea que extrapolar a toda suerte de injerencia extraaque quiera buscar el suelo universitario como campo de batalla o deinters personal. Rechaza, por lo tanto, el esquema de una Universi-dad agonstica, de lucha, porque no ayuda al fin supremo de ella enla bsqueda de la verdad y porque separa a sus miembros en vez deauspiciar la integracin solidaria en este magno propsito. Esta neu-tralidad se funda asimismo en un principio de igualdad social en cuan-

to la Universidad debe estar irrestrictamente al servicio del BienComn y no supeditada a intereses individuales. En esto, Molina aso-cia el propio concepto de Universidad con lo Universal referido almbito humano.

Conclusiones

A partir de este pequesimo bosquejo es posible concluir queMolina fue, durante la primera mitad del siglo XX, uno de los educa-dores ms lcidos de su tiempo. Entendi completamente el signifi-cado esencial que tena la educacin para el desarrollo y progreso delos pases, especialmente de los pueblos iberoamericanos. Conoci afondo la teora y la prctica educativa a travs del estudio erudito delos autores y de la investigacin visual que hizo en Europa, EstadosUnidos e Iberoamrica de los sistemas educativos vigentes. Hizo unmprobo esfuerzo para llevar a la prctica estos planteamientos, ensu calidad de profesor, rector de Liceo y Rector fundador de la Uni-versidad de Concepcin y como Ministro de Educacin. Su vida ladedic por entero al magisterio. Escribi obras en las cuales expusosus planteamientos y esperanzas. Ejercit reformas que en su tiempoeran inconcebibles, como la coeducacin, la educacin obligatoria,la extensin universitaria, la ayuda al estudiantes, etc. Fue un hom-bre culto, tal vez el ltimo de los intelectuales chilenos del siglo XXque posea una cultura enciclopdica producto de la lectura diaria, laextraordinaria curiosidad por el saber y de una disciplina personalexcepcional. Tena una gran facilidad de palabra, por lo que sus charlas


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y conferencias eran seguidas con fruicin por una plyade de admira-dores, alumnos y profesionales que vean en l a un autntico maestro.Su vida, en general, fue y sigue siendo un paradigma de rectitud, ho-nestidad de lo que debe ser un ciudadano. Fue un MAESTRO conmayscula, en todo el sentido de la palabra. La gente de su tiempo aslo comprendi plenamente y por eso llev su figura y obra al broncecomo testimonio de venerable ejemplo para las futuras generaciones.

Da Costa Leiva, Miguel - Enrique Molina, Filosofía de La Educación

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