David Bankier La Shoa y Los Genocidios Del Siglo XX

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/15 Cuando escuchamos los recuerdos de los sobrevivientes nos damos cuenta de que es muy dificil transformar esos re- cuerdos en memoria colectiva. Y no es mera casualidad que el idioma, por lo menos ciertos idiomas, tengan palabras distintas para estos dos conceptos que no son lo mismo. Una cosa es recuerdo y otra es memoria (en francés souvenir y mémoi- re, en inglés recollection y memory). El recuerdo tienen que ver con lo que cada uno de los sobrevivientes experi- mentó durante los años del Holocausto. Memoria es la representación colectiva que tiene el pueblo judío o la humanidad de esos recuerdos individuales. Y la me- moria no es simplemente una sumatoria de recuerdos individuales, la memoria es una construcción, y esa construcción mu- chas veces depende de la época en que está siendo construida, y es por eso que la memoria va cambiando. No sé hacia dónde va ir esa memoria en el futuro, cuál va ser su contenido y cuánto de los recuerdos individuales van a seguir cons- tituyendo esa memoria. Eso ya depende de cómo una sociedad determinada construye esa memoria. ¿Cuál era la memoria del Holocausto en el año 1945? Yo podría afirmar que la memoria del Holocausto en 1945 no existía. Lo que ustedes tenían en 1945 son recuerdos individuales. ¿Por qué afirmo esto? Porque en el momento en que el tema del Holocausto fue llevado a los tribunales de Nuremberg y se trató de hacer que estos recuerdos individuales formaran parte del proceso de investiga- ción, acusación y veredicto, esos recuer- dos individuales, esa memoria fue recha- zada por parte de aquellos que llevaron a cabo los juicios. El tema judío en los jui- cios de 1945, 1946 y 1947 era totalmente marginal y no le interesaba a nadie (...) En los juicios de Nuremberg el tema judío no existía y es por eso que se necesitó que pasaran quince años, hasta el juicio de Eichmann, para que apareciera la me- moria del Holocausto y hallara un juicio del Pueblo Judío contra los nazis. Lo que hubo en 1945 no fue un juicio de los ju- díos contra los nazis, fue un arreglo de cuentas de las potencias aliadas victorio- sas con el régimen del Tercer Reich, los judíos no entraban en ese juego. Y esa era la memoria en 1945. (...) Pero aún entre judíos no existía to- davía esa memoria del Holocausto, aparte de los sobrevivientes. Como lo ha testi- moniado Primo Levi en su introducción a Si esto es un hombre, al referirse a la nega- tiva de Natalia Ginzburg a publicarlo con la argumentación de que este tipo de re- cuerdo era irrelevante para la memoria de lo que fue la Segunda Guerra Mundial. Si Primo Levi hubiera escrito sus recuer- dos de sus actividades como partisano, eso hubiera sido publicable, porque eso era lo que la Italia de posguerra quería tener como su memoria colectiva. Sus experiencias como prisionero en la Buna, en Auschwitz, son irrelevantes para la memoria de la Segunda Guerra Mundial en 1947. Porque lo que iba formando la memoria no eran esas experiencias indi- viduales de sufrimiento en Maidanek o en Treblinka sino que lo que iba forman- do la memoria era la resistencia, la clan- destinidad y la lucha contra los alemanes, y los recuerdos de aquel que no tenía en su curriculum vitae resistencia o activi- dad en los bosques o en la clandestinidad del ghetto no eran parte de la memoria. Y es por eso que uno no tiene por qué sorprenderse cuando hojea los libros pu- blicados sobre la Segunda Guerra Mun- dial, libros de fotos de los años cincuen- ta,(...) y ve que el Holocausto no existe, no es parte de lo que debe ser la memoria, sigue siendo parte de los recuerdos indi- viduales de aquellos que estuvieron en el Holocausto (...) Es solamente ahora que Auschwitz ya no es un punto en un mapa, es solamente ahora que Hiroshima ya no es un punto en un mapa sino que ambos, Hiroshima y Auschwitz, se convierten en lo que los historiadores franceses llaman un lieu de memoire, un lugar de memoria y no en un punto geográfico, en algo que tiene más significado que ser un punto geográfico. Cuál va a ser la evolución en el futuro, cómo va a seguir desarrollándose esta memoria del fenómeno, está en relación con los que van a tener que continuar con la memoria de lo acontecido, porque el tiempo hace lo que hace. ¿Y cuál será la memoria que ellos van a recibir o van a fomentar de lo ocurrido? Y esto nos lleva al problema de dónde ubicar el Holocausto dentro del espectro de los genocidios. Aquí voy a limitarme al siglo XX, debido a que el término Holo- causto ha sufrido una deformación en el sentido de haber sido devaluado. A todo acto de violencia para un determinado grupo se lo llama holocausto.Y la pregun- ta que nos hacemos es si esto es así o no (...) El aspecto sociológico de la cuestión, que matematiza el genocidio, y compara genocidios para crear jerarquías no nos lleva a nada; puede ser que tenga un va- lor informativo, pero no nos lleva a un conocimiento profundo del tema. (...) La no reacción de la comunidad de Dr. David Bankier* La Shoá y los genocidios del siglo XX ** *Yad Vashem, Israel. ** Fragmentos Conferencia - 7/8/2002

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El holocausto Nazi

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    Cuando escuchamos los recuerdos delos sobrevivientes nos damos cuenta deque es muy dificil transformar esos re-cuerdos en memoria colectiva. Y no esmera casualidad que el idioma, por lomenos ciertos idiomas, tengan palabrasdistintas para estos dos conceptos que noson lo mismo. Una cosa es recuerdo y otraes memoria (en francs souvenir y mmoi-re, en ingls recollection y memory).

    El recuerdo tienen que ver con lo quecada uno de los sobrevivientes experi-ment durante los aos del Holocausto.Memoria es la representacin colectivaque tiene el pueblo judo o la humanidadde esos recuerdos individuales. Y la me-moria no es simplemente una sumatoriade recuerdos individuales, la memoria esuna construccin, y esa construccin mu-chas veces depende de la poca en queest siendo construida, y es por eso quela memoria va cambiando. No s haciadnde va ir esa memoria en el futuro,cul va ser su contenido y cunto de losrecuerdos individuales van a seguir cons-tituyendo esa memoria. Eso ya dependede cmo una sociedad determinadaconstruye esa memoria.

    Cul era la memoria del Holocaustoen el ao 1945? Yo podra afirmar que lamemoria del Holocausto en 1945 noexista. Lo que ustedes tenan en 1945son recuerdos individuales. Por quafirmo esto? Porque en el momento enque el tema del Holocausto fue llevado alos tribunales de Nuremberg y se trat dehacer que estos recuerdos individualesformaran parte del proceso de investiga-cin, acusacin y veredicto, esos recuer-dos individuales, esa memoria fue recha-zada por parte de aquellos que llevaron acabo los juicios. El tema judo en los jui-cios de 1945, 1946 y 1947 era totalmentemarginal y no le interesaba a nadie (...) Enlos juicios de Nuremberg el tema judono exista y es por eso que se necesitque pasaran quince aos, hasta el juiciode Eichmann, para que apareciera la me-moria del Holocausto y hallara un juiciodel Pueblo Judo contra los nazis. Lo quehubo en 1945 no fue un juicio de los ju-

    dos contra los nazis, fue un arreglo decuentas de las potencias aliadas victorio-sas con el rgimen del Tercer Reich, losjudos no entraban en ese juego. Y esaera la memoria en 1945.

    (...) Pero an entre judos no exista to-dava esa memoria del Holocausto, apartede los sobrevivientes. Como lo ha testi-moniado Primo Levi en su introduccin aSi esto es un hombre, al referirse a la nega-tiva de Natalia Ginzburg a publicarlo conla argumentacin de que este tipo de re-cuerdo era irrelevante para la memoriade lo que fue la Segunda Guerra Mundial.Si Primo Levi hubiera escrito sus recuer-dos de sus actividades como partisano,eso hubiera sido publicable, porque esoera lo que la Italia de posguerra queratener como su memoria colectiva. Susexperiencias como prisionero en la Buna,en Auschwitz, son irrelevantes para lamemoria de la Segunda Guerra Mundialen 1947. Porque lo que iba formando lamemoria no eran esas experiencias indi-viduales de sufrimiento en Maidanek oen Treblinka sino que lo que iba forman-do la memoria era la resistencia, la clan-destinidad y la lucha contra los alemanes,y los recuerdos de aquel que no tena ensu curriculum vitae resistencia o activi-dad en los bosques o en la clandestinidaddel ghetto no eran parte de la memoria.

    Y es por eso que uno no tiene por qusorprenderse cuando hojea los libros pu-blicados sobre la Segunda Guerra Mun-dial, libros de fotos de los aos cincuen-ta,(...) y ve que el Holocausto no existe, no

    es parte de lo que debe ser la memoria,sigue siendo parte de los recuerdos indi-viduales de aquellos que estuvieron en elHolocausto (...) Es solamente ahora queAuschwitz ya no es un punto en un mapa,es solamente ahora que Hiroshima ya noes un punto en un mapa sino que ambos,Hiroshima y Auschwitz, se convierten enlo que los historiadores franceses llamanun lieu de memoire, un lugar de memoria yno en un punto geogrfico, en algo quetiene ms significado que ser un puntogeogrfico.

    Cul va a ser la evolucin en el futuro,cmo va a seguir desarrollndose estamemoria del fenmeno, est en relacincon los que van a tener que continuar conla memoria de lo acontecido, porque eltiempo hace lo que hace. Y cul ser lamemoria que ellos van a recibir o van afomentar de lo ocurrido?

    Y esto nos lleva al problema de dndeubicar el Holocausto dentro del espectrode los genocidios. Aqu voy a limitarme alsiglo XX, debido a que el trmino Holo-causto ha sufrido una deformacin en elsentido de haber sido devaluado. A todoacto de violencia para un determinadogrupo se lo llama holocausto.Y la pregun-ta que nos hacemos es si esto es as o no(...) El aspecto sociolgico de la cuestin,que matematiza el genocidio, y comparagenocidios para crear jerarquas no noslleva a nada; puede ser que tenga un va-lor informativo, pero no nos lleva a unconocimiento profundo del tema.

    (...) La no reaccin de la comunidad de

    Dr. David Bankier*

    La Sho y losgenocidios

    del siglo XX**

    *Yad Vashem, Israel.** Fragmentos

    Conferencia - 7/8/2002

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    naciones hacia la violencia genocidaexisti en la Segunda Guerra Mundial yexisti en 1976 en Camboya y en 1993en Ruanda y en Timor Oriental, y meimagino que va a seguir existiendosiempre que el lugar donde ocurra unevento de este tipo no desestabilice a lasfuerzas polticas mundiales; en ese caso,tampoco van a intervenir. O sea quetambin la pasividad del bystander, deltestigo de los actos del perpetrador esalgo que se repiti, y tambin pareceque se va a repetir, o en parte. Y es poreso que no me satisfacen estas analogassociolgicas y me interesa mucho mspromocionar mi profesin, que es la dehistoriador, y buscar no las analogas si-no las singularidades.

    Si yo puedo hablar de la singularidaddel Holocausto comparndolo con otroseventos genocidas del siglo XX, debobuscar qu es lo que lo singulariza, si hayalgo que singulariza al Holocausto. Y yocreo que lo que lo singulariza est justa-mente en la motivacin del perpetrador.No est en el sufrimiento de la vctima, nien la pasividad del testigo de afuera, delaliado, del americano, del britnico, deStalin, de quien sea, sino en la motivacindel perpetrador.

    Cuando estudio a los perpetradores,tambin veo que hay aqu un desarrolloen la memoria colectiva acerca de cmoera el perpetrador (...) En los testimoniosaparecidos inmediatamente despus dela guerra, el perpetrador (el SS Mann) eraun bruto, un sdico, una persona que ac-ta en forma instintiva, emotiva, con re-laciones personales hacia la vctima. Diezaos ms tarde, a mediados de los aoscincuenta, el SS Mann deja de ser un s-dico torturador y se transforma en un bu-rcrata sentado detrs de un escritorioque elimina en forma banal a sus vctimas(...) En los estudios recientes, los de losltimos siete aos, la imagen del perpe-trador cambia merced a lo que los histo-riadores llaman prosopografas: se hacenbiografas colectivas. Se toma, por ejem-plo, lo que se llamaba en su momento laRSHA, que era el servicio de inteligenciadel Reich. (...) Un estudio sobre los datosde un 20% de sus tres mil empleados, queen general se dedicaban a la burocracia

    de la muerte, muestra que no hay sdicosni burcratas all sino lo que llamaramospersonas ordinarias. Y cuando uno pre-gunta qu los motiv, entonces, a entraren la SS, a entrar en la Gestapo, a entraren las unidades de extermino, se en-cuentra que lo que los motiv fue suidealismo nazi perverso. (...) Muchsimosde ellos tenan ttulos universitarios, ensu gran mayora eran abogados, historia-dores, juristas, expertos en literatura, queeligieron participar en lo que crean unagran empresa de reestructuracin delmundo a partir de principios racistas, enlos que crean. No son autmatas, robotsque recibieron rdenes, sino personasque eligieron trabajar, por ejemplo, den-tro de la SS para cambiar el mundo con lavisin del mundo que la SS tena (...) Aquya no estamos hablando de alguien quees un sdico ni un autmata, estamos ha-blando de una persona que tena unaideologa para reestructurar el mundo apartir de principios racistas que ordena-ban la desaparicin de los judos. Y enesto hay algo singular que no encontra-mos en los otros casos, ni en el caso delos armenios, ni en Ruanda ni en Cambo-ya. (...) Egresados de la facultad de medi-cina que reciben la oportunidad de noser un mdico en algn consultorio o enalgn hospital, sino ir a hacer biologa alEste, y eligen hacer esa biologa (...) Egre-sados de la facultad de filosofa que envez de sentarse a escribir sobre un Estadoideal entran en las unidades de las SS,entran en los campos de concentracinpara hacer su repblica, su repblicaideal.

    Y es as como tienen que ser vistos es-tos perpetradores. Este tipo de mentali-dad criminal no existe entre los turcos (...)ni tampoco en Uganda ni en ninguno delos lugares donde ha habido genocidios.Esto es tan singular, tan absolutamentepropio de los nazis, que en verdad no esposible encontrar en ningn otro sistemaesta actitud (entre muchas comillas)idealista.

    Werner Best, el asesor legal de la Ges-tapo, fundador de los Einsatzgruppen,cuando en 1931 se refera a qu hacercon los judos, recomendaba destruir alenemigo sin odiarlo, porque si se lo

    odiara el nazi se convertira en un turcomatando armenios, en un tuxi matandoutus. La meta aqu no es ser turco ni serafricano sino ser nazi; y ser nazi repre-senta hacerlo como un ideal de recons-truccin del mundo y no como un actopersonal de sadismo, ni como un bur-crata sin conocimiento de lo que se esthaciendo (...) Setenta aos ms tarde en-contramos la misma mentalidad en lasinstrucciones de Muhama Ata a los quecometieron el atentado a las Torres Ge-melas de Nueva York. Se crea ese mismoideal de reconstruir el mundo, ya no abase de principios racistas sino a base deprincipios de fundamentalismo islmico,con los mismos preceptos. Y eso es loque ms aterroriza en esta historia, quesi uno consideraba que este tipo de pen-samiento idealista perverso se habaacabado con los nazis, ahora ve que nose acab; y que el peligro no tienen queser los neonazis o las cabezas rapadassino el de todas estas ideologas funda-mentalistas que siempre tendrn ungrupo de perpetradores que estarndispuestos a sacrificarse a s mismos, dela misma forma en que Dannecker yGoebbels se sacrificaron y sacrificaron asus familias, porque en un mundo as nomerece vivirse. Estos no son robots,ninguno de ellos es un robot, ninguno deellos es un sdico, son todos idealistasperversos.

    Y encontrar la existencia de estosidealistas perversos tambin a fines delsiglo XX, o ya entrado el siglo XXI, es loque ms aterroriza en esta historia. Poreso es que cuando pensamos en qu de-bemos ensear en el futuro, estamos se-guros de que no son justamente los n-meros, ni la actitud de los aliados en rela-cin al Holocausto, sino hablar sobre laaterrorizante existencia de estos gruposde distintas ideologas que estn emer-giendo. Nadie hubiera pensado que acomienzo del siglo XXI todava podanexistir estos grupos de idealistas perver-sos, y creo que es contra eso que la edu-cacin sobre el Holocausto tiene que serenfocada, y es as creo yo como hayque entender la exigencia de Adorno dever en Auschwitz algo paradigmtico pa-ra la educacin del futuro.