De qué hablamos cuando hablamos de series

download De qué hablamos cuando hablamos de series

of 5

description

Ponencia leída en la FIL Guayaquil 2015. Reflexión acerca del fenómeno contemporáneo de las series de TV. Publicado en la web literaria Matavilela.

Transcript of De qué hablamos cuando hablamos de series

http://www.matavilela.com/2015/08/de-que-hablamos-cuando-hablamos-de.html

DE QU HABLAMOS CUANDO HABLAMOS DE SERIES

Miguel Antonio Chvez

La nueva era deudora de otra

Se ha dicho que, en trminos de consumo por parte del espectador, el momento de gloria que viven las series televisivas en este siglo bien podra compararse exceptuando las obvias diferencias de tipo tecnolgico o sociopoltico con los finales del siglo XIX, poca en la que estaban de moda las novelas de folletn, aquellas que circulaban semanalmente en los diarios. De ese modo, rockstars de la poca como Julio Verne o Charles Dickens, vean publicadas sus novelas de forma fragmentada en los diarios de mayor circulacin, y los lectores tenan que esperar una semana hasta tener en sus manos el siguiente captulo. De esta forma, la accin transcurra en pequeas unidades con su propia estructura aristotlica de exposicin, nudo y desenlace, y por lo tanto, quedaban cerrados en s mismos, pero procurando dejar la puerta abierta para engancharse con el captulo de la siguiente semana Obviamente, con la llegada de las radionovelas y, sobre todo, las series de televisin, este proceso se volvi mucho ms fluido, inmediato y frentico. No se diga hoy, que gozamos de plataformas como Netflix, hija de la era del Internet, que, dicho sea de paso, permite algo antes impensable hace apenas cinco aos: poder elegir cada episodio cuando y cuantas veces te diera la gana, o ver la serie de un golpe. De todos modos, hoy somos conscientes de que esta revolucin, nueva era de oro de la televisin o como le querramos llamar, es bisnieta de la revolucin industrial.

El productor ejecutivo es dios

En esta ecuacin de risas, lgrimas, angustia y xtasis en la que seguimos fervientemente a nuestros hroes y antihroes, sera imposible no incluir la inspiracin del cine, tanto en sus planos, sus referentes, sus historias. Una relacin incestuosa, orgullosamente incestuosa, como la de Cersei Lannister y su hermano, en Game of Thrones. Hitchcock, deca que en el cine el director es dios, mientras que en el documental dios es director. Parafrasendolo, en una serie tal como la concebimos hoy, el productor ejecutivo sera dios. Y qu coincidencia, si recordamos que Hitchcock fue tanto el creador como el productor ejecutivo de su serie de unitarios, Alfred Hitchcock presenta, del mismo modo en que Chris Carter o Vince Gilligan Jr., creadores de X-Files y Breaking Bad, respectivamente, fueron tambin productores ejecutivos de las suyas. Al respecto, Manuel de la Fuente asegur que las nuevas olas del cine europeo establecieron un canon de autora cinematogrfica que an se mantiene en la actualidad: el autor es el director. Las series de televisin, sin embargo, cambiaron este canon debido a sus propias necesidades y dinmicas de la etapa de produccin: no es lo mismo rodar una pelcula de 90 minutos que una pelcula de 10-12 horas al ao. As, el autor en las series ya no es el director, sino el creador, el productor ejecutivo.

De la tele al cine, hasta el infinito y ms all

En dcadas pasadas, era comn asociar una produccin televisiva con limitaciones presupuestarias en comparacin con las millonadas de Hollywood. Digamos que en un principio fue cierto, sin embargo desde los cincuenta los creadores de entonces vieron en la debilidad una enorme fortaleza creativa, y por eso florecieron las sit-coms, formato heredado de la comedia teatral que, como ustedes conocen, permite que en escenarios muy reconocibles y estrictamente limitados, convivan sus personajes y desplieguen todos los gags posibles. Y esta ha sido la regla de oro desde Yo amo a Lucy, El Chavo del 8 hasta Friends. Como en la literatura o el cine, la televisin fue desarrollando sus propios gneros o creando ad infinitum pastiches a partir de estos. Sin embargo, no fue sino hasta que HBO empez a perfilarse como esa fbrica de series exitosas tanto en audiencia como en crtica, fuera de los esquemas incluso de censura que suele operar en los canales de televisin abiertas en todos lados, habra sido imposible llevar a la pantalla chica Games of Thrones, quiz la primera serie de esta era cuyas locaciones, utilera, direccin de arte y fotografa, efectos especiales, escenas de violencia y sexo, y la muerte indiscriminada de personajes que no son de relleno (an extraamos a Ned Stark), nos remite por su magnificencia a una factura cinematogrfica. Es decir, esta serie puso un estndar muy alto para ser de la tele. Y aqu no solo me refiero a un asunto de produccin sino de percepcin: el mundo de la tele hoy es demasiado cool, empezando por los mismos actores. Lo normal y afortunado siempre fue saltar de la TV al cine, como hicieron Robin Williams, Woody Harrelson y muchos otros (y digo afortunado, porque no todos los de esa poca lograron escaparse de la tele). Pero en los ochenta o noventa, hacer el camino en viceversa, era sntoma de decadencia: como ya no te dan papeles en el cine, te tienes que conformar con las migajas. Hoy todo esto cambi. Si no, Kevin Spacey jams habra encarnado a Frank Underwood en House of Cards.

Hoy las series tampoco se podran entender sin otro componente su importante y, hasta nos atreveramos a decir, consustancial: lo transmedia. Este concepto alude a la transversalidad de todos los medios audiovisuales. Y podramos decir que gracias al fenmeno Star Wars, hoy se pueden construir las grandes franquicias cinematogrficas y de las series. Lo transmedia est compuesto de una serie de subproductos, si bien cada uno autnomo, pero a la vez interdependiente con los dems. As tenemos que Star Wars, adems de pelcula, es todo el merchandising imaginable, los videojuegos, los contenidos generados por los fans (en esto fueron pioneros los Trekkies, es decir los fans de Star Trek), las pelculas de animacin para la tele (las subtramas de La Guerra de los Clones, o esa recreacin a partir de un producto, ejemplo brillante de advertainment, Lego Wars), as como tambin los cmics y las novelas derivadas de las pelculas cannicas de la saga. Otras series han transitado similar diversidad transmeditica, como The Walking Dead, a la que solo habra que agregarle las aplicaciones para smartphones. Y la lista es mucho ms larga.

El caso de las novelas derivadas o transcritas de los guiones de pelculas y de los filmes per se, es un fenmeno muy interesante, aunque los casos que mayoritariamente que conozco provienen del cine. Yo mismo recuerdo que en mi infancia le La Guerra de las Galaxias, publicada por la recordada editorial colombiana Oveja Negra, en la coleccin Best Sellers. Ejemplos tambin hay un montn, apenas mencionar dos, uno en Estados Unidos, otro en Latinoamrica: Alien el octavo pasajero, de Alan Dean Foster. Y Kamchatka, guin original del autor argentino Marcelo Figueras que, ante el xito de la pelcula, l mismo la noveliz.

Los nerds acadmicos tambin aman a las series

As como el cine ha sido objeto no solo de crtica sino tambin de estudios acadmicos serios, las series de televisin estn empezando a serlo. Por ejemplo, dos catedrticos de la Universitat Pompeu Fabra, el escritor cataln Jordi Carrin (autor de Teleshakespeare) y el acadmico argentino Carlos A. Scolari (co-antologador de Lostologa y narrador de Narrativas Transmedias) idearon y realizaron hace un ao un MOOC (acrnimo en ingls de curso online masivo y masivo), a travs de la plataforma virtual Mirada X, llamado La Tercera Era de Oro de la Televisin, que decid cursar. Ah, ellos mismos fueron parte de los que analizaron varias series como X-Files. Entre otros aspectos, ellos sealaron que esa serie signific particularmente un replanteo de la forma de representacin del poder gubernamental, es decir, como una figura siniestra, un constante conspirador y encubridor. Sin embargo, lo que me pareci ms interesante fueron los esquemas narrativos que estableci Chris Carter, que de alguna forman hoy continan: por un lado, las historias autoconclusivas de cada captulo; por otro, la macrohistoria de la serie (la invasin aliengena y la resistencia desde la Tierra); y, en tercer lugar, que cada temporada marcaba la evolucin de los personajes principales.

Gloria Salvad, otra de las acadmicas de ese MOOC, se centraliz en los finales de las series gringas, de esas en las que descubrimos que la pregunta que nos plantearon al inicio, no se resuelve completamente al final. Es ms, el placer no estara en el final mismo sino en el proceso de ir armando uno mismo las piezas, ese aparente caos que poco a poco va cobrando sentido, como el ojo que se abre que sale al inicio de Lost, y el ojo que se cierra, en su eplogo.

Je suis Walter White

Nunca antes haban coexistido tantas ficciones televisivas de alta calidad ni tanta pluralidad. Como asegur el mismo Jordi Carrin en una entrevista, las series, con sus flash-forwards y sus contrapuntos y sus acelerones y sus pginas webs y sus wikis estn cambiando no solo la literatura, sino nuestros cerebros. Y por tanto nuestras formas de lectura. Hoy podemos leer y consumir las series reconociendo el aporte e inspiracin que han recibido de la tradicin literaria y cinematogrfica. No podramos entender la serie original de Star Trek sin Asimov ni la Guerra Fra, The Walking Dead sin George Romero ni John Russo; Lost, sin La invencin de Morel, de Adolfo Bioy Casares; The Wire, sin el cine de Sidney Lumet y Spike Lee; True Detective, sin Nietzsche, Cioran ni Laird Barron, etc.

Por primera vez quien sanciona, organiza, canoniza un lenguaje artstico (en este caso: las series, el transmedia y los videojuegos) no es la Academia o la Crtica, sino la masa crtica, amorfa, global, asegura Carrin, y nosotros (no los cuatro acadmicos, [sino] los millones de televidentes) hemos decidido que Breaking Bad es una obra maestra, y lo hemos hecho en tiempo presente.

Seguiremos siendo esa masa amorfa que adorar a personajes como Walter White (pero no a Walter Blanco de Metstasis, por dios), quien luego de ganarse sus cientos de miles de dlares con la venta de metanfetamina, los guardar en el ducto de aire del cuarto del beb que est por nacer y cuando Skyler le exija explicaciones, no solo se justifique diciendo lo hice por la familia, sino tambin y con toda la desfachatez de las verdades desnudas lo hice por m. Y as lo haremos, con todas series venideras

Nota: Este texto fue ledo en una mesa sobre series de TV y literatura durante la ltima feria del libro de Guayaquil.

Miguel Antonio Chvez (Guayaquil, Ecuador. 1979). Elegido por la FIL Guadalajara 2011 como uno de los 25 secretos literarios mejor guardados de Amrica Latina. Finalista del Premio Juan Rulfo (Radio Francia Internacional, 2007). Autor del libro de cuentos Crculo vicioso para principiantes (2005), las novelas La maniobra de Heimlich (Lima, 2010; La Habana, 2013) y Conejo ciego en Surinam (Bogot, 2013), y el libro de dramaturgia La kriptonita del Sina y otras piezas breves. Adems de una plaquette de tres cuentos bajo el ttulo de La puta madre patria (Ciudad de Mxico, 2014). Tuvo a su cargo la seleccin y prlogo de GPS: antologa de cuentistas ecuatorianos 1975-1984 (Sed de Belleza. Santa Clara, Cuba, 2013). Ha sido publicado en numerosas antologas nacionales e internacionales de cuento, como Asamblea porttil (Lima, 2009), 22 escarabajos: antologa hispnica del cuento Beatle (Madrid, 2009), Todos los juguetes (Quito, 2011), La condicin pornogrfica (La Paz, 2011), Ecuador cuenta, edicin de Julio Ortega (Madrid, 2014) entre otros. Miembro fundador del grupo cultural Buseta de papel. Socio fundador de Paperback Contenidos.