DEMETRIO SANTOS 13 El Campo Zodiacal en Kepler

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  • DEMETRIO SANTOS 13El campo zodiacal en Kepler

    Volvemos a visitar el libro de Astrologa Terica, fragmentos de cuya obra ya hemos publicado en otras ocasiones. En esta ocasin, el texto del sabio Demetrio -reflexionando sobre la idea del Alma del Mundo de Kepler- sirve para ayudarnos a entender de qu modo se produce el influjo del Cosmos sobre los seres vivos. Como siempre, absolutamente revelador.

    64.- El campo zodiacal en Kepler.

    Segn nuestro autor, cuando hay una configuracin (conjunto de Aspectos planetarios) sobre la Tierra, aqulla se imprime en el "alma de la Tierra" (anima telluris) o en cualquier otra de un ser viviente, y esa "forma biolgica" se excita y reaviva cuando la configuracin se reproduce total parcialmente. Propone el ejemplo de un recuerdo grabado en nuestra memoria, el cual revive al repetirse la excitacin parcial del engrama. Pero anota que tal excitacin o estmulo es solo desencadenante, y no produce todo el efecto, ya que ste tiene lugar primordialmente por la "grabacin biolgica" que qued del hecho primitivo. Por tanto, realmente propone lo "gentico" en primer lugar y, como consecuencia de ste, lo "somtico". La configuracin se convierte as, en el organismo vivo, en un sistema o estructura de elementos interdependientes donde, al excitar uno de ellos, aparece la reaccin completa de todo el engrama. No hay por tanto proporcionalidad entre la excitacin y la respuesta, tendiendo al "todo o nada": el estmulo se convierte en factor desencadenante, pero su pequea energa solo vale como seal. Un ejemplo puede aclarar el problema: si en un paisaje miramos el agua de un ro que refleja la luz del Sol, sta nos deslumbra. Ahora bien: si tomamos una fotografa (diapositiva) de la misma escena, al proyectarla en la pantalla en una sala oscura, el efecto del brillo de esa mancha luminosa dentro del paisaje figurado, desencadena el mismo efecto de deslumbramiento en nosotros, pese a que la cantidad absoluta de luz sea mnima comparada con la real. El estmulo, en forma de "seal" desencadena el proceso biolgico. El organismo vivo ha ido evolucionando y adaptndose al ambiente exterior, siendo formado y seleccionado por ste y, por as decirlo, creado por l: Cuando llega el momento oportuno en su evolucin interna y ambiental, espera la produccin de la crisis, y cualquier estmulo que la sintonice hace que se produzca. Ello es claro sobre todo en comportamientos sexuales, al depender stos ms de la evolucin de la especie (planos profundos), y por ello de la evolucin csmica general. Podemos expresarlo diciendo que "el planeta est en (= es) la estructura interior del viviente formada por l", "es" su malla cristalina, que evoluciona a la par que el planeta y su influencia en el espacio; de este modo, Jpiter ha formado una estructura que evoluciona a razn de un ciclo de 12 aos, y por eso se hallar en crisis a la vez que Jpiter se ubica en una zona "crtica" del cielo, referente a donde se form: sera por ello intil refugiarse en una cueva a donde no llegara su radiacin actual. De ah que algunos hayan explicado que los planetas sirven solo como "seal" de los hechos, y carentes de influencia actual. Tampoco podemos explicarlo as, porque supondra que el planeta actu antes, al formar la estructura, y dej de actuar despus, actualmente; sin embargo, puede dar una idea de la importancia de lo gentico-molecular respecto a lo

  • actual y momentneo. En un mecanismo muy complejo, cuya mejor muestra son los seres vivos, el efecto desencadenante tiene lugar mediante el sistema nervioso; K. Lorenz(33) ha estudiado tales influjos luminosos en antidas, observando la precisin con que funcionan ante mnimos estmulos visuales especialmente. Como ejemplo, podemos ver el efecto del amanecer: el organismo ser capaz de discriminar mnimos gradientes de radiacin que desatan la actividad diaria, y as ponen en hora el reloj biolgico; pero tambin hay "amanecer" para otros astros, como la Luna, los planetas, etc. en la oscuridad nocturna. En el caso de los Aspectos y configuraciones astrolgicas el viviente se ha ido adaptando durante su evolucin a tales influencias y respuestas, y bastar un pequeo estmulo al paso por el punto crtico (en direccin o progresin) para que se desencadene la respuesta a la crisis. En las ecuaciones fundamentales, que dan puntos discretos, no es necesario as que el valor momentneo supere proporcionalmente a los adyacentes, y en realidad lo que detecta el ser vivo es el gradiente de una excitacin: un ligero aumento dado en las inmediaciones del mximo correspondiente (punto de ruptura), dispara el proceso. En un principio, y ausente de organizacin, la excitacin se convierte en "seal" simplemente. En el campo de la Fsica hoy predominante se observan efectos desencadenantes en los complicados circuitos electrnicos, an muy distantes de la complejidad biolgica ms elemental, que confirman lo antedicho. Otro es el efecto acumulativo, como en la fotografa de un astro cuya dbil intensidad luminosa no alcanza a excitar la retina; pero la suma de fotones durante un tiempo llega a observarse en la pelcula. Tambin el organismo vivo tiene estas reacciones (desencadenante y acumulacin) tanto ms cuanto es ms perdurable y complejo que cualquier artilugio humano. Ocurre tambin el fenmeno inverso: la energa, transformacin acumulada en niveles biomoleculares, excitados, se transfiere hacia niveles orgnicos conscientes, "revelndose" en fenmenos considerados "esotricos" pero en muchos casos perfectamente explicables con las leyes ordinarias. Pero qu entiende Kepler por el "alma del Mundo" o de la Tierra, o del ser viviente?. Siguiendo la doctrina de la poca, debe suponerla de carcter espiritual, carente de dimensiones y por ello "puntual" como punto matemtico. De este modo, es realmente el centro de un campo de giro del que dependen las caractersticas del en formado en torno a ese centro, sea el Cosmos o el hombre:

    "Bien sea que el mismo Dios haya expresado invariablemente estas proporciones en los cuerpos y en los movimientos, o bien que por alguna necesidad geomtrica de la materia dividida hasta el infinito y por la cantidad de materia y movimiento, aparecieran entre las infinitas proporciones no armnicas, unas armnicas determinadas tambin con sus tiempos, y as estn formadas, no en esencia, sino en existencia (no en el ser, sino en el hacer). Y no solo se complace la mente, imagen de Dios, con dichas proporciones, sino que se rigen tambin por las mismas leyes para constituir sus reglas y proporciones, las mismas en el movimiento de los cuerpos, en las que est permitido que se expresen" (III. ax. 7)

    Estamos aqu en un concepto primario que embebe toda la filosofa antigua, as Sneca:

    "Piensa... que tienes dentro de t una fuerza madre, algo fuerte indestructible como un eje diamantino en torno al cual giran los hechos mezquinos que forman la trama del diario vivir..."

  • Para Kepler, ese centro/eje es donde incide el influjo de los rayos exteriores que forman los astros, proyectndose angularmente entre s desde una esfera de radio indeterminado (campo angular) que circunda ese centro, espacio donde queda impresa la configuracin, no importa lo pequeo que sea el radio, atmico o galctico. La figura exterior, precisa l, puede hallarse a una distancia cualquiera, con figura incluso irregular, pero su forma se proyecta sobre el centro, es decir, sobre el alma: es el ngulo el que cuenta, en dicha influencia:

    "El alma natural del hombre no es mayor que un punto, y en dicho punto estn virtualmente grabados la forma y el carcter del cielo entero, aunque ste sea cien veces mayor" ("Tertius interveniens") De donde se deduce que considera el campo angular, pues la distancia puede depender de leyes distintas y desconocidas, variables segn la naturaleza del campo, al igual que vemos en Platn. Solo el campo angular es aplicable lo mismo a los quarks que a las supergalaxias cualquier materia por descubrir. La captacin de las armonas por el alma es por esto captacin de los ngulos Aspectos, por cuanto la imagen del alma es "circular", por as decirlo, imagen misma de Dios. Esta alma, debido precisamente a su forma circular, es impresa por la forma exterior de las radiaciones astrales, y conserva la memoria de las configuraciones habidas en el momento de nacer(34). Lo que indica, decimos nosotros, el fijar la configuracin en un campo ondulatorio zodiacal angular, como el establecido en las ecuaciones fundamentales.

    "Kepler supone que el secreto de esta maravillosa correspondencia entre el alma y el cielo debe estar en la Tierra, porque la Tierra est dotada de una "anima telluris" sobre cuya existencia se tienen muchas pruebas" (C. G. Jung).

    La semejanza (formas, ngulos) de ambas esferas (crculos) o campos Z la vemos tambin en la filosofa arbiga:

    "Desembarazada entonces de influencias extrnsecas, el alma se vuelve hacia las esencias superiores que integran el mundo espiritual: dado el contacto real que existe entre aquella esfera y la suya, como dejamos apuntado. Tales esencias, repetimos, son espirituales, percepcin pura e inteligencia en acto. En ellas se encuentran las formas de los seres con su verdadera naturaleza, como qued dicho. Alguna de estas formas se le muestran al alma de un modo bastante claro para que obtenga de ellas conocimientos, los cuales transmite enseguida a la imaginacin a efectos de que esta facultad los disponga en moldes que le son habituales" (35) Parece observarse aqu un conocimiento por va gentica molecular, ya comentado previamente, y que tambin Kepler utiliza en sus arquetipos. Se ve como la traduccin de sensaciones provenientes de la activacin del plano profundo al plano de la consciencia, cuando el individuo es suficientemente sensitivo, lo mismo que traducimos al lenguaje consciente las imgenes onricas, idea tambin presente en Proclo:

    "Antes que los nmeros matemticos hay nmero animados (con alma: espirituales), antes de las cifras vitales, y antes de producir los mundos materiales girando en crculo, el Poder Creador produjo los crculos invisibles" (36)

    Pero claramente, todos esos crculos (de diversos radios por tanto, y no invariantes)

  • dependen del centro inmaterial que es el causante primero de ellos, motor espiritual que produce su obra en cualquier campo, de diversa naturaleza que sea, centro que trasciende por su propia naturaleza el plano de la operacin, lo mismo que el giro matemtico se expresa por un vector perpendicular al espacio en que materialmente se opera. En torno a dicho centro se forman los campos ondulatorios vistos en las ecuaciones fundamentales. La realidad esencial de las cosas, en la escuela pitagrica, y no hay que olvidar que Kepler es aqu pitagrico, no se halla en sus componentes materiales, sino en su logos, es decir, en la relacin o proporcin matemtica de las diversas mezclas, de donde afirmaban los discpulos de esta escuela que las cosas son nmeros, como nmeros(37), o sea, como decimos nosotros, como armnicos. Y as pasamos ya plenamente al campo espiritual de nuestra especulacin, verdaderamente terico en Kepler, rozando la mstica, como propio de la ltima y ms profunda fase de su pensamiento: no hay que olvidar que por su propia edad biolgica, se halla en transformacin en tales planos.