Democracia Sindical #2

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Democracia Sindical boletín de la Comisión Obrera y Sindical del Movimiento al Socialismo (MAS) • diciembre 2008 Box 22282, Estación U.P.R., San Juan, PR 00931-2282 • [email protected] La clase obrera ante el resultado de las elecciones El resultado de las pasadas elec- ciones marcará el contexto en que se desarrollará la lucha del pueblo tra- bajador los próximos cuatro años. Todos los y las activistas sindicales, ambientales, estudiantiles, feministas y defensores de los derechos demo- cráticos debemos unir esfuerzos para analizar la nueva coyuntura política y desarrollar una respuesta conjunta y efectiva. La derrota del PPD ha sido la de- rrota de un partido patronal, plena- mente entregado a los intereses del gran capital y a una política privati- zadora, anti-sindical y neoliberal. El gobierno de Aníbal Acevedo Vilá fue el gobierno del IVU, del "Plan de los Cien Días" de Silva Puras, el gobier- no de "Puerto Rico Inc.", de la guerra contra la UTIER, la Federación de Maestros y la Unión Independiente Auténtica de Acueductos, entre otros sindicatos, el gobierno del proyecto de Costa Serena, de una nueva ley de incentivos industriales favorable al gran capital multinacional. Jueces populares en el Tribunal Supremo fueron los que avalaron Paseo Cari- be. Nadie, ciertamente ningún traba- jador o trabajadora, defensor o de- fensora del ambiente, debe sentirse derrotado por la derrota de este go- bierno. Hace años el país le dijo a Pedro Rosselló que no lo quería más en la política del país: ahora el turno le tocó a Acevedo Vilá. Ciertamente, no todos los que votaron por el PNP lo hicieron como castigo al PPD y su ataque a la clase obrera. Muchos lo habrán hecho por que su situación económica se dete- rioraba y ha ido empeorando mes tras mes. Vinculan ese empeora- miento con el gobierno, o con el go- bernador, y confían que el nuevo go- bierno revierta esta situación. Esas esperanzas serán defraudadas. En cuanto a la base del PPD, par- tido que ahora está en crisis, tene- mos el deber de decir a los miles de trabajadores y trabajadoras que vota- ron por este partido –trabajadores y trabajadoras por los que tenemos el más profundo respeto– que es nece- sario aprovechar este trago amargo para reflexionar, para preguntarse si nuestros intereses, nuestros intere- ses como trabajadores, aconsejan que sigamos apoyando a un partido anti-obrero y patronal como el PPD. Entendemos el deseo de escudarse de lo que pueda traer el gobierno PNP: pero el PPD no puede ser nuestro escudo. La reflexión nos de- be llevar a una conclusión que tam- bién es un reto: sólo un partido del pueblo trabajador puede defender plenamente los intereses de las grandes mayorías del pueblo. Ese partido no existe, pero es necesario. Hay que abrir el debate de cómo po- dría surgir. Por lo mismo, la victoria del PNP tampoco puede ser motivo de cele- bración. Fortuño ha capitalizado el descontento que el PPD cultivó du- rante cuatro años. Ese descontento con el aumento en los precios, de los servicios esenciales (agua, electrici- dad), el IVU, el crecimiento del de- sempleo ha sido una pieza clave de la victoria del PNP. Pero el gobierno del PNP será también un gobierno patronal y neo-liberal y ha prometido además adoptar medidas regresivas en el campo de los derechos demo- cráticos (derechos reproductivos, propuesta 99). La guerra contra las comunidades pobres, la entrega del país a desarrolladores, la revisión de leyes laborales para favorecer a los patronos (Fortuño fue uno de los au- tores de la contra-reforma laboral de 1995), la política de subcontratación y privatización, la guerra a los sindi- catos combativos: todas esas políti- cas continuarán y se acentuarán. Basta ver los componentes del nuevo gabinete y de los consejeros de los que se rodeará Fortuño para ver níti- damente el carácter de clase del nuevo gobierno PNP. El título del semanario Caribbean Business luego de las elecciones habla por si sólo. Bajo los titulares azules que anuncian la victoria del PNP se lee “Puerto Rico está abierto nuevamente para hacer negocios” ("Puerto Rico is again open for busi- ness"). Esté será un gobierno de, por y para los empresarios. El programa anunciado por el nuevo gobierno in- cluye: reducción del empleo guber- namental, privatización por vía de las llamadas empresas mixtas privadas y públicas ( “Private Public Part-

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La clase obrera ante el resultado de las elecciones

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Democracia Sindicalboletín de la Comisión Obrera y Sindical del Movimiento al Socialismo (MAS) • diciembre 2008Box 22282, Estación U.P.R., San Juan, PR 00931-2282 • [email protected]

La clase obrera ante el resultado de las elecciones

El resultado de las pasadas elec-ciones marcará el contexto en que se desarrollará la lucha del pueblo tra-bajador los próximos cuatro años. Todos los y las activistas sindicales, ambientales, estudiantiles, feministas y defensores de los derechos demo-cráticos debemos unir esfuerzos para analizar la nueva coyuntura política y desarrollar una respuesta conjunta y efectiva.

La derrota del PPD ha sido la de-rrota de un partido patronal, plena-mente entregado a los intereses del gran capital y a una política privati-zadora, anti-sindical y neoliberal. El gobierno de Aníbal Acevedo Vilá fue el gobierno del IVU, del "Plan de los Cien Días" de Silva Puras, el gobier-no de "Puerto Rico Inc.", de la guerra contra la UTIER, la Federación de Maestros y la Unión Independiente Auténtica de Acueductos, entre otros sindicatos, el gobierno del proyecto de Costa Serena, de una nueva ley de incentivos industriales favorable al gran capital multinacional. Jueces populares en el Tribunal Supremo fueron los que avalaron Paseo Cari-be. Nadie, ciertamente ningún traba-jador o trabajadora, defensor o de-fensora del ambiente, debe sentirse derrotado por la derrota de este go-bierno. Hace años el país le dijo a Pedro Rosselló que no lo quería más en la política del país: ahora el turno le tocó a Acevedo Vilá.

Ciertamente, no todos los que votaron por el PNP lo hicieron como castigo al PPD y su ataque a la clase obrera. Muchos lo habrán hecho por que su situación económica se dete-rioraba y ha ido empeorando mes tras mes. Vinculan ese empeora-

miento con el gobierno, o con el go-bernador, y confían que el nuevo go-bierno revierta esta situación. Esas esperanzas serán defraudadas.

En cuanto a la base del PPD, par-tido que ahora está en crisis, tene-mos el deber de decir a los miles de trabajadores y trabajadoras que vota-ron por este partido –trabajadores y trabajadoras por los que tenemos el más profundo respeto– que es nece-sario aprovechar este trago amargo para reflexionar, para preguntarse si nuestros intereses, nuestros intere-ses como trabajadores, aconsejan que sigamos apoyando a un partido anti-obrero y patronal como el PPD. Entendemos el deseo de escudarse de lo que pueda traer el gobierno PNP: pero el PPD no puede ser nuestro escudo. La reflexión nos de-be llevar a una conclusión que tam-bién es un reto: sólo un partido del pueblo trabajador puede defender plenamente los intereses de las grandes mayorías del pueblo. Ese partido no existe, pero es necesario. Hay que abrir el debate de cómo po-dría surgir.

Por lo mismo, la victoria del PNP tampoco puede ser motivo de cele-bración. Fortuño ha capitalizado el descontento que el PPD cultivó du-rante cuatro años. Ese descontento con el aumento en los precios, de los servicios esenciales (agua, electrici-dad), el IVU, el crecimiento del de-sempleo ha sido una pieza clave de la victoria del PNP. Pero el gobierno del PNP será también un gobierno patronal y neo-liberal y ha prometido además adoptar medidas regresivas en el campo de los derechos demo-cráticos (derechos reproductivos, propuesta 99). La guerra contra las comunidades pobres, la entrega del país a desarrolladores, la revisión de leyes laborales para favorecer a los patronos (Fortuño fue uno de los au-tores de la contra-reforma laboral de 1995), la política de subcontratación y privatización, la guerra a los sindi-catos combativos: todas esas políti-cas continuarán y se acentuarán. Basta ver los componentes del nuevo gabinete y de los consejeros de los que se rodeará Fortuño para ver níti-damente el carácter de clase del nuevo gobierno PNP.

El título del semanario Caribbean Business luego de las elecciones habla por si sólo. Bajo los titulares azules que anuncian la victoria del PNP se lee “Puerto Rico está abierto nuevamente para hacer negocios” ("Puerto Rico is again open for busi-ness"). Esté será un gobierno de, por y para los empresarios. El programa anunciado por el nuevo gobierno in-cluye: reducción del empleo guber-namental, privatización por vía de las llamadas empresas mixtas privadas y públicas (“Private Public Part-

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nerships”), reducción de subsidios a desempleados, "flexibilización" de legislación laboral (entiéndase flexi-bilidad para el patrono, menos pro-tección para el empleado), elimina-ción del requerimiento de permisos para desarrolladores, reducción de impuestos al gran capital y medidas de igual carácter. La justificación que se esgrimirá está clara: permisos, leyes laborales, impuestos a ganan-cias, ayudas a desempleados, todas limitan la inversión y por tanto el em-pleo. ¡Hay que incentivar al capital!

Esas medidas habrá que resistir-las en la calle: reviviendo las armas del paro, la huelga, el piquete, las movilizaciones, la presión desde la calle sobre los dueños de nuestra política en el Capitolio y Fortaleza. Una vez más los miles de trabajado-res y trabajadoras que han puesto sus esperanzas en Fortuño tendrán ocasión de aprender en la práctica que dicho candidato no los represen-ta: aunque fue electo con sus votos, representa y se debe a los represen-tantes del gran capital. Esto tendre-mos amplia ocasión de demostrarlo, según el gobierno patronal y neo-li-beral de Fortuño enseñe sus garras. Por su naturaleza de clase, y por el contexto de crisis agravada en que asume las riendas del gobierno esta administración no podrá hacer otra cosa que agredir a la mayoría del país. Juntos, los trabajadores pe-nepés, populares, independentis-tas y socialistas tendremos que resistir las iniciativas del futuro gobierno PNP. Tenemos la tarea de impulsar y desarrollar esas resis-tencias.

El gran ausente de la política puertorriqueña sigue siendo un parti-do vinculado y comprometido, como aspecto central de su identidad, con las luchas del pueblo trabajador: un partido de la clase obrera. Es impe-rativo discutir cómo y de qué manera podría surgir un partido de este tipo en nuestro país. Si las comunidades están en lucha contra los desarrolla-dores inescrupulosos, si hay dece-nas de colectivos ambientales en lucha en todo el país, si hay igual-mente una lucha constante en talle-res sindicalizados y no sindicalizados

en defensa de los derechos e intereses de los trabajadores ¿acaso no hace falta un partido que recoja todas esas aspira-ciones, que las con-vierta en programa político y en posibles proyectos de ley, que sea dirigido por los participantes en esas luchas? Esa es una discusión que es necesario impulsar a la vez que resistimos la ofensiva patronal y neoliberal y anti-democrá-tica que de seguro se intensificará bajo el gobierno de Fortuño.

Es interesante notar la forma en que los empresarios puertorriqueños, interesados en promover su proyecto de clase independientemente de qué partido esté en el gobierno, se en-frentaron a la coyuntura electoral. Para empezar, cuentan con su órga-no de prensa, el ya mencionado Ca-ribbean Business. Dicho periódico celebró siete reuniones con 66 líde-res de la empresa privada, para re-coger sus ideas, exigencias, quejas y posiciones. Luego redactó varios resúmenes de esas reuniones y lo publicó en sus páginas. Según se acercaban las elecciones convirtie-ron estas ideas en un “Programa del Sector Privado”, que presentaron a todos los partidos. Así el periódico se convierte en medio para que su cla-se tenga un espejo de sí misma, un medio de coordinar sus ideas y ela-

borar su programa. Y ahora que ga-nó Fortuño le presentan un programa de 10 puntos prioritarios que el go-bierno debe atender desde la pers-pectiva y para el beneficio de los pa-tronos: diagnóstico de la economía, política fiscal/contributiva, empleo, pobreza, infraestructura/energía, de-sarrollo sector privado, turismo, vi-vienda, educación, crimen.

¿Dónde están las reuniones del movimiento sindical, ambiental, co-munitario, estudiantil, derechos de-mocráticos y demás para elaborar sus propuestas y exigencias? ¿Dón-de está un Programa del pueblo trabajador contrapuesto al de los empresarios? Estas preguntas nos deben hacer pensar. Es lo que no tenemos. Es lo que necesitamos si queremos dar una batalla seria a la ofensiva del enemigo que se aveci-na.

¿Qué es la Comisión Obrera y Sindical del MAS?La Comisión Obrera y Sindical coordina los trabajos del MAS con la clase obrera. Pretendemos impulsar la organización independiente de los trabajadores, tanto a nivel sindical como político. Entre los objetivos que nos planteamos se encuen-tran:1. Apoyar e impulsar, en general, las luchas de la clase obrera.2. Defender los derechos de los trabajadores y las trabajadoras y contribuir a

mejorar sus condiciones de vida.3. Contribuir a la organización sindical de la clase obrera.4. Fortalecer los instrumentos sindicales de los trabajadores organizados.5. Luchar por democratizar las organizaciones sindicales y otras organizaciones

de lucha obrera. 6. Luchar contra las corrientes antidemocráticas y burocráticas al interior del

movimiento obrero y luchar a favor de las tendencias, corrientes o grupos de oposición que impulsen una mayor democracia sindical.

7. Contribuir a la organización política independiente de los trabajadores y las trabajadoras: luchar por la construcción de un partido obrero en Puerto Rico.

8. Fomentar la educación sindical, la solidaridad y la unidad entre los trabajado-res, tanto a nivel nacional como a nivel internacional.