DemocraciaSindical#1

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de la ley 45. Poco les importa a estos burócratas defender el de- recho a la huelga como instru- mento para hacer valer los inte- reses de los trabajadores. No han movido un dedo para defender este derecho esencial para los trabajadores. Por el contrario, han atacado a quienes lo han defendido y lo han hecho valer. boletín de la Comisión Obrera y Sindical del Movimiento al Socialismo (MAS) • nov. 2008 Box 22282, Estación U.P.R., San Juan, PR 00931‐2282 • [email protected]

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Democracia Sindicalboletín de la Comisión Obrera y Sindical del Movimiento al Socialismo (MAS) • nov. 2008Box 22282, Estación U.P.R., San Juan, PR 00931‐2282 • [email protected]

La victoria del NO en el Departamento de EducaciónDesde las últimas décadas, el

sindicalismo puertorriqueño ha estado dividido en al menos dos tendencias. Una tendencia clasis-ta, más democrática y militante, y otra tendencia más burocráti-ca, de liderato privilegiado, me-nos dispuesta a la lucha por de-fender los intereses de los traba-jadores y más preocupada con mantener sus privilegios.

En la tendencia democrática se encuentran sindicatos en los cuales se elige periódicamente a los dirigentes, en los cuales los dirigentes ganan lo mismo que los trabajadores de base y en los cuales existe una democracia in-terna más o menos sólida. Ejem-plos de estos sindicatos demo-cráticos son la Federación de Maestros (FMPR), la UTIER y la Hermandad de Empleados Exen-tos no Docentes. En la tendencia burocrática hay sindicatos con un funcionamiento empresarial que tienen dirigentes perpetuos ganando jugosos sueldos y en los cuales hay muy poca o ninguna democracia interna y capacidad de los trabajadores de escoger su propio liderato o establecer sus propias propuestas de convenio colectivo.

La ley 45 del 1998 de sindica-ción de empleados públicos des-lindó de manera mucho más cla-ra estos campos del sindicalismo. Rosselló impulsó esta ley, que siempre contó con el apoyo de las uniones “internacionales”

que entrarían a organizar y a cobrar cuotas de decenas de mi-les de trabajadores, en plena lu-cha contra la privatización de la telefónica. La ley 45 fue un freno a la lucha contra aquel proceso privatizador que contó con el rechazo abrumador de nuestro pueblo.

La ley 45 era, y sigue siendo, mala para los trabajadores en muchas áreas ya que prohibe y criminaliza el derecho a la huel-ga, arma fundamental de quie-nes sólo poseen su capacidad de trabajar. Los dirigentes del sindi-calismo empresarial apoyaron esta ley represiva aunque les ate las manos para arrancar conquis-tas al patrono-gobierno. La ley les deja decenas de miles o mi-llones de dólares mensuales en cuotas y esto parece importarles más que cualquier otra cosa. Por esa razón, cuando la FMPR ame-nazó con retar la ley a través de la huelga salieron las dirigencias burocráticas de las “internacio-nales” a criticar a la FMPR por amenazar la constitucionalidad

de la ley 45. Poco les importa a estos burócratas defender el de-recho a la huelga como instru-mento para hacer valer los inte-reses de los trabajadores. No han movido un dedo para defender este derecho esencial para los trabajadores. Por el contrario, han atacado a quienes lo han defendido y lo han hecho valer.

Los burócratas de estas unio-nes atacaron la lucha de los maestros por la negociación de su convenio colectivo. Atacaron la huelga como instrumento de lucha del magisterio. La “Service Employees International Union” (SEIU) incluso cabildeó para que no se negociara con la FMPR. Pedían la cabeza de la FMPR. Apostaron a que con la descerti-ficación tendrían el camino libre para conseguir ellos la represen-tación exclusiva del magisterio. Actuaron, al igual que el liderato del Sindicato Puertorriqueño de Maestros (SPM), como verdade-ros rompehuelgas. Una cosa es no estar de acuerdo con un lide-rato sindical. Otra cosa es atacar

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una decisión de ir a huelga de una matrícula reunida en asam-blea y atacar el derecho mismo a la huelga.

Los burócratas se lanzaron al ruedo en las elecciones internas del magisterio a favor del SI a la SPM. La FMPR se enfrentó a una alianza sólida del gobierno, los Tribunales y la burocracia sindi-cal. El sindicalismo empresarial se consolidaría en el país con el triunfo del SI. La SEIU invirtió mi-llones en estas elecciones. Espe-raban recuperarlos con creces con las cuotas de decenas de mi-les de maestros. Pero fracasaron. Subestimaron la conciencia sindi-cal de miles de maestros que tie-nen un historial inmenso de lu-cha obrera. No pudo el bombar-deo gigantesco de anuncios de la SEIU, ni el coro de voces de los burócratas, ni la movilización sin precedentes en una campaña sindical de recursos pagados. Fue un verdadero asunto de ver-güenza contra dinero. Y ganó la vergüenza. Ganó el sindicalismo democrático, clasista y militante.

Poco les importaba a los buró-cratas sindicales vividores del sindicalismo derrotar al sindicato de lucha más importante del pa-ís. Sus jugosos sueldos son más importantes que su otrora con-ciencia social. Jimmy Torres, diri-gente de la SEIU, decía ante la derrota al momento de contar los votos: “ganó Aragunde”. ¡Cínico! Ganaron los maestros que conocen la falta de demo-cracia interna en estas mal lla-madas “uniones internaciona-les”. Ganó el sindicalismo demo-crático, de lucha y militante del país. Bastaba ver las caras largas de los representantes del Depar-tamento de Educación en el con-teo de votos y ver que eran las mismas caras largas de los repre-sentantes de la SPM y la SEIU pa-

ra darse cuenta de quién ganó y quién perdió.

El NO ganó por una diferencia de cerca de 3,500 votos. Sin du-das que la mayoría de los 18,123 votos a favor del NO fueron mo-vilizados por la FMPR. Sin em-bargo, es evidente que otros sectores fueron importantes en la victoria. Los maestros afiliados a UNETE (grupo que sale de la FMPR) llamaron a votar NO, y estos por sí solos pudieron haber hecho la diferencia. También po-

demos suponer que votaron NO maestros opuestos a cualquier tipo de organización sindical. Aunque para el próximo proceso electoral al que se enfrentará el magisterio dentro de un año no es una cuestión mecánica de su-mar y restar votos a los resulta-dos de este proceso pasado, es importante que se logre la mayor unidad posible para que preva-lezca el instrumento de lucha histórico de la Federación de Maestros de Puerto Rico.

La política sindical que siga la FMPR en los próximos meses po-drá será determinante para ase-gurar el triunfo en las próximas campañas. Se impone promover una política unitaria en la que se puedan comenzar a sanar he-ridas profundas que se profundi-zaron en el pasado movimiento huelgario. Así se garantizará el triunfo del sindicalismo clasista y democrático contra el sindicalis-mo empresarial.

¿Qué es la Comisión Obrera y Sindical?La Comisión Obrera y Sindical coordina los trabajos del MAS con la clase obrera. Pretendemos impulsar la organización independiente de los tra-bajadores, tanto a nivel sindical como político. Ente los objetivos que nos plateamos se encuentran:1. Apoyar e impulsar, en general, las luchas de la clase obrera.2. Defender los derechos de los trabajadores y las trabajadoras y contri-

buir a mejorar sus condiciones de vida.3. Contribuir a la organización sindical de la clase obrera.4. Fortalecer los instrumentos sindicales de los trabajadores organiza-

dos.5. Luchar por democratizar las organizaciones sindicales y otras organi-

zaciones de lucha obrera. 6. Luchar contra las corrientes antidemocráticas y burocráticas al inte-

rior del movimiento obrero y luchar a favor de las tendencias, co-rrientes o grupos de oposición que impulsen una mayor democracia sindical.

7. Contribuir a la organización política independiente de los trabajado-res y las trabajadoras: luchar por la construcción de un partido obrero en Puerto Rico.

8. Fomentar la educación sindical, la solidaridad y la unidad entre los trabajadores, tanto a nivel nacional como a nivel internacional.

El MAS también apoyó la campañadel NO con un pasquín.