DEPARTAMENTO NACIONAL TRABAJO · Al llegar al kilómetro 612, final de !a naregwc.'ón tlr lo!,...

BUENOS AIRES

INPREXTA UALSINA»-T~ICTORI.~, 1237

1914

ESTA PUBLICACI~N ES ~ W A N O

DEL

DEPARTAMENTO NACIONAL DEL TRABAJO

E1 presente niiiiiero del Boletín ha sido dedicado al inforiiie de la Iiispeccicin del Departamento Nacional del Trabajo sobre la situación de los indígenas que trabajan en los ingenios azu- careros de Jiijny. Contiene los siguientes capítulos:

Infornie del inspector Vicial. -Cargos forinnlados por los indígenas. Poh1ac:iOii del iiigenio.- Europeos y asiitticos.- Indios.- Dificultad

. . . . . . . . . . . . . . . . para substituir a l obrero criollo Keclutaniient,o y transporte del indio desde el Cliaco hasta el ingenio. C'ontrato reglamentario del trabajo de los indígenas en los ingenios

de Jujny. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Fiindanientos del (:untrato que antecede.-El Teniente Coronel Lalila-

clrid explica, en la nota respectira, los fondainentos de cada articulo del contrato . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Vivienda del indio.-Su trabajo.--Paga diaria para racionamiento . . . . . . El personal de flbrica.-- Salarios.-Jornada.-Forina de pago

Estado san i t , a r io . Alco1iolismo.-Paludismo-Conlo se cuida a los indios. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Las proveednrias.-Precios de ventas cle las iiiercaderias a los indios. ProporciOn de indios que trabajan.--Partes diarios.-Los caciques y

los soldados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Mociificaciones al coiitrat~~.-(:oncl~1sio1~es. . . . .

l 'ri~go cl agrado de clle~sr a l seííor Prrsjcleiite la inforiiiación que ebta Divisih de Iaspec~icín w l i ~ p r o ~ ~ ~ r a c l o respe~to del trallajo de los iiidígeiias en los ingenios aLiic2;ireros. Las partw siibstanciales de esta iiifoi-inación, son tres :

1." Informe del inspector T'idal, prewltado a raíz de sii viaje al Territorio Nacional del (Xaco.

2." Contrato formnlado por las autoridades iiiilitares del Cliaco reglanientando el trabajo de los indios en los ingenios; y

3." Jiiforme del Jefe de la Uivisihi de Irispecciím, clue suscribe, prewiitado a raíz de sn ~ i a j e de inspección al ingenio de la Coiiipañía Aziicarera de Ledesmia.

Estas informaciones sedn roinpleiiientadas con el informe que pre- s e i i t d el In,spector Niklison, actualmente en viaje de inspección al ingrnio «Las Palmasi., en el Cliaco, donde se ocupan niirnerosoc; indí- genas.

Informe del Inspector Vida1.-Cargos formulados por los indígenas.

l'ro~iirando la DivisiGn de Impeceión ensancliiir rl (.¿inipo ti? w.; iiire,tigaciones, ciespacliló a1 Inspector señor Vida1 con objeto de ccmwer las condiciones en )que los indígenas son contrataclos. i.ecil)ir uus quejas y tomar parte, si ello le era posible, en la confeccicíii clr sns contratos. E l parte del inspector Vidal, (1) es siiiliwiiirntr rs- tenso. Tia parte (lile se refiere a los indígenas destinadoi a los ingw'os. ~ o n t i t ~ n t ~ las inforiiiac.ioncs r p c l S r trarvri1)t~ii ii c.ontiiiii~i- ción :

Tengo el agi-.itlo (11. c.oiiiiinic.iir al qelioi- .Tefe, qnr Iie diiclu cuinpli- iiiimto a las órdenes e instrucciones recibidas en s u nota ft.[.liii 2 (1:. iiiarzo del corriente año, para lo cual me traslade a los Territorios Nacionales del Chaco Austral y Formosa.

Al llegar a l kilómetro 612, final de !a naregwc.'ón tlr lo!, ríos Uer- inejo y Teuco, después de 20 días de continua niiarcli;~, iiiantl; iil intérprete lenguaraz Juancito. que pertenece a la trihii (ir1 c.a(+liie Lec.li;giiana, a objeto de llamar a t d o s los caciques, caciqiiillos y lenguaraces qne se encontraban a inmed:aciones d r ei~te liigiii.. van el prop6sito de hablarles detenidaniente sobre rl iiiotivo cit. mi comisión.

Al1 tercer día de mi llamado con'currieron las caciques Ama. C'a- iiiilo 5 ejo, Yguana, Felipe, Bautista, Palo Santo, hln)rrno C'liivo, RI'gnel. Coell, Lechiguana y Clianmco, corno igiialniente los cacicliics niks iinportantes Pericote. Antonio, Biolina, Pasacau y Srwi. rlii'rne.; liahl¿~i.on conmigo entre el kilón~~etro 1'75 J- 525. donde teiiíiiii ~ i i í :

t~)ltlibi-í;i.;. Eiitre~istbiiie taiiil)ién con los lenguaraces Rafae %;i~,;ii.í;is. Lorenzo, Jnancito y seis caeiqiiillus y capitanejos. quienes \ i.iií;iii r~voltiiclos por 43 iriclígriias.

liiic~i.rog;idos sobre cuhles eran las condiciones en que los cuntrata- I~i i i i pira trabajar eii las ingenios «Ledesilia» y «Esperanza». iiinni- í ' ~ . . ~ i ; i i * i ~ i i (lue se les ofrecía iiii sueldo in,ens~ual, variable segiíil a la c.:iit~poría a ique pertenecieran: $ 30 a los caciques, 20 a los capita- iilhjos. 15 a los lenguaraces, 1 3 a los indios y 11 a las iimjeres. E n lo 1 1 i i 1 ~ sv i-rficli-t. a la aliiiieiitacicíii, G.;ta no podía ser 1116s cleficieiite,

rllos iiiisiiios. wcibieiido al rfecto, li;ri~iiia, niníz sin pisar. grasa y l'ii¡l;l tlt' i l % f i ~ ¿ l ~ ' . 1Al I'OpH y 11(~lil¿í~ t'01ilc'iiti~)l~~ t ] l l (A lll'ct'iitill~, iitlcliii;reiila en los depósitos (Ir los ingenios, por iiiedio de 17110~

«~:;ipc:'itc~s o cdaistoiic.s que recail)en ( ~ ~ i i i o pago del trabajo efectuado». ('ontiniil. iiitrrrogándolm sobre l a manera que se trasladan desde

~ i i h t i i l t l~~r í i i~ a 111s ingenios. Según refieren es u n viaje largo y awi- tl,.riti~tl~~. ?tlarclian a pie hasta Erill)ai.cación, donde toman el ferro- c . ; i i . i ~ i l tliir los conduce a los ingenios. E l primer trayecto. es dwir, el ~ l i i t l t>fwtíian n. pie desde siis tohlerías al punto de eiiil)ailqii~, t ime iiiiw distanc.ia que rar ía entre 100 y 120 leguas, niás o menos, tdiiyo id6iitiico ivxr r i t lo liacrii al wgiwo, tartlando para liacerlo de 111)s ii t r ~ s iivratlh. E n cuanto a la ~liiiientación, reciben la iiiisina que lvs t l i i i i I W los ingenios. Diirante el triiyrcto hasta Rivadaria, esta- viiiii iiitt~riiitxlia, son acoriipaííwdos por conierciantes t i m o s a quienes rcwtlrii las iwl)iis cliir los ~liit~~l;iii, ciiyo clinero iitilizan paisa coiil- 1)i'iii' iiliiiiviitos. lir1)icliis y ;ii-iiias. lilrg;iil ;t los iiigeiiioi, cansaclos y liiiiiibi~i~iitos, y por siupiit~sfo. siii la ropa que habíaii veiiciido.

Eii las 6pocas clc trabajo, viin sieillpi,e en grandes canticlacles, i i i i i i t 1 i i 1 ~ . wgíin ellos. en esta ocasión, no alcanzan a 2.500 indios, vii;iiiilo por lo general win s'eiiipre alrrcl~dor dt. 4.000. Sostienen , 1 i i i J -1111 .;iriiifpi-r ric~tiiiilws ( 1 ~ iil111W~ y ~ n g a ñ o s ; $les pagan poco ;y 10s iiliiiit~iifiin iiial. L;i salida para los ingenios, es dirigida por los contra- ti-ti),. rapataces y peones. Comienza durante los meses d e dicieinbre, e>ii~~i*o, f ~ h c - ~ r o y niarzo, en que salen las priimeras rem,esa de indios, I I I I P oscilan ~1i-edecloi. el(> -100, 1- \-;iii .rc,nriii,aiíados por los cripwtacrc; ;- p ~ n n ~ s , qni1 a su vez les %irven de custodia durante el viaje. Lle- rii ii i i i i tv~ii\-o~- tlr carros y animales vacunos en pie, que iilarcha ii 1,i \-;iiigii;ii~cliii (11. las cwi.avaiias y rii cada alto o d L s c a n ~ o . (le los I I I I I I 1i;icc~ii ilos por tlía, rrcilwii lo iiecesario para sn aliii~eiitación. Ri~ft~i. i~ii tr n los rniiiproiiiisns cliip ~frc t f ia i i , 1-rfirreii cinc lo Iiacen

verbaliiieiite, estableciéiiclose los joriiziles por iues. coiiio la cantidad de racioiiaiiiieiito a recibir. Los caciqiies dcbeii m proiiietei'se a llevar un iifiiiiero rlrttwiiiiiado de lioiiibrt~s. antes de salir para los ingenios.

Kefiereii igualiiiienbe u n detalle que llama la atencihn. Para elti- 1ilii1;ir el coiilproiiiiso de i r a los ingenio.;, ac.o,tiiiiiibran los contrat:s- ta.s a diir «c.onrite,» en los que se le13 regala a los indios I i ~ r i n a , hal. tabiico, se carriean nriiiiialel, y Iiasta se les 01)-eqiiia con 1~iirrc)~j y cabal1;)s. E n esta foriiia acoh i i rh ran soleiiinizar lo.; cwntratos y, por o t r ;~ parte, a intere,lir a lo+ indios en el coiiiproniiso.

E1 tralxijo que clrl~cn iealimr en 1~~ ingenio..;, RP ~ ' P ~ I I C C s01ain~iite n pt'laia la caíín, acarrearla 31 1)araje dt' elal~or~cic;~i O donde les t~i'tlerie. Tienen la obligación de llevar a cabo una deterininada ceiiticlad de tisabajo: es decir, t rabajan a tlestajo. Iiiteri.ogetl~>s sobre si reciben castigos coiporales, , iuiixiifestai-o11 cliie iio, piic,. (le otra iiianera iio irían a t rabajar .

(';ida. caci~lii t~ es el jefe siiprenlo de I R t ~ i b i l , il cliiivli obt3(1eceii t ~ t l o . ~ 10n (lile foriiian parte dc. ella. Cada rariqiir ticnc iin riíiiiwro li~iiitndo de inc1io.s Vrjos, a qnienej utiliza. parii viialtlnirr asunto o rrsc~lncií,n que cleica toiiiar. la que es i r re~ocab!~~. C'ticii~iiilloi y capitanejos seciiiidan l a ~ R r i l e n ~ ~ del principal.

A-\iintliip igilOrilIl c.1 11fi111~0 esilcdio cle Iior'R~ de tr;il)iijO. ~~lil~@ilOll *e;in !). 10 y aíin nihs por día.

El jefe del reg'iiiieiito i t k vwliiilft~rín, tt~ri'ciitc~ c.oi~>ii ~l T~;iiii;i;li.id. c.ontratR, por intermedio de los conchabadores, alrededor de 4.000 iliclios, en condicioiiei. (le quc estos íiltiiiios se iiiiic~stimaii iiiny con- tri1to.i y satisfechos.

('o!i~o en (31 contrato del referido jefe se estipulan i i i i ~ ~ ' b i i c m ~ c~)ndieionei. dr paga y a1iiir~iitii~:hn qne 1o.s inc1:os j;iiiiiís 1ial)ían tenitlo. iiie Iiicirron notar loi caciclues. qiie cmndtr f ~ i ~ ~ o i i llniimdos 1'7r ('1 tcniriitc. cwioiicl Laiiladritl, para esplit~arles rl c+oiitrato qne Ii;il6ii lit~(.lio von lo, wpi'r.c~ntaiite~ \Ir 1tis iiigrnios. 1, cwntc.itnrnn «los intljo, siempre seremos amigos de los cristianos; estos no!, qi~ieri.11 hiru J' mi dan trabajo».

Tenía igi-ialnleiite, seilor jefe. iiiterés eii sabei- l)oi* c l i i G liabía dis- iiiiiiiiítlo rl niíiiieiw de inrlioi ~ I I P I i a b í ~ n s;ilid» a tra1)ajar para lns ingmio-,. Intrrrogiií. al e f ~ c t o a los caciques. SuIi derlararioneq. que ti-aiiscribo exactaineiite, son estas: «Teiiriiios 111ic caniiiiar iiiiiclio: los lxitrorios prometen y después no cumplen, engaííiíndonos sieiil-

r l l)rtl, l e ~ i ~ i i i o s rllu* r.rroi.rria coi1 iiiirstr'as ~ntijt,i-cs c > hijos d i s t ~ ~ i ,aja\ 3 1 ~ l i . ~ ~ ( J . . PatrGn Grande (llaman ellos así al Presidente de la Na-

cicíii) pnefie ayudarnos. Hay nii-iclios campos gi-aii tlt3.s t l~sociil);~ (lo\

eil que pueden instalarse ingenios, cerca de nuestras tol(1erí sólo para cine podamos vivir con su producto, sino tainbién para liacer toldos y estar en ellos con nuestras mujeres y iiiuchaclios». Siguiéronme exponiendo sus deseos, de los cuales se desprende el v i ro inter6s qiie tiene esta gente en trabajar. Sumisos en demasía, Jaiiiás desacatan una orden, así sea civil o militar. E n el trabajo deiniiestraii mny biiena disposición, tanto en el orden como en la prolijidad, reflexión sugerida a l observar trabajos. como planta- ciones de algodí>n, caíía de azíicar, rnaíz. tártago, cortes de ina- clera, desinontes, etc. Las indias, a parte de los quehaceres en los t«'dos, se ocnpan en acarrear leíia, I ~ H Z O S (le paja y otros t rabajos (pie efcctíiaii, para la administración del lifinisterio de 0l)ras P6hlicas. en el kil61netro 612.

B e tenido ocasión de ver los distintos trahajots ejwntatlos con las fibras tc~xtiles (pie preparlin~los ii:ciios, y es de aciniirar en ellos l a Iiahilitlad ron qiie confeacionan iri~ciornos, guardas, fleco<, etc.

La lrntrev'sta que debía tener con el seííor Gifford Stowei, r e p w sentante del inlgenio «La Ei.peranza», iqtne contrata los indígenas qiie clrsean trabajar en 41, fraca.4 porque este seííor re excnsí,, en u n trlegraina fecliado en Forino~a, diciendo qiie sus 11111clias ocupaciones lc iinpeciían concurrir a e'la, citándome, en s u mismo telegrania, para tenerla en Limones, cien leguas ds tan te del kilómetro 612. No 1) ido efectuarse dada la enorme distancia que me separaba de este 1) into, insdvable por los malísimos caininos y. aún más. por el 1 @wxtorio plazo de 9 días clue iiie daba. Tampoco me fiiP posible entrevistar con el seííor teniente coronel Alariano ArAoz de Lama- tlritl, pues este jefe cliic fiié relrvado del comando del 7 de ca- ballería, acaiitonado en Presidente Roca, linbiéraine podido suini- nistrar datos y detalles iniportantísi,mos. H e tenido, en cainhio, el giisto de liablar con los actuales jefes del citado cuerpo, teniente coronel Herinelo, mayor Pérez y capitán Galán. E l priinero (lile hace linás de 20 aííos cine presta servicios en estos Territorio<. ~ i v i e n d o en los fortines formados para la defensa de la6 vidas y Iiacieridas de los habitantes de los mismos; cjne conoce detallac1;i- niente las cost i in~h~es y gSnero de vida d'e los indios, me &Ó datos que coincidieron con los iiiforines dados por las aiitoridades y pobla- (lores de los inismos fortines. E l teniente coronel Sunino, encargado-I aceidentaliiiente de las tropas en e1 Chaco. me lia proporcionado iiiforiiiaciones y aiitecedeiites que me eran indispensables 1)ai.a el buen clesempeíío de ini comisión.

Los indígenas tliir trallajan m estal)lrciinientos agrícolas. gana-

L.\FORhIE DEI. IUhPEí'LOK \ID.\I.

I dero.5 y obrajes. perteneoen a las t r i l~us ~i~atiacos, to1)as. 111~-

pilagas. La (le los iuatacos, principalniente, es la iiiás prefc pues, éstos son inás hacendosos, hábiles y íitiles, '; acaso taiiibii.ii, por su ignorancia que permite explotarlos en sus jornales.

Para poder conversar con los vaviqiies, caciqiiillos y lenguaraces. las aiitoridacles y varios vecinos ine insiiiiiaroii la conveiiieneia de ofrecerlies harina, sal, tabaco, (galletas y dinero, como para cleiiioqtmr tener biien deseo por ellos, procedirniento (pie adopt6 con iii~iiejo~ablex resiiltados, dado los muchos informles que i.ecogí. E l teniperaiiiento practicado por el (lile suscribe, de obse- qiiiwi.los, incliiyentlo las visitas Iieclins a los caciclnes Pericote y 1\Ioreiio en sus tolderías, kilómetros 175 y 525, irrogí, u n gasto (le $ 2.50 moneda nacional, gastos que no estaban autorizados pero que se imponían dada la coqtiiinbre atávica en los indios de pcvlii, hieintpre, 1116s y nlás. De otra manera liiibiera sido iniposi1)lr recoger infoiwies directamente de ellos.

He visitado las tolderíils d r los cac'qiies que riiarcliaron ii trahiijar a 111s ingenios. Estas eran de lots caciqiies Cabrón, Alejandro. Buenos Aires. Costilla, Lechiguana, Coell, Iguana, Pericote Accua, Moreno C'liim y Antonio Jlolina. Este iíltiino liabía 5alido con 30 indios parti t r w h j a r en los desnlontw que hace una cnrniisión del JIinisterio de 01I)ras Píib1ica.i.

Los toldos están lieclios por las indias. con varas que ellas cortan, cliilrirrtas van paja volo orada de i~iasiega, iisada generalintente para lo. teclio.; de las constriicciones de cainpaíia. Son todos de igual forma 01-alada. con dos pnertas en las extreinos, de €orina st.nii-circular. cliilr n~iden 0.80 centímetros y 1 metro; las habitaciones tienen de largo 12, 8, 5 y 3 metros. E n ellas viven, en repugnante proinisciii- dad, con sus perros, que por cada toltdería llegan liasta 30 y 40, qiie los iitiliziiii para l a caza de ave.;truces, tigres, leones y zorros. que con !as f rutas silvestres. constituyen sus priiiepales eleineiitoc de alinletacióii. «Los perros, ine decía iin lenguaraz. son riiiestros mejores ainicos, no9 avisan ciiando se aproxinian los cristianos, o

iiii t igre o 1111 león están por asaltar nuestras viviendas, (pie po- iien siempre en peligro las vidas de nuestras iiinjeres e hijos». S r acuestan en el suelo cubierto con 1111 poco de pasto cortado, donde coineii y diiernieii, por cada toldo, 6, 8, 10 p 15. Poco aseados, los indins no se cainbinn jamás la ropa. liasta que se les cae a pedazos. E n cambio tienen la costiiinbre de baííarse con inliclla frecuencia.

Tienen nini?- p e o s vestidos para culirirse. w pesar de confeccionar ellos ri~a.$ ini~ntas y tejidos, teííiilc* con varias coinhinaeinnrs priinC-

HOLETÍS DEL DEPARTAMESTO SACIOXAL DEL TRIE.IJt1

d tivas. que deiiinestran su laboriosidad y Iiahilidail. Estos t r q c.»iiio las pielle1.i de tigres, zorros, leones, aros hormigueros, n u t i L , otros nli~iclios animales que cazan, las venden a bajo precio a comrr- c:anteq sin conciencia 'que recorren frecuentemente sus viviendas, c~aiiil)iándolai por baratijas, tabaco, bebidalsi y ardas.»

Tales son las inforinlaciones que el suscripto tenía antes de realizar su viaje de inspecoiión al ingenio Ledesma.

Población del ingenio.-Europeos y asiá- ticos.-Indios.-Dificultad para substituir al obrero criollo.

E l ti-al)ajn del indígena constitii~-e por hoy, en cy~tos ingenios que a costa de tanto, sacrificios los traen desde el Chaco, u n trabajo difí- cil de reeinplazar. Se me ha asagurado que este reeiiiplazo es, iiiás que difícil, iinposible. No participo de esta opinión. E n iiii concepto, la presmcia del indio en el ingenio se justifica en virtud de t r w ventajas: l." La pasibjlidad qne tiene el ingenio de encontrar en iin iiioiiiento dado, la crecida cantidad de brazos que necwita en la 6pocn de la zafra. 2." La ev,idente economía que el ingenio realiza a l no tener que constrnir el millar de habitaciones que necesitarían los olweros si no fuesen indios; y 3." L a relativa baratura del jornal del indio. Puede causar alguna extrañeza la afirmación de que el jornal del indio no ,as sino relativamente barato. Aspiro a deiiiio.;trar cliic.. en efecto, el jornal del indio está muy lejos de ser lo que l a inayoiía de las personas creen. En t re lo q u e cuesta traerlo, el salario que rwibe en efectivo y l a par te quie se le d a en me~caderías, el indio no resulta barato en la foriiita, que b e vrre. En el C I I X ~ S ~ de este inforiiie quedara cleii~ost~acla ehta af i r i i~~ciHn, llaiiitacla sin diiidii a despert;ii. e ~ t ~ a í í e z a s . , P,~ieden los ingenios de J i i juy presciiiclir en absoliito del elriiienti~ indígena? Las eiiipresas nile iiianifie.jtan ~ q a r tocloi~ los c2nsayo.; que han reializado en el sentido de Iiacerlo, han resnltailn infructiioios. Una reseíía de estos ensayos, es l a s i~guiente

Obro*os rirropcos.-Los priineros ensayos serios para acliinntar europeos en las opperac;ones de l a caíía, se iniciaron en l a coscc.1ia de 1911 a 1912. Hízose este ensayo con espaííoles traíclos de Andalii- c . h . E l ingenio lo^ iliandó biuscar expresamente a su país de origen. sufragando crecidos gastos. Est. primer ensayo coiisistiH eii el traiis- porte de cuarenta familias. E l íesiiltaclo fné p&iilio. Si clr aquello. ol)i.eros yiiedn algiino, trabaja coiino cocliero o peliiqiiero. por ciieiit:~ propla. T o h al)andona8r»n cl caiíarrral y algunos fueron adiiiitido. en 105 talleres de la fabrica.

131 +giiiiclo ta.;ayo con europeo+ e.; iriás reciente. Refiérese m vosec.lia de 1!)11-1!J14. LlerBronie, a. título de prueba, 80 riii+os. EJ fraciiso fiié ru'dmo. Este habitante de las zonas frías no pii.cio noportar la teiiipeiatiirii aii~bient'e. Adquiría, adioiriá.;, rhpidaiiiente rl paliicliaiiio. Abandonaron lii caííera y no quisieron ni quedarse en los dc.;iiioiite.s, con un jornal de $ 3 por día.

-~c.tiialiilente se (gestiona r l envío d . qiiin'~:iltos ohrelros it;~liaiios, w r i u n jorna,! de $ 2 diarios para tmpezar. Xtrihiiyo a esta ens;iyo iiiia iiiiportanc'a capital. Si 10, italiano,., re.;isten, es poisible Que el trabajo del indígena se siispeiida en absoluto, pues terminada la cose(3liii del i i i a í~ p ' e n ~ o qiie se ipiieclen r n c o ~ t m r n i 1 o dos nijl ita- I;anos con el jornal ot'rrc*iclo.

0 h t . t r u s c~.ti/lfi~w.-Lii> tqwrienciii', lit.cliii> c.011 iiriAticos .se Iian recliiv'do a japonearj i(ii Iiinclíis. ( 'on dos yriiiirros, el ;sito no rs 4ino rrl i i t i~o. ('on lo.; srgiintlos, e'l frac.iiso e., ericlente.

í l i i~, iictilaliii~iitt~, iiiios 150 japonese, trallajando. 1Tna par t r tlr rllo, F i i i recliitada en la iiiliwia ciiiclad de Riienos A r e s . El resto fiiu traído del h - a d ( ( a o ~ ~ ~ o p ~ > i l j e r O ~ , no tomo in i~ i ig ran te~~) en tres wiiiesas que llegaron it principios y fines de lilayo y el l." de junio (le' aiío vorrientl-. Los que he llevaron desde Buenos Aires, Iiacía t'eiii~:o que se encontrahan en la Repíi'ldica Argentina. L m qiie re- nían del Brasil, Iiahían reyidido en Sailtos y San Pablo, por espacia (ir u n p a r de iiíío.3. La niayor parte de &os japoneses lia recorriclo ('hile y Períi. No son, pues, obreros recién y dirwtaiii~ente traídos desde el Japón. Adeiiiá~s de estos 150 obreros, liay iiiia:, 20 familias.

E l rzsiiltado que tsto.3 ohreroo Iiiiii (lado al caiiawral. es iiiiiy i-ela- t i ro y wtá recién en vías de experiiiientaeión. C'iianclo recién llegaron, hOl0 <) fueron destinados caonio ei1graiacloree o inayuinistas la SBhriva. ,\c.tiialiiiriitc~ 1iay inB+ d r ,>O, lo qiie ivlii'i'r¿ decir (que estos ohreroa pef ie ren el t r a l~a jo de iiiÁqiiinits al trabajo de la caíía. Se t.sp1'c.a esta preferzncia, entre otras razone:, por el iiiayor saliir:o. En la fálwicyi, tériiiino medio, cada ohiero saca $ 3 por día. E n la cdiiíía, I i a c a 1.000 kilí,graiiifos diarios y rec'ben >t; 2. Hasta aliora. c.tos japoneses se iniie.;tran contentos. , l d e ~ i ~ á ~ ~1:l sahrio. t':neii caja y liiz gratis. Son ~trhrios en el cviiier y piiede calciilarse qiir 110

ga-tan ~ I I ~ S de $ 0.70 en la.; clds coiiiidas diarias y el café y pa11 qiie por la iiiaííana coniiiiiiln. El arroz, qn? es el compuesto principal de esta; coliiida~,, 10 adquiere11 R $ 0.30 el kil6gra:iio. P a n apenas S; coineii en el desayuno.

EJtos japone3e.s ven iinidos, lo iiiisiii'o los cjne trehajan en las iiiéqiiinas (parte jtirhana del ingenio) l!jiie 103 cpe se ocupan en pelar caíía. Estoii íilt'nio.;, (pie wtBn eii liis afiieraq, tienen ventajas de

pocler diza j e 1ja jan

P O I ~ I A ( ' I Ó S DFI. I X U E X I O

atlyuirir verc1ur;is tiaratas. Se Iiail dado iiiaiia para. el a p r e n - m y Iiay gilupoa que bacan liat~ta $ 3 por día. El doiiiiqgo, a vol~iintacl. Los que trabajan, d o lo Iiawn liasta n i d i o

La traída de estos japoneses costó al ingenio cerca de $ 12.000, suma r n la que aparecen incluidos los adelantos que $116 nece~ario Iiacer a los que venían del Brai.;il. Del Japón a l Brasil,-se iiie Iia clic110,-los japonesrs no abonan sino iiiedio paqaje, franquicia de clur gozarhn hasta que no excedan de 280.000. Actualiiirnte, no alaaiisan a 2.000. Drl Jlup6n a l a Argent'na, el pa-jaje esije u n dmwl)crl.;o de iiiHs de $ 300.

E n el trabajo, como Iie cliclio, son &pido>. A p e w <le que pnedt: clecirje qiie estlín recién en el aprendizaje, 'redizan su tar?a de cor- tar la caria ( 1 . 0 kilógrainos) en algo inenus de 8 horas.

g Estarán llaniacios los japoneses a siibst:t~uir a los indios cliaque- íío.;! Difícil es afirmarlo o negarlo. E l seíior Jlisao K'uclo, japonh. con oclio aííos (1,~ rr~.;;deiicia en la Argentina, iiie Iia iiiailifwtacio que pieala realizar u n nuevo ensayo en vasta escala trayendo nipones de Foriniosa y Okidahhn, i~calida~cles en que la po1)lacicín se drdica con preferenc'a al cultivo de la caria.

E n lo refereiite al resultado de los liindíls-los de la i.abrxa atada. coiiio allí los llairian-lia sido iiilalo. E n {la cosxlia d r 1912-1913. trabajaron liaista 400. Hfoy, no del~en quedar sino uno, 50 o 60. Son flojos y suiiiarnente andariegos. Van y vienen, sin radicarse deli- iiitivaiiiente, andando por todos lo.; ingenios. E n las eytaciones ferro- viar ia~, se los r e en grupos, clescalzos, esces vaiiinitr flacos. Se ali- nientan con menos de $ 0.20 por día, prep¿iranclo una torta lieclia de liarina y de unas flor¿s ainarilla.; que crecen entre los alfalfares. Viven en ranchos de zinc, sin ~ n a j e r e i y sin ningím contacto con lo reatante de l a pol>laición. 'Cuando recién llegaron, se les liizo u n gran galpón. NI,) lian dado resultado ni en el trabajo de zafra ni en el de 11z6irlu:nas. S e euplea a los que Iian qiledado en la liinp'eza de ii~lí- quinas y en queiiiar ramas. Son ,uiuaniente aliorrativos y 11110 de ellas, días ante3 de mi llegada, caniil)i6 u n Irdlete de iiiil pesa,. Las condiciones que el ingenio les liizo, eran buenas. A lo.; cuatro años se les daría un pasaje 'gratis $para r e g r a a r a la India. Por razones de relig'ón, no coiiieri carne de vaca. Se baíian con f r ~ c n c w i a , pero no lavan su3 roFas.

Con astos elementos: se lia querido substituir al iriclio. Digamos aliora 'que, conjuntaintente con SI, trabajan, adeirih, lo.; criollos y los cliah~uancos.

Criollos.-fi'on los criollos excelentes obreros no solo por su resis- tencia para el trabajo sino taiiibiéii pa r su aclaptacih al clima, E l

número de das 'que trabajan en u n ingenio, es sumanzente IIr podido notar, por las convernaciones que he ten;do con jeros de segunda clake del tren que lile conducía, \que en la epoca de l a zafra se opera, en l a zona del aziícw, u n inovimiento de ini~iigra- c;ones semejante al que oourre, uuando las cosechas, en la región cereal. Estos oriollo~s de Salta, Ju juy , Catamarca y Santia, irno recorren das provincials noinbradas y viajan hasta Tnciiiiián en biv-ca de los nliejmes salarios. E s una desgracia, para ellos, que el costo elevado de los pas'ajes no les permita ir hacia las lugares en que, por falta dle blrazos suficientes o por cnalquier otra raz6n, se abonan los salarios ~niás altos. Puede caJ~cularse en 500 el1 nún~ero aplrosinia- do de los que trabajaban en el ingente durante mi estadía. Se les da ctisil. Pigaieles $ 2 por tonelada de cliíiii (1) y hay cluien hace dos eii el día. E l salario s r reduce eii iiiiiclio porcple el criollo es falta- dor al trabajo. I i e comprobado que aboiian los solteros $ 5 por cada se.mana de pensión. S i calculamos que este criollo tiene a l f i i i tlrl iuri un itigi-eso de $ 60, (lo cli~c iio t.3 difícil, calcnlaiido clrie falte varios días p (lile en los restantes haga una tarea superior a 1.000 kilos) teiidreinos, clue pdgacla l a habitaci6n y la coinida le queclará u n saldo de $ 40 por mes. Como la zafra dtura cinco meses, resnltaríi~ cliie r l ci4o5 o p o d ~ í a , coiicliiícln 63t.1, wtirarst. a \u j)ro- vincia con u n saldo efectivo. Rarísimos son los que coiisiguen hacerlo. L a virtud del ahorro les es ciesconocicla. Como peladores, por la larga prActica ad(luiricla, son eximios. Con u n golpe de cuchillo arrojan por el aire a l a caiía hasta el sitio exacto en que los «cidateros» o las zorritas Decauville iriiii a buscarla para con- ducirla hasta el cancli6n del ingenio.

A l ei,tiiidiar l a condici6n cle nuestro criollo, vienen a l a memoria los conceptos vertidos por el eeííor Gol~erna~dor de Tucumán (Mensaje creando el Departamento Prorinciad del Trabajo) y que dicen así:

«Pero la gran in'dustnia mediterránea tiene, a l lado de estos Iie- clios materiales (que se le refieren, l a singularidad consiguiente a sus es;tgenciiw propias, en cuanto al trabajo Iiuinano que la kirre: d r ~ d e luego, da lugar a formas reciiliares cile coneentracicín y de ejercicio del iilisino, que deben ser atendidas en e1 carácter regional en que se presentan.

La tfradici6n industrial ha logrado formar en nuestro pueblo una aptitud colectiva para las labores que le conciernen. que hace casi

-- (1) Teiiyo eiiteiidiclo que, clespué5 d e mi visita de iiispeccióii, el precio de la

tciirladn Í'ué elevado x $ 2.50:

imubt'tuible el 6: cultivo de la u n nledio social

brazo del obrero criollo. Es ta apt i tud colectira caíía, ccmio pa ra e1 t rabajo en las f$bricas. I K ~ W

habituado y fácil, es pur sí solo iiiia fuerza econ6iiiic.a que piiecle ,coinpensar en la %una subtropical, de acceso difícil a l inniilgrante, hasta ias desrentajas de la sitnación geográfica con rela- ción a otros piintth> uiás avanzados que puwien aparecer c.onio clr inejores condiciones dimatéricas, pero de recursos insuficientes pa ra utilizarlos.

Tenerms así, que l a base cle nuestro trabajo agrícola-incliisti.i;r,i, es el obrero criollo, con el sistema d e concentración que lo lia acos- tuidbrado a vivir en los ingeniots y en las fincas agrícolau, en lia11:- tacionm proporcionadas por lus patrones o jefes de eniipiesas. de 105

i 1111('11- que clepdnden en el iiranteniniiento de las condicione.$ de la al ' taoitin. a 4 coiw en la aceptiiri6n de u n rigiiiiien c1isc;plinario que lle~ga a vomprender no solo el orden del traibajo misiilo, sino taiir1)iGn en el que cierta. forina reglaiirelnta hasta su vida dr faiiuilia. Tan coiii- pleja situación no (puede twr i~itlitei.e~itel>iir.;i v1 Elt i ido; pues r iene n afectar tanto ad bitenlel~tar de la elase t ra lq jadora roino a pur- renir iiiattria.1 y nroral, ccvmo a l vigor de la raza iilii~~nia, por ~ ' i i i ~ n t o ~usci ta probleiiiias referentes a la 1-alud piíhlic3 7 pi.irac1i1. a la ediic.~i- ción (le los hijos y w otros ¿i.spectos e>enc.i;ile~ JW 1''. roi i iwrii~~ 11. no iiwnos iiiirportantes.»

C ' l ~ a l r ~ t n ~ ~ c o - o h clialinancos los sl)reros indígenas traítlos d i~ Bolivia. E n ,!a actualidad no es iirenester realczar n(ingíiii esfwi~zc) para foiiientar la inmigración. TTienen solos. Creo, ademfis. que en caso de que fularan a buscarloi. el gohierno l )o í i~ iano esigr iiii ciepo- sito de tb; 500 por cada chnlinanco. Ann~qiie son indios, parecen cons- tituir l a aristocracia o l a clase privilegiada de los aiutóctonos. Chian- do e s t h bien r e ~ t i d o s , fácil es confundirlos con los regionales. Capa- taoes de cañavrrahes y j d e b de niáquinas, coniplácense e n recono- cerles gran inteligencia, resiutencia y adaptabil idad p a r a e1 tra1)ajo. Como defecto dominante ,poseen el a1coli:lis~ino llevado a u n grado extremo. S u s niiijeres,-las ciiííai,-les aconipaííaii da lmen grado en sus libaciunes. El luneb y el inartel, suelen fal tar a l trabajo. desean- sando la borrachera dominical. Siis iiiiijeres son linipiiis. Llerai i coi1 elegancia e11 clásieo tipoy de color p í ~ r p u r a o iiioraclo. l ' r a l~a jan coino operarios en la fábrica. y en los tablones pelanclo la ciilia. Ciiando la, zafra teriinina, el cliaihuanco no se aiisenta. Geiieralnirntr se cliieila uno, dos y t res aííos antes de regresar niievaiiieiite ;i Ba'iviii. D~irai i te este t ie i i~po se los einplea eii t rabajos de desinonte y rii

aporcar y desaporcar l a caiía. Fiieron antes, en iiíiiiiero, los cliie en iiiayor proporción estabaii. Ho>- Iian disiiiiiiiiíclo iiii 1)oco.

H O I , E T ~ N DEL DEPARTAIIEXTO NACIOKAI, DEL TRABAJO

Personal de las fábricas azucareras en la Provincia de Tucumán, qh, ,,,,,, durante la zafra y cuota de seguros pagada por accidentes de trabajo en 1913.

. . l lig. Ai11:11ia. . . . . . . >> .iguilai.es. . . .

. . » Re1Io 1-ista. . . . . . . . . . . . » Criiz Al ta .

>> Corona. . . . . . . . . . » (loiicepcióii. . . . . . . . > Hsperaiiza. . . . . . . .

. . . . . . » La Trinitlad. » La I ' l ~ r i d a . . . . . . . .

. . . . . La I'rovitlencia. . . . . » Luján. . . .

» La Invernadá. . . . . . . » Lastenia. . . .

. . . . . . . >> Los Ralos. » l\l:iiiaiitial. . . . . . . . » Xert3etles. . . . . . . . .

. . . . . . » Nueva Bav . . . . . . . » Sta. BArbara.

. . . . . . . » Saii J u a n . >> S t a . . B u a . . . . . . . . .

. . . . . . . >> S . d a t o n i o . . . . . . . . » S. Miguel. . . . . . . . » 6. Andrés.

>> S. Pablo. . . . . . . . . > S. José. . . . . . . . . .

. . . . . . . » Sta. Rosa. . . . . . . . » Sta. Lucía.

Total . . .

Viiinero d e personas que trabaja roii e n los ingenios azucarero tiai'ante el año 1913

Extranjeros

Ganan, coi1 poca diferencia, lo cpe el obi-ero cristiaiio. Tinprt res, iiivierteii en alcohol el mayor porcentaje de sus salarios.

Tales son lo.; diver.30~ conliponeiites ktnicos del ingenio. Creo que para coiiiplenia~tar estas explicaciones se hace neciesario agregar los datos ~elacionados con e l personal de fábrica y ~l porcentaje diario de los indios .que concurren a1 trabajo, tivpicos que serán materia de capítulos prósinios. Entre tanto, para cerrar el presente conviene indicar la poblaej6n obrera 'que trabaja en lo.; ingenios de nulrstra zona azucarera. Lo.$# datos que siguen se refieren al aíío 1913.

Provincia de Salta

ITri ingenio con. . . . . . . . . . . . .

Provincia de Jujuy

. . . . . . SOU obrero* . . . . . . . . . 6.164 » . . : . . . . . 5.1.50 »

Totales generales

Total general. . . . . . . . . . . . . . . . . 2s. 093

Las cifras (pie anteceden deben toinarse coiiio los iníiiiiiios (le1 personal que la industria azucarera de las provincias del1 Nortcl rliiiplra durante la época de la zafra. Los que se refieren a la Provincia de Tuctii~iilán han tsicio transcriptos de su últinm censo y, coiii~o la leyenda lo advierte, sólo corresponden al personal de fábrica que no constituye, como se ,sabe, sino una parte del personal que los ingenios ocupan.

E n lo 'que se refiere al trabajo del bdígena, bueno es dejar constancia de que en la actiialidad sólo se lo emplea en tres de los treinta y tres ingenios que trabajan. La industr:a de Tucuinián y la de Salta ha prescindido del indio que solo trabaja en dos ingenios de J u j u y y en uno del Chaco. Las informiaciones que lir recogido. nie permiten suponer que. ant'es de u n ,par de años, los ingenios de Jiijiiy traba- jarán prt-c'ndiendo ,del indígena.

Reclutamiento y transporte del indio desde el Chaco hasta el ingenio.

Creo que e ~ t e informe será el primero en que se indique la foriila en clne se lleva a cabo el recliitaiiiiento de los indígenas. E l indio no r a espoiitáneainente al ingenio. E s menester i r a buscarlo en el ~ 0 1 ' ~ ~ 6 1 1 inisulo de la se'va, doiide ha levantado sus iiiestabler toldos. Algunos, por excepción, vienen solos pero en iiúlinero t a n reclucido que no vale l a pena tomarlos en cuenta. Los iiigeniols, conio he dicho, organizan expediciones anuales. Demás está decir que Ila vida de estos expedicionarios-conocidos en el Chaco con el nombre cle «saoadores de indios»-corren s e ~ i o s peligro\. E n est~e aíio pasado, el capáitaz l l e n a y nueve de sus peones-espedi- ción del ingenio «La Esperanza»-fueron asesinados en una tol- dería de tobas. E l íinico sobreviviente de la tragedia, trajo algunos detalles. Mena Iiabía daido a los indios todo lo qiile llevaba: Qabaico, víveres, pilchas, dinero, L a indiada, que accedió a n~~arcliar con Aleiia a l itngenio, inostrábase inquieta. Mena, receloso, orden6 a su gente cpe no durmiera. Falsaron la noche en vela con el win- cliester en la nilano. Al día ~iguilmte. los recelos del capataz se convirtieroii en seguridades de asalto. E n la toldería faltaban las mujeres, signo inecluívoco que precede y a,nuricili la preparación de un golpe de parte de lla indiada. Aquella segiiiida noche, debía, también, pasarse e,ii vela. Pero, al llegar la inaclriigada el siieiío venciú a los centinelas. Los indios, entonces, loa despedazaron. Los cadáveres fueron cliileina>dos luego. Sigiie siendo una iiicógiiita la razón que los iiildios tuvieron para producir aquella tragedia.

Todos los ciñas, a principios de dicieii~bre, oiiganizaiise los pre- parativos de l a expedición. Ai fines de diciembre. la expedicihii se pone en marcha. Hasta hace dos años, el ingenio «La Eis~peranza» y el ingenio «Ledesina», enviaban, por sepanado, sus expediciones. Ahora, de las dos se hace una sola, ahorr8ndose así en 10s gastos y evitando la coinpeteiicin en forina de m ~ j o r e s regalos. La expeilicih clne tra,jo los indios ociipados rn la zafra actiial,

D O L E T ~ X DEI, DEP.\RT.\XIESTO S A C I O S A I , DEL TR.\I3.\JO

salió el 29 de diciembre del aíío 1913 y regresó el 24 db 11

corriente aíio. Necesitó, piies, cinco meses justos para 11 coiiietido. Eiitrfe capataces, inayordornos, peones y ayudantes, conipoiiíase de unos settmta hoiiibiies. Coino medios de transporte, llevaron ciento ciiicueiit'a iniilas, avaliiacla ceda una de ellas en la S11111H de ciento cincuenta pesos. Nótese, piies. (pie solanieiitr en el iwiglóii «irirdios de transporte», el capital empleado representí, iiiia siiiria de veinte mil pesols. La rxpedicióii lleva cargueros pero no carros. Alqiiilaii estos últimos cliie cobmii $ 0.13 por el transporte de vada kilógrmio de nirrcadrría. E ~ t a íIlt;liria, Ilevóse ha-ta «Liiiiones» de la provincia de Salta. E s en Limones donde se esta-

%-

blece. cada aíío, el canipariiento general de la expedición. Los libros de la adiiiiiii~tracióii~c111e fiieroii puestos a mi di,sposicih-iiie periiiitier?ii saber cjiir la iiieiwdería traiisportacla, excepcic'ui hecha de los víveres. se coiiipoiiía de sombreros, camisetas, saleos, c.alzoiicillos, chalecos, paritalones, bonihachas, ponchos, gbneros. tii.adores, braiiiante, brin, paííiielols, rebozos. cuchillos. vaiiias, lien- zos, frazaclas, fajas, capotes de soldado (coniprados a la Iritenclen- cia de Guerra), jabón, sal. coca (hay muchos indios «cocliieros»), harina, semillas, percales, boinbasí, franela, coco, ine~ino. loila, loiieta. inedias, «crea real» (para Iiacer las barlpas), carpals hechas. palos, cafb, etc. E l cargo forinulatdo por estas iniercaderías era por la siiiiia de $ 50.000. No bodas se gast)aroii.

Iliinoiies, conio antes dijera, es el canipairieiito gtliieral. E l grueso d t ~ la espediciOn, eii efecto, se divide eii Liriiones. Cada expedición snlr coi1 un ruinbo determinado a buscar indios eatre las tolderías ul)i(.aclas dentro de su 'sector. Ira exprdición a que nile e&>,v refi- rienclo. clrspachó las coinisioiies (pie paso a indicar.

La del Pilconiayo, sali6 de Limones el 12 de enero. Regresó en marzo l.". C'oiiipoiiíanla veinte hoinbnes y veintitrés aiiiinales de transpofrte.

La espedicióii del siir de Bermejo, hizo el recorrido que inedia entre Rivadavia y el kilómetro 620. Veinte hombres y treinta aiiiinales. Siilió en enero 12. Regresó en 15 de mayo. Esta expedicih fii6 iiifortiinada. Gastó inucho dinero y ernpleó rnfts de cuatro iiwws siii coiisegiiir otro coiitiiigente cine el de cirieiienta indios.

La expedición al norte del ISeriiiejo. recorrió la zona conipreii- diida entre kilómetro 600 y Pozo Milagro. Salió el 14 de enero. Regresó el 8 (le riiayo. Coiiipoiiían1:i 20 hoiiibres y treinta aniiiiiiles de iiioritaclo y tiro. Otra ooiiiisión fii4 a Colonia Rivadavia. Final- iiieiite psiste la coinisión cle inspección coiirpuesta por los reprr-

RE<'LUTAi\IIESTU Y TRIXSPORTE DEL INDIO

sentantes de los ingenios. Esta expedición hizo más de 200 11

de recorido, yendo hastia el Piloomayo. Salió el 16 de ent-.. volvió el 5 de febrero. Estaba compuiesta por seis hombres y ocho aniiniales. De Liinones salió el 10 de febrero y volvió el 20 de niarzo. Recorrido, 200 leguas. Esta comisión de inspección fué la (pie hizo, en noinbne de los ingenios, el contrato colectivo de trii- bajo con las autoridades niiilitares dde la región, en reprwentaciím de los indios.

Descripta la parte general, entranios ahora en la parte inls intensiva y clletallad de l1a forma en que se opera. Quiero decir antes que los datos que paso a consigr~~ar me han sido suininistra- dos por las inisinas personas que fueron a t raer a los indígenas. Algunos de ellos, han ido ocho 8aííos seguidos. E l nierito y el valor de 511s nianifestaciones. en conseciiiencia, no admiten discusión. Debe agregar aíxn clne las cifms (pie apunto las he tomado de los libro.; de Caja de la a~inl:nistración.

El secreto de la concliiista dr l indio está ten dar y no en pronie- ter. Si en el aíío anterior 10.: indios han sido mal tratados, no vol- vei .h al ingenio. por niás promesas (lile se les hagan. He acluí, seguraniente, la raz6n cliw el ingenio tiene inRs en cuenta ¡para des- pachar al indio eontento y satisfecho. E l t ra to cpe le dé en este aiío, signifiaará. su venida o no venida en el aíío pr6ainito. Como t.1

indio tiene el liiíbito de piedir, el ingenio ha ad(jiiirido, poco a poco, el de dar. Si no da, no hay indios. Que el indio pide, no hay diida. El inspector Vida1 tuvo (lile darles un «gran convite» para poder hablar coi1 ellos. P o debí pagar iin peso g cincuenta centavos iqes- pectivanxent~ por cada coiiversacióii y media conversación. E l (liie habla es solo el lenguaraz; pero menester es extender el pago de un peso a cada iino de los treinta o cuarenta cacicjiiillos clue fol. inan el grupo.

Oada una de estas expediciones parciales, se orienta en el seii- tido de biiscar tolderíals. Cnando divisan iin griipo de toldos, lino de los peones se adelanta para conocer la tribu y el núniero d r siis corriponentes. Estos datos los consi(ziie repartiendo algunos regalos. Con los datos, vilelve al jefe de la expedicióii, y la expedi- ción, toda jiinta, niaiiclia hacia la toldería. Antes de entrar en con- versación, se efectiía el convite. Consiste éste en el regalo de uii '

novivo para cada treinta individuos o de una vaca para caria vrin- ticinco. E J esta inedida la que. adeiii68, se sigue en el ftuturo coino tipo de racionaniiento en niarclia. Despiibs del convite, éiitrasc~. coi1 iiiiiah:~ diploinacia, en los t ra toi preliniiiiares del contrato.

KOI,ETÍN DEL DEPiRT.\MESTO SAí' lONAL DEL TR.IBA.JO

HUbiliiieiite el indio expone sus cluejas, clando a enteiider aíio, en vez de t rabajar se cpectará a dascaiisar en los to chicos, )están ddeniiks u n dieron en el y flacos.

cansados. Los viejos no ¡quieren morir e n el x7iaje. buen número de los caballos que el aíío anterior le>s iiigeiiio, han iniierto. Han niiierto porque eran viejos

Inician las conversaciones y después de u n largo rato, el indio, -era sabido-terniina por iilaiiiifestar (pie irá. H a llegado el nio- iiiento de liacerlrs el regalo que sella el pacto de conqwoiniso. Re- párteiise entonces, iuaiiojos de tabaco fuerte. A cada indio (sol- daclo) se les da dos. A los caciques, cuatro. Corisiiiniéronse el a50 1)asarlo en la especlicicíii, 16.000 iiiazos de tabaco. Cada uno de ellas tiene 800 grailiois. Sin incluir los fletes, ciiesta cada niazo, al iiigeiiio. ciiareiita y un centavos. L a aceptacicín del tabaco, da al contrato toda su validez. No hay contrato sin tabaco ni hay tabaco

-11 reparto del tabaco-qiir el iii~dio fuina uoii frniccióil, como si drsrase eiiibolrra~charse con el humo-signe, inmediatamente el reparto de ciiliero. Eii efectivo eiitrégase a cada indio 1111 peso o peso y niedio. A ~10s cacitques de segunda categoría, $ 2 o $ 3. A les capi- taiirs, 1116s. A las chinas, los viejos y los niiíoe, algo hay que darles. Si cercit de la toldería existe uii a l inach , exiqen iin vale para la entrega de hariiia, sal y otros coinestibles. Pregiirité si les daba11 alcohol y nie contestaron que no. Agregan que era como medida tlt3 1)reicaiición. E l iiiclio, cuando bebe, es peligroso porque se pone fiieix de sí.

Despi~és (le todos estos regalos. nsa'iido sieiiipre de diplomacia, (.S llegado r l caso de interrogar al indígena preguntándole cual srrh la fecha de sii abandono del toldo poniéndose en marcha Iiaciw el iiigenio. S u contestación es general. I rán despii6s del car- naval. Pasa el carna~a!, y no salen. Vienle entonces u n nuevo pedido de víveres y de regdos y dinero. a los capataces. Finalmente, coiiip~~o~iu6tei1se a niarcliar «para el aiío» fecha imprecisa y vaga. Los capatacec;, clue liaa dado y a inucho, 110 tienen más renieldio cliie prrcler tiempo para no perder al cliente. P o r fin, u n buen día, 1;) t ~ i h dispone ponerse en marcha. Otro convite. Se queman los raiiclios y levaiitan todo. Ese dha dan el primer paso de la larga joriiadti clne ha de conducirlos a l ingenio.

Ec; el viaje, mezcla de alegría y de dolor. Alegría porque los iiitlios coineii hasta hartarse. Dolor, porque en el cmnino qiieclan, iiimiicrtos o inorihiiindos, los viejos y las viejas cargados inlá~s de

RE( LI'TAMIESTO Y TRAXSPORTE DEL ISDIO

adiacpes que de aíios. A ranguardia, n~arclian los «puntero.;;». I inclios qiie conservan los caballos-viejos y flacos por el iiial a,- dado-que el aiio pasado les dieroii en el ingenio a l hacerse el «arreglo grande» (liquidación final de haberes al teriuinar la zafra) inarclian en ellos sin llevar absolutamentz nada. Síguenlm descal- zas las desrindas chinas, niás fuertes clue las caballos que soportan a los indios. Son ellas las bestias de carga. Teniendo toda la resis- tencia en la cabeza-a l a manera de los bueyes-llevan snspendida de ella poi. iiiedio de nua cuerda de cliagüa, la carpa y el ajuar, los botijos de barro para el agua, las pilclias y todo lo cleinás. E n brazos, uno o dos ohicos. Ca~minando a la par, los nlayor'eitos. Los indios de a pié llevan en la lilano, el arco y l a flecha y el cacliillo con el cine van «mielando>>, esto es, sacando de lois árboles los «ea- iiiachnis» que las avejas silvestres lleniin de miel. A retaguardia, ilistanciaclos, los viejols y las viejas. De vez en ciiaiido, de la pe- qiiefia colninna efn insidia, escápanse iiiios gritos que aunque parecen de alegría, son de dolor. E s (pie l o ~ ~ ; que pasan reciierdsn clue en ese sitio, el aíío pasado, dejaron uno de los iiiiiertos cine eil vida perteneció a la toldería. La viiida o las viudas deben ei~tonces llorar.

La15 jornadas, cuando la indiada viene al ingenio, son pequeíías, Sabe el iudio que cada ciía tendrá s u racionamiento. No se fatiga, piirs 1101- llegar. ;,Para cliié? E n cambio, cuando del ingenio re- grman a la told~ría . las niarchaa son rápidas. El racionainiento es escaso, y ad~inA,s, las «chicliarras» que cantan en los bosques anuncian cpe los frutos del algarrobo se encuentran ya en sazón. Por el a lga r~obo . el indio abandonará todo. S u f ru ta le permite prodncir la lwhida Ilaniada «aloja». La aloja le perni:te borrachera% diarias. Los in8di»q, pues, miarclian de prisa. No sea el caso que 1ns que lian quedado en el Chaco ise coman toda la algarroba y no dejen nada para los que vienen en viaje. La algarroba ea qujzk, lo íInico que niueve la apatía del indio, y aiíii asiniisino, sólo la niueve a medias. So PS el indio, en efecto, quien va a biisca~la. 3.i la china la e n c a ~ c a d a de traérsela. Lo iiiás clue él hace, FE; cspwaim'a pacientemente. tirado de vientre en el suelo.

La coliinina. en marcha, hace sus altos, iiiucho antes de caer l a tarde. 3rientras el indio se t ira al sue!o. la china a-mi't. 111ien tirantes los flancos, la carpa de «crea real», desmontable qiie los depositos del ingmio le venden a ocho pesos. Viene entonces el racinnainilento a! t,'po wntrs indicado. De una r a r a se ,sacan las siguientes racinnes:

IIOLETÍN DEIi DEP\RTAAIESTO S B C I O S A L DEL TR.\B.\JO

D l~ieriias liaceu. . . . . . . . . . . . 8 raciones -

. . . . . . . . . . rspaltl.is haceii. ti >> D rostillares II::I.PII. . .

. . . l ~ r c h o liace. cahezti hace. . . espiiiazo lince. . cogote liace. . . . .

Si en vez

Total tle la \ a r a . .

de una vaca es un iiovillo, la división se opera así:

piernas Iiaceii. . . . . . . . . . 10 riivio~ies espaltlas Iiaceii. . . . . 8 >> costillares li:tc.t~ii. . . . . 1 >> pevlio hace. . . . . . . 2 » cabeza hace. . . . . 1 » espinazo hace. . . . -1 » cogote hace. . . . . l »

Total tlel iiovillo. . . . . . . . . ::O i.;ic.iories

Aidviéiitese (lue el racionaniiento es excesivo. El indio coint.iía, sin embargo, mucho más. Sil hambre no se sacia niriica y por niás aliito (pie se encuentre piiede segiiir comiendo. El cuero de los aninialcs sacrificados pertenecen por derecho, al oacicjue. E n el prinier bolilche qiie a sil paso encuentre lo venderá por cnalqiiirr suma y para comprar ciial(liiier cosa. Drl aniraal no se piertle nada. h s «achuras» sirven dc aliniento a la legión de perros sarnosos (lile sigue a la expedilcióii.

Los drta.llies son, sin ciuda, curiosos. El peím que acoinpiaíia al griipo tiene tlue distribuir íntegraniente el animal en la forino indicada. S u desleo d e clueclarse pati-a él, con 1111 peldazo de cal-lir, es irrealizable. E l indio iio toleraría tliie le mermasen su i.aci61i. Dehe entonces coniprársela. o lo qiie es mlís corriente. adqiiirir u n cabrito o iina gallina en las viviendas de los cristianos próximos.

Puedo asegurar, poicliie he tenido los coinprobantes a la vista, que la filtiina expedición costó alrededor o algo más de 8 140.009. Entran rn e*ta suma que-parecer5 esorhitante a los que no pro- fiindizan las petpeiias cosas-el crecido siieldo especial de los setenta espedicionario~s diirante cinco meses largos, el valor de las mercaderías qiie Sleran en grandes cantidades a1 cainpaniento general de Limones y rl riicio~ianiiento, en la forma indicada. Los coniprobantes de compra nir liwceii swbrr (pie. térinino iiieciio, los

RE( L ~ ~ T A M I & X r l Y ) T TK.\SSPORTE DEI, ISDIO

novillos cuestan de $ 75 a $ 80 y de $ 55 a $ 60 las vacas. 1 peldilción de los «salcaldoires d e indios» ~comtitiiye adeinás iin i T i i i 5 i pretexto para mucha gente. E s así clue he tenido en mi mano cii- riosos comprobantes que justifican l a entrega de dinero por hechos no menos curiosos. Un chaclueíio cobró el i inpo~te de unas iniilas que. según dijo, Iiahíale prestado a Mena, el capataz asesinado. Se las pagaron. Un juez de p a z - c u y o nombre tengo anotado en rui libreta de 'apuntes-se presentó la otro inayoridomo inaiiifestán- dole que entre los indios que hlevaba iban once que ,le adeiidabaii $ 129.

El clilema presentado por el jnez de paz era irreductible: o le pagablaii los 129 $ o de dejaban 101s indios. La ,cieuda se pagó. No atino aíin a esplicai-me cómo y por cluS los desi~udos indios de uiia toldería podían deber suma 'tan elevada al juez cle paz de la localidad. Otros comprobantes justifican el pago a 1111 chacliieiio de ha suma cie $ 10 por «pillar, nria mula. E r a iiiia insiila de la expr- dición que se ha escapado. Voluntarianiente un vecino del Chaco ha ido a buscarla, cobrando luego sil trabajo.

Los grandes peligros de la coliiiiiiia en iriarcha están eoiistitiii- dos por la existencia de boliches. Al llegar a ellos la jornatla se interrnin,pe. Menester es hacer alto, y coiiiiprarles por lo iiienos. harina.

Poco la poco, las diversas expediciiones, en coluinnas convergeii- tes, van llegando con inás o menos diferencia de días, a Liinoiies. Allí tiene lugar el gran corivite. lino de auyos números esta consti- tuido por el reparto de ropas, llevadas desde el ingenio a l campit- mento general. Los iiitiioi clescaiisari. Luego, en reinesas parciales. son rein5tidos liastia e4 ingenio. E n el ingenio, i i b i c d o s en 1ote.s.

Tal es. a graiildes trazos, la foi-ma en que eil reclutamiento y coii- ducción de indios se verifican. E l aa'pítulo, sin embargo, iio est6 coti,cl~uído. Algunos nuevos 'detalles cliarán nmpor color a esta pA- gina, hasta hoy de'scoiiocida, y tan llena cle interés. sin rinbargo.

Cnaiido los ma~ordo inos se presentan a la toldería, cada caci(1iir asegiírale ,que tiene mucho más de diez Iioni~bres. El1 nuando ho1)i.r diez hombres es lo (pie constituye l a entidad cacique. Jlieiitras la expedición está eii territorio estraiio al ingenio, tiene cliie tixnsi- gir. Acepta, raciona y regala coino a caci(liies a un crecido número de cacicpillos (lile no tienen niaiido sino sobre ciirco, cimtlro, t ~ e s o dos indios. Si como a tales no se les relcoimciera, ¡la toldería 110

vendría. R e visto g leido deteiiicianiente los partes. Veinticinco caciqiies y leiigiiaraz fiieron adiiiiticlos como tales trayendo solo

ciento veiiiticlos solclados. A estar en la proporcicíii (diez ,

por caicicpe) los soldados deberían ser 240 y no 122. Otro grupo (indios inatacos) traían 52 jefes y solo 229 soldados

en vez cle los 520 que correupoiiclíaii, es ldeeir, solo la mitad. Este grupo recibió noventa aiiiiliales como racionaiiliento desde el pun- to de salida hasta Pieliinal. E r a n los que veriíaii desde más lejos. Veinte leguas arriba del kilómetro 620. Uii tercer grupo solo te- nía 51 iirdios para 11 jefes. Otro 12 jefes, para 48 soldados eii vez de 120. Menols, pues, de l a mitad. Finalmente, una to lde~ía se pre- sentó l~aciendo revistar como caciques a 31 indios sobre 1111 total de 13.5 solldados. La expedilción parcial qiie vino del sur de Ber- mejo condujo solo 40 indios tobas para 10 caciques. Fué una es- pedicióii desg~aciada porque los tiobas se negaron eqte año a salir. La \-enida al ingenio de estos 40 iiildios y 10 caciques. costó de 12 a 18 mil pesos. Tiisisto en afirmar que estos datols los he obtenido después de una prolija revisacióii de los libros qiie la administrs- ción del ingenio puso a nii ~disposicióii. Agregando detalles anoto (pie los chacpeííos cobra~n a 101s de l a expedición u n deterniimdo precio de pastaje diario por cada una de las 150 mulas a qiie antes lir hecho referencia.

Díceiiine los expedicionarios, que de t res o cuatros años a esta ~ ~ a ~ t e , las dificultades y los gastos preséiitaiiise en mayores pro- poi-cioiies. Antes, para los dos iii:eiiios antes citados, traíanse liiistt~ 4.300 y 5.000 indios de trabajo (sin contar las chinas y los OSRCOS o iiiííos). Hoy, no ~ ie i i e i i siiio la mitad, a pesar de cliie los ii~geiiios se esfnt.rzaii-por propio interés-en ~despacliarlos lo iii5.i coiiteiitos posible. S o e~it,ro-por no peneitrar al campo de las piiras conjetiiraq-a explici~r el por qut C'oino opiiiión puramente personal, indico la de clue el iiiclio viene a1 ingenio atraiclo. más (lile nada, poT lia afición a l a caiia de aziícar. Si se le prometieran yiwides salarios en cualquier otra clase de trabajo, pienso que no aceptaría. El salario, para el indio, es de una evidente relatividad. La estensión del sala.rio responde a la existencia de las necesidades físicas, morales e intele~ctuales. Desgraciaidaiileilte, el indio desco- noce las dos últimas y en cuanto a sus necesiclades físicas, son bien recluciclas. W i necesita casa, n i lecho, ni ropa. g Qué puede alecirle el salario? Esta opiniírii, francamente pesiniista respecto de la iiiciirable niaiiera de ser del iiidígeria, lile permite sentar la supo- sici6ii (le cine los iiigenios teiiclrían todos los iiidioi: qiie quisiera11 si en vez del salario (pie hoy les abonan, parte en dinero efectivo y parte en iiiercaderías, les 'diesen abcohol y armas y miiniciones

RECLUTAMIEXTU Y TRASSPORTE DEL INDIO

de guerra. Si no t rabaja para eso i,cliié interés puede tener el . en t rabajar? Tal vez el (lue antes he dicho: comer golosan calla de azíicar a discrecibn, hartarse de carne de vaca v de novi- 1110 y a~clqnirii.. después d d «arreglo graiude», u n caballo cine, biieiio o iiialo, morirá poco despuéis como coiisecuericia del pésimo t ra to a qiie lo soiiieterá. Estas opiniones puramente personales, no coin- cideil con las que generalmenite se v i e ~ t e n ; y nadie ee altrrvera a verterlas, sin tliida, iiiia vez que el indígena dando los primeros patsos en la senda (le l a civilización, deje de sler lo (pie es y nierezcii el títiilo de obrero o de trabajador. Hoy, no lo es.

E l presente capítulo piiede ser terminado agregando que desde Liinones, en grupos parciales y a riiedicla (lile r a n llegando, se despacll~aai los iiiílios a l ingenio; y foriiiiilando 1111 in te r romnte : con el dinero qiie a los ingenios cuesta el recliitaniiento y traiis- porte de la iiicliatla ;no poldrían traerse otros obreros?

Contrato reglamentario del trabajo de los indígenas en los ingenios de Jujuy.

E l contrato celebra~do entre las autoridades milittaires del Chaco y los representantes de los ingenios, dice así:

<cEn el k i l h e t r o 612 del río Tsuco a los veintiocho días del mes de febrero de mil novecientos catorce. los subcriptos debida- mente autorizados: Je fe del regimiento 7." de caballería de línea teniente coronel Jlariaiio Airáoz cle Laiiiaclrid, en representación del señor Jefe cle las fuerzas en operaciones en el Chaco, el seííor H. Gifford Stower por el ingenio «La Esperanza», Leach's Ar- 2entine States Ld, y el serior Rainói~ Outón por el ingenio «Ledes- ma», Nueva Con~~pafiía Azucarera y Refinería Ledesina, y corno testigos de todo lo actuado los señores: Ingeniero Ferrnan Scliach, el subcomisario de policía Fronteriza de F u r n i o s ~ don Pabl~o Ta- roni, el señor Har ry La~1.i y como secretario de todo lo actuado el capitán del regimiento 7." de caballería de línea don Ramón Galán, dejan constancia escrita en la presente actuación «contrato» de las condiciones por l a que los ingenios representados se com- promet'en a conchabair a los indigenias de los territorios de Forrnosa y Chaco, como asimismo a abonar los sueldos en la cantidad y forma que en el presente contrato se d'etalla. Quedan también establecidas las condiciones que deben regir para la t ra ta , marcha, paga, iacionamientlo y linenciiamiento del indígena, como su clasi- ficación en categorías segíln rango y edad. Igualmente se establece el horario de trabajo.

FormaS y condiciones, las que, a continuación se pasan a detallar en artículos separados».

Articulo 1.0-El iiidígenia #parra todos bos efeiotos del conchabo en los ingenios, queda clasificado en ocho categorías con el siguiente pago en calda ima :

1." categoría. Capitán grande o sea el cacique mayor que se conchabe ¡poli. 110 menos con diez caciques menores y de los cuales

es jefe, deble pagársele como suelclo niensual $ 65.00 S

cinco pesos en efectivo, más $ 105.50 ciento cinco nierc~clerías o sea un sueldo mensual total de ciento setenta pesos con cincuenta centavos.

2." categoría. Cacique menor. jefe de diez soldados (indios) gaiiarL como siieldo inensnal $ 38.00 treinta y ocho en efectivo más $ 61.40 sesenta y un pesos cuarenta centavos en inercaderítts o sea nn sueldo total mensual de $ 99.40 noventa y nueve con ena- rentia c'entavos.

3." categoría. Soldado o sea el indio mayor, ganará como suelclo niensual $ 25.00 en efectivo ii&s $ 31.80 treinta y uno y ochenta en mercaderías, es decir, un sueldo total mensiial de $ 56.80 cincuenta y seis pesos con oclieiita centavos.

4:bategoría. China o sea niiijer inaíor, ganairá ineiisi~a~lineiite $ 24.00 veinticiiatlro pesos en efectivo niús $ 23.60 veiiititr6s pesos sesenta centavos en mercaderías, es decir, un sueldo total mensnsl de $ 47.60 cuarenta y siete pesos con sesenta centavos.

5." categoría. Perte12ecen los iiiiicliachos y iniicliachas de trece a qnince años ganarán el mismo sueldo y en igual forma que lasi de categoría cuarta.

6." categoría. Pierteneceii los osaicos o sea los niiichaohos y m i - chaclias de siete a trece aííos, quienes ganarán un sueldo mensual de ?r; 12.50 doce pesos ciiiciieiita centavos en efectivo más $ 10.00 diez pesos en riie~cadrs.ías, es decir, iiii sueldo t<otal mensual clr veiiite y (los pesos con ciiieiienta centavos.

7." categoría. Pertenece el lenguaraz del capitán grande y pa- nnrá rl iiiisnio snelilo pagado en igiial detalle y forma qne para la ciitegot.ía 1."

8.:' categoría. Pertenece el lrliguaraz cle cada cinco caciclnrs nienores y ganará el mismo siieldo en igiial forma y detalle (Iiir

los (le la 2." categoría.

Ailt. 2."-En el ci;:icli~o iiiíiiiero 1 acljimto. se detalla l d foriiia en clnr los iligenios Ledesina y La Esperanza, 'se con~proinete!i a

efwtiiar la paga de .;lis siielcbs al trabajador indígena clasific..ih~ segfiii las categorías establecidas en el artículo iino.

Art. 3."-E1 ahorro meiisual en tliiiero y iniercadería.~ indicado en el cixatlro nííiiiero iino y aciiiniilaclo eii la partida especial, s8'jln

se les debc entregar al indígena. niia vez que termime los trabajo5 de7ngei i io para clue f u t coiicliabac!~, y para qiie responda a! fin deseado, dichos ahorros le serlín entregadoc: el mismo día qiie fiieseii a inarcliai. po'r F. C. a las estacioiies de c1islocainiento.

Art. -i.''-bos ingenios Ledesiiia y La Esperaliza, por iiiterii íuiico de sus «depósitos aliilaceiiles», deben hacer entrega cliL,,,,, al iiidígeiia de la parte de su sueldo mensual que en niercac1ei8ías le correspoiida y (lile, a eiitera voluntad, el iiidígeiia desee ad- quirir. Ignaliiieiite los ingenios deben hacer entrega eii iiierca- derías coiwspoilitlientes al ehorro establecido para cada intlígena, entrega (lile éstii debe ser a ainplia elrcci6n y para lo ciial «en el arreglo granclr» sus depcísitos almacenes, deben estar proristos de prendas de vestir, abrigos. ecliiipos, víveres. herrainientas de labranza, ganado cle cría y silla con preferencia biirrros y biirras.

Art. ~."-(>oilio el ahorro total en dinero establecido para cada categoría tiene ~ ) o r objeto priinordial (lile el iilc1ígw.i al llegar a siis hogares de regreso de sus trabajos tenga dinero coii (liie aten- der sus necesidades de vida, diirante el período de receso de los trabajos de ingenios y especialriietne, motivar envidia rn at~iirllos otros indígenas (lile carecen de esos reoiirsos por no haber coii- currido a los trabajos. Para hacer efectivas estias vent;i,jas lor iiigenios se coniproriieben a entregar a1 SnGgena, priineraiiiente, el ahorro en inereaderías y después si-is ahorros eii efectivo, evi- taiitio en todo lo que en ellos dependa, el c(ur los indios iiialgastrn

' esos ahorros. Art. 6."-Para poder las tropas militares y autoridades civi1t.s

sscalizar el estricto ciirnplirriiento de las disposiciories prohibi- t i ~ a s del comercio directo con el indígena y especialin~tiie el (pie &tos sean explotados por los comerciantes del trárisito y los anibiilantes, qiiieiles aprovechando la ignorancia y vicios drl iiidio les venden o cambian las prendas y otros efectos, coln un lucro iiiíciio y llegando hasta venderles armas y pertrechos de guerra. los ingenios se comprometen a comunicar en carácter oficial, con treinta días de anticipación ad señor jefe de las fuerzas en ope- raoiones en el Cliaco, la fecha en que ellos iniciarán el licencia- niie~ito de los indios, para que la citada autoridad, tome las pro- videncias pertinentes.

Art. 7.O-Los ingenios se comprometen a coiniinicar al seííor jefe de las fiierzais en operacionec en ril Chaco, con treinta días d e anticipación la fe'cha de la sali,da de sus empleados a la recluta de indígenas en los temitorios del Chaco y Formoca.

Art. 8."-&os ingenios se comprometen a conducir por intermedio de SUS eiiipleados, a los indígenas contratados en su iiiarcha de ida y vileltia d e las tohderías a las ingenias g a c1a1rlt.s el siguiente racioiiaiiiiento de marcha por hombre: para la inarclia

:44 1 : i l l . i i ~ í s

t l ~ itla a1 iiigeiiio, giiws cle recorr;do,

DEL D t P \ i i ~ \ ~ ~ ~ L \ 1 0 \ i ( 10\.41, DEI, l R \ B - \ . ' O

diez kilos de carne por fraecióii de cl ciiicueiita ceiitwvos eii efectivo por

lrgiiai. iiiás uii kilo de liariiia por cada treinta legiias. 1';ii.~ la ~iiarcIi:+ de regiwo, cada 1ioiiibi.e deberá recibir: diez

kilo.; (le cariie por cada veiiite leguas de iiiarclia. El i-;icioiiaiiiieiito y cliiiero eiitregado para la iiiarclia. de ida y

viiclta iio (debe p a r a r s e al sueldo del iiiclígeiia rii foriiia alpuiia. Aibt. los iiigeliios se coiiiproiiieteii eii Iiwcer vacuiiar a los

iiiilígeiias a1 ingresar a siis propiedades, como taiiibiéii a no co- bi ,ir el ~a~cioiiaiiiieiilto tlel riifwiiio coiiiio taiiipoco la asisteiicia iiií.tlicn.

Art. 10.-Los iiigeiiios se coiiiproiiieteii a cliir ri trabajo del in- dígt1iia jaiiiás no exccda. de ocho lioi~+s diarias.

E l iiies se cneiita por treiiilii días trabajados. Xrt. 11.-L;i superioridad, se reserva el derecho de eiiviar per-

wiial iiiilitar a los iiigeiiios Leclrsiiia y Espeixiiza, a los efectos dt. fisca1iz:ir el t ra to (lile rii ellos se da al iiiclígeiia conlo así, el : ~ s t i k t o ciiiiipliiiiiriito del preseiite coiitrato.

Sieiiclo dc mi beneficio coiiifiii los fiiies ilue coi1 este coiitrato se tleiea obteiier, las fuerzas (>ii operaciones ?li el Chaco, coope- i-:irán ii s11 mejor éxito eii la foriiia cpe l a snpwioridad lo deter- iiiiiie.

Ayt. 12.-E1 pseseiite coiilrato, se hace por cuadruplicaclo a f i i i (le (pie uii ejeiiiplar le sea eiiti~egado a l seííor jefe de lals fiierzas eii operaciones eii el Cliaco, otro ejeiiiplar a1 teniente coroiiel tloii ,\Iai-iaiio Aráoz tlr Laiiiadrid, coiiio jefe del regiiiiieiito 7." de ('¿lb~IlW'ía de líiira, otro rjtaiiiplar al represeiitaiite del ingenio «Li~deaiiia» y el otro ejeiiiplai. al represeiitaiite del ingenio «La Ksprraiiza». (hiistarido el piqeseiite contrato de doce a~rtíciilos escritos en diez folios fitiles iiiás 1111 «Coadro cleiiiostrativo» iiú- iiwro iiiio y (lue corre;;poiicle a1 artículo iliíiiiero 1 y va riibricacln coiiio así cada iiiio de los folio.; de este contrato.

Se hace constar (lile la diferriicia en el iiiíiiiero de folios de los ciiatro e.jeiiiplares de este contrato solo se produce por haber sido escrito por clistiiitas personas. iiiisiiias que actúan en él.

Leidos (pie fueron 101s ciiatro ejemplares y estado en completa coriforiiiidad la firman y rnbricaii las partes actnaiites en presen- cia tlr los testigos que fir111aii.

I>OI ,LT~S DEL DEP.\RT.\MESrKI S.\< IOSAT, DEL 'l'R.iS.\.TO

A. í2iffo1-d Sfower.-Representante de «Leaeli7s Ld.-Por Ctmpafiía Azucarera y Eefinería Lede,sma, R. Por el jefe de la.; fiierzas rn opcraeionrs en el Cliaco, Mnrinno Auíor dc Lamad1qi.d.-Teniente coronel jefe del C / 7 . - E 1 ( l s z ~ ~ 1 Scliacl~, te&go.-Po1110 Tnro?~i, Sub-coiiiisi~rio.-Xiltr mí. Ronlríu S. G n l h , capitHn.

Fundamentos del coiitrato que antecede. El teniente coronel Lamadrid explica, en la nota que a continuación se registra, los fundamentos de cada artículo del contrato

Presiileiicia Roca, iiinlzo l c i ( l e 1914.

Núiiiero 46. Yilsto .;u rwdiograiiia 746 wcu más acertado que usted 9e traslacle el kilóiiietro 612 directainente~, a fin (le mtrevistarse coi1 el seííor Stower y a r~rg l i i r de la iiiejoi. iilliinrra posiblr 1iii contra- t;icionw de indios que quieran trahiijai., los que t leb~rán i r en niayor níiniero pm~ible, liaciendo entenclmrr 1):en a los lcliir qneden, qiir serán severamente castigados los ,que produzcan algiín liecllo delictuaso. Tanto ti la ida como al megmeso debe usted llevar el nhilero de tropa que sea conveniente, tratando (le dejar reforzada y bien fuerte la patrulla del vapitáii (:alRn. Del~er# usted taiiibi4n t ~ n e r al corriente a este c.oiiiandn de ciialqnier resolución que toiiw .v de la 1111~ Ilegnen ii convenir con el señor Stower.»

E1 día 17 de febrero a las 10 p. ni,., iii'e piise en iiiamlin (Ir este iicaantonaiiiiento para el kilóiiietro 612, donde llegii4 en la innliana, tiel día 22 del ni!isino iiies, juntaniente con el señor S t o w t ~ . qiiien tl~lscie Limoiies me liahía nnimciado qiitl l>¿ii'ii Irse día 1lr.gnrín al ki- 16nirtro 612.

Entrevistado r l niisii~o dí:i 2 (.(m el st~ííor S t o \ ~ r , atliii~irii.;t~riiclor del cwnt.liaho de indios por el ingenio TJR Esprr;inzn y con r1 h c k r

Aiitón, del ingenio Lecleciii~. nna vez de conf~~rrnarae 61 qiie si estaban fiiciiltados para firiiia~r iiii cont'rato por (11 í'iiiil st. e,tipulasrn l i i ~ vondi,c~innm íinicas por las males podrían conc1iiil)ai. los iiiclígcl- niiq piwa los tral)aj(w (le ingenios y Iiahiéndolei: notificaiido iiii tIr1)icla antorizac:ón de ese corriarido para foriniilar en detalles las coricli- cionei twritws (le1 cwntri~to ii i>fwtnar, les esprrsi.. irpie rl día 23 a

las 6 y. i i ~ , tendríainos la priii~era reunión a los efectos clc las bwee~s del contrato a formular.

E l iiiisnio día 22, el 23 y 24 me fné necesario eniplearlos en recibir las cliiejas de los caciques, oirles sus lexplicaciones coino se les pagah en los ingenios, ver n~hcliw de las preiidm que los indios me ttspre- sabaii liaherlas recibido de los ingenio3 como paga de su t.rabajo, y espec.iali~ientr., interpretar sus necesidades.

Debo hacer presente, coino ya lo coniiiinicliik a ese coiniando rii nii telegrama núniero 9, que s d o me fué posible ,sin pamr a medios viol~ntos, el Iiablar con los caciqum principales de las tribus dr los niatiiccxs. piiic.., los toibas, desde los primeros d í a del mes de febrero. l~iil&in pronunciado 511 concentración al bur del Río Berinejito. desde la\ inmediaciones de I\Iir;iimes, Niiwa Pmnpeya, hasta el siir del fortín Warnes y que 4e1sde el principio de las novedades en el kilóiii~ettro 612. los (indios tabas solo liabían llegado hwta el Palo Hachado y las inii~ediacionee del fortín Arenales, pues el Río Ber- mejito, dwde suis nacientes Iiasta el fortín Wilde, es el límite nwte de la región pcw donde ellas meirodean. Distanciados los indios tobas más o iiiienos 100 kilómetros del 612, no me fiié posible toiiiiar coiiiu- niaación directa con sus caciques, dado lque la misión del las: tropas de erte rcginioento estaba concretada por orden de este comando n obrar en el kilóiiietro 6112, sin fraccionam'e.

Los indios iizatacm que merodeaban en la iiilargen norte del Río Teuco, deside el kilómetro 800 hasta el kil6metro 500 con más o menos alguna desconfianza propias de su modo de ser, concnrrrieron sus caciques mayores y caciques a la citación que les liabía dado en el kilóiiietro 612.

No obstante que la dificultad mayor, tropezaba potr la cuestión intbrpi~ete, me fui. po~lible toiiuar nota detallada de sus quejas. reclti- n m y (pretensiones. Detalles éstos que los puntualizaré por nota separada.

Enterado ya de los menores detalles y visto \que ese coinanclo liabía aceptado las líneas generales dle los contratos, que ya con fecha 9 de febrero liabía forinulado p tkansrnitido en formas de directiras al capitán Galán, tomé como base esa, mi primer idea, y foimulB el contrato, q w en la reunión definitiva del día 25 fué discutido por los mepresentantes de los ingenios, pero en condusión aceptado en todas SUS partes y con plena conformidad.

Los distintos artkulos del refcrido contrato fueron disoutidos por separado y en algunos de ellos fuS necesa.rio obtener aclaraciones y rectificaciones por parte de aquellos caciques que en las diatiiitas conferi~iicias con ellos me I ia lhn denotado iuayor inteligencia. El

tontrnto acljlinto í'cir~iiiilado por eiiatlruplicadu c o r ~ h i clc t1oi.r artívu- los. corre~poncliendo a1 artículo níí1nrr.) 2 u n cnadro d i~ i i io~ t r i~ t i ro que tlrtalla la l'ciriiia en que dehe efec+na~ce l a paga de los .-iielclos y aliai-ros. Coiiio iiitrodiiccióri se citan la, partes actiiaiites qiw cl .l)e:~ forniliilar el contrato. de-,'lgnac:ón de testigos sin iinpediiiicntt) de ley, rwiio así la de5ignación (Ir u n .ec.i.etario y rsp~%cifir.í, rii d n - te-is. las coiidicioiies por 1a;i que los ingenioi repreirntaiio- \e coiii- pronieten a concliabar a 10,s ,indígenas.

E l artículo níiiiii~ro 1, clasifica el indígena en wi.; categoríai !- en dos a los lenguaraces.

Esto fné ; n d ' ~ p e n s a l ~ l r , riie.to que solo en cl p r r s t~n te caso. creí necesario niantrner l a ;iiitori~l¿itl del rango «caciqiie» cjiiirii. e011 la paga que se Ir I i w obtenido, siriiipire t ra tar& de prc .~l~~i t i r rse i~ I I N t rabajos de ingenio con el niiiiiero de caciques e indio.: qiir se lla estipulado sea neicrsario para gozar de ese siieldo y qiic. con tu(!? rletcn- cibn les fué espl'cado.

Se esta11lru:ó una paga eq)~ecial para el cacique menor, con el 01)- jeto d e que, estiiimlado en esa forma, tainhibn concurran a 103 t rabajos el inayor níiinero posible de indios.

A l indio, como 1'. S. verá, se le o1)tiiro una paga iiwiisiial di, pesos 56.80 iiioneda nacional, de los ciialeh. pesos 2% so11 en cfcctiro y pasos 31.80 en mercadería.;.

Para l a china o .;ea la inujer de t ra l~ajo , si> 01)tliro la paga iiiensnal de pesos 40.60 iiionetla nacional, de los cuales ptAsos 21 son en iiier- calderías.

I<i~wc.ialii!~ei~tr i i i~ i s t í t3n vstr punto y exigí a totlw costa. t a n biiri1~1 piigii, p r i i la cli m, porque la polrre a r e sa r J e ~ e r t m bi::na o mejor trabajadora que el indio, corre con todos los t r a l~a jos del hogar y d l a es l a que ni& qiiejow estaha, pues, en los r i a j e i de ida y ruel ta a los ingenios, conduce sn-ipeindido de Ia cabeza 1111 peso no menor d e cincuenta kilos, canipiieito ese bulto por lo. dihtintoi accesorios que constituye s u alojaniiento, b1:ent.s y aliuientos, fiiera del hijo. que no piiede marchar y que no ent ra en este pe-o.

P a r a los menores de edad, foriiitilé dos categorías. la 5." >- la 6.", porque los representantes de los ingenios, n o aceptaban estahleeer una categoría iínica, tomando l a menoría de edad para los de w1n1)os @exos de ocho a diez y ocho años y poi.iclue bajo ningiíii pnntn de vista era posiljle de jar de estimular en forma eficaz a1 ineiior de 7 a 13 ~ 5 0 4 , para Ter, si habilitHndolo desde esa eclacl a o1~tenc.r iin fruto pecuniario por su trabajo, incclifica los 1iWl)itos innato> de su razR, y a l llegar a la iiiayoría de edad. siJ aiiiolda a1 tralrajn miiren- cido CIP ~11': heneficioh.

Adeiiiás, teniendo prewiite, qiie en rl indígena la fani- cvni*titiiída por u n i d o mayor, dos iiiujeres por lo nienos; s i~i i ipre de clw a cuatro inenoreS y coiiio el amor a l hijo t a n csrac- teríhticainlrate exprcmado en casos erentiiiile;;, es un acto irracional, p i iv~ el liábito h u i g ' r ~ c r i s dr r ~ t o s indígenas, que en el toldo cacla cual coine lo qiie tiene, pues Iir pocl'cio pre,enciar a1 liacarles \-arios ol)seqii;us de al'iiientos, que el padre o la niadre, no ob3tante su aparente cariíío, 1\31 tener do3 gidlrtas en tina mano y estar coiiiienclo otra. le quitaba a sil hijo la que 61 1legal)a comiendo a su lado, nio- tivos t o & ) ~ estos por los cuit1t.i persistí en la paga clel inenor. cla.;i- ficcic1o.i en dos categorías. Siendo 1iál)ito r n los indio<, yiie p w r ~ tocia sil interrmc'cín con los cristiantri, el i,lue (21 caciqiie i i q w r tenga sn lengiiaraz y qiie las otro,, caciques inenores tengan los suyos, fiié necesario d~$inir el rango de cada Icngiiaraz y ohtentzr éste iinw niny 1)iienla paga para que, coino tratiíntloaJ (le iiit1iv:cluos que 1iill)lan iiiie.~tro idiotna por liaher estado iiiiiclitri afios entre gente y siendo por lo general 1ioiiil)re.; consc.irlntt.s ( 1 ~ totlos sus acto. y iiiii~lior de ellos i n d í g ~ n a s siiniilados, pueda la jiist;lcia obrar con todo rigor sobre estos individuos s i r i g8w r i 9 , piies si6ndoles 1)it~ii recoi~ipmsadn su trahajo, jainás les será perdonado eludan conciiirrir a ellos o Iiagaii propaganda contraria al inisiiio.

E l artículo 2." t ra ta en detalle de ccíiiio las ingenios Lr:clesiiia. y Esperanza, quedan cornproriletidos a efectular la paga a1 'ndígena rn slns 8 categorías, paga la cual queda perfectamente cief'nida, cuanto v.; lo que debe paghraele en efectivo y ouanto en io+reaclc.ría~.

Los representanta. de los ingenios recliazaron con argumentos niuy rwzonal)les, (lado el carhcter (le1 indio. el darles el rancho ya pre- pwrwdo.

E l (que siiscrilw, prefiricí que rl racionaiilieato se clieia en efevtiro. para #que el indísgena adqii'siese los' alimentos clue fiiesen de su agrado sin imposición de clase ni condiciones.

ITn siiiilple examen domiostrativo del cuadro núinero 1, pondría a V. S.. de manifiesto los distinto> detalles y paga parcides que con nombre de especiales y a está acu~4iiinhiaclo a rec5hirlos y para su iiiejor estíinulo y que piizdan adqnirir los efectos que fueran de su agrado, obtuve que el wobre sueldo, si así se puede llaiiiar a la grati- f i c a c i h por los sek días trabajados, se le diese ea efeictiro.

lgualiiiente se establece otra recoinpensa con el noiiibre de honi- firación par los trdinta días de trn1)lajo, independiente d d ertíiiiiilo esta1)lecido para lee seils día.;. No iiile fub powible ohtenw Ique los ingenios no cobrasen al indígena el conmino personal y diario que 1i~c.c' tlr (mía (4 inclio, pues no d r j a r i TT. S. de co i lq~~ende i 'el que el

indígena en su faena estG coiitiniiaiiiente inasticanilo caíía y i

para ello elige la uiejor que tiene a iiiano y q w , c l t ~ tiya caíía m aproveclia el trozo inH, nutritivo. dejando coino desperdicio m* t-iti.t.iilos. AtlriiiNs de esto, e, 1iRbito ya difícil de reinediarlo que al retirarse de sn trabajo dialrio el indígena se lleva dos caiías, cos- tniiibre &a la que, Iiabiéncltrnie expresado los rzlpre~wntantes de los . --m

ingenios l a in~posihilidacl de que dejen de Iiacrrlo lo*+ india.;; inten- c'oiialiirente les propuse a rarios indígenas, que en r r z de llletvarse '

esas dos caííaz \e le.; daría u n poco de maíz 11 otro artículo, s lo que nianifeistaron la iii;ís completa disconfoiiiiidad, pne.;, según fuí in- foriiiado, con esas caíías elegidas, ellos en sus toldos reunen toda b sacada y por iiiedios priniitiros obtienen u n precipitado dcoh6licq.

Esrrr3anirnte cluleda e~~tipiila~do $un anticipo en iiirrraderíiis a, debitarse srgún cantidad expre;arla eii el cuadro níiiiiero 1. y ello lo es, para que el inclígriia pueda ohtener prendas d r vestir antes de llegar a1 ingenio.

Dado el carácter cleaconteiito y demmfiado del indígena, lia sido '

necesario nlianteiier lo que ellos Ilaiii~w1)an regalo y qiw ,411 alusión ni prejuicio, piieilo expresar a Y. S.. qiie wnía a con,tituir la íinica piga del indio.

('onio de u n pricipio, y iina Tez salracla~ las resistnic.iws por parte de los ingenios al wuiii~nto cle la paga. iue di cuenta (Ir lo que nien- siialiiieiitc liabía obtenido para cada categoría, les l>aitiil~;i, y sohraha para atmcler sus neoc.sidadt.3, mientras esturiesen rn tJral)ajos y dado ilue no liabía sido p o A l e pretender tener recluido a1 indígena para r lile no ii~algastase su dinrro, le.; fi)rinulé un aliorro acuiniila- tiro. el cual h a sido con-;tituído principalniente con dineros en efectivo (pie recibe y partes de las iiwrcaderías. Conw V. S. verk, se le Iia esta1)lecido iin muy buen ahorro rn dinero por los cinco nileseis de trabajo y niás cpe siificjente cantidad a recibir en ~ i i e ~ c a d e í a s , llegando así a obtener u n aliorro total que el esaiiueri d$l cuadro níi- mero I lo pone de nlanifiesto.

E l alrtíeiilo 3." lo niotiré rspec.ialiiientr para garant;i8 .se efeetiiase tal aliorro y wpeeialiii jiite *e deteriilina en 61 que la paga final debe liacease priineraiiiente el saldo de las n~~~rcacler ía ; que le corre~sponcle y después recién sus aliorros en dinero, esto lo f d p a i ~ evitar que el inciígenn al rer-2 con dinero lo niialgasta~e haciendo conqwas de artimlo.; que de,piib, t t d r í a qne recibir de la niiisiiia clase al percibir e1 saldo en mercaiierías.

Hacer entrzga al indígena de iina parte de sn sueldo en inerca- derías. coiiiproiiic.ticlos como quedan 10% ingenios n entregarla a en- telrii c~lt~csi.ic;ii tlel indígena. cle ,uz propios «Depósitos-aliiiaceneq>> y

d e las claies estipulaclas en este iiiisiiio rontrato, ser; ficiuso para r1 indígena, pues obtener toda su paga en individuo -\~icioso ,por escelamcia y que su único anlielo es ol~tener 1111 arma de fuego y in)unicií,n de guerra, lie considerado conveniente evitar dispusiese de tanto d.nero, el que vendría a iiiotivar ain aiiinento al comercio furtivo de arnim con el indígena, el que aiilbos representantes dle los ingenio9 iiir lian expresado, que coiiieiviantes turcos de l a provincia de Salta. lo efeetíian anualinente a toda costa.

E l artículo 4.' cietalla 1 i ~ foriiila r n (11w los ingenios queclan coiii- proinetidos a t2ntrrgar c1;~ectaiiilente elloi por medio de sus cDep6- sitos-almiacenem, las iiiiercacleríat, r p t ' deben ~ntrrgi ic \e al iiidígriici, pues, fiié iiii objeto primordial a1 evitar los titiiladns «linl)ilit;iclos», conierciaiities #que YC establecen a inin~ed;ac~ionrs de tcvlos aqnellos. estableciinientos que dan trabajo al indígena y que coino el ingenio Las Palmas, no son ~ i i á s que simples enipleaclos del eehiil~leriiiiieiito y únicos que reciben los pagos en bonos y entonces esos niisnros dineros vuelreri a su or'gen de salida. Ignaliiiente cliiidn e i t w l ~ l t ~ ~ ~ (lo en dicho artículo, el que en stus «D(~pó.ito~-uliiilacerles>> cl,~ <.;ida ingenio deben proreewe para la venta a1 inciígena de prendas de ~ r \ t i i - , abrigos, equipos, Eierraniiientas de labranza, víveres, ganado (le c.ría y silla, especialniente burros y bliirras.

H e puntualizado con preferencia el detalle de burros y I)iirrws, porque e?s el ganado que liiás res'ste al tan nial ciiiclaclo qiw el 'iiclí- gena le dá y (porque es el más apto para que en sus viajes a los iiigenios lo carguen las chinas con todo su pemdo eqiiipo de viaje.

E l artículo 5." fub expresaniente puesto para recalcar el f in que eintiendo, deben las fuerzas naciorinle, en su n i i s i h iJii rsta f ronteix alcanzar del indígena. ei decir, el estrecliar para ohligailo, a que clejaiiclo teii~l\orar.~aiiiente su vida n ó n ~ a d ~ , concurra al t r i h j o piira :

( 1 ) Pasar iiiejor aliiiientaclo y vestido unos cinco meses al aíío. 0) Ol~tentir en lo posilile una cantidad de dinero con que parar el

resto del aíío, sin a o i d r al robo de hacienda a los pobladcrcs y r-pe- cialii~ente porque el niíiiiero tan elevado de indígenas que iilerodeaii en ambos territorios, (q50.0013) .egún cltito., fidedignos, jani&s podrán riv:r de lar riquezas natiirales de ie~stos territorios, pue; toda aquella zona rica en recursos de vida, es la qtie tiene agua potdjle y en ella es l a que el poblador ganadero busca con prefelrencia y que, coino he pod:do constatar, e1 varonil saltefío. del-de la precorclilleri~. pirliiií, a palnxo se lo lia conquistado desde las nacientes del río Pilcniiilago y los orígenlea del río Bsriiiejo Iia~sta el kilcíiiietro 520 del río Teum en iiiiilms iiiRrgenes, y hasta el fortín TTTarnes en las iiiárgrnes del río Brriii:jito, ils drc.ir. iincw c'rn Iriltiiii(4ros al oeste dr los citados ríos en el fortín Lavalle.

El artículo 6." tiriie por objeto tpriiiiordial dos co~a, . l i na c.1 citiiiriito (le vida y con toda anticipación, iqiie las fuerzas iiii de eltos territorios deben tener, de que a sur sectores van A v o l ~ e r los indios que los 11alk1n lleraclo pera corionrrir a los trabajos: al otiiU0 punto es e1 qiie puedan las tropas militares y que con sniiia faciliclacl puedan liacerlo, evitar que los ccriiiercinntes a i i~ i l~n lan te~ exploten a l indígeua con su tráfico iníciio y Ir\ rei idan ariiias de guerra.

lJ1 a r t í c d o '7." tiene por oljjeto dejar c.oiiilpi.oiiirticlo\ a 10. ingi i ios a qiie en lo sucesivo y con t re in ta días de anticipacióii, coiii~iiiiiqi~t~ii al comando de las fuerzas [en operaciones en el Chaco, pa ra q w tengan su debido conocimiento, !que van a efectnas contratos con los indios que merodean en s u sector y #que directainente dependen del coiilando.

El artículo 8.". lo inotiví, a los efectos. de que acompañados los indígenas por los capataces )de ingenios. se eviten en lo posilde los rohos, que en sus viajes acostundxaban a hacer los indígenas y para evitar que los indios excusen los dalios, con el pre t tx to de qiie los hacíwn por n o t raer o no tener otra cosa qiie coiiier. P para vonfir- mar estos deiseos h a quedado estipulado uii rac.ionaiiiieiito de iiiarvliii. más iqube sufiicieiite p a r a el indígena, rac;onaiiiient» el mal ohtiire no se gravase en forina alguna a l indígena y d l o queda e>ípres;~iiirntt~ e.Fital)lecido en e l citado artículo.

E l artículo O." lo fosliiiilé basado r n razones I i i i i i ian~tar ia~ y espr- cialiuentle (para evitar que el indígena. (individno wicio y anti- liigibnico) e n su~s viajes d e ida y vuelta, a l cruzar las poblaciones. contamine al poblador con una d e las enferiiirdadrs qnc tiinto (Mrii- gos hace en estos terri torios: l a viruela.

El artículo 10. lo iiiotiv6 rxpresainentle ,pan\ (lile l a mprrioriclad. pueda fiscalizar el debido c4uinp1iiniento de este contrato y el triito que en el ingenio se d5i. a l indígena, pues, para ello. qneida esprviado en el cihado artículo, que la supercrridad se reserve el derecho de enviar personal iniiitar a los ingenios Ledesnia y Eciaperanza a los efectos ddo l a fislcalizacih y a expresada y que a mi opinihl se liace indi~spen~iable para el llnes de mayo y t a n pronto avisen los ingenios que r a n a licenciar a 103 indígenas, a fiscalizar en e1 nies de marzo l a t r a t a y paga parcial y en septiembre la paga final y entrega de aliorros.

E n l a últiniia parte del citado artículo. creí u n c1etl)er no detallar la cooperacih (que darían las fnerzas inilitares, no obstante la< reiteradas exigc1nc;as d e parte de los representantes de ingenios. cual sería esa cooperación y solo me concret6. como lo exprew la

B O L E T ~ N DEL DEPARTJid&STO NACIONAL DEL TRABAJO - letra de la citada parte del artículo, a dejar constancia que esa ración sería en la forinla que la autoridad determinara.

m El artícaulo traita siiiipleiiiente de detallles de forina para dar todo

el valor legal al contrato estipulado y el cual al ser firmlado por las partes actiuantes, dieron fe de la legalidad de las firmas, los tre~s vecinas ni& caracúerizadas de aquellos lugares.

Esperando que el prevente contrato sati~sfaga las meesidades del iiiejor servicio encomendado al coiimndu de las fnerza.~ en operaciones rn el Chaco, al elevar el contrato adjunto, doy cuenta a T. S., de Iiabep cunilplili~entado si11 orden de formu~lar con 109 representantes de ingenios, las conilic~ione,.; por las cuales se efectuaría el conchabo del indílgena.

Dios guarde a V. S. XIRI.INO Anioz DE Lanr-~DRID.

Teniente Coronel Jefe.

Vivienda del indio.-Su trabajo.-Paga diaria para racionamiento.

r~ leneiilus y a a l indio en el ingenio. H a llegado a 61 realizando,

eii etapas no fatigantes, una rnarclia de iniicliai legiias. Difícil es decir cuantos días ha demoraldo la inidiiada. Unos vienen desdr muy cerca. ('asi la mitad de la indiada, segiín me han iiiforinado, se recluta y consigne sin salir o saliendo apenas de la inisina provincia de Salta. Los inás, pues, e d á n cerca. Son los ineiios los que tienen (pie realizar u n trayecto cuyo equivalente en días de marcha significa u n mes Q iin mes y mledio.

Sin mayores inuestras de alegría, indiferentes ;I toc{o ~ w i i e t ~ a i i finalmente a la vasta extensión del ingenio, sin exteiriorizar ni por casualidad u n solo asomo de curiosidad. E n e1 ingenio se los dis- tribnye. Divíclese e1 ingenio, (111 efecto, en cinco graníles lotes clue llevan los nombres de Hacienda, F lo~enc ia , Prediliiana, Paiilina p Caííitas. Cada uno de estos lotes constituyen n inanera de iina población relatjvainente separada de l a administración central bien (pie ligaida a eNa por teléfonos y trenes siisteiina Decaiirillt.. Cada lote divídese en secciones y cada sección subclivídese en tablas. U n adininistra$or general esta a cargo de cada lote. Estos lote~s, tienen contlabilidad desceiitralizacia. Los doiningos por la tarde en l a aiclininistraci6n centrial y presidida por el adiiiinistra- dor gen'elria.1, celebran reunión tcudos los administradoi*es de lotrs. Cambian idea sobre la forma en que se está. verificando cl trabajo de lla zafra, los inconvenientes con que tropiezan p el mejor medio de subsanarlos. Pienso clue estaw conferencias son de ini- portancia en lo que respecta a la adopción de procecliinientos ya que quienes las rerifican se encnentran completainente al corriente de las necesidades del obrero criistiano o indígena por hallarse en contalato con él, #desde l a (mañana a la t'ande. Volviendo a los indios diré que solo existen. distribuidos, en los tres primeros lotes mencionados. E n su distribución, nienester es tener 1111 poco de diplomacia para tener alejados a los sujetos de tribus qne.

4 Ci IX)I.E'L'~N DEL DEP.\Bí..\1IESr1O S. \ClOSAl . DEI, TR.\H.\.?o

rivales 'entise sí dentro de lo cliie poclríaiiios llaiiiar el o terno, se iiiieii para 1.a (lefelisa tle siis intereses ante el a t a i c i e ' los cristiaiios.

Ileiitro del lote, se les cle4giia el sitio clue liaii cle ocupar, ni iiiiiy cerca u i iiiiiy lejos cle las ca.;as y poblacioiies del restwiite persoiial e j i i ~ eii el iiigeiiio vive. Deiiiarcailos los límites de la toldería, eii pocas homs, en el inisiiio día de la llegada, el iiiclio Irwmta siis toldos. Al clecir el indio. digo iiial. Esta operacitíii está. a cargo (le la cliiiia que Iia veiiiclo a pie y eargalda diirante todos los días (Ir la iiiarclia. A l llegar, el iiitlio clescaiisa eii el siielo. La cliiiia trae is¿iiiiiis (lile coiivierte eii varas y varias bra- za(1as de yiiyos. ('011 1111~ 1iaI)ilida~l sorl)reiicleiite. hace coi1 las riir;i~s el aiwiazóii de la choza. Liiego coloca eiiciiiia yiiyos y ra- iiiiis. La vivieiidit es ovalaela imiy seiiiejaiite en su forina a las cliie, coi1 nieve, Iiaceii los escliiiiiiales. Tieiieii niia abertura a iiia- iic3i.ii clc lnierta, pero, taii baja, (lile para peiietilíir en ellas ei, iiieiicWer ai~i.astrarse. Las viviendas se agiiipaii con una relativa siiiirtría, tlv ta l iiiaiiei.a cliie tlejaii ciitre sí espacios libres cine siiriiilaii s\rr calles. Este coiijiiiito {de vivieiicl~as, coiwtitiiye la tol- dería. El iiial olor (1iie despide, la ileiiiiiicia tlesde lina respetable tlistaiicia. J í ~ i c I l o ~ siglos ati&. clebirroii ser tlsactaniente coiiio hoy son, salvo ima diferencia: ,la qiie eii iiiedio de los toldos (Ir inciitias aiites clescriptos siieleii verse carpas (le loiias, perfecta- iiiriiti. a~iiiiaclais, con sns flaiioos bieii tirantes a fin d e que el agiia corii.~ por ellmos sin peiietrar eii ell interior. El iiigeliio les reiitle e.stas carpas a ocho p e ~ o s . Ciiaiiclo la Iribii vieiie eii marcha desile el ('fi;wo, 1.11 los altos cliie niarcaii el filial cle cada jornada, iio se ;ri.iiiiaii to,lclos de aaiiias. Se llevantan estas aarpas de caiiipalia. Sii aclopcih, pues, iiiarca el iíriico adelaiitz i p e e.;as tribiiq 1im at1eliiir;do eii inateria de eclificacióii de vivieiida.

El piiiito de la vivieiicla tieiie, por otra parte, iiii,;i iiilportaiicia capital. Creo seriaiiieiite (lile iiiia de las graiicles razones cjiie el iugeiiio tieiie para tratela indígenas, ~+eside eii la veiiitajla qne deriva del hecho (le no teiier (pie clarles s-ivieiidns. Cuatro iiiil iridípe~ias iiecesitaríaii, por lo iiieiios. un iiiillar de habitaciones que, por I ~ I I A ~ bma tas que fiieseii sigiiif icarían sieiiipre el einpleio de iin capital iiiiierto. La rei~tante poblacióil del iiigeiiio habita eii vi- r iendas cpe vaii clesile el peclueíío chalet cjiie corresponde a los altos eiiipleados 1ia;;tii la iiioclesta casita de laclrillos. berro o adobe, con (los o tres Iiahitacioiies; y desde el priiiiitivo raiicho, ~ i i las afiie;iias, Iiasta l a carpa o caisilla de madera. Riieiias y iiialas,

V I V I E S D A DEL I S D I O

el ingenio da gratuitaniente viviendas a todo su personal, este (pie es bueno tener en cuenta cuando hablenios de los --.- rios ya (fue, coiiio se sabe, en los centros nrbanos el renglón al- quiler consime una buena par te de ellos. Cuando se reemplace al inclio por ciGitianos, el ingeiiio deberá preparar mil viviendas. A los liiillclúes (de que he habla,do ya) se les hizo n n gran galpón. Las tentativas de ciar vivieilda~s a los iiidios, han fracasado en l a fornia inCls riiiclosa. Se ensayó el saso con u n cacitlue iliteligente, después de haber venido diez aííos coiisecutivos al ingenio. Se le di6 una caqita. Iiiiriediataiileiite, a poca distancia, levantó su toldo y rn cl toldo vivió. Sospecho que el indio no va al hospital liada inAs qiie porqiie el hospital es una casa. Deiitro del toldo, casi periiiaaeiiteiiieiite, arde fuego en abundancia, aliuiiiando la ctiriir t l ~ los indios. E n el siielo, eiiciiéntrase Ins 1)ilchas. Sobre el suelo clnerine el indígena. Ciianclo más, coloca iin poco d c y i y o y de hojas secm a iiianera d e colchón.

La toldería resulta pintoresca. Al pasar por ella, i i (> t \as~ cliver- sos cuadros. Uii biirn iiíliiiero de indios y cliiiias, coii t.i' vjeiitrr sobre el ~iilelo, tiraidos a lo largo, toinian el so11 a p s a r del fuerte calor (pie reina. Un grupo dle osacos (chioos) coiiipletaiiieii~te nlrs- nudos, juegan ;ilegreiiiriite. A la puerta de iin toltlo, sil(1iiciosa- mente, u n indio devora u n pedazo de carne. Algunas china.; biis- clan 'leíía. Sentados en el suelo, varios indios coiiverswii, se,rios, graves, impenetrables, rodeados de sus inseparables perros. E n el interior de los toldos no están sino los viejos y los enfermos. Con escasa difereiicia, este es el aspecto de todas las tolderías. La aniinación se prodnce cuando, concluída l a tarea, l a indiada viene de viielta del caííaveral. E n las noches de liiiia las nir rlC 1 10s. toinados de las I I ~ R ~ O S , clanzan una especie de ronda catonga.

A las cinco y inedia de l a inlaiíana, el <ccapataz de los indios», diríjese al toldo a f in de comenzar la prepararlos p:ilra conclucirlos al trabajo. He presenciado esta faena preliininar y confieso que n o es sencilla. La incurable haraganería del indio, su jiérele cli- versos e iiigeiiiios ~q~ec l ie r i t es . C'iiaiiclo iio tiene dweos de trabajar, ciraiinsitancia que le ocurre con h'arlta frecnencia. escápase del toldo ciiando calcula clue es la hora en qne el eapataz ha d e venir por él. Otros, declárailse enfermos. S o falta cluien, francamente y sin anibajes manifiesta que ese día no trabajará. E l capataz pide, ruega y da in~wr t ra~s de una visible paciencia ad- quirida por la diaria repetición de esas escenas. Por fin, entre seis y siete de ,la rnaiíana ha consegu:do u n contingente a los que

coiicliice a1 trabajo. E n e l pero iio iriiiclias. C'uaiido

caiiiiiio, liay todavía algunas d el contingente esta listo. diríje

l ) ~ ~ l a d a » , sitio doiide se está cortando la caíía, dgiiiios a pie, otros eii zowas (le tiwies Decaiiville. E n «la pelarla», distribúyeiise las tareas. Los indios dejan eil el suelo, wl pie elel siirco. las pilclias. La iriedidn de las tareas dentro de surcos de cieii inetros. hiícese p01' traiicos. C'iiicueiita y ciiico traiicos igual a ciiiciieiita metros. Igiial, eii coiisecuencia, a iiietlio sni-co.

S o es exa.jeraldo decir cluv a las ocho de la ~iiaiíaiia hay iiiciios clue todavía iio Iiaii coriieiizaclo a trabajar. Los primeros iiiaclie- tiazos cliie daii, por obra parte. derriban caíías destiliadas a ser coiiiiclas eii el iiiisiiio lugar del trabajo. E l indígena es u n goloso iiica~isable. Es, además u n goloso gastador. Elije la mejor caíia y de ella solo coiiie uno o dos canutos, los iliás ricos, los que coiis- t i tuyen el corazón. Los restantes, los desperdicia. El iiudio masca caíía coiitinuaiii,eate. Ciiaiido se retira del trabajo. tiene derecho dtl llevar all toldo iiria caiia. Lleva, i iatu~alnieii te. la mejor (pie twciieiitra, de cuatro a cinco kilógraiiios de peso j- en su «yica» o bolsa de víveres varios caiintos sueltos. P o r la iioche, suele clirijirse a los caííaveaales pai-a robar caíía, circniistancia ésta que obliga a las empresas a tener serenos y vigilantes cuidaiido los tabloiies. Ko sé si el cáleii'o es exagerado pero lo anoto. E n la aictiiiirii8stiraiciiÓii se me h a dicho que estiiiiaii en 20.000 bolsas cle ~ ~ z í i c a r el e(lnivaleiitr de la caiía ciue el indio coiisuiiie y desperdicia. Recuérdese que son ceatro l id indios coiiiieiido caíía, dii- raiite rnás de ciiico meses. Este aliineiito, parece clne los engorda riioriiieiiieiite. E s así que a l filial de la cosecha el indio habla coi1 satisfaccióii de su «panza paya» (vientre lleno).

T'olvainos al surco. Las operaciones son sencillas de explicar. Con el machete o pequeña hacha cuya hoja tiene la forina de iiii

rectángnlo, el indio da u n gollpe en la parte inferior del tallo de la, cafia. La caíía cae a l suelo. &Iaclietear es, piies, l a primera ope- ración. Cuando en esta forma h a derribado diez o doce caíías, las carga a l hombro y las coiidnce hacia el callejón o Rea el extre- 1110 del ~siurco. E l aiciarreo, en conawueiicia, es ¡la segunda faz de la operación. La temera y última es la de pelar. Toiiila el indio e l filo- so cuchillo cuya hoja mide doce pulgadas conio iiiíiiiiiio. Mantiene coi1 l a mano izcliiierda la caíí.3, enipuiiando el arma con la derecha, aplícale 110s tres o cuatro cortes que han de dejar a la caña despro- vista de sus hojas. Hecho esto, ha concluido. Terienios, pues, que todo su tnabajo consiste en derribar, acarrear y pelar.

La priiiilera impresión es la de un trabajo sencillo. La verdad

VIVIEXDA DEL I S D l O

es que inás siinple no puede ser. Es, sin enibargo, siiinaineiitt gable y extenuador conio coiiseciiencia del cliiiia, del sol y del calar que reina dentro del caííaveral en el que parece que el aire falta. P o r lo cleinás. es u n trabajo de habilidalcl y ésta no se adquiere 'así no niás. Un obrero espafíol ine dijo clue había estado un medio día trabajando en pelar y clixe acluello le resultaba iui trabajo del tiernpo de la incliiisici6n. Tengo la certeza de clue si liubiese continuado yendo duraiite una senmia, adclniricia eii todo o en parte la liabilidaid necesaria, no liubiese pensado así. Eii las fábricas y usinas de Buenos Aires, he visto trabajos iniiclio iiiWs rnortificantes cjiie este de pelar caíías. Hablando «en teoría», creo que no es liada compararlo con el (pie realiza u n estibador en nuestro puerto o mi peón de coseclia en la r e g i h del litoral. es- puestos también a los rayos del sol de fuego, del sol de reraiio. Es por eso yiw insisto eii decir cliie es i ~ i i trabajo eie habilidad 3- de adaptacióii orgánica a l clima qiie eil acluella región, cabe en los calificativoi de malo a pésinio.

E n su trabajo, el iiiidio es iiiaiiero y reiiinl6ii. 13ajo e ~ t r piinto de vista iio e.s iiii trabajador recoiiieiidable. E s iiiiítii' liacrrle indi- caciones a cerca de la ~ n e j o r I ' o r i~a en c l w (1el)e realizar, en 11~1ie- ficio propio, el t ~ a b a j o . S o hará caso. S o eiitieiidr iii sii piaopio interés. He visto a iin indígena trabiijar fuerte ciiirante c i i a t i*~ hora? y ciiando solo le restaba poi. realizar un esfiierzo iilíninio, «botar» (abandonar) la tarra , casi coinpletaiiiente concliiida. a pesar de saber clue si n o la teriiiina pierde todo lo lieclio J- no cobra n,ada. Insisto en decir cine por sus inaíías. por su liolgaza- nería y pretensiones, e1 indio es mi inal trabajador. Pero, a pesar de todo, el indio tiene iiii valor inapreciable para el ingenio. E l es quien en mayor porcentaje, derriba, acarrea y pela los iiiillarrs de cañas que, después de p m i r por los trapiches, se coiiviertrii en millares de bolsas de azíicar. E n e' factor priino, piies, clr Iii larga operación (cinco nieses) (lile precede al iuanipiileo iiicliis- trial de la caíia. factor prinio cjne hasta ahora y a pesain de si13 vicios y defectos indiscutibles no ha sido siibstitiiído iii reeni-

plazado.

E s cunoso el aspecto clue la indiada presenta cuando trabajii. Como la poca ropa qiie viste le iiiolesta, para mayor fscilidatl, aligérase ,de eilla en buena parte. E n el snelo, abaiidoiiados, los perllieñuelos mascan caíía. Los indios, las chinas y los osacns, rnuévense rápiclos o tardíos, segiín la voliiiltad de t rabajar cm1 que ese día l-iaii salido de los toldos. Cuando trabaja11 en yiiiita-

indio y china-lais operaciones del alcal-reo y quedan a cargo de la última. Al aproximarse el observauor a línea del callejón donde se deposita la caña pelada. es menester dar cigarrillos a los indios. Los más guapos, terminan su trabajo a las dos o a las tres de la tarde. Los rriás haraganes despu6s. Cuan- clo el surco, que a la maííana aparecía poblado de enhiestas cañas e3tá completamente limpio. el indio llama a su capataz. Constata este que la tarea está hecha y entrega al indio una ficha de cela- loicle. Recoje el indio sus pilclias, éohase al homIbro la caña que tiene derefiho a ,llevar a sil toldo y se d e j a del cañaveral o, hablando con mayor propiedad, de «la pelada».

Dirígese entonces a la tarja, peqneíía oficina con un veiitariillo hacia el exterior rodeado de una reja de madera a manera de brete con objeto de impedir que se acerque a ella niás de una persona al mismo tiempo. Una vez en la ventana, el indio presenta Ila ficha que le ha dado el capahaz como cornpirobante de haber ~eabizado la taz-ea del (día. A l entregar l a ficha en la ventanilla recibe en dinero (moneiditaw 'de níquel) el impolnte diario de MI raición. Además, de una oaña huem primitivamente labrada (él la llama «tec-nec»), saca su tabla u hoja de papel extendida a su nombre y en la que se le anota con un sello, que ha trabajado. Cuando el indio, como c0nsecuenci.a d e haber trabajado los seis (lías de $la semana tiene en su tab,la seis casillas con la corresipon- dienlte anotación, tkene derecho a cobrar un extra o estímulo, tanilbién en efectivo. Cuando tiene treinta carillas llenas (treinta días trabajadols hacen un mes a los efectos del arreglo de cuentas) el indígena tiene derecho a otra bonificación, cuyo importe ínte- gra~nent~e recibe en efecltivo. La ralción &aria, el estímulo por seis días y la bonificación por mes, constituye el único salario que el indígena recibe en dinero. E l resto se le va acreditando para. sacar mercaderías o para llevar iin montado al finalizar la zafra. La raición, como he dicho, se !paga todas las tardes, a l volver el inclio del trabajo. La entrega de los estímulos y de las boiiifica- cioiies tienen lugar en la mañana del domingo, día este en que las ~pera~cionles del corte y pelada (de la caña se w s p e d e n en absoluto. Aún pagando jornales triples, no se conseguirían obreros que trabajasen en domingo. Piara la mejor inteligencia de esta descripción, creo conveniente agregar los modelos de las fichas y de las tablas.

TIVIESDA DEL I S D l O

For ina y tainaíío iiatiiral d e las fichas c p e acredi tan la real) ción cle l a t a r ea &aria.

Boleto pa ra cristiaiio grande.

Boleto pa ra cristiaiio chico.

Boleto p a r a iiidio.

Boleto para cliiiia.

Boleto para os~icos.

Con el iiiiporte de su ración a la iiiaiio, la «yiea» a la espalda y la caíía (le azíicar a l lioiiibro, el iiiclígena regresa a sil toldo. ya eii el caiiiiiio ociírreaele coiiuprar algo, algo que no pocas veces es una golosina. No pocas faniilias, coino consecuencia cle una larga pernianencia en el ingenio seguida de una excelente conciiicta, tienen adquirido el derecho de poder vender bagatelas. E s así que. f rente a esas casas de fainilia que no son negocios. iiistálaiise iiiia mesa en la que se aololcan, destinados a ser veiiclidos a los traii- seiintes, eiiipiiiiadas y pasteles, naranjas y bananas, panes de sal y panes caseros con grasa, tabletas y bizco~cliuelos, qiiesadillai y queso. E l alcoliol no aparece a la vista. Creo, sin einbargo, clue eii l a iiiayor pavte de estos piiiitos se espenden bebidas en iiiia forina clandestina.

E11 la proxiinidaci de los toldos. tinas buenas mujeres. criollas de pura cepa, esposas o «civiliaclas» de peones del ingenio. dedí- canse con menguada utiliclad a dar pensión a los indios. E1 plato cmfelccionado es todos los días el rnislino: lacro de maíz. Sírveiilo en u n gran plato de lata, de altos bordes, coino el que llevan iiiies- t ros soldados en la parte positerior de la inochila. De allí les debe venir, sin duda, la denoiiiiiiacióii de plato de inilico. Un plato u b esos, lleno de inaíz, con iin pedazo de carne (tumba) p un poco de verdura, lo venden a l iiiclio en diez centavos. No se cliie es lo que esas iiliijeres deben ganar. si se tiene en cuenta clne pagaii $ 0.40 por el kil6graiiio de carne y que en el concliiiiriito entra, por lo iiieiios, p a s a g sal. Una mujer me asegiiró que vendía clia- riainerite cuarenta de esas raciones j- qne solo peidía el día en cpe

YIVIESD.4 DEL ISDlU

D i\Ioclelo de las tablas en que se «tarja» el trabajo diario :

efectos de la liqiiidacióii de l a bonificación seiiiailal y iiieilsnal.

BOLET~S DEL DEPART.LDIEST0 XACIOSAL DEL TRABAJO

VIVIESDA DEL I S D 1 0

los indios decidían no comer, pues se quedaba coi1 el trabajo

gasto hecho. E l indio come este locro con gran apetito, aco~ . .. liado de dos bollos de pan niore~io-pan de innnioióii (lile coiiipra a cinco centavos cada uno. Con el locro, l a caña de azúcar y los bollos, el apetito del indio está satisfecho. Como todo esto no le cuesta sino veinte centavos resulta que, del importe de su ración, ahorra o puede ahorrar el 50 % toldos los días. E l indio o china que no t rabaja por enfermedad, recibe diarianiente el iinporte de su ración. La leña, es gratis.

Dia~riamente, en las aliiieadae calles que coiistitiiyeii la zona urbana del puebilo del ingenio. sie ven vagar a las indias, iii~clife- rentw a todo. Las más 'de las veces, una camiseta negra de mugre cubre la parte superior de sus cuenpos. E n la parte inferior, Ilr- van la chiripa, esto es, su simple pedazo de género envuelto y anudado a la cintura llegándole hasta las ro~dillas. E l caso del uso del pantwlóii, es excepcional. Si la cabeza no va completaniente desnuda y sin otro reparo que el de una larga cabellera, ciíbrela un paíinelo o un chambergo de amplias alas. Las orejas, eiicuén- tiranse ideformad~as. E l rostro cubierto de feos tatuajes. Muchos hácense en los tobillos uiias rodaja? de plumas de avestruz. Lle- vánidolos así, convéncense de que pueden correir con la iiiisina ve1oc:dad que este animal despliega. E n la cintura y hacia ade- laiiite-no haoia a t rás como los gaiichowllevari el largo ouchillo que empleaii para pelar la caila. E l vestido de la mujer tlieiie siein- pre colores vivos. A veces, es una frazada anudada a la cintura la que le sirve de único t ra je dejando completamente a l desnudo las partes siuperiolres. Otras, cúbrense con u n tipoy y anií- danse a la cabeza u n largo rebozo que queda flotando s o b ~ e la espalda. E s curioso. en las iíltiinas horas de l a tarde, ver a las chinas cruzar el pueblo en busca de agua. Condiicen ésta en graii- des, cántaras de barro a los que, a guisa de tapones, colocan ina- nojos de yuyos. E l cántaro va a la espalda, suspendido de una tina que se a g i ~ a n t ~ a en l a frente. Otras veces. en vez de cáiitaro, llevan pesados haces de leña. Cuando van varias se inancha sieni- pre en fila, de uno en fondo. Los buenos obreros del pueblo hacen también su explotación del indio. Llaman a u n inacho o a una mujer y le ofrecen diez centavos ya sea para que ra je y astille toda la leña ílue hay en el patio, ya sea para que haga numerosos viajes a la acequía en busca del agua necesaria para l'enar toda? las pipas, ya para que t(raiga del monte una buena carga de leíía. Este abiiso ha inotivaclo la intervención de la administraciói~ drl

ingenio qiie prohibe severamente el eiiipleo del indio por 10: , - ticiilares. Al protejer al indio, proteje al ingenio. Si el i i i i l~~ci ia tuviese la certeza de tener todas las iiiañaiias niia changa de diez ceiitavos, dejaría de coiicurrir a pelar caíía y la zafra sufriría enornlei~wiit e.

Tal es la foritia eii clue viven y t rabajan los iiidios iriatacos, tobas y cliorotes. De los clialiiiaiicos-ciigas riiujeres visten ele- gantes tipoys de color iiiorarlo y son sasi bellas-me ociiparé c:i capítulo aparte. 1)e lo dicho, tlesprC.ndese que la vicla pasa sobre los toldos siii eliie el indio cambie absolu~tarneiite nada. Eii rl iilgeiiio, totdo Ne ha iiiodificado. E l primitivo trapiche movido por niia caída de agua, se ha coiivertido eii iina iiianensa fábrica en oiiyo iiiterior la iiiecáiiilca maliza iiiaravililas. Al acarreo eii carro, 1ia wguido el transporte en 1)ecauville. E l ferrocarril. penetira al iiiterior del iiigeiiio y corre por los flaiicos de los caílaverales. Graliides focos de liiz rltktrica, por la iioclie, hacen coiiipeteiicia a la Iiiiia a la cliie el iiidígeiia drdica siis ~laiizsis. Todo ha caiiibiado iiieiios el iiidio. El cacicliie Serafín clue año traq alio desde hace cerca cle iiirdio siglo concurre coi1 su gente a pelar la caíía, es Iioy el iiiisiiio clur debió ser ciiiciieiita aííos atrás. Hosco, taiiiiado, ignorante. S u vocabulario castellauo, después de tanto contacto con civilizaclos, no excedr de una docena de palabras.

S o sé si el iiidio es snscrntible (le ,ei. civilizado. Lo cliie se, es cjliie eii el iiigeiiio no ee civiliza. La verdald es cliie no van allá a civitlizitrse sino a ago~tar el iiinieiiso iiiar (pie las cañas foriiiaii. Ni en el ingenio han de extrafiar el C'l-iaco ni en el Chaco han de extraliar el iiigeiiio. Si la curiosidad colnstitnye uno de los iiiedios de instruir, hay clue convenir eii ciiir t.1 indio se instruirá tarde. Nada le Ilaina la atencich. N d a le interesa. Al cinemattígrafo gratuito que por las noches fuiiciona en la plaza, no eoiiciirre. Las iiiácyinas de las fábricas, cjiie prodiiceii adiiiirsción en el lioiii- bre civilizado y habituado a ver iiiáiliiinas, no le iiiereceii iii iiiia iiiirada.

E s por eso (lile he pensado clue el indio, significa u n aiiacroiiis- mo. . . . . E s la barbarie a l lado de la civilización, el toldo frente a l a fábrica rii cuyo interioii. los tra1pi)ches c le~garran la pulpa de la caña pasa producir las mieles r p e las centrífugas coiivei-tiráii en aziícar.

El personal de f ábrica.-Salarios.-Jor- nada.-forma de pago.

OcupAiioiioa de la fAhr:ca. Enorine edificio rectangular, de ladrillo rojo. (1estac.a ,,u iniiitwsa cliiiiienea de (la que a toda Iiora del día y de Iii noclle iespr6nclrse el Iiunio que acusa la no interrumpida activi- dad irlile dentro de !ella se desarrollii. Son sus ináyuinas últinia espre- sI6n de lo inoderno. Addviértew fAcihiente lo difícil que debe liaher Sido el tralrajo requerido para su transporte y ubicación. A corta distanvia. en ruínas, encuéntrase el edificio ocupado, medio siglo atr6s. por ,!a priinera fábrica. U n poco máis lejos, el edificio d t ~ la wguncla fá l r 'ca , taiiil~ién hoy abandonado. La liiilipieza ei notahle. E l inái exigente no encwntraría, a eite respecto, ningíui iiiotivo c h crítica.

He deseado establecer en una foriiia unitaria el salario de cada iino cle los obreros qutl en la fábrica trabaja. Divídense 10s obreros, rii dos grandes grupos. 1 . O Ohreros fiiera de fábrica, que son los que trabajan en ta l l e re o ien e1 acarreo. 2." Obreros dentro de la f6brica tl'viclidos en dos tiirnos: diurno y nocturno. E n cifras teneiiios 146 tJii tallrrr.; y :306 en la fA1)rica.

Lo, siieldos son los que a continuación se indican:

Promedio de los salarios de cbreros que trabajan fuera de turno

Súitiero I'ioiiiwlio

ile ile los

vasos salarios

HOLET~S DEL DEPIRTAJIESTO SACIOSAL DEL TRABALO

Número Proiiiedio de cle los - Profesiones

Calificados

Rlensajeros. . Electricistas. . Cobreros. . Torneros. Herrerou. . Maquinistas. . Caldereios. . . Piiitores. . . . Talabarteros. . Carpinteros. Aserradores. . Ajuctailores. . Foguistas. . . Afiladores. . . Rlotoristas. . . Caballerizos. . Carreros. .

casos salarios

lj2 oficiales

Carpinteros. . Ajustadores. .

No calificados

Porteros de f ea . . Vigilantes. . . . . Ayudantes. . . . . . Limpiatlores de calderas Reparadores zorras. . Forradores caños. . . Rlncliachos. . . . 1)espachantes. . .

. . . . . Peones. Pasa leíía. . .

Proineilio general .

Promedio d e los salarios de obreros que t rabajan e n fábrica y en turno

Profesiones

Capataces. . .

Número Prometlio (le (le los

casos saclarios

I'rof esiones

Calificados

Fogoneros . . . . . . Maquinistas

Engrasatlores . . Encargarlos . . .

. . . Maestros Cocedores . . Marcailores . . . Electricistas . . Motoristas . . . hleráriicos . . .

. . . . Contluctores Afinadores . . . .

. . . Arniadores

No calificados

Kúiiiero cl e

casos

. . . . . Mezclarlores . . . . . . Pesadores

. . . . Despacharites . . . Acomodadores

Cargadores . . . . . Peones . . . .

. . . . . Lavadores . . . Blanqueadores

Alimentadores . . . . . . Ayudantes

Atendedores . . . . . Cebadores

. . . Bateas Zabalera . . Cachaza . .

. . . . Langostas . . . . . . Snlfitación

Aparato tMik> . . . . . . . . . . Tableros

. . . . Depart alcoholes . . . . . Depart molado

Llaveros . . . . . . . . . . Pasa leíías

. . . . . Canal de jugo Bomba caldo crudo . . Bomba caldo encalado .

. . . . Encalamiento

Proiiieílio de 10% salarios

:: . 00

3 . :iG

2 . SG 3.3::

10.83

5 .ns 3 .00

5 . on 3.00

A.30 2 .00 2 .50 2 .50

-- 3.54

H O L E T ~ S DEL DEPARTA\lIESTO S A ( ' 1 O S A L DEI, SR.\K.\;:ii

Súiiiero I'ioiiiedio Piofesioiies ilr (le los

casos salarios

Prel~araciúu de cal . . . . . . . . L)ec.aiitacií,n. . . . . . . . . Filtro (le arena . . . . . Filtro (le prensa. . . l\Iiichaclios. . . . . Liiiipieza . . . .

7 2 . 2 5

.5 2.40 > - 2.37 4 2.50

11 1.07 6 1 .75

--. -- '76'7 2 . 31 - -

Proineilio geiieial. . . . . . :Mi 2 .64

Los proiiredios generales de todos los salarios qiie qiiedan i n c l i w

dos. ne rewiiien en el ciiaclro que sigue:

Salario de los obreros que trabajan fuera de fábrica y de turno

Proiiie~lio general (le los slario.;. . . . . 2.G7 I'roiiie~lio de los capataces. . . . . . . . 4.25 P~.oiiir.tlio 11rl salario de los obreros califi-

cados, o obre ros, Iierreros, toiiieros) . . 3.89 Pioiiiedio (le los of icisles (calificados) . . 2.87 E'ionie~lio d r los no calificados (ayudantes,

peones, porteros, etc.) . . . . . . . . 2 .13

Adeiiiás de los snzldos iiiílicados. cito, obrero.; reciben casa y luz gratuitanlente. Tienen. adeiiiás, otras pe(luellas bonificaciones cons- tituídas por el pago de las lloras extras. lo.; preiiiios por alicurro de aceite y el doble sueldo en los días de cambio de tiirno. La jornada es de 12 horas, con los intervalos necesarios para la coinida. Las 12 lioras, en cada uno de los turnos, dirídese así: tnmo dilurno.

Lunes, iiiartes, miércoles, jueves, viernes y sAbado, entran a las 6 a. iii. y salen a las 6 p. m.

Dniniiigo, entran a las 6 a. m. y salen a las 6 a. 111. del lunes. E l tnrno nocturno divídwe así: Limes, martes. miéncoles, jiiews y viernes. entran a las 6 p. m. y

salen a las 6 p. m. SHhado. entra a la.; 6 p. ni. y sale a las 6 p. 111. del domingo. Tenemos. en consscuencia, que cada olbrero trablaja 12 horas por

día y que esta jornada se 'elma a 2-2 homs en 10s día5 de cambio de tiirno. Así pues, dos vleceii por mes el obrero trabaja 24 hora6 y descansa dos días completos de 24 horas tanhién. La jornada de 12 horas no parece, cuando se la r e realizar. tan excesiva coiiio a pri-

mera vista se l a supone. La aativi'dad no es febril. Segiiraiiienf.. iilayor cansancio se produce por la perinanencia continuada (

mismo lugar. La de 24-innecesario es decirlo-eitá fuera de toiio régimen racional. Advierto, sin embargo, que consiiltados los o1,i.e- ros acerca de si deseaban p a r a los días d e cambio de turno una jornada de 18 lioras o una de 24, optaron por la ú1t:iila en vez de la primera. E l salario que se paga es doble.

C'onw, hecho !grave, lie constatado la existencia de menorrs realizando los misunos turnos \que los mayores.

Se paga por seirilana, pero el obrero no recibe al fin de cacla una de lellas rl total de lo que lia (ganado. Se le da u n an'ticipo a cuenta, conocido con el nonlbre de «el seiilianal». E l importe íntegro se abona recién al finalizar el mes. Por el saldo de lo ganado en l a +eiiiiana, ábrese al oib'rero una ciuelnta que le permite obtener en los alinacenes del ingenio los coiri~est~bles y inercaderías que necesita. Este sisteina de pago no e\, ciertamente, muy necomlendable. Como razcín qiie par- cialnilrnte lo justifica indílcase l a de si el obrero recibiese el sá1)acio no «el sernianal» o anticipo sino da totalidad de lo qiw ha ganado. podría dejarlo en lla taberna liaciendo sufrir liaililbre a s u faiiiilia. Sobre este particular no quiero opinar, pero aseguro que en el ingenio se venden ;las nliercaderías a precios qiie son los c.orritlntes. E n niateria dc rírc.res t e n e m a los siguientes:

( . 'ar t~?. . . . . . . . . $ 0.411 el kilo;;. Azúcar. . . . . . . . . . . . » 0.35 >> >> Yerba. . . . . . . . . . . . » 0.70 2 a Haiii ia. . . . . . . . . . . . >> 0.20 >> >> Aiioz . . . . . . . . . . . . . >> 0.30 >> >> Sal gruesa. . . . . . . . . . » 0.10 2 » P a n . . . . . . . . . . . . . . » 0.25 >> » Leche. . . . . . . . . . . . . >> 0.25 » l i tro Hueros . . . . . . . . . . . . » 1.20 tloceiia Fideos. . . . . . . . . >> 0.20 el Gilog.

De la. posibilidad de l a vida con los salarios indicadoi, 1w oiclo, natiiralinente, las opiniones más encontradas. Un obrero tiiciiinano ique ganaba $ 110 por mes y cuyos dos hijos menores de 16 afios le llevaban $ 40 cada 'uno, me decía (que no podía vivir teniendo adeinás de estos ingresos, casia y luz gratis. Un obrero espaííol, soltero, me aseguró que ahorraba y enviaba a Espaiía para levantar una p+- qiieíía hipoteca que contrajo a f in de pagar e1 pasaje a A i i ~ ? ~ i c a . Las esposas suelen aportar nuevosi recursos dando pensi(ín o trabajando ccum~o lavanderas.

B U L E T ~ N DEL DEPARTAMENTO NACIONAL DEL TRABAJO D

Tales son los dabos relacionados con el trabajo d'e 10s o b r e r m fábrica. No están axegurados y durante los días de miii permanencia prodíijose un accidente que originó la muerte de un obrero.

Estos datos no se relacionan directam~ente con al objeto de mi iriopecci6n. J3e creído #de mi deber recojerlos para aqreciar mejor la forina eri que trabaja al indio, rodeado del elemento civilizado.

Estado sanitario. - Alcoholismo.-Palu- dismo.-Como se cuida a los indios.

El aspecto exterior del indígena no traduce, ciertamente, el goce de un buen estado de salud. Por el contrario hácelos aparecer como más débiles de lo cine en realidad son. La siiciedad en que viven y la ausencia absoluta de las prácticas más elenientales de una higiene rudimentaria, colócales en una situación propicia en grado sumo para la adcluisición de enferineda'deis que, por la facilidad del contagio, pueden degenerar en pestes de terribles efectos. Los ft~cultativois del ingenio con quienes he conversado largamenle en procura de informaciones, me han trasmitido las que a continuación se indican.

Cuando vienen del Chaco, llegan flacos en extremo. Ciwndo mgresan al Chaco van gordos. Este milagro se opera, acaso inás cpe por ninguna otra causa, polr la increibhle cantidad de caña dulce que el indígena come y por los cuatro bollos de pan negro que diariamente consume. Del Chaco vien~en sin enfeirm\edades venéreas y vuelven con ellas a l a toldería. Desprovisto el indio de toda momlidaid y aún de la pasión de los ceilos, ofrece sus hijas y sus propias mujeres, por muy poco dinero, a los oristianos, ES de éstos que las chinas adqiiie~eii las enfermedades venéreas que trasmiten liiego, por contagio a sus maridos. Con frecuencia, durante mi estadía, varios caciclues me ofrecieron ilndias. Uno de ellos, prometíame por cinco pesos, tralerme una «alhaja». El des- amo110 de la sífilis en la poblacicón blama y entre los chahuancos es extraordinario. Para tener una idea de él bastaría tener en cuenta que en cuatro meses sie dieron en al hospital (110) ciento diez inyecciones del preparado (n606, por orden y cuenta de la adininistracióil. No hay clue extrafiar pues que de las tribus que del ingenio regpesan al Chaco puedan llevar gérmenes suficientes como para infestar a todas las tolderías.

Además de las venéreas, el indio soporta otra chse de enfermedades. El sarampión se desarrolla en ellos en forma epidémica.

B O L E T ~ S DEIi DEPART.\JIESTO SA<'IOSAI, DEL TRABAJC!

E s acaso esta la íiiiica enferniedaci para la (pie tienen ello ciirativo individualizado: al baiio frío. La diseiitería. también entre ellos, caractleres cle epideinila. Ahn cuando en el ingenio hay agua buena, corriente, beben la de ciialrluier charca que encuentran a m'ano. E n lo qne respecta a11 paludismo ocurre una cosa curiosa. E n mayor escala ad(liiiéren10 los indios ya acli- matados y en menor los recién llegados. E l «chahuano» es siiina- mente propiclio para adquirirlas. H e dicho y a que el «clialiiiano» es u n degenerado por el alcohol. E n determinados años, la viruela produce grandes bajas. Eii l a actualiidald, s e vacuna a todos los indígenas obli;atoi.iwnieiit(~ no solo en beneficio de ellos. sino de l a restante población del ingenio. E l «chaliuaiico» conocedor por experienc'a de los beneficios de l a vacuna, concurre eqxmtánra- mente al hospital para la aplicación del suero; '; sus mujeres-las ciifias-lleran d r n l o f i r propio a los prclueños-los «cuniiniies»-a qne el médico los vacune. Hace tres o cuatro años una epideiiiia d e viruela se desarrolló entrle 101s indígenas del ingenio. Entre otros medios profilácticos se procedió a quiemiarles sns tolderías. Finalmente es necesario decir que todos los indios son sarnosos. A d q u i e ~ r n la sarna de los perros, con los que viven y duer~nen en increible proniiscuidad dentro del toldo. En t re estos perros, predominan unos c~rnpletam~ente pelados -y llenos de sarna - a los (pie el indio atribuye virtiides curativas. He oSdo designarlos con dos denominacione~s diversas: perros pilaguas y perros de indios. Estos perros (lile abun(1an en crecido iiúmero, hacen el viaje de ida y vuelta entre la tolclería y el ingeiiiio.

Las dificultaides colti (pie se tropieza pava ma~ikenerlos dentro de una relativa higiene, son insigiiificaiites cuando Be t r a ta de curarlos. Salvo en los casos de eilferniieldades evidentes, el diagnóstico es siempre difícil por las dificultades inherentes a todo interro- gatorio. E n e1 ingenio, como he dicho, exisben dos médicos y nn hospital con su correspondiente farmacia y sala die cirujía. Pero todo este meritorio esfuerzo resulta inútil. E s imposible hospitsli- zar a un indio y aún n16s imposible inantenerlo dentro de una cama. A la primera oportuiiidad se escapairá. Si no consigue osca- p a r inmediatamente la tribu entera vendrá a reclamar el enferiiio y a llev8rselo.

Haicedo tomar reime~dios es tai*ea iiwpo,&ble. Este año, por escep- ción el palrliciismo los ha atacado en fuerte iiúinero. Cuando llegaron a l ingenio prooedeiiter del Chaco, 'era aún temprano para dlar cojmienzo a las operaciones de zafra por no haber alcanzado

aún la caíía su pullto de madurez. Se conldujo una par ellos, entonces, al lote clenoiiiinado <Cafiitas», donde había c m mucha agua j-, para iio tenerlos de ociosos, se lles hizo t rabajar en el corte de yuyos y desmontes livianos. F n é allí donde ad(liii- rieron el paliidisino y la disenteria como consecuencia del hábito ancestral de dormir sobre la tierra. Para curarlos sle les distribuyó unos frascos que el Departamento Xaciolnal de Higiene propor- ciona conteniendo píldoras azucaradas de siilfato de quiiiins. El resulta~do fiié el previsto: t iraban las píldoras a l suelo y guarda- ban el frasco que las contenía. Con cna1qu:er otro reineldio ocurre lo propio.

Hay que recurrir, antonces, a n~étodos curiosos que traducen las aficiones del indio y el ingenio de los niédicos. Algunas drogas se las han suministrado en bombones de chocolate y disueltas eii alcobhol. E n esta forma, tomarían hasta estricnina, Ileva,dos por su afición inniodrrarla a los licores fuertes. Como remedio externo único permite las aplicaciones de pomada de yodoforino.

Tiene el indio sus propios medios cumtivols c1ue diarianilent~ pone en lp~áiotica en eil ingenio. Sobre la\s iílcerals y lastii~~acliiriis aplícanse rendajes primitivos con aplicaciones de hierbas y yupo\. Pero. lo niás curioso ocurre ciiando se t ra ta de curar las enfermedades. E n los prinieros días, el enfermo permanece todo el día fuera del toldo, tirado al sol, con el vientre aplastado sobre la tierfia y la cabeza apoyada sobre ambos brazos. Desde la inafiaiia a l a noche está allí ininóvil. coino un cadáver, durmiendo o des- pierto, rodeaido d e algunos ipemos. P o r la noche en tm a l toldo y duermo al lado del fuego, codeándose con los sanos y respirando iin humo denso que n i &quiera i r r i ta sus ~lacrimlal~es. Si la dura- ción del mal persiste o si una agravación se produce, el <curan- derow de la toldería entra en funciones. P o r la noche e9 enfermo es sacado a uno cir los claros o raleias de la toldería y tirado al suelo. E l ~ u p a n d e r o arniado de u n apin-pim-pequeño tambor primitivo-comienza a golpear acoinpasadamente niientras los ree- tantes indios de l a (toldería santan u n seinpiteii.no i H O !, i H O !, en torno del enfermo. E l resultado de estos cantos que se escuchaii desde larga distancia, puede ser l a agonía del paciente. Cuando a ese estado ha llegado se le rompe, de u n golpe, el espinazo. Este ~desspenamiento tiene por objeto evitar los dolores de la agr nía y facilitar después que el cadáver tiorne la posición de <en ciiclillas~ con que se le entierra. Las Últimas operaciones rllifh

describo no las he presenciado. Sin vtlriaci6n ninguna, sin el;:-

I bargo. nie las han contado todas las personas a cluieiies- i n f m n e s relacionados con l a vida y suerte del iiidígeiria. E l cadá- ver desaparece del toldo sin clue nadie se de cuenta de ello. Fi- nalmente, es enterrado fuera de los caííaverales, en sitios que luego se niegan a indicar. E l pedido hecho a l a adininstración tlt.1 ingenio de gastos para lutos, sigue ininediatameiite a la niuerte de iin indio. Como dato curioso que deniuestra le exijstericia de un principio de iiidemnizacióii por riesgos (le1 traba-jo, narraré el caso qUe me contaron. Una noche una vaca arisca. asustada por unos perros, entró en una toldería y derribb u n toldo. Como el indio cliieriiile con fuego wceiidiclo, el rancho coinenzó a arder. S : I ~ V ~ I Y ~ I I W todos siis ociipaiites, excepto una vieja india, iniposibi- litiitla para inoverse. Quedó carbonizada. Los indios de la toldería rwlaiiiiiron a l a administración y Esta debió abonar por la india U N R s:uiila, qlle no estoy seguro. estaba compren~dicla entre $ 50 y pesos 80.

La población blaiica del ingenio, no goza de inejor salud. De la sífilis y de sus estragos he hablaido ya. E n lo que respecta al alcoliolisnio, creo (pie todo lo clne se diga es poco. Con excepción Iicclia de la población extranjera (pie en el ingenio trabaja y de los criollos de cierta culhura e ilustración, los estantes trabajadores darían cualquier cosa por una botella &e alcohol. Exaje- rando el contenido de l a frase, podría decirse qiie t rabajan para br1)i.i.. Las iiledidas de previsión y de policía clue el ingenio pone en jnego para evitar el alcoholisniio. son iiisuficientes-y me parece- coinp1etaiiient.e inociias. La prohibición de l a venta del alcohol en tloiniiigo, a los alimceiies. es ingeniia, porclue en cada casa de f;iiiiili¿~--de ciertas familias, iiaturalrnente,-brotan en un día, como niilagro o por encanto, las boteillas de alcohol. E l lunes y el inartes, esa gente no concurre a l trabajo, reparando los efectos de la brutal borrachera del domingo. E l indio mismo, que con tanta faciliclacl adquiere l a parte pelor de l a gente civilizada, iini- tniido al cristiano. fa l ta en esos días en gran número aP trabajo, sin haber astado borracho el domingo. La prohibición de venta de alcohol al indio, en los almacenes del ingenio, es terminantemente ciiniplida. E n años anteriores ,existía la costumbre de darles un poco de «casaslia», uno de tos úhtimos subpro~ductos del niaiiipu- leo iiidus~tsial de l a caria. Los indios iban a buwarla a l a fábrica y c.11 unos tarros o tacho.;, l a conducíaii a sus toldos. Allí, por ine- dios primitivos, obtenían u n precipit~ado alcoliólico. Asegúraseme cliie es flojo. y que por las: proporciones e n cpie se da, resultaba

ESTADO SA'IIT.4RIO

d en cantidades jnsignificantes. Dábase iiiia vez por seinana. año, no se ha dado; y la ausencia de este donativo constituía lila b de las quejas que los indígenas me formulaban. E l chahuaiico bate el rlecorcl de la afición al~~ohóilic~a. A,cornupáñale de buen grado en sus borracheras la cuiía, su mujer. Cualido en el ingenio no puede satisfacer sus deseos, márchase al pueblo vecino y, con su plata, b ~ b e todo lo que quiere. Yendo en coche, en la mitad del camino, presencié un cuadro que habla elocuenteinente de la manera de qer de estas gentes extraordinarias. Eran las once de la inaííaria. Dos chaliuaiicos, conipletaineiiite bor~rachos, habían caído en mitad del camino. Los rostros habían quedado hacia arriba, recibiendo los rayos del sol de fuego. Al lado #de los dos borrachos liabíanse sentiiclo siils dos mujeres, vigilando estoica y paciente- niente el siieíío de sus hoimbres. A las cuatro de la tarde, a mi regreso, los borrachos seguían dorniidos y las iiiiijere, esperando a que despertasen. Las inanifestalciones del ahoholisiiio exceiden en aclirellas regiones a toda ponderación. Casos ha habitdo en que la fiibrica-donde la caíía se coiivierte en azúcar-ha debido pa- rarse por falta de persoiiai. Los ansentes, estaban borraclios. Cónstanie clue la ;idininistracií>ri toina las medidas más eii6rgicas con su personal y a efectos de evitar el alcoholisino. Al peón (pie falta y no jiistifica su aiiislencia. se le despide a la segunda falta. La presuiicióii-bieil fiindada por cierto-es la (pie faltí, por estar ébrio. La hipertrofia del hígado, es general. Proiciúcela el alcohol, el calor y el paludismo. Sin embargo, no se regishraii casos de de- liiiuni tretmens, que son poco frecuentes. Con talles factores patogé- nicos-clima, alcohol, paludismo,-explícaqe clne la iiiortididacl infaiirtil haga gíantcles estragos. No hay diftelria, ni tétano, n i es- carlatina. E n los a~lultos, llas úlceras tropicales cle larga y difícil curación, son iiiiiy frecuentes. La tuberculosis y la pulinoiiía también.

Los europeos, a pesar de una vida niás ordenada, no resisten el clima o lo resisten mal. Una vez. Ilevóse un fuerte contingeiite de riisos e iiiiinediataniente adrluiriel~on el paluclismo. De los japo- iieses que ahora trabajan varios se encuentran palúdicos. El indio resiste adnlirableuiente al calor.

Casi cl~sniido, trabaja en las caííeras con e81 sol1 a ploirio sobre la cabeza descubierta. Su niitiiraleza es excepcional. Uno de los liiédicos ,elel ingenio con cinco aííos de pirBctica, afiriniibame rlue ninguna institución científica daría crédito a 10s casos de curación en c~iie había intervenido. Una vez, jugando UII iriciígeiia en una

m zorra Decauville, cayó bajo de ella y se roinpió iina de las 1 LlevAronlo al hospital. La ainputae;ón del iiiieinbro cada, tanto más cuanto qiie la gangrena había coinenzado. E l indio y la tribu se resistió a la ainputaci6ii y el paciente fué llevaido al toldo, convencido el niéciico de qiie iio tenía sino lloras de vida. Aquel indio vive aiíii, bien clue con la pierna seca. &Será aceptable la teoria de que los curanderos indios obran niilagros -

paim iiii~dio de la sugestión y ,del aparato escénilco de que se rodean ciiando eiitra'n en funciones con el «pin-pim? - -

Los esfiierzos del ingenio, en beneficio de la saliid, son plansi- bles. He dicho ya (lile tieue u u hospital, dos inédicos. farmacia. ('i~eo, sin einbargo, cliie es menester hacer allí una obra en&rgica, eii beneficio del Inlanco y en beneficio del iiiiciio. L a prohibición de la venta del alcohol, debe ser absoliita e iriipnesta por la ley, pero iio solo en el ingenio sino también en las localidades vecinas. Si así no fuera, el remedio slería nulo. Con el dinero ganado dentro del ingenio. iríanse a ennborraicjllar fiiiera del ingenio.

Eslta dollorosa tendencia de acluellos velienties e insuperables trabajadores, origina una duda respecto de los prolcediniientos que para el ipago de salarios usan cievtas a~diiliiiistracioiies. gC'oiivieile pagar al obrero, el sábado, íntegramente el dinero (lile ha ganado en la sen$aiia? gConviene más, p a r a evitar cpe lo gaste todo en ;ilcoliol, darle sólo diez pesos y guardarle el resto? A N O convieiie más darle, por ese resto, una habilitación o libreta pana que saque mercaderías y mantenga, coinida y vestida, a su familia? ~ X O omivieiie más darle diariamente, obligatoriaiiiente, una par te de su snaldo en ración de pan y carne y el resto en dinero?

Qiie al ingenio conviene pagar solo una parte en dinero-el sen~aiial-y por el resto abr i r créidito en mercaderías, el alcance, no hay duda. Creo también que esta forma de pago conviene sino a la totalidad a buen núinero de los obreros. Dololroso es decirlo, pero, darles todo en dineno, equivale a fomentar el alcoho~isino. E l oliahuanco, después de la tercera o cuarta copa, saca el resto de lo clue tiene, lo arroja en el mostrador, lo nnisino u n peso (pie diez, y dice a l bolichero:

-«Esto es plata, cl16. . . Ahcliaine ! (einborráchame).

Las proveedurías.-Precios de venta de las mercaderías a los indios.

Be lia cliclio que en lon ingenios ae explota a l indio entregánelole niercwcleríai a precios exorbitantes. E s creencia general, también, la. cle que entre las ~iiercacleríai f iguran espejos y collares de cueintas y otros abalorios por el estilo. Se ha. dicho igualniente que en los ingenios se g rowe de ariiia,, de fuego al indígena y se le entrega toclo el alcohol que solicitan. Todo esto es falso.

E l contrato celel)i=ado por iiiteriiiedio de las autoricludes del C'liaco adolecía del defecto de no indicar 110s precios un'tarios a qua las mercadería,: wrían rntregaclas a lo, indios. H.J siihwnado esto. ba lista ique s i g w y que forma parte integrante Cl'd nuevo eoritrato, indiva los precios a que s x á n rmcliilas esta, ii~erc.aclerírir. Soii lo, siguientes :

. . . dlwiws vliic~os, iegulares y grandes, tle d . . . . Aperos chapados, plata aleiiiann.

Alfoi.jas. . . . . . . . . . . . . Apiijas para bolsas, iloceiia.

Aiiauelos surtiilos, docena. . . . . . . . . . . . . . . . . . Roiiil~i'las (le ~ r l a t a , i2;r~ln una .

Rraniaiite, piezas ile 18 metros cada una de. Roni hacliau, (le. . . . . . . . . . . . . . . . Colchas, de. . . . . . . .

. . . . . ('aljo sisal, kilogranio. (I..ioiias (le siieias, calla una . .

. . Caroiias cliaroln~las. calla una . . . Caronas cliarolailas, juego ile t res . . . . . .

. . . . . . . ('osreas para estribos, calla una . Cl~ichas, (le. . . . . . . . . . . . . . . Cintos, ile. . . . . . . . . Carpas ile lienzo, hevhas. . . Crea, (lona (le catre), metro. . Cocro punzó, nietro. . . . . . . .

. . (!;isc.alieles ile colire, i.aila uiio. C'ii~~liaras, ilocruw. . . . . . . . . . . . .

. . Cuchillos ron vaina, 14 pulgailas, catla uno.

Cot~liillos con vana . 10 pulgaclas. caila uiio . . ('an11sa.i lwrcal surtidas . cada una . . . . . . I t I . Iien/o. c;itla una . . . . . . . . . . . . . Itl . 1 1 1 iayailo. catia uiia . . . . . . . . . . Calzoni~iHos de lieiwo. calla uno . . . . . I t I . 111 . pezval. catla uno . . . . . . . . 111 . Itl franela. cada uno . . . . . . . . . . . C;iinisas tle franela. cada una . . . . . . . . Cainisetas tabla (chaqueíios). catla una de . . 2 . 5 0 a Chaleios s i~r t i i los~ catla tino . . . . . . . . . .

. Eymelüh. par. tle . . . . . . . . . . . . . . 0 7.5 a . . . . ~ h l ; i l ) o i ~ c ~ ~ pala piedra eliislm. c a h uiio

Fia~aclas . vatla uua de . . . . . . . . . . . . 1.- w

Frenos. calla uno. tle . . . . . . . . . . . . . 1.40 a Fiaii t~lns lisas. nietio (le . . . . . . . . . . . 0 . 4 5 a Fiienteh enlozatlasl cada una . . . . . . . .

. . . . F:tt.oiie.; con vaina eiichapada. cada uno H.ichasl cada una . . . . . . . . . . . . . Hilo carretel. «elefaiite» cada uno . . . . . . .

. . . . . . . . . . . H:tchas de niano. vaila una Ja r r a s enlozadas. cada una . . . . . . . . . .

. . . . . . . . Jaiiou enloza(los. catla uno tle 0 .20 a Jrigones. catla uno . . . . . . . . . . . . . IJienzos. \ 'riios tipoz. pieza (le 18 metros. (le . 5 . - a Jlet~lias (le yesqueios. metro . . . . . . . . . Machetes de desmonte, cada uno . . . Mate, cada uno . . . . . . . . . . . . .

. . . Ollas enlozatlasl según tainaíío. tle 0'12s fierro fundido. t res pa tas . . . Prgu.11. . . . . . . . . . . . . Pellones. tle . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3 .- a Piel aíul. nietro . . . . . . . . . . . . . . . I'aiíuelos tle percal graiitle (ruello). catla uno .

. . . . . . . . . . . . . I~oiic~hos. cada uno de 3 .- a . . . J'aiiuelos negros. satín de cuellol cada iino

Pavas eiilosa(lasl cada una. destle . . . . . . 0.90 . . . . Platos de latón t ipo soldado, cada uno . . . . Palanganas enlosatlas. cada una. tlesde 0.90

. . . . . . . . . . . Pieilia de chispa, desde 1.- a Pantalones (gran surtitlo. 15 tipos). c/u . destle 1.80 a

. . . . . Quintos 1,olivianos. iiioneila (le 0 . 5 0 . Rebo7os . tlestle . . . . . . . . . . . . . . . 0.80 a Rienlla .; . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

. . . . . . . 8oinl>reios (inás de 12 tipos). desde 1 . - a 5.- 8:icos surtitlos, desde . . . . . . . . . . 2 . 0 a 6 . - Alpargatas y inetlias, el anego . . . . . 1 .- Tijeras, desde . . . . . . . . . 0.40

L.\% P R W E E D L R ~ A S

Coinestibles

Azúcar, liilogranio . . Yerba, kilogramo. . . . Harina, kilogranio. . . . Sal, pan de 23 kilogranios. JIaíz, 10 kilogranios. . . . Srroz, kilogranio. . . . . Coca, kilograino. . . . . Carne, kilogramo. . . . . Pan, el bollo. . . . . . .

Estos precios (1) están muy lejos de ser exorbitantes. E n lo que respecta a l a calidad de los artícdos, aseguro que ella es hwna, coino 10 acredita el in.iie.+trario que, plrocedente dr los alinacenes del ingenio hle traído a este Departamento Nac:»nal del Trabajo. No se vende ni al~cohol n i armas de ftiego. De ellas se provee el Indio una vez que s d e del ingenio. Eisbatégicamente sitluados, espéranlo en el camino que ha de recorrer hasta ll'egar a su toldería, n~iirnerosoc; coinerciantes turcos. A ellos entrega e,! ind'lo el caballo y la ropa que lleva del ingenio en candko de u n arma de fuego y de su correspondiente dotación de tiros. Esto iílt;nio no lo Iie prewnciado; pero es unánimfe la mi;inifaitación qne los tmtendidos me han hecho.

Mi pensamiento a pesar de todo es pesimista. Creo que con la mejor reglammtaci6n del indio estará siempre a ae rced de los c.inpi.ewrios. No conoce el idioma, no sabe leer. no sabe contar. E s u n incalpaz de hecho destinado a u n a brutal explotación del parte de 110s ingenio; evitada ¡por el propio i n t e d s qu'e el ingenio tiene en iiianteiierl'o y despedirlo contento a fin de asegurarse su veniila para l a zafra próxima.

Con cualquier precio y con cualquier contrato se puede, si se quiere, engañar al indio. S u incapacidad de hecho pernctirá siempre el éxito en toda clase de engaños y de subtwfugios. Hie dicho ya que el indio ignora todo: el idioma, el alfabeto, el dinero ganado diar'amente y que ha de ser canjeado por mercaderías. E l empleado llquhlador puede escribir una cifra u otra, $ 12 o $ 96. E l indígena tcrmiará s'empre el valre, con cualquier guarismo escrito ponque no sabe disetingtuir la8 cifras.

M presenciado el canje de u n vale en uno de los almacenes dep6- sito,, (le la compaííía. E l indígena lleva en cus manos u n pedazo

(1) Estos precios quedan incorporados al nuevo contrato vigente, compro- wetién~lose la Administración del Ingenio a no alterarlos.

(le papel en el que se había anotado la cifra «$'12». Con (lifieiiltailer, valiéndose iiib de adeiiianes que de v o c a 1 h . T un «policlio puyo»; le fué entregado. Coino el vador de esta prenda es del 8 10, S+ le indicó que tenía todaría «alcance», es decir. que ¿icleniBi'; del poncho podía llevar otra prenda. E l indígena, entonces, solicití, o~t~ro poncho y fuk menester hacerle ccriiiprerider (lile el saldo (le ij; 2 no pzmiiitía la ,entrega de esa prenda. Hlay que recurrir en- toiices, a. un largo y antiguo procedimiento de «igualar» a ohjeto de ique e l indígena lleve en mercaderías un valor esactaiiiente igual a la cifra con4gnada en el vale íle que es portador. 116s o inenos la, dificultades se procluccri con todos los indios, excepción lieclia (le lo. «ladinos» y lenlguaraces que, por haber vivido iiiacho tienipo en contaeto con la gente c+4izada7 tienen nociones .esactas del wlor dt. 1iiy cosas y del cl:iiero. Un indio no ladino preferirá en monedas de nikel $ 0.70 o $ 0.80 en vez de un billete de papel moneda eqni- v;iltinte a $ 1.

I'iiril dar una idea exacta de la posihil'dad que esi.;te para engaiíar ti1 indio a conwcuencia de la sinipleza o ingenuidad del su espíritu, riarrarb lo qlue ine fiié contado por uno de 101s eniipleado~ de iiiio de lo.; aliiwcenrs depínsitos.

Iína tarille, en un pedazo de papel cle proporciones parecidas a los v;ilrs que se da a los indios en que se acredita la inercaderiw yiie p i i ~ l e n sacar. d'clio eiupl'eado efectuó algunas operacionm aritiné- tica.; llenando el referido papel en crecido niíniero de guarisin~s. Lut go lo tircí al iiaelo cerca del nrostrador. M»in!entas después un iiiclígeiia ~ecogií, diclio p a p d y con una auclacia que tradncía su ingenliiidad excesiva se prosentó al ahiiactn coino si aqnel papel fnwe un vabe qiir Ir hubiera sido clado coiiio coiiipensación y acre- clitacih ¿ir su bala&). E1 empleado s-. hizo el desentendido y el indio coinenzó a solicitar ponchos y monturas convencido, liasta el final. que a t aba engaiíando con éxito a la empresa. Dlenzás está tlwir que en el iiionvento oportuno #e teriilinó la broma.

Lo expuesto contribuye a demostrar la evidente inicalpacidad del indígena. Si recibe una pieza de uso dcriii~éstJco avalaado en $ 7 la r ntregarlí a l primer tmmseunte por un pufiado de moneditas de nikel quiL rscasaii~ente excedan de $ 1. Despréiidese de &o, en consecuencia, la convicción de la facilidad extrenla con que el indígena puede w r estafa&) y las dificultades reale.; pue esji.;ten para evitar que eqtas estafas se reali~cen.

Por lo que he h t o . dentro del ;ngenio, no se estafa al indio. Ni si1 le venden tonteríal;; y pereiidengiie~, ni se le surte de efiectl~s de calidad ;nferior. C'oinn artículos aparatosos no he visto sino inon-

turas y puiiales enchapados en «plata aleinlana~. Sus precios no s elidvados.

Al teriiiinar la zafra tiene lugar el a r r e g l o grande», esto es, la liquidación final, en aiiercaderías, de lo ganado en loi, tres tíltinios meses. H e oonvwido con el ingenio que uno o varios inspectores de este Departamento, verificaran las leatregas de iiiercacterías que se liarán a loa indígenas. Estas se entregarán de acuerdo con los precios lque filgiuran en l a nóniina qme antecede. E n e ~ t a nómina no figuran (los precios de los caballos. yeguas y burros ique a cambio de jornal o de una parte de jornal se ent&ga a los indígenas. Su no fijguración está exciisada por el lieclio de que diclios anilina le^ :;e adquieren en da provincia de Salta o Jujiuy días antes del lictncia- miento de la indiada a precios que, con antelaición, no pueden ser fijado,^. E l ingenio lia proiiietido justificar los precios de entrtega, iiuanifestan~do desde ya que en l a entrega de aniniales a 101s indios pierde dinero. E n aquella regicín. 61 ganado caballar es caro y el indígena está habituado a a los niisinos precios de añm anteriores, notahJeinente elevadon, en l a actiialidad. Srgiín iizlferen- cias lque he recogido, fuera de los ingenio? es donde se explota al indio. Parece ser que un h e n número de coinerciiintes, entre los que abundan los turco.;, lo3 e ~ p e r a n en la Spoca (ld I:c.enciani:ento, estratégicamente iescalonados en el camino que Iian de recorrer para llegar a sus toldos y les proponen canibiw de lo que han adquirido rii el ingenio por otros objetos de n~uclio menor valor. Se nie asegura que se les proree de armas y cle munición de guerra.

AclriSrte.;e, por lo expuesto, que puede resultar u n pr1igi.o la en- trepa al iiitlígena en dinero de todo el salario percibido.

Proporción de indios que trabajan.- Partes diarios.-Los caciques y los soldados.

En el presente capítulo nos ocuparenlos de la proporción reducida en cpe los indios conwuirren al trabajo. E l 21 de junio, por ejemplo. el ingenio tenía 1.195 indios varones, 918 ohinas, 71 muchachos gran- cirg y 134 osacos (mucheclios chicos que ganan sueldo), es decir, un total de total de 2.318 persona,s aptas para trabajar. Else día no trabajaron sino 725. El resto se encontralba enfermo o sencillamente. sin deseos de tkabajar.

Creo interesante agregar al presiente inforiue los partes diarios que cada lote presenta a la adniinisración, no sólo para Iqiie se conozca el niímiero de los indios que trabajan sino para que se establezcan los porcentajes respectivos. He aquí los partes diarios de referencia.

BOLET~IJ DEL DEPARTAMEXT'J SACIO!-AL DEL TRABAJO

P R O P O R C I ~ N DE IXDIOS QCE TRAEAJAS

LOTE HACIENDA

C:lase de t rabajo

I'otieiizos, Los Corr:tles. . . . . . . . . . . . . . . . . . Ciiiiil. alfalf., Los Corrales.

. . . . . . . . . . 1it.g. ;ilfalf., Loina Baja . . . . . . . . Xixiiilo 1). alftilf, Rastaurant.

. . . . . . . . . . K;ciii~~;iiitlo, Loma Baja . . . . . . . . . . . . Rastras, Bastaurant.

. . . . . . . . ~~i i i~~: i re , ja i ido , Loma Baja . . . . . . . . . . . Hac. i)nteones, Corrales.

1'it.aiitlo tlesp., Galp. Nue. . . . . . . . . . Oitlríiaiitlo, Lechería. . . . . . . . . . ('iii~l. iiitlios. . . . . . . . . . . . . . ( h r r i t o Itueyes. . . . . . . . . . . .

. . . . 1)es;iiiii. cdainp. . . . . . . . . . . . . . . . Afil. Iieriain., Despacho.

Aricglo riis. zorr. . . . . . . . . . . . . G. vía 1). nivel, F. C. C. N . . . . . . . . .

. . . . . . . . . . . . . . . (!hac.. cuill. va. . . . . . . . . . . l'oiteros, S. Ant. y TU.

. . . . . . . . . . . . . . . (:olot.. rieles. . . . . . . . . . . . . . . . . . ,Jnrtliiit~r:i

. . . . . . . . . . . . . . ('Iixv. vía Flor. . . . . . . . . . . . l'el. td:iña, 6 . 8. Iiica.

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Sábado 22 de Junio de 1914.

BOLET~N DEL DEPARTAMENTO NACIONAL DEL TRABAJO

I 8egíin el contrato, los cacique3 d e h n aportar un contingente (

10 indios. E ~ t o no se cumple nunca. Las partes qi ie siguen t1einiir~- D

tran que niiigíln cacique lleva a l trabajo l i:iJ 10 ;ntiios qu., le corres- poriden. I Ie aquí 103 partes:

LOTE HACIENDA

Indios que han salido a trabajar

Jliriio 20 ile 1914.

Felipe. . . Gesí,iiiiiio. . . . Napolecíii. . . . Zapallo. . . Aseiicio. . . . . Montenegro. . . Tilico. . . . . . Vsleritíii. . Pauliiio. . . Antonio. .

Pacbeco. . P e ~ l r o . . . . Liberato. . Sandoval. . Mast ín . . .

Cliaelio. . . Alejanilro. . .

Yaiilre. . .

Santos. . . .

Nanuelito. . . Njeasio. . . Poroiigo. . Felipe G. . Gabriel. . . Sebastiáii. . Serafín. . .

Lorenzo. . Jos i to . . .

Sueltos. . .

LOTE PREDILIANA

Indios que han salido a trabajar

Junio 22 de 1014.

CACIQUES

Andrés. . . Zacarías. . . Mariano. . . Macote. . . Segundo. . . Solano. . . . Ciriaco. . . . Vicente. . . Ocote. .

Toniate. . . Capitán Chico. . Milico. . . . Cabezón. . . Mulato. . . Camilo. . . . . Palavecino. . . Teófilo. . . Ramoncito. . . . Carpincho. . . . Pedro Nato . . . Bermejo. . . . . Angelito. . . Pichana. . . Ramón. . . Alejandro. . Gualocote. . . . . . . Tomasito. . . . . . .

PEOPORCI~N DE INDIOS QUE TRABAJAK

LOTE FLORENCIA

Tndios que han salido a trabajar

Junio 22 de 1914 .

Clhiloy . . . . . . . . . . . . . . 3

T u a . . . . . . . . . . . . . . . G Alazán . . . . . . . . . . . . . . . . . . X

Tupa Guanaco . . . . . . . . . . . . . . . . . 7 Mart ín 1 . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5 Ramón . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2 Lorencito . . . . . . . . . . . . 5 Petizo Chico . . . . . . . . . . . X Negrito . . . . . . . . . 5 Arainayo . . . . . . . . a

Olriia . . . . . . . . . . . . . 7 Mayor . . . . . . . . . . . . 7

. . . Pepe Chico . . . . . . . . . . . 6 Serafín . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7

. . . . Casin~jro . . . . . . . . . . . . . 6 Agustín 1 . . . . . . . . . . . . . . . . . 8 Coreucla . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6 Antonino . . . . . . . . . . . . . . . . . 8

. . . . . . . . . . . . . . . . . Manuelito 5 Lorenzo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8

. . . . . . . . . . . . . . . . . Tucumano 2 . . . . . . . . . . . . . . . . . J n a n Piablo 'i

Agustín 2 . . . . . . . . . . . . . . . . . 6 Cara Cara . . . . . . . . . . . . . . . . 2 Chizo . . . . . . . . . . . . 8 Rufián . . . . . . . . . . . 9 Julián . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5 Zorro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5 Elías . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . Palomo 5 . . . . . . . . . . . . . . . . . Angelito 12

. . . . . . . . Napoleón . . . . . . 4 . . . . Sueltos . . . 45

('oiiio resultado de los partes que anteceden. teneino~s las proporciones qiie siguen para el personal de cada uno de los lotes .

Lote Florencia ;> I'rc~~liliaiia a IIiiciriiila

Ji:stc~ porwntaje s iriodific.;~ diwriaiiirnte y es iwgiiro que a ine- tli;itlo.s clc la zafra rl níiiiiero de los vristiíinos e3 mucho mayor. Las vifrils 17111~ i i n t ~ ~ < l e ~ ~ fueron toitiiariai en la segunda semana de ini- c.i;iclos los ti.wl)ajos. Por lo c1rinHs. iio hay (pie olvidar que del per- soiiiil ( 1 ~ fHhric;i t.;;tNii c~xrliiitloi los indígenas de iitirstro Chaco.

Modificación del contrato. - Conclu- siones.

La iniciativa de la inodificación del contrato anteriormente trans- cripto pertenece a la emprtl-a de: ingeniero de eLedeLmm». E n una comunicacih d,;rigida al ministerio del interior, solicitó el cambio de los t8rrniinos del contrato aduciendo como fundamento princ'pal el de \que los indiigenas se encontraban disconfonnes y se negaban a trabajar. Este pedido decidió el envío del que suscribe, a objeto de practicar una coinprobación previa sobre los IiecEioi,l adiic:clo;.

La ciiwinstaiicia relativa a l menor niíinero de indilos iL1iie salían a tralbajar, fué plenamente constatada. A mi llegada al ingenio, corniprobé que, en efecto, apena7 trabajaba la tercera parte <el personal de indios apto para las labores de la zafra. Conio mejor aneclio informativo decidí conversarlos en lotes wparado.; y rio en conjunto, a objeto de conocer en una forma riiá.: dptallada siis diverias inani- festaciones.

Los indígenas coincidieron unánimieinente en su deseo de derogar el contrato vigente volviendo a lo que ello? llainan la «moda antiaua», a cuyo régimen e.;tán liabituados, s'n va r iac ih ninguna, desde muchos afíos atrás. La cláusula más resistida era la del aliorro en dinero. La naturaleza dc.sconfiada e imprevisora de esto,, trabajadores <)e o c a s i h hacía imposible la tarea de explicarles lo, hene- ficios del ahorro. La economía del contrato, por otra parte, les r?.;u1- taba deinasiaclo compleja y no se avenían con que se le13 descontase el importe de la calia consurnicla ni las aniortizaciones del tabaco y anticipas recBiidoi: en e1 Chaco antei de partir en viaje a los ingenios. Estas quejas me fueron unánime y a;sladainente expresadas por todos los lenguaraces. Hago notar, de paso, que iiiuclias clz las india- das conocieron e! contrato recién en el 'ngrnio, pues no todos los indios vinieron del kilómetro 612, en el Tenco, donde el contrato fu6 celebrado. Estas trihns n~lgá~bancr a reccnocprlo y los inisnios qiir lo habían ci.lehrraio, d e ~ a h a n su rniodif:~cac'í,n. E n yeííal de protesta negárome a salir al trabajo. Cuando 1el.i rnanife-té que se volvería a trabajar «a la moda antigua» manifestaron un visiOde contento que

sr trntlujo por la presentación de un crec'do niimero de indígenas los trabajos del sumo. 2

El primer contrato, pues, destinado a favorecer a los indígenas lia frnc.awdo ptrr el propio pedido de los interesados, a pasar de 1ial)er respetado dicho contrato las formas seculares en que los indios vienen trabajando en los ingenios.

Nóte.;e la diversidad de categorías que el artículo primero consa- gra y se convendrh .en que los que máis trabajan no son, ciertamente, los incjor reniunerados. E l ca,pitán grande tiene as'gnada la iiitiyor retrihucih. El capitán grande, sin emibargo, no trabaja un solo día y la prchp»lsicihn de que lo hiciese sign:ficaría una ofensa. Es el gran sefior de los intdios y el que, al finalizar la zafra, recibe los iiiejores regalos. E n esta forma la empresa gana su buena voluntad y lo tiene de su lado para la contratación del año próximo.

El enciqixe menor tiene una retriibuc'ón mayor (que la del simble indio. En el mejor de los casos apenas trabaja tanto como él. Es otro personaje con el que es menester trancig'r a cada momento. No Iiay que olvidar, en efecto, que los caciques menores son los jefes (le cada grupo de diez indios y que infl~iyen directamente en que estos se presenten al trabajo. E l mayor niímero de los trabajadores vstá const'tuído por los ~imples kdios o soldados #que son, como he- 11110s risto, los que m6s trabajan y los que en realidad están peor pagos. La china o inzljer del indio gana menos que éste. Realiza, sln c~iiil~argo, una tarea idéntica a la del indio. Como se ve, el contrato cded-;vo celelmdo en el kilómietro 612 f'ja, por simples razonas de jrrarquía o categoría, un escalafón de salarios en virtud del cual ;iparitw como mejor remunerados los 'que mtenor tarea realizan. E1 Irnguaraz, por ejemplo, gana tanto como el capitán grande, a pesar (le lo cual. en el tiempo de la zafra, no derriba unta sola caca si tal YII su voluntad. Que este régimen as absurdo, indiscutible. Menes- t t ~ ~ es respetarlo, sin embargo, comlo imposición de antkpisimas c~o~t1iiii11)rcs :nrariables en el :ngen:o y como consecuencia de la o r g ~ - n i ~ a c i h social de estas tribus. Esta misma anomalía ha quedado de pie en el nuevo contrato, en el que no se modifican los montos de las rrtril)iiciones anteriormente fijadas sino su forma de pago, supri- i i~ i~ndo el ahorro de d'nero o pago al final'zar la cosecha, unánime- niente resistido por razones de desconfianza y de incaipacidad mien- tal. Los s~ieldio~~, en el nuevo contrato, quedan así:

Priiiiiera categoría: por (mes trabajado se pagará 128 $ en merca- derías, ini#s 42 $ en efectivo, d:stribuídos a;í: para ración diaria, en vft.ctivo, 1 $; estínido; por oada seis días trabajados en cada seis vonwwtiws, 9; 1.50; honificac'ón por treinta días trabajados, 5 $;

categoría segunda: ganarán $ 73.40 en lniercaderíais, y $ 26 en efectivo, distribluídos así: racionamiento diario, $ 0.60; por seis días t r a bajados en cada semana, $ 1.210 y gratificacicín de $ 5 por treinta días trabajados; tercera categoría: ganarán $ 37.80 en mercaderías y $ 19 en efectivo, distribuídos así: $ 0.40 por ración diaria, ejtíinulo 1 $ por cada 6 días trabajados y $ 2 por cada treinta días; cuarta categoría: ganarán $ 25.60 en mercaderías y $ 19 en efectivo, distri- huídos en la miRnia forma que la categoría anterior; quinta cate- goría: qiiedarí'a igual que la cuarta; sexta categoría: ganarian en mercaderías $ 13 y $ 8.50 en efectivo. Las cate,gorías 7 y 8 quedarían en iguales conc'iciones a las categorías primera y segunda.

Sin duda alguna, las retrihuc'ories fijadas en el nuevo contrato de trabajo son inferiores a las que marcaba el contrato anterior. Esta d'ferencia (queda htegramente rompensada con el derecho con- cedido a los indios para c m e r caña sin que ella les sea descontada. Tampoco se la3 descontará e! valor de la ropa entregada antes de su ingreso al ingenio ni los gastos hechos para su trasporte y reclutamiento. Como se sabe, todo esto Ee descontaba antes con mermas bas- tante considerables para los salarios fijados. Por caña, 15 $ meii- snaler; por tabaco 10 ; por anticiipo de rora 6 $ mensuales.

Una de las omisiones más graves del contrato anterior era la referente al precio en que las mercaderías serían entregada6 al indí- genra. Establecer que el indio gana Q; 31.80 en mercaderías y omitir el detalle del ,precio de éstaz, significaba dejar abierta una puerta para una merma cons'derable sabre el valor real de dicho sueldo en mercaderías.

Esta omisión ha sido subsanada en el nuevo contrato. Uno de los artículos establece el [precio unitar'o a Que ca6a clase

de mercadería será vend'da a los indios. La l ida es, exactamente, la que en un capítulo anterior se tmnscf,be. Son precios sumamente equitativos que no difieren miucho de los corrientes en la ciudad de Buenos Aires.

Disponía el contrato anterior que las sumas ahorradas se entre- gasen al indio el mialno día de su partida al Chaco. La mod'ficación establece que el ingenio abonará los dos primeros meses en dinero y mencaderias al finalizar cada mes. E n los íilt'nios tres n i e w se les abonará el salar:o en dinero, pero se les retendrá la iilercadería a fin de ,que vayan bien provistos a los toldos.

Otra de las modificaciones es la que se refiere al licenciamiento de los indígenas. E n lo suce~ivo el ingenio los conducirá por Picha- nal hasta Las Varas y por Embarcación a Tres Pozos, racionándolor hasta allí y despid'endo con 5 ifj en efectivo a cada cacique. soldado

I : O I , E T ~ DEL DEPARTAMENTO NACIONAL DEL TRABAJO

y Icrigiiwraz qur haya trabajado 100 días de los 150 de la CU-

1Eiii.tii llegar al sitio del licenciwiniento, cada indígena será ra'D do con 10 kilogramos de carae por cada 20 leguas de iiiarcha.

lntrodíijose tainhibn u n nuevo artículo en virtud del cual el ingenio st. coiiiproiiiete a no vender a los indígenas armas de preoisión o ;ilctvliol, drbiendo vigilar las ventas que lcs comerciante3 particula- res rral4cen dentro ctrl ingen'o. Finalmente, el Departamento Nacio- nal del Trabajo qiieda encargado de hacer cumplir y fiscalizar el niitw) contrato.

~C'oiii'o concaliiiuioritis tlefirx'tiras d e tbta i n s p e w i h prtiqenito laq signierites :

1." Los iagenios (le Jixjuy piseden prewindir del trabajo de los intlí~gcnas, coino lian prescind lclo ya los de la provincia de Tu'cumán. RI t r ih i jo (h. los incligrnas piieclr ser re(tiiilpl¿~ziido por el de los o1)rrros criollo, de las localidades del Norte. E n el peor de los casos- y snponirndo que la zafra azucarera f'uese superior a los brazos dis- poiiili)lw en la regií,n,-rueden llevarse desde Buenos Aires brace- nos &ranjeros, pues, en la época en que la zafra sle in,icia, la des- oibi7p;ic.ión lze acentíiii en la Capital Federal. Los ensayos de acli- iri~tiición de cuwpeos en aquella zona, no deben tornarse colmo defi- nlt ivo~. C'oino d'ficultad ir!layor para el trasiporte d. peonadas hay que rrconocer la que deriva del excegivo costo de los pasajes.

2." E n el ingenio el : d i o es bien tratado. E s incierto que se le vmda alcoliol y harat'jas innecesarias.

E1 precio de vtmh tic. las mercadería, no difiere rriayoriniente del prchcio corriente en la Cap'tal Federal. El salario del indígena es in5s bajo que rl dz 103 obreros criollos. El indígena, sin embargo, iio es iin trabajador tan barato cotnio generalmente se cree. A l salario real que recibe liap que agregar el elevado consumo de caila q11r hace y los gastos que su reclutairiiento y trasporte originan. Son do1)leu: ilel Cliaco al ingenio y del ingenio al Cliaoo.

3.0 E l indígena es trabajador malo e inseguro. Los ingen'os traen iiwyor nninero de indíigenas que 109 necesarios para las tareas des- cwntwndo de antemano las bajas diarias de loa que no se prefientan a trii1)ajar. Lo.3 que no trabajan viven del ingenio.

El priiiier contrato, lo inisino que el wgundo (pequefias modifica- c.iurirs al priniero) son de todo punto insuficZentes para tutelar de'bi- cliiiiwnte los interese, (:e los ind'os. Incapaces de hecho, están a rner- cwl de los duelicis de los ingenio-, quienes encuentran interés en tratarlos bien a fin de asegurarse su venida para l a zafra próxima. Id:\ posible qiir rl iiiliiyor lwneficio para e1 ingenio est6 representado

por la economía que significa el alojamiento del indio. E n I m cvntrario, veríaner ohligados a emplear un capital en ia construc- ci6n de viviendas.

4." E l indio no ~.e civdiza en el ingenio. Regresa. a los toldos sin h:-ibei. aprendido nada. E n el ingenio viven sujetos a iiiiil clase clr trabajo que les permiite, con exasa diferencia, n~wntener la vida cle los toldos. Si el iiidio trabajase en la fábrica y trapiches, y no en el surco, se civilizaría acaso rápidamente.

5." Si en el futuro se desea tutelar en una forma eficaz los iritere- se(> de 109 indígenas bajo el punto de vista del trabajo, será menester apartarse por completo de los puntos de mira que se han tenido tlri cuenta al redactar los contratos colectivos actualmente en vigen- (+l. La remuneración deberá Fjaree en atenciGn al trabajo efectuado, y no, como ahora, 'bajo el punto de v:sta de categorías que, si con- sultan la organizac:Gn de la tribu, no tienen en cuenta la prodi~iccióri de trabajo que cada individuo r'nde. E l cacique, el indio y la china deben ganar igual porque producen cantidades iguales. E l contrato (lehe establecer, para ser Arnple, un precio por una tarea, es decir, debe indicar cuasto pagará el ingenio por derribar y pelar la caíía (le cada surco de cien metros, bienio indiferente que esta tarea la realice u n indio, una china o un inenor o u n i n d k ayudado por la china y sus hijos. E l establecimiento del precio único en esta fornia sinuplificaría notablemente el problema actual. E n lo que respecta al pago podría establecerse que un 75 % fuera en efectivo y u n 25 % rn mercaderías. El pago sería mensual e íntegro, pr171porcionado para c.aila individuo con (31 níimero de tareas realizadas durante el mes. Conio punto de partiiia para la fijac'ón de este salario, liahría que tmiar el que el ingenio paga por igual tarea a 103 obreros no indios y deducir proporcionalmente los gastos que importa el trasporte y reclutaniiento del ind:o.

Pienso además, yile la merma no debe ser excesiva porque. en parte, está conlipen~ada con la economía de viviendas que realiza e1 ingenio con los indios. Si un criollo gana dos pesos por cada cien metros de caíía que trabaja, +timo que el indio no dehe percibir. por ilgual tarea, una mina inferior a $ 1.70.

6." Rajo el punto de vista de la conven;enciii general, creo que no c.siste ninguna p.ira jiistificar este 6xodo anual de indígt~nas ctel territorio del Chaco. Los más inteligentes me han ~ l l r l n i f e ~ t i ~ d ~ cine no irían a los ingenios si en el Chaco se les d;me tierra para ciiltivilr o se les procurase ocupación.

Saluda a usted atte. ALE.J.WDRO &l. UN^ \IN.

Jefe (le Insl1ecci6n.

DEPARTAMENTO NACIONAL TRABAJO · Al llegar al kilómetro 612, final de !a naregwc.'ón tlr lo!,...

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