Descripcion Geografico Moral de La Diocesis de Goathemala Tomo I (1)

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Texo clasico para estudiar la colonia centroamericana

Transcript of Descripcion Geografico Moral de La Diocesis de Goathemala Tomo I (1)

  • ;BIBLIOTECA ''GOATHEMALA"

    S LA SOCIEDAD^ DE GEOGRAFA E HISTORIA DE GUATEMALAVOLUMEN XX

    DESCRIPCIN GEOGRFICO MORAL

    OE LA DICESIS OE GOATHEMALA

    HECHA POR SU ARZOBISPO, EL ILLMO SOR. DON

    PEDRO CORTES Y LARRAZDEL CONSEJO DE S.M.

    EN EL TIEMPO QUE LA VISITO Y FUE

    el dio 3 de Noviembre de 1768 hasta el da l 9 de Julio de 1769

    Desde el dio 22 de Noviembre de 1769 hasta el da 9 de Febrero de 1770

    y

    Desde el da 6 de Junio de 1770 hasta el da 29 de Agosto del dho. 1770

    PROLOGO DEL LICENCIADO

    DON ADRIN RECINOS

    TO>XO I

    GUATEMALA, C. A.JUNIO DE 1958

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    in 2010 with funding fromUniversidad Francisco Marroqun

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  • DESCRIPCIN GEOGRFICO- MORALDE LA DICESIS DE GOATHEMALA

    SE P?Suhrc y r. 1).Francisco Jote dt Figuered.>

    'enUlat tus bula*, te encamin a tu destino y fue con-tagrado ti ti dt agotto !a ciudad de Puebla de lot Angeles por I>. FranciscoFabin . -moned algn a y luego emprendi ellargo viaje a ala a donde entr el 21 de febrero de 1768. Tominmediatamente potesio a el extenso terri-torio de loe a -mala y El Salvador y tena por sufragneaslas igletiae de Ckiapae, Sicaragua y Comayagua.

    Terminada tu inttalaein en Guatemala, el Arzobispo Corts y Larraz dispusoatoe de tu extenta dicetit^ fatigota labor que realiz con corto

    acompaamiento, caballero en una mua, del 3 de noviembre de 1768 al 29 de agostocon slo dot descansos de julio a noviembre de 1769 y de febrero a junio de

    mente haba dirigido una pastoral a todos lot curas de su jurisdiccinen la que le anunciaba tu visita y let ordenaba que tuviesen preparadas las respuestasa un cuestionario que comprenda diez asuntos de carcter administrativo, geogrficoy estadstico, moral y religioto, tobre lot cuales el prelado deseaba tener informacin.

    El Padre Domingo Juarros, en su Historia de la Ciudad de Guatemala, relatalot laboree subsiguientes del Arzobispo Corts y Larraz en los siguientes trminos:"El ao de 70 abri la visita de su Iglesia Catedral e hizo los estatutos para su mejorrgimen. El 17 de octubre de 73 consagr al Seor Doctor Don Francisco Jos dePatencia, Obispo de Comayagua. En la ruina que padeci la ciudad de Guatemala el29 de julio de 73 fue este venerable prelado el asilo y consuelo de todo el vecindario;pero quienes ms experimentaron su beneficencia fueron las religiosas de su filiacin.Construy a su costa, para los cuatro monasterios, en una chacra inmediata a la ciu-

    ventos, aunque de paja, pero bastante cmodos. Solicit por cuantos modospudo la reedificacin de la Antigua Guatemala; mas no le fu posible contrarrestarel partido de los que promovan la traslacin. No quisiera este amante Pastor dejarsu rebao en tan lamentables circuyistancias, pero habindole librado la Real Audien-cia carta de extraamiento por ciertas desavenencias que ocurrieron entre este Tribu-nal y su Ilustrsima, antes que se le intimase la expresada carta sali de Guatemala el30 de septiembre de 79'

    (1) Juarros. Compendio de la Historia de la ciudad de Guatemala. 2* ed. 1857, T. I, p. 292.

    V

  • No haba pasado mucho tiempo desde el regreso del Arzobispo a la sede de ladicesis cuando se produjo el espantoso terremoto del 29 de julio de 1773, conocidocon el nombre de terremoto de Santa Marta. La opulenta ciudad de Guatemala quedadestruida totalmente; sus magnficos edificios pblicos, las iglesias y monasteriosy las residencias particulares yacan en tierra o estaban gravemente daados. Cons-ternada, la poblacin se refugi en las plazas y sitios descampados para librarse de lostemblores que continuaron todo el resto de aquel ao fatal.

    Las autoridades atendieron a la seguridad de las personas y de sus bienes, yel Arzobispo y el Cabildo Eclesistico acudieron a las necesidades espirituales de loshabitantes y al rescate de los bienes de las iglesias y conventos. La piedad del Arzo-bispo Corts y Larraz se ejerci ampliamente auxiliando a los habitantes desvalidoscon su persona y sus propios fondos y con ayuda tambin del personal de su mando.

    Motivo de especial preocupacin para el prelado era la suerte de las monjas quequedaron sin refugio a consecuencia de la ruina de los monasterios. Para remediarsu necesidad, el Arzobispo hizo construir en la finca "La Chacra", propiedad de losfrailes dominicos cercana a la ciudad, cuatro ranchos para habitacin provisionalde las religiosas, otro rancho destinado a oratorio y otro ms para su propia vivienda.Los familiares de las monjas fueron tambin a establecerse a "La Chacra", donde, deesta manera, se form un poblado bajo la autoridad del Arzobispo.

    El Capitn General don Martn de Mayorga, obrando con energa, se propusoel abandono de la ciudad destruida y el traslado de la poblacin a un sitio menosexpuesto a la furia de los elementos naturales que haban causado tantas ruinas suce-sivas durante ms de doscientos aos. Con ese objeto convoc a una junta de notablesque se reuni durante los das U y 5 de agosto siguientes y aprob la traslacin pro-visional de la ciudad al Valle de la Ermita mientras el Rey de Espaa aprobaba endefinitiva el sitio que se escogiera como el ms seguro y conveniente. Un mes mstarde, el 6 de septiembre, el Capitn General, los oidores de la Real Audiencia, lostribunales de justicia, los Oficiales Reales y el personal administrativo se trasladaronal pueblo de La Ermita.

    Una nueva junta, a la que asistieron los miembros del Gobierno, el Arzobispo yotros dignatarios civiles y eclesisticos, tuvo lugar en el establecimiento provisionalde La Ermita el 10 de enero de 177U, y en ella se confirm por mayora de votos lafundacin de la ciudad en aquel sitio, que era conocido tambin con el nombre de Llanosde la Virgen y Valle de las Vacas y que vino a ser con el tiempo el asiento definitivode la ciudad de Guatemala. Una minora de los asistentes, posedos de sincero amorpor el solar de sus mayores, optaba por la reedificacin de la antigua capital. ElArzobispo Corts y Larraz estaba con ellos de corazn, pero vot con la mayora. Sinembargo, insisti en permanecer en la ciudad arruinada junto con el Cabildo Eclesis-tico y los miembros de las congregaciones religiosas.

    El Rey de Espaa, enterado de todos estos sucesos, aprob, con fecha 16 de juniode 177b, las providencias tomadas por el gobierno civil, y previno al diocesano quedeban acatar, l y sus ministros, las rdenes dictadas para la mudanza de la ciudad.

    El Capitn General y los miembros de la Audiencia habay elaborado un extensoinforme, en el cual proponan al soberano las bases de la reconstruccin de la metr-poli en el lugar que se estimare ms adecuado, y se enumeraban las obras pblicasms necesarias que deban emprenderse, sugiriendo a la vez los arbitrios para costear-las. En el curso del informe se haca notar que sera temeraria la permanencia dela poblacin en el suelo de la infortunada ciudad e imposible su reedificacin, y sesealaba la conducta del Arzobispo que, oponindose a la traslacin, alentaba consu ejemplo a sus parciales y secuaces en su desobediencia a las disposiciones de laautoridad.

    En cdula emitida el 21 de septiembre de 1775 el Rey dio respuesta favorablea los puntos que le fueron consultados en el informe, y mand que se obedecieranlas resoluciones que daba a cada una de las materias sometidas a su conocimiento.

    VI

  • Al mismo tiempo deca que ya te comunicaba lo retuelto a los Oficiales Reales, al ('>/-sajo. Justicia * Regimiento de la ciudad y "al nominado Arzobispo y al Cabildo Ecle-$iet>

    La oposicin de loe habitantes a la traslacin tuvo efectos funestos para la ciudadarruinada, porque dio margen a que el Capitn General prohibiera toda reconstruccin

    > pblicos, tratara de int]>edir elcomercio en el lugar y hasta a entrada de provisiones de boca para el sostenimientode a poblacin. Todas esta* < tetones propendan a obligar a los veci-nos a abandonar sus hogar* destruidos y trasladarse al nuevo establecimiento. Igual-mente funesta fue la oposicin del Arzobispo para su propia perso> oondujo

    reino y su traslado a una nueva dicesis y le caus muchascontrariedades y amarguras.

    i General dio cuenta al Rey de la resistencia del Arzobispo a la trasla-den provisional de la ciudad ai pueblo de La B hitante haber sido sta apro-bada pot loa vecinos principales y consentida por el propio prelado, quien, />

  • diera, del Reino, como lo permitieran su edad, achaques, el tiempo y los caminos, y deAmrica para Espaa en hallando en el puerto de Veracruz navio que lo condujese,lo que seria en febrero o marzo del ao siguiente.

    El Arzobispo se ausent temporalmente de la Antigua Guatemala, pero el 22 demarzo de 1779 estaba de vuelta y era recibido con entusiasmo por los habitantes. ElFiscal de la Audiencia, Dr. Saavedra, observaba en aquellos das que "su Ilustrsimase mantiene con mucha tranquilidad en la arruinada ciudad, gozando de muchas satis-facciones como las ha recibido a su regreso a aquel suelo, con fuegos artificiales,msicas, colgaduras de calles y conventos y otras manifestaciones de regocijo".

    Desde el ao de 1778 habia sido electo Arzobispo de Guatemala el Dr. don Caye-tano Francos y Monroy. Sin embargo, el Dr. Corts y Larraz dice Juarros "estan-do en el concepto de que era nula la admisin de la renuncia y sus consiguientes, nocreta tener facultad para apartarse de su Iglesia".

    Todava en oficio de 12 de junio de 1779, el Arzobispo se dirige al nuevo CapitnGeneral don Carlos de Meneos, sealndole los errores que se haban cometido enla fundacin de la Nueva Guatemala, y explicando su negativa a que se trasladarael Cabildo Eclesistico, explicando que en el establecimiento de La Virgen no habiahasta entonces ciudad formal construida sino poqusimas casas y conventos sin acabary una iglesia que llamaban comnmente catedral y que acababan de hacer. Enumerabalos sufrimientos de la gente en la ciudad destruida, sin alimentos, sin habitacin, aquienes se obligaba a salir de sus jacales; agregaba que se haba impedido la intro-duccin de vveres, que la distribucin de la limosna que orden Sti Majestad se hizode manera sobrado injusta y que de ella participaron poqusimos o ningn pobre."En seis aos deca no se ha pensado ms que en afligir a los vasallos. . . Cuandono la traslacin, el modo como se ha hecho merece el nombre de un misterio de iniqui-dad, ajeno de la piedad y justificacin de Wn Rey tan justificado y benigno".

    El Fiscal contradijo las afirmaciones del Arzobispo respecto al estado de las cons-trucciones de la nueva capital. "Nunca pudo ser deca el nimo del soberano con-sentir una parte tan principal del Estado, de la ciudad y sus vasallos en la arruinadaciudad hasta que la otra de los seculares se estableciese enteramente en la nueva y sehallase perfectamente concluida y acabados sus edificios como si co\itara ya muchosaos de fundacin. La construccin de una ciudad no es obra de tres aos.Estacapital tiene toda la formalidad que necesita una ciudad para considerarse habitablede todo gnero' de personas: tiene el Llano de la Virgen calles enteras construidas decasas y otras con pocos solares inedificados ; tiene todos los conventos de religiososhabitados por ellos mismos; se hallan los de las religiosas en estado de habitables conmayores ventajas y conveniencias que las que disfrutan en los ranchos de Goathemala,y si no estn concluidos &e porque no se han ayudado por su parte, no siendo justoque el Rey lo haga todo. Tiene el Rey palacio en donde ejerce sus funciones la RealAudiencia; el que habita el Gobernador, la Real Aduana, la Universidad, y la Cathe-dral con toda la decencia correspondiente fuera de las casas de los Ministros y demuchos prticulares que les han costado de doce a veinte mil pesos".

    Nuevas dificultades opuestas por el Arzobispo al pase de las bulas del seorFrancos y Monroy dieron lugar a penosos incidentes. El prelado public un edictoen que "excomulgaba al presidente y los oidores de la Audiencia y a todos los quecontribuyesen a dar posesin al nuevo diocesano", y aun se supo que iba a decretarel entredicho. La Audiencia exigi al seor Corts y Larraz que reconociera y acatarael pase dado por ella a las bulas de su sucesor, y en vista de su resistencia libr provi-sin conminndole, en caso de no someterse, con la prdida de temporalidades y suextraamiento del pas.

    El Oidor don Toms Caldern fue comisionado por la Audiencia para notificaral Arzobispo estas prevenciones, pero al llegar a la Antigua Guatemala se encontrcon que el prelado haba salido definitivamente de la ciudad el 30 de septiembre deaquel ao de 1779.

    VIII

  • Asi termin la misin del Iluttrisim s y Larras en Guatemala. En ahistoria ds la antigua ciudad, destruida en parte por causas naturales y en partepor ti abandono en que las autoridades civiles quisieron dejarla, el nombre del bonda-doso prelado ss conserva como ti del btntfactor y filntropo que ampar, protegi yconsol a la atribulada poblacin tn sus ms amargos das y prodig paternales cui-dados a las monjas y a las damas mujeres y nios qut quedaron sin hogar y sin am-paro a constcusncia ds a ruina general.

    'nos resistencia a trasladaros al nuevo sitio tecos stablecer la capi-tal y su empeo ds pcrmantcsr tn la ciudad en amas, fueron ti factor decisivo queimpidi ti total abandono dtl lugar y permiti la conservacin y reconstruccin a travo*da los aos ds aquel centro / m de la Capitana General.

    ios al esfuerzo realisado por el enrgico y filantrpico prelado, Be salv dela destruccin completa la antigua ciudad ds Guatemala, un sitio de vivienda ay mu monumento histrico justamente admirado en nuestros dios.

    Promovido al obispado ds Toriosa, la bella ciudad a orillas del Ebro, el Dr. >y Larras gobern aquella dicesis con ti mismo apostlico ctlo dttde 1782 hasta elao 17$$. Fatigado de las faenas renunci la mitra aquel ao y se retir a Zaragoza,

    I julio de 1787. Fue sepultado provisionalmente en el pantende la capilla de Muestra Seora dsl Pilar mientras se obtena la licencia para trasla-dar sus restos a Btlch

    Demostrando una ves ms su amor a Guatemala, ti ilustre prelado, ausente yasuelo, "destin toda la renta que tenia devengada y pasaba de 60,000 pesos,

    para fundar un coisfio en que se instruyese la juventwI juntamiento de la ciudad de Guatemala dio ele< sin a los

    mientos de gratitud y de reconocimiento ds las virtudes y caridad del Ilustrsimo Dr.y Larras en la exposicin que despus de su salida de este reino elev al Rey

    de Espaa en loe trminos siguie*

    obsequio de la verdad y en observancia de las leyes de la gratitud debemosinformar a Y. 3. qus en el mucho tiempo que esta Metrpoli tuvo la felicidad de quela rigiere como su Prelado el Dr. Don Pedro Corts y Larraz (Obispo de Tortosa)

    t la ocasin de admirar en su religiosa vida y evanglica conducta un cmulode todas as virtudes y perfecciones cristianas, siendo la ms brillante y que puedeconstituir su carcter la caridad y telo ferventsimo en que resplandeci por el bien

    al y temporal de sus ovejas y vuestros vasallos: enderezando todas sus lneasa tan santo laudable objeto sin que lo arduo y escabroso de los medios en lo temporaly mundano le intimidase e hiciese retroceder de lo que conceptuaba justo y til; ni los

    ios y quebrantos padecidos con la ruina coartasen su caritativa liberaidad

    hacia los pobres, antes s la hiciesen reverberar, y de que aun est disfrutando esta

    Dicesis las cuantiosas sumas que tenia devengadas y ha cedido a beneficio de elladespus de su retiro.

    j como las inteligencias del siglo suelan por lo regular atribuir a la peor

    parte aun las acciones ms santas, tememos no falte quien siniestramente interpreteen deshonor de este Prelado y agravio de' su conducta su promocin al Obispado deTortosa a que la piadosa justificada intencin de V. M. se dign elevarlo y se aadaesta nueva razn de sentir a las que nos ha causado su ausencia y vernos privados

    de sus saludables ejemplos y proteccin, sin embargo de que en el actual Arzobisporeconocemos y experimentamos ternuras de verdadero Padre y un conjunto de virtudesque le constituyen digno sucesor de los Apstoles.

    (2) Jaarros, 1857. T. I. p. 293. El Dr. D. Ramn A. Salazar dice en sa Historia del desenvolvimientointelectual de Guatemala, pg. 37. que el Arzobispo Corts y Larras leg 20,000 pesos "para que

    se fundara en Guatemala un colegio bajo la advocacin del Espritu Santo, mas el Ministro Caba-

    llero no vino en ello, diciendo en la Real Orden de la materia que S. M. haba dispuesto se remi-

    tiese a Espaa el dinero depositado para aquel objeto, por ser inoficioso el establecimiento".

    IX

  • "El Cabildo, Justicia y Regimiento de la Nueva Guatemala de la Asuncin reco-mienda a la Real Piedad de S. M. la persona del Arz. Cortes y Larraz 'en satisfaccindel lustre, opinin y piadosa memoria de aquel Prelado hacindola generalmente en*tender.

    .

    .'

    Guatemala de la Asuncin, Diciembre 20 de 1782.

    Matas de Manzanares. Lorenzo Montufar. Pedro Joseph de Micheo. Pedro JosefBeltranena. Mateo de Yrungaray. Domingo Antonio de Anido. Tadeo Pinol y Muoz.Cayetano Josef Pavn. Josef Fernandez Gil."

    Archivo Nacional de Guatemala. Al 2-5 224.916314.

    ITINERARIO

    Por espacio de dos aos, encargas y fatigosas jornadas, el Arzobispo Corts yLarraz recorri el vasto territorio de su Dicesis desde los confines de Chiapas hastael Golfo de Fonseca. Admiran, en verdad, la resistencia fsica y la constancia del ilustreprelado, que a avanzada edad y por malos caminos y senderos, con cortos intervalosde descanso, visit todos los curatos de su jurisdiccin con el propsito de darse cuentapersonalmente de la administracin eclesistica, el estado social y econmico, la morali-dad y educacin de los habitantes de pueblos, valles y caseros.

    Inici la visita el 3 de noviembre de 1768 en la propia ciudad de Guatemala y seencamin en seguida a los pueblos de oriente, cruz el ro de los Esclavos y el rode Paz, entr luego a la provincia de Sonsonate y a la de San Salvador, llegando hastaSan Miguel y a las riberas del Golfo de Fonseca. De Conchagua emprendi el regresohacia el interior y el poniente de la actual Repblica de El Salvador, visitando todoslos curatos de ese territorio hasta el de Santa Ana y el de Chalchuapa.

    Se intern de nuevo en la provincia de Guatemala por Jutiapa y Asuncin Mitay visit Esquipulas, Chiquimula, Zacapa, Acasaguastln, Salam y Cobn y demslugares intermedios. Volviendo del norte se detuvo en Rabinal, pas a Cubulco, Saca-pulas, Uspantn y Nebaj. Se dirigi otra vez al sur y visit Santa Cruz del Quichey Santo Toms Chichicastenango, San Martn Jilotepeque y otros curatos del actualdepartamento de Chimaltenango.

    El I o de julio de 1769 suspendi su viaje a consecuencia de las lluvias y paradescanso de su cuerpo y atencin de los deberes de su cargo.

    Reanud la visita el 22 de noviembre de aquel ao y se encamin a Totonicapny Huehuetenango, recorriendo aquel territorio de altas montaas hasta llegar a losconfines de Chiapas. Del pueblo de Cuilco pas a San Marcos y Quezaltenango yvisit los curatos de la laguna de Atitln, Tecpn Guatemala y Chimaltenango, vol-viendo nuevamente a la capital del reino y sede del Arzobispado.

    Despus de otro descanso en la ciudad se encamin al Valle de la Ermita (dondepocos aos despus se estableci la nueva capital), descendi a la regin del lago deAmatitln, se dirigi al oriente hacia Sinacantn, Chiquimulilla, Guazacapn y Taxis-co, y tomando el rumbo del poniente recorri toda la costa del Pacfico y visit Escuin-tla, Mazatenango, Retalhuleu y puntos intermedios. Subi de nuevo al lago de Atitlnpara visitar los curatos de San Pedro y Tolimn, descendi al pueblo de Patulul,visit el curato de Santa Luca Cotzumalguapa, y subiendo de nuevo la sierra porNejapa y Acatenango, volvi a la ciudad de Guatemala y termin la visita el 29 deagosto de 1770.

    Antes de emprender el viaje, el Arzobispo Corts y Larraz, envi a los curasde la Dicesis una carta pastoral en que les anunciaba que saldra de Guatemalaen cuanto lo permitiera la estacin lluviosa, y que deseaba que a su arribo a los dife-rentes lugares que iba a visitar tuvieran escritas y formadas de su mano las respues-tas al cuestionario que con ese objeto anticipadamente les enviaba.

  • El Arzobispo deseaba recoger una amplia informacin sobre la poblacin de loscurato*, loe idioma* que e hablaban en ellos, lo* deberestuales de la* habitante*, la renta que perciban lo* ecletist usaban

  • do de los poblados. "Algunos perecen en los ros, muchos se van a los lacandones."Por esta razn no puede hacerse ni esperarse un cmputo estadstico exacto, y los quemenos contribuyen a formarlo son los curas que no incluyen en sus informes a lasgentes que viven en los caseros, en las haciendas, "que no pertenecen a parroquiaalguna porque es gente vaga, ladrones y -asesinos". Vio mucha gente el prelado enuna hacienda y preguntando quines eran, le dijeron: "son escoteros, que ahoraestn en sta y despus se van a otra". Las salinas que se encuentran en una exten-sin como de 200 leguas a la orilla del mar del sur "no pertenecen a parroquia algunay hay en ellas un sin nmero de personas".

    Los curas dice el Arzobispo tenan poco exudado en formar el padrn de losparroquianos, pero por otro lado los disculpa al enumerar las causas de la dispersinde las gentes. Como dato curioso refiere que en la hacienda "San Jernimo", en laVerapaz, haba 1,000 personas, entre ellas como 700 esclavos.

    El Br. D. Domingo Juarros, en su Compendio de la Historia de la Ciudad de Gua-temala, 1808-18, incluy una "Tabla de los curatos del Arzobispado", "formada porlos autos de la visita del Arzobispado, que hizo el limo. Sr. Dr. Don Pedro Cortsy Larraz por los aos de 1768 y 69 y por los planos de los curatos, que mand componerel limo. Seor Don Cayetano Francos y Monroy, el de 178U", advirtiendo que omite enella los curatos extinguidos y agrega los nuevamente creados.

    El Dr. Corts y Larraz haba encontrado ya muchos pueblos abandonados. En elcurato de Santa Luca Cotzumalguapa se haban extinguido 15 de ellos, de los cualesapenas quedaban vestigios. En el Resumen de la poblacin, al final de la Descripcin,el Arzobispo enumera 27 pueblos, 82^ haciendas y U71,556 habitantes, pero deberecordarse que el empadronamiento que sirvi de base para formar el cuadro era suma-mente emprico y deficiente.

    Algunos pueblos fueron abandonados a consecuencia de fenmenos naturales osufrieron grandes prdidas por esa causa. El pueblo de Atheos, de la provincia deSonsonate, fue inundado durante los das 9 y 10 de octubre de 1762. Un violento hura-cn azot el 2 de junio de 1765 los pueblos de Jocotn y Zacapa y arruin algunosedificios. Luego vino un fuerte terremoto que derrib muchas casas en aquella regin,entre ellas la iglesia y casa del cura de Chiquimula "que era la mayor y ms magn-fica de todo el Arzobispado". Para colmo de desdichas, los jacales que no haban sufri-do mucho el da 5, fueron incendiados por una gran tormenta de rayos que se desatel da U> quedando los pueblos destruidos, con numerosas prdidas de vidas y haciendas.

    IDIOMAS DE LAS PARROQUIAS

    En la mayora de los curatos se hablaba la lengua castellana, pero en muchostambin eran de uso comn las lenguas indgenas. El prelado anot en cada lugarlos idiomas que se hablaban por los habitantes, y sobre este punto la Descripcin estambin de mucha utilidad. Observa el autor que en algunas partes se experimentagran dificultad para entenderse con los indios y que sera necesario que los curasaprendieran la lengua de los naturales.

    ESCUELAS

    En la mayor parte de los pueblos no haba escuela de nios donde aprendierana leer y escribir y la doctrina cristiana. En Tecpn Guatemala encontr que^hbabuena escuela, pero el Alcalde Mayor mandaba sacar a los nios continuamente a peti-cin de los padres. Los nios dice el prelado no aprenden a leer ni a escribirporque aunque van a la escuela, en siendo algo crecidos los sacan sus padres parallevarlos 'al monte. En algunos lugares informaron los curas que los indios no consien-ten escuela de letras. Algunas veces mandan a sus hijos a la escuela y luego los cam-bian por otros. El maestro de coro ensea a 3 U a cantar en algunos pueblos; enotros cantan el Todo Fiel Cristiano, en el mismo tono todo el texto de la doctrina y

    XII

  • "para c 'an el alabado y acaba la escuela, la explicacin y enseanza". Enotro litio* la falta de escuela era absoluta. sblos donde han sobrcvirido,

    i prelado que la ent> tantos wflfat, U ao unos,el que viene ejo alguno, cantan las oraciones ynada ms y a esto se reducen las escuelas por lo comn,".

    Tan penosa situacin explica el atraso en que se encontraban los pueblos delReino de Guatemala en las postrimera del siglo XVI 11.

    1>1C10N 1>1 DIOS

    La poblacin del Reino de Guatemala se compona en su mayora de indios de lasdiferentes ratas establecida* en el > sde tiempos muy antiguos. Su situacin

    .oca de la visita movin Monseor Corts y 1 \o hay objetoms digno de compasin en todo el mundo escribe que los indios, porque son suma-mente miserable en cuerpo y al

    l agrega el Arzobispo ton lo hombre m infelices que ha habidoy habr en el mundo porque no tienen bienes, ni honra, ni descanso, ni libertad." Care-cen de ambicin, de hbito de ahorro, de prelusin, "no son ricos ni pobres dice

    ,

    porque si tienen poco, gastan poco; s\ mucho, mucho, y en suma, o malogran todo".

    Lo indios de loe pueblo vecino de Guatemala ganaban mucho dinero en llevarlea y comestibles a la ciudad, pero lo que con esta diligencia ganaban slo les servapara embriagarse, reir y te > muchas cuestiones.

    w en tierra fra andaban desnudos "pues hasta los 16 y aun 18 aos ni unahilacha llevan en su cuerpo". Esto deca el autor hablando del pueblo de Taxisco, perolo mismo observaba respecto a lo doma pueblo de la tierra caliente. Los indios

    desnudos dice en otro lugar y no pueden mirarse sin rubor. En todos losagrega comen de la misma manera, tienen sus jornales de la misma forma,i duermen en tierra, en ninguno tienen

    un real, si cogen" poco gastan poco,

    si mucho los consumen en excesos, si les sobra,~o se los hurtan o lo entierran.

    La enfermedad diezma a los habitantes de la costa del mar. En las salinas y pes-mbres trabajan seis meses al ao, se mantienen desnudos, ausentes de

    a, sin sacerdote ni quin ensee la doctrina, sin quin les administre los sacra-mentos cuando sano o enfermos, sin mdico ni medicinas; no se sabe quin los entierra,

    * caa ni qa son. "Temo concluye el Arzobispo que la mitad de la genteispado, y tal.vez mucha m vive a su libertad y capricho, sin ley y sin

    sujecin al rey ni a la Iglesia".

    i a la embriaguez la mayor parte de los daos y desrdenesobservaban en los pueblos. El predominio de este vicio era la causa de los

    .discordias, desobediencia de los hijos a sus padres. Con la embria-

    : minaba de la mano la deshonestidad. Condenaba los velorios y los excesos quese cometan en las cofradas y deca que de sus inicios hacan los hombres "terceros aila muerte y las imgenes de los santos".

    En la respuestas dlos curas' se lee invariablemente que el vicio predominantees el de la embriaguez.

    SUFRIMIENTOS DE LOS INDIOS

    arios pasajes de su obra se refiere el Arzobispo a los sufrimientos de losindios a manos de los Alcaldes Mayores que los explotaban de diversas maneras y seenriquecan a costa de su trabajo.

    .ante el sistema de repartimientos los Alcaldes Mayores obligaban a los indiosa hilar el algodn en rama que les entregaban, o comprar herramientas y otros efec-tos aunque no los necesitaran, cobrndoles precios exhorbitantes. A ttulo de repar-timiento obligaban a los indios de Jilotepeque a marchar al Golfo Dulce a cargar y

    XIII

  • descargar los navios y llevar las cargas. Huyendo de estos servicios los indios aban-donaban a sus mujeres e hijos y sus sementeras, y los que no podan escapar encon-traban generalmente la muerte en aquellos lugares.

    Los indios eran azotados por un negro en la plaza de Totonicapn, invencin delAlcalde Mayor, Juan Bacaro, hombre de mala crianza y sobrada codicia que fue proce-sado por la Real Audiencia y finalmente destituido. "En asunto de codicia observael Arzobispo es el Alcalde presente un monstruo inapeable."

    Al analizar las respuestas del cura de Acasaguastln, dice el Dr. Corts y Larrazacerca de la conducta de los Alcaldes Mayores:

    "Aunque son bien notorias las vejaciones y molestias que padecen los indios poralgunos de los Alcaldes Mayores, no me paro en especificarlas, porque para su inte-ligencia bastar no ms decirlas en comn, como las dice este Cura con la expresinde que por no poderlas sufrir estos indios abandonan el pueblo, de lo que puede conje-turarse les sern muy sensibles por el medio que toman tan duro para librarse deellas, dejando sus mujeres y familias. Yo bien temo que los miserables indios padecende algunos Alcaldes Mayores tales trabajos, que tendran por alivio abandonar lospueblos, pero ni an esto pueden conseguir, ni es tampoco fcil; si no el que los aban-donen unos u otros, que tengan menos embarazo para hacerlo.

    "En donde se dejan tambin ver las vejaciones que sufren los indios, es en elmucho caudal que recogen dichos alcaldes. Todos vienen de Espaa empeados, luegose empean ac mas, para hacer sus repartimientos; se mantienen con abundanciay ostentacin; no deja de ser preciso el regalar y en el corto tiempo de cinco aosquedan (los que quedan por ac) hombres muy ricos y los que se vuelven a Espaa,es con mucho dinero y con ms tal vez del que ninguno se persuadira, y como todosale de los pobres indios, es preciso que sean muy molestados y tanto que es de admi-rar como no abandonan todos los pueblos."

    SUPERSTICIONES

    El Arzobispo refiere los casos de idolatra de que tuvo noticia en su recorrido.Los curas de varios pueblos le informaron que los indios seguan practicando sus viejosritos ante sus dolos en los montes y aun en las propias iglesias. El culto a los ani-males era corriente, lo mismo que la creencia en los naguales. El prelado reiter la,orden de uno de sus antecesores sobre la supresin en las iglesias, de las imgenes deSantiago a caballo, San Miguel dominando al diablo, San Juan con el cordero y otrasfiguras de demonios y animales que eran veneradas por los indios.

    Entre otras prcticas supersticiosas refiere el diocesano que los naturales del

    pueblo de Santiago Atitln, hasta haca pocos aos "an sacrificaban al volcn unadoncella que todos los aos le ofrecan arrojndola por la boca que tiene en la cima,cuya barbaridad ha cesado o por lo menos no hay indicio" (de ella).

    No eran menos reprobables las prcticas de los brujos y de los curanderos, quecuando eran llamados a atender a un enfermo, "lo conducen al monte, y ante unaceiba encienden candelas, queman incienso e invocan al Dios del monte llamado RahaualHuyub".

    CALENDARIOS

    El Arzobispo recogi en los pueblos varios calendarios indgenas que le parecique eran otros tantos testimonios de su idolatra. El cura de Samayac le haba habla-do de estos calendarios diciendo que le constaba que los tenan pero los ocultaban

    mucho. Deca saber, sin embargo, que en ellos ponan los indios ms meses de los regu-lares en cada ao y las semanas las contaban por ms o menos das. Como es biensabido, el calendario indgena divide el ao en 18 meses de 20 das y agrega 5 das

    a la cuenta" para completar los 865.

    XIV

  • En Chiantla haba habido un cura anterior a la visita, de quien "se dice que esta-ba cortosn el idioma [de los indios] y tambin en la moral".

    El cura de Guazcapn, D. Joseph Bcaro, natural de Panam, era "muy habla-dor, facilitn y satisfecho, como se experimenta en todos los panameos".

    Al cura de Sonsonate le acontece "haberse criado entre mgicos y con esto no seespanta de ver monstruos".

    El cura de Samayac, D. Francisco Xavier Villar y Prego y de los Llanos erahbil, haca uso de libros. Este cura, natural de Vizcaya, vino de Espaa llamado porun to suyo, que era cura de Jocotenango. Muerto su to, obtuvo el curato de Samayacy combati all con energa los desrdenes de las zarabandas, inmoralidades y vicioscomunes Trasladado a Totonicapn, permaneci en ese pueblo hasta su muerte. Enel inventario de sus bienes, practicado el ao de 1786, que se conserva en el ArchivoGeneral de la Nacin, aparece una larga lista de libros que formaban su biblio-teca, entre otros la Recopilacin de Leyes de Indias, Bossuet, Aritmtica de Padilla,las Constituciones Diocesanas del Obispo Nez de la Vega, Santorales, Sermones devarios autores, Decretales, la Poltica Indiana de Solrzano, las Confesiones de SatiAgustn, once libros de lenguas de los naturales, etc. Estos deben ser los libros deque el ilustrado eclesistico haca uso, como dice el Arzobispo.

    Despus de mencionar al P. Villar y Prego y referir el horror que senta porlos desrdenes de aquellos lugares, Monseor Corts y Larraz hace las siguientesreflexiones que revelan el pesimismo que senta ai. observar la actitud de la mayorade los curas ante los vicios de los habitantes:

    "Los dems curas y ministros por lo comn (y no tan por lo comn, que admitamuchas excepciones, ni aun tal vez una, si se toma el complexo en todas sus partes)se ordenaron sin vocacin, sin ttulo, sin tiempo ni examen, sin ejercicios, y los mssin ciencia ni conciencia; luego se destinaron a ministros de parroquias; en ellas seencontraron muchos pajuides, trapiches, etc.; en ellos amancebamientos, robos, muer-tos, incestos, idiotismos y ningn indicio de christianismo ; y criados y acostumbradosa estos monstruos, ninguna novedad hacen de ellos, antes bien los excusan, como podraevidenciar con sus cartas... Las zarabandas se han acabado; los curanderos idla-tras se han huido; el cura se ha promovido a Totonicapn. Pues antes que pase elao del cura criollo, habr zarabandas, curanderos y ranchos; y lo' que faltar esquien persiga ranchos, curanderos y zarabandas, ni le cause novedad alguna en quetodo se establezca con furia y como que han estado detenidas con violencia. QuieraDios no suceda ass."

    En los lugares lejanos, los curas estaban desprovistos de atencin en caso deenfermedad. Al de Nonoualco lo encontr el Arzobispo "enfermo y llagado, sin ropas,sin mdico, sin medicinas, abandonado al cuidado de los indios y hecho un retablo demiserias".

    En la parroquia de San Sebastin (en la ciudad de Guatemala) estaba el P. donCarlos Suncn, de quien dice: "ya anciano de ms de sesenta aos, aunque sea hbil,no lo parece, pero lo que s parece, hombre extrao, reputado por tal, y algo litigioso".Sus informes sobre la renta del curato eran "de una falsedad insufrible". Y agregael prelado: "El cura es rico y con bastante caudal".

    Del cura de San Jacinto, en la provincia de San Salvador, dice lo siguiente: "DonJoseph Das del Castillo, el cual me pareci hombre vano y belicioso, engredo de serdescendiente de los conquistadores". Sera descendiente de Bernal Daz del Castillo?Era "hombre muy vano, de ingenio cruel... muy amante de los ladinos y muy des-afecto a los miserables indios".

    " En cambio el de Escuintla, D. Joseph Antonio Abarca, era "buen eclesistico", expe-dito y atento al cumplimiento de su oficio".

    Era cura de Jalapa D. Francisco Joseph Gomes Dighero, "de edad como 38 aos,

    hombre de poqusima prudencia y satisfecho de docto y celoso, sin fundamento alguno,

    y bastante audaz".

    XVI

  • Describiendo el curato de Quezaltepeque dice el prelado que se considera comocabecera de la parroquia el pueblo de Esquipulas porque all hacen si residencia loscuras propios "a causa de hallarse y venerarse en l una imagen muy devota deChristo Crucificado nombrada en todo el Reyno el Santo Christo de Esquipulas".Y agrega que tiene un templo "muy suntuoso, capaz, de bella arquitectura y oualno hay otro en el Reyno de Goathemala ni en la ciudad".

    :',/ *

    En este breve anlisis de la relacin del Arzobispo Corts y Larraz no me hepropuesto otra cosa que destacar los puntos ms importantes de su extenso trabajo.Las materias de que ligeramente he tratado las encontrar expuestas el lector conamplitud en esta obra que presenta^ con toda claridad y franqueza el cuadro de laDicesis de Guatemala en la ltima parte del siglo XVIII. es.

    Todos ocultan este miserable estado a quien pudiera aplicar el ver-se infiere por consecuencia inevitable que sola-

    ' en estos Reinos la irreligin, los vicios y el

    desorden. As sucede al medio del siglo tercero de su conquista: As es'redi r siempre y hasta el fin, si Dios por una providen-

    cia muy particular de su bondad infinita no las ynira segn su grande mi-sericordia.

    No omito (ni fuera razn que lo omitiera) decir aqu que no faltanpreludios bien fundados de esta grande misericordia, con que Dios quiere

    compadecerse de estos Reinos y que no dejan fundamentos para dudar,mirando el corazn de nuestro monarca catlico el seor don Carlos Ter-cero, en el cual habiendo puesto Dios con tanta liberalidad tal abundanciade virtudes para reinar sabia y felizmente y sacrificndolas con la aten-

    cin que ni se oculta ni puede ocultarse a la felicidad de estos Reinos que

    (sin duda considerada su mayor necesidad) mira con otra especialidadque a lo restante de sus dominios, sea en su dichoso Reinado (que Diosquiera dilatar muchos aos, como se necesita) el tiempo feliz que destinsw alta providencia para que cesen en la Amrica sus ofensas, para que seacabe el desorden, para que reine la virtud y domine la religin.

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  • As sucedera y slo una cosa me hace temer, y es que llegue con pu-reza la verdad a los odos del Rey. Tan cerrados se hallan a este efectotodos los conductos, que apenas ocurre medio no slo para desembarazarlostodos; pero ni aun para dar al ms mnimo algn desahogo. La mentirase halla tan dominante, que no se ve la verdad, ni en las conversaciones,ni en los informes, ni aun en los procesos; la codicia, la ambicin, el capri-cho y la habitulidad de mentir, no slo no perdona a la religin del jura-mento, sino que ya se vale de ella para autorizarla. Con esto, las disposi-ciones, en s santas, qu pueden obrar, si muy frecuentemente se fundanen mentiras?

    No juzgo conveniente salirme del asunto para convencer esta propo-sicin, sino convencerla con lo mismo que contribuye a su adelantamiento.En mi pastoral pregunto a los curas varios puntos convenientes para migobierno y para facilitarles el cumplimiento con su oficio. En sus respues-tas (muy frecuentemente) slo se ve, en unas, el artificio; en otras, elengao; en todas, el disimulo; se manifiesta lo que no se puede ocultar,como es la deshonestidad, la embriaguez y falta de pa afeccin a las cosasde la religin; en las que se pueden ocultar se ve el engao y dan por bue-nos cristianos y firmes en la fe a los que en conversaciones particulares,en que los introduca por varios medios, los calificaban de idlatras. Enlo que ni se puede mentir ni engaar, se disimula, llamando escuelas a can-tarles el fiscal de la parroquia la doctrina cristiana a los nios y nias.

    Con este motivo me ha parecido (para descubrir engaos y disimu-los) aumentar algunas reflexiones al fin de cada parroquia, fundndolaspor lo comn, en las respuestas de los curas, como ilaciones de ellas quepueden servir para el conocimiento de la verdad; unas hay, porque cierta-mente se deducen; otras por lo que me han manifestado en las conversa-ciones; otras porque son fundadas en varios memoriales, que se me hanpresentado por parte de los indios y otras porque las he tocado con mismanos.

    No me persuado que en ellas haya ponderacin, ni exceso; antes bien(segn alcanzo) por no exceder en la pureza, que se debe a la verdad, digomucho menos de lo que concibo; las fundo, por lo comn, en las cartas delos curas que envo por testimonio y suprimo muchas que me fuera fcilconvencer con buenos documentos, que remitira, a no ser tantos y tanprolijos.

    Bien conozco que este escrito pudiera parecer ajeno de mi oficio, porlo que mira aja cosmografa, y mucho ms considerada mi ninguna inte-ligencia de este arte, cuando en mi vida he ledo libro alguno que tratede ella; pero habindome parecido conveniente para la mejor comprensinde la verdad delinear pueblos, montes y ros, manifestar rumbos y dis-tancias, el amor con que debo procurar las felicidades de este Arzobispado,me ha inspirado aquellas reglas bastantes para suplir mi ningn estudiode este arte.

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  • qm patdt haber, sin embargo de haber empleado bastan-U attncion, son:

    l 9El no poner los rumbos a punto, por haber ignorado los nombresi ncias de vientos y no haber ido prevenido de esto, y como

    solant> unte, poniente, norte y sur, he tratado de stosnununtando en sus casos declinaciones, segn las adverta en

    la aguja.

    t*El que en las distancias de un pueblo a otro, de una montaa astos o a la mar, puede haber algunos y aun muchos yerros; porque en

    tino no estn medidas las leguas, ni sabe ninguno cuntas se nume-raba, me suceda siempre que el uno me deca

    que eran cuatro leguas, las que otros alargaban a seis y a ocho, y no faltme dijo no me cansara en preguntar sobre la materia, porque cada

    cual contaba las leguas segn la prisa con que se andan; con todo, las pro-curaba acomodar con reloj, bien que con el engao que puede producir elser bueno o malo el camino, el andar ms a prisa o ms despacio.

    39El de mayor consideracin es que puede haber en el nmero defamilias y personas de cada parroquia y pueblo; porque los curas no tenan

    nee de la feligresa y hubieron de tomarlos de los indios, que es vero-smil, y aun cierto, que estarn diminutos; porque hacindolos con el temorde ser para el tributo, como experiment en algn pueblo, ni aun darlosqueran.

    De las personas que viven en valles, haciendas, pajuides, trapiches,salinas, y aun a su arbitrio en el monte, se ocultan muchos, ni es fcil sabersu nmero; porque de stos hay muchos vagos, que nadie los conoce, nise sabe de dnde son, ni a qu parroquia pertenecen, ni aun permanecenen parte alguna; pues quince das se estn en este trapiche, despus un

    I aquella hacienda, luego mudan de provincia. He hecho varias dili-gencias para su averiguacin, pero con poco efecto. No obstante, segnconjeturas bien fundadas y tambin segn noticias ciertas, tratar de stos

    > la oportunidad que presenten las parroquias.

    Sobre todo debo decir, que ste es un escrito hecho con sobrada preci-pitacin y entre varios negocios; por cuya causa tal vez se suprimen mu-chas cosas, que convendra saberse, por no estar bien premeditadas; y semanifestarn tal vez algunas, que, aunque verdaderas, dificultosamente sepurgarn de toda nota de inverosmiles, sin embargo de tener en mi poderdocumentos convincentes.

    Estos conocimientos debieran retraerme de empearme en este escrito;pero la necesidad que concibo de l para el arreglo de esta Dicesis, haceque mi obligacin a procurar sus felicidades, venza todo gnero de difi-cultades e inconvenientes. No es el menor que puede llegar a un Rey detanta penetracin y por mano de un concejo tan instruido; pero esto mis-mo me alienta ms a no desistir del empeo, porque la misma real penetra-cin y la instruccin en los ministros de su concejo, ya en unos por lasdependencias que llegan a su mano, ya en otros por las experiencias que

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  • han tenido en estos Reinos, han de ver necesariamente que varias de lascosas que digo son verdades, por ms que a otras personas sin experienciaparecieran ficciones.

    Con estas advertencias, y de ilo ser ms este escrito, que un borra-dor, de que sin duda habr muchas cosas que quitar, y que ciertamentehabr muchas cosas que aadir, me atrevo a presentarlo con la obligacinde aumentarlo y disminuirlo en lo que se juzgare conveniente; pero no sinla condicin de poderlo ejecutar con ms reflexin y quietud que la quepermiten las circunstancias presentes; sin que por esto se entienda que hayen l falta de verdad y sinceridad, en cuanto se han podido adquirir acosta de afanes y diligencias, sino porque en la manifestacin de la verdadpuede haber narrativas superfluas y diminutas.

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  • K\/oN PARA PONER AQU LA CARTA PASTORAL QUE ESCRIBIH \R/()B1SP(> A LOS CURAS PREVININDOLOS PARA LA VISITA

    En la Carta Pastoral, que despach a las curas para prevenirlos de:a, inger (para la ms breve expedicin) varios puntos, a que por

    escrito, y con firma de los curas haban de tener stos sus respuestas paracuando llegara a las parroquias; y como tratando de stas se ve en cadauna dice el cura en sus respuestas &a. me ha parecido convenientepara la mejor inteligencia, poner aqu a la frente de todas ellas mis pre-guntas a que responden.

    No por esto pongo las respuestas a todos los puntos, sino las que tienenalguna ^conducencia con mi intento; ni tampoco las pongo con la extensinque las dijeron, sino compendiadas, y en suma ; bien que porque no quedeen la extraccin de ellas vulnerada la sinceridad que deseo, en circunstan-cias, que oprimido de negocios, no sabra significar la precipitacin conque escribo, he puesto por separado, y por testimonio las cartas de loscuras en los mismos trminos que estn originales en los autos de visita decada parroquia, en donde se pueden ver con mayor extensin.

    Carta del Arzobispo

    Muy seor mo: En cumplimiento de la estrecha obligacin, que laDivina Providencia ha puesto a mi cargo sobre visitar esta Dicesis todoslos aos, o al menos de dos en dos; he determinado salir al cumplimientode dicha obligacin inmediatamente, que cese el tiempo regular de laslluvias, que ser a mitad de Octubre.

    Para ser lo menos gravoso, que me sea posible, en cada una de lasparroquias procurar no demorar en ellas, sino el tiempo preciso, paratomar conocimiento de lo que conduzca al bien espiritual, y temporal delas parroquias a que contribuir ciertsimamente el celo, que Vmd debetener; y espero lo satisfar para conmigo, teniendo a mi arribo puestaspor escrito, y firmadas de su mano las respuestas a los puntos siguientescon la verdad, claridad y sencillez que me prometo.

    1? En qu consiste la renta del curato y a cunto asciende con inclu-sin de todos los derechos de bautismos, casamientos, entierros, y cofra-das, y de cuantas obras pas perciba cualquier emolumento? .

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  • 29 Qu idioma se habla generalmente en la parroquia, y si est algu-no ordenado a este ttulo, y en dnde reside?

    39 Cuntos pueblos tienen anexos, cunto dista uno de otro, cun-tas leguas comprende el distrito de la parroquia, cuntas haciendas, inge-nios, trapiches y pajuides hay en l, y a qu distancias; de modo quepueda formar juicio claro del terreno y cosmographia de la parroquia?

    49 Cuntas familias hay en la cabecera, cuntas en cada uno de lospueblos, y cuntas en las referidas haciendas, y entre todas ellas cuntaspersonas componen con distincin de hombres, mujeres, adultos y prvulos?

    59 Qu escndalos y abusos ha notado en su parroquia en cualquieramanera que sea ; qu remedios ha aplicado, qu efectos han producido stos,cules son los vicios ms dominantes?

    69 Si todos sus parroquianos han cumplido los preceptos de confesar,y comulgar cuando manda la Iglesia, si asisten puntualmente a la expli-cacin de la doctrina cristiana, y misa, si hay algunos separados de susconsortes, o que hayan contrado con impedimento, sin haber sido antesdispensado?

    79 Si hay escuela de nios, si el maestro es de buenas costumbres,y a propsito, qu se les ensea, y cuntos nios concurren regularmente?

    89 Si ha notado algunas idolatras, o supersticiones, que den indiciode no hallarse bien fundados en la santa Ley de Jesucristo; y qu apreciose hace de los santos sacramentos, lo que se conjeturar de si los recibencon indiferencia o repugnancia, o para evitar el castigo, y nota, o por noser puntuales en llamar en peligro de muerte?

    99 Qu libros usa para explicar la doctrina cristiana, y. resolver loscasos de conciencia y a cul de ellos se inclina ms, y tambin, qu librotiene para las sagradas rbricas ?

    1 109 Si los indios son demasiadamente castigados, y porqu, o sison molestados con algunas vejaciones violentas por cualquier personaque sea?

    En orden a mi alojamiento, y de mi familia nada se estimar sino lasencillez, pobreza, y limpieza, en cuya inteligencia, no se pondrn en lalhajas preciosas, ni buscadas fuera del pueblo, con pretexto alguno; y lacomida ser con la frugalidad, que manda la Iglesia, y se reduce a dos, otres viandas, que no sean exquisitas.

    Mi recibimiento no ha de ser con msicas, bailes, fuegos, ni otras se-mejantes demostraciones, que se resienten de las vanidades del mundo,sino con silencio, recato, modestia, y compostura; ni se han de sacar delpueblo estandartes, imgenes, ni cruces, porque stas debern estar a lapuerta de la Iglesia, en donde debo venerarlas, y adorarlas.

    Desear ser lo menos molesto que pueda; y as excusar el que seprevengan muchas muas, ni me acompaen muchas personas, por lo quedejo a la prudencia, y consideracin de Vm, el que me libre de la molestia,que tendra infaliblemente en ver que causo ms fatiga de la que es nece-saria.

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  • Persuadir Vmd a todos los no confirmados, que se dispongan contiempo a recibir dignamente el Santo Sacramento de la Confirmacin ; y aeste efecto los preparar segn la instruccin que remito; y espero delcelo, que debe Vmd tener para las felicidades de sus feligreses, que noomitir trabajo, ni diligencia alguna, que conduzca a su santificacinen esta visita.

    Tomar Vmd copia de esta carta, e instruccin; pondr su recibo, yla remitir original al cura inmediato, para que as pasando de uno a otrocordilleramente, pueda recogerla en el ltimo pueblo de visita ; a cuyo efec-to se hallan en la margen las cabeceras de parroquias por su orden. Nues-tro Seor guarde a Vmd muchos aos.Goathemala, 23 de Septiembre de1768.

    Pedro, Arzobispo de Goathemala.

    DIVISIN GENERAL DEL ARZOBISPADO DE GOATHEMALA

    Si como trato de slo la Dicesis de Goathemala, tratara de todo esteReino, sera preciso extenderme a las Provincias de los Obispados de Nica-ragua, Comayagua, y Ciudad Real, que le pertenecen; pero cindose elasunto a la Dicesis de Goathemala, que por el oriente confina con la deNicaragua, y formando un semicrculo hasta el poniente por la banda delnorte confina con las de Comayagua y Ciudad Real, dir solamente las Pro-vincias comprendidas en la Dicesis de Goathemala.

    1* La primera es el Valle de esta Ciudad, y se compone de dos Alcal-das mayores, a saber: la una de Chimalthenango, cuyo gobierno se hallaen el da enteramente a cargo de los Alcaldes ordinarios del Ayuntamientode la Ciudad, y comprende once curatos, que son los siguientes: l9 Joco-tenango. 29 San Sevastin del Texar. 39 Chimalthenango. 49 Yzapan. 59

    Paziza. 69 Patzum. 79 Sumpango. 89 Comalapam. 99 Tecpn Goathema-la. 10 San Martn Xilotepeques. 11 Santo Domingo Xenac, con los res-tantes pueblos anexos a estas parroquias, de que se har memoria en cadauna de ellas.

    La otra Alcalda mayor se halla al presente dividida en esta forma:Todos los pueblos que se hallan en el distrito de cinco leguas de Goathemala,estn a cargo tambin de los dos referidos Alcaldes Ordinarios de su Ayun-tamiento; y los que distan ms, al de un Alcalde mayor, que lo es al pre-sente Dn. Estanislao Crquer, el cual solamente tiene el curato de la Her-mita con algunos pueblos anexos de otros curatos ; y esta Alcalda, que sedice de los Amatitanes, comprende diez curatos con sus anexos. 1Q CiudadVieja. 29 Alotenango. 3*? Xejapam. 49 Santa Mara de Jess. 59 Amati-tn. 69 Santiago Zacatepquez. 7"? San Juan Zacatepquez. 89 Mixco.9

  • 3^ La tercera Provincia es de San Salvador, que se subdivide en cincoy son : 1* la de San Salvador. 2? la de San Vicente. 3^ la de San Miguel.4^ la de Santa Anna. 5^ la de Chalatenango. Todas las cuales componenuna Alcalda Mayor, que tiene tres ayuntamientos con sus Alcaldes ordina-narios, y son : 1? el de la Ciudad de San Salvador. 29 el de la Villa de SanVicente de Austria. 39 el de la Ciudad de San Miguel.

    La 1* contiene nueve curatos : l9 el de la Ciudad de San Salvador, condos curas. 29 Cojutepeque. 39 Suchitoto. 49 Tonacatepeque. 5 9 Olocuilta.69 Mazaguat. 79 Texaguangos. 89 San Jacinto. 9? Mexicanos.

    La 2? contiene cuatro curatos : l9 Villa de San Vicente. 29 Zacatecolu-ca. 39 Nunualco. 49 Titiguapa.

    La 3^ contiene seis curatos : l9 el de la Ciudad de San Miguel. 29 Chi-nameca. 39 Osicala. 49 Gotera. 59 Ereguayqun. 69 Yayantique.

    La 4^ comprende cinco curatos: l9 Santa Anna Grande. 29 Opico.39 Texsistepeque. 49 Metapas. 59 Chalchuapan.

    La 59 comprende dos curatos: l9 Tejutla. 29 Chalatenango. De ma-nera que en la Provincia de Sn. Salvador, y jurisdiccin de su AlcaldeMayor hay por todo veinte y seis curatos, y sus pueblos, anexos.

    4? La cuarta Provincia es la de Chiquimula de la Sierra, jurisdiccinde un Alcalde Mayor, que contiene diez curatos: l 9 Zacapa. 29 San Cris-tval Acasaguastln. 39 San Agustn de la Real Corona. 49 Chiquimulade la Sierra. 59 Jocotn. 69 Quesaltepeque. 79 Jilotepeque. 89 Jalapa.99 Mita. 10 Jutiapa.

    5^ La quinta Provincia es la de Guasacapn, jurisdiccin de un Al-calde Mayor, y contiene once curatos : l9 Conguaco. 29 Los Esclavos. 39

    Guasacapn. 49 Chiquimulilla. 59 Taxisco. 69 Tacuilula. 79 Xinacantn.89 Escuintla. 99 Guanagazapam. 10 Chipilapa. 11 Santa Luca Cosumal-uapan.

    6* La sexta Provincia es la de San Antonio Suchitepeques, jurisdic-cin de un Alcalde Mayor, y contiene siete curatos : l9 San Antonio Suchi-tepeques. 29 Mazatenango. 39 Cuyotenango. 49 Retaluleuh. 59 Sapoti-tlan. 69 Samayac. 79 San Pedro Jocopilas.

    7* La sptima Provincia es la de Tzolol, jurisdiccin de un AcaldeMayor, y contiene ocho curatos: l9 Tzolol. 29 Panahachel. 3 9 SantiagoAtitn. 49 Patulul. 59 San Pedro la Laguna. 69 Santo Thoms Chichicas-tenango. 79 Sn. Pedro Jocopilas. 89 Santa Maria Joyabah.

    8? La octava Provincia es la de Totonicapam, jurisdiccin de un Al-calde Mayor, y contiene once curatos : l9 Sn. Miguel Totonicapam. 29 Sn.Christval Totonicapam. 39 Santiago Momostenango. 49 Gegetenango.59 Malacatn. 69 Chiantla. 79 Cuilco. 89 Jacaltenango. 99 Tzuluma. 10Utzpantn. 11 Nevah.

    99 La nona Provincia es la de Quesaltenango, jurisdiccin de unAlcalde Mayor, y contiene cuatro curatos: l9 Quesaltenango. 29 Ostun-calco. 39 Texuthla. 49 San Pedro Sacatepeques".

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  • 10. La dcima Provincia es la de Verapaz, jurisdiccin de un AlcaldeMayor, *y contiene cuatro curatos: I o San Pedro Carcha. 2o Cahbn. 3*? SanChristval Verapaz. 4 Ravinal.

    De que resulta contarse en la Dicesis de Goathemala diez Provincias,que son las sobredichas, y en ellas contenerse ciento y once curatos ; a loscuales agregados cuatro, que hay en la Ciudad de Goathemala, y son: l9el de la Catedral con dos curas. 2o el de los Remedios. 3o el de la Cande-laria. 4o el de San Sevastin, hay en toda la Dicesis ciento y quince cura-tos, con los anexos, familias, y personas, que se dirn tratando en particu-lar de cada uno de ellos.

    La situacin de todas las sobredichas Parroquias, y Provincias puededecirse, que es en la costa del sur, porque en ella de oriente a ponienteocupa cerca de doscientas leguas desde el pueblo de Conchagua hasta el deRetaluleuh; cuando de sur a norte slo ocupa, por donde ms, ochentaleguas; de manera, que desde la Conchagua, que es el oriente, y est a laorilla de la Mar del sur, hasta Retaluleuh, que es el poniente, y dista comoocho leguas de la mar, tirando un semicrculo por la banda del norte, es elcontinenti de la Dicesis de Goathemala.

    Noto que el orden que voy a llevar en la descripcin de los curatos, esel mismo que he llevado en la visita: de suerte que algunas veces sin con-cluir de hablar de todos los de una Provincia, suceder que paso a tratarde los de otra ; y esto principalmente en los del Valle de Goathemala, por-que lo contrario contribuira ms a la confusin, que a la claridad porvarias razones, que suprimo, por no hacer al asunto

    ; y entre ellas porquefuera de dicho Valle de Goathemala, rara vez sucede pasar del de unoal de otra Provincia.

    ertencia.En este lugar insert el Arzobispo la nota que dice: "En lugar deesta hoja debe colocarse el mapa de la ciudad de Goathemala, que para que no se ajecon los dobles, que eran precisos, se ha puesto en media caa, y forrado con lienzo. Vaen la misma media caa rollado el mapa del pueblo de Escuintla para que se coloqueen el lugar correspondiente".

    No habiendo sido posible encontrar estos mapas, se publican sin ellos los captulosrelativos a la ciudad de Goathemala y sus anexos.

    .V. del E.

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  • CIUDAD DE GOATHEMALA CON SUS PARROQUIASY PERTENENCIAS

    La ciudad de Goathemala es la metrpoli del Reino de este nombre,el cual comprende las Provincias de Nicaragua, Comayagua y Ciudad Real,como M dijo arriba en el prlogo sobre la divisin general de su Arzobis-pado. Su situacin y disposicin es con toda puntualidad como apareceen el mapa. Hllase situada en un Valle, cuyo dimetro es de norte a sur,como bree leguas; y de oriente a poniente como media. Est cercada decerros elevados, pero los que lo estn ms, son los que se llaman Volcanesde Agua y de Fuego.

    Kl de Agua es cerro muy empinado y hermoso, tan bien cortado, quepor todas partes y rumbos aparece del mismo modo. Los de Fuego noaparecen tan elevados, ni son tan proporcionados y redondos y en suma sonfielmente como representa el mapa. El de Agua no ofrece motivo bien fun-dado para llamarse as. Los de Fuego s, porque uno de ellos que es la puntaltima, humea muy frecuentemente y varias veces ha arrojado muchofuego y aun mucha parte de l es ya piedra y tierra requemada y el derre-dor de su suelo arena negra, que se conoce arrojada por sus quebraduras

    ;

    y a estos volcanes de Fuego se atribuyen los temblores, que con bastantefrecuencia se experimentan en Goathemala.

    El valle formado entre dichos cerros es muy llano, pero estril; sinque haya otro fruto que algunas verduras y alfalfa en algunos sitios cerra-dos, que se dicen potreros. En l se repasta el ganado que se trae parael abasto de la ciudad, con lo que no tengo por verdad el que antiguamentese llamara esta ciudad Quauthemallan, que quiere decir rbol podrido, olugar de rboles, por esta significacin; porque en su territorio cierta-mente, ni se ven rboles podridos, ni muchos rboles, ni apenas hay otrosque varios lamos y sauces que en los aos pasados mand plantar su Pre-sidente Dn. Alonso de Heredia para formar paseo.

    Muchsimos indios llaman an al presente Panchoy a esta ciudad yquiere decir: barriga de laguna, creyendo que fue laguna este valle, enque est situada Goathemala, pero yo entiendo que tales etimologas yderivaciones son bien arbitrarias y as lo comenc a pensar desde que pisla Amrica, en que apenas encontraba cosa a que no'se le apropiara su deri-vacin y etimologa ; porque a cada paso oa : este monte se llama as, porquetiene mucha piedra, o muchos rboles ; este pueblo se dice as, porque estfundado entre dos cerros, o sobre mucha agua, porque si esto fuera, estosidiomas brbaros fueran ms elocuentes y expresivos que el latino y aun

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  • el griego, cuando condiciones bien simples explican todo el concepto perfec-tamente, con que yo me contento con decir

    ; que esta ciudad se llama Goa-themala y si en otro tiempo se llam Quautemallan, ha perdido este nom-bre, por slo ser la pronunciacin de aqul ms suave.

    La ciudad de Goathemala es muy hermosa, con buenas plazas, callesespaciosas, rectas, llanas y bien empedradas ; las casas son grandes, bue-nas y muy adornadas, blancas por dentro y por fuera, siendo de admirarque estando tan blancas las paredes a ninguno haya ocurrido tiznarlascon carbn, ni para formar mamarrachos, ni para escribir sus nombres,como sucede frecuentemente ; hay muchos balcones de hierro, muchos cris-tales, mucha limpieza en las calles y plazas ; hay en stas algunas pilas deagua o surtidores, los hay en todas las casas regularmente, muchos deellos son magnficos, principalmente los que hay en los patios de algunosconventos de religiosos.

    Los templos son muy capaces, de buena arquitectura y excelentementeadornados

    ;todo lo cual hace que sea ciudad hermosa

    ; y no reparara endecir singularmente hermosa, a tener un alto ms las casas, pero por temorde los temblores no tienen por lo comn sino un suelo, aunque tambinhay muchas que tienen segundo.

    Para el gobierno civil y poltico hay presidente, que lo es de la Audien-cia y junta los empleos de Capitn General de las armas, de Gobernadory Vicepatrn Real de lo Eclesistico, cuyos empleos necesitan para sudesempeo hombre de buena capacidad y aplicacin al trabajo, porque leocurren muchos negocios y muy distintos. Hay una Audiencia (y es lanica del Reino) que se compone de cinco Oidores y un Fiscal, la cualentiende en lo civil y criminal y por consiguiente han de ser muchsimaslas dependencias que le ocurren. Hay Cabildo Secular que se compone dequince Regidores perpetuos y stos nombran al fin de cada ao dos Alcal-des Ordinarios: el uno, de primer voto y el otro de segundo, los cuales(por tiempo de un ao) ejercitan jurisdiccin en la ciudad, arrabales yvalles hasta cinco leguas al derredor de la ciudad.

    Aunque hay los suficientes artesanos para todos los oficios; pero aexcepcin de stos, todos son comerciantes y creo que a reserva de algunaspersonas pobres mendicantes, o vagas no tendr excepcin esta regla yme parece que no puede dejar de tener sus inconvenientes el que seancomerciantes los Regidores y tal vez los mayores comerciantes; pero miobjeto no es pararme, ni reflexionar sobre lo civil y poltico, sino precisa-mente sobre lo moral y eclesistico.

    Para el gobierno eclesistico hay un Metropolitano, cuyos sufrag-neos son los R. R. Obispos de Nicaragua, Comayagua y Ciudad Real. LaIglesia de Goathemala tiene cinco dignidades que son Dean, Arcediano,Chantre, Maestrescuela y Tesorero; cuatro cannigos, dos de oficio y sonPenitenciario y Magistral y otros dos de gracia, dos curas, un sacristnmayor, diez capellanes de coro, nueve mozos de coro, msicos, perdiguero

    y otros empleados en servicio de la Iglesia.Hay cuatro parroquias: 1* de la Catedral servida por dos curas.

    29 de los Remedios. 3^ de la Candelaria. 4^ de San Sebastin, servidascada una de ellas por un cura, de las que se hablar ms abajo de propsito.

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  • ientes conventos: 1? de Dominicos con. . . religiosos. 29B regular observancia con. . . religiosos. 39 de Merce-

    - ligiosos. 49 de Franciscanos-Recoletos con . . . religiosos.5^ de n... religiosos. 69 de Belemitas con... religiosos.7^ de San Juan de Dios una vez con tres, otra con cuatro religiosos.

    De religiosas : 1? de la Concepcin con 53 religiosas. 29 de Santa Ca-con 26 religiosas. 39 de Descalzas de Santa Teresa con 21 religiosas.

    49 de Capuchinas con 32 religiosas. 5P de Santa Clara con 33 religiosas.s: 1

  • PARROQUIA DE LA CATEDRAL

    Esta parroquia se halla delineada en el mapa de la ciudad desde elnmero 1 hasta el 12, ambos inclusive, en que se manifiesta con todas suspertenencias y son en la forma siguiente:

    1. La Santa Iglesia Catedral.2. El Colegio Tridentino.3. Colegio de San Francisco de Borja.4. El Hospital de San Pedro.5. Iglesia de Nuestra Seora del Carmen.6. Convento de Nuestra Seora de la Concepcin.7. Convento de Santa Catarina.8. Convento de Santa Teresa.9. Convento de Capuchinas.

    10. Colegio de Nias.11. Iglesia de la Cruz del Milagro.12. Iglesia de San Joseph.

    Esta parroquia de la Catedral comprende todo el centro de la ciudad,y las restantes los extremos de ella, que se dicen barrios comnmente, noobstante que la dla Candelaria tiene porcin en el curato de la ciudaden la Calle llamada Ancha y as sta como tambin las otras, pueden teneren l parte no considerable, porque sus territorios se hallan en los extre-mos llamados barrios, que entiendo quiere decirse lo que en Espaa conel nombre de" arrabales. Y tambin la de San Sebastin tiene porcin enla misma Calle llamada Ancha.

    Hay en esta feligresa familias... 1,308 con 10,837 personas y sehalla su administracin a cargo de 2 curas Rectores. Uno es don Ber-nardo Muoz, otro don Francisco Castilla, ambos entraron al servicio deesta parroquia el da. . . de septiembre del ao 1769, tendrn como 35 aosde edad, son eclesisticos hbiles, virtuosos, y que procuran desempearsu ministerio, se ayudan cada uno de un coadjutor. Uno es don MarianoJuregui y otro don Manuel Escobar. La renta del curato ....

    Dicen los curas en sus respuestas, que los escndalos que hay en laparroquia son muchos de personas de todos estados y calidades, y espe-cialmente en amancebamiento y embriagueces, y que habiendo procurado

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  • aplicar cuantos remedios les han sido posibles hay tanto desorden queapenas se puede atajar, siendo los vicios ms dominantes la lujuria, laembriaguez, y los que de stos se siguen, que son homicidios frecuentes,blasfemias, etc. Que los parroquianos que no hicieron constar su cumpli-miento al cabo de un ao fueron 639 y que usan de los efugios que insinanen dichas respuestas para no poderse averiguar y consiguientemente niremediar esta falta. Que hay grave descuido en querer oir la doctrina

    .na. y consiguientemente mucha ignorancia porque apenas hay quienla oiga en la parroquia. Que no pueden dar razn del nmero de consor-

    mque hay muchos, y algunos siendo casados en otros reinos se man-tienen en ste;* que hay varias escuelas de nios en donde se les enseaa leer y escribir, pero bien miradas se reducen a 3, la una con 80 niosy es de un ao a esta parte. La otra con 35. Y de la otra que no se diceel nmero. Que hay tambin varias escuelas de gramtica pero tambin sereducen a 3, una en el Colegio Tridentino y otras que segn aparecen son 2en el Colegio de San Francisco de Borja, y en la casa que fue de los Regu-lares de la Compaa. Y que hay que decirme otras varias cosas. Hastaaqu los curas.

    A que aumento que dichas escuelas en la casa de los referidos regu-convendra tal vez no las hubiera, porque contribuyen mucho a la

    conservacin del fanatismo de los jesutas, que han dejado bien radicadoen esta ciudad y reino.

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    Propiedad de la Biblioteca

    Universidad Francisco Marroaun

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  • PARROQUIA DE NUESTRA SEORA DE LOS REMEDIOS

    Esta parroquia se halla delineada en el mapa de la ciudad, desde elnmero 22 hasta el 31, ambos inclusive, en que se manifiesta con susanexos y pertenencias, pero no se considera necesario expresar sus distan-cias, a causa de estar los pueblos a continuacin unos de otros en medialegua de territorio; y s solamente se declaran dichos nmeros.

    22. Iglesia Parroquial de los Remedios.23. Iglesia de Santa Cruz.

    24. Pueblo de Santa Ana.25. Pueblo de Santa Isabel.26. Pueblo de San Cristbal.27. Pueblo de San Gaspar.28. Pueblo de San Pedro.29. Pueblo de San Lucas.30. Pueblo de San Bartolom.31. Pueblo de San Andrs.

    En el barrio que es la parroquial hay familias deladinos . . .- 377 con 1,603 personas.

    En el pueblo de Santa Ana hay familias 114 con 359 personas.En el pueblo de Santa Isabel hay familias 84 con 318 'personas.En el pueblo de San Cristbal hay familias 75 con 263 personas.En el pueblo de San Gaspar hay familias 44 con 136 personas.En el pueblo de San Pedro hay familias 212 con 663 personas.En el pueblo de San Lucas hay familias 9 con 50 personas.En el pueblo de San Bartolom hay familias. . . 23 con 104 personas.En el pueblo de San Andrs hay familias 21 con 100 personas.

    De que resultan en esta parroquia familias .... 959 con 3,596 personas.

    Sin inclusin de los prvulos que es regular, ascienden a crecido n-mero; porque suelen reputarse tales hasta los diez, doce y ms aos. Elbarrio, que es el territorio incluido en la ciudad, es de ladinos. Los pueblosanexos son de indios.

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  • Esta administracin se halla a cargo de un cura, que lo es ha muchosaos don Sancho Barba de Figueroa, ya anciano, eclesistico muy hbil,acreditado y virtuoso, el cual se ayuda de dos ministros. I9 don Joseph Za-rate. 29 don Francisco Chavert, de quienes no hay cosa particular quenotar.

    Aunque se dijo arriba que el Valle de Goathemala es rido y estril,pero debe entenderse del centro de l ; porque en los pueblos que estn a laraz de las montaas que lo rodean, se dan frutos y se cultiva la tierra ; yaa en estos pueblos se cogen maces, hay frutas y verduras, que se traena Goathemala en abundancia y son de mucho arbitrio para los indios. Elidioma materno de los pueblos es el kacchiquel y necesario para la admi-nistracin ; la renta, segn dice el cura, es de 2,400 pesos.

    Dice el cura en sus respuestas que me causar fastidio el comn la-mento contra la embriaguez, como vicio ms dominante, y as es; como

    n que nada basta para contenerlo, ni persuasiones, ni amenazas, nicastigos, produciendo entre otros efectos desgraciados la mala crianza delos hijos y de las hijas, abuso y desorden verdaderamente comn entre estasgentes, que en nada menos piensan, que en criar cristianamente a sus hijos.Que no omite poner en mi noticia un abuso comn en esta ciudad, en quees tambin comprendida esta feligresa de ladinos; y es el velorio quellaman de difuntos adultos y prvulos; que en los pueblos hay el viciocomn de la embriaguez con todas sus malas consecuencias; el desordende repartir los principales de las cofradas con usuras ilcitas y el de cele-brar sus aos.

    Que en el territorio de este curato no hay escuela alguna de gramtica

    ;

    que en el territorio de los ladinos tienen los religiosos belemitas escuela,en que se ensea a leer y escribir; que en los pueblos tienen puestas dos,pero sin efecto, porque los indios no entran en esto, por no querer ni lospequeos ni sus padres y maestros ; y slo se ensea en ellas la doctrina cris-tiana, por la maana a las nias y por la tarde a los nios. Que por lo quetoca a la asistencia a la misa parroquial y explicacin de la doctrina cris-tiana, esto est perdido en esta iglesia de ladinos, porque a la misa no asis-ten doscientas personas, y de stas la tercera parte se quedar a la explica-cin de la doctrina. Y que los ladinos a fuerza de instancias y diligenciascumplen los preceptos anuales de confesar y comulgar y que no son muchoslos que faltan, los que me dar en papel separado, porque los indios sonpuntuales en cumplirlos. Hasta aqu el cura.

    Debo prevenir que los dos pueblos arriba puestos de San Bartolomy San Andrs se hallan encomendados a un vicario, de orden de mi antece-sor, y lo es algunos aos ha, don Felipe de Morales Betancourt, indepen-diente del cura de los Remedios.

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  • IPARROQUIA DE NUESTRA SEORA DE LA CANDELARIA

    Esta parroquia se halla delineada en el mapa de la ciudad desde elnmero 32 hasta el 43, ambos inclusive, en los cuales se manifiesta con susanexos y pertenencias y son como sigue

    :

    32. Parroquia de Nuestra Seora de la Candelaria.33. Beatero de Santa Rosa.34. Beatero de Indias.35. Oratorio de Espinosa.36. Iglesia de los Dolores del Cerro.37. Iglesia de los Dolores de Abajo.38. Pueblo de Santa Ins.39. Hermita de las Animas.40. Pueblo de San Juan Gascn.41. Pueblo de Santo Toms.42. Pueblo de la Magdalena.43. Pueblo de San Miguelito.

    En los barrios.de la ciudad hay familias de la-dinos 290 con 1,813 personas.

    En los mismos hay familias de indios 202 con 926 personas.En el pueblo de Santa Ins hay familias 48 con 186 personas.En el pueblo de San Juan Gascn hay familias .

    .

    20 con 87 personas.En el pueblo de Santo Toms hay familias 115 con 667 personas.En el pueblo de la Magdalena hay familias 148 con 562 personas.En el pueblo de San Miguelito hay familias 31 con 87 personas.

    De que resultan en esta feligresa familias 854 con 4,328 personas.

    Los pueblos de Santa Ins y de San Juan Gascn estn inmediatos ycontinuados con los barrios de la ciudad. El de Santo Toms est a unalegua de la cabecera. El de Santa Mara Magdalena est tambin auna legua de la cabecera; pero solamente como un cuarto de legua del deSanto Thomas. El de San Miguelito dista de la cabecera como una legua.

    Esta administracin se halla a cargo de un cura, que lo es, ha comoseis aos, don Joseph Mara de Eloso, de edad como cuarenta aos, hbil,aplicado y muy expedito y virtuoso; se ayuda de dos coadjutores: l9 donJoseph Antonio Crdenas, 2*? don Nicols Velasco, ambos hbiles y expe-ditos.

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  • ll cosechas de estos pueblos son maces, frijoles, algn ganado yse ayudan con llevar frutas y verduras a la ciudad ; el idioma materno es

    le, y se necesita para la administracin; la renta, segn diceel cura, es de 1,842 pesos.

    * el cura en sus respuestas que las familias se mudan no solamentetodos los aos, pero aun todos los meses. Que aunque ha procurado atajar

    abusos que ha notado, pero que sera conveniente para evitaris desarreglos que suele encontrar, el que yo prohibiera los velorios

    . principalmente prvulos, celebraciones de casamientos y fies-tas de santos en sus casas o das de sus nacimientos, porque estos congresosde noche con msicas y bailes, es ocasin de embriagueces y otros graves

    Que con algn trabajo y con alguna espera todos cumplenlos preceptos anuales de confesar y comulgar y que asisten a misa y expli-

    de la doctrina cristiana. Que hay en su casa una escuela bien arre-glada, habiendo quitado las que haba en las barberas y otras tiendas,en donde I< s podan aprender escndalo que letras ; y que no hayen su territorio escuela de latinidad y que los padres de Santo Domingo

    .en en su convento a donde concurre uno, u otro de esta feligresa.Hasta aqu el cura.

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  • PARROQUIA DE SAN SEBASTIAN

    Esta parroquia se halla delineada desde el nmero 13 hasta 21, ambosinclusive, en los cuales se manifiesta con sus anexos y pertenencias y soncomo sigue:

    13. Parroquia de San Sebastin.14. Iglesia de Santa Luca.15. Iglesia del Espritu Santo.16. Iglesia de San Lzaro.17. Iglesia de San Gernimo.18. Hermita de Santiago.19. Hermita de San Antn.20. Iglesia del Manchen.21. Pueblo de San Felipe.

    En esta parroquia dice el cura que el nmero de feligreses es cuatromil seiscientos cuarenta y seis, sin explicar el de las familias ; pero tengopor cierto que el dicho nmero de feligreses est muy diminuto, como el dela renta que produce el curato.

    Esta administracin se halla a cargo de un cura, que lo es don CarlosSuncn, ya anciano de ms de sesenta afios, aunque sea hbil no lo parece

    ;

    pero lo que s parece hombre extrao reputado por tal y algo litigioso;se ayuda, segn dice, de cuatro ministros, el uno est de pie en el Pueblode San Felipe, el otro asiste de la misma suerte en el barrio de San Antny los dos restantes residen en su compaa para servicio de la iglesia prin-cipal.

    No s,e ponen las distancias de dicho pueblo y barrio, por estar a conti-nuacin de los barrios de la ciudad. Los frutos de este territorio son losdichos en las parroquias antecedentes, maces, frijoles, algunas frutas yverduras que traen a Goathemala. Los indios hablan el idioma kacchiquely los ladinos el castellano como en las parroquias antecedentes; la rentadel curato, segn dice el cura, es de 1,146 pesos 4 reales, de la cual sehan de bajar 225 pesos y le quedan en lquido 921 pesos 4 reales.

    Antes de poner las respuestas del cura es preciso decir que en ambascosas falta notoriamente a la verdad ; y aunque procurar averiguar lo quepueda, porque son sumamente difciles cualquiera suerte de averiguacio-nes, dir aqu que la feligresa de dicha parroquia se cree como de ocho

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  • I personas y la renta del curato como de cuatro a cinco mil pesos y que alo quedarn libres al cura, pagados coadjutores y sacados todos los gas-ms de ' qe d rail varias fieras y que as se pasaran el da divertidamentecon los monstruos, con las fieras y con los difuntos, cuando los que jamshubieran visto tales espectros a la primera vez se moriran de susto.

    La aplicacin de este ejemplo se entender con el siguiente suceso.Habr como un mes que don Basilio "Villarraza, Oidor de esta Audiencia,

    arios desrdenes que acontecan y lo llenaban de tristeza, ma-yormente por parecerle irremediables a causa de cometerse con un gnerode insensibilidad que aun siendo de la mayor gravedad se considerabancomo faltas ligeras, o como si no fueran faltas. Yo le dije mi ejemplo ylo aprob como que comprenda a la letra lo que suceda.

    Al cabo del mes que se tuvo esta conversacin se ofreci ocasin devisitarlo (era el segundo da de Pascua del nacimiento del ao 1770) y loprimero que me dijo fue : tres o cuatro das ha que me sucedi el ejemplode los mgicos. Le pregunt: cmo fue esto? Y me respondi: pasabapor la -plaza del convento de la Merced y en la puerta de la iglesia habamultitud de muchachos y creyendo poda haber algn lance que necesitararemediarse, me tir a la puerta de la iglesia rompiendo por la gente, hallen su grada tendido un hombre herido, baado en sangre, y ya cuasi ago-nizando. Comenc a exhortarlo para que implorara la misericordia deDios, mand que se buscara un cirujano, grit al portero del convento paraque llamara un religioso, pero todos quedaron con mucha serenidad sinmoverse a diligencia alguna. Quiso Dios que pasara por la calle un ecle-sistico a quien llam para que lo socorriera y lo hizo, no apareciendocirujano. Yo mismo le at las heridas, apliqu ciertos espritus, porqueestaba agonizando y vivificado un poco lo llev yo mismo al hospital.

    Dije entonces entre m: esto es el ejemplo de los mgicos que medijo el Arzobispo ; este pobre hombre se hubiera muerto entre estas gentesque lo hubieran visto expirar con mucha serenidad, sin procurarle reme-dio ni confesor, ni cirujano; no lo han herido stos es verdad, pero habi-tuados a ver heridos con tanta frecuencia, no les hace ste novedad algu-na. Muchos hay que no forman los monstruos, pero apenas se encontrarquien se espante de ellos.

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  • Me ha parecido poner aqu este ejemplo para la mejor inteligenciadel estado en que se hallan las parroquias y'no tener que hacer, ni reves-tir varias reflexiones sobre las respuestas de los curas. Se vern (aunhabiendo ocultado mucho) abismadas en todo gnero de vicios, en embria-gueces, deshonestidades, incestos, supersticiones, sacrilegios, irreligiosi-dad y aunque los curas no cometen tales vicios, se han criado entre estosmonstruos, los han visto y manejado todos los das y a todas horas y hacende ellos ninguna novedad, ni se ponen en cuidado, ni les hace impresinel que se continen o remedien. Desde luego asegurara que en esta pa-rroquia, ni aun la dcima parte observa las fiestas y que teniendo tantashaciendas y pajuides se halla inundada en todo gnero de maldades comose ir viendo en adelante. Debo prevenir, que habiendo entregado lospadrones sin especificar el nmero de todas las familias, como tambinexcluyendo el de los prvulos, segn lo que se nota en otras parroquias yque aqullas se componen de cinco personas, segn esta regulacin apareceen sta el nmero de familias y personas que son las puestas arriba, habien-do puesto todo cuidado y en vista de los padrones de personas de confe-sin que se tuvieron presentes.

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  • PARROQUIA DE CONGUACO

    -de el pueblo de Cuajiniquilapa al de Conguaco hay trece leguas,te a oriente, con inclinacin al norte; se pasa por los sitios

    dichos del Callejn de Silva y la Leona. Las dos primeras leguasson de buen camino, las tres que siguen de subida demasiado violenta;luego se baja como una legua tambin con violencia y todo es hasta aqu

    uto de montaas y cerros con paso del ro de Los Esclavos y dosM de poco caudal, uno que corre por el Callejn de Silva, otro por

    la Leona y ambos van a morir en el ro.Al pie de la bajada hay llanura como de dos leguas muy largas de

    oriente a poniente y ms de norte a sur, en la cual hay algunas haciendasy enti :a llamada de San Nicols de Asturias, en donde par ydorm. Desde donde concluye la llanura hasta Conguaco es todo subidano muy violenta, pero sobrado pesada. Dos leguas antes de llegar a estepueblo, se pasa por el de en la mediacin se deja a mano dere-cha, como a media legua el de Moyuta, ambos anexos de esta parroquia.

    La cabecera de ella es el pueblo de Conguaco, con cuatro anexos:ilca. 29 Moyuta. 39 Pasaco. 49 Jalpatagua. tem tiene catorce

    haciendas y un rancho, cuyas situaciones y distancias aparecen en el mapala siguientes:

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  • Leguas

    1. Pueblo de Conguaco, cabecera.2. Pueblo de Ysulca, a 23. Pueblo de Moyuta a . 24. Pueblo de Pasaco a 95. Pueblo de Jalpatagua a 4

    6. Ranchera sobre el monte a 87. Hacienda de San Nicols Asturias a 58. Hacienda de San Diego a 7 69. Hacienda de San Melchor a 5

    10. Hacienda 2^ de San Diego a 411. Hacienda de San Isidro a 312. Hacienda 3^ de San Diego a 613. Hacienda de Soyate a 414. Hacienda del Rosario a 415. Hacienda de la Concepcin a 516. Hacienda de los Corados a 417. Hacienda del Platanar y Tempisque a 518. Sitio de Henriques a 519. Hacienda de San Pedro a 220. Hacienda de Jalpatagua a . . '. 3

    En el pueblo de Conguaco hay familias 226 con 1,130 personas.En el pueblo de Ysulca hay familias 43 con 255 personas.En el pueblo de Moyuta hay familias 105 con 520 personas.En el pueblo de Pasaco hay familias 33 con 165 personas.En el pueblo de Jalpatagua hay familias 47 con 235 personas.En la Hacienda de San Nicols hay familias. .

    .

    3 con 35 personas.

    En la Hacienda de San Diego hay familias .... 4 con 70 personas.En la Hacienda de Don Melchor hay familias .

    .

    1 con 4 personas.

    En la Hacienda 2^ de San Diego hay familias 2 con 25 personas.En la Hacienda de San Isidro hay familias .... 1 con 7 personas.En la Hacienda 3^ de San Diego hay familias 1 con 5 personas.En la Hacienda de Soyate hay familias 1 con 7 personas.En la Hacienda del Rosario hay familias 2 con 9 personas.En la Hacienda de la Concepcin hay familias 2 con 12 personas.En la Hacienda de los Corados hay familias ... 1 con 13 personas.En la Hacienda del Platanar hay familias .... 3 con 76 personas.En la Hacienda El Sitio de Henriques hay fa-

    milias 2 con 9 personas.En la Hacienda de San Pedro hay familias .... 3 con 20 personas.En la Hacienda de Jalpatagua hay familias 1 con 3 personas.

    De que resulta haber en esta feligresa familias 481 con 2,600 personas,de las que hay muchos ladinos, pero no pude saber el nmero.

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  • ta administracin se halla a cargo de un cura que lo es ha comoo Prez de Vega, de mediana edad, de poco talento y

    expedicin. Se ayuda de un coadjutor que lo es don Desiderio Figueroa,como de treinta aos de edad, de muy corto talento y estudio; pero parecevirtuoso y aplicado.

    Debo prevenir no haber hecho memoria de las familias y personas,la ranchera, que cito sobre el monte al Nm. 6 de arriba, por-

    que entiendo que a ninguna parroquia pertenece. Pregunt al cura de's y dice: no est a su cargo. Pregunt al de Conguaco y dice:

    que tampoco est al suyo ; y hay tantos sitios de stos, que a ninguna pa-rroquia pertenecen, como se ir viendo adelante y aunque pertenezcan aparroquia determinada, es como si no pertenecieran. Vi en l al paso comodiez y seis personas.

    Porque no se extrae una proposicin tan irregular, debo decir, quepor una parte las salinas que ocupan como cerca de doscientas leguasa la orilla del mar sur, no pertenecen a parroquia alguna, y hay en ellasun sinnmero de personas, pues trabajan toda la sal que se consume enpersonas y tantos ganados y ningn cura se hace cargo, aunque estn ensu territorio, como las hay en este Conguaco. En pajuides, trapiches yhaciendas hay otro sinnmero de gente, que no pertenece a parroquiaalguna, porque es gente vaga ; de modo que aunque en una hacienda hayacien personas, se sabe no ms de cuatro, seis u ocho.

    Por ejemplo: habiendo parado en la hacienda de San Nicols y con-firmado en ella como a treinta nios, viendo una gran multitud de gente,pregunt al Mayordomo: cuntas personas haba en dicha hacienda?Respondime que un nmero muy corto. Volv a instar : pues tanta gentecomo se ve, de dnde es? Respondi: esta gente no est de pie en la hacien-da y son escoteros, que ahora estn en sta y luego se van a otra y destos no se hace cuenta. Baste lo dicho para que no se extrae la propo-sicin, que se ir manifestando en adelante con ms claridad.

    Las cosechas de esta parroquia son maces y caa, pero con escasez

    ;

    ganados hay en abundancia y solamente para ellos es el terreno a prop-sito, porque desde que termin el territorio de la parroquia de Los Escla-vos, todo el campo es muy rido y sin rboles, ni en el valle, ni en losmontes, pero hay mucha hierba para los ganados. Los indios aparecenmuy estlidos y se conoce que se ha tenido poco cuidado en su instruccin,porque ignoran enteramente la doctrina; andan en mucha desnudez, sedice ser muy pobres. El idioma que hablan es populuca y dice el curano necesitarse para la administracin, por entender el castellano ; la rentasegn dice el cura es de 1,393 pesos y 3 reales.

    Para el pueblo de Jalpatagua hay malsimo camino por montaas muysperas y se ha de cruzar cerca del pueblo el ro Pulula que es caudaloso

    y muchas veces no ofrece vado.

    Antes de poner las respuestas del cura y para que se vea, no s si

    diga la relajacin o ignorancia de estos hombres y falta de verdad, o lainaccin con que no pasan cuidado alguno de que vivan sus parroquianos

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  • de cualquier modo y entre cualesquiera vicios, sin procurarles el remedio

    ;

    dir lo que me pas con l. Habiendo encontrado la iglesia en malsimadisposicin, maltratada, sin cerradura y sin depsito del Santsimo; lehice cargo de todas estas faltas; por lo que respecta a lo material de laiglesia, respondi que no haba caudal para sus reparos; pero se encontry en efecto se ha hallado para renovarla y ponerla en mejor sitio. Por loque mira a la falta de cerradura dijo: que aunque cerraba la puerta, o laabran los indios, o podan entrar por otros puestos. ltimamente por lorelativo a depsito dijo: que no lo tena, porque tema con fundamento,que lo robaran, pues tambin desenterraban los difuntos para quitarleslas mortajas y llevarse varios huesos para sus supersticiones y que temahicieran lo mismo con el depsito.

    Supuesto lo dicho paso a sus respuestas, en las que dice que el vicioque predomina es la concupiscencia y que puestos los remedios corres-pondientes, se ha corregido mucho con la docilidad de la gente. Que todoslos parroquianos cumplen con los preceptos anuales antes o despus deltiempo determinado por la iglesia, segn les ayuda la suma pobreza quepadecen, y que la gente ladina de las haciendas no asisten a misa, nimenos a la explicacin de la doctrina cristiana; que hay algunas indiasseparadas de sus maridos y no ha podido conseguir noticia de ellos ; y queno le consta haberse contrado matrimonio alguno con impedimento. Queen la cabecera mantiene escuela . de nios que asisten con puntualidad,pero en los pueblos no, por motivos que har presentes. Y que no ha nota-do ninguna idolatra ni supersticin ; slo s algunos abusos naturales, losque por su docilidad ha desterrado. Hasta aqu el cura.

    Ifabiendo dicho lo que me sucedi antes de poner las respuestas delcura, pondr aqu lo que sucedi despus: a pocos meses me escribi unacarta (que tengo en mi poder) dicindome que se hallaba en la parroquiacuatro matrimonios contrados con impedimento dirimente y que era p-blico y que lo instruyera en lo que deba hacer con ellos. Le respond quepues el impedimento era pblico los separara ante todas las cosas ; que meinformara de la especie del impedimento y si contrajeron ambos con malafe; si queran la revalidacin y cuanto considere necesario, porque regu-larmente es preciso instruirlos de todo. Repiti segunda carta diciendo:que los dos matrimonios se haban contrado con parentesco en segundogrado; y de los otros dos no estaba asegurado, sin hablar ni de haberlosseparado, ni otra cosa alguna. Le respond, para manejar por m mismola dependencia que les dijera sol