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DESEMPEÑO ACADÉMICO EN LA UAP CUAUTITLÁN IZCALLI
“ANÁLISIS DE RESULTADOS DEL INDICADOR DE RENDIMIENTO DEL PROCESO
DE ATENCIÓN-PERSONALIZADA”
Dra. en C. Ed. Gabriela Gaviño Ortiz,
Profesor de Tiempo Completo de la UAP Cuautitlán Izcalli de la UAEMéx,
RESUMEN
A partir de mi experiencia como coordinadora del programa de tutoría de la Unidad
Académica Profesional de Cuautitlán Izcalli en la Universidad Autónoma del Estado de
México y por el intercambio con los diferentes involucrados en dicho programa se
determinaron algunas limitaciones, que dieron lugar a plantear como problema ¿Cómo
favorecer la atención psicopedagógica personalizada de los estudiantes de la UAPCI en
la UAEM, a través del programa de tutoría académica, que permita generar mayor
sentido de pertenencia y por tanto genere un mejor desempeño en su aprendizaje?
Para resolver este problema se trazó como objetivo general establecer “un proceso de
atención psicopedagógico personalizada”, utilizando un indicador de rendimiento
académico que muestre los resultados de los alumnos en situación de riesgo de
reprobación y deserción. Una vez identificadas las necesidades académicas del
alumno, se establecen las cualidades de la actividad pedagógica del tutor, sustentado
en una concepción pedagógica con la finalidad de elevar la calidad académica.
Palabras clave: atención-psicopedagógica-personalizada-diferenciada, indicador de
rendimiento-académico.
1Profesora de Tiempo Completo. Coordinadora de Difusión Cultural, Tutoría y Medio Ambiente. Integrante del Cuerpo Académico
“Las profesiones y su internacionalización en el siglo XXI”. Unidad Académica Profesional Cuautitlán Izcalli, Universidad Autónoma
del Estado de México (UAEMéx).
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ABSTRACT
The research presented is of great importance in the transformation required in a
Mexican higher education, referring to the process of tutoring. From the experience of
the researcher as tutoring program coordinator of the Academic Unit of Cuautitlán Izcalli
at the Autonomous University of Mexico State and exchange with different stakeholders
identified some limitations, which led to pose as a problem How can the experts take
care of the personalized and psycho educational attention students at the UAEM UAPCI
through the tutoring program, to generate greater sense of belonging and thus generate
better performance in their learning.
To resolve this problem was outlined as a general objective to establish which sustained
a pedagogical approach, encouraging the development of psycho educational care
process custom has been referred.
Keywords: the personalized care psychology, academic performance indicator.
INTRODUCCIÓN
Entre los retos que la educación superior mexicana se precisa “…ofrecer servicios
educativos de gran calidad que proporcionen a los estudiantes una formación que
integre elementos humanistas y culturales con una sólida capacitación técnica y
científica. De esta manera, los egresados universitarios podrán estar en condiciones de
insertarse en el proceso de desarrollo de nuestro país promoviendo activamente una
cultura científica y tecnológica, así como los valores del crecimiento sustentable, la
democracia, los derechos humanos y el combate a la pobreza, con miras a una
sociedad global, armónica y solidaria en la que prevalezcan dichos principios.”
(ANUIES, 1998)
En la UAEM el Programa Institucional de Tutoría Académica (ProInsTA), inicia en el
año 2001 orientado a reforzar académicamente al estudiante de Nivel Superior. Este
programa en una nueva visión se conforma en la integración del modelo educativo
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institucional, encaminado a promover el aprendizaje del estudiante, a través del
aprendizaje autodirigido con una orientación humanista sensible y responsable ante las
necesidades y oportunidades de desarrollo del país, todo ello a través del
acompañamiento académico de los docentes-tutores.
Dichas necesidades de atención son diferentes para cada estudiante,
fundamentalmente los que inician sus estudios en la universidad en donde habrá que
ayudarlo a su adaptación e integración. El programa establece hacer una tutoría
diferenciada, es decir de acuerdo al momento de la vida del estudiante, el nivel de
estudios en que se encuentre, el ambiente familiar y socioeconómico, considerando las
características de los alumnos cuya complejidad y pluralidad es evidente.
En el PROINSTA se precisa la necesidad de introducir el uso de la tecnología, para
lo cual se diseñó en el año 2007 el “Sistema Inteligente de Tutoría Académica” (SITA)
como una herramienta informática de apoyo para el desarrollo de las actividades de
tutoría empezando a operar en el 2008. Este sistema le sirve al docente-tutor como un
medio electrónico de alerta temprana sobre los índices de reprobación, rezago y
deserción así como un campo hacia el trabajo colegiado entre tutores del mismo
claustro.
Es por eso que se justifica “el proceso de la atención psicopedagógica
personalizada de los estudiantes pertenecientes al programa de tutoría de la UAPCI en
la UAEM.” de tal manera que todos los alumnos encuentren el apoyo y sean
supervisados en temas de mayor dificultad en las diversas asignaturas. Para esto es
necesario crear un clima de confianza entre tutor y alumno que permita, primero,
conocer aspectos de la vida personal del estudiante, que influyen directa o
indirectamente en su desempeño, identificar y canalizar estudiantes que requieran el
apoyo psicológico, señalar y sugerir actividades extracurriculares que favorezcan un
desarrollo profesional integral.
La conveniencia de realizar una investigación en el programa de tutoría académica
de la UAPCI, mediante un proceso de atención personalizada, requiere eficientar e
integrar el proceso de tutoría para reducir el tiempo de respuesta y atender de manera
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oportuna las necesidades psicopedagógicas de los alumnos, que mediante el trabajo
colaborativo de las partes que lo integran (academia, dirección, claustro de tutores,
coordinador de tutoría, asesorías disciplinarias y equipo de apoyo psicológico) permita
desarrollar un proceso funcional, práctico, sistemático y de fácil acceso.
Brindando el apoyo necesario al estudiante de la UAEM durante su trayectoria
escolar y su proceso formativo en el ámbito de la construcción de valores, actitudes,
hábitos positivos y la promoción del desarrollo de habilidades intelectuales, llevando a
cabo un proceso de atención personalizada que complementen las actividades
docentes regulares a fin de que cuenten con mayores oportunidades para su éxito
académico y profesional. Contribuyendo al abatimiento de los índices de reprobación,
rezago y deserción estudiantil e incrementando la eficiencia terminal.
Teniendo en cuenta todo lo anterior se plantea como problema ¿Cómo favorecer la
atención psicopedagógica personalizada de los estudiantes de la UAPCI en la UAEM, a
través del programa de tutoría académica, que permita generar mayor sentido de
pertenencia y por tanto genere un mejor desempeño en su aprendizaje?
El objetivo general va dirigido a establecer un indicador de rendimiento académico
que sustentado en una concepción pedagógico favorezca el desarrollo de un proceso
de atención psicopedagógica personalizada, de los estudiantes de la UAPCI en la
UAEM, a través del programa de tutoría académica identificando a los estudiantes en
situación en riesgo, reprobación, deserción y recursamiento.
Metodología.
El estudio que se realiza se identifica bajo el paradigma mixto, concebido como el
proceso donde se estudia la calidad de las actividades, en este caso de la atención
psicopedagógica personalizada de los estudiantes de la UAPCI en la UAEM a través del
programa de tutoría académica, así como la pertinencia de los instrumentos que se
utilizan para llevar a efecto esta acción y las posibles mejoras en la aplicación de ellos.
Desde lo cuantitativo se utilizará la investigación descriptiva, donde están presentes los
métodos empíricos que permitirán reflejar las características observables y generales,
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para clasificarlas, sobre el proceso atención psicopedagógica personalizada de los
estudiantes a través del programa de tutoría académica que se investiga. Esto
posibilitará dar a conocer los hechos tal como ocurren, obteniéndose información exacta
y completa, a modo de diagnóstico.
Desde lo cualitativo predomina el método de Investigación-Acción (I-A), porque se
pretende producir cambios en la realidad estudiada, es decir, lo que se desea es
fundamentalmente perfeccionar la práctica pedagógica que se investiga. La
investigación acción aplicada a la educación ofrece contribuciones prácticas al
desarrollo de mejoramiento integral y permanente de sus programas y servicios, retoma
en su visión del sistema de educación superior, en las instituciones, en las aulas, los
métodos, la formación de nuevos profesionistas y en general, a las preocupaciones de
la comunidad y la sociedad.
Además se decidió utilizar la I-A debido a que esta tiene entre sus principales
objetivos, el estudio curricular, el autodesarrollo profesional, la mejora de los programas
educativos, los sistemas de planificación y la política de desarrollo. Tendiendo a la
identificación de estrategias de acción, las cuales posteriormente se someten a
observación, reflexión y cambio.
Al desarrollar este tipo de investigación se persigue una transformación en la
organización escolar y en general en el sistema educativo. La caracterización antes
mencionada de la I-A hizo posible elegirla por articularse con el propósito de la
investigación, que representa, el mejorar la intervención de tutores, asesores y
especialistas de la unidad de apoyo en el proceso de tutoría académica.
En las siguientes líneas se presenta un bosquejo de las fases que comprende la I-
A, que de forma genérica se desarrolla siguiendo un modelo en espiral de ciclos
sucesivos. El diseño utilizado es el presentado por Hernández Sampieri,R. (2006), a
partir de las concepciones de Creswell (2005), Álvarez-Gayou (2003), Sandín (2003) y
McKernan (2001), donde se precisa que los ciclos de la investigación acción son, para
este caso se considerará como etapas en el proceso de investigación acción:
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a) Detectar el problema de investigación, clarificarlo y diagnosticarlo.
b) Formulación de un plan o programa para resolver el problema.
c) Implementar el plan o programa y evaluar resultados.
d) Retroalimentación.
La metodología de investigación– acción participativa aplicada en el presente
trabajo, interpreta “lo que ocurre” desde el punto de vista de quienes actúan e
interactúan en la situación del problema. La técnica de trabajo grupal que se propone es
la siguiente:
Analizar y detectar necesidades académicas y/o socioafectivas de los
alumnos de la UAPCI en la UAEM, las cuales se va ir dando a partir del indicador de
rendimiento, historial de los alumnos, así como también de los resultados observados
por parte de los tutores y de la indagación de la información del alumno contenida en
el SITA de su estudio socioeconómico.
Los tutores deberán adquirir competencias de formación, comunicación y
renovación pedagógica, implementaran estrategias de enseñanza-aprendizaje
(asesorías académicas) y/o canalizaran a instancias especializadas según las
necesidades requeridas por los tutorados, así como también estarán interviniendo
los actores de las instancias de apoyo por medio de pláticas tratando de abarcar los
problemas sociales en los que los alumnos se pueden identificar.
Derivado de los avances académicos logrados, proponer alternativas de
mejora continua para elevar la eficiencia académica de los estudiantes
pertenecientes al programa de tutoría académica de la UAPCI en la UAEM.
Es necesario entender que el alumno es un ser distinto de los otros;
singular, único e irrepetible y por tanto requiere de una atención individual. Atender a
la diversidad, es partir de las diferencias y aprovecharlas, para el crecimiento
personal y colectivo de los alumnos.
El esquema metodológico o modo de organizar la investigación persigue ser crítico,
reflexivo, colectivo y participativa, ya que la I-A es una forma de estudiar, explorar una
situación social, en el caso educativo, con la finalidad de mejorar la calidad de los
estudiantes, pero no solo en la calidad académica. Para que esto se dé se requiere de
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alumnos motivados, responsables y con valores para que puedan responder
actualmente a las necesidades de la sociedad.
Preguntas clave
Se tendrá en cuenta el planteamiento de cuatro preguntas claves: qué se investiga,
quién, cómo y para qué.
El qué. El objeto de la investigación se explora el conocer a nuestros tutorados y las
necesidades que tienen, sus problemas, deficiencias, identificando a los alumnos en
situación en riesgo, reprobación, deserción y recursamiento. Conocer su diversidad es
partir de las diferencias y aprovecharlas para el crecimiento personal y colectivo de los
estudiantes.
El quién. La Unidad Académica Profesional Cuautitlán Izcalli (UAPCI) de la UAEM,
específicamente la Unidad de Atención y Seguimiento a Tutorías, quien está realizando
esta investigación. Los tutores que son profesores de esta reconocida institución que
son gente dinámica, emprendedora y propositiva, aportando al mejoramiento de la
calidad académica de los alumnos de la UAPCI. Los asesores que son profesores
especialistas en algunas unidades de aprendizaje dispuestos a brindar y apoyar a los
alumnos de la UAPCI con programas de asesorías, talleres, guías de estudio, prácticas
etcétera.
El cómo. Por medio de un indicador de rendimiento que sustentado en una
concepción pedagógica favorezca el desarrollo de un proceso de atención
psicopedagógica personalizada, de los estudiantes de la UAPCI en la UAEM, a través
del programa de tutoría académica.
El para qué: Pretende desarrollar la atención psicopedagógica personalizada, de los
estudiantes de la UAPCI en la UAEM, a través del programa de tutoría académica. Para
lo anterior es necesario orientar, dar seguimiento y apoyar el desarrollo de las
profesiones de los estudiantes, en los aspectos cognitivos y afectivos del aprendizaje.
Busca fomentar su capacidad crítica y creadora y su rendimiento académico, así como
perfeccionar su evolución social y personal. Debe estar siempre atenta a la mejora de
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las circunstancias del aprendizaje y, en su caso, canalizar al alumno a las instancias en
las que pueda recibir una atención especializada con el propósito de resolver problemas
que puedan interferir en su crecimiento intelectual y emocional.
Población. A partir de esta unidad social se ha precisado como población los
tutores, y todos los tutorados (estudiantes de la UAPCI). Esta población son los que
poseen las características de experiencia en el tiempo que se ha aplicado el programa
de tutoría en nuestra institución.
Muestra. Teniendo en cuenta el tipo de investigación, el objetivo y la población
determinada anteriormente, parte de dicha población es seleccionada por criterios del
investigador (muestra no probabilística). En este sentido la investigadora tuvo en
cuenta que la investigación es mixta, donde predomina la Investigación- acción por lo
que no se requiere de una representatividad de toda la población, sino de una
cuidadosa y controlada elección de sujetos con ciertas características que posibiliten
Métodos, técnicas e instrumentos de investigación a utilizar
El histórico-lógico permitió determinar los antecedentes históricos sobre la tutoría
académica. El análisis y síntesis se utilizó para establecer los referentes teóricos sobre
la atención psicopedagógica personalizada de los estudiantes y la tutoría académica.
El inductivo-deductivo para diagnosticar la situación actual que presenta la atención
psicopedagógica personalizada de los estudiantes de la UAPCI en la UAEM a través del
programa de tutoría académica. Con este método, a partir de los resultados obtenidos
por la aplicación de los instrumentos, se pudo llegar a generalizaciones del estado
actual del proceso que se diagnostica.
Se utiliza, además, la investigación-acción como método predominante, ya que en
el estudio que se desarrolla se puso de manifiesto la acción y la reflexión sobre el
establecimiento de un indicador de rendimiento académico como método matemático.
El propósito está dirigido a perfeccionar el proceso de tutoría, proceso que se llevó a
cabo con la participación activa, consciente y abierta de los participantes.
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Resultados y análisis.
Aplicación del formato de indicador de rendimiento académico el cual permite
identificar a los alumnos en situación en riesgo, reprobación, deserción y recursamiento
para que los tutorados incorporaren técnicas y estrategias de trabajo para solucionar
problemas, motivación que propicia la tutoría para el trabajo y tareas universitarias,
grado de planificación de las actividades de tutoría, condiciones del espacio designados
para la tutoría, recursos utilizados por el tutor para la tutoría.
La categorización realizada en torno a las exploraciones investigativas sobre la
tutoría, permite enfatizar el carácter personalizado de la misma, ya que parte de la
concientización de los implicados de sus propios recursos, y las necesidades de
reforzar su propio desarrollo de forma permanente.
A partir de los resultados obtenidos en el indicador de rendimiento académico en la
UAPCI de la UAEM se implementan dos dimensiones establecidas por la investigadora.
Dimensión de participación consciente de los tutorados.
Por su propia naturaleza, todos los elementos que se integran en las funciones de
la personalidad tienen una naturaleza cognitivo-afectiva. El sujeto se apoya en esta
para regular todas las esferas de su comportamiento; de la cual no escapa lo
relacionado con sus motivos y necesidades. Es prácticamente imposible representarnos
un proceso o hecho psicológico puramente afectivo o puramente cognitivo. Las
operaciones cognitivas complejas de la personalidad, en la que el pensamiento tiene un
papel predominante, implican a los restantes procesos cognitivos, cuya acción está
directamente relacionada con el nivel de motivación en que dichas operaciones se
apoyan.
En esta investigación se considera que se pueda alcanzar una motivación por parte
de los tutorados, estableciendo una correlación entre los procesos motivacionales:
motivación eminente y motivación periódica, a partir de las actividades que debe
desarrollar el tutorado para alcanzar los objetivos previstos.
Los procesos motivacionales que ocurren en el tutorado, se definen como aquellos
procesos psíquicos que influyen en el tutorado a partir de la correlación de aspectos
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externos e internos que activan, orientan, mantienen, provocan y regulan la esfera
motivacional-afectiva del sujeto para su actuación.
Para la combinación de los procesos motivacionales se determinó la necesidad
como el nexo para establecer los vínculos entre ambos procesos: motivación eminente
y motivación periódica, los cuales ocurren en los tutorados, a través del proceso de
tutoría, y emergen precisamente de la dinámica de la acción desarrolladora del
tratamiento intradisciplinar (intercambio, la atención personalizada de los participantes
al tutorado) a las actividades que deben desarrollar los tutorados y su participación en
estas.
La correlación de procesos motivacionales se entiende en esta concepción
pedagógica como la ocurrencia de un sistema de influencias formativas de carácter
intradisciplinar psicopedagógicas que propician el establecimiento de relaciones
análogas o recíprocas manifiestas entre los determinantes externos e internos que
dinamizan, orientan, sostienen, inducen y regulan la esfera motivacional-afectiva del
sujeto para su actuación.
La correlación de los procesos motivacionales en los tutorados, tiene lugar a través
del proceso de tutoría, con ayuda del desarrollo de las actividades, a partir de una
adecuada instrumentación de las mismos, que significa potenciar lo intradisciplinar en el
desarrollo de las actividades, de ahí la importancia de apuntar, que estos procesos a
pesar de ser de naturaleza psicológica, necesitan para adquirir sentido en su accionar
formativo sobre el tutorado un contexto pedagógico, de ahí su connotación pedagógica
al manifestarse en el proceso pedagógico de la tutoría, e influir en el desarrollo de la
motivación de los tutorados.
Se entiende como motivación eminente al proceso motivacional que en el plano
externo expresa la necesidad que tienen otras personas, infraestructuras, que el sujeto
en cuestión, tutorado desarrolle las actividades previstas. Hay que lograr en el tutorado
que se conviertan en trascendentes para él las influencias externas, motivos
extrínsecos que recibe del colectivo de sujetos que se implican en su tutoría, a través
del conjunto de todas las actividades docentes, extradocentes y extraescolares.
Hay que lograr que la influencia de los determinantes externos: actividades a
desarrollar por el tutorado, se conviertan en muy necesarias por sus consecuencias,
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más allá de los hechos o circunstancias en las cuales están inmersos; es ahí lo
trascendente, lo significativo de estos para elevar la motivación profesional pedagógica
de los tutorados. Este proceso motivacional que se aporta no niega en lo absoluto la
motivación extrínseca definida por los especialistas, la cual se asume.
Se contribuye también a definir la motivación periódica como un proceso
motivacional que en el plano interno el sujeto, tutorado, expresa la necesidad de
establecer recursos propios para realizar las actividades de forma reiterada. El tutorado
logra por él mismo expresar sentimientos, emociones, estados de ánimos, motivos
intrínsecos que lo vinculan con el desarrollo de las actividades presentadas en el
proceso de tutoría.
Esta necesidad aparece muchas veces, se repite en intervalos cada vez más
frecuentes; es decir, se tornan recurrentes en él motivos relacionados con el desarrollo
de las actividades, cada vez más intensos. Este proceso motivacional no niega la
motivación intrínseca definida en la literatura psicológica, por el contrario se asume
como referente.
El tutorado tiene que recurrir muchas veces a sus propios recursos individuales-
personales para con las actividades que tiene que desarrollar, sin desprenderse de la
experiencia acumulada en el quehacer como estudiante universitario y sin perder la
esencia de la motivación eminente, van aflorando en él, en intervalos cada vez más
cortos y con mayor intensidad; cualidades, capacidades, que va utilizando y
enriqueciendo en su propia formación.
La naturaleza interna de ambos procesos motivacionales: motivación eminente y
motivación periódica tiene en cuenta la necesidad como componente psicológico, que
sirve de base y es inherente a todo proceso motivacional. La misma está matizada por
la influencia de determinantes externos e internos que se correlacionan, según las
condiciones reales del contexto histórico social en que se desarrollan las actividades.
Cuando ambos procesos motivacionales se manifiestan de forma análoga en el
plano interno y externo por el sujeto; es decir, se correlacionan, entonces hay expresión
de motivación hacia el desarrollo de las actividades; que es asumida por los tutorados a
través del mecanismo de la internalización como miembros activos en el proceso de
tutoría.
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La concepción de las actividades y su relación con los proceso motivacionales
expuesto se sintetizan en la implicación consciente de los tutorados en el proceso de
tutoría, según sus autorreferentes como recurso personológico.
El protagonismo del tutorado es la síntesis que expresa su posición activa positiva
y transformadora en el proceso de su formación. Se define como un comportamiento
social activo, crítico y constructivo estructurado sobre la base de una participación
consciente que le permite al sujeto identificar los fines de su actividad y en
consecuencia con ello, tomar iniciativas para alcanzar dichos fines. Es un proceso que
le permite al tutorado comprender qué hace, para qué lo hace, porqué lo hace, cómo
debe hacerlo y con qué recursos cuenta para hacerlo.
La participación activa y crítica de los tutorados posibilita la identificación de las
contradicciones y generación de conflictos como elementos favorecedores de la
concientización de los malestares, incoherencias y obstáculos; que emergen en la
interacción, de la misma forma se proponen en este ámbito las posibles alternativas que
pueden utilizarse para alcanzar las metas y objetivos del tutorado, de lo que se trata es
de la necesidad de potenciar la participación activa, protagónica de estos en la
orientación hacia la búsqueda de soluciones. (Suárez C y Del toro M)
Para lograr esta participación activa cobran importancia los autorreferentes que
como recursos personológicos se precisan para el desarrollo del potencial
autorregulador, en relación con las necesidades de favorecer un desarrollo potencial del
tutorado, estos son: autorreflexión, autovaloración, autodeterminación y autoeducación.
Considerando la relación estructura – función en la personalidad (F. González), se
parte de analizar el par dialéctico autovaloración – autorreflexión, teniendo en cuenta
que la autovaloración es una formación psicológica esencial dentro de los aspectos de
contenido que se incluyen en los componentes estructurales de la personalidad, y la
autorreflexión se inserta en los indicadores funcionales de la personalidad, en relación
con la mediatización que realizan las operaciones cognitivas en la función reguladora y
autorreguladora de la personalidad.
La autorreflexión favorece la autovaloración y ésta permite un proceso
autorreflexivo más objetivo, dinamizando esto la autodeterminación. En la medida en
que el sujeto va reflexionando sobre sí, va conociéndose y autovalorándose, lo que le
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permite ir determinando su actuación en relación con su subjetividad en un verdadero
acto de autodeterminación, lo que a su vez posibilita proyectar estrategias de
perfeccionamiento, de autoeducación, revelando el desarrollo de su autorregulación.
Así, la autorreflexión, la autovaloración, autodeterminación y autoeducación, se
constituyen en autorreferentes para el despliegue de la función autorreguladora de la
personalidad, los cuales se encuentran en estrecha relación e interdependencia.
El desarrollo del potencial autorregulador de los sujetos debe constituirse en una
línea directriz en la dinámica del proceso de tutoría, a través del trabajo
interdisciplinario. Para favorecer su desarrollo, es importante considerar la teoría de
Vigotsky y en especial sus concepciones sobre la Zona de Desarrollo Próximo (ZDP),
como aquella que media entre el desarrollo actual del sujeto y el futuro y es, por tanto,
una zona de desarrollo potencial.
Es necesario profundizar en el tratamiento de esta “zona” en el proceso de tutoría,
para la educación en general de la personalidad del tutorado, desarrollando y
actualizando permanentemente sus recursos personológicos para favorecer el
desarrollo de las actividades.
La autorreflexión está en la base del potencial autorregulador de la personalidad e
incluye la reflexión del tutorado sobre sus estrategias del pensar, motivaciones y
cualidades personológicas en general, reflexión sobre sus formas de actuar y sistema
de relaciones, en relación con lo realizado por otras personas o con otros momentos de
su actuación. Esto permite elaborar juicios sobre sí y trazar estrategias de
comportamiento que le satisfagan, en relación con lo mejor de su entorno social y el
proyecto social general. Es decir, la autorreflexión interesa a su vez la autovaloración,
autodeterminación y autoeducación. Esto se logra en un proceso interactivo, planificado
y organizado, a través de un proceso de tutoría personalizado, el cual parte de ubicar
realmente al tutorado en el centro de la actividad pedagógica, logrando que asuma una
posición activa, consciente, reflexiva, que lo comprometa con su aprendizaje y la
educación general de su personalidad, a partir de la concientización que él haga de sus
propios procesos de desarrollo que permita “la implicación de la personalidad en todos
los procesos que el individuo participa” (F. González 1993).
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El proceso de atención psicopedagógica personalizada de los estudiantes
universitarios, a través del programa de tutoría académica se produce en la dinámica
integradora entre el carácter intradisciplinar en el desarrollo de las actividades que se
les plantea a los tutorados y la correlación de procesos motivacionales que propician el
desarrollo de la tutoría, sintetizado en la implicación consciente del tutorado (figura 2),
según sus autorreferentes como recurso personológicos, lo que se constituye en una
regularidad de este proceso.
Figura 1. Dimensión de participación consciente de los tutorados. Elaboración propia
Dimensión de cualificación de la actividad pedagógica del tutor.
Las actividades pedagógicas que se desarrollan en el proceso de la tutoría
constituyen una mediación pedagógica. Ellas instituyen la concepción básica, a partir de
la cual se concibe dicho proceso. Es a través de esta mediación pedagógica que se
propicia una acción interventiva, participativa y creativa, que utiliza la comunicación
como instrumento mediador; dirigida al desarrollo de la personalidad de los tutorados;
tiene un carácter integrador, con significado y sentido para los sujetos implicados en el
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trabajo de tutoría, a partir de las condiciones concretas en que transcurre el desarrollo
de las actividades.
La ejecución debe ser producto del establecimiento de un sistema actividad -
comunicación en su interrelación dialéctica, a la que se presta especial atención en
este modelo por la importante función que juegan en el desarrollo de la personalidad del
tutorado, pues es en el complejo sistema de relaciones que establecen los tutores,
asesores, especialistas de la instancia de apoyo y tutorado en las disímiles actividades;
donde deviene el propio crecimiento personal del tutorado; efecto de un ambiente
pedagógico estimulador y recompensante, generado, entre otros factores, por un tipo de
comunicación con carácter desarrollador, según definición de Fernando González Rey
(1995).
De lo anterior se deriva que se establecerá una relación entre la funcionalidad de la
actividad pedagógica del tutor, con su accionar como orientador educativo, sintetizada
en el carácter de las actividades desarrolladas por los tutorados. (Ver figura 2)
De lo anterior se puede precisar que la actividad pedagógica del tutor, se entiende
como aquella actividad encaminada al desarrollo de la personalidad del tutorado,
realizada por el docente designado para el cumplimiento de este rol, se basa
fundamentalmente en acciones de coordinación y orientación del sistema actividad –
comunicación, que incluye a los sujetos implicados en este proceso y regulado por los
objetivos o exigencias formativas trazadas por la universidad.
La funcionalidad de la actividad pedagógica del tutor se caracteriza por las
funciones de coordinación, diagnóstico y dirección.
La función de coordinación es distintiva del tutor y de hecho lo diferencia de los
asesores y psicólogo. Esta función se establece y adquiere significativa importancia en
tanto es la vía para el establecimiento de la necesaria coherencia de las influencias
educativas entre los diferentes participantes en el proceso de tutoría; está presente en
todas las demás funciones, pues el tutor no actúa de manera aislada.
Las funciones del tutor van transitando por diferentes niveles de coordinación,
desde niveles muy simples hasta los más complejos. En la función de coordinación se
integran y se materializan las cualidades esencialmente comunicativas de los tutores,
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pues es a través del intercambio con los demás que se manifiesta en la práctica dicha
función.
En un primer nivel de coordinación de carácter simple se establecen relaciones
persona a persona y tienen la finalidad de ratificar y convenir aquellas cuestiones que
no requieren de un profundo análisis por parte de los implicados, es una relación
operativa. En un segundo nivel de coordinación de carácter más complejo se
establecen relaciones esenciales dentro del proceso pedagógico de tutoría, tienen un
carácter amplio y generalmente requieren del análisis profundo y la reflexión colectiva
para resolver una determinada situación en torno a la formación del tutorado.
La acción de coordinación no podría realizarse con eficiencia si no se cumple o
materializa en la práctica concreta la función diagnóstica. El tutor juega un papel
importante en este sentido, si desea conducir acertadamente el proceso de formación
de sus tutorados en las actuales condiciones de la universidad.
El tutor asume la responsabilidad de conformar un diagnóstico que integra el
resultado de lo realizados por cada docente en particular que le imparte una materia al
tutorado, más el diagnóstico de la situación del tutorado en otros contextos de actuación
(familia y comunidad), de manera que se integre un diagnóstico bio-psíquico- social.
El desarrollo de sus tutorados en el plano individual se deberá al avance logrado en
la solución de las dificultades detectadas en los diferentes instrumentos aplicados para
el diagnóstico. Esta función no se concreta exclusivamente a los problemas del
aprendizaje y formativos del tutorado, incluye los aspectos sociales, de salud escolar,
intereses, además de la familia, la comunidad, y la propia universidad.
Un aspecto esencial en el cumplimiento de esta función por parte del tutor, es lograr
un adecuado diagnóstico también de los asesores y el psicólogo que trabaja con el
tutorado, teniendo en cuenta que para la solución de los problemas existentes tanto de
aprendizaje, como formativos, en los tutorados, debe éste apoyarse en estos agentes.
Esta función no tiene carácter espontáneo, requiere una adecuada coordinación;
ello garantizará que en ese constante proceso de interrelación los tutores lleguen a
caracterizar a sus tutorados para lograr con éxitos los objetivos propuestos.
La función de dirección es inherente a la actividad pedagógica del tutor, ya que la
dirección en este proceso de tutoría, involucra a varias personas, se ejecutan acciones
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o tareas que han sido coordinadas y orientadas por el tutor, para lograr los objetivos o
metas a alcanzar e implica la participación activa de los sujetos. El cumplimiento por
parte del tutor de esta función, algo muy relacionado con su estilo, exige la observancia
de determinadas normas, tales como: lograr incorporar al proceso de dirección a todos
los implicados en el proceso de tutoría; asignar tareas a los miembros del colectivo en
forma precisa y concreta; velar por la materialización de las decisiones tomadas; aplicar
en inteligente combinación el elogio con la amonestación; ser ejemplo ante los demás
miembros del colectivo que dirige; cumpliendo ante todo con sus responsabilidades;
respetar a todos los participantes, manteniendo con ellos buenas relaciones de trabajo.
Por su parte el accionar como orientador educativo del tutor asume connotación
especial ante las diferentes funciones antes expuestas, comportándose como elemento
integrador, en la interrelación dialéctica que se establece entre las diferentes funciones
establecidas. En este sentido se destacan como características:
Racional: el tutor debe tratar que las acciones que se planifiquen y las
vías escogidas para ponerlas en práctica, permitan lograr en el menor tiempo
posible el objetivo que se pretende.
Convenida: el tutor tendrá presente que su accionar no puede ser
unilateral, aislado, sino compartido, lo que propicia el logro de los objetivos con
mayor eficiencia, rapidez y coherencia al estar todos los participantes involucrados,
previniendo realmente de la solución de las problemáticas educativas que pudieran
existir.
Flexible: un tutor que actúa con flexibilidad, con una visión y actuación
amplia al cumplimiento de las orientaciones emanadas de los ejecutivos, basada en
el cumplimento de las orientaciones dadas por las estructuras de dirección, podría
proyectarse de manera oportuna y eficiente en cada momento de la orientación.
Permeable: el tutor debe asumir esta ocupación de manera abierta, a
posibles ayudas externas, a la vez que deberá aportar a los demás sus
experiencias y su influencia cultural y moral.
Adaptable: el tutor ha de adaptarse a las características de los tutorados,
y demás sujetos implicados que inciden sobre los tutorados. No se puede olvidar
que las universidades no son iguales, así como la diversidad en las formas de
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actuar y sentir también varían por varios factores como el nivel de vida, creencias,
nivel cultural, entre otros.
En cada momento de la actividad pedagógica del tutor está presenta la orientación
y la misma se redimensiona a tenor de las circunstancias que emergen en el proceso de
orientación en las diferentes situaciones educativas, que son cambiantes, ya que las
influencias educativas también lo son.
Todos los elementos tratados hasta aquí en la práctica se manifiestan en un grado
de integración tal, que no es posible su separación, ello manifiesta al mismo tiempo el
carácter de las actividades desarrolladas por los tutorados, como sistema funcional, al
interpretar la actividad de tutoría como sistema, como un conjunto de acciones
encaminadas al logro de un determinado objetivo, que permite valorar sus efectos de
acuerdo con los objetivos preestablecidos.
Es así que las actividades que se planteen y desarrollen los tutorados deben
caracterizarse por las cualidades siguientes:
1. La comunicación desarrolladora:
Ver al tutorado como sujeto activo en su desempeño. El tutor, asesor y
psicólogo como orientador – facilitador.
Centrar el proceso de tutoría, en las necesidades y posibilidades del
tutorado.
Individualizar el proceso de tutoría, de acuerdo a las características y ritmo
de desarrollo de cada tutorado.
Respeto a la individualidad
Relación creativa tutor- asesor- psicólogo con el tutorado; caracterizado
por un clima positivo y motivante con respecto a la individualidad.
El intercambio, caracterizado por el diálogo abierto que permita a los
tutorados emitir sus criterios, valoraciones, juicios; defenderlos y confrontarlos
con otros criterios y puntos de vista.
2. El carácter desarrollador de las actividades:
Carácter productivo.
Carácter múltiple y heterogéneo, con posibilidades de opciones.
Dirigido al desarrollo de recursos personológicos.
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Complejidad creciente, según las características de los tutorados, evitando
estereotipos.
Dosificación coherente, dada la incidencia que ello tiene en el desarrollo
de intereses.
Las cualidades de la actividad pedagógica del tutor se direccionan hacia los
diferentes componentes personales del proceso pedagógico de la tutoría y en las
actividades, mediatizadas por un sistema de relaciones de carácter desarrollador, se
materializan las acciones para la contribución colectiva a la formación de la
personalidad de los tutorados.
Estas cualidades garantizan el desarrollo de las condiciones necesarias para que
aflore un ambiente favorable característico del proceso de tutoría, lo que
evidentemente proporciona el escenario necesario para que el desempeño de los
tutores, asuma nuevas dimensiones y perfeccione su accionar en la práctica
pedagógica concreta.
El proceso de atención psicopedagógica personalizada de los estudiantes
universitarios, a través del programa de tutoría académica transcurre en la relación
entre la funcionalidad de la actividad pedagógica del tutor, con su accionar como
orientador educativo, sintetizada en el carácter de las actividades desarrolladas por los
tutorados, lo que constituye una regularidad de este proceso.
Figura 2. Dimensión de cualificación de la actividad pedagógica del tutor. Elaboración
propia.
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Implementar el plan o programa y evaluar resultados
Durante esta etapa se ha informando a todos los sujetos implicados sobre las
actividades y estrategias a realizar, de manera que se motiven todos para que lo
planificado se lleve a cabo de acuerdo a lo esperado y que cada cual realice su mejor
esfuerzo, asistiendo a todo el que lo necesite.
Recomendaciones
El desarrollo de la investigación permite establecer algunas recomendaciones que
pueden seguirse trabajando:
Aplicar el indicador de rendimiento académico al inicio para medir,
posteriormente se analiza, se proponen acciones de mejora y evaluar la eficacia de
las acciones tomadas y finaliza nuevamente con el indicador de rendimiento
académico, según las condiciones de la práctica pedagógica de donde se aplique.
Continuar profundizando en aspectos relacionados con:
Las relaciones que se establecen entre todos los participantes en el
proceso de tutoría y el papel que desempeña cada uno.
El protagonismo estudiantil que deben desempañar los estudiantes
universitarios, desde la concepción de proyectos integrales emprendedores,
en su formación.
El papel que desempaña el tutor como figura central de
coordinación de toda la actividad de atención personalizada de los
estudiantes universitarios.
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Fuentes
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