DESERCION_ESCOLAR

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Serie Análisis Nº1 Marcos Barretto Muñoz DESERCIÓN ESCOLAR Y CRIMINALIDAD Si bien no existen antecedentes suficientes para establecer una relación causal entre deser- ción escolar y criminalidad, el estudio de estos fenómenos indica una asociación entre ambas problemáticas. Desde esta perspectiva, es necesario trascender el ámbito educativo y considerar esta materia en las estrategias preventivas que se desarrollan en seguridad ciudadana. La relación entre los fenómenos de juventud, violen- cia y criminalidad constituye un espacio de interés re- currente en la opinión pública, más aún cuando la par- ticipación de jóvenes en la comisión de delitos ha pre- sentado un progresivo aumento durante los últimos años. Acercarse al fenómeno de la delincuencia juvenil implica necesariamente adentrase en la problemática de los factores de riesgo asociados a la aparición de conductas criminales en los jóvenes. Entenderemos por factores de riesgo las característi- cas o circunstancias detectables en relación con una persona, grupo o comunidad, que se estiman asocia- das con la posibilidad de sufrir daño o la vulneración de un derecho. 1 Si bien en nuestro país oficialmente se considera jó- venes a los individuos de 15 a 29 años, para efectos de nuestro análisis hemos restringido el grupo de estudio a los que se encuentran en edad escolar y , particular- mente a los de 14 a 19 años, incorporando el tramo legal de 14 a 17 años y el tramo de 18 y 19 años que corresponde a la sobreedad con que egresan del siste- ma el 33,9% de la población juvenil de nuestro país. 2 Más allá de la multiplicidad de factores que inciden en la emergencia de conductas delictuales, las próxi- mas líneas constituyen una reflexión en torno a uno de los factores de riesgo que más se repiten en la literatu- ra especializada al analizar la aparición de conductas transgresoras en el segmento juvenil: la problemática de la deserción escolar. El presente análisis tiene por objeto aportar a la discu- sión relativa a la relación entre criminalidad y deserción escolar, dando cuenta de los posibles alcances de ella. Para tal efecto, se abordará en primer lugar algunos de los antecedentes teóricos que nos permitan vincular los fenómenos propuestos. Posteriormente, se entregará una visión general de la situación de la deserción escolar en nuestro país, que contribuye a dimensionar la magnitud del problema. En tercer lugar, se establecerán relaciones entre el nivel de escolaridad e informaciones de carácter delictual y otros factores asociados. Posteriormente, se avanzará en el establecimiento de un perfil del joven vulnerable a partir de la asociación de factores de riesgo analizados. Por último, se identificarán los potenciales facilitadores en la implementación de estrategias de intervención. Junio 2002

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Deserción escolar

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  • Serie Anlisis

    N1

    Marcos Barretto Muoz

    DESERCIN ESCOLAR Y CRIMINALIDAD

    Si bien no existen antecedentes suficientes para establecer una relacin causal entre deser-cin escolar y criminalidad, el estudio de estos fenmenos indica una asociacin entre ambas

    problemticas. Desde esta perspectiva, es necesario trascender el mbito educativo y consideraresta materia en las estrategias preventivas que se desarrollan en seguridad ciudadana.

    La relacin entre los fenmenos de juventud, violen-cia y criminalidad constituye un espacio de inters re-currente en la opinin pblica, ms an cuando la par-ticipacin de jvenes en la comisin de delitos ha pre-sentado un progresivo aumento durante los ltimos aos.

    Acercarse al fenmeno de la delincuencia juvenilimplica necesariamente adentrase en la problemticade los factores de riesgo asociados a la aparicin deconductas criminales en los jvenes.

    Entenderemos por factores de riesgo las caractersti-cas o circunstancias detectables en relacin con unapersona, grupo o comunidad, que se estiman asocia-das con la posibilidad de sufrir dao o la vulneracinde un derecho.1

    Si bien en nuestro pas oficialmente se considera j-venes a los individuos de 15 a 29 aos, para efectos denuestro anlisis hemos restringido el grupo de estudioa los que se encuentran en edad escolar y , particular-mente a los de 14 a 19 aos, incorporando el tramolegal de 14 a 17 aos y el tramo de 18 y 19 aos quecorresponde a la sobreedad con que egresan del siste-ma el 33,9% de la poblacin juvenil de nuestro pas.2

    Ms all de la multiplicidad de factores que incidenen la emergencia de conductas delictuales, las prxi-mas lneas constituyen una reflexin en torno a uno de

    los factores de riesgo que ms se repiten en la literatu-ra especializada al analizar la aparicin de conductastransgresoras en el segmento juvenil: la problemticade la desercin escolar.

    El presente anlisis tiene por objeto aportar a la discu-sin relativa a la relacin entre criminalidad y desercinescolar, dando cuenta de los posibles alcances de ella.

    Para tal efecto, se abordar en primer lugar algunosde los antecedentes tericos que nos permitan vincularlos fenmenos propuestos.

    Posteriormente, se entregar una visin general de lasituacin de la desercin escolar en nuestro pas, quecontribuye a dimensionar la magnitud del problema.

    En tercer lugar, se establecern relaciones entre elnivel de escolaridad e informaciones de carcterdelictual y otros factores asociados.

    Posteriormente, se avanzar en el establecimiento deun perfil del joven vulnerable a partir de la asociacinde factores de riesgo analizados.

    Por ltimo, se identificarn los potencialesfacilitadores en la implementacin de estrategias deintervencin.

    Junio 2002

  • 2ANLISIS 1

    DESERCIN ESCOLAR Y CRIMINALIDAD: CONSIDERACIONES TERICAS

    Si bien los antecedentes expuestos no son conclu-yentes, en el esfuerzo por constatar una relacin direc-ta entre ambos fenmenos es interesante analizar losresultados de algunas intervenciones exitosas a nivelinternacional que apuntaron a los factores de riesgovinculados al segmento juvenil y que guardan relacincon la desercin escolar.

    Con el objetivo de reducir los arrestos mediante inver-siones en juventud, se implement en cinco ciudadesde Estados Unidos -entre 1989 y 1993- el ProgramaQuantum Opportunities, destinado a otorgar incentivosa los jvenes para que finalizaran su educacin media.

    A travs de este Programa, se les estimul a completarsu formacin escolar mediante actividades de reforzamientoacadmico, tutoras de pares, asistencia escolar en domi-cilios y actividades comunitarias, entre otras.

    Los resultados, luego de 4 aos de intervencin, fue-ron significativos: se logr una reduccin del 71% delos arrestos. Del mismo modo, el grupo beneficiario delprograma, comparado con un grupo de control, resul-t con menor propensin a la desercin escolar (23%versus 50%) y con mayor probabilidad de terminar laenseanza media (63% versus 42%).8

    A principios de la dcada de los ochenta, en los Pa-ses Bajos, se implement el Programa HALT, que ofre-ci a jvenes de 12 a 18 aos, detenidos por primera osegunda vez cometiendo un acto de vandalismo, laoportunidad de evitar el procesamiento formal partici-pando en dicha iniciativa. El programa exige a losinfractores la reparacin de los daos causados y lesbrinda asistencia para resolver sus problemas de em-pleo, vivienda y educacin. Los integrantes del grupobeneficiario, comparados con su grupo de control, dis-minuyeron su participacin en actos de vandalismo enun 63% en comparacin al 25% del grupo no someti-do a intervencin.

    El resumen de los resultados obtenidos de los pro-gramas que apuntan al abandono escolar a travs deincentivos destinados para terminar la escuela, revelanque tienen como efecto una disminucin de los arres-tos del 17% en los grupos intervenidos.9

    Estas afirmaciones sitan la problemtica de la de-sercin escolar como un factor asociado a la aparicinde conductas delictivas, ya sea como una causal o comouno de los primeros hitos en la trayectoria delictual delos jvenes transgresores.

    Diversas investigaciones e informe ligados a comisio-nes gubernamentales sealan que el delito y lavictimizacin se concentran en las mismas reas tem-ticas, identificando entre ellas varios factores comunesde riesgo, los cuales se centran bsicamente en el de-sarrollo social de los individuos y las comunidades, ascomo en la reduccin de oportunidades.

    Para el segmento juvenil que nos ocupa, los factoresde riesgo ms recurrentes son el desempleo, la exclu-sin y abandono de la escuela, medio precario, estilode vida criminalizado y ser miembro de una pandilla.

    Las argumentaciones relativas a la articulacin entredesercin escolar y criminalidad se presentan ya esta-blecidas como un lugar comn a la hora de acercarse alos factores que inciden en el origen de las conductastransgresoras en los jvenes. Ms an si dicha vincula-cin se refiere a la emergencia de conductas crimina-les en el segmento juvenil.

    Si bien an no existe consenso terico ni resultadosempricos concluyentes sobre la naturaleza exacta dela relacin causal entre desercin escolar y delincuen-cia, s existe consenso entre tericos y profesionales dela educacin sobre el hecho de que ambos fenmenosestn asociados.3

    En esta perspectiva el Ministerio de Educacin, alfundamentar la implementacin del Programa LiceoPara Todos4 , seala que los desertores escolares tie-nen mayores probabilidades de entrar en dinmicasexcluyentes y desintegradoras, tales como la cesanta,el subempleo, la drogadiccin y la delincuencia.

    Se estima que los jvenes en estas situaciones -queabandonan las escuelas, que faltan a clases o que tie-nen una autoimagen acadmica baja- tienen una mayorprobabilidad de participar en actividades violentas.5

    Del mismo modo, diversas investigaciones internacio-nales han mostrado que los alumnos que abandonansus estudios, al igual que los que hacen novillos (cimarra)frecuentemente, tienen mayores probabilidades de serdelincuentes que los jvenes que se quedan en la es-cuela hasta haber finalizado toda la enseanza.6

    Un estudio realizado por el Ministerio del Interior deInglaterra y Gales -sobre la base de 1720 jvenes deentre 14 y 25 aos de edad que declaraban no asisten-cia a clase- report que estos haban cometido delitoscon una frecuencia superior a la registrada por los alum-nos que s asistan regularmente a clases.7

  • 3DESERCIN ESCOLAR EN CHILE: A QUIENES AFECTA?

    Alrededor de la mitad de los jvenes que declara noasistir a un establecimiento educacional, lo hace pormotivos de carcter econmico. Los ms pobres no sloingresan en menor proporcin a la enseanza media,sino que su trayectoria es sensiblemente ms larga ysus probabilidades de culminacin son significativamentemenores.

    Los datos a nivel regional muestran que, con excep-cin de la Tercera y Duodcima, en todas las regionesms del 10% de la poblacin que le corresponde cur-sar la enseanza media est fuera del sistema escolar.Las regiones que presentan mayores problemas de de-sercin del sistema educativo son la Sexta, Sptima,Octava, Novena, Dcima y Undcima, con cifras quefluctan entre el 14,8% y el 17,9%.

    Sin embargo, a nivel nacional, en trminos cuanti-tativos, ms de la mitad de la poblacin juvenil queestn fuera del sistema educacional se concentra en laRegin Metropolitana (36%) y la Octava (14%).

    A partir de las razones declaradas para abandonar elsistema escolar, es posible dar cuenta de aquellos fac-tores que potencian el riesgo de desertar del sistema.

    Existe consenso respecto de los factores psicosocialesy econmicos que facilitaran el abandono escolar. A laprecariedad econmica -ligada a un ingreso familiarinsuficiente, jefes de hogar con bajo nivel educacional(menos de ocho aos) y estudiantes demandados paraaportar al mantenimiento del hogar- se suman lamarginacin social, la estigmatizacin, la ausencia deredes de apoyo, la violencia intrafamiliar, la irrespon-sabilidad parental y el aislamiento territorial, entre otrosfactores.

    Actan tambin como factores de riesgo aquellascondiciones propias del mundo escolar12 , donde sepuede destacar la experiencia educativa disociada dela cotidianeidad juvenil y marcada por el fracaso(repitencia y sobreedad); el bajo rendimiento acad-mico y la inasistencia sistemtica, adems de la socia-lizacin durante los estudios con grupos de pares ensituaciones similares de riesgo.

    A la luz de estos antecedentes, se podr constatarque muchos de los factores de riesgo vinculados a ladesercin escolar coinciden con aquellos factores quese vinculan como potenciales generadores de conduc-tas delictuales en los jvenes.

    Una vez expuestos los antecedentes que nos permi-ten asociar el fenmeno de la desercin escolar y elorigen de conductas transgresoras en los jvenes, sehace necesario dar cuenta de la situacin de la deser-cin escolar en nuestro pas con el fin de conocer lamagnitud del problema y acercarnos a las caractersti-cas de los individuos afectados.

    Si bien en la ltima dcada se han logrado importan-tes avances en materia de disminucin de la desercinescolar10 , esta problemtica an afecta a un gruposignificativo de jvenes, particularmente a aquellos quese ubican en el grupo etreo correspondiente a la ense-anza media. Como dato anexo, podemos sealar queel curso donde se concentra el abandono del sistemaeducativo es en Primero Medio.

    De acuerdo a los datos entregados por la encuestaCASEN 2000, la poblacin total de jvenes entre 12 y19 aos que no han completado su enseanza mediase estima en 1.782.844.

    El 13,5% de ella, correspondiente a 240.368 jve-nes, no asiste a ningn establecimiento educacional.El grupo etreo ms afectado es el comprendido entrelos 14 y los 19 aos, que concentra el 96,6% del totalde no asistentes. Es decir, la cantidad de jvenes enesta situacin correspondientes al tramo de enseanzamedia alcanza a 232.269.

    Las principales razones de desercin escolar estnasociadas a factores econmicos y de gnero y, en me-nor medida, a factores propiamente escolares.

    El 47% de los jvenes que declara no asistir a unestablecimiento educacional, esgrime algn motivo decarcter econmico. Un 20% lo atribuye a problemasescolares, ligados a la disciplina o falta de inters. El14% consigna como razn la maternidad o embarazo.

    Los problemas vinculados a la oferta educacional sloson sealados como motivo de abandono escolar porun 3,8% de los encuestados. Porcentajes menores di-cen relacin con la realizacin del servicio militar(3,4%), enfermedades inhabilitantes (3,1%) y proble-mas de carcter familiar (3,2%).

    La poblacin de menores ingresos resulta ser la msafectada por la no asistencia a un establecimiento edu-cacional. El 76,1% de estos nios y jvenes perteneceal 40% de los hogares con menores ingresos del pas.11

  • 4ANLISIS 1

    DESERCIN ESCOLAR Y CONDUCTAS DELICTUALES

    de 18 a 24 aos llega al 40,52%.

    En lo que respecta al robo con fuerza, los datos seven reafirmados, pues 18,7% de los detenidos el aopasado corresponden a jvenes de entre 16 a 17 aos,y el 37, 56% pertenece al grupo de entre 18 a 24aos.

    Con respecto al hurto, los aprehendidos entre 16 y17 aos ascendieron al 8,2%, mientras que en el tra-mo etreo comprendido entre los 18 y los 24 aos,alcanza al 37,2%.

    Si nos centramos en el nivel de escolaridad de losdetenidos de la Regin Metropolitana el ao pasado(2001) de acuerdo al tipo de delito, se observa que el37,7% de los detenidos por robo con violencia tenaestudios medios, cifra que disminuye levemente en elrobo con fuerza, llegando al 36,1%. En el caso delhurto, asciende al 56,1%.

    Las cifras de detenidos para el mismo perodo cuyonivel de escolaridad corresponde a estudios bsicossuben notoriamente en relacin a los aprehendidos queregistran estudios secundarios. Es as que para el robocon violencia llega al 59,4% y para el robo con fuerzaalcanza al 60,6%. El hurto presenta un comportamientoinverso, pues los detenidos por este delito correspon-den al 39,3%, cifra bastante inferior a la registrada porlos aprehendidos con estudios medios.

    Si bien las cifras no son determinantes para estable-cer una relacin de causalidad directa entre desercinescolar y criminalidad, permiten develar la vulnerabili-dad del segmento juvenil y reafirman el abandono es-colar como un factor de riesgo asociado a conductastransgresoras. Del mismo modo, permiten afirmar unacierta relacin entre la poblacin juvenil, el nivel deescolaridad y algunos delitos.

    OTROS FACTORES ASOCIADOS

    No obstante, aun cuando es posible afirmar que exis-te una vinculacin entre abandono escolar y riesgo depotenciales conductas delictivas, dicha asociacin notiene el carcter de exclusiva, encontrndose ademsligada a otros factores de riesgo.

    Investigaciones realizadas en Inglaterra demuestran quecuando el abandono de la escuela iba acompaado de

    Situado el fenmeno de la desercin como un factorde riesgo asociado a la aparicin de conductastransgresoras y descrita la situacin a nivel nacional,procede dar cuenta de aquella informacin que permi-te relacionar la actividad delictual especialmente laprotagonizada por jvenes y el nivel de escolaridad.

    En este sentido, son elocuentes las cifras relativasal nivel de escolaridad de la poblacin penal del pas.

    De acuerdo a estadsticas oficiales de Gendarmerade Chile del ao 2000, el 86.6%, de la poblacincondenada atendida por esa institucin (incluyendo alos reos analfabetos y a los que slo leen y/o escriben)no haba completado los 12 aos correspondientes a laeducacin bsica y media.

    De este grupo, el 47,8% no haba completado sueducacin bsica, el 17,34% haba finalizado sus es-tudios primarios y el 21,48% no haba terminado laenseanza media. Slo el 13,4% de los condenadoshaba finalizado la educacin secundaria o tena estu-dios superiores, de carcter tcnico o universitario.13

    Del mismo modo, una encuesta realizada por PazCiudadana en 1997 a reclusos de los recintos peniten-ciarios de Colina I y II mostr que las tasas de deser-cin escolar de personas condenadas por robo o hurtoson altas (93%) y que slo el 7% haba terminado elcolegio.14 El 42% de dichos reclusos haba abandona-do sus estudios entre los 11 y los 15 aos y el 39% lohaba hecho despus de los 15 aos de edad.

    Por otra parte, si observamos los datos de los deteni-dos segn delitos en la Regin Metropolitana para elao 200115 , de a cuerdo a su distribucin etrea, po-demos sealar que el 19,58% de los aprehendidos porrobo con violencia corresponde a jvenes de 16 a 17aos. Para el mismo delito, el porcentaje de jvenes

    un cambio hacia un empleo regular, poda suponer unareduccin de las actividades delictivas, posiblemente comoresultado del cambio de grupo de amistades.16

    En el caso anterior queda de manifiesto que la deser-cin escolar por s sola no necesariamente deviene enla generacin de conductas delictuales. La menor can-tidad de delitos denunciados en las zonas rurales del

  • 5pas -las mismas que presentan altos ndices de deser-cin escolar- vendran a corroborar dicha afirmacin,pues dicho abandono se encuentra ligado a la incorpo-racin del joven al mundo laboral.

    En el marco de la implementacin de la EstrategiaNacional de Seguridad de los Estados Unidos y a partirde diversos estudios, se estableci que la inasistenciaescolar constitua el inicio de problemas posteriores,tales como falta de capacitacin, desarrollo de con-ductas violentas, dificultades en el acceso al mercadolaboral, vinculacin con situaciones delictivas o condrogas, problemas de alcoholismo, etc. Tambin lassituaciones y ambientes de violencia e inseguridad enlos colegios y cercanas generaban mayores ndices dedesercin e inasistencia y obligaba a generar mecanis-mos de defensa que, en algunas ocasiones, involucrabaportar armas y la incorporacin a pandillas.17

    La desercin escolar entendida como un factor de riesgono acta de manera aislada: factores ligados al contextosocioeconmico, a la inasistencia, al rendimiento y a laconvivencia escolar constituyen un conjunto de elemen-tos que simultneamente pueden facilitar la aparicinde conductas transgresoras en los jvenes.

    Lo anterior no slo involucra una necesaria preocu-pacin por el fenmeno de la desercin escolar, sinoque tambin por los problemas de convivencia internaen la escuela.

    En esta perspectiva, cabe sealar que el 52.2% delos jvenes que estudian en establecimientos munici-palizados de nuestro pas declara la ocurrencia habi-tual de robos al interior de ellos, adems de la presen-cia cotidiana de violencia fsica entre alumnos en un45,5%. La situacin en colegios particulares subven-cionados, si bien mejora, alcanza igual cifras conside-rables con un 38,9% y un 34,9% respectivamente.18

    De acuerdo a la base de datos Aupol de Carabineros,el 33,3% de los detenidos de entre 14 y 19 aos en laRegin Metropolitana durante el ao 2001 correspondea la categora de estudiantes19 , situacin que permiteespecular - ms all del alcance de las categoras utili-zadas en la clasificacin - que el inicio de las conduc-tas delictivas puede tener un origen anterior a la mate-rializacin del abandono escolar. Con respecto al niveleducacional de dichos aprehendidos, el 46,41% pre-senta estudios bsicos y el 51,71% estudios medios.

    PERFIL DE LOS JVENES VULNERABLES

    A la luz de los antecedentes expuestos, se puede afir-mar que la desercin escolar por s sola no puede serconsiderada como un factor exclusivo y directo en elorigen de conductas delictivas en los jvenes.

    Sin embargo, esta problemtica constituye un factorde riesgo que, sumado a otros, podran eventualmentegenerar dichas conductas transgresoras.

    A partir de los factores de riesgo asociados a la de-sercin escolar, es posible avanzar en el ejercicio deestablecer un perfil de los jvenes vulnerables a par-tir de los factores de riesgo asociados a la desercinescolar.

    Los jvenes vulnerables presentan una relacin con-flictiva con sus padres (actitudes parentales negligen-tes, violencia intrafamiliar, entre otras).

    Su nivel de escolaridad es enseanza bsica incom-pleta o deserta en los primeros aos de la educacin

    media (preferentemente en primero medio).

    Motivos de desercin escolar: dificultades econmi-cas, falta de inters, mala conducta, mal rendimiento.

    El entorno inmediato de su liceo puede ser insegu-ro o peligroso, es decir, expuestos al consumo dealcohol y/o drogas o a situaciones de violencia.

    Existencia de problemas de convivencia al interiorde la unidad educativa.

    El desertor no encuentra ninguna forma de inser-cin funcional: De acuerdo a datos de la Tercera En-cuesta Nacional de Juventud, un 17,2% de los jve-nes de 15 a 19 declara no estudiar ni trabajar, siendolos estratos medios y bajos los ms afectados. El 10,7%de estos jvenes declara no tener inters por trabajar.

    El grupo de pares se encuentra en una situacinsimilar a la del desertor.

  • 6ANLISIS 1

    POTENCIALES FACILITADORES DE INTERVENCIN

    La desercin escolar como factor de riesgo asociado ala aparicin de conductas transgresoras, se encuentra,sin embargo, positivamente asociada a una serie de po-tencialidades que allanan el camino a la implementacinde intervenciones destinadas a su prevencin.

    En efecto, la desercin escolar se encuentra precedi-da por una serie de hechos relativos a la trayectoriaescolar de los sujetos afectados que pueden ser diag-nosticados oportunamente.

    La inasistencia sistemtica, los problemas discipli-narios, el desinters, el mal rendimiento acadmico, larepitencia y su consecuente sobreedad se presentancomo una constante en aquellos jvenes que terminanabandonando el sistema educacional.

    El potencial desertor se encuentra al interior de unaorganizacin estructurada y, por ende, resulta fcil su in-dividualizacin, diagnstico, evaluacin y seguimiento.

    La unidad educativa se presenta como un espacioprivilegiado dentro de la comunidad, ya que cuenta conuna serie de caractersticas que la hacen distinta a cual-quier otra organizacin social, comunitaria o funcio-nal. Dichas caractersticas se pueden enunciar de lasiguiente manera20 :

    Posee una poblacin relativamente fija, incluyendoa directivos, docentes, paradocentes y estudiantes.

    Cuenta con una estructura administrativa organizada,con la cual se puede contar para recabar y sistematizarinformacin o implementar estrategias de intervencin.

    Tiene infraestructura y equipamiento base susceptiblede ser utilizado, lo que permite optimizar recursos.

    Mantiene una llegada directa a muchas familias, cons-tituyendo un potencial puente entre jvenes y adultos.

    Conoce las problemticas del lugar donde se encuen-tra inserto.

    Tiene acceso directo a los jvenes del sector.

    Estas caractersticas sitan a la unidad educativa (li-ceo) como un espacio adecuado para la implementacinde polticas intersectoriales.

    A diferencia de otras problemticas juveniles -comolos fenmenos de la violencia juvenil urbana, el surgi-miento de pandillas o los problemas derivados de laestigmatizacin juvenil-, la desercin escolar se mani-fiesta en un espacio restringido y delimitado, suscepti-ble de ser intervenido y donde pueden concurrir losdiferentes actores de la comunidad.

    Ya se hizo mencin anteriormente a los programasinternacionales como Quantum Opportunities (EE.UU)y HALT (Pases Bajos). En ambos casos, se cont conla participacin de la escuela como un actor relevanteen los modelos de intervencin implementados. Los re-sultados evaluados como exitosos no slo dieron cuentade los objetivos de cada programa vinculados a la dis-minucin de arrestos juveniles-, sino que adems con-tribuyeron a disminuir la propensin a la desercin esco-lar y aumentaron la probabilidad de terminar la educa-cin secundaria para los beneficiarios del programa.

    Del mismo modo, la experiencia del ProgramaMultidimensional en Hanko (Finlandia) deja de mani-fiesto que la accin coordinada de las escuelas y losservicios sociales disminuy la participacin de los j-venes en actividades vandlicas.21

    Estas experiencias permiten abrir las posibilidadesde complementariedad entre los programas locales enseguridad ciudadana que hoy se estn llevando a cabocon los programas educacionales vinculados a la reten-cin y reinsercin escolar o tendientes a mejorar la con-vivencia al interior de las escuelas.

    En ese sentido, programas como Comuna Segura Compromiso Cien o el Proyecto 24 horas de Carabine-ros constituyen espacios privilegiados para el trabajocoordinado.

  • 7CONCLUSIONES

    No se puede afirmar que exista una relacin causaldirecta entre desercin escolar y criminalidad. Sin em-bargo, se cuenta con informacin suficiente para esta-blecer que el abandono del sistema educativo formal actacomo un factor de riesgo que puede potenciar la apari-cin de conductas delictuales.

    En nuestro pas, el grupo ms afectado por la deser-cin escolar es el comprendido entre los 14 y los 19aos; vale decir, los jvenes que se encuentran dentrodel tramo que corresponde a la enseanza media. Di-cho grupo representa el 96,6% del total de quieneshan abandonado el sistema, lo que equivale a una cifrade 232.269.

    La informacin policial relativa a los delitos de ma-yor connotacin social del ao 2001, para la ReginMetropolitana, presenta una importante participacindel segmento juvenil en la comisin de dichos actosdelictuales. Si bien estos datos no permiten establecerrelaciones directas con el fenmeno analizado, dejande manifiesto la vulnerabilidad del segmento juvenilen material delictual.

    Los factores de riesgo asociados a la desercin es-colar coinciden con los factores vinculados a la apari-cin de conductas transgresoras en el segmento juve-nil de la poblacin.

    La desercin escolar puede constituir una primeraevidencia de la emergencia de conductas transgresoras.Sin embargo, su aparicin viene antecedida por unatrayectoria educacional marcada por la indisciplina, lainasistencia sistemtica, el desinters, la sobreedad yel bajo rendimiento acadmico. Lo anterior posibilitasu deteccin temprana y viabiliza una intervencin opor-tuna y adecuada.

    Los factores que anteceden el abandono escolar su-gieren la presencia de unidades educativas donde semanifiestan problemas de convivencia interna, los cua-les pueden transformarse en potenciadores de conduc-tas violentas o transgresoras. Los liceos percibidos comoinseguros, ya sea por su entorno inmediato o por suconvivencia interna, pueden en s mismos dar origen afactores expulsores del sistema.

    A diferencia de otras problemticas que afectan a lajuventud, la desercin escolar ocurre en un espacio f-sico concreto e identificado (el Liceo) y el afectado esde fcil individualizacin, lo que supone una adecuadafocalizacin y seguimiento de las propuestas de inter-vencin.

    El Liceo constituye un espacio privilegiado dentrode la comunidad local, dotado de infraestructura,equipamiento y organizacin administrativa. Constitu-ye adems un punto de convergencia entre adultos yjvenes a travs de la integracin de las familias. Di-chas caractersticas facilitan los necesarios procesosde sensibilizacin destinados a fortalecer las redes so-ciales existentes en la comunidad.

    La problemtica de la desercin no puede ser vistaslo como un fenmeno educativo. En su gnesis seencuentran un conjunto de factores que se relacionancon la emergencia de conductas violentas y/o delictivas.Por tal motivo, las polticas actuales de retencin yreinsercin escolar deberan abrirse a la coordinacin ya la complementariedad con iniciativas especficas deseguridad ciudadana y prevencin social del delito. Losbeneficios son recprocos y la experiencia internacio-nal parece avalar esta afirmacin.

  • 8ANLISIS 1

    REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS

    - Blanco, J. Se Puede, Fundacin Paz Ciudadana, 2001.- Centro Internacional para la Prevencin del Delito, Digesto de prevencin del Delito II : Anlisis comparativo de

    polticas exitosas en materia de seguridad comunitaria.

    - CEPAL, Seguridad Ciudadana y Violencia en Amrica Latina : Diagnsticos y Polticas en los aos Noventa.Serie Polticas Sociales N 32, agosto 1999.

    - CIDPA / Injuv, Reforma Educacional : Entre la cultura juvenil y la cultura escolar., En: Estudios del Injuv, marzo de 2000- CIDE/ Injuv, Conflicto y mediacin en el medio escolar. En: Estudios del Injuv, marzo de 2000.- Fernndez, P. y Barretto, M., Violencia Escolar : En la perspectiva de la convivencia. En: Por los caminos de la

    esperanza, SENAME, 2001

    - Fundacin Paz Ciudadana, Diagnstico Convivencia Escolar en Centros Educacionales de Cerro Navia, 2001.- Fundacin Paz Ciudadana, Polticas y Programas para la Prevencin de la Desercin Escolar, 2001.- Fundacin Paz Ciudadana, Juventud : Potencial y Peligros, 2000.- Gendarmera de Chile, Compendio Estadstico de la Poblacin Atendida por Gendarmera de Chile. 2000.- Injuv, Insercin funcional e Integracin Social de los y las Jvenes, diciembre de 2001.- Injuv,Tercera Encuesta Nacional de Juventud, 2000.- Mideplan, Situacin de la Educacin en Chile, julio 2001.- Rutter y Gille, Delincuencia Juvenil. Ed. Martnez Roca. 1988.- Weinstein, Jos. El flagelo de la desercin escolar en la educacin media. En: Por los caminos de la esperanza, SENAME, 2001- Waller y Welsh. Aplicacin de las mejores prcticas de prevencin del delito : tras comunidades globalmente ms

    seguras En: Cuadernos de Criminologa N8, 1998.

    NOTAS:

    1 Franco y Blanco, 1998

    2 Bellei, Cristin, 2001.

    3 Polticas y Programas para la prevencin de la desercin escolar. Fundacin Paz Ciudadana, 2001.

    4 Programa cuyo nfasis est puesto en la atencin preferencial de los liceos que atienden a la poblacin escolar juvenil con ms probabilidadde desertar.

    5 Seguridad ciudadana y violencia en Amrica Latina: Diagnsticos y polticas en los aos noventa, CEPAL, Serie Polticas Sociales N32,pp 11-12, 1999.

    6 Delincuencia Juvenil. Rutter y Giller, pg.167. 1988.

    7 Young people and crime Research Study . Home Office.1995

    8 Aplicacin de las mejores prcticas de prevencin del delito: Tras Comunidades globalmente ms seguras. Irvin Waller y Brandon C. Welsh.En : Cuadernos de criminologa N8, pg. 23. 1998.

    9 Digesto de prevencin del delito II Centro Internacional para la Prevencin del Delito

    10 De acuerdo a datos de la encuesta CASEN 2000, el porcentaje de jvenes de entre 14 y 17 aos que no asiste regularmente a un establecimientoeducacional disminuyo de un 19,7 % a un 9,9%.

    11 Situacin de la educacin en Chile, Mideplan, 20001

    12 Liceo para todos: Orientaciones y lneas de desarrollo social. Mineduc, 2000.

    13 Compendio Estadstico de la Poblacin Atendida por Gendarmera de Chile. Gendarmera de Chile, pg. 53, 2000.

    14 Perfil de reclusos, Adimark y Fundacin Paz Ciudadana,1997.

    15 Ministerio del Interior y Aupol Carabineros, 2001.

    16 Rutter y Giller, Ob.cit, pg. 168.

    17 Se Puede, Blanco, J.pp. 58-59, 2001.

    18 Tercera Encuesta Nacional de Juventud, Injuv, 2000.

    19 Ministerio del Interior y Aupol Carabineros, 2001.

    20 Mineduc, ob.cit. pg.47

    21 Aplicacin de las mejores prcticas de prevencin del delito Cuadernos de criminologa N8,1999.