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el concepto de Rorty no hay ni jerarquía ni diferencia radical entre las disciplinas o géneros discursivos, tanto en las así llamadas humanidades como en las ciencias positivas. Una y otra componen un todo de continuidad en el cual es necesario poner la filosofía, la poesía, la novela, la crítica literaria, la sociología, el ensayo, la mitología, la historia y las ciencias en general, incluidas las ciencias matemáticas y naturales. Todo ello es «juego de lenguaje» o de prácticas sociales variadas y diversamente relacionadas.

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  • LA CONCEPCIN DE LA EDUCACIN SEGN ELPRAGMATISMO POSMODERNO DE R. RORTY

    SUGERENCIAS CRTICAS

    W. R. Daros*

    RESUMEN: La Filosofa Posmoderna de R. Rorty posee sus presupuestos y sus consecuencias.Una de ellas implica una nueva interpretacin del hecho educativo. Esta concepcin supone unarelectura de lo que son el conocimiento, la persona y la sociedad humanas, regidas por el principiopragmtico que sostiene que la nica verdad de las afirmaciones se halla en la utilidad: lo tilreemplaza a lo correcto. La conciencia ha dejado de ser el rasgo central de la persona; ahorainteresa su actuar en la prctica sin esperar ayuda desde el ms all. La educacin es pensada, por R.Rorty, en un contexto social donde es sencillamente irrelevante la cuestin de si la justificabilidadante la comunidad con la que nos identificamos tiene como consecuencia la verdad.

    Rorty propone borrar deliberadamente la distincin entre literatura y filosofa, defendiendo laidea de un `texto general inconstil e indiferenciado. Sobre ese texto hay que aplicar el mtodo dela de construccin, entendido como una lectura de textos sin pretensin de lograr la verdad, sinocomo relectura. Aprender y ensear implican adquirir la suficiente confianza para apoyarnos ennuestras creencias porque ellas son pragmticamente tiles para obrar en el mundo, abandonandola bsqueda de las cosas en s mismas (la verdad, la objetividad, lo absoluto). A la educacin (enten-dida primero como socializacin y luego como individualizacin) le es suficiente con captar larelativa estupidez de cada poca. Finalmente se sugieren algunas crticas a esta posicin.

    SUMMARY: Education in the light of R. Rortys post-modern pragmatism.R. Rortys postmodern philosophy has its own bases and consequences. One of these consequences

    implies a re-interpretation of the educational event. Thus, embedded in this new outlook, there is areappraisal of what human knowledge, the human person and society are under the ruling of apragmatic principle. This principle upholds the view that usefulness is the only truth embedded instatements. Truth is exchanged for a pragmatic way of thinking. Conscience is no longer the coretrait of any person. The practical way of getting things done is now of paramount importance,without expecting help from any transcendental being. According to R. Rorty, education becomesa social problem and truth is not a real problem and not even a logical justification is required.

    The distinction between Literature and Philosophy is abolished and the idea of a general, whollyframed text is posed. The deconstruction method is then applied to the text, where the true interpre-tation is irrelevant.

    Learning and teaching imply gaining self-confidence in our beliefs - as they are pragmatic, usefulto operate in the world - as well as gaining a deeper insight into the essence of things (truth,objectivity, and so on). Human beings are centerless networks of beliefs and desires, and theirvocabularies and opinions are determined by historical circumstances. The role of education, pri-marily as socialization and then as individualization, is to spot the degree of stupidity prevailing atthe time in history. Some criticisms to this view are included.

    * W. R. Daros es Doctor en Filosofa por la Universidad Nacional de Rosario. Ha realizado estudios y trabajos de investigacinen Italia. Actualmente se desempea como Investigador Independiente del Conicet. Ha publicado numerosos artculos y librosen el mbito de la Filosofa y la Educacin.

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  • Itinerario1. Richard Rorty es hoy un representante dela filosofa pragmtica dentro del climaposmoderno norteamericano1. De hecho, susideas y sus libros han tenido una amplia difu-sin, aunque no siempre se los expone correc-tamente o se hacen notar las limitaciones de latoma de posicin filosfica que conllevan. Tra-taremos, pues, de proceder, metodolgi-cametne, en dos grandes fases: la expositiva yla crtica.

    Por lo que se refiere a la agenda de nues-tra exposicin, es notorio que a la educacin sela concibe como un proceso en desarrollo de loque es el hombre (en su esencia, o en su situa-cin de hecho; y de lo que, en consecuencia,debe ser el hombre). No podemos iniciar, pues,nuestra exposicin sino a partir de la concep-cin del hombre, segn Rorty, y -ms particu-larmente- de lo que es el conocimiento huma-no. El conocimiento humano aparece, en efec-to, como el instrumento fundamental para creartodo otro instrumento y cambiar las condicio-nes de la vida humana. Por ello, si bien la edu-cacin no se reduce al conocimiento, tiene unarelevancia particular en la concepcin de la edu-cacin y de la filosofa de la educacin.

    Pero el hombre no es humano aisladamen-te, sino que su vida se desarrolla condicionadapor el entorno social. Por esto, entonces, de-beremos considerar, aunque sea brevemente, laconcepcin de la sociedad segn el pensamien-to de R. Rorty.

    Solo despus de tener presente estas dosvariables podremos considerar qu sentido tie-ne la educacin humana.

    Breve descripcin de la concepcin de R.Rorty sobre el conocimiento.

    a) Explicar o describir?

    2. Generalmente se suele admitir que expli-

    car es explicitar una causa (un motivo, un fac-tor) para un efecto (para una consecuencia oderivacin), de modo que ste resulta ser en-tonces inteligible por medio de aquella. Msapenas aceptado esto, surgen otros problemas:Quin explica a su vez a la causa? Hay otracausa, hasta llegar a una ltima o hasta aban-donar la tarea, considerndola humanamenteimposible?

    Por otro lado, en un mundo que parecetransitar sin certidumbre alguna, sin una causaltima (o admitida como tal) para los efectos,solo parece ser adecuada la descripcin quehace presente el mundo en palabras, como unapaleta en la que se suman festosos colorestelevisivos, presentndose como imagen, sintiempo para encontrarles un porqu y obteneruna comprensin2. En este contexto, las filoso-fas que buscan un punto ltimo de explicacin,aparecen como una descripcin, para lograr, apartir de un sentido (sensible o intelectual), acla-rar un significado o una funcin.

    3. Segn Rorty, en la filosofa occidental,siempre ha estado supuesto un dualismo: porun lado, el sujeto con las ideas en su interior, ypor otro, la realidad con sus objetos. El cono-cimiento fue concebido entonces como una re-lacin entre un sujeto y los objetos; pero estarelacin de interiorizacin exacta de la imagenpoda fallar, de modo que la realidad poda noser reflejada en forma correcta, sinodistorsionada. Surga as el problema del errory de la verdad de las ideas o conocimientos,segn la representacin fuese correcta o inco-rrecta. El conocimiento qued entonces defini-do como una representacin interna; y el co-nocimiento verdadero como la representacininterna correcta, exacta precisa, fundada en elobjeto. El conocimiento verdadero fue enton-ces sinnimo de conocimiento objetivo. El co-nocimiento falso o errneo era un conocimiento

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  • subjetivo, fundado solamente en las creenciasu opiniones del sujeto.

    b) Conocimientos o creencias?

    4. Ante tal dualismo, Rorty tiene una actitudpragmtica: el conocimiento es unaherramienta que est en funcin de los fines obeneficios que se proponen los hombres. Enconsecuencia, abandona, sin refutarla, laconcepcin clsica del conocimiento (dualista:sujeto del conocimiento objeto conocido) porser una concepcin intil que genera msproblemas que soluciones3.

    Rorty no ve al conocimiento como unarelacin entre un sujeto y un objeto, relacinque tendra por finalidad representar, en elinterior, en forma exacta y fielmente lo que esun objeto exterior al sujeto. Siguiendo aDavidson, Rorty habla de creencias ms bienque de conocimientos. Hablar de conocimientolleva casi implcita la cuestin de que ste seaverdadero o falso; lleva casi implcita unareferencia al objeto del pensamiento. Por elcontrario, hablar de creencias (aunque sesuponen que tambin son pensamientos) escentrar la atencin en las personas que tienenpensamientos en cuanto son personas conpersuasiones sobre las cosas o acontecimientos.

    Rorty admite que las creencias solopueden considerarse verdaderas o falsas encuanto son tiles y adecuadas a los propsitosque se desean lograr; pero no representannada. Por lo tanto, el problema de la verdadde las creencias no es un problema decorrespondencia con una realidad que sirve decriterio para la verdad de esas creencias.

    c) Realidad o utilidad?

    5. Rorty, pues, prefiere hablar de creenciasms bien que de conocimientos; per, adems,

    prefiere no hablar de la realidad de algo.Admitir que existe una realidad que es absolutarespecto de nuestras creencias, hace surgirpensamientos relativistas4. La nocin derealidad en s, la cosa en s misma sinninguna descripcin de la misma, es absurda:Es admitir algo que est all pero para nadie yentonces cmo se puede afirmar que est allo que es siempre de tal o cual maneraindependientemente de quien habla de ella?

    Segn el pragmatismo, las cosas soncomo se las usa de acuerdo a la descripcinque nos hacemos de ellas5. Admitir la realidaden general y en absoluto, es hablar de algo queno informa sobre nada ni explica nada. Por elcontrario, Rorty no se opone a admitir unrealismo no interesante: como aquello quecausa en los usuarios el surgimiento de unlenguaje y produce creencias, sin que stas seanuna representacin de ellas; o bien como algotrivial de sentido comn, segn el cual todaslas creencias verdaderas son verdaderas porqueson lo que son (esto es, solo creencias). Porotra parte, las verdades tautolgicas (donde elpredicado afirma lo mismo que se contiene enel sujeto de la proposicin: el ser es el ser)carecen de inters para el pragmatismo.

    El pragmatista no niega la existencia dela realidad humana. sta es interpretada en laprctica como un conjunto de creenciascausadas por otras creencias o cosas fsicas. Elpragmatista no alberga ningn escepticismogeneralizado sobre otras mentes o culturas, osobre el mundo exterior; sino solo unescepticismo detallado sobre esta o aquellacreencia o grupo de creencias6.

    Etnocentrismo: Entre el absolutismo y elrelativismo

    6. Por el contrario, tan pronto como seacepta la manera de pensar el conocimiento

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  • como una relacin entre un esquema(conceptos, palabras) y un contenido(realidades, objetos), nos encontraremosinnecesariamente enredados en la cuestin delrelativismo versus el absolutismo. Rorty noduda de que estamos en contacto con larealidad, porque ella causa numerosas creenciasnuestras; pero estas creencias no representanla realidad; ni la realidad tiene un sentido osignificado o inteligibilidad en s misma.

    Rorty estima que tampoco hay unaforma privilegiada de tener acceso a la realidadconocida, sea mediante una intuicin segura,sea mediante una revelacin, sea mediante unapercepcin. Tampoco se da, por otra parte, unconocimiento verdadero o conocimientoconsciente pre-lingstico7. Cuando alguienatribuye el conocimiento a un nio que no hablaan, o a los animales, se lo atribuye desde unacomunidad que ya tiene conceptos, concienciay lenguaje.

    7. Sin duda, afirma Rorty, el relativismo serefuta a s mismo, pues no se puede afirmarabsolutamente que todo es relativo. Si todo esrelativo, por una parte, lo sera tambin elrelativismo, y por otra, habra algo absoluto: laafirmacin de que todo es relativo. Y sinembargo, en la prctica actuamos siempre einevitablemente desde una perspectiva asumidaimplcita o explcitamente; tenemos que admitirque debemos actuar a partir de las redes quesomos, de las comunidades con las que nosidentificamos actualmente8. A esto le podemosllamar antropocentrismo o etnocentrismo.

    En la prctica, todas las personas y lassociedades son etnocntricas: ven bien ycomparten la vida con personas y sociedadescon cuyas creencias coinciden. Por ello, msbien que hablar de conocimiento (trmino queparece referir a cmo son las cosas conocidas),como lo hacan los clsicos griegos, debemos

    hablar de creencias (de nuestras estimacionessobre lo que creemos conocer), como lo hacenlos empiristas y pragmatistas.

    Yo dira que no hay verdad en el relativismo,pero s en el etnocentrismo: no podemosjustificar nuestras creencias (en fsica, tica ocualquier otro mbito) ante cualquiera, sino sloante aquellos cuyas creencias coinciden con lasnuestras en cierta medida... Este es un problemaprctico sobre las limitaciones de laargumentacin9.

    Pragmatismo

    8. Al pragmatista (del griego prgmata: losnegocios, las cosas tiles que se pueden hacer)le interesa el conocimiento en cuanto es til paralos intereses de quien lo tiene; en cuanto se guapor el valor de la utilidad, no en cuanto esverdadero.

    El pragmatista no necesita la metadenominada verdad10. No tiene sentidopreguntarse: Estamos describiendo las cosascomo realmente son?. Todo lo que se necesitaes saber si alguna otra descripcin podra serms til para alguno de nuestros propsitos11.

    Volvernos pragmatistas es identificar el sentidode la vida con obtener lo que se desea, conimponer nuestra voluntad12.

    Pero, por ello mismo, Rorty estima noser relativista, pues, segn l, el ` relativismoes la concepcin segn la cual cualquier creenciasobre determinado tema, o quizs sobrecualesquiera temas, vale tanto como la quems13.

    9. En realidad, lo que R. Rorty ha asumidocomo vlido son las creencias. Ms bien queconocimientos (lo que nos lleva al problema dela verdad o falsedad de los mismos), lo que se

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  • da son creencias, persuasiones ms o menosfuertes, ms o menos compartidas.

    Rorty tiene tambin sus creencias. Ellastoman en consideracin lo que l considera lo-gros de algunos escritores contemporneos, yque pueden resumirse en el abandono de uncentro natural ahistrico en el ser humano: enotras palabras, la aceptacin de una visininmanentista de la vida humana14.

    10. El hombre est totalmente en sus manos.l es la medida de las cosas. l pone los lmites.Por ello, un hombre llama loco a quien no puedetomar en serio lo que l toma. Y esto, a suvez, es determinado por la educacin y pornuestra situacin histrica (historicalsituation)15.

    En este contexto, no hay causas ltimas,metafsicas. No cabe, en consecuencia unaexplicacin filosfica como tradicionalmente sela ha considerado. Solo cabe describir lassituaciones, individuales o sociales, y losproblemas; pero no explicarlos; o a lo ms,explicarlos en tanto y en cuanto es til dar unaexplicacin, siendo la utilidad prctica la raznltima de la filosofa. Rorty, como losintelectuales del siglo XIX puede decir:

    A nosotros nos basta con saber que vivimosen una era en que los seres humanos podemoshacer las cosas mucho mejor, en nuestrobeneficio. No necesitamos indagar detrs de estehecho histrico en busca de hechos no histricosacerca de lo que realmente somos16.

    Conocimiento pragmtico

    11. Respecto de lo que sea el conocimiento,Rorty toma una posicin definida y pragmti-ca: no hay que buscar qu es el conocimientosino abandonar esa bsqueda y esepseudoproblema.

    Rorty estima ser un continuador, en al-

    gunos aspectos, de Wittgenstein, Heideggger yDewey, al menos en que estos autores estn deacuerdo en que hay que abandonar la nocinde conocimiento en cuanto representacinexacta, descartar las nociones de ` fundamen-tos del conocimiento y de la filosofa, y pres-cindir de la idea de la mente, que utilizaron encomn Descartes, Locke y Kant, situada en elespacio interior del hombre y dotada de ele-mentos y procesos que posibilitan el conoci-miento17. Abandonar esta idea de la mente hasido el objetivo expreso de la obra fundamentalde Rorty (El espejo de la naturaleza) y, en ge-neral, el objeto de toda su propuesta filosfica.

    La concepcin de R. Rorty sobre la filoso-fa.

    12. No es tarea fcil definir la visin filosficade R. Rorty. l mismo se autodefine de muyvariadas maneras:a) Es cierto que se define pragmatista, que

    admira al pragmatista John Dewey ydeseara ser su discpulo18.

    b) Por otra parte, si bien no se dice serrelativista, convierte este concepto ensinnimo de antifundacionista oantidualista; y l se dice antidualista yantifundacionista19.

    c) Rorty se denomina negativamente comoantiplatnico, antimetafsico y ateo. Eles (metafsico, fuera de todo tiempo yespacio, indicador de la esencia de las co-sas) le resulta obscuro20. En consecuencia,define los entes, en cuanto se originan oestn en un tiempo y en un espacio (por loque es historicista) y no admite naturalezaen las cosas, o dignidad ni en Dios ni en laspersonas: para los ateos sui generis comoyo -afirma Rorty- esta dignidad (de laspersonas) consiste en operar en formaadaptativa desde dentro de nuestra tradi-

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  • cin21.d) Se dice nominalista, y asume ya un

    nominalismo metodolgico, ya unnominalismo psicolgico, tambin llama-do idealista lingstico22.

    e) Se dice tambin conductista23; pero tambinse dice a la vez antiesencialista, pluralistapragmtico e interpreta-cionista24, pues alno haber esencias en las cosas, todo se re-duce a la interpretacin que se hace de ellas.

    f) Rorty se define, a regaadientes, comoposmoderno25.

    g) No deja de llamarse tambin liberal refor-mista26.

    h) Rorty tambin se autocalifica comoposnietzschiano y norteamericanoposdarwiniano27.

    i) En un cierto aspecto, se considera escpti-co, pues afirma tener una actitud escpti-ca hacia los problemas y los vocabulariosfilosficos tradicionales28.

    j) Por otra parte, se denomina pospositivista,libre de la metodolatra29 y considera quelas formas cientficas son solo formas ti-les o exitosas de decir las cosas, sin gozarpor ello de algn privilegio30.

    k) Se dice, adems, ironista, esto es, capaz deironizar e incapaz de tomarse en serio a smismo, a ninguna esencia real, ni a lo me-tafsico31.

    l) Desde el punto de vista de su visin de lascosas, acepta un marco naturalista, enrealidad materialista32.

    m) Se dice etnocntrico, por lo que admite quecada grupo humano o etnia ve las cosasdesde su punto vista y desde su lenguaje33.

    n) Se refiere, adems, a s mismo, como a unantiesencialista, coherentista, no idealis-ta34.

    o) Rorty es un filsofo abandnico. En efec-to, abandona sin ms la esperanza deuniversalismo, el temor al relativismo,

    los argumentos y las refutaciones, lo co-rrecto por lo til, la representacin y el rea-lismo, las nociones ltimas, el dualismoesquema-contenido, la visin de conjunto;abandona el deseo de objetividad, estoes, de entrar en contacto con lo no humano,con las cosas en s mismas35. Abandona,adems, la idea de que el hombre tienda ala felicidad36. Siguiendo a Nietzsche: No-sotros -afirma Rorty- negamos que el hom-bre tienda a la felicidad, nosotros negamosque la virtud sea el camino hacia la felici-dad, nosotros negamos que existan accio-nes que hasta ahora se denominaron mo-rales, las `desinteresadas, las `no-egos-tas37.

    p) Aunque en otros tiempos fue polticamentecomunista, hoy se define como intelec-tual liberal norteamericano38, que debeaceptar el hecho de partir de donde est,lo que significa, para l, que hay numero-sas perspectivas que simplemente no pue-de tomar en serio. Sin embargo, sigue sin-tindose, como Dewey, de la izquierda re-formista y anticomunista.

    q) Tambin se autodefine y se incluye entrelos liberales humanistas decentes, repre-sentantes de la comunidad moral a la quesus lectores y l mismo pertenecen, no porser ms inteligentes que los matones con-tra los que lucha, sino simplemente msafortunado, por ser hijo de un tiempo y unlugar en que se defiende la democracia yse lucha contra los matones39.

    r) Se llama a s mismo demcrata de izquier-da, porque cree que la tecnologa y lasinstituciones democrticas, con suerte, pue-den colaborar para aumentar la igualdad ydisminuir el sufrimiento40.

    s) En fin, Rorty estima necesario admitir unpanrelacionismo, sin nada de absoluto,lo que se parece mucho al relativismo41.

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  • 13. Se puede advertir, pues, que no resultatarea sencilla calificar el pensamiento de R.Rorty. Si, no obstante, deseramos buscar undenominador comn a las calificaciones que lmismo se atribuye, podramos afirmar que noshallamos frente a un filsofo inmanentista, don-de el hombre es el centro del inters, el cualtiene en sus manos su propia vida individual,cultural, social, moral: la visin del mundo y elmundo de los valores depende del hombre (en-tendido como un ser biolgico-material, dota-do de lenguaje), y ste no debe buscar ningunasalvacin o refugio en algo o alguien superioral hombre mismo.

    Por otra parte, su visin de las cosas sehalla anclada en la utilidad, por lo que Rortyes, -como admirador y seguidor de J. Dewey-con razn y por un lado, un pragmtico utilita-rista e historicista con cierto sentido moral ysocial, y aprecio por la libertad, por lo que as-pira a ser til para construir una comunidadde cooperacin de izquierda reformista perono marxista; y, por otro, un posmoderno pornegar a la filosofa toda fundamentacin meta-fsica y ontolgica; y, sin embargo, poseedorde un gran aprecio por la imaginacin, porta-dor de un cierto idealismo leal a un pas soado(ms que por un pas en el que se despierta cadamaana)42.

    En mi opinin, el resultado del pensamientogenuinamente original no es tanto refutar osubvertir nuestras creencias anteriores comoayudarnos a olvidarlas ofrecindonos unsustituto de ellas. Considero que la refutacines signo de falta de originalidad43.

    14. Pues bien, Rorty abandona los principiosde la filosofa clsica, pero con qu criterio?A partir de qu nuevo principio para su filoso-fa? El principio asumido es el de la mayor omenor utilidad, principio de una filosofa prag-mtica, esto es, segn su significado

    etimolgico, apta para negocios, para lo facti-ble, para la prctica.

    La razn que ofrece Rorty, con la quedesea justificar el abandono de los principiosfilosficos anteriores, consiste en que tenemosque resolver problemas diferentes de los quedejaron perplejos a nuestros predecesores. Losproblemas antiguos carecen de inters y de uti-lidad para Rorty y para los filsofos que l es-tima. Esto, sin ms, justifica su abandono.

    Antiguamente se discutan lgicamentelos problemas, se los refutaba, si era necesariose recurra a sus orgenes histricos, pero sehaca patente la lgica contradiccin de sus afir-maciones. Rorty asume otra actitud: lo que nointeresa porque no es til, se abandona sin ms.

    Rorty estima, por otra parte, que esto eslo que todos los filsofos hicieron: Cada fil-sofo trat los problemas que para l eran tiles.El pragmatismo recontextualiza a sus predece-sores, apreciando los aspectos pragmticos decada uno de ellos. Pero, frecuentemente, lo quefue til para los predecesores, no lo es para lossucesores: Nosotros tenemos diferentes obje-tivos, que sern mejor atendidos si empleamosun vocabulario diferente44. Todo adquiere mso menos valor, segn sea ms o menos til parael logro de los fines.

    La concepcin de R. Rorty sobre la socie-dad.

    15. La sociedad es un producto del procederhumano. La visin filosfica de Rorty espragmtica e historicista. Por ella afirma quenuestros problemas, nuestro sentido de laexistencia, nuestra filosofa solo se explicandentro de este nuestro mundo, en situacionesculturales de espacio y tiempo determinados.Desde un punto de vista tradicional, podramosdecir que se trata de una filosofa inmanentista,mundana, naturalista, porque en este mundo se

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    La concepcin de la educacin segn el pragmatismo posmoderno de R. Rorty

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  • encuentran las causas de lo que somos.

    Desde Hegel, los pensadores historicistas...han negado que exista una cosa tal como lanaturaleza humana o el nivel ms profundodel yo. Su estrategia ha sido la de insistir enque la socializacin y, por lo tanto, la cir-cunstancia histrica, abarcan la totalidad: queno hay nada debajo de la socializacin o antesde la historia que sea definitorio de lo humano.Tales autores nos dicen que las preguntas comoEn qu consiste ser hombre? debieran sersustituidas por preguntas como En qu consistevivir en una rica sociedad democrtica del sigloXX?... El giro historicista nos ha ayudado aliberarnos, gradual pero firmemente, de lateologa y de la metafsica; de la tentacin debuscar una huida del tiempo y del azar. Nos haayudado a reemplazar la Verdad por la Libertadcomo meta del pensamiento y del progresosocial45.

    Ser historicista no es, para Rorty, algodespreciable, dado que todas las filosofas loson, aunque la mayora de ellas no desean re-conocerlo y ms bien, se ubican en un sitialcomo si el filsofo fuese un Dios, fuera de todotiempo y espacio, que ve y conoce las cosas talcual son, con absoluta verdad. A esto se le hadado en llamar ver las cosas desde el Ojo deDios, desde la trascendencia, desde la metaf-sica.

    16. La sociedad es, en realidad, un conjuntode personas con creencias comunes: se es sociocuando se comparten creencias y se puedenhacer pactos tcitos o explcitos. Rorty no creeque alguien sea capaz de salir de su propiasociedad y de su propio lenguaje con el queexpresa su punto de vista. Las cuestionesmetafsicas pueden adquirir un respetablesentido ironista socializndolas, incorpo-rndolas a las contigencias y necesidadeshistricas46.

    En consecuencia, Rorty no cree que el

    objeto del pensamiento filosfico -comoconsecuencia de l, el pensamiento sobre laeducacin- consista en distanciarse de cualquiercomunidad dada y contemplarla desde un puntode vista ms universal47.

    La concepcin de R. Rorty sobre la educa-cin.

    a) Pragmatismo: en la bsqueda de un futu-ro humano mejor

    17. Rorty, al igual que Dewey, considera quelos seres humanos son hijos de su tiempo ylugar, sin ningn lmite significativo, biolgicoo metafsico, a su plasticidad. La conciencia,como el gusto, es igualmente producto delambiente cultural. Ahora bien, la mayora tomaesta concepcin como un relativismo cultural,donde cualquier perspectiva moral es tan buenacomo cualquier otra. Mas Rorty ha tratado desostener que su visin de las cosas no es unrelativismo, y que su modo de ver las cosas esmucho mejor que ninguna visin alternativa.Estados Unidos, por ejemplo, pese a sus viciosy atrocidades pasadas y presentes, y pese a sucontinua ansiedad por elegir tontos y truhanespara altos cargos, es un buen ejemplo del mejortipo de sociedad inventada hasta el momento48.Para que no exista, pues, relativismo essuficiente, para Rorty, que no todo sea igual obueno como otra cosa. Rorty dira que no hayrelativismo donde existe una relativa escala devalores que permite diferenciarlos y hacerlospreferibles.

    18. Por una parte, su actitud es pragmtica,tras las huellas de J. Dewey, por lo que la nicaverdad de las afirmaciones se halla en la utili-dad: lo til reemplaza a lo correcto49. Una ora-cin es verdadera cuando recibe el consensode la gente y sirve para resolver algn proble-

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  • ma, al adecuarse mejor a los fines que la gentepersigue. Una creencia es verdadera no porquerepresente exitosamente la realidad, sino porser una regla de accin que proporciona ven-tajas.

    19. El pragmatismo se presenta como un nue-vo Humanismo, para una teora de la educa-cin, dado que sustituye los problemas de larealidad, de la razn o de la naturaleza, por labsqueda de un futuro humano mejor e in-tenta aliviar y beneficiar la situacin de loshombres50. Indudablemente que estepragmatismo tiene algo de utpico al creer quela compasin puede ser la base para fundar unasociedad. Pero la utopa es en parte profeca yayuda a realizarla en libertad.

    Por otra parte, si bien Rorty no deseaaplicar fcilmente a su filosofa el trminoposmoderno, pues se lo usa con cierta con-fusin para muy variados fines; sin embargo,su filosofa puede calificarse como posmoderna,en cuanto con ella Rorty no desea fundamen-tar una filosofa en ningn esencialismo, sinoms bien oponerse y abandonar, sin argumen-tar, la filosofa clsica51.

    En concreto, no desea participar de lonegativo del pensamiento posmoderno que essu falta de compromiso con las instituciones so-ciales y de crtica hacia ellas. Pero, por otrolado, -segn l- comparte el aspecto positivode la posmodernidad, esto es, el haber soca-vado definitivamente el esencialismo filosfi-co52.

    La filosofa, segn Rorty, no es una re-presentacin del mundo, sino una descripcinpragmtica del mismo, sin pretensin de ver-dad entendida como correspondencia entre esadescripcin y la realidad. Rorty entiende la fi-losofa como edificacin moral, educacin,formacin de cada uno y de los dems, lo cuallo logra estableciendo vnculos entre nuestra

    cultura y la de los dems, elaborando nuevoslenguajes, saberes y metas53.

    b) El yo no es dueo de su propia casa: essolo una red de creencias

    20. La educacin, en buena parte, ha consis-tido, tradicionalmente en formarnos como per-sonas, individuales y sociales.

    Ahora bien, la persona humana es pensa-da por Rorty a partir del yo, pero no de un yosustancial; sino de un yo que no es ms que elnexo flexible de creencias que cada uno teje yvuelve a retejer en medio de las contingenciasque le toca vivir. Como no hay un centro delcerebro, tampoco existe un centro o ncleo delyo o de la persona humana.

    Al igual que las sinapsis neuronales estn encontinua interaccin entre s, tejiendoconstantemente una configuracin diferente dedescargas elctricas, nuestras creencias y deseosestn en interaccin continua, redistribuyendovalores de verdad entre enunciados. Al igual queel cerebro no es algo que tiene estas sinapsis,sino que es simplemente la aglomeracin deaquellas, el Yo no es algo que tenga lascreencias y deseos, sino simplemente la red deestas creencias y deseos54.

    Rorty comparte, con Freud y Davidson,la idea de que el yo no es dueo ni de su propiacasa. Por un lado, en la Modernidad, Copr-nico, Darwin, Freud, al hacer menos plausiblea Dios y a los ngeles, han situado al ser hu-mano en la cima. Pero, por otro lado, en laactualidad, la situacin del hombre es cada vezms humillante, pues la humanidad es menosimportante de lo que habamos pensado55.

    El ser de la persona ha quedado reducidoprimero -con el giro lingstico de la filosofa-a las palabras. Luego, en la era de la imagen, lapersona es solo la autoimagen que logra esta-

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  • blecer.

    21. En este contexto, la educacin no es obrade filosfos o pensadores abstractos, sino delproceso social en cual cada individuo vive.

    Rorty, en efecto, desconfa de la capaci-dad de los filsofos para generar teoras y prc-ticas de la educacin. Estima, por el contrario,que son los poetas, los literatos, los periodis-tas, los etnlogos o antroplogos los que me-jor describen lo que es el ser humano, o sea,ese conjunto flexible de creencias que cada unotiene de s mismo y el problema del sufrimien-to. Ser humano es, de hecho y en la prctica, -ms all de toda teora- trabajar para aliviar elsufrimiento de los dems.

    Se puede ser humano sin ser universalista, sincreer que es racional interesarse por el sufri-miento de los dems o que exista una humani-dad comn que nos vincula con los dems. Unopuede desear aliviar el sufrimiento sin tener unarespuesta interesante cuando Scrates le pre-gunta por qu deseas esto?, tambin sin creerque este deseo es la cosa ms profunda e im-portante de su vida56.

    Ser posmoderno y pragmtico significapoder prescindir de la bsqueda de los funda-mentos ltimos para actuar (en la prctica, aunsin tener grandes respuestas tericas) como serhumano aliviando el dolor innecesario.

    c) En qu consiste educar para una vidarazonable?

    22. Rorty asume los conocimientos de sutiempo y estima que stos, como resultado, hanlogrado borrar la imagen de una persona o deun yo con algo de fundamento racional o meta-fsico.

    Los antroplogos e historiadores de la cienciahan borrado la distincin ente una racionali-dad innata y los productos de la enculturacin.

    Filsofos como Heidegger y Gadamer nos hanpresentado consumadas concepcioneshistoricistas del ser humano. Otros filsofoscomo Quine y Davidson, han borrado la distin-cin entre verdades de razn permanentes y ver-dades de hecho temporales. El psicoanlisis haborrado la imagen del yo comn a la metafsicagriega, la teologa cristiana y el racionalismode la Ilustracin: la imagen de un centro natu-ral ahistrico, el locus de la dignidad humana,rodeado de una periferia fortuita y accidental57.

    Rorty distingue, en particular, tres con-ceptos de racionalidad: 1) Racionalidad enten-dida como habilidad para enfrentarse al me-dio adaptando las propias reacciones a los est-mulos ambientales de formas ms y ms com-plejas y delicadas. 2) Racionalidad como uningrediente extra y aadido que los seres hu-manos tienen y los animales no. 3) Racionali-dad como sinnimo de tolerancia, como habi-lidad unida a la voluntad de alterar los pro-pios hbitos, de hacer de uno mismo una per-sona diferente; concebida como una inclinacina discutir las cosas antes que a luchar, quemaro desterrar, siendo casi sinnimo de libertad.

    Pues bien, Rorty, (siguiendo a Dewey yuniendo a Hegel con Darwin), rechaza el se-gundo concepto de racionalidad y la entiendecomo una combinacin del primer y tercer con-cepto dado de racionalidad.

    Estando as las cosas, las institucioneseducativas deberan promover la formacin depersonas que lleven una vida razonable, quefuesen racionales en el sentido de que desarro-llan habilidades para enfrentarse con proble-mas del medio en el que viven, que son tole-rantes, capaces de cambiar, de vivir y dejar vi-vir, de discutir, de tener ms confianza en lapersuasin que en la fuerza58.d) Educacin por identificacin, acorde a lassituaciones histricas y pragmticas

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  • 23. Platn se las arregl para convencer aOccidente de que el conocimiento de las ver-dades universales era tan importante como lpensaba que lo era y que la educacin debafundarse en esas verdades universales acercadel hombre y de la sociedad. Pero, segn Rorty,hoy podemos dejar atrs el fundacionalismo. Porestas frecuentes propuestas de Rorty, parece-ra que su concepcin de la educacin est infun-dada, carente de valores universales. Mas sianalizamos sus textos, advertiremos que Rortysi bien abandona por un lado todo fundamen-to metafsico de la educacin, por otro, no dejade proponer un concepto de educacin acordea las situaciones histricas y pragmticas59, lascuales se muestran como un cierto eje fundantede su propuesta.

    Espero que podamos aprender a arreglrnos-las sin la conviccin de que hay algo profundo -el alma humana, la naturaleza humana, la volun-tad divina, o el curso de la Historia- que proveaun sustento slido para la elaboracin de gran-des teoras...60

    e) Liberalismo posmoderno: un mbito parala tolerancia

    24. Lo que se aprende, en buena parte, seaprende por identificacin. Lo que la socie-dad, en cuanto agente de educacin, debeproponer a sus ciudadanos es una diversidadde identificaciones. Una sociedad es ms edu-cada que otra porque facilita el nmero decomunidades con las que las personas puedenidentificarse. A esto puede llamrsele un au-mento en la civilizacin y en la vida moral.

    Solo podemos esperar crear una concep-cin ms racional de la racionalidad desde den-tro de nuestra tradicin, creando una comuni-dad que acepte a los dems, como parte delnosotros.

    Algunas sociedades son mnadas, uni-dades cerradas; otras, por el contrario, se abrena las dems. La cultura liberal burguesa, en laque vive la mayora de las comunidades de Oc-cidente, se enorgullece de agregar constante-mente nuevos lazos de unin con las dems yampliar constantemente sus simpatas.

    Es una forma de vida que constantemente ex-tiende pseudpodos y se adapta a lo que en-cuentra. Su sentido de la propia vala moral sefunda en su tolerancia de la diversidad. Entresus hroes a los que exalta figuran quienes hanextendido su capacidad de simpata y toleran-cia62.

    25. La sociedad liberal burguesa genera unproceso de educacin por identificacin y pro-pone el ideal de procedimientos en la justicia yla idea de igualdad humana. Esta idea de igual-dad humana es an de carcter grupal y recien-te: no se basa en una naturaleza humana igualpara todos, sino en una decisin moral y socialde considerar a los dems como a nosotros mis-mos.

    Vivimos cada vez ms en un mundocollage, o cambalache donde viven sin mslgica -como pegadas una junto a otra- formasde vidas dispares, con diversas opciones, dife-rentes valores y preferencias, difcilmente com-patibles entre s. Se trata de aceptar pragmtica-mente una condicin de hecho: el mundo socialde hecho se da de esta forma.

    La ventaja del liberalismo posmoderno es quereconoce que al recomendar ese ideal no se estrecomendando una concepcin filosfica, unaconcepcin de la naturaleza humana o del sig-nificado de la vida humana, a los representantesde otras culturas. Todo lo que deberamos ha-cer es sealar la ventaja prctica de las institu-ciones liberales para permitir la convivencia deindividuos y culturas sin entrometerse en su res-pectiva privacidad, sin entrometerse en las con-cepciones del bien de los dems63.

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  • 26. Pero el proceso educativo si bien esidentificacin social, implica tambin unesfuerzo personal de aceptacin de lopragmtico. Se necesita esfuerzo, en efecto,para controlar nuestros sentimientos cuando unapersona totalmente diferente se nos presenta ointroduce en nuestra comunidad.

    La tolerancia no significa que debamosimitar a los dems, sino que debemos respetarloscon simpata, dialogar, expresar opiniones (oregatear intercambiando ideas), aunque notengamos los mismos sentimientos, los mismospuntos de vista, los mismos valores. En estosfrecuentes casos, entra a funcionar la actitudirnica liberal, esto es, de tolerancia sabiendoque nada hay que sea absoluto.

    Cuando esto sucede, lo que hay que hacer essonrer, hacer el mejor trato posible y, tras unesforzado regateo, retirarnos a nuestro club. Allnos sentiremos reconfortados por la compaade nuestros partenaires morales64.

    f) La chchara sobre la lgica

    27. El aprender no puede ser entendido, en-tonces, como un proceso emprico simple, quecomienza con la percepcin y termina con laverificacin de la misma conceptualizada. Elidealista buscar la verificacin en la coheren-cia de los contenidos lgicos; el realista anclarla verdad en algo real ms all de las palabras yde los conceptos; pero el pragmatista asumircomo verdaderas las creencias que relaciona-das entre s resultan tiles, reemplazando lo co-rrecto por lo til y prctico para lograr los fi-nes propuestos. El aprendizaje que se estimavalioso por s mismo, por su metodologa oforma de aprender, no tiene valor para los prag-mticos.

    La chchara sobre la forma lgica, el an-lisis de conceptos y las verdades necesariashan suscitado ms problemas que los que han

    resuelto65.

    Por qu preferir una filosofa y unaprendizaje pragmticos? No porque sea ver-dadero -responde Rorty-; sino porque da re-sultados: Es verdadero porque da resultado66.Los resultados son lo importante: ni siquiera elautocontrol (o la autonoma, perseguida fre-cuentemente como la nica finalidad educativadigna de consideracin) es importante en s mis-mo si no da resultados67.

    g) Dos tareas de la educacin: socializar yindividualizar con irona

    28. El proceso de educacin, aun siendo prag-mtico, no puede prescindir de una finalidadmoral; pero esta finalidad es pragmtica, pro-pia de una cultura post-filosfica (donde laliteratura sucede a la filosofa), guiada por unacierta prctica social concreta68.

    Rorty duda de la eficacia y relevanciade la filosofa en la poltica, por ello tambinduda de la relevancia de la filosofa de la edu-cacin. En el mejor de los casos, la filosofaposee una valor teraputico con el que se ayu-da a las personas adultas (no a los nios) a aban-donar las ideas anticuadas y convencionales yasumir otras. Por esto, cabe distinguir dos ta-reas en el proceso educativo:

    Me parece que la educacin pertenece a dosempresas bien definidas. La educacin inferiores fundamentalmente una cuestin de sociali-zacin, el tratar de inculcar un sentido de ciu-dadana, y la educacin superior consiste en sumayor parte en una cuestin de individuacin,el tratar de despertar la imaginacin del indivi-duo con la esperanza de que sta ser capaz derecrearse a s misma. No estoy seguro de que lafilosofa logre hacer mucho por cualquiera deestas empresas69.

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  • No tenemos que aprender nada esencial,ni eterno ni trascendente ms all de la historia.Para ser humano, es suficiente con captar conirona la relativa estupidez de cada poca.

    Cada poca tiene su propia gloria y su propiaestupidez. La labor del novelista es mantener-nos al corriente de ambas. Porque no existe nin-gn juez supremo, ni ninguna nica descripcincorrecta, porque no existe huida alguna a lo to-talmente otro, sta es la tarea ms importanteposible. Pero es una tarea que solo puede em-prender de pleno corazn alguien notranstornado por los sueos de un marcoahistrico en el que se despliega la historia hu-mana, una naturaleza humana universal...70

    Para Rorty, el docente -de los niveles in-feriores de escolaridad- debe creer que la so-ciedad se funda en la verdad (en caso contrarioser mejor que busque otra profesin) y debeser el vehculo de transmisin de lo que es so-cialmente admitido. El que es docente en losniveles superiores, por el contrario, se halla enel santuario de la libertad acadmica y las du-das sobre la sociedad se vuelven entonces cen-trales. En este caso, la tarea de la educacin seorientar -segn Rorty y reinter- pretando a sumodo a Dewey- hacia la tarea de reemplazarun presente insatisfactorio por un futuro mssatisfactorio, sustituyendo as la certidumbre porla esperanza71.

    Sugerencias para una crtica a las concep-ciones de R. Rorty.

    29. La toma de posicin filosfica de R. Rortyposee aspectos paradjicos (la inutilidad de lasotras filosofa y la utilidad de la propia) y con-tradictorios (porque el valor de utilidad en laque se basa, tiene sentido medio y ste no valesin un fin que trasciende los medios).

    Por un lado, Rorty abandona, sin discu-tir, las posiciones de los filsofos anteriores (laconcepcin platnica, la concepcinrepresentacional del conocimiento, la validezde las esencias, la existencia de un yo sustan-cial, la existencia de Dios, etc..Pero por otrolado, l asume una posicin pragmtica,historicista, inmanentista, como la nica buenafilosofa por ser sta til a sus deseos en estapoca. Brevemente dicho, rechaza el valor delas otras filosofas, sin discutirlas desde sus pro-pios supuestos, y asume el valor de la utilidadcomo un valor supremo.

    30. El valor de la utilidad es tan grande, paraun pragmatista posmoderno, que todo lo de-ms queda sin valor si no es til; pero esta po-sicin por ser posmoderna, es asumida sin gran-des crticas, y sin preocupacin por los funda-mentos. En el clima de la actitud irnica por lasumida, no toma en serio a ninguna filosofaanterior si no es pragmtica; tampoco toma enserio el deseo de fundamentar tradicionalmen-te exigido por la filosofa, menos an le parecerelevante admitir algo as como una naturalezahumana que posea un ser humano que llevensita una finalidad y que sta oriente todo elproceso educativo.

    31. Rorty asume el tiempo en que vivimoscomo un hecho, no fcilmente cambiable me-diante filosofas de la educacin. La educacin,en consecuencia, se reduce a asimilar o imitarlos modelos que la sociedad le propone.

    El eje del cambio social se halla en el sen-timiento: solo mediante imgenes, novelas, re-latos se puede conmover a los poderosos paraque no opriman tanto a los dbiles.

    32. En este contexto, se advierte en la filoso-fa de Rorty un cierto positivismo conservador,resignado ante las situaciones de hecho. Solo

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  • unos pocos (los que pueden comprar una cul-tura superior, universitaria) tendrn una prepa-racin para la crtica social. Los dems vivirncomo propios los modelos sociales que les agra-dan e imitan. En su propuesta, Rorty ve a lasociedad como una mezcla de narcisismo pri-vado y de pragmatismo pblico: cada uno bus-cando su propio bienestar mirando a lo suyo y,lo que importa en la vida social no son los valo-res (unos preferibles a otros segn la naturale-za de las cosas), sino su funcionamiento prag-mtico72. Con estos presupuestos, no hay con-diciones de posibilidad para lo que tradicional-mente llambamos educacin. sta, en efecto,se ubicaba en el desarrollo de la persona, don-de el sujeto -sin dejar de ser sujeto- aspiraba alograr la objetividad sobre lo que l era y sobrelo que son las cosas y acontecimiento; y dondela sociedad era considerada una comunidad conun bien comn para todas las personas, y por lotanto, objetivo.

    Si fuesen coherentes con el valor de utili-dad presentado por Rorty, podramos afirmarque su filosofa resulta poco til para un cris-tiano. Por una parte, la filosofa de Rorty pre-ocupada por la utilidad, olvida que sta tienealgn sentido solo en el contexto de una finali-dad y las finalidades que propone Rorty son lasde cada uno, por lo que su filosofa no es msque un solipsismo (individual o como gruposocial privilegiado).

    33. Para un cristiano, la finalidad de la vidahumana y el valor fundamental es Dios, y losmedios tienen sentido si a l conducen.

    Desde un punto de vista cristiano es cri-ticable el radical inmanentismo de la filosofade Rorty: para l el mundo social se justifica ens mismo, en su propia dinmica, impuesta porla libertad de cada individuo en la esfera indivi-dual y en la social.

    El cristiano puede objetar a la posicin

    de Rorty el deseo de imponernos una vida sinmisterio y sin trascendencia, cerrada en el tiem-po y en la especie animal (acaso slo somosanimales con lenguajes?). La concepcin cris-tiana parte de una revelacin con una visin porcierto ms elevada.

    34. Falta en el pensamiento de Rorty un mo-tivo racional para toda su aparente defensa delhumanismo. Segn Rorty, trataremos de cam-biar la situacin de los dbiles, por la va delsentimiento, pero sabiendo que ni siquiera so-mos personas, sino una red de deseos y creen-cias.

    El hombre aparece como un ser situado,vaco de s, dispuesto a asimilar el entorno yser ese conjunto de creencias que vive el entor-no, hacindolo propio sin ser nada propio.

    En este contexto, se han suprimido to-dos los supuestos para crear un concepto fuer-te de educacin (entendida como la construc-cin de la persona que se perfecciona hasta al-canzar un sentido moral y trascendente para suvida, mientras se desarrolla en un mbito socialy profesional propio.

    35. En el contexto de la filosofa de Rorty elverdadero a priori se halla en concebir al co-nocimiento y a la educacin como un proce-so de reproduccin social en el estadio alcan-zado en el momento histrico que vive el suje-to73.

    Cuando el conocimiento mismo pierde supretensin de objetividad y verdad, se convier-te en sola creencia: en la persuasin del sujeto,en subjetividad y, entonces, todos los valoresobjetivos caducan, pero con ello la misma per-sona humana se pierde, pues pierde todo puntode referencia que no sea ella misma y los de-seos que ella genera.

    En realidad perdido el sentido del ser delas cosas, se pierde la objetividad y con ella el

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  • sujeto, los valores y el sentido de la educacin,la cual que da reducida al amaestramiento se-ductor de las circunstancias histricas ysociopolticas de turno.

    Posiblemente, detrs de la propuestaposmoderna y pragmtica estuvo alguna vez lapreocupacin de escapar de la aagazas delpoder, del control y de la regulacin del siste-ma social opresor de los marginados o dbiles;pero el recurso utilizado (el pensamiento dbil,la ausencia de bsqueda de fundamentos, lacarencia de finalidades) no ha sido eficaz ni prc-tico: la posmodernidad nos deja en el sistemacon el agravante de la ausencia de consuelo ycon una triste irona por lo que pasa, sujeto enlas frreas manos de los poderosos, sin poderser cambiado.

    36. El pensamiento posmoderno pragmticosignifica la radicalizacin de la sospecha, inclu-so sobre los maestros de la sospechas (Marx,Nietzsche, Freud), hasta quedarse sin raz al-guna. A la tendencia a explicar sistemticamentelas cosas propone la validez del fragmento, delas situaciones sociales de hecho, el pluralismode los lenguajes, el pragmatismo contex-tual74.

    Queda, entonces, poco marco para elcambio propuesto por personas con proyectoshumanos propios, sin poder recuperar el poderunificador de la razn. Somos presos de la iner-cia social; los acontecimientos nos atropellansin finalidad propia. La multiplicacin y satura-cin de los intercambios hacen ms densa la vidasocial, la cual queda a merced de los aconteci-mientos. El ser humano se pierde por saturacinde comunicacin que no le deja espacio paraun pensamiento propio, para la autodetermina-cin en la vida.

    Mas ante la ausencia de la posibilidadmisma de la educacin de la persona, generada

    por la propuesta posmoderna, surge -como anteun argumento ab absurdum- con nuevas fuer-zas, la necesidad de repensar la validez de lossupuestos de la posmodernidad pragmtica pro-puesta por R. Rorty. Si los supuestos de laposmodernidad pragmtica nos dejan en el ab-surdo (de la ausencia del sujeto, de la verdad,de la objetividad, del cambio social, de la edu-cacin, de fines, de proyectos personales conla inclusin de los otros, etc., cuando nos halla-mos ante la liquidacin ms exhaustiva de lasraces de lo sagrado), ser necesario cambiarlos puntos de partida75.

    37. En fin, despus de esta breve exposicindel pensamiento de un filsofo que hoy tienemucho prestigio en los niveles acadmico, cabepreguntarnos: Qu nos queda del concepto tra-dicional de educacin?

    Cabe prestar atencin, ante todo, a lossupuestos o principios de la filosofa de Rorty.l parte del supuesto de que este mundo es con-tingente, y es el nico que existe. Por ello, notiene sentido oponerlo a otro mundo trascen-dente el cual sera el punto de sentido para nues-tro mundo actual. Dado que no hay sentido yun valor objetivo, en s, fundado en un Ser (Dios,Naturaleza, Verdad, Objetividad), el nico sen-tido es la utilidad de las cosas, de los aconteci-mientos y acciones humanos, utilidad, claro estpara los proyectos de cada uno (individual ysocialmente considerado). En resumen, el hom-bre es el creador de su propio proyecto de viday no debe dar cuenta a nadie ms. Rorty ni si-quiera est de acuerdo con el empirismo (el cualcree -ingenuamente segn Rorty- que el mun-do o la realidad es tal cual la vemos con nues-tros sentidos): A mi parecer, afirma Rorty, noqueda nada valioso por salvar en el empirismo.No hay una realidad ante la cual debemos res-ponder: solo hay creencias, tiles o intiles, para

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  • nuestros propsitos.

    En este contexto, quizs se podra afir-mar que, en la concepcin de Rorty, aprendery educarnos es convertirnos en persona, sa-biendo que ser persona es ser poema, creacin,tejido de contingencias, tramado de creenciassociales asumidas como proyecto de vida porcontagio social, donde la meta de la verdad esreemplazada por la libertad, los intereses, elconsenso y la esperanza; donde prima el deseosentimental y moral de suprimir el dolor inne-cesario en la sociedad; donde la vida se haceautnoma al poder explicarse a s misma desdelos propios proyectos; donde se considera prag-mticamente a la humanidad como la medidade todas las cosas; donde lo humano (entendi-do etnocntricamente: los similares a nosotros)seala un proyecto impreciso y no una esencia.

    38. Mas sea que se acepte la concepcin deRorty, sea que se la rechace, este autor no dejaindiferente: hace pensar y repensar la funcin yel sentido de la filosofa.

    Rorty, tras la aparente ausencia defundamentacin, se apoya en una creencia quele sirve de fundamento: lo til reemplaza a locorrecto. La verdad en s misma, al ser pocotil, es reemplazada por los intereses. Unacreencia es verdadera no porque representeexitosamente la realidad, sino por ser una re-gla de accin que proporciona ventajas. Maspara que algo sea ventajoso o no, implica unaprevia visin (de lo que se desea o se estimaventajoso), lo cual encubre una teora de lo v-lido que no se discute y que sirve de fundamen-to como regla para las acciones.

    Parece ser que no se puede ni siquieraabandonar la filosofa sin una filosofa que lojustifique. Siempre parece haber un punto de

    partida que justifica las consecuencias, sin quel mismo pueda justificarse con las consecuencias sin una teora acerca de las consecuenciasy de sus valores que trasciende las consecuen-cias. No se abandona tericamente una teorasin teora. Esto contradice la afirmacinconductista y pragmatista de que las ideas notienen contenido o representacin sino que sonsolo conductas. Las ideas guan las conductaslas que, por esto mismo, son humanas. Decidir,por ejemplo, sustituir las certezas por las espe-ranzas, es ya una decisin ante todo terica. Elrechazo del fundamento no se hace tericamentesin fundamento (sea que se pretenda ubicarloen el hombre, en sus decisiones de abandonartoda teora previa, o en la consideracin de lasconsecuencias de sus acciones). Las protestascontra la verdad, la objetividad, el ser humanoen cuanto persona -presentadas como teorasintiles-, no parecen ser ms que un camuflajepara encubrir decisiones de conveniencia (indi-vidual o social). Perdido o abandonado el inte-rs por la objetividad (tarea difcil pero dignadel ser humano), solo quedan los intereses. Lasolidaridad, tan deseada por Rorty, slo es co-herente en su sistema si es til. Ante tal conse-cuencia lgica, Rorty prefiere afirmar que nohay razones para fundamentar este deseo y estacreencia. El hombre, la educacin, la sociedades, en el pragmatismo posmoderno, un conjun-to de creencias, de sentimientos, de absurdosante el dolor innecesario.

    39. Educarnos se reduce a adquirir la sufi-ciente confianza para apoyarnos en nuestrascreencias, porque ellas son pragmticamentetiles para obrar en el mundo, abandonando labsqueda de las cosas en s mismo (la verdad,la objetividad, lo absoluto). Como dijimos, losresultados son lo importante: ni siquiera elautocontrol (o la autonoma, perseguida fre-cuentemente como la nica finalidad educativa

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    digna de consideracin) es importante en smismo si no da resultados acordes a nuestrospropsitos individuales o sociales.

    El pragmatismo aparece entonces comoun concepcin que desestima los grandes valo-res -sobre todo de Trascendencia, de Objetivi-dad, de Verdad, de Justicia, de Altruismo, etc.que Occidente logr proponer con mucho es-fuerzo, para hacer ms humana a la persona y ala sociedad. En su lugar, instala el nico valorde la utilidad en un mundo contingente.

    El pragmatismo al desacreditar la teo-ra de la verdad (como norma reguladora) y dela bsqueda de objetividad, inutiliza al proce-so educativo para toda crtica. La socializa-cin e individualizacin se convierten en instru-mentos para integrar -ms o menos masiva y

    drsticamente- a las personas al sistema vigen-te, conducidas por el sentimiento. Esto pareceindicar el lmite terico tanto de la filosofapragmatista como de la posmoderna: no s tratade desacreditar a la razn (clsico distintivo delo humano y excelente instrumento para buscarla objetividad en los conocimientos y conduc-tas), sino de integrarla al sentimiento y a unavoluntad libre, en un horizonte capaz de criti-car los lmites de las realizaciones humanas ehistricas, precisamente porque el horizonteasumido las trasciende.El hombre no pareceplenamente humano si no llega a trascender todolo humano. Lo natural y humano, para ser tal,encierra en su ncleo algo que le da apertura ycapacidad de crtica, algo de transnatural o tras-cendente, que el pragmatismo se empea enabandonar, convirtindose en una propuestainhumana.

    NOTAS

    1 Richard Rorty naci en 1931, en New York. Despus de estudiar en Chicago, Rorty pas a Yale (1955-1957) para doctorarseen filosofa. Ejerci la docencia en el Wellesley College (1958-1961) y en la Universidad de Princeton (1961-1982). Autorde numerosos libros, ha sido tambin profesor de Humanidades en la Universidad de Virginia, y de Literatura Comparadaen la Universidad de Stanford. Despus de transitar un perodo en lo que podramos llamar El giro lingstico, Rorty eshoy un polmico escritor que se encuadra en la filosofa pragmtica de Dewey con un enfoque posmoderno. El Autoragradece una beca, otorgada por la UAP, que hizo posible este artculo.

    2 Cfr. MAFFESOLI, M. Elogio de la razn sensible. Barcelona, Paids, 1997, p. 149. KLIMOVSKY, G. HIDALGO, C. Lainexplicable sociedad. Cuestiones de epistemologa de las ciencias sociales. Bs. As., A-Z Editora, 1998, p. 75-99.HABERMAS, J. Ciencia y tcnica como Ideologa. Madrid, Tecnos, 1992. OLIV, L. Conocimiento, sociedad y rea-lidad. Mxico, F.C.E., 1997. SARTORI, G. Homo Videns. La sociedad teledirigida. Madrid, Taurus, 1998. BOURDIEU,P. Sobre la televisin. Barcelona, Anagrama, 1997. RESCHER, n. Los lmites de la ciencia. Madrid, Tecnos, 1994, p. 242-243.

    3 RORTY, R. Philosophy and the Mirror of Nature. Princeton, Princenton University Press, 1979. RORTY, R. La filosofa y elespejo de la naturaleza. Madrid, Ctedra, 1983, p. 197. RORTY, R. Truth and Progress: Philosophical Papers III. Cam-bridge, Cambridge University Press, 1998. RORTY. R. Verdad y progreso. O. C., p. 188 nota 10. FOSTER, P. Pragma-tism, Relativism, and the Critique of Philosophy en Metaphilosophy, 1998, n 29 (1-2), p. 58.78. HINGST, K. Perspektivismusund Pragmatismus. Wurzburg, Kningshausen, 1998.

    4 DAVIDSON, D. The Myth of the Subjective en KRAUSZ, M. (Ed.) Relativism: Interpretation and Confrontation. NotreDame, Ind., University of Notre Dame Press, 1989, p. 165-166. RORTY, R. Objectivity, Relativism, and Truth. Philo-sophical papers. Volumen 1. Cambridge, Cambridge University Press, 1991. RORTY, R. Objetividad, relativismo y verdad.Escritos filosficos 1. Barcelona, Paids, 1996, p. 25. RORTY, R. Hoffnung Statt Erkenntniss: Eine Einfhrung in diePragmatische Philosophie. Viena, Passagen Verlag, 1994. RORTY, R. Esperanza o conocimiento? Una introduccin alpragmatismo. Bs. As., FCE, 1997, p. 26.

  • 5 RORTY. R. Verdad y progreso. O. C., p. 117, 118, 119, 100,

    6 RORTY, R. Objetividad, relativismo y verdad. O. C., p. 136. Cfr. VADEN, H. Without God or His Doubles: Realism,Relativism, and Rorty. Leiden (New York), J. E, Brill, 1994. PUTMAN, H. Las mil caras del realismo. Barcelona, Paids,1994. LPEZ FERNNDEZ, A. La tesis de la constitucin de los objetos y las variantes del realismo y del idealismo enDilogos, 1993, n. 61, p. 53-85.

    7 RORTY, R. La filosofa y el espejo de la naturaleza. O. C., p. 171. Cfr. HALL, D. Richard Rorty: Prophet and Poet of theNew Pragmatism. Albany, State University of New York Press, 1994.

    8 RORTY, R. Objetividad, relativismo y verdad. O. C., p. 273. Cfr. MOYA, C. Justificacin, causalidad y accin intencionalen Theoria, 1998, n 32, p. 349-365.

    9 RORTY, R. Objetividad, relativismo y verdad. O. C., p. 52, 51. Cfr. RESCHER, N. La lotta dei sistemi. Fondamenti eimplicazioni della pluralit filosofica. Genova, Marietti, 1993.

    10 RORTY, R. Esperanza o conocimiento? Una introduccin al pragmatismo. O. C., p. 35.

    11 RORTY, R. Relativismo: El encontrar y el hacer. O. C., p. 307, 308. RORTY, R. Essays on Heidegger and others. Cam-bridge, Cambridge University Press, 1991. RORTY, R. Ensayos sobre Heidegger y otros pensadores contemporneos.Escritos filosficos 2. Barcelona, Paids, 1993, p. 20, 49. Cfr. ROSENTHAL, S. Speculative Pragmatism. Amherts,Mass., The University of Massachussets press, 1986.

    12 RORTY, R. Ensayos sobre Heidegger y otros pensadores contemporneos. O. C., p. 52.

    13 RORTY, R. Consequences of Pragmatism (Essays: 1972-1980). Minnesota, University of Minnesota Press, 1982. RORTY,R. Consecuencias del pragmatismo. Madrid, Tecnos, 1996, p. 248. BRCENA, F. El oficio de la ciudadana. Introduccina la educacin poltica. Barcelona, Paids, 1997, p. 61.

    14 RORTY, R. Objectivity, Relativism and Truth. Philosophical Papers. Volume I. Cambridge, Cambridge University Press,1991, p. 176. RORTY, R. Objetividad, relativismo y verdad. Escritos filosficos 1. Barcelona, Paids, 1996, p. 240.

    15 RORTY, R. Objectivity, Relativism and Truth. Philosophical Papers. Volume I. O. C., p. 188.

    16 RORTY, R. Human Rights, Rationality and Sentimentality en HURLEY, S. - SHUTE. St. (Comps.) On Human Rights: The1993 Oxford Amnesty Lectures. New York, Basic Books, 1993, p. 112- 134. RORTY, R. Derechos humanos, racionalidady sentimentalismo en ABRAHAM, T., BARDIOU, A., RORTY, R. Batallas ticas. Bs. As., Nueva Visin, 1997, p. 68.Cfr. PREZ DE TUDELA, J. El pragmatismo americano: Accin racional y reconstruccin del sentido. Madrid, Cincel,1998.

    17 RORTY, R. La filosofa y el espejo de la naturaleza. O. C., p. 15. Cfr. TELL, E. La filosofa de Richard Rorty en Docencia,ciencia y tecnologa, 1996, n. 11, p. 61-88. JUGO BELTRAN, C. La superacin del fundamento y la desfundamentacinde la solidaridad: el pragmatismo de Richard Rorty en Paideia Cristiana, 1996, n. 22, p. 43-48.

    18 RORTY, R. Consequences of Pragmatism (Essays: 1972-1980). Minnesota, University of Minnesota Press, 1982. RORTY,R. Consecuencias del pragmatismo. Madrid, Tecnos, 1996, p. 34, nota 25. RORTY, R. Relativismo: El encontrar y elhacer en PALTI, J. Giro Lingstico e historia intelectual. Bs.As., Universidad nacional de Quilmes, 1998p. 296. RORTY,R. Truth and Progress: Philosophical Papers III. Cambridge, Cambridge University Press, 1998. RORTY. R. Verdad yprogreso. Escritos Filosficos, 3. Barcelona, Paids, 2000, p.173.

    19 RORTY, R. Relativismo: El encontrar y el hacer. O. C., p. 229, 296 y p. 315.

    20 RORTY, R. Relativismo: El encontrar y el hacer. O, C., p. 296. RORTY, R. Consecuencias del pragmatismo. O. C., p. 38-39.

    21 RORTY, R. Objetividad, relativismo y verdad. Escritos filosficos 1. O. C., p. 273.

    W. R. Daros

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  • 22 RORTY, R. Essays on Heidegger and others. Cambridge, Cambridge University Press, 1991. RORTY, R. Ensayos sobreHeidegger y otros pensadores contemporneos. Escritos filosficos 2. Barcelona, Paids, 1993, p. 178,179,180. RORTY,R. Relativismo: El encontrar y el hacer. O. C., p. 103, 67, 112, 117. RORTY. R. Verdad y progreso. O. C., p. 92, 309.

    23 RORTY, R. Relativismo: El encontrar y el hacer. O. C., p. 154 , 38.

    24 RORTY, R. Objetividad, relativismo y verdad. O. C., 143, 141. RORTY, R. Ensayos sobre Heidegger. O. C., p. 186.

    25 RORTY, R. Ensayos sobre Heidegger. O. C., p. 22. RORTY, R. Pragmatismo y poltica. Barcelona, Paids, 1998, p. 28.RORTY, R. Forjar nuestro pas. El pensamiento de izquierdas en los Estados Unidos del siglo XX. Barcelona, Paids,1999, p. 13. RORTY. R. Verdad y progreso.O. C., p. 253.

    26 RORTY, R. Ensayos sobre Heidegger. O. C., p. 257.

    27 RORTY, R. Relativismo: El encontrar y el hacer. O. C., p. 299.

    28 RORTY, R. Relativismo: El encontrar y el hacer. O. C., p. 301.

    29 RORTY, R. Relativismo: El encontrar y el hacer. O. C., p. 301.

    30 RORTY, R. Esperanza o conocimiento? Una introduccin al pragmatismo. O. C. p. 96.

    31 RORTY, R. Contingencia, irona y solidaridad. O. C., p. 97, 91-92.

    32 RORTY, R. Contingencia, irona y solidaridad. O. C., p. 213, nota 7.

    33 RORTY, R. Objetividad, relativismo y verdad. O. C., p. 42, 50 nota 11, 51.

    34 RORTY, R. Objetividad, relativismo y verdad. O. C., p. 141.

    35 RORTY, R. Objetividad, relativismo y verdad. O. C., p. 43, 47, 69, 141. Cfr. DARS, W. Racionalidad, ciencia y relativismo.Rosario, Apis, 1980.

    36 RORTY, R. Ensayos sobre Heidegger y otros pensadores contemporneos. Escritos filosficos 2. O. C., p. 172, 20, 18, 157,31, 180, 275.

    37 NIETZSCHE, F. Briefwechsel. Kritische Gesamtausgabe. Berlin, Colli-Montinari, 1975, Vol. VIII/3, 23 (12), pp. 422-423.Cfr. CORNILL, J. El poder de la mentira. Nietzsche y la poltica de la transvaloracin. Madrid, Tecnos, 1997, p. 204.

    38 RORTY, R. Objetividad, relativismo y verdad. O. C., p. 49.

    39 RORTY, R. Pragmatismo y poltica. Barcelona, Paids, 1998, p. 40.

    40 RORTY, R. Pragmatismo y poltica. O. C., p. 43.

    41 RORTY, R. Esperanza o conocimiento? O. C., p. 44.

    42 RORTY, R. Forjar nuestro pas. O. C., p. 13, 93, 48, 118.

    43 RORTY, R. Essays on Heidegger and others. Cambridge, Cambridge University Press, 1991. RORTY, R. Ensayos sobreHeidegger y otros pensadores contemporneos. Escritos filosficos 2. Barcelona, Paids, 1993, p. 171-172.

    44 RORTY, R. Relativismo: el encontrar y el hacer. O. C., p. 303. Cfr. HALL, D. Richard Rorty: Prophet and Poet of the NewPragmatism. Albany, State University of New York Press, 1994.

    45 RORTY, R. Contingency, irony and solidarity. New York, Cambridge University Press, 1989. RORTY, R. Contingencia,irona y solidaridad. Barcelona, Paids, 1991, p. 15.

    INVENIO Noviembre 2002

    La concepcin de la educacin segn el pragmatismo posmoderno de R. Rorty

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  • W. R. Daros

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    46 RORTY, R. Contingencia, irona y solidaridad. O. C., p. 101 nota 4.

    47 RORTY, R. Objetividad, relativismo y verdad. O. C., p. 51.

    48 RORTY, R. Pragmatismo y poltica. Barcelona, Paids, 1998, p. 41, 29.

    49 RORTY, R. Essays on Heidegger and others. Cambridge, Cambridge University Press, 1991. RORTY, R. Ensayos sobre Heidegger y otros pensadores contemporneos. Escritos filosficos 2. Barcelona, Paids, 1993, p. 20, 16, 170.

    50 RORTY, R. Ensayos sobre Heidegger y otros pensadores contemporneos. O.C., p. 49. Cfr. RORTY, R. Contingency, ironyand solidarity. New York, Cambridge University Press, 1989. RORTY, R. Contingencia, irona y solidaridad. Barcelona,Paids, 1991, p. 64, 93, 106, 132, 19. RORTY, R. Hoffnung Statt Erkenntniss: Eine Einfhrung in die PragmatischePhilosophie. Viena, Passagen Verlag, 1994. RORTY, R. Esperanza o conocimiento? Una introduccin al pragmatismo.Bs. As., FCE, 1997, p. 13. RORTY, R. Philosophy and Social Hope. Viking Penguin, 1999: Ethics without Principles, p.72- 92.

    51 RORTY, R. Ensayos sobre Heidegger y otros pensadores contemporneos. O.C., p. 172, 15. RORTY, R. The linguistic Turn:Recent Essays in Philosophical Method. Chicago, The University Press of Chicago, 1967. RORTY, R. El giro lingstico.Barcelona, Paids, 1990, p. 96. Cfr. CAMP, A. Ensear a argumentar en Comunicacin, Lenguaje y Educacin, 1995, n.25, p. 5-9. COLOM, A-MELICH, J. Despus de la modernidad. Nuevas filosofas de la educacin. Barcelona, Paids,1994. DARS, W. El saber y el aprender posmoderno en CONCORDIA, Internationale Zeitschrift fr Philosophie,Aachen, 1997, n. 31, p. 79-96.

    52 RORTY, R. Los intelectuales ante el fin del socialismo en ABRAHAM, T., BARDIOU, A., RORTY, R. Batallas ticas. Bs.As., Nueva Visin, 1997, p. 86. DARS, W. R. El sujeto humano y la moral, en el clima light de la posmodernidad, segnG. Vattimo en INVENIO, n 2, 1998.

    53 RORTY, R. Relativismo: El encontrar y el hacer en PALTI, J. Giro Lingstico e historia intelectual. Bs. As., Universidadnacional de Quilmes, 1998, p. 296-297. Cfr. BRCENA, F. El oficio de la ciudadana. Introduccin a la educacinpoltica. Barcelona, Paids, 1997, p. 60. RESTAINO, F. Filosofia e post-filosofia in America: Rorty, Bernstein, MacIntyre. Milano, Franco Angeli, 1990.

    54 RORTY, R. Objectivity, Relativism, and Truth. Philosophical papers. Volumen 1. Cambridge, Cambridge University Press,1991. RORTY, R. Objetividad, relativismo y verdad. Escritos filosficos 1. Barcelona, Paids, 1996, p. 168. Cfr. SMITH,P. Discerning the Subject. Minneapolis, University of Minnessota Press, 1988.

    55 RORTY, R. Ensayos sobre Heidegger y otros pensadores contemporneos. O.C., p. 201. Cfr. STOECKER, R. (Ed.) Reflect-ing Davidson. New York, Walter de Gruyter, 1993.

    56 RORTY, R. Ensayos sobre Heidegger y otros pensadores contemporneos. O.C., p. 276. RORTY, R. Respuesta a SimonCritchley en MOUFFE, C. (Comp.) Desconstruccin y pragmatismo. Bs. As., Paids, 1998, p. 89. Cfr. HOOK, S. Prag-matism and the Tragic Sense of Life. New York, Basic Books, 1984.

    57 RORTY, R. Objetividad, relativismo y verdad. Escritos filosficos 1. O. C., p. 240-241.

    58 RORTY, R. Pragmatismo y poltica. Barcelona, Paids, 1998, p. 81-83.

    59 RORTY, R. Los intelectuales ante el fin del socialismo. O. C., p. 69.

    60 RORTY, R. Los intelectuales ante el fin del socialismo. O. C., p. 85.

    61 RORTY, R. Objetividad, relativismo y verdad. Escritos filosficos 1. O. C., p. 273, 275-276. Cfr. SLEEPER, R. Thenecessity of Pragmatism. John Deweys Conception of Phylosophy. London, York University Press, 1986.

    62 RORTY, R. Objetividad, relativismo y verdad. Escritos filosficos 1. O. C., p. 276. Cfr. SCHNITMAN, D. Nuevos paradigmas,Cultura y Subjetividad. Madrid, Paids, 1995.

  • 63 RORTY, R. Objetividad, relativismo y verdad. Escritos filosficos 1. O. C., p. 283.

    64 RORTY, R. Objetividad, relativismo y verdad. Escritos filosficos 1. O. C., p. 283. Cfr. CACCIARI, M. Tolerancia e in-tolerancia. Diferencia e in-diferencia en Nombres en Revista de Filosofa, 1994, n. 4, p. 7-17.

    65 RORTY, R. El giro lingstico. O. C., p. 115. Cfr. NIELSEN, K. Atfer the Demise of Tradition: Rorty, Critical Theory, andthe Fate of Philosophy. Boulder, Westview Press, 1991. NILSEN, K. Scientism, Pragmatism, and the Fate of Philosophy

    en Inquiry, 1986, n 3, p. 277-304.

    66 RORTY, R. Consecuencias del pragmatismo. O. C., p. 40. RORTY, R. Relativismo: El encontrar y el hacer. O. C., p. 302.

    67 RORTY, R. Consecuencias del pragmatismo. O. C., p. 56. Cfr. DARS, W. R. La negacin de fines puede ser el fin de laeducacin? en Revista de Filosofa. Mxico, 1995, n. 83, p. 207-238.

    68 RORTY, R. Consecuencias del pragmatismo. O. C., p. 56. Cfr. LIPOVETZKY, G. La era del vaco. Ensayos sobre elindividualismo contemporneo. Barcelona, Anagrama, 1986.

    69 Cfr. RORTY, R. The Dangers of Over Philosophication. Replay to Ancilla and Nicholson en Educational Theory, 1990, Vol.40, n 1, p. 41. BALLESTEROS, J. La educacin en Richard Rorty en Tpicos. Revista de Filosofa de Santa Fe, 1999, n7, p. 25-41.

    70 RORTY, R. Ensayos sobre Heidegger y otros pensadores contemporneos. O. C., p. 115. Cfr. MALACHOWSKY, A.Reading Rorty. Oxford, Basil Blackwell, 1990.

    71 RORTY, R. Esperanza o conocimiento? O. C., p. 21.

    72 SNCHEZ DUR, N. Introduccin en GEERTZ, C. Los usos de la diversidad. Barcelona, Paids, 1996, p. 13.

    73 MARDONES, J. Posmodernidad y cristianismo. El desafo del fragmento. Santander, Sal Terrae, 1998, p. 53,

    74 Cfr. DAROS, W. La educacin integral y la fragmentacin posmoderna en Revista de Ciencias de la Educacin, Madrid,1997, n 171, p. 275-309.

    75 Cfr. MARDONES, J. Posmodernidad y cristianismo. O. C., p. 81. CORTINA, A. tica de la responsabilidad y la solidaridad.Salamanca, Sgueme, 1996, p. 135. LIPOVETSKY, G. La era del vaco. Ensayo sobre el individualismo contemporneo.Barcelona, Anagrama, 1996, p. 105.

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    La concepcin de la educacin segn el pragmatismo posmoderno de R. Rorty

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