Lunes, 17 de Octubre de 1932Hoy he recibido una llamada sorprendente, Jan Joyce-Cleveland me ha invi-

tado a su casa para hablar de negocios. Al parecer busca a alguien discretopara que valore una pieza de la colección familiar y Knox le habló de mi.Me siento halagado por ello pero al mismo tiempo algo intrigado por el her-

metismo de la situación.Nota: debo comprar una pluma nueva.

Martes, 18 de Octubre de 1932Esta tarde me he reunido con Jan en su lujosa casa. Después de presen-

tarnos formalmente y tras una animada charla me ha enseñado el objeto quequiere que estudie. Se trata de una antigua estela de piedra, con nume-rosos jeroglíficos que no he sabido identificar en un primer vistazo y que forma parte del patrimonio familiar (no me ha dicho más). Desea que laestela sea transportada a mi casa “para que trabaje bajo la comodidad e in-timidad del hogar”. Ha insistido mucho en el tema de la discreción y por miparte no voy a cuestionar dicho punto.

Miércoles, 19 de Octubre de 1932Tal y como pidió, hemos traído la estela a mi casa con la mayor discreción

posible. Meterla en el sótano ha sido un infierno pero es preferible así,no quisiera que alguna visita inesperada se encontrara con ese monolito enel salón. Ya he tomado algunos datos para elaborar una ficha detallada:Alt.: 1.21 cm. | Anch.: 0,72 cm. | Espesor: 0,29 cm. | Peso: 1.500 Kg. aprox. Obviamente, lo más importante es averiguar su lugar y época de proce-

dencia. Para ello he extraído una pequeña muestra que enviaré a un exper-to de confianza. Mientras, yo me centraré en descifrar los numerosos yextraños glifos.