diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis....

118

Transcript of diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis....

Page 1: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.
Page 2: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

1

Page 3: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

2

Page 4: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

Hace mucho tiempo que no escribo un diario durante una expedición, tan solo unas

escuetas cronologías para recordar algunos nombres y fechas. No me lo pedía el cuer-

po. Pero este año sí, este año me lo pide a gritos y he decidido hacerle caso. No siem-

pre va a hacer uno lo contrario de lo que le pide el cuerpo. He decidido también

hacer caso a los que me conocen y me quieren. De esta expedición habrá audiovi-

sual, diario y todas aquellas cosas que hacían que nuestros viajes, fuesen polémicos,

compartidos y disfrutados por muchos a nuestro alrededor. Entre todos volveremos

a soñar.

Comienzo este diario el día 4 de agosto de 2008, dentro de la tienda de

campaña mientras fuera bajo la lluvia, Manu intenta, supongo que solo por

entretenerse, desviar el río que tiene prisionero a nuestro vehículo. Luis y el con-

ductor han salido esta mañana a las cinco en busca de ayuda, son las once y

aún no sabemos nada…, no se me ocurre ningún sitio mejor para abandonarse

a la introspección y la escritura.

3

Page 5: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

27.07

¿Por quécreeremos quecambiando elexteriorvamos amodificarnuestrointerior?

4

Page 6: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

27. 07

5

...una vez más, me alejaba de Madrid camino de undestino incierto.

Volamos rumbo a Estambul. Qué rarome encuentro sin la barba, el espejo medevuelve una cara que no es la mía. ¿Por quécreeremos que cambiando el exterior vamosa modificar nuestro interior? Dice mi amigoJosé Antonio que hay que construirse desdedentro, pero, qué difícil. No me gusta nada,a la vuelta volveré a tener barba. Todos estospensamientos y un millón de tonterías máspasaban por mi cabeza mientras el avión,una vez más, me alejaba de Madrid caminode un destino incierto pero redentor. Y unavez más, cerrando los ojos y sintiendo como

el asiento se inclina por el despegue, desea-ba como nunca que ese mismo avión mealejase de mi realidad madrileña lo más rápi-do y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos.

Después de una breve escala enEstambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.Llegamos como a las tres de la madrugada.Visados en aeropuerto, taxi hasta el hotelTayikistán.

Page 7: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

Creado por javierselva - Blog Desnivel 26/07/08 a las 06:07:47 pm

Bueno, estamos calentando los motores del avión. Pero antes de partir(anda, que ya sé que queréis saber qué cámara me llevo de expedición alfinal) os quería proponer un juego. Yo no soy muy viejo, pero un pocoantiguo si que me gusta parecer. Por eso me resisto a prescindir de lasdiapos, de las Leicas, de las montañas sin nombre, de los amoresimposibles…

Vamos a jugar a que somos viajeros de otro tiempo, por ejemplo del sigloXIX, o si lo preferís un Graham Green o un reportero de la agencia Magnuncualquiera. Entonces las crónicas de los viajes no se enviaban por Internet,ni por fax. Se mandaban por correo o, en el mejor de los casos, por unprecario teléfono que nunca funcionaba. Os propongo un salto al pasadopara acompañarnos a nuestro viaje a Tayikistán (más pasado que ésto, esimposible). Yo no voy a mandaros ningún comentario desde este remototerritorio pero se encargará de contaros nuestras peripecias nuestracorresponsal en España, Estela Alonso. Durante estas semanas mi blog enDesnivel será para ella. Es una buena amiga de todos los que formamosesta expedición, guía de montaña en Picos de Europa, tiene la sensibilidadnecesaria para entender lo que vamos a vivir y escribe como los mismosángeles.

Llevo años viajando y nada me pone de peor humor que esos cibercafésperdidos en el más allá, llenos de guiris con pinta de enteraos, o esoscampamentos bases llenos de ordenadores portátiles poniendo al corrientede todo lo que pasa a medio mundo. Nosotros somos diferentes, somosantiguos, llamaremos de vez en cuando a Estela desde donde podamos (sipodemos) y ella, como brillante reportera, os contará como son las cosas,los paisajes, los nervios, el esfuerzo, todo, pero sin estar allí. Auténticoejercicio de literatura. Ahora que ya no se lleva nada lo literario, que todoes tecnología, inmediatez, vamos a vivir esta aventura entre todos, por laspalabras, por el relato en estado puro, como se viven lo sueños, con elcorazón.

Suerte Estela, estaremos pendientes de ti.

Como los clásicos 1

Page 8: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

28.07

El encuentrocon la ciudades nostálgicoy un pocotriste.

7

Page 9: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

Dormimos hasta tarde. Salimos paragestionar otro permiso que necesitamospara la zona concreta de nuestra expedición.

El encuentro con la ciudad es nostálgicoy un poco triste. Otra triste ciudad de la erasoviética. Pero ésta es aún más remota queotras que ya conozco. Los taxistas no cono-cen ninguna calle, por supuesto no hablaninglés, nunca han visto extranjeros por aquí,pero son muy voluntariosos. Damos vueltasy vueltas por la ciudad sin resultado.

Luis habla farsi que se supone es la len-gua de todos estos pueblos centro asiáticos,pero aquí hablan una mezcla de ruso y farsimodificado que nos hace casi imposiblecomunicarnos. Hace mucho calor y estamosun poco agobiados.

Al fin, por la tarde, conseguimos llegar auna oficina que parece que se puede encar-gar de los trámites. Necesitamos unas fotos,Manu y yo no hemos traído, parecemosnovatos. Encontramos un estudio en la calle,

sabemos que lo es por el universal símbolode la Kodak (y pensar que este icono mun-dial de la fotografía está a punto de cerrar),cosas de la globalización. Nos retrata un tipocon cara de pocos amigos sobre una cartuli-na blanca de fondo (¡cuántos recuerdos!),por supuesto con cámara digital. Mientrasesperamos, nos enseña la pantalla de suordenador y nos propone un cambio deimagen: nuestras sudadas camisetas se trans-forman en un traje con corbata de la guerra

8

Hace mucho calor y estamos un poco agobiados.

28. 07

Page 10: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

fría. Nos hace tanta gracia, que decidimosque sí, y de repente por obra del AdobePaint, Manu y yo tenemos nuestras fotos conaspecto de ministros. ¡Cómo mola!

Cuando llegamos a la oficina está cerra-da. Regresamos al hotel y escribo en mi blogde Desnivel. Para mí es una experiencianueva y resulta emocionante. Estás escri-biendo tus sensaciones, tus experiencias, ledas a un botón y ya está, en el ciberespacio,al alcance de no sabes quién, sin saber si lolee alguien o no, sin posibilidad de arrepen-tirte de lo escrito, con parte de tu interior enun escaparate frente al que no sabes quienpasará. Después de las primeras dudas, deci-do desnudarme. Creo que para mí es tera-péutico. Mis reflexiones sobre la ciudad, miinsomnio, mis depres, van pasando por elblog y hace que me sienta mejor, me serena.

Después de lasprimerasdudas, decidodesnudarme.

28. 07

9

Page 11: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

Creado por javierselva - Blog Desnivel 26/07/08 a las 06:07:47 pm

Como los clásicos 1

Me han encargado escribir sobre unas montañas que desconozco, sobreuna expedición que envidio por cuanto tiene de innovadora al buscar loinexplorado, pero también escribir sobre unas personas a las que admiro yquiero por ser parte de mi vida, porque con ellos he compartido momentosinolvidables en la montaña.

Escribir sobre Luis es encontrarse con la mesura hecha persona. Sudisposición para enfrentarse con las situaciones y trabajos máscomprometidos lo hacen un excelente compañero de cordada. Nuncapierde las formas, su talante es siempre alegre y si hay que encarar un largo“entretenido” ya nadie pregunta quien se atará al primer extremo de lacuerda.

Javier es un caso aparte. Con él aprendí hace muchos años a distinguir loscolores de la montaña, he “padecido” sus interminables charlitas frente auna buena copa de vino, y también he disfrutado de los mejoreschuletones de todos los valles que nos han acogido tras la actividadrealizada. Pero tras su incuestionable bagaje gastronómico y cultural, seencuentra un alpinista de los de quitarse el sombrero. Conserva ese espíritudel alpinismo clásico y romántico, tan poco frecuente en nuestros días enlos que la competición aporta tan sólo una obsesiva búsqueda de ladificultad.

A Manu no lo conozco personalmente, pero sólo he oído cosas buenassobre él. Sé que es un gran alpinista, y no dudo que por lo que mecuentan, una gran persona.

Los tres forman una cordada con un objetivo emocionante como esalcanzar una cumbre completamente inexplorada, pero además, sé que vana disfrutar de un país lleno de contrastes y sé que van a llenarse desensaciones que intentaré transmitiros desde mis modestas montañas. Aligual que Marco Polo, recorrerán los valles de la Cordillera del Pamir en labúsqueda de un viaje donde los medios serán más importantes porintensos y emocionantes que el fin de la cima.

Mis Marco Polos2

Page 12: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

Creado por javierselva - Blog Desnivel 26/07/08 a las 06:07:47 pm

Como los clásicos 12

Creado por Estela Alonso - Blog Desnivel 28/07/08 a las 08:07:23 am

Las comunicaciones por Internet y satélite han destruido el aislamiento, unade las mayores atracciones de la escalada en las grandes montañas, peroesta expedición, por su planteamiento como viaje a la antigua usanza,pondrá ese toque romántico que tanto les gusta a sus componentes.Espero saber haceros llegar todas sus vivencias de una forma amena ycercana, lejos de las grandes ampulosidades que tantas veces rodean losrelatos de montaña. Como este espacio es abierto y bidireccional,comentadme todas las imprecisiones, sugerencias o correcciones queconsideréis oportunas.

Y a mis valientes Marco Polos, mucha suerte.

Mis Marco Polos

Page 13: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

Creado por javierselva - Blog Desnivel 26/07/08 a las 06:07:47 pm

Como los clásicos 1

Creado por Estela Alonso - Blog Desnivel 28/07/08 a las 08:07:47 pm

Tras dos días intentando hablar con Javier (los que lo conozcáis sabréis aque me refiero porque es una auténtica locura lograr estar más de dosminutos seguidos con él al teléfono) para conseguir una pequeñadescripción de la zona a la que se dirigen, detalles prácticos de laaproximación y la escalada, al final me he tenido que conformar con unbreve pero intenso relato de Luis desde el aeropuerto a última hora (menosmal que el líder es el líder, y se nota quien lleva las riendas del equipo…).

Ayer partían de Madrid a mediodía con destino a Estambul, para tras unabreve escala volar a Dushanbe, capital de Tayikistán. Tras realizar lascompras necesarias para aprovisionarse, tomarán rumbo al sur para dirigirsea Khorough, última población importante antes de adentrarse en los vallesaltos del Pamir. Aquí comenzará con seguridad la auténtica aventura, yaque tendrán que recorrer un territorio sin apenas infraestructurasaprovechando los poblados de pastores existentes en el camino. Con losmedios de los que éstos dispongan (camellos, caballos), iránaproximándose a la base de las montañas que forman parte de la Cordilleradel Pamir, objetivo de este viaje. Hasta que reciba noticias frescas intentarécontaros algo del país al que se dirigen para poneros en situación.

La República de Tayikistán está ubicada en Asia central, cercada porKirguizistán al norte, China al este, Afganistán al sur y Uzbekistán al oeste.Formó parte de la antigua Unión Soviética con el nombre de RepúblicaSocialista Soviética de Tayikistán hasta que logró su independencia el 25 dediciembre de 1.991. Con una superficie de 143.000 km2 y una poblaciónde 6.500.000 habitantes, sus idiomas oficiales son el persa y el tayiko, algoque no supondrá ningún problema para nuestros exploradores porque Luisse defiende con soltura con el primero de ellos.

Tras la independencia, el país ha sufrido una incruenta guerra civil duranteseis años entre distintas milicias representantes de diferentes regiones delpaís. La población no-musulmana (particularmente y judíos) tuvo queabandonar el país debido a las persecuciones y al incremento de lapobreza. El conflicto y sus secuelas provocaron la muerte de más de 50.000

Este desconocido Tayikistan3

Page 14: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

Creado por Estela Alonso - Blog Desnivel 28/07/08 a las 08:07:47 pm

Como los clásicos 1

personas y obligaron a 1.2 millones de personas a convertirse enrefugiados. Actualmente es el único país de Asia central con un partidoislamista con presencia en el Gobierno y el Parlamento.

Tayikistán es el país más pobre de Asia Central, lo que ha motivado que seael que más ayuda recibe de la Unión Europea. Sólo el 6 por ciento de latierra es cultivable, siendo el algodón su principal producción agrícola. Losrecursos minerales son bastantes ricos: carbón, plomo, cinc, mineral dehierro, petróleo, gas natural y antimonio. El país posee considerablesreservas de oro y presume de tener uno de los yacimientos de plata másgrandes del mundo. Es también un gran productor de energíahidroeléctrica, parte de la cual abastece a la industria del aluminio. En elpróximo episodio os describiré la Cordillera del Pamir para no saturaros enéste con demasiados datos. Quizá también ya tengamos alguna noticia denuestros intrépidos Marco Polos.

Este desconocido Tayikistan3

Page 15: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

29.07

...en estaexpedición yen este paísnada seráfácil.

14

Page 16: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

Hoy madrugamos más. Yo no logro dor-mir bien, paso las noches dando vueltas enla cama sin lograr conciliar el sueño y conpensamientos oscuros y obsesivos. Esperoque poco a poco las montañas sean ese bál-samo que siempre han sido. Llevamos laselegantes fotos a la oficina pero no nos ase-guran cuando estará el visado. Dedicaremosel día a intentar conseguir un transportehasta nuestro próximo punto, Korok.

Teniendo en cuenta que es una ciudadimportante no debería ser mucho problema,pero comenzamos a intuir que en esta expe-dición y en este país nada será fácil. Viajarcon Luis a estos países siempre es garantía,además de un placer, con su farsi y nuestrosgestos logramos apalabrar un vehículo paraKorok. Volvemos al hotel que es el único sitiode Dushanbe donde hace menos de cuaren-ta grados. El hotel es bastante lujoso, ni quedecir tiene que estamos aquí por equivoca-ción. En una guía figuraba como “medio”,pero parece que la guía no estaba muyactualizada. El hotel había sufrido una remo-delación que le había añadido una estrella yya que estábamos…, en fin, que se está estu-pendamente.

Malas noticias. Nuestro visado no estarápara mañana sino para pasado. Tenemos unmomento de tensión pero al final siempre noshacemos la misma reflexión: viajar “por libre”a países sin apenas turismo, a zonas descono-cidas, tiene estas cosas. No se puede nadar yguardar la ropa. También estas peripeciasburocráticas forman parte de la aventura.

Ahora que escribo estas reflexionesdesde la tienda montada junto al coche atra-pado en el río esperando el regreso de Luis yel conductor con ayuda, que salieron hacecasi ocho horas, me da un poco de congoja.Siempre me viene a la cabeza otros destinosinciertos de nuestras expediciones, como elFairweather en Alaska, donde no logramosllegar ni al campo base después de uno delos meses más duros que recuerdo. O cuan-do en Groenlandia, después de buscar inútil-mente un depósito con pulkas, decidimosatravesar parte del islandis con unosespantosos macutos que prácticamente nosponían los hombros en carne viva para llegardespués de días de sufrimiento a un pico enmitad de la nada y realizar la primera ascen-sión. Cuando la aventura es total, es TOTAL.A veces parecemos totalmente gilipollas. Aver como salimos de ésta.

Vuelvo a mi blog de Desnivel y a miinsomnio. Mañana visitaremos unas ruinascercanas a la capital.

A veces parecemostotalmente gilipollas.

29. 07

15

Page 17: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

Creado por javierselva - Blog Desnivel 26/07/08 a las 06:07:47 pm

Como los clásicos 1

Ahora tengo un rato y en el hotel tenemos internet (dónde quedaronaquellos garitos infernales de Nairobi, de Lima, de Leh…). Haré lo quepueda, que no será mucho con un teclado que comparte los caracteres encirílico. Vosotros, hábiles e inteligentes lectores de este blog, decidme,cuanto tiempo se tarda en desconectar de nuestro mundo rutinario y delimpiar tu cabeza y tu corazón para enfrentarte a un viaje como éste (noencuentro el signo de interrogación, tampoco los acentos). Podemos dejaratrás en tan solo unas horas y unos miles de kilómetros, nuestras rutinas,nuestras miserias, nuestras obsesiones y enfrentarnos con la mirada limpia aesta nueva realidad (aquí va una interrogación que no encuentro encirílico). Quizás este un poco preocupado porque esta misma mañana,desde el mismísimo culo del mundo, he hablado con mi banco, con migestor, con mi estudio, y no lo he hecho con más gente que no debo porpura disciplina y no por falta de ganas. Lástima de lobotomía que nosampute del cerebro la parte que tenemos de gente corriente y nos dejelimpios para empezar de cero. Pero ya sabemos lo que tiene viajar deprisa,casi nunca coincide el lugar donde está nuestro cuerpo y nuestro corazón.Hace mucho tiempo me contaron que uno de los primeros exploradoresoccidentales que viajó con los indios de Norte América en sus migraciones alo largo de las praderas, en una ocasión preguntó al Jefe de la tribu por elmotivo de las frecuentes paradas que, sin justificación alguna, realizabancon frecuencia y les tenían acampados durante días. El Jefe respondió quetenían que esperar a sus almas. El ritmo de los caballos era demasiadorápido y la única manera de viajar juntos, cuerpo y espíritu, eraacompasando el paso y esperando de vez en cuando para reunirse cuandoel cuerpo iba demasiado deprisa. Me gustaría escuchar su opinión sobre miconversación de esta mañana con el director de mi sucursal de La Caixadesde Tayikistán, a miles de kilómetros de distancia, recorridos en apenasdos días. Se supone que soy fotógrafo y debería escribir sobre fotos peroesto que os cuento es también una imagen, una imagen de dentro, perouna imagen al fin y al cabo (decían los pintores románticos que la mejormanera de mirar un paisaje era cerrar los ojos, probadlo alguna vez yaveréis que sorpresa). Estamos a la espera del permiso y creo que pasaremoshoras de aburrimiento en el hotel. Os prometo una fotografía más física dellugar remoto donde estamos, siempre con el permiso de Estela. Salud

Desde Dushanbe4

Page 18: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

30.07

...aquellosrecuerdos demuchos añosatrás habíanvenido a mícomo laMagdalenade Proust.

17

Page 19: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

Visitamos Hisstar. Es una antigua ciudadpor donde transcurría una de las variantes dela ruta de la seda. Todas estas ciudades y edi-ficaciones tienen más de evocadoras que demonumentales. Realmente, comparadas conotras similares, no son de gran valor, pero siuno deja volar su imaginación y las sitúa enla época en la que caravanas de cientos decamellos y caballos llenaban sus calles, cara-vanas que partían desde miles de kilómetrosen Oriente y Occidente cargados con

“cosas” que la mayoría de la gente no sos-pechaba ni que existían, entonces todasestas construcciones comienzan a revelar suencanto. Antes incluso que la ruta de la seda,Alejandro Magno anduvo por aquí.

Cuando estamos recorriendo la fortifica-ción, aparecen varios coches haciendo sonarestrepitosamente sus bocinas: es una boda.

En el momento que sale la novia del cochese me dispara como un resorte interior ysalgo corriendo a hacerle fotos. Luis con elvideo también. Después aparece otra noviamás, ésta un poco menos occidental, diga-mos. Yo estoy en medio del sarao disparan-do mi cámara de fotos, nervioso y acelerado.

Cuando acabo me viene a la cabeza,pero sobre todo al corazón, tantos recuer-dos...

Yo empecé en la profesión de fotógrafohaciendo fotos de bodas. Fotos de bodas yfotos de carnet en la puerta de mi facultadde sociología para pagarme la carrera.Ahora, en Tayikistán, en dos días, aquellosrecuerdos de muchos años atrás habíanvenido a mí como la Magdalena de Proust.

Las miles de fotos de novias y noviosque había hecho durante los primeros añosde profesión, me dejaron algunas cosas yapara siempre dentro de mí. Me enseñaronque, primero, una boda, incluida la propia,nunca es lo que parece. Y no digo más, abuen entendedor con pocas palabras basta.

Y segundo, me enseñaron a valorar mitrabajo, a creerme mi profesión. Cuandoeres muy joven y por las imágenes que salende tu cámara alguien está dispuesto a pagarcifras nada despreciables, se produce algomágico: empiezas a pensar que eres fotógra-fo profesional. Después vendrá ser un “buenfotógrafo”, pero para ti, como una granrevelación, el gran salto ha llegado.

Todos los fotógrafos que aún siendobuenos se quedarán por el camino, saben delo que hablo. Hablo de vivir de tu cámara, dehacer realidad una ilusión, un sueño. Y a mí,

eso me lo enseñó la fotografía de bodas, loque se llama el reporte social (BBC: bodas,bautizos y comuniones).

Luego, un día, decidí que no volvería ahacer nunca más fotos de bodas y si podíaevitarlo tampoco asistiría a ninguna, por miequilibrio psicológico (quizás, algún día asis-tiré a la mía).

También hice miles de fotos de carnetsobre una cartulina blanca (hasta la InfantaCristina en su periplo universitario pasó por

delante de mi objetivo) igual que el fotógra-fo de Dushanbe, pero sin cámara digital y sinposibilidad de retoque.

Éramos un grupo de amigos que nosconsiderábamos guerrilleros de la fotografía,lo mismo hacíamos unas fotos de escaladaque estábamos fotografiando niños con losReyes Magos en la puerta de Galerías

30. 07

18

Page 20: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

30. 07

19

Page 21: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

Preciados. Igual hacíamos un bodegón condetergentes que una entrega de diplomas enel salón de la facultad.

Solo había una constante, la cámara.Todo valía si era fotografía. Y así, entre lossudores de las tardes de junioembutido en un traje de mi padre(entonces los fotógrafos de bodasteníamos que llevar traje y corba-ta), riéndole las gracias a los invi-tados bolingas de las bodas quesiempre la toman con el fotógrafoy entre las noches sin dormir pasa-das en los laboratorios (que enton-ces revelaban de noche), entrecámaras bloqueadas por el frío porencima de 6000 m. y entre tirito-nas para poder fotografiar el ama-necer desde un vivac, fuimosaprendiendo el oficio. Fuimosaprendiendo lo que es la fotogra-fía y lo que es ganarse la vida conella.

Después de tanto, ¿cómo novoy a saber de fotos?, ¿cómo novoy a ser un poco “listillo”?.

Todas estas cosas me pasaban por lacabeza cuando veía a las novias marcharseen su coche lleno de floridos adornos yrecordaba el estudio de fotos de carnet deldía anterior. También para eso sirven lasexpediciones, para charlar un rato con “elhombre que siempre va conmigo”.

Manu tiene una fuerte diarrea. Hace uncalor agobiante y mientras esperamos untransporte que nos devuelva a la capital,buscamos ansiosos una cerveza fría. Este esun país musulmán y aunque moderado (son

ismaelitas), encontrar una cervezapor la calle a veces no resulta tan fácilcomo nos gustaría.

Por fin encontramos una especiede terraza oculta por unas lonas,donde nos sirven unas jarras de cer-veza y unos pinchos morunos queaquí se llaman sheak kebab.

Manu pasa de las dos cosas, sucara es un poema, pero como las des-gracias nunca vienen solas, se le cuelga,literalmente, el típico bolinga queforma parte del paisaje universal de losbares del mundo. Según se va ponien-do más pesado, Manu va sacando lamala leche.

Luis elabora una bonita teoría quemantiene que la percepción de la pesa-dez del prójimo depende de la ingestaalcohólica propia. Como yo también losuscribo, comenzamos a tomar jarras

de cerveza a buen ritmo, mientras el pobreManu, que por su diarrea no puede sumarse,tiene que salir huyendo para no llegar a lasmanos con su nuevo “amiguito”.

Luis y yo nos incorporamos a la faunalocal y podemos comprobar la proverbialhospitalidad tayika.

30. 07

20

¿cómo no voy aser un poco“listillo”?

Page 22: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

Ene cervezas después, y no sin dificul-tad, logramos librarnos de nuestros compa-ñeros tayikos, menos del amiguito de Manuque se empeña en acompañarnos para des-pedirse. Es difícil describir la cara de Manu,que está al borde de la deshidratación espe-rando en lo que parece ser la estación deautobuses, cuando nos vio aparecer con elsusodicho.

Sin comentarios.

Volvemos a Dushanbe. Hablo con Estelaque está llevando la heroica tarea de mante-ner activo el blog en nuestra ausencia.Pienso en el marrón que le he colocado.Pienso en su valentía.

Intento escribir o leer hasta tarde paraque las noches sean breves y no darle muchacancha al insomnio.

30. 07

21

...podemos comprobar la proverbial hospitalidad tayika.

Page 23: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

Creado por javierselva - Blog Desnivel 26/07/08 a las 06:07:47 pm

Como los clásicos 1

Continúo con este maldito insomnio que me persigue desde hace unosmeses y como mis proveedores habituales (camellos) de Lexatin no hanvenido a la expedición, me dedico a darle vueltas a los recuerdos, a lashistorias para contaros…, además de intentar usar como somnífero algunaque otra cerveza y algún que otro vodka. Hablando de Vodka, anochecuando volvíamos al hotel tuve una alucinación recorriendo la ciudad ypensé que igual podía estar en Ulam Bator, en Petropaulot, en Bisquet o enlas afueras de Moscú. Ahora no os puedo contar más porque tenemos altaxista que nos lleva a Hissar esperando en la puerta. El permiso se retrasados días y tendré más tiempo para acabar esta foto de la ciudad esta tardea mi regreso. Esperarme.

Una Foto desde Dushanbe5

Page 24: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

Creado por javierselva - Blog Desnivel 30/07/08 a las 04:07:08 pm

Ya estamos de vuelta de nuestra excursión a 45 grados, pero eso ya os locontaré otro DÍA. Como os decía anoche tuve una especie de visión y derepente pasaron delante de mi todas las calles de las ciudades de la órbitade la antigua Unión Soviética que he visitado.

Esas ciudades grises por el color del cemento de los edificios, homogéneasy lineales, con grandes avenidas para contener el tráfico que seguramentenunca tendrán, con edificios de viviendas que se repiten uno detrás de otropara cumplir el lema del antiguo sistema socialista, cada familia unavivienda.

Ciudades monótonas salpicadas de tanto en tanto por monumentos yedificios singulares que parecen sacados de un cómic de ciencia ficciónamericano de los cincuenta. Es el modelo socialista que se repite igual enMongolia, en Tayikistán, en Siberia, o a las afueras de Moscú. Racional,sobrio y efectivo, consigue que no existan prácticamente cinturones depobreza en las ciudades, que no existan barrios de chabolas como enAmérica Latina o en Asia.

Pero realmente son tristes, y de alguna manera consiguen transmitir esatristeza. Ya lo dijo mi amigo Cristóbal en nuestra primera expedición porestas tierras, qué triste es Rusia (igual el vodka que llevaba en el cuerpotambién influye). Pues sí Cristóbal, son tristes y sobre todo en las ciudades,uno no puede dejar de tener la sensación de estar de paso, y creo queincluso sus propios habitantes, sobre todo en Rusia, también tienen esasensación de provisionalidad y esa sombra de tristeza, sobre todo en lamirada.

El sistema socialista creó el segundo mundo con todos estos países y loscolocó en la pista de despegue (además de muchas otras cosas, da gustover en Mongolia o en los pueblos de la península de Kamchaztka como lasmujeres trabajan en una razonable igualdad y están presentes y visibles ensus sociedades o como la mayoría sabe quien es Chojov. Ya quisieranmuchos de los países que tuvieron que soportar otros sistemas), ahora

Una Foto desde Dushanbe 26

Page 25: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

Creado por javierselva - Blog Desnivel 30/07/08 a las 04:07:08 pm

depende de ellos quitarse de encima esa tristeza, esa dependenciaemocional y estética de lo que fue la tremenda apisonadora socialista.Ahora tendrán que llenar de colores unas sociedades que aún están enblanco y negro, porque como decía el slogan de la Kodak, el mundo es encolor.

Nosotros, por ahora, tendremos que aguantar los coletazos de la burocraciade antes y esperar mientras nuestro permiso va de despacho en despacho ala espera de algún sello oficial, antes de poder salir para las montanas.

Menuda charlita (que diría Estela) sociológica os acabo de meter. Claro queyo no tengo otra cosa en la que emplear el tiempo, pero vosotros, notenéis otra cosa que hacer que estar leyendo las tonterías que escribo desdeel culo del mundo (aquí viene la interrogación que el teclado cirílico notiene). En fin, vosotros sabréis en que empleáis vuestro tiempo que ya soismayorcitos.

Como lo más seguro es que el insomnio vuelva a visitarme (benditoscamellos, cómo os echo de menos), la próxima historieta que os contaréserá de fotografía, pero no de la literaria, de la otra (¡ah! pero hay dos…).

Paciencia que todo pasa.

Una Foto desde Dushanbe 26

Page 26: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

31.07

Hoy por finparece quesalimos hacianuestro desti-no: El Pamir

25

Page 27: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

Hoy por fin parece que salimos hacianuestro destino: el Pamir.A las 11 h. se presentó el chofer con el que habí-amos concertado el viaje, pero ni el conductorserá él, ni el coche el que apalabramos. El vehí-culo es un pequeño Lada Niva donde apenasentramos con nuestro equipaje.Pero atención: ¡quiere colarnos un quintopasajero! Y por supuesto, al final, nos lo coló.Por fin estamos en ruta, cinco en un Lada,con el equipaje entre las piernas y con unconductor que tiene cara de loco, pero porfin en el camino.

Desde luego este no es un país paranerviosos, ni para gente que guste de unaplanificación milimétrica. Después de múlti-ples paradas (calentones del coche, de losocupantes, comidas, bebidas), llegamos a las

tres de la madrugada a Kala-i-Khum despuésde 15 horas de coche desde nuestra salidade Dushanbe.

El viaje nos pareció épico (claro queaún no sabíamos lo que nos esperaba des-pués), la carretera casi toda sin asfaltar, uncalor agobiante, polvo, pinchazos, paradaspara arreglar las ruedas pinchadas, etc., etc.y todo para acabar en un “hotel” del queprefiero ahorrarme los detalles, pero en elque nos planteamos seriamente dormir en lacalle en lugar de la habitación. Yo, simple-mente no dormí ni una hora. Eso sí, fue muybarato, menos de un euro por persona ycreo que la temperatura en la habitación nobajó de treinta grados.

31. 07

26

Page 28: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

31. 07

27

...ni el conductor será él, ni el coche el que apalabramos.

Page 29: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

01.08

Visto lo vistoen el camino,Korok pareceuna granciudad.

28

Page 30: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

01. 08

29

Salimos de nuestro confortable aloja-miento en Kala-i.Khum a las seis de la maña-na como alma que lleva el diablo sin nisiquiera lavarnos la cara (¡ah!, ¿pero habíadónde?).

Otra vez todos dentro de la batidoracamino de Korok.

Después de algunos tanques destruidosal borde de la carretera (aquí la pista trans-curre paralela a la frontera con Afganistán) yseis horas de viaje llegamos a Korok.

Visto lo visto en el camino, Korok pareceuna gran ciudad. Tiene una universidad, ungran mercado, central de teléfonos, parquebotánico, etc.

Pero no hay que hacerse ilusiones, cero deencanto, solo construcciones soviéticas moder-nas y funcionales, grises y tristes.

Sin embargo, ahora que estamos alejadosdel mestizaje de la capital, es la primera vez quereparo en el rostro de las mujeres tayikas: sonbellísimas.

Aquí casi siempre van ataviadas con unvestido largo y muchas se cubren la cabezacon un pañuelo, pero otras no. Me pareciósorprendente la refinada belleza de sus ros-tros que no solo no se ocultan sino que semuestran con coquetería y elegancia.Quizás sea la mezcla durante tantos años delos eslavos (no es nada raro ver ojos azules yverdes) con las razas centro asiáticas (uzbe-cos, tayikos), pero lo cierto es que para unfotógrafo como yo que gusto de la belleza y

no es nada raro ver ojos azules y verdes

Page 31: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

01.08

30

Page 32: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

la elegancia, es todo un descubrimiento y unauténtico placer.

Por cierto, que mis amigos, que no sonfotógrafos, opinan lo mismo.

Nos alojamos en una especie de casa dehuéspedes de un paisano. Después del últi-mo lugar donde dormimos éste nos pareceperfecto. No funciona la ducha, hay queechar el agua al váter con un cubo, solo tienedos camas, pero no importa, es el paraíso.

Concertamos el vehículo para el díasiguiente. Podéis imaginar que si las nego-ciaciones en la capital eran difíciles por el

idioma y el desconocimiento que tienen desu propio territorio, aquí ni hablamos.

Al final otro Lada pero esta vez sin quin-to pasajero (aunque también lo intentó,ahora con su hijo). Comemos y cenamos enun restaurante indio que es el único quehemos encontrado con cerveza fría. La cer-veza estaba buena pero la comida me pro-dujo una diarrea que aún arrastro. En fin,cosas de los viajes.

31

01.08

...la comida meprodujo unadiarrea que aúnarrastro

Page 33: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

Creado por Estela Alonso - Blog Desnivel 01/08/08 a las 07:08:38 pm

Nuestros Marco Polos han estado tres días en Dushanbe mientrasesperaban los permisos para irse a la montaña, y ayer por fin se han puestoen camino. Aunque desconozcamos cómo es la capital, por el relato de Javipodemos ponernos en su piel y sentir la extrañeza que produce que unavión en pocas horas deposite tu cuerpo a miles de kilómetros de casa. Enuna ciudad gris y triste. En un nuevo paisaje, con una nueva cultura. En unpaís que puede hacerles sentir como auténticos forasteros, o que quizás entodo este tiempo abra sus puertas para llenarles de vivencias desconocidase intensas.

Tenían por delante doce horas de furgoneta por la Pamir Highway parallegar a Khorough, donde se aprovisionarán de todo lo necesario (gas,alimentos) para iniciar el treking. Estoy a la espera de que me llamen desdeallí para contaros algunas cosas más.

En mi anterior crónica quizá os he aburrido un poco con los detallespolíticos y económicos de Tayikistán, pero he de llenar el vacío del blog yasí de paso nos culturizamos todos algo más (hasta que Javier no me “haenmarronado” con esta historia, nunca me había detenido a conocer,aunque ahora sólo sea por Internet, este fantástico país). Hoy os contaréalgo sobre sus montañas, porque al fin y al cabo, a ellas nos dirigimos.

Las montañas ocupan el 93% del territorio del país, y casi la mitad delmismo está a una altura superior a los 3.000 m. Su parte oriental pertenecea la región del Pamir, destino de nuestra expedición.

La Cordillera del Pamir está formada por la unión de las cordilleras TianShan, Karakórum, Kunlun, y el Hindu Kush, que están entre las montañasmás altas del mundo. También se conocen por el nombre chino Congling.La región del Pamir se centraliza en Tayikistán, específicamente en la regiónde Gorno-Badakhshan, pero parte de la cordillera también se sitúa en lospaíses de Kirguistán, Afganistán, y Pakistán. Se trata de un altiplano de unaaltitud media de 3.800 m, rodeado por grandes cumbres, muchas de ellasseis miles y siete miles.

Cordillera del Pamir7

Page 34: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

Creado por Estela Alonso - Blog Desnivel 01/08/08 a las 07:08:38 pm

El sueco Sven Anders Hedin (1865-1952) fue el primero en cartografiar elPamir y la región del Tíbet. Las grafías de los nombres varían a menudosegún las transcripciones, y además, la desintegración de la Unión Soviéticay la constitución de nuevas divisiones administrativas conllevó cambios enalgunos nombres de las montañas. Como muchos de ellos aún estar sinnombrar, espero que nuestros expedicionarios se acuerden de los que noshemos quedado aquí y bauticen algún pico con nuestros nombres…

Sus máximas altitudes son el Pico Ismail Samani (desde 1932 conocidocomo Pico Stalin y desde 1962 como Pico Comunismo), de 7.495 m y elPico Lenin, de 7.165 m. En sus campos base han sido frecuentes loscampamentos internacionales, en los que las autoridades soviéticasinvitaban a personalidades del alpinismo mundial. En 1974 uncampamento acogió a 200 escaladores de los que resultaron 30 muertos,entre ellos ocho soviéticas en unas tiendas en el pico Lenin.

Aunque algunas agencias de montaña ofrecen paquetes para viajar a lazona de estos picos (con traslados en helicóptero), como bien nos decíaJavi en su primer blog, no se sabe de ninguna expedición que estuviera enla zona sur del Pamir escalando alguno de sus numerosos seis milesvírgenes, sino tan solo algún grupo de treking por los glaciares que rodeanal macizo. De entre los glaciares de los montes Pamir, destaca el Fortambekque con sus 231 km de largo, es el más grande de la antigua URSS.

Como indudablemente nuestros chicos harán una interesante y variadaactividad alpina, a su vuelta seguro que aportarán todos los datos y fotosque tengan para que futuras expediciones tengan algo en lo que basarse.

Mientras esperamos nuevas noticias, nosotros seguiremos en contacto poreste medio para continuar averiguando más cosas sobre este precioso ydesconocido país.

Cordillera del Pamir7

Page 35: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

02.08

...me llevan arecuerdos ymomentosdolorosos quedeberíanhaberquedado enEspaña...

34

Page 36: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

Ya me está dando un poco de ansiedad estode no llegar nunca a las montañas. MandoSMS a Estela para el blog pero no sé quepodrá contar la pobre, por ahora no tene-mos mucho que decir.

Salimos de Korok en dirección al Vallede Bartam a las 7,30 h. después de hacer lasúltimas compras. Más coche, pero esta vezsolo cuatro. El conductor parece más finoque el anterior, no hay más que ver los zapa-titos de punta fina que se gasta.

Yo continúo con diarrea, Manu parece queno.Tengo momentos de profunda melancolíaque me llenan de tristeza y que seguro estánpotenciados por la falta de sueño y el males-tar general que provoca la diarrea.Aún, sin querer, mi cabeza y mi corazón mellevan a recuerdos y momentos dolorosos

que deberían haber quedado en España,pero que “el oscuro y obsceno pájaro de lanoche, el grajo negro” se empeña en devol-verme una y otra vez. Obsesivo que es uno.

Cuando dejamos la carretera princi-pal y nos adentramos en el Valle de Bartam,que más que un valle parece un acantilado,el paisaje es espléndido. Verticales paredesrodeando la pista, un río embravecido queapenas permite el paso de nuestro vehículo,pequeñas aldeas en los abanicos aluviales delos barrancos que bajan de las altas monta-ñas.Ya lo huelo, es la alta montaña, es el Pamirque tanto deseaba conocer, estamos cerca.Pero claro, no podía ser fácil, últimamentenada puede ser fácil. De repente, sin apenasdarnos cuenta, nuestro Lada se lleva pordelante una barrera que cortaba el paso porla pista.Fuerte frenazo, estupor general y enfrente lacruda realidad: el puente que cruzaba elenorme río por el que teníamos que pasar,no está. No existe, tan solo se ven sus ancla-jes en las dos orillas.Llegan a nuestro lado corriendo dos policías.Pasaportes, bronca por lo de la barrera y pocoa poco se van descojonando de nosotros. Nopodremos seguir con el coche, el puente se lollevó una crecida. Tampoco hay caballerías enese punto, lo más cerca a dos días a pie.Llevamos más de cien kilos de equipaje, pocopara una expedición, pero demasiado para lle-varlos a cuestas hasta un lugar en el que tam-poco nos garantizan nada. Menuda cara deguasa tienen los policías.

Consultamos el mapa. Hay otra carretera porotro valle que dando más vuelta parece quellega al mismo sitio. No tenemos otra solu-ción, hay que intentarlo y nuestro conductorestá por la labor. La ruta consiste en llegar almismo punto (Bopasor) pero en lugar de porel valle por las altas mesetas del Pamir. Unatremenda vuelta, pero por buscarle el ladopositivo, muy interesante paisajísticamente.La ruta, según el mapa, discurre por las típi-cas mesetas entre tres y cuatro mil metros de

altitud con grandes montañas al fondo.Seguro que conseguiremos buenas imáge-nes para la posteridad.

Damos la vuelta y otra vez en mar-cha. A las 2 h. estamos de nuevo en Korok,seis horas después de haber salido delmismo punto por la mañana. Arreglamos

02.08

35

Page 37: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

una rueda pinchada y repostamos con estecurioso método de llenar el depósito con unembudo, cubo a cubo, que sacan de no sesabe dónde.Y otra vez en la carretera. Las luces de latarde son maravillosas y a estos paisajesdesolados les sienta estupendamente (“yovoy soñando caminos de la tarde” que diríael maestro Machado).Paramos otra vez a repostar por el métodotayiko pero esta vez el operario llevaba un

cigarro en la boca y una cerilla en la manoque estuvo a punto de encender en dos oca-siones. Manu y yo nos mirábamos con carade poker (pa vernos matao), mientras Luishabla con unos paisanos en la carretera.Viene hacia nosotros también con cara depoker, pero no puede ser por lo de la cerilla,estaba demasiado lejos para haberlo visto.– Malas noticias: dicen que más adelante lacarretera está cortada y no podremos pasar.No me lo puedo creer, ¿alguien nos ha echa-

do mal de ojo? Lo de siempre: estos paísesson así, estos viajes son imprevisibles y tal ytal.Pero nuestro conductor muy decidido nosindica que subamos al vehículo y sale a todavelocidad carretera adelante. Efectivamente,en seguida vemos varios camiones y cochesparados en la calzada y gente moviendo pie-dras de un sitio a otro.La carretera tenía una profunda zanja que laatravesaba casi en su totalidad y que los pro-

02.08

36

“yo voy soñando caminos de la tarde”

Page 38: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

...dicen que másadelante la carreteraestá cortada y nopodremos pasar.

02.08

37

Page 39: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

pios paisanos de los coches trataban inútil-mente de rellenar con piedras (calculo quetendrían a ese ritmo para una semana). Tansolo quedaba un pequeño espacio de asfaltocontinuo en un lateral que amenazaba conhundirse en cualquier momento.De repente, nuestro conductor comentaalgo incomprensible, arranca el motor y condecisión ajusta las ruedas al estrecho puentede asfalto que, para nuestra sorpresa, sopor-ta el peso sin descomponerse. Jamás hubierapensado estar tan agradecido a las pequeñasdimensiones y peso de este gran coche. Olétus huevos.

Seguimos carretera adelante y no dejo depensar como puede ser que nadie supiera enKorok ni en los pueblos más cercanos nadasobre las condiciones de las carreteras y lospuentes que teníamos que atravesar.Descartada la primera respuesta que se meviene a la cabeza como buen latino que soy(que nos hayan tomado el pelo), solo puedosuponer que en realidad no lo sabían porquenunca han salido a unos pocos kilómetros ala redonda de sus pueblos. No saben comoestán las pistas porque no las usan nunca yno hay información sobre ellas. Puedes salirde un pueblo relativamente grande dondetodos te desean buen viaje y en apenas unos

kilómetros tener que darte la vuelta porquela pista está infranqueable. Ya lo sé, ya lo sé,estos países son así, estos viajes son imprevi-sibles.

Antes de anochecer y en previsiónde lo que pueda pasar, el conductor decideparar a cenar en unas casas perdidas en elcamino. Yo no puedo comer nada, dormitoun rato mientras los demás disfrutan de lahospitalidad tayika, no nos cobran nada porla cena, por lo visto es lo habitual en laszonas rurales.Seguimos camino y bien entrada la nochetenemos una aparición. En medio de la nadatirado en la carretera en plena noche, sin

Olé tus huevos!...

02.08

38

Page 40: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

luces, un coche del que empiezan a salir kir-guises con su vestimenta tradicional.Nosotros, que bastante flipados íbamos yacon el día que habíamos tenido, empezamosa alucinar cuando varias cabezas con gorroskirguises (que son para verlos) aparecieronpor los cristales de nuestro coche en plenanoche. Salimos del coche y resulta que sehabían quedado sin gasolina.De repente aparece un abuelo con una batade guatiné, el gorro kirguiz, perilla de chivo yunas gafas como las de Mortadelo pero enblanco reluciente. Una mezcla entre Rapel,Elton John y Gengis Khan. Mi capacidad paradescribir escenas surrealistas es limitada, ten-dría que ser García Márquez con su realismomágico para poder contaros el momento enel que este personaje le cogió la mano a Luisy no había manera de soltarla.A saber: las tantas de la noche, mitad de laestepa tayika, cuatro tíos dando tumbosdentro de una lata desde hace 16 horas porcarreteras infernales, un coche en mitad dela nada sin gasolina lleno de kirguises, unoespecialmente iluminado (no había másque ver su aspecto) que no le suelta lamano a Luis durante no sé cuanto tiempo,conductor que saca macarrón y comienza allenar de gasolina botella de litro y mediode Coca Cola, del coche kirguiz salen voces(¿cuánta gente puede viajar en uncoche?)…Métanse todos estos ingredientes en unacoctelera con un poco de imaginación y sír-vase al gusto: esto es Tayikistán.

Por si necesitáis la guinda del cóctel, unoskilómetros más adelante nos encontramoscon dos personajes y una botella que iban enbusca de gasolina. Creo que el pueblo máscercano a pie estaría por lo menos a mediajornada. Les informamos que les habíamosdejado algo de gasolina a sus parientes ycreo que se alegraron, pero no lo puedo ase-gurar (aquí ya no puedo asegurar nada).

Sobre la una de la madrugada llega-mos a Murghab: 17 horas de coche dandotumbos por el Pamir. Después de despertar amedio pueblo con el claxon conseguimostirarnos en la tarima de alguna casa dealguien conocido (supongo). Esa noche con-seguí dormir casi del tirón.

¿cuánta gentepuede viajar en uncoche?

02.08

39

Page 41: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

02. 08

40

Page 42: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

Creado por Estela Alonso - Blog Desnivel 02/08/08 a las 06:08:09 pm

Como los clásicos 1

Ha empezado la aventura, y también los primeros problemillas. Manu y Javier estáncon diarrea (esperemos que sólo les haya sentado mal algo de lo que han comido), yademás han padecido un largo viaje por una pista de tierra interminable para tenerque volverse a Khorough. Ayer partían en un Lada Niva con un conductor un tantosalvaje para adentrarse por el valle de Bartang con destino a Pasor. Tras horas derecorrer una pista infame y polvorienta se han encontrado con que una riada se hallevado el puente que permitía el paso de un gran río. Si tenemos en cuenta que porallí nunca pasan extranjeros, ni que nadie del pueblo se mueve a más de doskilómetros a la redonda, podemos entender que ni el conductor ni los oriundos de lazona tuvieran conocimiento de su falta (nuestros exploradores piensan que puedehaber sido arrastrado hace uno ó dos años).

Han vuelto al punto de partida para tomar una ruta alternativa por otro valle que lessupondrá una larga vuelta de 2 ó 3 días hasta llegar a Pasor. Ahí es nada. Y comodice Javi, todavía sin ver ni una gran montaña.

Además de estos pequeños contratiempos, a nuestro fotógrafo se le está bajando unpoco la moral. Intenta paliar su imposibilidad para dormir con la mezcla de cerveza yvodka, pero lejos de ayudarle, sólo parece aportarle una buena resaca mañanera…Desde este blog quiero aportar mi granito de arena para subir sus ánimos si puedeleerlo en los próximos días. Porque ¿quién no ha tenido algún boquete en el almaque solo el tiempo cura?

Como a la mayor parte de los hombres y mujeres, cada nuevo día que nace trae supiel en blanco para que podamos escribir las palabras que deseamos. Palabras derisa, palabras de cariño y de juego, palabras de libertad y valentía, palabras depensamiento, también de melancolía, de abandono y de muerte. Somos los dueñosde nuestro tiempo, de nuestra vida y quizás de nuestro destino, y debemos armarestratégicamente estos tres pilares para vivir una vida que nos haga fuertes y felices,que nos llene de esperanza, que nos impulse a devorar a grandes tragos todo lo quese nos ofrece en el camino.

Puede que este viaje sea un viaje de reencuentro con uno mismo para alguno de suscomponentes. Yo les animo a que vuelvan con la cabeza bien alta y el alma llena. Lavida es esto. Sentir, reír, luchar, llorar… pero sentir, al fin y al cabo. Porque eso esvivir. Porque eso es estar vivo.

Pequeños contratiempos8

Page 43: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

03.08

¿Cómo no seiban a ponermorados devodka y ainvadirAfganistán?

42

Page 44: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

Hoy no madrugamos demasiado. Desayunotayiko (por la cara).Murghab es el último puesto de controlantes de la frontera con China por la quesolo pueden pasar chinos y tayikos. Por cier-to que a esta especie de carretera la llamanPamir High Way y fue construida por losrusos para llegar a este punto estratégicofrente a Afganistán y China.Según cuentan y no me extraña nada, estedestino estaba entre los peores de todos los

posibles para los soldados de la antiguaURSS. Conociendo algunos sitios de Siberiase me pone la piel de gallina pensando por-que este Murghab era el peor.¿Cómo no se iban a poner morados devodka y a invadir Afganistán?, aunque solosea por entretenerse.

Vuelven a la carga con el quinto pasa-jero, el conductor no conoce la carretera yno se fía (a tenor de los acontecimientos

tiene motivos), nosotros ya no tenemosmucha fuerza para oponernos.Hacemos unas fotos, repostamos a la mane-ra local y salimos zumbando con ánimosrenovados.No sabemos porqué (después nos enteraría-mos) pero en el último momento el guíalocal no viene con nosotros. Los cuatro otravez a la aventura de las carreteras tayikas.La poca presencia humana que había hastaahora va desapareciendo poco a poco, tan

03.08

43

...a esta especie de carretera la llaman Pamir High Way

Page 45: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

03.08

44

solo aparecen junto a la carretera algunascasas, la mayoría deshabitadas.Pasamos por un puerto de 4.655 m. dondeencontramos unos pastores con un rebañode yak. Están encantados de que les fotogra-fiemos, para ellos es una novedad y se notaque no están acostumbrados a visitantes

como nosotros.Más adelante llegamos a unas yurtas kirgui-ras, paramos y, por supuesto, nos ofrecen unté. Mientras hago unas fotos y tomamos elté pienso en la vida de esta gente. Qué dife-rente de la nuestra ¡y estamos en el mismoplaneta!

Son pastores y se desplazan con el ganadoen función de la temporada de pastos. Susyurtas son como grandes tiendas de cam-paña circulares (en Mongolia se llamanGer) donde tienen todo lo que la unidadfamiliar necesita para vivir. Todo dentrotiene un orden y una jerarquía, todo tiene

un sentido para hacer la vida cómoda entan poco espacio.Pero de esto ya escribiré más adelantecuando tenga más información de primeramano. Pienso en lo que veo fuera: niños,muchos niños.

Algunos no levantan dos palmos del suelo,otros, de los que van de la mano, son másmayores. Y todos forman una piña a nuestroalrededor en cuanto sacamos la cámara.Miro a mi alrededor y no encuentro ni un soloárbol, ni un solo punto “dulce” que no sea este-pa desolada y aridez, y ahí están, entre mis pier-

nas, frente a la cámara de Luis, con los ojos muyabiertos y sus caras abrasadas por el viento dela estepa, ¿por qué es tan difícil tener un crío ennuestro mundo “domesticado” en el que bastacon descolgar un teléfono para tener la comidaen casa?, ¿qué se nos está escapando?

Page 46: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

03.08

45

Page 47: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

De mí jamás escucharéis que ésta es una vidaestupenda porque no lo es. Pero siempreque me acerco en mis viajes, en mi vida engeneral, a la sencillez más absoluta, a larudeza que da el contacto íntimo con el pai-saje, me hago las mismas preguntas:¿Cuántos mundos son posibles dentro delmismo? ¿Cuántas personas diferentes dentrode la misma?No sé muy bien explicar las sensaciones quetengo cuando veo los grupos de “renacua-jos” en estas desoladas estepas. Les he vistoen otras partes del mundo, en India, enIndonesia, en Kenya, pero no me han causa-do tanta impresión.Es sobre todo donde el clima y las condicio-nes de vida están al límite donde más sensa-ción me causan. No sé muy bien comodecirlo pero parece como un acto de rebel-día, como una venganza. Allí donde nadacrece, donde todo es aridez, donde solo esposible el pastoreo, la vida surge y prosperauna y otra vez por los niños.En ellos está la vida y en ellos está el futurode todos estos pueblos.En todas estas cosas pensaba mientras toma-ba el té con mis amigos kirguises mientrasun enano de ojos enormes no me quitaba lavista de encima. Claro, cómo no voy a tenerinsomnio.

Continuamos nuestra ruta y en unpunto, que bien podía haber sido diez kilóme-tros antes o después, nos salimos de la carrete-ra principal a unas rodadas casi imperceptibles.

Nos miramos unos a otros, no me extrañaque el conductor quisiera traer un guía.Seguimos las rodadas que en algunos pun-tos prácticamente desaparecen y atravesa-mos el Macizo del Muzkol. Espectacularespaisajes del Pamir profundo.Manu nos hace notar un dato: desde queesta mañana hemos salido de Murghab nohemos visto ni un solo vehículo en ningunadirección. No está mal para ser una carrete-ra que une Tayikistán y Kirguistán.La pista comienza a ponerse dura, nos tene-mos que bajar en varios tramos.Por fin, como no podía ser de otro modo, enuna torrentera el coche se queda bloqueado.Después de varios intentos un poco salvajesel coche logra pasar pero un golpe brutalcon una piedra nos deja sin tracción a lasruedas de atrás. La cara del conductor pare-ce decir: “gajes del oficio”. Seguimos.Entramos en el Valle del Tanimas por su zonaalta.Sin querer ponerme dramático, la pista dedescenso al fondo del valle es de lo másescalofriante que he tenido la desgracia derecorrer. Menudo miedo.Giro tras giro, el precipicio se va acortando ypor fin llegamos al fondo del valle.Cruzamos apuestas sobre múltiples cosas:¿Cuántas vueltas daría el coche hasta llegarabajo si se sale de la pista? ¿Cuántos metrosrecorrería sin tocar la pared en el supuestoanterior? También en el supuesto anterior,¿habría supervivientes? y en caso de que loshubiera,

...no me extrañaque el conductorquisiera traer unguía.

03.08

46

Page 48: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

¿cuánto tiempo durarían esperando un res-cate? ¿Cuánto tiempo hace que no pasa unvehículo por aquí? (La apuesta más favorablees de meses. De las anteriores mejor no os locuento).

Ya estamos en el lecho del río, nodebe de faltar mucho para nuestro destino(qué risa). De repente las rodadas desapare-cen en el cauce del río. El conductor, que yocreo que se le ha ido la hoya desde la torren-tera, se mete en el río sin dudarlo.En un santiamén estamos en una islita enmedio del río rodeados de corrientes deagua por todas partes. Y ahora qué, listo.No nos queda otra que intentar salir de fren-te. Con decisión nos metemos en el río

mientras el coche se sumerge poco a poco.Contra todo pronóstico vamos saliendo delagua con paso firme.Cuando casi estamos fuera aparecen denuevo las rodadas y vamos derechos haciaellas. Pero en un acto de pardillismo sin pre-cedentes encaja el coche en los profundossurcos llenos de barro y agua. Y… hasta aquíhemos llegado.El coche que cada vez está más hundido, elrío que va subiendo de caudal, nosotros debarro hasta los ojos, y yo, que ya me he vistoen muchas de estas, convencido de que nosalimos de aquí sin ayuda.

Efectivamente, después de varios intentosdecidimos acampar junto al coche y bajar aldía siguiente hasta Ghudara a buscar ayuda.

Y desde este punto estoy escribiendoesta crónica dos días después. Si, si, dos díasdespués seguimos en el mismo lugar, con elcoche un poco más hundido y nosotrosarmados de paciencia esperando las caballe-rías que se supone vendrán a ayudarnos.

De repente las rodadas desaparecen en el cauce del río.

03.08

47

Page 49: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

03. 08

48

Page 50: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

Creado por javierselva - Blog Desnivel 26/07/08 a las 06:07:47 pm

Como los clásicos 19

Creado por Estela Alonso - Blog Desnivel 03/08/08 a las 07:08:03 pm

Siguiendo la Pamir Highway, nuestros Marco Polos han llegado al pequeñopoblado de Murghab destrozados tras 17 horas de coche (para recorrerunos 300 kilómetros de carretera), pero al encontrarse en uno de los vallesde acceso de la Cordillera y a casi 4.000 metros, el camino les ha ofrecidopreciosas vistas de las primeras montañas del Pamir. Definir como autopistala polvorienta pista por la que han transitado, se queda sólo en eso, endefinición… Tras dormir en casa de un hospitalario pastor, esta mañanahan vuelto a ponerse en camino para llegar a Basor tras otra larga jornadade todoterreno, donde lo abandonarán y comenzarán a caminar. Micuriosidad sobre cómo se las arreglan para repostar el Lada Niva ha sidoresuelta por Javi con una explicación que no deja de sorprenderme: “Devez en cuando el conductor se desvía del camino y aparece un tipo con unembudo y un cubo metálico, y cubo a cubo llena el depósito. El últimollevaba un cigarro en la boca y las cerillas en la mano. Estábamosacojonados” (sic). Los problemas intestinales se han acabado, aunqueahora la altura les está dando algunos dolores de cabeza, algo sindemasiada importancia porque poco a poco se irán aclimatando.

Estos valles de las zonas prealpinas del Pamir están habitados por pastoresseminómadas kirguizes. La mayoría viven en pequeños poblados decabañas hechas con ladrillo de adobe, residencia fija a la que vuelvendespués de meses de atravesar con sus rebaños los altos pastos bajo lasmontañas. Durante gran parte del año habitan en la estepa en sus yurtas(tiendas circulares de pelo y mantas). Su hospitalidad es algo a valorar enlas circunstancias en las que nuestros exploradores se encuentran. Acercarsea gentes tan sencillas y acogedoras, en las que el tiempo sólo se mide porla salida y puesta de sol, donde la climatología estacional marca el tránsitode sus rebaños y por tanto, su labor cotidiana, ha de resultar cuanto menoscomo hallarse en un lugar atemporal, lejos de las prisas y de nuestroabsurdo deseo de temporalizar los días.

Primeras montañas

Page 51: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

04.08

...que nossaquen delatolladero por-que vehículosno deben pasarpor aquí haceaños.

50

Page 52: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

Pues eso, en vista de la pinta que tiene esto,Luis y el conductor salen a las cinco de lamadrugada valle abajo a buscar caballeríasque nos saquen del atolladero porque vehícu-los no deben pasar por aquí hace años.Al poco de quedarnos solos en la tienda sientoun retortijón en la tripa, me temo lo peor.Efectivamente, no tengo tiempo ni de salirfuera… maldita diarrea. Voy rápidamente al ríoa intentar sanear este desaguisado. Creo queson las seis de la mañana, qué agradable.Manu se pasa el día intentando hacer un diquejunto al coche para desviar el río y desecar un

poco la zona. Igual le podía haber dado por lapesca sin anzuelo, el caso es estar entretenido.Yo escribo este diario, que por cierto, me estásentando estupendamente para el ánimo.Escribir es una buena terapia.

Cuando ya estamos en el saco apa-rece Luis por sorpresa a las 9 h. de lanoche. Ya no le esperábamos. Nos cuentaque han tenido que recorrer unos 30 km.hasta llegar a Ghudara. Allí con el conduc-tor medio muerto (no me extraña conesos zapatos de punta fina y tacón alto)

han conseguido dos burros y gente quesubirá mañana a ayudarnos.El conductor, por motivos evidentes, sequeda a dormir en Ghudara, y Luis que es unmachaca se vuelve a dormir con nosotros,otros 30 km. de vuelta. Nos pone al corrien-te, cenamos algo y a dormir. Noto que cuan-do se apagan los frontales nadie duerme.Todos estamos rogando que mañana, deverdad, sea el día que podamos salir de aquí.

29. 07

51

Noto que cuando se apagan los frontales nadie duerme

Page 53: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

04.08

52

Page 54: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

Creado por javierselva - Blog Desnivel 26/07/08 a las 06:07:47 pm

110

Creado por Estela Alonso - Blog Desnivel 04/08/08 a las 07:08:03 am

No tengo noticias nuevas de nuestros chicos, así que supongo que estaránadentrados en el valle de Basor y ya no habrá ni cobertura móvil ni teléfonodesde el que llamarnos. Aunque no se correspondan exactamente con lazona en la que se encuentran, Internet ayuda con las fotos que algunasexpediciones han colocado a hacernos una idea de la Cordillera, así quepuedo imaginar que el paisaje que están atravesando ha de ser precioso.

Cuando abandonen las últimas poblaciones alcanzarán las verdes estepasque acogen a los rebaños de cabras, ovejas y yaks pastoreados por loskirguizes. Desconozco el medio del que se valdrán para alcanzar el pie delas montañas, pues tanto pueden valerse de camellos como de caballos.Esperemos que la aproximación se haga a lomos de estos últimos, porquehe leído que el paseo en camello te deja los muslos como si te hubiesenintentado separar las piernas en una máquina de tortura… Como mediopara expiar los pecados quizás resulte acertado, pero les recomiendo otrastécnicas menos dolorosas e igual de eficaces.

Los camellos baktiares son muy apreciados por su valor como animal decarga (pueden transportar hasta 300 kilos), así como por su aportación deleche, lana y carne. Marco Polo los describe en su “Libro de las Maravillas”como los preferidos para atravesar los desiertos y montañas porque“comen poco y llevan pesadas cargas”. El yak, pequeño búfalo adaptado alas alturas, también aporta leche y carne y es capaz de transportar hasta100 kilos.

A la espera de alguna llamada, hoy no me extenderé más. Estoy seguraque nuestros alpinistas ya están ansiosos por empezar a escalar, así quemañana quizás podamos empezar a tomar contacto con las montañas.

Valle de Bassor

Page 55: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

...oye, esterollo de lahospitalidad yel té no seráparaatontarnos y“metérnoslabien metida “.

54

y

05.08

Page 56: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

Van pasando las horas y por fin a la 1 h. apa-recen los refuerzos. Son tres burros (losburros de aquí son pequeñísimos compara-dos con los españoles) y un número indeter-minado de lugareños.Destaca entre ellos por su notable cojeranuestro esforzado conductor. Nos ponemosmanos a la obra intentando sacar el cochedel fango del río.Estos, que finos lo que se dice finos, no son,intentan levantar el coche en vilo agarrándoloentre todos por la carrocería. Después de variosintentos que más bien parecen destinados adesguazar el coche, vuelven al método tradi-cional del gato y las piedras bajo la rueda.Este método menos tayiko pero más efectivonos permite, al fin, sacar el coche del río.

Comienzo a escribir otra vez el diarioel 08/08. Es como un flash back en el cine, unsalto hacia atrás. Ya estamos en el base y estatarde tengo tiempo y ganas de escribir. Echo lamirada hacia atrás y continúo el relato donde loabandoné.

Nuestro conductor decide retornardesde este punto, creo que se le han quita-do las ganas de recorrer su país por un tiem-po. Nosotros utilizamos las caballerías parabajar el equipaje hasta Ghudara que eranuestro punto de destino.

Llega el momento del pago, mucha hospita-lidad tayika y mucho rollo de simpáticos perocon la pasta no te pasan ni una y además conunos precios nada de “región inhóspita deja-da de la mano de dios”. Después de los habi-tuales tiras y aflojas con el cambio, que nosirvieron de nada, pagamos al conductor 480€. No está mal. Estaba pensando en pasarle lafactura de las pastillas contra la diarrea quehe tenido que tomar para evitar tanta esca-tología dentro del saco.Con nuestro equipaje en los burros comen-zamos nuestra bajada por el lecho del ríohasta Ghudara donde hemos previsto dor-mir.La bajada es tranquila, vamos sorteandotorrentes que llegan de las montañas y con

los pies mojados poco a poco se va haciendola noche.A las 10,30 h., después de siete horas ymedia de caminata, llegamos a lo que cree-mos es el pueblo. No hay ni una luz, salvouna linterna que parpadea a lo lejos.Esperamos a nuestros arrieros con los queatravesamos el fantasmagórico poblacho. Decasi todas las humildes casas sale alguien o seescucha una voz.La verdad es que es todo un espectáculointuir, entre la penumbra de la linterna fron-tal, figuras de personas que surgen a nuestropaso, animales, paredes de adobe, saltar

...intentan levantar el coche en vilo agarrándolo entre todos por la carrocería.

05.08

55

Page 57: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

05.08

56

acequias que recorren el pueblo, para porfin, llegar a la casa de nuestro arriero que esdonde pasamos la noche.Estamos machacados, pero ahora comienzael ritual de la hospitalidad tayika.Atravesamos una primera habitación dondeintuyo a la luz de la frontal un montón de

pequeñas cabezas de niños que duermenbajo las mantas, pasamos a otra sala que seránuestro alojamiento.Aquí se come y se duerme en el mismo sitio,una especie de tarima entelada que depen-diendo del uso, cubren con un mantel o uncolchón a la hora de dormir.

Tenemos más hambre que “perros chicos”,después de todo el día con un té y un trozode torta de harina esperamos con ansiedadla cena que en teoría forma parte de la hos-pitalidad tayika. Sorpresa: té y torta.Ya nos estamos poniendo un poco nerviososcon esta dieta tan espartana. Solamente

hemos previsto la comida de altura, a partirdel campo base, y pensábamos comer en lospueblos o las yurtas del camino, pero comosigamos así igual ni llegamos.Se ve que nuestras caras son todo un poemay nos ofrecen mantequilla y leche. Nosotrosa todo que sí. Hay que ver a Manu, que odia

la leche, bebiéndose a grandes tragos sucuenco de leche de oveja que sabe a paleti-lla de cordero lechal. Pues eso, todo unpoema.

Después comienzan las negociaciones sobrelos burros y los arrieros que nos llevarán al

campo base. Aparece un individuo quemedio habla inglés y entre eso y el farsi deLuis nos apañamos. Cuando oímos las pri-meras cifras pensamos que es un error detraducción.Aquí son más caros los burros que los guíasde Chamonix. Según nos dicen, la referencia

Page 58: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

que utilizan es la de un grupo de suizos quepaso por aquí de treking hace dos meses.Tras una ardua explicación de que, a pesarde lo que pueda parecer en estos lugares,España y Suiza se parecen poco en lo econó-mico, conseguimos un precio más ajustado.A nosotros se nos cierran los ojos por el can-sancio y el sueño, pero los locales parecenempeñados en continuar con la negociacióntoda la noche.Manu me dice por lo bajini:- oye, este rollo de la hospitalidad y el té no

será para atontarnos y “metérnosla bienmetida “.

La verdad es que con estos precios de losarrieros, prorrateando los tés, te sale cadauno al mismo precio de la Plaza de SanMarcos en Venecia (sitio que pasa por ser elmás caro del mundo para tomar un té).Ya nos empeñamos en dormir y dejamos elfinal de la negociación para mañana.

05.08

57

...España y Suiza se parecen poco en lo económico

Page 59: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

06.07

Desayuno: té,torta y man-tequilla.Seguimosajustando elprecio.

58

Page 60: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

Desayuno: té, torta y mantequilla. Seguimosajustando el precio.Yo ya tengo ganas de estar en la alta monta-ña, solos, mis amigos, la montaña y yo.Lo de la “aventura humana” hay un momen-to que me carga un poco. Pero paciencia,estos viajes son así y por eso son tan espe-ciales, los otros, los programados, los de lasagencias, son más seguros, pero me intere-san poco.Ya estoy más relajado que al comienzo de laexpedición pero aún me queda un puntopara sumergirme de lleno en estos paisajes,en estas gentes y olvidar de donde vengo yque cosas quedaron atrás. Pero todo seandará, me conozco y sé que llegará.Al final cerramos el precio en 1.500 somonis(unos 300 €) para dos días que es lo que cal-culamos para instalar el campo base. Eso sí,ida y vuelta.

Salimos de Ghudara a las 9,30 h. conun calor infernal. Decido subir con sandaliaspor una gran ampolla que tengo en el piedel día de ayer.Craso error, la mezcla de arena y agua de losríos que atravesamos me deja los pies des-truidos.Al pasar por una pequeña aldea llamadaPasor un montón de gente sale a nuestroencuentro. Muchos son niños, pero uno,con una pala en la mano grita desaforada-mente algo que no entendemos. Le señala-mos para que se dirija a nuestros arrieros quevan por delante con Luis. No le hacen nin-

gún caso, vuelve a nosotros diciéndonos eninglés que va a llamar a la policía. Nosotroslo mismo: ni caso.El día anterior, durante la larga noche de téy negociación, un paisano nos había cobra-do 370 somonis por la entrada al hipotéticoParque Nacional de Tayikistán (¿?). Creo queel vociferante sujeto de Pasor intentabacobrarnos de nuevo, ¿cuántas puertas ten-drá este parque nacional?Continuamos por el valle del río Khavrazduraremontando metros por un paisaje desoladotípico de los valles altos del Pamir.Los arrieros deciden pasar la noche en unpequeño bosque de abedules al lado del río.En teoría estamos cerca de una majada depastores, mañana descubriremos porque nohan querido pasar la noche allí.Cena: té y torta, sin haber comido nada entodo el día. Pero hoy, en vista del menú,sacamos algo de nuestra comida de altura,unos fideos chinos. Les ofrecemos de nuestracena, hospitalidad hispana, y aceptanencantados. Así es la vida.

Cena: té y torta,sin haber comidonada en todo eldía.

06. 08

59

Page 61: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

06.08

60

¿cuántas puertas tendrá este parque nacional?

Page 62: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

Creado por javierselva - Blog Desnivel 26/07/08 a las 06:07:47 pm

111

Creado por Estela Alonso - Blog Desnivel 06/08/08 a las 07:08:16 pm

Sin noticias de nuestra expedición hoy me enfrento a una pantalla enblanco sin nada que plasmar. Como me he comprometido a seguir lospasos de nuestros alpinistas pero no tengo novedades, me voy a permitir lalicencia de hablaros de las montañas.

Mucha gente nos pregunta porqué hacemos montaña. Qué aporta subir,qué nos impulsa a pasar miedo, a madrugar, a sufrir cuando las condicionesclimatológicas se alían para imposibilitarnos escalar una pared. Tenemosrespuestas, pero a la mayoría de las personas les resultan absurdas o por lomenos, incomprensibles. Podemos hablar de vivencias, y éstas, por muchasaptitudes literarias que uno posea, son difíciles de explicar. Porque por serintensas suelen escaparse a las palabras y pueden únicamente percibirsecon el instinto o con el corazón.

Yo puedo hablar de las sensaciones que me embargan cuando estoy en lamontaña, donde siento que los días son míos, únicos y radiantes, llenos depoder, días que me hacen inmensamente feliz, abriéndome las puertasdesconocidas y arcanas del conocimiento de mi propia alma, de micamino. Puedo señalar el viento, puedo sentir la libertad de estar dondequiero, disfrutar de la tierra mojada y aromática de un bosque tras la lluvia,sentirme un lagarto milenario trepando por la roca al sol… Ser yo, sinnombre, sin definición para nada ni nadie. Y siempre intentando no perderni el sentido del humor ni la alegría (no siempre lo consigo, no os voy aengañar).

A muchos de nosotros este tipo de vida nos ha pasado duras facturas. Aunos en lo afectivo, a otros en lo laboral. Porque es difícil compaginarla conel resto del mundo, que gira a otro ritmo y con otras metas que alcanzar.Yo he visto suficientes personas a mi alrededor sumidas en rutinas sinsentido, en absurdas costumbres que no se justifican, en conveniencias,hipotecas, créditos y planes de jubilación para una vejez que no deseo ni alpeor de los enemigos. ¿Dónde está el amor, la pelea diaria por una vidaverdadera, la magia de las emociones, la risa? A mí todo esto me lo aportala montaña, algo que para otros puede ser cualquier otra cosa siempre y

Sin noticias

Page 63: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

Creado por javierselva - Blog Desnivel 26/07/08 a las 06:07:47 pm

111

Creado por Estela Alonso - Blog Desnivel 06/08/08 a las 07:08:16 pm

cuando uno sienta que dirige sus actos, que nadie le marca el camino aseguir, que cada mañana se enfrenta a sí mismo y se reconoce, que juegalimpio con la gente que le rodea. Hemos de reírnos y de disfrutar de todolo que se nos ofrece, porque al fin y al cabo mañana nadie sabe lo que lavida nos deparará.

Imagino que Javier “me abroncará” por ponerme tan seria cuando lea elblog, pero es que hoy me he levantado un poco sensible. Esto es lo quetiene ser mujer y tener siempre las hormonas tan a flor de piel y tandescontroladas.

Sin noticias

Page 64: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

07.08

hoy es un díaestupendo, yaverás comoviene alguieny lo jode.

63

Page 65: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

A las 7,30 h. continuamos nuestra marchadespués del frugal desayuno de té y torta alque nosotros añadimos unas galletas. Con elfrescor de la mañana se anda muy bien yvamos a buen ritmo. Para que no exista nin-guna duda, Manu pronuncia la célebre frase:

- hoy es un día estupendo, ya verás comoviene alguien y lo jode.

Dos horas después llegamos a la majadadonde nuestros arrieros discuten acalora-

damente con el pastor y algunos tayikosmás que están a su alrededor (Manu,gafe). Por lo visto aquí la costumbre esque las caballerías y los arrieros tienenque ser de los pueblos que se atraviesan.Según dice Luis, esta costumbre se lleva arajatabla en el Pamir Afgano, pero para mí esalgo nuevo. Nuestro arriero que debe ser delformato “listillo” (¿qué tendremos en la carapara que se nos peguen todos?) ya se hizo elloco cuando pasamos por Pasor y ahora lointenta de nuevo. Pero esta vez no le va a fun-

cionar. Este pastor tiene malas pulgas.Nosotros no sabemos muy bien como com-portarnos. Al final les decimos que el dineroque hay es el que hemos apalabrado enGhudara y ellos sabrán como se lo reparten.Como era previsible llegan a un acuerdo, des-cargan nuestros equipajes y cambiamos a losburros del pastor.Ahora estamos en los dominios del nuevoamo, comienza el ritual. Hospitalidad tayika,pero sorpresa, además del té y la torta, unoscuencos espectaculares de sopa de arroz y

07. 08

64

¿qué tendremos en la cara para que se nos peguen todos?

Page 66: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

queso. Lo devoramos todo en minutos ycomentamos, con gran alboroto, las bonda-des de esta costumbre de cambiar de burrosen cada pueblo.

A las 10,30 h. continuamos nuestro caminocon el estómago no tan vacío y después dedespedirnos de los otros muleros y asegurar-nos su vuelta (ya veremos, porque hancobrado la totalidad del dinero, incluida lavuelta).Ya van apareciendo las morrenas, los glacia-

res, los picos nevados y yo cada vez meencuentro mejor, más fuerte. Aún no estoybien del estómago, tengo los pies llenos deampollas (yo que jamás tuve ninguna) peroya empiezo a notar a ese otro Javier primiti-vo y salvaje que igual podría ser piedra, río,tayiko o estar varios días sin comer (“todossomos dos mitades y estamos contenidos

enteros en cada una de ellas”), ese “otro”fuerte y básico que solo aparece cuando deverdad se le necesita, en el que confío parasalir de los malos momentos porque se quelo llevo dentro (“el hombre que siempre vaconmigo”), el que tantas veces me ha saca-do de las tormentas, de las grietas en los gla-ciares sin salida, de los accidentes de moto,de las ruinas económicas, el que me regalaun corazón nuevo cuando el mío está “par-tío”.Ya comienza a aparecer y a pedir espacio alotro Javier urbano y sofisticado que sabe quepocas cosas producen más placer que IlTrovatore en el Real con buena compañía, ouna botella de Alión, pero que solo puedesacar la fuerza para no morir de pena de eseotro de Albacete, alpinista, barriobajero, queno come ni se lava en días pero que, bienve-nido sea, tiene la fuerza de diez.

Según pasan los días, la cara se meafila, la piel se me quema, ya casi no mequeda barriga. Me siento ligero, la cabeza seme aclara, el corazón se va serenando y, unavez más, lo básico, lo primordial lo va lle-nando todo.Por esto me gustan las montañas, porqueuna vez, hace mucho tiempo, me enseñaronque era dos, en uno, pero dos. Y me pusie-ron delante de cada uno de ellos y no sécomo consiguieron que me gustaran.Dice mi compañero Luis, que tiene muchode filósofo aunque no lo explota, que hayque preguntarle a las montañas. El otro díaantes de salir con él de expedición, le confe-saba mis penas y el me respondió:

- pregúntale a las montañas, yo lo hago ynunca se han equivocado.Ahora estoy preparado para preguntarle alas montañas.

En todo esto iba pensando cuando llegamosal campo base. Lo describiré mañana porquetanta intimidad me ha dado sueño. Me voyal saco.

07.08

65

Page 67: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

07.08

66

Page 68: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

08.08

...aprovecha-mos paralavarnos unpoco, que yava siendohora.

67

Page 69: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

08. 08

68

Conseguimos que los burros dejen lacarga lo más arriba posible cerca de untorrente y junto a un lago grande deaguas turquesas. Nos damos un baño queaprovechamos para lavarnos un poco,que ya va siendo hora. Manu se mete conla camiseta y el pantalón que no se cam-

bia desde hace 12 días (nada raro enManu).

Esta mañana salimos de exploracióna las 9,30 h. camino de un collado que pen-samos puede ser un buen paso al glaciar ynos servirá de aclimatación. Nuestro campo

base está sobre unos 4.000 m. de altitud.La sensación de soledad es absoluta, ahoraestamos nosotros tres y la montaña quedecidamos ascender. La verdad es que desdeque salimos de la capital Dushanbe, la sen-sación de soledad ha ido en aumento. Es unpaís con una densidad de población bajísi-

ma, sin casi vehículos, con poca poblaciónrural.Pero desde que llegamos a los valles delPamir profundo la palabra soledad adquieretodo su significado. En otros sitios remotosdonde he estado, también parece que estassolo pero siempre aparece el pastor o el

campesino de turno o el monje budista quebaja de las alturas o te roban en Nido deCóndores a 5.000 m.

Esto se parece un poco al Alto Árti-co, donde te deja una avioneta y ya puedesespabilar hasta que vuelva a recogerte. Pero

aún así, por lo menos en los últimos años,raro es el sitio del Ártico donde no llevas untransmisor o un teléfono vía satélite y ade-más los servicios de rescate funcionan y pue-des contar con un helicóptero en casi todoslados.Nuestra apuesta es radical: tres personas,

Page 70: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

desde que llegamos a losvalles del Pamir profundo lapalabra soledad adquieretodo su significado.

08.08

69

Page 71: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

una sola tienda, la comida justa, el materialde escalada necesario para un solo ataque ala cima en estilo alpino. Solamente podre-mos intentar una montaña y una sola vez…y que no “pase na”. ¿Temeridad o apuestaética personal?Dentro de unos días lo escribiré en este dia-rio y tendremos la solución. Si todo ha idobien habrá sido la opción correcta, unaexpedición ligera, rápida y efectiva, llena dealicientes y sensaciones fuertes y profundas.Si no…

Por una monótona y empinada subi-da llegamos al collado. Desde aquí intuimosun paso a una morrena que nos conducirá alglaciar. Después de una discusión sobre elmapa que me deja en minoría, bajamos anuestro campo base con la idea de pasar aldía siguiente por este collado e intentar des-cubrir algún pico que nos permita subir congarantía.Yo que soy perro viejo intuyo jornadas ago-tadoras con mochila de 20 kg. dando tum-bos por el glaciar a la búsqueda del picoimposible.Pasamos la tarde en el campo base y comola necesidad agudiza el ingenio, descubroarrancando unas hierbas que desprenden unfuerte olor a ajo. Nuestro campamento estárodeado de algo parecido a los ajetes denuestra tierra. Nos dedicamos a la recolec-ción y añadidos a nuestra cena monacal, nosdan una alegría (¿dónde estará ese otroJavier, el de las botellas de Alión?).

Nuestro campa-mento está rodea-do de algo pareci-do a los ajetes denuestra tierra.

08 08

70

Page 72: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

09.08

Descendemosla pendienteglaciar haciael otro lado ycomienzanuestro cal-vario.

71

Page 73: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

Desmontamos nuestro campamento y des-pués del frugal desayuno comenzamos lamarcha a las 8,45 h. Desde aquí ya no hayburros, los burros somos nosotros a juzgarpor el peso de nuestros macutos. En unascuatro horas estamos en el collado de ayer.Luis, que siempre llega el primero (estácomo un animal), encuentra como un hitocon un bote de conserva oxidado, dentrohay una nota en ruso del año 1981. No pare-ce estar en un sitio muy frecuentado. Nos lallevamos a ver que podemos hacer con ella.Descendemos la pendiente glaciar hacia elotro lado y comienza nuestro calvario.Estamos en una gigantesca morrena quetenemos que atravesar en un continuo subey baja sobre piedras sueltas, con un sol de

justicia y soportando el peso de nuestrasmochilas, toda una penitencia (“castigar elcuerpo para que no moleste el alma”).Pero poco a poco van apareciendo unasmontañas alucinantes, llenas de corredores.Paredes increíbles por las que vamos mental-mente trazando vías de escalada para entre-tenernos que al poco borran las avalanchas.

Y así nueve horas y media despuésllegamos a lo que es nuestro Campo 1 desdedonde escribo este diario.

...poco a poco van apareciendo unas montañas alucinantes...

09.08

72

Page 74: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

09.08

73

...nueve horas y media después llegamos a lo que es nuestroCampo 1 desde donde escribo...

Page 75: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

Creado por javierselva - Blog Desnivel 26/07/08 a las 06:07:47 pm

112

Creado por Estela Alonso - Blog Desnivel 09/08/08 a las 05:08:48 pm

La falta de noticias vuelve a ponerme frente al ordenador sin una historia a“tiempo real” para contaros, pero basándome en mi humilde experienciaalpina intentaré poneros en situación para recrear lo que puede estar pasandoen estos momentos en el Pamir.

Hoy por hoy, donde las montañas son tan accesibles para tanta gente, dondeel espíritu romántico se ha ido perdiendo, donde ya solo importa “coleccionar8.000”, una expedición como la de nuestros Marcos Polos aún nos aporta elplacer de la aventura y la emoción de la auténtica exploración por terrenosdesconocidos. Allí están solos frente a la montaña. Sin campo base lleno desherpas, sin cocineros complacientes ni teléfonos vía satélite para acercarles alos suyos. Los compañeros son su seguro, y por eso el concepto de cordadatiene un valor tan importante. Todos se conocen, todos se entienden ycomprenden. Han compartido durante muchos años dulces victorias ennumerosas cumbres, temibles noches de frío y nieve, largas conversacionesdentro de los sacos esperando que amaine la tormenta y también eldesconcierto que queda tras la muerte de algún amigo en las montañas.Rodeados de nieve, paredes y soledad, la tienda será su hogar y refugio, y enella vivirán prescindiendo de todas las cosas cotidianas a las que uno estáacostumbrado. La convivencia se hará dura, pero también es en estos lugaresdonde realmente se forjan amistades eternas.

Luis quizá dedique las horas muertas a dibujar el perfil de las montañas. Javise entretendrá leyendo algún libro de dos mil páginas y Manu seentusiasmará con las piedras y su historia. Se prepararán para alejar el miedoque a uno le embarga cuando se enfrenta a una escalada, donde la nocheque la precede se hace eterna por la atracción que provoca la ascensión y a lavez corta a causa de las vacilaciones razonables que a uno le asolan ante ungran reto. Y es que es este desafío lo que a uno le hace alpinista. En cuerpo yalma.

Desde aquí, y seguro que al igual que vosotros, les enviamos nuestros mejoresdeseos para las largas noches de insomnio, para ayudarles a alejar los miedos y lasdudas. Nadie puede forzar a la montaña, pero nuestros alpinistas son un equipofuerte y compenetrado y eso garantizará al menos sus intentos para conquistarla.

Campo base

Page 76: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

10.08

probaremossuerte por unaarista que pare-ce más huma-na, aún así,desde aquí no seve sencilla.

75

Page 77: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

Cenamos lo que pudimos y casi anochecien-do nos metimos en el saco. Estoy agotado,pero a las cinco de la mañana me desvelo ysolo puedo dar vueltas en el saco. A mi lado,picoteándome el cerebro, está el grajo negroque me está dejando la cabeza y el corazónhecho un colador. Venga a darle vueltas altarro a casi 5.000 m., pensaba que los paja-rracos no llegaban tan alto. Ya lo decía DonPablo: “que corto el amor y que largo el olvi-do”.

Mis compañeros se despiertan y el ambientese relaja. Ya hemos decidido la montaña quevamos a intentar. Está enfrente de nuestro

campamento y es la más sobrecogedora delas que ayer atravesamos por la base. Por unade sus caras parece la Civetta en Dolomitas,por la otra es como el Chacraraju en losAndes de Perú.Por supuesto, nosotros probaremos suertepor una arista que parece más humana, aúnasí, desde aquí no se ve sencilla. Tampocotenemos muchas opciones, esta mañana noshemos subido a un cerro cerca del campa-mento y hemos visto en toda su grandeza elglaciar Gram Grjimailo y las montañas queestán al otro lado. Creo que necesitaríamostres expediciones y no como ésta, parapoder ni tan siquiera intentar algunos de

estos seis miles sin nombre y un aspectoterrorífico.Cuando veo lugares así siempre pienso que,por fortuna, aún quedan muchas montañasde las que a mí me gustan: salvajes, solitarias,inexploradas. No sé si volveré aquí otra vezpero este espectáculo ya forma parte de mí.

Pasamos la tarde descansando rela-jados, Manu hace estiramientos para suslesiones, Luis pinta acuarelas (ya os contaréla teoría de Luis el filósofo sobre las acuare-las de montaña) y yo escribo el diario-bálsa-mo. Mañana será el gran día.

10.08

76

A mi lado, picoteándome el cerebro, está el grajo negro...

Page 78: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

10.08

77

Page 79: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

11.08

...a pesar deque Luis ase-gura que en elPamir nuncahace maltiempo, se pasatoda la nochenevando.

78

Page 80: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

Adivina, adivinanza, como no podía ser de otromodo, a pesar de que Luis asegura que en elPamir nunca hace mal tiempo, se pasa toda lanoche nevando.A mí, que esta noche me toca no dormir meaumenta la desesperación por minutos. Solonecesitamos una oportunidad, un día de buentiempo para intentar la cima. Después delesfuerzo que nos ha costado llegar hasta aquíno puede ser que tengamos que retirarnos sinni siquiera poder intentar ascender.No puedo dejar de dar vueltas en el saco ner-vioso y cabreado. Mis compañeros duermen yno son conscientes de cómo la nieve se va acu-mulando en los laterales de la tienda. No dejade nevar y yo no dejo de dar vueltas en el sacoy a la cabeza.Y pienso, siempre lo hago, que las montañasson una lección de vida. Hay que resignarsepero no parece justo. Quiero poder intentarlo ysi no subimos que sea porque nosotros no está-bamos a la altura, pero ¡quiero una oportuni-dad!Yo soy un guerrero y quiero, si tengo que serderrotado, que sea con la espada en la mano.Pero y todo ésto ¿a quién le importa?, ¿a lanieve que golpea el nylon de la tienda?, ¿a laspiedras que llevan millones de años esperandoa que yo las sienta en mi espalda una a unadebajo de mi colchoneta?, ¿a las personas quepasan por tu vida como las tormentas de nievey te dejan sin oportunidades de conseguir lacima que tanto deseas?

A las cuatro de la mañana suena el des-pertador. Saco la cabeza por la entrada de latienda y confirmo a mis compañeros lo que ya

ratonera”. Y tiene toda la razón, estamos enuna auténtica ratonera. Toda la prudencia espoca, cualquier accidente, por tonto que sea,puede ser un drama.Solo llegar al punto comunicado más próximoson días de marcha agotadora. Teléfono cero,rescate cero.No conocemos la montaña y solo somos tres.Tenemos que ser prudentes y no arriesgar másque lo estrictamente necesario… pero la san-gre me hierve en las venas.Sobre el mediodía mejora algo el tiempo.Salimos de la tienda, Manu se va a hacer prác-ticas con el piolet y los crampones a una pen-diente cercana del glaciar (no es solo a mí alque le hierve la sangre).Luis decide pintar una de sus acuarelas monta-ñeras. Las acuarelas de Luis tienen algo demágicas.Su teoría es la siguiente: la parte más impor-tante de la pintura de acuarela es el agua. Si elagua que utiliza para pintar sus paisajes alpinoses recogida en ese preciso instante de dentrodel propio paisaje, de sus ríos, de sus glaciares,de sus lagos, algo de la esencia del paisajequeda retenido en la pintura.Es como retener una parte del espíritu del pai-saje que se pinta en cada acuarela.Bonito ¿verdad? Por eso las acuarelas de Luisson piezas tan cotizadas, es como tener unpedacito de montaña en casa, ¿es un filósofo ono?

Cena frugal (para variar), despertadorotra vez a las cuatro y al saco pensando, estavez sí, que mañana será nuestra últimaoportunidad.

11 08

79

era una evidencia cuatro horas antes. Así nopodemos salir ni del saco. Esperaremos un tiem-po prudencial y si no mejora lo intentaremosmañana.Efectivamente no mejora y van pasando lashoras lánguidamente dentro de la tienda entrerachas de nieve y viento. No tenemos otra solu-ción que confiar todas nuestras esperanzas alúltimo día que nos queda para intentar un ata-que a la cima.Yo estoy entre nervioso y decepcionado. Unsolo día, tenemos un solo día para conseguir elobjetivo de toda una expedición. Pero realmen-te no tenemos otra opción.

Manu, con su fina ironía, no hace nadamás que recordar la obra de Agatha Christie “la

Page 81: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

11.08

80

Page 82: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

12.08

La llamare-

mos SSokut,que significasilencio enfarsi (segúndice Luis).

81

Page 83: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

A las cuatro sigue nevando como el día ante-rior. Ahora somos los tres los que estamos delos nervios.Vamos a esperar mientras desayunamos yproferimos maldiciones uno tras otro.A las 8 h. parece que el tiempo mejora ydecidimos hacer un ataque a la cumbre.Todo está cubierto por un manto blanco yaunque sabemos que es un poco tardevamos decididos a subir y con buen humor.Manu hace una medición aproximada: han

caído 12 cm. de nieve. La verdad es que sinofuera por el retraso y los inconvenientes de lanieve fresca encima del hielo del glaciar, casitendríamos que estar agradecidos. Es comosi alguien se hubiera tomado la molestia depintar de blanco todas las montañas denuestro alrededor que ayer eran enormespedreras grises o marrones, dándolas así unaspecto sereno y majestuoso. Parece que vaa ser un buen día. Vamos subiendo por elglaciar a buen ritmo, no tiene grietas y esto

nos permite ir sin encordar. Poco a poco nosvamos acercando a la arista que será nuestrocamino para la cima.En un momento dado aumenta la pendiente(45º) y nos atamos, aunque vamos enensamble metemos algún tornillo.Cuando llegamos a uno de los collados de laarista y podemos ver la montaña por la otravertiente confirmamos una sospecha quetodos teníamos dentro: la montaña que veí-amos desde el campo 1, la más alta de

12.08

82

Vamos a esperar mientras desayunamos y proferimos maldicio-nes uno tras otro.

Page 84: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

12.08

...la montañaque veíamosdesde el campo1, la más altade aspectoterrible, es otropico diferente yseparado poruna gigantescabrecha.

83

Page 85: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

aspecto terrible, es otro pico diferente yseparado por una gigantesca brecha. Lacima a la que nos dirigimos por nuestra aris-ta es más modesta en altura. Observamos elpanorama con detenimiento y al final damosgracias de que no sea la misma montaña, lamás alta parece inaccesible. Simplementehubiéramos tenido que dar la vuelta.La nuestra, más humilde, parece que nosdará una oportunidad.

Es lo que hay, seguimos escalando caminode la cumbre. El tiempo acompaña y las difi-cultades y la estética de la arista nos permi-ten una escalada rápida y muy elegante llenade amplias panorámicas a todos los ángulosdel Pamir profundo y del Glaciar GrumGrijmailog.

Un último largo de 65º en hielo connieve fresca encima nos sitúa en una anteci-ma que precede, por una suave pendiente, ala cumbre verdadera. Llegamos a las 14 h.Abrazos, felicitaciones y mucha, muchaalegría.Mucha más cuando miramos la montañaque tenemos delante de la que nos separauna vertiginosa brecha. Simplemente impo-sible.Estamos en una montaña virgen de 5.500m. en lo más desconocido del Pamir, a laque hemos llegado escalando y por la quehace unas horas no dábamos un duro. Nocreo que nadie pueda ser tan afortunado.

De repente, cuando pensábamos bautizaresta cumbre anónima con el nombre de la

Abrazos, felici-taciones ymucha, muchaalegría.

12.08

84

Page 86: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

12.08

85

niña que espera Luis y que aún solo es unasensación en la barriga de Mª Ángeles, tras-teando por la cumbre, encontramos un parde crampones y un juego de manoplas.Tienen un aspecto prehistórico, sin duda sonrusos, quizás de la expedición de 1981 de laque hemos encontrado rastros en el collado

encima de nuestro campo base.Es curioso pero no nos produce una grandesilusión. Los rastros de otras expediciones,cuando son muy antiguos, aumentan la sen-sación de soledad y las historias que puedesimaginar entorno a estos restos solo aumen-ta la leyenda.

Luis, como buen realizador que es, nos hacenotar que detrás de estos crampones y estasmanoplas hay una historia. ¿Quién abando-na en la cima de una montaña de 5.500 m.con pendiente de 65º, sus crampones y susmanoplas que serán imprescindibles para labajada? Las montañas son tanto más mara-

villosas y más interesantes cuantos más mis-terios ocultan… como las personas.Algunos días después, a la bajada del campo1, descubriremos una ruta a nuestra monta-ña por otra arista en roca que no precisacrampones. Supongo que eso resuelve elenigma.

Pero para nosotros el misterio siempre esta-rá en esta montaña.Aún así, ante la falta de información entodos los mapas, decidimos bautizarla enhonor de los desconocidos primeros ascen-sionistas. La llamaremos Sokut, que significasilencio en farsi (según dice Luis).

Page 87: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

A las 2,30 h. comenzamos la bajada.Cinco rapeles de sólidos tornillos nos vandejando más cerca de nuestro campo 1 alque llegamos tres horas después.Todo fue perfecto, la única oportunidadque nos dio la montaña fue suficiente paraescalarla. “Dios aprieta, pero no ahoga”.En nueve horas y media de actividad subi-mos y bajamos los 700 m. de desnivel entrenuestro campo 1 y la cima de 5.500 m., conun tiempo perfecto que pareció intentarcompensarnos de tanta incertidumbre deúltima hora.El final del día fue como cabe esperar: amis-tad, risas y mucha, mucha íntima felicidad,solo hay que mirarnos a los ojos.

12.08

86

risas ymucha,muchaíntima felici-dad, solo hayque mirarnosa los ojos.

Page 88: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

12.08

87

Page 89: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

13.08

...“a bajartodos los san-tos ayudan”...

88

Page 90: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

13 .08

89

Hoy comenzamos la bajada. Ya parece que nosimporta menos la dieta espartana que llevamoshace días a base de té y fideos chinos.Como diría Cristóbal: “a bajar todos los san-tos ayudan”. Desmontamos nuestro campa-mento y comenzamos el descenso a las 9 h.Descubrimos un atajo por el glaciar y nos

evitamos varias horas por la horrible pedrerade la morrena.Poco a poco vamos deshaciendo el caminode subida. Menos peso, mejor temperatura,más ganas, todo contribuye a hacer la baja-da bastante más llevadera que la subida dehace unos días.

En seis horas estamos en nuestro campobase que habíamos abandonado seis díasantes. Esperamos a nuestros arrieros quedeberían llegar a dormir hoy al campo base.Mientras tanto intentamos preparar unas“sopas de ajo” con el pan que habíamosabandonado en una bolsa de plástico y los “aje-

tes” silvestres que hemos descubierto. Nos loscomemos con ganas pero, sinceramente, estánasquerosos. Según Manu, falta un poco depimentón de la Vera y unos taquitos de jamón(qué mala es la necesidad… o no).Al poco aparecen los niños con los burros.Sacan su cena: té y torta, pero esta vez tenemos

una sorpresa. Sus perros han pillado descuida-da a una marmota y parece que va a ser laestrella de la cena. Nosotros no sabemos quehacer pero la falta de proteínas durante tantosdías nos aclara la mente: si no espabilan, nues-tros jovenes arrieros, no prueban nada delpobre animal.

Ahora cada vez que vea marmotas en los vallespirenaicos no se que pensaré (qué mala es lanecesidad… o no).Esta noche dormimos con la misma hambre desiempre pero yo, para mi insomnio, en lugar decorderos creo que conté marmotas

Page 91: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

Creado por javierselva - Blog Desnivel 26/07/08 a las 06:07:47 pm

113

Creado por Estela Alonso - Blog Desnivel 13/08/08 a las 06:08:18 pm

Rutas estéticas, calidad de la roca, búsqueda de nuevos itinerarios engrandes y escarpadas paredes que ponen a prueba tu experiencia, tusganas y tu habilidad para adaptarte al terreno que pisas. Escalada en estadopuro. En un continuo ajuste para encontrar la maniobra adecuada, parainterpretar la pared sin equivocarse, para superar el miedo.

La escalada en estilo alpino es un juego arriesgado, en el que uno se muevesiempre en un terreno expuesto, muchas veces difícil y siempre con bajastemperaturas y con un alto compromiso. Si a todo esto, como es el caso denuestra expedición, sumamos que las comunicaciones son inexistentes yque casi seguro que nadie conoce su paradero, una posible evacuación aconsecuencia de un accidente puede resultar prácticamente impensable.

Pero no vamos a ponernos dramáticos y vamos sólo a pensar en todo loque estarán disfrutando. En los madrugones para aprovechar el día, en lapereza que a uno le embarga al abandonar el saco de plumas, caliente yconfortable, para ponerse la ropa húmeda, fría, y con ese olor tancaracterístico tras varios días de actividad (uno se parece más a untrampero que a un alpinista…). Mirarán fuera de la tienda para comprobarel cielo, a las nubes que amenazan tormenta o al sol que pugna por salir.Tras el desayuno, saldrán al exterior y observarán la montaña, con suslíneas dibujadas por las luces y las sombras del amanecer. La mochilacargada hasta arriba, fieles al estilo alpino que no acepta porteadores, nicuerdas fijas, ni campamentos de altura. Es una escalada limpia yautónoma.

Poco a poco irán ganando metros a la pared. Habrá bandas de nieve en lasrepisas, tramos de roca desnuda en los que tendrán que poner a prueba laescalada de dificultad en esas cotas, cascadas heladas o quizás largasrampas de blanca nieve para alcanzar la cumbre. Disfrutarán de los paisajesque los rodean, de las luces de la montaña (estoy segura que Javier lassentirá y vibrará con ellas), de la vivencia de compartir esos momentos conla gente a la que han elegido. Puede que el miedo les haga sufrir en algúnlargo, en el que los seguros estarán muy distanciados o colocados solo para

Escalada

Page 92: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

Creado por javierselva - Blog Desnivel 26/07/08 a las 06:07:47 pm

113

Creado por Estela Alonso - Blog Desnivel 13/08/08 a las 06:08:18 pm

engañar a la cabeza. Pero es que si no costase llegar a las montañas éstasdejarían de ser lo que son.

Dicen que la montaña no te da nada que no tengas dentro, y por eso paracada uno de ellos cada nueva cumbre conseguida será diferente y lesaportará sensaciones únicas. Estoy segura que a su vuelta todo lo que hanvivido les servirá para algo, de una forma u otra.

Escalada

Page 93: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

14.08

Desmontamospronto elcampo base ya las 8 h.comenzamosla bajada.

92

Page 94: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

Desmontamos pronto el campo base y a las8 h. comenzamos la bajada.Sin peso y cuesta abajo vamos ligeros. Entres horas y media estamos en la majada delpastor donde pasaremos la noche.No sabemos muy bien que nos espera aquípero tenemos ciertas expectativas gastronó-micas fundadas en la suculenta sopa de arrozcon la que nos sorprendió a la subida (y esoque entonces no teníamos ni la mitad dehambre que ahora).Efectivamente, nada más llegar, después deunos afectuosos saludos, nos dispone sobreun trozo de hierba el habitual mantel tayikoque en esta ocasión además del té contieneyogur, mantequilla y leche. Para nosotrosesto ya es un auténtico festín.Este pastor es un personaje singular, bajo elaspecto tosco y cetrino de su rostro, la pro-fundidad de su mirada y sus modales dulcesy educados revelan que no es uno más deestos tipos montañeses.Efectivamente, cuando estrechamos nuestrarelación, nos confiesa que durante cincoaños fue traductor de tayiko en Moscú peroque lo dejó para volver a las montañas de supueblo y que aquí, aislado con su familiadurante cinco meses, es feliz. Todo un per-sonaje.

Una hora y media después llegan los burroscon nuestro equipaje. Pasamos el resto deldía bajo la hospitalidad del pastor y junto asu familia.Estamos encantados, es gente franca y orgu-llosa de su trabajo, hacemos muchas fotos yLuis puede filmar sin ningún reparo.

...tenemos ciertasexpectativas gastro-nómicas fundadas enla suculenta sopa dearroz ...

14.08

93

Page 95: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

14.08

94

Recuerdo las palabras de SebastiaoSalgado hablando de sus impresionantesfotos de trabajadores. Decía que nuncauna persona desarrollando su trabajo, pormás que éste pudiera parecer espeluznante(y algunas de sus fotos lo son), había teni-do vergüenza de posar ante su cámara.

Más bien, al contrario, estaban orgullososde mostrarse en la actividad que con tantoesfuerzo les permite ganarse el pan diario.Aquí es lo mismo: da igual que sean losniños pequeños los que guíen el ganado,que los excrementos de los animales seanla alfombra de la casa y el combustible

para hacer la comida y tantas otras cosasque en nuestra rica sociedad serían incon-cebibles. El orgullo de su trabajo y sumanera de vivir llena cada una de mis foto-grafías, y mi cámara dispara sin parar.Después llega la sabrosa y esperada sopade arroz, nos vamos reconciliando con la

hospitalidad tayika.Se nota que ellos también están a gusto yentre todos vamos creando un clima de granfamilia en fiesta. Nos dice el pastor que losespañoles somos especiales (es curioso quelo pueda afirmar con esa seguridad cuandosomos los primeros que pasan por aquí), que

una vez pasó un grupo de treking de suizosy otro de canadienses y que no era lomismo.

Nosotros estamos encantados y él, paracelebrarlo, nos dice que va a matar un cor-dero.

Eso son palabras mayores. Quitando el epi-sodio anecdótico de la marmota, no había-mos probado proteínas animales práctica-mente desde la capital ya hace no sé cuan-tos días.Para esta gente tampoco es habitual el con-sumo de carne, ellos prefieren mantener a

Page 96: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

sus animales vivos: son más rentables. Asíconsiguen la leche, con la que hacen elqueso, el yogur, obtienen crías y garantizanaño tras año, invierno tras invierno, su super-vivencia.También para ellos la carne es un lujo. Perose empeña y al rato vemos a lo lejos comonuestros jóvenes arrieros están troceando uncordero recién sacrificado.El pastor no ha querido que viésemos elmomento de matarlo (otro signo de sensibi-lidad que le honra), luego nos invita a foto-grafiar todo el proceso hasta que una partedel animal entra en la cazuela.Nosotros entre foto y foto salivamos comoperros. La inminencia del festín nos pone deun humor excelente, llevamos varios días dedura dieta y parece que hoy, por fin, podre-mos desquitarnos.El guiso en cuestión consiste en cordero coci-do con un poco de cebolla y algunas hierbas.La sopa que resulta de la cocción también sebebe. El tamaño del cordero invita a pensarque dejó de ser lechal hace muchos años.

Con este guiso, que en condiciones normalesnadie prepararía ni a escondidas, nos dimos elque probablemente fue el mayor festín de todala expedición.Sentados en el suelo, sobre un pequeño trozode hierba cubierta con un trapo y rodeada depiedras y cagadas de animales, con el abuelode todos los corderos cocido y punto, pudimossaborear una de las mejores comidas de losúltimos años.

Así es la vida, llena de contrastes.Mientras ejercemos de huéspedes del pastor, laactividad en la majada no cesa. Nuestro anfi-trión va y viene sin parar y el resto de su fami-lia continúa con las labores propias del ganado.Todos, los niños, la mujer, el pastor, parecenuna máquina bien engranada y así, poco apoco, el ganado entra en el redil, la leche seordeña, el humo sale por la precaria chimeneay las sombras de la noche, que ya se anuncia,nos preparan con placidez al sueño que desdehace mucho será con el estómago lleno.

Con este guiso, queen condicionesnormales nadieprepararía ni aescondidas...

14.08

95

Page 97: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

15.08

...detrás de todoese mundo deconfort y tecno-logía existe otrobásico, elemen-tal y pegado ala tierra...

96

Page 98: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

Nos despedimos de nuestros anfitriones ysalimos camino de Ghudara a las 7,30 h.Durante el camino no puedo dejar de pensaren los hijos del pastor, en todos estos niñosde los pueblos que hemos visto.Qué diferencia con los chavales de nuestrassociedades “ricas”, son como de otro plane-ta. ¿Qué estamos haciendo con nuestrosniños?, ¿en qué momento de su evoluciónhacia el bienestar, nuestra sociedad ha olvi-dado enseñar a sus hijos cosas y valores que

están presentes en medio mundo, incluso enel nuestro hasta hace poco?Yo, por desgracia no tengo hijos, pero ayer,cuando veía a los niños pastores formandoparte de la familia por el trabajo compartido,con su mirada franca e inocente (como cual-quier mirada de niño en cualquier parte delmundo) pensaba en mis sobrinas, tambiénen las que hasta hace poco fueron casi mishijas, en los niños de mis amigos…Qué cerca y qué lejos de estos niños, de esta

vida. Alguien, alguna vez, tendrá que ense-ñarles el valor del esfuerzo, del trabajo físico(y no me refiero a que aprendan que la nues-tra es una sociedad competitiva y despiada-da, eso seguro que lo aprenderán bien).¿Qué pensaría cualquiera de los niños queconozco si tuviera que pasar una semanaconviviendo con los hijos del pastor en sumajada?, el agua: a la fuente, la cama: depiedra, la luz: con el sol.¿Pues sabéis que pasaría? Nada. Se harían

15.08

97

Alguien, alguna vez, tendrá que enseñarles el valor del esfuerzo...

Page 99: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

tuve que dejar de ser un niñopara saber que a lo que ibanera a hacer sus necesidadesa las afueras del pueblo

08.08

98

Page 100: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

amigos, jugarían y trabajarían juntos y algu-nos descubrirían, ya para siempre, que lavida además de TV y videoconsola está llenade otras muchas cosas.

Y nuestro descenso por el valle siguey yo continúo pensando.Nosotros, algunos, los que somos de otrageneración, todo esto lo conocimos y lo vivi-mos en nuestro propio país no hace tantotiempo.Los que éramos de pueblo, aunque vivimosen Madrid, conocimos una España sin aguaen las casas, con mujeres que iban a buscar-la con cántaros a la fuente del pueblo, sinaseos ni posibilidades de darse un baño sinoera en el río o en la alberca. Con señoras de

negro perpetuo y pañuelo en la cabeza(tampoco era tan diferente su indumentariade lo que ahora veo en estos lejanos países)que se reunían al anochecer para irse a la“revilla” todas juntas (tuve que dejar de serun niño para saber que a lo que iban era ahacer sus necesidades a las afueras del pue-blo buscando la discreción de la noche), concasas llenas de candiles porque la luz solo“venía” por la noche unas horas y nunca erade fiar, con cientos de moscas “cansinas”que hacían imposible la siesta porque loscorrales llenos de animales estaban en las

casas. Sin nevera, sin TV, solo con una radiode galena que mi abuelo encendía por lanoche para escuchar el parte.Pero, ¿y nuestros hijos, dónde aprenderántodo esto?, ¿nunca sabrán que detrás detodo ese mundo de confort y tecnologíaexiste otro básico, elemental y pegado a latierra que fue primero y necesario parapoder encender el ordenador?, ¿dóndeencontrarán los cimientos?, y sin ellos ¿quésolidez tendrá lo que puedan construir?

Que sufrimiento para mí darle formaa todo esto durante años (en el colegio mellamaban “letus” que significa campesino -omejor paleto- en latín) hasta que leí aDelibes, a Machado, a Cela, a Azorín. Y

ahora cuánto orgullo. Leer el discurso deSaramago cuando recibió el Nobel deLiteratura y leérselo a vuestros hijos, será unbuen comienzo.

Como cuando se reflexiona los cami-nos se hacen más breves, casi sin darmecuenta llegamos a Pasor a las 11,30 h. Comoya zanjamos el impuesto revolucionario conla población, el trato es cordial y la típicahospitalidad tayika se manifiesta en un té encasa de un paisano.

...en el colegio me llamaban “letus” que significa campesino...

15.08

99

Page 101: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

Continuamos nuestro camino y endos horas y media llegamos a Ghudara des-pués de pasar bajo unas impresionantesparedes de granito (mira que hay genteescalando y mira que quedan montañas porsubir, mejor para todos).En Ghudara nos alojamos en casade nuestro arriero, igual que a lasubida. Como en todo nuestroviaje, comenzamos las negociacio-nes para conseguir un coche quenos saque sobre la marcha.Gente que llega a la casa, genteque desaparece, uno que hablainglés, el otro que parece el alcal-de, y así poco a poco casi todo elpueblo que se involucra en la bús-queda de un vehículo. Alguienllama por radio desde una casa (lodel teléfono es ciencia ficción).Parece que hay un coche pero elprecio es como de cine: 350 $ porun solo día. El conductor vendrá anegociarlo.

Mientras, de la boca denuestro arriero y anfitrión parece que escu-chamos la palabra cordero. Bueno, bueno, aver si ahora vamos a tener un exceso de pro-teínas por tanto cordero. En efecto, no sabe-mos si por un efecto de contagio con el pas-tor pero cuando volvemos a nuestro aloja-miento nos espera un suculento guiso decordero, también abuelito, pero sabroso.

Después continuamos con las negociacionesdel coche, no hay manera, 350 $, ni unomenos, además el tipo es francamente des-agradable (uno de los pocos que hemosencontrado).

Dice que el coche será para nosotrossolos, que es difícil que pueda conse-guir pasajeros para la vuelta, etc., etc.No tenemos otro remedio que acep-tar el precio si queremos salir de aquíy llegar a un sitio más civilizado. Nosvamos a dormir con el estómagolleno y la cartera vacía.

15.08

100

nos espera un suculento guiso decordero, también abuelito, perosabroso.

Page 102: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

16.08

En cuclillas, comolos locales, nos api-ñamos entorno ala bolsa y metemosla mano. Hígado,pulmones, paleti-lla, todo vale, todose come

101

Page 103: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

Nos levantamos con las primeras luces deldía y después de desayunar en lo que pare-ce la cocina de la casa del arriero nos dirigi-mos al encuentro con nuestro vehículo.

Los coches en este pueblo parecentodo un acontecimiento social: media pobla-ción rodea el coche. Ante nuestro asombro,no solo lo rodean sino que unos pocos sesuben para realizar el viaje a nuestro lado.Este conductor además de desagradable, esmentiroso.El vehículo es una de esas furgonetas rusastodoterreno que parece que se va a des-montar en cualquier momento y luego soncapaces de recorrer miles de kilómetros sinproblemas. Es el mismo modelo que utiliza-mos en Mongolia para atravesar casi todo elpaís, solo catorce días dentro de la lata conruedas.A estas alturas del viaje no merece la penaponerse nervioso por estas cosas.Comenzamos el camino de vuelta haciaMurghab y pronto comprobamos que la peri-cia de este conductor y las características delvehículo nos permitirían recorrer las carreterascon mayor fortuna que a la venida.

En un momento dado paramos a comer algoen mitad de la nada. Alguien saca una bolsade plástico del maletero y aparecen los res-tos de un cordero sometido a la clásica coc-ción.Tiene un aspecto asqueroso, pero la necesi-dad es la necesidad. En cuclillas, como loslocales, nos apiñamos entorno a la bolsa ymetemos la mano. Hígado, pulmones,

Los coches en estepueblo parecen todoun acontecimientosocial...

16.08

102

Page 104: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

paletilla, todo vale, todo se come.Entre bocado y bocado observamos a las dosniñas que nos acompañan en el coche, nisiquiera se acercan a nuestro grupo de hom-bres. Alguien les lleva un trozo de corderoque comen dentro del vehículo apartado delresto.

En las áreas rurales el papel de lamujer es marginal. Aunque quizás la palabrano sea marginal, los roles están divididos y

meridianamente claros, no hay mezcla entreellos. Está claro que en el campo la influen-cia de los rusos o de Occidente está muchomás atenuada. Siempre que me encuentrocon estas situaciones tengo sentimientosencontrados.Mi primer impulso es interpretar todos estoscomportamientos como propios de una

sociedad machista y casi siempre comoresultado de prejuicios religiosos y morales.Luego, cuando profundizo un poco más,encuentro muchas similitudes a esa Españaque yo conocí en mi niñez, llena de mujerescon pañuelo a la cabeza y vestido negro,llena de pueblos donde la vida rural era tandifícil que solo con una perfecta distribucióndel trabajo era posible sobrevivir. Eso o laemigración a las ciudades.Es difícil juzgar estas sociedades desde nues-tro punto de vista actual.¿Culturas poco evolucionadas o adaptaciónperfecta al medio? ¿Machismo represivo odistribución de papeles que crea estructurasfamiliares fuertes?Siempre me lo pregunto y siempre mequedo con la duda. Al final creo que si tuvie-ra una hija preferiría que naciese en socieda-des más “igualitarias” para ella, pero quizásla felicidad sea otra cosa diferente.

Después del breve almuerzo conti-nuamos nuestra ruta entre saltos y sobresal-tos de la carretera (en alguno de ellos esta-mos a punto de volcar).Después de ocho horas de pista infernal lle-gamos a Murghab. A diferencia de la idaahora estamos en el centro del pueblo (¿deverdad esto es un pueblo?). Como era previ-sible el conductor y sus amigos que viajancon él intentan conducirnos a alguna casade conocidos y asegurarse nuestro transpor-te de mañana. Pero ahora tenemos másposibilidades de conseguir otros coches queen Ghudara y decidimos pasar de él: “dondelas dan, las toman”.

Claro que las chulerías también sepagan y acabamos en una especie de hotelen el que sin duda se inspiró Kubrick pararodar el Resplandor, quizás éste también sellame Overlook pero en cirílico.Recuperados del primer impacto por el hotel(o como le llamen a esta cosa) vamos enbusca de un coche que mañana nos lleve aKorok.Cerca de lo que creemos que es un albergueo una oficina de información (ingenuos)

encontramos unos tipos con un estupendotodoterreno japonés que se ofrecen a llevar-nos mañana a nuestro destino. Como siem-pre, prometen que iremos solos, que elcoche será ese mismo, que podremos parara sacar fotos siempre que queramos, etc.,etc., por supuesto, a estas alturas, ya no noscreemos nada.

16.08

103

Page 105: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

Vamos a cenar a un garito que nos reco-mienda nuestro futuro conductor. Contratodo pronóstico y a pesar del aspecto desas-troso que presenta, la comida está buena yademás tenemos ocasión de asistir a unconato de pelea entre bolingas locales. Noes nada raro a pesar de ser un país musul-mán, es la influencia de la época soviética.Me refiero, por supuesto al vodka.Pero no solo a eso. Korok es el típico pobla-do estepario perdido en la nada, desangela-do y triste, que tuvo su importancia estraté-gica durante el periodo de la antigua URSSpor su proximidad a la frontera china y afga-na. Volvemos a recordar la historia de Luis,sobre que éste era de los peores destinos a

los que un militar ruso podía ser destinado.Supongo que aquí la natural propensión delgran pueblo ruso al consumo de vodka severía notablemente acentuada.Algunas instalaciones militares continúan, yaunque los rusos ya no están, todo sigueteniendo ese tufillo cuartelero, esa estéticafronteriza. Porque, efectivamente existe unaestética fronteriza que impregna a muchoslugares que están cerca del fin (las fronterasson el límite, el fin de algo, político, vital,sentimental).No sabría describirlo exactamente, es unasensación más visual. Pero lo he visto en bas-tantes lugares: en el altiplano boliviano cercade la frontera con chile, en la zona de transi-

ción entre Nepal y Tíbet, por supuesto enAlaska, y en tantos lugares en los que pareceque estas dentro de un western moderno.Algo así como la taberna que aparece en laGuerra de las Galaxias donde, junto a HanSolo, comparten mesas y priva los seres mássingulares de la galaxia y donde les prohíbenla entrada a los humanoides (los únicos queparecen normales) diciendo que es un barrespetable y no se admite ”gente rara”.Siempre recuerdo esta secuencia de la pelí-cula cuando estoy en sitios como éste. Algoasí es el espíritu de la frontera. Genial Lucashasta que la pasta le enturbió el cerebro.

...aunque los rusos ya no están, todo sigueteniendo ese tufillo cuartelero...

104

16.08

Page 106: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

Creado por javierselva - Blog Desnivel 26/07/08 a las 06:07:47 pm

114

Creado por Estela Alonso - Blog Desnivel 16/08/08 a las 07:08:37 pm

Todos nosotros, desde que nacemos y mientras nos hacemos personas, vamoslabrando nuestro camino, a veces de forma acertada y otras aprendiendo de lasequivocaciones para intentar no desviarnos demasiado del buen sendero. Algunoscimentamos a lo largo de los años y con firmeza, la convicción de que hay que buscarun lugar diferente, una vida distinta a la que se nos ofrece de forma tan cómoda ytentadora. Pero uno no siempre es fuerte, y mucho menos coherente.

Cuando yo conocí a Luis y a Javi hace ahora casi diez años, estaba pasando unmomento delicado de mi vida. Había perdido a amigos que yo creía fieles, habíasufrido una importante pérdida emocional, y como una sombra de lo que había sido,solo tenía una constante sensación de desamparo y soledad. Aunque las montañas medaban fuerza, hacía demasiado frío para mi alma desnuda.

Pero la vida a veces nos sorprende y cuando uno menos se lo espera da un quiebro yregala personas extraordinarias como las de esta aventura de la que hoy yo tambiénformo parte. Gracias a un amigo común, escalé por vez primera con Luis la canal de LaFouche del Midi d´Osso en invierno, y poco tiempo después conocí a Javi y a Cristóbalcuando me apunté un frío fin de semana de diciembre a escalar la Norte del Espigüete.Yo entonces era una escaladora de roca, y aunque había hecho algún pinito invernaljunto a mi mentor Erik, tengo que reconocer que si me hice alpinista, fue gracias aellos. Con su generosidad para enseñarme descubrí el Pirineo y todas sus posibilidades,me adentré en los Alpes, aprendí a emborracharme para celebrar las cumbres, y conocílo largas y fructíferas que podían ser las horas muertas a su lado mientras el mal tiemponos impedía realizar alguna actividad. Desde entonces las montañas volvieron a tenercolor, recuperé la fuerza y hoy puedo decir, que si soy tal y como soy, mucho se lodebo a todos ellos. Me han llevado y acompañado por un camino que yo no sé si seráel aconsejable ante los ojos de mucha gente, pero para mi ha sido el mejor que hepodido recorrer porque ha sido un camino de risas, de amor, de amistad, alguna veztambién de dudas, pero siempre, siempre, un camino con corazón.

Gracias Luis, gracias “Portugués”, gracias “Grillo” por dejarme formar parte de vuestrasvidas.

(Sigo sin noticias, aunque espero que pronto se pongan en contacto conmigopara dejar de daros la murga con tanta literatura poética…)

Recuerdos

Page 107: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

17.08

Continuamosnuestro caminocon el estómagolleno de pecespantanosos yatravesando elterritorio de losKirguises

106

Page 108: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

17.08

107

Madrugamos bastante y contra todo pro-nóstico, el chofer llega a la puerta del hotelcomo había prometido: en el coche estu-pendo y él solo.Además parece discreto y con ganas deagradar. Estamos un poco moscas pero pare-ce que será un viaje agradable. Cuando lle-

vamos algún tiempo en la carretera empeza-mos a cruzar algunos lagos y zonas panta-nosas, parece que aquí la gente se dedica ala pesca.Paramos en una de las yurtas cerca de lacarretera y junto a una de estas zonas panta-nosas, vamos a desayunar. Parece que aquí

lo que se lleva es el pescado. Teniendo encuenta que éste es un país sin salida al marno acabamos de verlo claro, pero, allá dondefueres haz lo que vieres.De repente aparecen ante nosotros unos pla-tos con unos peces pequeños que parecenrecién salidos de la mejor fritura andaluza.

Tienen un aspecto estupendo. Y realmenteestán muy buenos a pesar de que, sin duda,el aceite no es de oliva. Comemos con avi-dez y la sorpresa de encontrar este manjaren semejante lugar no hace más que aumen-tar nuestro apetito.Cómo se ven las cosas cuando ya la monta-

ña ha sido ascendida con éxito. No hay nadamás que ver nuestras caras, felices y satisfe-chos.

Continuamos nuestro camino con elestómago lleno de peces pantanosos y atra-vesando el territorio de los Kirguises, que a

nuestra venida recorrimos de noche.Es el trayecto en coche más agradable detodos los que hemos hecho en la expedición:buenos paisajes, un coche razonable, algo demúsica local, un conductor silencioso.Por si teníamos alguna duda de que hoysería un buen día, paramos en una especie

Page 109: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

de balneario de aguas termales. Siemprehabíamos rechazado el ofrecimiento debañarnos de otros conductores, pero hoydecimos que sí.Es un sitio pequeño y descuidado, como casitodo aquí, pero el agua está estupenda yteniendo en cuenta que no hemos vuelto aver el agua caliente desde que salimos deDushanbe, hace ni se sabe cuanto tiempoya, nos parece el paraíso.Difícil de describir el color que adquirió el

agua de la piscina cuando nos sumergimoslos tres elementos (se admiten apuestassobre el tiempo que hacía que no nosduchábamos).Con el cuerpo distendido por el relajantebaño seguimos camino hasta Korok, queahora nos parece una gran ciudad. Nuestroconductor se despide de nosotros con lamisma discreción de la que ha hecho galadurante todo el día. Estamos en un hoteldigno de tal nombre.

Cómo se ven las cosas cuando ya la monta-ña ha sido ascendida con éxito.

17.08

108

Cómo se ven las cosas cuando ya la montaña hasido ascendida con éxito.

Page 110: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

17.08

109

Page 111: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

18.08

...nos dirigimosa la búsquedade un cocheque nos lleve ala capital,última etapade nuestroviaje.

110

Page 112: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

Con un desayuno propio de personas debien nos dirigimos a la búsqueda de uncoche que nos lleve a la capital, última etapade nuestro viaje.El mercado está lleno de gente y con unambiente festivo y tumultuoso. Como ya noshemos aprendido la lección buscamos unbuen coche que nos permita recorrer estalarga etapa con cierta comodidad.Después del habitual regateo encontramosalgo digno pero el conductor parece que

ayer no tuvo una buena noche. Menuda carade resaca que tiene. Además el coche es die-sel y aquí eso no es nada habitual. Tenemosun pequeño calvario para conseguir com-bustible. Ni siquiera con el método tradicio-nal del embudo encontramos carburante.Pero ahora todas estas contrariedades casino nos importan, incluso nos hacen gracia.Ahora ya no tenemos montañas que ascen-der y el tiempo transcurre de manera prou-soniana, el reloj de arena se ha invertido.

Tardamos en el trayecto 16 horas de coche,con paradas, pinchazos, buscando gasolina,dando tumbos de bache en bache, de nochecon un solo faro para alumbrar la precariacarretera…, pero ahora el reloj de arena yaestá definitivamente invertido.

18.08

111

...pero ahora el reloj de arena ya está definiti-vamente invertido.

Page 113: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

Creado por javierselva - Blog Desnivel 26/07/08 a las 06:07:47 pm

115

Creado por Estela Alonso - Blog Desnivel 18/08/08 a las 07:08:32 pm

Una preciosa cumbre de 5.500 m. ha sido el triunfo de nuestra expedición,un logro sólo truncado porque al llegar a la cima se han encontrado conunos viejos crampones de hace más de 30 años. La cartografía existente noda nombre a esta montaña, por lo que tras comprobar que ya había sidohollada, nuestros chicos la han bautizado como Pico Sokut (Pico delSilencio) en un claro guiño a sus conquistadores. La ascensión ha sido mástécnica de lo esperado y los empotradores utilizados en los tramos de rocay los tornillos de hielo parece que les han hecho disfrutar de una escalada“entretenida”.

Aunque se encuentran bien, parece ser que el hambre les ha pasado afactura a todos, especialmente a la tripa de Selva, algo que todos los que leconocemos sabemos que será transitorio (su predisposición a la buenamesa la hará volver, estoy segura).

Me han contado pocos detalles porque la llamada sonaba lejana desde elpequeño locutorio de Murghab, pero pronto Javier tendrá acceso a internety él os relatará ya con todo lujo de detalles todo lo que han vivido, por loque aprovecho esta última crónica para despedirme de todos los que noshabeis estado siguiendo, agradeciendo los comentarios y vuestra fidelidad.

Y a mis Marco Polos, mi más sincera enhorabuena por la cumbre.

¡Cumbre!

Page 114: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

Creado por javierselva - Blog Desnivel 20/08/08 a las 09:08:40 am

Bueno amiguitos, ya estamos de regreso de nuestra aventura en la capitalde Tayikistán. Espero que a falta de noticias de primera mano, los relatos deEstela os hayan tenido entretenidos y haciéndoos una idea aproximada depor donde van los tiros en este país y con esta clase de expediciones.Gracias otra vez por su valentía y sensibilidad asumiendo el reto de contarnuestra historia solo con su imaginación y dominio del lenguaje.

Parece que ya se nos ha olvidado que hace algunos anos, no muchos,cuando uno se marchaba de expedición se despedía de su gente hasta lavuelta, que podía ser varios meses. No existía internet, los teléfonos nofuncionaban como ahora, etc., etc. (de los satélites ni hablamos).

Creéis que soy el típico abuelo cebolleta que se pasa la vida exagerando…os voy a contar una historia, y que conste que solo tengo cuarenta y cincoanos. En el ano 1988 (hace dos días como aquel que dice) Manu, elnuestro, el de esta expedición, se encontraba en Huaraz (Perú, CordilleraBlanca). Su expedición a los Andes duraría dos meses. Cuando habíatranscurrido un mes escalando montanas, un día en una calle de Huaraz unperuano le preguntó si era Manu. Entonces tampoco había tantosespañoles haciendo montanas por el mundo. Al decirle que sí, le respondióque se pusiera rápidamente en contacto con su familia de España. Cuandollego a la casa del amigo peruano donde se alojaban, éste le confirmó, que,efectivamente, había un mensaje de España y que debía llamar conurgencia a su casa. Cuando llamó a su mujer, ésta le comunicó que supadre estaba agonizando. Manu regresó a toda prisa y dos semanasdespués su padre fallecía. Lo revelador de esta historia no es su final, unacosa así nos puede pasar a cualquiera. Lo clarificador para ver como hancambiado los tiempos es que, la mujer para poder localizar a Manu en Perúhabía llamado a Radio Nacional de España, que entonces tenía un serviciode personas desaparecidas. Radio Nacional a través de Radio Exterior deEspaña y enlazando de radio aficionado a radio aficionado habíaconseguido llevar el aviso hasta Huaraz, en Perú, que entonces solo era unpueblecito entre gigantescas montanas. Y allí, en el mismísimo culo delmundo, habían localizado a Manu para darle la mala noticia. Anda, que lo

De vuelta en Dushanbe16

Page 115: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

Creado por javierselva - Blog Desnivel 20/08/08 a las 09:08:40 am

mismo que hoy día. Solo tenemos que darnos una vuelta por los camposbases de los ocho miles, el del Aconcagua y tantos otros que parecenauténticas ciudades.

Pues como Huaraz en el 88 es como hemos estado nosotros en Tayikistán.Sin llamadas, sin noticias, y por supuesto sin poder enviar fotos, ni nada denada. Esta es la montaña que nos gusta y esta es la vida que nos interesa. Ymientras podamos será la nuestra.

Esta tarde os contaré algunas cosas de nuestro pico.

De vuelta en Dushanbe16

Page 116: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

Creado por javierselva - Blog Desnivel 20/08/08 a las 03:08:11 pm

Esperaba contaros algo de nuestra montaña y nuestra expedición, pero hecambiado de opinión.

Se supone que estoy en este blog por fotógrafo, no os preocupéis: a partirde primeros de septiembre tengo preparada una sección que se titulará, 10CONSEJOS FOTOGRÁFICOS DE ALTURA.

Además en mi pagina Web, www.javierselva.es aparecerá un relato integroy personal de esta expedición, más un audiovisual y un cuaderno de notasde las observaciones del viaje. Pero ahora, en los últimos momentos de esteviaje tan especial, me permitiréis que me abandone al hedonista ejerciciode la melancolía y la nostalgia.

Acabamos de regresar de comer, nuestra última comida de esta expedición,y como de costumbre las sorpresas no se acaban hasta que los viajes nofinalizan. Perdonarme por la sinceridad, pero creo que hemos comido enuna casa de lenocidio. Este es un país musulmán, suave (ismaelitas), peromusulmán al fin y al cabo.

Escena: entramos en un local aparentemente lujoso, una sola mesaocupada, tres señoritas de vestimenta breve, bebiendo vino (francés). Nossentamos en la mesa de al lado. También para nosotros vino (francés -lástima de Rioja-). El camarero las trata como si fueran de la casa (quizás losean). Nosotros, incorregibles, hablamos de las montanas del año queviene. Señorita que se levanta. Piernas infinitas, escueto pantalón corto,escote generoso, (interrogación) aquí. Una vez más el sitio equivocado a lahora equivocada. Sorprendente: ni nos miran. Nosotros: ni la hora. Vodkapara finalizar, ya sin señoritas: cuántas vidas como estas para vivir juntas,todas.

Paramos un momento a comprar un regalo. Reconocen nuestro idioma:

- sois españoles- yo, andaluz

De vuelta en Dushanbe II17

Page 117: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

Creado por javierselva - Blog Desnivel 20/08/08 a las 03:08:11 pm

Miro despacio, la única tayika pelirroja con camiseta ajustada de caféconocido, va de la mano de nuestro compatriota andaluz. Demasiados siglosde sabiduría musulmana para intentar comprender. Se conocieron en China yesta noche se separan porque coge el mismo vuelo que nosotros. Tantas vidasdistintas… y están en ésta.

Recuerdo: Mongolia, pueblo perdido en mitad de la estepa.

- sois españoles

- yo de Lepe

- estoy haciendo de Hong Kong a Lepe sin medios aéreos

- claro, solo por tierra, no vale nada que no tenga los pies en el suelo

- llevo varios meses (no se muy bien cuántos), no tengo prisa, seguro quealgún día llegaré

- fue un día de borrachera con los amigos…, que no me atrevo. Me marcho lasemana que viene.

Los andaluces, a la chita callando, van dándonos una lección de vida.

Y estos son los viajes, compañeros. Espacios de libertad, capacidad desorpresa. Otros mundos, otras personas. Literatura y vida. Descubrir que otrosmundos son posibles, que otras vidas existen y que, aunque parezca increíble,no estamos tan lejos de ellas.

Además existe la fotografía… o no (¡toma vodka de despedida en Tayikistán!)

Salud.

De vuelta en Dushanbe II17

Page 118: diario1:tayicowebdo y lo más lejos posible. El viaje como expe-riencia renovadora, como catarsis. Ya vere-mos. Después de una breve escala en Estambul, embarcamos rumbo a Dushanbe.

EEl día 21 de agosto del 2008 embarcamos en nuestro avión de la Turkis que nos devol-

verá a nuestro país, a nuestras ciudades, a nuestras vidas cotidianas.

Estamos en el aeropuerto con mucha antelación, damos vueltas, intentamos dormir un poco. Yo

pienso en todo lo que ha significado esta expedición para mí. De repente tengo un momento de

miedo.

Mis compañeros dormitan a mi lado y yo, otra vez insomne, siento un nudo en el estómago.

No puedo dejar de recordar las palabras de mi amigo Enrique (como le he echado de menos): “uno

se marcha pero las cosas le están esperando a la vuelta”.

Recuerdo con fuerza los momentos pasados en la alta montaña, con mis amigos, llenos de luz, de

esfuerzo, de alegría. Cierro los ojos para intentar fijar esos recuerdos con toda la intensidad posi-

ble en mi corazón. Los necesitaré cuando mi vida se encuentre con todo lo que quedó aparcado

un mes atrás en España.

Decía Eduardo Benedé que uno no solo es alpinista en la montaña, que, sobre todo, lo es en su

vida cotidiana. Intento pensar en eso para poder encontrar valor en las montañas, pero aún así

sigo sintiendo miedo.

Releo parte de este diario que he escrito durante esta expedición.

La vida esta llena de señales que nos dan pistas: el cuaderno en el que he escrito las intensas viven-

cias de este viaje es el mismo que usé para escribir amargos pensamientos que fueron una carta de

despedida. En el último momento no encontré nada mejor en mi estudio y, sin querer, cogí la

misma libreta que contenía pena tras pena.

Ahora me parece una ironía del destino, una pista.

Una vez más la vida nos da otra oportunidad.

117