Diccionario etimológico comparado de la lengua castellana (vol. 1)

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  • ^^V-

    v3/DICCIONARIO

    DE LA

    LENGUA CASTELLANA(PRECEDIDO DE UNA INTRODUCCIN DEL Dr. D. VICENTE F. LPEZ)

    GiXJE COnSTTIElsTE =

    1. La clasificacin gramatical de las palabras;2. Su etimologa, comparndose no solamente los elementos de las

    palabras castellanas coa las races de las dems lenguas indo-europeas,sino tambin las palabras mismas con las de laa lenguas neo-latinas quetienen el mismo origen

    ;

    3. El estudio de todas las palabras que derivan del rabe y demslenguas semticas

    ;

    4. La explicacin de los vocablos vascuences y americanos aceptadosen la lengua castellana

    ;

    5. El significado de las palabras y sus diferentes acepciones, corroboradascon ejemplos de autores clsicos espaoles;

    6. La coleccin de las frases y refranes usados con ms frecuenciaen castellano

    ;

    7. Los principales sinnimos con sus correspondientes ejemplos y ex-plicaciones:

    POR

    M. CALANDRELLI(Catedrtico de Filologa clsica en la Universidad de Buenos Aires, Acadmico de nmero de la

    Facultad de Humanidades y Filosofa, etc.)

    A^'-'O'--e

    ''^uc'^

    TOIIO PBIIIERO

    A-ALL

    BTJEIsrOS -A.IPIES

    Imprenta de Ojm^is clsicas, SOLIS, 315

    1880

  • LIS90

    /

  • LA VENEllANDA MEMORIA.

    DEL

    Dr. D. Juan M\ GutirrezY

    al ilustre americanistaDr. D. Vicente F. Lpez

    este diccionario

    filolgico-comparadoque contienela etimologa

    DE

    TODAS LAS PALABRASDE LA

    LENGUA CASTELLANA

    Y

    LA COMPARACINDE

    SUS ELEMENTOS

    CON LOS DE LAS LENGUAS

    INDO-EUROPEAS

    ESTUDIADOS

    CON ARREGLO LOS PRINCIPIOSDE LA

    CIENCIA DEL LENGUAJE

    EN TESTIMONIO

    DE

    RESPETO Y AMISTAD

    OFRECE EL AUTOR.

  • Esta obra es propiedad del autor quieni a pone bajo la proteccin de la Ley.

  • INTRODUCCIN

    The objectand aim ofphilology,in its liit^hest sense, isbutone: tolearn ivhat man is, hy learning tuliatman has heen.

    MAX MLLEEA History of ancient sanskrit

    literature, page 8.

    Una obra como la que va precedida por estas h'neas, exiga tal labor y re-quera tanta competencia, que solo poda ser emprendida por un hombre devastos conocimientos en la Lingstica, familiarizado con todos los adelantos dela ciencia nueva y dotado de una perseverancia extraordinaria para llevarla ejecucin.

    Sentimos en verdad no haber podido disuadir al erudito profesor, de la re-solucin que habia tomado de dedicarnos su trabajo

    ;porque si bien esto no

    habra comprometido en ningn caso nuestra imparciiiadad, compromete indu-dablemente nuestra delicadeza, y nos obliga no ser tan explcitos como enjusticia debiramos haberlo sido, en los elogios que merece un sabio, que sinotro apoyo que su ciencia, y sin otros medios que las escasas economas de unavida modesta y honrada, ha llevado cabo una tentativa, en la que l solo, y porsus propios recursos, tenia que ser el autor y el editor la vez. Nos apresuramospor lo mismo declarar que tan grande honor como el que nos hace, no nosviene por cierto de nuestra escasa competencia en la ciencia que el escritor tratacon tanta maestra en este libro; sino nicamente de la amistad y del aprecio conque le hemos alentado desde que vino nuestro pas. Ayudados de nuestroinolvidable amigo el Sr. D. Juan Mara Gutirrez, hicimos cuanto nos fu posiblepara que el Sr. Calandrelli obtuviese una posicin merecida en el profesorado dela Universidad de Buenos Aires, y para que pudiese servir all la propagacinde la ciencia con el valioso caudal de la que l posee.

    El Diccionario Filolgico comparado de la Lengua castellana viene darnosahora un alto testimonio de la justicia y del patriotismo con que procedimos enese tilsimo empeo

    ; y quedaramos bien recompensados, si los hombres denuestra tierra capaces de juzgar toda la trascendencia de estas conquistas delsaber humano, viniesen vigorizar con sus favores ese apoyo, harto dbil, quehasta ahora solo ha podido darle al erudito maestro uno que otro de sus amigospersonales.

    Honra, y muy grande, ha sido para la Repblica Argentina, haber aclimatadoen los trabajos de la ciencia nacional hombres como Burmeiser y como Gould.Honra, y muy grande ser tambin para ello y para la Universidad de Buenos

  • VI INTRODUCCIN

    Aires, haber visto surgir del seno de sa profe.^orado el trabajo colosal del Sr.Calaiidrelli; porque no solamente es el nico de su especie en la lengua espaola,sino el primero tambin, por el mtodo y por el bagaje, que se emprende,en tanvasta escala sobre las lenguas de la civilizacin moderna conocidas con el nombrede indo-europeas.

    En una obra de este gnero salen la vida los fenmenos mas recnditosdel lenguaje humano como hecho natural y como faz de ese desenvolvimientonitral de las naciones que llamamos la civilizacin. Desde los mas remotos siglosla inconmensurable cadena de las generaciones se va consignando, paso a paso,dici por dia, en las evoluciones que al travs del tiempo y del espacio, ha hechocada palabra, cada inflexin gramatical, y cada forma de un verbo. Sorprendeen efecto, cuando se penetra un poco en los secretos de la filologa, ver que en elanlisis de un nombre cualquiera, de un pronombre, de un verbo, se puedaencontrar trazada la genealoga de las ideas, de los hbitos, de las creencias y delas revoluciones de que han vivido los pueblos que los pronunciaran, en las edadesperdidas de que no queda mas recuerdo que esa misma palabra, enterrada comoel fragmento de un fsil en las capas profundas donde se ha perdido la cronologade los tiempos. Hasta el nombre de las naciones que la balbucearon por primeravez, y que se alzaron y se disolvieron en medio de los cataclismos y de lasevoluciones del crepsculo primitivo, ha desaparecido; y solo las tradicionesfragmentarias de la lengua madre escondidas en la forma patolgica y en las.alteraciones histricas de la palabra clsica, son el hilo que nos queda pararemontar la corriente de los siglos hasta la raz comn y originaria de lasdesinencias y de las inflexiones del lejano tipo que sirvi de origen las lenguasderivadas, que llamamos indo-europeas.

    Los idiomas nacen desnudos, pobres, ignorados, como los nios. De dondeha venido su filiacin? quin les dio el tipo sobre que han hecho sus espiraleshistricas, la organizacin silbica de sus races, el movimiento de sus ideas, elacento musical que decide de su sentido, el primer soplo con que extendieron susalas sbrela superficie de la tierra?

    Hoy no es dado todava la ciencia humana resolver estas gravsimasdificultades en su vasta generalidad. Pero, si bien no se ha alcanzado todava tener una solucin completa de estos problemas, en cuanto las lenguasaria as, de las que son miembros el latin, el griego y los idiomas modernos dela Europa, se ha obtenido un punto capital en la materia, que es el de haberllegado, por la filologa comparada, si se quiere por la autopsia de las palabrasy de las formas gramaticales, establecer que todas las formas del griego y dellatin, con el gran caudal de sus races y de sus acepciones, se encuentran en elsnscrito bajo su estado mas puro y mas completo; de manera que no es posibledudar de que las tres lenguas son ramas de una misma familia de idiomas.

    No se reduce esto solo el resultado maravilloso obtenido por los fillogosmodernos. El snscrito forma sin duda una lengua aria mas pura y mascompleta que el latin y que el griego; es anterior tambin estas dos lenguasen su desarrollo literario y en su predominio histrico; pero no es ni puedehaber sido el tipo originario de ninguna de ellas, sino una lengua hermana yparalela, salida de un tronco comn y primitivo; lo cual hace remontar elproblema hasta los misterios de una antigedad mucho mas vasta, que viene quedar evidentemente probada por los hechos constitutivos de esas mismaslenguas que hasta ahora habamos tenido por las mas antiguas de la historia,y que por su propia contextura nos revelan su descendencia del seno de unamadre comn.

    Las condiciones actuales de mi vida y de mis tareas no me permiten, nirecoger mis ideas propias, ni sistemar efrrlen de los trabajos y progresos dela Lingstica, para trazar aqu un cuadro, original por su forma y por elfondo, que pudiera figurar como una digna introduccin al precioso trabaj delSr. Calandrelli; y tan solo por condescender con el erudito profesor, y costade mi amor propio quizs, voy resumir en breves perfiles, aquellos rasgos

    ...^^

  • i

    INTIODUCCION VII

    mas proiniiientes para el caso, que se encuentran en los graneles maestrosde esta ciencia (1).

    Comenzaremos por exponer cmo es que se obtuvo la maravillosa expli-cacin de las relaciones de consanguinidad de filiacin que unen entre s las tres lenguas clsicas que acabamos de mencionar, y que hasta principiosde nuestro siglo nadie habia sealado de una manera positiva, ni podidodemostrar cientficamente. Mucho tiempo se estuvo creyendo que el latinderivaba directamente del griego, en la misma forma y modo en que el espaol,el portugus, el francs derivaban del latin; y cuando los ingleses conquista-dores de la India descubrieron y estudiaron el mecanismo y las races delsnscrito, se crey al momento que sta era la lengua madre de que hablanderivado las otras dos, porque caus todos asombro la analoga admirabley sorprendente de las races, de las formas intrnsecas de las palabras, dsus sufijos y prefijos y sobre todo de las inflexiones del verbo y del nombre,en los casos, personas y tiempos respectivos. Pero no bien se hizo un estudiocomparado ms profundo de esas analogas, se comprendi que semejante hip-tesis era todas luces inexacta.

    Haber credo que el latin derivaba del griego como se habia credo durantemucho tiempo, era una cosa natural y que saltaba primera vista. Sin tomaren cuenta la cantidad infinita de palabras griegas que haban filtrado en la civili-zacin romana durante el predominio de la literatura griega contar del tiempode los Scipiones, bastaba echar una mirada al organismo de las declinacionesy de las conjugaciones, la paridad de un gran nmero de radicales, las leyesevidentes de las degeneraciones patolgicas de las races y de los sufijos, paraquedar convencido de que esas analogas eran verdaderos vnculos de parentezco;como el desarrollo de la civilizacin y de la literatura griega habia precedido

    a poca floreciente de la lengua latina, se crey que esas apariencias eran pruebaincontestable de filiacin. estos datos hay que agregar uno de grande impor-tancia y es, que al comparar la lengua latina con las formas arcaicas de la lenguagriega, "contenidas en los dialectos mas antiguos de las familias helnicas^el dorio y el eolio, esas analogas venan ser mas sorprendentes todava porsu evidente paralelismo.

    Sin embargo, cuando se mir con ms atencin el carcter intrnseco de lasanalogas y de las diferencias entre ambos idiomas, se puso en duda la verdadengaosa de las apariencias, y se not al momento una multitud de objeciones las que no se pudo cerrar los ojos. Si el latin derivaba del grit^go como el hijo delpadre cmo es que nos ofrece modos como los supinos ama-twn, doc-tam,ec-tiim, aad-tum, como los gerundios anian-dum, Legcn-dam^ docen-dam^audien-dum, que son enteramente ajenos y desconocidos la conjugacingriega ?

    ^,cul es el origen de las terminaciones inflexiones en ban {ama-ban)

    y en bo {ama-bo^ doce-bo, time-bo, vide-bo), que caracterizan el pretritoimperfecto y el futuro, y que carecen totalmente de toda analoga procedencia f Cmo es que en r^z (siete), os'y.a (diez) las formas latinas dan septein y decenique son mas llenas, mas perfectas y evidentemente mas primitivas

    No bien comenz la Lingsfica cientfica fijarse en estos y otros problemas,de suyo muy graves y serios, cuando ya se vio que la hiptesis hastaentonces aceptada claudicaba de tal manera que se hacia insostenible

    ; y fusolo cuando se tom en mano el estudio del snscrito, que se obtuvieron, por l,datos y conocimientos que vinieron demostrar, que tan lejos de que pudiese

    (l) Es sabido que el Dr. Lpez est c^ntraiclo, como Presidente del Banco de la Procincia, lasarduas tareas que le inipone este grande estableciuiienlo y al alan de consolidar la valorizacin do nuestracirculacin fiduciaria; y como es probable que este libro sea estudiado en el estranjero, nos ha parecidojusto hacer esta advertencia; por la que se compiender que solo un excco de amistad y d ' condescen-dencia ha podido oblii^arlu uvurccernos con este trabjt), robando momentos apremiantes las asiduastareas que le preocupan.

    M. C.

  • VIII lTKODUCClON >

    tomarse el latin como un idioma derivado del griego, era preciso convenir enque su genealoga remontaba cuando menos hasta un origen tan remoto comoel de ste

    ; y que los arcasmos de la vieja lengua del Lacio probaban: quesi n mas, ella tenia por lo menos incuestionable derecho una antigedad igual,puesto que en mil casos, sus formas eran mas puras y mas anlogas con elsnscrito que las del griego; y que conservaba con mayor integridad la viejaherencia de sus orgenes.

    El snscrito era ya una lengua muerta 500 aos antes de Jesu-Cristo, porlo menos. Al estudiarlo, los eruditos notaron en l dos grados de desarrollohistrico y literario, perfectamente determinados^ que constituan por lo mismodos pocas diversas : la poca de los Vedas, de los himnos religiosos y sacra-mentales de la raza primitiva ; y la poca clsica^ de los poemas y de losdramas : que es como si dijramos, hablando del espaol, la lengua del FueroJuzgo ( la precedente si se quiere), y la lengua de Cervantes.

    An despus de haber dejado de ser lengua viva, el snscrito continu estu-diado y trabajado por los Brahamanes ; y as como el Latin continu despus delos dias del Imperio Romano, imperando por la Iglesia y por la literatura comoidioma religioso y literario sobre las naciones modernas neo-latinas que sehablan desprendido de su seno, as el snscrito continu siendo tambin la lenguaclsica y erudita de la civilizacin de la India.

    Algunos viajeros, y ^muchos misioneros europeos, lanzados las costas yregiones centrales del Asia, tuvieron noticia de esta lengua desde principios delsiglo XVII, pero sin haber dado resultado alguno efectivo parala ciencia

    ;porque

    nadie habia sospechado sus ntimas relaciones de filiacin con el latin y con elgriego.

    Fueron los Ingleses los que primero se apercibieron de la importancia delsnscrito en aquel sentido

    ; y no bien brotaron las primeras sospechas de tanmaravillosas relaciones, se formla clebre Sociedad Asitica de Calcutta, cuyosmiembros dirigidos por Wilkins, W. Jones, Colebrooke, y Chezy fueron los queabrieron la marcha de la Lingstica cientfica^ por la interpretacin de los tex-tos y por el estudio de la filosofa ndica.

    "Dice Bopp que estas revelaciones fueron como el descubrimiento de un mundonuevo. F. Schlegel y los alemanes se echaron sobre el vasto continente recien-temente abierto la curiosidad de los esploradores, y descubrieron riquezas ina-gotables para la ciencia y para la explicacin de los secretos de la historia de lapalabra ; hasta que ese mismo Bopp vino metodizar y explicar de la maneramas satisfactoria en su Gramtica comparada de las lenguas indo-europeas^ todocuanto el anlisis y el saber podan reclamar del estudio y de la investigacin paraconsumar esa esplndida conquista.

    Al principio, como hemos dicho, se tuvo como un hecho incuestionable quese habia encontrado, en la lengua muerta de la India gangtica, el origen y lamaternidad del griego y del latin ; incurriendo en la misma ilusin que se habiapadecido respecto del primero cuando solo eran conocidas las relaciones deestas dos lenguas.

    En efecto, para los que estudiaban el snscrito recientemente, nada era msnatural que esta ilusin. La asombrosa antigedad de su contextura era sor-prendente, y ms sorprendentes eran todava las formas llenas, puras y primiti-vas, con que su mecanismo interno explicaba las formas alteradas y patolgicase\ griego y del latin. As, tomando por ejemplo el verbo ser, veramos en ellatin el radical -es de es-se (infnit. ser), sum en la primera persona del indicativo,es en la segunda, est en la tercera. En el griego encontraramos ij porla primera, d por la segunda y azi por la tercera-

    Ahora bien, cmo explicar lgicamente semejantes irregularidades enlenguas primitivas, como se habia supuesto que lo fueran el griego y el latin ? qu pueblo, qu raza, qu nio, se le habra ocurrido usar de diversosradicales en cada una de las personas del verbo sustantivo ?

    El snscrito fu el que vino resolver la dificultad, demostrando que esas

  • INTRODUCCIN iX

    formas del griego y del latn eran fornias enfermas, alteraciones patolgicas delas formas consecuentes y lgicas que haban empleado los padres de la raza ;quienes, como los nios que nunca dicen gwe/jo (v. caber) ^mo cabo, no habanalterado jams la analoga ni la lgica de las races ni la del fonismo de su lenguaoriginal.

    La conjugacin del verbo ser era capital para dar una demostracinconcluyente de las alteraciones patolgicas que haban sufrido los radicalesprimitivos. El snscrito, ms lleno y ms inmediato sus orgenes, haba dichoer con la raz s ; natural era que para decir so/ dijese s-m, uniendo la razs (ser) con el pronombre mi (yo): que para decir eres dijese as-s, usandodel mismo mecanismo; y que del mismo modo dijese rts- para decir es. Latraduccin literal y directa sera pues, ser-yo (yo soy), ser-tu (t eres), ser-(l es).

    Si en snscrito se dice

  • X INTRODUCCIN

    indo-europea 6/rt/^^r/^-^J.. El genitivo griego ^psvr-o? y el latino fereiit-is sonms conapletos que el genitivo snscrito b'hrat-a^ y se acercan mucho ms laforma primitiva bharant-as de la lengua-madre indo-europea.

    La conjugacin del verbo griego oBa);j/. en la forma pasiva, es ms completay ms llena que la conjugacin del mismo verbo en snscrito, segn se advierteen el cuadro siguiente :

    GRIEGO SNSCRITO LENGUA-MADRE

    Singular Singular Singular

    Gi-Bc-|j.ai d-d da-da-maici-lz-ao'. dat-s da-da-saG-oc-Ta dat-t da-da-taiPlural Plural Plural

    o'26-\).^x dad-mh da-da-madhaic-cc-c>0 dad-dhv da-da-sdhvaioi-oo-^r,oLi dd-at da-da-ntaiPodramos decir lo mismo de una infinidad de ejemplos que por brevedad

    omitimos.No hubo pues mas remedio que aceptar el testimonio de estos hechos; y desde

    entonces, se tuvo como evidente que el snscrito, el griego y el latin debianser lenguas hermanas, procedentes de un tronco comn antiqusimo perdidoen la noche de los tiempos. Pero la ciencia no se detuvo ah. Una vezdado el impulso: una vez establecido el hecho de que las dos grandes lenguasde la civilizacin occidental, el griego y el latin, eran vastagos de una coloni-zacin prehistrica que haba ocupado la Grecia y la Italia, los espritus seecharon rebuscar en el residuo de las lenguas y de los dialectos quehablan quedado en los bajos fondos de la primitiva Europa, el secreto de susformas y de sus procederes gramaticales. Trajronse examen las lenguasde los Celtas, de los Galos, de los Godos, de los Germanos, de los Bretones,de los Iberos, de los Sclavones ( eslavos), de los Lituanios, de los Boios(Bohemia) y las lenguas de los Umbros y de los Samnitas. Con un asombrogeneral se encontraron en estas lenguas, reducidas y estado fsil duranteel perodo griego y romano, las mismas vinculaciones de parentezco con elsnscrito que se le haban descubierto con el griego y con el latin.

    Se hizo ms : se estudiaron las otras lenguas asiticas; y como Anquetil

    Duperron haba revelado al naundo la existencia de otro grande idioma literariodominante en el centro de la Asia, llamado el Zenda, traduciendo los clebresWhvos e\ Zend-Avesta atribuidos Zoroastro, se encontraron en ella tambinparidades y analogas tan vivas con el snscrito, como las que ofrecen hoy entres, el castellano, el portugus, el francs y las dems lenguas neo-latinas quehablamos los hombres de raza indo-europea.

    Qu deducir entonces? Era evidente pues que habia que reconstruir lacronologa que hasta entonces habia pasado por aceptada. Esos idiomasabandonados y desde una remotsima antigiiedad, probaban por su evidente])arentezco que lo que llambamos el mundo antiguo, el mundo de la India, de laGrecia y de Italia, habia sido precedido por una civilizacin anterior y gene-ral que habia^abrazado con sus lenguas anlogas, y desparramado sus coloniasdel Sur de la Asia al Norte, de la Asia al Mediterrneo, y del Mediterrneo lascostas atlnticas de la Espaa, de la Irlanda, de la Bretaa francesa y de la tierraque hoy llamamos la Inglaterra.

    Hallazgo maravilloso, capaz de conmover la mente menos impresionable!qu por fortuna y para gloria de la Humanidad est consignado en elmenos discutible de los testimonios histricos : la uniformidad de la Lengua y dela familia humana que ha civilizado la tierra.

    La aspiracin de remontar al origen de las cosas humanas por medio delestudio de las lenguas^ fu acometida ya por Crawfrord, dice Pictet, en su valioso

    i

  • INTEODUCCION >: f

    trabajo sobre el Archipilago indiano, con el objeto de fijar el estado de ciilUira yde desarrollo que haba llegado la grande raza malaya en los tiemposprehistricos. Pero, semejante tentativa no bastaba para estudiar el problemageneral de la cultura y de la historia occidental ; y solo despus que Grimm,Bopp y M. Mller hicieron su exposicin analtica del organismo de las lenguasgermnicas y del snscrito, comparndolas con las dems de la familia, en susrelaciones y en sus divergencias, fu que vino ser posible formular una pers-pectiva general del cuadro y del vasto terreno que abrazaban en la historia : yestablecer el mtodo y las leyes con que debian ser discutidas y resueltas las difi-cultades y las dudas que all se ofrecan.

    Obtenida, como un hecho incontrovertible, la paridad paralela de todas laslenguas asiticas y europeas, cuyas analogas con el Snscrito y con el Zenda Sv3hallaban bien testimoniadas por el anlisis gramatical, y por la verificacin desus races, no solo era natural sino estrictamente cientfica la conclusin de que enuna poca anterior al desenvolvimiento de cada uno de eiios idiomas derivadosy hermanos, habia existido una Lengua Mcidre de la que todos ellos habanprocedido

    ;porque toda fraternidad comprobada supone una maternidad comn:

    y como una lengua comn prueba inconcusamente la existencia de un pueblo, deuna tribu, de una nacin, de una raza que la ha hablado, no habia comodudar de que todas estas razas europeas y asiticas que haban hablado esaslenguas y esos dialectos paralelos y equidistantes, haban sido descendientes, porcolonizacin por conquista (que tanto vale) de aquella raza de aquella nacinprimitiva y madre, cuyo nombre, cuyo recuerdo y cuya cronologa haban desa-parecido completamente de la historia.

    Antes de que la filologa comparada hubiese puesto en trasparencia esteresultado, se haba profesado, (por la influencia de los libros hebreos) la opinin, dogma si se quiere para muchos, de que la lengua original de las razas humanasera el Hebreo.

    Pero, despus que la escuela de Grimm y de Bopp nos hubo revelado lasleyes fundamentales de la analoga y degeneraciones orgnicas de las lenguasindo-europeas no hubo como desconocer que no habia ninguna afinidad origina-ria entre ellas y la familia semtica, de la cual el hebreo, tuviera no tuvierarelaciones con el grupo ca/?^i/co de las lenguas y dialectos egipcios y africanos,era apenas un miembro subalterno. Sus leyes eufnicas, su contextura pato-lgica, sus formas gramaticales, sus races triliterales, todo es divergente ydiverso de la naturaleza y organismo de las lenguas arias : no se pueden anudar,y en el estado actual de la ciencia se rechazan como efmeras y puramente ima-ginarias todas las congeturas y aproximaciones que se han inventado paral^resuponerle afinidades. Los trabajos de Evvald, de Gessenius, de Rawlinson,de Bunsen y de los grandes egiptlogos de nuestro siglo, han hecho la luz enla materia

    ; y como las conquistas de la ciencia en este otro terreno de laLingistica y de la arqueologa, no pueden entrar en el plan de esta rpidaexposicin, nos bastar decir, para establecer la inferior antigiiedad del hebreo,respecto de las lenguas Camiticas y Arianas, que en el Museo del Louvre, en elde Berln, y en el de Londres existen tratados y libros egipcios, sobre ciencias ysobre moral (Papyrus) anteriores de 1500 aos Moiss (1). Cuando Abrahamsali de la ciudad de Ur de los Caldeos segn la Biblia, el Egipto era ya elcentro de una vasta civilizacin, cuyos restos admiran todava los modernospor su vasta ejecucin, por su opulencia y por su antigedad casi inexcrutable., Hablaba Abraham el hebreo f Nadie sabe hoy ciencia fija la lengua de sutribu.

    Era el Caldeo, sostituido despus de la emigracin por alguno de losdialectos semticos de Asira de la frica ? Cuestiones son estas que no son

    (1) Les Du/niL's Krff.ptennea, leur o/'u/i/ic, /< -c ct ion . i; - luondc, i'Hlivier I?cuureg;ii;i.a-. Gi7 -l'd'I.

  • ttT INTKODUCCION

    hoy de nuestro resorte. Bstenos establecer : 1" que Abrahan no haba movidosu tribu de la tierra de los Caldeos, cuando la lengua. AriacAj esa madreprimitiva del snscrito, del zenda, del grie^^o y del latin, habia ocupado y, ycolonizado, una gran parte de la Asia y de la Eui'opa con dialectos evidentementeengendrados en su seno ; 2 que las lenguas camiticas, en el mismo periodo, erany^innitamente mayores que el hebreo en edad y desarrollo, como lo prueban lospapyras que hemos mencionado, la naturaleza monosilbica de sus races y lasformas simples de sus pronombres y de su organismo gramatical. El hebreo, lo que podemos deducir de su paralelismo con las lenguas de la Arabia y de lafrica, es uno de los dialectos semticos que prevalecan en las costas de laSiria en los tiempos y histricos del xodo.

    La grande conmocin que tuvo lugar en el Egipto, y la que se refiere elxodo, es hoy un acontecimiento perfectamente conocido en la historia contodos sus caracteres sociales. Armas hermano del Faran reinante en esosaos, aprovechndose de la ausencia del monarca legtimo, promovi unagrande sublevacin de las razas vilipendiadas que se haban acomodado en elDelta del Nilo (Hiksos), y de las tribus arbicas que se haban acomodadoal rededor de la opulencia egipcia. Moyss, quien Manethon llama OsarsiphfgUra en esa vasta perturbacin como partidario de Armaus

    ; y como al finde una guerra civil de siete aos, Faran consigui vencer la insurreccin, lastribus rebeldes tuvieron que huir los desiertos y las costas de la Siria. Datande entonces las grandes emigraciones de que hace recuerdo la historia de laGrecia. Armas quien los griegos llaman Danaus^ se estableci en laArglida : Cecrops en la tica, Cadmus en la Beocia y Moiss en la tierrade Canaan ( Chanam) ocupada desde muchos siglos antes por las razassemticas llamadas madianitas, gabaonitas, filisteos, etc. (1)

    Por lo dems, la cuestin etnolgica sobre si el hombre es de origen natural de origen divino, y la del primer lenguaje con que abri su carrera en losmomentos de su creacin, no tiene absolutamente nada que ver con la filologacomparada. A esta no le pertenecen mas cuestiones que las que se refieren la Clasificacin analtica de aquellos idiomas conocidos que actan quehan actuado en el mundo civilizado. Una lengua, una familia de lenguas>puede haber constituido un tronco comn en el orden primitivo de su propiaserie, y de los pueblos que la han hablado, sin que de ah se deduzca que esafu la lengua del primer hombre de la primera pareja que surgi en la tierra

    El hecho de que parte la filologa es la presencia de las lenguas de anlogas de diversas familias, por su contextura y por su organismo propio. De quesu existencia es un hecho, nadie puede dudar. Es una cuestin de clasificacinnatural y fsica, diremos asi, que est comprobada por esas mismas lenguasi Cmo se ha producido esa variedad intrnseca entre ellas ? 4 Responde esefenmeno una creacin mltiple y ocasional del tipo-hombre, en concordanciacon las condiciones climatricas del globo ? fu simplemente un acto voluntarioy escepcional, por el que Dios cre un solo individuo determinado para quefuera padre nico de la especie?

    La cuestin en si misma no tiene importancia de ningn gnero. Para elpoder eficiente de Dios, lo mismo es ,que haya creado un solo hombre,despus de haberle preparado las condiciones climatricas de su existencia, queel que haya incubado en ellas el germen de una creacin mltiple y ocasionalPero, sea lo que fuere, la verdad es que la filologa comparada no trata deaverigucirlo: no entra eso en el orden de sus cuestiones. Ella analiza loshechos incontravertibles, y consigna sus- clasificaciones en el orden de losfenmenos comprobados, en la manera con que los astrnomos clasifican lasestrellas, sus analogas^ sus grupos, su espesor, y su tamao relativo, las

    l) Aitiquilc (les Kacus llumainus piir G. llodicr, pag. 35, 11, .41, 281, 29-4, 297, 435.Biitieii't Egypt.

  • INTRODUCCIN XIII

    nebulosas y dems fenmenos del cielo, sin complicar el fin de sus estudioscon los problemas teolgicos que se refieren la naturaleza del creador.Pudiera muy bien ser que todas esas maravillas fuesen producto de un actoescepcional de Dios, el resultado lento y combinado de causas regidas por lasleyes de la naturaleza misma, sin que en uno en otro caso sean ms menosciertas las verdades conquistadas por la ciencia. No hay para qu complicarpues, la filologa como ciencia del lenguaje comparado^ con las cosmogonasteolgicas, si es que no se quiere sostituir la imajinacion y la fantasa alanlisis severo de los hechos, y la esposicion de las leyes positivas quelos rigen.

    n idioma cualquiera puede desaparecer de la tierra en que se ha hablado^por conquista por absorcin, sin dejar rastro ninguno de su existencia. Laconquista espaola ha dado la muerte los idiomas americanos. En algunossiglos habrn desaparecido de nuestro continente ; y quedar solo el espaolevidentemente ligado por filiacin directa al latin y al Ariaco primitivo. Deduci-ramos de aqu que el espaol era el tipo de la lengua primitiva de nuestrocontinente ? Se me dir que tendramos los textos impresos para no incurrir enese error ; pero, la salvacin de esos testos, por medio de la imprenta, es unaccidente que no ha podido realizarse en la noche de los tiempos primitivos

    ; ymuy bien puede haber sucedido que el tipo de la lengua ariaga, aunque muyposterior la del primer hombre, se haya sobrepuesto este tipo, lo hayamuerto y enterrado en el olvido, y sea el tipo primitivo de las lenguas del mundocivilizado sin ser por eso la fuente la semilla primera que germin en el rganovocal del primer hombre, de los primeros hombres. La antigedad delhombre sobre la tierra pasa de 40,000 aos ; y hay tiempo de sobra para quetodo eso haya sucedido sin que nos ofusquemos hoy de asombro.

    Nuestra nica cuestin es, pues : qu familias clasificadas por susrasgos naturales pertenecen los grupos de lenguas que estudiamos? cul essu tipo, su organismo y sus leyes patolgicas?

    En cuanto si son no hijas de la lengua del primer hombre nacidoen un punto determinado del globo, nada nos toca decir. Ese es un problemaageno la Lencjstica comparada y propio solo de la Etnologa ; con locual no negamos tampoco que en el dominio de las causas primeras quetodas las ciencias llevan el espritu humano, ya sea la astronoma, la qumica,la geologa la paleontologa, haya campo para disertar y acumular suges-tiones mas menos plausibles, para tener una opinin una convicciorvsobre estos grandes inexorables secretos de la naturaleza y de suorigen.

    El lenguaje es un hecho natural y fsico en su primera manifestacin: esun producto natural de la garganta, y la garganta es un rgano musicalpuesto en el hombre para producir, desde su germen mas simple, la masrica combinacin de sonidos y de acentos. Ahora bien, como en el rganode las razas actuales subsiste fundamentalmente el rgano de las razas pri-mitivas, podemos hoy analizar con evidente facilidad los sonidos simples quesirvieron de base las races y las combinaciones fnicas de esas razasperdidas. Con solo impulsar el aire boca abierta, tenemos el sonido ingenuode la a: si arrojamos el aire estrechando con la lengua el conducto por dondesale tenemos la i; y si le damos impulso por entre los labios obtenemos lau: con la cual se completan las tres vocales fundamentales de las lenguasprimitivas que son

    asi siempre escassima (por no decir privadas) de lasvocaies intermedias c y o que no son otra cosa que formas compuestas deai (=e) y de au (^-o) como est probado y demostrado por los clebreslingistas de nuestro tiempo. Si en vez de impulsar ingenuamente el alientohacia fuera, lo inspiramos rectamente hacia adentro, tendremos forzosamentela slaba ak, compuesta d-e la vocal a y de la contraccin gutural k: ha-cindolo con la i con la u obtendremos el mismo sonido k modificadosolo por el de la vocal. Esto muestra que el sonido fundamental k no puede

  • XIV INTRODUCCIN

    ser simple, por que necesita de dos elementos la vez el aliento simple dela vocal y la contraccin orgnica de la garganta. Ambos suenan juntos, esdecir

    consuenan, y son por consiguiente condonantes. Del mismo modo,haciendo la contraccin mas hacia el interior del conducto respiratorio pro-duciremos la G en los sonidos a-g, que invertido dar ga, y la serie delas GUTURALES.

    Si formamos el aparato musical pegando la lengua al paladar formare-mos at, ity ut; y. ponindola con mas suavidad sobre el reverso de losdientes tendremos ad, id, ud: que invertidos nos darn da, di, da; y queforman por lo mismo la serie de las dentales.

    Si proyectamos el aliento y contramos los labios, tendremos a-p con-vertible en p-a: si lo hacemos encerrndolo entre los labios y la cavidadvocal tendremos a-b convertible en 6-a, en f-a y en v-a: si lo introducimos haciala nariz contrayendo los labios, formaremos el sonido a-m convertibleen m-a: y tendremos la serie de las lablales tocando en la nasal n, que noes sino el aliento simple llevado la raz de la nariz.

    Si arrojamos el aliento por encima de la lengua, silbamos y formamosel sonido a-s, (y a-^ con una simple aproximacin de la lengua acia losdientes), que nos d las serie de las silbantes sibilantes convertibles ens-a, z-a.

    Las liquidas vibrantes a-l, a-r, aj (aye) (jugum) son por lo mismosemi-vocales; y aspirndolas por medio del aliento llevado hacia lo alto delpaladar, obtenemos slabas y races aspiradas y palatales como a-h, h-a:a-ch, ch-a: a-f, f-a (a^, oa) a-?, v-a.

    Sobre estos datos reposa la ley de las alteraciones patolgicas que sufrenlas lenguas salidas de un mismo tronco, y la de las analogas que mantienenrespectivamente en su organismo. Natural es que la p espaola de la palabrapadre, y de la palabra pi se cambie en ingls por /(= 9 pJi) como en fathery foot (:oj; en griego) la palabra latina pluvia d en espaol lluvia : planas dllano : plorare d llorar ; ploro d loro (llorn, gritn) ; plenas d lleno ,Jlamma d llama (9X0; lase phlox); plaga d llaga; y as podramos citarejemplos infinitos de intercambios orgnicos y patolgicos entre todas las lenguasarianas, para justificar que la naturaleza de las letras que sirven de formacin las races, diversamente apreciadas bajo la accin de una ley uniforme, es laque rige estas variiciones que pareceran caprichosas y arbitrarias, si el anlisisfilolgico no pudiera seguir y establecer el encadenamiento lgico de su filiacin,como v verse en esta grande obra del Sr. Calandrelh.

    Llnase de asombro la mente cuando se reflexiona que sobre una escalade sonidos tan simples y elementales, est montado el portentoso mecanismo delas lenguas, con sus infinitas variedades y combinaciones ; que solo con esobaste para trasuntar entre los hombres el movimiento de las ideas, la propaga-cin de las ciencias y el desarrollo de las bellezas con que nos deslumhran lasliteraturas de tantos pueblos, sin que se agote jams la originalidad de lasformas ni la potente vejetacion de la palabra, que all, en tan estrecho recinto seengendra,.

    Las formas fsicas del globo convertidas en cualidades sensitivas en el animal,dan un paso mas en el hombre, que lo sublima, convirtindose en las aptitudesrcjlcxivas de la razn. Pero esto mismo sera incompleto si l no poseyese ensu garganta un instrumento musical con que crear otro terreno, otro mundode seres y de clasiicaciones, en el que brota, florece y fructifica la vegetacinde los sonidos articulados : origen su vez de una nueva naturaleza, la natura-leza de las ideas, sobre la que se contina la accin de la misma ley, quetrabajando las fuerzas inertes de la materia, las interpreta y las modifica pormedio de la palabra. Es por esto que el estudio del lenguaje comparado, viene ser estrictamente una ciencia natural, igual la geodesia y Ja botnica por elmtodo y por la seguridad con que procede.

  • 1NTKODUC010^ XY

    II

    Se cree generalmente que las lenguas y los dialectos modernos de \jx Italiay de la Espaa tienen su primer origen y su filiacin esclusiva en las races yen las formas gramaticales del Latin. Esta opinin por estrecha es completa-mente inexacta. Y no nos referimos las filtraciones semticas que hayanpodido dejar su sedimiento en las lenguas y dialectos espaoles, sino sucontextura misma. Por ms palabras rabes y hebreas que hayan filtradoen el vocabulario castellano, ese ha sido un mero accidente, que, hablandofilolgicamente, ha dejado la lengua enteramente agena y diversa de la familiasemtica. Para demostrarlo, tomemos una palabra rabe cualquiera, nombre verbo: alfajor, alambicar v. g. : y preguntmonos cmo conjugamos, loshombres de lengua espaola, cmo declinamos ese verbo y ese nombre ? y sever entonces que si es indubitable el origen rabe de ambas voces, es in.iegabletambin que desde que las conjugamos y declinamos en espaol, la infiltraciny races tomadas del rabe del hebreo no han alterado en lo mnimo lanaturaleza indo-germnica neo-latina de la lengua en que han entrado; yque esa infiltracin lo nico que probaria (y no es poco !) en caso que hubieradesaparecido de la historia la noticia de las conquistas, y hasta la existenciade una razn rabe: seria, que en un momento dado de los siglos, las lenguasy las razas africanas hablan tenido un contacto indisputable en el gran dramade la humanidad, con los pueblos de las razas y de las lenguas de la Espaa.

    As pues, cuando decimos que es un error suponer que el latin es laprimera lengua indo-europea aria que ha servido de tipo y de ley laslenguas de la Espaa y de la Italia, hablamos de esas mismas lenguas y dialectosen s mismos, cuya existencia y generalizacin, como tipo, es mi modo de ver,muy anterior la conquista romana; la cual, al venir con un idioma en todala plenitud de su efiorescencia literaria, encontr y en ambas pennsulas, ascomo en las Gallas y en la Bretaa, un conjunto de lenguas arianas perfectamentepredispuestas por las analogas de familia, ser absorbidas por la lenguaconquistadora. Adems del testimonio que nos queda de eso en los fragmentosfsiles que ha dejado su antigua existencia, tenemos : que, no haber sido as,habra sucedido, con mayor razn en toda la Europa, lo que sucedi en Espaacon el rabe : que dej infiltraciones en la lengua castellana, pero n lenguajeni idioma. El mismo fenmeno podemos verificar comparando la lenguacastellana en Sud Amrica con cualquiera de las lenguas anteriores laconquista: gara (gar-hua) v. g.: pampa, puna, con muchsimas otras, sonpalabras quichuas infiltradas en la lengua conquistadora, as como mu-chsimas palabras espaolas se han infiltrado en la lengua quichua

    ; y sinembargo, como cada una de ellas declina y conjuga su modo, lo nico que puedededucirse es, que en un momento tal de la historia, ambas lenguas se encontrarony lucharon sobr'e un terreno dado; pero n que se han absorbido, si las pruebasno van ms al fondo de la races, del fonismo y del organismo gramatical.

    Sabemos en efecto, que el griego clsico que prevaleca en los tiempos deHomero, habla sido precedido en la Grecia y en todas las costas del Mediterrneopor dialectos perfectamente desenvueltas y muchsimo ms antiguos: elElico y el Drico (1). Haban, estos dos, hecho su tiempo, diremos as, cuandooreci el Jnico llevado una perfeccin definitiva en los poemas de Homeroy en el idioma comn de la tica.

    (1) El Elico so hablaba principalmente en Asia Menor, Beocia y Tesalia ; y la tradicin dice quelo ilustraron Alceo, Safo y Corina.

    El Drico se hablaba en ol Norte de la Grecia : sus principales ilustraciones fueron Pndaro yTecrito.

    El Jnico mas antiguo fu ilustrado por Homero y por Hesiodo ; y en su forma mas moderna porHerdoto Hipcrates. este" dialecto pertenece- el tico en que e>oribieron los grandes escritores doAtenas, los dramaturgos, y Tucdides.

  • XVI INTRODUCCIN

    Acercndonos ms la materia que trata el Sr. Calandrelli, es decir aiidioma castellano; permtasenos echar una ojeada sobre el Latin, y demostrar grandes rasgos que esta grande lengua en el principio no fu sino uno de losdialectos arios establecidos ya en' Europa antes de que Roma tuviese nombresiquiera en los hechos de la historia.

    La ciencia del lenguaje ha venido proyectar una vivsima luz sobreel carcter de las poblaciones antiguas de la Italia y de la Espaa; y sontales los restos etnolgicos y lingsticos que ellas han dejado bajo laaccin de la ciencia de nuestros dias, que no ha quedado ya la mnima dudaacerca del parentezco de todas esas poblaciones con el Latin, que en esetiempo era solo un dialecto italiano venido por el norte de las regionesdel Danubio, con una tribu, naturalmente muy bien dotada, que asent suhogar en las comarcas del Lati.

    Que los Ycfftnkios, y los Etruscos hablaban una lengua de naturalezaindo-germnica, y por consiguiente de la misma familia del latin por suorganismo gramatical, es una opinin pasada hoy al estado de axioma,despus de los trabajos de Lepsius, de Mommsen y de Aufrecht. Entrenumerosas pruebas de la conformidad de sus respectivas gramticas, tene-mos la s como terminacin desinencia del genitivo: a, ia como sufijos inva-riables del gnero femenino: al como terminacin permanente de los nombrespatronmicos y metronmicos, como alis en el latin, ausir-alis, arv-alis,umph-alis. Sa agregado como sufijo al nombre de un individuo, indica elnombre de su muger; asi Larthia-i^sa significa la muger del hijo deLarthius : forma enteramente indo-germnica desde que es sabido que laslaba sa es desinencia caracterstica del genitivo; del cual tenemos el tipo enel snscrito sya y en el genitivo griego q\o (por oao) que no es propiamenteun caso sino un adjetivo: asi -Tr-j-io^equestr-is {is por sya y por ceno)responde la forma snscrita agoa-^sya (lase aquasia=equus) cosa per-teneciente al caballo, equestre; y de notares que esta partcula formativa .s?/a,se encuentra en las lenguas clticas de la Islandia, de la Irlanda, y de laBretaa, bajo la forma sja (suya) y bajo la s aspirada del genitivo ingls foofs(z=zde\ pi, cosa del pi) del mismo modo que en el genitivo latino, umbrio yoseo: sernion-is, musco por musa-is (1).

    Mas viejos que el latin en toda la pennsula italiana eran otras tresgrandes lenguas: la de los Umbros, los Sabelios y los seos.

    Segn los ltimos trabajos, corresponden al tronco Umbrio, la lenguaumbra propiamente dicha, hablada en la Romana y en la Umbra, y lalengua latina prevaleciente en el Lacio y en la familia Albana: al troncoSabelio las lenguas habladas por los montaeses Volscos y por los Marsoscuya capital era Antino; y al Oseo, la lengua de los Samnitas, que seestendia por la Campania, la Lucania, y por las regiones brucianas de laCalabria.

    Estas tres familias de lenguas eran igualmente indo-europeas y defamilia aria, ttulo igual, y con la misma antigedad que el griego, que elsnscrito y el Zenda. Basta echar una ojeada rpida sobre sus races, supatologa orgnica y organismo gramatical, para convencerse, la vez, desus afinidades y de su anterioridad al latin en el orden cronolgico de sudesarrollo. Si tomamos el genitivo, por ejemplo, tendremos en latin el geni-tivo degenerado de la primera declinacin Musce (por musa-is) y el de lasegunda Domin-i (por Domin-is); pero si volvemos nuestra vista al Umbro,la serie de terminaciones as, es evidentemente pertenecen la primi-tiva forma ariaca como lo prueba el Snscrito y el Zenda. Si tomamosel nominativo de plural tendremos en el latin i7iusa3 por musa-yas, domin-i

    (1) Out lines of the Philosophy of universal liistory, appliecl to Lenguage and Kcligion by C. Ch.J. Bunsen. London 1854.

    J

  • INTPvODUCClOIS XVI

    por Djfnin-ays', mientras que en el Umbro tenemos musa-os, domin-os,que son evidentemente mas puros, mas primitivos, mas conformes la ley ariaca,

    y por consiguiente menos degenerados.Puede formarse una idea exacta de la declinacin osea y umbra por el

    siguiente cuadro comparativo de las desinencias del tema en a del gnerofemenino:

    ^.ENGUA-MADRE

  • iVIII INTRODUCCIN

    iisualmente sostituida por b. La k antes de e de se vuelve sibilante g enumbro, que es uno de los rasgos naas antiguos que pueden encontrarse en laslenguas italianas, como se v al comparar C6/rs (caro) y C/^ero (garbanzo).Tal es el resultado de los trabajos de Aufrecht ; y de l resulta que el latin, talcual era al absorber las lenguas de la Italia y de la Espaa, era la forma masmoderna de los dialectos arios de ambas pennsulas.

    El dialecto lengua sabelia de los Volscos y de los Marsos, ofrece pocasdiferencias comparado con el mbrio y con las formas anticuadas del latin

    :

    parece ser un trmino medio entre ambos, mas moderno que el Umbrio y queel Oscano

    ; y por consiguiente, mas cercano al dialecto del Lacio que precedi la lengua clsica con cuyas aclamaciones las guilas romanas conquistaron elmundo.

    La lengua Oscana, la mas antigua por cierto de las lenguas de la Italia, tuvopor centro la tierra dlos Sabinos y de los Tazienses (tatienses) cuyo nombreSamnium no es sino una contraccin de Sab-i-nium, {Safinium en Oscano,porque ellos tambin usaban de la aspirada f(=i bh) en las palabras en que losromanos de la edad posterior ponan b.

    Las declinaciones de esta lengua pueden seguirse muy bien, gracias lasnumerosas inscripciones que se han conservado ; su mecanismo es enteramenteario y bastante parecido al del snscrito y el griego.

    El viejo latin, la lengua prxima los dialectos que hemos mencionado,ofrece algunas peculiaridades dignas de notarse :

    BoNus era originalmente Duonus (Doonus); y como se v, cayendo la d por

    la influencia de la semi-consonante , ha quedado bonus por vonus. Igual fen-meno encontramos en la palabra latina diurnus=ia. cosa del da, comparadacon la palabra francesaJo ur, con la italiana giorno, y con la espaolayo /^^zac/a yjornal. Perdindose la d inicial por el efecto fnico de la semi-consonante iota(j=:ye), ha formado yurnas y de ahijoar^ giorno yjornada, qu, muy pocos ha-brn tenido por iguales, letra por letra, la palabra dia, diario.

    Del mismo modo:BellUM originariamente era Dvellum (Duellum : (v=:b)BeLLONA *. . DVELLONABiDENS (dos dientes) Dvidens

    Del mismo modo la forma llena del snscrito dvis, viene ser c en griego, ybis en latin. El griego ha conservado la letra inicial d y ha perdido la intermediaV. El latin, consecuente con su ley fnica de decir Bellun por Dvellum, haperdido la inicial c y ha conservado la intermedian (b), pronunciando bis perdvis^ es decir por dois. De ah, que en espaol tengamos dos formas para decirdos, bis y dos : la una empleada orgnicamente como prefijo : bi-pedo, bi-furcacin, bisiesto, bis-abuelo, bi-garnia, bis-ojo, etc., etc., y a otra la que nossirve como nmero cardinal, independiente, y adjetivo de cantidad.

    An en el griego podemos hacer constar los efectos de dualidad que ha dadolugar la forma de la raz snscrita dois en todas las lenguas arianas : y podemosmencionarla palabra ei'xoti (veinte, dos veces diez) en la que claramente se v lacada de la d primitiva A-slV-a-ci. En una de las Tablas Heraclias y en otrasinscripciones de la vieja forma se lee /^xaii, que es una frmula anloga A-ixaTi.El mismo snscrito usa de la forma patolgica imperfecta vingati (por dvingati)para decir veinte (/os veces diez) ; mientras que todas las lenguas teutnicas ygermnicas han preservado la d sostituyndola con la otra dental t comose v en el ingls twenty . Nuestro veinte, tiene el residuo vein por dos dieses.

    La preservacin de la k ablandada en c, es otro rasgo del mismo gnero, quemuestra la posterioridad del latin comparado con las formas arcaicas de susviejos parientes itlicos. Las viejas inscripciones ofrecen pequnia ^oy pecunia ;qura por cura ; oquoltus por ocultus ; y hasta la preposicin cum est escritaquoni.

    La forma original del pronombre interrogativo quien en el griego xci?, est se-guida en el umbro y en el oseo pid y ps,mientras que en el latin moderno es quid.

  • INTRODUCCIN XIX

    Daremos una copia de una antigua inscripcin de la vieja lengua, para que seacabe de comprender la preexistencia de las formas umbrianas y oscanas sobreque se ha ido formando el latin que conocemos.

    Honc (hunc), Oino (unum), Ploirume (plurimi);

    Coiisentiont (consentiunt), Romanei (romani)

    ;

    Daonoro (bonorum), ptimo (optimum), Fuise (fuisse);

    Viro (virum por virorum).Adems, es digno de notarse que en las lenguas oseas, se decia amma por

    maten, siguiendo al snscrito ama : se decia veire por vir, como el snscritoviras : por hombre /2er como el snscrito nar y el griego v/^p. Amiiis (rio) sedecia Apnis en oseo, de acuerdo con la raz sanscrtica Ap (agua). Se deciadabnis por damnus (dao), de acuerdo tambin con la raiz ariaca dabh (daar,hacer mal, lastimar). Festo usa de la antigua palabra pesetas en el sentido depestilentia, y en los dialectos osanos tenemos pesere en el mismo sentido ; y essorprendente que el latin no contenga el tema par 6 phur sino en las formassecundarias de pruna (brasa) y de pyra (hoguera funeraria), mientras que eloscano y el umbro carecen del temaignis, y no conocen sino el lema pir pyr,como el griego y el snscrito.

    El anlisis filolgico aplicado intensamente los accidentes patolgicos dellatin,acabara por darnos demostraciones irrefutables sobre la naturaleza derivaday secundaria de la lengua latina. As, en el verbo faci tenemos un pretrito fcci(hagohice) que no puede ser primitivo, por lo mismo que es irregular y quesupone una alteracin enfermiza de la raz fac producida por el roce histrico deotras lenguas dialectos que no haban podido seguir la analoga genuina de esaraz. Pero esto no seria de grande consideracin, porque en muchos otros casosse v que el latin comete las mismas irregularidades y estravos en su marcha,como en tango tetigi : en do dedi^ en capio cepi. Lo que es verdaderamenteraro en este verbo, y lo que el mismo Bopp no ha podido explicar satisfactoria-mente es : que siendo la vaizfac (facer), tenga una voz pasiva fio.JIeri, entera-mente anmala

    ;pues que debiera ser facior, como am-or, doce-or, leg-or,

    aud-ior. Esta anomala no tendra esplicacion alguna, si el estudio delsnscrito no hubiese venido - darla. En el perodo cc/co, que es el perodoanticuado, por decirlo as, de la literatura religiosa de la India, se nota laintervencin de una partcula ya (zr), que acta frecuentemente como sufijocaracterstico de la voz pasiva. Por el influjo de esta misma partcula,como lo observa Bopp, se producen en el latin formas pasivas en iu comoaud-iu-ntur, cap-iu-ntur. Se comprende entonces que desvindose lalengua latina de sus analogas regulares, por anomalas patolgicas que alteraronlas formas y el fonismo orgnico de todas las lenguas derivadas ysecundarias, haya empleado la forma pasiva del ariaco ya, alterada en iu,formndose una entidad fac-iu, por fac-ya. Por otro movimientoorgnico muy comn en las lenguas de la misma familia^ la gutural media yatenuada e, colocada entre la vocal abierta a de la raz y la semi-vocal y (=ie),ha debido caer, dejando la forma /a-m. Con esto, el peso de la terminacin z, causa de la , ha debido convertir la I en , en i (ai==e) formando fe-u, fi-u ;as como el peso de la a radical sobre la u del sufijo ha venido dar o (au=:o)dando por ltimo resultado /i-o, fi-eri (por ii-ya) como frmula pasiva an-mala, patolgica, del modo pasivo del verbo facer.

    De esta anomala descienden todos los compuestos de facer (hacer) comointer-ficio, con-ficio, y nuestros derivados arti-ficio, perfeccin, eficiente, eficaz,afectuoso, maleficio, beneficio, y tantsimos otros derivados o,facer (fazer hacer) en que domina el mismo cambio patolgico de la a radical por la isecundaria.

    En muchos otros casos se reproduce el mismo fenmeno. As, el temaskt. g'nas (r. g'n) engendrar, pasa ser yvoc;, ysv, -(-yvo\i.oi en griego

    ; y en latin(jfignere Y genus. La a del snscrito Ps, dueo (r./), dominar), d en griego-57i; (marido) y en Xan po-tiri, apoderarse, de donde nosotros sacamospo-der^

  • XX INTllODUCCION

    po-encia. La a final del snscrito /'/z^s (engendrar), se cambia en u latina,como ^e \ en geus (gnero), en ptimas de ap-tams i en nox (griego v^),del skt. nktam: en circulus (grg. /.J/Aog), del skt. kkrm.

    M detengo particularmente en el examen analtico de la lengua latina,por que siendo mejor y mas generalmente conocida entre nosotros, es,adems, el tipo inmediato de la lengua castellana tratada tan sabiamente porel Sr. Calandrelli en este Diccionario. Esto hace que sus respectivos fenmenossean comunes; y que las explicaciones de su organismo sean provechossimaspara el cabal conocimiento de la que hablamos.

    Hay una anomala rarsima en esta ltima lengua que no habr dejadode mortificar muchos; y que los gramticos de la escuela de Hermosilla yotros hablistas no se han atrevido hacer notar siquiera, y mucho menoshan intentado explicar pesar de figurar en la parte ms notable de sumateria. Ella prueba, sin embar^go, de la manera mas concluyente la filiacindirecta de nuestra lengua con la lengua snscrita. El verbo sustantivo serconjuga sus primeros tiempos como hemos visto con la raz e-sum dellatin : eram (por es-an), ero, etc., etc. pero en llegando al pretritocambia radicalmente y 'dice fui: forma anomalsima que no tiene reduccinposible amalgamacin filolgica con la raz esse ser. Por qu?

    Con decir que es por que as tambin lo hace el latin: //, faeram^ fuero^faissem, etc. etc. nada hemos dicho de concluyente, ni hemos hecho otracosa que llevar al latin un problema que tiene que ser explicado por unarazn inteligible y convincente.

    Entretanto, nada mas sencillo. El snscrito, lengua derivada del aracoprimitivo cuenta con dos verbos para decir ser: os y bhu (lase fu comoph=bi=b') lo cual viene probar por lo mismo la posterioridad del sns-crito con respecto las tribus primitivas de la familia; de las que unas decanb'd para decir ser: y las otras decan as; del mismo modo que el latin ynosotros decimos dos y bis^ da y jornada g torno y jour^ con dos pala-bras al parecer completamente distintas, diverssimamente organizadas orto-grficamente hablando, y que en el fondo no son sino una misma raz djav.Se comprende pues, que el snscrito ha procedido lo mismo para con elverbo ser, as es que tiene dos formas, dos races para espresarlo :as y b'a. De modo que la irregularidad entre sum y fu entre soy yfui tiene su esplicacion completa; y nos muestra la antigiiedad pre-histrica de esas dos voces que todos los dias empleamos como formasmodernsimas de nuestra habla.

    Cuenta el espaol con una numerossima serie de adjetivos que apesarde si diverssima forma, consfituyen familias series anlogas por el sentidoy por la forma grfica; y que, por lo mismo son dignos de atencin y deexamen.

    Tomemos por ejemplo la serie en dor (lat. tur)^ como crea-dor^pas-tor^ jnatd-dor, escri-ior^ lec-tor^ corre-dor, nada~dor^ goberna-dor, etc.etc.; y notaremos al momento que, aunque de distinto seiltido radical, tienenuna completa analoga de sentido secundario debido al sufijo dor. Bastaesto para que deduzcamos que esa partcula dor^ tor (lat. tor)^ debe ser unaraz independiente de la raz que va unida, con sentido propio en si misma.,puesto que basta ella para dar analoga y paridad al sentido de las racesdiversas que modifica.

    Si pedimos la explicacin al latin, lo encontraremos tan mudo y emp-rico como el espaol para resolvernos el problema. Pero si se la pedimosal Snscrito y las radicales del Araco, todo se aclara con una evidenciasatisfactoria; y en efecto, encontramos all el radical TAR, con el sentidode fuerza, autoridad, accin; y de ah, las formas mencionadas y las deri-vadas en tri, tre, tir^ ter, que tenemos en canta-^n.^, en no-cZr-za, en pa-c/re,r\a-drc; en (va-ter-na], pedes- r?, maes-/'o, catas-tro, neu-tro, ma-tre-ro,silves-^/'?, etc., etc.

  • INTRODUCCIN XXI

    El sufijo terminacin ico forma otra serie, otra familia de sufijos castella-nos del mismo carcter : v. g, relat-zco, representat-'o, copulat-bo, acumulat-ivo, dat-bo, persuas-o, etc., etc., y nace, por el mismo mecanismo del anterior,del radical snscrito va, vat, cuyo significado es lleno de, dotado de.

    La terminacin ia, ie, o, forma tambin otra serie : progen-re, espec-'e,potenc-za, codic-'a, gn-o, obsequ-^o, exim-o, diluv-Oj calvic-ze, homicid-zo

    ,

    etc., etc., y aunque, en el espaol, proviene del latin geu-ium, obsequ-iwm, etc.;al latin le viene del radical snscrito Ya caracterstico de paridad, que equivale determinar la condicin de las cosas, concretar sus calidades, como cosashechas de: y de ah su sentido propio como sufijo, y su fuerza para acentuar elsentido del tema.

    La serie to, de necesa-ro, preca-rd, anua-r/o, corsa-r/o, prenda-r/o,consulto-ro, etc., etc., que se reproduce en el latin y en el castellano procede delradical st/a (orgnicamente mutable en rya porque la s del snscrito se cambiaorgnicamente en latin por r) : asj entre infinidad de ejemplos tenemos en latineram por dsam en el verbo ser.

    La serie no, de lle-/2o, pla^/o, insa-/20, porte-/lo, arribe-77o, tucuma-/?o,mendozi-/zo, mag-/20, estra-/To, etc., etc. que significa a^ac/o, sometido; y con elmismo mecanismo se. forman las series tud y tad (cast. dad), como virtud,longitud, ciudad, benignidad, legalidad, etc., etc. La serie en *^a, a;ra, a^o, degrand-e^a, asper-e^a, agn-a^a, hab-a^a, carn-a^a^ chicot-a^-o, mal-a^o : conmuchsimas otras. La serie en oso (lat. osi^s y anticuado onsus, como puedeverse en Festo y en Juvenal) que es tan caracterstica y numerosa en castellano saber :

    generoso, numeroso, etc., tiene su base en la partcula snscritalOiAis (wcms, o/2s), que significa Z/e/zo de.... dotado de .... I^Ql partcula anlogawant (uantj ant, ent) forma otra serie; v. g. : \-ent-o, macil-e/zZ-o, corpul-ent-o, etc.

    Como no es ni puede ser nuestro nimo, en una exposicin como la presenteagotarla materia como en un curso, sino demostrar y probar un hecho, haremos un lado la serie infinita de derivaciones que podramos dilucidar; y terminare-mos con la larga serie de los adjetivos en ble, como agrada-6e, sens\-ble,discu-ble, no-ble (por gnornen nomen), y bilis en latin: no-bilis por nom-67/s :(porque la labial mas liviana m se ha fundido en la mas pesada b).

    Esta serie ble (lat. bilis) tiene su base y origen en la palabra snscrita B'ldc(mostrar, hacer brillar), cuya a radical se ha atenuado en i en la lengua castellana(brillar), en el alemn Blic'ken, en el ingls to blink, en el francs briller, mientrasque el latin la reproduce unas veces como en /aZ^er^ (f=b') y otras como a{enfla-grare) con el sentido demostrativo, de hacer ver, de hacer brillar; y asse explica de s mismo el sufijo ble, de ama-6Ze, no-ble, sensi-ble, etc., etc. (1)

    Veamos ahora un ejemplo caracterstico de la formacin derivada porprefijos, es decir, por partculas de sentido propio antepuestas al tema.

    Hemos dicho antes que el radical snscrito Dvis (dos) habia dado origen dos formas diverssimas del numeral dos : bis {=di-vis, perdindola d)

    -,

    y dos=d-s, perdiendo la i. De aqu tenemos : vi-dere {ver por los dos ojos)^bi-dente (de dos dientes), bi-^pedo, bi-gamo, bi-noclio, vi-sion, etc., etc., ytambin cZ.s-tingo (separar en dos=dis), dis-tva\go, dis-ienio, dis^uena^di-\\o, di-ferencia (dis-ferens), etc., etc.

    Seguir mas adelante en este camino sera perder de vista el objetogeneral de esta introduccin, y entrar en las especialidades de un curso defilolgica latina y por derivacin^ de filologa espaola; pero la verdad es, quecon los ejemplos y consideraciones que dejo notadas, estamos muylejos de haber dado una idea, aproximada siquiera, del nmero de sufijos yde prefijos que entran como radicales independientes, modificar y caracte-

    (l) II. CluivOe Esm crclyniulo.qie rhilosopiique p. "Jl:

  • XXII INTRODUCCIN

    rizar el sentido y el organismo de las variadas series, tribus como algu-nos las llaman, de esta clase de palabras.

    III

    Sir William Jones, el clebre fundador de la Sociedad Asitica de Calcutta,muerto en 1794, tuvo una verdadera intuicin, convertida hoy en una verdad quegoza del asentimiento de todos^ cuando escriba la frase siguiente : No hayfllogo que estudiando analticamente el snscrito, el griego y el latin, dejede ver que son procedentes de una fuente comun^ que ya no existequizs.

    Siguiendo la luminosa insinuacin de. este famoso indianista, Mr. Chavefu el primero que se propuso remontar hasta el tipo primordial de cada grupode palabras; y lo hizo en trminos que vamos trascribir por la eficacsimaaplicacin que tienen para explicar el mrito y la trascendencia del preciosotrabajo del Sr. Calandrelli : Si el Diccionario, dice, es el que expone lasignificacin de las voces, pertenece la Lexicologa explicar el porgu y elcomo de esa significacin. El estudio comparativo y analtico de los vocabula-rios es el medio con que la ciencia lexicolgica llega al conocimiento y laclasificacin de los vocablos simples primitivos en cada sistema de lenguas. .

    .

    Estas lenguas no son para el lingista sino variedades de una lengua nica yprimordial, hablada en el centro de la Asia por las primeras tribus de nuestraraza all, en una poca de la que no queda testimonio y que se hunde, pofdecirlo as, en la noche de los tiempos cuando la busca el ojo vido de loaexploradores.

    Es, pues, un hecho fundamental que cuenta con el asentimiento de todos loshombres de ciencia, la existencia de esa lengua primitiva, tipo de la familia delenguas que nosotros pertenecemos. Al rodar de las lentas combinaciones dela historia, ella se ha subdividido en series diversas de dialectos, que, aunque,alterados por el roce con otras razas, y por influencias climatricas sociales,han conservado las leyes de un organismo comn y trasmitdose el opulentocapital de sus races y de su mecanismo gramatical.

    Sobre la cuna de que ella parti para llegar tan elevados destinos yconvertirse en el modelo y en el medio de expresin de los pueblos civilizadosantiguos y modernos, nada nos dicen las tradiciones de la India. Apenas secuenta^ para hacer algunas inferencias, con unas pocas insinuaciones, de unanebulosa probabilidad, que los libros del Zend-Avesta. hacen al pasar cuandoconmemoran las primeras palpitaciones de su raza.

    Que esa raza hablaba un idioma cuyas races y cuyo mecanismo se hanconservado hasta hoy por medio del snscrito y del latin, con diferentes gradosde integridad, es tan cierto como lo es tambin que ese mecanismo comnforma un sistema linglu'stico radicalmente separado independiente del de losidiomas semticos, turnicos chinos.

    Con qu nombre se distingua el pueblo el conjunto de tribus que hablabaese idioma ?

    Los mas viejos manuscritos del Snscrito y del Zenda, que son por supuestodescendientes, lejanos y, del tronco comun^ se llaman s mismos miembrosde la tribu de los Aryas, y de ah el nombre que se ha dado las lenguas de lamisma familia, y al tronco mismo de que descienden falta de una denominacinmejor fundada en datos mas inmediatos.

    Por mucho que se penetre en la mas remota antigiiedad, ser imposible darcon el origen de la raza de los Arios, pues que an en el primer crepsculo delas tradiciones, las lenguas que ellos han hablado, y cuyo tipo conservamostodava en toda su vitalidad, aparecen ya establecidas y habladas con unaprofusin admirable desde el centro de la Asia al Mediterrneo por un lado ;y por otro, corrindose desde el Cucaso al Danubio, y desparramndose por allen toda la Europa.

  • INTRODUCCIN XXIH

    No es de este lugar seguir uno por uno los afluentes de este torrente des-prendido desde las alturas inexplorables de la vida primitiva ; y nos contenta-remos con aceptar las sugestiones de los escritores de mayor autoridad, que,atando una con una las fugaces indicaciones de este gran movimiento, nosensean que lo nico que puede asegurarse, es que las primeras aparicionesde las tribus arias parecen haber tenido lugar en los inmensos y ricos vallesde la Bactriana y dla Sogdiana, cuya capital Balkh tiene todava por nombreLA MADRE DE LA$ CIUDADES *. Um-l-Bilad^ y ocupa la vasta comarca que setoca con las pampas de la Scythia, bajo el dominio actual de la Rusia : con laAlemania y con la Europa por el Sur, con la Persia por el nor-oeste, y con laIndia por el Oriente. En medio de esta inmensa comarca, dotada por lasbellezas y las bendiciones de la naturaleza, se hallan las elevadas y frtilesmesetas del Iran^ de donde segn se cree fu que partieron las tribus de quehablamos.

    Cuntos siglos, se pregunta Mr. Pictet, han sido necesarios para completarla primera faz de esta evolucin pacfica ? Apenas nos es dado formar esterespecto una que otra congetura. Lo nico cierto es : que desde la aurora delos tiempos histricos, este pueblo primitivo se nos presenta estendido y dispersoy en un espacio inmenso ; dividido en un gran nmero de naciones diversas,que, en su mayor parte han olvidado su origen creyndose autctonas del pasque ocupan. Cules han sido las causas de esta dispersin ? Se ha producidopor grados y pacficamente, ha sido el efecto de revoluciones internas '? Si noha sido lo uno ni lo otro, habr ella procedido de algn cataclismo ? Imposiblees saberlo, careciendo, como carecemos, de toda tradicin. El Diluvio mismorecordado en libros hebreos y en las inscripciones cuneiformes de la Asiria, nonos daria la explicacin de este misterio, porque constituyendo las lenguas de lasrazas arianas una familia propia, tendramos siempre el mismo problema : comose form esa familia especial dentro de la tribu de No : como se desarroll :y como invadi el mundo entero, de la Asia la Europa, sellando su paso sobre latierra con la unidad de su propia lengua, y n con las dems que se suponenhabladas por los Patriarcas de aquellas otras razas llamadas semticas ?

    No hay remedio ! es menester contentarse con el hecho incontestable de esadispersin primitiva

    ;porque desde antes de toda poca conocida la vemos ya

    extendida desde la India hasta los extremos occidentales de la Europa, formandouna cadena de pueblos que, aunque hijos de la misma sangre, han dejado ya demirarse como hermanos

    ; y que no solo no se comprenden sino se tratan comoenemigos cuando en el curso de sus emigraciones se han chocado unoscon otros.

    Si no hubiramos contado con mas datos para resolver estas dudas,que los que pudieran suministrarnos las tradiciones, no habramos llegadojams otra cosa, que nuevas y vagas conjeturas. Pero, la Lingsticacomparada empleando un mtodo nuevo ha venido echar sobre estos oscurosproblemas una luz inesperada. Ayudados de este poderoso medio de investiga-cin hemos podido comprobar con una evidencia irresistible, que esamultitud de pueblos dispersos inmensas distancias tienen un origen comnpuesto que hablaron una misma lengua- Una vez comprobado este hechoinmenso ha servido para anudar entre s mil indicios desparramados quede otro modo, no habran tenido valor alguno; y es de esperar que sobreeste pedestal inconmovible podamos reconstruir algn dia aquello que eltiempo pareca haber arrebatado para siempre los recuerdos hu-manos.

    Grande es el respeto que tributamos en esta materia los escritorescomo el que acabamos de citar. La mayor parte de los que la han tratado,estn conformes con l en atribuir el origen de las lenguas arias que ha-blaron los pueblos de la antigejiad y que seguimos hablando nosotros, alinflujo y las emigraciones de una tribu, de una familia de tribus, queconcentrada al principio en las altas mesetas del Irn, se ha derramado

  • XXIV INTKODUCCION

    desde all hasta los extremos en que las nauestran los restos alterados desu lengua.

    Me permito, sinembargo, disentir fundamentalmente de esta hiptesis, que, mi entender, es totalmente inexacta por estrecha en cuanto al tiempo y alespacio que ha debido abarcar ese vasto movimiento de tribus y de nacio-nes. Tmidos quizs para afrontar la grave cuestin de la cronologa con-sagrada, estos maestros se han limitado atribuir una tribu, una raza laobra colosal de poblar y de civilizar el mundo prehistrico y perdido: cuando loevidente es que eso ha sido la obra de una civilizacin entera en cuyos movi-mientos y conflictos han andado enredados y removidos centenares depueblos y de razas unificadas en un primer ensayo de amalgamacin moral,por esa lengua tpica que fu probablemente conquistadora y modeladorade esa antigedad primitiva sobre cuyos restos, despus de un tremendocataclismo^ como el de la Edad media, se organizaron los pueblos arios, dela misma manera que los pueblos neo-latinos son el resultado de toda lacivilizacin antigua, y n de los simples movimientos de las tribus delLacio.

    Suponer que una tribu nacida en las altas mesetas del Irn haya podidomodelar las lenguas y el carcter moral de todos los pueblos antiguos, dela India la Europa^ es crear una hiptesis imposible, y hacer intervenirun poder colosal que jams ha podido estar en las aptitudes ni en los me-dios de tan pequea entidad. Lo que es preciso suponer, porque es lonico aceptable por el buen sentido y por la experiencia de los hechos mo-dernos, es que un pueblo conquistador, en una poca perdida que hadebido durar muchos siglos, modelara por la fuerza y por la lengua lasnaciones que lo rodeaban, llevando su riqueza y sus intereses por las co-marcas conocidas; y que rota esa grande unidad con el andar del tiempo,los brbaros de aquel tiempo cayesen sobre los centros civilizados, atrados porla riqueza y por el bienestar; y que all se absorbiesen, bajo nuevas formasde sociabilidad y de lengua, en las tradiciones del dominador caido; de lamisma manera que el Egipto acab por hacerse griego; y que el Asia,sojuzgada una vez por Alejandro, qued preparada con el resto del mundopara ser absorbida en la civilizacin romana, y constituir as una pocabien demarcada en la serie de las que deban continuar en la marcha de lacivilizacin

    .

    Esa poca perdida no es la poca de las razas arianas, as como la pocaromana no es la poca de las naciones neo-latinas. Esa poca, es la poca deuna civilizacin cuyo nombre y cuyas condiciones ignoramos ; y de la cual solotenemos la unidad tpica de la lengua reducida estado fsil en los idiomasmuertos de la Asia y de la Europa, Nos bastara suponer el completo olvidode la poca romana y de la Lengua latina, y preguntarnos si con solo el examende nuestros idiomas no podramos establecer su existencia y la verdad de suaccin histrica, deduciendo el poder del pueblo que la habl y que la impuso las naciones actuales para hallar la clave del problema. Esto mismo ha debidosuceder en esa otra poca que dej en el mundo aquella civilizacin generalperdida; y con ella los grmenes de ese movimiento que llamamos prehistrico falta de recuerdos y de tradiciones, pero cuya existencia est tambin evidente-mente probada por la unidad fundamental que dej entre las lenguas y los dialec-tos civilizados de la Asia y de la Europa.

    Este es el hecho; y no hay como ir mas all.Sin tomar las cosas en esta vasta escala nos parece imposible exphoar

    la facilidad, orgnica diremos, con que la conquista romana dio un idiomaliterario y popular los pueblos europeos que domin. Debe notarse queese^ milagro no se pudo producir en la Siria, en el Egipto ni en la frica,donde las lenguas conquistadas, reaccionaron en poco tiempo, y volvieron ser semticas camiticas, olvidando completamente la lengua bastarda mez-cla de romanismo y de helenismo que se haban creado. En Espaa-mismo

  • INTRODUCCIN :iX\

    despus de ocho siglos de dominio, los rabes no pudieron aclimatar sulengua; y apenas dejaron la tierra, desaparecieron tambin los rastros deella. Mientras tanto, dos siglos bastaron los Romanos para que la pennsulaentera se hiciese latina. Esto no se explica sino por una preparacin anteriordel terreno ; y por eso fu que la conquista romana, ariana y asitica porla raza y por la lengua latina, habiendo hallado establecido en Espaa, lomismo que en el resto de la Europa, pueblos de lengua y de dialectos arios,tambin, pudo entenderse con ellos y absorberlos en un mismo idioma yen una misma sociabilidad.

    Qu eran estos pueblos ?H aqu la cuestin final que nos v traer al Diccionario del Sr.

    Calandrelli, y la explicacin de los vnculos de familia que unen la lenguacastellana con el Snscrito y con el Zenda, al travs del latin, y por mediode la refundicin que hicieron de este, los dialectos ibricos de antigua dataestablecidos en Espaa.

    Las tribus que ocupaban esta estenssima pennsula en esa mas remotaantigedad que yo llamar poca civilizacin ariaca, se daban ellas mis-mos la denominacin de celti-iberos: y de ah el nombre de PennsulaIbrica con que era conocida la tierra que habitaban. Este nombre nos bastapara encontrar el carcter de la sociabilidad, la familia de las lenguas, y losvnculos de sangre que ligaban estos pueblos con el conjunto de la civilizacinariaca. La palabra beros est compuesta de dos vocablos perfectamentedefinidos: Ib-{-Erios Arios; y de ah , los nombres de la Ir-landa, ymuchos otros que la lengua de los Ario-Celtas ha dejado en las comarcasque estos habitaban desde antes de la conquista romana.Los restos de esalengua se hallan todava casi vivos : en el pas de Gales, (Ingla-terra) en la Bretaa, en la Ilyria, en la Grecia (pas de los Gals) y en losdialectos bajos de la Galicia, y del Portugal, (Piierto-Gaelico).

    El Rio Ebro, que segn parece fu para los antiguos el rasgo caracte-rstico de la Espaa, viene tambin designado con ese nombre desde unaantigedad inexcrutable; y basta examinar su composicin interna para verlos dos vocablos Ib-Erio Jb-ario.

    Pero no pudiendo ser mi nimo entrar en todos los detalles filo-lgicos que seria necesario tocar para agotar la demostracin deestos sorprendentes resultados, me debo limitar dar las frmulas finales que han arribado los grandes exploradores de esta ciencia, dejando losque quieran comprobarlos el trabajo de buscar su justificacin en ios escritosde la materia (1). .

    De todos esos trabajos, dice Mr. Pictet, resulta comprobado que el nombrede los Arios A r?/as, con ser el mas anfiguo de los vastagos orientales de lafamilia, se encuentra igualmente caracterizado entre los pueblos de la Espaaque- forman el lpaite ^eremo hacia el Occidente: hecho comprobado con todaevidencia que muestra que este nombre era el de toda la raza en su unidadprimitiva. Numerossimos indicios procedentes tanto de las lenguas como delas situaciones geogrficas nos demuestran que los Celtas, principalniente losde la familia vastago galense gallence, han sido los primeros ocupantes Ariosde las comarcas occidentales de la Europa y de las Islas del Atlntico queestn prximas sus costas.

    Pero la prueba de que antes que ellos existan otros pobladores derazas famiUas extraas la de los Arios, es que estos usaban de la pala-bra Barbaros para designar todas aquellas tribus naciones que no hablabanlas lenguas de procedencia ariaca, en el mismo sentido que los Griegos ylos Latinos; y muchos autores hay, que estudiando filolgicamente esa pa-

    V; Entre otros escritos supcrio'es puede consultarse la valiosa Introduccin con que Mr. Pictetencabeza su lamosa obra Les origines Indo-Europennes ou essai de Palontologie Lingistique.

  • XXVI INTRODUCCIN

    labra sostienen que los Arias designaban con ella las razas negras decabellos ensortijados crespos.

    Confrontados estos datos relativos la Espaa con los que hemos estu-diado antes en la Italia tomados de las lenguas de los Umbros y de losseos comparadas con la de los Romanos, vemos que en ambas pennsulas, asicomo en las Gallas y en las islas britnicas, estaba acomodada una capa pre-dominante de lenguas y de razas arianas muchsimos siglos antes de que ellatin viniese absorberlas en una misma sociabilidad y en una misma lengualiteraria. Esa absorcin se esplica pues por las afinidades de familia y por lofiliacin; y es evidente que asi se explica tambin ^que ni los Cartagineses en losfiempos anteriores al cristianismo, ni los rabes despus, hayan podidaquitarles las lenguas y dialectos espaoles el carcter latino (ariaco ib-rieodiramos mas bien) con que han venido distinguindose siempre desde la masremota antigedad.

    Las lenguas Ario-Celtas se tocan con el latn no solo por el gran n-mero de raices simples y de vocablos que les son comunes con l, sinopor ciertas peculiaridades gramaticales en extremo caractersticas, por ej. laformacin del futuro por medio de la partcula bhtl agregada al tema, y ladesinencia r con que marcan la voz pasiva, el deponente y el impersonal.

    Uno de los escritores' mas recientes y mas respetados en esta materia,(1) d razones irrefutables, mi modo de ver, para opinar que las razasprimitivas que ocuparon la Italia despus de la edad de piedra, eran Celtascomo las que ocuparon la Espaa en el mismo tiempo- Son tales las simi-litudes que vinculan las lenguas viejas de los Italo-Pelasgos con los residuosque encontramos vivos todava en los dialectos Gallegos, Galenses, Irlan-deses y Bretones, que no hay como rehusarse la prueba que ellos dande una analoga fundamental entre todas estas tribus de aquella remotsimaedad. Agrgase, que esta maravillosa similitud se extiende las tribus delos Iberos del Caucaso y de la Albania: los que no solamente llamaban su tierra con el mismo nombre de Iberia que daban la Espaa, sino quehablaban tambin lengtias y dialectos de. evidentes analogas con los que seestablecieron en esta ltima Pennsula.

    ,Cmo se ha producido esta trasformacion en tiempos que por sulejana y por la falta absoluta de todo documento escrito se escapan nuestroexamen"? Este es un problema que solo podemos resolver lgicamente com-parndolo con las peripecias sucesivas de la civilizacin y de la lengua de losRomanos.

    Nosotros sin ser los romanos mismos estamos continuando la obra queellos iniciaron ahora 28 siglos. Despus de haber uniformado la sociabilidady las tendencias de la Europa y de la Amrica, los pueblos que conducen losdestinos de nuestra raza estn retornando hacia el Asia los complementos deesa misma civilizacin y de esas mismas lenguas cuya semilla habla partidode all: como si la ley de la circulacin que rige los movimientos de la sangreen el cuerpo y los desarrollos de la sociabilidad en los pueblos, fuese tambinla que rige sobre estos vastos movimientos de la historia de las razas.

    Natural es entonces suponer que en aquella poca primifiva se hayaverificado el mismo fenmeno, y que un pueblo iniciador despus de haberconstituido por su lengua y por sus victorias una grande unidad prehistrica,se haya roto en diversas naciones que continuaron su obra, dejando en latierra habitada esos restos de razas y de lenguas que revelan por todaspartes la identidad de su filiacin y los rasgos de una misma familia. LaAmrica es hoy romana por lnea recta, y sin embargo los Romanos ni lapisaron ni la conocieron. Igual cosa ha debido pues suceder con las razas

    (1) Mr. Aiig. Schlekhcr Co mpcndtum: pg. 81 y siguientes-

  • INTRODUCCIN XXVII

    neo-arianas de aquellas otras edades- Desparramadas en el globo comogrupos homogneos que constituyen nacionalidades diversas establecidas enormes distancias entre s, no han podido ser, ni pueden ser consideradas,sino como entidades fragmentarias que se han organizado despus del rom-pimiento de una antigua unidad en que estuvieran englobadas, la manerade las provincias romanas constituidas del mismo modo despus de la edadmedia.

    Una lengua es un organismo vivo que se gasta y que se recompone sincesar. Si es grande y poderoso el pueblo que la habla, su lengua comienza decaer y envejecerse medida que adelanta el dominio de ese puebloextendindose las vastas circunferencias de sus viejos y de sus nuevos estados ;y no solo se altera en el seno de las tribus conquistadas sean n de orgenesanlogos con el dominador, sino que se altera tambin del mismo modo en elidioma popular de las masas que forman su propio cuerpo, sin dejar descralengua misma, y con la sola diferencia de tomar un estado mas menosprogresivo. Pero, cuando la grande unidad del pueblo dominador estalla, sedespedaza en entidades diversas, que, aunque menos considerables que l,alcanzan con el andar del tiempo formar cuerpos ntegros de nacionalidad.Sucede entonces que el equilibrio del movimiento que daba vida la antiguaunidad queda roto, y el idioma se enferma como dicen los fillogostomauna marcha patolgicaanloga al mdium en que cada una de esas fraccionesse halla establecida.

    Para comprender bien este importantsimo fenmeno, es menester haceruna diferencia sustancial entre las nacionalidades que se forman por conquistay las que se forman por colonizaciones homogneas en tierras desiertas. Lasprimeras se corrompen con mayor rapidez por la ineptitud de las razasconquistadas para mantener intactas las formas puras de la lengua que se lesimpone : en las segundas, la homogeneidad de las razas trasplantadas haceque duren con mayor pureza y por mas tiempo las leyes propias de la lenguamadre. Pero cuando los pueblos conquistados han tenido idiomas de la mismafamilia del pueblo conquistador, la corrupcin de la lengua toma un estadomixto en el habla vulgar del pueblo, que organizndose poco poco, medidaque va tomando vida y amplitud la sociabilidad nueva, pasa del estadoembrionario de dialecto grosero al de lengua culta.

    As ha sucedido con todas las lenguas neo-latinas; y as sucedi tambin

    con el latin. Cicern llama lingua vulgarts^ rustica^ seu verncula^ al latinvulgar que hablaba el pueblo de Roma. Sidononio Apolinario lo llama Unguausuilis: Quintiliano lingua qiiotidiana en contraposicin la Ungua classiea^urbana; y esta lengua co^//a/2a no era otra cosa que un resultado de la fusinde los viejos dialectos Italo-Pelasgos con el Latin, bajo la influencia de lastradiciones, de las necesidades, preocupaciones y hbitos de las masas.

    Ahora pues : basta un poco de buen sentido para comprender que nofu la lengua de Cicern y de Virgilio la que introdujeron los soldados y colonos,naturalmente groseros, que pusieron la Espaa bajo el gobierno y las leyes deRoma. Lo que ellos llevaron, como lengua-madre, fu la lingua verncula^quoiidiana : mezcla de dialectos viejos y vulgares, fundidos por el uso, queadolecan por supuesto de todos los vicios y caracteres patolgicos de una bajalatinidad; y que revueltos y alterados de mas en mas por el roce con losdialectos clticos que hablaban las tribus ibricas de la Espaa, produjeron poco poco una lengua convencional, inexperta, llena de incorrecciones, con inflexionesy desinencias indecisas ; y que naturalmente tenda salir del complicadomecanismo de la Gramtica Clsica, que los latinos haban organizado bajo lasleyes de los retricos griegos, para sustituirla empricamente por el uso depreposiciones analticas que se acomodaban fcilmente toda clase de palabras,de gneros y de casos. As, con un de sustituan toda la serie complicadsimade los genitivos latinos : con un con los ablativos, etc., etc. El gran nmero dedialectos clticos desparramados por toda la pennsula ih-vica march con ma^

  • XXVII INTRODUCCIN

    menos inexperiencia en esta corriente, hasta uno de ellos, el castellano,por raznde su posicin y de su fortuna poltica, comenz primar entre todos subindosepoco poco al rango de lengua oficial y literaria. Y por cierto, que no era, nicon mucho, el mas perfecto de entre ellos si se le compara con el tipo latino. Elprovenzal y el cataln, se acercaban mucho mas este tipo ; porque, lo menos,haban conservado algunas de las desinencias latinas en sus declinaciones.Sentados estos antecedentes, que se pueden extender al gnesis de todas lasdems lenguas neo-latinas, fcil es ver que todas ellas representan el procedercon que los dialectos populares de la Italia (sermo vulgaris)^ llevados al exteriorpor las conquistas romanas, se han fundido en dialectos provinciales por su rocecon los dialectos conquistados; y de ah que en aquellas provincias en que esosdialectos eran de familia cltica como en Italia y Espaa, la fusin de los unoscon los otros, haya tomado un carcter mas anlogo, y rasgos mas aproximados los de la lengua conquistadora que los dominaba tO(Jos por su imponentedesarrollo.

    La lengua castellana ha conservado bien las reglas de la acentuacin latina.Pero ninguna de sus pocas presenta indicio alguno de haber tenido alguna ve?idesinencias especiales para los casos de la declinacin, como las han tenido elprovenzal y el cataln.

    El mismo defecto se nota en el Italiano; y se deduce con evidente razn

    que las tribus populares de una y otra pennsula haban suprimido esasdesinencias artsticas y cultas que usaban las lenguas clsicas, y se habanhabituado suplirlas analticamente por medio de preposiciones,desde muchsimo.tiempo antes de la dominacin romana.

    Se comprender con esto cun grande es la importancia que tiene el estudiode los dialectos espaoles bajo el punto de vista de la Lingstica. Hermanosgemelos d las lenguas oficiales tienen el mismo valor, los mismos derechosque ellas ser estudiados y comparados con la misma consagracin. Muchasveces la lengua oficial de una nacin es mucho menos rica en acepciones que lagerga popular, y no puede reclamar mas ventaja que la de haber tenido mayorfortuna, por s posicin geogrfica por otros accidentes polticos masfavorables que los que alcanzaron los otros hermanos abandonados en la bajaclase de dialectos. Verdad es que en este mundo^ la consagracin del xitosupera todas las otras calidades.

    Por desgracia de la lengua que hablamos, ha prevalecido en Espaatan esclusiva admiracin por los hablistas, que no solo no se han estudiado fondo los dialectos que contenan el grande secreto de como se alter ellatn para convertirse en castellano, sino que se ha profesado el mas ciego inepto desprecio por ellos. Lstima es que el Sr. Calandrelli no haya podidopues tocar en. su grande obra, este valiossimo aspecto de la cuestin; ycreemos que debe consagrar la fuerza de aos en que se halla, y el valienteespritu con que trabaja, esbozar al menos esta otra regin de la lenguacastellana, en un Apndice especial con que pudiera enriquecer sa DiccionarioComparado.

    De los nueve trabajos (1) que los eruditos espaoles han consagrado

    fv) Oti'genes y Etimologa de todos les vocablos oi-iginales de la lengua castellana, del Dr. Fran-cisco Rosal, 1560

    ;

    b) Del origen y principio de la lengua castellana romance que hoy se usa en Espaa, por el Dr.Bernardo Aldrete, 1606

    ;

    c) Diccionario de la lengua castellana dla Academia, edicin de 1726.d) Orgenes de la lengua espaola, compuestos por varios autores y recogidos por Mayans y

    Sisear, 1737;

    _

    e) Diccionario trilinge del P. Manuel de Larramendi ;f) Ensayo histrico-crtico sobre el origen y progresos de las lenguas, sealadamente del romance

    "castellano, porD. Francisco Martinez Molina, 1805 ;g) Diccionario de_ etimologas de la lengua castellana, por D. Ramn Cabrera, 1837 ;h) Diccionario etimolgico, por D. Juan Pcalver, 1845 ;i) Diccionario etimolgico de la lengua castellana, por Felipe Monlau, publicado en 1856.

  • INTEODCCION.

    XXIX

    SU lengua, ninguno merece los honores de ser tenido por verdaderamentefilolgico, bajo el aspecto de la ciencia organizada por Grimm y por Bopp.Verdad es que puede decirse que esta es una ciencia de tan nueva dataque no liay todava como hacer cargo nadie de que no se hayan generalizadosus aplicaciones cada una de las lenguas modernas. Leibnitz, cuyo geniouniversal pasa por maestro en todas las materias que ha tocado, fu el pri-mero que puso fn la mana de tomar el hebreo como la lengua primitivade la humanidad. La preocupacin y el fanatismo bblico tanto de ios cat-licos como de los protestantes, empeados en esta solucin arbitraria, eranun verdadero obstculo para todo estudio serio y comparado de las lenguas;y el hebreo, lengua de una pobreza de derivacin evidente, y de una carenciacompleta de composicin, era el lecho de Procusto no solo para todas laslenguas europeas, sino hasta para el griego y el latin, cuya riqueza en com-puestos^ en races y en temas, es tan admirable y tan vasta como la cla-ridad difana de sus acepciones, como la correccin de su rgimen, y laarmona de su acentuacin. Llamar primitivo al hebreo, (decia Leibnitz)en comparacin c