Diferentes tipos de municiones del 9m1ç

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Diferentes tipos de municiones del 9mm (parte final) El cartucho .38 ACP (automatic Colt pistol) es un ejemplo mas de la colaboración entre Colt y J. M. Browning. Fue introducido en el mercado en el año 1900 para la pistola Colt .38 automático modelo 1900. Este arma fue la primera pistola automática fabricada en los Estados Unidos y también la primera con patente Browning fabricada por Colt. Diseñada originalmente como arma militar, era capaz de disparar ocho cartuchos de forma totalmente automática. De la evolución de esta pistola se derivaron las dos variantes del modelo 1902, con cargadores para siete cartuchos en su versión comercial y de ocho en su modelo militar. La casa Colt fabrico para este cartucho sus modelos 1900, 1902, 1903 y el modelo .38 militar. En España Star y Llama manufacturaron armas para él y en Gran Bretaña Webley & Scout recamaro para este cartucho uno de sus modelos militares. La forma del casquillo de este cartucho es cilíndrica y cuenta con un pequeño reborde, tiene una longitud de 22,86mm (358 milésimas de pulgada) de 8,45 gramos de peso (130 grains) con el que se consigue una velocidad de 326 m/segundo lo que hace que en cuanto a potencia

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Diferentes tipos de municiones del 9mm (parte final)El cartucho .38 ACP (automatic Colt pistol) es un ejemplo mas

de la colaboración entre Colt y J. M. Browning. Fue introducido

en el mercado en el año 1900 para la pistola Colt .38

automático modelo 1900. Este arma fue la primera pistola

automática fabricada en los Estados Unidos y también la

primera con patente Browning fabricada por Colt. Diseñada

originalmente como arma militar, era capaz de disparar ocho

cartuchos de forma totalmente automática. De la evolución de

esta pistola se derivaron las dos variantes del modelo 1902, con

cargadores para siete cartuchos en su versión comercial y de

ocho en su modelo militar.

La casa Colt

fabrico para este cartucho sus modelos 1900, 1902, 1903 y el

modelo .38 militar. En España Star y Llama manufacturaron

armas para él y en Gran Bretaña Webley & Scout recamaro

para este cartucho uno de sus modelos militares.

La forma del casquillo de este cartucho es cilíndrica y cuenta

con un pequeño reborde, tiene una longitud de 22,86mm (358

milésimas de pulgada) de 8,45 gramos de peso (130 grains) con

el que se consigue una velocidad de 326 m/segundo lo que hace

que en cuanto a potencia sea inferior al 9mm Parabellum.

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Munición de este

cartucho ha sido fabricada en Europa, Gran Bretaña, Canadá y

Estados Unidos.

Entre los años 1928 y 1929 fue introducido un cartucho mucho

más potente, conocido con el nombre de .38 Super Auto, que es

una versión muy mejorada de su antecesor el .38 ACP. Con

estos dos cartuchos hay que tener siempre precaución, pues

físicamente son exactamente iguales; la única forma de

identificarlos está en la solapa de las cajas que lo contienen y

en que algún fabricante carga sus cartuchos del .38 Super Auto

con casquillos niquelados. Las medidas de sus vainas y el peso

de sus proyectiles son iguales; la única diferencia estriba en

que es cargado con unas presiones mucho más altas, lo que le

confiere una mayor velocidad y por lo tanto mucha más

energía, no debiéndose disparar bajo ningún concepto

cartuchos del .38 Super en armas recamarazas para el

antiguo .38 ACP por resultar peligroso para el tirador.

El primer arma

que disparó este cartucho fue una modificación de la famosa

pistola automática Colt modelo 1911, mucho más dura y

robusta que las que se fabricaron para el .38 ACP. En Estados

Unidos solamente Colt fabrica pistolas para él y en una ocasión

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el conocido subfusil Thomson fue recamarado para este

cartucho. En España Llama y Star fabrican pistolas para el .38

Super Auto. La buena

rasante de su trayectoria, conocida por su velocidad de 396

m/segundo, le permite precisos impactos a más larga distancia

que otros cartuchos de similares características. Es más

potente que el 9 mm. Parabellum o el 9 mm. Largo (Bergmann-

Bayard), aunque en la práctica el uso adecuado de ellos es el

mismo. Hasta hace muy poco tiempo el .38 Super Auto ha sido

el cartucho para pistola automática más potente por su energía,

diseñado y fabricado en los Estados Unidos. Consigue mucha

más penetración que el .45 ACP, aunque para usos defensivos

su parada es inferior.

Aunque es un

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buenísimo cartucho por su alta velocidad, en Europa no ha

alcanzado mucha popularidad, posiblemente debido a que en

este continente se diseñaron cartuchos de unas características

muy similares, como el 9 mm. Steyr. En América ha tenido

aceptación en países como Canadá y México.

Munición de este

calibre es solamente fabricada en los Estados Unidos por

Remington y Winchester. La cartucheria del antiguo .38 ACP

puede ser disparada sin ningún problema en armas fabricadas

para el Super, pero nunca al contrario.

El cartucho 9mm Bergmann-Bayard fue diseñado por Teodoro

Bergmann para ser usado en la pistola militar Bergmann

número 6, fabricado en Alemania y comercializado alrededor

del año 1903. En 1908 la empresa Anciens Establisements

Pieper, de Bélgica, fabrico pistolas Bergmann con la marca

Bayard; de la unión de estos dos nombres se formo el del

cartucho, con el cual se le conoce internacionalmente. El

gobierno belga adopto esta pistola en 1908, siguiéndole

Dinamarca que la declaro arma corta oficial para su ejercito en

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el año 1910. En

España fue adoptada oficialmente la pistola automática

Bergmann modelo 1903, que disparaba este cartucho, en el año

1905. Se le sustituyo posteriormente por el modelo 1908 y es

muy probable que a partir de este momento se cambiara su

nombre original por el de 9mm Largo con el cual se le ha

denominado en España hasta la actualidad. El 9mm Largo ha

sido el cartucho oficial del ejército español durante mas de

setenta años. La

pistola Bergmann fue la primera automática reglamentaria de

las fuerzas armadas españolas, siguiéndole la Campo Giro, de

fabricación totalmente española, diseñada por Venancio López

de Ceballos y Aguirre (conde de Campo Giro) que fue declarada

reglamentaria en 1912. Posteriormente, por real orden del 26

de septiembre de 1921, lo fue la pistola Astra modelo 1921,

fabricada por la empresa Esperanza y Unceta, antecesores de

Unceta y Cia. La ultima pistola automática reglamentaria en

este cartucho ha sido Star modelo Super, que es una copia de la

Colt .45 modelo 1911 norteamericana, de la cual se diferencia

en algunos detalles exteriores y funcionales, aunque su

apariencia es prácticamente igual.

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Prácticamente

todos los subfusiles fabricados en España han sido recamarados

para este cartucho. Entre los mas conocidos están el Parinco, el

modelo 41-r4 de la Coruña (mas conocido como el naranjero), y

los modelos 35-Z-45, Z-62 y Z-70 de Star.

Este cartucho, potente y agradable de disparar al mismo

tiempo, es de forma cilíndrica y sin reborde, carga un proyectil

blindado de 8,2 gramos de peso, un diámetro de 9,02mm (355

milésimas de pulgada) y consigue una velocidad de 375 metros

por segundo.

Internacionalmente hay una considerable confusión con

respecto a este cartucho y las armas que lo disparan debido en

parte a la cantidad de municiones de 9mm y de características

similares que a principios de siglo proliferaron por el mundo.

En realidad hay tres cartuchos con unas dimensiones exteriores

tan similares al 9mm Largo, que la posibilidad de confusión

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existe si no se tienen algunos conocimientos; estos son: el .38

ACP, el .38 Super Auto y el 9mm Steyr; desde luego ninguno de

ellos ha sido diseñado para ser disparado en armas del 9mm

Largo o Bergmann-Bayard.

Armas para este

cartucho en sus versiones comerciales han sido

manufacturadas por Astra, Llama y Star; también se recamaró

una carabina de cerrojo llamada Destroyer, muy usada en

guardería.

Este cartucho y las armas que lo disparan fueron, con el

tiempo, sustituidos por las fuerzas armadas de numerosos

países, por el cartucho de similares características, pero

internacionalmente famoso, 9mm Parabellum.

Municiones y proyectiles del siglo XVIII

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Hacia finales del siglo XVIII la munición había sido

estandarizada también en cuatro tipos en los ejércitos

europeos: bala sólida, proyectil explosivo, metralla y bote de

metralla. La metralla era, de hecho, un recipiente tubular

abierto que contenía una serie de pequeñas bolas de hierro que

en la trayectoria se dispersaban para formar un muro de

proyectiles; se usaba contra la caballería o la artillería.

El bote de metralla, o

shrapnel, fue inventado en Gran Bretaña, en 1784, por el

teniente –luego capitán- Henry Shrapnel (1761-1842): consistía

en un recipiente tubular cerrado lleno de balas de mosquete

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que contaba con una carga explosiva que hacia detonar el

proyectil en el aire y rociaba a las tropas enemigas que había

por debajo con una lluvia masiva de balas. Hay que tener en

cuenta que la idea del shrapnel no era nueva, pues ya en 1376

los venecianos habían usado un sistema similar en el que la

carga explosiva hacia estallar el recipiente librando una serie

de fragmentos cortantes. El shrapnel fue utilizado por primera

vez en la toma de Surinam por los británicos, en 1804. 

La única “arma” totalmente nueva era el globo, que fue

utilizado para tareas de observación en la batalla de Fleurus, en

1794, pero que pronto fue despreciado por Napoleón y olvidado

durante 60 años. Otra arma, el cohete, apareció en Europa

durante la primera parte de las guerras napoleónicas, aunque

se había usado en China hacia muchos siglos.

El cohete Congreve,

llamado así porque su inventor había sido el coronel Sir William

Congreve (1772-1828), era poco preciso y de corto radio de

acción –aproximadamente 1,5km-, pero a veces era utilizado

como complemento de la artillería ligera, de la que los

británicos tenían escaso contingente. Cuando se disparaba en

salvas, su falta de precisión era más que compensada por su

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rapidez de tiro y capacidad incendiaria, como quedo

demostrado en la destrucción de Copenhague, en 1807, por un

fuego originado por 25.000 cohetes. Los cohetes fueron usados

en el paso de Adour y en Leipzig (1813), y también en la

campaña de Waterloo. No obstante, su popularidad duro poco

tiempo y no sobrevivieron al periodo napoleónico. Parece ser

que fueron utilizados por última vez en la campaña de Birmania

de 1825-1826.

PUBLICADO POR PROLETARIO EN 1/20/2009 11:28:00 PM  

TEST balístico casero: rebotes y transferencia de energía (Iª parte)Por:Ernesto Pérez VeraInstructor de Tiro Policial y Defensivo

En su momento redacté un  artículo sobre mis experiencias balísticas sobre Gelatina, y en él dejé plasmadas las conclusiones evidentes que las pruebas dejaron al descubierto. Usando una pistola semiautomática del calibre 9 m/m Parabellum, se dispararon cartuchos montados con una gran variedad de proyectiles policiales. A grosso modo, esto es lo que se pudo comprobar sobre la Gelatina: los proyectiles convencionales de plomo, semi-blindados y blindados sobrepenetraron en exceso y no transfirieron suficiente energía como para ser considerados eficaces en la provocación de heridas de entidad mayor. Sin ser un proyectil convencional, el Frangible tampoco transfirió mucha energía a la Gelatina, y también sobrepenetró en exceso.

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Por contra, los cartuchos montados con proyectiles deformables o expansivos, como los de Punta Hueca o similares, no penetraron tanto como los convencionales, solo lo justo, y además se deformaron tras el impacto. Con la modificación de su forma aumentaron su sección, y con ello consiguieron una mayor transferencia de energía en la Gelatina. Con estos resultados se producen canales superiores en las heridas. Esos canales son los conocidos como cavidades permanentes y temporales (las cavidades temporales quizás merezcan un matiz aparte). En la Gelatina se pueden estudiar y ver, muy claramente, las cavidades permanentes. También se puede medir el recorrido total, e interno, que el proyectil alcanza en el cuerpo impactado (en este caso Gelatina). Por cierto, lo ideal es, según los estudios científicos del FBI, 28 centímetros en un cuerpo humano.(Ver:http://tirodefensivocampodegibraltar.blogspot.com/2009/08/proyectiles-de-uso-policial-y-sus.html degibraltar.blogspot.com/2009/08/ proyectiles-de-uso-policial-y-sus.html)

Como la G elatina tiene un coste económico muy elevado para un particular, y requiere de mucha labor en su preparación, y además el cuerpo humano al nacer es agua en un 75% aproximadamente, decidí, sin mucha parafernalia científica –ninguna-, disparar sobre agua estancada en un bidón. Más casero imposible. Lógicamente, hay que salvar muchas diferencias: el cuerpo humano es, en la edad adulta, agua en un 60% (menos que al nacer), pero ese agua no permanece estancada en puntos concretos de la anatomía. Las células humanas son las principales portadoras, y conservadoras, de ese

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agua (agua intracelular). El resto del agua es la extracelular, pues baña a todos los tejidos y circula por la sangre.

En una finca privada se dispuso de los medios materiales “científicos” necesarios para el test: el bidón de 200 litros de capacidad, el agua y una plataforma elevada de tres metros respecto al suelo. Desde la altura que daba un muro, se dispararon, contra el agua, numerosos cartuchos diseñados para uso policial. Para evitar la fractura del fondo del bidón, en caso de que algún proyectil estuviera “sobre alimentado”, se colocó en el interior del mismo, y en el fondo, una plancha de acero que pudiera detener a los proyectiles excesivamente “animados”.

La prueba se efectuó en “V3”, -distancia de 3 metros entre el agua y la boca de fuego- El arma empleada fue una pistola Glock-26, y el elenco de munición fue el siguiente: Fiocchi Black Mamba 100grs, Geco Action de 84grs, SeCa 99grs. de Ruag, Fiocchi EMB 92

grs,Semiblindado Sellier & Bellot 124grs, Frangible Greenshield Simunition 82grs, Fiocchi ZP100grs, Blindada de Santa Bárbara 116grs, Remington Disintegrator con proyectil Jacketed 100grs, Remington Golden Saber 147grs, y otras puntas huecas recargadas de Hornady y Winchester, ambas de la serie XTP 124grs. de sus respectivas firmas.

La prueba iba demostrar lo que yo ya conocía: los proyectiles convencionales no se deformarían, y algunos alcanzarían, con cierta

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velocidad, el fondo del barril, eso sí, tras el golpe final no presentarían deformación, si acaso leve. Se cumplió. Los proyectiles blindados de Santa Bárbara no se deformaron prácticamente nada, y seguramente, lo poco que lo hicieron, lo fueron tras golpear en la placa de acero que se hallaba en el fundo del bidón. Las puntas Fiocchi Zero Pollution, las ZP, no se deformaron nada en absoluto. Las Frangibles de Simunition quedaron intactas, no se perdió ni un “grano”. La semiblindada de S&B se deformó levemente, señal de que pudo, como la blindada, tocar el fondo de acero con cierta velocidad. El caso de ésta última punta, y de la blindada, evidencia sobrepenetración: los proyectiles tocaron, con suficiente velocidad, el fondo de acero del enorme bidón de 200 litros de agua.

El tema de la sobrepenetración debería tenerse más en cuenta por las instituciones con carta en estos temas. Las puntas que son capaces de traspasar objetivos y mantener energía para alcanzar otros, son muy peligrosas. Entre los proyectiles convencionales, el rey de peligro y riesgo de daños colaterales, por sobrepenetración, es el blindado o FMJ. Es precisamente el que más se usa entre los agentes policiales, en unos

casos a nivel privado  y en otros a nivel oficial de dotación. A la mente se me viene el triste suceso acaecido, en diciembre del año 2006, en la Academia de la Guardia Civil de Baeza: un profesor de tiro, por accidente, disparó un proyectil blindado contra uno de sus compañeros docentes, y ese proyectil, tras cruzar el tórax del agente, alcanzó de lleno el corazón de un alumno. Con mucha seguridad, me atrevo a decir que otros proyectiles nunca hubieran llegado a tanto. El suceso lo protagonizó una bala blindada de 9 m/m P. Por cierto, tras eso, y seguidamente al incidente, al mismo instructor se le “escapó” otro disparo que hirió en el pie, de modo leve, a otro alumno. En

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resumen: un herido leve, otro muy grave y otro fallecido, y los dos últimos por una misma bala…

Continuamos con la exposición del trabajo hidráulico. Los proyectiles expansivos, entre ellos los de punta hueca, no solo acabaron completamente abiertos el fondo del bidón, sino que, al impacto con el agua, siempre desalojaron cierta cantidad de líquido. Esto último, el desalojo de agua tras el impacto, es algo que no se consiguió con las puntas convencionales: no salpicaban prácticamente agua, por tanto, no transferían energía en buena o gran cantidad. Todos estos proyectiles

quedaron expandidos  totalmente. Fueron especialmente “brutales”, por el desalojo masivo de agua, los impactos de los SeCa, Geco Action-1, Golden Saber, Desintegrator, EMB. Me sorprendió mucho el resultado alcanzado por los cartuchos italianos Black Mamba. Estos cartuchos de Fiocchi se abrieron completamente, quedando cual moneda aplastada pese a que, en principio, su estructura no presentaba aspecto expansivo. Impactaron con energía en la placa de acero que se situaba en el fondo del bidón: dejaron marcado el impacto. El cuerpo de este proyectil está construido con una mezcla de zinc y de cobre, y al ser de peso muy liviano impactaba a una gran velocidad, y con muchísima energía. Del proyectil Desintegrator solo fue recuperada la camisa o envuelta metálica, su contenido pulverulento se “perdió” en el líquido, pero también desalojó mucha cantidad de agua en el impacto.

Creo que a nadie se le escapa que si un proyectil alcanza casi el doble de su diámetro, de modo homogéneo tras el impacto, y sin perder masa, producirá heridas de mayor entidad que aquellas puntas que no se deforman al impactar, a iguales distancias y en el mismo tipo de objetivo. Eso sí, aquí, al tratarse de líquido y disparándose en vertical, no se

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puede saber en que punto se hubiera detenido el proyectil en su recorrido total: por pura inercia y gravedad, todos los proyectiles terminaban apilados en el fondo del bidón. Tampoco podremos saber en que momento comienzan a expandir las puntas deformables. Pero bueno, esto es lo que es, una prueba “casera” que seguro hace pensar a más de un usuario.

Otro factor ha sido estudiado caseramente con respecto al comportamiento de los proyectiles: los rebotes. Sobre una plancha de

acero impene trable, por su enorme grosor, disparé, también con una Glock 26, varios tipos de proyectiles: SeCa, ZP –Zero Pollution de Fiocchi-, Frangible y FMJ –blindado-. La distancia de tiro fue de 3 metros.

El resultado de cada disparo fue distinto según el ángulo de incidencia del proyectil sobre el cuerpo metálico. Cuando se disparó en ángulo aproximado de 90º, la punta SeCa se deformó completamente sin perder masa alguna. El proyectil fue localizado en el suelo, y justamente debajo del punto de impacto. Cuando se probó con la frangible, nada pudo ser recuperado de modo sólido. La punta se pulverizó por completo. La punta ZP, que según Fiocchi posee cierta propiedad frangible, se descompuso en pequeños trozos de camisa y estaño –el núcleo es de ese material-. Los pequeños fragmentos que quedaron de la ZP, en mi opinión, pueden ser lesivos, pero no letales. No es, para nada de nada, frangible. Creo

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que los pequeños fragmentos de la ZP podrían producir, en el sistema ocular, lesiones graves o muy graves. Estos fragmentos quedaron esparcidos ante la zona de impacto, pero justo bajo ella.

Por último, del FMJ o blindado no fue localizado fragmento alguno de la punta. Seguramente se descompuso en pequeños y medianos fragmentos de plomo y latón, pero no fue posible localizar nada. Los fragmentos, muy probablemente, se confundieron con el entorno del escenario en el que se realizó la prueba. Lo dicho, todo es casero…

Cuando se disparó en ángulo de impacto de entre 45º y 60º, contra la misma superficie metálica y a la misma distancia, se consiguió el resultado esperado: todos los proyectiles rebotaron, incluido el frangible. Todas estas puntas fueron a detenerse contra la misma zona de un talud de barro. En mi opinión, esos proyectiles poseían capacidad lesiva letal. Estas balas, incluso las frangibles, fueron recuperadas achaflanadas pero conservando toda su masa.

Con munición FMJ de las marcas Sta. Bárbara, Fiocchi y Remington, y

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con cartuchos  SeCa, disparé también contra bloques de hormigón que tenían una capa de cemento enfoscado. Para esta prueba, la distancia fue de 5 metros, y el resultado acabó siendo, a grosso modo, el esperado: las puntas FMJ rebotaban contra el enfoscado de cemento, sin que el proyectil perdiera masa, quedando totalmente deformado de un modo muy homogéneo el proyectil. Sin embrago, cuando el enfoscado se caía (por la fuerza de los sucesivos impactos), y quedaba al descubierto el bloque de hormigón “desnudo”, la punta FMJ siempre penetraba la primera “pared” del bloque. En este segundo caso, el proyectil, tras atravesar los granos de hormigón, se descomponía en camisa y núcleo de plomo, perdiendo gran parte de su masa.

En las mismas circunstancias se usó munición suiza SeCa del Grupo Ruag, siendo éste el resultado: casi idéntico al caso de la munición blindada/FMJ. ¿Qué se desprende de esta observación?, muy sencillo,

que la punta SeCa, como difunde el fabricante ,

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ante cuerpos “blandos”, como el humano, transfiere mucha energía mediante la deformación controlada y homogénea de la punta. Pero ante cuerpos duros, como el acero o el hormigón, se comporta como un blindado: se “entaca” y tira “palante…”

Para finalizar, decir que el proyecto de Real Decreto del nuevo Reglamento de Armas, que con seguridad será aprobado tal cual se presenta en el borrador, prohíbe el uso, tenencia, compraventa y publicidad de los cartuchos que montan proyectiles EXPANSIVOS, así como los simples proyectiles, siempre que sean destinados a ARMAS CORTAS para PARTICULARES. Ahora, lamentablemente, se amplía la prohibición. El Reglamento de Armas aprobado por RD 137/1993 (en vigor aún, pero por poco tiempo) prohíbe lo mismo que el borrador al que se hace referencia, pero solo si se trata de proyectiles de Punta Hueca (que poseen una oquedad física en la cabeza y que administrativa y burocráticamente posean esa catalogación ministerial) y de proyectiles Dum-dum (modificados artesanalmente para que expandan por encima de previsto)

Hasta ahora se escapaban de la “quema”, si se poseía habilidad burocrática, los proyectiles “no huecos” que, po

r su configuración o composición, expanden tras el impacto en superficies o cuerpos blandos. Ahora no, ahora esos también son defenestrados al abismo. Una pena. Parece que los asesores de los redactores de las normas no se van a enterar nunca. Las puntas expansivas (sean puntas huecas o no) sobrepenetran menos, reducen en cierto grado el riesgo de rebote, y sobre todo, casi siempre, con menos impactos sobre una persona se pueden producir “fueras de combate” en menor tiempo. Esto último

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reducirá el número de disparos que tengan que recibir los tipos a los que nos veamos obligados a disparar.

NOMENCLATURA DE LA CARTUCHERÍA METÁLICAErnesto Pérez VeraInstructor de Tiro Policial y Defensivo

Este es un tema  muy interesante y que no todos los profesionales conocen profundamente, y de ahí, la cantidad de errores que se suelen cometer a la hora de hacer referencia a un cartucho o calibre determinado.

Muchas veces, el error más habitual lo detectamos en conversaciones con otros agentes de policía, sean del cuerpo que sean. El tema es muy desconocido, por lo general, entre los profesionales del ramo, sin que la pertenencia a determinados cuerpos o unidades pueda atribuir maestría y dominio del asunto. También, es habitual oír en televisión y en los demás medios de prensa, como profesionales de la información dicen verdaderas barbaridades al hablar del arma y/o cartucho que determinados delincuentes, o agentes de policía, usaron en la acción protagonista de la noticia.

Los cartuchos suelen estar identificados con un nombre o denominación que está compuesto, normalmente, por alguna cifra seguida, a veces, de otra cifra o de un nombre. La cifra suele ser el diámetro o calibre, bien del arma para el cual se diseñó el cartucho, o bien el diámetro del propio proyectil. La segunda cifra suele ser la longitud de la vaina o casquillo, o también puede ser el peso del proyectil o de la Carga de Proyección

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(peso de la pólvora que c ontiene la vaina) A veces, incluso la segunda cifra que sigue a la del calibre o diámetro, puede ser la velocidad que se estima aproximada a la que tendrá el proyectil en la salida desde la boca de fuego, lo que se llama Velocidad Inicial. Otras veces, es el año de diseño del cartucho o el año en que dicho calibre fue adoptado reglamentariamente por un ejército concreto.

Es por lo que el cartucho que aquí en España denominamos9 m/m Parabellum, es conocido también en otros países con la denominación de 9x19 m/m ó 9 m/m Luger, pero en todos esos casos nos referimos a un mismo calibre/cartucho. Según el país donde se fabrique o según el origen del fabricante, etc., unos lo denominan de un modo o de otro.

Recordemos que el calibre 9 m/m Parabellum, fue diseñado por George Luger en 1902 para la pistola Luger P08. Esta pistola fue denominada Pistola Parabellum, de ahí que ciertos fabricantes usen, para definir al cartucho, una u otra denominación. Es más, cada vez es más común ver que se le denomina 9x19mm, significando esto, que el diámetro del proyectil es de 9 m/m y que la longitud de la vaina es de 19 m/m.

Este sistema de nomenclatura que hemos visto en el archipopular calibre 9m/m Parabellum, es el sistema más usado en Europa; es un sistema basado en el sistema métrico decimal de amplia o casi total implantación en el viejo continente.

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Otr o calibre muy popular en España, dentro del seno de las FYCS y de las FAS, es el 9 m/m Corto, el cual recibe otras denominaciones en otras partes del planeta, ya sea por el sistema de medida del país en cuestión o por la norma del fabricante. Así pues, en los países que utilizan el sistema métrico decimal, se conoce a este calibre como 9 m/m Kurz ó 9x17 m/m y en las zonas del planeta con influencia anglosajona se le conoce como .380 Automático ó .380 Auto.

Existe otro sistema de denominación de calibres y cartuchería, es el sistema usado en los países anglosajones o países de histórica influencia anglosajona, por ejemplo EEUU, Gran Bretaña, Canadá, Australia, etc. En estos Estados, el sistema de medición es bien distinto al usado en nuestro país, ellos no usan el metro, ni el centímetro ni el

milímetro, sencillamente ellos NO usan el sistema métrico decimal y utilizan la pulgada para sus mediciones. También usan otras medidas para medir las velocidades y pesos, por ejemplo.

El sistema usado en esos países, a veces, es más complejo. Aún conociendo el sistema, son muchas las ocasiones que uno debe pensar un poco para saber de que cotas o medidas estamos hablando. No ocurre tanto, cuando se habla de los cartuchos más comunes o más

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cercanos, como son, por ejemplo, el calibre .22LR, el .38 Spl, .357 Magnum ó el .45 ACP, quizás estos sean los cartuchos de armas cortas (aunque todos esos son usados por armas largas también) de origen anglosajón que más uso tienen en España, aunque cada día el .40 SW tiene más aceptación tanto en calibre para defensa y seguridad con en tiradas de recorridos de tiro, las llamas tiradas de IPSC.

El error más común de los aficionados, y profesionales de las FYCS y FAS, es denominar a estos cartuchos del siguiente modo…”22

milímetros, 45 milímetros, etc.…” El error es tá en creer que al igual que un 9 m/m Parabellum, estos cartuchos de origen anglosajón deben ser “apellidados” con lo de: milímetros.

Los que de ese modo equivocado así se expresan, olvidan o desconocen que no se habla de milímetros al hablar de un calibre .45, de lo contrario, el diámetro de la boca de fuego del arma y el diámetro del propio proyectil del cartucho, sería del tamaño de una pelota de tenis y estaríamos hablando de armas militares de tiro antiaéreo o antitanque.

Para poder comprender mejor el sistema, es necesario saber que 1 pulgada equivale a 25,4 m/m, de ese modo, al decir que un cartucho es del calibre .45 ACP estamos diciendo que tiene un diámetro de 0,45” (“ = Pulgada) por lo tanto, habría que hacer una sencilla operación matemática que consiste en multiplicar 0,45 x 25,4. El resultado que se obtenga en milímetros, será el diámetro en dicha medida, que posee el proyectil; de ese modo, un calibre .45 ACP (u otros tipos como el .45 Long Colt, por ejemplo) posee en milímetros el siguiente diámetro, 11,43 m/m. Como, para el ejemplo, he elegido al calibre .45 ACP, debo significar que las siglas ACP significan Automatic Colt Pistol.

Otro ejempLo, el famoso .38 Especial, tan usado durante años por la

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policía del todo mundo. Este calibre está plenamente vigente en España en los revólveres de 4” de cañón, que reglamentaria usa

n los Vigilantes de Seguridad. Con el .38 Especial, habría que volver a hacer la misma operación aritmética, a saber:

0,38 x 25,4 = 9,6 m/m

Como ven, el calibre .38 Especial posee, en principio, un diámetro de algo más de 9 m/m, como el actual calibre de dotación en los cuerpos policiales españoles -el 9 m/m Parabellum- pero debo hacer un comentario que algunos desconocen y que a los neófitos puede despistar.

El famoso .38 Especial recibió ese nombre cuando, en realidad, su verdadera medida de diámetro es 0,357 pulgadas. Ocurre que, al fabricante le pareció una cifra excesivamente larga (.357, para el “inventor”, eran muchos dígitos) Además, esto ocurría en una época, 1902, en la que ya existían muchos calibres con la nomenclatura 38, por ejemplo el .38 Long Colt y otros más, así pues la

casa  S&W -fue la creadora- decidió por marketing y por popularidad, mantener el nombre de .38 y “apellidarlo” Especial para distinguirlo de los ya existentes. Por ello, “redondeó” la cifra.

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Cuando en 1935 nación el calibre .357 Magnum para ser usado en el revólver S&W mod. 27, los responsables de su nacimiento, usaron un cartucho de .38 Especial y le alargaron la vaina en algo más de 3 m/m. Ahora, no se usó la cifra “38” para dar nombre y apellido al nuevo cartucho, sino que usaron las verdaderas medidas, eso es, 0,357 pulgadas.

En este artículo, se han tratado ejemplos y calibres de los más cercanos para los usuarios policiales españoles, pero existen infinitos calibres y cartuchos, muchos de los cuales merecen estudio y análisis aparte. Quizás en otro momento, vayamos a por ellos. También debo decir que con calibres de arma larga ocurre exactamente lo mismo, pero me he querido centrar sólo en ejemplos de calibres, primordialmente, de armas cortas.■Publicado por G.O.I.P   en 13:35