Dios Esta en El Cerebro

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Ensayo interpretativo, desde un punto de vista científico, acerca de la espiritualidad del hombre y las culturas.

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    Todos los das, bajo los auspicios de la ciencia, la humanidad aclara un nuevo misterio del universo anticipando que cada nuevo descubrimiento aportar una ficha ms al rompecabezas final. De las partculas ms recnditas de la materia a las extensiones ms remotas del cosmos, nuestra ignorancia es re-emplazada constantemente por el co-nocimiento. Sin embargo, hay una pieza del rompe-cabezas sumamente escurridiza, un misterio que elude provocadoramente a todas las ciencias fsicas; el problema de Dios. Ms que cualquier otro, este parece ser el desafo por excelencia de la humanidad, el misterio que, en caso de ser descifrado, podra ofrecemos el panorama definitivo de lo que hemos estado buscando con tanta insistencia. Resolver el problema de la existencia de Dios podra darnos la respuesta a la existencia del hombre.

    (TOMADO DEL PRLOGO)

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    DIOS EST EN EL CEREBRO

    Una interpretacin cientfica de la espiritualidad humana

    y de Dios

    MATTHEW ALPER

    V. 1.0

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    DIOS EST EN EL CEREBRO

    Una interpretacin cientfica de la espiritualidad humana

    y de Dios

    MATTHEW ALPER TRADUCCIN SANTIAGO OCHOA

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    Matthew Alper, Dios est en el cerebro: Una interpretacin cientfica de la espiritualidad humana y de Dios / Matthew Alper; traductor Santiago Ochoa.

    Ttulo original: The God Part of the Brain. ISBN 978-95845- 0627-6

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    Agradecimientos

    Quiero agradecer a mis padres Joan y Jud, y a mi hermana Eliza-beth por su apoyo constante; a los doctores E. Fuller Torrey y Arthur Rifkin por haberme curado; a Tonya Bickerton-Watson por su tiempo invaluable; a John Stern, Art Bell, Lisa Lion, Edward O. Wilson, Helena Schwarz, Susan Rabiner, Sherry Frazier y Lisa Vasher de McNaughton & unn; a Arnold Sadwin, William Wright, Joe Fried, Rebecca Morris, Al-bert Fernandez, Brandon Quest, Lori Wood, Daniella Monticello, Do-minique Raccah, Hillel Black, Tara VanTimmeren, Matt Diamond, Me-gan Dempster, Genene Murphy, y a las innumerables personas que me han ayudado a lo largo del camino.

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    GRANDE ES LA VERDAD Y PODEROSA SOBRE TODAS LAS COSAS

    > APCRIFOS

    I Esdras, IV, 41

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    CONTENIDO

    PRLOGO ........................................................................................................................ 13

    LIBRO I: LA TEORA DE LA EVOLUCIN ............................................................................ 19

    Captulo 1: Tirarle piedras a dios ............................................................................... 21

    Captulo 2: Qu es la ciencia? .................................................................................... 27

    Captulo 3: Una historia muy breve del tiempo, o todo lo que queras saber sobre el universo pero temas preguntar............................................................... 37

    Captulo 4: Kant .......................................................................................................... 57

    Captulo 5: Dios como palabra ................................................................................... 63

    Captulo 6: Patrones de conducta universales ........................................................... 69

    LIBRO II: INTRODUCCIN A LA BIOTEOLOGA ................................................................ 83

    Captulo 7: La funcin espiritual ............................................................................ 85

    Jung ......................................................................................................................... 87

    Creencias y prcticas espirituales universales ........................................................ 90

    El argumento a favor de una funcin espiritual ................................................... 96

    Captulo 8: Las razones ............................................................................................. 107

    El origen de la conciencia mortal ........................................................................ 108

    La funcin del dolor ............................................................................................ 110

    La funcin de la ansiedad .................................................................................... 113

    Cuando la conciencia mortal se encuentra con la funcin de la ansiedad ....... 117

    El origen de la funcin espiritual ........................................................................ 121

    Los orgenes de lo inmortal y la conciencia de Dios .......................................... 125

    Captulo 9: La experiencia espiritual .................................................................... 133

    Orgenes de la experiencia espiritual ................................................................... 140

    La funcin del ego ............................................................................................... 142

    La funcin trascendental ..................................................................................... 151

    Captulo 10: Dios inducido por las drogas ................................................................ 157

    Captulo 11: El gen espiritual .................................................................................. 161

    Captulo 12: La funcin de la oracin ....................................................................... 165

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    Captulo 13: La conversin religiosa .......................................................................... 173

    Captulo 14: Por qu hay ateos? ................................................................................ 179

    Captulo 15: Experiencias cercanas a la muerte ......................................................... 185

    Captulo 16: Hablar en lenguas .................................................................................. 191

    Captulo 17: Por qu estados unidos es un pas tan religioso? Una hiptesis biohistrica ............................................................................................ 193

    Captulo 18: Las funciones de la culpa y la moral ..................................................... 203

    Captulo 19: La lgica de dios: un nuevo paradigma espiritual ............................. 221

    Captulo 20: De qu nos sirve aceptar una interpretacin cientfica de la espiritualidad humana y de Dios?................................................................................. 227

    FINAL DE LA BSQUEDA ................................................................................................ 241

    Apndice: Experimentos que podran demostrar la existencia de una funcin espiritual ...................................................................................................................... 245

    Notas ............................................................................................................................. 247

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    PRLOGO

    El hombre se encuentra a s mismo en el mundo o ha sido arrojado a l, y mientras permanece enfrentndolo es confrontado por l como si se tratara de un problema que exige ser resuelto.

    NICOLS BERDYAEV

    Quiero conocer los pensamientos de Dios... Lo dems son slo detalles,

    ALBERT EINSTEIN

    l conocimiento es poder, y es precisamente la capacidad que tiene nuestra especie para razonar, es decir, para deducir el conocimiento,

    lo que nos ha valido el ttulo de la criatura ms poderosa de la Tierra. Los seres humanos razonamos porque estamos obligados a hacerlo. Nuestra supervivencia depende de ello, pues con cada informacin que adquirimos, ya sea como individuos o como especie, estamos mejor pre-parados para dominar nuestro mundo y, por lo tanto, para sobrevivir.

    Adems de esta necesidad prctica de acumular informacin, nuestra especie tambin persigue el conocimiento con la esperanza de que pueda ofrecemos un significado y una razn de ser. En ese sentido, nuestra es-pecie es diferente a todas las dems en cuanto que, adems de nuestras necesidades ms vitales, poseemos lo que podramos denominar necesi-dades espirituales. As como nuestro cuerpo ansia alimentos, anhela-mos entender nuestro propsito en el universo y nuestra razn de ser.

    Y as, a travs de los siglos, hemos procurado adquirir informacin no slo para dominar y manipular nuestro mundo de un modo ms efi-ciente, sino tambin para entender nuestro lugar en l. Perseguimos el conocimiento con la esperanza de que cada nuevo descubrimiento aporte otra pieza a esta especie de rompecabezas csmico que, una vez armado, podra ofrecernos una imagen concluyente de por qu estamos aqu.

    Todos los das, bajo los auspicios de la ciencia, la humanidad aclara

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    un nuevo misterio del universo anticipando que cada nuevo descubri-miento aportar una ficha ms al rompecabezas final. De las partculas ms recnditas de la materia a las extensiones ms remotas del cosmos, nuestra ignorancia es reemplazada constantemente por el conocimiento.

    Sin embargo, hay una pieza del rompecabezas sumamente escurridiza, un misterio que elude provocadoramente a todas las ciencias fsicas; el problema de Dios. Ms que cualquier otro, este parece ser el desafo por excelencia de la humanidad, el misterio que, en caso de ser descifrado, podra ofrecemos el panorama definitivo de lo que hemos estado bus-cando con tanta insistencia. Resolver el problema de la existencia de Dios podra darnos la respuesta a la existencia del hombre.

    II

    Pero antes de abordar el problema de Dios, primero debemos tal

    como nos ense Scrates definir nuestros trminos. A qu nos referi-mos exactamente cuando hablamos de Dios? A los dioses griegos, egip-cios, nrdicos, yorubas, aztecas, a Buda, Yahv, Brahma, Krishna, Jess, Amen-Re o Al? Cmo es posible formular la pregunta sobre la existen-cia de Dios cuando esta palabra significa tantas cosas para tantos pueblos diversos?

    A pesar de lo diferentes que puedan parecer los distintos dioses que han adorado los humanos, estas deidades comparten algunas semejanzas muy notables. En consecuencia, si despojramos a estos dioses de sus atributos ms externos y considerramos tan slo las caractersticas fun-damentales comunes a todos ellos, determinaramos una entidad a la que podramos definir como el Dios universal.

    Cules pueden ser entonces algunos de estos atributos universales? Qu es el Dios universal? Cmo podramos definir algo as? De la pro-fusin de deidades que han surgido de la imaginacin humana, todas las culturas han percibido a sus dioses como lo que denominamos seres es-pirituales. Esto coincide con que desde el comienzo de nuestra especie, todas las culturas independientemente de su grado de aislamiento han mantenido una interpretacin dualista de la realidad. En otras palabras, todas han considerado que la realidad est compuesta de dos sustancias o mbitos diferentes: lo fsico y lo espiritual.

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    Segn esta percepcin universal, los objetos que pertenecen al mundo fsico son tangibles, corpreos y pueden experimentarse o comprobarse empricamente, es decir, pueden ver, sentir, degustar, oler o escuchar. Los objetos pertenecientes a este mundo estn sujetos a las fuerzas fsicas del cambio, la muerte y la descomposicin y, por lo tanto, se encuentran en un estado de flujo constante, pasajero y efmero.

    Por otra parte, todas las culturas han mantenido una creencia en al-guna forma de realidad espiritual, y en la medida en que este mbito trasciende lo fsico, todo aquello que posea un espritu es inmune a las leyes de la naturaleza fsica, a las fuerzas del cambio, la muerte y la des-composicin. Por lo tanto, se considera que lo que pertenece al mbito espiritual es indestructible, eterno y perpetuo.

    Todas las culturas consideran a sus dioses como la personificacin de todo lo espiritual, es decir, su esencia. Por consiguiente, si todo lo que posee un espritu es indestructible, eterno y perpetuo, el Dios universal tambin debe poseer estos atributos.

    Antes del Dios universal no haba nada. l* es considerado por cada cultura como la primera causa de todo lo que existe, como el creador que se cre a s mismo. El grandioso espectculo de la materia, desde los to-mos y planetas hasta las diversas formas de vida, es una de las muchas maneras en que el Dios universal ha decidido manifestarse. Puesto que est presente en todas las cosas es omnipresente y omnisciente.

    El Dios universal representa la personificacin de la existencia en toda su perfeccin, el ser supremo y absoluto. Como dijo Eurpides: Si Dios es realmente Dios, entonces es perfecto y no carece de nada. Algo infe-rior a esto, un punto medio, implicara algo diferente e inferior a l. No puede haber una zona gris o un lugar intermedio. O Dios existe como la fuerza definitiva del universo o no existe.

    III

    Pero, por qu habra de preocuparme con asuntos tan etreos? Por

    qu el problema de la existencia de Dios tendra que ser importante para

    * No pretendo respaldar una visin paternalista; puesto que la mayora de las cul-turas y, por lo tanto, de los lectores, estn familiarizados con Dios en su acepcin masculina utilizar este gnero para efectos prcticos.

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    m? Bien, supongamos temporalmente que Dios existe: cmo podra afectarme?

    De acuerdo con mi definicin, si todo lo que existe lo hace como una extensin de Dios, entonces yo tambin debo existir como tal. Por lo tanto, si yo existo como una extensin suya y l es concebido en espritu, entonces yo tambin debo ser concebido, al menos parcialmente, en es-pritu. Tambin debo poseer alguna medida de lo infinito y lo eterno en mi interior. En consecuencia, si Dios existe, es bastante probable que yo sea inmortal y que est libre de la amenaza de la muerte inminente y de la inexistencia.

    An ms, si Dios existe, mi vida est llena de significado. Si Dios existe como un ser absoluto, su voluntad y sus leyes deben representar verdades absolutas, razn por la cual la misin de mi vida consiste en entender sus leyes para vivir de acuerdo con ellas. Adicionalmente, y como extensin de Dios, slo tras entenderlo a l, podr entender realmente mi verda-dero yo. Adquirir conocimiento y comprensin sobre la naturaleza de mi creador se convierte, por tanto, en mi propsito intrnseco. Si Dios existe yo tengo un propsito.

    Y si Dios no existe? En este caso, ya no soy la prolongacin de alguna fuerza o ser trascendental, ni tengo una naturaleza espiritual superior, infinita ni eterna. En resumen, si Dios no existe, yo soy mortal. Y qu sucede si soy mortal? Entonces, la muerte es el final contundente de mi existencia, y estos breves y fugaces aos de vida sern los nicos que co-nocer. Y cuando concluyan, fuera, fuera, fuego fatuo!. Este ser al que denomino yo, la suma de mi experiencia consciente, se apagar por el resto de la eternidad. Sin Dios no existe un mbito trascendental. En vez de ello, estoy abandonado a las fuerzas endebles de un universo indife-rente y mecanicista, soy un obstculo sacrificable en una mquina sin alma, un acto azaroso en un universo arbitrario, tan insignificante como una partcula de polvo csmico. Por lo tanto, sin Dios la vida no tiene un propsito o significado intrnseco.

    An ms, sin Dios no hay absolutos. Las as llamadas leyes eternas y las verdades incontrovertibles dejan de tener valor, se vuelven construc-ciones fabricadas por el hombre, tan defectuosas e imperfectas como los humanos que las concibieron. El bien y el mal se transforman en trmi-nos relativos, desprovistos de cualquier significado verdadero o absoluto.

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    Sin Dios no hay un orden moral absoluto en el universo. Nos converti-mos en hurfanos existenciales sin ningn propsito, perdidos para siem-pre en el vaco desierto y absurdo.

    As que Dios existe y yo soy inmortal, o no existe y lo nico que expe-rimentar es esta estada breve y gratuita en la Tierra. Con Dios todo se redime; sin El todo est perdido, incluida la esperanza. No hay una zona gris entre su existencia y su no-existencia, no hay nada en el medio. Nada yace entre lo infinito y lo finito, entre lo eterno y lo temporal, entre el propsito definitivo y el absurdo, entre la inmortalidad y la muerte. Y as, mientras que el hombre se encuentra a s mismo enfrentando al mundo, es el problema de la existencia de Dios el que exige ser resuelto ms que cualquier otro.

    Desde el momento en que tuve estas ideas confusas en mi adolescen-cia, esos aos de los que Wordsworth escribi estimulados por la mente filosfica, comprend que la bsqueda ms importante de mi vida sera si es que era posible adquirir un conocimiento claro y preciso de Dios. Acaso exista? Pero, qu podra hacer yo en otras circunstancias? No era este literalmente un asunto de vida o muerte, o mejor an, de vida eterna o de muerte eterna? Qu poda preocuparme ms que mi propia mortalidad? Si haba algo que yo pudiera decir que saba con toda certeza, era que algn da iba a morir. Ahora la pregunta era: marcara la muerte el final decisivo de mi existencia, o el advenimiento de un nuevo co-mienzo?

    Yo estaba en una poca en la que me senta comprometido a decidir cul camino de vida escoger. Pero, cmo poda concentrarme en seme-jantes trivialidades cuando no haba respondido a la pregunta de mi pro-pia mortalidad? Cmo poda justificar un inters en el maana mientras ignoraba una pregunta mucho ms importante: qu era yo con respecto a toda la eternidad?

    Por qu, cuando se supona que Dios era completamente bondadoso y poderoso, haba tanto dolor y sufrimiento en el mundo? Por qu un Dios todopoderoso permita que prevaleciera tanta miseria e injusticia en su reino? Por qu nos haba hecho tan frgiles y mortales? Con el tiempo, me fue difcil creer en un Dios que fuera bondadoso y omnipo-tente. En vez de esto, pareca que Dios, si exista, era completamente be-nvolo pero no todopoderoso o lo que era ms desconcertante an

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    que era todopoderoso pero no muy bondadoso. Como no tena respuestas a preguntas tan fundamentales, mi futuro

    se ergua ante m como un muro metafsico. El universo comenz a ad-quirir las proporciones de un vaco insondable, y empec a sentir que si no lo llenaba con el conocimiento de la existencia de Dios, eventual-mente me consumira. Necesitaba respuestas; necesitaba saber. Era este un mundo de magia y milagros, o no lo era? Quera ver si era posible obtener informacin tangible y verificable que demostrara o refutara la existencia de Dios de una vez por todas.

    Y as, como un caballero de la corte del Rey Arturo en busca del Santo Grial, le dije adis al mundo convencional y me intern en la selva in-mensa y oscura de la existencia, en busca de una respuesta a este pro-blema tan fundamental: Dios existe? Estuve muchos aos extraviado en esas selvas aparentemente impenetrables, muchas veces abatido y deses-perado, pensando que un da morira sin haber resuelto absolutamente nada.

    Pero finalmente, regres... Y adems, con lo que creo que puede ser la respuesta.

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    LIBRO I

    LA TEORA DE LA EVOLUCIN

    Cuestionarse todas las cosas; no claudicar ante ninguna dificultad; no aceptar ninguna doctrina propia o ajena sin el rgido escrutinio de la crtica negativa; no aceptar que ninguna falacia, incoherencia o confusin del pensamiento pase desa-percibida. Ante todo, insistir en tener el significado de una palabra entendido de numera clara y precisa antes de utilizarla, y el significado de una proposicin antes de aplicarla: estas son lecciones que aprendemos de los antiguos dialcticos.

    JOHN- STUART MILL La vida que no es examinada no tiene valor vivirla

    SCRATES Segn la doctrina del azar, debemos asumir el problema de indagar en la ver-dad; pues si morimos sin abrazar la Verdadera Causa, estaremos perdidos.

    PASCAL

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    CAPTULO I

    TIRARLE PIEDRAS A DIOS Alicia y la Oruga se estuvieron contemplando en silencio durante algn tiempo. Al fin, la Oruga se quit la boquilla y le habl con voz lnguida y adormilada. Quin eres t? pregunt la Oruga. Alicia replic, algo intimidada: Pues ver usted, seor..., yo..., no estoy muy segura de quin soy, ahora, en este momento; pero al menos s s quin era cuando me levant esta maana; lo que pasa es que me parece que he sufrido varios cambios desde entonces.

    L EW I S C A R R O L L

    uando tena veintin aos, mi exploracin del conocimiento de Dios tom un rumbo inesperado. En aquella poca, haba indagado

    en las mltiples religiones del mundo, pero termin frustrado por una serie de defectos e inconsistencias en la lgica que las rega. Haba inves-tigado los diversos fenmenos paranormales slo para descubrir un c-mulo de afirmaciones falsas y de argucias. Haba experimentado los efec-tos que tienen las drogas psicodlicas y la meditacin trascendental sobre la mente, pero slo tuve una serie de experiencias sensoriales distorsio-nadas, ninguna de las cuales me llev a adquirir un conocimiento de-mostrable de una realidad espiritual o de Dios. De hecho, estas experien-cias me alejaron an ms, mientras experimentaba con los efectos del LSD. Tuve un mal viaje que me produjo una depresin clnica severa, agravada por un desorden de ansiedad, de disociacin y despersonaliza-cin. Padec esta condicin durante un ao y medio, hasta que final-mente, con la ayuda de drogas farmacolgicas, regres a mi estado ante-rior, el cual era relativamente saludable.

    C

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    Aunque probablemente pagu un precio muy alto, gracias a esta ex-periencia obtuve un conocimiento invaluable sobre la naturaleza de mi alma supuestamente inmortal.

    Segn los diferentes credos (o religiones) que yo haba conocido, se supona que el alma humana tena una naturaleza espiritual, y era una entidad fija, permanente, inalterable y eterna. Todos sostenan que nues-tros cuerpos perecen al morir, pero nuestro yo la suma de nuestra experiencia consciente la esencia de nuestros pensamientos y senti-mientos, es decir, lo que se considera que constituye nuestra alma o es-pritu, perdura por toda la eternidad. Sin embargo, el hecho de que mi yo consciente se hubiera alterado tan drsticamente, me convenci de que no haba una esencia fija o eterna en m.

    Durante este perodo de un ao y medio, sufr una transformacin completa de mi yo eterno en dos ocasiones. Primero, mi conciencia se transform debido a las drogas psicolgicas, y la recuper un ao y medio despus, gracias a un medicamento conocido como inhibidor de mono-aminooxidasa (IMAO). Sin embargo, yo crea que la conciencia haba sido creada por un espritu y que era inmodificable, eterna e inmune a las influencias de la naturaleza fsica. Si esto era cierto, cmo era posible que mi experiencia consciente se alterara tras ingerir sustancias fsicas? Cmo era que una combinacin de molculas (materia pura) poda afec-tar algo tan aparentemente etreo como la conciencia, que supuesta-mente representaba mi alma inmutable y trascendental? Creer que la ma-teria poda afectar al espritu, que poda tener un impacto en el alma, me pareca semejante a creer que uno poda tirarle piedras a Dios. Si los espritus o las almas realmente existan, deberan ser inmunes a la in-fluencia material.

    El hecho de que mi conciencia mi alma supuestamente inmortal fuera susceptible a los efectos de sustancias qumicas (fsicas) me conven-ci de que la conciencia humana deba ser una entidad fsica regida por procesos estrictamente fsicos. Si esto era cierto, tendra que realizar una investigacin sobre la naturaleza de las ciencias fsicas si quera tener una mayor comprensin sobre la naturaleza de la conciencia lo que antigua-mente crea que constitua un alma.

    Hasta este punto, siempre haba tenido el mayor respeto por las cien-

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    cias fsicas y naturales. Me asombraba su capacidad para explicar racio-nalmente casi cualquier fenmeno, as como la invencin de instrumen-tos y tecnologas que hacen que la vida sea ms cmoda. Pero aunque haba admirado a las ciencias en el pasado, ahora las reverenciaba: Dios no me haba salvado, y menos yo. La ciencia, el instrumento de la razn, me haba salvado, y yo tena una deuda con ella. Yo era la prueba viviente de que la ciencia funcionaba y, por eso, deposit en ella la misma fe que muchos depositaban en un Dios o en una religin. Simplemente, se tra-taba de un paradigma que arrojaba resultados demostrables. No es que anteriormente yo no confiara en las ciencias. A modo de ejemplo, cada vez que accionaba el interruptor, confiaba en que la luz se encendera; la diferencia era que si antes haba dado por sentada mi fe, ahora era su fiel devoto.

    Tal como yo lo vea, la ciencia haba descifrado el enigma del alma humana; la ciencia haba demostrado que poda suministrar frmulas qumicas que tenan el poder de manipular la esencia de nuestras cogni-ciones, emociones y percepciones en casi cualquier aspecto, pues podan estimular qumica o elctricamente zonas del cerebro de tal forma que las personas fueran pasivas o agresivas, calmadas o maniticas, alegres o tristes, como si se halaran las cuerdas de una marioneta. A causa de esto, me haba convencido de que la mente, la que anteriormente crea que constitua mi mente trascendental, representaba ms bien el funciona-miento del cerebro, que es un rgano fsico. El alma no exista; las m-quinas no tienen fantasmas. Mis pensamientos (la conciencia humana) no eran la manifestacin de alguna fuerza o voluntad etrea, sino ms bien el producto de transmisiones sinpticas, de seales elctricas y qu-micas registradas en mi cerebro, lo que me generaba una variedad de sensaciones, percepciones, emociones y cogniciones, es decir, que se tra-taba estrictamente de un asunto de neuromecnica. Por lo tanto, hasta donde yo saba, el enigma del alma humana haba sido resuelto. De all en adelante, yo interpretara el origen de toda percepcin, sensacin, emocin y cognicin desde una perspectiva estrictamente neurofisiol-gica, es decir, cientfica.

    Aunque estaba seguro de que el alma trascendental no exista, segua abrumado por un problema de mayor importancia: la existencia de Dios.

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    Como se supona que Dios constitua la personificacin de todo lo espi-ritual, yo no tendra una certeza absoluta de la inexistencia de una reali-dad trascendental/espiritual hasta que no tuviera alguna explicacin ra-cional que me permitiera resolver el problema de la existencia de Dios. Y aunque era posible que Dios existiera, tambin era posible que yo tu-viera un alma trascendental. Por lo tanto, antes que nada, necesitaba re-solver el gran problema de Dios.

    Ya que las ciencias fsicas me haban ayudado a interpretar racional-mente la naturaleza intrnseca de la conciencia, me pregunt si sera po-sible utilizar este mismo instrumento de la razn para resolver el persis-tente problema de Dios. Podan las ciencias fsicas desentraar ese mis-terio? Hasta ahora, no lo haban hecho. Desde los bilogos hasta los as-trofsicos y fsicos cunticos, nadie haba suministrado una interpreta-cin cientfica de Dios. Por qu? Acaso Dios realmente exista ms all de nuestra comprensin y del entendimiento humano? O, haba una solucin fsica que nadie haba descubierto an?

    Como firme creyente en los mtodos de la ciencia, pens que deba existir una explicacin racional para todo. Al igual que un cientfico idea-lista, me sent inclinado a creer que nada estaba fuera de nuestro alcance. Si algo poda soarse, tambin poda razonarse.

    Mi rumbo ya estaba definido: sera un cientfico. Acumulara todo el conocimiento cientfico que pudiera obtener, y cuando me familiarizara con las distintas disciplinas, reemprendera mi exploracin del conoci-miento de Dios.

    Sin embargo, qu sucedera si resultaba que la ciencia era otra forma de adoctrinamiento psicolgico, una nueva religin para un mundo nuevo? Obviamente, los frutos de la ciencia me haban sacado de una fuerte depresin, pero y qu si era slo mi fe en la ciencia la que me haba curado, el resultado de algn tipo de efecto placebo, ni ms ni menos vlido que cuando los padecimientos de alguien son curados por un sanador religioso? Quiz los cientficos slo eran los sacerdotes supre-mos de una nueva fe, la cual, en vez de referirse a los dioses, se refera a partculas tan incomprensibles como esquivas. Quiz la ciencia era tan slo otro falso paradigma, una nueva mitologa para los tiempos moder-nos. Sin embargo, era posible que no lo fuera. Tal vez era un instrumento genuino por medio del cual los seres humanos podan tener una visin

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    ms clara y precisa sobre la naturaleza intrnseca de la realidad. Entonces, en qu deba creer yo? Cmo poda demostrar que los hechos cientfi-cos eran ms confiables que los religiosos? Ya era hora de definir mis propios trminos, y de investigar al investigador. Antes de poder deposi-tar mi confianza ciega en los procesos cientficos y de enfrascarme en una interpretacin cientfica de Dios que durara toda una vida, primero ten-dra que investigar la naturaleza de la fe que haba adquirido reciente-mente. Tuve que preguntarme: qu es la ciencia? Cmo funciona?

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    CAPTULO 2

    QU ES LA CIENCIA? La ciencia es un intento por hacer que la diversidad catica de nuestra expe-

    riencia sensorial corresponda a un sistema de pensamiento lgico y uniforme.

    EINSTEIN

    Las certezas absolutas no existen, pero s existen suficientes garantas de la vida humana.

    JOHN STUART MILL

    i quera justificar mi empresa de encontrar una explicacin cient-fica de Dios, primero tena que realizar una investigacin sobre la

    naturaleza misma de la ciencia. Esto fue lo que descubr: Qu es la ciencia? Como esta pregunta es ms bien amplia, tratar de

    explicarla en los trminos ms conceptuales posibles. Sin embargo, antes de comenzar, dir que, a pesar de la fe que se tenga en la ciencia, se debe entender que simplemente podra representar otro sistema de acepta-cin, otra manera que tienen los humanos de interpretar la realidad. Lo digo no por falta de conviccin, sino porque ni siquiera la ciencia puede garantizar algo con absoluta certeza. No hay nada que pueda hacerlo!

    Quin, por ejemplo, podra afirmar con una seguridad innegable que sus experiencias son algo ms que una ilusin o un sueo? Tal como dijo ChangTzu hace ms de dos mil aos, Una vez, yo, ChangTzu, so que era una mariposa que revoloteaba de ac para all, de repente des-pert. Ya no s si era un hombre que soaba que era una mariposa, o si soy una mariposa que suea que soy un hombre. No hay nada seguro! Con razn Scrates, uno de los hombres ms sabios que han existido, afirm que lo nico que saba era que no saba nada.

    S

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    No obstante, y dejando a un lado esta premisa, supongamos momen-tneamente que esta experiencia a la que llamamos vida no es un sueo. Supongamos que existimos ms o menos como lo imaginamos, y que nuestras experiencias son reales en la mayora de los casos. Aun as, nos es imposible tener un conocimiento absoluto sobre algo. Djenme expli-car.

    El nico recurso que tenemos los seres humanos para interpretar la realidad es a travs de la informacin adquirida por medio de nuestros rganos sensoriales fsicos. A travs de nuestros ojos absorbemos fotones de luz y podemos ver el mundo; a travs de nuestros odos absorbemos vibraciones y podemos escuchar; a travs de las terminales nerviosas que recubren la superficie de nuestra piel percibimos diferencias en la presin y temperatura, y podemos sentir el clima; a travs de nuestra nariz y len-gua absorbemos sustancias qumicas y podemos oleras y gustarlas. Para poder obtener un conocimiento sobre el mundo, toda la informacin debe pasar primero a travs de estos rganos, por lo que juegan un papel fundamental en determinar la manera en que percibimos la realidad. As como cada especie posee un conjunto de rganos sensoriales fsicos, cada una debe experimentar y luego interpretar la realidad desde su pers-pectiva nica y relativa.

    Por ejemplo, las moscas tienen un mecanismo diferente al nuestro por medio del cual absorben la luz, pues poseen unos rganos diferentes a lo que llamamos ojos. Y as como perciben el mundo de una manera dife-rente a nosotros, tambin deben interpretarlo de otro modo. As como una mosca ve el mundo desde su perspectiva de insecto, nosotros vemos el mundo desde nuestra perspectiva humana. Mientras que ellas tienen un conocimiento propio de los insectos, los humanos tenemos un cono-cimiento humano. Y as como una mosca slo puede tener el conoci-miento propio de un insecto, un ser humano slo puede tener un cono-cimiento humano. Por lo tanto, debemos aceptar que nuestra interpreta-cin de la realidad no es mejor ni ms real que la de una mosca: simplemente es diferente.

    Lo que determina nuestra perspectiva de la realidad no slo es la forma en que nuestros rganos sensoriales fsicos absorben la informa-cin sino tambin la manera en que nuestros cerebros la procesan. Por

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    ejemplo, a qu nos referimos cuando decimos que vemos una man-zana? Primero, a que los fotones de luz reflejados por una manzana son percibidos por nuestras retinas, las cuales convierten esa informacin en seales elctricas que luego son procesadas por nuestro cerebro. En con-secuencia, todo lo que consideramos real no son ms que seales elc-tricas interpretadas por el cerebro. Cuando comemos una manzana, sen-timos su textura, su aroma y su sabor. Esta experiencia slo se trans-forma en una percepcin coherente de la manzana como un todo des-pus de reunir estas impresiones sensoriales. Sin ese procesador in-terno por medio del cual coordinamos esta variedad de impresiones que recibimos constantemente, nos sera imposible darle un sentido a nues-tras experiencias.

    En los organismos ms primitivos, estos procesadores internos estn conformados por un conducto nervioso. A medida que la vida evolu-cion, este conducto tambin lo hizo hasta transformarse en un sistema nervioso integrado que converge en un punto central llamado ganglio, y lo que denominamos cerebro es una versin ms compleja de este punto. El cerebro humano es el procesador ms sofisticado de todos. Como cada organismo posee un mecanismo de procesamiento propio y nico es decir, su propio sistema nervioso central o cerebro todos deben, por tanto, interpretar la realidad desde su perspectiva nica y relativa.

    Adicionalmente, no slo cada especie percibe e interpreta la realidad desde su perspectiva exclusiva, sino tambin cada individuo. Todos los individuos de nuestra especie poseen una combinacin exclusiva de r-ganos sensoriales: ojos, odos, nariz, boca y piel. En otras palabras, no hay dos seres humanos que tengan exactamente el mismo conjunto de recep-tores sensoriales. Por ejemplo, como la mecnica fsica de mis ojos es diferente a la de mi vecino, yo percibo el color rojo de una forma dife-rente a la suya. Citando un ejemplo an ms extrem, alguien que tenga defectos en los conos de la retina y que sea completamente daltnico, percibir como gris o sin tono lo que yo veo como un rojo brillante. Y como cada individuo percibe el mundo desde su perspectiva propia y ex-clusiva, tambin debe tener una interpretacin de la realidad propia y exclusiva.

    As como los rganos sensoriales varan, lo mismo sucede con el pro-cesador o cerebro de cada uno. As como no hay dos personas que tengan

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    los mismos ojos, no hay dos personas que tengan el mismo cerebro. Por lo tanto, no slo cada individuo recibe la informacin sensorial de un modo diferente, sino que la procesa e interpreta segn su forma propia y exclusiva.

    Adems de estos factores, tambin debemos tener en cuenta el hecho de que cada individuo tiene un cmulo de experiencias vitales nicas. Y como esto tiene un efecto en el desarrollo cognitivo de cada individuo, tambin afecta el modo en que cada uno interpreta la realidad.

    Existen tres variables que determinan el modo en que cada especie (y cada individuo dentro de cada especie) interpreta la realidad. Estas varia-bles incluyen la naturaleza fsica de los rganos sensoriales de un orga-nismo, la naturaleza fsica de su procesador (cerebro), y el contenido de sus experiencias vitales.

    Teniendo en cuenta estas tres variables, imaginemos que dos amebas, dos moscas, dos chimpancs y dos seres humanos observan el mismo amanecer. Como cada una de estas entidades individuales absorbe y pro-cesa la energa de la luz irradiada por el sol de acuerdo con su naturaleza exclusiva, quin podra decir cul de sus experiencias es la ms autntica o real? Cul organismo podra atreverse a asegurar que ha visto un amanecer real? Cul organismo podra decir que su percepcin del color rojo del sol cuando comienza a salir es la ms genuina? El rojo es un constructo elaborado por el hombre, y no tiene relacin con el uni-verso fsico real ni con la realidad de las otras especies. Aunque podemos interpretar el amanecer como un fenmeno que tiene un color rojo, el amanecer en s no es as; esta es apenas la forma en que nuestra especie experimenta una longitud de onda de luz (600 nanmetros) cuando en-tra a nuestras retinas. Bsicamente, debemos reconocer que slo pode-mos concebir la realidad en la medida en que lo permite nuestra biologa.

    Como cada uno de nosotros percibe el mundo desde su perspectiva nica y por lo tanto, relativa se deduce entonces que todo conoci-miento debe ser relativo tambin. Como lo dijo Immanuel Kant, es im-posible conocer las cosas en s sino ms bien las cosas tal como las percibimos. En consecuencia, es imposible saber algo con absoluta cer-teza y, ms bien, slo podemos saber con una certeza relativa. Pero si esto es cierto, uno tendra derecho a preguntarse, por qu tratar de saber algo?

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    La respuesta a esta pregunta es simple. A pesar de lo relativas que pue-dan ser nuestras perspectivas, tenemos la capacidad de percibir las cosas de un modo semejante o, al menos, aproximado que nos brinda una in-formacin prctica sobre el mundo. A esto se debe, por ejemplo, que si a unas personas que observan la misma roca les preguntamos qu han visto, aunque cada individuo pueda percibir la roca desde su perspectiva propia y exclusiva, bsicamente cada uno aceptar que el objeto en cues-tin es realmente una roca. Si dentro de este mismo grupo de personas algunos dijeran haber visto un zapato, un banano, o un perro, entonces estaramos ante un problema. Pero afortunadamente, ese caso no se pre-senta en nuestra especie. Nuestros rganos sensoriales son tan consisten-tes que si situamos una roca frente a un grupo de personas, la mayora de ellas dir ver una roca. Aunque nunca podamos conocer una cosa en s y nunca podamos tener un conocimiento absoluto de nada nues-tros rganos receptivos y nuestros mecanismos internos de procesa-miento nos ofrecen una imagen del mundo suficientemente coherente como para brindamos una informacin prctica y confiable. De hecho, nuestros rganos receptivos nos ofrecen una informacin tan prctica y confiable que hemos desarrollado muchas disciplinas cientficas a partir de ellos, las cuales nos han permitido crear tecnologas tan prcticas y confiables como la luz elctrica, los hornos microondas, la energa nu-clear, los rganos artificiales, las naves espaciales, los antibiticos, los mi-croscopios electrnicos y los computadores, para nombrar slo algunos avances.

    Cul es entonces el secreto de la ciencia? Cmo nos permite procesar nuestra percepcin de las cosas y transformarla en luz elctrica o en un horno microondas? Qu aplicacin del conocimiento es este que nos ha ofrecido semejante profusin de tecnologas que enriquecen la vida? Para decirlo en trminos simples, cmo funciona la ciencia?

    La ciencia dispone de un proceso muy riguroso, conocido como el mtodo cientfico, y cuyos principios fueron enunciados originalmente por dos filsofos contemporneos, Sir Francis Bacon (1561-1626) en su libro Novum organum, y Rene Descartes (1596-1650) en su libro Discurso del mtodo. Descartes sugiri que a fin de obtener lo que llam un cono-cimiento claro y distinto de las cosas, tena que aplicarse un riguroso conjunto de principios a la forma en que se realizan las observaciones, y

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    denomin a esos principios como el mtodo cientfico. Pero, qu es el mtodo cientfico? No ofrecer una explicacin detallada de los princi-pios de Descartes, ms bien, intentar dar una interpretacin ms con-ceptual.

    El proceso cientfico opera en dos fases: la emprica y la estadstica. En la primera, el cientfico busca patrones en el universo basados en la ob-servacin emprica, es decir, informacin recibida gracias a los sentidos fsicos. Por ejemplo, a partir de la informacin adquirida a travs de los ojos que son rganos sensoriales un individuo percibe que el sol sale por el oriente y, al da siguiente, observa que ocurre lo mismo. Luego de varias observaciones, este cientfico en ciernes comienza a reconocer un patrn; basado en sus observaciones iniciales, podra concluir que es una regla el sol sale por el oriente. Como an tiene que confirmar esta teo-UtDVXVDILUPDFLRQHVVRQHVtrictamente hipotticas. A fin de cuentas, al-gunas observaciones simples escasamente permiten depositar una fe in-condicional en algo.

    En la segunda fase del mtodo este cientfico debe realizar una serie de pruebas que demostrarn o refutarn su hiptesis original. Por ejem-plo, podra observar el amanecer durante varios aos ms, permitiendo que cada observacin represente una prueba adicional que confirme su teora, y es all donde la fase estadstica entra en juego.

    Cuando el cientfico se siente seguro de haber obtenido pruebas que le permitan demostrar su teora, puede revelar sus descubrimientos a las personas que lo rodean, y ms concretamente a la comunidad cientfica mundial, la cual tiene el deber de revisar su hiptesis realizando sus pro-pias pruebas. Esto es necesario, pues las conclusiones de un solo observa-dor nunca deben aceptarse como una prueba slida; el cientfico podra divulgar sus hallazgos simplemente para llamar la atencin, o tal vez se trate de alguien tan ignorante que no sea capaz de diferenciar el oriente del occidente.

    As, otros cientficos realizarn sus propias pruebas para confirmar o invalidar los hallazgos del cientfico en mencin. Es probable que algu-nos de estos cientficos repitan los experimentos para ver si obtienen mis-mos resultados. Mientras tanto, otros podran evaluar su teora de otro modo. Por ejemplo, alguno intentara ver si obtiene la misma informa-cin desde otro lugar del planeta, pensando que en frica o en Asia el

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    sol pueda salir por el occidente. A medida que este proceso contina, los miembros de la comunidad

    cientfica y escptica realizarn tantas pruebas como sea posible antes de confirmar una teora. Una comunidad cientfica estara dispuesta a darle crdito a una teora slo despus de tener una informacin estadstica concluyente, en este caso, a la que sostiene que el sol sale por el oriente.

    Debemos recordar que las estadsticas no reflejan las certezas. Aunque el sol haya salido repetidamente por el oriente durante tanto tiempo como la humanidad haya registrado este fenmeno, la presuncin de que el sol sale por el oriente es slo una teora. El hecho de que el sol haya salido por el oriente durante todos los das hasta el presente, no significa necesariamente que lo har as maana. Por ejemplo, cmo podemos saber con absoluta certeza que el sol no explotar esta misma tarde por motivos ajenos a nuestro conocimiento? No podemos saberlo; lo que s sabemos es que el sol ha salido por el oriente durante tanto tiempo y con tal consistencia que probablemente maana lo haga del mismo modo; esto no es seguro, sino ms bien probable. Incluso Einstein reconoci que no hay un solo experimento que pueda demostrar que una teora es correcta, pero que basta uno para demostrar que una teora es incorrecta. (Por ejemplo, si el sol saliera por el occidente aunque fuera una vez, la teora actual se derrumbara). Por lo tanto, los cientficos no dicen que pueden ver el futuro, sino slo predecir lo que puede ocurrir o no con cierro grado de precisin, basados en las probabilidades.

    Pero si la ciencia est basada en simples probabilidades (y no en certe-zas), por qu deberamos depositar tanta fe en ella? Por qu asumir la ciencia con tanta conviccin? El motivo es que aunque el conjunto de las ciencias puede basarse en probabilidades, representa la fuente de infor-macin ms precisa y confiable que nos haya ofrecido hasta ahora m-todo, sistema, o paradigma alguno. Aunque un meteorlogo puede hacer un pronstico del tiempo errado en algunas ocasiones, con qu frecuen-cia recurrimos a un sacerdote, chamn o adivino para saber qu clima har maana? Aunque el mtodo cientfico puede basarse en simples pro-babilidades y ser por lo tanto imperfecto, ha demostrado ser, una y otra vez, la fuente de informacin ms confiable y precisa que tenemos.

    Cuando un cientfico tiene una causa probable para darle crdito a una teora y confa en que el patrn que ha descubierto ocurre con el

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    suficiente grado de consistencia, utilizar dicha informacin para sumi-nistrar ms. Un hecho deducido puede utilizarse para deducir el si-guiente. Si un cientfico acepta que el sol sale por el oriente, contar con un dato adicional para descifrar su universo, y contar con otra pieza del rompecabezas con la que tratar de obtener una visin ms global. En su bsqueda de respuestas, el cientfico utilizar sus descubrimientos para descifrar patrones ms esquivos. De esta forma, la ciencia confa constan-temente en s misma.

    Uno de los principios fundamentales de la ciencia es que toda causa tiene un efecto. Esto sugiere, a su vez, que cada efecto tiene una causa. Cuando se demuestra una teora es muy probable que algn cientfico quiera saber qu hay detrs. Una vez que acepte, por ejemplo, que el sol sale por el oriente, podra indagar con mayor profundidad en el misterio de este fenmeno al preguntarse: por qu el sol sale as? Ser acaso por-que hay un dios que hala el sol desde el oriente con una cuerda mgica, o ser tal vez porque la Tierra gira alrededor de un sol inmvil desde esa direccin? As, el cientfico podra indagar an ms en la comprensin de este fenmeno.

    Con la ayuda de varias herramientas que pueden utilizarse para au-mentar nuestra capacidad de observacin emprica (por ejemplo, con un telescopio para mejorar nuestra visin), un cientfico puede indagar con-tinuamente y con mayor profundidad en los misterios del universo y ad-quirir ms informacin, hasta obtener tanto conocimiento como sea hu-manamente posible.

    Sin embargo, hay quienes rechazan el mtodo cientfico y niegan su capacidad de interpretar nuestro mundo en trminos confiables. Hay quienes lo consideran una impostura, un artificio o un instrumento del engao. Estos individuos dicen que la ciencia es el juguete del diablo, una conspiracin creada para contradecir sus propias creencias religiosas. Tomemos por ejemplo la interpretacin judeocristiana del origen de la Tierra, tambin conocida como creacionismo. Los creacionistas recha-zan la evolucin del hombre a partir de los primates; tambin rechazan la idea de que la Tierra (al igual que la vida) data de algunos miles de millones de aos. A pesar de que sus creencias (por ejemplo, que el mundo fue creado en seis das hace unos seis mil aos) contradigan bi-bliotecas atestadas de informacin cientfica que ha sido cuidadosamente

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    documentada (y que ha sido adquirida a travs de la misma metodologa precisa que hizo posible la luz elctrica y los automviles), ellos insisten en que su punto de vista es el correcto. Cmo es que estas personas pueden refutar una informacin tan slida y encender al mismo tiempo sus ventiladores elctricos cuando sienten calor, o tomar antibiticos cuando estn enfermos? Cmo pueden denigrar de la ciencia para luego beneficiarse de sus posibilidades? Cmo hacen para justificar su acepta-cin de tecnologas mdicas como la terapia gentica o la clonacin, a la vez que continan negando los mismos principios evolutivos en los cua-les se basan dichos avances? No es posible tener una posicin acomoda-ticia; deben aceptarse las doctrinas de la ciencia (de la razn) o rechazar sus principios. O bien confiamos en el mtodo cientfico, o no confiamos en l.

    Un problema que muchas religiones tienen con la ciencia es que esta suele contradecirlas. Por ejemplo, en los tiempos pasados, si la tierra es-taba seca, los hombres rezaban para que lloviera; como no comprendan la causa fsica de este fenmeno, crean que las lluvias estaban determi-nadas por los caprichos de quienes vivan encima de las nubes, es decir, por la voluntad de los dioses. De qu otra forma podan los humanos explicar algo semejante? No podan hacerlo. Fueron necesarios miles de aos de investigaciones y descubrimientos cientficos para que pudira-mos entender la naturaleza de la evaporacin y condensacin de las mo-lculas de agua, es decir, la naturaleza de la lluvia. Sin embargo, el hom-bre necesitaba una explicacin. Qu otra cosa poda hacer? Aceptar que llova sin motivo alguno? Esto era poco probable, ya que es propio de la naturaleza humana indagar en la causa y naturaleza intrnseca de las co-sas.

    Actualmente tenemos suficiente informacin para no creer que la llu-via es producida por el capricho de los dioses, y que realmente se presenta gracias a una serie de causas y efectos fsicos. De este modo, la ciencia ha desvirtuado a los antiguos dioses; los ha despojado de sus poderes y los ha remitido a una fuente completamente neutral, indiferente a los asun-tos humanos, algo que los cientficos denominan las fuerzas de la natu-raleza.

    Ahora puedo entender por qu los humanos quieren creer en un dios, en una fuerza que nos protege y nos trata como a su criatura predilecta.

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    Creer en un dios nos brinda un sentido lleno de propsito y nos confiere una vida inmortal. Pero, debemos creer en esto aun a costa de todo lo que corresponde a la razn?

    Es as como, a los veintin aos, decid depositar mi fe en las ciencias fsicas: por qu no? En ese entonces, yo tena muchas razones para creer en la lgica del universo fsico, y ninguna para creer en una realidad es-piritual. Hasta que no se demostrara lo contrario, yo indagara en todas las cosas, incluyendo la naturaleza de la existencia de Dios, desde una perspectiva estrictamente fsica, es decir, cientfica.

    Pero, cmo se puede utilizar la ciencia para encontrar a Dios? A cul constelacin se debe apuntar el telescopio? Qu muestra hay que intro-ducir en el microscopio?

    ... Y as, mi bsqueda continu.

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    CAPTULO 3

    UNA HISTORIA MUY BREVE DEL TIEMPO, O TODO LO QUE QUE-RAS SABER SOBRE EL UNIVERSO PERO TEMAS PREGUNTAR

    Para dominar cualquier rama del conocimiento debes dominar primero la que est a su lado; y, por lo tanto, para saber algo, debes saberlo todo.

    O L I V E R W END E L L HO LM E S

    Y me entregu de lleno a investigar y a estudiar con sabidura todo lo que se hace en este mundo.

    A N T I G UO T E S T AM EN TO , E C L E S I A S T S

    Crees que puedes penetrar en los misterios de Dios?

    A N T I G UO T E S T AM EN TO , L I B R O D E J O B

    ntonces, me dediqu a buscar a Dios en numerosos textos cientficos; textos de qumica, biologa, fisiologa, psicologa, geologa, astrono-

    ma y cosmologa, para nombrar slo algunas disciplinas, y cada una era una escuela.

    Sin embargo, mientras ms estudiaba las diferentes ciencias, ms com-prenda que estaban profundamente relacionadas entre s. Era como si de alguna manera, los cientficos hubieran cometido el error de dividir la historia unificada de todo el universo fsico en varias pocas o catego-ras separadas y no reconocieran que estaban relacionadas de la manera ms esencial. Y as, mientras ms estudiaba, ms comprenda que la cien-cia era simplemente el estudio de la historia de todo el universo fsico

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    desde el comienzo de los tiempos. A medida que me embarcaba en mi nueva empresa sobre la interpre-

    tacin cientfica de Dios, decid comenzar con la fsica, ciencia que pare-ca abordar los principios ms fundamentales de la naturaleza. De la fsica aprend cmo surgi el universo hace aproximadamente 14 mil millones de aos, poca en la cual toda la materia estaba condensada en un solo punto de energa pura. Se cree que la presin en su interior fue tan grande que produjo una explosin enorme, lanzando as toda la energa del universo hacia el espacio, y que los cientficos llaman el big bang, o la gran explosin.

    Tal como dijo Einstein, la energa y la masa (materia) son intercam-biables: E=MC2. La energa es igual a la masa multiplicada por la veloci-dad de la luz (aproximadamente 300.000 kilmetros por segundo) al cua-drado. Esto significa bsicamente que la masa (materia) se transformar en energa si es acelerada a una velocidad lo suficientemente alta, y que se transformar en materia si la velocidad de la energa se reduce. Y as, en el lapso de una millonsima de segundo despus de la erupcin inicial del universo, la energa comenz a transformarse en las primeras partcu-las de materia. Al cabo de una diezmilsima de segundo despus del big bang, las fuerzas contenidas dentro de las partculas infinitesimales hicie-ron que estas se unieran entre s, formando unas partculas infinitesima-les aunque de mayor tamao. Tres minutos despus de que estas partcu-las subatmicas se haban formado, se transformaron en los primeros objetos materiales, conocidos como tomos; de litio, deuterio y de hi-drgeno, para ser exactos.

    Durante los 400 millones de aos posteriores a esta erupcin inicial, el universo existi como una nube expansible que contena bsicamente tomos de hidrgeno, los cuales, debido a la fuerza inicial del big bang, fueron lanzados an ms lejos en el espacio.

    La ley de la gravedad sostiene que toda la materia ejerce atraccin so-bre toda la materia. Esta tuerza, localizada en el interior de los tomos de hidrgeno, los hizo gravitar entre s, haciendo que se congregaran gran-des nubes gaseosas.

    Dos fuerzas operaban simultneamente en los tomos de hidrgeno: una que los lanzaba ms lejos en el espacio, y otra que los haca gravitar lateralmente entre s. Esta fuerza continu actuando sobre dichos tomos

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    hasta formar nubes descomunales. Como la fuerza de gravedad se dirige hacia el centro de los objetos, el peso de todo el hidrgeno que colapsaba sobre s gener una presin enorme dentro de los ncleos de estas nubes. Y cuando la presin en el interior de los ncleos se hizo ms fuerte de la que podan soportar los tomos de hidrgeno, estos comenzaron a fusio-narse. Debido a este proceso de fusin, cuatro tomos de hidrgeno se comprimieron o fusionaron para formar un tomo; ms pesado al que llamamos helio, una materia o elemento estable que hay en el universo. Cuando cuatro tomos de hidrgeno se fusionan para crear un tomo de helio, no toda la masa de estos es retenida dentro del helio. Realmente, una parte de la masa del hidrgeno se pierde en forma de energa, la cual es irradiada en forma de luz y calor. Cuando una de estas nubes de hi-drgeno comienza este proceso de fusin, la llamamos estrella, y nuestro Sol es un ejemplo perfecto de ello.

    Millones de aos despus del nacimiento de una estrella tpica, y una vez que la mayora de sus tomos de hidrgeno se han fusionado, el helio que es un elemento ms pesado comienza a fusionarse. Cuando los tomos de helio se fusionan, se transforman en carbono, un elemento an ms pesado. A medida que contina este proceso, se crean tomos o elementos ms nuevos y pesados dentro del ncleo de una estrella. Cuando una estrella se queda sin materia que pueda fusionarse, la estre-lla se vuelve inestable, lo que puede generar una gran explosin llamada supernova. Cuando esto sucede, todos los elementos recientes de una estrella se dispersan a travs del universo que se expande constantemente.

    En ese momento advert que los textos de fsica llegaban a su fin y que los de qumica estaban comenzando. Pareca como si, una vez que estos elementos recin creados comenzaron a interactuar entre s, la historia del universo se hubiera dividido en un campo de estudio completamente nuevo, como si hubiera sido arbitrariamente dividido en captulos sepa-rados. Al terminar con los libros de fsica, yo slo haba completado el primer captulo de esta serie csmica. Era hora de pasar al siguiente pel-dao en la historia del universo; al captulo dos: qumica.

    La fsica haba esbozado las fuerzas esenciales de la naturaleza, inhe-rentes a toda la materia. La ciencia que estudia la forma en que estas fuerzas afectan a las partculas de materia ms pequeas se denomina fsica atmica, cuntica o de partculas, y cuando estudia la forma en que

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    afectan la interaccin de objetos mucho ms grandes tales como planetas o estrellas se denomina astronoma, y si estudia el espectro total de toda la energa y materia que hay en todo el universo fsico se denomina cos-mologa.

    Una vez que la fsica me ofreci una explicacin de las diversas fuerzas atmicas y cmo se haban formado los diversos elementos, la qumica fsica procuraba explicar la dinmica implcita en las interacciones que suceden entre los diversos tomos. Como cada elemento que surge den-tro de estas estrellas est conformado por un nmero diferente de elec-trones (partculas subatmicas que tienen una carga negativa), cada tomo tiene una carga elctrica ligeramente diferente a la de los dems. Debido a sus cargas relativas, algunos tomos comenzaron a unirse entre s para formar partculas ms estables, conocidas como compuestos o mo-lculas. La qumica trata de interpretar el singular conjunto de propieda-des que poseen estas nuevas combinaciones atmicas, y explicar de qu forma reaccionan entre s. Por ejemplo, un tomo de sodio y otro de cloro tienden a unirse, creando un compuesto al que llamamos cloruro de sodio, ms conocido como sal. Gracias a esta nueva diversidad de to-mos distribuidos a travs del universo, surgi una gran variedad de nue-vas combinaciones moleculares. Despus de su comienzo incipiente, cuando el universo estaba conformado casi exclusivamente de hidrgeno, evolucion hacia una serie compleja de composiciones fsicas.

    Dependiendo de variables como la presin o la temperatura, cualquier compuesto poda existir en una de estas tres formas: slida, lquida, o gaseosa. Muchos de los compuestos que existan en forma slida fueron catalogados como minerales. Debido a la naturaleza atractiva de las fuer-zas electromagnticas y gravitacionales, estos minerales comenzaron a unirse para formar partculas ms grandes.

    Un resumen rpido de la astronoma: hace casi cinco mil millones de aos, unos nueve mil millones de aos despus del big bang inicial, nues-tro Sol se form a partir de una enorme nube de gas. Aunque casi toda la masa de esta nube giratoria estaba compuesta de hidrgeno, tambin contena muchos otros elementos ms pesados. Cuando el ncleo de esta masa de gases se condens y se transform en una estrella, algunos de los elementos ms pesados dispersos alrededor de la periferia de la nube co-menzaron a condensarse en grupos de minerales ms grandes.

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    Cuando uno de estos grupos de minerales perifricos pasa muy cerca de un estrella, es atrado por su enorme atraccin gravitatoria y arrastrado a su interior, y si el impulso de un grupo mineral es superior a la atraccin gravitatoria de la estrella, se internar en lo ms profundo del espacio. En el caso poco comn de que el impulso del grupo est en equilibrio con la atraccin gravitatoria de la estrella, quedar atrapado en el campo gravitacional de esta y se desplazar en forma elptica alrededor de ella. Esto es lo que conocemos como una rbita. Cuando un grupo grande de minerales cae en la rbita de una estrella, lo llamamos planeta. Vivimos en la Tierra, el tercer planeta ms cercano al Sol, que es la estrella de nuestro sistema.

    Algunas veces, formaciones ms pequeas de minerales quedan atra-padas en el campo gravitacional de un planeta y caen en su rbita.

    El grupo de minerales que gira en torno a un planeta se conoce como una luna; una estrella combinada con todos los planetas que giran en tomo a ella, se conoce como un sistema solar. Nuestro sistema solar est conformado por una estrella (el Sol) y nueve planetas (Mercurio, Venus, la Tierra, Marte, Jpiter, Saturno, Urano, Neptuno y Plutn*) que giran en torno a ella. A una escala an mayor, un grupo de sistemas solares se conoce como una galaxia, y todas las galaxias del espacio conforman el universo.

    Regresemos de nuevo al planeta Tierra, el satlite que gira en torno al Sol: recurramos a la ciencia conocida como geologa. La Tierra se form hace aproximadamente 4.600 millones de aos. En esa poca, la Tierra era un poco ms que una gran bola de roca derretida. Como no tena una atmsfera que la protegiera de los objetos que caan del espacio, la Tierra era bombardeada constantemente por grupos de minerales cono-cidos como meteoritos. A medida que estos caan, nuestro planeta segua incrementando su masa y tamao.

    Cuando los meteoritos caan a la Tierra, se liberaban enormes canti-dades de calor con tanta fuerza que se derretan, haciendo que los gases atrapados en el interior de los meteoritos se dirigieran a la incipiente

    * Desde el 24 de agosto de 2006 la Unin Astronmica Internacional, tras su Asam-blea General en Praga, clasific a Plutn como planeta enano o plutoide. Como dato curioso, en 2009 el Senado de Illinois (EEUU) decidi devolver a Plutn la categora de planeta.

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    atmsfera terrestre. Como los gases son livianos y voltiles, tienden a salir de los planetas

    y a desaparecer en el espacio. Por ejemplo, un planeta como Mercurio es tan pequeo que no tiene la atraccin gravitatoria suficiente para detener partculas tan livianas y voltiles, por lo cual no tiene atmsfera. A su vez, algunos planetas, como Jpiter, son tan grandes que las fuerzas gravita-cionales hacen que sus elementos gaseosos sean atrados hacia la superfi-cie del planeta y se condensen en estado lquido, razn por la cual no tienen una atmsfera adecuada.

    Sin embargo, la Tierra no era tan pequea como para contener las partculas gaseosas, ni tan grande como para comprimirlas en su superfi-cie. No estaba muy cerca del sol (cuyo calor afecta la volatilidad de los gases) como para que estos se fueran al espacio, ni tan lejos de l como para que se congelaran y adquirieran una forma lquida. En realidad, las condiciones de la Tierra eran tales que los gases emitidos se mantuvieron cerca de la superficie terrestre, y formaron una capa gaseosa alrededor del planeta, la cual conocemos como atmsfera. Si un meteorito quedaba atrapado en la atraccin gravitatoria de la Tierra, la friccin producida por el roce del meteorito contra las partculas gaseosas de la atmsfera haca que se quemara antes de llegar a la superficie terrestre. As, la Tierra comenz a enfriarse, pues ya no era vulnerable a las emisiones de calor producidas por los meteoritos que caan.

    Dos de los gases ms abundantes en el interior de los meteoritos eran el hidrgeno y el oxgeno, razn por la cual la atmsfera terrestre co-menz a llenarse de una gran cantidad de estos dos elementos. Debido a sus presuntas valencias o cargas elctricas, el oxgeno y el hidrgeno co-menzaron a unirse entre s, formando una molcula conocida como agua. A medida que las molculas de agua se acumularon en la atmsfera te-rrestre, empezaron a unirse en un vapor denso que eventualmente su-cumbi a la atraccin gravitatoria del plaera, haciendo que estas mol-culas fueran atradas a la superficie de la Tierra en forma de gotas cono-cidas como lluvia. Las primeras lluvias que cayeron sobre la Tierra, con-tribuyeron al enfriamiento de la superficie del planeta y a que otros gases atrapados fueran liberados en forma de vapor. Una mayor cantidad de agua evaporada produjo ms lluvia, generando as un enfriamiento pau-latino de la Tierra.

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    Este proceso continu durante casi mil millones de aos, luego de lo cual casi dos terceras partes de la Tierra se haban cubierto de agua, mien-tras que la parte restante estaba conformada por una capa de mineral endurecido. En el interior de estos ocanos bulla una mezcla de amo-naco, metano, agua, dixido de sulfuro e hidrgeno.

    En 1953, un investigador llamado Stanley Miller utiliz esta informa-cin para realizar un experimento muy importante:

    Miller utiliz un recipiente hermtico en el que los cuatro gases (Ori-ginales y primordiales) circulaban gracias a las descargas elctricas produ-cidas por electrodos de tungsteno (recreando las primeras tormentas te-rrestres). Miller mantuvo los gases circulando continuamente durante una semana, y luego analiz el contenido del recipiente; descubri que un sorprendente nmero y variedad de compuestos orgnicos se haban sintetizado, entre los cuales estaban algunos de los aminocidos ms im-portantes a nivel biolgico, al igual que sustancias como urea, cianuro de hidrgeno y cido actico y lctico.1

    Miller simul la evolucin qumica de la Tierra en su laboratorio y sintetiz aminocidos, los componentes bsicos de la materia orgnica, la esencia de toda forma de vida. Con esto, Miller logr lo que antigua- mente se consideraba como el privilegio exclusivo de los dioses. Pero lo cierto es que la evolucin orgnica fue posible sin la intervencin divina: slo se logr gracias a este cientfico equipado con sus recipientes herm-ticos, unos qumicos, una llama y un poco de electricidad.

    El universo que en un comienzo estaba constituido casi exclusiva- mente de hidrgeno, haba evolucionado, casi 10 mil millones de aos despus de su concepcin, hasta contener complejas cadenas de macro-molculas. Las macromolculas presentes en el carbono tenan unas pro-piedades tan particulares, que mis libros de qumica se desviaron sbita-mente hacia otra ciencia llamada qumica orgnica o bioqumica, y tuve que acudir a textos dedicados exclusivamente al estudio de estos com-puestos a base de carbono, similares a los que Miller haba sintetizado en su laboratorio.

    Regresemos a la Tierra: durante los mil millones de aos siguientes, estos compuestos orgnicos complejos (a base de carbono) se agitaron y mezclaron en el interior de los mares terrestres, de donde surgieron bi-llones de combinaciones moleculares, cada una con un conjunto nico

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    de propiedades fsicas y qumicas. Muchas de estas combinaciones mole-culares eran tan complejas que las inestabilidades naturales hicieron que se desintegraran de nuevo en sus partes contingentes.

    A medida que estas molculas ms grandes y complejas seguan mez-clndose en los mares terrestres, aparecan tambin nuevas combinacio-nes, cada una diferente a la anterior. Entre estas molculas orgnicas, algunas de las variantes tenan la capacidad para absorber la energa de la luz y el calor irradiados por la Tierra y el Sol. Debido a esta nueva capa-cidad, las molculas que anteriormente eran inestables pudieron utilizar estas fuentes externas de energa para permanecer estables.

    A pesar de esta nueva capacidad, ninguna de las macromolculas que absorban energa eran tan eficientes como para superar su inestabilidad natural. La capacidad de utilizar la energa solar simplemente les permita a estas complejas cadenas moleculares mantener su integridad estructural durante un tiempo adicional. Aun as, las molculas sucumbieron al cabo de poco tiempo a las inestabilidades naturales y desintegraron de nuevo.

    Nuevas variedades de estas macromolculas a base de carbono que absorban energa siguieron agitndose en los mares terrestres, y surgiera n algunas que tenan la capacidad de duplicarse antes de desintegrarse. Estas nuevas molculas podan asegurar la preservacin de su naturaleza risica gracias a la existencia de los duplicados. Pero debido a los efectos negativos de los rayos ultravioleta emitidos por el Sol, no todos los dupli-cados eran idnticos a las molculas de los que haban surgido, y las dife-rencias negativas atentaron contra su preservacin. Sin embargo, algunos duplicados eran ms eficientes en trminos energticos que .as molculas originales, y comenzaron a remplazaras. A medida que este proceso con-tinu, aparecieron combinaciones moleculares ms eficientes energtica-mente.

    Con el paso del tiempo, estas macromolculas complejas a base de carbono desarrollaron otras capacidades que maximizaron su habilidad para mantenerse estables. Algunas de esas capacidades incluan la inges-tin (la capacidad de absorber energa), la digestin (la capacidad de asi-milar la energa ingerida), la excrecin (la capacidad de expulsar sustan-cias nocivas derivadas de la energa), y la locomocin (la capacidad de moverse o cambiar de posicin). A medida que estas molculas que se

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    reproducan a s mismas y que absorban energa siguieron evolucio-nando, advert que mis libros de qumica orgnica tambin evoluciona-ban hacia una nueva ciencia llamada biologa.

    Al igual que las dems ciencias, la biologa tena su propia terminolo-ga. Por ejemplo, si las molculas podan realizar las funciones menciona-das, se deca que estaban vivas. Cuando una molcula haca una copia de s misma, se defina como un nacimiento; y cuando una de estas molculas se desintegraba, se hablaba de su muerte.

    Las primeras formas de vida se reprodujeron asexualmente, es decir, que slo necesitaban de una clula madre que se dividiera en dos clulas separadas. De nuevo, y debido a los efectos nocivos de la radiacin solar, muchas de las nuevas clulas presentaban pequeas mutaciones que las hacan ligeramente diferentes a sus predecesoras. Las variedades ms efi-cientes en trminos energticos tenan mayores probabilidades de sobre-vivir, y por consiguiente, de duplicarse y transmitir sus caractersticas (ras-gos) favorables. Por otra parte, las variedades menos eficientes tenan ma-yores probabilidades de desaparecer. Mis libros de biologa tenan un tr-mino muy especfico para este proceso orgnico de desaparicin: selec-cin natural, y la materia orgnica, es decir, la vida, continu evolucio-nando gracias a este proceso.

    A fin de llevar un inventario de estas composiciones de materia vi-vientes que variaban constantemente, los bilogos las clasificaron en va-rias categoras segn sus caractersticas inherentes. Las primeras formas de vida que aparecieron en la Tierra se dividieron en dos ramas distintas. La primera utilizaba el oxgeno de la Tierra como fuente de energa, mientras que la segunda utilizaba dixido de carbono. Los bilogos las dividieron en dos clasificaciones separadas, conocidas como reinos. Las formas que utilizaban dixido de carbono para complementar su fuente de energa fueron clasificadas dentro del reino vegetal, mientras que las que utilizaban oxgeno fueron clasificadas dentro del reino animal. Con el paso del tiempo, estos dos reinos continuaron diversificndose, y cada uno de ellos sigui generando una gran cantidad de formas singulares (especies). En los 3000 millones de aos siguientes, una multitud de estas nuevas especies se propag por la Tierra, cubriendo su superficie con una capa orgnica delgada.

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    Tres mil millones de aos despus de que la vida hubiera evolucio-nado, los mares se poblaron con una variedad de estas formas animales y vegetales. Fue por esa poca que uno de los animales que habitaba en el mar desarroll una mdula espinal, una vaina protectora que recubra el sistema nervioso de su organismo y le ayudaba a distribuir las clulas nerviosas a travs de su cuerpo. Esto supuso el comienzo de una nueva clasificacin de los animales a los que los bilogos llamaron subfilum ver-tbrata. Los vertebrados se diversificaron, y los bilogos los clasificaron en categoras separadas, conocidas como clases. La primera clase de vertebrados que surgi fueron los peces.

    Unos 100 millones de aos despus, algunos de estos peces desarro-llaron la capacidad de sobrevivir en la Tierra y en el agua, y los bilogos los clasificaron como anfibios. Unos 100 millones de aos ms tarde, una nueva clase de vertebrados exclusivamente terrestres evolucion a partir de los anfibios: los reptiles.

    Durante los 50 millones de aos siguientes, algunos de los reptiles evolucionaron y sus escamas fueron reemplazadas por plumas, sus huesos se hicieron huecos y desarrollaron la capacidad de volar; eran las aves. Aproximadamente 40 millones de aos despus, otra criatura terrestre surgi a partir de los reptiles: los mamferos. Ellos se diferenciaban de sus predecesores los reptiles en que los embriones se desarrollaban dentro del cuerpo materno y no en un huevo incubado externamente. Los mamferos producan leche con la que podan alimentar a sus cras. Estaban recubiertos de pelo, eran homeotrmicos (de sangre tibia) y lo importante, desarrollaron un cerebro mucho ms grande que les permi-ta responder a su entorno de una manera mucho ms sofisticada que todas las dems formas de vida de la Tierra.

    Diecisis subclases, conocidas como rdenes, surgieron entre los ma-mferos. Algunos de estos rdenes eran los roedores (ratas, ratones, ardi-llas, etc.), los carnvoros (gatos, perros, osos, etc.), los cetceos delfines, ballenas, marsopas, etc.) y los artiodctilos (vacas, ovejas, carneros, vena-dos, etc.). Aproximadamente 100 millones de aos despus de la apari-cin de los mamferos (hace unos 50 millones de aos), pareci un orden de mamferos conocido como primates, los cuales se diferenciaban de los dems mamferos, pues desarrollaron caractersticas tan adaptativas

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    como visin estereoscpica, mayor movilidad de los dgitos (dedos), com-plementados con un pulgar opuesto a ellos, y cerebros ms grandes, par-ticularmente, una mayor corteza cerebral (la parte del cerebro que con-tiene los recuerdos y donde se generan la mayora de los procesos comu-nicativos).

    A medida que transcurri el tiempo, los primates se diversificaron hasta evolucionar a una familia llamada homnidos, quienes mantenan una posicin erecta, a diferencia de sus antecesores que caminaban en cuatro patas. Con esta nueva adaptacin, dichos animales contaban con dos extremidades con las que podan sostener, cargar y manipular objetos mientras se desplazaban. Los homnidos continuaron evolucionando hasta hace unos 100 millones de aos, cuando alcanzaron la cspide con la aparicin de una nueva especie: el Homo sapiens, ms conocida como los humanos. Este animal humano haba desarrollado cuerdas vocales con las que poda emitir una variedad de sonidos, aumentando su capa-cidad para comunicarse entre s. Adicionalmente, los humanos desarro-llaron ciertas estructuras cerebrales que les permitieron organizar los so-nidos de tal forma que podan crear palabras, es decir, combinaciones de sonidos que representaban objetos. El uso de las palabras les permiti a los humanos transmitir ideas con gran precisin. Estas cualidades, suma-das a una mayor capacidad de almacenar y procesar informacin, hizo del homo sapiens la criatura ms poderosa de la Tierra.

    Antes de profundizar ms en otras disciplinas relacionadas exclusiva-mente con el animal humano, me gustara aclarar algunas cosas. En unas pocas pginas, he pasado del origen de la primera materia orgnica al surgimiento de la humanidad. Por medio de cul proceso se dio dicha evolucin? Cmo es posible que en el lapso de 3500 millones de aos, una simple membrana celular pudiera transformarse en carne, una va-cuola en un sistema digestivo complejo, o un ncleo celular en un cere-bro? Cmo pudieron transformarse las escamas de un reptil en plumas, o sus patas en alas? Qu tipo de alquimia orgnica o de hechicera mo-lecular era esta que poda transformar criaturas de un modo semejante? A manera de ilustracin, citemos como ejemplo a un ser humano.

    Dos clulas un espermatozoide y un vulo entran en contacto. Las dos clulas son diferentes a todas las que hay en el cuerpo humano, pues cada una contiene slo la mitad de los cromosomas de su portador. En

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    el interior del ncleo de la clula (del espermatozoide) est la mitad de los cromosomas del padre, mientras que la mitad de los de la madre est dentro de la otra clula, el vulo. Cuando estas dos clulas incompletas a nivel cromosmico entran en contacto y el vulo es fertilizado, los dos conjuntos de cromosomas se unen y se combinan, formando una clula distinta y completa a nivel cromosmico. Este conjunto de cromosomas que se encuentra dentro de la clula recin fertilizada contiene todos los elementos necesarios para crear un ser humano completamente desarro-llado. Los cromosomas estn compuestos de secciones llamadas genes, y cada gen contiene informacin para crear varios de los futuros rasgos f-sicos de un individuo. Por ejemplo, mientras que un gen puede contener la informacin que determinar el sexo de una persona, otro gen puede contener informacin que determinar el color de la piel, otro que de-terminar la estatura, el color del cabello, etctera. Esta lista de caracte-rsticas fsicas se extiende a toda la anatoma, desde la forma del crneo hasta las plantas de los pies y toda est contenida en los genes.

    Pero, qu son los genes? Segn el bilogo William Keeton, un gen es una unidad hereditaria; una fraccin de una molcula de ADN (cido desoxirribonucleico).2 La siguiente es la descripcin tcnica hace Keeton de esta molcula:

    La molcula tiene una estructura en forma de escalera, las dos colum-nas estn compuestas por grupos de azcares y fosfatos, y los peldaos entrecruzados estn compuestos por bases nitrogenadas en parejas. Cada peldao tiene una base purina (cualquiera de las bases nitroge-nadas con anillos dobles) y una pirimidina (cualquiera de las bases nitrogenadas con anillos simples). Cuando la purina es guanina, la pirimidina siempre har pareja con la citosina; cuando la purina es adenina, entonces la pirimidina es timina. La adenina y la timina es-tn unidas por dos cadenas de hidrgeno, mientras que la guanina y la citosina estn unidas por tres.3

    As pues, los genes estn conformados por ADN, una macromolcula

    constituida por una combinacin de molculas de azcar y molculas a base de nitrgeno, ordenadas en una estructura con forma de escalera

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    retorcida, conocida como doble hlice. En esencia, los genes estn con-formados por molculas. Pero, qu son las molculas? Son grupos de dos o ms tomos. Por ejemplo, una molcula de azcar, como la que se en-cuentra en el ADN, est conformada por una combinacin de tomos de carbono, oxgeno e hidrgeno.

    tomos de carbono, oxgeno e hidrgeno, bases nitrogenadas, fosfa-tos: estos son los ingredientes esenciales necesarios para crear un ser hu-mano. En la disposicin particular de estos tomos est contenida la in-formacin necesaria para crear toda la estructura fsica de una persona, informacin que existe antes de que esta se convierta en un embrin. El sexo, el color de la piel y de los ojos, la estatura, la visin, la audicin y la tendencia a padecer enfermedades mentales o fsicas como el asma, la diabetes, la esquizofrenia, el Alzheimer y las alergias, as como rasgos de la personalidad como tendencia a la timidez, a la agresividad, a la curio-sidad, a la depresin, al deporte, a la musicalidad, a la capacidad mate-mtica, o a la jovialidad, para citar slo algunos ejemplos, todo est con-tenido dentro de esa clula fertilizada, la esencia de nuestra historia de vida fsica y psicolgica latente desde el mismo instante en que somos concebidos.

    El espermatozoide y el vulo se unen para crear una clula fertilizada que contiene una gran informacin. Esta clula tiene instrucciones para dividirse y, cuando esto ocurre, la persona que se est formando existe como dos clulas, y cada una contiene toda la informacin necesaria para crear un ser humano completamente desarrollado. Estas dos clulas se reproducirn hasta formar un grupo. En el interior de cada uno de los cromosomas de estas clulas hay informacin que les ordenar producir otras ms especializadas, como por ejemplo, clulas nerviosas, sanguneas y musculares. Con la aparicin de estas clulas especializadas, el embrin en formacin seguir diferencindose y creciendo dentro del vientre ma-terno hasta los nueve meses, cuando estar listo para nacer.

    As que para decirlo en trminos generales, todos nuestros rasgos es-tn predeterminados desde el momento de nuestra concepcin. Pero qu son exactamente los rasgos? Son las caractersticas que distingan no slo una especie de otra, sino tambin a cada individuo dentro de la misma especie. De dnde surgen estos rasgos? De la informacin con-tenida en los genes del organismo, los cuales son un grupo particular de

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    tomos que conforman sus cromosomas. Por ejemplo, el hecho de que todos los peces tengan aletas implica

    que en algn lugar de sus cromosomas hay un gen o grupo de estos que le ordenan producir aleras al embrin del pez. Esto no slo es vlido para las aletas de los peces, sino tambin para todas y cada una de las caracte-rsticas fsicas que tienen los peces. Como no hay ningn rasgo que pueda desarrollarse por su propia voluntad, esto significa que por cada rasgo que tenga un pez, debe existir algn gen o grupo de estos, responsable por su aparicin. Por lo tanto, debemos aceptar una explicacin gentica y evolutiva de este fenmeno, a no ser que creamos que todos los peces tienen aletas como resultado de algn accidente o coincidencia increble. De este modo, el animal que se ha formado tiene un conjunto de rasgos correspondientes a la informacin almacenada dentro de sus genes, la cual se ha establecido desde el momento en que es concebido.

    Como cada especie posee su propio conjunto de rasgos, cada una debe poseer su propio conjunto de genes. El hecho de que un pez tenga aletas significa que la disposicin molecular de sus genes debe ser diferente a la de una criatura que no tenga aletas. El hecho de que todos los peces ten-gan aletas (exceptuando, por supuesto, las mutaciones extremas que su-ponen excepciones a la regla), significa que los genes de aletas deben estar presentes en el ADN de todos los peces.

    Puesto que cada ejemplar que nace de un organismo reproducido se-xualmente est conformado por una mezcla nica de los cromosomas de sus dos padres, cada individuo vara en algn grado de todos los dems. De este modo, aunque todos los peces puedan poseer genes de aletas, las aletas variarn ligeramente de un pez a otro.

    Lo mismo se aplica para los humanos. Aunque todos poseemos genes que le ordenan a nuestros cuerpos desarrollar dos ojos, estos son ligera-mente diferentes en cada persona. Esto es vlido para todas caractersti-cas que poseemos como especie, ya sea que se trate de la estatura, del sentido auditivo, del aparato seo, de la estructura facial, de la constitu-cin del corazn, riones o sistema inmunolgico. En cierto sentido, cada una de nuestras partes, desde las clulas hasta los rganos, es tan propia de cada individuo como las huellas dactilares; todos las tenemos, pero no hay dos que sean iguales.

    En la continua competencia por la vida, las criaturas cuyas variaciones

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    son las ms aptas o adaptadas a su entorno, tienen una mayor probabili-dad de sobrevivir y, por ende, de transmitir sus genes a las generaciones futuras, as como sus rasgos favorables.

    As como no hay dos individuos iguales, tampoco lo es la informacin gentica de dos generaciones de una misma especie. Como cada genera-cin sufre un proceso de seleccin natural, es probable que cada una est mejor equipada para sobrevivir en su entorno que la anterior. La vida permanece en un continuo estado de cambio, y cada especie madura y evoluciona constantemente con el paso de cada generacin.

    A continuacin, ofrecer un ejemplo hipottico de la forma en que funciona este proceso de seleccin natural: supongamos que hay un lugar donde la tierra es plana, en el que abundan las plantas y los rboles, ha-bitada por unos animales de un metro de altura, semejantes a los caba-llos, y a los que llamar necus. Un macho y una hembra se aparean y tienen tres necus. Debido a la forma en que se combinan los genes de los padres, es inevitable que las tres cras sean diferentes entre s. En lo que se refiere, por ejemplo, a la altura, y basados en las leyes de la variacin gentica, es posible que cualquiera de los tres sea ms alto o ms bajo que sus padres. Supongamos tambin que ocurri un accidente geolgico que transform esta exuberante regin en una zona rida, y que gran parte de la vida vegetal ha desaparecido. Los necus, que son herbvoros, se en-cuentran sbitamente en una competencia despiadada por los escasos recursos alimenticios. Infortunadamente, un necus promedio, que slo alcanza un metro de altura, slo puede alcanzar las ramas ms bajas de los rboles, muchas de las cuales ya han sido comidas por otros.

    Regresemos a la camada: a diferencia de la mayora de los ejemplares de esta especie, el ms alto de los tres puede alcanzar las ramas ms altas y, por lo tanto, tiene una mayor probabilidad de vivir ms tiempo, repro-ducirse y transmitirles los genes a sus descendientes.

    A diferencia de sus hermanos ms bajos, que tienen una menor pro-babilidad de sobrevivir, el necus ms alto logra aparearse, pasndole los genes de su estatura a su camada. A su vez, el ms alto de esta nueva camada tambin tiene una mayor probabilidad de sobrevivir y de trans-mitir los genes de su estatura a la suya. A medida que esta dinmica se repite durante varias generaciones, es muy probable que la altura prome-dio del necus sea mayor que la de sus predecesores. De este modo, cada

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    especie experimenta cambios constantes y sufre continuas modificacio-nes para poder cumplir con las exigencias de su entorno cambiante. Al-gunas veces, estas fluctuaciones evolutivas ocurren en una progresin lenta pero firme, y la especie se transforma en un perodo de tiempo con-siderable. Otras veces, aparece una mutacin gentica favorable tan dife-rente a la de sus congneres, que la especie puede transformarse en el lapso de unas pocas generaciones (esta revisin del darwinismo bsico fue postulada originalmente por Stephen J. Gould en una teora que de-nomin equilibrio salpicado, la cual sostiene que la creacin de una nueva especie a veces sucede de manera rpida y no en progresin lenta y que luego es seguida por prolongados periodos de estabilidad).

    En el caso del necus imaginario, si continuaran las sequas y la escasez de comida, las fuerzas de la seleccin natural seguiran eliminando a quie-nes estuvieran peor equipados para sobrevivir a estas condiciones, y pre-servaran a los ms aptos. Es probable que luego de diez millones de aos de un proceso de seleccin natural como este (equivalente a unas 100.000 generaciones), los necus alcanzaran una altura promedio de tres metros, haciendo que parecieran ms jirafas que caballos. En este caso, los necus habran evolucionado a una especie diferente con una nueva secuencia de genes. Tal parece que la necesidad es la madre de la selec-cin.

    A fin de ofrecer un ejemplo real de cmo la presin del entorno puede alterar la fisiologa de un especie, me referir a un caso verdico: al de la Biston betularia, comnmente conocida como polilla del abedul. Durante el siglo XIX, esta especie, que era predominantemente blanca, evolucion hacia una variedad mucho ms oscura. Originalmente, la variedad ms clara pasaba la mayora del tiempo en rboles cuyas cortezas tenan la misma pigmentacin de sus alas, dificultando que sus depredadores las detectaran, un mecanismo adaptativo conocido como camuflaje. Sin em-bargo, con el advenimiento de la revolucin industrial, los residuos de las fbricas cercanas cubrieron los bosques de polvo y holln, oscure-ciendo as la superficie de los rboles. Como las polillas blancas, que eran la mayora de su especie, podan ser detectadas ms fcilmente por sus predadores, tenan una mayor probabilidad de