Dios Está en La Vida de Toda

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Dios está en la vida de toda persona San Pablo enseña que las tribulaciones, las angustias, la persecución, el hambre, la desnudez, los peligros, la espada no son suficientes para separarnos de Dios (Cf. Rm 8, 35). Ahora bien, ¿se podría decir lo mismo de los vicios, la droga o cualquier otra cosa sin distinción? ¿Tampoco pueden extirpar la presencia de Dios en nosotros? Pregunta análoga se podría formular si esto nos lo propusieran como certeza dogmática… Y las preguntas se comienzan a multiplicar. Porque no queda claro si Dios habita de la misma manera el alma de un buen cristiano que practica los mandamientos, aunque con dificultad y sufrimiento y hasta caídas, que en la de un pecador que no busca a Dios y además lo desprecia viviendo de forma escandalosa. La verdad es que este tema tiene muchos matices y no puede ser, de ninguna manera, tratado con ligereza. Una certeza dogmática, desde luego, no admite ambigüedades o lagunas a la hora de ser transmitida. Gracias a Dios, la teología católica nos aclara cuáles y cómo son las presencias de Dios en nuestras vidas. Francisco

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Dios est en la vida de todapersonaSan Pablo ensea que las tribulaciones, las angustias, la persecucin, el hambre, la desnudez, los peligros, la espada no son suficientes para separarnos de Dios (Cf. Rm 8, 35). Ahora bien, se podra decir lo mismo de los vicios, la droga o cualquier otra cosa sin distincin? Tampoco pueden extirpar la presencia de Dios en nosotros? Pregunta anloga se podra formular si esto nos lo propusieran como certeza dogmtica Y las preguntas se comienzan a multiplicar. Porque no queda claro si Dios habita de la misma manera el alma de un buen cristiano que practica los mandamientos, aunque con dificultad y sufrimiento y hasta cadas, que en la de un pecador que no busca a Dios y adems lo desprecia viviendo de forma escandalosa.La verdad es que este tema tiene muchos matices y no puede ser, de ninguna manera, tratado con ligereza. Una certeza dogmtica, desde luego, no admite ambigedades o lagunas a la hora de ser transmitida. Gracias a Dios, la teologa catlica nos aclara cules y cmo son las presencias de Dios en nuestras vidas.FranciscoPor mi parte,tengo una certeza dogmtica: Dios est en la vida de toda persona. Dios est en la vida de cada uno. Yaun cuando la vida de una persona haya sido un desastre, aunque los vicios, la droga o cualquier otra cosa la tengan destruida,Dios est en su vida. Se puede y se debe buscar a Dios en toda vida humana. Aunque la vida de una persona sea terreno lleno de espinas y hierbajos, alberga siempre un espacio en que puede crecer la buena semilla. Es necesario fiarse de Dios. (Entrevista con Antonio Spadaro s.j., 19-VIII-2013)

Enseanzas del MagisterioTabla de contenidoSanto Toms de Aquino-Dios est en todos, pero no del mismo modoSan Agustn-Dios est en la vida de todos?-Dios no habita en todos. Por causa del pecado el pecador se aleja de DiosConcilio de Trento-Quienes son los domsticos de Dios?-Dios tiene amigos e enemigos.-Quien ama a Dios guarda su palabra e sus mandamientos-Pecador, igual a: hijos de iraJuan XXIII-Amigos de Dios por la gracia sobrenaturalCatecismo de la Iglesia Catlica-Si no amamos a Dios no podemos estar unidos a lBenedicto XVI-Hay quienes se colocan lejos de Dios

Santo Toms de Aquino Dios est en todos, pero no del mismo modoRespondo:Dios est en las cosas de un modo doble. 1)Uno, como causa agente; y as se dice queest en todas las cosas creadas por l. 2)Otro, como est en el agente el objeto de la accin. Esto es propio de las operaciones del alma como lo conocido est en el que conoce, y lo deseado en el que desea.De este segundo modo est Dios especialmente en las criaturas racionales, que le conocen y le aman actual o habitualmente.Como quiera que la criatura racional tiene esto por gracia, como veremos (q.43 a.3), se dice que est en los santos por gracia.Lo referente a cmo est en las dems criaturas se puede entender considerando lo que sucede en las dems cosas humanas. Se dice que el rey est en potencia en todo su reino, aunque no est presente fsicamente en todas partes. Se dice que alguien est por presencia en todo lo que cae bajo su mirada. As se dice que alguien est en casa y, sin embargo, sustancialmente no est en todas y cada una de las partes de la casa. Por sustancia o esencia se dice de aquel que est presente en un lugar ocupado por su totalidad fsica. [] As, pues, hay que decir que [Dios] est en todos por potencia en cuanto que todo est sometido a su poder; que est por presencia en todos en cuanto que todo queda al descubierto ante El; que est en todos por esencia en cuanto que est presente en todos como razn de ser.(Santo Toms de Aquino, Suma Teolgica I q. 8, a. 3)San Agustn Dios est en la vida de todos?Pero lo que despierta mucho asombro es el hecho queDios, estando entero en cada lugar, no obstante no habita en todos los hombres. A todos en efecto no puede aplicarse la afirmacin del Apstol ya citada, o incluso esta otra: No sabis que eres templo de Dios y que el Espritu de Dios vive en ustedes? (1Cor 3, 16) En sentido contrario el mismo Apstol dijo con respecto a algunos:Quin no tiene el Espritu de Cristo, no pertenece a l (Rm 8, 9). Quin, adems se atrevera a pensar, excepto quien ignora enteramente la indivisibilidad de la Trinidad, que el Padre y el Hijo puedan habitar en alguien en quien no vive el Espritu Santo?, o que el Espritu Santo posa habitar en alguien en quien no habita el Padre y el Hijo?Pues se debe admitir que Dios est por todas partes con la presencia dela divinidad, pero no por todas partes con la gracia con la cual habita en las almas.(San Agustn, Epstola 187) Dios no habita en todos. Por causa del pecado el pecador se aleja de DiosPues bien, Dios que est por todas partes entretanto no habita en todos, ni vive de manera igual en los cuales habita.[]Uno entonces dice que son lejos del l sos que debido al pecado son totalmente diferentes de l; que son prjimos de l los cuales, con una vida santa asemllanse con l, del mismo modo que justamente se dice que os ojos son tanto ms lejos dela luz dela tierra, cuanto ms ciegos son.(San Agustn, Epstola 187)Concilio de Trento Quienes son los domsticos de Dios?Justificados, pues, de esta manera y hechos amigos y domsticos de Dios(Jn 15,15 Ep 2,19), caminando de virtud en virtud (Ps 83,8), se renuevan (como dice el Apstol) de da en da (2Co 4,16); esto es, mortificando los miembros de su carne (Col 3,5) y presentndolos como armas de la justicia (Rm 6,13-19) para la santificacin por medio de la observancia de los mandamientos de Dios y de la Iglesia(Denzinger-Hnermann 1535.Pablo III, Conclio de Trento Sesin sexta, Decreto sobre la justificacin, 13 de enero de 1547) Dios tiene amigos e enemigosA esta disposicin o preparacin, sguesela justificacinmisma que no es slo remisin de los pecados [Can. 11], sino tambin santificacin y renovacin del hombre interior, por la voluntaria recepcin de la gracia y los dones,de donde el hombre se convierte de injusto en justo y de enemigo en amigo, para ser heredero segn la esperanza de la vida eterna (Tt 3,7).(Denzinger-Hnermann 1528.Pablo III, Conclio de Trento Sesin sexta, Decreto sobre la justificacin, 13 de enero de 1547) Quien ama a Dios guarda su palabra e sus mandamientosPorque los que son hijos de Diosaman a Cristo y los que le aman., como El mismo atestigua,guardan sus palabras(Jn 14,23); cosa que, con el auxilio divino, pueden ciertamente hacer.(Denzinger-Hnermann 1536.Pablo III, Conclio de Trento Sesin sexta, Decreto sobre la justificacin, 13 de enero de 1547) Pecador, igual a: hijos de iraTodos los pecados mortales, aun los de pensamiento,hacen a los hombres hijos deira [Ef2, 3] yenemigos de Dios.(Denzinger-Hnermann 1680.Julio III, Conclio de Trento 14 sesin)Juan XXIII Amigos de Dios por la gracia sobrenaturalSi, por otra parte, consideramos la dignidad de la persona humana a la luz de las verdades reveladas por Dios, hemos de valorar necesariamente en mayor grado an esta dignidad, ya quelos hombres han sidoredimidos con la sangre de Jesucristo,hechos hijos y amigos de Dios por la gracia sobrenaturaly herederos de la gloria eterna.(Denzinger-Hnermann 3957.Juan XXIII, Pacem in terris, n. 10, 11 de Abril de 1963)Catecismo de la Iglesia Catlica Si no amamos a Dios no podemos estar unidos a lSalvo que elijamos libremente amarle no podemos estar unidos con Dios.Perono podemos amar a Dios si pecamos gravemente contra l, contra nuestro prjimo o contra nosotros mismos: Quien no ama permanece en la muerte. Todo el que aborrece a su hermano es un asesino; y sabis que ningn asesino tiene vida eterna permanente en l (1 Jn3, 14-15).(Catecismo de la Iglesia Catlica, n. 1033)Benedicto XVI Hay quienes se colocan lejos de DiosPuede haber personasque han destruido totalmente en s mismas el deseo de la verdady la disponibilidad para el amor. Personas en lasque todo se ha convertido en mentira;personasque han vivido para el odio y que han pisoteado en ellas mismas el amor.sta es una perspectiva terrible, peroen algunos casos de nuestra propia historia podemos distinguir con horror figuras de este tipo.En semejantes individuos no habra ya nada remediable y la destruccin del bien sera irrevocable: esto es lo que se indica con la palabra infierno.(Benedicto XVI, Spe salvi, n. 45, 30 de Noviembre de 2007)