Dios nos habla mediante jeremias

258
DIOS NOS HABLA MEDIANTE JEREM ´ IAS Edici ´ on de letra grande ´

description

El profeta jeremias

Transcript of Dios nos habla mediante jeremias

ˇ ¿C´

omo nos ata˜

nen los escritosde Jerem

´ıas?

ˇ ¿Qu´e lecciones hallamos

en el libro de Jerem´ıas?

DIOS NOS HABLAMEDIANTE

JEREM´IAS

Edici´

on de letra grande

JE

RE

M´IA

S(

LE

TR

AG

RA

ND

E)

jrlp-S

ˇ ¿C´

omo nos ata˜

nen los escritosde Jerem

´ıas?

ˇ ¿Qu´e lecciones hallamos

en el libro de Jerem´ıas?

DIOS NOS HABLAMEDIANTE

JEREM´IAS

Edici´

on de letra grande

JE

RE

M´IA

S(

LE

TR

AG

RA

ND

E)

jrlp-S

DIOS NOS HABLAMEDIANTE

JEREM´IAS

Edici´

on de letra grande

ESTE LIBRO PERTENECE A

� 2010Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania

Todos los derechos reservados

Dios nos habla mediante Jeremıas (letra grande)

EDITORESWatchtower Bible and Tract Society of New York, Inc.

Brooklyn, New York, U.S.A.

Impresion de 2010

Esta publicacion se distribuye como partede una obra mundial de educacion bıblica quese sostiene con donativos. Prohibida su venta.

A menos que se indique lo contrario,las citas bıblicas se han tomado de la version

en lenguaje moderno Traduccion del Nuevo Mundode las Santas Escrituras (con referencias).

God’s Word for Us Through Jeremiah—Large PrintSpanish (jrlp-S)

Made in the United States of AmericaImpreso en Estados Unidos de America

1 “He puesto mis palabrasen tu boca” � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � 5

2 Sirvamos en“la parte final de los d

´ıas” � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � 18

3 “Tienes que decirlesesta palabra” � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � 42

4 Evitemos los enga˜

nosde un coraz

´on traicionero � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � 55

5 ¿A qui´enes escogemos

como amigos? � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � 70

6 “Obedece, por favor,la voz de Jehov

´a” � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � 87

7 “Saturar´e al alma cansada” � � � � � � � � � � � � � � � � � � � 105

8 ¿Sobreviviremos,como Jerem

´ıas? � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � 119

9 ‘No sigas buscandocosas grandes para ti’ � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � 134

´INDICE

Cap´ıtulo P

´agina

10 ¿Nos preguntamos a diario“d

´onde est

´a Jehov

´a”? � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � 149

11 “Pastores de acuerdocon mi coraz

´on” � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � 168

12 “¿No era ese un casode conocerme?” � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � 185

13 “Jehov´a ha hecho

lo que ten´ıa pensado” � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � 203

14 Beneficios del nuevo pacto � � � � � � � � � � � � � � � � � � � 222

15 “No puedo quedarme callado” � � � � � � � � � � 241

Cap´ıtulo P

´agina

“EXISTE un amigo m´as apegado que un hermano.”

(Pro. 18:24.) ¿Ha tenido usted un amigo como el que

describe este proverbio inspirado? La palabra de un

amigo verdadero es digna de cr´edito. Si nos dice algo

bueno o nos cuenta lo que va a hacer, le creemos. Y si

nos se˜

nala algo en lo que debemos mejorar, le hace-

mos caso. Ha demostrado a trav´es del tiempo que se

preocupa por nuestro bienestar; por eso, incluso nos

aconseja. Quiere lo mejor para nosotros, y nosotros

queremos lo mejor para´el y que perdure la amistad.

2 En muchos sentidos, esa es la clase de amigos que

encontramos en los hombres que Dios utiliz´

o para es-

cribir los libros de la Biblia. Podemos creer en ellos y

tener la completa certeza de que lo que dicen es para

nuestro bien. As´ı deber

´ıan haber visto los israelitas a

los “hombres [que] hablaron de parte de Dios al ser

llevados por esp´ıritu santo” (2 Ped. 1:20, 21). Para

1, 2. ¿Por qu´e nos inspiran confianza las palabras de la Biblia?

CAP´ITULO 1

“HE PUESTO MIS PALABRASEN TU BOCA”

“He puesto mis palabras en tu boca” 5

redactar el libro prof´etico de mayor extensi

´on, Dios se

vali´

o de Jerem´ıas, quien tambi

´en compuso las Lamen-

taciones y dos libros m´as.

3 Sin embargo, hay lectores que consideran que los

libros de Jerem´ıas y Lamentaciones no son para ellos.

Se imaginan que solo contienen advertencias alarmis-

tas y predicciones sombr´ıas.� ¿Se ci

˜nen tales ideas a la

realidad?4 Es cierto que Jerem

´ıas escribi

´o amonestaciones y

consejos en t´erminos muy francos, ¿pero acaso no es

eso lo que hace un amigo a veces? Hasta Jes´

us corri-

gi´

o abiertamente a sus amigos, los ap´

ostoles, cuando

manifestaron una mala actitud (Mar. 9:33-37). No obs-

tante, el grueso de su mensaje fue positivo, pues mos-

tr´

o c´

omo lograr la aprobaci´

on de Dios y la felicidad

futura (Mat. 5:3-10, 43-45). Algo parecido sucede con

los escritos de Jerem´ıas, los cuales forman parte de

“toda Escritura”, que es´

util para “rectificar las cosas”

� En algunos idiomas existe la expresi´

on jeremiada, que significa “la-mentaci

´on o muestra exagerada de dolor”. El diario The Washington Post

calific´

o un documental sobre el cambio ecol´

ogico y clim´atico de “je-

remiada inconveniente”.

3, 4. ¿Qu´e concepto tienen algunas personas de los libros de Jerem

´ıas y

Lamentaciones, y por qu´e es err

´oneo? D

´e ejemplos.

6 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

(2 Tim. 3:16). Por un lado, exponen claramente el pa-

recer de Dios sobre los que afirmaban servirle pero

merec´ıan cosechar las consecuencias de sus malos

actos; por otro, contienen un mensaje esperanzador y

nos muestran c´

omo gozar de un futuro bendito. Los

libros de Jerem´ıas y Lamentaciones incluyen profec

´ıas

sobre la manera como Dios tratar´ıa a su pueblo, cuyo

cumplimiento nos ata˜

ne directamente hoy d´ıa; ade-

m´as, encierran declaraciones positivas que nos llenan

de´animo (l

´eanse Jerem

´ıas 31:13, 33, 33:10, 11 y Lamen-

taciones 3:22, 23).5 Nuestra felicidad presente como parte del pueblo

de Dios y nuestra esperanza para el futuro est´an

vinculadas a los escritos de Jerem´ıas. Estos, por ejem-

plo, nos ayudan a profundizar los lazos de hermandad

y a seguir el consejo del ap´

ostol Pablo: “Hermanos,

contin´

uen regocij´andose, siendo reajustados, siendo

consolados, pensando de acuerdo, viviendo pac´ıfica-

mente; y el Dios de amor y de paz estar´a con uste-

des” (2 Cor. 13:11). Los escritos de Jerem´ıas guardan

asimismo una relaci´

on directa con el mensaje que

5. ¿Qu´e tenemos que hacer para sacar provecho de los escritos de Jerem

´ıas?

“He puesto mis palabras en tu boca” 7

predicamos: aunque hablamos a la gente acerca de los´

ultimos d´ıas y le advertimos del fin inminente de este

sistema, nuestro mensaje mantiene su car´acter positi-

vo porque ofrece una esperanza s´

olida. Adem´as, exis-

te un estrecho paralelismo entre la vida y mensaje de

Jerem´ıas y nuestra situaci

´on, por lo que sus escritos

nos resultan muy´

utiles. Con el objeto de entenderlo

mejor, conozcamos m´as a fondo los antecedentes y la

misi´

on de este profeta ejemplar a quien Dios dijo: “He

puesto mis palabras en tu boca” (Jer. 1:9).6 Cuando un hombre y una mujer aguardan la llega-

da de un hijo, piensan a menudo en la criatura. ¿C´

omo

ser´a, y qu

´e har

´a en la vida? ¿Cu

´ales ser

´an sus gustos,

su profesi´

on, sus logros? Es muy probable que antes

de que usted naciera, sus padres hayan meditado so-

bre estas cosas, y lo mismo deben de haber hecho los

padres de Jerem´ıas. Pero el caso de

´el era especial. ¿En

qu´e sentido? El Creador del universo estaba particu-

larmente interesado en su vida y actividad (l´

ease Jere-

m´ıas 1:5).7 En efecto, haciendo uso de su presciencia, o cono-

6, 7. ¿C´omo sabemos que Dios se interes

´o en Jerem

´ıas, y en qu

´e ambien-

te naci´o?

8 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

cimiento del futuro, Dios vio que aquel ni˜

no que na-

cer´ıa en el seno de una familia sacerdotal del norte de

Jerusal´en ser

´ıa ideal como profeta. Jerem

´ıas vio la luz

a mediados del siglo VII antes de nuestra era (a.e.c.),

en una´epoca nada feliz para Jud

´a debido al mal go-

bierno de Manas´es (v

´ease la p

´agina 21). Durante la

mayor parte de sus cincuenta y cinco a˜

nos de manda-

to, este rey hizo lo malo a los ojos de Jehov´a, y su hijo

Am´

on sigui´

o la misma l´ınea (2 Rey. 21:1-9, 19-26).

La situaci´

on dio un profundo viraje con la subida al

trono del siguiente monarca, Jos´ıas.

´El s

´ı busc

´o a Jeho-

v´a, y para el decimoctavo a

˜no de su reinado hab

´ıa pu-

rificado la tierra de la idolatr´ıa. Esto debi

´o de haber

complacido mucho a los padres de Jerem´ıas, pues fue

por aquel entonces que su hijo recibi´

o una misi´

on di-

vina (2 Cr´

o. 34:3-8).

¿Por qu´

e deben interesarnos los libros de Jerem´ıas

y Lamentaciones?

DIOS ELIGE UN PORTAVOZ

8 No sabemos cu´antos a

˜nos ten

´ıa Jerem

´ıas cuando

Dios le dijo: “Profeta a las naciones te hice”. Quiz´as

8. ¿Qu´e misi

´on recibi

´o Jerem

´ıas, y cu

´al fue su reacci

´on?

“He puesto mis palabras en tu boca” 9

rondaba los 25, la edad en que los sacerdotes pod´ıan

iniciar sus servicios (N´

um. 8:24). Como sea, repuso:

“¡Ay, oh Se˜

nor Soberano Jehov´a! Mira que realmente

no s´e hablar, pues solo soy un muchacho” (Jer. 1:6).

Jerem´ıas se resisti

´o, tal vez porque se consideraba

muy joven o porque no se sent´ıa apto para asumir tan-

ta responsabilidad y hablar en p´

ublico, como lo exig´ıa

la funci´

on de profeta.9 Jerem

´ıas recibi

´o su cometido durante la campa

˜na

emprendida por el rey Jos´ıas para suprimir el detesta-

ble culto falso y fomentar la adoraci´

on pura. Aunque

no sabemos cu´anta interacci

´on existi

´o entre los dos, el

clima era manifiestamente favorable para un profeta

verdadero. Otros que ejercieron de profetas en Jud´a a

principios del reinado de Jos´ıas fueron Sofon

´ıas y

Nah´

um.� Tambi´en Huld

´a sirvi

´o de profetisa durante el

mandato de Jos´ıas. Esta mujer anunci

´o que vendr

´ıan

tiempos calamitosos... y Jerem´ıas vivi

´o para verlos

� En la parte final de la carrera de Jerem´ıas surgieron otros profetas,

a saber, Habacuc, Abd´ıas, Daniel y Ezequiel. Jerem

´ıas llevaba cerca de

cuarenta a˜

nos ejerciendo su labor cuando la cat´astrofe azot

´o Jerusal

´en

en 607 y vivi´

o otros veinte a˜

nos m´as.

9, 10. ¿En qu´e circunstancias comenz

´o Jerem

´ıas su ministerio, y por qu

´e

result´o tan abrumador despu

´es?

10 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

(2 Rey. 22:14). De hecho, en ocasiones, amigos como´

Ebed-m´elec y Baruc tuvieron que librarlo de la muer-

te o de enemigos vengativos.10 ¿C

´omo se sentir

´ıa usted si Dios le dijera que

ha sido especialmente designado como profeta para

anunciar un en´ergico mensaje? (L

´ease Jerem

´ıas 1:10.)

He aqu´ı un bot

´on de muestra de lo que Jerem

´ıas tuvo

que proclamar. En el a˜

no 609, los ej´ercitos babilonios

avanzaban hacia Jerusal´en. El rey Sedequ

´ıas quer

´ıa

o´ır una palabra favorable de boca de Jerem

´ıas, pero

Dios le ten´ıa reservado algo distinto (l

´ease Jerem

´ıas

21:4-7, 10).

UN HOMBRE DE CARNE Y HUESOCOMO NOSOTROS

11 Imaginemos que nos tocara proclamar denuncia-

ciones y castigos contra reyes imp´ıos, sacerdotes

corruptos y profetas falsos. Eso fue precisamente lo

que tuvo que hacer Jerem´ıas. Ahora bien,

´el cont

´o

con el respaldo divino, y nosotros tambi´en (Jer. 1:

7-9). Dios mostr´

o confianza en el joven profeta y le

infundi´

o valor dici´endole: “He hecho de ti hoy una

11. ¿Por qu´e ser

´ıa dif

´ıcil la misi

´on de Jerem

´ıas, y c

´omo fue fortalecido?

“He puesto mis palabras en tu boca” 11

ciudad fortificada y una columna de hierro y muros

de cobre contra todo el pa´ıs, para con los reyes de

Jud´a, para con sus pr

´ıncipes, para con sus sacerdotes

y para con la gente de la tierra. Y de seguro pelear´an

contra ti, pero no prevalecer´an contra ti, porque: ‘Yo

estoy contigo —es la expresi´

on de Jehov´a— para li-

brarte’ ” (Jer. 1:18, 19).12 Que nadie crea que Jerem

´ıas era un superhombre,

ni mucho menos: era un ser humano de carne y hueso

como nosotros. Y aunque es verdad que vivi´

o en otra´epoca, afront

´o situaciones parecidas a las nuestras. As

´ı

como´el se relacion

´o con los que lo rodeaban, nosotros

tambi´en entramos en contacto con personas muy di-

versas tanto en la vida diaria como en las actividades

de la congregaci´

on. Por lo tanto, podemos aprender

muchas lecciones de Jerem´ıas, quien, al igual que el

profeta El´ıas, fue un “hombre de sentimientos seme-

jantes a los nuestros” (Sant. 5:17). Veamos algunas.13 ¿Qui

´en no ha pasado vicisitudes en la vida? Jere-

m´ıas no fue la excepci

´on. Una vez, un sacerdote pro-

12. ¿Por qu´e podemos identificarnos con Jerem

´ıas?

13, 14. ¿Por qu´e es f

´acil para algunos cristianos comprender la experien-

cia de Jerem´ıas con Pasjur?

12 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

minente llamado Pasjur lo agredi´

o y lo mand´

o poner

en el cepo. Este instrumento de madera sujetaba los

pies, las manos y el cuello de la v´ıctima, oblig

´andola a

adoptar una postura deforme. Jerem´ıas pas

´o varias ho-

ras en este aparato aguantando dolor y siendo segura-

mente el hazmerre´ır de sus adversarios. ¿Soportar

´ıa-

mos nosotros la burla maliciosa o el maltrato f´ısico?

(Jer. 20:1-4.)14 No extra

˜na que en aquellas circunstancias Jere-

m´ıas exclamara: “¡Maldito sea el d

´ıa en que nac

´ı! [...]

¿Por qu´e he salido de la mism

´ısima matriz para ver

duro trabajo y desconsuelo y para que mis d´ıas se aca-

ben en pura verg¨

uenza?” (Jer. 20:14-18). Evidentemen-

te,´el supo lo que era la desesperaci

´on. ¿Nos hemos

sentido alguna vez tan afligidos que hemos dudado de

nuestra propia val´ıa, de nuestros logros o de si vale la

pena seguir adelante? Todo aquel que haya tenido es-

tos sentimientos se beneficiar´a de conocer mejor las

experiencias de Jerem´ıas y los buenos resultados de su

proceder.

¿Qu´

e le impresiona de la misi´

on que Jehov´

a le encarg´

oa Jerem

´ıas? ¿Por qu

´e es f

´acil identificarse con

´el?

“He puesto mis palabras en tu boca” 13

15 Las expresiones de desesperaci´

on recogidas en Je-

rem´ıas 20:14-18 vienen inmediatamente despu

´es de

que el profeta hablara de cantar y alabar a Jehov´a (l

´ea-

se Jerem´ıas 20:12, 13). ¿Experimentamos cambios brus-

cos en nuestro estado de´animo? ¿Tan pronto estamos

alegres como estamos tristes? Sin duda, todos po-

demos sacar partido de las vivencias de Jerem´ıas.

Sus sentimientos fueron los de una persona com´

un y

corriente como nosotros; de ah´ı la utilidad de exami-

nar las acciones y reacciones de este hombre a quien

el Creador emple´

o extraordinariamente como porta-

voz (2 Cr´

o. 36:12, 21, 22; Esd. 1:1).16 Otra raz

´on por la que algunos se identifican con

Jerem´ıas es su estado civil. ¿Cu

´al era? Dios dio a Je-

rem´ıas una orden poco com

´un y quiz

´as dif

´ıcil de obe-

decer: no casarse (l´

ease Jerem´ıas 16:2). ¿Por qu

´e se lo

prohibi´

o Jehov´a, y cu

´ales fueron las repercusiones de

tal mandato? ¿Qu´e hay de llamativo en este pasaje

para los hermanos que est´an solteros, sea por elecci

´on

propia o por sus circunstancias? ¿Contiene dicha or-

15. ¿C´omo nos beneficia saber que Jerem

´ıas sufri

´o cambios en su estado

de´animo?

16. ¿Para qui´enes es motivo de reflexi

´on el estado civil de Jerem

´ıas?

14 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

den un motivo de reflexi´

on para los casados, sea que

tengan hijos o no? ¿C´

omo puede ayudarnos personal-

mente este relato?17 Vale la pena destacar la exhortaci

´on que en cierto

momento dirigi´

o Jerem´ıas al rey de Jud

´a: “Obedece,

por favor, la voz de Jehov´a en lo que te estoy hablan-

do, y te ir´a bien, y tu alma continuar

´a viviendo” (Jer.

38:20). Este pasaje contiene una excelente gu´ıa a la

hora de tratar a los dem´as. Ello incluye a las personas

que a´

un no andan en los caminos de Jehov´a pero a las

que quiz´as podamos ayudar; asimismo, la actitud de

Jerem´ıas hacia los que obedec

´ıan a Dios constituye un

buen modelo que imitar. En efecto, podemos aprender

mucho de este profeta.

¿QU´

E NOS ESPERA?

18 La presente obra nos ayudar´a a examinar los li-

bros de Jerem´ıas y Lamentaciones y a aprender de

ellos. ¿C´

omo? El ap´

ostol Pablo escribi´

o bajo inspira-

ci´

on: “Toda Escritura es inspirada de Dios y provecho-

sa para ense˜

nar, para censurar, para rectificar las

17. ¿En qu´e nos hacen pensar las palabras de Jerem

´ıas 38:20?

18, 19. ¿Qu´e m

´etodos se pueden seguir para analizar los libros de Jere-

m´ıas y Lamentaciones?

“He puesto mis palabras en tu boca” 15

cosas, para disciplinar en justicia” (2 Tim. 3:16). Esta

“Escritura” incluye los dos libros acabados de mencio-

nar.19 Desde luego, podr

´ıamos hacer un an

´alisis fruct

´ı-

fero de dichos libros siguiendo varios m´etodos. Uno

ser´ıa, por ejemplo, estudiarlos vers

´ıculo a vers

´ıculo,

intentando comprender el trasfondo y valor de cada

uno. Otro consistir´ıa en centrarse en los paralelismos

que fueran pertinentes, comparando o contrastando

personajes y sucesos con sus equivalentes modernos

(comp´arese con Jerem

´ıas 24:6, 7 y 1 Corintios 3:6).

Y otro ser´ıa analizarlos desde el punto de vista hist

´o-

rico (Jer. 39:1-9). De hecho, es preciso conocer hasta

cierto grado tales datos a fin de sacar el m´aximo be-

neficio. Por esa raz´

on, el cap´ıtulo 2, titulado “Sirva-

mos en ‘la parte final de los d´ıas’ ”, ofrece una visi

´on

general del per´ıodo hist

´orico en que vivi

´o Jerem

´ıas y

de c´

omo la mano de Dios gui´

o el curso de los aconte-

cimientos.20 El enfoque principal de esta obra, sin embargo, es

otro. Abordaremos el estudio de los libros de Je-

20. ¿C´omo abordaremos el estudio de los libros de Jerem

´ıas y Lamenta-

ciones?

16 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

rem´ıas y Lamentaciones consider

´andolos regalos de

Dios para el vivir cristiano (Tito 2:12). Comprendere-

mos, m´as que nunca antes, que abundan en informa-

ci´

on “provechosa para ense˜

nar”. Sus pr´acticos conse-

jos y ejemplos nos preparar´an para enfrentarnos con

´exito a los retos de la vida. Solteros, casados, supe-

rintendentes, precursores, empleados, amas de casa,

estudiantes... todos hallaremos en estos dos libros

inspirados instrucci´

on divina para estar “completa-

mente equipado[s]” para toda buena obra (2 Tim.

3:17).21 Al analizar cada cap

´ıtulo, busquemos ideas aplica-

bles a nuestra vida. Los libros de Jerem´ıas y Lamen-

taciones pondr´an de relieve estas palabras del ap

´ostol

Pablo: “Todas las cosas que fueron escritas en tiem-

po pasado fueron escritas para nuestra instrucci´

on,

para que mediante nuestro aguante y mediante el con-

suelo de las Escrituras tengamos esperanza” (Rom.

15:4).

21. ¿Por qu´e anhelamos comenzar el programa de estudio que sigue a con-

tinuaci´on?

¿Qu´

e lecciones para la vida diaria podemos aprenderde los libros de Jerem

´ıas y Lamentaciones?

“He puesto mis palabras en tu boca” 17

“¿QU´

E est´as viendo?”, pregunt

´o Dios a su profeta re-

ci´en comisionado, a lo que este respondi

´o: “Una olla

con boca ancha a la que se sopla es lo que estoy vien-

do, y su boca est´a alejada del norte”. Aquella visi

´on

constituy´

o un primer indicio de la clase de mensajes

que lanzar´ıa el joven Jerem

´ıas (l

´ease Jerem

´ıas 1:13-16).

Se soplaba la olla figurativa, no para enfriarla, sino

para avivar las llamas que la calentaban. Jehov´a pre-

dijo de esta manera que, como un caldo hirviendo,

las dificultades saldr´ıan a borbotones de esta olla y

se esparcir´ıan por la tierra de Jud

´a debido a su con-

tinua infidelidad. ¿Qu´e significaba el hecho de que la

boca de la olla estuviera dirigida hacia el sur? Que la

calamidad vendr´ıa del norte; en otras palabras: Babi-

lonia invadir´ıa Jud

´a desde este punto cardinal. Y as

´ı

fue. Durante su carrera prof´etica, Jerem

´ıas presenci

´o

1, 2. a) ¿Qu´e visi

´on tuvo Jerem

´ıas que marc

´o el tono de sus mensajes pro-

f´eticos? b) ¿Por qu

´e deben interesarnos los mensajes de Jerem

´ıas?

CAP´ITULO 2

SIRVAMOS EN“LA PARTE FINAL DE LOS D

´IAS”

18 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

sucesivos derrames de este caldero hirviente que cul-

minaron en la destrucci´

on de Jerusal´en.

2 Babilonia ya no existe, pero a todos deber´ıan in-

teresarnos los mensajes prof´eticos de Jerem

´ıas. ¿Por

qu´e raz

´on? Porque vivimos en “la parte final de los

d´ıas”, una

´epoca en la que muchas personas profesan

ser cristianas, aunque ni ellas ni sus iglesias cuentan

con el favor de Dios (Jer. 23:20). Por otro lado, al

igual que Jerem´ıas, los testigos de Jehov

´a predicamos

un mensaje no solo de juicio, sino tambi´en de espe-

ranza.3 En vez de poner por escrito los acontecimientos

conforme iban sucediendo, Jerem´ıas dict

´o su relato a

un secretario probablemente al final de su actividad

prof´etica (Jer. 25:1-3; 36:1, 4, 32). La obra no est

´a en

orden cronol´

ogico; m´as bien, muchas de sus partes

est´an agrupadas por temas. Por ello, ser

´a

´util ob-

tener una idea general del trasfondo hist´

orico de

los libros de Jerem´ıas y Lamentaciones y del or-

den en que ocurrieron los sucesos (v´ease la tabla

3. a) ¿C´omo est

´a ordenado el libro de Jerem

´ıas? b) ¿Cu

´al es el objetivo de

este cap´ıtulo?

Sirvamos en “la parte final de los d´ıas” 19

de la p´agina 21). Saber qui

´en era el rey de Jud

´a

en determinado momento y, en algunos casos, qu´e

suced´ıa en Jud

´a y sus alrededores nos permitir

´a

comprender mejor lo que dijo e hizo Jerem´ıas. Ade-

m´as, estaremos m

´as preparados para beneficiarnos

de los mensajes que transmiti´

o el profeta al pueblo

de Dios.

JEREM´IAS Y SU ENTORNO HIST

´ORICO

4 Jerem´ıas profetiz

´o en una

´epoca turbulenta, mar-

cada por la rivalidad entre Asiria, Babilonia y Egip-

to. Unos noventa y tres a˜

nos antes de que iniciara su

labor prof´etica, Asiria hab

´ıa derrotado al reino de Is-

rael (las diez tribus del norte) y hab´ıa deportado a

numerosos israelitas. Fue entonces cuando Jehov´a

defendi´

o del embate asirio a Jerusal´en y a su leal rey

Ezequ´ıas. Cabe recordar que Dios milagrosamente

dio muerte a 185.000 soldados enemigos (2 Rey. 19:

32-36). Uno de los hijos de Ezequ´ıas fue Manas

´es.

Es probable que durante su mandato, de cincuenta y

cinco a˜

nos, naciera Jerem´ıas; en ese tiempo, Jud

´a

4-6. ¿Cu´al era la situaci

´on del pueblo de Dios decenios antes de que Jere-

m´ıas iniciara su labor prof

´etica?

20 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

qued´

o bajo el yugo pol´ı-

tico de Asiria (2 Cr´

o. 33:

10, 11).5 Jerem

´ıas escribi

´o tam-

bi´en los libros de Primero

y Segundo de los Reyes.

En este´

ultimo se lee que

Manas´es reconstruy

´o los

lugares altos que su padre

hab´ıa demolido y erigi

´o al-

tares a Baal y al ej´erci-

to de los cielos, hasta en

el templo de Jehov´a. Ade-

m´as, derram

´o mucha san-

gre inocente y lleg´

o al

punto de entregar a su

propio hijo como ofrenda

quemada a un dios falso.

En resumen, “hizo en gran

escala lo que era malo a

los ojos de Jehov´a”. En vis-

ta de tanta maldad, Dios

˝ Ministerio de Jerem´ıas

660a.e.c.

650

640

630

620

610

600

590

580

Manas´es

Am´

on 661

Jos´ıas 659

Jerem´ıas

es designadoprofeta c. 647

Destrucci´

onde N

´ınive

632

Jehoacaz 628(tres meses)

Jehoiaquim 628

Joaqu´ın 618

(tres meses)

Sedequ´ıas 617

Destrucci´

onde Jerusal

´en

607

decret´

o que la calamidad cayera sobre Jerusal´en y

Jud´a, tal como ya hab

´ıa azotado a Samaria e Israel

(2 Rey. 21:1-6, 12-16). Tras la muerte de Manas´es, su

hijo Am´

on continu´

o con los mismos ritos idol´atricos.

Pero pronto cambiar´ıan las circunstancias. Dos a

˜nos

despu´es, en 659, Am

´on fue asesinado, y Jos

´ıas, su hijo

de ocho a˜

nos, fue coronado rey.6 A lo largo de los treinta y un a

˜nos del reinado de

Jos´ıas, Babilonia fue imponi

´endose a Asiria. El mo-

narca vio en esta situaci´

on una oportunidad para

independizar a Jud´a de la dominaci

´on extranjera.

Al contrario de su padre y su abuelo, sirvi´

o lealmen-

te a Jehov´a e impuls

´o grandes reformas religiosas

(2 Rey. 21:19–22:2). Por ejemplo, en el a˜

no doce de su

mandato limpi´

o el reino de los lugares altos, los

postes sagrados y los´ıdolos y, m

´as adelante, orden

´o

la reparaci´

on del templo de Jehov´a (l

´ease 2 Cr

´o-

nicas 34:1-8). Curiosamente, en el a˜

no trece de Jo-

s´ıas (647), Jerem

´ıas recibi

´o la comisi

´on de ser profe-

ta de Dios.

¿C´

omo se habr´ıa sentido usted si hubiera sido profeta

en los tiempos de Jerem´ıas?

22 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

7 Mientras se restauraba el templo, en el a˜

no die-

ciocho del reinado del piadoso Jos´ıas, el sumo sacer-

dote encontr´

o “el mism´ısimo libro de la ley”. El mo-

narca orden´

o a su secretario que se lo leyera y, en

cuanto escuch´

o su lectura, reconoci´

o los errores del

pueblo; entonces busc´

o la gu´ıa de Jehov

´a mediante

la profetisa Huld´a y exhort

´o a sus s

´ubditos a obede-

cer los mandamientos de Dios. Huld´a inform

´o a Jo-

s´ıas de que Jehov

´a traer

´ıa “calamidad” sobre Jud

´a

por su infidelidad, pero que´el no la ver

´ıa debido a su

buena actitud hacia la adoraci´

on pura (2 Rey. 22:8,

14-20).8 El rey Jos

´ıas redobl

´o sus esfuerzos por erradicar

todo vestigio de idolatr´ıa, lo cual lo llev

´o a internar-

se en el territorio que en su d´ıa hab

´ıa ocupado el

reino de Israel y derribar el lugar alto y el altar de

Betel. Tambi´en mand

´o celebrar una memorable fies-

ta de la Pascua (2 Rey. 23:4-25). ¡Cu´anto debi

´o de

complacer esto a Jerem´ıas! Sin embargo, no result

´o

nada f´acil mover a la gente a hacer cambios. Manas

´es

7, 8. a) ¿En qu´e se diferenci

´o el reinado de Jos

´ıas del de sus predeceso-

res Manas´es y Am

´on? b) ¿Qu

´e clase de persona fue Jos

´ıas? (V

´ease el

recuadro de la p´agina 25.)

Sirvamos en “la parte final de los d´ıas” 23

y Am´

on hab´ıan inducido al pueblo a la degradada ve-

neraci´

on de´ıdolos, por lo que su espiritualidad esta-

ba de capa ca´ıda. A pesar de las reformas de Jos

´ıas,

Dios impuls´

o a Jerem´ıas a se

˜nalar que los dioses de

Jud´a todav

´ıa eran tan numerosos como sus ciudades.

Los compatriotas del profeta bien pod´ıan asemejar-

se a una esposa infiel: hab´ıan abandonado a Jeho-

v´a y se hab

´ıan prostituido con dioses extranjeros.

De ah´ı que Jerem

´ıas declarara: “Son tantos como el

umero de las calles de Jerusal´en los altares que us-

tedes han puesto para la cosa vergonzosa, altares

para hacer humo de sacrificio a Baal” (l´

ease Jerem´ıas

11:1-3, 13).

9 Tal como los mensajes de Jerem´ıas no cambiaron

a los jud´ıos, tampoco impidieron que las naciones ve-

cinas lucharan por la supremac´ıa. En 632, las fuerzas

conjuntas de Babilonia y Media conquistaron N´ıni-

ve, la capital asiria. Tres a˜

nos despu´es, el fara

´on

Nek´

o de Egipto dirigi´

o su ej´ercito hacia el norte para

suministrar refuerzos a los asirios. Por razones que

9. ¿Qu´e acontecimientos internacionales marcaron los

´ultimos a

˜nos del

reinado de Jos´ıas?

24 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

Sirvamos en “la parte final de los d´ıas” 25

Tras la muerte de su padre, Am´

on, Jos´ıas fue

coronado rey de Jud´a con ocho a

˜nos de edad. Te-

n´ıa 15 cuando comenz

´o a buscar a Dios y a “an-

dar en todo el camino de David su antepasado”.A los 19 comenz

´o a eliminar de Jud

´a e Israel los

lugares de culto falso y a reducir a polvo las im´a-

genes esculpidas, y a los 25 inici´

o la reparaci´

ondel templo de Jehov

´a (2 Rey. 21:19–22:2; 2 Cr

´o.

34:2-8).Durante la restauraci

´on del templo se hall

´o el

libro de la Ley, probablemente el que hab´ıa es-

crito Mois´es de su pu

˜no y letra. Tras escuchar su

lectura, Jos´ıas se humill

´o, rasg

´o sus vestiduras y

llor´

o. Mand´

o reunir a los sacerdotes, a los levitasy a todos los s

´ubditos —grandes y peque

˜nos—

para que oyeran las palabras del libro. El monar-ca celebr

´o un pacto y prometi

´o “ir siguiendo a

Jehov´a y [...] guardar sus mandamientos [...] con

todo su coraz´

on y con toda su alma”. Posterior-mente llev

´o a cabo una campa

˜na m

´as amplia

para erradicar la adoraci´

on falsa. Adem´as, ce-

lebr´

o una gran Pascua a Jehov´a, como no se

hab´ıa visto desde los tiempos de Samuel (2 Cr

´o.

34:14 –35:19).

JOS´IAS, EL

´ULTIMO

DE LOS REYES BUENOS DE JUD´

A

no se dan en la Biblia, Jos´ıas trat

´o de frenar el avan-

ce de los egipcios en Meguid´

o, pero fue herido de

muerte en el intento (2 Cr´

o. 35:20-24). ¿Qu´e cam-

bios pol´ıticos y religiosos generar

´ıa en Jud

´a este

infortunio? ¿Y a qu´e dificultades se enfrentar

´ıa Jere-

m´ıas?

CAMBIA EL AMBIENTE RELIGIOSO

10 La tr´agica noticia de la muerte del rey Jos

´ıas en-

tristeci´

o mucho a Jerem´ıas. Invadido por la pena,

compuso endechas en su honor (2 Cr´

o. 35:25). Si esta

ya era de por s´ı una

´epoca turbulenta para Jud

´a,

la inestabilidad internacional a˜

nadi´

o mayor presi´

on.

Las potencias rivales —Egipto, Asiria y Babilonia—

pugnaban por el control de la zona. Adem´as, el

ambiente religioso de Jud´a hab

´ıa dado un vuelco.

La muerte de Jos´ıas supuso el final de un r

´egimen

que favorec´ıa la actividad de Jerem

´ıas y el comienzo

de uno hostil. En la actualidad, infinidad de herma-

nos nuestros han sufrido cambios similares: han pa-

sado de una relativa libertad de culto a ser perse-

10. a) ¿En qu´e se parece la

´epoca que sigui

´o a la muerte de Jos

´ıas a la

nuestra? b) ¿C´omo nos beneficia examinar la conducta de Jerem

´ıas?

26 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

guidos y proscritos. ¡Qui´en sabe cu

´antos de nosotros

pasaremos por lo mismo dentro de poco! Si eso su-

cediera, ¿c´

omo nos afectar´ıa? ¿Qu

´e tendr

´ıamos que

hacer para mantenernos leales? Ante estas perspecti-

vas, nos confortar´a ver c

´omo super

´o Jerem

´ıas las di-

ficultades.11 Los habitantes de Jud

´a tomaron al hijo de Jos

´ıas,

Jehoacaz (tambi´en llamado Salum), y lo proclama-

ron rey en Jerusal´en. Su gobierno solo dur

´o tres

meses. Cuando el fara´

on Nek´

o regres´

o al sur tras

guerrear contra los caldeos, quit´

o al nuevo rey y se

lo llev´

o a Egipto. Jerem´ıas anunci

´o que no regresar

´ıa

(Jer. 22:10-12; 2 Cr´

o. 36:1-4). En su lugar, el fara´

on

puso a Jehoiaquim, otro hijo de Jos´ıas. Jehoiaquim

no imit´

o el buen ejemplo de su padre, sino que aban-

don´

o las reformas religiosas y reinstaur´

o la idolatr´ıa

(l´

ease 2 Reyes 23:36, 37).12 A inicios del reinado de Jehoiaquim, Jehov

´a le

dijo a Jerem´ıas que fuera al templo y condenara ro-

tundamente a los jud´ıos por su maldad. Ellos ve

´ıan

11. ¿Qu´e sucedi

´o en Jud

´a tras la muerte de Jos

´ıas?

12, 13. a) ¿Cu´al era el clima religioso a inicios del reinado de Jehoia-

quim? b) ¿C´omo trataron los l

´ıderes espirituales jud

´ıos a Jerem

´ıas?

Sirvamos en “la parte final de los d´ıas” 27

el templo como un talism´an protector; con todo,

Jehov´a lo abandonar

´ıa si no dejaban sus malos h

´abi-

tos, como “hurtar, asesinar y cometer adulterio y ju-

rar en falso y hacer humo de sacrificio a Baal y an-

dar tras otros dioses”. Har´ıa con el templo y los

hip´

ocritas que adoraban en´el lo mismo que hizo

con el tabern´aculo de Sil

´o en los d

´ıas del sumo

sacerdote El´ı. Como resultado, la tierra de Jud

´a lle-

gar´ıa a “ser solo un lugar devastado” (Jer. 7:1-15, 34;

26:1-6).� ¡Cu´anto valor necesit

´o Jerem

´ıas para divul-

gar este mensaje! Seguramente lo hizo ante nume-

rosas personas, incluso algunas destacadas e influ-

yentes. En nuestros tiempos, muchos de nosotros

tambi´en hemos tenido que armarnos de valor para

predicar en las calles o dirigirnos a hombres adine-

rados e importantes. Pero de algo podemos estar se-

guros: contamos con el respaldo de Dios, tal como

Jerem´ıas (Heb. 10:39; 13:6).

13 Dado el clima pol´ıtico y religioso imperante en

Jud´a, ¿c

´omo reaccionar

´ıan los l

´ıderes espirituales a

� El parecido entre Jerem´ıas 7:1-15 y 26:1-6 ha inducido a algunos ex-

pertos a decir que ambos pasajes aluden al mismo suceso.

28 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

las declaraciones de Jerem´ıas? Seg

´un el relato, “los

sacerdotes y los profetas y todo el pueblo le echaron

mano y dijeron: ‘Positivamente morir´as’ ”. L

´ıvidos de

rabia, dijeron: “A este hombre le corresponde el jui-

cio de muerte” (l´

ease Jerem´ıas 26:8-11). No obstante,

los enemigos de Jerem´ıas no lograron su objetivo;

Jehov´a estuvo con

´el para librarlo. Por otro lado, Je-

rem´ıas no permiti

´o que la cantidad de opositores o

su apariencia amenazante lo intimidaran. Y tampoco

deber´ıamos permitirlo nosotros.

¿Qu´

e diferentes condiciones hubo durante los reinadosde Manas

´es, Am

´on y Jos

´ıas? ¿Qu

´e lecci

´on extraemos

de la manera como afront´

o Jerem´ıas su dif

´ıcil misi

´on?

“TIENES QUE ESCRIBIR [...]TODAS LAS PALABRAS”

14 En el cuarto a˜

no de Jehoiaquim, Jehov´a orden

´o

a Jerem´ıas que pusiera por escrito todas las pala-

bras que le hab´ıa hablado desde los d

´ıas de Jos

´ıas.

De modo que Jerem´ıas le dict

´o a su secretario, Ba-

ruc, todo lo que Dios le hab´ıa dicho durante los

14, 15. a) ¿Qu´e labor comenzaron Jerem

´ıas y su secretario Baruc en el

cuarto a˜

no de Jehoiaquim? b) ¿Qu´e clase de persona fue Jehoiaquim? (V

´ea-

se el recuadro de la p´agina 31.)

Sirvamos en “la parte final de los d´ıas” 29

veintitr´es a

˜nos anteriores, lo que inclu

´ıa mensajes de

juicio dirigidos a unos veinte reyes y reinos. Adem´as,

Jerem´ıas mand

´o a Baruc que leyera este rollo en voz

alta en la casa de Jehov´a. ¿Con qu

´e objetivo? “Quiz

´as

los de la casa de Jud´a escuchen toda la calamidad que

estoy pensando hacerles —dijo Jehov´a—, a fin de que

se vuelvan, cada uno de su camino malo, y de que yo

realmente les perdone su error y su pecado.” (Jer. 25:

1-3; 36:1-3.)15 A medida que un oficial de la corte iba leyendo

el rollo ante Jehoiaquim, este iba cort´andolo a trozos

y quem´andolo. En cuanto termin

´o, orden

´o que le tra-

jeran a Baruc y a Jerem´ıas. “Pero Jehov

´a los mantu-

vo ocultos.” (L´

ease Jerem´ıas 36:21-26.) A causa de

la p´esima actitud del monarca, Dios declar

´o me-

diante su profeta que se le dar´ıa “el entierro de un

asno”; ser´ıa arrastrado “afuera, m

´as all

´a de las puer-

tas de Jerusal´en” (Jer. 22:13-19). ¿Cabr

´ıa pensar que

esta profec´ıa fue tan solo una exageraci

´on de Jere-

m´ıas?16 A Jerem

´ıas se le ha tildado de catastrofista por

16. ¿Qu´e mensaje alentador proclam

´o Jerem

´ıas?

30 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

sus mensajes de juicio; sin embargo, tambi´en procla-

o un mensaje de esperanza. Llegar´ıa el momento en

que Jehov´a liberar

´ıa del cautiverio a un resto de Is-

rael y lo devolver´ıa a su tierra para que morara en se-

guridad. Dios celebrar´ıa con su pueblo “un nuevo

pacto”, uno “de duraci´

on indefinida”, y escribir´ıa Su

ley en sus corazones. Perdonar´ıa y olvidar

´ıa sus peca-

dos. Es m´as, un descendiente de David “ejecutar[

´ıa]

derecho y justicia en la tierra” (Jer. 31:7-9; 32:37-41;

Sirvamos en “la parte final de los d´ıas” 31

Jehoiaquim contaba 25 a˜

nos cuando ascendi´

oal trono de Jud

´a, y rein

´o cerca de once a

˜nos.

El resumen de sus hechos recogido en 2 Cr´

oni-cas 36:5-8 dice que hizo cosas no solo malas, sino“detestables”. Jehoiaquim pas

´o por alto las ad-

vertencias de Jerem´ıas, y su reinado se caracte-

riz´

o por la injusticia, la extorsi´

on y el asesina-to. Cuando el profeta Uriya declar

´o un mensaje

similar al de Jerem´ıas, mand

´o que lo mataran.

Al parecer, el rey muri´

o en el sitio de Jerusal´en a

manos de los babilonios (Jer. 22:17-19; 26:20-23).

JEHOIAQUIM, EL REY QUE MAT´

OA UN PROFETA DE JEHOV

´A

33:15). Estas profec´ıas habr

´ıan de cumplirse a lo lar-

go de los decenios y siglos siguientes, y aun tendr´ıan

un cumplimiento que cambiar´ıa nuestras vidas d

´an-

donos una brillante esperanza. Volviendo al tiempo

de Jerem´ıas, los enemigos de Jud

´a continuaban con

sus luchas por la dominaci´

on territorial (l´

eanse Jere-

m´ıas 31:31, 33, 34, Hebreos 8:7-9 y 10:14-18).

EL ASCENSO DE BABILONIA

17 En 625, los caldeos y los egipcios libraron una ba-

talla decisiva en Carquemis, cerca del´

Eufrates, a

unos 600 kil´

ometros (370 millas) al norte de Jerusa-

l´en. El rey Nabucodonosor derrot

´o a los ej

´ercitos del

fara´

on Nek´

o, poniendo fin a la dominaci´

on egipcia

en la zona (Jer. 46:2). Pas´

o a subyugar a Jud´a y obli-

o a Jehoiaquim a rendirle vasallaje. No obstante, a

los tres a˜

nos, este se rebel´

o (2 Rey. 24:1, 2). Como res-

puesta, Nabucodonosor y sus tropas invadieron Jud´a

en 618 y cercaron Jerusal´en. Imaginemos lo dif

´ıciles

que fueron aquellos tiempos, incluso para Jerem´ıas,

el profeta de Dios. Jehoiaquim muri´

o al parecer du-

17, 18. ¿Qu´e sucesos internacionales marcaron los

´ultimos a

˜nos del go-

bierno de Jehoiaquim y el reinado de Sedequ´ıas?

32 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

rante el sitio de la ciudad,� y su hijo Joaqu´ın se rin-

di´

o a los babilonios despu´es de haber reinado por

solo tres meses. Nabucodonosor saque´

o la ciudad y

se llev´

o al exilio al rey y su familia, a las familias

nobiliarias de Jud´a, a los hombres poderosos y a

sus artesanos. Entre los exiliados figuraron Daniel,

Hanan´ıas, Misael y Azar

´ıas (2 Rey. 24:10-16; Dan. 1:

1-7).18 Nabucodonosor puso en el trono a otro hijo de

Jos´ıas, a Sedequ

´ıas, quien ser

´ıa el

´ultimo rey terres-

tre de la l´ınea de David. Su mandato acab

´o cuando Je-

rusal´en y su templo fueron destruidos en 607 (2 Rey.

24:17). Los once a˜

nos de su reinado se caracteriza-

ron por grandes tensiones sociales y pol´ıticas en

Jud´a. Es evidente que Jerem

´ıas tuvo que confiar ple-

namente en Aquel que lo hab´ıa nombrado profeta.

19 Pong´amonos en la piel de Jerem

´ıas. Desde los

� Daniel 1:1, 2 dice que Jehoiaquim fue dado en manos de Nabucodo-nosor en su tercer a

˜no —obviamente, en su tercer a

˜no de vasallaje—, lo

que indicar´ıa que muri

´o durante el asedio previo a la ca

´ıda de Jerusa-

l´en. Seg

´un Josefo, Nabucodonosor mat

´o a Jehoiaquim y ech

´o su cad

´a-

ver fuera de las murallas de la ciudad, sin ning´

un tipo de enterramien-to, si bien la Biblia no corrobora estos detalles (Jer. 22:18, 19; 36:30).

19. ¿C´omo reaccionaron los contempor

´aneos de Jerem

´ıas a su mensaje, y

por qu´e debe interesarnos esto?

Sirvamos en “la parte final de los d´ıas” 33

tiempos de Jos´ıas hab

´ıa visto trastornos pol

´ıticos y

un progresivo deterioro espiritual en el pueblo de

Dios, y sab´ıa que las circunstancias todav

´ıa iban a

empeorar. La gente de su pueblo natal lo amenaz´

o:

“No debes profetizar en el nombre de Jehov´a, para

que no mueras a mano de nosotros” (Jer. 11:21). Aun

viendo que se cumpl´ıan las profec

´ıas, los jud

´ıos le di-

jeron: “En cuanto a la palabra que nos has hablado

en el nombre de Jehov´a, no te estamos escuchando”

(Jer. 44:16). Pero la vida de muchas personas estaba

en juego, y lo mismo sucede hoy. Nuestro mensaje, al

igual que el de Jerem´ıas, procede de Jehov

´a. Por ello,

haremos bien en reforzar nuestro celo por el minis-

terio examinando c´

omo protegi´

o Jehov´a a su profeta

durante el per´ıodo previo a la ca

´ıda de Jerusal

´en.

¿Qu´

e aprendemos de la actitud de Jerem´ıas durante

el reinado de Jehoiaquim? ¿Qu´

e sobresaliente profec´ıa

que llega hasta nuestro tiempo pronunci´

o Jerem´ıas?

EL OCASO DE UNA DINAST´IA

20 Quiz´as los peores a

˜nos de la vida prof

´etica de

20. ¿Por qu´e result

´o muy dif

´ıcil para Jerem

´ıas el reinado de Sedequ

´ıas?

(V´ease el recuadro de la p

´agina 35.)

34 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

Sirvamos en “la parte final de los d´ıas” 35

Sedequ´ıas fue un gobernante d

´ebil y vacilan-

te, dominado por sus pr´ıncipes y sus propios

miedos. Durante la parte final del sitio de Je-rusal

´en recurri

´o a Jerem

´ıas para buscar la gu

´ıa

de Jehov´a. No obstante, desoy

´o su consejo de

rendirse a los caldeos y, disgustado, lo mand´

oa prisi

´on (Jer. 21:1-9; 32:1-5). Aun as

´ı, el rey si-

gui´

o consult´andolo, pero en secreto a fin de

no molestar a los pr´ıncipes de Jud

´a. Cuando es-

tos trataron de matar al profeta, Sedequ´ıas con-

sinti´

o diciendo: “Est´a en la mano de ustedes.

Porque no hay absolutamente nada en que elrey mismo pueda prevalecer contra ustedes”.Una vez pasada la amenaza de muerte sobre Je-rem

´ıas, volvi

´o a consultar con

´el y confes

´o que

no hab´ıa obedecido a Dios por temor de que el

pueblo lo maltratara (Jer. 37:15-17; 38:4, 5, 14-19, 24-26).

Con todo, Sedequ´ıas “no se humill

´o a causa

de Jerem´ıas el profeta [...]; y sigui

´o poniendo

tiesa su cerviz y endureciendo su coraz´

on parano volverse a Jehov

´a” (2 Cr

´o. 36:12, 13; Eze.

21:25).

SEDEQU´IAS, EL

´ULTIMO REY

TERRESTRE DE JUD´

A

Jerem´ıas transcurrieron durante la dominaci

´on de

Sedequ´ıas. Como muchos de sus predecesores, este

rey “continu´

o haciendo lo que era malo a los ojos de

Jehov´a” (Jer. 52:1, 2). Fue vasallo de los caldeos, y

Nabucodonosor le hizo jurar por Jehov´a que le ser

´ıa

leal. Pese a ello, Sedequ´ıas acab

´o rebel

´andose. Mien-

tras tanto, Jerem´ıas se vio sometido a la fuerte pre-

si´

on de sus enemigos para que se uniera a la rebeli´

on

(2 Cr´

o. 36:13; Eze. 17:12, 13).21 A principios del gobierno de Sedequ

´ıas llegaron

a Jerusal´en mensajeros de los reyes de Edom, Moab,

Amm´

on, Tiro y Sid´

on, al parecer con la intenci´

on de

tramar un alzamiento contra Nabucodonosor. Jere-

m´ıas, en cambio, exhort

´o a Sedequ

´ıas a someterse

a Babilonia. Es m´as, les entreg

´o a los mensajeros

unos yugos para indicarles que sus naciones tambi´en

deb´ıan doblar la rodilla ante los caldeos (Jer. 27:

1-3, 14).� La postura de Jerem´ıas no gust

´o, y su fun-

� La alusi´

on a Jehoiaquim en Jerem´ıas 27:1 quiz

´as sea un error del co-

pista, porque los vers´ıculos 3 y 12 hablan de Sedequ

´ıas.

21-23. a) ¿Qu´e bandos opuestos exist

´ıan en Jud

´a durante el mandato de

Sedequ´ıas? b) ¿Qu

´e trato recibi

´o Jerem

´ıas por su postura, y por qu

´e debe

interesarnos?

36 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

ci´

on como portador de un mensaje impopular resul-

o a´

un m´as dif

´ıcil debido a Hanan

´ıas, un profeta fal-

so que declar´

o p´

ublicamente en nombre de Dios que

el yugo babilonio se quebrar´ıa en pedazos. Sin em-

bargo, Jehov´a declar

´o mediante Jerem

´ıas que en me-

nos de un a˜

no el impostor Hanan´ıas morir

´ıa. Y eso

es exactamente lo que sucedi´

o (Jer. 28:1-3, 16, 17).22 Jud

´a se hallaba dividida en dos bandos: los par-

tidarios de la sumisi´

on a Babilonia y los que incita-

ban a la insurrecci´

on. En 609, Sedequ´ıas se rebel

´o y

busc´

o el apoyo militar de Egipto. Jerem´ıas tuvo que

lidiar con la histeria nacionalista de quienes apoya-

ban la insurrecci´

on (Jer. 52:3; Eze. 17:15). A fin de

aplacar la revuelta, Nabucodonosor y sus ej´ercitos re-

gresaron a Jud´a, conquistaron todas sus ciudades y

volvieron a sitiar Jerusal´en. En estos momentos cr

´ı-

ticos, el mensaje que dirigi´

o Jerem´ıas a Sedequ

´ıas y

a sus s´

ubditos fue que Jerusal´en caer

´ıa ante los cal-

deos y que la muerte esperaba a quienes permanecie-

ran en la ciudad; por el contrario, quienes salieran y

se rindieran, sobrevivir´ıan (l

´eanse Jerem

´ıas 21:8-10 y

52:4).

Sirvamos en “la parte final de los d´ıas” 37

23 Los pr´ıncipes de Jud

´a acusaron a Jerem

´ıas de

traidor y de pasarse a los babilonios. Este lo neg´

o,

pero ellos lo golpearon y lo encerraron en prisi´

on

(Jer. 37:13-15). Aun as´ı, Jerem

´ıas no adulter

´o el men-

saje de Jehov´a, por lo que los pr

´ıncipes persuadieron

a Sedequ´ıas para que le diera muerte. Lo arrojaron a

una cisterna fangosa, que podr´ıa haber sido su tum-

ba de no ser por´

Ebed-m´elec, un siervo et

´ıope del rey

que lo rescat´

o (Jer. 38:4-13). El pueblo de Jehov´a de

nuestros tiempos tambi´en se ha visto en grave peli-

gro en incontables ocasiones por su negativa a invo-

lucrarse en controversias pol´ıticas. Sin duda, las vi-

vencias de Jerem´ıas nos fortalecer

´an para superar las

pruebas que se presenten en el futuro.24 En 607, los babilonios finalmente abrieron bre-

cha en las murallas de Jerusal´en y tomaron la ciudad.

Los soldados quemaron el templo de Jehov´a, demo-

lieron las murallas y ajusticiaron a los nobles de Jud´a.

Sedequ´ıas trat

´o de huir, pero fue capturado y lleva-

do a Nabucodonosor. Con sus propios ojos vio como

degollaban a sus hijos, tras lo cual Nabucodonosor

24. Describa los sucesos del a˜

no 607.

38 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

lo ceg´

o y se lo llev´

o a Babilonia (Jer. 39:1-7). As´ı es,

las palabras de Jerem´ıas tocante a Jud

´a y Jerusal

´en

se hab´ıan cumplido. Pero lejos de alegrarse, el profe-

ta llor´

o con gran pesar el desastre de su pueblo, tal

como se aprecia en el libro de Lamentaciones. La lec-

tura de estos emotivos escritos ciertamente nos con-

mover´a.

UN RESTO SE QUEDA EN JUD´

A

25 ¿Qu´e le sucedi

´o a Jerem

´ıas mientras tanto? Los

pr´ıncipes de Jerusal

´en lo hab

´ıan encarcelado, pero

los babilonios lo trataron bien y lo pusieron en liber-

tad. M´as adelante, lo hallaron entre otros jud

´ıos que

iban al cautiverio y fue liberado nuevamente. Toda-

v´ıa le quedaba mucho que hacer al servicio de Dios

y a favor de los supervivientes. Nabucodonosor nom-

br´

o a Guedal´ıas gobernador del territorio conquista-

do y prometi´

o paz al resto de los jud´ıos si le serv

´ıan

a´el, el rey de Babilonia. No obstante, unos sedicio-

sos asesinaron al gobernador (Jer. 39:13, 14; 40:1-7;

41:2). Jerem´ıas anim

´o a los jud

´ıos que quedaban a

25, 26. a) ¿Qu´e sucedi

´o despu

´es de la ca

´ıda de Jerusal

´en? b) ¿C

´omo reac-

cionaron los contempor´aneos de Jerem

´ıas a su mensaje?

Sirvamos en “la parte final de los d´ıas” 39

que permanecieran en la tierra y no temieran al rey

babilonio. Pero sus l´ıderes lo tildaron de mentiroso y

huyeron a Egipto, llev´andoselo a

´el y a Baruc a la

fuerza. Pese a todo, Jerem´ıas profetiz

´o que Nabuco-

donosor invadir´ıa y subyugar

´ıa incluso aquel pa

´ıs y

que causar´ıa sufrimiento a los refugiados jud

´ıos (Jer.

42:9-11; 43:1-11; 44:11-13).26 Una vez m

´as, la respuesta de los contempor

´aneos

del profeta del Dios verdadero fue no escucharlo.

¿Por qu´e? “Desde el tiempo en que cesamos de hacer

humo de sacrificio a la ‘reina de los cielos’, y de

derramarle libaciones —argumentaron—, nos ha fal-

tado todo, y por la espada y por el hambre hemos

sido acabados.” (Jer. 44:16, 18.) ¡Qu´e estado espiritual

tan lamentable! Por otro lado, nos resulta muy alen-

tador ver que un hombre imperfecto rodeado de per-

sonas infieles se mantuviera leal a Jehov´a.

27 En 580 se fecha el´

ultimo suceso que Jerem´ıas

anot´

o: la liberaci´

on de Joaqu´ın de las manos del su-

cesor de Nabucodonosor, Evil-merodac (Jer. 52:31-

27. ¿Qu´e sabemos de los a

˜nos finales de la carrera prof

´etica de Jere-

m´ıas?

40 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

34). Para aquel entonces, Jerem´ıas deb

´ıa rondar los

90 a˜

nos. No contamos con datos fidedignos sobre su

muerte, pero es probable que viviese hasta el final de

sus d´ıas en Egipto y muriese fiel tras unos sesenta y

siete a˜

nos de servicio especial a Jehov´a. Cumpli

´o con

su labor de profeta tanto en los tiempos en que se fa-

vorec´ıa la adoraci

´on verdadera como cuando impera-

ba el culto ap´

ostata. Hall´

o personas reverentes que

lo escucharon, aunque la mayor´ıa rechaz

´o sus men-

sajes o incluso le manifest´

o su franca hostilidad.

¿Fracas´

o Jerem´ıas en su comisi

´on? ¡Ni mucho menos!

Desde el mismo principio, Jehov´a le hab

´ıa dicho: “De

seguro pelear´an contra ti, pero no prevalecer

´an con-

tra ti, porque: ‘Yo estoy contigo’ ” (Jer. 1:19). Como

testigos de Jehov´a, nuestra comisi

´on actual es seme-

jante a la de Jerem´ıas, de modo que podemos espe-

rar reacciones similares (l´

ease Mateo 10:16-22). Por

consiguiente, ¿qu´e lecciones aprendemos de Jerem

´ıas

y c´

omo debemos acometer nuestro ministerio? Ana-

licemos estas preguntas.

¿Qu´

e les sucedi´

o a Sedequ´ıas y a los jud

´ıos que rechazaron

el mensaje de Jerem´ıas? ¿Qu

´e opina usted de Jerem

´ıas?

Sirvamos en “la parte final de los d´ıas” 41

JESUCRISTO es nuestro modelo principal en la pre-

dicaci´

on del evangelio; ahora bien, es interesante el

hecho de que la gente que lo observ´

o en el siglo I lo

asociara con Jerem´ıas (Mat. 16:13, 14). Al igual que

Jes´

us, Jerem´ıas recibi

´o la misi

´on divina de predicar.

Por ejemplo, en cierta ocasi´

on Dios le mand´

o: “Tie-

nes que decirles esta palabra: ‘Esto es lo que ha dicho

Jehov´a’ ” (Jer. 13:12, 13; Juan 12:49). Adem

´as, el pro-

feta demostr´

o en su ministerio cualidades como las

de Jes´

us.2 Sin embargo, tal vez haya Testigos que digan:

“Nuestra predicaci´

on difiere de la de Jerem´ıas.

´El fue

el portavoz divino ante una naci´

on que estaba dedi-

cada a Dios, mientras que la mayor´ıa de las personas

a las que nosotros predicamos no conocen a Jehov´a”.

1. a) ¿En qu´e se parecen Jes

´us y Jerem

´ıas? b) ¿Por qu

´e debemos imitar a

Jerem´ıas en nuestro ministerio?

2. Al igual que los compatriotas de Jerem´ıas, ¿qu

´e necesita hacer la gen-

te hoy?

CAP´ITULO 3

“TIENES QUE DECIRLESESTA PALABRA”

42 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

Eso es cierto, pero la mayor parte de los compatriotas

de Jerem´ıas se hab

´ıan vuelto ‘imprudentes’, o insensa-

tos, y se hab´ıan alejado del Dios verdadero (l

´ease Je-

rem´ıas 5:20-22). Ten

´ıan que cambiar si quer

´ıan que

´el

aceptara su adoraci´

on. Del mismo modo, hoy la gen-

te —ll´amese cristiana o no— necesita aprender el te-

mor de Jehov´a y practicar la adoraci

´on pura. Veamos

omo podemos servir al Dios verdadero y ayudar al

pr´

ojimo imitando a Jerem´ıas.

‘JEHOV´

A ME TOC´

O LA BOCA’

3 Cuando Jerem´ıas fue llamado al ministerio prof

´e-

tico, oy´

o estas palabras: “A todos aquellos a quienes

te env´ıe, debes ir; y todo lo que yo te mande, debes

hablar. No tengas miedo a causa de sus rostros, por-

que: ‘Yo estoy contigo para librarte’, es la expresi´

on

de Jehov´a” (Jer. 1:7, 8). Acto seguido, Dios hizo un

gesto inesperado: “Jehov´a alarg

´o la mano e hizo que

esta me tocara la boca —refiere Jerem´ıas—. Enton-

ces me dijo Jehov´a: ‘Mira que he puesto mis palabras

en tu boca. Ve, te he comisionado este d´ıa’ ” (Jer.

3. ¿Con qu´e gesto significativo design

´o Dios a Jerem

´ıas como profeta, y

qu´e efecto tuvo en

´el?

“Tienes que decirles esta palabra” 43

1:9, 10). A partir de ese momento, Jerem´ıas supo que

hablar´ıa en nombre del Alt

´ısimo.� Con el total apoyo

divino, su celo por el servicio sagrado aument´

o (Isa.

6:5-8).4 Jehov

´a no toca f

´ısicamente a sus siervos en la ac-

tualidad, pero s´ı les infunde mediante su esp

´ıritu el

vivo deseo de predicar las buenas nuevas. Muchos

irradian un celo extraordinario. Tal es el caso de Ma-

ruja, una espa˜

nola que lleva m´as de cuarenta a

˜nos pa-

ralizada de piernas y brazos. Dado lo dif´ıcil que le

resulta predicar de casa en casa, recurre a otros m´e-

todos para participar en el ministerio, como mandar

cartas. Ella las dicta y su hija las escribe. Durante

una campa˜

na que se realiz´

o cierto mes, Maruja y su

“secretaria” enviaron m´as de ciento cincuenta cartas

acompa˜

nadas de un tratado; as´ı, las buenas nuevas lle-

garon a casi todos los hogares de un pueblo vecino.

“Si hay alguna persona dispuesta de coraz´

on, Jehov´a

nos recompensar´a con un estudiante de la Biblia”, le

� En este y en otros muchos casos, Jehov´a hizo que los

´angeles se pre-

sentaran como si´el mismo hablara (Jue. 13:15, 22; G

´al. 3:19).

4. Relate ejemplos de celo extraordinario en la predicaci´on.

44 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

dijo Maruja a su hija. Un anciano de su congregaci´

on

escribe: “Doy gracias a Jehov´a por tener hermanos

como Maruja, que te ense˜

nan a valorar lo que real-

mente es importante”.

5 En tiempo de Jerem´ıas, los habitantes de Jerusa-

l´en en general ‘no se deleitaban’ en la verdad divina.

¿Dej´

o´el de predicar debido a la apat

´ıa de sus oyen-

tes? Todo lo contrario. “Con la furia de Jehov´a me

he llenado —dijo—. Me he fatigado de contenerme.”

(Jer. 6:10, 11.) ¿C´

omo podemos mantener nosotros un

fervor tan singular? Una manera es meditando sobre

el excepcional privilegio que tenemos de represen-

tar al Dios verdadero. Sabemos que los grandes de

este mundo han deshonrado el nombre divino y que

los gu´ıas religiosos han enga

˜nado descaradamente a

las personas de nuestro territorio, como hicieron los

sacerdotes de la´epoca de Jerem

´ıas (l

´ease Jerem

´ıas 2:

8, 26, 27). En cambio, las buenas nuevas del Reino de

Dios que nosotros proclamamos son una verdadera

5. a) ¿C´omo mantuvo Jerem

´ıas su celo pese a la apat

´ıa de sus oyentes?

b) ¿C´omo podemos mantener hoy el celo por la predicaci

´on de las buenas

nuevas?

“Tienes que decirles esta palabra” 45

manifestaci´

on de la misericordia divina hacia la hu-

manidad (Lam. 3:31, 32). Reflexionar sobre tal verdad

nos impulsar´a a seguir predicando las buenas nuevas

y ayudando a los mansos con ardiente inter´es.

6 Hay que admitir que conservar el celo en el minis-

terio cristiano no siempre es f´acil. Jerem

´ıas tambi

´en

afront´

o serias dificultades en su servicio a Jehov´a, en-

tre ellas las que le causaron los falsos profetas. Halla-

mos un caso concreto en el cap´ıtulo 28 del libro que

lleva su nombre. Casi nadie atendi´

o a su mensaje, y

en ocasiones se sinti´

o solo (Jer. 6:16, 17; 15:17). Apar-

te de esto se enfrent´

o a enemigos que intentaban ma-

tarlo (Jer. 26:11).

6. ¿Qu´e serias dificultades afront

´o Jerem

´ıas?

“ME HAS EMBAUCADO, OH JEHOV´

A”

7 En una etapa de su vida en que fue motivo de bur-

las e insultos d´ıa tras d

´ıa, Jerem

´ıas se desahog

´o con

Dios. Seg´

un Jerem´ıas 20:7, 8 (l

´ease), el fiel profeta fue

7, 8. ¿C´omo “embauc

´o” Dios a Jerem

´ıas para bien?

¿Por qu´

e estamos seguros de que Jehov´

a nos ayudar´

aa vencer las dificultades que encontremos al predicarlas buenas nuevas?

46 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

“embaucado” por Jehov´a. ¿Qu

´e significa que Dios lo

embaucara?8 Jehov

´a de ning

´un modo lo enga

˜n

´o con tretas y ar-

tima˜

nas, sino que lo “embauc´

o” en un sentido posi-

tivo, para bien. Jerem´ıas no se sent

´ıa con fuerzas

para cumplir la misi´

on que Dios le hab´ıa confiado,

pues la oposici´

on de sus adversarios era muy grande;

no obstante, con el respaldo del Alt´ısimo lo consi-

gui´

o. Puede decirse, entonces, que Jehov´a se impuso

sobre Jerem´ıas porque fue m

´as fuerte que

´el y sus

propias inclinaciones. Cuando este hombre piadoso

crey´

o que hab´ıa llegado al l

´ımite y que ya no daba

m´as, Jehov

´a ejerci

´o sobre

´el una fuerza persuasiva de

modo tal que lo “embauc´

o”. Gracias al poder de Jeho-

v´a super

´o sus debilidades y no dej

´o que la apat

´ıa ni el

rechazo ni la violencia le impidieran predicar.9 Jehov

´a estuvo al lado de Jerem

´ıas como “un

terrible poderoso”, ayud´andolo y sosteni

´endolo (Jer.

20:11). Ypuede fortificarnos a nosotros tambi´en para

que sigamos ador´andolo con celo y no nos rindamos

ante las pruebas, por grandes que sean. Pensemos en

9. ¿C´omo nos animan las palabras de Jerem

´ıas 20:11?

“Tienes que decirles esta palabra” 47

Jehov´a como “un poderoso guerrero” que est

´a junto

a nosotros, seg´

un vierte este vers´ıculo La Palabra de

Dios para Todos.

10 El ap´

ostol Pablo recalc´

o la misma idea al animar

a los cristianos que experimentaban la hostilidad de

sus enemigos. Escribi´

o: “P´

ortense de una manera dig-

na de las buenas nuevas acerca del Cristo, a fin de

que [...] oiga [...] que est´an firmes en un mismo esp

´ı-

ritu, esforz´andose lado a lado con una misma alma

por la fe de las buenas nuevas, y en ning´

un sentido

atemorizados por sus contrarios” (Fili. 1:27, 28). Tal

como hicieron Jerem´ıas y los primeros cristianos, no-

sotros podemos y debemos apoyarnos en el Alt´ısimo

al llevar a cabo nuestro ministerio. Cuando seamos

blanco de burlas o ataques, recordemos que Jehov´a

est´a a nuestro lado para llenarnos de poder. Si lo hizo

con Jerem´ıas y lo ha hecho con tantos de nuestros

hermanos, ¿no lo har´a con nosotros? Imploremos su

ayuda confiando en que contestar´a nuestras plega-

rias. Veremos que tambi´en nos “embauca” d

´andonos

10. ¿C´omo vamos a actuar ante la oposici

´on?

48 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

la fuerza para vencer los obst´aculos con valent

´ıa, sin

ning´

un temor. Con su ayuda, lograremos hacer cosas

que jam´as imaginamos (l

´ease Hechos 4:29-31).

11 Leer sobre el servicio de Jerem´ıas nos ayuda de

varias maneras a ser ministros m´as eficaces de las

buenas nuevas. Luego de m´as de veinte a

˜nos de ejer-

cer como profeta de Jehov´a,

´el dijo: “Segu

´ı habl

´ando-

les, madrugando y hablando, pero ustedes no escu-

charon” (Jer. 25:3). Como vemos, Jerem´ıas empezaba

temprano su labor. ¿Qu´e nos ense

˜na su ejemplo?

En muchas congregaciones hay publicadores que ma-

drugan para hablar con la gente en las paradas de au-

tob´

us y en las estaciones de metro. En zonas rurales,

muchos Testigos aprovechan las primeras horas de la

ma˜

nana para visitar a los granjeros y a otras personas

que empiezan su trabajo temprano. ¿De qu´e otras for-

mas podemos imitar este aspecto del fiel ministerio

de Jerem´ıas? ¿Qu

´e tal si nos levantamos temprano a

fin de llegar puntuales a la reuni´

on para el servicio

del campo?

11, 12. ¿C´omo podr

´ıamos llegar a m

´as personas en el ministerio?

“Tienes que decirles esta palabra” 49

12 Por otro lado, la predicaci´

on de casa en casa por

las tardes y al anochecer es muy fruct´ıfera en muchos

lugares. Algunos publicadores incluso predican por

la noche a empleados de gasolineras, restaurantes y

otros establecimientos comerciales que atienden las

veinticuatro horas del d´ıa. ¿Podemos acomodar nues-

tro horario para predicar en horas en que es m´as pro-

bable hallar a la gente en casa o en otros lugares?

¿Qu´

e nos da la seguridad de que Jehov´

a nos respaldaen la predicaci

´on de su mensaje?

13 En ocasiones, Jehov´a orden

´o a Jerem

´ıas que

anunciara mensajes prof´eticos desde las puertas del

templo o las de Jerusal´en (Jer. 7:2; 17:19, 20). As

´ı po-

dr´ıa comunicar la palabra divina a m

´as personas y,

puesto que muchos —como los hombres prominen-

tes de la ciudad y los mercaderes— acostumbraban a

entrar y salir por la misma puerta, podr´ıa hablar con

algunos repetidas veces para ayudarlos a comprender

lo que hab´ıan o

´ıdo antes. ¿No nos ense

˜nan estos pa-

13, 14. a) ¿C´omo se relaciona el ejemplo de Jerem

´ıas con volver a visitar

a los interesados? b) ¿Qu´e acci

´on de Jerem

´ıas ilustra la necesidad de cum-

plir cuando prometemos volver a visitar a alguien?

50 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

sajes que debemos volver a visitar a las personas in-

teresadas?

14 Jerem´ıas era consciente de que muchas vidas de-

pend´ıan de su labor como profeta de Dios. Cierta vez

no pudo cumplir la orden divina de hablar al pueblo;

entonces mand´

o en su lugar a su amigo Baruc (l´

ease

Jerem´ıas 36:5-8). ¿C

´omo podemos copiar este modelo?

Cuando prometemos volver a visitar a alguien, ¿cum-

plimos nuestra palabra? Si no nos es posible acudir a

una cita con una persona interesada o con un estu-

diante de la Biblia, ¿enviamos a alguien en nuestro lu-

gar? Jes´

us dijo: “Signifique su palabra S´ı, S

´ı” (Mat.

5:37). Cumplir nuestros compromisos es de suma im-

portancia, pues representamos al Dios de la verdad y

el orden (1 Cor. 14:33, 40).

15 Jerem´ıas anim

´o a los jud

´ıos que estaban en Babi-

lonia envi´andoles una carta con la “buena palabra” de

que Jehov´a los devolver

´ıa a su patria (Jer. 29:1-4, 10).

De igual modo, nosotros podemos divulgar por carta

15, 16. a) A imitaci´on de Jerem

´ıas, ¿c

´omo han ampliado muchos su par-

ticipaci´on en el ministerio? b) ¿Qu

´e lecci

´on extraemos de la experiencia

proveniente de Chile, relatada en el p´arrafo 16?

“Tienes que decirles esta palabra” 51

o por tel´efono las buenas promesas de Jehov

´a. ¿Por

qu´e no utilizar dichos medios para ayudar a nuestros

parientes u otras personas que viven en zonas apar-

tadas o con las que es dif´ıcil comunicarse?

16 Los publicadores que siguen el ejemplo de Jere-

m´ıas y cumplen bien con su ministerio obtienen bue-

nos resultados. Una Testigo chilena abord´

o a una mu-

jer que sal´ıa de la estaci

´on del metro. Esta qued

´o

encantada con el mensaje b´ıblico y convino en seguir

hablando del tema en su casa otro d´ıa, pero resulta

que la hermana olvid´

o apuntar la direcci´

on. Sabiendo

lo importante que era atender el inter´es de la mujer,

or´

o por ayuda. Al d´ıa siguiente volvi

´o a la estaci

´on a

la misma hora... y all´ı la encontr

´o. Esta vez se asegu-

o de anotar la direcci´

on, y m´as tarde la visit

´o para

ayudarla a entender las Escrituras. El juicio de Dios

contra el mundo de Satan´as es inminente, pero hay

esperanza de salvaci´

on para quienes se arrepientan y

pongan fe en las buenas nuevas (l´

ease Lamentacio-

nes 3:31-33). Demostremos nuestro convencimiento de

ello trabajando a conciencia el territorio.

52 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

“QUIZ´

AS ESCUCHEN Y SE VUELVAN”17 Jehov

´a no quer

´ıa que nadie de su pueblo perdie-

ra la vida. Unos diez a˜

nos antes de la destrucci´

on de

Jerusal´en indic

´o mediante Jerem

´ıas qu

´e esperanza

hab´ıa para los que estaban desterrados en Babilonia.

Leemos: “Fijar´e mi ojo sobre ellos de buena manera,

y de seguro har´e que regresen a esta tierra. Y cierta-

mente los edificar´e, y no demoler

´e; y ciertamente los

plantar´e, y no desarraigar

´e”. Jerem

´ıas pudo decirles:

“Existe una esperanza para tu futuro” (Jer. 24:6; 26:3;

31:17).´

El adopt´

o el punto de vista de Dios sobre la

gente; por eso ejerci´

o su ministerio con aut´entico in-

ter´es y transmiti

´o al pueblo las exhortaciones de Jeho-

v´a: “Vu

´elvanse, por favor, cada uno de su camino

malo, y hagan buenos sus tratos” (Jer. 35:15). ¿Se le

ocurren otras maneras de mostrar genuino inter´es en

las personas de su territorio?18 El intenso amor que sent

´ıa Jerem

´ıas por la

gente nunca se enfri´

o. Despu´es de la destrucci

´on

de Jerusal´en, sigui

´o mostrando compasi

´on (l

´ease

17. ¿C´omo podemos copiar la actitud de Jerem

´ıas en nuestro territorio?

18, 19. a) ¿Qu´e actitud debemos evitar al predicar las buenas nuevas?

b) ¿Qu´e actitud de Jerem

´ıas debemos adoptar?

“Tienes que decirles esta palabra” 53

Lamentaciones 2:11). Aunque los jud´ıos se hab

´ıan

acarreado la tragedia ellos mismos,´el no les dijo: “¡Se

lo advert´ı!”. Al contrario, se sinti

´o muy abatido. Tam-

poco nosotros debemos realizar nuestro ministerio

de un modo mec´anico, movidos

´unicamente por el

sentido del deber. Nuestro empe˜

no por dar testimo-

nio debe probar el amor profundo que sentimos por

nuestro maravilloso Dios y por nuestros semejantes,

creados a imagen suya.19 No hay mayor privilegio en el mundo que ser tes-

tigos del Dios verdadero. As´ı se sinti

´o Jerem

´ıas, quien

escribi´

o: “Fueron halladas tus palabras, y proced´ı a

comerlas; y tu palabra llega a ser para m´ı el alboro-

zo y el regocijo de mi coraz´

on; porque tu nombre ha

sido llamado sobre m´ı, oh Jehov

´a” (Jer. 15:16). Me-

diante la predicaci´

on de las buenas nuevas, muchos

m´as podr

´an llegar a conocer y amar a Aquel a quien

deben su existencia. Sirviendo con celo y amor, como

Jerem´ıas, contribuiremos a tal fin.

Siguiendo el ejemplo de Jerem´ıas, ¿qu

´e otros m

´etodos

podr´ıa usted probar para difundir la “buena palabra”

de Jehov´

a?

54 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

SUPONGA que una ma˜

nana temprano, cuando toda-

v´ıa est

´a en la cama, siente un dolor agudo en el pecho

y le falta el aire. “¿Ser´a un ataque al coraz

´on?”, pien-

sa. Reconoce que restarle importancia a los s´ıntomas

no servir´a de mucho y que convendr

´ıa tomar medidas

urgentes. As´ı que llama una ambulancia para que lo

lleve al hospital. Es posible que el m´edico le haga un

electrocardiograma a fin de establecer un diagn´

osti-

co y administrarle el tratamiento adecuado, pues sabe

que actuar con prontitud puede salvarle la vida.2 ¿C

´omo est

´a nuestro coraz

´on simb

´olico? Tal vez sea

dif´ıcil saberlo. De hecho, la Biblia asegura: “El co-

raz´

on es m´as traicionero que cualquier otra cosa, y

es desesperado. ¿Qui´en puede conocerlo?” (Jer. 17:9).

El coraz´

on puede enga˜

narnos, haci´endonos pensar

que no existe ning´

un problema espiritual aunque los

1, 2. ¿Por qu´e es dif

´ıcil conocer el verdadero estado del coraz

´on simb

´o-

lico?

CAP´ITULO 4

EVITEMOS LOS ENGA˜

NOSDE UN CORAZ

´ON TRAICIONERO

Evitemos los enga˜

nos de un coraz´

on traicionero 55

dem´as s

´ı perciban s

´ıntomas peligrosos y est

´en preocu-

pados. ¿Por qu´e podr

´ıa enga

˜narnos? Porque nuestras

tendencias pecaminosas nos juegan malas pasadas, y

Satan´as y su mundo pretenden enmascarar nuestro

verdadero estado de salud espiritual. Con el objeto de

examinar nuestro coraz´

on, veamos c´

omo actuaron Je-

rem´ıas y sus contempor

´aneos.

3 La mayor´ıa de los jud

´ıos hab

´ıa demostrado que

su coraz´

on espiritual no funcionaba bien. Sin ning´

un

tipo de remordimiento hab´ıan cambiado al

´unico Dios

verdadero por dioses cananeos. Por eso, Jehov´a los

desafi´

o diciendo: “¿D´

onde est´an tus dioses que has

hecho para ti? Que se levanten, si pueden salvarte en

el tiempo de tu calamidad. Porque tantos como el n´

u-

mero de tus ciudades han llegado a ser tus dioses”

(Jer. 2:28). Por supuesto, uno puede estar convencido

de que no adora a dioses falsos. Sin embargo, cierto

diccionario define as´ı la palabra dios: “Persona o cosa

a la que se tributa especial consideraci´

on o venera-

ci´

on”. Para mucha gente, el empleo, la salud, la fami-

lia e incluso su mascota son lo primordial en la vida;

3. ¿Qu´e constituye un dios para muchas personas?

56 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

otros dan especial atenci´

on a los deportes, las celebri-

dades, la tecnolog´ıa, los viajes o las tradiciones. Por

todas estas cosas, infinidad de ellos sacrifican su rela-

ci´

on con el Creador. ¿Podr´ıa influir en nosotros el

ambiente que nos rodea, tal como les sucedi´

o a los ju-

d´ıos?

EL CORAZ´

ON TRAICIONEROPUEDE ENGA

˜NARNOS

4 Cabe destacar el contexto en que Jerem´ıas cali-

fica de desesperado al coraz´

on. Muchos jud´ıos iban di-

ciendo: “¿D´

onde est´a la palabra de Jehov

´a? Que entre,

por favor” (Jer. 17:15). Pero ¿fueron sinceros? Veamos.

Este cap´ıtulo empieza as

´ı: “El pecado de Jud

´a est

´a es-

crito con un estilo de hierro. Con punta de diamante

est´a grabado en la tabla de su coraz

´on”. El problema

fundamental de aquellos jud´ıos era que cifraban su

confianza en el hombre, en su brazo de carne, y aleja-

ban su coraz´

on de Jehov´a. No obstante, hab

´ıa una mi-

nor´ıa que confiaba en Dios y esperaba su gu

´ıa y ben-

dici´

on (Jer. 17:1, 5, 7).

4. ¿Fueron sinceros quienes dijeron: “¿D´onde est

´a la palabra de Jehov

´a?

Que entre, por favor”?

Evitemos los enga˜

nos de un coraz´

on traicionero 57

5 La mayor´ıa de los jud

´ıos dej

´o ver lo que hab

´ıa en

su interior por su reacci´

on a las instrucciones de Dios

(l´

ease Jerem´ıas 17:21, 22). Por ejemplo, el s

´abado les

ofrec´ıa la oportunidad de descansar de las labores co-

tidianas y participar en actividades espirituales; por

eso, no deb´ıan negociar ni hacer ninguna diligencia

durante ese d´ıa. Ahora bien, sus actos revelaron el es-

tado de su coraz´

on. “No escucharon ni inclinaron su

o´ıdo, y procedieron a endurecer su cerviz para no o

´ır

y para no recibir disciplina.” Aunque conoc´ıan la ley

de Dios, la interpretaban a su manera y hac´ıan lo que

les parec´ıa (Jer. 17:23; Isa. 58:13).

6 Hoy no estamos bajo la ley del s´abado, pero la

reacci´

on de los jud´ıos, que indic

´o el estado de su co-

raz´

on, encierra una advertencia (Col. 2:16). Para hacer

la voluntad de Dios, ya hemos dejado a un lado nues-

tros objetivos ego´ıstas o mundanos, pues sabemos lo

in´

util que ser´ıa tratar de servir a Dios seg

´un nues-

tra conveniencia. Yseguramente conocemos a muchos

5. ¿C´omo reaccionaron los jud

´ıos a las instrucciones de Jehov

´a?

6, 7. a) ¿Qu´e pudiera llegar a pensar imprudentemente un cristiano, a pe-

sar de los consejos del esclavo fiel? b) ¿C´omo pudiera resentirse nuestra

asistencia a las reuniones?

58 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

hermanos que han dedicado su vida a hacer la vo-

luntad divina y les ha resultado muy satisfaciente y

agradable. Entonces, ¿c´

omo pudi´eramos dejarnos en-

ga˜

nar?7 Un cristiano podr

´ıa creer err

´oneamente que su co-

raz´

on nunca lo va a traicionar, como les ocurri´

o a mu-

chos contempor´aneos de Jerem

´ıas. Imaginemos que

alguien pensara: “No puedo perder el empleo; ten-

go una familia que mantener”, lo cual es muy com-

prensible. Pero ¿y si ese razonamiento lo llevara a

este otro: “Tengo que ampliar mis conocimientos para

conseguir o mantener un buen trabajo”? Como esta re-

flexi´

on tambi´en parece l

´ogica, podr

´ıa acabar dicien-

do: “Los tiempos han cambiado, y para sobrevivir

necesito un t´ıtulo universitario”. ¿Vemos con qu

´e fa-

cilidad pudiera uno comenzar a restarle importancia

a las sabias recomendaciones del esclavo fiel y dis-

creto sobre la educaci´

on suplementaria y empezar a

perderse reuniones? Algunos cristianos se han dejado

moldear por la forma de pensar del mundo sobre este

asunto (Efe. 2:2, 3). Con raz´

on la Biblia nos exhorta:

“No permit´ais que el mundo a vuestro alrededor os

Evitemos los enga˜

nos de un coraz´

on traicionero 59

meta dentro de su molde” (Romanos 12:2, Comentario

B´ıblico Beacon).�

8 Es cierto que algunos cristianos del siglo primero

eran ricos y hasta prominentes en el mundo. Lo mismo

puede decirse de algunos cristianos actuales. ¿C´

omo

deber´ıan estos ver sus logros, y qu

´e opini

´on deber

´ıa-

mos tener de ellos? Jehov´a nos da la respuesta median-

te Jerem´ıas (l

´ease Jerem

´ıas 9:23, 24). En vez de presu-

mir de sus´exitos, la persona sensata reconoce que el

conocimiento del Soberano Universal es de m´aximo

valor (1 Cor. 1:31). Ahora bien, ¿qu´e significa tener

perspicacia y conocimiento de Jehov´a? La gente del

tiempo de Jerem´ıas sab

´ıa cu

´al era el nombre de Dios

y lo que´el hab

´ıa hecho para salvar a sus antepasados

en el mar Rojo, al entrar en la Tierra Prometida, en el

tiempo de los jueces y durante la dominaci´

on de los

� La NET Bible (2005) traduce este vers´ıculo: “No sean conformados

a este mundo actual”. Una nota a pie de p´agina a

˜nade: “Es significativo

que el proceso de ser ‘conformados’ a este mundo se conciba como pa-sivo, lo que da a entender que tiene lugar, en parte, subconscientemen-te. Al mismo tiempo, [...] puede que el sujeto posea cierta conscienciade lo que est

´e ocurriendo. Lo m

´as probable es que se trate tanto de un

proceso consciente como subconsciente”.

8. a) ¿De qu´e podr

´ıa enorgullecerse un cristiano? b) ¿Por qu

´e no es sufi-

ciente con conocer datos sobre Dios y sus actos?

60 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

reyes fieles. Sin embargo, en realidad no conoc´ıan a

Jehov´a ni ten

´ıan genuina fe en

´el. Aun as

´ı, dec

´ıan: “He

permanecido inocente. De seguro su c´

olera se ha vuel-

to de contra m´ı” (Jer. 2:35).

¿Por qu´

e es importante reconocer que nuestro coraz´

ones traicionero? ¿C

´omo podemos escudri

˜narlo y saber

el diagn´

ostico de Aquel que examina los corazones?

OMO NOS MOLDEA JEHOV´

A

9 Los jud´ıos a quienes Jerem

´ıas dirigi

´o los mensajes

divinos necesitaban un cambio de coraz´

on, o actitud,

algo que era posible, ya que Dios prometi´

o a quienes

volvieran del exilio: “Les dar´e un coraz

´on para que me

conozcan, que yo soy Jehov´a; y tendr

´an que llegar a ser

mi pueblo, y yo mismo llegar´e a ser su Dios, porque se

volver´an a m

´ı” (Jer. 24:7). En la actualidad tambi

´en es

posible un cambio as´ı; es m

´as, la mayor

´ıa de nosotros

puede mejorar su “salud card´ıaca”. Para ello son esen-

ciales tres cosas: estudiar la Palabra de Dios a fondo,

comprender c´

omo obra Dios en nuestra propia vida y

aplicar lo que hemos aprendido sobre´el. A diferencia

9. ¿Por qu´e estamos seguros de que es posible un cambio de coraz

´on, y

qu´e cosas son esenciales para lograrlo?

Evitemos los enga˜

nos de un coraz´

on traicionero 61

de los contempor´aneos del profeta, nosotros debemos

desear que Jehov´a nos sondee el coraz

´on. Tambi

´en

podemos hacer nuestro propio examen vali´endonos de

la Biblia y reflexionando en lo que Jehov´a ha hecho

en nuestro beneficio (Sal. 17:3). ¡As´ı es como debemos

actuar!10 Satan

´as trata de meter a todo el mundo en el

mismo molde; en cambio, Jehov´a nos moldea de ma-

nera individual. El caso de Jerem´ıas lo ejemplifica.

Un d´ıa, Dios le dijo que fuera a la casa de un alfare-

ro. El artesano estaba trabajando en el torno. Cuando

la vasija que estaba en sus manos se estrope´

o, senci-

llamente volvi´

o a empezar y la transform´

o en otra (l´

ea-

se Jerem´ıas 18:1-4). ¿Por qu

´e se le mand

´o a Jerem

´ıas

que fuera all´ı, y qu

´e aprendemos de su experiencia?

11 Jehov´a quiso mostrar a Jerem

´ıas y a Israel que

´El tiene la autoridad para moldear a pueblos y nacio-

nes. ¿C´

omo trabaja Dios el barro? Contrario a los al-

fareros humanos, Jehov´a no comete errores ni des-

truye caprichosamente la obra de sus manos. Es la

10, 11. a) ¿Por qu´e fue Jerem

´ıas a ver a un alfarero? b) ¿Qu

´e determina

lo que Jehov´a hace con las personas?

62 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

respuesta individual lo que determina qu´e hace con

cada quien (l´

ease Jerem´ıas 18:6-10).

12 Entonces, ¿c´

omo nos moldea Dios hoy d´ıa? Ante

todo, mediante la Biblia. El grado al que estemos dis-

puestos a aceptar los consejos de su Palabra revelar´a

la clase de persona que somos y si permitiremos o

no que nos moldee. Tomemos como bot´

on de mues-

tra al rey Jehoiaquim y veamos c´

omo podr´ıan haber

sido moldeados los jud´ıos en asuntos diarios. La ley

decretaba: “No debes defraudar a un jornalero”; sin

embargo, el rey hizo caso omiso y se construy´

o “una

casa espaciosa” aprovech´andose de sus s

´ubditos (Deu.

24:14; Jer. 22:13, 14, 17). Dios envi´

o a sus profetas en

un intento de moldear al rey, pero este sigui´

o la incli-

naci´

on de su coraz´

on enga˜

noso y dijo: “No obedecer´e”.

Continu´

o en el derrotero que hab´ıa emprendido en su

juventud, de modo que Dios sentenci´

o que “con el en-

tierro de un asno ser[´ıa] enterrado” y que ser

´ıa arras-

trado y echado fuera de Jerusal´en (Jer. 22:19, 21). Se-

r´ıa muy insensato que nosotros respondi

´eramos: “¡Yo

12. a) ¿C´omo respondi

´o Jehoiaquim a los intentos de Jehov

´a de moldear-

lo? b) ¿Qu´e lecci

´on se desprende de este relato?

Evitemos los enga˜

nos de un coraz´

on traicionero 63

soy as´ı y no voy a cambiar!”. En la actualidad, Dios

no env´ıa profetas como Jerem

´ıas, pero no nos deja sin

gu´ıa. La clase del esclavo fiel y discreto nos ayuda

a percibir y aplicar los principios b´ıblicos, principios

que quiz´as toquen aspectos cotidianos, como nuestra

manera de arreglarnos o la m´

usica y el baile en las bo-

das y en otras reuniones sociales. La pregunta es: ¿nos

dejaremos moldear por la Palabra de Dios?13 Veamos otro ejemplo. Los babilonios colocaron

en el trono de Jud´a a un rey vasallo: Sedequ

´ıas.

En contra del consejo que Dios le dio por boca de Je-

rem´ıas, este se rebel

´o (Jer. 27:8, 12). As

´ı que los ej

´er-

citos babilonios sitiaron Jerusal´en. El rey y sus pr

´ınci-

pes pensaron que deb´ıan hacer algo para cumplir con

la Ley y congraciarse con Dios. Como sab´ıa que a los

esclavos hebreos hab´ıa que liberarlos al s

´eptimo a

˜no,

Sedequ´ıas pact

´o su liberaci

´on con el pueblo (

´Exo. 21:2;

Jer. 34:14). ¡Qu´e casualidad! De repente pareci

´o reco-

mendable que el pueblo dejara libres a sus esclavos,

justo cuando sus enemigos rodeaban Jerusal´en (l

´ease

Jerem´ıas 34:8-10).

13, 14. a) ¿Por qu´e acept

´o el pueblo liberar a los esclavos hebreos?

b) ¿C´omo se manifest

´o lo que en realidad hab

´ıa en su coraz

´on?

64 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

14 Posteriormente, los ej´ercitos egipcios acudieron

en socorro de la ciudad, lo que hizo que los caldeos se

retiraran (Jer. 37:5). ¿Qu´e hicieron ahora quienes ha-

b´ıan dado libertad a sus esclavos? Los obligaron a vol-

ver a su estado de servidumbre (Jer. 34:11). Es signi-

ficativo que cuando se vieron en peligro, los jud´ıos

obedecieron las leyes divinas, como si eso compensa-

ra su mala conducta anterior; pero cuando el peligro

desapareci´

o, volvieron a las andadas. Aunque fingie-

ron captar el esp´ıritu de la Ley, sus actos revelaron que

no deseaban sujetarse a la Palabra de Dios ni dejarse

moldear.

¿Qu´

e lecci´

on pr´

actica extraemos del relato del alfarero?¿C

´omo nos moldea Jehov

´a hoy?

DEJEMOS QUE JEHOV´

A NOS MOLDEE15 Gracias a la congregaci

´on mundial de Jehov

´a

aprendemos principios b´ıblicos que regulan la conduc-

ta humana. Pongamos un caso. Sabemos c´

omo debe-

mos reaccionar si un hermano nos ofende (Efe. 4:32).

Y admitimos que el consejo b´ıblico es certero y sabio.

No obstante, ¿qu´e tipo de barro demostraremos ser?

15. ¿Hasta qu´e grado queremos que Jehov

´a nos moldee? D

´e un ejemplo.

Evitemos los enga˜

nos de un coraz´

on traicionero 65

¿Nos dejaremos moldear por Jehov´a? Si nuestro cora-

on es maleable, haremos cambios para mejorar; el

Gran Alfarero nos convertir´a en una vasija m

´as apta

para su prop´

osito (l´

eanse Romanos 9:20, 21 y 2 Timoteo

2:20, 21). En vez de manifestar una actitud como la de

Jehoiaquim o la de los due˜

nos de esclavos del tiempo

de Sedequ´ıas, debemos dejar que Jehov

´a nos moldee

para un fin noble.16 Jerem

´ıas tambi

´en fue moldeado por Dios. ¿Cu

´al

fue su actitud?´

El admiti´

o: “No pertenece al hombre

que est´a andando siquiera dirigir su paso”. Adem

´as su-

plic´

o: “Corr´ıgeme, oh Jehov

´a” (Jer. 10:23, 24). Joven,

¿imitar´as a Jerem

´ıas? Probablemente tengas que tomar

muchas decisiones en el futuro. Hay quienes prefieren

dirigir sus propios pasos, pero ¿y t´

u? ¿Buscar´as la gu

´ıa

divina? ¿Admitir´as humildemente, como Jerem

´ıas, que

el ser humano es incapaz de dirigir bien su vida? Re-

cuerda: si te pones en manos de Dios,´el te moldear

´a.

17 Para cumplir bien con su comisi´

on, Jerem´ıas de-

16. ¿De qu´e verdad irrefutable estaba al tanto Jerem

´ıas?

17-19. a) ¿Por qu´e raz

´on recorri

´o Jerem

´ıas el largo camino hasta el

´Eu-

frates? b) ¿C´omo se someti

´o a prueba la obediencia de Jerem

´ıas? c) ¿Qu

´e

se logr´o con la actuaci

´on de Jerem

´ıas?

66 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

b´ıa obedecer las directrices de Dios. Si hubi

´eramos es-

tado en su lugar, ¿las habr´ıamos obedecido nosotros?

En un momento dado, Jehov´a le mand

´o que consi-

guiera un cinto de lino y se lo pusiera. Luego le or-

den´

o viajar hasta el r´ıo

´Eufrates. Si consultamos un

mapa, veremos que hay unos 500 kil´

ometros (300 mi-

llas) de distancia. Una vez all´ı, Jerem

´ıas ten

´ıa que es-

conderlo en la hendidura de un pe˜

nasco y volver a

Jerusal´en. M

´as adelante, Dios le pidi

´o que regresara

por el cinto (l´

ease Jerem´ıas 13:1-9). En total, Jerem

´ıas

recorri´

o casi 2.000 kil´

ometros (1.200 millas). A algu-

nos cr´ıticos b

´ıblicos les parece incre

´ıble que fuera has-

ta tan lejos y caminara durante meses (Esd. 7:9).� Pero

eso fue lo que Dios le mand´

o y eso fue lo que hizo

Jerem´ıas.

18 Imagin´emonos al profeta marchando por las mon-

ta˜

nas de Judea camino del´

Eufrates y luego, depen-

diendo de la ruta que tomara, intern´andose en el de-

sierto. ¡Y todo eso para esconder un cinto de lino!

� Algunos creen que Jerem´ıas no fue al

´Eufrates, sino a una aldea cer-

cana. ¿La raz´

on? “El´

unico objeto de esta cr´ıtica es ahorrarle al profeta

los dos supuestos viajes desde Jerusal´en hasta el

´Eufrates”, responde un

especialista.

Evitemos los enga˜

nos de un coraz´

on traicionero 67

Su larga ausencia debi´

o de despertar la curiosidad de

sus vecinos. A la vuelta, no tra´ıa el cinto. Despu

´es,

Dios le dijo que volviera a hacer el largo viaje y re-

cuperara el cintur´

on, que ahora estaba podrido y ya

‘no serv´ıa para nada’. ¿No habr

´ıa sido razonable pen-

sar que aquello era una p´erdida de tiempo y un esfuer-

zo in´

util? Sin embargo, como Jerem´ıas se hab

´ıa dejado

moldear por Dios, no pens´

o as´ı. En lugar de quejarse,

obedeci´

o sin rechistar.19 No fue sino hasta el segundo viaje que Jeho-

v´a explic

´o a Jerem

´ıas que su actuaci

´on servir

´ıa de

tel´

on de fondo para pregonar un contundente men-

saje: “Esta gente mala, que est´a rehusando obedecer

mis palabras, que est´a andando en la terquedad de

su coraz´

on y que sigue andando tras otros dioses a

fin de servirles e inclinarse ante ellos, tambi´en llega-

r´a a ser justamente como este cinto que no sirve para

nada” (Jer. 13:10). ¡Qu´e manera tan impactante de en-

se˜

nar! La devota obediencia del profeta en algo que

a simple vista parec´ıa trivial fue importante en los

intentos de Jehov´a por llegar al coraz

´on de la gente

(Jer. 13:11).

68 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

20 Los cristianos de la actualidad no tenemos que ca-

minar centenares de kil´

ometros para impartir una lec-

ci´

on divina. Pero ¿puede ser que nuestra forma de vida

llame tanto la atenci´

on a nuestros vecinos o conoci-

dos que hasta nos critiquen? Quiz´as tenga que ver con

la manera de arreglarnos, el tipo de estudios que elegi-

mos, nuestra profesi´

on o hasta la opini´

on que tenemos

sobre las bebidas alcoh´

olicas. ¿Estaremos tan decidi-

dos a seguir las instrucciones divinas como Jerem´ıas?

Si dejamos que Dios moldee nuestro coraz´

on, puede

que se nos presenten ocasiones para dar un buen tes-

timonio. De todos modos, nos beneficiar´a para siem-

pre obedecer las directrices de Jehov´a recogidas en su

Palabra y aceptar la gu´ıa que nos llega mediante el

esclavo fiel. En conclusi´

on, podemos evitar los enga-˜

nos de un coraz´

on traicionero y ser como Jerem´ıas.

Por lo tanto, no dudemos en dejarnos moldear por

Dios; permit´amosle que nos convierta en vasos hono-

rables y nos use para la eternidad.

20. ¿Por qu´e podr

´ıa llamar la atenci

´on de algunos nuestra obediencia, pero

de qu´e podemos estar seguros?

¿Por qu´

e es vital luchar contra las presiones del Diablo,de nuestro coraz

´on imperfecto y del mundo?

Evitemos los enga˜

nos de un coraz´

on traicionero 69

¿QU´

E har´ıamos si nuestros colegas, vecinos o com-

pa˜

neros de clase nos invitaran a una fiesta de Navi-

dad? ¿O si el patr´

on nos pidiera mentir o hacer

algo il´ıcito? ¿O si las autoridades nos ordenaran rea-

lizar actividades que violaran nuestra postura neu-

tral? Probablemente, la conciencia no nos dejar´ıa

hacerlo, aunque ello supusiera aguantar burlas o

maltrato.2 Como veremos enseguida, Jerem

´ıas se hall

´o con

frecuencia en situaciones similares. Por eso nos vie-

ne bien conocer algunos individuos y grupos con los

que se relacion´

o durante sus a˜

nos de servicio. Aun-

que se vio obligado a tener trato cercano con algu-

nos que intentaron desalentarlo para que abandona-

ra su misi´

on, de ning´

un modo los incluy´

o en su

1, 2. a) ¿A qu´e situaciones nos enfrentamos los cristianos en lo relativo a

las compa˜

n´ıas? b) ¿Por qu

´e nos interesa la clase de amigos que escogi

´o Je-

rem´ıas?

CAP´ITULO 5

¿A QUI´

ENES ESCOGEMOSCOMO AMIGOS?

70 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

c´ırculo de amistades. Si nos fijamos, notaremos que´el escogi

´o como amigos a personas que lo apoyaron

y lo animaron a mantenerse fiel, un ejemplo ilustra-

tivo de la importancia de saber elegir nuestras com-

pa˜

n´ıas.

¿CON QUI´

ENES ENTABLAMOS AMISTAD?

3 El rey Sedequ´ıas consult

´o a Jerem

´ıas de forma

reiterada antes de la destrucci´

on de Jerusal´en. ¿Con

qu´e fin? Con la esperanza de recibir un mensaje

alentador sobre el futuro de su reino. Quer´ıa o

´ır de

boca del profeta que Jud´a ser

´ıa librada de sus ene-

migos por la providencia divina. Los emisarios del

rey le dijeron: “Por favor inquiere de Jehov´a [...],

porque Nabucodorosor el rey de Babilonia est´a ha-

ciendo guerra contra nosotros. Tal vez Jehov´a haga

con nosotros conforme a todas sus obras maravillo-

sas, de manera que [Nabucodorosor] se retire” (Jer.

21:2). El monarca se neg´

o a obedecer la orden divi-

na de rendirse a Babilonia. Cierto biblista lo ase-

mej´

o a “un paciente que vuelve una y otra vez al

3. ¿Qu´e buscaba Sedequ

´ıas de Jerem

´ıas, y c

´omo respondi

´o el profeta?

¿A qui´

enes escogemos como amigos? 71

m´edico buscando alivio pero que no se toma el me-

dicamento recetado”. ¿Y Jerem´ıas? Bien pudo haber

conquistado el favor de Sedequ´ıas regal

´andole los

o´ıdos; entonces, ¿por qu

´e no cambi

´o el mensaje,

ahorr´andose as

´ı muchos problemas? Porque Jehov

´a

le hab´ıa mandado anunciar la ca

´ıda de Jerusal

´en

(l´

ease Jerem´ıas 32:1-5).

4 La situaci´

on de Jerem´ıas y la nuestra presentan

puntos en com´

un. No podemos evitar todo trato con

nuestros vecinos, compa˜

neros de trabajo o condisc´ı-

pulos. Pero ¿vamos m´as all

´a y entablamos amistad

con ellos aunque no tengan inter´es en o

´ır o seguir

las normas de Dios? Jerem´ıas no pod

´ıa rehuir todo

contacto con Sedequ´ıas, pues todav

´ıa era el rey aun-

que desoyera los consejos de Dios; sin embargo,

no estaba obligado a aceptar su errada forma de

pensar ni a congraciarse con´el. Es verdad que si se

hubiera plegado a sus deseos, el rey lo habr´ıa col-

mado de regalos y favores; pero Jerem´ıas no cedi

´o

a la presi´

on ni a la tentaci´

on de buscar su compa-

4. ¿A qu´e decisiones nos encaramos en cuanto a hacer amistades, como,

por ejemplo, en el trabajo?

72 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

˜n

´ıa. ¿Por qu

´e? Porque no iba a cambiar la postura

que Jehov´a le hab

´ıa dicho que adoptara. El ejemplo

¿A qui´

enes escogemos como amigos? 73

Al leer acerca de Jerem´ıas y

´Ebed-m

´elec, ¿esta-

mos seguros de que en realidad existieron? El pa-saje del cap

´ıtulo 38 donde se mencionan obtuvo

hace poco el apoyo extra de dos descubrimien-tos realizados en la antigua Ciudad de David.

En 2005, la arque´

ologa Eilat Mazar desenterr´

ouna peque

˜na impresi

´on de un sello de arcilla du-

rante una excavaci´

on supervisada de un estratoque data de la

´epoca en que Jerusal

´en fue des-

truida, en 607 antes de nuestra era. El sello llevael nombre hebreo antiguo de “Yehujal ben Sche-lemy

´ahu”, que significa “Jehucal [o Jucal] hijo

de Selem´ıas”.

Posteriormente, en un estrato similar y a unoscuantos metros de distancia, se desenterr

´o otro

sello con el nombre “Gedalyahu ben Pashhur”, o“Guedal

´ıas hijo de Pasjur”.

Leamos ahora en Jerem´ıas 38:1 los nombres de

dos pr´ıncipes que instaron al rey Sedequ

´ıas

a que matara a Jerem´ıas, plan que frustr

´o´

Ebed-m´elec. En efecto, estos nombres mencio-

nados en el cap´ıtulo 38 de Jerem

´ıas correspon-

den a personas de la vida real.

de Jerem´ıas debe movernos a examinar si los amigos

que elegimos nos estimulan a ser leales a Dios. Des-

de luego, es imposible evitar completamente el tra-

to con quienes no sirven a Jehov´a, sea en el traba-

jo, la escuela o el vecindario (1 Cor. 5:9, 10). Ahora

bien, somos conscientes de que si cultivamos su

amistad, correremos el peligro de perder la amistad

de Dios.

¿AMIGOS DE LOS ESC´

EPTICOS?

5 Sedequ´ıas no fue el

´unico que trat

´o de influir ne-

gativamente en Jerem´ıas. Cierta vez, un sacerdote

llamado Pasjur lo “golpe´

o”, quiz´as ordenando que le

dieran 39 azotes (Jer. 20:2; Deu. 25:3). En otra oca-

si´

on, unos pr´ıncipes tambi

´en lo azotaron y lo hicie-

ron encarcelar en “la casa de los grilletes”, donde

fue a parar a una mazmorra; all´ı pas

´o largos d

´ıas en

condiciones tan deplorables que temi´

o por su vida

(l´

ease Jerem´ıas 37:3, 15, 16). Un tiempo despu

´es de

haber salido de la prisi´

on, otros pr´ıncipes azuza-

ron a Sedequ´ıas para que lo matara acus

´andolo de

5, 6. ¿C´omo intentaron silenciar algunos a Jerem

´ıas?

74 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

desmoralizar a los soldados; como consecuencia, fue

arrojado en una cisterna fangosa para que muriera

(Jer. 38:1-4). Aunque sabemos que el profeta de Dios

se salv´

o de aquella horrible muerte, estos incidentes

ilustran que quienes m´as deber

´ıan haber cre

´ıdo sus

palabras se volvieron esc´epticos y la emprendieron

con´el.

6 Los enemigos de Jerem´ıas no fueron solamente

las autoridades civiles. En una ocasi´

on, los hom-

bres de su ciudad natal, Anatot —en otras palabras,

sus propios paisanos—, amenazaron con matarlo si

no dejaba de profetizar (Jer. 11:21). A pesar de sus

amenazas, Jerem´ıas prefiri

´o la amistad de Jehov

´a a

la de sus conciudadanos. Otros fueron m´as all

´a de

las palabras. Cuando Jerem´ıas se puso en el cuello

un yugo de madera e inst´

o a los jud´ıos a rendirse al

rey de Babilonia como´

unico medio para sobrevivir,

Hanan´ıas, un falso profeta, se lo arranc

´o y lo rom-

pi´

o. Seg´

un´el, Jehov

´a hab

´ıa dicho: “Quebrar

´e el yugo

del rey de Babilonia”. Hanan´ıas muri

´o en aquel mis-

mo a˜

no, y ya sabemos qui´en result

´o ser el pro-

feta verdadero (Jer. 28:1-11, 17). Tras la ruina de

¿A qui´

enes escogemos como amigos? 75

Jerusal´en predicha por Jerem

´ıas, los jefes militares,

junto con Johan´an, se negaron a seguir el mandato

de Dios de permanecer en Jud´a. “Es una falsedad lo

que est´as hablando”, dijeron a Jerem

´ıas. “Nuestro

Dios no te ha enviado, diciendo: ‘No entren en Egip-

to para residir all´ı’ ”. Y como si esta irreverencia fue-

ra poco, los jefes fugitivos se llevaron a Jerem´ıas y

a Baruc a Egipto (Jer. 42:1–43:7).

¿Con qu´

e tipo de personas tuvo que tratar Jerem´ıas?

¿Qu´

e aprendemos de su ejemplo?

7 Por a˜

nos, Jerem´ıas vivi

´o rodeado de esc

´epticos y

rivales. Meditemos un momento sobre su proceder.

F´acilmente pudo haber aceptado con resignaci

´on la

amistad de personas que le ten´ıan poco respeto a

Dios o a Su Palabra, pues estaban en todas partes.

Tambi´en nosotros nos vemos en la necesidad de tra-

tar con individuos as´ı. Ahora bien, sea que se opon-

gan tenazmente a nosotros y a nuestro Dios, o que

parezcan agradables, ¿los elegiremos como amigos?

¿Ser´ıa sensato tener trato social con personas que

7. ¿A qu´e prueba de fidelidad a Jehov

´a nos encaramos?

76 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

no toman en serio las profec´ıas de Dios? Si Jerem

´ıas

estuviera en nuestro lugar, ¿entablar´ıa amistad con

gente que niega la verdad de la Palabra divina por

su estilo de vida o que pone su confianza en los

hombres? (2 Cr´

o. 19:2.) Dios no dej´

o a Jerem´ıas con

dudas sobre las consecuencias de confiar en el hom-

bre y no en´el (l

´ease Jerem

´ıas 17:5, 6). ¿Cu

´al es nues-

tro sentir a este respecto?8 Algunos cristianos se han imaginado que pueden

promocionar su negocio o hacer carrera en su em-

presa agasajando a clientes mundanos. Sin embargo,

¿no los expondr´ıa esto a compa

˜n

´ıas corruptas y a pe-

ligros como el habla vulgar o el exceso en la bebi-

da? Es de entender que muchos hayan preferido

sacrificar posibles ganancias o dejar de adelantar

materialmente antes que andar en malas compa˜

n´ıas.

Por otro lado, puede ocurrir que el patr´

on o los

compa˜

neros de trabajo no tengan ning´

un reparo en

enga˜

nar a los clientes. Los cristianos verdaderos

no debemos dejarnos influir por las personas que

8. ¿A qu´e situaciones dif

´ıciles se enfrentan los hermanos donde usted

vive?

¿A qui´

enes escogemos como amigos? 77

nos rodean, aunque a veces no sea f´acil decidir en

este tipo de situaciones. ¡Cu´anto agradecemos con-

tar con ejemplos como el de Jerem´ıas, quien por su

modo de actuar goz´

o de una conciencia limpia y, lo

que es m´as importante, de una buena relaci

´on con

Dios!9 La posici

´on y convicciones de Jerem

´ıas lo convir-

tieron en el hazmerre´ır de sus contempor

´aneos (Jer.

18:18). Con todo y con eso, estuvo dispuesto a na-

vegar contra la corriente en vez de seguir el “proce-

der popular” (Jer. 8:5, 6). A veces prefiri´

o estar “ab-

solutamente solo” antes que mal acompa˜

nado; evit´

o

la amistad de aquellos que podr´ıan influir en

´el ne-

gativamente (l´

eanse Jerem´ıas 9:4, 5 y 15:17). ¿Lo ha-

cemos nosotros? Hoy prolifera la infidelidad a Dios

tanto como en los d´ıas de Jerem

´ıas. Los siervos

de Jehov´a han tenido que escoger con cuidado sus

amistades desde siempre. Claro, lo anterior no quie-

re decir que el profeta no tuviera allegados, pues

hubo algunos que lo defendieron y lo ayudaron.

¿Qui´enes fueron? Saberlo nos resultar

´a muy

´util.

9. ¿Qu´e peligro conlleva el deseo de ser populares?

78 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

¿A QUI´

ENES ESCOGI´

O JEREM´IAS

COMO AMIGOS?

10 ¿Con qui´enes trabar

´ıa amistad Jerem

´ıas? Por ex-

presa orden de Jehov´a, el profeta conden

´o una y otra

vez a los hombres malvados, falsos, injustos, violen-

tos, indiferentes e inmorales, a los que cambiaron el

culto verdadero por la idolatr´ıa, prostituy

´endose en

sentido espiritual. A sus conciudadanos dirigi´

o esta

exhortaci´

on: “Vu´elvanse, por favor, cada uno de su

camino malo, y hagan buenos sus caminos y sus tra-

tos” (Jer. 18:11). Aun despu´es de la destrucci

´on de

Jerusal´en, Jerem

´ıas ensalz

´o los “hechos de bondad

amorosa” de Dios, as´ı como sus “misericordias” y su

“fidelidad” (Lam. 3:22-24). Los amigos de Jerem´ıas

ser´ıan

´unicamente fieles siervos de Jehov

´a (l

´ease Je-

rem´ıas 17:7).

11 No estamos completamente a oscuras sobre

aquellos a quienes Jerem´ıas escogi

´o como amigos

´ın-

timos. Fueron varios sus aliados incondicionales:´

Ebed-m´elec, Baruc, Seraya y los hijos de Saf

´an. Cabe

10, 11. a) ¿Qu´e principios guiaron a Jerem

´ıas en la selecci

´on de amigos?

b) ¿Qui´enes fueron los amigos de Jerem

´ıas, y qu

´e preguntas surgen acer-

ca de ellos?

¿A qui´

enes escogemos como amigos? 79

preguntarse: “¿C´

omo eran estos hombres? ¿Qu´e re-

laci´

on tuvieron con Jerem´ıas? ¿En qu

´e sentido fue-

ron buenos amigos suyos? ¿Y c´

omo contribuyeron a

su fidelidad?”. Veamos las respuestas al tiempo que

pensamos en nuestra propia situaci´

on.12 Al parecer, el amigo m

´as

´ıntimo de Jerem

´ıas

fue Baruc, hijo de Ner´ıas. El profeta le ten

´ıa tanta

confianza que le dict´

o las declaraciones de Jehov´a

para que las escribiera en un rollo y las leyera, pri-

mero a o´ıdos del pueblo y despu

´es ante los pr

´ıncipes

de Jud´a (Jer. 36:4-8, 14, 15). Baruc compart

´ıa la fe

de Jerem´ıas y su convicci

´on de que las predicciones

divinas se cumplir´ıan. El uno y el otro atravesaron

circunstancias parecidas durante los agitados´

ulti-

mos dieciocho a˜

nos de Jud´a y pasaron mucho tiem-

po juntos en la misi´

on espiritual que ten´ıan en

com´

un. Ambos se enfrentaron con dificultades y tu-

vieron que esconderse de sus enemigos, y los dos re-

cibieron´animo directamente de Jehov

´a. Se cree que

Baruc, llamado en las Escrituras “el secretario”, per-

12. a) ¿Qu´e ten

´ıan en com

´un Jerem

´ıas y Baruc? b) ¿Qui

´en fue Seraya, y

qu´e sabemos de

´el?

80 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

tenec´ıa a una ilustre familia de escribanos de Jud

´a.

Su hermano Seraya fue un importante funcionario

estatal. Al igual que Baruc, Seraya colabor´

o con Je-

rem´ıas m

´as tarde en la transmisi

´on de los mensajes

prof´eticos de Jehov

´a (Jer. 36:32; 51:59-64). La buena

disposici´

on de estos dos hijos de Ner´ıas para traba-

jar con el profeta en aquella´epoca turbulenta debi

´o

de fortalecerlo y estimularlo mucho. Nosotros tam-

bi´en podemos obtener fuerzas y

´animo de los fieles

siervos de Jehov´a con los que trabajamos hombro a

hombro.

¿Qu´

e aprendemos de la elecci´

on de amigosque hizo Jerem

´ıas?

13 Otro importante aliado de Jerem´ıas fue

´Ebed-

m´elec. Cuando los pr

´ıncipes enfurecidos echaron a

Jerem´ıas en una cisterna vac

´ıa para que muriera, el

hombre que tuvo la valent´ıa de salir en su defensa

fue un extranjero:´

Ebed-m´elec el et

´ıope, un eunuco,

u oficial, del palacio. Este pidi´

o en p´

ublico al rey Se-

dequ´ıas, que estaba sentado a la puerta de Benjam

´ın,

13. ¿De qu´e manera demostr

´o

´Ebed-m

´elec ser un buen amigo de Jerem

´ıas?

¿A qui´

enes escogemos como amigos? 81

autorizaci´

on para sacar a Jerem´ıas de la cisterna ce-

nagosa. Entonces tom´

o consigo treinta hombres, tal

vez intuyendo que los enemigos del profeta intenta-

r´ıan impedir el rescate por la fuerza (Jer. 38:7-13).

No sabemos cu´an estrecha fue la relaci

´on entre

´Ebed-m

´elec y Jerem

´ıas, pero bas

´andonos en la amis-

tad de ambos con Jehov´a, es l

´ogico concluir que fue-

ron buenos amigos. Aquel reconoc´ıa a este como el

profeta de Jehov´a; por eso calific

´o de mala la acci

´on

de los pr´ıncipes y arriesg

´o su propia posici

´on para

hacer lo correcto. As´ı es,

´Ebed-m

´elec fue un hombre

de bien, tanto que el mismo Jehov´a le asegur

´o: “De

veras te librar´e en [el d

´ıa de la ruina de Jerusa-

l´en] [...] porque has confiado en m

´ı” (l

´ease Jerem

´ıas 39:

15-18). ¡Qu´e buena carta de recomendaci

´on! ¿No es

esa la clase de amigos que queremos?14 Entre los amigos de Jerem

´ıas tambi

´en se cuen-

tan tres hijos y un nieto de Saf´an, todos miembros

de una familia de alto rango. El propio Saf´an hab

´ıa

sido secretario del rey Jos´ıas. La primera vez que los

14. ¿Qu´e sabemos de la familia de Saf

´an y de su relaci

´on con Jere-

m´ıas?

82 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

enemigos de Jerem´ıas trataron de matarlo, “result

´o

que la mano de Ahiqam hijo de Saf´an estuvo con

Jerem´ıas, para que no fuera dado en la mano del

pueblo” (Jer. 26:24). Ahiqam ten´ıa un hermano lla-

mado Guemar´ıas. Un hijo de este, de nombre Mi-

caya, oy´

o a Baruc leer ante el pueblo los juicios de

Dios y enseguida puso sobre aviso a su padre y a los

pr´ıncipes que estaban con

´el. Preocupados por la

posible reacci´

on del rey Jehoiaquim, estos aconseja-

ron a Jerem´ıas y a Baruc que se escondieran. Y cuan-

do el soberano rechaz´

o el mensaje divino, Guema-

r´ıas estuvo entre los que le rogaron que no quemara

el rollo (Jer. 36:9-25). Elas´a fue otro hijo de Saf

´an,

por cuya mano Jerem´ıas envi

´o una carta prof

´etica a

los jud´ıos que estaban cautivos en Babilonia (Jer. 29:

1-3). Tenemos, pues, a tres hijos y un nieto de Saf´an,

todos los cuales apoyaron al profeta de Dios. ¡Cu´an-

to los habr´a apreciado Jerem

´ıas! No eran amigos

porque tuvieran gustos afines en la comida, la bebi-

da o el entretenimiento. No. Su amistad se cimenta-

ba en algo mucho m´as profundo.

¿A qui´

enes escogemos como amigos? 83

ESCOJAMOS BIEN LAS AMISTADES

15 La manera como Jerem´ıas trat

´o con sus coet

´a-

neos, fueran buenos o malos, es un ejemplo para to-

dos. Aunque se vio presionado por el rey, los pr´ınci-

pes, los falsos profetas y los jefes militares para que

cambiara su mensaje, se mantuvo inflexible. Su pos-

tura no le gan´

o el afecto de aquellos hombres, ni

tampoco´el lo buscaba. Desde el principio, su mejor

amigo fue Jehov´a. Si su fidelidad a Dios conllevaba

soportar la enemistad de ciertos c´ırculos, ese era

un precio que estaba muy dispuesto a pagar (l´

ea-

se Lamentaciones 3:52-59). Adem´as, como ya vimos,

´el no era el

´unico que estaba resuelto a servir a

Jehov´a.

16´

Ebed-m´elec fue un buen amigo porque ten

´ıa fe

y confianza en Jehov´a. Su arrojo y decisi

´on le salva-

ron la vida a Jerem´ıas. Baruc pas

´o por voluntad pro-

pia mucho tiempo al lado del profeta y lo ayud´

o a

comunicar los mensajes de Jehov´a. En el presente,

los buenos amigos que tengamos en la congregaci´

on

15. ¿Qu´e buen ejemplo nos dio Jerem

´ıas en su elecci

´on de amigos?

16, 17. a) ¿Qu´e ayuda podemos esperar de un buen amigo? b) Sea donde

sea que vivamos, ¿d´onde encontramos los mejores amigos?

84 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

pueden ser tan valiosos como lo fueron aquellos

hombres de la antig¨

uedad. Cameron, una precurso-

ra regular de 20 a˜

nos de edad, agradece much´ısimo

la buena influencia que ha ejercido en ella otra pre-

cursora llamada Kara. Dice: “Con su ejemplo y sus

palabras, Kara me ayud´

o a poner a Jehov´a en primer

lugar en la vida”. Aunque viv´ıa lejos, su amiga la lla-

maba o le escrib´ıa con frecuencia para asegurarse de

que estuviera bien y para animarse mutuamente.

“Conoc´ıa bien las circunstancias de mi familia —re-

lata Cameron—. Sab´ıa lo que estaba pasando con mi

hermana y lo que sufr´ı despu

´es cuando se rebel

´o y

abandon´

o la verdad. No me dej´

o sola durante todo

ese trance. No s´e qu

´e hubiera hecho sin su est

´ımu-

lo y ayuda. Ha sido un apoyo extraordinario para

m´ı.”17 En la congregaci

´on cristiana podemos hallar

buenos amigos, sean de nuestra edad o no. Nues-

tros hermanos comparten nuestra fe, nuestros valo-

res, nuestro amor a Jehov´a y nuestras esperanzas.

Tambi´en afrontan pruebas similares. Podemos traba-

jar con ellos en el ministerio; nos animan cuando

¿A qui´

enes escogemos como amigos? 85

atravesamos dificultades, y viceversa; celebran nues-

tros´exitos en el servicio a Jehov

´a, y, adem

´as, son

amistades que perdurar´an por la eternidad (Pro.

17:17; 18:24; 27:9).18 Lo que aprendemos de Jerem

´ıas en cuanto a la

selecci´

on de amistades es obvio. Tengamos siempre

presente esta innegable verdad: no podemos buscar

la compa˜

n´ıa de personas cuyas creencias son contra-

rias a la doctrina b´ıblica y, al mismo tiempo, perma-

necer leales a nuestras convicciones. Actuar en ar-

mon´ıa con este principio es tan importante hoy

como lo fue en tiempo de Jerem´ıas. A fin de llevar a

t´ermino su misi

´on con la bendici

´on de Jehov

´a, Jere-

m´ıas estuvo dispuesto a ser diferente de la mayor

´ıa

de sus contempor´aneos. ¿No lo estamos nosotros

tambi´en?

´El escogi

´o compa

˜neros que compart

´ıan su

fe y que lo asistieron en su comisi´

on. ¡Que todo fiel

cristiano aprenda de Jerem´ıas y elija sabiamente sus

amigos! (Pro. 13:20; 22:17.)

18. ¿Qu´e nos ense

˜na Jerem

´ıas en cuanto a la selecci

´on de amistades?

¿C´

omo imitamos el ejemplo de Jerem´ıas al decidir

qui´

enes ser´

an nuestros amigos y qui´

enes no?

86 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

OBEDECER no est´a de moda. Muchas personas ni si-

quiera se plantean si est´a bien o mal actuar de cierto

modo, sino que hacen lo que les apetece o lo que les

conviene. Esta actitud se ve en los conductores que

cometen infracciones, los inversores que violan las le-

yes financieras y los altos funcionarios que burlan las

leyes que incluso ellos mismos han contribuido a im-

plantar. En los d´ıas de Jerem

´ıas tambi

´en era com

´un

lanzarse al “proceder popular”, a sabiendas de que

era incorrecto y perjudicial (Jer. 8:6).2 Nosotros sabemos que quienes desean obtener el

favor del Todopoderoso no pueden sencillamente se-

guir el “proceder popular”. Es digno de menci´

on que

Jerem´ıas presentase un contraste entre los que no ha-

b´ıan “obedecido la voz de Jehov

´a” y los que procura-

ban hacerlo (Jer. 3:25; 7:28; 26:13; 38:20; 43:4, 7). Cada

1, 2. ¿Qu´e actitud tienen quienes siguen el “proceder popular”, y por qu

´e

debemos ser diferentes?

CAP´ITULO 6

“OBEDECE, POR FAVOR,LA VOZ DE JEHOV

´A”

“Obedece, por favor, la voz de Jehov´

a” 87

uno de nosotros tiene que analizar de qu´e lado est

´a.

¿Por qu´e? Porque las embestidas de Satan

´as contra la

integridad de los siervos de Dios se han vuelto espe-

cialmente virulentas. Podemos asemejar al Diablo a

una serpiente que espera silenciosa a su presa y s´

ubi-

tamente lanza su mort´ıfero ataque. Nuestra determi-

naci´

on de obedecer la voz de Jehov´a nos impulsar

´a a

alejarnos del alcance de sus letales colmillos. Ahora,

¿c´

omo reforzar esta determinaci´

on? Los escritos de

Jerem´ıas nos ayudar

´an.

AQUEL A QUIEN DEBEMOS OBEDIENCIA

3 ¿Por qu´e merece Jehov

´a nuestra total obediencia?

Jerem´ıas aporta una raz

´on llam

´andolo “el Hacedor de

la tierra por su poder, Aquel que firmemente estable-

ci´

o la tierra productiva por su sabidur´ıa” (Jer. 10:12).

En efecto, Jehov´a es el Soberano del universo, y debe-

mos temerle por encima de todos los dem´as gobernan-

tes.´

El posee el derecho absoluto a esperar que cum-

plamos con sus sabios mandamientos, que al fin y al

cabo son para nuestro beneficio (Jer. 10:6, 7).

3. ¿Por qu´e merece Jehov

´a nuestra obediencia?

88 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

4 Jehov´a no es

´unicamente el Gobernante Univer-

sal, sino el Sustentador de la vida, nuestra vida. A los

contempor´aneos de Jerem

´ıas no les qued

´o ninguna

duda al respecto. Mientras que Egipto depend´ıa mu-

ch´ısimo de las aguas del Nilo, la Tierra Prometida de-

pend´ıa en gran manera del agua de las lluvias estacio-

nales, que sus habitantes almacenaban en cisternas

subterr´aneas (Deu. 11:13-17). Solo Jehov

´a era capaz

de hacer llover y empapar el suelo para que pro-

dujera. Por otro lado,´el tambi

´en pod

´ıa retener las

tan ansiadas lluvias. De ah´ı que en los d

´ıas de Jere-

m´ıas, los desobedientes jud

´ıos sufrieran una serie de

sequ´ıas devastadoras que dejaron resecos sus campos,

vi˜

nas, pozos y cisternas (Jer. 3:3; 5:24; 12:4; 14:1-4, 22;

23:10).5 Aunque los jud

´ıos estimaban mucho el agua lite-

ral, rechazaron el “agua viva” que Jehov´a les ofrec

´ıa

en abundancia. Lo demostraron desobedeciendo deli-

beradamente la Ley divina y ali´andose con otras na-

ciones. Llegaron a ser como alguien que durante una

4, 5. a) ¿Qu´e verdad aprendieron los jud

´ıos en tiempos de sequ

´ıa?

b) ¿C´omo desperdiciaron los habitantes de Jud

´a el “agua viva” de Jehov

´a?

c) ¿C´omo podemos beber del “agua viva” que nos regala Dios?

“Obedece, por favor, la voz de Jehov´

a” 89

sequ´ıa guarda la poca agua que tiene en una cisterna

rota, as´ı que sufrieron las consecuencias (l

´eanse Je-

rem´ıas 2:13 y 17:13). Nosotros no tenemos por qu

´e

actuar como ellos y acarrearnos la ruina. Jehov´a con-

tin´

ua regal´andonos abundancia de “agua viva”, es de-

cir, la gu´ıa de su Palabra inspirada; pero solo nos be-

neficiaremos de ella si la estudiamos y procuramos

seguirla.6 A medida que iba acerc

´andose el d

´ıa en que Dios

le ajustar´ıa las cuentas a Jud

´a, la obediencia era cada

vez m´as vital. Si alg

´un jud

´ıo quer

´ıa ganarse el favor

y la protecci´

on de Jehov´a, ten

´ıa que arrepentirse y

obedecerle. El rey Sedequ´ıas, que no se hab

´ıa mostra-

do firme a la hora de hacer lo recto, se encar´

o con

esta decisi´

on. Cuando sus subalternos le dijeron que

quer´ıan matar a Jerem

´ıas, no tuvo las agallas para

oponerse. Como vimos en el cap´ıtulo anterior, el

profeta sobrevivi´

o al intento de asesinato gracias a´

Ebed-m´elec. Luego exhort

´o a Sedequ

´ıas: “Obedece,

por favor, la voz de Jehov´a” (l

´ease Jerem

´ıas 38:4-6, 20).

6. a) ¿Cu´al fue la actitud de Sedequ

´ıas en cuanto a obedecer a Jehov

´a?

b) ¿Por qu´e fue insensato el rey?

90 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

Estaba claro: por su propio bien, el rey ten´ıa que de-

cidirse. ¿Obedecer´ıa a Dios?

¿Por qu´

e fue apropiado que Jerem´ıas repetidamente

exhortara a los jud´ıos a que obedecieran a Dios?

ES URGENTE OBEDECER A JEHOV´

A7 Hoy es tan importante la obediencia a Jehov

´a

como lo fue en la antig¨

uedad. Pregunt´emonos: “¿Es-

toy decidido a obedecerle? Si me topara en Internet

con una p´agina pornogr

´afica, ¿me quedar

´ıa mirando,

o rechazar´ıa la tentaci

´on y la cerrar

´ıa inmediatamen-

te? Y si un no creyente en el trabajo o la escuela qui-

siera salir conmigo, ¿tendr´ıa la entereza para recha-

zarlo? ¿Me atraen, o me repelen los sitios de Internet

y los libros de contenido ap´

ostata?”. Tanto en estas

como en otras situaciones, siempre hay que recordar

lo que dice Jerem´ıas 38:20.

8 Jehov´a se vali

´o de Jerem

´ıas para exhortar reitera-

damente a su pueblo con palabras como estas: “Vu´el-

vanse, por favor, cada uno de su camino malo, y

hagan buenos sus caminos y sus tratos” (Jer. 7:3;

7. ¿En qu´e situaciones podr

´ıa someterse a prueba nuestra obediencia?

8, 9. a) ¿Por qu´e es prudente escuchar a los ancianos cuando tratan de

ayudarnos? b) ¿C´omo debemos ver los reiterados consejos de los ancianos?

“Obedece, por favor, la voz de Jehov´

a” 91

18:11; 25:5; l´

ease Jerem´ıas 35:15). De modo similar, los

ancianos cristianos se esfuerzan por ayudar a sus her-

manos en peligro espiritual. Si en alg´

un momento nos

aconsejan que evitemos cierto proceder err´

oneo o

imprudente, no hagamos o´ıdos sordos. Su objetivo es

el mismo que el de Jerem´ıas.

9 Los ancianos quiz´as repasen alg

´un principio b

´ıbli-

co que ya nos hayan mencionado. Repetir un consejo

nunca es f´acil, pero se hace m

´as dif

´ıcil a

´un si la per-

sona que lo precisa manifiesta una actitud como la de

muchos de los jud´ıos que oyeron a Jerem

´ıas. Veamos

los reiterados esfuerzos de los ancianos por ayudar-

nos como expresiones del amor de Jehov´a. Hay que

reconocer tambi´en que Jerem

´ıas no habr

´ıa tenido la

necesidad de repetir las advertencias si hubiera habi-

do una buena respuesta. As´ı es, para que no nos repi-

tan los consejos, debemos aplicarlos enseguida.

EL PERD´

ON DE JEHOV´

A:GENEROSO, MAS NO AUTOM

´ATICO

10 En este mundo no podemos obedecer a Jehov´a a

la perfecci´

on, por mucho que tratemos; de ah´ı que

10. ¿Por qu´e no perdona Jehov

´a los pecados autom

´aticamente?

92 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

tengamos que agradecerle su disposici´

on a perdonar

nuestros errores. Con todo, su perd´

on no es autom´a-

tico. ¿Por qu´e no? Porque el pecado le repugna (Isa.

59:2). En consecuencia, Jehov´a se asegura de que nos

merezcamos su perd´

on.11 Ya hemos visto que muchos contempor

´aneos de

Jerem´ıas sol

´ıan desobedecer a Dios y as

´ı abusaban de

su paciencia y misericordia. En la actualidad, ¿podr´ıa-

mos adoptar el mismo h´abito? S

´ı, si hacemos caso

omiso de los recordatorios divinos y comenzamos a

practicar el pecado. En algunos casos, esto ha sucedi-

do abiertamente, como cuando una persona entra en

un matrimonio ad´

ultero. Pero incluso si nadie se die-

ra cuenta del pecado, el que desobedece a Jehov´a se

encamina al fracaso. Alguien que llevara una doble

vida podr´ıa pensar que no lo van a descubrir; sin em-

bargo, la realidad es que Dios examina lo que hay en

nuestra mente y coraz´

on y puede ver lo que sucede a

puerta cerrada (l´

ease Jerem´ıas 32:19). ¿Qu

´e debe hacer

uno si, en efecto, ha desobedecido a Dios?12 Muchos jud

´ıos desde

˜naron la ayuda que Jehov

´a les

11. ¿Por qu´e es imposible mantener en secreto los pecados?

12. ¿Qu´e deben hacer a veces los ancianos para proteger al reba

˜no?

“Obedece, por favor, la voz de Jehov´

a” 93

brind´

o una y otra vez mediante Jerem´ıas. De igual

modo, es posible que una persona que ha cometido al-

un pecado grave no se arrepienta y rechace la ayuda

de los ancianos. En tal caso, ellos deben seguir las pau-

tas b´ıblicas pertinentes y expulsar al pecador para pro-

teger a la congregaci´

on (1 Cor. 5:11-13; v´ease el recua-

dro “Vivir sin ley”, de la p´agina 95). ¿Significa esto que

se trata de un caso perdido, que el transgresor nunca

podr´a recuperar el favor de Jehov

´a? No. Los israelitas

hab´ıan sido rebeldes por mucho tiempo, y aun as

´ı, Dios

les dijo: “Vu´elvanse, hijos renegados. Yo sanar

´e su con-

dici´

on de renegados” (Jer. 3:22).� Jehov´a insta a los pe-

cadores a que regresen a´el; es m

´as, les indica el camino.

¿Por qu´

e es sensato buscar el perd´

on de Dios cuando pecamos?

OBEDEZCAN A JEHOV´

A VOLVI´

ENDOSE A´

EL

13 Para volverse a Dios, como indic´

o Jerem´ıas, la

persona ha de pensar: “¿Qu´e he hecho?”. Luego, a la

� Jehov´a se dirigi

´o en esta ocasi

´on a Israel, el reino del norte, com-

puesto de diez tribus, cuyos habitantes ya hab´ıan pasado unos cien a

˜nos

en el exilio para cuando Jerem´ıas transmiti

´o este mensaje. Con sus pa-

labras dej´

o claro que, hasta aquel d´ıa, la naci

´on no se hab

´ıa arrepenti-

do (2 Rey. 17:16-18, 24, 34, 35). Sin embargo, sus integrantes pod´ıan re-

cuperar el favor de Dios e incluso regresar del exilio.

13. ¿Qu´e debe reconocer la persona que desea volver a Jehov

´a?

94 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

“Obedece, por favor, la voz de Jehov´

a” 95

¿C´

omo era la vida despu´es de la destrucci

´on de Je-

rusal´en? Jerem

´ıas nos pinta un breve cuadro en La-

mentaciones 2:9. Las murallas —y posiblemente laspuertas— est

´an derruidas, por lo que la ciudad care-

ce de protecci´

on. Pero, peor a´

un, “no hay ley”. ¿Serefiere Jerem

´ıas a que los supervivientes son una

banda de desaforados? No. Todo apunta, m´as bien, a

la p´erdida de la seguridad y tranquilidad espiritual

de que los jud´ıos gozaban cuando los sacerdotes y

profetas fieles los instru´ıan en la Ley de Dios. Los

falsos profetas que ahora captan su atenci´

on no lesofrecen una ‘visi

´on’, o direcci

´on real de parte de

Jehov´a; sus “visiones” son in

´utiles (Lam. 2:14).

La persona que ha sido expulsada de la congrega-ci

´on quiz

´as se encuentre en una situaci

´on parecida.

Ya no disfruta de la afectuosa amistad de sus herma-nos ni del cuidado atento de los ancianos. Se hallaalejada de la vivificante ense

˜nanza espiritual. Pro-

bablemente siente un gran vac´ıo en el mundo, don-

de “no hay ley” de Jehov´a. Ahora bien, puede recu-

perar su buena relaci´

on con´el y volver a disfrutar

de abundantes bendiciones (2 Cor. 2:6-10). Pero, sinduda, todos concordaremos en que lo mejor es obe-decer a Jehov

´a y nunca llegar a vivir sin ley.

VIVIR SIN LEY

Las palabras b´ıblicas en hebreo y griego vincu-

ladas al arrepentimiento tienen que ver con la ac-titud de la persona y con el cambio de mentalidadque se produce tocante a una conducta del pasa-do o algo que se pretend

´ıa hacer. Tambi

´en aluden

a sus sentimientos, entre ellos el pesar y el con-suelo que siente (2 Sam. 13:39; Job 42:6). La Bibliadeja claro que el verdadero arrepentimiento im-plica acciones movidas por sentimientos fuertes ysinceros. Esta es la clase de contrici

´on que espe-

ra Jehov´a de todos los que claman por el perd

´on de

pecados (Jer. 31:18, 19).

¿QU´

E ES EL ARREPENTIMIENTO?

luz de los principios b´ıblicos, debe responderse con

sinceridad. Los jud´ıos impenitentes del tiempo de Je-

rem´ıas ni siquiera se plantearon esa reflexi

´on. Rehu-

saron admitir el alcance de sus pecados, de modo que

Jehov´a no los perdon

´o; no pudo perdonarlos (l

´ease Je-

rem´ıas 8:6). En cambio, el pecador arrepentido reco-

noce que al desobedecer a Jehov´a, ha manchado el

nombre de Dios y el de la congregaci´

on cristiana. Ade-

m´as, lo apesadumbra profundamente el dolor que

haya podido ocasionar a gente inocente. Debe saber

96 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

que su solicitud de perd´

on solo es v´alida ante Jehov

´a

cuando admite todo el da˜

no causado por sus malos

actos. Pero volverse a Dios implica algo m´as.

14 La persona verdaderamente arrepentida escudri-˜

na sus motivos, deseos y costumbres (l´

ease Lamenta-

ciones 3:40, 41). Examina los aspectos de su vida don-

de hay fisuras, tales como su relaci´

on con el sexo

opuesto, el consumo de bebidas, el tabaco, el uso que

le da a Internet o sus tratos comerciales. As´ı como

una mujer friega hasta los rincones m´as ocultos de su

cocina para mantenerla higi´enicamente limpia, la per-

sona arrepentida ha de esforzarse por purificar sus

pensamientos y sus actos privados. Para ‘volverse a

Jehov´a’, debe cumplir con sus exigencias y ajustarse a

sus normas. Algunos jud´ıos del tiempo de Jerem

´ıas se

volvieron a Jehov´a “falsamente”; es decir, fingieron

sentir remordimiento pero nunca cambiaron su acti-

tud o forma de vivir (Jer. 3:10). A diferencia de ellos,

el que sinceramente solicita perd´

on no trata de enga-˜

nar ni a Jehov´a ni a la congregaci

´on. En vez de solo

querer lavar su reputaci´

on o volver a juntarse con sus

14. ¿C´omo puede alguien ‘volverse a Jehov

´a’? (Incl

´uyase el recuadro

“¿Qu´e es el arrepentimiento?”, de la p

´agina 96.)

“Obedece, por favor, la voz de Jehov´

a” 97

parientes y hermanos de fe, desea dejar en el pasado

los males cometidos y granjearse el perd´

on y el favor

de Dios.15 La oraci

´on forma parte esencial del arrepenti-

miento. En la antig¨

uedad era com´

un que la gente le-

vantara las manos hacia el cielo al orar. Hoy, parafra-

seando a Jerem´ıas, cuando una persona arrepentida

ora, ‘levanta su coraz´

on junto con las palmas de las

manos a Dios’ (Lam. 3:41, 42). El pesar que siente la

impulsa a obrar en consecuencia con sus s´

uplicas,

pues son sinceras y nacen del coraz´

on.16 Es indudable que la persona que reconoce sus

errores ha de tragarse el orgullo. Ahora bien, lo m´as

importante es que Jehov´a desea que los pecadores re-

gresen a´el. Cuando ve un coraz

´on contrito, su propio

coraz´

on reacciona. Sus entra˜

nas ‘se alborotan’, o se

conmueven, porque est´a dispuesto a perdonar a todos

los que se arrepienten, tal como hizo con los israelitas

que regresaron del exilio (Jer. 31:20). ¡Qu´e tranquili-

zador es saber que Dios quiere darles paz y esperan-

za a quienes le obedecen! (Jer. 29:11-14.) Tienen la po-

15. ¿Qu´e tipo de oraciones eleva a Dios una persona arrepentida?

16. ¿Por qu´e es l

´ogico volverse a Dios?

98 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

sibilidad de volver a ocupar un lugar entre los siervos

devotos de Dios.

LA OBEDIENCIA NOS PROTEGE

17 La mejor protecci´

on es la obediencia devota a

Jehov´a, algo que se percibe en el ejemplo de los reca-

bitas del tiempo de Jerem´ıas. M

´as de dos siglos antes,

Jehonadab, su antepasado quenita, que hab´ıa apoya-

do fielmente a Jeh´

u, les hab´ıa impuesto ciertos man-

datos, entre ellos el de no beber vino. Jehonadab lleva-

ba mucho tiempo muerto, pero aun as´ı, los recabitas

segu´ıan obedeci

´endole. A modo de prueba, Jerem

´ıas

los llev´

o a un comedor del templo, les puso vino y los

inst´

o a beber. Ellos le respondieron: “No bebere-

mos vino” (Jer. 35:1-10).18 Si para los recabitas era importante obedecer a

su antepasado muerto, con mayor diligencia a´

un de-

bemos los verdaderos siervos del Dios vivo obede-

cer sus mandamientos. La fidelidad de los recabitas

impresion´

o a Jehov´a, pues era diametralmente opues-

ta a la rebeld´ıa de los jud

´ıos. Por ello,

´el les prome-

ti´

o que los proteger´ıa de la inminente destrucci

´on.

17, 18. a) ¿Qui´enes eran los recabitas? b) ¿Por qu

´e son conocidos?

“Obedece, por favor, la voz de Jehov´

a” 99

Si aplicamos esta lecci´

on hoy d´ıa, ¿no es l

´ogico que a

quienes obedecen sin reservas a Jehov´a tambi

´en se les

asegure protecci´

on durante la gran tribulaci´

on? (L´

ea-

se Jerem´ıas 35:19.)

¿Por qu´

e es un aspecto importante de la obedienciaarrepentirse de un pecado grave? ¿C

´omo puede la

obediencia evitar que uno tenga que arrepentirse?

QUIENES OBEDECEN A JEHOV´

ANO EST

´AN SOLOS

19 El cuidado protector de Dios no debe verse como

cosa del pasado. En la actualidad, Jehov´a tambi

´en es-

cuda de los peligros espirituales a quienes le obede-

cen. Tal como las altas murallas proteg´ıan las ciuda-

des de los ataques enemigos, la ley de Dios resguarda

a quienes la estudian y la aplican consecuentemente

en su vida. ¿Permaneceremos dentro del recinto amu-

rallado de sus normas morales? Podemos estar segu-

ros de que nos ir´a bien si lo hacemos (Jer. 7:23). Hay

muchas experiencias que lo demuestran (v´ease el re-

cuadro “La obediencia a Jehov´a nos protege”, de la p

´a-

gina 101).

19. ¿Qu´e protecci

´on nos da Dios si le obedecemos?

100 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

Un joven Testigo espa˜

nol se ha beneficiado mu-ch

´ısimo de obedecer a Jehov

´a. Nos cuenta: “En

clase, una chica me propuso que sali´eramos jun-

tos. Era muy bonita, pero en mi interior sab´ıa que

salir con alguien que no ama a Jehov´a era peli-

groso.”M

´as o menos por las mismas fechas, mis com-

pa˜

neros me presionaron para que asistiera a unafiesta de fin de curso. Cuando les di las razonesb

´ıblicas por las que no acudir

´ıa, me insultaron

y ridiculizaron. Me sent´ı totalmente rechazado.

Le cont´e lo que me sucedi

´o aun anciano de la con-

gregaci´

on, y´el me pregunt

´o: ‘¿Puede alguien que

no respeta tus decisiones y valores morales ser unaut

´entico amigo?’. Aquellas palabras me fortale-

cieron y me ayudaron a soportar la presi´

on.”¡Me alegro tanto de no haber cedido! En aque-

lla fiesta violaron a una chica. Yesa misma noche,tres de mis compa

˜neros quedaron muy malhe-

ridos en un accidente de tr´afico porque el que

conduc´ıa estaba borracho. Si hubiese ido a la fies-

ta, quiz´as habr

´ıa estado con ellos en el coche.

Le doy gracias a Jehov´a por darme las fuerzas

para obedecerle a pesar de la presi´

on.”

LA OBEDIENCIA A JEHOV´

ANOS PROTEGE

“Obedece, por favor, la voz de Jehov´

a” 101

20 Ya sea que est´en en nuestra familia, en el lugar de

trabajo, en la escuela o entre las autoridades del pa´ıs,

los enemigos nos dificultan el servicio a Dios. Sin em-

bargo, podemos estar seguros de que si obedecemos

estrictamente a Jehov´a,

´el nos apoyar

´a incluso en las

circunstancias m´as penosas. No olvidemos que Dios

prometi´

o sostener a Jerem´ıas a pesar de la feroz opo-

sici´

on, y lo hizo (l´

ease Jerem´ıas 1:17-19). Una de las ve-

ces en que m´as claro se manifest

´o el apoyo divino fue

en los d´ıas del rey Jehoiaquim.

21 Jehoiaquim se opuso a los portavoces de Dios con

una furia pocas veces igualada en Israel. Por ejemplo,

persigui´

o al profeta Uriya, contempor´aneo de Jere-

m´ıas, incluso m

´as all

´a de sus fronteras, lo trajo de

vuelta y lo asesin´

o (Jer. 26:20-23). En el cuarto a˜

no del

rey, Jehov´a mand

´o a Jerem

´ıas que escribiera todas las

palabras que le hab´ıa hablado hasta entonces y las le-

yera en el templo en voz alta. Jehoiaquim consigui´

o

el rollo de Jerem´ıas y orden

´o a un oficial de la corte

que se lo leyese. A medida que avanzaba la lectura, el

20, 21. a) ¿De qu´e podemos estar seguros mientras sirvamos a Jehov

´a?

b) ¿C´omo reaccion

´o el rey Jehoiaquim al mensaje de Dios mediante Jere-

m´ıas?

102 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

rey rasgaba el documento en trozos, que iba echando

al fuego a pesar de que algunos pr´ıncipes le rogaban

que no lo hiciera. Luego mand´

o detener a Jerem´ıas y

a Baruc. ¿Cu´al fue el desenlace? “Jehov

´a los mantuvo

ocultos” y no permiti´

o que Jehoiaquim lastimara a es-

tos dos hombres fieles (Jer. 36:1-6; l´

ease Jerem´ıas 36:

21-26).22 Si Jehov

´a lo ve oportuno, tambi

´en puede proteger

a sus siervos actuales del peligro, aunque las m´as de

las veces les da el valor y la sabidur´ıa para obedecer-

le y seguir predicando las buenas nuevas. Este es el

caso de una mujer sola, madre de cuatro hijos, a quien

llamaremos Gulistan. Por un tiempo fue la´

unica

Testigo de una amplia zona de Asia central, don-

de las autoridades se oponen a la obra del Reino.

La congregaci´

on m´as cercana est

´a a 400 kil

´ometros

(250 millas), por lo que Gulistan apenas disfruta de

la compa˜

n´ıa de cristianos maduros. Pese a la oposi-

ci´

on y otros problemas, predica de casa en casa y halla

muchas personas interesadas. Seg´

un un informe re-

ciente, dirige cursos b´ıblicos con casi veinte personas

22, 23. ¿Qu´e pone de manifiesto sobre el apoyo divino la experiencia de

una Testigo de Asia central?

“Obedece, por favor, la voz de Jehov´

a” 103

y atiende a este grupo cada vez mayor de ovejas de

Jehov´a.

23 Tal como Dios ayud´

o a Jerem´ıas y ha ayudado a

Testigos como Gulistan, tambi´en est

´a dispuesto a ayu-

darnos a nosotros si somos siervos obedientes. Resol-

v´amonos, por tanto, a obedecerle como Gobernante

antes que a los hombres. Veremos que ni la oposici´

on

ni otros obst´aculos nos impedir

´an alabar p

´ublicamen-

te al´

unico Dios verdadero en nuestro territorio (Jer.

15:20, 21).24 La verdadera felicidad en la vida es inalcanzable si

nos independizamos de nuestro Creador (Jer. 10:23).

Tras estudiar lo que Jerem´ıas escribi

´o sobre la obe-

diencia, ¿vemos aspectos en los que podr´ıamos dejar

que Jehov´a dirigiera m

´as plenamente nuestros pasos?

Los preceptos de Jehov´a constituyen la

´unica gu

´ıa

que nos lleva a la felicidad. Por eso,´el nos insta: “Obe-

dezcan mi voz [...] a fin de que les vaya bien” (Jer.

7:23).

24. ¿Qu´e beneficios nos reporta la obediencia ahora?

¿C´

omo podemos utilizar en nuestra relaci´

on con Dioslas lecciones sobre la obediencia extra

´ıdas del libro

de Jerem´ıas?

104 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

“EL NUEVO mundo.” Al o´ır esas palabras, ¿acuden

a nuestra mente im´agenes de las bendiciones mate-

riales predichas en la Biblia? Un cuerpo perfecto,

alimento nutritivo en abundancia, animales mansos,

vivienda segura... Hasta podemos citar pasajes que

respaldan tales expectativas. Sin embargo, no olvide-

mos esta otra bendici´

on: la salud espiritual y emo-

cional. Sin ella, todos los dem´as deleites pronto se

esfumar´ıan.

2 Cuando Dios predijo mediante Jerem´ıas el re-

torno de los jud´ıos cautivos en Babilonia, destac

´o lo

que sentir´ıa su pueblo: “Te engalanar

´as con tus pan-

deretas y realmente saldr´as en la danza de los que es-

t´an ri

´endose” (l

´eanse Jerem

´ıas 30:18, 19 y 31:4, 12-14).

Y a˜

nadi´

o estas motivadoras palabras: “Saturar´e al

1. ¿De qu´e bendici

´on en particular ans

´ıa usted gozar en el nuevo mundo?

2, 3. ¿Qu´e bendici

´on especial nos aguarda, seg

´un los escritos de Jere-

m´ıas?

CAP´ITULO 7

“SATURAR´

EAL ALMA CANSADA”

“Saturar´

e al alma cansada” 105

alma cansada, y ciertamente llenar´e a toda alma que

languidece”. La Nueva Biblia de los Hispanos vierte as´ı

la promesa divina: “Porque Yo he de satisfacer al

alma cansada y he de saciar a toda alma atribulada”

(Jer. 31:25).3 ¡Qu

´e magn

´ıfica esperanza! Jehov

´a dijo que satu-

rar´ıa, o satisfar

´ıa plenamente, a quien estuviera can-

sado y sin fuerzas. Y´el cumple lo que promete. Los

escritos de Jerem´ıas nos dan la confianza de que no-

sotros tambi´en veremos saciadas nuestras necesida-

des. Es m´as, nos muestran c

´omo cobrar

´animo y ver

las cosas con optimismo aun ahora. Tambi´en nos en-

se˜

nan formas pr´acticas de animar a otros, ayud

´ando-

les a satisfacer sus almas cansadas.4 Aquella promesa fue una fuente de

´animo para Je-

rem´ıas, y puede serlo igualmente para nosotros. ¿En

qu´e sentido? Recordemos que en el cap

´ıtulo 1 de esta

obra comentamos que Jerem´ıas, tal como El

´ıas, era

un “hombre de sentimientos semejantes a los nues-

tros” (Sant. 5:17). Siendo esto as´ı, veamos algunas ra-

zones por las que a veces el profeta pudo desalentar-

4. ¿Por qu´e es f

´acil ponerse en el lugar de Jerem

´ıas?

106 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

se o hasta deprimirse un poco. Al mismo tiempo,

pensemos en c´

omo nos hubi´eramos sentido nosotros

y por qu´e ciertas situaciones podr

´ıan deprimirnos

(Rom. 15:4).5 El des

´animo de Jerem

´ıas pudo provenir en parte

de Anatot, ciudad levita que lo vio nacer, situada a

unos cuantos kil´

ometros al noreste de Jerusal´en. All

´ı

tendr´ıa conocidos y hasta parientes. Mas como dijo

Jes´

us, un profeta no tiene honra en su propia tierra,

y ese fue el caso de Jerem´ıas (Juan 4:44). Sus paisa-

nos no solo fueron indiferentes e irrespetuosos con´el, pues Dios dijo que ‘los hombres de Anatot andu-

vieron buscando su alma’. De hecho, dijeron amena-

zantes: “No debes profetizar en el nombre de Jeho-

v´a, para que no mueras a mano de nosotros”. ¡Los

mismos que deb´ıan estar de su lado —sus paisanos y,

posiblemente, sus parientes— tramaban contra su

vida! (Jer. 1:1; 11:21.)6 Si nos hallamos bajo la presi

´on de vecinos,

5. ¿Qu´e situaci

´on pudo haber desanimado a Jerem

´ıas?

6. Cuando nos hallemos bajo presi´on por parte de compa

˜neros de trabajo

u otras personas, ¿de qu´e utilidad nos ser

´a la experiencia de Jerem

´ıas con

“los hombres de Anatot”?

“Saturar´

e al alma cansada” 107

condisc´ıpulos, compa

˜neros de trabajo o hasta fami-

liares, nos animar´a saber qu

´e hizo Jehov

´a a favor de

Jerem´ıas. “Voy a dirigir mi atenci

´on a” los hombres

de Anatot, sentenci´

o (l´

ease Jerem´ıas 11:22, 23). Sin

duda, saber que Dios tomar´ıa cartas en el asunto con-

tribuy´

o a que el profeta superara el des´animo que pu-

diera haberlo invadido. La “atenci´

on” de Dios signifi-

car´ıa que vendr

´ıa una “calamidad sobre los hombres

de Anatot”, y as´ı fue. Nosotros podemos sentirnos

tranquilos sabiendo que Jehov´a presta atenci

´on a to-

das las cosas y act´

ua al debido tiempo (Sal. 11:4;

66:7). Si persistimos en nuestra adhesi´

on a las ense-˜

nanzas de la Biblia y en hacer lo que es correcto, ayu-

daremos incluso a algunos de nuestros enemigos a

que se salven de la calamidad que de otro modo les

sobrevendr´ıa (1 Tim. 4:16).

¿C´

omo indica el libro de Jerem´ıas que Dios se interesa

por los sentimientos de su pueblo, y qu´

e efecto tuvoeste hecho en el profeta?

ACCIONES QUE PODR´IAN DESALENTAR

7 Jerem´ıas no solo soport

´o amenazas de parte de la

7, 8. ¿Qu´e tipo de maltrato soport

´o Jerem

´ıas, y c

´omo lo afect

´o?

108 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

gente de su pueblo. En cierta ocasi´

on, un sacerdote

prominente de Jerusal´en llamado Pasjur� lo oy

´o pro-

nunciar una profec´ıa divina. Acto seguido, “Pasjur

golpe´

o a Jerem´ıas el profeta y lo puso en el cepo”

(Jer. 20:1, 2). Al parecer, no se trat´

o de una bofetada

nada m´as; algunos creen que Pasjur lo hizo flagelar

con hasta 40 azotes (Deu. 25:3). Al tiempo que pade-

c´ıa dolor f

´ısico, la gente lo escarnec

´ıa, lo insultaba y

hasta lo escup´ıa. Pero las cosas no pararon ah

´ı: Pas-

jur lo mand´

o poner en el cepo toda la noche. La pa-

labra hebrea utilizada aqu´ı parece indicar que el

cuerpo del reo quedaba torcido y doblado. En efecto,

Jerem´ıas fue obligado cruelmente a pasar la noche

aprisionado en aquel artefacto de madera.8 ¿C

´omo afect

´o a Jerem

´ıas el maltrato que recibi

´o?

Dijo a Dios: “Vine a ser objeto de risa todo el d´ıa”

(Jer. 20:3-7). Hasta se le pas´

o por la cabeza dejar de

hablar en el nombre divino, pero sabemos que fue

incapaz. El mensaje que se le hab´ıa encargado era

“como un fuego ardiente, encerrado en [sus] huesos”,

� Durante el reinado de Sedequ´ıas hubo otro Pasjur, a quien se nom-

bra entre los pr´ıncipes que instaron al rey a matar a Jerem

´ıas (Jer.

38:1-5).

“Saturar´

e al alma cansada” 109

y tuvo que hablar en representaci´

on de Jehov´a (l

´ease

Jerem´ıas 20:8, 9).

9 Este pasaje puede sernos provechoso cuando

afrontamos la burla humillante de conocidos —como

familiares, vecinos, compa˜

neros de trabajo o condis-

c´ıpulos—, o cuando sufrimos maltrato f

´ısico a causa

de la adoraci´

on verdadera. No nos sorprendamos si

a veces nos desanimamos por esto. Jerem´ıas, como

humano imperfecto que era, no fue inmune a tal

sentimiento. ¿Y acaso no somos nosotros tan huma-

nos como´el? Sin embargo, recordemos que con el

apoyo divino, Jerem´ıas recobr

´o el gozo y la confian-

za. Su des´animo no fue permanente, ni tampoco tie-

ne que serlo en nuestro caso (2 Cor. 4:16-18).10 En ocasiones, el estado de

´animo de Jerem

´ıas

cambi´

o, incluso de manera apreciable. ¿Experimenta-

mos nosotros tambi´en cambios de humor parecidos,

alternando entre el optimismo y el abatimiento? Con

respecto al primer estado, notemos las palabras de Je-

rem´ıas 20:12, 13 (l

´ease). Despu

´es del sufrimiento que

9. ¿Por qu´e es provechoso reflexionar sobre la experiencia de Jerem

´ıas?

10. ¿Qu´e revela la Biblia sobre el estado de

´animo de Jerem

´ıas?

110 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

le caus´

o Pasjur, se regocij´

o de ser como uno de los

pobres a quienes Dios libra “de la mano de los malhe-

chores”. Cuando se nos libra de alg´

un mal o nos

suceden cosas buenas en la vida o en el servicio cris-

tiano, nos sentimos alborozados, deseosos de can-

tar a Jehov´a. Este es un sentimiento muy agradable

(Hech. 16:25, 26).11 Ahora bien, debido a la imperfecci

´on, nuestro es-

tado de´animo puede mudar, como le pas

´o a Jere-

m´ıas. Tras exclamar: “¡Canten a Jehov

´a!”, le entr

´o la

desesperaci´

on y a lo mejor hasta llor´

o (l´

ease Jerem´ıas

20:14-16). Tan profundo era su abatimiento que se pre-

gunt´

o por qu´e hab

´ıa nacido. En medio de su aflicci

´on

dese´

o que el hombre que dio la noticia de su naci-

miento hubiera corrido la tr´agica suerte de Sodoma

y Gomorra. Pero he aqu´ı un elemento clave: ¿Se que-

o sumido en la desesperaci´

on? ¿Se rindi´

o y se entre-

o en brazos del des´animo? No; m

´as bien, combati

´o

el desaliento y se sobrepuso. As´ı lo confirma el rela-

to que´el presenta a continuaci

´on. El rey Sedequ

´ıas

11. Si nuestro estado de´animo muda con frecuencia, ¿qu

´e debemos recor-

dar acerca de Jerem´ıas?

“Saturar´

e al alma cansada” 111

envi´

o al pr´ıncipe Pasjur para que le preguntara a Je-

rem´ıas sobre el asedio de los babilonios a Jerusal

´en.

Jerem´ıas estuvo a la altura de las circunstancias: sin

amilanarse, declar´

o el juicio de Jehov´a y revel

´o en

qu´e terminar

´ıa el sitio (Jer. 21:1-7). Est

´a claro que

continuaba activo en su misi´

on prof´etica.

12 Algunos siervos de Dios experimentan cambios

en su estado de´animo. Dichos cambios pueden obe-

decer a causas f´ısicas, como alteraciones hormonales

o un desequilibrio qu´ımico. En tales casos, ser

´a un

m´edico quien mejor pueda recomendar un tratamien-

to (Luc. 5:31). Pero, por lo general, la euforia o la tris-

teza que a veces nos embarga no es ni extremada

ni anormal. La mayor´ıa de los sentimientos negativos

forman parte de la vida humana imperfecta y pueden

deberse al cansancio, la p´erdida de un ser queri-

do, etc. Al atravesar una situaci´

on as´ı, recordemos

que aunque Jerem´ıas experiment

´o cambios de hu-

mor, conserv´

o el favor divino. Quiz´as sea necesario

alterar la rutina para descansar m´as o darnos tiempo

12, 13. ¿Qu´e podemos hacer si sufrimos de marcados cambios en nuestro

estado de´animo?

112 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

para reponernos de una p´erdida dolorosa. De todos

modos, es de vital importancia que no faltemos a las

reuniones cristianas y que participemos con regulari-

dad en las dem´as actividades teocr

´aticas, dos factores

esenciales para conservar el gozo y el equilibrio en el

servicio a Dios (Mat. 5:3; Rom. 12:10-12).13 La experiencia de Jerem

´ıas es muy consoladora

para todos, sea que el desaliento nos invada de ma-

nera aislada o recurrente. Como vimos, el profeta an-

duvo a veces muy alica´ıdo, mas no por eso se alej

´o

del Dios a quien amaba y serv´ıa fielmente. Cuando

sus rivales le pagaron el bien con el mal, acudi´

o a

Jehov´a y confi

´o en

´el (Jer. 18:19, 20, 23). Resolv

´amo-

nos a imitar a Jerem´ıas (Lam. 3:55-57).

Si a veces nos sentimos deca´ıdos o tristes, ¿c

´omo podemos

aplicar lo que nos ense˜

na el libro de Jerem´ıas?

¿ALENTAREMOS A LAS ALMAS CANSADAS?

14 Hacemos bien en observar de d´

onde obtuvo´ani-

mo Jerem´ıas y c

´omo

´el, a su vez, alent

´o a las ‘al-

mas cansadas’ (Jer. 31:25). El profeta recibi´

o´animo

14. ¿De qui´en, en particular, recibi

´o

´animo Jerem

´ıas?

“Saturar´

e al alma cansada” 113

especialmente de Jehov´a. Imaginemos cu

´anto nos hu-

biera fortalecido o´ır a Jehov

´a dici

´endonos: “En cuan-

to a m´ı, aqu

´ı he hecho de ti hoy una ciudad for-

tificada [...]. Y de seguro pelear´an contra ti, pero

no prevalecer´an contra ti, porque: ‘Yo estoy contigo

—es la expresi´

on de Jehov´a— para librarte’ ” (Jer. 1:

18, 19). Con raz´

on, Jerem´ıas llam

´o a Jehov

´a “mi fuer-

za y mi plaza fuerte, y mi lugar adonde huir en el d´ıa

de angustia” (Jer. 16:19).15 Es digno de menci

´on el hecho de que Jehov

´a dijo

a Jerem´ıas: “Yo estoy contigo”. ¿Nos dan estas pala-

bras una idea de qu´e decir cuando un conocido nues-

tro precisa´animo? Una cosa es saber que un hermano

en la fe o un familiar lo necesita, y otra muy diferen-

te proporcion´arselo de manera efectiva. En muchos

casos, lo mejor es hacer lo que hizo Dios con Jere-

m´ıas: estar al lado del abatido y, en el momento opor-

tuno, decirle algo breve en vez de soltar un torrente

de palabras, pues unas frases bien escogidas sur-

ten mayor efecto. Para confortar y edificar a otros,

15, 16. ¿Qu´e ideas para animar a otros aprendemos de la manera como

Jehov´a anim

´o a Jerem

´ıas?

114 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

no hace falta ser elocuente; basta con unas palabras

sencillas que evidencien inter´es, preocupaci

´on y afec-

to cristiano. Expresiones de este tipo hacen mucho

bien (l´

ease Proverbios 25:11).

16 Jerem´ıas implor

´o: “Oh Jehov

´a, acu

´erdate de m

´ı y

dir´ıgeme tu atenci

´on”. ¿Qu

´e pas

´o despu

´es? El profe-

ta relata: “Fueron halladas tus palabras, y proced´ı a

comerlas; y tu palabra llega a ser para m´ı el alborozo

y el regocijo de mi coraz´

on” (Jer. 15:15, 16). De igual

modo, la persona a quien queremos animar necesita

atenci´

on y cari˜

no. L´

ogicamente, lo que le digamos

no estar´a al nivel de las palabras de Jehov

´a, aunque

s´ı podemos tomar prestadas algunas de ellas. Las ex-

presiones sinceras basadas en la Biblia ciertamente

regocijar´an el coraz

´on del afligido (l

´ease Jerem

´ıas 17:

7, 8).

17 Debe destacarse el hecho de que adem´as de reci-

bir´animo de parte de Dios, Jerem

´ıas anim

´o a otros.

¿De qu´e modo? Una vez, el rey Sedequ

´ıas le manifes-

o su temor a causa de los jud´ıos que se hab

´ıan aliado

17. ¿Qu´e importante lecci

´on extraemos de la manera como Jerem

´ıas tra-

t´o con Sedequ

´ıas y Johan

´an?

“Saturar´

e al alma cansada” 115

con los caldeos. El profeta lo alent´

o con sus palabras

y le asegur´

o que si obedec´ıa a Jehov

´a, le ir

´ıa bien (Jer.

38:19, 20). En otra ocasi´

on, cuando Jerusal´en cay

´o, el

jefe militar Johan´an pens

´o llevarse a Egipto a los po-

cos jud´ıos que quedaron en la tierra, pero consult

´o

primero a Jerem´ıas. El profeta lo escuch

´o y luego or

´o.

Al cabo de varios d´ıas, le transmiti

´o la animadora res-

puesta de Jehov´a de que quienes acataran la orden di-

vina de permanecer en el pa´ıs ser

´ıan protegidos (Jer.

42:1-12). En ambos casos, Jerem´ıas escuch

´o atenta-

mente antes de hablar. Escuchar es fundamental para

animar a otros. Dejemos que el afligido nos abra su

coraz´

on. Prestemos atenci´

on a sus preocupaciones y

temores. Cuando sea pertinente, digamos unas pala-

bras estimulantes. No necesitamos una revelaci´

on di-

vina para animar a quien se siente deca´ıdo. Podemos

incluir pensamientos positivos tomados de la Palabra

de Dios, pensamientos que apunten a lo que nos

aguarda en el futuro (Jer. 31:7-14).18 Ni Sedequ

´ıas ni Johan

´an aceptaron el mensaje

18, 19. ¿C´omo nos sirven de modelo para animar a otros los pasajes so-

bre los recabitas y´

Ebed-m´elec?

116 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

alentador de Jerem´ıas. Tampoco hoy todo el mundo

escucha el nuestro. Pero no dejemos que eso nos de-

saliente. Hubo quienes s´ı se beneficiaron del

´animo

que les dio Jerem´ıas, y seguramente hoy suceder

´a lo

mismo. Pensemos en los recabitas, un grupo de que-

nitas vinculados a los jud´ıos por muchos a

˜nos. Entre

los mandatos que les impuso su padre Jehonadab fi-

guraba el de no beber vino, ya que eran extranjeros.

Cuando los babilonios atacaron Jerusal´en, Jerem

´ıas

meti´

o a los recabitas en uno de los comedores del

templo y puso vino delante de ellos por orden divi-

na. A diferencia de los desobedientes israelitas, ellos

mostraron respeto a su antepasado y, sumisamente,

se negaron a beber (Jer. 35:3-10). Jerem´ıas les expre-

o lo complacido que estaba Jehov´a con ellos y les

comunic´

o Su promesa para el futuro (l´

ease Jerem´ıas

35:14, 17-19). Sigamos este mismo modelo al ofrecer´animo: elogiemos sinceramente a otros siempre que

sea posible.19 Jerem

´ıas actu

´o del mismo modo con

´Ebed-m

´elec,

et´ıope que serv

´ıa como oficial de la corte del rey

Sedequ´ıas. Cuando los pr

´ıncipes jud

´ıos arrojaron

“Saturar´

e al alma cansada” 117

injustamente a Jerem´ıas en una cisterna cenagosa

para que muriera all´ı,

´Ebed-m

´elec intercedi

´o ante el

rey Sedequ´ıas y obtuvo autorizaci

´on para salvarlo.

Este extranjero rescat´

o al profeta a riesgo de encon-

trarse con oposici´

on violenta (Jer. 38:7-13). Sabiendo

que se hab´ıa ganado la antipat

´ıa de los pr

´ıncipes, es

probable que se preocupara por su futuro. Jerem´ıas

no se qued´

o mudo, esperando que´

Ebed-m´elec supe-

rara por s´ı mismo sus temores, sino que lo anim

´o con

la promesa de Jehov´a de que lo bendecir

´ıa m

´as ade-

lante (Jer. 39:15-18).20 Verdaderamente, al leer el libro de Jerem

´ıas ha-

llamos magn´ıficos ejemplos de c

´omo seguir la

exhortaci´

on del ap´

ostol Pablo a sus hermanos de Te-

sal´

onica: “Sigan consol´andose unos a otros y edifi-

c´andose unos a otros [...]. La bondad inmerecida de

nuestro Se˜

nor Jesucristo est´e con ustedes” (1 Tes. 5:

11, 28).

20. ¿Qu´e deber

´ıamos hacer por nuestros hermanos, sean j

´ovenes o mayo-

res?

¿Qu´

e lecciones de Jerem´ıas piensa aprovechar para animar

a las almas cansadas?

118 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

TRAS instar Josu´e a los israelitas a elegir a qui

´en

servir´ıan, les asegur

´o: “En cuanto a m

´ı y a mi casa,

nosotros serviremos a Jehov´a” (Jos. 24:15). Josu

´e es-

taba decidido a ser leal a Dios y confiaba en que los

suyos tambi´en lo ser

´ıan. A

˜nos despu

´es, ante la inmi-

nente destrucci´

on de Jerusal´en, Jerem

´ıas le dijo a Se-

dequ´ıas que si se rend

´ıa a los caldeos, ‘

´el mismo y su

casa seguir´ıan viviendo’ (Jer. 38:17). El rey tom

´o una

mala decisi´

on, la cual repercuti´

o no solo en s´ı mis-

mo, sino tambi´en en sus esposas e hijos. A estos

´ul-

timos los asesinaron ante sus ojos, y´el fue cegado y

llevado cautivo a Babilonia (Jer. 38:18-23; 39:6, 7).2 En ambos ejemplos se menciona tanto a la perso-

na implicada como a su familia. Esto es l´

ogico, por-

que si bien cada adulto era responsable ante Dios, la

mayor´ıa de los israelitas se casaba y formaba una

1, 2. ¿Por qu´e es l

´ogico que nos interesemos tanto en los individuos como

en las familias?

CAP´ITULO 8

¿SOBREVIVIREMOS,COMO JEREM

´IAS?

¿Sobreviviremos, como Jerem´ıas? 119

familia. La familia era importante para ellos, y tam-

bi´en lo es para nosotros. As

´ı lo percibimos en nues-

tra lectura b´ıblica y en lo que estudiamos en las reu-

niones sobre el matrimonio, la crianza de los hijos y

el respeto en el hogar (1 Cor. 7:36-39; 1 Tim. 5:8).

UN MANDATO POCO COM´

UN

3 Jerem´ıas fue uno de los supervivientes de la des-

trucci´

on de Jerusal´en, aunque sus circunstancias per-

sonales eran diferentes a las de la mayor´ıa (Jer. 21:9;

40:1-4). Dios le hab´ıa mandado que no se casara ni

tuviera hijos y que se abstuviera de ciertas activida-

des normales de la vida jud´ıa (l

´ease Jerem

´ıas 16:1-4).

4 En la´epoca y cultura del profeta, lo com

´un era

casarse y tener hijos. Y as´ı lo hac

´ıan casi todos los

jud´ıos, con lo que se manten

´ıan las herencias terri-

toriales dentro de la tribu y la familia (Deu. 7:14).�

¿Por qu´e no podr

´ıa hacerlo Jerem

´ıas? En vista de lo

que se avecinaba, Dios le orden´

o que no participara

en las ocasiones de duelo o de alegr´ıa. No hab

´ıa de

� En las Escrituras Hebreas no hay palabra para “soltero”.

3, 4. ¿De qu´e manera difer

´ıa la situaci

´on de la mayor

´ıa de la de Jerem

´ıas,

y c´omo lo benefici

´o?

120 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

consolar a los dolientes ni comer con ellos tras el fu-

neral, ni disfrutar del j´

ubilo de las bodas. Tanto los

festines f´

unebres como los alegres banquetes de bo-

das estaban a punto de terminar para siempre (Jer.

7:33; 16:5-9). Con su conducta, Jerem´ıas respald

´o sus

palabras y destac´

o la gravedad del venidero juicio.

Al tiempo lleg´

o la calamidad. ¿Podemos imaginarnos

omo se sintieron entonces quienes cayeron en el ca-

nibalismo o quienes vieron a sus seres queridos con-

vertirse en simple carro˜

na? (L´

ease Jerem´ıas 14:16;

Lam. 2:20.) As´ı que no hab

´ıa raz

´on para compade-

cerse de Jerem´ıas porque fuera soltero. Aunque los

dieciocho meses de sitio segaron la vida de familias

enteras,´el no tuvo una esposa o hijos que llorar.

5 Ahora bien, ¿es aplicable a los cristianos el pasa-

je de Jerem´ıas 16:5-9? No, pues se nos exhorta a “con-

solar a los que se hallan en cualquier clase de tribu-

laci´

on” y a “regoci[jarnos] con los que se regocijan”

(2 Cor. 1:4; Rom. 12:15). El propio Jes´

us asisti´

o a

una boda y contribuy´

o a la alegr´ıa de la fiesta.

5. ¿Qu´e relaci

´on tienen con los cristianos las instrucciones recogidas en

Jerem´ıas 16:5-9?

¿Sobreviviremos, como Jerem´ıas? 121

No obstante, lo que le aguarda a este malvado

mundo es muy grave, y quiz´as los cristianos hasta

pasemos penurias y privaciones. Jes´

us subray´

o la

necesidad de aguantar y mantenerse fieles a toda

costa, como nuestros hermanos del siglo primero

que huyeron de Judea. Por eso, permanecer soltero,

casarse o tener hijos son asuntos que merecen seria

reflexi´

on (l´

ease Mateo 24:17, 18).6 ¿Qu

´e relevancia tiene el mandato que Dios le dio

a Jerem´ıas de no casarse ni tener hijos? En la con-

gregaci´

on hay cristianos fieles que son solteros o que

est´an casados pero no tienen hijos. ¿Qu

´e pueden

aprender de Jerem´ıas? ¿Y por qu

´e deben prestar aten-

ci´

on a este aspecto de la vida del profeta incluso los

matrimonios con hijos?7 Recordemos primero que Jerem

´ıas no hab

´ıa de

engendrar hijos. ¿Y los cristianos? Jes´

us no mand´

o a

sus seguidores que se abstuvieran de criar una fami-

lia; aun as´ı, es notable que pronunciara un “¡ay!” por

las mujeres embarazadas o las que estuvieran ama-

6. ¿Qui´enes pueden beneficiarse de reflexionar en el mandato de Dios a

Jerem´ıas?

7. ¿Por qu´e es motivo de reflexi

´on el que Jerem

´ıas no tuviera hijos?

122 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

mantando cuando llegara la tribulaci´

on sobre Jeru-

sal´en entre los a

˜nos 66 y 70 de nuestra era. Dadas las

circunstancias, ser´ıa una

´epoca especialmente dif

´ıcil

para ellas (Mat. 24:19). Nosotros nos acercamos a

una tribulaci´

on mayor, lo cual deber´ıa hacer pensar

seriamente a las parejas cristianas que dudan entre

tener o no tener hijos. ¿No es cierto que cada vez es

m´as dif

´ıcil bregar con estos tiempos cr

´ıticos? Ade-

m´as, los matrimonios admiten que cuesta mucho

criar a los hijos en el camino de la vida. Aunque cada

pareja debe decidir si tendr´a hijos o no, vale la pena

analizar el caso de Jerem´ıas. Pero ¿y el mandato di-

vino de que ni siquiera se casara?

¿Qu´

e mandato poco com´

un recibi´

o Jerem´ıas,

y qu´

e motivo de reflexi´

on nos proporciona?

APRENDAMOS DE LA SOLTER´IA DE JEREM

´IAS

8 Al pedirle a Jerem´ıas que no se casara, Dios

no estableci´

o una norma para todos sus siervos.

El matrimonio es bueno. Jehov´a mismo lo fund

´o a

fin de poblar la Tierra y como un medio de gran

deleite y satisfacci´

on (Pro. 5:18). Sin embargo, a lo

8. ¿Por qu´e decimos que no es preciso estar casado para agradar a Dios?

¿Sobreviviremos, como Jerem´ıas? 123

largo de la historia no todos sus siervos se han casa-

do. En la´epoca de Jerem

´ıas, de seguro hab

´ıa eunu-

cos entre el pueblo de Dios, adem´as de viudas y viu-

dos.� As´ı que el profeta no era el

´unico que no ten

´ıa

onyuge. Desde luego, contaba con razones para

mantenerse soltero, tal como algunos cristianos de

hoy.9 Muchos cristianos contraen matrimonio, pero

no todos. Jes´

us no se cas´

o, y dijo que algunos disc´ı-

pulos tendr´ıan el don de “hacer lugar para” la sol-

ter´ıa en su mente y coraz

´on. Anim

´o a cuantos pudie-

ran a seguir su ejemplo (l´

ease Mateo 19:11, 12). As´ı que

no deber´ıamos bromear con el estado civil de los que

desean quedarse solteros en pro del servicio a Dios,

sino encomiarlos. Por supuesto, algunos permane-

cen solteros temporalmente debido a diversas cir-

cunstancias. Por ejemplo, quiz´as no han encontrado

a un c´

onyuge cristiano adecuado con el cual unirse

� Isa´ıas se dirigi

´o prof

´eticamente a los eunucos literales de su d

´ıa,

quienes ten´ıan una participaci

´on limitada en la adoraci

´on. Profetiz

´o que

mediante su obediencia se ganar´ıan “algo mejor que hijos e hijas”: Dios

les dar´ıa en Su casa “un nombre hasta tiempo indefinido” (Isa. 56:4, 5).

9. ¿Qu´e consejo inspirado sobre el matrimonio deber

´ıamos tomar a pecho?

124 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

en matrimonio y est´an decididos a sostener la norma

divina de casarse “solo en el Se˜

nor”, una decisi´

on

que merece nuestro aplauso (1 Cor. 7:39). Y, claro,

algunos son viudos o viudas, por lo que est´an solos.�

Ninguno de ellos debe olvidar jam´as que Jehov

´a y Je-

us siempre los tienen presentes (Jer. 22:3; l´

ease 1 Co-

rintios 7:8, 9).10 En vista de lo anterior, Jerem

´ıas pod

´ıa recurrir

a Dios mientras se mantuviera soltero. ¿C´

omo? Re-

cordemos que el profeta se deleitaba en la palabra de

Jehov´a, la cual le result

´o una fuente de fortaleza y

consuelo durante los a˜

nos en que desempe˜

o su co-

misi´

on divina. Aparte de eso, hizo lo posible por evi-

tar la compa˜

n´ıa de quienes pudieran ridiculizarlo

por ser soltero; de hecho, prefiri´

o ‘sentarse absoluta-

mente solo’ antes que alternar con aquellos indivi-

duos (l´

ease Jerem´ıas 15:17).

11 Numerosos cristianos solteros, tanto hombres

� Otros puede que vivan solos porque su c´

onyuge, posiblemente unno creyente, se separ

´o u obtuvo un divorcio legal.

10, 11. a) ¿Qu´e ayud

´o a Jerem

´ıas a ser feliz en su solter

´ıa? b) ¿C

´omo

confirman las experiencias de nuestros hermanos que se puede disfrutar deuna vida plena sin estar casado?

¿Sobreviviremos, como Jerem´ıas? 125

como mujeres de todas las edades, siguen el modelo

de Jerem´ıas, y sus experiencias demuestran que es

muy´

util estar inmerso en el servicio a Dios, es de-

cir, participar de lleno en las actividades espiritua-

les. Por ejemplo, una Testigo de una congregaci´

on

china se˜

nala: “El precursorado le da rumbo a mi

vida. Ser soltera me permite llevar una vida ocupa-

da y plena, lo cual me ayuda a evitar el sentimiento

de soledad. Al final del d´ıa estoy satisfecha porque

veo que mi ministerio beneficia de verdad a la gen-

te, y eso me hace muy feliz”. Una precursora de

38 a˜

nos opina: “El secreto de la felicidad consiste en

disfrutar de los aspectos positivos de cualquier situa-

ci´

on en que te encuentres”. Y una hermana soltera

del sur de Europa admiti´

o con franqueza: “Tal vez

mi vida no sea exactamente como yo esperaba que

fuera, pero soy feliz y seguir´e si

´endolo”.

12 ¿Es posible que Jerem´ıas pensara que su vida

no era como la hab´ıa planeado? Quiz

´as. Pero puede

que tambi´en viera que lo mismo les sucede a quienes

12, 13. a) ¿Cu´al es un punto de vista realista sobre la solter

´ıa y el matri-

monio? b) ¿Qu´e destacan la vida y consejos de Pablo sobre la solter

´ıa?

126 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

se casan y tienen hijos. Una precursora espa˜

nola ex-

plica: “Conozco matrimonios que son felices y otros

que no lo son. Esta realidad me convence de que mi

felicidad no depende de que me case o no”. Sin duda

alguna, la experiencia de Jerem´ıas —una entre mi-

les— demuestra que los solteros pueden disfrutar de

una vida satisfaciente y feliz. Otro caso que lo corro-

bora es el del ap´

ostol Pablo, quien escribi´

o: “Digo a

los no casados y a las viudas: les es bueno permane-

cer as´ı como yo” (1 Cor. 7:8). Probablemente Pa-

blo era viudo; de cualquier modo, no estaba casado

mientras fue misionero (1 Cor. 9:5). ¿No es l´

ogico

pensar que su estado civil contribuy´

o a que se entre-

gara tan de lleno a su servicio? As´ı es, pudo “atender

constantemente al Se˜

nor sin distracci´

on”, lo que se

tradujo en grandes beneficios (1 Cor. 7:35).

¿Sobreviviremos, como Jerem´ıas? 127

“Valoro sobremanera los momentos de sole-dad. Puedo comunicarme con Jehov

´a en oraci

´on

y disfrutar de la meditaci´

on y el estudio personalsin distracciones. [...] La solter

´ıa ha contribuido

mucho a mi gozo.” (Babette)

13 Pablo tambi´en escribi

´o por inspiraci

´on: “Los que

[se casen] tendr´an tribulaci

´on en la carne”. Y luego

nadi´

o esta profunda verdad: “Si alguno est´a resuel-

to en su coraz´

on [...] [a] guardar su propia virgini-

dad, har´a bien. Por consiguiente, tambi

´en el que da

su virginidad en matrimonio hace bien, pero el que

no la da en matrimonio har´a mejor” (1 Cor. 7:28,

37, 38). Jerem´ıas nunca ley

´o estas palabras, pero lo

que hizo con su vida demuestra que la solter´ıa no es

un estorbo para ser dichoso en el servicio a Dios.

Todo lo contrario: resulta de gran ayuda para llevar

una vida con sentido, centrada en la adoraci´

on pura.

El rey Sedequ´ıas, que era casado, no atendi

´o el con-

sejo del profeta y muri´

o; en cambio, Jerem´ıas, que

era soltero, obr´

o de tal manera que sobrevivi´

o.

¿Qu´

e podemos aprender del hecho de que Jerem´ıas

permaneciera soltero durante muchos a˜

nos?

RECONFORTEMOS Y SEAMOS RECONFORTADOS14 Como ya se ha dicho, la mayor

´ıa de los hombres

y mujeres del tiempo de Jerem´ıas se casaban y for-

maban sus familias. Y lo mismo cabe decir de los

14. ¿Qu´e resalta la relaci

´on de la familia de

´Aquila con Pablo?

128 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

contempor´aneos de Pablo. Es razonable pensar que,

en general, los cristianos con familia no ten´ıan la po-

sibilidad de mudarse al extranjero para participar en

el ministerio como Pablo, pero hab´ıa mucho que ha-

cer en sus localidades, lo que inclu´ıa apoyar a los sol-

teros. Recordemos que cuando Pablo lleg´

o a Corinto,´

Aquila y Priscila lo acogieron en su casa y trabaja-

ron con´el en el mismo oficio. Pero la cosa no qued

´o

ah´ı; la amistad que le brindaron a Pablo seguramen-

te result´

o muy enriquecedora. Imaginemos los bue-

nos ratos que pasar´ıan compartiendo una comida o

las ocasiones en las que pudieron animarse mu-

tuamente. ¿Tuvo Jerem´ıas compa

˜neros as

´ı? Aunque

aprovech´

o su solter´ıa para servir a Dios, no era

un ermita˜

no, ni mucho menos. Es muy probable

que disfrutara de la reconfortante compa˜

n´ıa de las

familias de siervos devotos de Dios, como Baruc y´

Ebed-m´elec (Rom. 16:3; l

´ease Hechos 18:1-3).

15 Los cristianos solteros de la actualidad tambi´en

se benefician de la afectuosa compa˜

n´ıa que les brin-

dan las familias que imitan a la de´

Aquila. Y la

15. ¿C´omo pueden apoyar las familias cristianas a los no casados?

¿Sobreviviremos, como Jerem´ıas? 129

nuestra, ¿ofrece ese tipo de compa˜

n´ıa a quienes

no est´an casados? Cierta hermana confes

´o: “He deja-

do el mundo y no quiero volver a´el. Pero sigo nece-

sitando cari˜

no y afecto. Le pido a Jehov´a que nos

d´e a los solteros m

´as alimento espiritual y

´animo.

No somos invisibles, y no todos estamos deseosos

de casarnos. Sin embargo, en cierto sentido parece

que estamos solos. Es verdad que podemos recurrir

a Jehov´a, pero cuando necesitamos calor humano,

¿podemos recurrir a nuestra familia espiritual?”. Mi-

les de solteros pueden responder con un sincero “s´ı”,

pues gozan de buen compa˜

nerismo en la congrega-

ci´

on. Su c´ırculo de amigos no se reduce a Testigos de

su misma edad. Como son muy sociables, disfrutan

de la amistad que les dan tanto los j´

ovenes como los

mayores.16 Si lo planeamos, podemos ser una fuente de

´ani-

mo para los solteros al incluirlos de vez en cuando

en las actividades de la familia, como en la Noche de

Adoraci´

on en Familia. Invitar a un hermano soltero

16. ¿Qu´e cosas sencillas podemos hacer para apoyar a los no casados de

nuestra congregaci´on?

130 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

a comer puede significar mucho m´as que simplemen-

te compartir un plato de buena comida. ¿Y si qued´a-

ramos para salir al ministerio del campo juntos?

O ¿qu´e tal si le pedimos que venga con nosotros a

trabajar en el mantenimiento del Sal´

on del Reino o

incluso de compras alguna vez? Hay familias que han

invitado a un viudo, una viuda o un precursor solte-

ro a que viaje con ellos a la asamblea o a un lugar

de vacaciones. Tal compa˜

nerismo ha sido muy recon-

fortante para todos.17 Otro aspecto que les concierne a los hermanos

solteros es el cuidado de los padres envejecidos.

En los tiempos de Jes´

us, algunos jud´ıos prominentes

evitaban con astucia atender a sus padres. Afirmaban

que los deberes religiosos que ellos mismos se hab´ıan

impuesto ten´ıan prioridad sobre las obligaciones im-

puestas por Dios en cuanto al cuidado de sus proge-

nitores (Mar. 7:9-13). No deber´ıa ser as

´ı en el caso

de las familias cristianas (1 Tim. 5:3-8).18 Pero ¿qu

´e ocurre cuando los padres mayores

17-19. a) ¿Por qu´e se necesita equilibrio al organizar el cuidado de los pa-

dres mayores o enfermos? b) ¿Qu´e nos ense

˜na el hecho de que Jes

´us se

ocupara de su madre?

¿Sobreviviremos, como Jerem´ıas? 131

tienen varios hijos cristianos? Si uno de ellos no est´a

casado, ¿se convierte ineludiblemente en su cuidador

principal? Una hermana japonesa escribi´

o: “Me gus-

tar´ıa casarme, pero no puedo porque debo cuidar de

mis padres. Tengo la plena confianza de que Jehov´a

comprende la presi´

on que supone atender a los pa-

dres y el dolor de coraz´

on que sentimos los solteros”.

¿Podr´ıa ser que ella tuviera hermanos y hermanas ca-

sados que hubieran decidido, sin consultarle, que de-

b´ıa encargarse de atender a los padres? En casos

como estos, cabe se˜

nalar que Jerem´ıas tuvo herma-

nos que no lo trataron con justicia (l´

ease Jerem´ıas

12:6).19 Jehov

´a comprende a los solteros y se compade-

ce de los que atraviesan tiempos dif´ıciles (Sal. 103:

11-14). De todas maneras, los padres envejecidos o

enfermos son los progenitores de todos sus hijos,

no solo de los solteros. Puede que algunos est´en ca-

sados y tengan familia; pero esto no rompe los lazos

afectivos naturales con sus padres ni los exime de

cumplir con su deber cristiano de ayudar cuando

hace falta. Pensemos en Jes´

us que, aun cuando esta-

132 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

ba a punto de morir en el madero, reconoci´

o su de-

ber y no se desentendi´

o del cuidado de su madre

(Juan 19:25-27). La Biblia no da normas detalladas

sobre c´

omo organizar la atenci´

on de los padres ma-

yores o enfermos; tampoco dice en ninguna parte

que los hijos no casados sean autom´aticamente m

´as

responsables que los dem´as. En este tema tan delica-

do, los familiares han de llegar a un acuerdo mani-

festando buen juicio y consideraci´

on mutua, sin olvi-

dar el ejemplo que Jes´

us dej´

o al ocuparse de su

madre.20 Bajo inspiraci

´on, Jerem

´ıas predijo que habr

´ıa

compa˜

nerismo y hermandad dentro del pueblo de

Jehov´a (Jer. 31:34). Nosotros ya disfrutamos en la

congregaci´

on de una sobresaliente camarader´ıa que

incluye, por supuesto, a los hermanos y hermanas

no casados. No cabe la menor duda de que todos de-

seamos intercambiar est´ımulo con ellos y ver que

permanecen en el camino de la vida.

20. ¿C´omo se siente al ver la hermandad que reina en la congregaci

´on?

Con relaci´

on a los hermanos no casados, ¿qu´

e otros pasospodr

´ıa dar usted para reconfortar y ser reconfortado?

¿Sobreviviremos, como Jerem´ıas? 133

CORR´IA el cuarto a

˜no del reinado del inicuo rey

Jehoiaquim (alrededor del 625 antes de nuestra era),

y Baruc, el fiel secretario de Jerem´ıas, se sent

´ıa can-

sado. Jerem´ıas le mand

´o escribir en un rollo todas las

palabras que Jehov´a le hab

´ıa hablado a

´el contra Je-

rusal´en y Jud

´a durante los veintitr

´es a

˜nos que lleva-

ba de profeta (Jer. 25:1-3; 36:1, 2). Baruc no ley´

o el

contenido del rollo a los jud´ıos de inmediato, sino al

no siguiente (Jer. 36:9, 10). Pero algo lo aflig´ıa. ¿Qu

´e

era?2 “¡Ay de m

´ı, ahora —se lament

´o Baruc—, porque

Jehov´a ha a

˜nadido desconsuelo a mi dolor! Me he fa-

tigado a causa de mi suspirar.” Tambi´en nosotros he-

mos expresado sentimientos de cansancio alguna vez

en la vida, bien de manera audible, o silenciosamente

en el coraz´

on. Sea como sea que se haya quejado Ba-

1, 2. a) ¿A qu´e conflicto personal se encar

´o Baruc en el cuarto a

˜no de

Jehoiaquim? b) ¿C´omo ayud

´o Jehov

´a a Baruc?

CAP´ITULO 9

‘NO SIGAS BUSCANDO COSASGRANDES PARA TI’

134 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

ruc, Jehov´a estaba oyendo. Aquel que sondea los cora-

zones conoc´ıa el motivo de su desaliento y, vali

´endo-

se de Jerem´ıas, lo corrigi

´o con bondad (l

´ease Jerem

´ıas

45:1-5). ¿A qu´e obedec

´ıa el cansancio de Baruc? ¿Aca-

so era la misi´

on que se le hab´ıa encomendado o las

circunstancias en las que deb´ıa cumplirla? En reali-

dad, su estado emotivo se originaba en el coraz´

on. Ba-

ruc andaba “buscando cosas grandes”. ¿Qu´e cosas?

¿Qu´e le prometi

´o Jehov

´a si aceptaba su consejo y su

gu´ıa? ¿Y qu

´e ense

˜nanza provechosa nos deja su expe-

riencia?

¿QU´

E ERAN LAS “COSAS GRANDES”?

3 Baruc conoc´ıa la naturaleza de las “cosas gran-

des” que persegu´ıa, y sab

´ıa tambi

´en que “los ojos

de [Dios] est´an sobre los caminos del hombre, y to-

dos sus pasos´el ve” (Job 34:21). La raz

´on por la que

no hallaba “descanso” mientras transcrib´ıa los men-

sajes prof´eticos de Jerem

´ıas no era su comisi

´on, sino

su propio concepto de lo que consideraba grande,

lo que hab´ıa en su coraz

´on. Estaba tan absorto bus-

cando “cosas grandes” que hab´ıa perdido de vista las

3. ¿Cu´al era la ra

´ız del problema espiritual de Baruc?

‘No sigas buscando cosas grandes para ti’ 135

cosas m´as importantes: las que tienen que ver con

hacer la voluntad divina (Fili. 1:10). La Traducci´

on

del Nuevo Mundo transmite todo el sabor del verbo

usado aqu´ı al verterlo “sigues buscando”. De modo

que no se trataba de una idea pasajera; Baruc llevaba

tiempo yendo detr´as de “cosas grandes” cuando Jeho-

v´a le advirti

´o que dejara de hacerlo. Aunque el fiel

secretario de Jerem´ıas estaba cumpliendo con la vo-

luntad de Dios, al mismo tiempo ansiaba “cosas gran-

des”.4 Una posibilidad es que a Baruc le preocuparan la

fama y el prestigio. Si bien le serv´ıa de escriba a Jere-

m´ıas, es muy probable que fuera m

´as que un simple

secretario personal del profeta. En Jerem´ıas 36:32 se

lo llama “el secretario”. Las pruebas arqueol´

ogicas

apuntan a que desempe˜

naba un alto cargo en el pa-

lacio real. De hecho, el mismo t´ıtulo se le aplica a

“Elisam´a el secretario”, quien figura en la lista de

los pr´ıncipes de Jud

´a. Esto da a entender que Baruc

tambi´en tuvo acceso al “comedor del secretario” en

4, 5. ¿Por qu´e podemos decir que las “cosas grandes” de Baruc tal vez tu-

vieran que ver con la fama y el prestigio, y por qu´e era pertinente la

advertencia de Jehov´a?

136 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

“la casa del rey” como colega de Elisam´a (Jer. 36:11,

12, 14). De lo anterior se deduce que Baruc debi´

o de

ser un funcionario muy ilustrado del palacio. Su her-

mano Seraya ocupaba el cargo de “comisario ordena-

dor” del rey Sedequ´ıas, a quien acompa

˜n

´o a Babilo-

nia en una importante misi´

on (l´

ease Jerem´ıas 51:59).

Al parecer, Seraya se encargaba de los v´ıveres y el

hospedaje del soberano cuando este sal´ıa de viaje.

Ciertamente un cargo muy importante.5 Es comprensible que alguien que perteneciera a

las altas esferas se cansara de escribir mensajes con-

denatorios contra Jud´a, uno detr

´as de otro. M

´as a

´un,

el apoyo que Baruc le brind´

o al profeta de Dios de

seguro hizo peligrar su posici´

on y su carrera. Ahora,

pensemos en lo que pasar´ıa cuando Jehov

´a demolie-

ra lo que hab´ıa edificado, seg

´un lo anunciado en Je-

rem´ıas 45:4. Cuando llegara esa hora, las “cosas gran-

des” que anhelaba Baruc —ya fuera mayor honra en

la corte o prosperidad material— carecer´ıan de valor.

Si lo que pretend´ıa era asegurarse una posici

´on en el

sistema jud´ıo condenado a muerte, Dios estaba justi-

ficado para corregir su inclinaci´

on.

‘No sigas buscando cosas grandes para ti’ 137

6 Por otro lado, las “cosas grandes” de Baruc quiz´as

incluyeran la prosperidad material. Las naciones ve-

cinas de Jud´a cifraban toda su confianza en las rique-

zas. Moab confiaba en sus ‘obras y tesoros’, igual que

Amm´

on. En cuanto a Babilonia, Jehov´a dijo median-

te Jerem´ıas que ‘abundaba en tesoros’ (Jer. 48:1, 7; 49:

1, 4; 51:1, 13). Pero aquellas naciones fueron condena-

das por Dios.7 Si la aspiraci

´on de Baruc era acumular bienes y

riquezas, entonces se entiende el porqu´e de la ad-

monici´

on divina. Cuando Jehov´a ‘extendiera su mano

contra’ los jud´ıos, sus casas y campos pasar

´ıan a

ser de sus enemigos (Jer. 6:12; 20:5). Supongamos

que hubi´eramos vivido en Jerusal

´en en aquella

´epo-

ca. La mayor´ıa de la gente —con inclusi

´on de los pr

´ın-

cipes, los sacerdotes y el rey mismo— cree que debe

combatir a los invasores babilonios. Pero o´ımos decir

a Jerem´ıas: “Sirvan al rey de Babilonia y sigan vivien-

do” (Jer. 27:12, 17). ¿Nos habr´ıa facilitado acatar la

orden divina el tener muchas posesiones en la ciudad?

¿Nos habr´ıa inclinado el amor a nuestras pertenen-

6, 7. En el caso de que las “cosas grandes” de Baruc fueran los bienes ma-teriales, ¿el ejemplo de qu

´e naciones estar

´ıa copiando?

138 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

cias a actuar conforme a la exhortaci´

on de Jerem´ıas,

o a seguir a la mayor´ıa? Un hecho es innegable: to-

dos los objetos de valor de Jud´a y Jerusal

´en, entre

ellos los que estaban en el templo, fueron saqueados

por los babilonios. As´ı que el af

´an de adquirir y ate-

sorar riquezas habr´ıa sido in

´util (Jer. 27:21, 22). ¿Cap-

tamos la lecci´

on?

¿Con qu´

e consejo bondadoso corrigi´

o Jehov´

a la inclinaci´

onde Baruc a buscar “cosas grandes”? ¿Por qu

´e es sensato

aceptar la correcci´

on divina?

“TE DAR´

E TU ALMA COMO DESPOJO”

8 Reflexionemos ahora sobre este punto en particu-

lar: ¿qu´e obtendr

´ıa Baruc por seguir el consejo de

Dios? ¡Nada menos que su “alma”! Ese ser´ıa su “des-

pojo” (l´

ease Jerem´ıas 45:5). Los jud

´ıos que se salvaron

del desastre fueron relativamente pocos. ¿Qui´enes?

Los que obedecieron la orden divina de rendirse a los

caldeos (Jer. 21:9; 38:2). “¿Fue eso todo lo que reci-

bieron por obedecer?”, quiz´as pregunte alguien.

9 Pues bien, pensemos en el estado en que se hallaba

8, 9. ¿Por qu´e fue relevante el hecho de que Baruc recibiera su alma como

despojo?

‘No sigas buscando cosas grandes para ti’ 139

Jerusal´en durante el sitio babilonio. La ciudad se

abrasaba lentamente en el calor del asedio, a diferen-

cia de Sodoma, que fue calcinada en un instante y

cuya destrucci´

on fue, en cierto modo, m´as soportable

(Lam. 4:6). Baruc escribi´

o la profec´ıa de que los ha-

bitantes de Jerusal´en morir

´ıan por la espada, el ham-

bre y la peste, y tiene que haber sido testigo de su

cumplimiento. La escasez de alimentos toc´

o fondo.

¡Qu´e horror estar en una ciudad donde las madres,

por naturaleza compasivas, cocinaron a sus propios

hijos y se los comieron! (Lam. 2:20; 4:10; Jer. 19:9.)

No obstante, Baruc sobrevivi´

o. En medio de tanto

caos, la vida en s´ı era como un despojo, como el bo-

t´ın que se lleva el vencedor en una batalla. Obviamen-

te, Baruc acept´

o el consejo divino de no buscar “co-

sas grandes” y se granje´

o el favor de Jehov´a, como lo

atestigua el hecho de que sobreviviera (Jer. 43:5-7).

¿BUSCAREMOS “COSAS GRANDES”?

10 Aunque Baruc estaba ocupado haciendo la volun-

tad divina, durante un tiempo luch´

o con el deseo de

10, 11. ¿Qu´e parecidos con nuestros tiempos y con nosotros personalmen-

te hallamos en el relato de Baruc?

140 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

adquirir “cosas grandes”. Jehov´a le avis

´o del peligro,

y´el se libr

´o del desastre espiritual y la muerte f

´ısi-

ca. Como Baruc, ¿podr´ıamos nosotros tambi

´en ver-

nos tentados o hasta confundidos por deseos alojados

en lo rec´

ondito del coraz´

on, aun cuando estuvi´era-

mos sirviendo activamente a Jehov´a?

11 A lo mejor, hacerse un nombre fue para Ba-

ruc una verdadera tentaci´

on. Podemos o´ırlo cavilan-

do: “¿Conservar´e mi puesto de secretario? ¿Podr

´e

mejorar de posici´

on?”. Pregunt´emonos: “¿Tengo aspi-

raciones, quiz´as secretas, de hacer carrera en el mun-

do ahora o en el futuro cercano?”. Algunos j´

ovenes

har´ıan bien en plantearse la siguiente cuesti

´on: “¿Me

dejar´e seducir por la idea de adquirir prestigio y se-

guridad econ´

omica mediante los logros acad´emicos y

buscar´e ‘cosas grandes’?”.

12 Un hermano que actualmente sirve en la sede

mundial ten´ıa 15 a

˜nos cuando le ofrecieron una beca

para que estudiara en la universidad. Ante el asombro

de sus maestros, la rechaz´

o y prefiri´

o seguir la carrera

12. ¿C´omo busc

´o un hermano cosas grandes para Jehov

´a, y qu

´e opina us-

ted de su elecci´on?

‘No sigas buscando cosas grandes para ti’ 141

de precursor. Pero sus ansias de aprender no se apa-

garon. Al llegar como misionero a una isla remota,

tuvo que aprender el idioma, que hablaban poco m´as

de diez mil personas. En vista de que no exist´ıa un

diccionario, se dio a la tarea de confeccionar un glo-

sario. Con el tiempo lleg´

o a dominar el idioma y se le

pidi´

o que tradujera algunas de nuestras publicaciones

cristianas. Posteriormente, el glosario que hab´ıa com-

pilado sirvi´

o de base para elaborar el primer diccio-

nario en aquella lengua. Esto fue lo que dijo ante un

gran auditorio en una asamblea de distrito: “Si hubie-

ra aceptado ir a la universidad, los logros acad´emicos

que hubiera cosechado habr´ıan sido para mi propia

gloria. Pero como ven, no tengo ning´

un t´ıtulo, as

´ı que

no puedo atribuirme el m´erito por lo que he hecho.

Toda la alabanza va a Jehov´a” (Pro. 25:27). Joven,

¿qu´e opinas de la decisi

´on que este hermano tom

´o

a los 15 a˜

nos? A lo largo de su vida,´el ha gozado

de m´

ultiples privilegios en el pueblo de Dios. ¿C´

omo

quieres utilizar t´

u los talentos que posees? En vez de

perseguir la gloria personal, ¿est´as resuelto a utilizar-

los para alabar a Jehov´a?

142 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

13 Existe otro peligro af´ın al que nos ocupa: buscar

“cosas grandes” para los seres que uno ama y sobre

quienes uno influye o buscarlas a trav´es de ellos. Hay

en el mundo padres que se valen de maniobras para

que sus hijos sean en la vida lo que ellos no pudieron

ser o para que se conviertan en personas de las cua-

les jactarse. No es raro o´ırles decir: “No quiero que

mi hijo tenga que trabajar tanto como yo” o “Yo quie-

ro que mi hijo vaya a la universidad para que sal-

ga adelante”. Los padres cristianos pudieran albergar

ideas semejantes. Cierto, alguien quiz´as afirme que

no busca grandes cosas para s´ı; pero ¿pudiera hacer-

lo indirectamente, como, por ejemplo, a trav´es de un

hijo o una hija? Tal como es posible que Baruc se

haya visto tentado a buscar prominencia mediante su

carrera o su posici´

on, un padre podr´ıa desear en el

coraz´

on adquirirla mediante sus hijos. Pero ¿no ver´ıa

esto el “examinador de los corazones”, como lo vio en

el caso de Baruc? (Pro. 17:3.) Por consiguiente, rogue-

mos a Dios que escudri˜

ne nuestros pensamientos m´as

secretos, al igual que hizo David (l´

eanse Salmo 26:2 y

13. ¿Por qu´e conviene que los padres reflexionen sobre la lucha que tuvo

Baruc?

‘No sigas buscando cosas grandes para ti’ 143

Jerem´ıas 17:9, 10). Jehov

´a se sirve de diversos medios,

como el presente an´alisis sobre Baruc, para alertar-

nos sobre el peligro de buscar “cosas grandes”.

¿Cu´

al pudo haber sido una de las “cosas grandes”que buscaba Baruc? ¿Qu

´e lecci

´on extraemos?

LA TRAMPA DE LAS “COSAS VALIOSAS”

14 Consideremos la posibilidad de que las “cosas

grandes” que ansiaba Baruc consistieran en las rique-

zas. Como hemos indicado antes, si´el hubiera estado

especialmente apegado a sus bienes y propiedades en

Jud´a, le habr

´ıa costado mucho obedecer la orden di-

vina de entregarse a los caldeos. El rico suele confiar

en sus “cosas valiosas”, pero la Biblia asegura que la

protecci´

on que ofrecen est´a “en su imaginaci

´on” (Pro.

18:11). A todos los siervos de Jehov´a nos viene bien

recordar el punto de vista equilibrado que nos da

su Palabra sobre las cosas materiales (l´

ease Proverbios

11:4). Llegados a este punto, tal vez alguien se pregun-

te: “¿Y qu´e tiene de malo disfrutar un poco de lo que

el mundo ofrece?”.

14, 15. ¿C´omo pudieran las riquezas convertirse en “cosas grandes” para

nosotros?

144 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

15 El apego a las posesiones puede llevar al cristiano

a ansiar cosas que forman parte de un mundo desti-

nado a la ruina. Eso no les pas´

o a Jerem´ıas y Baruc.

Muchos a˜

nos despu´es, Jes

´us lanz

´o una advertencia a

la gente que viviera cuando “el Hijo del hombre [hu-

biera] de ser revelado”. Dijo: “Acu´erdense de la espo-

sa de Lot”. Igual de v´alida podr

´ıa ser para los cristia-

nos la exhortaci´

on: “Acu´erdense de Jerem

´ıas y Baruc”

(Luc. 17:30-33). Si nos encari˜

namos demasiado con

las cosas materiales, ser´a dif

´ıcil seguir la recomenda-

ci´

on de Jes´

us. Tengamos presente que Baruc puso a

salvo su vida porque se tom´

o muy a pecho el consejo

que Dios le dio.16 Fij

´emonos en la experiencia de los hermanos de

Rumania durante el r´egimen comunista. Cuando los

agentes del gobierno allanaban sus hogares, a veces

les confiscaban sus efectos personales, sobre todo ob-

jetos que pudieran vender (Lam. 5:2). Muchos herma-

nos estuvieron dispuestos a perderlo todo. Algunos

tuvieron que dejar atr´as sus pertenencias y propieda-

des cuando fueron reubicados en otros lugares, y aun

16. Relate una experiencia en la que los siervos de Dios mantuvieron losbienes materiales en su debido lugar.

‘No sigas buscando cosas grandes para ti’ 145

as´ı se mantuvieron fieles a Jehov

´a. Si a nosotros nos

tocara pasar por tal prueba, ¿permitir´ıamos que el

apego a los bienes materiales se interpusiera en nues-

tra lealtad a Dios? (2 Tim. 3:11.)17 Vale la pena destacar que Jerem

´ıas y Baruc reci-

bieron el apoyo de algunos de sus contempor´aneos.

Sofon´ıas profetiz

´o durante el reinado de Jos

´ıas, mien-

tras Jerem´ıas efectuaba su ministerio. ¿Qu

´e habr

´a

pensado Jerem´ıas de las palabras consignadas en So-

fon´ıas 1:18? (L

´ease.) ¿Verdad que no es dif

´ıcil imagi-

narlo comentando con Baruc esta profec´ıa inspirada?

Otro coet´aneo suyo fue Ezequiel, quien fue lleva-

do cautivo a Babilonia en 617. Algunos de sus actos

y mensajes ten´ıan que ver directamente con los ju-

d´ıos que permanecieron en su patria, por lo que es

probable que Jerem´ıas estuviera enterado de lo que

Ezequiel dec´ıa o hac

´ıa, y viceversa. Entre sus decla-

raciones figura la que leemos en Ezequiel 7:19 (l´

ea-

se). De seguro, Jerem´ıas y Baruc sacaron provecho de

aquellas palabras inspiradas, y nosotros tambi´en po-

demos hacerlo. En el d´ıa de Jehov

´a, los hombres in-

17. ¿De qu´e manera pudieron haber sido una fuente de ayuda para Jere-

m´ıas y Baruc algunos de sus contempor

´aneos?

146 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

vocar´an a sus dioses para que los salven, pero ni sus

dioses ni sus riquezas los librar´an del furor divino

(Jer. 2:28).

¿RECIBIREMOSNUESTRA “ALMA COMO DESPOJO”?

18 Recordemos que Jehov´a ha prometido darnos

nuestra “alma” como despojo. Aun si algunos de sus

siervos mueren en la persecuci´

on que pueda desatar-

se durante “la gran tribulaci´

on” cuando los cuernos

pol´ıticos de la bestia salvaje embistan a la religi

´on,

estos fieles en realidad no saldr´an perdiendo. Cuen-

tan con la garant´ıa de que su “alma” volver

´a a vivir y

de que disfrutar´an “de la vida que realmente lo es” en

el nuevo mundo prometido por Dios (Rev. 7:14, 15;

1 Tim. 6:19). No obstante, podemos tener la seguri-

dad de que la mayor´ıa de los cristianos que se manten-

gan fieles sobrevivir´an a la gran tribulaci

´on. Sabemos

a ciencia cierta que cuando Dios traiga la calamidad

sobre las naciones, ninguno de sus fieles se contar´a

entre “los muertos por Jehov´a” (Jer. 25:32, 33).

18. ¿El “alma” de qui´en queremos recibir como despojo, y c

´omo lo logra-

remos?

‘No sigas buscando cosas grandes para ti’ 147

19 A algunos quiz´as les desilusione la idea de que

el´

unico despojo que obtendr´an ser

´a su “alma”, mas

no hay raz´

on para ello. Recordemos que mientras los

habitantes de Jerusal´en mor

´ıan de hambre, Jehov

´a

vel´

o por la vida de Jerem´ıas. ¿C

´omo? El rey Sedequ

´ıas

orden´

o que lo custodiaran en el Patio de la Guardia

y que le dieran todos los d´ıas “un pan redondo de la

calle de los panaderos, hasta que todo el pan de la ciu-

dad se agot´

o” (Jer. 37:21). As´ı fue como sobrevivi

´o Je-

rem´ıas. En efecto, Jehov

´a puede utilizar cualquier me-

dio para conservar vivo a su pueblo. Y que lo har´a, lo

har´a; la esperanza de la vida eterna est

´a garantizada.

Baruc sobrevivi´

o a la destrucci´

on de Jerusal´en porque

no sigui´

o “buscando cosas grandes”. Nosotros tam-

bi´en anhelamos sobrevivir al Armaged

´on para alabar

a Jehov´a con nuestra “alma”, de la cual gozaremos

como despojo por la eternidad.

19. ¿C´omo fortalecen nuestra resoluci

´on de no buscar “cosas grandes”

para nosotros los ejemplos de Jerem´ıas y Baruc?

¿Por qu´

e es sabio no buscar “cosas grandes” ahora,sino esperar anhelantes a que se nos d

´e nuestra “alma”

como despojo?

148 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

JEREM´IAS est

´a sumido en el llanto. Tanto las cir-

cunstancias presentes de su pueblo como las predic-

ciones que ha recibido de Dios para el futuro le des-

garran el coraz´

on. Desea que su cabeza sea como un

manantial y sus ojos como una fuente para no dejar

de llorar. No le faltan razones por las cuales lamen-

tar el estado de la naci´

on (Jer. 9:1-3; l´

ease Jerem´ıas 8:

20, 21). Como el pueblo sigue rechazando la Ley de

Dios y no obedece su voz, le sobrevendr´a la calami-

dad (Jer. 6:19; 9:13).2 A los jud

´ıos, a quienes les gustaba o

´ır de boca de

sus dirigentes religiosos que todo iba bien, no les in-

teresaba en realidad lo que Jehov´a opinaba de su con-

ducta (Jer. 5:31; 6:14). Eran semejantes a un enfer-

mo que solo quiere que el m´edico le diga palabras

tranquilizadoras y pase por alto los s´ıntomas graves.

1, 2. a) ¿Cu´al era el estado espiritual de los contempor

´aneos de Jerem

´ıas?

b) ¿C´omo debieron haber actuado ante su enfermedad?

CAP´ITULO 10

¿NOS PREGUNTAMOS A DIARIO“D

´ONDE EST

´A JEHOV

´A”?

¿Nos preguntamos a diario “d´

onde est´

a Jehov´

a”? 149

Si nosotros estuvi´esemos muy enfermos, ¿no de-

sear´ıamos obtener un diagn

´ostico exacto y recibir el

tratamiento oportuno? Espiritualmente hablando, los

contempor´aneos de Jerem

´ıas debieron haber buscado

una evaluaci´

on honrada de su salud espiritual. Debie-

ron haberse preguntado: “¿D´

onde est´a Jehov

´a?” (Jer.

2:6, 8).3 Preguntarse “d

´onde est

´a Jehov

´a” habr

´ıa supues-

to buscar la gu´ıa divina a la hora de tomar decisio-

nes tanto importantes como triviales. Aquellos jud´ıos

no lo hicieron. Pero despu´es de la desolaci

´on de Jeru-

sal´en y su retorno del exilio en Babilonia, tendr

´ıan

que ‘buscar a Jehov´a’; entonces lo hallar

´ıan y llega-

r´ıan a conocer sus caminos (l

´ease Jerem

´ıas 29:13, 14).

¿C´

omo podr´ıan buscarlo? Una forma ser

´ıa solicitan-

do su gu´ıa mediante oraciones sinceras. As

´ı lo hizo el

rey David, quien rog´

o a Dios: “Hazme conocer tus

propios caminos, oh Jehov´a; ens

´e

˜name tus propias

sendas” (Sal. 25:4). Fij´emonos ahora en la invitaci

´on

que el Oidor de la oraci´

on extendi´

o mediante Jere-

3. a) ¿C´omo pudieron haberse contestado los jud

´ıos la pregunta de “d

´on-

de est´a Jehov

´a”? b) ¿Cu

´al ser

´ıa una forma de buscar a Jehov

´a?

150 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

m´ıas en el d

´ecimo a

˜no de Sedequ

´ıas: “Ll

´amame, y yo

te responder´e y prontamente te informar

´e de cosas

grandes e incomprensibles que no has conocido” (Jer.

33:3). Si el rey y la naci´

on renegada llamaban a Dios,´el les revelar

´ıa cosas “incomprensibles” para ellos: la

destrucci´

on de Jerusal´en y su reconstrucci

´on tras ya-

cer setenta a˜

nos desolada.4 Una segunda forma en que los jud

´ıos podr

´ıan

buscar a Jehov´a ser

´ıa estudiando su manera de tra-

tarlos a lo largo de la historia. De este modo recorda-

r´ıan qu

´e le agradaba y qu

´e provocaba su c

´olera. Po-

se´ıan los escritos de Mois

´es y varios relatos hist

´oricos

inspirados, as´ı como los anales de los reyes de Israel

y Jud´a. Reflexionar en todo ello y escuchar a los pro-

fetas verdaderos les ayudar´ıa a encontrar la respues-

ta a la pregunta: “¿D´

onde est´a Jehov

´a?”.

5 Yen tercer lugar, podr´ıan buscar a Jehov

´a aprove-

chando sus experiencias personales y las de los de-

m´as. No es que tuvieran que aprenderlo todo por el

m´etodo de ensayo y error, pero s

´ı les beneficiar

´ıa ana-

lizar sus propios actos del pasado y lo que pensaba

4, 5. ¿De qu´e otros modos podr

´ıan los jud

´ıos haber buscado a Jehov

´a?

¿Nos preguntamos a diario “d´

onde est´

a Jehov´

a”? 151

Jehov´a al respecto. Siendo observadores, compren-

der´ıan lo que Dios opinaba de su conducta (Pro.

17:10).6 Apliquemos esta lecci

´on a nuestra realidad. ¿Nos

preguntamos constantemente “d´

onde est´a Jehov

´a”

antes de tomar una decisi´

on y elegir una manera de

proceder? Si reconocemos que algunas veces no he-

mos sido tan juiciosos como deber´ıamos, no cedamos

al des´animo. Hasta el fiel patriarca Job tuvo su pro-

pia lucha y, al encontrarse bajo presi´

on, solo pens´

o

en s´ı mismo. De hecho, Elih

´u tuvo que recordarle que

todos tenemos esa misma tendencia: “Nadie ha di-

cho: ‘¿D´

onde est´a Dios mi Magn

´ıfico Hacedor [...]?’”

(Job 35:10). Por ello lo inst´

o diciendo: “Mu´estrate

atento a las maravillosas obras de Dios” (Job 37:14).

Job deb´ıa observar las maravillas de Jehov

´a tanto en

la creaci´

on como en sus tratos con los seres huma-

nos. Por experiencia propia, Job lleg´

o a comprender

los caminos de Dios. Tras superar su prueba y ver

omo hab´ıa manejado Jehov

´a la situaci

´on, dijo: “Ha-

bl´e, pero no entend

´ıa cosas demasiado maravillosas

6. ¿C´omo nos anima el ejemplo de Job?

152 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

para m´ı, las cuales no conozco. De o

´ıdas he sabido de

ti, pero ahora mi propio ojo de veras te ve” (Job 42:

3, 5).7 En cuanto a Jerem

´ıas, sigui

´o buscando a Jehov

´a y

lo encontr´

o. A diferencia de sus paisanos, no dej´

o de

preguntarse durante decenios de servicio fiel “d´

onde

est´a Jehov

´a”. Bas

´andonos en su ejemplo, veremos a

continuaci´

on c´

omo podemos buscar y hallar a Jeho-

v´a mediante la oraci

´on, el estudio y las experiencias

personales (1 Cr´

o. 28:9).

7. ¿Qu´e vamos a estudiar a continuaci

´on?

JEREM´IAS RECURRI

´O A JEHOV

´A EN ORACI

´ON

8 Durante los a˜

nos que sirvi´

o de vocero ante la na-

ci´

on de Jud´a, Jerem

´ıas busc

´o a Jehov

´a con oraciones

sentidas. Recurri´

o a´el por apoyo cuando tuvo que

proclamar mensajes impopulares, cuando crey´

o que

no pod´ıa seguir m

´as y cuando no entendi

´o las razo-

nes por las cuales ocurr´ıan ciertas cosas. Jehov

´a le

8. ¿En qu´e circunstancias or

´o Jerem

´ıas a Dios?

¿Qu´

e implica preguntarse “d´

onde est´

a Jehov´

a”?¿De qu

´e maneras podr

´ıan haberse preguntado esto

los contempor´

aneos de Jerem´ıas?

¿Nos preguntamos a diario “d´

onde est´

a Jehov´

a”? 153

respondi´

o y le dio instrucciones sobre c´

omo proce-

der. Estudiemos algunos ejemplos.9 En una ocasi

´on, cuando Jerem

´ıas tuvo que procla-

mar un mensaje de denunciaci´

on, sinti´

o que todo el

mundo lo estaba maldiciendo. De modo que le pidi´

o

a Dios que se acordase de´el. En su oraci

´on, recogida

en Jerem´ıas 15:15, 16, nos dice qu

´e sentimientos des-

pert´

o en´el la respuesta divina (l

´ease). Jerem

´ıas expre-

o su angustia; sin embargo, cuando hall´

o las palabras

de Dios y las puso en su boca, por as´ı decirlo, se lle-

o de gozo. Jehov´a lo ayud

´o a valorar el privilegio de

portar su nombre y proclamar su mensaje. As´ı, Je-

rem´ıas vio claramente d

´onde estaba Jehov

´a en esta

situaci´

on. ¿Qu´e aprendemos nosotros?

10 En otra ocasi´

on, despu´es que lo golpe

´o el sacer-

dote Pasjur, hijo de Imer, Jerem´ıas dijo que ya

no volver´ıa a hablar en el nombre de Jehov

´a. ¿De

qu´e manera respondi

´o Dios a la vehemente expre-

si´

on de Jerem´ıas? (L

´ease Jerem

´ıas 20:8, 9.) La Biblia

9. a) ¿C´omo se expres

´o el profeta en Jerem

´ıas 15:15, 16, y c

´omo respondi

´o

Jehov´a? b) ¿Por qu

´e es importante expresarle a Dios c

´omo nos sentimos?

10. ¿C´omo respondi

´o Jehov

´a cuando Jerem

´ıas dijo que no volver

´ıa a ha-

blar m´as en su nombre?

154 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

no nos dice que Dios habl´

o con el profeta desde el

cielo. Pero su palabra lleg´

o a ser como un fuego en-

cerrado en los huesos de Jerem´ıas, y este no pudo m

´as

que proclamarla. En realidad, lo que lo impuls´

o a se-

guir con la comisi´

on divina fue expresarse con toda

sinceridad ante Dios y dejarse llevar por lo que sab´ıa

que era Su voluntad.11 A Jerem

´ıas lo desconcertaba ver la prosperidad

de los inicuos, y se lo hizo saber a Jehov´a (l

´ease Jere-

m´ıas 12:1, 3). Aunque no pretend

´ıa cuestionar en ab-

soluto la justicia divina, buscaba una respuesta a su

queja. Su franqueza dej´

o ver el estrecho lazo que los

un´ıa, muy parecido al que une a un ni

˜no con su ama-

do padre. Lo que pasaba era que Jerem´ıas no en-

tend´ıa por qu

´e muchos jud

´ıos triunfaban a pesar de

su maldad. ¿Obtuvo una respuesta satisfactoria? S´ı,

Jehov´a le asegur

´o que desarraigar

´ıa a los malvados

(Jer. 12:14). Ver c´

omo Jehov´a se encargaba de los

asuntos que le planteaba en oraci´

on tuvo que afian-

zar la confianza de Jerem´ıas en la justicia divina.

11, 12. ¿C´omo se le contest

´o a Jerem

´ıas la cuesti

´on que plante

´o sobre la

aparente prosperidad de los inicuos?

¿Nos preguntamos a diario “d´

onde est´

a Jehov´

a”? 155

En consecuencia, es muy probable que las oraciones

a su Dios y Padre fueran cada vez m´as frecuentes y

francas.12 En el ocaso del reinado de Sedequ

´ıas, cuando los

babilonios sitiaron Jerusal´en, Jerem

´ıas dijo que Jeho-

v´a es Aquel “cuyos ojos est

´an abiertos sobre todos los

caminos de los hijos de los hombres, a fin de dar a

cada uno conforme a sus caminos y conforme al fru-

to de sus tratos” (Jer. 32:19). Estas palabras indican

que el profeta entendi´

o cu´al es la postura de Jehov

´a

en materia de justicia: el Alt´ısimo observa lo que hace

cada uno de sus siervos y escucha sus sinceras s´

upli-

cas, y, a su vez, sus siervos ven m´as y m

´as testimo-

nios de que´

El da “a cada uno conforme a sus cami-

nos y conforme al fruto de sus tratos”.13 Probablemente no tengamos ninguna duda sobre

la justicia de Dios y el sabio modo como´el lleva y lle-

var´a a cabo su voluntad. Aun as

´ı, podemos benefi-

ciarnos mucho si reflexionamos en las experiencias de

Jerem´ıas y le contamos a Jehov

´a nuestros temores

o preocupaciones. Expresarnos con la misma fran-

13. ¿Por qu´e confiamos en que Dios llevar

´a a cabo su voluntad?

156 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

queza que el profeta nos ayudar´a a reforzar nuestra

confianza en Dios y en que su voluntad sin falta se

realizar´a. Incluso si de momento no entendemos com-

pletamente el desenvolvimiento de algunos sucesos o

la raz´

on por la que el prop´

osito de Dios se desarrolla

a cierto ritmo, podemos expresarle en oraci´

on nues-

tra total confianza en que nada escapa a su control.

Jehov´a har

´a su voluntad a la manera y al ritmo que

´el considere convenientes. Eso est

´a garantizado, y

no tenemos ning´

un motivo para dudarlo. Continuare-

mos preguntando “d´

onde est´a Jehov

´a”, pues no deja-

remos de orar para comprender su voluntad y ver

testimonios del cumplimiento de su prop´

osito (Job

36:5-7, 26).

A la hora de buscar a Jehov´

a en oraci´

on,¿qu

´e nos garantizan las experiencias de Jerem

´ıas?

JEREM´IAS ALIMENT

´O SU CORAZ

´ON

CON CONOCIMIENTO

14 Jerem´ıas estaba muy al tanto de que necesitaba

el ‘conocimiento de Dios’ para responder a la pregun-

ta: “¿D´

onde est´a Jehov

´a?” (Jer. 9:24). Es claro que

14. ¿C´omo sabemos que Jerem

´ıas investig

´o la historia del pueblo de Dios?

¿Nos preguntamos a diario “d´

onde est´

a Jehov´

a”? 157

investig´

o la historia del pueblo de Dios mientras com-

pon´ıa los libros conocidos como 1 y 2 de Reyes, pues

aludi´

o concretamente a “el libro de los asuntos de

Salom´

on”, “el libro de los asuntos de los d´ıas de

los reyes de Israel” y “el libro de los asuntos de los

d´ıas de los reyes de Jud

´a” (1 Rey. 11:41; 14:19; 15:7).

Por consiguiente, lleg´

o a entender c´

omo hab´ıa mane-

jado Jehov´a varias situaciones, qu

´e le complac

´ıa y

cu´al era su parecer sobre las decisiones del pueblo.

En aquel entonces tambi´en dispon

´ıa de escritos inspi-

rados, como los de Mois´es, Josu

´e, Samuel, David y Sa-

lom´

on. Indudablemente, Jerem´ıas conoc

´ıa bien a los

profetas de anta˜

no y a sus contempor´aneos. ¿C

´omo

lo benefici´

o su estudio?15 Jerem

´ıas escribi

´o el relato acerca de Jezabel, la

malvada consorte del rey Acab de Samaria, en el que

El´ıas profetiz

´o que los perros se la comer

´ıan en la par-

cela de Jezreel (1 Rey. 21:23). Sabemos que, en cum-

plimiento de esta profec´ıa, unos catorce a

˜nos despu

´es

Jezabel fue echada por una ventana, hollada por las

caballer´ıas de Jeh

´u y devorada por los perros (2 Rey.

15. ¿De qu´e le sirvi

´o a Jerem

´ıas estudiar la profec

´ıa de El

´ıas?

158 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

9:31-37). Estudiar la profec´ıa de El

´ıas y los detalles de

su cumplimiento tiene que haber fortalecido la fe de

Jerem´ıas en la palabra de Dios. De hecho, tras su per-

severante labor prof´etica se escond

´ıa una fe alimen-

tada por el estudio de las obras de Jehov´a.

16 Pensemos en otro ejemplo. ¿Qu´e hizo que Jere-

m´ıas —pese a la persecuci

´on— siguiera advirtiendo a

reyes malvados como Jehoiaquim y Sedequ´ıas? Una

raz´

on fundamental fue que Jehov´a lo hizo como “una

ciudad fortificada y una columna de hierro y muros

de cobre” ante los reyes de Jud´a (Jer. 1:18, 19). Pero

no hay que olvidar que Jerem´ıas estudi

´o a fondo los

reinados de los anteriores soberanos de Jud´a e Israel.

Tom´

o buena nota de que Manas´es hab

´ıa edificado “al-

tares a todo el ej´ercito de los cielos en dos patios de

la casa de Jehov´a”, hab

´ıa sacrificado a su propio hijo

en el fuego y hab´ıa derramado much

´ısima sangre ino-

cente (2 Rey. 21:1-7, 16; l´

ease Jerem´ıas 15:4). Adem

´as,

sab´ıa que cuando Manas

´es se humill

´o y sigui

´o oran-

do a Jehov´a, “

´El se dej

´o rogar” y restaur

´o al rey en el

trono (l´

ease 2 Cr´

onicas 33:12, 13).

16, 17. ¿Por qu´e pudo perseverar Jerem

´ıas en su comisi

´on de advertir a

los reyes malvados de su d´ıa?

¿Nos preguntamos a diario “d´

onde est´

a Jehov´

a”? 159

17 En sus escritos, Jerem´ıas no menciona la miseri-

cordia que Jehov´a le demostr

´o a Manas

´es. Pero este

rey hab´ıa muerto solo unos quince a

˜nos antes de su

nombramiento como profeta, por lo que´el debi

´o de

saber qu´e sucedi

´o cuando el monarca se arrepinti

´o de

sus malvados actos anteriores. Conocer la deplorable

conducta de Manas´es y el resultado de su arrepenti-

miento debi´

o de grabar en Jerem´ıas la importancia de

seguir instando a reyes como Sedequ´ıas a buscar la

misericordia y la bondad inmerecida de Jehov´a. Inclu-

so un rey famoso por su idolatr´ıa y derramamiento

de sangre era capaz de arrepentirse y obtener el per-

on. Si hubi´eramos estado en el lugar de Jerem

´ıas,

¿nos habr´ıa animado el caso de Manas

´es a perseverar

en nuestra comisi´

on durante el gobierno de otros re-

yes malvados?

APRENDAMOS DE LA EXPERIENCIA

18 Durante su vida de profeta, Jerem´ıas aprendi

´o

observando c´

omo actuaron sus contempor´aneos en

determinadas situaciones. Uno de ellos fue Uriya. Du-

18. ¿Qu´e pudo aprender Jerem

´ıas de lo que le pas

´o a Uriya, y c

´omo lo sa-

bemos?

160 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

rante el reinado de Jehoiaquim, este profetiz´

o contra

Jerusal´en y Jud

´a; sin embargo, por temor al rey huy

´o

a Egipto. El monarca mand´

o a sus hombres que se lo

trajeran y se le diera muerte (Jer. 26:20-23). ¿Apren-

di´

o Jerem´ıas de lo que le sucedi

´o a Uriya? El hecho

de que siguiera advirtiendo a los jud´ıos de la inminen-

te calamidad —incluso en la zona del templo— de-

muestra que s´ı. Jerem

´ıas no perdi

´o el valor, y Jehov

´a

nunca lo abandon´

o. Dios debi´

o de motivar a Ahiqam,

hijo de Saf´an, para que lo protegiera (Jer. 26:24).

19 Jerem´ıas tambi

´en aprendi

´o de sus vivencias per-

sonales mientras Jehov´a lo us

´o para advertir al pue-

blo. En el cuarto a˜

no de Jehoiaquim, Jehov´a le mand

´o

escribir todas las palabras que le hab´ıa hablado desde

los d´ıas de Jos

´ıas hasta ese momento. ¿Con qu

´e obje-

tivo? Animar a los jud´ıos a que se volvieran de su mal

camino y as´ı pudieran recibir el perd

´on (l

´ease Jere-

m´ıas 36:1-3). Jerem

´ıas, quien madrugaba para procla-

mar los mensajes de Dios, hasta les rog´

o que dejaran

sus pr´acticas detestables (Jer. 44:4). Por experiencia

propia, Jerem´ıas entendi

´o que Dios hab

´ıa enviado a

19. ¿Qu´e aprendi

´o Jerem

´ıas de la persistencia de Jehov

´a en enviar profe-

tas a su pueblo?

¿Nos preguntamos a diario “d´

onde est´

a Jehov´

a”? 161

los profetas movido por la compasi´

on. ¿No habr´a

engendrado esto en´el una compasi

´on semejante?

(2 Cr´

o. 36:15.) Ahora comprendemos por qu´e dijo lo

siguiente al sobrevivir a la destrucci´

on de Jerusal´en:

“Son los hechos de bondad amorosa de Jehov´a el que

no nos hayamos acabado, porque sus misericordias

ciertamente no terminan. Son nuevas cada ma˜

nana”

(Lam. 3:22, 23).

¿C´

omo debi´

o de influir en Jerem´ıas haber estudiado

la relaci´

on de Dios con su pueblo y haber meditadoen sus propias experiencias y en las de otros?¿Qu

´e aprendemos nosotros de ello?

¿NOS PREGUNTAMOS DIARIAMENTE“D

´ONDE EST

´A JEHOV

´A”?

20 Todos los d´ıas tomamos decisiones. ¿Nos esforza-

mos por que encajen con la voluntad de Dios, es de-

cir, nos preguntamos “d´

onde est´a Jehov

´a”? (Jer. 2:

6-8.) Contrario a los jud´ıos de su

´epoca, Jerem

´ıas

siempre recurri´

o al Todopoderoso para saber qu´e ca-

mino tomar. Imitarlo buscando a diario la opini´

on de

Jehov´a es definitivamente la mejor opci

´on a la hora

de decidir.

20. ¿C´omo podemos imitar la forma en que Jerem

´ıas busc

´o a Jehov

´a?

162 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

21 La decisi´

on que uno vaya a tomar no tiene por

qu´e ser crucial ni hist

´orica. Por ejemplo, tal vez se

trate de salir al ministerio del campo el d´ıa que usted

ha elegido. Quiz´as al levantarse vea un cielo encapo-

tado y gris que invita a quedarse en casa; quiz´as el

territorio donde se va a predicar se ha abarcado repe-

tidas veces, o quiz´as recuerde que algunos vecinos lo

han rechazado con fingida cortes´ıa o con evidente ru-

deza. En ese momento, ¿no convendr´ıa buscar a Jeho-

v´a en oraci

´on? Hacerlo le ayudar

´a a reflexionar en la

belleza del mensaje y a sentir m´as profundamente que

la voluntad de Dios es que lo divulgue. Entonces, per-

cibir´a que la palabra de Jehov

´a es una fuente de gozo

y felicidad, como result´

o ser para Jerem´ıas (Jer. 15:

16, 20). Si durante el ministerio encuentra a alguien

que es muy rudo o que incluso lo amenaza, no deje

de expresarle a Dios c´

omo se siente. No olvide que´el

puede concederle esp´ıritu santo para que d

´e una res-

puesta adecuada y para que el deseo de comunicar el

mensaje divino supere cualquier sentimiento negati-

vo (Luc. 12:11, 12).

21. ¿Qu´e tipo de oraci

´on puede ayudarnos en aspectos relacionados con el

ministerio, como cuando alguien nos responde bruscamente?

¿Nos preguntamos a diario “d´

onde est´

a Jehov´

a”? 163

22 No obstante, conviene saber que algunas oracio-

nes pueden ser estorbadas u obstruidas (l´

ease Lamen-

taciones 3:44). Jehov´a no escuch

´o las plegarias de los

jud´ıos rebeldes porque ‘apartaron su o

´ıdo de

´el’ y

persistieron en su proceder desaforado (Pro. 28:9).

La lecci´

on debi´

o de quedarle clara a Jerem´ıas, tal

como deber´ıa quedarnos clara a nosotros: si alguien

no obra en armon´ıa con sus oraciones, desagradar

´a a

Dios y puede que sus oraciones no sean escuchadas.

De m´as est

´a decir que todos queremos evitar esto

cueste lo que cueste.23 Adem

´as de pedir sinceramente la gu

´ıa de Jehov

´a,

tenemos que seguir con nuestro estudio perso-

nal, algo imprescindible para conocer su voluntad.

En esto le llevamos ventaja a Jerem´ıas, ya que conta-

mos con la Biblia completa. Como el profeta, que

hizo una seria investigaci´

on para componer su relato

hist´

orico inspirado, podemos profundizar en la Pala-

bra de Dios y buscar su gu´ıa pregunt

´andonos “d

´on-

de est´a Jehov

´a”. Cuando nos esforzamos por cono-

22. ¿Por qu´e podr

´ıan ser obstruidas algunas oraciones?

23, 24. a) ¿Qu´e es esencial si queremos conocer la voluntad de Jehov

´a?

b) ¿C´omo podemos hacer m

´as beneficioso el estudio personal?

164 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

cer su voluntad, demostramos que confiamos en´el

y, por tanto, ‘llegaremos a ser como´arboles planta-

dos junto a las aguas, que env´ıan sus ra

´ıces al mis-

m´ısimo lado de la corriente de agua’ (l

´ease Jerem

´ıas

17:5-8).24 Durante nuestra lectura meditativa de las Santas

Escrituras, procuremos ver lo que Jehov´a espera de

nosotros en determinadas situaciones. Busquemos los

principios que deseemos recordar y poner en pr´acti-

ca. Si se trata de relatos hist´

oricos, mandamientos y

principios divinos y dichos de sabidur´ıa, pensemos

omo deben influir en nuestras decisiones diarias.

Si buscamos su ayuda, Dios puede mediante su Pala-

bra escrita capacitarnos para manejar incluso situa-

ciones complejas. En efecto, podremos ver con la Bi-

blia “cosas grandes e incomprensibles que no h[emos]

conocido” ni comprendido antes (Jer. 33:3).25 Asimismo, puede sernos

´util reflexionar sobre las

experiencias propias y ajenas. Por ejemplo, ha habido

cristianos que han dejado de confiar en Jehov´a, como

le pas´

o a Uriya (2 Tim. 4:10). Debemos aprender de

25, 26. ¿Por qu´e nos beneficia reflexionar sobre las experiencias?

¿Nos preguntamos a diario “d´

onde est´

a Jehov´

a”? 165

sus errores y evitar su desastroso final. Meditemos a

menudo en la bondad amorosa con que Jehov´a nos

ha tratado, as´ı como Jerem

´ıas agradeci

´o la compasi

´on

y la misericordia divinas. Por desesperada que sea la

situaci´

on, jam´as pensemos que el Alt

´ısimo se ha olvi-

dado de nosotros.´

El siempre nos cuidar´a, como hizo

con Jerem´ıas.

26 Al reflexionar en la manera como ayuda Jehov´a

a sus siervos hoy, nos daremos cuenta de que utiliza

diversos medios para guiarnos todos los d´ıas. Aki,

una hermana joven de Jap´

on, cre´ıa que era indigna de

llamarse cristiana. Un d´ıa, mientras predicaba con la

esposa del superintendente de circuito, le dijo: “Creo

que Jehov´a va a vomitarme de su boca, pero me es-

toy agarrando de sus labios, pidi´endole que me d

´e un

poco m´as de tiempo”. La hermana, mir

´andola a los

ojos, le respondi´

o: “¡Nunca me has parecido una cris-

tiana tibia!”. M´as tarde, Aki reflexion

´o en este comen-

tario alentador. La realidad es que no ten´ıa ninguna

raz´

on para pensar que Jehov´a alguna vez la hab

´ıa con-

siderado tibia. Aki or´

o a Jehov´a: “Env

´ıame adonde

quieras. Har´e lo que t

´u desees que haga”. Poco des-

166 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

pu´es, visit

´o otro pa

´ıs donde hab

´ıa un grupito de her-

manos de lengua japonesa que necesitaba a alguien

que supiera el idioma y pudiera quedarse para apo-

yarlos. Casualmente, Aki hab´ıa nacido en aquel pa

´ıs,

lo que le facilitar´ıa los tr

´amites en caso de trasladar-

se. Pero ¿d´

onde vivir´ıa? Una hermana cuya hija se ha-

b´ıa mudado del hogar le ofreci

´o una habitaci

´on. “Era

como si las piezas de un rompecabezas fueran todas

encajando; Jehov´a me estaba allanando el camino”,

coment´

o Aki.27 Numerosos hermanos pueden mencionar momen-

tos en los que personalmente sintieron la gu´ıa de

Dios, quiz´as mientras le

´ıan la Biblia o realizaban su

estudio personal. Ytal vez a usted le haya pasado algo

semejante. Pues bien, eso debe fortalecer su lazo con

Jehov´a y motivarlo a orarle incluso con mayor fre-

cuencia y fervor. Estamos seguros de que mientras si-

gamos pregunt´andonos “d

´onde est

´a Jehov

´a”,

´el nos

ense˜

nar´a el camino (Isa. 30:21).

27. ¿Por qu´e debemos preguntarnos “d

´onde est

´a Jehov

´a” antes de actuar?

¿Qu´

e implica para usted preguntarse “d´

onde est´

a Jehov´

a”?¿De qu

´e maneras puede buscar la gu

´ıa divina?

¿Nos preguntamos a diario “d´

onde est´

a Jehov´

a”? 167

HIROYASU era un ni˜

no japon´es a quien su mam

´a le

compr´

o un carnero y una oveja. Como la oveja pro-

creaba anualmente dos cr´ıas, el reba

˜no fue aumentan-

do. Para cuando el ni˜

no cumpli´

o 12 a˜

nos, ya hab´ıa

doce o trece animales. “Una ma˜

nana temprano, mien-

tras estaba todav´ıa en la cama, o

´ı balar las ovejas

—recuerda´el—. No sal

´ı enseguida. Cuando por fin

lo hice, vi una jaur´ıa de perros salvajes que hu

´ıan, de-

jando a mis corderitos todos destripados. Desespera-

do, busqu´e a la madre. La encontr

´e en un charco de

sangre todav´ıa respirando. Solo se salv

´o el carnero.

Qued´e con el coraz

´on destrozado. Deb

´ı haber salido

tan pronto como o´ı los balidos. El reba

˜no se hallaba

indefenso ante el ataque de los perros.”2 En tiempos b

´ıblicos, casi todo el mundo estaba fa-

miliarizado con el oficio de pastor. La funci´

on del

1, 2. a) ¿Qu´e puede pasar si se deja desprotegido un reba

˜no? b) ¿En qu

´e

consist´ıa el oficio de pastor en tiempos b

´ıblicos?

CAP´ITULO 11

“PASTORES DE ACUERDOCON MI CORAZ

´ON”

168 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

pastor era apacentar al reba˜

no, asegurarse de que co-

miera bien, protegerlo de los depredadores y buscar

a los extraviados (1 Sam. 17:34-36). Tambi´en llevaba a

la manada a descansar en lugares sosegados, asist´ıa a

las madres en el parto y cuidaba de los corderitos.

Muchos escritores b´ıblicos, entre ellos Jerem

´ıas, em-

plearon metaf´

oricamente la imagen del pastor para

representar al hombre que tiene por misi´

on cuidar de

la gente, o bien como su gobernante, o como su supe-

rintendente espiritual.3 Podr

´ıa ser que uno viera a los ancianos de la con-

gregaci´

on como pastores solo cuando visitan a los

hermanos para ayudarlos y darles´animo. No obstan-

te, Jerem´ıas aplic

´o los t

´erminos pastor y pastorear a

todo aspecto de la relaci´

on entre los dirigentes de

Jud´a y el pueblo. A menudo, Dios conden

´o a los

pr´ıncipes, profetas y sacerdotes por ser malos pasto-

res, pues no procuraban el bienestar de la gente co-

un (Jer. 2:8). Maltrataban, descarriaban y desaten-

d´ıan a las “ovejas” mientras velaban ego

´ıstamente por

sus propios intereses. La espiritualidad del pueblo

3. ¿A qu´e se refiri

´o Jerem

´ıas con los t

´erminos pastor y pastorear?

“Pastores de acuerdo con mi coraz´

on” 169

de Dios se hallaba en un estado deplorable. Jehov´a

anunci´

o males para estos falsos pastores y prometi´

o

dar a su pueblo pastores cari˜

nosos y considerados que

de veras lo protegieran (l´

eanse Jerem´ıas 3:15 y 23:1-4).

4 La promesa divina tuvo un importante cumpli-

miento en el Pastor Principal de las ovejas de Jeho-

v´a, a saber, Jes

´us, quien vino a ser Cabeza de la

congregaci´

on cristiana.´

El se llam´

o a s´ı mismo “el

pastor excelente”, pues mostr´

o genuina compasi´

on

por aquellos que ten´ıa a su cargo (Juan 10:11-15). Ac-

tualmente, Jehov´a cuida de su reba

˜no en la Tierra me-

diante subpastores, tanto hermanos ungidos de la cla-

se del esclavo fiel y discreto como ancianos diligentes

de la “gran muchedumbre” (Rev. 7:9). Todos ellos pro-

curan manifestar el esp´ıritu de entrega de Jesucristo

y, como´el, alimentan y aman a la congregaci

´on. ¡Ay

de cualquiera que descuide a sus hermanos, que sea

tirano o que los trate con dureza o arrogancia! (Mat.

20:25-27; 1 Ped. 5:2, 3.) ¿Qu´e busca Jehov

´a en los pas-

tores cristianos? ¿Qu´e nos ense

˜nan los escritos de Je-

4. ¿Qui´enes tienen a su cargo el reba

˜no de Dios, y con qu

´e actitud llevan

a cabo su labor?

170 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

rem´ıas sobre las actitudes y los motivos con que los

ancianos deben llevar a cabo su labor? Analicemos su

papel de ayudantes y protectores, el de maestros den-

tro y fuera de la congregaci´

on y el de jueces.

CUIDAN Y PROTEGEN

5 El ap´

ostol Pedro llam´

o a Jehov´a el “pastor y

superintendente de [nuestras] almas” (1 Ped. 2:25).

¿C´

omo ve Dios a sus “ovejas”? Hallamos la respues-

ta retrocediendo a la´epoca de Jerem

´ıas. Tras cen-

surar a los malos pastores por haber dispersado y

desatendido al reba˜

no, Jehov´a dijo que juntar

´ıa a sus

ovejas y las har´ıa volver a sus pastos. Tambi

´en pro-

meti´

o levantarles buenos pastores, ‘que realmente las

pastorear´ıan’ y las defender

´ıan de enemigos voraces

(Jer. 23:3, 4). En efecto, las ovejas eran muy valiosas

para Jehov´a, y lo siguen siendo, pues ha pagado un al-

t´ısimo precio por su bienestar eterno (1 Ped. 1:18, 19).

6 Como si de pastores literales se tratara, los supe-

rintendentes no pueden descuidar a la congregaci´

on.

Ancianos, ¿est´an ustedes alerta a cualquier se

˜nal de

5-7. a) ¿Qu´e trato espera Jehov

´a que se d

´e a sus ovejas, y por qu

´e?

b) ¿C´omo demuestran los ancianos verdadero amor por sus hermanos, in-

cluidos los que se han extraviado?

“Pastores de acuerdo con mi coraz´

on” 171

sufrimiento de parte de sus hermanos y est´an listos

para acudir en su auxilio sin demora? El sabio rey

Salom´

on escribi´

o: “Debes conocer positivamente la

apariencia de tu reba˜

no. Fija tu coraz´

on en tus hatos”

(Pro. 27:23). Aunque estas palabras hacen hincapi´e en

la laboriosidad del pastor literal, en principio pue-

den aplicarse al cuidado que los pastores espirituales

dispensan a la congregaci´

on. Es oportuno, pues, que

los ancianos se pregunten: “¿Estoy combatiendo de

manera consciente cualquier tendencia que tenga a

dominar a los dem´as?”. El mismo hecho de que Pe-

dro dijera “ense˜

nore´andose de los que son la heren-

cia de Dios” indica que es perfectamente posible que

un anciano se comporte de esta manera. ¿Qu´e pue-

den hacer, entonces, los ancianos para que “el reba-˜

no se eche”, seg´

un la descripci´

on que se encuentra en

Jerem´ıas 33:12? (L

´ease.) Los padres y las madres sin

onyuge, las viudas, las familias con padrastros o ma-

drastras, los viejos y los j´

ovenes est´an entre quienes

precisan atenci´

on y asistencia especiales.7 Al igual que un pastor va en busca de las ove-

jas extraviadas, el anciano a veces tiene que ir a bus-

172 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

car y ayudar a los que por una u otra raz´

on se han

descarriado del reba˜

no. Para ello necesita vestirse de

un esp´ıritu de sacrificio y humildad. Debe, con pa-

ciencia, dedicar tiempo a atender las necesidades de

los hermanos que tiene a su cargo. Ancianos, preg´

un-

tense con franqueza: “¿Hasta qu´e grado me esfuerzo

yo por animar y fortalecer en lugar de condenar o cri-

ticar? ¿Quiero sinceramente mejorar?”. En ocasiones

se requieren esfuerzos reiterados para ayudar a al-

guien a ver las cosas desde el punto de vista de Dios.

Si un hermano vacila en aceptar un consejo de las

Escrituras (no una mera opini´

on personal), recorde-

mos el ejemplo del Supremo Pastor y Superintenden-

te, Jehov´a, quien ‘sigui

´o hablando’ y tratando de asis-

tir a su pueblo rebelde (Jer. 25:3-6). Hoy, la mayor´ıa

de los siervos de Dios no practican cosas malas; de

todos modos, siempre que sea necesario dar un con-

sejo, los ancianos deben darlo a imitaci´

on de Jehov´a.

8 Mientras a´

un hab´ıa esperanzas de que sus pai-

sanos se volvieran a Jehov´a, Jerem

´ıas or

´o en su

favor. Dijo a Dios: “Acu´erdate de c

´omo estuve de pie

8. ¿C´omo pueden los pastores espirituales imitar a Jerem

´ıas?

“Pastores de acuerdo con mi coraz´

on” 173

delante de ti para hablar lo bueno hasta acerca de

ellos, para volver de contra ellos tu furia” (Jer. 18:20).

De esto se desprende que el profeta buscaba lo bueno

en sus hermanos y no les imputaba malos motivos.

Los superintendentes deben adoptar esa misma acti-

tud hasta que se haga evidente que un hermano se ha

propuesto en su coraz´

on hacer lo que es malo y no va

a cambiar. Un paso positivo es elogiar a los herma-

nos por el bien que est´an logrando y orar por ellos y

con ellos (Mat. 25:21).

¿Qu´

e prometi´

o Jehov´

a mediante Jerem´ıas con relaci

´on a los

pastores espirituales? ¿C´

omo cuidan y protegen al reba˜

nolos superintendentes cristianos?

“ELLOS CIERTAMENTE LOS APACENTAR´

AN”

9 De acuerdo con Jerem´ıas 3:15, los pastores cris-

tianos tienen que ‘apacentar a las ovejas con cono-

cimiento y perspicacia’; en otras palabras, tienen que

saber ense˜

nar (1 Tim. 3:2; 5:17). Jehov´a prometi

´o a su

pueblo que eso, precisamente, es lo que har´ıan los

buenos pastores, e inst´

o a los jud´ıos a aceptar las

9, 10. ¿Por qu´e hay que ser un buen maestro para ser un buen pastor (an-

ciano de congregaci´on)?

174 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

amonestaciones de su profeta Jerem´ıas (l

´ease Jerem

´ıas

6:8). Las ovejas deben alimentarse bien para estar sa-

nas. De modo similar, para gozar de salud espiritual,

el pueblo de Dios necesita nutrirse de las Escrituras

y seguir su gu´ıa.

10 En lo que respecta a su papel de maestros, los an-

cianos tienen un doble deber: tanto ayudar a los que

ya son cristianos verdaderos como ayudar a los

que todav´ıa no lo son. En cuanto al segundo deber,

recordemos que una de las principales razones por las

que existe la congregaci´

on cristiana es la predicaci´

on

de las buenas nuevas del Reino de Dios. Por eso, los

ancianos deben ser evangelizadores celosos (Jer. 1:7-

10). As´ı cumplir

´an con su responsabilidad ante Dios

por un lado, y por otro, les dar´an el ejemplo a los her-

manos. Ancianos, ¿no han notado que predicar a me-

nudo con diferentes hermanos y hermanas les permi-

te ayudarlos a refinar sus m´etodos de ense

˜nanza, al

tiempo que refinan los suyos propios? Adem´as, cuan-

do ustedes se ponen a la cabeza de la predicaci´

on,

imparten a los hermanos el´animo que necesitan, lo

que contribuye al progreso de toda la congregaci´

on.

“Pastores de acuerdo con mi coraz´

on” 175

11 La ense˜

nanza de los ancianos debe fundarse en la

Biblia para que sea alimento espiritual sano. Por tal

motivo, el anciano que desee ser un maestro eficaz ha

de ser un estudiante aplicado de la Palabra de Dios.

Este hecho contrasta con la raz´

on por la cual Jere-

m´ıas tach

´o de ineficaces a los dirigentes de su pue-

blo: “Los pastores se han portado irrazonablemente,

y no han buscado siquiera a Jehov´a. Por eso no han

obrado con perspicacia, y todos sus animales apacen-

tados han sido esparcidos” (Jer. 10:21). Quienes se su-

pon´ıa que fueran maestros no segu

´ıan los principios

de las Escrituras ni buscaban a Dios; por eso, era

imposible que obraran con verdadera sabidur´ıa. Jere-

m´ıas denunci

´o en t

´erminos todav

´ıa m

´as severos a los

supuestos profetas (l´

ease Jerem´ıas 14:14, 15).

12 En contraposici´

on con aquellos falsos pastores,

los superintendentes cristianos estudian y copian el

ejemplo de Jes´

us. Solo as´ı pueden ser pastores sabios.

Tal vez sea dif´ıcil apartar tiempo para estudiar con

regularidad debido a las m´

ultiples obligaciones que

11, 12. ¿A qu´e debe prestar atenci

´on el anciano que quiera ser un buen

pastor?

176 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

absorben su tiempo y atenci´

on. Pero si usted es an-

ciano, preg´

untese: “¿Estoy totalmente convencido de

que mi ense˜

nanza ser´a beneficiosa y veraz y reflejar

´a

conocimiento y perspicacia´

unicamente si se basa en

la Palabra de Dios y la gu´ıa del esclavo fiel y discre-

to?”. Si reconoce que ya no estudia tanto como antes,

¿qu´e piensa hacer para seguir distingui

´endose de los

falsos pastores del tiempo de Jerem´ıas?

13 Un elemento que contribuy´

o a que Jerem´ıas fue-

ra un excelente maestro fue el uso de ejemplos. Claro,

en su caso, el instructor fue Jehov´a. De haber estado

nosotros all´ı, ¡qu

´e dif

´ıcil hubiera sido olvidar la vez

que Jerem´ıas rompi

´o en pedazos una vasija de barro

diciendo que as´ı har

´ıa pedazos Jehov

´a a Jerusal

´en y

sus habitantes! (Jer. 19:1, 10, 11.) En otra ocasi´

on,´el hizo un yugo y se lo puso al cuello para indi-

car que su pueblo sufrir´ıa la cruel opresi

´on de Babi-

lonia (Jerem´ıas, cap

´ıtulos 27 y 28). Dios no manda

hoy a los ancianos que acompa˜

nen su ense˜

nanza con

ilustraciones tan gr´aficas; sin embargo, ¿no es cierto

13. ¿Qu´e hizo que Jerem

´ıas fuera tan buen maestro, y qu

´e pueden apren-

der de´el los pastores cristianos?

“Pastores de acuerdo con mi coraz´

on” 177

que agradecemos cuando entretejen su ense˜

nanza con

ejemplos y experiencias adecuadas? Los ejemplos e

im´agenes bien pensados y oportunos son tanto im-

pactantes como motivadores.14 ¡Cu

´anto valoramos la ense

˜nanza de los pastores

cristianos! Consciente de que su pueblo necesitaba

sanaci´

on espiritual, Jerem´ıas pregunt

´o: “¿No hay b

´al-

samo en Galaad? ¿O no hay sanador all´ı?” (Jer. 8:22).

Por supuesto que hab´ıa b

´alsamo literal en Galaad, re-

gi´

on israelita situada al oriente del Jord´an. Este acei-

te arom´atico de origen vegetal era conocido por sus

virtudes medicinales y sol´ıa aplicarse como remedio

en las llagas o heridas. Lo que no hab´ıa era curaci

´on

espiritual. ¿Por qu´e? Jerem

´ıas observ

´o: “Los profetas

mismos realmente profetizan en falsedad; y en cuan-

to a los sacerdotes, van sojuzgando conforme a sus

poderes. Y mi propio pueblo as´ı lo ha amado” (Jer.

5:31). ¿Cu´al es la situaci

´on actual? ¿Hay “b

´alsamo en

Galaad”? ¡Claro que s´ı! Lo hallamos en nuestras con-

gregaciones. Podemos comparar el b´alsamo vivifica-

14. a) ¿Por qu´e aludi

´o Jerem

´ıas al “b

´alsamo en Galaad”? b) ¿De qu

´e ma-

nera promueven los ancianos la salud espiritual de sus hermanos?

178 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

dor al consuelo que nos brindan los pastores cris-

tianos cuando amorosamente nos se˜

nalan principios

b´ıblicos, nos animan y oran por nosotros y con noso-

tros (Sant. 5:14, 15).

¿Qu´

e aspectos de la ense˜

nanza de los ancianosde su congregaci

´on agradece usted especialmente?

¿Qu´

e hace que la ense˜

nanza de ellos sea eficaz?

“ESTO ES LO QUE HA DICHO JEHOV´

A”

15 Imagine la alegr´ıa del pastor que ve recompensa-

das sus largas jornadas de laborioso trabajo con el

nacimiento de corderos sanos. No obstante,´el sabe

que para que se desarrollen completamente tiene que

atenderlos. Debe proporcionarles alimento nutritivo.

Como los corderos nacen con colas largas que pue-

den arrastrar por el esti´ercol y el barro, se las corta

—con mucho cuidado para no causarles dolor inne-

cesario— y as´ı los mantiene limpios y saludables. Del

mismo modo, los pastores espirituales atienden con

amor a las ovejas, los miembros de su congregaci´

on

(Juan 21:16, 17). A los ancianos tambi´en les da mucho

15, 16. ¿Por qu´e necesitan atenci

´on tanto el reba

˜no literal como el espiri-

tual?

“Pastores de acuerdo con mi coraz´

on” 179

gusto ver que las personas interesadas dan pasos para

hacerse cristianos verdaderos. Su deseo es que todas

las ovejas —tanto j´

ovenes como adultas— est´en salu-

dables, bien nutridas; por eso les prodigan cuidados

constantes y les prestan la ayuda necesaria. Su trabajo

incluye recordarles las cosas “que ha dicho Jehov´a”,

es decir, las ense˜

nanzas de las Escrituras (Jer. 2:2, 5;

7:5-7; 10:2; Tito 1:9).16 Jerem

´ıas tuvo que armarse de valor para anun-

ciar el mensaje de Dios. Los superintendentes tam-

bi´en tienen que ser valientes, sobre todo a la hora de

hablar con los hermanos a fin de protegerlos. Puede

ser, por ejemplo, que un pastor espiritual vea conve-

niente intervenir en una situaci´

on en particular para

evitar que un “corderito reci´en nacido” o una “oveja

adulta” se ensucien con el mundo de Satan´as. Quiz

´as

la persona que corre peligro no est´e buscando conse-

jos; aun as´ı, ¿puede el pastor concienzudo cruzarse de

brazos mientras ve a un miembro de su reba˜

no me-

terse en l´ıos? ¡Por supuesto que no! Tampoco tratar

´a

el asunto con ligereza, pretendiendo que todo est´a

bien, cuando obviamente la realidad es otra y su her-

180 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

mano se arriesga a perder la paz con Jehov´a (Jer.

8:11).17 Si una oveja incauta es inducida a alejarse del

reba˜

no, el pastor vigilante se apresurar´a a encarrilar-

la de nuevo (l´

ease Jerem´ıas 50:6, 7). A veces, el supe-

rintendente tendr´a que razonar con firmeza y amor

con los que se exponen al peligro. Por ejemplo, qui-

z´as observe que una pareja comprometida para ca-

sarse va sin acompa˜

nante a lugares donde la pasi´

on

puede dominarlos. Como pastor amoroso y compren-

sivo que es, los ayudar´a a evitar estas circunstancias

comprometedoras. Guard´andose de lanzar acusacio-

nes, les se˜

nalar´a el riesgo que corren de hacer algo

que Jehov´a odie. Como Jerem

´ıas, los ancianos fieles

condenan lo que Dios condena. En este aspecto son

como Jehov´a, quien inst

´o bondadosamente a su pue-

blo mediante su profeta: “No hagan, por favor, esta

clase de cosa detestable que he odiado” (Jer. 5:7; 25:

4, 5; 35:15; 44:4). ¿Apreciamos de verdad el inter´es por

el reba˜

no que muestran los pastores afectuosos?

17. ¿Cu´ando debe un anciano prestar atenci

´on especial a una oveja en par-

ticular, y c´omo lo har

´a?

“Pastores de acuerdo con mi coraz´

on” 181

18 Desde luego, no todos aquellos a quienes Jere-

m´ıas aconsej

´o lo escucharon; pero hubo algunos que

s´ı. Uno de ellos fue Baruc, su amigo y secretario.

Cuando necesit´

o un consejo firme, Jerem´ıas no se

retuvo de d´arselo (Jer. 45:5). ¿Con qu

´e resultados?

Baruc conserv´

o el favor de Dios y sobrevivi´

o a la des-

trucci´

on de Jerusal´en. Hoy d

´ıa, los esfuerzos que ha-

cen los ancianos por ayudar a sus hermanos tambi´en

tienen un efecto muy positivo. Esto los impulsa a se-

guir ‘aplic´andose a la exhortaci

´on y la ense

˜nanza’ que

llevan a la salvaci´

on (1 Tim. 4:13, 16).

DISCIPLINA AL “GRADO DEBIDO”

19 Otro papel que cumplen los superintendentes es

el de jueces espirituales. En ocasiones excepcionales,

los ancianos tienen que tratar con pecadores obstina-

dos con la esperanza de moverlos al arrepentimien-

to. Jehov´a exhort

´o a los malhechores —con bondad,

pero sin rodeos— a que dejaran sus malos caminos

(Jer. 4:14). Si un miembro de la congregaci´

on reh´

usa

18. ¿Qu´e resultados animadores producen los esfuerzos de los pastores es-

pirituales?19, 20. ¿Qu

´e responsabilidad tienen los ancianos al tratar con los malhe-

chores?

182 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

abandonar su mal proceder, los superintendentes to-

man medidas para proteger al reba˜

no de una posible

influencia corruptora. Siguiendo las normas de las

Escrituras, expulsan al malhechor. Jehov´a espera que

los ancianos defiendan la justicia en tales circunstan-

cias. El buen rey Jos´ıas fue un claro ejemplo al respec-

to, pues “defendi´

o la reclamaci´

on legal del afligido y

del pobre”. Imit´

o el amor de Dios por la justicia. Por

eso, Jehov´a pudo preguntar con respecto a la forma

de obrar de Jos´ıas: “¿No era ese un caso de conocer-

me?”. A Jos´ıas “le fue bien” porque practic

´o el de-

recho y la justicia. ¿No se siente usted m´as seguro

cuando los ancianos imitan el ejemplo de Jos´ıas? (Jer.

22:11, 15, 16.)20 Podemos tener la completa certeza de que Jehov

´a

disciplina a los malhechores al “grado debido” (Jer.

46:28). Por consiguiente, dependiendo de las circuns-

tancias y la actitud del pecador, los ancianos tendr´an

que aconsejarlo, exhortarlo o censurarlo. Y si no se

arrepiente, ser´a necesario expulsarlo. En tal caso, los

ancianos no oran en p´

ublico por la persona expul-

sada que se obstina en el pecado; no sirve de nada

“Pastores de acuerdo con mi coraz´

on” 183

(Jer. 7:9, 16).� Pero s´ı imitar

´an a Dios mostr

´andole

omo recobrar el favor divino (l´

ease Jerem´ıas 33:6-8).

Si bien la expulsi´

on puede ser dolorosa, no nos cabe

duda de que las normas de Dios son rectas y justas, y

los beneficios de aplicarlas son inmejorables (Lam.

1:18).21 Si los pastores cristianos conocen y aplican las

inspiradas normas divinas, el reba˜

no estar´a bien ali-

mentado, saludable y protegido (Sal. 23:1-6). Los

ejemplos de actitudes y motivos (tanto buenos como

malos) que expone Jerem´ıas les ser

´an de gran utili-

dad en el cumplimiento de su importante tarea de

cuidar a las ovejas de Dios. Pregunt´emonos: “¿Segui-

r´e mostrando gratitud por la forma en que Jehov

´a en-

se˜

na, gu´ıa y protege a su pueblo, a saber, mediante

pastores que apacientan al reba˜

no ‘con conocimiento

y perspicacia’?” (Jer. 3:15; 23:4).

� V´ease La Atalaya del 1 de diciembre de 2001, p

´aginas 30 y 31.

21. ¿En qu´e condiciones debe encontrarse el reba

˜no de Dios, y c

´omo po-

demos contribuir a ello?

¿Qu´

e circunstancias exigen que los ancianos act´

uencon valent

´ıa? ¿Qu

´e espera Jehov

´a de los ancianos

que hacen de jueces?

184 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

JEHOIAQUIM estaba construyendo una casa, una

casa grandiosa, con al menos dos plantas, amplias

estancias y grandes ventanales para que corriera la

brisa y entrara el sol a raudales. Ser´ıa un palacio en

el que el rey y su familia se sentir´ıan c

´omodos. Que-

r´ıa forrar las paredes de arom

´atico cedro del L

´ıbano

y darles con bermell´

on —una tintura importada— el

suntuoso tono rojizo tan apreciado por las clases al-

tas de otras civilizaciones (Jer. 22:13, 14).2 El costo de las obras era alto. Y por si fuera

poco, en aquella´epoca la defensa del pa

´ıs y las exi-

gencias tributarias de Egipto hab´ıan dejado vac

´ıas

las arcas del tesoro (2 Rey. 23:33-35). No obstante,

el monarca encontr´

o un modo de sufragar la cons-

trucci´

on de su nuevo hogar: retener los salarios de

los obreros. Jehoiaquim los esclaviz´

o y tom´

o sus

1, 2. ¿Por qu´e no fue prudente que Jehoiaquim emprendiera la construc-

ci´on de un palacio?

CAP´ITULO 12

“¿NO ERA ESE UN CASODE CONOCERME?”

“¿No era ese un caso de conocerme?” 185

sudores como un generoso aporte al sost´en de la mo-

narqu´ıa.

3 Mediante Jerem´ıas, Dios conden

´o a Jehoiaquim

por su ego´ısmo.� Le record

´o que su padre, Jos

´ıas, ha-

b´ıa sido sumamente bueno y dadivoso con los traba-

jadores y los pobres, incluso los hab´ıa defendido en

los tribunales. Dirigiendo la atenci´

on de Jehoiaquim

hacia la consideraci´

on que Jos´ıas tuvo por los me-

nos favorecidos, Jehov´a pregunt

´o: “¿No era ese un

caso de conocerme?” (l´

ease Jerem´ıas 22:15, 16).

4 A medida que la situaci´

on se deteriora en el mun-

do del Diablo, necesitamos la ayuda y protecci´

on

que Jehov´a da a quienes lo conocen

´ıntimamente.

Por tanto, debemos acercarnos cada vez m´as a

´El.

Adem´as, es preciso imitar sus magn

´ıficas cualidades

a fin de tener´exito al predicar las buenas nuevas.

De ah´ı que surja la pregunta: “¿C

´omo pueden los

cristianos conocer a Jehov´a tan bien como el rey Jo-

s´ıas?”.

� Tocante al tr´agico final del rey, v

´ease el cap

´ıtulo 4, p

´arrafo 12, de

este libro.

3. ¿Qu´e contraste hubo entre Jehoiaquim y su padre, y a qu

´e se debi

´o?

4. ¿Por qu´e es importante que conozcamos a Jehov

´a?

186 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

QU´

E SIGNIFICA CONOCER A DIOS

5 Reflexionemos en c´

omo un buen padre influye en

sus hijos. Al verlo compartir lo que tiene con otros

menos favorecidos, es probable que ellos se sientan

impulsados a ser generosos. Observar que trata con

amor y respeto a su esposa los motivar´a a ser consi-

derados con el sexo opuesto. Y saber que es justo y

honrado en cuestiones de dinero, los llevar´a a ser

tambi´en justos y honrados. En efecto, conocer las

cualidades del padre y ver c´

omo act´

ua har´a que los

hijos crezcan con el deseo de imitarlo.

6 De igual modo, el cristiano que conoce a Jehov´a

al mismo grado que Jos´ıas no solo reconoce que es

el Soberano Universal; mediante la lectura de la Bi-

blia percibe c´

omo trata su Padre celestial a sus sier-

vos y siente el deseo de imitarlo. Su amor por´el cre-

ce a medida que en su vida diaria tiene en cuenta lo

que le agrada y lo que le desagrada. Por el con-

trario, la persona que no hace caso de las leyes y

5, 6. a) ¿C´omo influye un buen padre en sus hijos? b) En contraste con el

mal ejemplo de Jehoiaquim, ¿a qu´e nos debe mover el conocimiento de los

caminos de Jehov´a?

“¿No era ese un caso de conocerme?” 187

recordatorios del Dios verdadero y rechaza su in-

fluencia, no llega a conocerlo. Es semejante a Jehoia-

quim, quien arroj´

o al fuego la palabra escrita de

Jehov´a transmitida por Jerem

´ıas (l

´ease Jerem

´ıas 36:

21-24).

7 El´exito de nuestro servicio sagrado y nuestras es-

peranzas de vivir en el nuevo mundo dependen de

que conozcamos de verdad a Jehov´a (Jer. 9:24). Exa-

minemos algunas cualidades de la personalidad de

Dios reveladas en los escritos de Jerem´ıas y, al ha-

cerlo, busquemos maneras de conocerlo e imitarlo

personalmente como hizo Jos´ıas.

7. ¿Por qu´e debemos conocer a Jehov

´a como Jos

´ıas?

“HASTA TIEMPO INDEFINIDOES SU BONDAD AMOROSA”

8 La faceta de la personalidad divina que conoce-

mos como bondad amorosa, o amor leal, es dif´ıcil de

definir en muchos idiomas. Seg´

un un diccionario b´ı-

8. ¿Qu´e es la bondad amorosa?

¿Por qu´

e decimos que el rey Jos´ıas conoc

´ıa a Jehov

´a

´ıntimamente? ¿Qu

´e implica conocer a Jehov

´a

al mismo grado que Jos´ıas?

188 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

blico, el t´ermino hebreo engloba tres significados

que siempre interact´

uan: fuerza, constancia y amor.

La misma obra se˜

nala: “Cualquier traducci´

on del t´er-

mino que no expresa las tres acepciones inevitable-

mente perder´a algo de su riqueza”. As

´ı, la persona

que manifiesta bondad amorosa es m´as que buena;

pone todo su empe˜

no en ayudar a los dem´as a que

satisfagan sus necesidades, sobre todo las espiritua-

les. La raz´

on principal por la que obra de manera tan

desinteresada es su deseo de agradar al Todopode-

roso.9 La mejor manera de captar la esencia de la expre-

si´

on b´ıblica “bondad amorosa” es estudiando c

´omo

trat´

o Dios a sus siervos a lo largo de la historia.

Jehov´a protegi

´o y aliment

´o a los israelitas mientras

vagaron cuarenta a˜

nos por el desierto. En la Tierra

Prometida les proporcion´

o jueces para rescatarlos

de sus enemigos y hacerlos regresar a la adoraci´

on

pura. Dado que Jehov´a estuvo a su lado durante si-

glos, tanto en los buenos como en los malos tiem-

pos, pudo decirle a la naci´

on: “Con un amor hasta

9. ¿Qu´e demostr

´o el trato que Jehov

´a le dio a Israel?

“¿No era ese un caso de conocerme?” 189

tiempo indefinido te he amado. Por eso te he atra´ı-

do con bondad amorosa” (Jer. 31:3).�10 Hoy, Jehov

´a sigue mostrando bondad amorosa

de maneras que benefician directamente a sus sier-

vos. Pensemos en la oraci´

on.´

El oye todas las oracio-

nes sinceras, pero presta especial atenci´

on a las de

sus siervos dedicados. Aunque le hablemos de los

mismos problemas por a˜

nos, no pierde la paciencia

con nosotros ni se cansa de o´ır nuestros ruegos.

En cierta ocasi´

on, Jehov´a le mand

´o a Jerem

´ıas que

entregara un mensaje a un grupo de jud´ıos cautivos

en Babilonia. Estaban a 800 kil´

ometros (500 millas)

del templo, alejados de sus familiares y amigos en

Jud´a. Sin embargo, el hecho de estar tan lejos del

templo no impidi´

o que Jehov´a oyera sus ruegos y

sus expresiones de alabanza. Teniendo presente lo

que sentimos cuando obtenemos respuesta a nues-

tras oraciones sinceras, imagin´emonos el consuelo

� La Palabra de Dios para Todos vierte as´ı las palabras de Jehov

´a:

“Con amor eterno te he amado y por eso te sigo mostrando mi fielamor”.

10. Seg´un lo ejemplifica el caso de los jud

´ıos en Babilonia, ¿c

´omo mani-

fiesta Jehov´a bondad amorosa al escuchar las oraciones?

190 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

que sintieron aquellos jud´ıos al o

´ır las palabras divi-

nas recogidas en Jerem´ıas 29:10-12 (l

´ease).

11 Observamos otra muestra de la bondad amorosa

de Jehov´a en su actitud positiva. Al aproximarse la

ca´ıda de Jerusal

´en y no cesar la rebeli

´on de sus habi-

tantes —lo que en realidad equival´ıa a rebelarse con-

tra Dios—, ¿qu´e les aguardaba a estos en el futuro?

¿Tal vez morir de inanici´

on o a manos de los caldeos?

En el mejor de los casos, un largo exilio y la muerte

en tierras extra˜

nas. Jehov´a, en cambio, ten

´ıa una “bue-

na palabra” para los que se arrepintieran y cambia-

ran. Prometi´

o ‘dirigirles su atenci´

on’ y ‘restaurarlos a

su lugar’, es decir, llevarlos de vuelta a su patria des-

de la lejana Babilonia (Jer. 27:22). Por ello, se les oi-

r´ıa exclamar: “¡Elogien a Jehov

´a de los ej

´ercitos, por-

que Jehov´a es bueno; porque hasta tiempo indefinido

es su bondad amorosa!” (Jer. 33:10, 11).12 Por su bondad amorosa, Jehov

´a es una fuente

de´animo para cuantos se hallan en una situaci

´on

desesperada desde la´

optica humana. Hay quienes en

11, 12. a) ¿Qu´e ten

´ıa pensado Jehov

´a para la gente de Jerusal

´en? b) ¿Con

qu´e ayuda cuenta la persona que ha recibido la disciplina que necesitaba?

“¿No era ese un caso de conocerme?” 191

su d´ıa formaron parte de la congregaci

´on cristiana,

pero recibieron justa y merecida disciplina. A estos

quiz´as los embarguen sentimientos de culpa y duden

en volver al pueblo de Dios. Es posible que se pre-

gunten si alguna vez podr´an alcanzar el perd

´on y el

favor de Jehov´a. Pero el Todopoderoso tiene una

“buena palabra” para ellos: pueden obtener ayuda

amorosa para realizar cualquier cambio necesario

en su manera de pensar y actuar. Lo que le´ımos en

el p´arrafo anterior puede aplic

´arseles por extensi

´on

a ellos, a saber, que Jehov´a ‘los restaurar

´a a su lu-

gar’ dentro de Su pueblo feliz (Jer. 31:18-20).13 Jehov

´a, el Dios de bondad amorosa, tambi

´en

apoya lealmente a sus siervos fieles. En estos´

ultimos

d´ıas del mundo de Satan

´as tenemos razones para

confiar en que sostendr´a y proteger

´a a todos los que

buscan primero el Reino. No olvidemos que duran-

te los´

ultimos d´ıas de Jerusal

´en, Jerem

´ıas dependi

´o

de Jehov´a para protecci

´on y alimento, y

´el nunca le

fall´

o (Jer. 15:15; l´

ease Lamentaciones 3:55-57). Al ha-

llarnos bajo cualquier tipo de presi´

on, nunca dude-

13. ¿Por qu´e nos debe animar el apoyo que Jehov

´a le dio a Jerem

´ıas?

192 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

mos de que Jehov´a recuerda nuestros actos de leal-

tad. Su bondad amorosa lo impulsa a apoyarnos para

que ‘no nos acabemos’ (Lam. 3:22).

¿Qu´

e aspecto de la bondad amorosa de Jehov´

ale resulta m

´as atrayente? ¿Por qu

´e?

“COMO QUE JEHOV´

A VIVE [...] EN JUSTICIA”14 Hay personas que han pasado a

˜nos en la c

´arcel

por cr´ımenes que no cometieron. Incluso ha habido

casos en que un tribunal ha condenado a muerte a

un reo y despu´es de la ejecuci

´on han aparecido prue-

bas de su inocencia. En varios pa´ıses es tanta la po-

breza que hay padres que venden a algunos de sus

hijos como esclavos para alimentar al resto de la fa-

milia. ¿C´

omo se siente usted cuando oye de tama˜

nas

injusticias? ¿C´

omo se sentir´a Jehov

´a? La Biblia se-

˜nala que

´el desea eliminar todas las causas de sufri-

miento, y´el es el

´unico que tiene el poder de hacer-

lo. Por eso, los pobres y los inocentes que sufren

pueden cobrar´animo: Jehov

´a, el Dios de justicia,

est´a tomando las medidas necesarias para librarlos

de sus angustias (Jer. 23:5, 6).

14. ¿Qu´e injusticias se han visto

´ultimamente?

“¿No era ese un caso de conocerme?” 193

15 En el d´ıa de Jerem

´ıas, algunos eran conscientes

de la elevada justicia de Dios. Por ejemplo, el profe-

ta plante´

o la posibilidad de que Israel se arrepintie-

ra de sus pecados y manifestara su cambio de actitud

con una expresi´

on similar a esta: “¡Tan ciertamente

como que Jehov´a vive en verdad, en justicia y en

rectitud!” (Jer. 4:1, 2). Eso es cierto porque la injus-

ticia no tiene cabida en el prop´

osito de Jehov´a. Pero

existen m´as testimonios de que

´el ama la justicia.

16 Innegablemente, Dios cumple su palabra y

no miente. Si bien muchos hombres rompen sus pro-

mesas, Jehov´a nunca lo hace. Incluso las leyes de la

naturaleza, que´el ha implantado y de las que noso-

tros nos beneficiamos, son inquebrantables (Jer. 31:

35, 36). Asimismo, podemos confiar en sus prome-

sas y en sus decisiones judiciales porque siempre son

buenas (l´

ease Lamentaciones 3:37, 38).

17 A la hora de juzgar, Jehov´a nunca se queda sa-

15, 16. a) ¿Qu´e realidad acerca de Jehov

´a destaca Jerem

´ıas? b) ¿Por qu

´e

podemos confiar en las leyes y promesas de Dios?17. a) ¿Qu

´e hace Jehov

´a a la hora de juzgar? b) ¿Por qu

´e podemos confiar

en los ancianos cuando tratan problemas de la congregaci´on? (V

´ease el re-

cuadro “Juzgan para Jehov´a”, de la p

´agina 195.)

194 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

Mediante su Palabra escrita y la congregaci´

on,Jehov

´a ha ense

˜nado a los ancianos a juzgar. Los ha

autorizado para que lo representen al manejar losproblemas de la congregaci

´on. Tales hermanos son

imperfectos y no pueden leer el coraz´

on —comohace Jehov

´a—, pero desean tratar a sus hermanos

en consonancia con el ejemplo que les da el Dios to-dopoderoso. Para ello, le piden su gu

´ıa y procuran

imitarlo aplicando los principios b´ıblicos pertinen-

tes para ‘juzgar con justicia’ (Jer. 11:20). Por tan-to, tenemos buenas razones para confiar en los an-cianos, “porque ellos est

´an velando por” nosotros

“como los que han de rendir cuenta” (Heb. 13:17).

JUZGAN PARA JEHOV´

A

tisfecho con la apariencia de un asunto. Va m´as all

´a:

escudri˜

na el trasfondo para conocer todos los deta-

lles y eval´

ua los motivos de las personas implicadas.

Los m´edicos emplean instrumentos y t

´ecnicas espe-

ciales para observar el coraz´

on mientras late o estu-

diar los ri˜

nones mientras filtran la sangre, lo que les

permite ver cu´al es su estado. Pues bien, Jehov

´a hace

mucho m´as que eso. Examina tanto el coraz

´on como

los ri˜

nones simb´

olicos para evaluar los motivos y los

“¿No era ese un caso de conocerme?” 195

sentimientos m´as profundos de una persona. As

´ı se

asegura de qu´e fue lo que la impuls

´o a actuar de

determinada manera y qu´e opina de tal proceder.

El Todopoderoso puede manejar a la perfecci´

on la

gran cantidad de detalles que revela tal examen. Su-

perando por mucho al juez humano m´as agudo, em-

plea todos estos datos acertada y equilibradamente

a fin de emitir un juicio justo (l´

eanse Jerem´ıas 12:1a

y 20:12).18 Tenemos razones de sobra para confiar en Jeho-

v´a, aunque sintamos de vez en cuando remordimien-

tos de conciencia por errores cometidos. Nunca ol-

videmos que Jehov´a no es un fiscal inflexible que

trata de encontrar un motivo para castigarnos, sino

que es un Juez compasivo que quiere ayudarnos. Si a

alguien le inquieta su conducta pasada o tiene pen-

diente alg´

un asunto con otra persona, que le pida a

Jehov´a que se encargue de “las contiendas”, o sus lu-

chas internas, para que pueda enterrar el asunto.�

� Si un hermano ha participado en conducta que viola claramente laley de Dios, se debe traer el pecado a la atenci

´on de los ancianos para

que lo traten y suministren la ayuda espiritual necesaria (Sant. 5:13-15).

18, 19. ¿Qu´e efecto tiene en nosotros conocer la justicia de Dios?

196 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

Con su ayuda, ver´a la importancia que Dios le otor-

ga a su participaci´

on continua en el servicio sagra-

do (l´

ease Lamentaciones 3:58, 59).19 Como es normal, el Dios de justicia perfecta es-

pera que quienes buscan su aprobaci´

on practiquen

la justicia (Jer. 7:5-7; 22:3). Predicar las buenas nue-

vas sin prejuicio es una importante manera de mani-

festar la justicia divina. Cuando somos concienzudos

haciendo revisitas y dirigiendo estudios b´ıblicos, re-

flejamos de manera muy provechosa la elevada jus-

ticia de Dios, pues´el desea que toda clase de gente

lo conozca y obtenga la salvaci´

on (Lam. 3:25, 26).

¡Qu´e gran privilegio tenemos de colaborar con Dios

y reflejar su justicia en esta obra salvadora!

¿C´

omo nos conforta la justicia de Jehov´

a? ¿C´

omo podemosconfortar a otros imitando la justicia divina?

“NO ME QUEDAR´

E RESENTIDOHASTA TIEMPO INDEFINIDO”

20 Mucha gente considera los libros de Jerem´ıas y

Lamentaciones como simples denunciaciones de la

20. a) ¿Qu´e aspecto del modo de tratar Jehov

´a a su pueblo subray

´o Jere-

m´ıas? b) ¿Qu

´e tiene que ver ‘sentir pesar’ con el perd

´on de Jehov

´a? (V

´ease

el recuadro “¿C´omo ‘siente pesar’ Jehov

´a?”, de la p

´agina 199.)

“¿No era ese un caso de conocerme?” 197

maldad de una naci´

on. Pero tal idea pasa por alto las

afectuosas ofertas de perd´

on que Jehov´a le hace a su

pueblo. Por ejemplo,´el inst

´o a los jud

´ıos: “Vu

´el-

vanse, por favor, cada uno de su camino malo, y

hagan buenos sus caminos y sus tratos”. En otra

ocasi´

on, Jerem´ıas los exhort

´o: “Hagan buenos sus

caminos y sus tratos, y obedezcan la voz de Jehov´a su

Dios, y Jehov´a sentir

´a pesar por la calamidad que ha

hablado contra ustedes” (Jer. 18:11; 26:13). En la ac-

tualidad, Jehov´a sigue perdonando a todos los que

se arrepienten sinceramente y dejan sus malos h´abi-

tos.21 Jehov

´a no solo habla del perd

´on, sino que act

´ua

en consecuencia. A Jerem´ıas le mand

´o que instara al

pueblo: “Vu´elvete, oh renegada Israel [...]. No har

´e

caer mi rostro airadamente sobre ustedes [...]. No me

quedar´e resentido hasta tiempo indefinido” (Jer.

3:12). Dios no guarda rencor ni animosidad contra

ninguno de sus siervos a quienes ha perdonado. Aun-

que se haya cometido un mal, Jehov´a quiere restau-

rar las buenas relaciones. A pesar de los pecados

21. ¿Cu´al es el objetivo de Jehov

´a al perdonar a alguien?

198 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

“¿No era ese un caso de conocerme?” 199

La grandeza del perd´

on de Dios se percibe en la ma-nera como trata a quienes han practicado el pecadopero luego cambian de actitud. Cuando ve que dan ungiro a su vida y le obedecen, ‘siente pesar’ (Jer. 18:8;26:3). ¿En qu

´e sentido?

Dios es perfecto y nunca yerra en sus juicios, demodo que no siente pesar en el sentido de que se arre-piente de haber dado un fallo err

´oneo, como le puede

suceder a un ser humano. M´as bien, siente pesar en el

sentido de que modifica su manera de obrar, de acuer-do con el cambio de actitud que observa.

No se trata simplemente de que Jehov´a anule la con-

dena, sino que cambia sus sentimientos hacia lospecadores arrepentidos. Seg

´un algunos eruditos, el

origen del verbo hebreo que se traduce “sentir pesar”en los vers

´ıculos anteriores alude al acto de “respirar

profundamente”, quiz´as hasta dando un suspiro. Esto

puede dar a entender que cuando Jehov´a ve aut

´entico

remordimiento en el coraz´

on, respira profundamente,por as

´ı decirlo, dando un suspiro de alivio. Ahora pue-

de mostrarle al arrepentido la afectuosa atenci´

on de laque disfrutan quienes tienen su aprobaci

´on. Es verdad

que el pecador quiz´as tenga que afrontar ciertas con-

secuencias, pero a Dios le complace su cambio de ac-titud y amortigua “la calamidad”, o disciplina, que deotro modo merecer

´ıa (Jer. 26:13). ¿Qu

´e juez humano

tiene esa disposici´

on a reconocer el verdadero arre-pentimiento? A Jehov

´a le deleita hacerlo (Jer. 9:24).

¿C´

OMO ‘SIENTE PESAR’ JEHOV´

A?

cometidos, si la persona est´a verdaderamente arre-

pentida y busca el perd´

on, Jehov´a la ‘traer

´a de vuel-

ta’, es decir, le otorgar´a su favor y bendici

´on (Jer.

15:19). Estas palabras deber´ıan animar a regresar al

Dios verdadero a cualquiera que se haya alejado de´el. ¿No es verdad que el perd

´on de Jehov

´a nos acer-

ca a´el? (L

´ease Lamentaciones 5:21.)

22 ¿Imitamos a Dios cuando alguien nos ofende con

palabras y acciones irreflexivas? Tocante a los anti-

guos jud´ıos, Jehov

´a dijo que ‘purificar

´ıa’ a quienes

perdonara (l´

ease Jerem´ıas 33:8).

´El es capaz de puri-

ficar en el sentido de que olvida el error de los que

se arrepienten; hace como reza el dicho: borr´

on y

cuenta nueva. Por supuesto, el que la persona obten-

ga el perd´

on de Dios no significa que se la limpie de

la imperfecci´

on heredada y quede perfecta, sin peca-

do. Con todo, hay algo que podemos aprender de lo

que Dios dijo sobre purificar a los hombres. No-

sotros debemos esforzarnos por borrar el error de

nuestro ofensor, lo que equivale, por decirlo as´ı, a

22, 23. Al imitar a Jehov´a en el tema del perd

´on, ¿cu

´al debe ser nuestra

meta?

200 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

purificar el concepto que albergamos de´el en el co-

raz´

on. ¿C´

omo hacerlo?23 Imaginemos que alguien nos regala un valioso

jarr´

on antiguo. Si se manchase por alguna raz´

on,

¿lo echar´ıamos a la basura autom

´aticamente? No.

Lo m´as seguro es que procur

´aramos limpiarlo con

cuidado a fin de quitarle las manchas, porque lo que

deseamos es que luzca bonito y brillante. De igual

modo, debemos esforzarnos por eliminar cualquier

rencor o animosidad que sintamos hacia un hermano

que nos haya ofendido. Resistamos la tendencia a

dar vueltas y vueltas a las palabras o acciones que

nos dolieron. Cuando logramos borrarlas de la men-

te, purificamos la imagen y los recuerdos del her-

mano al que hemos perdonado. Una vez eliminados

de nuestro coraz´

on los pensamientos negativos, es-

taremos m´as dispuestos a volver a disfrutar de la

estrecha amistad que nos un´ıa.

24 A medida que conocemos mejor a Jehov´a, salen

a la luz sus cualidades y c´

omo las utiliza al tratar con

24, 25. ¿Qu´e beneficios obtendremos si llegamos a conocer a Jehov

´a al

mismo grado que el rey Jos´ıas?

“¿No era ese un caso de conocerme?” 201

su pueblo. Hemos examinado solo algunas, pero he-

mos visto que los beneficios personales de conocer-

lo´ıntimamente son una poderosa motivaci

´on para

adorarlo como´el acepta. Si lo llegamos a conocer al

mismo grado que el rey Jos´ıas, nuestra vida rebosa-

r´a de felicidad, que es otro aspecto de la personali-

dad de Dios.25 Conocer mejor a Jehov

´a enriquecer

´a nuestra re-

laci´

on con el pr´

ojimo. Si nos esforzamos por imitar

a Dios manifestando bondad amorosa, justicia y per-

on, nuestras amistades en la congregaci´

on se pro-

fundizar´an y nos llegar

´an a ser m

´as preciosas. Esta-

remos incluso mejor capacitados para ense˜

nar en las

revisitas y lograr que progresen nuestros estudiantes

de la Biblia. De hecho, las personas interesadas se

sentir´an m

´as c

´omodas con nosotros porque habre-

mos adoptado el modelo de conducta cristiana. Por

tanto, estaremos mejor preparados para ayudarles a

servir a Jehov´a de manera acepta, a seguir “el buen

camino” (Jer. 6:16).

¿Qu´

e mensaje nos transmite Lamentaciones 5:21?

202 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

JERUSAL´

EN yace en ruinas. El humo de los incen-

dios provocados por los conquistadores babilonios

un asciende al cielo. En los o´ıdos de Jerem

´ıas to-

dav´ıa resuenan los espantosos gritos de los ca

´ıdos.

´El sab

´ıa lo que iba a suceder, y todo ocurri

´o tal

como le hab´ıa dicho Dios. “Jehov

´a ha hecho lo que

ten´ıa pensado”, dice entre suspiros el profeta. ¡Qu

´e

fin tan tr´agico! (L

´ease Lamentaciones 2:17.)

2 Jerem´ıas constat

´o el cumplimiento de muchas

profec´ıas transmitidas al pueblo de Dios, entre ellas

algunas muy antiguas. Siglos atr´as, Mois

´es hab

´ıa ex-

puesto a Israel cu´ales ser

´ıan las consecuencias de

obedecer o desobedecer a Dios, a saber, bendicio-

nes o maldiciones. Jehov´a quer

´ıa lo mejor para su

pueblo, es decir, las bendiciones; pero si le deso-

bedec´ıan, sobre ellos caer

´ıan terribles maldiciones.

1. ¿Qu´e dijo Jerem

´ıas sobre las profec

´ıas de Jehov

´a cuando Jerusal

´en fue

destruida?2. ¿Qu

´e profec

´ıa hecha siglos atr

´as vio realizada Jerem

´ıas?

CAP´ITULO 13

“JEHOV´

A HA HECHOLO QUE TEN

´IA PENSADO”

“Jehov´

a ha hecho lo que ten´ıa pensado” 203

Mois´es advirti

´o —y Jerem

´ıas lo reiter

´o— que quie-

nes no hicieran caso y se opusieran a Jehov´a llegar

´ıan

al extremo de comerse “la carne de sus hijos y la car-

ne de sus hijas” (Deu. 30:19, 20; Jer. 19:9; Lev. 26:29).

“¿Ser´a posible semejante atrocidad?”, preguntar

´ıan

algunos. Bueno, eso fue lo que ocurri´

o cuando esca-

searon los alimentos durante el asedio babilonio.

“Las mism´ısimas manos de mujeres compasivas han

cocido a sus propios hijos —inform´

o Jerem´ıas—. Es-

tos han llegado a ser como pan de consolaci´

on a

alguien durante el quebranto de la hija de mi pue-

blo.” (Lam. 4:10.) ¡Qu´e escena m

´as espantosa!

3 Naturalmente, Jehov´a no comision

´o profetas

como Jerem´ıas con el

´unico fin de anunciar desgra-

cias. Quer´ıa que su pueblo retornara a la senda de

la fidelidad, que los pecadores se arrepintieran. As´ı

lo se˜

nal´

o Esdras: “Jehov´a el Dios de sus antepasa-

dos sigui´

o enviando avisos contra ellos por medio

de sus mensajeros, enviando vez tras vez, porque

sent´ıa compasi

´on por su pueblo y por su morada”

(2 Cr´

o. 36:15; l´

ease Jerem´ıas 26:3, 12, 13).

3. ¿Con qu´e fin envi

´o Dios profetas a su pueblo?

204 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

4 Al igual que Jehov´a, Jerem

´ıas sent

´ıa compasi

´on

por su pueblo, como se deduce de sus palabras an-

tes de la ca´ıda de Jerusal

´en. Lo abat

´ıa profundamen-

te el desastre que se cern´ıa sobre la ciudad, algo que

sus habitantes pod´ıan evitar con tan solo obedecer

sus palabras. Pensemos en lo que sentir´ıa mientras

pregonaba el mensaje de Dios. “¡Oh mis intestinos,

mis intestinos! —exclam´

o—. Estoy con fuertes dolo-

res en las paredes de mi coraz´

on. Mi coraz´

on est´a

alborotado dentro de m´ı. No puedo quedarme calla-

do, porque el sonido del cuerno es lo que mi alma

ha o´ıdo, la se

˜nal de alarma de la guerra.” (Jer. 4:19.)

Era imposible callar ante la inminente calamidad.

¿POR QU´

E TAN SEGURO?

5 ¿Por qu´e estaba seguro Jerem

´ıas de que sus pro-

fec´ıas se har

´ıan realidad? (Jer. 1:17; 7:30; 9:22.)

´El era un hombre de fe que hab

´ıa estudiado las Es-

crituras y sab´ıa que Jehov

´a es el Dios de la profe-

c´ıa veraz. La historia atestiguaba Su poder para

predecir cosas aparentemente imposibles desde el

4. ¿Qu´e sentimientos le produjo a Jerem

´ıas el mensaje que pregonaba?

5. ¿Por qu´e ten

´ıa confianza Jerem

´ıas en el mensaje que predicaba?

“Jehov´

a ha hecho lo que ten´ıa pensado” 205

punto de vista humano, como la liberaci´

on de Israel

del cautiverio egipcio. Jerem´ıas estaba familiariza-

do con el relato del´exodo y conoc

´ıa las palabras de

un testigo ocular, Josu´e, quien record

´o a los israeli-

tas: “Ustedes bien saben con todo su coraz´

on y con

toda su alma que ni una sola palabra de todas las

buenas palabras que Jehov´a su Dios les ha hablado

ha fallado. Todas se han realizado para ustedes.

Ni una sola palabra de ellas ha fallado” (Jos. 23:14).6 ¿Qu

´e razones tenemos nosotros para seguir pres-

tando atenci´

on a las profec´ıas de Jerem

´ıas? Primero,

su confianza en las palabras de Jehov´a estaba justi-

ficada. Segundo, algunas de las predicciones que

Dios hizo por boca de´el se est

´an verificando aho-

ra, y otras las veremos cumplirse m´as adelante. Ter-

cero, la cantidad de mensajes que pronunci´

o en

nombre de Dios, as´ı como el

´ımpetu con el que aco-

meti´

o su misi´

on, lo distinguieron como un extraor-

dinario siervo de Dios. “Entre todos los profetas,

Jerem´ıas descuella como un gigante”, comenta un

6, 7. a) ¿Por qu´e deben interesarnos las profec

´ıas de Jerem

´ıas? b) ¿Qu

´e

fortalecer´a nuestra confianza en el mensaje que predicamos?

206 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

erudito. Jerem´ıas fue una figura tan notoria en las

relaciones de Dios con Su pueblo que cuando algu-

nos oyeron hablar a Jes´

us, pensaron que era´el

(Mat. 16:13, 14).7 Nosotros tambi

´en vivimos en un tiempo en que

se est´an cumpliendo importantes profec

´ıas b

´ıblicas,

y al igual que Jerem´ıas, necesitamos mantener la

confianza en la veracidad de las promesas divinas

(2 Ped. 3:9-14). ¿C´

omo lo logramos? Afianzando d´ıa

a d´ıa nuestra convicci

´on de que la Palabra prof

´etica

de Dios es absolutamente confiable. Con este obje-

tivo, el presente cap´ıtulo analizar

´a varias profec

´ıas

de Jerem´ıas que se cumplieron en vida suya, otras

que se realizaron despu´es y otras que tienen que ver

directamente con nosotros y nuestro porvenir. Es-

peramos que este examen fortalezca su confianza en

la Palabra prof´etica de Jehov

´a y lo convenza a

´un

m´as de que

´el ‘har

´a lo que tiene pensado’ (Lam.

2:17).

¿Por qu´

e comision´

o Dios a los profetas? ¿Qu´

e nosda confianza en las profec

´ıas acerca de la destrucci

´on

que se avecina?

“Jehov´

a ha hecho lo que ten´ıa pensado” 207

PROFEC´IAS DE JEREM

´IAS

QUE´

EL VIO CUMPLIDAS

8 Muchas personas intentan pronosticar el futu-

ro: economistas, pol´ıticos, clarividentes, meteor

´olo-

gos... Y todos sabemos lo dif´ıcil que es acertar aun

en cosas sencillas, como lo que acaecer´a al cabo de

unos d´ıas o unas semanas. Sin embargo, una carac-

ter´ıstica distintiva de la Biblia es la exactitud prof

´e-

tica (Isa. 41:26; 42:9). Todas las profec´ıas de Je-

rem´ıas, sea que se refirieran al futuro cercano o

distante, fueron infalibles. Muchas de ellas tuvieron

que ver con individuos y naciones. Veamos algunas

que se cumplieron en vida del profeta.9 ¿Qui

´en puede decir hoy c

´omo ser

´a el mundo en

uno o dos a˜

nos? Por ejemplo, ¿qu´e analista interna-

cional puede prever con certeza si se producir´a un

realineamiento de las grandes potencias del mundo?

Jerem´ıas, en cambio, anunci

´o por inspiraci

´on divina

que Babilonia expandir´ıa su esfera de influencia. Se-

r´ıa la “copa de oro” por medio de la cual Jehov

´a

derramar´ıa su c

´olera contra Jud

´a y las ciudades y

8, 9. ¿Cu´al es una de las caracter

´ısticas distintivas de la Biblia?

208 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

pueblos vecinos, que quedar´ıan sometidos a servi-

dumbre (Jer. 51:7). A Jerem´ıas y sus contempor

´a-

neos les toc´

o asistir a estos hechos (comp´arese con

Jerem´ıas 25:15-29; 27:3-6; 46:13).

10 Jehov´a tambi

´en revel

´o por medio de Jerem

´ıas el

destino de cuatro reyes jud´ıos. Acerca de Jehoacaz

(o Salum), un hijo del rey Jos´ıas, vaticin

´o que ser

´ıa

llevado en cautividad y que nunca m´as volver

´ıa a

Jud´a (Jer. 22:11, 12). Y as

´ı fue (2 Rey. 23:31-34).

De su sucesor, Jehoiaquim, dijo que ser´ıa enterrado

“con el entierro de un asno” (Jer. 22:18, 19; 36:30).

Aunque la Biblia no aclara c´

omo muri´

o o qu´e se

hizo con su cad´aver, s

´ı cuenta que su hijo Joaqu

´ın

lo sucedi´

o durante el asedio. Jerem´ıas predijo que

Joaqu´ın (llamado tambi

´en Con

´ıas y Jecon

´ıas) parti-

r´ıa al exilio en Babilonia y all

´ı morir

´ıa (Jer. 22:24-27;

24:1). Y as´ı sucedi

´o. ¿Qu

´e ser

´ıa del

´ultimo rey, Sede-

qu´ıas? Jerem

´ıas anunci

´o que Jehov

´a lo entregar

´ıa en

manos de sus enemigos, quienes no tendr´ıan compa-

si´

on de´el (Jer. 21:1-10). Efectivamente, los enemigos

lo apresaron, degollaron a sus hijos en su presencia,

10. ¿Qu´e predijo Jehov

´a acerca de cuatro reyes jud

´ıos?

“Jehov´

a ha hecho lo que ten´ıa pensado” 209

le sacaron los ojos y se lo llevaron a Babilonia, don-

de muri´

o (Jer. 52:8-11). S´ı, todas estas profec

´ıas se

cumplieron al pie de la letra.11 En el cap

´ıtulo 28 de Jerem

´ıas leemos que duran-

te el mandato de Sedequ´ıas, el falso profeta Hana-

n´ıas contradijo lo que Jehov

´a hab

´ıa declarado por

boca de Jerem´ıas, a saber, que Babilonia someter

´ıa

a Jerusal´en. Pasando por alto la palabra divina, afir-

o que el yugo de esclavitud que Nabucodonosor

impondr´ıa a Jud

´a y otras naciones ser

´ıa quebrado.

Por direcci´

on de Jehov´a, Jerem

´ıas expuso la menti-

ra de Hanan´ıas, reiter

´o que muchas naciones ten-

dr´ıan que servir a los babilonios y anunci

´o la muer-

te del falso profeta ese a˜

no. Y fue as´ı (l

´ease Jerem

´ıas

28:10-17).12 Por supuesto, el blanco principal del mensaje

prof´etico de Jerem

´ıas fue la ca

´ıda de Jerusal

´en. Vez

tras vez, el profeta advirti´

o que la ciudad ser´ıa de-

molida si los jud´ıos no se arrepent

´ıan de su idola-

tr´ıa, injusticia y violencia (Jer. 4:1; 16:18; 19:3-5, 15).

11. ¿Qui´en fue Hanan

´ıas, y qu

´e predijo Jehov

´a sobre

´el?

12. ¿C´omo reaccion

´o la mayor

´ıa de los contempor

´aneos de Jerem

´ıas a su

principal mensaje prof´etico?

210 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

Muchos cre´ıan que Jehov

´a jam

´as har

´ıa algo as

´ı.

Su templo estaba all´ı. ¿C

´omo iba a permitir que des-

truyeran aquel lugar sagrado? ¡Ni pensarlo! Pero

Jehov´a no miente. Cumpli

´o lo que ten

´ıa pensado

(Jer. 52:12-14).13 El pueblo de Dios se halla hoy en una situa-

ci´

on parecida a la de los fieles contempor´aneos

de Jerem´ıas. Sabemos que Jehov

´a pronto traer

´a la

ruina sobre los que desoyen sus advertencias; sin

embargo, podemos extraer´animo de sus promesas

prof´eticas, como hicieron aquellos jud

´ıos que apoya-

ron el culto verdadero. Por la fidelidad de los re-

cabitas a Jehov´a y a los mandatos de su padre,

Dios dijo que sobrevivir´ıan a la ca

´ıda de Jerusa-

l´en. Y fue cierto. La posterior menci

´on de “Malkiya

hijo de Recab”, quien colabor´

o en la reconstrucci´

on

de Jerusal´en durante el mandato del gobernador

Nehem´ıas, puede ser prueba de ello (Neh. 3:14; Jer.

35:18, 19). Jehov´a tambi

´en asegur

´o que proteger

´ıa

Ebed-m´elec por haber confiado en

´el y haber

13. a) ¿En qu´e se parecen nuestros tiempos a los de Jerem

´ıas? b) ¿Qu

´e

inter´es tienen para nosotros las promesas que Dios les hizo a algunos con-

tempor´aneos de Jerem

´ıas?

“Jehov´

a ha hecho lo que ten´ıa pensado” 211

ayudado a Jerem´ıas (Jer. 38:11-13; 39:15-18). Igual-

mente, prometi´

o a Baruc, compa˜

nero de Jerem´ıas,

darle su “alma como despojo” (Jer. 45:1, 5). ¿Qu´e

concluimos de la realizaci´

on de todas estas profe-

c´ıas? ¿Qu

´e har

´a Jehov

´a por nosotros si le somos fie-

les? (L´

ease 2 Pedro 2:9.)

¿C´

omo se beneficiaron´

Ebed-m´

elec, Baruc y los recabitasde la infalibilidad de las profec

´ıas de Dios? ¿Qu

´e emociones

despiertan en usted tales profec´ıas?

PROFEC´IAS QUE SE CUMPLIERON DESPU

´ES

14 Dios predijo que Nabucodonosor no solo con-

quistar´ıa Jud

´a, sino tambi

´en Egipto (Jer. 25:17-19).

Aquello debi´

o de parecer muy improbable, pues

Egipto era entonces una naci´

on poderosa que inclu-

so dominaba Jud´a (2 Rey. 23:29-35). Tras la ca

´ıda de

Jerusal´en, un resto de jud

´ıos se propuso dejar su

tierra y buscar amparo en Egipto. Sus planes con-

trariaban la voluntad divina, pues Jehov´a les hab

´ıa

advertido que no se fueran y les hab´ıa prometido

bendecirlos si se quedaban en Jud´a. Por otro lado,

si hu´ıan a Egipto, la espada que tanto tem

´ıan los al-

14. ¿Qu´e ten

´ıa de extraordinario la profec

´ıa de Dios sobre Babilonia?

212 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

canzar´ıa all

´ı y morir

´ıan (Jer. 42:10-16; 44:30). Los es-

critos de Jerem´ıas no nos dicen si

´el presenci

´o la in-

vasi´

on babilonia de Egipto, pero de lo que no cabe

la menor duda es de que el cumplimiento de las

profec´ıas de Jehov

´a alcanz

´o a los israelitas refu-

giados cuando los caldeos conquistaron Egipto a

principios del siglo VI antes de nuestra era (Jer. 43:8-

13).15 Jerem

´ıas tambi

´en pronostic

´o el fin de la naci

´on

que conquistar´ıa Egipto, la propia Babilonia. Con

un siglo de antelaci´

on predijo certeramente que Ba-

bilonia caer´ıa de manera repentina. ¿C

´omo? Sus

aguas protectoras se ‘secar´ıan’ y sus valientes cesa-

r´ıan de pelear (Jer. 50:38; 51:30). Dichas profec

´ıas se

verificaron hasta el´

ultimo detalle cuando los medos

y los persas desviaron las aguas del´

Eufrates, vadea-

ron la corriente y penetraron en la ciudad, toman-

do a los babilonios por sorpresa. Otro aspecto igual-

mente significativo es que la ciudad se convertir´ıa

en un terreno est´eril o yermo (Jer. 50:39; 51:26).

15, 16. ¿C´omo se llev

´o a cabo la palabra de Dios sobre la liberaci

´on de su

pueblo?

“Jehov´

a ha hecho lo que ten´ıa pensado” 213

La desolaci´

on en la que hoy se halla la otrora po-

derosa Babilonia testifica la exactitud de la profec´ıa

divina.16 Jehov

´a declar

´o mediante Jerem

´ıas que los jud

´ıos

servir´ıan a los babilonios setenta a

˜nos, despu

´es de

lo cual los har´ıa volver a su pa

´ıs (l

´eanse Jerem

´ıas

25:8-11 y 29:10). Daniel confiaba plenamente en aque-

lla profec´ıa y se vali

´o de ella para calcular cu

´ando

terminar´ıan “las devastaciones de Jerusal

´en” (Dan.

9:2). “Para que se realizara la palabra de Jehov´a pro-

cedente de la boca de Jerem´ıas —dijo Esdras—,

Jehov´a despert

´o el esp

´ıritu de Ciro el rey de Persia”,

conquistador de Babilonia, a fin de devolver a los

jud´ıos a su patria (Esd. 1:1-4). Ahora, los retorna-

dos podr´ıan dar gritos de j

´ubilo por la paz de su

tierra y restaurar la adoraci´

on pura, como predijo

Jerem´ıas (Jer. 30:8-10; 31:3, 11, 12; 32:37).

17 Jerem´ıas tambi

´en puso por escrito profec

´ıas que

se realizar´ıan mucho tiempo despu

´es. Dijo: “Esto es

lo que ha dicho Jehov´a: ‘En Ram

´a se est

´a oyendo

17. Explique c´omo las palabras de Jerem

´ıas sobre el “llanto” en Ram

´a po-

dr´ıan aludir a dos ocasiones distintas.

214 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

una voz, lamentaci´

on y llanto amargo; Raquel que

llora a sus hijos. Ha rehusado ser consolada acerca

de sus hijos, porque ya no son’ ” (Jer. 31:15). Al pa-

recer, los jud´ıos cautivos fueron llevados a la ciu-

dad de Ram´a, a unos ocho kil

´ometros (cinco millas)

al norte de Jerusal´en, despu

´es de la desolaci

´on de la

ciudad santa en 607. Es probable que algunos hasta

fueran ejecutados all´ı. Esto habr

´ıa marcado el cum-

plimiento inicial de la profec´ıa, como si Raquel

llorara la p´erdida de sus “hijos”. Por otro lado, m

´as

de seis siglos despu´es, el rey Herodes mand

´o matar

a los ni˜

nitos que viv´ıan en Bel

´en. El evangelista Ma-

teo explic´

o que las palabras de Jerem´ıas anunciaron

el amargo lamento por aquella matanza (Mat. 2:16-

18).18 Otra profec

´ıa de Jerem

´ıas que se hizo realidad

en el siglo primero fue la de que Edom estar´ıa en-

tre las naciones invadidas por Babilonia (Jer. 25:15-

17, 21; 27:1-7). Pero la palabra divina fue m´as all

´a.

Edom llegar´ıa a ser como Sodoma y Gomorra. Sa-

bemos lo que eso significaba: quedar´ıa desolada

18. ¿De qu´e manera se cumpli

´o la profec

´ıa de Dios sobre Edom?

“Jehov´

a ha hecho lo que ten´ıa pensado” 215

para siempre, borrada de la existencia (Jer. 49:7-10,

17, 18). Y as´ı fue. ¿D

´onde hallamos el nombre Edom

hoy d´ıa? ¿En los mapas modernos? No. Las palabras

Edom y edomitas aparecen principalmente en los li-

bros de historia antigua o historia b´ıblica, o en los

mapas que representan la´epoca. Seg

´un Flavio Jose-

fo, los edomitas fueron forzados a aceptar el juda´ıs-

mo en el siglo II antes de nuestra era; y cuando

Jerusal´en fue destruida en el a

˜no 70 de nuestra

era, desaparecieron como un pueblo con identidad

propia.19 Como hemos notado, el libro de Jerem

´ıas pre-

senta, cap´ıtulo a cap

´ıtulo, profec

´ıas relativas a indi-

viduos y naciones. La mayor´ıa ya se han verificado.

Esto de por s´ı hace que merezca nuestro estudio y

atenci´

on, pues nos confirma algo sobre nuestro gran

Dios, Jehov´a:

´el hizo lo que ten

´ıa pensado y lo vol-

ver´a a hacer (l

´ease Isa

´ıas 46:9-11). Lo anterior nos re-

fuerza la confianza en las predicciones contenidas

en la Biblia. De hecho, algunas de las profec´ıas de

19. ¿Qu´e revela el libro de Jerem

´ıas sobre el poder de Dios para llevar a

t´ermino sus profec

´ıas?

216 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

Jerem´ıas tienen cumplimientos que nos afectan di-

rectamente a nosotros y a nuestro futuro. Veamos

algunas de ellas en los p´arrafos finales.

Mencione algunas profec´ıas que se cumplieron despu

´es de la

muerte de Jerem´ıas. ¿Qu

´e importancia tienen para usted?

PROFEC´IAS QUE NOS INCUMBEN

20 Las profec´ıas b

´ıblicas pueden tener m

´as de un

cumplimiento. Tomemos como ejemplo la respuesta

de Jes´

us a la pregunta que le hicieron sus disc´ıpu-

los sobre la se˜

nal de su “presencia y de la conclu-

si´

on del sistema de cosas” (Mat. 24:3). Aunque esta

profec´ıa tuvo un cumplimiento entre los a

˜nos 66

y 70, es obvio que en ciertos aspectos se cumplir´a

tambi´en durante la “gran tribulaci

´on” que le sobre-

vendr´a al inicuo orden de cosas actual, tribulaci

´on

“como la cual no ha sucedido una desde el princi-

pio del mundo hasta ahora, no, ni volver´a a suce-

der” (Mat. 24:21). Las profec´ıas de Jerem

´ıas con-

tienen paralelismos similares. Algunas tuvieron un

cumplimiento inicial en 607 antes de nuestra era y

20-22. ¿Por qu´e decimos que las profec

´ıas b

´ıblicas, incluidas algunas de

Jerem´ıas, tienen m

´as de un cumplimiento? D

´e ejemplos.

“Jehov´

a ha hecho lo que ten´ıa pensado” 217

uno secundario mucho despu´es, como el anuncio

de que ‘Raquel llorar´ıa a sus hijos’ (Jer. 31:15).

De hecho, varias se refieren a nuestros tiempos, y

su cumplimiento nos ata˜

ne personalmente.21 As

´ı se desprende del libro de Revelaci

´on. Bajo

inspiraci´

on, el ap´

ostol Juan aludi´

o a las profec´ıas de

Jerem´ıas sobre el fin de Babilonia en 539. Encontra-

mos en Revelaci´

on paralelismos entre aquel suceso

y lo que est´a por ocurrir a mayor escala. Entre las

profec´ıas de Jerem

´ıas que ya se han cumplido figu-

ra la de la ca´ıda de un gran imperio: el imperio mun-

dial de la religi´

on falsa, “Babilonia la Grande” (Rev.

14:8; 17:1, 2, 5; Jer. 50:2; 51:8). El pueblo de Dios

tendr´ıa que ‘salir de ella’ para no correr su misma

suerte (Rev. 18:2, 4; Jer. 51:6). Las aguas de aquella

ciudad, s´ımbolo de sus devotos, ‘se secar

´ıan’ (Jer.

51:36; Rev. 16:12).22 Todav

´ıa queda por cumplirse en nuestro tiempo

la promesa de que Jehov´a ejecutar

´a venganza sobre

la religi´

on falsa por maltratar a su pueblo, ‘pag´an-

dole conforme a todo lo que ha hecho’ (Jer. 50:29;

51:9; Rev. 18:6). Y las tierras simb´

olicas de la reli-

218 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

gi´

on falsa tienen que quedarse desiertas (Jer. 50:39,

40).23 A estas alturas habremos notado que las profe-

c´ıas de Jerem

´ıas tambi

´en tienen un tono optimista.

´El predijo la restauraci

´on de la adoraci

´on verdade-

ra en la Tierra para nuestros tiempos. La liberaci´

on

de los jud´ıos cautivos de la antigua ciudad de Babi-

lonia corresponde hoy a la liberaci´

on del pueblo de

Dios de la servidumbre a Babilonia la Grande tras

el establecimiento del Reino en el cielo. En sentido

espiritual, Jehov´a restaur

´o la adoraci

´on pura entre

su pueblo, lo que constituye un motivo de inmensa

gratitud y j´

ubilo. Desde entonces, ha bendecido sus

esfuerzos por ayudar a otras personas para que lo

adoren y est´en bien nutridas espiritualmente (l

´ease

Jerem´ıas 30:18, 19). Asimismo, sabemos por experien-

cia propia que Jehov´a ha mantenido su promesa de

levantarle a su pueblo pastores, hombres espiritual-

mente maduros que de verdad cuidan y protegen al

reba˜

no (Jer. 3:15; 23:3, 4).

23. ¿Qu´e restauraci

´on espiritual, predicha por Jerem

´ıas, tuvo lugar en el

siglo XX?

“Jehov´

a ha hecho lo que ten´ıa pensado” 219

24 Las palabras de Jerem´ıas dirigidas al antiguo

pueblo de Dios equilibraban una promesa de cosas

mejores para los fieles con un aviso de destrucci´

on

para los que descuidaran su relaci´

on con Jehov´a.

Lo mismo sucede hoy d´ıa. Dif

´ıcilmente podemos pa-

sar por alto la urgencia que entra˜

nan estas palabras:

“Los muertos por Jehov´a ciertamente llegar

´an a

estar en aquel d´ıa desde un extremo de la tierra has-

ta el mism´ısimo otro extremo de la tierra. No ser

´an

pla˜

nidos, ni ser´an recogidos ni enterrados. Queda-

r´an como esti

´ercol sobre la superficie del suelo”

(Jer. 25:33).25 Nuestros tiempos son tan dif

´ıciles como los de

Jerem´ıas. Y hoy, como entonces, la reacci

´on de la

gente al mensaje de Jehov´a significa vida o muerte.

Los siervos de Dios no somos profetas ni se nos ha

inspirado para a˜

nadir ni una letra a las palabras

infalibles de Jehov´a consignadas en la Biblia; pero

s´ı hemos sido comisionados para predicar las bue-

nas nuevas del Reino todos los d´ıas hasta la conclu-

24. ¿Qu´e impactantes palabras de Jerem

´ıas tienen todav

´ıa que cumplirse?

25. ¿Qu´e deber tiene hoy el pueblo de Dios?

220 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

si´

on del sistema de cosas (Mat. 28:19, 20). De nin-

un modo queremos ‘hurtar las palabras de Jehov´a’

escondiendo de la gente lo que est´a por suceder

(l´

ease Jerem´ıas 23:30). Por nada del mundo les resta-

remos fuerza y efecto a sus palabras. Muchas profe-

c´ıas que Dios hizo por medio de Jerem

´ıas ya se han

cumplido, por lo que estamos seguros de que las

que faltan por realizarse merecen total confianza.

Tenemos que decir a la gente que ‘lo que Dios tiene

pensado y lo que orden´

o desde los d´ıas de mucho

tiempo atr´as’ se cumplir

´a inexorablemente (Lam.

2:17).26 Cualquier an

´alisis de la actividad y mensaje pro-

f´eticos de Jerem

´ıas quedar

´ıa incompleto si pas

´ara-

mos por alto la magn´ıfica promesa de Jehov

´a de ce-

lebrar “un nuevo pacto” con su pueblo, uno cuyas

leyes´el escribir

´ıa en sus corazones (Jer. 31:31-33).

Esta profec´ıa y su cumplimiento, que nos incumben

directamente, son el tema del siguiente cap´ıtulo.

26. ¿Qu´e profec

´ıa nos queda por analizar?

¿Qu´

e profec´ıas del libro de Jerem

´ıas se han cumplido en

la actualidad? ¿Qu´

e cree de las que faltan por realizarse?

“Jehov´

a ha hecho lo que ten´ıa pensado” 221

JEHOV´

A le encarg´

o a Jerem´ıas una misi

´on doble que

consist´ıa, por una parte, en ‘desarraigar, demoler, des-

truir y derruir’, y, por otra, en ‘edificar y plantar’.

El profeta acometi´

o la primera parte publicando la

maldad de los soberbios jud´ıos y declarando el juicio

divino contra ellos y contra Babilonia. Por otro lado,

sus profec´ıas tambi

´en llevaron un mensaje de esperan-

za, pues predijeron que Dios edificar´ıa lo que se ha-

b´ıa propuesto edificar y plantar

´ıa lo que se hab

´ıa

propuesto plantar. Por ejemplo, al proclamar la res-

tauraci´

on de los jud´ıos a su tierra natal, estaba cum-

pliendo con la segunda parte de su comisi´

on (Jer. 1:10;

30:17, 18).2 El hecho de que Jerem

´ıas proclamara la restaura-

ci´

on del pueblo jud´ıo no implicaba que Dios iba a

mimarlo o a rebajar sus normas de justicia. De ningu-

1. ¿Qu´e misi

´on doble realiz

´o Jerem

´ıas?

2. ¿Por qu´e castig

´o Jehov

´a a su pueblo, y hasta qu

´e grado?

CAP´ITULO 14

BENEFICIOSDEL NUEVO PACTO

222 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

na manera: Jehov´a ejecutar

´ıa juicio contra los rebel-

des jud´ıos (l

´ease Jerem

´ıas 16:17, 18). En esa

´epoca

no hab´ıa mucha gente en Jerusal

´en que ‘hiciera justi-

cia’ o ‘buscara fidelidad’, lo que hab´ıa agotado la pa-

ciencia divina. “Me he cansado de sentir pesar”, dijo

Jehov´a (Jer. 5:1; 15:6, 7). Aquellos jud

´ıos hab

´ıan “re-

gresado a los errores de sus antepasados, los primeros,

que rehusaron obedecer” las palabras de Jehov´a, y lo

hab´ıan encolerizado por su relaci

´on ad

´ultera con dio-

ses falsos (Jer. 11:10; 34:18). Jehov´a iba a corregir a su

pueblo, a castigarlo “hasta el grado debido”, a ver si

alguien reflexionaba y regresaba a´el (Jer. 30:11; 46:28).

3 Dios utiliz´

o a Jerem´ıas para predecir algo que ten-

dr´ıa beneficios mucho m

´as amplios y duraderos: un

nuevo pacto o alianza. Al estudiar sus escritos prof´e-

ticos, nos damos cuenta de las m´

ultiples razones que

tenemos para prestar atenci´

on a este prometedor ele-

mento. El nuevo pacto iba a sustituir al celebrado con

Israel despu´es del

´exodo de Egipto, cuyo mediador fue

Mois´es (l

´ease Jerem

´ıas 31:31, 32). Nuestro inter

´es au-

menta cuando vemos que Jesucristo hizo referencia a

3. ¿Por qu´e debe interesarnos la profec

´ıa del nuevo pacto?

Beneficios del nuevo pacto 223

este nuevo pacto al instituir la Cena del Se˜

nor (Luc.

22:20). Adem´as, el ap

´ostol Pablo habl

´o de

´el en la

carta a los Hebreos citando del profeta Jerem´ıas y

subray´

o su relevancia (Heb. 8:7-9). Pero ¿qu´e es el

nuevo pacto? ¿Por qu´e fue necesario? ¿Qui

´enes parti-

cipan en´el, y c

´omo nos beneficia personalmente? Vea-

mos.

¿POR QU´

E EL NUEVO PACTO?

4 Para comprender el significado del nuevo pacto,

primero tenemos que entender el prop´

osito del anti-

guo, es decir, del pacto de la Ley. Este brindar´ıa mu-

chas ventajas a la naci´

on que esperaba la Descenden-

cia prometida, quien ser´ıa el medio por el cual se

bendecir´ıan infinidad de personas (G

´en. 22:17, 18).

Al aceptar el pacto de la Ley, los israelitas se convir-

tieron en “propiedad especial” de Dios. Bajo sus t´er-

minos, la tribu de Lev´ı proporcionar

´ıa los sacerdotes.

Cuando Jehov´a sell

´o el pacto nacional con Israel en el

monte Sina´ı, mencion

´o “un reino de sacerdotes y una

naci´

on santa”, pero no defini´

o cu´ando ni por qu

´e me-

dios llegar´ıa a existir (

´Exo. 19:5-8). Mientras tanto,

4. ¿Qu´e logr

´o el pacto de la Ley?

224 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

aquel pacto dej´

o claro que los israelitas no pod´ıan

obedecer todos los aspectos de la Ley, o sea, puso de

manifiesto sus pecados. Por lo tanto, ten´ıan que ofre-

cer sacrificios peri´

odicos para obtener el perd´

on. Era

obvio, pues, que se necesitaba algo mejor: un sacrifi-

cio perfecto que no tuviera que repetirse. Era preciso

que el perd´

on de pecados fuera duradero (G´al. 3:19-

22).5 Ya podemos vislumbrar por qu

´e, incluso estando

en vigor el pacto de la Ley, Dios impuls´

o a Jerem´ıas a

profetizar acerca de otro pacto: el nuevo pacto. Aho-

ra bien, por su amor y bondad, Jehov´a quiso ofrecer

ayuda permanente a m´as de una naci

´on. Mediante Je-

rem´ıas, dijo sobre los que estar

´ıan incluidos en la fu-

tura alianza: “Perdonar´e su error, y no me acordar

´e

m´as de su pecado” (Jer. 31:34). Aunque aquella pro-

mesa se hizo en el pasado, ofrece un maravilloso por-

venir a toda la humanidad. ¿C´

omo?6 A

´un somos imperfectos, y con frecuencia nos da-

mos cuenta de esta cruda realidad. Sirvan de muestra

5. ¿Por qu´e anunci

´o Jehov

´a que habr

´ıa un nuevo pacto?

6, 7. a) ¿C´omo se sienten algunos por sus pecados? b) ¿Por qu

´e nos ani-

mar´a el an

´alisis del nuevo pacto?

Beneficios del nuevo pacto 225

las palabras de un hermano que luchaba contra una

falta seria: “Cuando volv´ıa a caer, me sent

´ıa fatal.

Pensaba que nunca podr´ıa pagar por lo que hab

´ıa

hecho. Me costaba much´ısimo orar. Empezaba dicien-

do: ‘Jehov´a, no s

´e si vas a o

´ır esta oraci

´on, pero...’ ”.

Algunos que han sufrido una reca´ıda o han cometido

un pecado han sentido como si “una masa de nubes”

estuviera obstaculizando sus oraciones (Lam. 3:44).

Otros se han visto acosados por los recuerdos de males

cometidos, incluso a˜

nos despu´es del incidente. Hasta

cristianos ejemplares tal vez digan cosas que luego la-

menten (Sant. 3:5-10).7 Nadie debe pensar que nunca va a caer en un mal

proceder (1 Cor. 10:12). Inclusive el ap´

ostol Pablo

reconoci´

o que comet´ıa errores (l

´ease Romanos 7:21-25).

Es entonces cuando debe venirnos a la mente el nue-

vo pacto. Un aspecto esencial de este ser´ıa que Dios

no recordar´ıa los pecados. ¡Qu

´e beneficio tan singular!

El propio Jerem´ıas debi

´o de sentirse emocionado, y

nosotros tambi´en podemos sentirnos igual si aprende-

mos m´as sobre el nuevo pacto y sus beneficios.

¿Por qu´

e instituy´

o Dios un nuevo pacto?

226 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

¿QU´

E ES EL NUEVO PACTO?8 A medida que conocemos mejor a Jehov

´a, percibi-

mos cada vez m´as lo bueno y misericordioso que es

con la humanidad imperfecta (Sal. 103:13, 14). Con el

anuncio del nuevo pacto, Jerem´ıas destac

´o que Jeho-

v´a ‘perdonar

´ıa el error’ y no recordar

´ıa m

´as el pecado

(Jer. 31:34). “¿C´

omo lo har´a?”, quiz

´as se haya pregun-

tado el profeta. Al o´ır la palabra pacto, Jerem

´ıas pod

´ıa

al menos deducir que Dios establecer´ıa un acuerdo o

contrato con los seres humanos, mediante el cual, de

alguna manera, llevar´ıa a cabo lo que le hab

´ıa inspira-

do a escribir, incluido el perd´

on. Eso s´ı, no se sabr

´ıan

m´as detalles hasta que Jehov

´a hiciera mayores revela-

ciones sobre su prop´

osito y lo que har´ıa el Mes

´ıas.

9 Tal vez hayamos visto a padres que miman a sus

hijos y no los disciplinan. ¿Esperar´ıamos que Jehov

´a

actuara igual? En absoluto. Y eso se ve claro por la

manera como entr´

o en vigor el nuevo pacto. En vez de

borrar los pecados de un plumazo, Dios escrupulosa-

mente se ajust´

o a su norma de justicia y, a pesar del

elevado precio, suministr´

o el fundamento legal para el

8, 9. ¿Cu´al fue el precio que pag

´o Jehov

´a para hacer posible el perd

´on de

los pecados?

Beneficios del nuevo pacto 227

perd´

on de pecados. Lo podemos comprender mejor si

nos fijamos en lo que escribi´

o el ap´

ostol Pablo (l´

ease

Hebreos 9:15, 22, 28).´

El mencion´

o “la liberaci´

on [...] por

rescate” y dijo que “a menos que se derrame sangre

no se efect´

ua ning´

un perd´

on”. En el caso del nuevo

pacto, no se trataba de la sangre de toros o machos ca-

br´ıos que se ofrec

´ıa por mandato de la Ley. El nuevo

pacto se valid´

o con la sangre de Jes´

us. Bas´andose en

este sacrificio perfecto, Jehov´a pod

´ıa ‘perdonar el

error y el pecado’ para siempre (Hech. 2:38; 3:19). Pero

¿qui´enes entrar

´ıan en este nuevo pacto y obtendr

´ıan el

perd´

on? No la naci´

on jud´ıa. Jes

´us dijo que Dios recha-

zar´ıa a los jud

´ıos, que ofrec

´ıan sacrificios animales se-

un la Ley, y pactar´ıa con otra naci

´on (Mat. 21:43;

Hech. 3:13-15). Aquella naci´

on result´

o ser “el Israel de

Dios”, compuesto de cristianos ungidos con esp´ıritu

santo. Sencillamente, el pacto de la Ley implic´

o a Dios

y al Israel natural, mientras que el nuevo pacto se es-

tablece entre Jehov´a y el Israel espiritual, con Jes

´us de

Mediador (G´al. 6:16; Rom. 9:6).

10 Jerem´ıas llam

´o apropiadamente al futuro Mes

´ıas

10. a) ¿Qui´en es el “brote” de David? b) ¿C

´omo nos beneficia lo que hizo

el “brote”?

228 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

el “brote” de David. Mientras Jerem´ıas serv

´ıa de pro-

feta, el´arbol geneal

´ogico de David todav

´ıa estaba cor-

tado; sin embargo, su toc´

on no estaba muerto. Al de-

bido tiempo, Jes´

us nacer´ıa en el seno de una familia

del linaje real de David y se le llamar´ıa “Jehov

´a Es

Nuestra Justicia”, destacando as´ı el profundo inter

´es

de Dios en dicha cualidad (l´

ease Jerem´ıas 23:5, 6). Jeho-

v´a permiti

´o que su Hijo unig

´enito sufriera y muriera

en la Tierra; ahora, en armon´ıa con la justicia, pod

´ıa

aplicar el valor del sacrificio del “brote” de David

como base para el perd´

on (Jer. 33:15). Esto allan´

o el

camino para que algunos seres humanos fueran decla-

rados “justos para vida” y ungidos con esp´ıritu santo

a fin de ser incluidos en el nuevo pacto. Otra prueba

m´as del inter

´es divino en la justicia es que incluso

aquellos que no participan directamente en este pac-

to pueden beneficiarse de´el, como veremos a conti-

nuaci´

on (Rom. 5:18).11 ¿Qu

´e otras caracter

´ısticas distintivas tiene el nue-

vo pacto? Una diferencia fundamental entre este y el

de la Ley mosaica es el material sobre el que fueron

11. a) ¿Sobre qu´e se escribe la ley del nuevo pacto? b) ¿Por qu

´e les inte-

resa a las “otras ovejas” la ley del nuevo pacto?

Beneficios del nuevo pacto 229

escritos (l´

ease Jerem´ıas 31:33). Los Diez Mandamientos

del pacto de la Ley fueron escritos en tablas de piedra,

que finalmente desaparecieron. Por otro lado, Jere-

m´ıas profetiz

´o que la ley del nuevo pacto se escribir

´ıa

en corazones humanos y no tendr´ıa fin. Los cristianos

ungidos, participantes de este nuevo pacto, valoran

much´ısimo esta ley. ¿Y c

´omo la ven quienes no est

´an

directamente implicados en el nuevo pacto, las “otras

ovejas”, que tienen la esperanza de vivir para siempre

en la Tierra? (Juan 10:16.) Estos tambi´en se deleitan

en la ley de Dios. En cierto sentido son como los resi-

dentes forasteros de Israel, quienes aceptaron la Ley

de Mois´es y se beneficiaron de ella (Lev. 24:22; N

´um.

15:15).12 ¿C

´omo responder

´ıamos si se nos preguntara qu

´e

es esta ley inscrita en el coraz´

on de los cristianos un-

gidos? A esta ley tambi´en se la llama “la ley del Cris-

to”, y fue dada primero a los israelitas espirituales, los

que est´an en el nuevo pacto (G

´al. 6:2; Rom. 2:28, 29).

Esta ley se puede sintetizar en una palabra: amor

(Mat. 22:36-39). ¿C´

omo se graba en el coraz´

on de los

12, 13. a) ¿Qu´e es la ley del nuevo pacto? b) Bajo “la ley del Cristo”, ¿por

qu´e no nos sentimos coaccionados para servir a Dios?

230 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

ungidos? Principalmente mediante la oraci´

on y el es-

tudio de la Palabra de Dios. Por lo tanto, estos aspec-

tos de la adoraci´

on verdadera deben ser un h´abito

diario de todos los cristianos, incluso de los que no in-

tervienen en el nuevo pacto pero quieren beneficiarse

de´el.

13 “La ley del Cristo” tambi´en es denominada “la ley

perfecta que pertenece a la libertad” y “la ley de un

pueblo libre” (Sant. 1:25; 2:12). Muchos nacieron bajo

la Ley de Mois´es, pero nadie nace bajo el nuevo pacto

o bajo la ley de Cristo. Quienes se sujetan a la ley de

Cristo no sirven a Dios por coacci´

on; m´as bien, se ale-

gran de saber que la ley de Dios puede ser grabada en

su coraz´

on y que los eternos beneficios del pacto pro-

fetizado por Jerem´ıas est

´an al alcance de toda la hu-

manidad.

¿C´

omo hizo posible Dios el perd´

on mediante el nuevo pacto?¿C

´omo aprendemos sobre la ley que se escribe en los corazones?

BENEFICIARIOS DEL NUEVO PACTO

14 Al saber que los 144.000 son una parte integrante

del nuevo pacto, hay quienes han pensado que ellos

14. ¿Qui´enes, obviamente, se benefician del nuevo pacto?

Beneficios del nuevo pacto 231

son los´

unicos beneficiarios. Tal vez lleguen a esa

conclusi´

on porque son solo los ungidos quienes han

de participar de los emblemas en la Conmemoraci´

on

anual de la muerte de Cristo, donde el vino represen-

ta la “sangre del pacto” (Mar. 14:24). No obstante,

recordemos que quienes entran en el nuevo pacto

son, junto con Jes´

us, la “descendencia” de Abrah´an,

mediante la cual se bendecir´an todas las naciones

(G´al. 3:8, 9, 29; G

´en. 12:3). Con el nuevo pacto, Jeho-

v´a cumplir

´a, de un modo u otro, su promesa de ben-

decir a toda la humanidad mediante la “descendencia”

de Abrah´an.

15 Jesucristo, la parte principal de la descendencia de

Abrah´an, sirve de Sumo Sacerdote y suministra el sa-

crificio perfecto que posibilita el perd´

on de los erro-

res y pecados (l´

ease Hebreos 2:17, 18). Con todo, Dios

hab´ıa predicho tiempo atr

´as la formaci

´on de “un reino

de sacerdotes y una naci´

on santa” (´

Exo. 19:6). En el Is-

rael natural, los sacerdotes pertenec´ıan a una tribu, y

los reyes, a otra. Entonces, ¿c´

omo surgir´ıa esta naci

´on

de reyes y sacerdotes? El ap´

ostol Pedro escribi´

o su

15. ¿Qu´e funci

´on se predijo que desempe

˜nar

´an los ungidos?

232 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

primera carta a quienes hab´ıan sido santificados por

el esp´ıritu (1 Ped. 1:1, 2). Los llam

´o “un sacerdocio

real, una naci´

on santa, un pueblo para posesi´

on espe-

cial” (1 Ped. 2:9). Bajo el nuevo pacto, los cristianos

ungidos servir´an de subsacerdotes. Pensemos en lo

que esto supone. Todos los d´ıas tenemos que luchar

contra la influencia del pecado, que a´

un ‘reina’. Pues

bien, como los subsacerdotes habr´an pasado por cir-

cunstancias semejantes a las nuestras, sabr´an c

´omo se

siente uno cuando comete errores y lo atenaza el sen-

timiento de culpa (Rom. 5:21). As´ı que junto con

Cristo, nos ayudar´an con compasi

´on a superar las ten-

dencias pecaminosas.16 En Revelaci

´on 7:9, 14 se ve a la “gran muchedum-

bre” que va “vestid[a] de largas ropas blancas”, s´ımbo-

lo de una posici´

on limpia ante Dios. Con el objetivo

de sobrevivir a “la gran tribulaci´

on”, esta multitud ya

est´a form

´andose; por lo tanto, sus integrantes obtie-

nen desde ahora cierto grado de justicia ante Jehov´a.

Se les declara justos como sus amigos (Rom. 4:2, 3;

Sant. 2:23). ¡Qu´e enorme beneficio! Si somos parte de

16. ¿Qu´e

´animo puede obtener de Revelaci

´on 7:9, 14 la “gran muchedum-

bre”?

Beneficios del nuevo pacto 233

la gran muchedumbre, tengamos la seguridad de que

Dios nos ayudar´a en la lucha por permanecer limpios

a sus ojos.17 ¿Qu

´e ocurre con los pecados de quienes tienen el

favor de Dios? Como se mencion´

o antes, Jehov´a dijo

por medio de Jerem´ıas: “Perdonar

´e su error, y no me

acordar´e m

´as de su pecado” (Jer. 31:34). Dios hace

esto con los ungidos en virtud del sacrificio de Jes´

us.

Igualmente, puede perdonar los pecados de la gran

muchedumbre gracias a la misma “sangre del pacto”.

El que Jerem´ıas dijera que Dios no ‘se acordar

´ıa’ m

´as

de los pecados no significa que perder´ıa la memoria y

ya no podr´ıa recordarlos. M

´as bien, indica que

´el echa

los pecados tras sus espaldas una vez que ha adminis-

trado la disciplina necesaria y ha perdonado al peca-

dor arrepentido. Pensemos en los pecados que come-

ti´

o el rey David relacionados con Bat-seba y Ur´ıas.

David recibi´

o disciplina y sufri´

o las consecuencias

(2 Sam. 11:4, 15, 27; 12:9-14; Isa. 38:17). Sin embar-

go, Dios no sigui´

o imput´andole sus pecados (l

´ease

2 Cr´

onicas 7:17, 18). Como se se˜

nala en el nuevo pac-

17. ¿En qu´e sentido no ‘se acuerda’ m

´as Jehov

´a de los pecados?

234 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

to, una vez que´el perdona los pecados mediante el sa-

crificio de Jes´

us, ya no los recuerda m´as (Eze. 18:21,

22).18 Por consiguiente, el nuevo pacto subraya una ma-

ravillosa cualidad de Jehov´a en sus tratos con los seres

humanos imperfectos, tanto los ungidos, que entran

en el pacto, como los que tienen una esperanza terres-

tre. Podemos confiar en que una vez que Jehov´a per-

dona nuestros pecados, ya no vuelve a sacarlos a co-

laci´

on. De modo que la promesa de Dios sobre el

nuevo pacto encierra una lecci´

on para cada uno de

nosotros. Debemos preguntarnos: “¿Procuro imitar a

Jehov´a no sacando a relucir los errores de los de-

m´as, ofensas que he dicho que ya he perdonado?”

(Mat. 6:14, 15). Esta ense˜

nanza se hace extensiva tan-

to a ofensas de poca monta como a asuntos muy

importantes, como el caso de que un c´

onyuge cris-

tiano haya cometido adulterio, que es un pecado. Si el

onyuge inocente decide aceptar el arrepentimiento

del culpable, no debe ‘acordarse m´as de su peca-

do’. Quiz´as no sea f

´acil echar los errores ajenos tras

18, 19. ¿Qu´e lecci

´on sobre el perd

´on encierra el nuevo pacto?

Beneficios del nuevo pacto 235

las espaldas, pero esta es una manera de imitar a Jeho-

v´a.�

19 Esta lecci´

on que se desprende del nuevo pacto es

tambi´en aplicable al caso de alguien que estuvo expul-

sado pero que se arrepinti´

o y fue readmitido en la con-

gregaci´

on. ¿C´

omo reaccionar´ıamos si tal persona nos

hubiera defraudado o difamado de alguna manera?

Ahora que vuelve a ser parte de la congregaci´

on,

¿c´

omo influir´a en nuestra manera de pensar y actuar

lo que dice Jerem´ıas 31:34? ¿La perdonaremos y no vol-

veremos a sacar a relucir su falta? (2 Cor. 2:6-8.) Eso

es algo que todos los que apreciamos el valor del nue-

vo pacto debemos poner en pr´actica.

� La disposici´

on de Dios a perdonar se ejemplific´

o en el trato que ledio Oseas a G

´omer. V

´eanse los comentarios sobre Oseas 2:14-16 que apa-

recen en Vivamos muy pendientes del d´ıa de Jehov

´a, p

´aginas 128 a 130.

BENDICIONES PRESENTES Y FUTURASDEL NUEVO PACTO

20 En los d´ıas de Jerem

´ıas, muchos jud

´ıos en reali-

dad dec´ıan: “Jehov

´a no har

´a bien, y no har

´a mal” (Sof.

20. ¿En qu´e se diferencia nuestra actitud de la de muchos jud

´ıos del tiem-

po de Jerem´ıas?

¿C´

omo podemos poner en pr´

actica la lecci´

onsobre el perd

´on que se desprende del nuevo pacto?

236 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

1:12). Aunque pose´ıan ciertos conocimientos de qui

´en

y c´

omo es Jehov´a, pensaban que

´el no iba a actuar y

que tampoco esperaba que ellos vivieran a la altura

de norma alguna. Nosotros, en cambio, sabemos que

nada escapa a los ojos de Dios; le tenemos un temor

reverente y de ning´

un modo queremos hacer nada

malo (Jer. 16:17). Al mismo tiempo, sabemos que

Jehov´a es un Padre benevolente, que ve nuestras bue-

nas obras, sea que otros se percaten de ellas o no

(2 Cr´

o. 16:9).21 Otro aspecto importante del nuevo pacto es el

siguiente: “Pondr´e mi ley dentro de ellos, y en su

coraz´

on la escribir´e. Y ciertamente llegar

´e a ser su

Dios [...]. Y ya no ense˜

nar´an cada uno a su compa

˜ne-

ro y cada uno a su hermano, diciendo: ‘¡Conozcan a

Jehov´a!’, porque todos ellos me conocer

´an” (Jer. 31:33,

34). Los ungidos que hoy viven en la Tierra han demos-

trado que tienen la ley de Dios en su interior. Aman

las verdades contenidas en ella en vez de confiar

en las doctrinas de los hombres y han transmitido

felices el conocimiento b´ıblico a quienes forman la

21, 22. ¿Por qu´e ya no hace falta que alguien nos inste a ‘conocer a Jeho-

v´a’?

Beneficios del nuevo pacto 237

gran muchedumbre. As´ı, estos que tienen la esperan-

za de vivir en la Tierra tambi´en han llegado a conocer

y amar a Jehov´a. Se someten voluntariamente a su di-

recci´

on y conf´ıan en sus promesas. De seguro usted es

uno de ellos, pues conoce bien a Dios y tiene una

relaci´

on personal con´el. ¿No es este otro gran bene-

ficio?22 ¿C

´omo ha fortalecido usted su relaci

´on con Jeho-

v´a? Sin duda, recuerda ocasiones en que vio contesta-

das sus oraciones; como resultado de tales experien-

cias, aument´

o su aprecio por la clase de Dios que es.

O quiz´as percibi

´o su ayuda cuando le vino a la mente

un pasaje b´ıblico que lo anim

´o a luchar contra la ad-

versidad. Pues bien, atesore tales vivencias. Si sigue es-

tudiando su Palabra, conocer´a mejor a Dios, lo cual lo

beneficiar´a indefinidamente.

23 Ligada al nuevo pacto viene, adem´as, otra ventaja

de la que podemos disfrutar ahora. Saber que Jehov´a

perdona seg´

un las reglas del nuevo pacto contribuir´a

a que nos libremos de los persistentes sentimientos de

culpa. Por ejemplo, una mujer que se practic´

o un abor-

23. ¿C´omo nos ayuda a librarnos de sentimientos inquietantes el conocer

a Jehov´a?

238 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

to antes de conocer las normas divinas pudiera sentir-

se abatida porque acab´

o con la vida de un nuevo

ser. Otros se sienten as´ı porque mataron gente en al-

un conflicto b´elico. El sacrificio redentor de Jes

´us

—esencial para el nuevo pacto— suministra la base

para el perd´

on de los que se arrepienten de verdad. As´ı

las cosas, ¿no deber´ıa esto convencernos de que si

Jehov´a nos ha perdonado, considera cerrado el caso?

No tenemos por qu´e seguir pensando en los pecados

que Jehov´a ha perdonado por completo.

24 Contamos con una descripci´

on gr´afica del perd

´on

de Dios en Jerem´ıas 31:20 ( l

´ease). Decenios antes de

nacer Jerem´ıas, Jehov

´a castig

´o a Israel, el reino del

norte —representado por Efra´ın, la m

´as importante

de sus diez tribus—, por su idolatr´ıa. Los israelitas

fueron desterrados; no obstante, Dios estaba muy uni-

do a ellos y les mostr´

o un gran cari˜

no. A´

un los amaba

como si fueran “un ni˜

no acariciado”, o predilecto.

Cuando pensaba en ellos, sus intestinos se ‘alborota-

ban’, en el sentido de que se conmov´ıa profundamen-

te. Este relato, que forma parte del contexto en el que

24. ¿Qu´e

´animo podemos obtener de Jerem

´ıas 31:20?

Beneficios del nuevo pacto 239

se presenta el nuevo pacto, se˜

nala lo magn´animo que

es Jehov´a con aquellos que se arrepienten de su mala

conducta.25 La promesa de Jehov

´a de perdonar los pecados

mediante el nuevo pacto se habr´a cumplido en toda

su extensi´

on al fin del Reinado Milenario de Cristo.

Jesucristo y los 144.000 subsacerdotes habr´an restau-

rado a la perfecci´

on a los seres humanos fieles. Quie-

nes superen la prueba final llegar´an a ser miembros

de pleno derecho de la familia universal de Jehov´a

(l´

ease Romanos 8:19-22). Por siglos, la humanidad se ha

quejado por la aplastante carga del pecado, pero en-

tonces “tendr´a la gloriosa libertad de los hijos de

Dios”, libertad del pecado y la muerte. Por lo tanto,

tenga la certeza de que usted puede obtener mediante

la amorosa disposici´

on del nuevo pacto abundantes

bendiciones presentes y futuras. Gracias al “brote” de

David, podr´a disfrutar de “justicia en la tierra” (Jer.

33:15).

25. ¿Qu´e razones tenemos para estar agradecidos a Jehov

´a por el nuevo

pacto?

¿C´

omo nos beneficia el nuevo pacto ahora y en el futuro?

240 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

“OIGAN la palabra de Jehov´a.” Esta exhortaci

´on re-

son´

o por las calles y plazas de Jerusal´en desde el

no 647. Y el profeta de Dios no desisti´

o de repe-

tirla ni siquiera cuando la ciudad fue destruida cua-

renta a˜

nos m´as tarde (Jer. 2:4; 42:15). El Alt

´ısimo

envi´

o profetas con el´animo de que los jud

´ıos escu-

charan Sus consejos y se arrepintieran. Como ya

se ha indicado, Jerem´ıas se distingui

´o entre aque-

llos portavoces divinos. El d´ıa que recibi

´o su comi-

si´

on, Dios le dijo: “Tienes que levantarte y hablarles

todo lo que yo mismo te mande. No te sobrecojas de

terror alguno” (Jer. 1:17). La empresa era ardua, y

Jerem´ıas padeci

´o f

´ısica y emocionalmente; con todo

y con eso, se sinti´

o impulsado a cumplir su misi´

on.

“Mi coraz´

on est´a alborotado dentro de m

´ı —expre-

o—. No puedo quedarme callado.” (Jer. 4:19.)

1. ¿Por qu´e no se quedaron callados Jerem

´ıas ni otros profetas de Jehov

´a?

CAP´ITULO 15

“NO PUEDOQUEDARME CALLADO”

“No puedo quedarme callado” 241

2 El modo como Jerem´ıas ejerci

´o su actividad pro-

f´etica fue un ejemplo para los futuros siervos de

Jehov´a (Sant. 5:10). Poco despu

´es del Pentecost

´es

del a˜

no 33 de nuestra era, las autoridades jud´ıas

arrestaron a los ap´

ostoles Pedro y Juan y les orde-

naron que dejaran de predicar. Ya conocemos su res-

puesta: “No podemos dejar de hablar de las cosas

que hemos visto y o´ıdo” (Hech. 4:19, 20). Despu

´es de

amenazarlos m´as severamente, los gobernantes los

soltaron. Y sabemos lo que pas´

o. Aquellos hombres

fieles no dejaron de hablar la palabra de Dios.3 ¿No percibimos ecos del fervor de Jerem

´ıas en

las palabras de Pedro y Juan recogidas en Hechos

4:20? Como ministros de Jehov´a Dios en estos de-

cisivos´

ultimos d´ıas, ¿verdad que compartimos la

misma determinaci´

on y nos resulta imposible ‘que-

darnos callados’? Veamos de qu´e forma podemos

conservar una fortaleza como la de Jerem´ıas para

seguir predicando las buenas nuevas en medio de

circunstancias cada vez m´as dif

´ıciles.

2, 3. a) ¿C´omo imitaron a Jerem

´ıas los disc

´ıpulos de Jes

´us? b) ¿Por qu

´e

debemos copiar nosotros el ejemplo de Jerem´ıas?

242 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

FIRME ANTE LA APAT´IA

4 No nos cabe la menor duda de que la promesa

de Dios de un futuro maravilloso bajo el gobierno

de su Hijo es la mejor noticia que podemos dar al

mundo. Sin embargo, muchas personas responden

igual que aquellos jud´ıos que dijeron a Jerem

´ıas:

“En cuanto a la palabra que nos has hablado en el

nombre de Jehov´a, no te estamos escuchando” (Jer.

29:19; 44:16). ¡Cu´antas veces oy

´o Jerem

´ıas esas pa-

labras! Tambi´en nosotros o

´ımos frecuentemente a

la gente decir: “No me interesa”. La apat´ıa genera-

lizada puede apagar el celo de los publicadores del

Reino. ¿Les ha pasado eso a algunos miembros de

su congregaci´

on, o quiz´as a usted mismo? De ser

as´ı, ¿qu

´e se puede hacer?

5 Examinemos c´

omo actu´

o Jerem´ıas ante la pro-

funda apat´ıa de Jud

´a. Al iniciar su carrera, Jehov

´a

le dej´

o ver un anticipo de Su venidera ira (l´

ease Je-

rem´ıas 4:23-26). El profeta comprendi

´o que la vida

de miles de personas depend´ıa de que oyeran el

4. ¿Qu´e actitud reinaba en la antigua Jerusal

´en?

5. a) ¿C´omo reaccion

´o Jerem

´ıas ante la apat

´ıa de la gente? b) ¿Por qu

´e

corren un grave peligro las personas indiferentes a las buenas nuevas?

“No puedo quedarme callado” 243

mensaje que´el portaba y obraran en consecuencia.

En id´entica situaci

´on se halla la gente hoy, inclui-

dos nuestros vecinos. Hablando del “d´ıa” en que

Dios juzgar´a a este mundo malvado, Jes

´us dijo:

“Vendr´a sobre todos los que moran sobre la haz

de toda la tierra. Mant´enganse despiertos, pues, en

todo tiempo haciendo ruego para que logren esca-

par de todas estas cosas que est´an destinadas a su-

ceder, y estar en pie delante del Hijo del hombre”

(Luc. 21:34-36). De estas palabras inferimos que

quienes rechazan las buenas nuevas corren un gra-

ve peligro.6 Por otra parte, las personas que se sacudan la

indiferencia y abracen la palabra de Jehov´a que

les llevamos recibir´an beneficios inestimables. Dios

nos ha abierto el camino para que escapemos de la

destrucci´

on y entremos en el nuevo mundo que ha

prometido. Las circunstancias actuales son pareci-

das a aquellas en las que Jerem´ıas ejerci

´o su minis-

terio prof´etico. Los habitantes de Jud

´a pod

´ıan esca-

6. ¿Por qu´e debemos seguir predicando, incluso a quienes muestran poco

inter´es?

244 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

par de la ruina que se cern´ıa sobre ellos (l

´ease Jere-

m´ıas 26:2, 3). Por eso, Jerem

´ıas pas

´o decenios ins-

t´andolos a ‘escuchar y volverse’ al Dios verdadero.

No sabemos cu´antos se arrepintieron y cambiaron

su vida gracias a su predicaci´

on; pero s´ı es cierto

que algunos lo hicieron, como lo han hecho multi-

tudes hoy d´ıa. A menudo o

´ımos de corazones que

en un tiempo fueron ap´aticos y ahora se han ablan-

dado gracias a que seguimos predicando las buenas

nuevas (v´ease el recuadro “La apat

´ıa se torna en in-

ter´es”, de la p

´agina 246). ¿No es esa raz

´on de m

´as

para seguir activos en esta obra de salvaci´

on?

¿Por qu´

e seguiremos predicando las buenas nuevas pesea la apat

´ıa?

LOS ENEMIGOS NO PUEDENHACERNOS DA

˜NO PERMANENTE

7 Un aspecto notable del ministerio de Jerem´ıas

es la frecuencia con que sus enemigos intentaron

acabar con´el y su obra. Los falsos profetas lo con-

tradijeron en p´

ublico (Jer. 14:13-16). Cuando anda-

ba por las calles de Jerusal´en, la gente lo insultaba

7. ¿C´omo intentaron destruir su obra prof

´etica los enemigos de Jerem

´ıas?

“No puedo quedarme callado” 245

246 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

En Nueva Zelanda, unos hermanos tocaron a lapuerta de cierta mujer que nunca hab

´ıa querido o

´ır

a los testigos de Jehov´a, pero ahora estaba interesa-

da en escucharlos. Resulta que esa misma semanahab

´ıa asistido al Sal

´on del Reino al funeral de la es-

posa de un compa˜

nero de trabajo de su marido. All´ı

observ´

o que muchos de los presentes consolaban alviudo; adem

´as, le pareci

´o muy l

´ogica la clara exposi-

ci´

on b´ıblica que oy

´o sobre el tema de la resurrecci

´on.

Su trabajo consist´ıa en capacitar a personal es-

pecializado en la atenci´

on de enfermos termina-les. Motivada por lo que hab

´ıa experimentado en

el funeral, hab´ıa animado a sus estudiantes a asis-

tir a uno cuando tuvieran la oportunidad. ¿Con qu´e

fin? Para que oyeran la explicaci´

on que dan los Tes-tigos sobre el verdadero estado de los muertos y lalinda esperanza que ofrecen para el futuro. Le pare-c

´ıa que los enfermeros podr

´ıan utilizar ambos temas

para animar a sus pacientes.Es obvio que el hecho de que alguien se haya mos-

trado indiferente por mucho tiempo no significaque Jehov

´a no pueda ‘darle un coraz

´on para que lo

conozca’ (Jer. 24:7). A´

un hay esperanza de que lagente ap

´atica de nuestro territorio acepte las buenas

nuevas.

LA APAT´IA SE TORNA EN INTER

´ES

y se re´ıa de

´el (Jer. 15:10). Algunos de sus oponen-

tes tramaron otras maneras de desprestigiarlo (Jer.

18:18). Hubo quienes levantaron una intensa cam-

pa˜

na de murmuraciones para apartar a los jud´ıos

sinceros de las verdades divinas que´el predicaba

(Lam. 3:61, 62). ¿Se rindi´

o por ello? Todo lo contra-

rio: sigui´

o predicando. ¿C´

omo pudo hacerlo?8 La principal arma de Jerem

´ıas contra sus enemi-

gos fue la confianza en Jehov´a. Al comienzo de su

ministerio,´el le prometi

´o sostenerlo y ampararlo

(l´

ease Jerem´ıas 1:18, 19). Jerem

´ıas puso fe en esa pro-

mesa, y Jehov´a no le fall

´o. Cuanto mayor era la opo-

sici´

on y el radicalismo de sus rivales, m´as crec

´ıan

su audacia, su valor y su resistencia. Veamos de qu´e

utilidad le fueron dichas cualidades.9 En cierta ocasi

´on, un grupo de sacerdotes y

profetas rebeldes llev´

o a Jerem´ıas ante los pr

´ınci-

pes de Jud´a para que se le diera muerte. ¿Se ami-

lan´

o´el ante sus amenazas? No. De hecho, rebati

´o

8. ¿C´omo respondi

´o Jerem

´ıas a los redoblados esfuerzos de sus enemigos

por destruirlo?9, 10. ¿Qu

´e incidentes en la vida de Jerem

´ıas pueden infundirnos valor?

“No puedo quedarme callado” 247

tan contundentemente las acusaciones de aquellos

ap´

ostatas que se libr´

o de que lo mataran (l´

ease Je-

rem´ıas 26:11-16; Luc. 21:12-15).

10 He aqu´ı otro incidente. Tras o

´ır el impactante

mensaje del profeta, un oficial del templo llamado

Pasjur lo puso en el cepo. Pensando seguramente

que hab´ıa escarmentado con el castigo y que dejar

´ıa

de hablar, lo solt´

o al d´ıa siguiente. Pero Jerem

´ıas,

aunque muy dolorido por el tormento que hab´ıa

soportado, le anunci´

o a Pasjur el juicio de Jeho-

v´a sin rodeos. ¡Ni siquiera la tortura lo silenci

´o!

(Jer. 20:1-6.) ¿Por qu´e?

´El mismo contesta: “Jeho-

v´a estuvo conmigo como un terrible poderoso. Por

eso los mism´ısimos que me persiguen tropezar

´an y

no prevalecer´an” (Jer. 20:11). Jerem

´ıas no se aco-

bard´

o ni ante sus m´as fieros opositores. Su confian-

za en Jehov´a estaba bien fundada, como puede es-

tarlo la nuestra.11 Hay que tener presente que Jerem

´ıas no era

un fan´atico. Actuaba con sensatez ante sus adver-

11, 12. a) ¿C´omo mostr

´o Jerem

´ıas buen juicio en su encuentro con Ha-

nan´ıas? b) ¿Qu

´e beneficio produce mantenerse “reprimido bajo lo malo”?

248 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

sarios y sab´ıa cu

´ando retirarse. As

´ı lo ilustra su

encuentro con el falso profeta Hanan´ıas. Cuando

este contradijo en p´

ublico la palabra prof´etica de

Jehov´a, Jerem

´ıas lo corrigi

´o y explic

´o las caracter

´ıs-

ticas de un aut´entico profeta. Jerem

´ıas llevaba so-

bre el cuello un yugo de madera para simbolizar

la servidumbre a la que Babilonia someter´ıa a los

jud´ıos. Enfurecido, Hanan

´ıas le quit

´o el yugo y lo

rompi´

o. ¡Qui´en sabe de qu

´e otra cosa hubiera sido

capaz este impostor! ¿Cu´al fue la reacci

´on de Jere-

m´ıas? “El profeta procedi

´o a irse por su camino.”

As´ı es, Jerem

´ıas se march

´o. M

´as tarde, por manda-

to de Jehov´a, regres

´o con un mensaje para Hana-

n´ıas: Dios entregar

´ıa a los jud

´ıos al dominio del rey

de Babilonia y matar´ıa a Hanan

´ıas (Jer. 28:1-17).

12 De este pasaje inspirado se desprende que

cuando predicamos, debemos equilibrar la valent´ıa

y el buen juicio. Si alguien reh´

usa aceptar los ar-

gumentos de las Escrituras y se enfurece, e inclu-

so nos amenaza, podemos excusarnos amablemen-

te y pasar a la siguiente casa. No hay necesidad

“No puedo quedarme callado” 249

de enzarzarse en discusiones acaloradas con nadie.

Manteni´endonos “reprimido[s] bajo lo malo”, deja-

remos la puerta abierta para ayudar a dicho indivi-

duo en un momento m´as propicio (l

´ease 2 Timoteo

2:23-25; Pro. 17:14).

¿Por qu´

e es vital la confianza en Jehov´

a al predicar lasbuenas nuevas? ¿Por qu

´e debemos equilibrar la valent

´ıa

y el buen juicio?

“NO TENGAS MIEDO”

13 Los fieles siervos de Dios se vieron afectados

por las terribles condiciones que reinaron en Jeru-

sal´en antes de su ca

´ıda en 607. Es comprensible,

pues, que Dios le dijera a Jerem´ıas: “No tengas mie-

do” (Jer. 1:8; Lam. 3:57). Tambi´en le mand

´o que

confortara a otros con esas mismas palabras (l´

ease

Jerem´ıas 46:27). ¿Cu

´al es la lecci

´on? A veces pudi

´era-

mos sentir miedo en este peligroso tiempo del fin.

¿Escucharemos en esos momentos a Jehov´a dici

´en-

donos: “No tengas miedo”? En cap´ıtulos anteriores

analizamos c´

omo Dios sostuvo a Jerem´ıas durante

13. ¿Por qu´e dijo Jehov

´a a Jerem

´ıas: “No tengas miedo”, y por qu

´e debe-

mos reflexionar en ello?

250 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

aquel espantoso per´ıodo. Repasemos brevemente lo

que acaeci´

o y extraigamos una ense˜

nanza.14 Cuando los caldeos estrecharon el cerco de Je-

rusal´en, los alimentos escasearon y el hambre azo-

o la ciudad (Jer. 37:21). Para colmo, Jerem´ıas es-

taba atrapado en un lugar que pod´ıa llegar a ser

su tumba. Con el consentimiento del pusil´anime

rey Sedequ´ıas, los pr

´ıncipes de Jud

´a lo hab

´ıan arro-

jado en una cisterna profunda, que no ten´ıa agua,

sino solo fango. El profeta se hund´ıa sin ver una

salida humana a su tragedia. Si hubi´eramos esta-

do en su lugar, ¿no nos habr´ıamos asustado? (Jer.

38:4-6.)15 Aunque Jerem

´ıas era un simple mortal como

nosotros, confiaba en la palabra de Jehov´a de que

nunca lo abandonar´ıa (l

´ease Jerem

´ıas 15:20, 21).

¿Premi´

o Jehov´a su confianza? Sabemos que s

´ı. Im-

pulsado por Dios,´

Ebed-m´elec pas

´o por encima de

la autoridad de los pr´ıncipes y lo rescat

´o. Con la

aprobaci´

on del rey, lo sac´

o de la cisterna y lo salv´

o

14, 15. a) ¿En qu´e situaci

´on peligrosa se vio Jerem

´ıas? b) ¿C

´omo cum-

pli´o Jehov

´a su promesa de protegerlo?

“No puedo quedarme callado” 251

de una muerte segura en aquel pozo de fango (Jer.

38:7-13).16 Pero ni siquiera en tierra firme estaba a salvo

Jerem´ıas. Cuando

´Ebed-m

´elec abog

´o por

´el ante el

rey, le dijo: “Morir´a donde est

´a a causa del hambre.

Porque ya no hay pan en la ciudad” (Jer. 38:9). Era

tal el hambre en Jerusal´en que la gente estaba prac-

ticando el canibalismo; mas Jehov´a volvi

´o a inter-

venir para salvar a su profeta. Y este le transmi-

ti´

o a´

Ebed-m´elec la garant

´ıa de que Jehov

´a tambi

´en

lo proteger´ıa a

´el (Jer. 39:16-18). Jerem

´ıas no ha-

b´ıa olvidado la promesa de Dios: “Yo estoy con-

tigo para librarte” (Jer. 1:8). Mientras el Alt´ısimo

cuidara de estos dos hombres fieles, ni el hambre

ni los enemigos humanos podr´ıan acabar con ellos.

De hecho, escaparon con vida de aquella ciudad

condenada a la ruina. ¿Cu´al es la esencia de este re-

lato? Que Jehov´a ofreci

´o su protecci

´on y cumpli

´o

(Jer. 40:1-4).17 El cumplimiento de la profec

´ıa de Jes

´us sobre

16. ¿De qu´e peligros salv

´o Jehov

´a a sus siervos leales?

17. ¿Por qu´e debemos poner fe en la promesa de Jehov

´a de que proteger

´a

a sus siervos?

252 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

la conclusi´

on del sistema de cosas avanza inexora-

blemente hacia su culminaci´

on. En el futuro cer-

cano se ver´an “se

˜nales en el sol y en la luna y en

las estrellas, y sobre la tierra angustia de naciones,

por no conocer la salida [...], mientras que los hom-

bres desmayan por el temor y la expectaci´

on de

las cosas que vienen sobre la tierra habitada” (Luc.

21:25, 26). Habr´a que esperar para ver qu

´e forma

asumen dichas se˜

nales y c´

omo aterrar´an a muchos.

Pero pase lo que pase, nunca dudemos del poder de

Jehov´a para salvar a su pueblo y su deseo de hacer-

lo. Por otro lado, las consecuencias ser´an muy dife-

rentes para quienes no cuenten con su favor (l´

ean-

se Jerem´ıas 8:20 y 14:9). Aun cuando creamos estar

en una situaci´

on desesperada, como en el fondo h´

u-

medo y oscuro de una cisterna,´el puede rescatar-

nos. Las palabras de Dios a´

Ebed-m´elec son apli-

cables a su pueblo: “ ‘Sin falta te suministrar´e un

escape, y no caer´as a espada; y ciertamente llegar

´as

a tener tu alma como despojo, porque has confia-

do en m´ı’, es la expresi

´on de Jehov

´a” (Jer. 39:18).

“No puedo quedarme callado” 253

PALABRAS ESCRITAS PARA NOSOTROS

18 “A todos aquellos a quienes te env´ıe, debes ir;

y todo lo que yo te mande, debes hablar.” (Jer. 1:7.)

La vida de Jerem´ıas cambi

´o para siempre al o

´ır este

mandato divino. Desde entonces, su inter´es prin-

cipal fue anunciar “la palabra de Jehov´a”, expre-

si´

on esta que se repite por todo el libro que lleva

su nombre. En el´

ultimo cap´ıtulo, el profeta narra

la toma de Jerusal´en y el exilio de su

´ultimo rey,

Sedequ´ıas. En efecto, Jerem

´ıas sigui

´o ense

˜nando y

exhortando al pueblo de Jud´a a obedecer a Jeho-

v´a hasta que fue patente que su labor hab

´ıa tocado

fin.19 Hallamos m

´as de un paralelismo entre la comi-

si´

on de Jerem´ıas y el ministerio p

´ublico de los tes-

tigos de Jehov´a. Como

´el, nosotros servimos al Dios

verdadero en un tiempo de juicio. Aunque hemos

de atender otros deberes que exigen tiempo y ener-

18. a) ¿Qu´e palabras cambiaron la vida de Jerem

´ıas? b) ¿Qu

´e significa

para usted el mandato de Jerem´ıas 1:7?

19, 20. a) ¿Por qu´e es el servicio de Jerem

´ıas un modelo para nosotros?

b) ¿Qu´e relaci

´on hay entre la predicaci

´on y el alborozo y regocijo? c) ¿Qu

´e

efecto ha tenido en usted el estudio de los libros de Jerem´ıas y Lamenta-

ciones?

254 Dios nos habla mediante Jerem´ıas

g´ıas, la predicaci

´on de las buenas nuevas es, por

mucho, la labor m´as importante que podemos reali-

zar en la actualidad. Por medio de ella, ensalzamos

el gran nombre de Dios y aceptamos que´el tiene

derecho y autoridad absolutos por ser el Soberano

Universal (l´

ease Lamentaciones 5:19). Adem´as, ense-

˜nar al pr

´ojimo qui

´en es el verdadero Dios y qu

´e hay

que hacer para obtener la vida es una prueba so-

bresaliente de amor (Jer. 25:3-6).20 Aludiendo a la misi

´on encomendada por Jeho-

v´a, Jerem

´ıas dijo: “Tu palabra llega a ser para m

´ı

el alborozo y el regocijo de mi coraz´

on; porque tu

nombre ha sido llamado sobre m´ı, oh Jehov

´a Dios

de los ej´ercitos” (Jer. 15:16). Tal alborozo y regoci-

jo est´an al alcance de todos aquellos cuyo coraz

´on

los mueva a hablar en favor del Dios verdadero. Por

consiguiente, tenemos buenas razones para seguir

proclamando el mensaje de Jehov´a, como hizo Je-

rem´ıas.

¿C´

omo nos ayudan los ejemplos de Jerem´ıas y

´Ebed-m

´elec

a ser valerosos? ¿Qu´

e cualidad de Jerem´ıas debemos imitar

en la predicaci´

on?

“No puedo quedarme callado” 255

¿Desea mas informacion?Consulte el sitio de los testigos de Jehova: www.jw.org/es.