Dios Quiere que seamos Prosperados · 2020. 9. 14. · en el Antiguo Pacto. Así, toda la historia...

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DIOS QUIERE QUE SEAMOS PROSPERADOS POR EL PASTOR JOSUÉ MUÑOZ

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  • DIOS QUIERE QUE SEAMOS PROSPERADOS

    POR EL PASTOR JOSUÉ MUÑOZ

  • INTRODUCCIÓN

    Las verdades expuestas en estas páginas son el fruto de mi caminar con Cristo por más de 40 años. En estos años he descubierto que las promesas de Dios son verdad y realidad para todo aquel que cree. Sin embargo, debo reconocer que esta verdad es una revelación que el Espíritu Santo ha estado iluminando a Su Iglesia en todo el globo, por lo tanto, hay una confirmación de estas verdades en muchos ministerios los cuales han bendecido y reafirmado mi vida con esta verdad.

    Debo dar crédito a un hermano muy sencillo, miembro de la iglesia donde di mis primeros pasos en esta nueva vida. Este hermano predicaba acerca de la verdad de Deuteronomio 28 cada vez que tenía la oportunidad de subir al púlpito. Su tema era siempre:

    «Dios nos llamó a ser cabeza y no cola» … A «prestar y no pedir prestado»

    Esta palabra causó en mí la inquietud por esta verdad: DIOS QUERÍA QUE SU PUEBLO FUERA PRÓSPERO. Dios realmente quiere que SU pueblo viva en prosperidad. Y si estas verdades no se veían en la práctica no era problema de Dios y su Palabra, sino era un problema nuestro. De creer o no a estas verdades. De caminar o no en esta verdad.

    Como un testimonio personal para reafirmar la veracidad de esta verdad expuesta en estos capítulos quiero compartir con ustedes cómo Dios nos sacó de la pobreza y de las deudas a una vida bendecida y próspera.

  • Nací en un hogar muy pobre, con muchas limitaciones; pero con una abuela y una madre creyentes que, aunque vivían vidas piadosas y sus vidas manifestaban frutos de generosidad, sin embargo, por causa de las enseñanzas de las tradiciones evangélicas, creían que vivir en la pobreza era un honor y que era pecado «buscar las riquezas de este mundo». Contra todo este sistema de enseñanzas me rebelé cuando llegué a conocer a Cristo a la edad de 17 años. Pues al leer las Sagradas Escrituras fui «descubriendo» los pasajes que voy a mencionar más adelante. De esta manera llegué a la conclusión, contraria a las tradiciones evangélicas, que DIOS QUERÍA PROSPERAR MI VIDA... y la vida de TODO creyente.

    Los ejemplos que menciono, son la evidencia Bíblica de que Dios realmente está interesado en el BIENESTAR TOTAL DE NUESTRA VIDA y no solamente en el área espiritual.

    Cuando el «discípulo amado» Juan, escribe su tercera epístola, dice al receptor de su misiva:

    «Amado, yo deseo que TÚ SEAS PROSPERADO EN TODAS LAS COSAS, Y QUE TENGAS SALUD, ASÍ COMO PROSPERA TU ALMA».

    Este es el deseo del Espíritu de Dios quien inspiró al Apóstol Juan para que escribiera estas palabras.

    El caminar «POR FE y NO POR VISTA» es largo y lleno de luchas; pero tiene un «final feliz» porque ¡DIOS SIEMPRE CUMPLIRÁ SU PALABRA! ¡Amén!, ¡Créalo!, le digo la verdad.

  • Le invito entonces a recorrer las páginas de este breve librito para que usted también sea un HIJO BENDECIDO, un HIJO PROSPERADO, para que así el NOMBRE DE CRISTO sea glorificado y SU PALABRA sea cumplida en su vida, ¡AMEN!

    ¡¡¡A DIOS SEA LA HONRA, LA GLORIA Y LA ALABANZA!!!

  • Capítulo 1

    LAS PROMESAS DE PROSPERIDAD PARA ISRAEL

    «Entonces dijo Jehová a Abram: Ten por cierto que tu descendencia morará en tierra ajena y será esclava cuatrocientos años. Mas también a la nación a la cual servirán, juzgaré yo; y DESPUÉS DE ESTO SALDRÁN CON GRAN RIQUEZA». (Gen.15:13-14)

    Se ha dicho que el pueblo de Dios, Israel, es una figura del trato de Dios con su Iglesia. De modo que para entender la profundidad de esta verdad libertadora es de suma importancia conocer la historia de este pueblo y su caminar con Dios. Ya hemos dicho que, así como para crecer en la FE debemos conocer al «padre de la FE», Abraham, del mismo modo, para llegar a entender que la prosperidad material no está distante de los planes de la bendición divina, debemos ahondar en nuestro conocimiento de las promesas de Dios hacia su pueblo.

    Muchísimos años antes que la nación de Israel fuera formada, Dios le había impartido este «secreto» a su amigo Abraham. Y este era que, aunque sus descendientes serían esclavos en Egipto, después de allí saldrían «CON GRAN RIQUEZA». Y esta verdad está corroborada en Éxodo Cap. 3: 21, 22 cuando leemos así:

    «Y yo daré a este pueblo gracia en los ojos de los egipcios, para que cuando salgáis… NO VAYÁIS CON LAS MANOS VACÍAS, sino que pedirá cada mujer a su vecina y a su huéspeda alhajas de plata, alhajas de oro y vestidos,

  • los cuales pondréis sobre vuestros hijos y vuestras hijas… Y DESPOJARÉIS A EGIPTO».

    Esta misma verdad está reafirmada en los capítulos 11:2 y 12:35-36 del mismo Libro de Éxodo, de modo que no debe haber en nosotros ninguna duda respecto a este asunto tan destacado en el Antiguo Pacto. Así, toda la historia del Éxodo es una señal para mostrarnos algo básico que espero podamos aprender a lo largo de este breve librito, y es que fue una idea divina que Su pueblo no anduviera mendigando o viviendo escuálidamente, sino que este pudiera vivir con la abundancia que Él mismo estaba entregando en sus manos.

    Debemos notar entonces que, primero Dios los envía «con las manos llenas de riquezas» a recorrer un largo desierto para recibir la «Tierra Prometida» a sus antepasados. Lo Segundo que debemos ver aquí también es que el «pueblo de DIOS» no camina hacia una tierra llena de pobreza, sino una ¡TIERRA DE ABUNDANCIA! La palabra de Dios describe en Deuteronomio 8:7-10, de la siguiente manera:

    «… Jehová tu Dios te introduce en la Buena tierra, tierra de arroyos, de aguas, de fuentes y de manantiales que brotan en vegas y montes, tierra de trigo y cebada, de vides, higueras y granados; tierra de olivos, de aceite y de miel; tierra en la cual no comerás el pan con escasez, ni te faltará nada en ella; tierra cuyas piedras son hierro, y de cuyos montes sacarás cobre. Y comerás y te saciarás y bendecirás a Jehová por la Buena Tierra que te habrá dado».

  • Si el Plan de Dios hubiese sido que su pueblo solamente se preparase para una vida llena de calamidades y limitaciones nos hubiera dejado un ejemplo en Israel. Pero lo que vemos es todo lo contrario al pensamiento popular. Dios manifiesta Su Favor hacia Su pueblo proveyendo ¡lo mejor de lo mejor! Así es la descripción de lo que leímos un poco más atrás.

    Debemos aclarar en honor a la verdad que estas promesas de prosperidad no significan una vida en «las nubes», no significan que no tendremos luchas, tiempos de angustias o de necesidades, no, simplemente quiero decir que, así como Israel debía ser probado en el camino hacia la Tierra Prometida, así también nosotros, debemos ser probados y aprobados para “tomar posesión de lo que es nuestro”.

    Ahora, para aclarar a los que no quieren creer en el Antiguo Testamento, como parte de Toda la revelación de Dios, La Biblia dice en Romanos 15:4

    “Las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que, por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza”.

    Solo el leer detenidamente la historia de Israel nos debería dar la suficiente FE para creer que, así como Dios trató con Israel en el Antiguo Pacto, hoy está tratando con nosotros para bendecirnos con SU BENDICIÓN ABUNDANTE.

    Las evidencias de que Dios quería que sus hijos del Antiguo Pacto fueran prósperos en cosas materiales saltan a la vista al leer en Génesis 13:2

    “Y Abram era riquísimo en ganado, en plata y en oro”

  • Todo cristiano, aunque conozca superficialmente las Escrituras, sabe que los descendientes de Abraham, Isaac y Jacob, fueron también prosperados. Luego podemos continuar con José, David, Salomón, etc.

    En TODO el Antiguo Testamento no había problemas con las riquezas. Fue en el Nuevo Testamento cuando los cristianos comenzaron a tener problemas con los bienes materiales. Y una de las razones ha sido que el enemigo ha intentado robar esta verdad porque solo en el Nuevo Testamento tenemos el mandato de “ID POR TODO EL MUNDO Y PREDICAD EL EVANGELIO” y esto cuesta dinero...

    Fue con las riquezas de David, quien las dejó como herencia a su hijo Salomón, que se pudo construir el famoso “Templo del rey Salomón”, y al leer las escrituras encontramos unas referencias muy particulares en relación a esto. Para este glorioso propósito de edificación había SOBREABUNDANCIA, ¡había más de lo necesario! Lea cuidadosamente 1 Crónicas caps. 28 y 29, y se dará cuenta de esta tremenda verdad.

    Que su pueblo fuera prosperado en bienes materiales es más que evidente en el Antiguo Testamento. ¿Qué nos puede hacer pensar entonces que Dios no quisiera bendecirnos materialmente en el Nuevo Pacto? Más que nada son las “sagradas tradiciones evangélicas” que nos hicieron creer por muchos años que la pobreza era una bendición y que la prosperidad material era un regalo del diablo, y esto es una mentira que dominó el pensamiento evangélico por mucho tiempo. Pero gracias sean dadas a nuestro Dios, quien nos ha abierto los ojos a esta verdad para vivir por ella y para ser libres de las falsedades del enemigo.

  • Cuando Israel regresa del cautiverio, causado por su desobediencia, Dios les ordena la reconstrucción del Templo, entonces la declaración divina en Hageo 2:8 es:

    “Mía es la plata y mío es el oro dice Jehová de los ejércitos”

    Aunque hoy nos quejemos que nada nos alcanza, la declaración divina sigue siendo la misma: ¡¡DIOS ES EL DUEÑO DE TODO!!

    Por lo tanto, podemos unir nuestra FE a esta declaración y CREER que DIOS QUIERE QUE SEAMOS PROSPERADOS… para que no haya escasez en “SU CASA”.

    Otro dicho muy popularizado en nuestros días se encuentra en el libro de Proverbios Cap. 30:8: “…no me des pobreza ni riquezas…”

    Aunque esta es la ÚNICA referencia sobre este tema, en mis días era el verso más popular, aunque HABÍA MUCHOS OTROS versos que apuntaban hacia “otro tema” … estos eran ignorados… porque la idea era “alimentar los pensamientos de pobreza” y no ALIMENTAR NUESTRA FE CON LA PALABRA DE PROSPERIDAD que está en el mismo libro de los Proverbios. Por ejemplo, leemos en el Capitulo 10:22

    «La bendición de Jehová es la que enriquece y no añade tristeza con ella».

    La prosperidad de Dios tiene esta característica. Como no ha sido adquirida gracias al puro esfuerzo humano, no hay razón para cuidarla y vivir la vida preocupados por ella. Otra versión dice: “no añade congojas (preocupaciones) con ella”.

  • Luego dice en Proverbios 13:22:

    “La riqueza del impío está guardada para el justo”

    Uno de los mejores ejemplos que podemos encontrar en la Palabra de Dios es la vida de José, quien llegó a disfrutar plenamente de las riquezas de los egipcios después de haber sido un esclavo que vivía en la cárcel porque Dios estaba con él y había guardado esas riquezas para que él fuera el administrador de ellas. También hay un caso poco conocido, pero que es relevante en la vida de Jesús y que nos da luz sobre este asunto. Dice en Lucas 8:3:

    “Juana, mujer de Chuza intendente de Herodes, y Susana y otras muchas mujeres que le servían de sus bienes”

    Juana era la esposa del ministro de Economía de Herodes de modo que sus aportes económicos al ministerio de Jesús era producto de las riquezas de un hombre impío como Herodes.

    Un pasaje más en Proverbios 22:4: “riquezas, honra y vida, son la remuneración de la humildad y del temor de Jehová”

    La vida llena de prosperidad en TODAS LAS ÁREAS DE LA VIDA se hace manifiesta en muchos pasajes del Antiguo Testamento como un testimonio del propósito divino de que Su pueblo pudiera vivir una vida abundante.

    Cuando Dios comisiona a Josué a continuar la tarea de Moisés le llama y le dice:

  • “Sé muy valiente para cuidar de hacer conforme a toda la ley…para (con el propósito de) que seas ¡PROSPERADO EN TODAS LAS COSAS QUE EMPRENDAS”! Josué 1:7.

    El Plan de Dios para Josué y para todos nosotros es que, al prestar atención a la Palabra de Dios, vivamos vidas prósperas en TODAS LAS ÁREAS. Y no debemos dejar fuera a la prosperidad económica, no debemos temer a la prosperidad, sino más bien aceptarla como parte de SU propósito para dar testimonio de Su bendición.

    Luego el Salmo 1 nos menciona nuevamente este principio de prosperidad cuando leemos en los versos 1 al 3.

    “Bienaventurado el varón que no anduvo en camino de pecadores… sino que en la Ley de Jehová está su delicia… será como árbol plantado junto a corrientes de aguas…y ¡TODO LO QUE HACE PROSPERARÁ!”.

    Así, una y otra vez nos vamos dando cuenta que Dios se había propuesto que Su Pueblo viviera una Vida de Prosperidad y no de escasez. Porque Su carácter revelado es de Generosidad y no de mezquindad. Ponga mucha atención a esto porque es fundamental para conocer el verdadero carácter de nuestro Padre Celestial.

    Hasta ahora nos hemos referido básicamente al Antiguo Testamento, aunque nuestro Señor Jesucristo nos trae la verdadera revelación del Padre en los evangelios. Solo al leer rápidamente los evangelios nos daremos cuenta que en SU vida y en la de sus discípulos no había escasez sino plena abundancia. Aunque este tema lo ahondaremos en los capítulos

  • posteriores debemos decir que siempre el Antiguo Testamento será confirmado en el Nuevo y viceversa.

    Si alguna vez Israel sufrió de escasez y pobrezas fue solamente debido a su andar en desobediencia; pero NUNCA fue el propósito DIVINO que este llegara a ser su estilo de vida.

    En Deuteronomio 28 encontramos las condiciones de Dios para que SU Pueblo anduviera en prosperidad. No caminar en obediencia causaría toda clase de calamidades, las cuales tuvieron que sufrir en más de alguna oportunidad en su historia. Sin embargo, toda vez que había arrepentimiento en ellos, Dios les restauraba a su posición original, esto es a una vida llena de bendiciones y prosperidad.

    Quiero decirles mis amados que en el momento que nos arrepentimos de nuestra propia desobediencia y pedimos a Dios el perdón de nuestros pecados, «DIOS ES FIEL Y JUSTO PARA PERDONAR NUESTROS PECADOS» (1 Juan 1:9). De modo que podemos orar a Dios y confiadamente pedir conforme a Su Palabra para luego recibir Sus Promesas.

    Sé que hay muchos creyentes que piensan que antes de que Dios pueda restaurarles a Su comunión, deben «demostrar a DIOS» primero, que «ahora sí se portarán bien». Y es así como creen que primero deben «purgar» sus pecados y errores del pasado antes de llegar a tomar posesión de sus bendiciones.

    Permítanme decirles muy claramente que ésta es una de las principales barreras que nosotros mismos nos hemos puesto en nuestro camino y éstas son las que nos impiden tomar las bendiciones y disfrutarlas como verdaderos hijos amados de Dios.

  • Al leer algunos de los profetas del Antiguo Testamento podemos darnos cuenta que Dios aun después de la sentencia divina que Él los deportaría a otras naciones a causa de sus rebeliones, al mismo tiempo de darles esta sentencia, les promete que volverán a su tierra. Lea en Jeremías capítulos 31 al 33. Así trató Dios con su pueblo y este mismo principio se aplica a nuestros días también.

    Para llegar a vivir una vida bendecida y próspera debemos entender el trato de Dios con Israel. Para llegar a vivir una vida bendecida y próspera es muy importante que sepamos que Dios es un Dios de Amor y Misericordia. Y que sus bendiciones son el fruto de Su Gracia y bondad hacia nosotros y no de nuestros méritos.

    Muchos creyentes consagrados y muy sinceros no disfrutan las abundantes bendiciones preparadas para cada uno de nosotros porque están pensando solo en méritos y no en la Gracia Divina que ya ha provisto un «sacrificio perfecto» por nuestros pecados y por los de todo el mundo.

    Hay un ejemplo hermoso de esta verdad en el Libro de Malaquías cuando Dios llama a Su Pueblo: «ladrones» … y a estos mismos que le estaban robando de lo suyo, les ofrece un «convenio» y les dice estas palabras: «Probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos…».

    Así se manifiesta el carácter de Dios. Puntualizando el pecado; pero ofreciendo inmediatamente una salida. Señalando el pecado; pero al mismo tiempo ofreciendo una salida llena de BENDICIONES Y PROSPERIDAD. ¡Aleluya!

  • Para creer en la verdad de la prosperidad Bíblica, usted debe aceptar una verdad que no es parte de la «Teología» que se enseña en nuestros seminarios, y esta verdad es que nuestro Padre Celestial es GENEROSO. Sí, mi amado hermano y hermana. Uno de los «atributos de la divinidad» es su CARÁCTER GENEROSO. Y éste es un tema del cual no se habla en nuestros días, precisamente porque para creer en la prosperidad, necesitamos creer en la GENEROSIDAD DE DIOS. La gente que tristemente no cree y combate este tema y esta enseñanza, lo hace porque no conocen la inmensa generosidad del creador del universo y aun tienen una visión mezquina del Dios de la Biblia.

    Conocer y «descubrir» la generosidad de Dios nos conduce a la prosperidad Bíblica. No se puede creer en la prosperidad sin conocer el corazón generoso de nuestro Padre Celestial. Por esta causa hemos recorrido el Antiguo Testamento, porque aquí hay abundante evidencia de este atributo de nuestro Dios.

    Encontraremos aun más evidencias de esta verdad en las Escrituras del Nuevo Testamento.

  • Capítulo 2

    EJEMPLOS DE PROSPERIDAD EN LOS EVANGELIOS

    «Sacad el mejor vestido y vestidle y poned un anillo en su mano. Y calzado en sus pies. Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta» (Lucas 15:22-23)

    Creo, sin lugar a dudas, que esta parábola de Nuestro Señor Jesucristo debe ser una de las más conocidas. Y a pesar de ser así, aun no hemos podido dimensionar la tremenda importancia que tiene en la revelación del carácter de nuestro Creador. Porque nadie duda que el «Padre» en esta parábola es la imagen de Dios quien recibe con amor a ese «hijo que se ha ido lejos».

    Para interpretar correctamente una parábola debemos considerar que Nuestro Señor no enseñaría nada que pudiera estar reñido con la verdad del Dios de toda La Biblia. De manera que podemos decir con toda convicción que lo que vemos es esta parábola es lo más cercano a la realidad del verdadero AMOR de DIOS hacia sus hijos.

    ¿Qué vemos en esta parábola para creer que Dios quiere darnos prosperidad? Lo primero que encontramos aquí es no solo a un Dios perdonador, sino también a un Dios GENEROSO EN PERDONAR, que no se mide para expresar la tremenda

  • extensión de su amor de manera visible y práctica. Pero, vamos por parte recorriendo esta parábola. Veamos por ejemplo que cuando el hijo se prepara para regresar al hogar y revisa cuidadosamente sus palabras de arrepentimiento, una de las primeras verdades que manifiesta es la abundancia que había en la casa de su padre, “¡cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen ABUNDANCIA DE PAN!” ... (Verso 17). Además, no alcanza a expresar en su totalidad, todo lo que había pensado decir; porque su PADRE no le permitiría usar con él las palabras finales que había preparado: «hazme como a uno de tus jornaleros». «No, hijo… (le dijo sin palabras), tú no eras un jornalero para mí, ni tampoco ahora lo serás. TÚ ERES MI HIJO Y NUNCA HAS DEJADO DE SERLO, AUNQUE VENGAS EN LA CONDICIÓN QUE ESTÁS. (Añadió en silencio) Por lo tanto, vamos a celebrar tu regreso. Y comenzó la fiesta.

    Sin lugar a dudas, en los círculos religiosos de nuestros días no hubiéramos actuado así. No, mil veces no. Lo primero que hubiéramos hecho, hubiera sido cerciorarnos de la «sinceridad» del arrepentimiento de «este hermanito». Lo segundo hubiera sido ponerlo en «disciplina temporal» hasta que «demuestre» buena conducta. Lo último, hubiera sido «aceptarlo» en la comunión de la Iglesia; PERO NUNCA HACER FIESTA EN HONOR A ÉL, ¡eso jamás! Porque este hermanito recién ha «deshonrado» a la iglesia, a la familia de Dios, por lo tanto, no puede recibir honores sino reproches.

    Y a propósito de reproches, en esta parábola no vemos ninguna señal de algo parecido a reprimendas o castigos. Recordemos que esta parábola tiene como propósito revelar el carácter de Dios y la manifestación de Su Gracia en favor de los hombres.

  • Ya dijimos en el capítulo anterior que el carácter de Dios manifestado en el Antiguo Testamento es el de un Dios de AMOR y MISERICORDIA. Que junto al castigo ofrece una solución llena de perdón. Por esto mismo es que cuando llega el hijo en actitud de arrepentimiento y pidiendo perdón, este lo recibe sin más argumentos y sin más reprensiones. Simplemente es perdonado y luego es honrado como si nunca hubiera estado lejos de casa.

    Lo segundo que podemos ver en esta parábola, es que DIOS se muestra GENEROSO PARA DAR. ¿Qué quiero decir con esto? Simplemente lo que podemos leer en este pasaje del Evangelio. Veamos la extensión del gesto de Papá en la recepción a su hijo: «No puedo aceptar que andes así con esas ropas sucias» …. Por lo tanto… «Traigan el MEJOR VESTIDO (no cualquier vestido)».

    Quiero vestirte con lo mejor porque eres «MI HIJO». Siempre he contado, cómo siendo el único estudiante del seminario sin el apoyo de alguna Iglesia, para el día de mi graduación, Dios me proveyó de un traje italiano que solo había visto en las películas. ¡Gloria a Dios! Aunque no tenía dinero para comprarlo, DIOS sabía mi necesidad y me proveyó de LO MEJOR. ¡¡Aleluya!! ¡Esto es prosperidad! ¡Amén!

    Yo sé que hay gente que piensa que vestirse bien es «vanidad» y que Dios no tiene interés en esto, entonces tendríamos que cambiar el sentido de esta parábola. Continuemos con la GENEROSIDAD DE DIOS y con este ejemplo de cómo Dios quiere darnos prosperidad. No solamente el Padre dice el «mejor vestido» … porque luego añade: «Poned un anillo en su mano»

    El anillo en el tiempo bíblico era una señal de identidad. Al no traer su anillo, este joven había demostrado a su padre que

  • había llegado a la bajeza de vender o perder su «dignidad». De manera que rápidamente, no solamente le viste con lo mejor, sino que además ahora le «devuelve su dignidad» poniendo un anillo en su mano.

    Sólo los muy pobres andaban realmente descalzos en esos tiempos. Pues, aunque no existía el calzado como en nuestros días. Por lo menos se usaban unas sandalias que ayudaban a las largas caminatas por las polvorientas calles y caminos de esas tierras de antaño. A este hijo que llega descalzo, su Padre ordena ponerle… «Calzado en sus pies»

    Porque desde ese día en adelante volvería a disfrutar de toda LA PROSPERIDAD QUE SU PADRE LE HABÍA DEVUELTO… Y QUE ALGUNA VEZ HABÍA DISFRUTADO.

    Pero su padre no estaba solamente interesado en restaurar la dignidad de su hijo. También estaba interesado en sacrificar el «becerro gordo. …Y hagamos fiesta…» porque este hijo debía tener plena certeza que desde hoy en adelante TODA LA PROSPERIDAD DE LA CASA DE SU PADRE estaba a su disposición. Quiero decirles que ese «becerro gordo» era un ternero que siempre era alimentado para ocasiones muy especiales, como bodas, aniversarios o algo de mucha importancia para la familia y este era un evento de mucha trascendencia para toda la familia…menos para uno… el hermano mayor.

    Permítanme compartirles a modo de resumen lo que pienso que es la enseñanza central de esta parábola.

    Este «hijo prodigo» regresa a una casa donde «hay abundancia de pan», en esta casa hay sirvientes… «Cuantos jornaleros en

  • casa de mi padre». Podemos decir que este joven tenía acceso a bienes que había perdido por su rebelión y desobediencia; pero estos bienes, estas bendiciones le son restauradas de inmediato cuando viene con un arrepentimiento de corazón. Lógicamente que él no esperaba una recepción de tal magnitud. Él esperaba que le dieran un lugar entre los muchos jornaleros que trabajaban en la propiedad de su padre. Y yo creo que todos nosotros estaríamos de acuerdo en asumir una actitud muy parecida a la de este joven; pero aquí es precisamente donde somos sorprendidos por la revelación del carácter de «este padre» tan especial. Permíteme decirte mi hermano que ¡¡ASÍ ES EL CARÁCTER DE NUESTRO PADRE CELESTIAL!!

    Para completar esta historia tenemos que comentar la actitud del hijo mayor y como este ejemplifica la actitud incorrecta de la mayoría de los creyentes. ¿Qué nos quiere decir esto? Varias verdades que necesitamos confrontarlas para cambiar de actitud y así alcanzar la prosperidad que Dios tiene reservada para cada uno de nosotros sus hijos.

    La fiesta estaba en lo mejor cuando aparece en la escena de esta parábola este «hermano mayor». Claramente la intención de Nuestro Señor Jesucristo es señalar lo equivocado del corazón de este hijo. Que tremendo parecido con los «hermanos mayores» de nuestros días. Lo primero que notamos es que este joven se «enojó y no quería entrar» por causa de la fiesta para alguien que él juzgaba «no se lo merecía». Y así es hoy también, nos cuesta demasiado alegrarnos cuando Dios bendice a alguien que, según nuestro criterio…no se lo merece.

    ¿Por qué tanto malestar en el corazón de este hermano mayor? Porque, como él mismo lo manifiesta, había «servido muchos

  • años» a su padre…sin recibir el correspondiente premio; pero el error de este joven era de tremendas proporciones, igual que muchos de nosotros, porque él tenía una actitud de «siervo» hacia su padre. «Tantos años te sirvo» … tenía a su padre como un «jefe» que parecía no prestar atención al servicio abnegado que le rendía. Y este era uno de sus errores de apreciación hacia su padre, porque además lo acusa de mezquino cuando le dice: «nunca me has dado ni un cabrito» …. Sin embargo, la respuesta de su padre es la respuesta que tú y yo necesitamos oír nuevamente: «Hijo, tú siempre estás conmigo, y todas mis cosas son tuyas».

    Así es, ¡Amén!, ¡Aleluya! Este hijo tenía TODOS LOS BIENES DE SU PADRE A SU DISPOSICIÓN; pero no tenía la correcta imagen de su padre, de manera que vivía limitado, envidiando a otros, enojado por sus propios errores y además sin disfrutar de la abundancia y prosperidad que había en casa de su padre.

    Hace unos años tuve la oportunidad de viajar a Brasil a predicar, y recuerdo que mientras caminaba en las calles de Río de Janeiro encontré en una tienda una camiseta de playa que decía más o menos así: «YO NO ME CREO DUEÑO DEL MUNDO… PERO… SOY HIJO DEL DUEÑO». Siempre me he lamentado no haberla comprado, pues la hubiera usado para demostrarle al mundo esta verdad: ¡¡SOMOS HIJOS DEL DUEÑO DEL UNIVERSO!!

    Creo que, tristemente, esta no es la realidad hoy en la vida de muchos creyentes, porque…teniendo TODOS LOS BIENES DE SU PADRE a su entera disposición, prefieren vivir vidas limitadas y luego cuando aparece alguien que «no se lo merece» según

  • ellos, se llenan de envidias, celos y amarguras que no edifican ni ayudan al Reino de DIOS.

    Amados hermanos, antes de concluir este capítulo quiero recalcar esta verdad sublime: DIOS QUIERE QUE VIVAMOS VIDAS PROSPERADAS. Y como lo hemos visto en esta historia bíblica, el evangelio incluye que tengamos en «todas las cosas, todo lo necesario» para así vivir vidas plenas, llenas de alabanza y gratitud hacia nuestro Dios.

    Sé, por mis cincuenta años de experiencia en el ministerio, lo difícil que es aceptar que Dios nos quiera bendecir tanto después de haber vivido vidas alejadas de ÉL. Pero esta parábola, que es central en la Revelación del Evangelio, nos ayuda a corregir nuestra visión de la Gracia de Dios y así podamos aceptar con humildad que es cuando «nada merecemos» cuando nuestro Padre Celestial, más nos demuestra la grandeza de su Amor Incondicional.

    Como lo dije al principio, lo reafirmaré ahora. Dios quiere darnos de SU PROSPERIDAD…. Porque en ÉL no hay escasez ni limitaciones, tampoco hay mezquindad. Solo hay UN CORAZÓN GENEROSO QUE NO SÓLO QUIERE PERDONAR A SUS HIJOS QUE HAN PECADO CONTRA ÉL, SINO QUE ADEMÁS QUIERE DAR A SUS HIJOS… «MUCHO MÁS ALLÁ DE LO QUE PEDIMOS O ENTENDEMOS» ¡Amén!

    El camino para disfrutar de la prosperidad está señalado aquí en esta parábola. Debemos venir arrepentidos delante de DIOS. Si usted ha hecho mal uso de los bienes que Él puso en sus manos, arrepiéntase, pida perdón, comience de nuevo. ÉL le espera con

  • sus brazos abiertos para perdonarle, amarle, vestirle, hacer una fiesta y darle ¡TODO!

    Sé que decirlo suena más fácil que hacerlo; pero yo le invito en el Amor de Cristo, que no permita que siga pasando el tiempo y usted se quede sin esta bendición. Permita que Dios le muestre cuánto le ama, permita que su vida sea tocada por el Amor perdonador de nuestro Padre Celestial y que además ÉL mismo le colme de favores y misericordias.

    El precioso Salmo 103 dice:

    «Bendice alma mía a Jehová … y no olvides NINGUNO de sus beneficios, ÉL es quien PERDONA TODAS TUS INIQUIDADES, el que SANA TODAS TUS DOLENCIAS, el que RESCATA DEL HOYO TU VIDA, el que te CORONA DE FAVORES Y MISERICORDIAS»

    Estos son algunos de los beneficios de conocer a Dios y vivir en comunión con ÉL:

    Primero, recibir SU perdón, esto nos da paz y comunión.

    Segundo, recibimos sanidad de nuestras dolencias y enfermedades.

    Tercero, somos rescatados de nuestras desesperanzas.

    Y finalmente ÉL MISMO, nos corona de sus favores y bendiciones.

  • Capítulo 3

    LA VOLUNTAD DE DIOS ES NUESTRA PROSPERIDAD

    «Amado, yo deseo que tú seas prosperado EN TODAS LAS COSAS y que tengas salud, así como prospera tu alma» (3 Juan 1:2)

    Esta palabra nos señala perfectamente que, como lo hemos venido diciendo en los capítulos anteriores, ¡DIOS QUIERE QUE SEAMOS PROSPERADOS! Y esta prosperidad no solo viene a llenar nuestras necesidades espirituales y de salud física, sino también viene a llenar nuestras necesidades materiales.

    Debemos recordar que estas palabras que escribe Juan, «el discípulo amado», las escribe bajo la inspiración del Espíritu Santo para darnos a conocer la voluntad divina acerca de este asunto. Debemos también decir que Juan es el discípulo que escribe el cuarto evangelio que contiene enseñanzas o momentos que no están registrados en los otros evangelios, los cuales nos muestran un aspecto más «íntimo» en la vida de nuestro Señor y Salvador. ¿Qué quiero decir con esto? Bueno, que si Juan es quien dice esta verdad, entonces debemos poner aún más atención pues es algo que, aunque estuvo «oculto» a los otros escritores, no por esto quiso Dios que estuviera velado a nosotros.

    Este ha sido un punto de mucha controversia al hablar o escribir de este tema. Porque debido al hecho de que muchos cristianos

  • viven en países pobres o llamados del «tercer mundo», piensan que es una utopía, una insensatez hablar de prosperidad… porque asocian prosperidad, con riquezas. Así cometen el mismo error de confundir humildad con pobreza. Digamos que podemos tener prosperidad sin tener riquezas, y además se puede ser humilde y no necesariamente ser pobres. Prosperidad es tener la vida abundante que Jesús mismo prometió a sus seguidores cuando dijo:

    «Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia». (Juan 10:10).

    La palabra de Dios se nos ha dado a todos para salvación y bendición, de manera que quien quiera recibir salvación la puede obtener por FE en la Obra de Cristo como está manifestada en Su Palabra. Y esta palabra es buena en cualquier país del globo. Es tan buena en Rusia como en Estados Unidos. Es tan buena en China como en Chile y así…Porque DIOS NO HACE ACEPCIÓN DE PERSONAS… Y esto quiere decir que DIOS NO TIENE FAVORITOS… solo se complace en aquel que cree y obedece a su palabra para ponerla por obra.

    Entonces la pregunta es: ¿Por qué esta verdad no se ha hecho una realidad en nuestros países “pobres”?, precisamente por anteponer ese adjetivo “pobre” a nuestra manera de pensar.

    Como lo dije al comienzo, el nacer en un hogar pobre puede traernos algunas limitaciones temporales. Esto es mientras estamos dependiendo de nuestros padres para nuestro desarrollo como personas. Pero cuando llegamos al conocimiento de la VERDAD DEL EVANGELIO y todo lo que este trae consigo, descubrimos que NO IMPORTA DÓNDE HAYAMOS NACIDO a la

  • vida natural. Lo que importa ahora es que tenemos una NUEVA VIDA EN CRISTO, y esta vida está llena de posibilidades y llena de bendiciones que aun debemos poseer por FE y por obediencia a la palabra.

    Para ilustrar esta verdad quiero que veamos por un momento la situación del pueblo de Dios, Israel, caminando hacia la tierra prometida. La Biblia nos dice que todos los que salieron de Egipto para entrar en la tierra de la bendición, no entraron a ella, con la excepción de Josué y Caleb, porque NUNCA CREYERON QUE PODRÍAN POSEERLA… ¿qué tristeza… verdad?

    Pero, pongámonos en el caso de ellos. ¿Se pueden imaginar a un pueblo que por más de 400 años habiendo sido esclavos ahora van a poseer un pedazo de tierra, es decir van a ser «propietarios»? Sus mentes no estaban preparadas para este tremendo cambio. Ellos fueron «condicionados» en su manera de pensar, porque de generación en generación habían sido esclavos... ¡NO SABÍAN LO QUE ERA SER DUEÑOS DE ALGO! Solo habían conocido la esclavitud, por lo tanto, se les hizo muy difícil cambiar su manera de pensar en solo unos días.

    Por esta razón es que siempre digo: «Toma tiempo entender la verdad y experimentar la verdad».

    Pero mientras tanto, podemos prepararnos para vivir en esa dimensión que Dios ha diseñado que vivamos, una vida prosperada.

    Yo creo que lo anterior es una de las «razones» principales que han conducido al cristianismo de los países «pobres» a aceptar el «status quo» y dejar que las cosas sigan su curso sin atrevernos a creer que Dios efectivamente «QUIERE QUE SEAMOS

  • PROSPERADOS EN TODAS LAS COSAS». Recuerdo a mi abuela que solía decir esto: «Hijo, nacimos pobres...Y moriremos pobres»; pero mi rebelión contra este estilo de vida, hace más de 40 años tenía fundamento en la palabra. Por esto es que me dije a mí mismo, al comenzar a conocer la Bendita Palabra de Dios: «No voy a aceptar este estilo de vida; porque ¡SOY HIJO DE UN REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES!

    Así, poco a poco fui descubriendo que Dios quería darme el mejor trabajo de la región donde vivía en ese tiempo. A los 21 años había sido aceptado para trabajar como electricista en una de las mejores compañías donde tenía excelentes beneficios. Y esto no por ser más «inteligente» que los demás, solo por creer que, como hijo de Dios, tenía acceso a lo mejor de MI PADRE CELESTIAL. ¡Amén!

    Mientras algunos se conformaban con «tener trabajo». Dios me estaba enseñando que EL TENÍA LO MEJOR PARA MÍ... ¡Aleluya! Lógicamente que esto despertaba envidias en mucha gente; pero yo estaba obedeciendo y creyendo a la palabra escrita que me señalaba a un Padre Celestial que tenía «cosas buenas» para mí.

    A propósito de lo anterior, vamos ahora a leer en Mateo 7:11.

    «Si vosotros, siendo malos sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¡cuanto más vuestro Padre que está en los cielos dará BUENAS COSAS A LOS QUE LE PIDAN!»

    En estas palabras de nuestro Señor Jesucristo lo que encontramos son un par de verdades que debemos comprender y aceptar como verdaderas. Lo primero es que «nosotros siendo

  • malos», esto quiere decir que siendo imperfectos aun así damos a nuestros hijos lo mejor. Queremos dar a nuestros hijos la mejor educación, pues queremos que ellos vivan aun mejor que nosotros. Nos sacrificamos, nos esforzamos y aun nos endeudamos para comprarles lo que ellos necesitan y nos piden.

    Yo recuerdo que, en mi niñez, a pesar de la pobreza en la que vivíamos, mis padres nos hacían regalos para nuestro cumpleaños o para Navidad, a pesar de todo. Había una frase que nos decían con cada regalo: «hijo, por favor cuida este regalo, porque nos ha costado muchísimo». Así, yo creo que también ha sido en la vida de muchos. Nuestros padres nos dieron una educación con muchos sacrificios.

    Este verso de Mateo 7:11 tiene un significado muy particular para nuestra familia, pues cuando andábamos en busca de comprar una casa. Nuestro presupuesto nos permitía ver solo las que estaban dentro de los límites de nuestras posibilidades. Pero cuando encontramos una cuyo precio era mucho más de lo que podíamos, me fui a orar al monte, a preguntar al Señor: «Padre, ésta es la que nos gusta y necesitamos para una familia de 6, pero es MÁS de lo que podemos... ¡Háblame! y dime, ¿qué haremos?». Luego me puse a leer el Evangelio de Mateo donde me encontré con este verso. Me sorprendí al ver como la palabra se hacía «RHEMA» para mí. Bajé de la montaña con mi corazón lleno de FE en la PALABRA y después de unas pocas semanas, DIOS NOS HABÍA «DADO ESTA BUENA COSA» (casa). ¡Glorias sean Dadas a ÉL!

    Por esto y por mucho más, puedo decir con toda fuerza y autoridad que ¡DIOS QUIERE QUE SEAMOS PROSPERADOS! Si usted se ha estado preguntando cómo va a pagar algo que se

  • «pasaba» del presupuesto, Dios ha sabido suplir TODO para cubrir los gastos de algo que ÉL nos dio. ¡Amén! Si nuestro Señor dijo estas palabras es porque son palabras verdaderas. No son palabras de hombre.

    «…Cuanto más vuestro Padre dará BUENAS COSAS a los que le pidan»?

    Vivir en prosperidad es vivir con buenas cosas que podemos pedir para honrar y glorificar a Dios. Sé que hay cristianos que piensan que «debemos conformarnos», pero esto no significa que debemos ser «conformistas» porque si nuestro auto es una «carcacha» (como dicen en México) o una «cacharra» como se dice en Chile, tenemos el derecho que nos asigna la Palabra de Nuestro Señor Jesucristo para «pedir» un auto mejor para movilizar a nuestra familia y que al mismo tiempo este sea un testimonio de la generosidad de nuestro Padre amado.

    Del mismo modo, si usted an anhela una casa cómoda, que llene sus necesidades, ¿por qué no pedir a quien nos ha dicho que quiere darnos «buenas cosas»? Atrévase, ¡desarrolle su FE! y viva así en prosperidad como un hijo del Rey de reyes y Señor de Señores.

    Veamos una palabra que hemos conocido, que hemos cantado, que hemos leído muchas veces; pero quizá a causa de esto mismo no hemos comprendido el profundo significado de la misma. Creo que necesitamos volver a leer en Mateo 6:33

    «...Mas buscad primeramente el Reino de Dios y su justicia y TODAS ESTAS COSAS OS SERÁN AÑADIDAS».

  • Este debe ser el pasaje de las Escrituras del cual he predicado un mayor número de veces. Desde mis primeros días de caminar en este Nuevo estilo de vida, sentía que esta palabra debía ser verdad a pesar de no tener «modelos» a quien seguir en aquellos días. Así que me propuse creer y vivir esta verdad. Y ¿saben?... se ha cumplido en mi vida, cuando era soltero y después de casado. Por esto quiero compartirles un testimonio reciente de como esta verdad se quiere cumplir en nuestras vidas.

    Aunque vivimos en Estados Unidos por más de 21 años, donde era normal tener varios autos en casa, ¡nunca nos compramos un auto nuevo! La gente siempre nos ha preguntado, ... ¿por qué? … Porque no queríamos endeudarnos en algo que cuesta muy caro financiar.

    Sin embargo, DIOS NOS TRAJO A LA CASA UN AUTO «CASI NUEVO». Sin haber pasado el proceso de financiamiento, sin haber ido a la tienda de autos, sin haber pagado un deposito, NADA DE ESO... Les cuento como sucedió. Una señora compró un auto NUEVO, el cual no pudo seguir pagando, desesperada busco a alguien que quisiera tomar el auto y hacer los pagos. Después de muchos intentos con sus familiares y no pudiendo encontrar a nadie, oró a Dios para que la guiara a alguien que realmente necesitara de ese auto. ¿Saben donde DIOS LA CONDUJO? A nuestra casa por supuesto. Ah, pero esta señora no era nuestra vecina, vivía a unos 300 kilómetros de casa.

    Tomamos el auto que tenía 6 meses de uso e hicimos los pagos hasta el final. Y además no pagamos intereses debido a un trato especial que esta señora había conseguido con el negocio de

  • autos. Como ven, no nos afanamos, pero tuvimos el auto que nos gustaba y que necesitábamos.

    Al leer estas escrituras de Mateo 6, comenzando desde el verso 25 nos daremos cuenta que está haciendo referencia a cuestiones materiales, como ropa, comida y bebida. Es decir, se refiere a necesidades de la vida diaria. Y es en esta área donde Jesús dice: «buscad… el Reino de DIOS… y todas estas cosas…os serán añadidas”. ¿Le cabe a usted alguna duda que nuestro Dios está interesado que vivamos vidas con prosperidad? El punto clave está en que…

    «ESTAS COSAS» VIENEN DESPUÉS DE OCUPARNOS EN LAS COSAS DEL REINO DE DIOS…

    Dios quiere darnos la prosperidad, no para que nos ocupemos de ella como un fin, sino para que la usemos con el propósito de honrar y glorificar a nuestro creador. El principal problema de nuestros días es que aun el pueblo de Dios está viviendo equivocadamente, buscando las cosas… olvidando que las cosas ya están listas para nosotros como un regalo de Dios. Cuando conseguimos lo que queremos con esfuerzo y sacrificio, el resultado es que cuidamos aquello que como dicen algunos: «me ha costado mucho» … En cambio… cuando seguimos el camino diseñado por Dios, nuestro corazón se llena de gratitud y alabanza porque sabemos que es ÉL quien nos da las cosas para que las disfrutemos con acciones de gracias.

    Quizá usted se esté preguntando. Bueno, pero, ¿qué es «buscar el Reino de Dios…»? La respuesta es muy sencilla, buscar el Reino de Dios y su justicia es ¡BUSCAR HACER LA VOLUNTAD DE NUESTRO SEÑOR Y REY Y TODO LO QUE HONRE Y GLORIFIQUE

  • SU NOMBRE! Esto es obedecer Sus mandamientos y ponerlos por obra.

    Siempre ha sido una iniciativa divina que seamos prosperados, pero Dios quiere trabajar con nosotros. Quiere que conozcamos la realización de experimentar su benignidad, su bendición sobre nuestras vidas. Y al obedecer lo que le agrada a ÉL no estamos haciendo nada más que lo que nos corresponde como hijos bendecidos.

    Termino este capítulo compartiendo con ustedes lo que «abrió mis ojos a esta revelación». Fue el año 1979 mientras visitaba Canadá participando en una Conferencia para Líderes Cristianos. Los organizadores me pusieron en un Hotel de lujo donde podía observar toda la bahía de Vancouver y ver los cruceros y aviones ir y venir. Mientras oraba dando gracias a Dios por tanto lujo que disfrutaba por primera vez en mi vida, Dios habló a mi espíritu y me dijo:

    «Hijo, todo lo que ves es mío, y quiero que lo disfrutes porque yo soy quien te lo doy».

    Me conmoví profundamente y entendí mejor el Salmo 24:

    «De Jehová es la Tierra y Su plenitud, el mundo y los que en él habitan»

    Cuando logramos entender que TODAS las cosas pertenecen a nuestro Dios y que él desea compartirlas con nosotros sus hijos, no debería sorprendernos que Él desea que tengamos una vida bendecida y llena de prosperidad.

  • Amado hermano, esta verdad de la prosperidad, así como todas las verdades que vamos conociendo en la Palabra de Dios, necesitan ser «tomadas» por la FE. Para que lo que hemos leído hasta este momento sea parte de nuestra vida debemos añadir este elemento básico para lograr poseer esta parte de nuestra herencia.

  • Capítulo 4

    EL CAMINO BÍBLICO PARA VIVIR UNA VIDA PROSPERADA

    «Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y PROBADME ahora en ESTO dice Jehová de los ejércitos si no os abriré las ventanas de los cielos y derramaré sobre vosotros BENDICION HASTA QUE SOBREABUNDE… y todas las naciones os dirán bienaventurados; porque seréis tierra deseable».

    (Malaquías 3:10-12)

    “DAR ES EL CAMINO PARA PROSPERAR”

    «El que siembra escasamente, escasamente también segará, y el

    que siembra generosamente, generosamente también segará».

    (2 Cor.9:6)

    Hasta este momento estábamos bien, mientras veíamos como Dios manifiesta SU AMOR y GENEROSIDAD hacia Su Pueblo, pero ahora ya entramos a la parte práctica de toda enseñanza, la parte que nos incomoda un poco; pues es cuando pasamos de la teoría a la realidad. Además, es cuando realmente comenzamos a «vivir por fe».

  • Lo que leímos más arriba está precedido por unas palabras nada agradables que Dios pronuncia en contra de Su Pueblo, acusándolos de «ladrones», por haber dejado este mandato de traer a la «Casa de Dios» los diezmos y las ofrendas. Luego continúa con la declaración que leemos más arriba donde la palabra «Probadme ahora en esto» aparece como un llamado a COMPROBAR la generosidad de SU mano y la intención del corazón de nuestro Padre Celestial de DAR PROSPERIDAD A SU PUEBLO.

    Esta verdad es tan profunda que, aunque está señalado como un pecado el «tentar a Dios», sin embargo, ahora ÉL MISMO es quien nos invita a «PROBAR» la abundancia de su amor y generosidad derramando sobre nosotros de su «SOBREABUNDANCIA».

    ¡Qué lamentable es saber que tan pocos creyentes hayan aceptado este desafío! Han preferido seguir viviendo vidas limitadas, aunque la SOBREABUNDANCIA está disponible solo aceptando el llamado a traer los diezmos y ofrendas a la casa de Dios. Para esto han buscado montones de excusas y entre las más comunes están estas: «No sé qué se hará con «mi dinero», (aunque el dinero no es tuyo, pues ya lo has entregado a La Obra de Dios). Otra excusa es: «no me alcanza» porque no tengo un buen sueldo. Mi respuesta a esto es, lea acerca de la «ofrenda de la viuda» que aparece en Lucas 21 donde Jesús dice que: «esta viuda echó más que todos». Jesús ponía atención cuando la gente daba para la «casa de Dios» de otra manera no hubiera quedado este pasaje grabado en las Sagradas Escrituras.

  • Mira mi amado hermano, puedes poner mil excusas; pero este libro no fue escrito para hacerte entender lo que no quieres aceptar. Este libro fue escrito con la intención de ayudar a los que quieren creerle a Dios que ¡EFECTIVAMENTE ÉL QUIERE QUE VIVAMOS EN PROSPERIDAD!

    Además, como lo he dicho tantas veces, este libro es el producto de saber de manera concreta que Dios cumple su palabra y que es así como ÉL dice que es. Aun antes de casarme y mientras comenzaba mis primeros pasos en Cristo ya estaba aprendiendo a disfrutar de esta verdad y comenzaba a entender que: «traer los diezmo al alfolí» es el CAMINO DISEÑADO POR DIOS PARA PROSPERAR

    No, Dios no tiene necesidad de nuestro dinero… somos nosotros los que tenemos necesidades y necesitamos dinero para cubrir los costos del diario vivir. De manera que podemos decir que es Dios quien tiene un genuino interés en suplir lo que nos hace falta en esta tierra. Por esto nos llama a «probar» su generosidad, su bondad, su misericordia.

    Nuestro Señor Jesucristo nos enseñó que «hay un camino angosto y un camino ancho» para caminar en esta vida. El ancho es el de las cosas fáciles, y es el que más nos gusta, en cambio el angosto es el de las cosas de Dios cuando debemos obedecer la Palabra de Dios. Y precisamente esta es una de las palabras que más hemos desobedecido y al igual que Israel nos hemos apartado de la verdad y hemos perdido bendiciones que estaban guardadas para nosotros.

    Hablar de diezmos y ofrendas no es un tema popular que levante aplausos o que despierte gozo en los corazones, no, muy por el

  • contrario, este tema despierta polémicas, dudas, sospechas, etc. Porque al hablar de este asunto estamos tocando lo que afecta TODA NUESTRA VIDA.

    Piense un momento… el dinero es el resultado de nuestro esfuerzo, nuestro cansancio y nuestro tiempo… y ¿ahora me vienen a decir que «debo entregar el 10%? Sí, efectivamente, porque ahora que hemos nacido de nuevo, tenemos ¡NUEVOS PRINCIPIOS PARA VIVIR! Y uno de estos «nuevos principios» es que ¡DIOS ES EL DUEÑO DE TODO!… y nos ordena que entreguemos a SU OBRA, una parte de lo que hemos recibido. ¿Y por qué debemos darlo? Y… ¿para qué debemos entregarlo? Por una razón que vamos a ir descubriendo en nuestro caminar. Esta es que: ¡¡DIOS QUIERE PROSPERARNOS!!

    Si solamente usamos nuestra razón por un momento, nos daremos cuenta que el propósito final de este mandamiento como el de todos los mandamientos, es sencillamente ¡HACERNOS BIEN! Y ¿cuál es el bien que DIOS se propone hacer en favor nuestro? ¡BENDECIRNOS CON SU ABUNDANCIA!...

    Digamos entonces que el camino hacia la prosperidad que Dios nos ha prometido, es el camino de la obediencia.

    ¡SI NO HAY OBEDIENCIA NO HAY PROSPERIDAD!!

    La obediencia y la prosperidad van unidas, van tomadas de la mano. Las dos se complementan entre sí. La una está ligada a la otra y viceversa. No obedecer, no solo es insensato, es además darle una oportunidad al enemigo para que nos robe de lo que es nuestro. Por esta causa la Palabra divina dice: «reprenderé por vosotros al devorador» … porque Satanás tiene como misión en esta tierra, el «hurtar, matar y destruir». ¿Por qué puede

  • hacerlo? Cuando desobedecemos la Palabra y no la guardamos como Dios manda. Toda vez que ignoramos esta verdad el enemigo de nuestras vidas estará al acecho para robarnos de las bendiciones celestiales. Por esto mismo es que Dios dice:

    «Reprenderé al devorador…y no os destruirá el fruto… en el campo».

    Creo que la simple respuesta al hecho que el salario de muchos creyentes no les alcanza, es porque son robados a veces sin que se den cuenta. Y aquí quiero compartir un breve testimonio de esto. Hace ya muchos años, tuve un «hijo espiritual» a quien intenté enseñarle la seriedad de esta verdad; pero lamentablemente no hubo fruto. Era decepcionante darme cuenta que se negaba a «darle a Dios lo que es de Dios» y aun así siempre le amaba y hasta le tuvimos viviendo en nuestra casa, bajo la bendición de estar en la «casa pastoral». Pero lo más triste fue descubrir que sus patrones le robaban mensualmente de su salario en las horas de trabajo que hacía.

    Sus patrones no solo le robaban de esta manera, también le tenían con el mismo sueldo por varios años. Aun cuando el escuchaba testimonios de gente bendecida se rehusada a «traer los diezmos al alfolí». ¿Quiere saber algo? Así viven muchos hijos de Dios, quienes teniendo acceso a los «bienes celestiales» y a la protección divina sobre lo que es nuestro, prefieren rechazar el desafío divino y no logran alcanzar esa «sobreabundancia» que está preparada para los que han aceptado el desafío:

    «Probadme ahora en esto» …

  • Sí mis amados…. Este es el camino que nuestro Padre Celestial ha diseñado para que lleguemos a vivir esta NUEVA VIDA bendecidos sobreabundantemente de tal manera que demos un testimonio de acuerdo a la palabra:

    «Y todas las naciones os dirán bienaventurados (bendecidos), porque seréis tierra deseable» ...

    Este es el Plan de Dios para cada creyente. Esto es lo que ÉL ha planeado para que SU Nombre sea glorificado entre las naciones. Porque la gente será atraída hacia nosotros para preguntarnos ¿«Cómo has hecho para tener tanta bendición»? Y ellos mismos desearán buscar estas bendiciones.

    Creo que, en esta área, la de las finanzas y la economía, donde el enemigo nos ha engañado sutilmente haciéndonos creer que, como dicen muchos creyentes: «Los diezmos son parte del Antiguo testamento» … y … «Los diezmos son parte de la ley y nosotros no vivimos por la ley», y mentiras como estas. PERO, la verdad es que, aunque los diezmos son enseñados plenamente en el A.T. como parte de la LEY para los judíos, fue Abraham, el Padre de la FE, quien descubrió este PRINCIPIO DE VIDA. No como una «ley» sino como una reacción a la Bendición de Dios hacia su vida. Por esto mismo es que Pablo escribe en su Primera carta a los Corintios en el Cap. 9:7.

    «Cada uno dé como propuso en su corazón, no con tristeza ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre»

    Lo maravilloso de la Santa Palabra es que es tan amplia y tan llena de Gracia que nos conduce a entender que ¡DIOS NO ES IMPOSITIVO! No. Él no nos OBLIGA a dar como si fuéramos

  • esclavos. No, Él nos da pautas para seguir con nuestra voluntad. Por esto es que siempre digo que el 10% no está tan enfatizado en el Nuevo testamento para que sepamos que YA TENEMOS UNA PAUTA EN EL A. T. Y en nuestro libre albedrío podamos seguir esa línea para saber que ese es el camino diseñado para que seamos prosperados. De manera que podemos decir que, para los creyentes del Nuevo Testamento, el 10% es para que tengamos una idea de lo que DIOS ESPERA DE NOSOTROS. Porque para los que vivimos bajo la Gracia no podemos dar menos de lo que la «ley» ordenaba a quienes aun no sabían de esta verdad.

    Mi ánimo no es ser contencioso ni argumentar si el diezmo es parte de nuestra responsabilidad o no. Lo único que quiero recalcar en este breve librito es el hecho que DIOS QUIERE QUE SEAMOS PROSPERADOS Y QUE VIVAMOS VIDAS BENDECIDAS EN TODAS LAS ÁREAS DE NUESTRA VIDA. Amén. Y para llegar a esta meta, el camino que Dios ha diseñado es que demos para Su Obra con liberalidad, esto es generosidad. Porque la ley divina es:

    «El que siembra generosamente, generosamente segará»

    De modo que podemos decir con toda convicción y firmeza que si sembramos menos del diezmo (10%) así también cosecharemos. La ley de la siembra y la cosecha es muy sencilla. Siempre la cosecha será directamente proporcional a la cantidad sembrada.

    Recordemos las palabras de Nuestro Señor cuando dijo en Lucas 6:38

  • «Dad y se os dará, medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo…»

    Siempre la ley será la misma, recibiremos de acuerdo a lo sembrado. De modo que todas las excusas para no diezmar solo limitarán la bendición «sobreabundante» que Dios tiene guardada para nosotros. Y no solo esto, además, como lo mencionamos más arriba, esta actitud de mezquindad dará lugar a nuestro adversario para robarnos y mantenernos escasos de las riquezas del Reino de los cielos.

    Ahora debo tocar un asunto que, aunque solo se habla en círculos de liderazgo, todo creyente lo debe saber. Y si usted es líder de su iglesia con mayor razón. Me refiero a la mezquindad para dar a los siervos de Dios que predican la Palabra lo que es digno de ellos. La Biblia dice 1 Corintios 9:14.

    «…Ordenó el Señor a los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio».

    Y esto tiene dos aspectos muy definidos. Uno se refiere al Pastor de la Iglesia local y el otro a los predicadores que visitan nuestras congregaciones. Ambos deben ser honrados con buenas ofrendas; pero tristemente la gran mayoría han vivido en desobediencia a este mandamiento. Es algo muy triste tener que mencionar en este libro que una de las causas bíblicas, de acuerdo al texto antes leído, de la falta de bendición económica en muchas Iglesias, es la falta de generosidad hacia los predicadores que traen un mensaje de bendición al pueblo de Dios.

    Todos los que hemos viajado predicando en un ministerio itinerante sabemos que hay ocasiones cuando se nos da una

  • «ofrenda de amor», esta más bien parece una «limosna de amor». Esta actitud hará que sea más grande la escasez dentro de esa iglesia, porque siempre la abundancia en nuestras congregaciones será equivalente a nuestra siembra con amor en la vida de los siervos que han venido a bendecir al pueblo de Dios. En Mateo 10:40-42, Jesús mismo hizo referencia a esto cuando dijo estas palabras:

    «El que recibe a un profeta, por cuanto es profeta, RECOMPENSA DE PROFETA RECIBIRÁ…Y CUALQUIERA QUE DÉ A UNO DE ESTOS PEQUEÑITOS UN VASO DE AGUA FRÍA SOLAMENTE… ¡¡NO PERDERÁ SU RECOMPENSA!!

    El camino para que una Iglesia viva en prosperidad comienza en el Pastor y el cuerpo de líderes dando ofrendas generosas y bendiciendo a otros ministerios para que esta promesa se cumpla en la vida de todos los creyentes.

    Tomé esta decisión de bendecir a otros ministerios hace muchos años y al pasar del tiempo veo cosechas tras cosechas que recibimos de parte de quien prometió «recompensa de justo recibirá».

    Hemos vivido varios años arrendando lugar donde congregarnos; pero ahora que tenemos la oportunidad de comprar nuestro propio templo, no me cabe ni una duda, que Dios suplirá TODAS NUESTRAS NECESIDADES CONFORME A SUS RIQUEZAS EN GLORIA EN CRISTO JESÚS» porque hemos decidido vivir de la misma manera como los Filipenses, que enviaron al Apóstol Pablo «una y otra vez para suplir sus necesidades» (Filipenses 4:16). Esta promesa ha sido citada erróneamente por gente que no han sabido participar en bendecir el ministerio de otros

  • siervos de Dios. Lamento decirles que esta promesa es SOLO PARA QUIENES HAN RECONOCIDO Y BENDECIDO EL MINISTERIO DE LOS SIERVOS DE DIOS.

    Ahora quiero concluir este capítulo haciendo un llamado a usted quien tiene en sus manos este librito. Probablemente usted ha estado luchando con esta verdad por mucho tiempo y esperaba «más luz sobre el tema».

    Ahora que ya ha recibido más «luz» por la Palabra de Dios, no siga demorando las bendiciones de Su Padre Celestial sobre usted. Comience a diezmar y a ofrendar ahora mismo. Tome esta decisión y transfórmese en un «Hijo Bendecido… ¡PARA BENDECIR»! …para bendecir SU HOGAR… SU IGLESIA… SU CIUDAD Y SU PAÍS. ¡Sea usted uno de aquellos que harán la diferencia! ….. Y contagie a otros. ¡Amén!

  • Capítulo 5

    LA CONTROVERSIA DE LA PROSPERIDAD

    ¿POR QUÉ HAY RECHAZOS A ESTA VERDAD?

    «Hombres corruptos…que toman la piedad (la fe) como fuente de ganancia apártate de los tales».

    (1 Timoteo 6:5)

    Cada vez que se menciona esta palabra de prosperidad se produce controversia, pues aún hay libros escritos en contra de las verdades expuestas en este breve librito. Pero debemos decir que debido a los excesos producidos por predicadores que han buscado solo beneficios personales de este tema, ha habido confusión en el pueblo de Dios y por esto mismo se ha cuestionado y rechazado esta verdad aun en cristianos bien intencionados.

    El pasaje recién citado nos dice claramente que siempre ha habido gente que ha tomado la Palabra como un medio para vivir. Y este tema de la prosperidad es uno de los favoritos.

    En la Iglesia que fundamos en West Covina, California, tuvimos varias y tristes experiencias al haber tenido en nuestro medio algunos predicadores itinerantes que viven de la manipulación de

  • este tema para sacar ventajas personales. Al darme cuenta de sus motivaciones he sido fuerte y les he confrontado con amor y firmeza.

    Bueno, pero hablemos más concretamente, ¿cuáles son estas manipulaciones? ¿Cómo puede usted darse cuenta que hay manipulación en la predicación? Trataré de responder esta y otras preguntas en este capítulo con la intención de ayudarle a descubrir la bendición de esta verdad y al mismo tiempo para que la Palabra expuesta en los capítulos anteriores alcance su objetivo, el cual es Bendecir su vida para que usted también pueda bendecir a otros.

    La manipulación más común se hace evidente cuando se llama a la gente a dar sin enseñar que para llegar a vivir una vida próspera se debe desarrollar la disciplina de «dar a Dios lo que es de Dios». Además, no se le dice a la gente que esta disciplina toma tiempo para que alcance el fruto deseado. No, nada de eso, solo se les dice que «Si usted da $5, Dios le dará $10». Aparte de esto se le dice a la gente que «tienes que dar HOY para que tu negocio prospere mañana», Dando así la impresión de una gratificación inmediata. Aunque la Biblia dice muy claramente que …” el labrador espera el precioso fruto de la tierra” (Santiago 5:7). Esto quiere decir que….

    NO SIEMPRE HAY RECOMPENSA INMEDIATA A NUESTRA SIEMBRA EN EL REINO DE DIOS.

    Más bien, la excepción a la regla es cuando damos y recibimos una bendición en breve tiempo. Pero, reafirmo, no siempre es así. Sin embargo, en honor a la verdad, ninguna siembra en el Reino de Dios se queda sin recompensa.

  • El otro error muy común es cuando se presentan a la iglesia los desafíos y planes de desarrollo como si fueran una «visión de Dios» cuando detrás de ellos lo único que hay es la vanagloria que da el poder del dinero. Un hermano en Cristo quien fue líder de una Iglesia de varios miles de personas, me compartía con dolor, que tuvo que dejar esa congregación debido a los «excesos» del Pastor en esta área de pedir indiscriminadamente y con manipulaciones. Esto me lo decía con evidente dolor en sus palabras y en ellas reflejaba la preocupación por el mal uso de esta verdad.

    Me contaba este hermano que era una constante del pastor estar presentando nuevos «sueños» ante la iglesia sin importarle la carga que representaba para ese rebaño. Lo único que importaba era «alcanzar la meta». No había opciones para dar lugar a la Palabra que dice: «cada uno dé como propuso en su corazón» … (2 Corintios 9:7).

    En este caso que les comento, el propósito de enseñar esta palabra no era que el pueblo fuera bendecido, sino que SUS PROPIAS METAS FUERAN ALCANZADAS. Y para esto había que «estrujar» al pueblo. Yo no estoy en contra de presentar desafíos al pueblo de Dios, estos son saludables y ayudan a desarrollar la fe, pero cuando estos se transforman en medios de manipulación en vez de traer bendición solo acarrean dolor y confusión.

    «Obedecer es mejor que los sacrificios» dice en 1 Samuel 15:22. Porque cuando nosotros obedecemos la palabra de Dios en cuanto a dar nuestros diezmos y ofrendas, no necesitaremos de «hacer sacrificios» para ofrendar, esto lo haremos con alegría de

  • corazón, así como Dios quiere que sea hecho porque «Dios ama al dador alegre».

    «Cuando des limosna (ofrendas) no hagas tocar trompeta delante de ti… mas tú cuando des limosna (ofrendas) no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha… y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público» (Mateo 6:2) Este es el principio que debe regular nuestra vida y es justamente lo contrario que hace la gente que manipula las emociones para «sacar más dinero». He estado en reuniones donde se dice: «Ahora los hermanos que tengan los billetes más grandes pueden pasar». Allí pasan corriendo para que todos los vean, y sean «alabados por los hombres».

    Precisamente esta gente es la que no recibirá nada. Porque la manipulación siempre está detrás del dinero a cualquier costo. Toda manipulación para «sacar el dinero» a la gente es completamente contraria a las enseñanzas del apóstol Pablo. Pues él mismo, cuando enseña esta verdad: «que los que anuncian el evangelio vivan del evangelio», añade un poco más adelante:

    «PERO YO DE NADA DE ESTO ME HE APROVECHADO, NI TAMPOCO HE ESCRITO ESTO PARA QUE SE HAGA ASÍ CONMIGO» (1 Corintios 9:14-15-18).

    Este sí es un verdadero siervo de Dios, quien está dispuesto a «trabajar con sus propias manos» para no causar ningún tropiezo a los creyentes y así presentar «gratuitamente el evangelio para no abusar de sus derechos». Ya expuse brevemente en los capítulos anteriores que todos los siervos de

  • Dios tenemos derechos asignados por nuestro Señor y Salvador Jesucristo para «vivir del evangelio» ...Pero; ¡NO TENEMOS DERECHO DE ABUSAR DE ÉL!

    Debido a lo que se ha estado haciendo con esta verdad acerca de la prosperidad, que ha sido un abuso que ha cansado al pueblo, ahora hay una resistencia a experimentar esta bendición de Dios.

    Amado, aunque usted también haya sido testigo de estas manipulaciones, no deseche esta verdad cuyo propósito es prosperarle para que viva la vida abundante y llena de bendiciones que Dios nuestro Padre Celestial tiene reservada para nuestras vidas.

    El propósito de toda bendición es que ésta alcance a otros que aún no han experimentado las abundantes «riquezas de la Gloria de Su Gracia». Porque yo creo que, así como Dios trató a Abraham, así también nos quiere tratar a nosotros en este siglo:

    «De cierto te bendeciré con abundancia… (Hebreos 6:14) «y serás bendición».

    El plan divino siempre ha sido que «poseamos nuestra tierra prometida», que alcancemos las promesas; pero que todo esto sea una bendición también para bendecir a otros. De esta manera podemos decir con toda seguridad: ¡¡¡SOMOS HIJOS BENDECIDOS… PARA BENDECIR!!!

    SALMO 23

    JESUS ES EL BUEN PASTOR

  • 1.- «JEHOVÁ ES MI PASTOR»

    ¡TENGO A ALGUIEN QUE VELA POR MÍ! VIVIRÉ POR SU AMOR, PERDÓN, Y ACEPTACIÓN PORQUE SOLO ÉL ES MI GUIA Y MI GUARDADOR.

    2.- «NADA ME FALTARÁ»

    ÉL CUBRIRÁ TODAS MIS NECESIDADES ESPIRITUALES Y ¡AUN MIS NECESIDADES MATERIALES!

    3.- «EN LUGARES DE DELICADOS PASTOS ME HARÁ DESCANSAR»

    NO SERÁ CUALQUIER LUGAR…SERÁ LO MEJOR DE LOS PASTOS DONDE PODREMOS DESCANSAR Y TOMAR DE LA VIDA ABUNDANTE.

    4.- «JUNTO A AGUAS DE REPOSO ME PASTOREARÁ»

    ÉL QUIERE LO MEJOR PARA TI. VENID A MÍ TODOS LOS QUE ESTÁIS TRABAJADOS Y CARGADOS … ¡¡Y YO OS HARÉ DESCANSAR!!

    5.- «CONFORTARÁ MI ALMA»

    EL DESEO DE NUESTRO PADRE ES DARNOS ÁNIMO Y FUERZA PARA EL LARGO CAMINO A LA ETERNIDAD.

    6.- «ME GUIARÁ POR SENDAS DE JUSTICIA»

    SOLO ÉL SABE LO QUE ES MEJOR, SUS CAMINOS SON SIEMPRE RECTOS, POR ESTO DEBEMOS DEJARNOS GUIAR.

  • 7.- «POR AMOR DE SU NOMBRE»

    NUEVAMENTE REPITO ESTE CONCEPTO, ESTA LEY DIVINA. LO QUE DIOS NOS DA, LO DA POR AMOR, NO POR MÉRITOS NUESTROS… POR AMOR DE SU NOMBRE… ¡POR SU GRACIA!

    8.- «AUNQUE ANDE EN VALLE DE SOMBRA Y DE MUERTE»

    AUNQUE TENGAMOS QUE VIVIR TIEMPOS DIFÍCILES, DE ANGUSTIAS Y TEMORES… ¡EL ESTARÁ CON NOSOTROS!

    9.- «NO TEMERÉ MAL ALGUNO»

    ¡¡¡ESTO NOS LLEVARÁ A LO SEGURO, A LA BENDICIÓN!!!