DOCENCIA, GLOBALIZACIÓN Y TECNOLOGÍA

Transmitir conocimientos, enseñanzas, éticas, cultura es una labor sumamente compleja y por ello es un terreno singular atravesado por tensiones, dilemas y decisiones razonadas que hay que construir, contrastar con múltiples realidades y contextos de reflexión, diálogo entre distintos agentes. Durante toda la historia se ha intentado implementar formas metodológicas para poder transmitir la información necesaria de la mejor forma a los estudiantes, para que ellos la asocien y se logre el objetivo propuesto, sin embargo en el siglo XXl ha tomado con más fuerza un modelo cultural globalizado apoyado por los grandes avances tecnológicos que actualmente se han logrado como computadores, internet, tabletas, celulares, etcétera; esto ha hecho que la información sea poder y que la podamos alcanzar bajo la facilidad de un “click” pero, ¿todas estas nuevas herramientas podrán fortalecer el ejercicio de la docencia?. La respuesta depende de las nuevas estrategias que junto con la globalización deben ir progresando, encaminado a obtener los mejores beneficios de la tecnología y de la información, sin embargo la experiencia ha demostrado que en Colombia esto ha conllevado a nuevos problemas dentro del aula de clase, tales como los estereotipos de mujeres y hombres haciendo que los estudiantes le encuentren en muchas ocasiones más intereses a su aspecto físico, haciendo que el interés de los alumnos por el aprendizaje sea cada vez menor y a pesar de que en el presente el docente no es quien tiene la última palabra en la enseñanza de un determinado tema, las nuevas tecnologías como el internet se ha convertido en una herramienta valiosísima de transmisión de información y también un instrumento poderoso para la enseñanza.

Por otra parte, en la actualidad colombiana y de muchos países a nivel mundial se hace tangible una serie de problemáticas que afectan en relación directa al profesorado, entre los cuales se encuentra un agotamiento marcado por la retribución económica, el desprestigio social y la falta de espacios de autonomía que llevan a una carga emocional muy importante, dificultándole la tarea, provocándole incapacidad académica, rutina y conformismo a los mismos. Juan Manuel Escudero Muñoz en “Dilemas éticos de la profesión docente”, postula que la reflexión ética sobre la profesión docente pone el acento en deberes que ha de asumir el profesorado sin que ello suponga descuidar sus derechos. Tomando como referencia diversas perspectivas éticas, analizando las responsabilidades docentes en relación con la garantía del derecho de todas las personas a la educación, una conciencia social y educativa crítica, el cuidado y la personalización educativa, la formación y el desarrollo del profesorado, la implicación activa y los compromisos con la comunidad educativa que se deben tener en cuenta para el ejercicio de la profesión docente.

La educación hoy en día supone como garantía el panorama a una igualdad social para todas las poblaciones, emerge múltiples proyectos y planes a fin de cambiar de perspectiva con el objeto de mejorar y promover calidad en cuanto a educación, el profesorado dentro de su ética como profesional cumple responsabilidades dirigidas por directivos de sector público o privado que van unificadas bajos ciertos criterios que hacen que la educación según su visión ascienda o descienda, viviendo bajo una sociedad de consumo donde todos y todas queremos sobresalir y llegar al éxito, bajo una miraba globalizada es necesario promover en todas las personas el deseo por la superación personal sea en cualquier campo; es por esto que los profesionales en educación están y deber estar capacitados para asumir diversos retos que imponga la sociedad y la escuela de allí que su responsabilidad y ética va ligada a que los estudiantes obtengan aprendizajes significativos bajo la sociedad de información, que permite y se basa en el desarrollo de las tecnologías informáticas y de la comunicación, que han hecho que la información sea poder y que debamos aprender a usarla en beneficio del desarrollo humano.

La conciencia social va dirigida a todos los seres humanos y si a esto se le suma una conciencia en la educación critica va más encaminada al profesorado, debido a que los docentes son los responsables en la formación integral de cada estudiante iniciando desde muy temprana edad, este proceso sostiene la responsabilidad en la medida en que tienen en sus manos recrear con las nuevas generaciones un determinado legado cultural. Para ello es preciso sostener una tensión entre pasado y futuro, entre ser y deber ser. A las personas que se dedican a la enseñanza les toca la tarea y el compromiso inexcusable de reconocer las formas de ver, interpretar, pensar y actuar en el mundo que tienen sus estudiantes y construir sobre ellas otras más inteligentes, humanas y cívicas que busquen el bienestar suyo y el de las demás personas; la sociedad de información inmersa como estrategia del manejo de Tic´s influye como ámbito fundamental para la transversalidad de la educación y cambio de panoramas y perspectivas.

Las exigencias de la sociedad digital demanda un docente competente en todas las áreas del saber, con una formación integra y de calidad, es decir, un profesional con conocimientos intelectuales sólidos y propósitos morales bien justificados, para ser un buen docente, es preciso crear espacios y condiciones para créarlo. En la actualidad el profesorado tiene que contar con una formación inicial seria, con condiciones de trabajo que le permitan ampliar y enriquecer ideas, capacidades, deseos y propósitos durante el ejercicio de la profesión, y acceder a contenidos rigurosos y coherentes con los deberes que se le atribuyen, así como con metodologías y oportunidades formativamente poderosas para aprender a aprender con sentido, tanto individualmente como con los demás colegas y otros agentes sociales. Así mismo la formación y el desarrollo profesional, implica proyectos en los cuales no se atribuyan contenidos y los procesos contra su voluntad, todos los docentes tienen el derecho de ser bien

formados, no como un pegote al desempeño de la profesión, sino como algo esencial para ejercerla como es debido.

Así mismo el educador es un ser social, que está llamado a actuar con otros miembros en pro de la educación de calidad en una comunidad educativa, por lo tanto el educador debe trabajar en conjunto, practicando el valor de la participación autentica, el dialogo institucional abierto a toda la comunidad y la práctica consecuente de una democracia, esto es lo que llama furman a una ética comunitaria democrática. El docente debe ejercer una implicación activa, una participación en cuanto a hacer posible un buen clima, no solo en el aula de clases sino a todo el centro educativo haciéndose relevancia en los centros como comunidades de aprendizaje docentes, siendo este un ejercicio de participación donde se puedan concretar ideas y proyectos conjuntos, para crear un espacio de relaciones sociales e intelectuales que faciliten el desarrollo profesional que asi mismo permitirá grandes logros a la comunidad educativa en especial a los estudiantes que son los agentes importantes, esta implicación activa, participativa y democrática debe también permitir que las familias y los estudiantes participen, tengan voz dándoles un lugar en los procesos educativos.

La profesión docente al igual que otras profesiones implica retos, exigencias de calidad en un ambiente que se inadapta o desestabiliza, es decir que sufre crisis y a los cuales el docente esta inherente, llamado a participar de manera activa, la crisis es la vivencia del efecto de la desestabilización de nuestra relación con ese contexto, por lo tanto uno de los deberes que implica la profesión docente es poder responder responsablemente a todas las crisis y dilemas que lo rodean, pero como puede este actuar de manera prudente cuando no se le ha dado la formación requerida, las estrategias y herramientas que le permitan afrontar los problemas en una sociedad que se reconoce como “de la información”, cuando la percepción que se tiene de él es mantenerlo en una minusvaloración intelectual, cuando no son tratados con justicia y reconocimiento por su trabajo, donde no reciben una remuneración adecuada en consonancia con el valor que se les reconoce, la mayoría no siente crisis alguna, sino que expresa el malestar de huida, pero sin embargo la profesión docente implica atender a cualquier exigencia del contexto con ética, a estar en constante actualización llevando a cabo sus deberes como profesional y sin dejar a un lado sus derechos y su integridad como persona, además de su disciplina profesional también tiene su autonomía que le permitirá actuar en un contexto determinado. Ante toda estas problemáticas nos cuestionamos ¿vale la pena ejercer la profesión docente en la sociedad de la tecnología y la globalización?