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  • Platn y Aristteles: la raz de la teora tradicional del conocimiento Son Platn y Aristteles los dos grandes pilares de la teora tradicional del conocimiento. Por razones de peso su influjo es impresionante. Puede afirmarse que de ellos brotan las principales lneas de fuerza de la tradicin filosfica occidental. Al final de esta nota ampliaremos esta observacin inicial. Esta circunstancia, como sucede en general con los fenmenos histricos, tiene por supuesto su cara y su cruz, sus luces y sus sombras. Si una teora filosfica se postula como una solucin a un problema (o como una respuesta a una pregunta) hay que decir que en la compleja y fascinante obra de Platn y Aristteles encontramos una solucin potentsima que a su vez es, si la examinamos con detalle y en profundidad, un nido de dificultades nunca adecuadamente resueltas; algo que, si seguimos el curso del pensamiento, nos lleva tanto a revisar los distintos aspectos de la solucin ofrecida como, en ltimo trmino, a reformular el propio problema que sus textos pretendan encarar. Con ambos y ms ac de las diferencias entre uno y otro- surge la tesis central de la teora tradicional del conocimiento. sta teora esta parte de la filosofa- pretende lograr (o busca alcanzar) una fundamentacin del saber absoluto. Su tarea, por lo tanto, se orienta hacia la localizacin y explicitacin del Fundamento nico, inquebrantable, etc.- del conocimiento absoluto (un conocimiento es absoluto si es completo, ntegro, incorregible, enteramente justificado, etc. es decir, incluye el sistema total de la verdad, por as expresarlo). Hemos indicado que la relevancia enorme de Platn y Aristteles se cifra en que en sus obras se encuentran y articulan por vez primera los principales elementos que constituyen la entraa de la teora tradicional del conocimiento, esto es: de la teora del conocimiento preponderante en el conjunto de la historia occidental. Cules son esos elementos? Bsicamente cuatro: el logicismo, el matematicismo, el taxonomismo (o clasificacionismo), el causalismo. No es el momento an de exponer esto con ms detalle. nicamente aadiremos dos matices: a) las expresiones propuestas incluyen un cierto aroma peyorativo, pero no es esto lo ms importante de ellas pues, por as decirlo, pretenden ms bien calificar que descalificar (es cierto que el logicismo, por ejemplo, consiste en exagerar el poder de la lgica en la dinmica del conocimiento de la verdad, pero para empezar no es esto lo que se pretende subrayar a pesar de que vaya implcito en la propia expresin); b) esos elementos constituyen lneas subterrneas que atraviesan el desarrollo histrico de la teora del conocimiento organizndolo desde dentro (un ejemplo: un autor moderno como Descartes es la resultante de combinar el matematicismo con el causalismo y de rechazar expresamente tanto el logicismo como el taxonomismo aunque para que el retrato del racionalismo de Descartes sea completo hay que aadir un elemento nuevo, especfico de la modernidad, cul? el metodologismo, es decir, la tesis de que el conocimiento de la verdad depende principalmente de la estricta aplicacin de las reglas de un mtodo-). La teora tradicional del conocimiento, importa resaltarlo, siempre ha estado recorrida por confrontaciones crticas entre las soluciones que se proponan como capaces de resolverr el problema principal (el del fundamento del saber absoluto).

  • Esto ya ocurre entre los dos autores a los que estamos aludiendo (un aspecto clave en la gnesis del aristotelismo se encuentra en su crtica de lo que el discpulo consideraba errores de su maestro). Pero si recorremos los complicados avatares de la filosofa en el siglo XIX y XX parece que en este terreno se atisba el intento de dar un paso ms (esto es lo que parece pues tambin podra suceder que ese pretendido paso sea l mismo ilusorio). Hacia qu meta apunta ese indeciso paso? Hacia una revisin profunda de lo que una y otra vez y con tenacidad ha intentado conseguir la teora tradicional del conocimiento. La meta sealada incluye por lo tanto una conviccin que tiene que ser muy bien explicada y razonada: la de que la teora tradicional del conocimiento requiere, desde dentro, una radical reforma. Desde luego que este punto nos conduce mucho ms all de los objetivos de la asignatura: ofrecer una introduccin a la teora del conocimiento. Pero hemos expuesto esta consideracin para recalcar una cosa: tal reforma carece de sentido incluso en el mero estado de anuncio, de programa- si no hay detrs un serio y detallado estudio de lo que con tanto ahnco la tradicin ha intentado. Volvamos a Platn y Aristteles. En ellos, para empezar, la teora del conocimiento es inseparable de su metafsica. Cmo calificar su posicin de fondo? En ambos, con modulaciones diferentes, encontramos un realismo esencialista. Qu significa esta posicin en el terreno de la teora del conocimiento? Vemoslo. El realismo esencialista se caracteriza por llevar a cabo dos operaciones:

    a) Por un lado proponer a travs de una serie de pruebas y argumentos que habra que analizar con detalle- una esencializacin de los fenmenos, de los entes, del mundo mismo. Esto implica postular un nico universo eidtico (un nico conjunto de esencias Formas o Ideas); ste es considerado como el fundamento del conocimiento absoluto (de la epistme o la sopha, por acudir a los trminos ms frecuentes en la filosofa griega as orientada).

    b) Qu quiere decir, por otro lado, realismo? En muchos libros se lo define as: el realismo implica la primaca del objeto sobre el sujeto. Esta definicin encierra una dosis de verdad: en efecto en el realismo se afirma la prioridad o el protagonismo de lo conocido en el conocimiento (pues se considera que lo conocido es lo independiente, lo previo, lo autosuficiente, etc.). Pero es preciso aadir que esta definicin incluye un grave error. Cul? Formalmente (esto es, en una versin mximamente estilizada del asunto) el conocimiento de la verdad fragua y cristaliza, cuaja, en la relacin entre algo conocido (o algo cognoscible) y un cognoscente (un ser vivo inteligente, en nuestro caso). Es muy habitual pero no por ello, sin ms consideracin, acertado- denominar a lo conocido objeto y al cognoscente sujeto; pero estas denominaciones no son ni inocentes ni evidentes (y menos an cuando se las aplicamos alegremente a Platn y Aristteles). La tesis de que la relacin cognoscitiva ocurre entre un sujeto y un objeto es una tesis especficamente moderna procedente en el fondo de una posicin Idealista: es por ello un anacronismo aplicarla automticamente al mundo griego. Pero hay aqu algo ms en lo que ahora no podemos profundizar: tal vez, considerada en s misma, y por ms que la hayan sostenido y defendido importantes y notables autores, se trate de una tesis incorrecta o, por expresarlo con ms exactitud, tal vez a la hora de esclarecer la ndole propia de la relacin cognoscitiva entre lo conocido y el cognoscente- esta tesis

  • introduce una serie de supuestos que vuelven el asunto mismo confuso y oscuro (una exposicin ms amplia de este punto puede consultarse en dos artculos que he publicado en la revista electrnica La Caverna de Platn: La moderna teora del conocimiento y el problema del mundo externo y Un ensayo de fenomenologa: el a priori de correlacin).

    Llegados aqu, y casi para concluir, podemos precisar ahora un poco ms en que podra consistir el intento de una reforma de la teora tradicional del conocimiento. Un aspecto de esta reforma consistira en refutar los puntos de apoyo del realismo esencialista platnico y aristotlico (algo que es, por otra parte, cualquier cosa menos sencillo). Para empezar habra que revertir la operacin de esencializacin de los fenmenos, esto es: habra que des-esencializar el mundo, Cmo? Probando con slidos argumentos que ste no est acaparado por un nico universo eidtico, por un reino ideal de esencias (Formas o Ideas). A continuacin habra que desbaratar el realismo (y con l su doble inverso y simtrico, el idealismo aupado por autores modernos como Kant o Hegel); leyendo, por ejemplo, los libros de Jos Ortega y Gasset Qu es conocimiento? o Qu es filosofa? se puede entender por qu motivos resulta razonable emprender una tarea as (otra cosa es que se acierte en proponer algo ms atinado pues el asunto mismo es, como he resaltado, complejsimo).

    Concluiremos con un cuadro abreviado del influjo inconmensurable de Platn y

    de Aristteles ms all del mundo clsico griego en el que emergi su propuesta. En la Edad Media cuaj un platonismo pagano (el neoplatonismo de Porfirio,

    Plotino o Proclo) y un platonismo cristiano (San Agustn y el agustinismo por ejemplo San Anselmo); el aristotelismo tuvo tambin su tarda versin pagana en el llamado averroismo latino (el cual tuvo un desarrollo breve pero fulgurante) y la versin cristiana protagonizada por Santo Toms de Aquino (desde entonces la filosofa oficial de la Cristiandad).

    En la Edad Moderna como nos ha ayudado a entender en sus libros Alexander

    Koyr- tanto la ciencia moderna (la fsica-matemtica de Coprnico, Kepler, Galileo, etc.) como el racionalismo (Descartes, etc.) se erige sobre una plataforma platnico-pitagrica. Por otra parte el aristotelismo tiene su reflejo en el empirismo ingls (en el que se toma buena nota del lema la experiencia es la madre de la ciencia). El Idealismo transcendental de Kant (en el que se concede un papel primordial al Sujeto cognoscente) se formula en equidistancia respecto al racionalismo y el empirismo por ello puede decirse que tambin es equidistante al platonismo y el aristotelismo. Por otro lado a Hegel puede tenrsele por el Platn moderno: su metafsica dialctica recoge en clave Idealista (es decir, bajo la ptica de la primaca del Espritu humano como Sujeto de la Historia) tramos decisivos del platonismo. Ya en el siglo XX cabe sostener que Husserl el fundador de la fenomenologa- est tambin en una posicin equidistante respecto a estos dos gigantes de la filosofa. Por ltimo las filosofas de Nietzsche y Heidegger tan distintas en casi todo lo dems- tienen en la crtica a Platn y Aristteles uno de sus principales puntos de partida (algo que precisamente resalta la importancia de los dos autores griegos pues discutir con ellos tratando de refutarlos es la mayor prueba posible de que los tienen en cuenta como cruciales y decisivos). Desde luego, y sea dicho para terminar, no debe entenderse que ninguno de los autores o las corrientes mencionadas son literalmente platnicos o aristotlicos, en cada uno de ellos actan con

  • vigor otros elementos que modulan y cambian el conjunto resultante; pero esto ltimo no evita que, en el fondo, latente, como secreta y poderosa lnea de fuerza subterrnea, algo de lo que pusieron de relieve Platn o Aristteles siga latiendo y palpitando en ellos.