DUNS ESCOTO (FILÓSOFO)

Exposición clara y sucinta de las principales doctrinas filosóficas de Escoto.

Vida y formación académica de Duns Escoto

Nació en la localidad de Duns (condado escocés de Roxbourg), en el vecino condado de Berwick. La fecha de su nacimiento se sitúa entre el 23 de diciembre de 1265 y el 17 de marzo de 1266.

Perteneció a una familia de terratenientes, benefactora de los Hermanos Menores. Su padre se llamó Niniano Duns del condado de Littledean, y su tío ingresó a la OFM tomando el nombre del padre Elías Duns.

Desde muy joven se sintió llamado a la vida franciscana. Por eso, a los 15 años, edad canónica para ingresar al noviciado, vistió el hábito franciscano y fue inscrito oficialmente en la Orden.

El 17 de marzo de 1291 Escoto fue ordenado sacerdote. Tenía exactamente 25 años. En el transcurso de los años antes de su ordenación (1281-1291) estudió en varios lugares y no sólo en Oxford, como tradicionalmente se suponía. Por ejemplo, el trívium y el quadrivium los hizo en la Facultad de Artes de París. Esto explica la familiaridad de Escoto con el pensamiento de Egidio Romano, de Godofredo de Fontaines y, en especial, de Enrique de Gante, que en aquellos años eran los maestros más famosos de la Universidad.

Una vez ordenado sacerdote, fue enviado a París por los superiores para perfeccionar su cultura teológica y prepararse para conseguir el título de magister theologiae. De 1291 a 1296, durante cinco años, Duns Escoto consiguió desarrollar sus dotes especulativas y adquirir la madurez y profundidad de juicio que se admiran en sus escritos. Sin embargo, la práctica escolástica de quien aspiraba al título de magister theologiae en París o en Oxford exigía una permanencia continua de al menos nueve años en la misma universidad. Pero, los superiores de la Orden, haciendo uso de un privilegio concedido a dominicos y franciscanos, en 1299 llaman a Duns Escoto para que regrese a Inglaterra y utilice el título de bachiller «formatus» en las universidades de Oxford y Cambridge. Esto está confirmado por los manuscritos que contienen la redacción de las lecciones impartidas en Oxford (la Lectura prima) y en Cambridge (la Reportatio cambrigensis).

Al ver los superiores la potencia de su mente y la eficacia de enseñanza decidieron hacerle conseguir el título de magister theologiae por la Universidad de París, «metrópoli de la filosofía y de la teología». Sin embargo, la carrera académica de Duns Escoto fue bruscamente interrumpida por la represalia que el rey de Francia asumió contra los religiosos que se aliaron contra él y contra su política anti-papal. Así, Duns Escoto no dudó en seguir el camino de la conciencia y de la verdad.

Regresó a Inglaterra, específicamente Oxford, donde enseñó durante el año escolástico 1303-1304. Calmada la tormenta –muerte del papa Bonifacio VIII, quien estaba en lucha con el rey de Francia Felipe el Hermoso– y allanadas las dificultades políticas, Juan Duns Escoto regresa a París en 1304, por decisión del General, para obtener el título de Maestro. Después de algunos retrasos, lo obtuvo alrededor de la Pascua de 1305, siendo Canciller Simón de Guiberville.

Este segundo período de clases en París del Doctor Sutil se hizo famoso en la tradición escolástica por su batalla teológica a favor de la Inmaculada Concepción de María Santísima. En estos últimos años, la evidente historicidad de esta célebre disputa ha sido demostrada por el padre Balic con abundantes argumentos; por ella merece Duns Escoto no sólo el título de doctor, sino también el de caballero de la Inmaculada.

A raíz de un nuevo enfrentamiento entre Felipe el Hermoso y el Papa, por el proceso que se estaba preparando contra los Templarios y contra aquellos maestros que defendían la tesis teológica de la Inmaculada Concepción –calificada de herética–, Gonzalo de España, a la sazón Padre General de la Orden, ve por conveniente sacarlo de París por la atmósfera difícil y nada confiable que se formaba sobre la cabeza del Doctor Sutil y, porque lo estimaba sobremanera, decide enviarlo a Colonia. Allí su presencia será muy útil para reorganizar el Studio franciscano de esa ciudad y para combatir la herejía de los begardos, que tenía muchos seguidores por aquellas regiones.

Una vez más, la obediencia religiosa, la fidelidad al Papa y el amor a la Virgen lo obligaron, pues, a ponerse en marcha y a dejar otra vez el gran centro teológico de París, patria espiritual de todos los grandes Maestros del siglo XIII.

En Colonia trabajó incansablemente todo un año y el 08 de noviembre de 1308, más o menos a los 43 años de edad, el generoso luchador, consumido –se diría– por el pensamiento inflamado de amor, inclinó la cabeza para siempre.

Sobre su sepulcro, en Colonia, fue esculpido este dístico latino:

Scotia me genuit – Anglia me suscepitGallia me docuit – Colonia me tenet

Es la síntesis histórica de toda su vida.

Duns Escoto unió a la gloria de la doctrina la de la santidad.