E LA MUSICA - Revista de la Universidad de México · M. Ponce. Otros pianistas dis ... sinfónicos...

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24 UNIVERSIDAD DE MEXICO ... lleven tmjes demasiado recargados ... ... escenog1'f.J.Jta realtzada ... ca, a un noble pastor corintio. -Luis Lomen extraordinario en su pequeño pero difícil parla- mento, tan importante en la obra, de cuya buena o mala ex- posición dependen los efectos .finales de la tragedia. El joven David Hayat, a quien inventa- ron de lazarillo, pues que yo -sepa. no se le ocurrió a Sófo" eles, tan compungido y con un increíble traje azul rabioso, que distrae la espléndida esce- na final. Es mucho más mático y teatral la soledad del Edipo ciego en la escena, quien, final de su terrible monó- !ogo, es conducido por el pro- pio Creón. Estas observaciones, que no son de un crítico "profesional" -y por ello más desinteresa- das, más auténticas y hasta tal vez más válidas- pero de un historiador, son con el fin úilico de mejorar el ya maduro y bien trazado Teatro Univer- sitario, que está cumpliendo su verdadero papel poniendo en escena obras de carácter uni- versal, sin ridículos nacionalis- mos. , Hacer buen teatro, de todas las épocas. Preseritar obras di- ferentes a las que se ponen en todos los teatros y teatritos de México. Lograr todo el decoro posible. Entusiasmar a los jó- venes estudiantes ante un es- pectáculo que sea goce y ejem- plo. Destacar futuros actores. Conocer, en fin, el arte drami- tico, es la cima a la que debe l1egar, si es que no está ya en ella, el Teatro Universitario. que Indiano y Yeyre Beirute muy dignos en sus papeles de ancianos. Así también Landa, a pesar de su corto papel, y Al- varo Matute, que sabe bien pasar de un convencido fascÍ- neroso o galán cinematográfi- Petrone. El Creón es Angel Merino, lleno de compostura y serenidad. Hortensia Santove- ña, la Yocasta, trágica y aluci- nada, sin poder hacerlo mejor, tal vez por la funda de almoha- da con que la vístieron. Enri- 1 no le corresponden. Los coros se mueven con mejor acierto, salvo algunos momentos, como ese en que ponen cabeza con cabeza como en el momento inicial del futb01 americano. Tampoco es debida la fo:-ma de comenzar la tragedia con esos mendigos harapientos un- tactos en el suelo a la oriental. Esos, a quienes dice Edipo: "Oh hi jos, nueva raza del an- tiguo (admo" ¿ pueden estar representados por una especie de apestados a la usanza de la pintura romántica "histórica"? "Prosternarse", verbo que em- plea Sófoeles, no es revolcarse en el suelo y luego salir de es- cena como caravana de para- líticos. Detalles hay también, si bien insignificantes, que hay que corregir, como el que Creón conserve toda la trage- dia la corona de laurel que sólo debe traer como mensaje- ro oráculo de DeHos. Mas fuera de esto, todos y cada uno de los actores mere- cen nuestro aplauso, además de Por Salvador MORENO LOS SEIS ULTIMOS MESES DE 1954 ya un balance de la primera mitad del año; ahora, pues, nos referiremos a los seis últimos meses de 1954. JULIO.' Coincidiendo con este mes, llegaron a su elímax las actividades musicales de la ciudad de México. Se distin- guió, en primer lugar, la pia- nista María Teresa Rodríguez en sus tres recitales de la Sala Ponce. Michel Block en el su- yo, que fué el último de la se- rie de la Asociación Manuel M. Pon ce. Otros pianistas dis- tinguidos fueron: Sulamita Koenigsberg, Rafael Silvia Ortega y la norteame- ricana Miriam Wagner. La so- prano Ernestina Perea, los vio- linistas Enrique Serratos, en la Sala Grande de Bel1as Ar- tes, acompañado por Ramón Serratos, actual director de la Escuela Nacional ele Música y Hermilo Novelo (acompañado por .Tasé de .T esús Oropeza) . El violoncel1ista Guillermo He1- 'guera. en la misma sala, acoiTI- pañado por Salvador Ochoa. La Orquesta Sinfónica de la Mexic<\no-Norteamericano de Relaciones Culturales. En otro número de esta revista, hicimos M aria 13 onilla MUSICA LA Ramón y E}lrique Serratos Concertistas' Mexicanos, las de Cámara de México y San An- gel, la Daniel y el Instituto E L año de 1954 fué pró- digo en conciertos, aun- que no siempre hayan sido de la más alta cali- dad. La presencia de algunos intérpretes eminentes no logra- ron darle a la te1'nporada musi- cal el nivel que desearíamos para nuestra ciudad, ya que unas cuantas individualidades valiosas no pueden fon11ar un todo orgánico, una vida musi- cal completa; faltó, por ejcm- plo, la espectacularidad de la ópera que, par su caráctcr hí- brido, parece darle cucrpo v ladrada a la atmósfera cxcesi- ,lamente transparente de la música. l.as instituciones ofi- ciales y las asociaciones civiles se esforzaron, como siempre, en ofrecer el mayor número de conciertos, única forma quizás de conseguir algún día que ese titánico esfuerzo no sea ya necesario, y el nivel a (Juc. se aspira fluya con naturalidad. Se distinguieron en esta labor además del Instituto Naciona1 de Bellas Artes y las escuelas oficiales de músi'ca, la Asocia- ción Manuel M. Ponce, lá de

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. . . lleven tmjes demasiado recargados ...

... escenog1'f.J.Jta realtzada ...

ca, a un noble pastor corintio.-Luis Lomen extraordinario ensu pequeño pero difícil parla­mento, tan importante en laobra, de cuya buena o mala ex­posición dependen los efectos.finales de la tragedia. El jovenDavid Hayat, a quien inventa­ron de lazarillo, pues que yo-sepa. no se le ocurrió a Sófo"eles, sa~e tan compungido y conun increíble traje azul rabioso,que distrae la espléndida esce­na final. Es mucho más dra~

mático y teatral la soledad delEdipo ciego en la escena, quien,~l final de su terrible monó­!ogo, es conducido por el pro­pio Creón.

Estas observaciones, que noson de un crítico "profesional"-y por ello más desinteresa­das, más auténticas y hasta talvez más válidas- pero sí deun historiador, son con el finúilico de mejorar el ya maduroy bien trazado Teatro Univer­sitario, que está cumpliendo suverdadero papel poniendo enescena obras de carácter uni­versal, sin ridículos nacionalis­mos., Hacer buen teatro, de todaslas épocas. Preseritar obras di­ferentes a las que se ponen entodos los teatros y teatritos deMéxico. Lograr todo el decoroposible. Entusiasmar a los jó­venes estudiantes ante un es­pectáculo que sea goce y ejem­plo. Destacar futuros actores.Conocer, en fin, el arte drami­tico, es la cima a la que debel1egar, si es que no está ya enella, el Teatro Universitario.

que Indiano y Yeyre Beirutemuy dignos en sus papeles deancianos. Así también Landa,a pesar de su corto papel, y Al­varo Matute, que sabe bienpasar de un convencido fascÍ­neroso o galán cinematográfi-

Petrone. El Creón es AngelMerino, lleno de compostura yserenidad. Hortensia Santove­ña, la Yocasta, trágica y aluci­nada, sin poder hacerlo mejor,tal vez por la funda de almoha­da con que la vístieron. Enri-

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no le corresponden. Los corosse mueven con mejor acierto,salvo algunos momentos, comoese en que ponen cabeza concabeza como en el momentoinicial del futb01 americano.

Tampoco es debida la fo:-made comenzar la tragedia conesos mendigos harapientos un­tactos en el suelo a la oriental.Esos, a quienes dice Edipo:"Oh hi jos, nueva raza del an­tiguo (admo" ¿ pueden estarrepresentados por una especiede apestados a la usanza de lapintura romántica "histórica"?"Prosternarse", verbo que em­plea Sófoeles, no es revolcarseen el suelo y luego salir de es­cena como caravana de para­líticos. Detalles hay también,si bien insignificantes, que hayque corregir, como el queCreón conserve toda la trage­dia la corona de laurel quesólo debe traer como mensaje­ro de~ oráculo de DeHos.

Mas fuera de esto, todos ycada uno de los actores mere­cen nuestro aplauso, además de

Por Salvador MORENO

LOS SEIS ULTIMOS MESES DE 1954

ya un balance de la primeramitad del año; ahora, pues, nosreferiremos a los seis últimosmeses de 1954.

• JULIO.' Coincidiendo coneste mes, llegaron a su elímaxlas actividades musicales de laciudad de México. Se distin­guió, en primer lugar, la pia­nista María Teresa Rodríguezen sus tres recitales de la SalaPonce. Michel Block en el su­yo, que fué el último de la se­rie de la Asociación ManuelM. Ponce. Otros pianistas dis­tinguidos fueron: SulamitaKoenigsberg, Rafael Borge~,

Silvia Ortega y la norteame­ricana Miriam Wagner. La so­prano Ernestina Perea, los vio­linistas Enrique Serratos, enla Sala Grande de Bel1as Ar­tes, acompañado por RamónSerratos, actual director de laEscuela Nacional ele Música yHermilo Novelo (acompañadopor .Tasé de .T esús Oropeza) . Elvioloncel1ista Guillermo He1­'guera. en la misma sala, acoiTI­pañado por Salvador Ochoa.La Orquesta Sinfónica de la

Mexic<\no-Norteamericano deRelaciones Culturales. En otronúmero de esta revista, hicimos

M aria 13onilla

MUSICALA

Ramón y E}lrique Serratos

Concertistas' Mexicanos, las deCámara de México y San An­gel, la Daniel y el Instituto

EL año de 1954 fué pró­digo en conciertos, aun­que no siempre hayansido de la más alta cali­

dad. La presencia de algunosintérpretes eminentes no logra­ron darle a la te1'nporada musi­cal el nivel que desearíamospara nuestra ciudad, ya queunas cuantas individualidadesvaliosas no pueden fon11ar untodo orgánico, una vida musi­cal completa; faltó, por ejcm­plo, la espectacularidad de laópera que, par su caráctcr hí­brido, parece darle cucrpo vladrada a la atmósfera cxcesi­,lamente transparente de lamúsica. l.as instituciones ofi­ciales y las asociaciones civilesse esforzaron, como siempre,en ofrecer el mayor número deconciertos, única forma quizásde conseguir algún día que esetitánico esfuerzo no sea yanecesario, y el nivel a (Juc. seaspira fluya con naturalidad.Se distinguieron en esta laborademás del Instituto Naciona1de Bellas Artes y las escuelasoficiales de músi'ca, la Asocia­ción Manuel M. Ponce, lá de

ÚNIVERSIDAD DE MEXICO, 25

Quinteto de Alientos

ron en años anteriores. Loshermanos Kitain, a beneficiodel Comité contra la Tubercu­losis. ofreci~ron dos conciertosde abono y los violinistas Ur­quidi y Luis Guzmán Se ]1n'­sentaron en particular.

Sociedad de Música de Cáma­ra de San Angel inició un Ci­clo Beethoven, con el cuartetoLener, correspondiendo a estemes seis de los primeros cuar­tetos del gran músico. El Corode Madrigalistas, dirigido porLuis Sandi, ofreció los dos pri­meros conciertos de los cuatroanunciados y en los que se es­cucharon obras de! repertoriouniversal, y de todas las épo­cas de la historia de la música.El guitarrista Gustavo Lópezdió un tercer concierto en lasala I'once, y UIl segundo reci­tal la piani'sta Halda Zepeda.

La pianista francesa Fa­bienne Jacquinot se presentócon éxito de público y de crí­tica. La señorita Elizabeth La­rios cantó, por primera vez,un programa completo en lasala Chopin. El ConservatorioNaciana! organizó conciertoscon algunos alumnos distingui­dos como comprobación esco­lar. Lo mismo hizo la EscuelaN octurna de Música y la Es­cuela N acional de Música ter­minó los conmemorativos, ini­ciados meses antes, con el TríoClásico ele Alientos. En el mis­mo mes el Ballet Mexicano de!a Academia de la D:lI1za. co­menzó su temporada anual, conballets nuevos y reposicionesde los que mayor éxito tuvie-

Rosita. Rillloc!!

• N OVH:MBUI':. La OrquestaSinfónica de la Universidad,bajo los auspicios de DifusiónCultural, dió tres conciertos enla explanada ele la Escuela Na­cional de Medicina, en la Ciu­dad Universitaria. Estos con­ciertos de carácter popular, yaque la entrada a ellos fué ab­solutamente libre, tuvieron ungran éxito, y fueron, puede de­cirse, e! acontecimiento musicalde! mes. La Asociación Músicade Cámara de México ofreciólos tres primeros conciertos de

de la maestr<1' Fanny Anitúa;los del bajo Sergio Morales ye! tenor Paulina Sarrea. Que­remos mencionar, además, a lapianista Silvia Ortega y el vio­linista Patricio Castillo Urqui­di. Las Juventudes Musicalesde México realizaron brillan­temente sus planes musicales,presentando conjuntos corales,sinfónicos y de ballet, ademásde haber hecho oír a la gransoprano Irma González.

• SEPTIEMBRE. Este mes fué,quizás, el más luminoso en lavida de conciertos de nuestraciudad, ya que en él se realiza-

ron los tres recitales del ma­ravilloso pianista Walter Gie­seking, quien dedicó un pro­grama íntegramente a obras deDebussy y otro a las de Bee­thoven. La Orquesta SinfónicaNacional tuvo como único di­rector de su corta temporadade otoño, a Georg Solti. Enuno de estos conciertos parti­cipó el propio Gieseking y enotro el joven violoncellista Gui­llermo ·Helguera. El Trío Clá­sico de Alientos interpretó unmagnífico programa en el Au­ditorio de Ingeniería de la Ciu­dad Universitaria, en el segun­do concierto organizado porDifusión Cultural. El guita­rrista Gustavo López ofrecióun segundo recital, con igualéxito que el del mes anterior,y las pianistas Halda Zepedaen en la sala Chopin, y NinfaCalvario, en la Ponce, demos­traron sus dotes para el con­certismo, y la Escue!a Supe­rior Nocturna de Música dióun modesto concierto a benefi­cio de la revista musical Par­titura.

• OCTUBRE. En los primerosdías del mes, el INBA presentóen un concierto extraordinarioa Walter Gieseking y la Aso­ciación Musical Daniel a lacantante española Victoria delos Angeles, que entusiasmó alauditorio del Palacio de BellasArtes en sus dos conciertos. La

xico. En los conciertos de Be­llas Artes, de la serie iniciadael mes anterior, participaronalgunos de los más destacadosintérpretes mexicanos y los ex­tranjeros que residen en elpaís; pudimos aplaudir alCuarteto Bredo, a las pianistasNadia Stankovich y María Te­resa Dauplat, al comista LeoKreuz, al violinista Icilio Bre­do y al fagotista Louis Salo­mas. De los mexicanos a Ma­ría Bonilla, al cuarteto Gonzá­lez, al tenor Carlos Puig y a lospianistas José Ordóñez y Salva­dor Ochoa. El Centro de Com­positores Mexicanos del Ins-

tituto Mexicano-N orteame­ricano inició su primera tem­porada con un concierto en elque participaron el Coro deMadrigalistas, de Luis Sandi,y e! Cuarteto Bredo. El pro­grama tuvo el interés de in­cluir el Cuarteto No. 1 de Re­vueitas, tan injustamente olvi­dado, y el Cuarteto Atonal deJ ul ián Carrillo, que sorprendióa los músicos, principalmente,por sus muchos aciertos y ha­llazgos. Dos guitarristas ofre­cieron recitales en la sala Pon­ce: Gustavo López y AlbertoSalas. La Dirección de Difu­sión Cultural de la Universi­dad organizó, con fines expe­rimentales, el primer conciertoformal en la Ciudad Univer­sitaria, concierto que estuvo acargo de la pianista LeticiaFlores y la soprano ThelmaFerrigno. La cantante norte­americana Leslie Frick se des­pidió del público mexicano conun concierto formado conobras de compositores ingleses,alemanes, franceses, españoles,mexicanos y norteamericanos.La Sociedad de Graduados dela Escuela Nacional de Músi­ca, ofreció tres conciertos enel Auditorio del Seguro Social,participando en ellos algunosde los más distinguidos estu­diantes de esa escuela. Las aca­demias particulares tambiénpresentaron a sus alumnos, me­reciendo especial mención los

• AGOSTO. La Orquesta Sin­fónica de la Universidad con­tinuó su temporada de otoño,bajo la dirección ele los titula­res : José Rocabruna y José F.Vásquez, así como ele los di­rectores huéspedes: Angel Mu­ñiz Toca, Carl Garaguly y Jor­ge Mester. Los solistas quemás se distinguieron fueron lacantante Josefina Aguilar y e!violinista Toshiya Eto. El pro­grama más interesante, el de­dicado a la música española,en el que se incluyó la Sinfo­nieta de Ernesto Halffter, muypocas veces escuchada en Mé-

Universidad inició, el día 4, sueo;VII temporada de conciertos.11.n el primero José Rocabruna,en los dos siguientes el norte­americano James Sample y enel cuarto José F. Vásquez. Co­mo solista escuchamos al granpianista Giorgy Sandor. LaGrquesta Sinfónica Nacionaldió fin a su temporada, tenien­do en el podium a Sergiu Ce­libidache, y como solistas alviolinista italiano Franco Fe­¡'rari. Los solos de la NovenaSinfonía de Beethoven estuvie­ron a cargo de Rosita Rimoch,13elén Amparán, Carlos Puig yLuis María Rosas. Con el ca­rácter de extraordinario, Celi­J:¡idache dirigió un concierto abeneficio de la propia orquesta.En este mismo mes dieronprincipio los Conciertos de Be­llas Artes, en la sala Ponce,con la Orquesta de Cámara, di­rigida por Luis Herrera de laFuente. En los dos primerosparticiparon las cantantes Be­lén Amparán y Cristina- Trevi,así como la pianista Gloria Zá­

'pari y el Quinteto de Alientos.'Con diferentes actos el Depar­'tamento de Música festejó elochenta y ocho aniversario dela fundación de! ConservatorioN aciana!. La Unión de Profe­sores de la Escuela Nacional

. de Música de la UniversiClad

Julio Jaramillo

hizo otro tanto, para conmemo­rar su veinticincoavo aniver­sario, conciertos y conferenciasque continuaron hasta el mesoc agosto.

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sonajes de las difíciles situa­ciones en que los ha metido sucompañero "sin talento". Asíes que, la pelícu~a transcurrecomo si fuera un río en el quecorrieran dos corrientes deaguas de diferente color, de

. las que a ratos predomina unay luego la otra. En resumen,esta es una comedia fina y muyfrancesa, y la que, como pideel comediógrafo Jardiel Ponce­la, tiene· como fin la búsquedade la poesía. Se distingue porsu buena actuación Michel Au­c1air, el galán joven de LasDos Verdades, que ya es unfirme valor del cine francés.• Si me contara Versalles. SiVersaiÜes M'etaít Conté. Apesar del imponente núm~ro deartistas de varias nacionalida­des que toman parte en el des­arrollo de esta película, los ac­tore~ no pasan de ser una me-

ra excusa para decorar los apo­sentos del magnífico palacioque es Versalles. El verdaderoactor de esta película es e! Pa­lacio de Versalles, cuyos inte­riores y exteriores, son foto­gtafiádos con gran amor yprofundo sentido "histórico.Por exigencia de "taquilla",seguramente, Sacha Guitry noes del todo fiel a la historia dela monarquía francesa, peropor lo menos demuestra tenerun gran "sentido histórico".Guitry es consciente ele la im­portancia que tuvo la mona1'­

quía francesa para la historiade su país, y no menos de laobra de arte que legaron losLuises a la humanidad, Ver­salles. Sacha Guitry, como ac­tor, goza representando su pa­pel de Luis XIV "viejo". L:¡primera parte de la película esla más detal'ada. En la segun­da parte los sucesos se dan másaislados dentro del tiempo,aquí la mayoría del públicopierde el hilo de la historia.Muchos son los artistas que ensus breves papeles se esfuer­zan en sobresalir, pero el pú­blico apenas los reconoce.

... el ~'erdadero actor: V crsalles

... el despertar . ..

misma situación del amor entreun joven y una mujer vieja, yla diferencia de calidad artís­tica está en favor de esta últi­ma cinta a pesar de los añostranscurridos desde su filma­ción, y esto que muy pocas sonlas películas que resisten altiempo.

• El santo de Enriqueta. LaFete a Henríette. En esta di­vertida comedia demuestra suya proverbial ingenio J u1ienDuvivier. Esta vez, Duvivierencuentra un argumento bas­tante original. Las dos mane­ras que existen de hacer unapelícula: con talento, y sintalento. Dos productores cine­matográficos discuten la m('­jór manera de realizar la pe­lícula que les urge llevar a ca­bo por poderosas razones eco­nómicas. Ambos sugieren lasideas que les vienen a la cabe­za. Uno de e~Jos, el que no tie­ne talento. pero que se creeposeedor de! secreto del "gus­to de! público", sugiere situa­ciones truculentas y absurdas,mientras que el productor "contalento" trata de corregir y desacar con felicidad a los per-

... con. talento y sin. él ...

E L

Por Carlos VALDES

EL trigo joven. El guiónde esta película está to­mado de la novela LeEle en H erbe de la des-

. aparecida Colette. El argum~n­to trata el despertar de las 111­

quietudes sexuales de! adoles­cente, de una manera sutil ypenetrante. El "espíritu" fran­cés se muestra capacitado paratratar temas di fíciles, una vezmás, sin caer en la grosería.Dos jóvenes se aman con unamor tranquilo y puro, quepasa casi sin transiciones dela amistad de dos niños alamor de dos jóvenes, hasta que

una mujer entrada en años lle­ga a la playa donde verane.anlos enamorados. Esta mUjermadura, rica en dinero y ha­bilidades amorosas, es la man­zana de la discordia que des­lumbra al joven, y sume en laoscuridad de los celos a la mll­chacha. Pero todo terminabien, cuando la mujer se mar­cha, y los jóvenes se reconci­lian. Las vacaciones han ter­minado; ellos tienen que volvera la realidad cotidiana. Nico1eBerger y Pien'e Michel Becka pesar de su juvé'ntud cum­plen con su papel en formamuy decorosa, tienen por de­lante un gran porvenir artís­tico. Edwige Feuillere, tan se­gura de sí, tan elegante y ple­na en su belleza madura, comosiempre, desempeiia su papelde "mujer fatal" haciendo pali- .decer a los personajes qu~ larodean. Esta es una buena pe­lícula; pero no es de las "inol­vidables", aunque abunde enmomentos afortunados, y seadi fícil precisar cuáles son susdefectos. Recuerdo una pelícu­la también basada en una nove­la de Co!ette, que se titula Ché­rí, en la que casi se repite la

SU XIII temporada, estando alcuidado del vio!inista AurelioFuentes la dirección artísticade los mismos. El cuarteto Le­ner, por su parte, continuó du­rante e! mes el Ciclo Beethoveniniciado semanas antes y e!Centro de Compositores Mexi­canos con obras poco tocadasde a~tores mexicanos, conti­nuó la serie de su primera tem­porada. Las cantantes CeliaVictoria y Marta 1van fueronpresentadas en concier~os. detipo profesional. ~l plaUJ.staFrancisco Gyves fue aplaudIdoen dos recitales y las pianistasNadia Stankovich, Nadya Vla­chitch y María Ste!la Lechuga,no lo fueron menos en sus res­pectivos recitales. ~a A~a?e­mia de Vilma ErenYl se dlstm­guió en el concierto de niñosen la ya vieja sala Schiefer.El premio Elvira González Pe­ña para cantantes, fué otorga­do a María Teresa Orgaz, enceremonia organizada en elConservatorio N aciana!.

• DICIEMBRE. Este mes, elmás pobre en la vida de con­ciertos capitalinos, sólo tuvo elinterés de! concierto en home­naje al maestro Manuel M.Ponce, por el pianista CarlosVázquez, en el Club España yque fué el segundo de los dosorganizados por esa institucióncomo primeros intentos paradarle a la misma un interéscultural. T am b i é n de bemo smencionar los conciertos delCoro del Conservatorio bajola dirección de Jesús Durón,como ú'timo acto de los cele­brados para conmemorar lafundación de esa escuela.. N ofaltaron algunos conciertos deacademias o de maestros par­ticulares, pero sólo señalare­mos aquí el de un grupo dealumnos de María Bonilla, enel An fiteatro Bolívar, con unprograma de gran calidad.

• Los conferencistas que másse distinguieron durante elaño, al tratar el tema de la mú­sica, fueron: Carlos Chávez.con sus conferencias-conciertoen el Colegio Nacional y en laAsociación Mexicana de Pe­riodistas; BIas Galindo, direc­tor del Conservatorio en la su­ya de la misma Asociación, ladel profesor J ean Tarneauddel Conservatorio de París, or­ganizada por el Departamentode música elel INBA; las delprofesor colombiano ErnestoMartín. en la Escuela Nacionalde Música y en el InstitutoMexicano-Norteamericano; lade los maestros Ramón Serra­tos y Jesús Haro y Tamarizen la Escuela Nacional de Mú­sica, y la de la Sociedad Mexi­cana' de Musicología, con eldoctor Jesús C. Romero a lacabeza.