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Bombardeo de Alacón

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La Guerra Civil española marcóun antes y un después en la memoriaindividual y colectiva de todos los espa-ñoles. La quiebra del statu quo que su-puso la llegada de la guerra a la vida delos ciudadanos representó una rupturatotal con las normas por las que se regíala convivencia ciudadana hasta esosmomentos y llegó a dilapidar muchas delas relaciones personales establecidashasta entonces en los diferentes pueblosde España.

Poco importó que se estuviera cerca o lejos de la línea del frente; nada tuvoque ver con que el pueblo hubiera que-dado en uno o en otro lado de los dosbandos combatientes. A partir de finalesde julio de 1936, el poder fue tomado porunos o por otros, pero en cualquiera delos dos lados, las normas por las que seregía la comunidad fueron sustituidas por las que ahora imponía quien había

tomado el poder, perjudicando siempre,en menor o mayor medida a los que sealineaban o pensaban que eran cercanosal otro bando.

Aragón no fue una excepción y los pue-blos del Bajo Aragón, entre los que seencontraban los que ahora componen lacomarca Andorra-Sierra de Arcos, tam-poco.

La República había traído grandes espe-ranzas a una buena parte de la población,tanto a la jornalera y asalariada como a lade profesiones liberales. Las reformasplanteadas por el gobierno republicanoprometían cambios importantes en ladistribución del poder político, perotambién en el económico y en el social.Las promesas de la Reforma Agraria, lamejora de las relaciones patronos-obreros,el voto femenino, el divorcio, el impulsoque se inició en la educación con la creación

LA GUERRA CIVIL EN ANDORRA Y SU COMARCA

JOSÉ MARÍA MALDONADO MOYAPROFESOR DE HISTORIA DEL IES BAJO ARAGÓN. ALCAÑIZ

Avance del Ejército de Norte franquista el 11 de marzo de 1938, dos días después de iniciarse el ataque. El saliente de las tropas italianas se dirige hacia Andorra, los círculos significan los bombardeos efectuados durante ese día por la Aviación Legionaria italiana.

La zona de Oliete, Alacón y Ariño fue la más castigada. Se trataba de allanar el camino a las fuerzas de tierra para que se hicieran con las poblaciones sin apenas lucha.

Mapa: José María Maldonado

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de miles de escuelas, así como de otrasmuchas reformas hicieron que una buenaparte de la sociedad se sintiera ilusio-nada.

Pero desde un principio, hubo sectoressociales que estas mismas reformas las recibieron con suma preocupacióncuando no con gran rechazo. La ReformaAgraria, la del Ejército, la libertad reli-giosa, la prohibición del ejercicio de laenseñanza a las órdenes religiosas y otrasmedidas anunciadas hicieron que lossectores católicos, junto a muchos milita-res y terratenientes, capitanearan juntoa los monárquicos una fuerte oposición ala que se vio sometido el nuevo gobiernorepublicano y la República misma.

Aunque alejados de los grandes núcleosde población donde se desarrollaban losmovimientos sociales más importantes,el Bajo Aragón no era ajeno a ellos y lasnoticias llegaban con rapidez. La aperturade los centros republicanos, ateneoslibertarios, casinos y otros centros dereunión propició que éstos se convirtieranen los focos de transmisión de noticiasy de ideas.

Y no sólo se manifestaban las ideas, sinoque se llegaban a planear acciones, yafueran de uno u otro signo. Sin lugar adudas, la situación más conflictiva en lacomarca en los años anteriores al iniciode la guerra se dio en el mes de diciembrede 1933 cuando, de una forma más omenos organizada, los miembros de laagrupación anarquista de la CNT prepara-ron una sublevación con la intención dehacerse con el poder en diversas pobla-ciones, consiguiéndolo en algunos lugaresy fracasando en la mayoría, pero provo-cando algunos fallecidos. Todo terminóen muy pocos días con la llegada de tropasde fuera de la región y la detención,tortura, juicio y condena de los implicados.

Algunos de ellos serían condenados amuerte, aunque la pena les sería con-mutada.

Con todo ello no puede decirse queexistiera un cultivo adecuado para que seiniciara una guerra, ni mucho menos,aunque sí que la sociedad se había polari-zado en torno a dos tendencias claras deizquierdas y de derechas, identificando deuna forma simplista, pero no cargadade falsedad a las clases más pudien-tes con las segundas, mientras que losmedieros y jornaleros se encuadraban enlas izquierdas.

De esta forma, y con una buena cosechade cereal por recoger, se llegó al 17 dejulio y con él a la sublevación de las tro-pas de Marruecos, inicio de lo que sevenía preparando en toda la penínsuladesde hacía varios meses y que había diri-gido el general Mola desde Pamplona.El día 18 fue de tensión y espera, de incer-tidumbre y de miedo por conocer qué ibaa suceder con las demás plazas militares.En la madrugada del día 19, la guarniciónal completo de Zaragoza, y las de Teruel,Huesca, Calatayud y Jaca, siguiendoórdenes de los golpistas, declararon el“estado de guerra”, rebelándose contrael gobierno y arrastrando con ellas a lacasi totalidad de las fuerzas de la GuardiaCivil en Aragón. El cuartel de Barbastro,que pertenecía a la región militar de Cata-luña, no se adhirió a la sublevación, facili-tando de esta forma que una porción deleste de la provincia de Huesca permane-ciera fiel a la República. Fue la excepcióny parece que no era la intención de sujefe, el coronel Villalba, que debía dehaber pactado su apoyo a la rebelión, queluego no pudo cumplir.

Fueron casi inexistentes los pueblos quese resistieron a las fuerzas que tenían lasarmas. Albalate sería uno de ellos y Andorratambién lo intentó. Aunque había personas

Mapa correspondiente al avance y alos bombardeos del día 12 demarzo. El avance terrestre fuemenor, pero ya se preparaba la tomade Andorra, Calanda y Alcorisa.

Mapa: José María Maldonado

y fuerzas sindicales dispuestas a evitaraquel golpe de estado, nada pudieronhacer con sus manos hueras ante los queposeían las armas y la fuerza. La declara-ción de la huelga general en Zaragoza nopudo impedir que la voluntad de los golpistas llegara a detenerse. Pero aún nopodemos hablar del inicio de la guerra eldía 19, pues no había dos fuerzas que se opusieran, no había quien se pudie-ra enfrentar contra los militares. Unostenían las armas y los otros nada pudieronhacer. El fracaso de aquel golpe de estadoy la imposibilidad de detenerlo por par-te del gobierno conduciría a todos losespañoles a una guerra civil.

En el Bajo Aragón, Alcañiz sería tomadopor un puñado de militares que, junto a

una cincuentena de falangistas procedentesde Zaragoza, llegaron en la mañanadel domingo 19 de julio a hacerse cargo delpoder local y a liberar al jefe regional deFalange, Jesús Muro, que allí se encon-traba encarcelado. En Calanda serían tam-bién fuerzas de fuera las que llegaron encamiones a la plaza y tomaron el poder,como sucedió en Andorra.

En Andorra, como cuenta Ángel Caña-da, el día 21 llegó por la carretera deCalanda, transportada en autobuses, unafuerza de más de cincuenta hombres almando de un teniente de la Guardia Civily se hicieron con el dominio del puebloante la pequeña oposición de una vein-tena de hombres armados con escopetas.En aquella escaramuza fue herido “el pas-

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torcillo Gaudioso Ginés en la cara”. Inme-diatamente después, como habían hechoen los pueblos que ya habían tomado,destituyeron al ayuntamiento de mayoríamoderada de Izquierda Republicana y nom-braron a personas de derechas encabeza-das por Antonio Obón Valero.

Pero todo cambió una semana después.Tras el triunfo de las fuerzas sindicales y políticas en Barcelona y otras ciudadescatalanas, empezaron a formarse unidadesde hombres, que recibieron el nombre decolumnas, que se adentraban en territorioaragonés con el fin de llegar hasta Zara-goza. Hoy en día sabemos que era impo-sible que esto tuviera éxito porque nohubo un plan para su conquista ni hombresni armas suficientes para conseguir eseidílico objetivo de la toma de la capitalaragonesa.

Desde el Bajo Aragón un buen número dehombres de sentimientos izquierdistashabía huido el día 19 ante el miedo queles produjo la destitución de los ayunta-mientos republicanos cuando los guar-dias civiles se hicieron cargo de losgobiernos municipales. Su destino habíasido el monte o las tierras del este, lascatalanas o valencianas. Y sería en esoslugares, ya fuera en las cercanías deGandesa o de Morella, donde se fueronuniendo a las columnas de milicianos quese adentraban en Aragón, conformandocon ellos las fuerzas que iban a llegar anuestros pueblos.

La primera gran columna que salió deBarcelona y una de las más conocidasde cuantas llegaron a Aragón fue la quetomó el nombre de columna Durruti, eldel famoso militante anarquista que ladirigía. Hubo otras más también conocidascomo la Roja y Negra, la de los Aguiluchos,la Carlos Marx, la Ascaso o la del POUM,todas ellas asentadas al norte del ríoEbro. Cada columna había sido formada

por los voluntarios que libremente deci-dían inscribirse en ellas, huyendo total-mente de todo lo que se pareciera a unadisciplina militar. Fueron los diferentessindicatos y partidos políticos los queconstituían las distintas columnas y losque se encargaban de formarlas y apoyarlas,teniendo siempre al frente a un destacadolíder político o sindical y a un militar queactuaba como asesor de la columna. Seiban colocando en una zona de Aragón, lomás al oeste posible y se detenían dondelos enemigos se habían apostado y lesimpedían el paso. Es decir, el frente se fueformando así como se iban deteniendo.La disciplina en las columnas era inexis-tente y, aunque nunca faltas de ilusión,voluntarismo y valentía, no hacían casode las órdenes a no ser que estuvieran deacuerdo con ellas.

Otras conocidas fueron la de Hilario-Zamora o la Ortiz, ya al sur del Ebro, quedesde Caspe siguieron siempre cercanas alrío Ebro, dirigiéndose hacia Escatrón, Híjary Azaila. Pero la que llegó a nuestra zonafue la denominada Carod o Carod-Ferrer.Saturnino Carod, natural de Moneva,había conseguido huir de Zaragoza,donde era un dirigente de la CNT. Llegó aTortosa y consiguió formar un esbozo decolumna que se dirigió por Prat delCompte hacia Gandesa y desde allí tomóla dirección de Calaceite y Alcañiz. Por elcamino se le iban juntando los bajoarago-neses que habían dejado sus pueblos alquedar en manos de los sublevados el día19. La mayor parte de los municipios fue-ron tomados sin lucha porque la GuardiaCivil y los miembros de derechas se reple-garon hacia Zaragoza, aunque huboexcepciones como las de Calaceite y Cas-telserás. De esta forma, y apenas sinpeleas, los republicanos iban retomandolas tierras bajoaragonesas, que volvían allado gubernamental de la República.

Entre los días 25 de julio y el 5 de agostola comarca pasó a depender de los mili-cianos que habían llegado. En Andorra loshombres de la columna Carod hicieron suaparición el día 28 de julio. El poder comohasta ese momento se entendía habíadesaparecido. No había alcalde, ni guardiasmunicipales, ni Guardia Civil, ni gobernadoren Teruel y ni siquiera el juez de pazpermanecía en su puesto. No había nadiea quien obedecer ni ley a la que seguir. Lasublevación había conseguido lo contrariode lo que decía que quería evitar: larevolución se había instalado en la zona.El mando, el gobierno de los municipioshabía quedado vacante para aquel quequisiera tomarlo; y los que lo tomaronfueron quienes tenían las armas, las tro-pas de milicianos recién instaladas.

Zaragoza, Huesca y Teruel estaban enmanos de los rebeldes; el gobierno deMadrid bastante tenía con intentar orga-nizar a los hombres para que no tomaranla capital y para organizar a toda España.Las milicias dependían de su columna,que a su vez estaba organizada desdeCataluña o desde Valencia, pero no desdeel gobierno. La Generalidad quería orga-nizar a las columnas y mandar en Aragóncomo si fuera el gobierno. Es decir, cadauno podía hacer lo que quisiera, no habíaorden ni mando. Y este descontrol cir-cunstancial no iba a ser precisamentebueno para el devenir de las poblaciones.

Así, la llegada de estos hombres veníaacompañada de dolor y de muerte paralas personas que eran vistas como susenemigos de clase. Las gentes consideradasde derechas, ahora denominadas fascistas,y los sacerdotes tenían mucho que temer,porque inmediatamente pasaron a ser losprincipales blancos de sus anticuadosfusiles. Y aunque la violencia llegó defuera junto a los milicianos, no faltaronlos dedos acusadores locales para designara los destinatarios de las balas asesinas.

En Andorra los fusilados ascendieron acatorce personas, dos en Alloza y diez enOliete.

La otra columna que se asentaría en lazona, con su mando en Alcañiz, pero consede en Montalbán y que llegaría hastazonas de la comarca de Andorra, fue laque organizó el partido catalanista EsquerraRepublicana de Cataluña con el nombrede columna Maciá-Companys, que des-pués acabaría siendo la 30 División.Desde la zona de Escucha hacia el sur dela provincia de Teruel, las columnas quese fueron situando en el frente procedíande la zona valenciana y empezaron allegar a partir de la mitad del mes deagosto, terminando de delimitar lo que seconoce como el Frente de Aragón.

Pero la situación militar de este frente eracompletamente irregular, fuera de todalógica militar y con una nula posibilidadde conseguir la victoria ante unas tropasenemigas absolutamente organizadas,disciplinadas y armadas. La zona republi-cana estaba partida en dos, la que dependíade Cataluña, que iba desde la fronterafrancesa hasta Escucha, aproximada-mente, y la que desde allí llegaba hastaAlbarracín, que dependía de Valencia.Ninguna de las dos seguía las instruccionesque los mandos de la República dabandesde Madrid, por lo que no había coor-dinación entre las tropas que estaban enla misma zona, ni entre éstas y las delresto de la península. Además, las tropasde las diferentes columnas no estabanorganizadas entre sí, pues cada una hacíacaso de sus mandos, que eran políticos,y no se coordinaban con los del resto delas columnas. Si a todo ello unimos quelos mandos militares de que disponíacada una de las unidades no estaban bienconsiderados, sino que en algunos casosestaban desprestigiados y que entre lascolumnas llegaba a existir cierta rivalidad,

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veremos que las posibilidades de victoriaeran poco factibles.

Tendríamos que añadir que el frentearagonés no estaba bien visto desde elgobierno de la República por dos motivosprincipales: el primero porque no hacíacaso de sus indicaciones, pues se organi-zaba autónomamente desde Barcelona,y el segundo porque había una preponde-rancia clara de las columnas anarquistas,que se sabía que eran difíciles de gobernar.Por todo ello, cuando empezaron a llegarlas armas procedentes del extranjero,principalmente de Rusia, el gobierno de laRepública no las enviaba a Aragón, nomandaba suministros a las tropas aquíestacionadas. Y nada de esto se modificóhasta un año después de empezada laguerra, cuando se pudo conseguir milita-rizar a la mayoría de las columnas y tenera todas bajo un mando único, es decir,cuando se formó el Ejército Popular de laRepública.

Volviendo a la vida en la retaguardia, en lamayoría de los pueblos y tras el paso delas columnas, el poder local pasó amanos del denominado Comité LocalAntifascista, constituido por miembrosde los partidos que formaban el FrentePopular, pero generalmente, bajo el poderde los correligionarios de la columna demilicianos más cercana, en este caso delos anarcosindicalistas de la CNT. Las tie-rras y la mayor parte de las actividadeseconómicas de las poblaciones fueroncolectivizadas, siendo muy escasa la acti-vidad privada individual, ya fuera decarniceros, tenderos, pastores, mecánicoso agricultores. Las propiedades de laspersonas de derechas que habían huidofueron confiscadas, como las de otrasque se encontraban en prisión, siendoutilizadas las casas más grandes para losservicios colectivizados. Entre ellos inclui-mos los edificios de las iglesias, que pasa-

ron a ser almacenes, tiendas o garajes. Eldinero fue sustituido por los vales-moneda para uso interno y los productosy la comida eran distribuidos según lacomposición de cada familia y no de la cantidad de dinero que poseían. Comovemos, todo el orden anterior fue com-pletamente destruido como consecuenciade la sublevación militar. La revolución notrajo la guerra, sino que fue la guerra laque trajo la revolución.

Conocemos la composición política dealgunos municipios en la primavera de 1937: la de Ejulve estaba constituida por6 militantes de la CNT y uno sin filiaciónconocida; Andorra contaba con 3 de laCNT, 3 de la UGT, uno de IR y uno más delque se desconoce la filiación; en Alacón,todos (6) pertenecían a la CNT, mientrasque Alloza estaba mandada por 4 miembrosde la CNT y 3 de IR. Pero esta composiciónno era la inicial, la que constituyeron losComités en agosto de 1936, ya que sehabían visto modificados a partir del mesde enero de 1937 una vez que fue apro-bado por el gobierno de la República elConsejo de Aragón y se dio cabida amiembros de todos los partidos queconformaban el Frente Popular. Con ante-rioridad a esta fecha, la composición delos comités era mucho más homogéneay con mayor presencia anarquista.

Andorra y su comarca habían quedadorelativamente cerca del frente de batallay por ello se convirtió en lugar de descansoy de reposo para muchos de los soldadosque se encontraban en primera línea defuego. La presencia de soldados en lascalles y en las plazas pasó a ser unaestampa habitual de la vida cotidiana, yaque muchos de ellos convivían con losvecinos en sus casas, compartiendotecho y comida. En varias ocasiones, uni-dades enteras tuvieron su sede oficial dedescanso en Andorra, como sucedió con

miembros de la 25 División tras la batallade Belchite, o sólo unos meses antes conla 118 Brigada de la misma División.Además, todos los pueblos se habíanconvertido en suministradores de productosalimenticios para los milicianos quecomponían las columnas, siendo lasdiferentes colectividades las que encau-zaban estos envíos. También en los pue-blos se había instalado otro tipo deservicios como los talleres, estación de suministros, transportes, diferentesmandos, y cualquier otra actividad enca-minada a dar los servicios que requeríantodas las tropas que se encontraban en elfrente. De esta forma, puede decirse quedurante los meses de guerra, la vida enlas poblaciones de la comarca se modificóde una forma drástica. Todos recuerdan

los tiempos de guerra con mejores o peoresvivencias, pero todos saben que fueronunos momentos en sus vidas que sevivieron de forma distinta, diferentes e inolvidables.

Un cambio radical en todas las poblacionesse dio en la educación de los niños, puesa pesar de los tiempos de guerra, laasistencia a la escuela era obligatoria y enmuchos casos se hizo volver al colegio aniños y niñas que ya lo habían abandonadocon anterioridad ya que se daba la circuns-tancia de que se encontraban trabajando.Y es que los anarquistas considerabanimprescindible una buena educación y que la obligatoriedad de acudir a clasealcanzara hasta que se cumplieran los14 años.

Mapa del avance del día 13 de marzocon los bombardeos del día centradosen Ariño y Andorra, aunque no ter-minaría aquí el avance, seguiría demadrugada hacia Calanda y Alcañiz.

Mapa: José María Maldonado

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Algo semejante había sucedido en el

resto de Aragón, que había quedado

partido en dos mitades casi idénticas

separadas por una línea de frente vertical

que recorría el territorio desde los Pirineos

hasta la zona de Albarracín. Pero las

milicias que habían llegado a Aragón no

eran lo suficientemente numerosas ni

estaban dotadas de las armas necesarias

para poder atacar las tres capitales de

provincia con ciertos visos de éxito.

En el bando sublevado, donde habían

quedado las guarniciones militares y las

capitales, el poder y el orden imperaban

bajo mando militar unificado, dictatorial

y basado en la preponderancia de los

asuntos de guerra. Desde el mismo día 19

de julio, los asesinatos cometidos por los

militares y por los falangistas no habían

cesado sobre los sindicalistas, cargos

políticos y personas de izquierda signifi-

cativas, llegando a una represión que fue

mucho más allá de lo imaginable. Tampoco

en el bando rebelde había hombres

suficientes para pensar en un ataque con

posibilidades de éxito, por lo que de

alguna manera y a pesar de que había

escaramuzas continuas, los contendientes

sabían que si no venían unidades de fuera

para reforzarles, lo normal era jugar a

hacer tablas, a mantenerse más o menos

como estaban. De este modo, puede

decirse que no hubo batallas importantes

hasta pasados trece meses desde el inicio

de la guerra.

Fases de la batalla de Aragón. El día9 de marzo de 1938 fueron las tropasfranquistas que se encontraban alsur del río Ebro las que avanzaronhasta la cuenca del río Guadalope.El día 22 de marzo se iniciaron lasoperaciones al norte del río hasta laconquista de la ciudad de Lérida eldía 3 de abril. A la vez se desarrollabala continuación de la primera fase,que desde la cuenca del Guadalopeacabaría el día 15 de abril en Vinaroz.

Mapa: José María Maldonado

La vida en las poblaciones que habíanquedado en el bando rebelde también sevio totalmente modificada. La represiónsufrida por las personas consideradas deizquierdas había sido tremenda. La granmayoría de los que habían ostentadoalgún cargo, fuera de concejal, alcalde o miembro dirigente en la localidad de unsindicato o de un partido político habíasido encarcelado, en muchos casos fusiladomientras que sus familias habían pasadoa ser mal consideradas en el pueblo, casisiempre represaliadas y vejadas. Toda lavida giraba en torno a las ideas de lossublevados, principalmente de las deFalange y todo estaba supeditado a lasnecesidades militares de la guerra. Ladisciplina fue férrea y hasta los comentarioscríticos más suaves eran despiadada-mente castigados. Sólo tenemos queechar una ojeada a la lista de los fusiladostanto en las capitales de las provinciascomo en sus pueblos para ver la cantidadde muertos que se produjeron. Y no huboque esperar mucho tiempo para verasesinatos, pues desde el mismo día 19de julio, fecha del inicio de la sublevaciónen Aragón, ya se produjeron los primerosfusilamientos en Zaragoza, que no cesaríanhasta bastantes años después de termi-nada la guerra.

En el resto de España, el fracaso del golpede estado había llevado a una guerra, quese concentró durante varios meses en elataque y en la defensa de la ciudad deMadrid. Mientras en el bando rebelde,el general Franco había sido nombradoJefe de Gobierno del Estado español conpotestad casi absoluta, unificando bajosu mando a todas las fuerzas contendientesy todos los asuntos de retaguardia, en eldel gobierno de la República, y por lascircunstancias de la guerra, había gobiernosy ejércitos casi autónomos en Asturias,Santander, Euzkadi, Aragón-Cataluña y elresto de España, dando como resultado

una falta de unión que iba a hacer muydifícil su colaboración y coordinación.

En Aragón había surgido en octubre de 1936 el Consejo de Defensa Regional deAragón, con sede en Caspe, que teníacomo finalidad ser el órgano de gobiernoque faltaba en el Aragón republicano y quepor primera vez en la historia del mundoiba a estar mandado por anarquistas, losmilitantes que habitualmente rechazabansu participación en la vida política de unpaís. Entre sus funciones se encontraba lacoordinación de las diferentes colectivida-des de la región, la de sus compras y ladistribución de las mercancías que produ-cían y el intercambio entre ellas. En cambio,no poseía competencia alguna en losasuntos militares, ya que éstos se llevabandesde Barcelona.

A lo largo de la primera mitad del año1937 se fue produciendo el paso paulatinode las antiguas columnas de milicianos asu integración en el Ejército Popular de laRepública. El proceso fue lento y noexento de dificultades por la negativa demuchos milicianos voluntarios, principal-mente los anarquistas, a formar parte de un ejército uniformado, disciplinado y autoritario, regido por un régimen cas-trense. En la zona se encontraba unabuena parte de los anarquistas que iban aconstituir la 25 División y, como ejemplo,fue en Andorra, donde algunos de ellos seencontraban, donde abandonaron susarmas y puestos para marcharse a sulugar de procedencia antes de entrar aformar parte de ese ejército tradicional.

Tras las batallas del Jarama y de Guadala-jara y la imposibilidad de tomar Madrid,Franco se decidió por fin a llevar la guerraal norte de España y tratar de eliminar labolsa que allí se había formado desde elinicio de la guerra. Asturias, Santandery Vizcaya, junto a algunas zonas cercanas,formaban la zona republicana, rodeada

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totalmente de zona rebelde. Como losrepublicanos no podían ofrecer su ayudadirecta por estar alejados de los atacados,se organizaron diversas acciones de dis-tracción para evitar la caída de las capitalesnorteñas. Así se producirían ataques porla zona de Huesca y también por Albarracíny Brunete en junio y julio para frenar estosataques rebeldes, aunque con ningúnresultado positivo en cuanto a frenar elavance franquista. Otra de estas ofensivasde ayuda a los del norte y en concretopara evitar la caída de Santander fue labatalla de Belchite.

El mes de agosto de 1937 fue el inicio delcambio en el devenir de la guerra enAragón y también de la comarca. El día 11salió el decreto oficial por el que se disolvíael Consejo de Aragón, poniendo fin deesta forma al autogobierno. El gobierno

central había decidido que, a la vez que sedaba el último impulso para organizartodo el Ejército Popular, se debía terminarcon los gobiernos que continuaban ejer-ciendo su poder local desvinculados de laorganización de toda la España republi-cana. Se decidió el envío de la 11 División,a cuyo mando se encontraba EnriqueLíster, para controlar las posibles protestasque surgieran ante la disolución de esteórgano de poder regional que tenía mayoríaanarquista. Las dos divisiones que estabanmás cerca de Caspe, donde se encontrabala sede del Consejo, la 26 y la 25, eran deideología también anarquista y se pensóque podrían negarse al cumplimento de laorden de la disolución del órgano regional.Las tropas de Líster también se encargaronde desmantelar una buena parte de lascolectividades existentes en los pueblos,clausurándose muchas de ellas, aunque

Avance diario de las diferentes tropas que constituían el Ejército franquista al sur del Ebro: Cuerpos de Ejército Marroquí, italiano, y de Galicia, junto a la agrupación de Divisiones

que mandaba el coronel García Valiño, más de 150.000 hombres en total.

Mapa: José María Maldonado

Bombardeo de Oliete. El día 11 de marzo de 1938 fueron tres las veces que se bombardeó Oliete y sus alrededores. Una por 13 aviones Romero 37, otra por 9 aviones Savoia Marchetti-79

y la tercera la carretera que va del pueblo a Alloza por 8 Breda-65. En los tres casoslos aviones pertenecían a la Aviación Legionaria italiana.

Archivo: USAMI. Roma

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otras continuaron su actividad con colec-tivistas únicamente voluntarios. Pero loscambios no se produjeron únicamente en la retaguardia. También el frente iba a verse envuelto en unas batallas muyduras, las conocidas como la batalla deBelchite, aunque en realidad se tratabade la ofensiva sobre Zaragoza.

Esta tremenda batalla se inició comoapoyo a las tropas republicanas que en elnorte estaban defendiendo Santander, yaque no se podían enviar tropas en suayuda por estar aisladas del resto de lazona republicana. Se intentó, como seharía otras veces, realizar una maniobrade distracción para atraer tropas desde elnorte y aliviar la presión militar en la zonacántabra. Este propósito no se conseguiría,pues Santander caería el día 26, dos díasdespués del inicio de la batalla. A pesar deque en la batalla de Huesca del mes dejunio ya estaba casi finalizada la militari-zación de todos los componentes de lasantiguas columnas, puede considerarseque es la de Belchite la primera operaciónconjunta de todas las tropas que operabanen Aragón bajo el mando del EstadoMayor Central republicano, con el Minis-terio de Guerra implicado también.

Para la ofensiva de Zaragoza se trajo unaenorme cantidad de tropas de fuera deAragón: la 35 y la 45 Divisiones interna-cionales, la 11 División de Líster, ademásde otras unidades que no habían estadonunca en la zona, como la 24 y la 44División. Así, iban a participar las tropasmás conocidas del Ejército republicanoque sólo un mes antes lo hicieron tambiénen la batalla de Brunete: la famosa Divisiónde Líster, ahora encuadrada en el XIICuerpo y el V Cuerpo de Modesto, quecontaba con dos divisiones de BrigadasInternacionales. La idea de la maniobraera la de atacar por el norte y por el surdel río Ebro, para confluir en la capital

aragonesa sobre las ocho o diez de lanoche del mismo día del inicio de la ofen-siva. Para ello se formaron cuatro unida-des con misiones diferentes. La “A”atacaría hacia la zona de Zuera, cortaría lacarretera de Huesca impidiendo el envíode refuerzos desde el norte y una vezconseguido esto, se lanzaría hacia la capitaltomando los objetivos importantes. La“B” atacaría en diagonal hacia Villamayor,y desde allí se uniría con la “A” y ayudaríaen la toma de la ciudad. La “C”, la másdébil, cruzaría el Ebro a la altura de Pina,tomaría la estación de ferrocarril, laermita de Bonastre y atacaría de revésla población de Quinto al día siguiente,junto a tropas de la agrupación “D”. Laagrupación “D”, la más potente, se teníaque infiltrar por la noche hacia Medianay Fuentes, que deberían tomar de madru-gada, y desde allí lanzarse sobre Zara-goza. Otras fuerzas de esta agrupaciónrodearían Quinto y la tomarían al díasiguiente junto a las fuerzas de la “C”.Otras unidades tomarían Codo y Belchite,sin entrar en combates directos, rode-ando y fijando al enemigo. En estapotente agrupación iban las fuerzas deLíster y la 35 Brigada Internacional.

Lo curioso de la acción es la marginaciónque sufrieron las dos Divisiones que seencontraban en las proximidades de Zara-goza, las que habían estado rodeando laciudad desde el inicio de la guerra, laantigua columna Durruti, ahora la 26División, y la antigua columna Ortiz,ahora la 25. Ambas eran de ideologíaanarquista, mientras que las más fuertes,llegadas desde otros frentes, eran de ten-dencia comunista. Las que conocían elterreno fueron integradas en accionessecundarias y sin ningún mando en lasoperaciones. Parece que no interesabaque, si había éxito en la operación, se loapuntaran los anarquistas.

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En el bando franquista, toda esta prepara-ción de hombres había pasado desaperci-bida, algo extraño al situarse en plenomes de agosto con luz abundante y con elpolvo que levantaba semejante movi-miento de hombres. Pero, aunque lasorpresa fue grande, los mandos respon-dieron con prontitud enviando a la zonacuantas tropas tenían en retaguardia y otras tres Divisiones que trajeron deotros frentes, pero no del de Santanderhasta que se terminó de tomar la zona.También llegarían dos brigadas de lastropas italianas.

Desde el primer día, a pesar de la fuerteacometida, pudieron comprobar losmandos republicanos que el objetivoplanteado, la toma de Zaragoza, era abso-lutamente inalcanzable. Fueron detenidosen Zuera, en Villamayor, en la estación dePina y en Fuentes de Ebro; los franquistas,con un gran esfuerzo, desbarataron elplan previsto. A pesar de las diferentesembestidas, no hubo forma de atravesarestas localidades, aunque finalmente y enlos días siguientes se consiguió tomarQuinto, Mediana y Codo. A partir de esemomento, los combates se centraronmás en más intentos por romper el tapónproducido y en la toma del núcleo de Bel-chite, pero en esos momentos, las tropasque Franco consiguió mandar al teatro deoperaciones estaban empezando a igualara las atacantes, haciendo muy difícil quepudieran conseguir su objetivo.

Además, las aviaciones que luchaban allado de Franco habían empezado a darmuestras de su extraordinaria potencia defuego. Durante los primeros días de labatalla el dominio aéreo estuvo clara-mente del bando republicano, tanto por elefecto sorpresa de la ofensiva, como porquesus enemigos estaban enfrascados en elfrente Norte. Pero la toma de Santanderel día 26 posibilitó que ese mismo día

pudieran ya acudir a otros lugares dondesu presencia fuera requerida. Ese mismodía 26 hizo por primera vez su apariciónen suelo aragonés la destrucción provocadapor los aviones de la Aviación Legionariaitaliana, que tanto protagonismo adquirióen Aragón hasta el final de la guerra. Fueel día 29 cuando, también por vez primera,acudió a bombardear en Aragón la LegiónCóndor alemana, con sus más potentesaviones bombarderos. Fue esta combina-ción de tropas procedentes de otros frentesjunto a la de la aviación, la que produjo eltotal estancamiento de la ofensiva repu-blicana sobre Zaragoza y que a partir deese momento se limitó únicamente a latoma de la ciudad de Belchite.

La gran ofensiva quedó convertida en la batalla de Belchite, la que iba a ser la toma de la capital se transformó en lapírrica victoria de Belchite. Proeza muycomentada por lo que de simbólica puedatener, por ser la primera gran ofensiva delEjército Popular que terminaba con uncierto éxito, aunque tuviera poco o nulosignificado estratégico. Las líneas delFrente aragonés habían quedado máscerca de la capital de Aragón, pero nuncamás se atacaría por esta zona. Muchosmuertos, muchos heridos, mucho gastode material para tan poco resultado.

Los rescoldos de la batalla continuarondurante el mes de septiembre y octubrecon intentos por parte republicana de atacarpor Fuentes de Ebro con tanques rusosque terminaron en un completo fracasoy la rectificación por parte franquista dela situación de las líneas del frente en lazona de Zuera-Villamayor y carretera deHuesca. El avance republicano por esazona había dejado demasiado cerca ladivisoria de líneas y comprometía el pasode tropas y suministros a Huesca y sepreparó esa contraofensiva donde intervi-nieron las tropas italianas del Cuerpo de

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Tropas Voluntarias (CTV) por vez primeraen Aragón, llevando el peso de la acciónque terminó con el propósito previsto.

Tras la conclusión de esta batalla, las tropasde la 25 División, entre las que se encon-traba la antigua columna Carod, pasarona descansar a Calanda, Alcorisa y Andorra,de donde no se moverían hasta que fueranllamados para intervenir en la batalla deTeruel a mediados de diciembre.

Durante la batalla de Belchite aparecieronpor primera vez en cielo aragonés losaviones extranjeros que ayudaban a lastropas franquistas. La intervención extran-jera en la guerra civil española fue muynumerosa, llegándose a una cifra de alre-dedor de 40.000 hombres los que lucha-ron al lado de los republicanos, la mayoríade ellos enrolados en las Brigadas Inter-nacionales, frente a los más de 75.000 italianos, 10.000 alemanes y cerca de100.000 marroquíes que lo hicieron allado de los franquistas. Pero la participa-ción más cotidiana y efectiva fue la de lasaviaciones italiana (Aviación Legionaria)y alemana (Legión Cóndor), que conaviones, bombas, personal, mecánicos y mandos de los respectivos paísesluchaban contra las tropas republicanas.La participación de estos aviones y losefectos causados por sus bombas y ame-trallamientos resultaron completamentedecisivos en el éxito de las tropas deFranco.

Y es que terminadas las batallas de Belchitey del norte del Ebro en los alrededores deZuera y una vez concluida la toma de lazona norte de España, Franco decidióavanzar por el valle del Ebro tratando dellegar a alcanzar el mar Mediterráneo conel fin de separar la zona de Cataluña del resto de la zona republicana. Fueron

durante los meses de octubre y noviembrede 1937 cuando se produjeron una seriede bombardeos sobre las ciudadesindefensas de la retaguardia aragonesa,previstos en la ofensiva, siendo el másgrave de todos ellos el realizado en lapoblación de Barbastro el día 3 de noviem-bre, con más de cien víctimas mortales.Bujaraloz, Sariñena, Caspe o Alcañiz seríanotros de los lugares donde se produjeronbombardeos en estos meses. Pero esto noquiere decir que no hubiera bombardeoscon anterioridad: Caspe, Alcañiz y Albalateya habían visto morir a algunos de sus con-vecinos pese a estar alejados de la línea delfrente.

Mientras tanto, las tropas que se encon-traban en el frente cercano a Andorrahabían cambiado con la marcha de la 25División, que fue sustituida por la 24 y la44 División.

El día 29 de noviembre, Franco cambió deopinión y abandonó el plan de atacar porAragón y se decidió por intentar de nuevola conquista de Madrid, ya que pensabaque le daría la victoria definitiva. Mientrasestaba concentrando sus tropas entre lasprovincias de Guadalajara y de Zaragoza,el general Vicente Rojo conoció los planesde Franco y pensó que la forma de oponerseal ataque de Madrid era adelantarse conun ataque en otro frente para obligar aFranco a desviar sus tropas al nuevo lugarde ataque y así conseguir que abandonarala idea de intentar conquistar la capital.Así dio comienzo el día 15 de diciembre elataque republicano sobre Teruel, al querespondió Franco como Rojo había pre-visto, desoyendo a sus propios generalesy a italianos y alemanes que pensabanque no merecía la pena que por responder

Bombardeo de Ariño. A las 12,20 horas del día 11 fue bombardeado el pueblo de Ariño por 13 aviones Savoia Marchetti-79 italianos, que arrojaron un total de 160 bombas de 50 kilos.

Archivo: USAMI. Roma

al envite republicano se abandonaran losplanes previstos contra Madrid.

Una vez más Rojo cogió por sorpresa aFranco, que no se enteró de la gran con-centración de tropas que se estaba lle-vando a cabo en las inmediaciones deTeruel. Esta ciudad se encontraba casicercada desde finales del mes de agostode 1936, aunque contaba con una buenacomunicación con Zaragoza tanto porferrocarril como por carretera. La idea dela maniobra era cortar esta salida, rodearcompletamente la ciudad y después ircerrando el círculo hasta tomarla. Conello se eliminaría un saliente que apun-taba hacia Valencia y que hacía peligrosauna ofensiva franquista por esta zona.Pero, aunque sabemos que la pretensiónde Rojo era desviar a Franco de la capitalde España, no era éste el plan que hubieraquerido realizar el general, pues él seinclinaba por hacer una operación seme-

jante en un escenario bien distinto, en elfrente extremeño, de tal forma que ademásde desviar a Franco de Madrid, hubieraseparado Andalucía del resto de la zonafranquista.

La maniobra de cierre de Teruel estuvo acargo de la 11 División de Líster de este aoeste, mientras que fuerzas del XVIIICuerpo de Ejército le ayudarían a formarel cerco desde la dirección contraria. LaDivisión 25 debía entrar directamente enTeruel desde la carretera de Alcañiz con-formando con la 11 el XXII Cuerpo deEjército. Ambas venían de estar acantona-das en el Bajo Aragón, donde Líster sehabía casado (en Castellote). Otras tro-pas atacarían desde la zona procedentede Valencia para apoyar en la toma de lacapital.

La batalla se inició la madrugada del día15 de diciembre con un frío tremendo queno había hecho nada más que empezar.

Andorra 1. Mientras los italianos avanzaban imparables desde el mismo momento del inicio de la ofensiva, los soldados republicanos retrocedían sin apenas oponer resistencia. Uno de los pocos puntos donde

se intentó frenar a las tropas atacantes fue en el puente que hay en la carretera que une Alloza con Andorra, aunque su detención fue de pocas horas.

Foto Michele Francone

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Andorra, 12. En este día los bombardeos sobre poblaciones a las que se acercaban las tropas atacantes fueron numerosos: Andorra, Calanda, Alcorisa, Azaila, La Puebla de Híjar, Aliaga, Albalate… Andorra fue bombardeada a las 9,50 horas

por 14 Savoia Marchetti-79 italianos, que arrojaron 180 bombas de 50 kilos.

Archivo: USAMI. Roma

La respuesta franquista fue la esperada, elenvío rápido de tropas desde donde esta-ban concentradas y preparadas para elataque a Madrid. Debido a que se encon-traban entre la provincia de Guadalajaray la de Zaragoza, el desplazamiento fuerápido. Era lo previsto por el mando repu-blicano, que debía responder taponandola llegada de esas tropas desde el nortepor la carretera y por el ferrocarril desdeZaragoza. Aquí venía la gran dificultad, lade impedir ese avance y que los atacantesconsiguieran contactar con los cercadosde Teruel.

El mayor peligro que podían esperar losrepublicanos se esperaba que llegara porel cielo, pero en vez de aviones y de bombaslo que llegó en demasía fue la nieve y elfrío, que en lugar de perjudicarles les fuemuy favorable. La nieve lo cubrió todo,dificultando tremendamente los movi-mientos de las tropas y de los mediosmecanizados, lo que endureció la acciónde los hombres, llegando a la congelaciónde manos y de pies debido a que las tem-peraturas llegaron a alcanzar los 220 bajocero. Pero esas temperaturas, que erantodavía más bajas en las alturas, impidie-ron el vuelo de los aviones, por lo que losmás perjudicados fueron los sitiados enTeruel, pues su potente aviación no podíaayudarles.

De esta forma, el cerco se fue cerrandodentro de la ciudad resistiendo única-mente dos edificios, donde se habíanrefugiado todos los sitiados, que se vieronobligados a capitular el día 8 de enero de1938. Nunca se le perdonó al coronel Reyd´Harcourt esta rendición, aunque ya notenía nada que hacer y sus hombreshabían llegado al límite de sus fuerzas y carecían de comida, agua y municiones.

El aporte de hombres de Franco a la batallafue continuo, decidiendo el día 21 la sus-pensión del ataque a Madrid. Rojo había

ganado la batalla a Franco sin haberconquistado nada.

Tras la conquista de Teruel, Franco decidióque la batalla no estaba concluida, que noiba a conformarse con el resultado apesar de la insistencia de sus generalesy aliados alemanes e italianos. Con lareestructuración de tropas y con la mejoríadel tiempo, todas las armas franquistaspudieron ponerse en marcha demos-trando toda su potencia. Y esto sucedió eldía 17 de enero, con 477 vuelos y 176bombardeos de las tres aviaciones sobrelos altos de Celadas, además de todos losabundantísimos disparos artilleros pro-venientes de más de 500 piezas. Laresistencia republicana fue tenaz, perotuvieron que retroceder de algunos lugares.

Poco a poco las tropas de Franco retoma-ron el terreno que habían perdido, consi-guiendo apoderarse de Teruel el día 22 defebrero. Los republicanos sólo pudierontenerla en su poder un mes y medio.

Al terminar esta batalla, Franco se decidiópor retomar el ataque sobre Aragónprevisto el otoño anterior y tratar de llegarhasta el mar. Las tropas las tenía des-plegadas en la zona y era muy sencilloreorganizarlas y lanzarlas al ataque contraun enemigo muy debilitado moral y mate-rialmente.

Sin haber concluido completamente lareconquista de Teruel, Franco ordenó alllamado Ejército del Norte, que mandabael general Fidel Dávila y que tenía comoJefe del Estado Mayor al general Vigón,que organizara la operación para poderalcanzar la línea del Guadalope en unprimer avance y, posteriormente, tratar dellegar al mar Mediterráneo. Para ellodistribuyó las tropas en dos Cuerpos deEjército, el de Navarra y el de Aragón, alnorte del río Ebro mientras situaba las

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fuerzas más poderosas al sur del río, queeran las que iban a iniciar la operación.

En la zona sur desplegó, desde el ríohasta la zona de Utrillas, las siguientesunidades: el Cuerpo de Ejército Marroquíal mando del general Yagüe, una agrupaciónde unidades al cargo del general GarcíaValiño con la 1.ª División de Navarra y lade Caballería del general Monasterio. Ala derecha de ellas iban a atacar todas lastropas italianas que actuaban al serviciode Franco, el Cuerpo de Tropas Voluntariascon todo su potencial humano, artilleroy de transporte y todavía más al sur, por lazona de Montalbán, el Cuerpo de Ejércitode Galicia al mando del general Aranda.En total sumaban cerca de los 200.000hombres, a los que tendríamos que sumartoda la aviación franquista, integrada porla Aviación Hispana, la Aviación Legiona-ria italiana y la Legión Cóndor alemana,que acompañaban a cada una de las fuer-zas atacantes. Así, los alemanes protegíany facilitaban el ataque de las tropas deYagüe, mientras que los italianos lo hacíana las suyas y a las de Valiño, encargán-dose la Hispana de facilitar su avance alas tropas de Aranda.

Haciendo una visión rápida de las tropasrepublicanas que defendían el sur delEbro en la misma zona por donde iban aatacar las franquistas, se encontrabaúnicamente un Cuerpo de Ejército, el XII,perteneciente al Ejército del Este, quemandaba el general Pozas. Estaba com-puesto por las divisiones 44, 24 y 30 conun total de 7 brigadas junto a las que seunían tropas de la 70 División del XXI CEque se encontraban entre la zona deMontalbán y de Utrillas y que estabanmuy diezmadas tras las cruentas batallasque habían finalizado con la toma deTeruel por las tropas franquistas. En totalsumaban una cantidad ligeramente porencima de los 40.000 hombres. Entre

todos ellos no llegaban a alcanzar lasfuerzas que componían el CE Marroquí.

Solamente una de estas agrupacionesfranquistas no iba a operar en la comarcade Andorra, la de Yagüe, que lo haría másal norte, llegando a Azaila, Híjar y de allíhacia Caspe. Las otras tres entrarían poresta comarca, aunque el CE de Galicia selimitaría a la zona más al sur, por Estercuel,Gargallo y desde allí hacia Ejulve. Por elotro extremo y viniendo desde la zona deLécera a Albalate y desde esta poblaciónhacia Andorra, actuaría la 1.ª División deGarcía Valiño, mientras que la mayorparte de la comarca sería atacada y con-quistada por las tropas italianas del CTV.

Será en estos momentos de marzo de1938 cuando llegue lo que se entiende porguerra a Andorra y al resto del Bajo Aragón.Hasta esa fecha se habían vivido lasconsecuencias de tener el frente cerca desus casas, habían convivido con milicianosy con soldados, se habían modificado lavida y las relaciones entre los convecinosy se había destruido el orden que los pue-blos habían mantenido toda la historia. Elpoder lo detentaban personas gracias alpoder que dan las armas y lo habíanusado para imponer su forma de visiónde la sociedad, atentando contra los quepensaban de manera distinta hasta llegara quitar la vida de quien era consideradoenemigo, es decir, se habían vivido lasconsecuencias de la guerra, pero ahorallegaban las bombas y los soldados, loque se entiende por guerra de verdad.

Cuando a las 7,30 horas de la mañana deldía 9 de marzo las tropas franquistasiniciaron su avance al sur del Ebro atacandohacia el este, sabían perfectamente queno iban o encontrar apenas resistencia.Tenían una muy buena información de lastropas y del terreno que iban a encon-trarse e iban perfectamente preparados.La artillería dio comienzo su ataque

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durante más de hora y media sobre losobjetivos previamente fijados, para pasarsu testigo a la aviación, que machacaba loque aún quedaba en pie, realizando unaacción conjunta de destrucción y de des-gaste del enemigo tal que en muchoslugares no quedaba infantería que seopusiera a los que habían iniciado suavance. Las tropas de Valiño atacaron porla zona de Herrera de los Navarros paraluego dirigirse hacia Lécera. Las tropasitalianas lo hicieron en la zona de Rudillapara adentrarse hacia Cortes de Aragóny hacia Muniesa.

El ataque fue una combinación perfectade aviación, artillería, infantería y todoslos grupos motorizados, con los carros decombate apoyando la acción. Los grandesbombardeos se encargaban de destrozarlos obstáculos que hubieran sido marcadospor los mandos y de acudir a cualquierlugar donde fueran solicitados. En ningúnmomento dejaron de arrojar sus mortíferas

bombas sobre las pequeñas poblaciones

que iban a ser atacadas unas horas después

por su infantería. Los aviones de caza

estaban continuamente en vuelo, justo

por delante de sus tropas, atacando a

cuanto convoy enemigo se pudiera

acercar para reforzar a sus compa-

ñeros y ametrallando a cuantos camio-

nes, coches o soldados se encontraban a

tiro. Las tropas iban detrás, siempre que

podían en los vehículos motorizados, de

tal forma que el avance se realizaba con

muchísima rapidez, haciéndose con miles

de prisioneros que quedaban rezagados

o envueltos por la velocidad del avance.

Puede decirse que fue un perfecto ensayo

de lo que luego se llamaría guerra célere

o britzkrieg, que con tanta precisión

desarrollaron los alemanes durante la

Segunda Guerra Mundial, o lo mismo que

hemos visto usar a los norteamericanos

en sus invasiones de Irak.

Vista de Andorra tomada desde San Macario por un italiano que iba con el Estado Mayor, por lo que llegó al pueblo algo después de que entraran las tropas.

Foto Michele Francone

Los italianos entraron con todo su potencialentre Rudilla y Salcedillo llegando a lasproximidades de Blesa y de Huesa delComún al terminar el primer día de laofensiva, logrando el día 10 rebasar laslocalidades de Cortes de Aragón y deMuniesa, siendo las Brigadas de FlechasAzules y la de Flechas Negras las quetomaron dichas poblaciones. Por su parteel CE de Galicia tenía muchas más difi-cultades al tratar de avanzar sobreMontalbán y desplazarse por la carreterageneral hacia Alcañiz. El día 11 el avanceitaliano supuso la captura de las pobla-ciones de La Hoz de la Vieja, Obón,Alcaine, Alacón (12,30 h.) y Oliete (14 h.).Para llegar a estas poblaciones los italianosenviaron una columna de nueve batallonesapoyados por 15 tanques hacia Alacón,a la vez que reforzaban el avance por lacarretera de Muniesa a Oliete.

El avance italiano había sido tan potenteque la única media Brigada que teníanenfrente para oponerse, la 146 de la 30División, muy poco, nada, pudo hacerpara detenerles. Era la lucha de Davidcontra Goliat, era la lucha de unos 1.300hombres contra 35.000, mucho mejorarmados, con una potentísima artillería,carros de combate, acompañados de todala Aviación Legionaria italiana. Y nadieacudió a taponar esa brecha excepto lospropios soldados en retirada y cuandollegaron los primeros refuerzos, escasosy sin conocer ni el terreno ni lo que se lesvenía encima, no llegaron ni a descenderde los camiones que les transportabanpor encontrarse de frente a los tanquesitalianos que avanzaban sin freno. Esto leocurrió a una parte de la 127 Brigada quefue traída desde la retaguardia oscensey que cuando se acercaba a Muniesa a mitad de mañana del día 10 tuvo queentrar en combate con sólo veinticincohombres que llegaron en el primercamión, por lo que volvieron a montar

y retroceder y es lo que siguieron haciendohasta que terminaron destrozados, ais-lados y hambrientos entre Berge y Molinosunos días después.

No podemos obviar el fundamental papelque jugó la aviación italiana en esteavance. Los aviones bombarderos pesadosy ligeros se encargaban de facilitar eldiscurrir de sus tropas. Por la mañanatemprano hacían los servicios de vigilanciadel terreno y los bombardeos que habíanprevisto el día anterior, en los que seincluían todas las poblaciones que iríanencontrando en su avance las tropas detierra. Además acudirían a bombardearaquellos emplazamientos que durante elavance se consideraba que ofrecían opodrían ofrecer una cierta resistencia, sinolvidar la función de impedir la llegada deposibles tropas o de aprovisionamiento.Los cazas sobrevolaban continuamentesus tropas y hacían de avanzadilla,ametrallando y bombardeando las posi-ciones enemigas y a las tropas en retirada.La coordinación entre tierra y aire fueperfecta.

Antes de iniciarse la ofensiva y por razonesestratégicas y para “desmoralización delenemigo” ya había sido bombardeadoEjulve el día 1 con la secuela de cuatromuertos civiles además de otros militares.El día 3 en Alcañiz, los italianos realizaronel bombardeo más mortífero que se dioen Aragón durante toda la guerra civilespañola y uno de los peores de toda lapenínsula, con más de 250 muertos.Caspe, Híjar, La Puebla de Híjar, y Sástagotambién recibieron sus respectivos cas-tigos durante los días 6 y 7. El día 9, prime-ro de la ofensiva, fueron bombardeadosentre otros los lugares de Blesa, Moyuela,Muniesa y La Puebla de Híjar. El día 10 lo serían los alrededores de Alacón, Muniesa,Oliete, Caspe, Escatrón, Híjar y Léceraentre muchos otros. Ya el día 11 los bom-

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bardeos llegaron a Alacón, Albalate,Ariño, Azaila, Híjar, Muniesa, Oliete y lacarretera desde esta población a Alloza.

Sería el día 12 cuando los bombardeosllegaron por primera vez a Alcorisa,Andorra, Calanda y repetirían en Ejulve,Híjar, La Puebla y otros muchos lugares.En Andorra fueron 14 aviones Savoia 79,los mismos que habían bombardeadoAlcañiz, los que repartieron 180 bombasde 50 kilos entre esta población y la vecinade Alcorisa a las 9,50 de la mañana.

Las tropas de García Valiño tomaronAlbalate el día 12, mientras que los italianosfueron más lentos. A estas alturas todaslas poblaciones habían visto pasar unabuena cantidad de soldados republicanosretrocediendo sin ningún tipo de organi-zación hacia la retaguardia más lejana,tanto que muchos llegaron hasta Gandesasin poder ser detenidos y reorganizados.Hasta se dio orden a los alcaldes para que

entregaran a las autoridades militares atodos los soldados que llegaran a suslocalidades; como puede imaginarse fueuna orden que ni se pudo ni se quisocumplir. En estas circunstancias, lamayoría de la población había abandonadolos pueblos y se había refugiado en lasparideras, masadas, masicos, cuevas,torres o cualquier otro lugar apartado que les hiciera sentirse más seguros que lo estaban dentro de sus casas. Y esta circunstancia es la que explica que elnúmero de muertos a causa de los bom-bardeos de aviación fueran tan escasosdurante estos días, a pesar de que enalgunos lugares, como Calanda o Alcorisa,fueran numerosas las casas destruidas.En el bombardeo de Alcañiz y en otros a retaguardia que se realizaron cuandonadie lo esperaba, cogieron a la poblaciónabsolutamente desprevenida en suquehacer diario y fueron sorprendidospor las bombas. Ahora, con el avance delas tropas, todos sabían que los aviones

Vista de Andorra desde la torre de la iglesia, cuyo tejado aparece en primer plano. Al fondo destacan en blanco las escuelas de la República construidas unos años antes.

Foto Michele Francone

Panorámica de Andorra desde San Macario

Foto Michele Francone

Vista desde San Macario del cruce de carreteras Albalate (izda.)-Alcorisa (dcha.)–Calanda (centro) a la altura del cementerio que se llega a vislumbrar en la imagen. Tras el campo de olivos puede observarse

un convoy de camiones aparcados, que sin duda habían transportado a las tropas recién entradas en la localidad.

Foto Michele Francone

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bombardeaban con el avance y que los pue-blos eran bombardeados por dos motivosfundamentales, desmoralizar a la pobla-ción y que no opusiera resistencia ante talmanifestación de potencia y aniquilar alas tropas que se asentaban habitual-mente a las afueras y en los corrales delos pueblos.

En otros bombardeos, los muertos seprodujeron por verdadera mala suertecomo sucedió en uno de los que padecióHíjar y otro en Torrevelilla, ambos conmás de veinte muertos y con circunstan-cias parecidas. En Híjar una bomba cayótan cerca de un refugio que el desprendi-miento causado taponó la salida y pro-vocó la muerte por asfixia a los que allí se habían concentrado. En Torrevelilla se habían refugiado en los bajos de unacasa que tiró una de las bombas matandoa los allí reunidos.

El día 13 los italianos reforzaron su avancedesde Oliete, viéndose detenidos por lavoladura de un puente en su caminohacia Alloza, pero una vez solucionado elpaso, se lanzaron sobre Ariño, Alloza y Andorra, donde entraron hacia las 3,30de la tarde. Desde Albalate habían acudidoalgunas tropas de la 1.ª División de Nava-rra para ayudar en la toma de la pobla-ción. A defender la plaza había sidoenviada la 116 Brigada que junto a los quequedaban de la 127 y algunas de la 211 decarabineros debían haber opuesto ciertaresistencia. Pero no fue así. De hechosólo pudieron retroceder. Enric Casañaspertenecía a la 116 Brigada y recuerda queles enviaron a defender unas minas enAndorra, pero que al bajar del camiónllegó un avión y les ametralló, por lo queen cuanto pudieron volvieron a montarsey dieron media vuelta huyendo de lo quese avecinaba. No llegaron a disparar unsolo tiro y su huida terminó en Gandesa,

donde fueron detenidos y destinados denuevo a su unidad en la zona de Teruel.

El día 13 hubo bombardeos en Alcorisa,Alloza, Andorra y Calanda entre otroslugares. Andorra fue bombardeada a las9,46 de la mañana por 5 aviones italianosBr 20, que lanzaron 60 bombas de 50 kiloscada una. Como puede comprobarse enlas fotografías aéreas que fueron tomadasdesde los propios aviones italianos a lavez que bombardeaban la población,las bombas parece que no tocaron apenasel caserío del pueblo, pero aun así en undocumento que se conserva en el Archivomunicipal de Andorra fechado el día 15 dediciembre de 1941 donde se hace unarelación de fincas rústicas y urbanas quefueron destruidas “durante el períodomarxista” se especifica que hubo un totalde 34 edificios destruidos e inhabitablescomo consecuencia de los bombardeosde la aviación y que el valor de lo destruidoalcanzaba la nada despreciable cifra de170.000 pesetas de las de entonces.

En el mismo documento se solicita igual-mente la indemnización de 3.000 pesetaspor los olivos que se quitaron de uncampo en la partida del “Saso” parapoder construir un campo de aviación. Deeste campo no tenemos constancia enninguna documentación de la época ni deque fuera nunca usado por la aviaciónrepublicana ni por la franquista trasapoderarse de la población.

Una vez tomada la villa de Andorra y enuna audaz operación ofensiva salieron lastropas italianas a la 1 de la madrugada deldía 14 con la intención de tomar Calanday Alcañiz lo más rápido posible. La ope-ración fue todo un éxito pues pocas horasdespués y antes de amanecer habían con-seguido tomar las dos importantes pobla-ciones vecinas. Alcorisa sería tomadamás tarde, el día 17, por las tropas delgeneral Aranda, que venía avanzando por

Relación de material bélicorecogido en Andorra por unaunidad de recuperación a laspocas semanas de la entrada delas tropas (anverso y reverso).

Documento cedido por ÁngelCañada Giner.

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la carretera general desde Montalbán.Ejulve y todo el Maestrazgo quedaría enzona republicana hasta la ofensiva que seiniciaría a finales del mes de abril.

Los datos pueden darnos una idea de ladiferencia de fuerzas y de capacidad arma-mentística que poseía cada uno de losdos ejércitos que se enfrentaban. Duranteel mes de marzo, desde el día 9 en que seinició la ofensiva hasta el día 31, las dife-rentes aviaciones franquistas realizaronun total de 285 bombardeos en Aragón,por sólo 7 de la aviación republicana.Sobran las explicaciones de la facilidad dela toma de este frente.

La toma del resto del Bajo Aragón tardaríaunos días más porque mientras se sucedíael avance en nuestra zona, las tropasrepublicanas de apoyo que habían sidosolicitadas con urgencia empezaron allegar a partir del día 14, emplazándose alotro lado del río Guadalope, y el avancesería a partir de ese momento más duroy difícil, aumentando el número de pérdidashumanas.

El V Cuerpo de Ejército republicano, con lasdivisiones 45, 11 de Líster y 3 de Tagüeña,cubrían desde el Ebro hasta la zona deAguaviva y desde allí hacia el sur era elXXI CE quien defendía las embestidasfranquistas. En los últimos días de marzose rompió el frente por cuatro lugares:desde Caspe a Gandesa cerca del Ebrocon el general Valiño al frente; desdeAlcañiz a Calaceite y Valderrobres, con lositalianos; desde Calanda a Torrevelilla y Fórnoles con los italianos y algunasunidades del CE de Galicia; y finalmentedesde Alcorisa a Más de las Matas,Aguaviva y Morella por el CE de Galicia.

Mientras todo esto estaba sucediendo alsur del Ebro, en toda la zona norte tambiénlas tropas franquistas se habían puestoen acción el día 22 de marzo. Los CC. EE.

de Navarra y de Aragón, desde el norte deHuesca hasta el Ebro junto al CE Marroquíde Yagüe, que cruzó el Ebro por sorpresaa la altura de Quinto, atacaron de oeste aeste arrollando a las tropas republicanasestacionadas en la zona desde julio de1936, llegando el día 3 de abril a la ciudadde Lérida. La velocidad de avance fueapabullante, de las mismas característicasque se produjeron en el sur.

El éxito de la ofensiva iniciada el día 9 demarzo se vería compensado por la lle-gada al mar por Vinaroz, separando deesta forma a toda Cataluña del resto de laEspaña republicana. La suerte de la guerraestaba definitivamente echada. Quién ibaa ser el futuro vencedor no planteabaduda alguna.

En Aragón la guerra no había terminadoporque quedaba un reducto en Huescay otro en las sierras del Maestrazgo,Gúdar y Javalambre en Teruel. El deHuesca estaba limitado a la zona delPirineo y sería conocido como la Bolsade Bielsa. La 43 División se había quedadorezagada en la retirada y se había afe-rrado al terreno montañoso, del que seríadesalojado con mucho esfuerzo a mitadde junio de 1938. La conquista de la zonade la provincia de Teruel, que se reforzaríadurante los meses de abril, mayo y junio,sería muy lenta y costosa para defensoresy atacantes. Cuando quedaba muy pocoterreno en posesión de los republicanos,prácticamente el pasillo que desde Teruellleva a Valencia, Franco decidió en el mesde julio hacer un último esfuerzo parallegar a esta capital levantina, y sería enesa ofensiva cuando la casi totalidad deAragón pasaba definitivamente a posesiónde la España de Franco.

Fue en ese momento, en el ataque haciaValencia, cuando el general Rojo planteóotra acción militar de envergadura en una

zona donde no se esperaba con la inten-ción de conseguir con ello la paralizaciónde la maniobra franquista en Levante. Así,cuando se encontraba amenazada la capitallevantina, el 25 de julio se inició la cono-cida como batalla del Ebro. Otra batallaatroz y con poco valor estratégico, que selibró muy poco tiempo en territorio ara-gonés, pero que fue muy dura por sucoste de vidas humanas. Mequinenza,Fayón, los altos de Auts pasaron a serconocidos por la cantidad de víctimas queallí se produjeron.

A partir de ese momento, la guerra continuódurante unos pocos meses más, aunqueya no se libraría en Aragón.

Pero la llegada de los vencedores a lasdiferentes poblaciones no traería el finalde la guerra. Fueron muchos los queabandonaron sus pueblos con dirección a

Cataluña o Valencia y desde allí algunossaldrían hacia Francia y otros países bus-cando la seguridad que no les daban losvencedores. Muchos reharían sus vidaslejos de sus lugares de nacimiento y suexilio interior o exterior sería mucho máslargo de lo que ellos hubieran deseado.Para los que decidieron quedarse y paralos que iban regresando a los pueblos, lavida no les iba a ser sencilla si sus ideasno habían coincidido con las de los ven-cedores y mucho menos para los quehabían estado claramente alineados conlos perdedores.

La discriminación a los partidarios de laRepública, los cortes de pelo a las mujeres,las encarcelaciones, los campos de trabajo,las “esperas” a los que regresaban y losinsultos, palos y vejaciones fueron comu-nes en todos los lugares y la separación

Relación de daños y perjuicios ocasionados por los bombardeos y por la construcción de un campo de aviación certificada por el Ayuntamiento en 1941.

Archivo Municipal de Andorra

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social entre vencedores y vencidos fueimpuesta por las nuevas autoridades y mar-caría durante mucho tiempo la vida en los pueblos. Los “rojos” y sus familiasquedaron marcados durante demasiadotiempo. Y también hubo acusacionesvagas que conducirían a la cárcel y a ase-sinatos de personas que sufrieron la justiciade los otros.

Todo lo que se criticó a los que ostentaronel poder durante los 18 meses de guerraen Aragón, volvía ahora a instalarse en losvencedores; se cambiaron los sacerdotespor los frentepopulistas, a los hacendadospor los sindicalistas, a los fascistas porlos rojos, pero las reacciones fueronparecidas, aunque ahora más duraderasy amparadas por el poder y por las leyesdictadas para que los castigos fueran“legales”. La guerra terminó en Andorray casi toda su comarca el 13 de marzo de1938, pero sus consecuencias tardaríanaños en ser eliminadas. Si es que lo hansido del todo.

En los momentos en que se discute sobrela oportunidad o no de la ley de MemoriaHistórica, lo que tenemos que hacer esconocer todo lo que sucedió durante laguerra y la posguerra, lo que hicieron losque se encontraban en un bando y enotro, de saber todo lo que pasó, de ponernombre a todos los que murieron y deconocer las causas por las que muchosfueron acusados y condenados; es horade reconocer que todos pretendían con-seguir lo que creían que era lo mejor paraEspaña y para los españoles, y que losque ganaron implantaron sus razones porla fuerza, pero no por la fuerza de larazón. Y que castigar al otro por no pensarlo mismo que tú no es la forma de solu-cionar los problemas y que en el diálogoy en el acuerdo pueden estar las solucionesy el futuro de todos.

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