Economia Trabajo Incrustación

13
LAURA AYÉN VOUILLAMOZ Antropología económica A1

Transcript of Economia Trabajo Incrustación

  • LAURA AYN VOUILLAMOZ Antropologa econmica

    A1

  • Introduccin: En este trabajo me propongo explicar, as como tambin ejemplificar de manera etnogrfica las diferentes formas de cmo aquello econmico se incrusta en la sociedad, en lo moral, en lo jurdico, en lo religioso y en lo poltico. Para ello he dividido el trabajo en diversos bloques: en el primero clarificar algunos trminos ya que creo que es necesario, antes de empezar a hablar sobre como aquello econmico se incrusta en la sociedad, explicar a que har referencia al hablar de lo econmico y tambin a que me refiero al hablar del concepto incrustacin para esclarecer que es lo que voy a tratar y sentar las que van a ser las bases sobre las que se construir el trabajo. Una vez haya intentado explicar estos dos trminos comenzar con el segundo bloque de mi trabajo, el ms extenso, donde dar respuesta a la cuestin que se propone en el titulo y expondr cuales son las diferentes formas en que lo econmico se incrusta en la sociedad ejemplificndolo de forma etnogrfica. Para elaborar este trabajo utilizar, por un lado los apuntes tomados en clase y por otro, y como base, algunas de las lecturas obligatorias que tambin incluir en la bibliografa al final del trabajo. Tambin incluir los manuales de antropologa econmica que consulte. A que nos referimos cuando hablamos de lo econmico?

    En este apartado me propongo esencialmente determinar el sentido del termino lo econmico para que pueda ser aplicado de forma equivalente y uniforme en todas las ciencias sociales; para ello utilizar, sobretodo el texto de Polanyi. En l explica para empezar que es necesario hacer constar que cuando se trata de actividades humanas, el trmino econmico comporta dos significados que denominaremos significado formal y real. El primero, por su lado resulta del carcter lgico de la relacin entre fines y medios; remite a una situacin de eleccin que deriva de la insuficiencia de los ltimos y se refiere a la eleccin entre usos diferentes, dada la insuficiencia de estos. Polanyi habla de la eleccin entre utilizaciones alternativas de recursos escasos y que esto implica que la eleccin est determinada por la escasez. El sentido formal implica un conjunto de leyes relativas a la eleccin entre usos alternativos de medios insuficientes. El segundo, en cambio, toma su origen de la dependencia del hombre con relacin a la naturaleza y a sus semejantes para asegurar su supervivencia; hace referencia al intercambio entre el hombre y su entorno natural y social, este intercambio provee al hombre de los medios para satisfacer sus necesidades materiales. El significado real no sobreentiende ni elecciones ni medios insuficientes; la subsistencia del hombre puede imponer o no una eleccin y si hay eleccin esta no est obligatoriamente determinada por el efecto limitativo de la escasez de los medios. Es decir, el significado formal, esta vinculado al concepto de escasez y la funcin de la economa en este significado sera utilizar de la mejor forma posible los recursos de los que se dispone; el real esta

  • vinculado al trmino subsistencia, la funcin de la economa en este caso seria conseguir los recursos necesarios para sobrevivir. El problema que se destaca en el texto es la vinculacin de ambos significados a raz de la aparicin del mercado de precios en los dos ltimos siglos en Europa Occidental y Norte Amrica. Esta nueva forma de intercambio que se basa en el cambio de dinero por bienes o servicios y obliga a racionalizar los recursos para conseguir lo bienes y servicios necesarios; dicho de otro modo obliga a economizar tus recursos en el sentido formal de la palabra.

    Para continuar con este primer apartado he decidido hacer una pequea referencia al siguiente punto del trabajo, sobre que es lo que nosotros llamamos, o a que nos referimos con el trmino incrustacin, creo que es interesente a modo de introduccin un pequeo apunte para enlazar con lo que posteriormente explicar. A dems la definicin de lo econmico no estara completa sin un esbozo sobre la incrustacin, creo que estara incompleta. Narotzky delimita de la siguiente manera lo que para ella debera ser la forma de entender lo econmico: Por una parte, creo que un primer paso necesario consiste en el rechazo del concepto de un nivel econmico separado o de una regin acotada de relaciones o actividades sociales econmicas. Por otra, creo til restringir el alcance de lo econmico a las relaciones sociales que participan en la produccin de vida material, a travs de la interaccin organizada de los seres humanos y la naturaleza. Por ltimo, deseara proponer la idea de que en las poblaciones humanas, las relaciones materiales no pueden separarse tericamente de sus expresiones culturales que a su vez, son producidas y toman cuerpo materialmente y en esta definicin vemos, intrnsecamente expresado a lo que nos referimos con el termino incrustacin. La primera parte de su definicin se refiere a la incrustacin de la economa en la sociedad, que lejos de existir como una institucin diferenciada influye y a la vez se articula a travs de esta. Por lo tanto, no puede ser estudiado como un mbito separado que posea un comportamiento propio y aislado, sino que solo puede ser comprendida en relacin con el resto de la estructura social; necesitamos una mirada holstica, que abarque el conjunto total del grupo o sociedad estudiada. La economa, por tanto, puede definirse esta vez volviendo a Polanyi - como una actividad institucionalizada que en consecuencia implica unas determinadas condiciones sociales para que pueda desarrollarse. Es una manifestacin propia de cada sociedad, lo que hace de ella una forma de cultura. Estas diferentes respuestas dependern de mltiples factores y la forma concreta en que se materializa sera la economa de cada grupo social. Es decir, que lo econmico y lo social se hallan indisolublemente unidos en muchas sociedades, en estas es posible comprobar como el resto de las instituciones sociales dependen de la economa, por ello la toma de decisiones no se realiza de manera individualizada, como suma de acciones separadas, sino que las decisiones

  • econmicas obedecen a procesos profundamente institucionalizados socialmente, justamente debido a la incrustacin econmica. A que hace referencia el trmino incrustacin?

    Para empezar a hablar sobre el termino incrustacin es imposible no hacer referencia la reflexin de Polanyi que se resume en la idea de que el pensamiento utpico del liberalismo econmico se desmorona en el mundo occidental de comienzos del siglo XX ya que lo econmico empieza a vincularse con todas las dems instancias de la sociedad; De ah nace el concepto de incrustacin, del lugar que la economa ocupa en la sociedad. La implicacin o articulacin de la economa viene dada de diferente manera segn la sociedad, lo que es seguro es que esta encabalgada dentro de una gran diversidad de instituciones sociales; Un estudio sobre como estn institucionalizadas o incrustadas las economas deberan empezar por la forma en la economa adquiere estabilidad y unidad, que son fruto de la combinacin de muy pocas pautas que se pueden llamar factores de integracin. Segn Polanyi estas pautas se manifiestan juntas a diferentes niveles y en distintos sectores, y es con frecuencia difcil o imposible seleccionar una de ella como dominante para poder utilizarla para clasificar los diferentes tipos de economas. Sin embargo, cuando diferenciamos entre sectores y niveles de la economa estas formas constituyen un instrumento para describir la actividad econmica en trminos comparativamente sencillos, permitiendo ordenar las interminables variaciones de esta. La observacin emprica demuestra que las pauta principales son: la reciprocidad, la redistribucin y el intercambio. Estos trminos con frecuencia se utilizan para definir interrelaciones personales. Es decir, si es frecuente la conducta de reciprocidad entre los individuos surgir una integracin de reciprocidad; y lo mismo sucede con la integracin redistributiva, que la encontraremos donde se practique la particin del producto entre los individuos; y la integracin basada en el intercambio, que la encontraremos entre individuos que usen el truque. Como ya he comentado antes en algunas sociedades, como en las modernas occidentales, convergen los tres tipos de integracin, puesto que ninguno es excluyente, pero en todas las sociedades domina uno de ellos que, por regla general, es aqul que sirve para la distribucin de los medios de produccin. A continuacin expondr los tres tipos de integracin, utilizndolos en el siguiente apartado para ejemplificar de manera etnogrfica el concepto de incrustacin. Reciprocidad:

    Es el medio ms ordinario de integracin en las sociedades ms elementales pero tambin est presente en las sociedades complejas en diversas formas muy variadas. Entendemos por reciprocidad la correspondencia que se establece entre el acto de dar y

  • el de tomar sin que intervenga el dinero. Las trasferencias de alimentos que se producen en las sociedades tradicionales se enmarcan ordinariamente en la reciprocidad; tambin las ayudas de unas personas a otras y de unos grupos a otros se mueven en el mbito de la reciprocidad. En las sociedades complejas la reciprocidad pierde espacio ante la permanente presencia del dinero y del pago a cambio de la recepcin del bien o del servicio. Aun as la reciprocidad constituye el medio ms espontneo de integracin y la hallamos en todos los mbitos de la vida de las sociedades aunque puede adquirir formas de gran complejidad. En relacin con esta idea fue M. Sahlins quien lleg a la conclusin de que la reciprocidad adquiere su mxima intensidad en el interior de la familia o del grupo de parentesco, mientras que se va atenuando a medida de que el parentesco se hace ms lejano.

    Por otro lado la reciprocidad crece con la inseguridad. Es decir que en las sociedades donde el acceso a los bienes y servicios es satisfactorio y el abastecimiento del comercio est garantizado la reciprocidad pierde eficacia, ya que la supervivencia esta asegurada. Por el contrario, el grado de reciprocidad es muy alto en lugares donde no queda ms remedio que compartir si se quiere tener asegurada la subsistencia, como sucede en las economas ms elementales. La reciprocidad impera, por tanto, en su grado ms alto all donde la vida es precaria por definicin, debido a que los recursos no son predecibles. Tambin me parece interesante mencionar que hay diversos tipos de reciprocidad, y que esta no es siempre un acto plenamente desinteresado. Un apunte que me ha parecido muy interesante hacer al hablar de reciprocidad es el del caso de la reciprocidad equilibrada, en que existen unas expectativas de devolucin, normalmente a corto plazo. Significa que alguien da algo y espera que le sea devuelto en poco tiempo aunque no es necesario que lo que se devuelve sea exactamente equivalente a lo que se ha dado. Es necesario tener en cuenta que aunque en primer momento pueda parecerlo no tiene nada que ver con el trueque. Por un lado en la reciprocidad lo importante es el marco social, que prima sobre el intercambio meramente econmico. Por otro la reciprocidad no exige que lo intercambiado sea equivalente, pero por el contrario en el truque la equivalencia respecto a lo econmico es un requerimiento indispensable.

    Redistribucin:

    La redistribucin designa movimientos de apropiacin en direccin a un centro, y luego de este hacia el exterior; es decir que esta forma de integracin es una forma sustancial de distribucin en sociedades en las cuales deben actuar determinadas jerarquas, jefes, cuya actividad se desarrolla al margen de una organizacin estatal; la redistribucin puede ser practicada igualmente en un grupo menos importante que la sociedad global, de manera en que la economa es integrada en su conjunto. La redistribucin est igualmente en condiciones de integrar grupos a todos los niveles y a todos los grados de permanencia, desde el propio Estado hasta las unidades de carcter

  • transitorio. Aqu an, como en el caso de la reciprocidad, ms cerrada ser la red de la unidad englobante y ms diversificadas sern las subdivisiones en las que la redistribucin podr ser practicada con eficacia. Esta forma de integracin prevalece en un grupo en la medida que los bienes son recogidos por una sola mano en virtud de la costumbre, de la ley o de la decisin central. En ciertos casos, consiste en una colecta material acompaada de un almacenamiento con redistribucin, en otros casos esta colecta no es fsica pero proviene simplemente de la apropiacin, es decir de los derechos para servirse en la reserva fsica de los bienes. La redistribucin existe por numerosas razones y a todos los niveles de civilizacin. Es una forma universal de distribucin que no tiene la misma importancia en todas las sociedades.

    Intercambio:

    El intercambio se refiere a los movimientos de va y viene tales como los cambios de manos en un sistema mercantil. En esta forma de distribucin de los bienes y servicios el llamado principio de mercado se encarga de fijar los valores de las cosas, de acuerdo con la ley de la oferta y de la demanda. Evidentemente, y por lo que se ha dicho antes, tambin los precios de los medios de produccin. Dicho en trminos econmicos, el intercambio de mercado, la compraventa de bienes y servicios, pretende una maximizacin del beneficio por parte del vendedor y por la del comprador. Los bienes escasos e imprescindibles, en general, son mucho ms apreciados que los abundantes y sustituibles. Por tanto, el intercambio mercantil comporta el dominio de lo econmico sobre lo social. Sobretodo en el intercambio mercantil lo social queda supeditado por entero a lo econmico, a diferencia, por ejemplo de la reciprocidad, en que lo social tiene una trascendental importancia. En las transacciones de mercado comnmente interviene el dinero, y ms en las modernas sociedades occidentales. Sin embargo, no es determinante su uso para que el intercambio sea de mercado. En la actualidad, casi en cualquier sociedad, incluidas las nuestras, hay intercambios de mercado en los que se intercambian bienes por bienes, por ejemplo, dando lugar a trueques de carcter mercantil. Pero tambin hay otros contratos en los que no interviene el dinero y, sin embargo, estn determinados por la ley de la oferta y la demanda. Diferentes formas de incrustacin de aquello econmico en la sociedad: Las diferentes formas de incrustacin de lo econmico en la vida son muy amplias y pueden conformar un mapa muy amplio de situaciones muy dispares. Por ello he decidido escoger como referencia las tres formas de integracin, que ya he expuesto en el punto anterior, y tomndolas como base en este apartado expondr algunos ejemplos de cada uno de ellos. En todo caso las formas de reciprocidad tendrn una

  • funcin clarificadora, sern la base de un esquema que, a pesar de que se podra haber ordenado de formas muy diferentes, a mi me ha parecido la mas evidente y sencilla. Ejemplos de incrustacin basados en la reciprocidad:

    Aunque en este caso no sea un ejemplo de las lecturas obligatorias la literatura antropolgica nos facilita algunos excelentes ejemplos de esta forma de integracin. Uno de estos ejemplos es el que nos transmite B. Malinowski a propsito de su estudio sobre las islas Trobiand en Los argonautas del Pacfico occidental cuando estudia la institucin del Kula. Estos agricultores primitivos realizaban arriesgadas navegaciones con el fin de visitar a las personas con las que estaban asociadas en las islas vecinas. Lo social, es decir, la relacin ntima y afectiva que establecan vala mucho ms que lo intercambiado, aunque esto no fuera insignificante. De hecho, a travs de estas navegaciones corran las mltiples producciones domsticas de los isleos de las Trobiand. La curiosidad es que los isleos, despus de milenios de navegacin, haban trazado rutas en forma de anillo (Kula), que todava hoy siguen existiendo, y que tienen dos sentidos. Uno que sigue el recorrido de las agujas del reloj y otro contrario al mismo. En el sentido de las agujas del reloj, los isleos simblicamente regalan a los socios de la isla vecina collares de conchas rojas al iniciar el ceremonial del encuentro anual y al tiempo de intercambiar un protocolario saludo. Despus vendr la entrega de los dones materiales. Cada isleo slo viaja a la isla vecina siguiendo este sentido de las agujas del reloj, de forma que los mismos collares son entregados por los receptores de los mismos a los socios de stos en la isla vecina, siguiendo la misma direccin. Es as como los collares completan el anillo de forma incesante. Por el contario, los dones materiales son cambiantes. Al revs, en sentido contrario a las agujas del reloj, se ha construido a lo largo de los siglos otro anillo con las mismas caractersticas. Pero ahora no son los collares de conchas rojas los que sirven al protocolo, sino las pulseras de conchas blancas, y siempre con los socios de la isla vecina. Las cosas materiales intercambiadas, en un caso y en otro incluyen batatas, ames, objetos de artesana y otros bienes. Y siempre se trata de un encuentro que posee carcter anual. Es evidente que el Kula ha servido para atar las relaciones humanas entre los isleos a lo largo de los siglos, mediante un mecanismo que, ciertamente, es la expresin misma de una profunda relacin social. Por otro lado, y complementariamente, el Kula ha servido para realizar el intercambio de los productos domsticos en unas islas que, por razones ecolgicas, no son homogneas, de forma que el Kula ha contribuido, al menos en alguna medida, a igualar las producciones en el archipilago de las islas Trobiand de la Melanesia. Por tanto, el Kula del archipilago de las islas Trobiand comporta un ejemplo de reciprocidad equilibrada realizado a partir de una larga serie de bienes. En este ejemplo tambin vemos que, en ocasiones, esta distribucin alcanza a comunidades distintas. En este mismo sentido tenemos el trabajo de Bohannan y Dalton, que tambin

  • hablan del Kula, y dan un claro ejemplo de incrustacin basada en la reciprocidad, donde lo ms importante no es el propio intercambio de bienes materiales, sino el hecho social del intercambio que refuerza, crea y mantiene relaciones personales, de parentesco y sociales. Y para explicar esto, dicen: No es posible entender cabalmente el movimiento de los bienes materiales en transacciones recprocas y redistributivas fuera del contexto de las situaciones sociales de las que forman parte integral.

    Por otro lado es en las sociedades de cazadoresrecolectores, en las cuales quien caza hoy tal vez no lo haga maana, donde la reciprocidad ocupa por entero los cauces de la distribucin. Los cazadores-recolectores comparten muy especialmente la carne, mucho ms que los alimentos vegetales. La falta de predecibilidad de la caza, frente a la relativa previsin de la existencia de plantas, explica la mayor reciprocidad en el reparto de la carne. La reciprocidad tambin parece ser una garanta de convivencia en las sociedades donde el alimento, en general, no es predecible. Cuando los cazadoresrecolectores reparten las presas o el botn de la recoleccin estimulan la amistad y aseguran la paz. Al mismo tiempo generan obligaciones entre ellos que fortalecen la vida social, reduciendo el peligro de la secesin. En sociedades donde la vida es precaria la envidia que despertara el egosmo pondra en riesgo la existencia misma de unos grupos que estn demasiado expuestos al azar genealgico. Los trabajos antropolgicos revelan que cuando la escasez crece aumenta la reciprocidad como, por ejemplo, coincidiendo con los desastres naturales, aunque con algunas matizaciones. Es decir, la reciprocidad refuerza la posicin del generoso en las sociedades de cazadores-recolectores, mientras que el egosmo la debilita. El generoso ve recompensadas sus virtudes de mltiples formas. El liderazgo y la venerabilidad pueden ser algunas de ellas. Por lo que puede apreciarse en los estudios cientficos, las actitudes de reciprocidad suelen mejorar el crdito social de los participantes, al tiempo que mejora su proyeccin futura. Ejemplos de incrustacin basados en la redistribucin:

    Hay dos formas de redistribucin caractersticas. La primera es propia de las sociedades de big men: Un individuo se postula para convertirse en redistribuidor, haciendo valer virtudes muy concretas: la generosidad, la laboriosidad, la entrega, el tesn, etc., y tambin sus dotes de coordinador. En este modelo de redistribuidor, el del gran hombre, ste no hereda el cargo, sino que lo obtiene por voluntad propia y su cargo es temporal. Finalmente, no logra otro beneficio a cambio ms que el puramente social. Este modelo ha sido muy bien estudiado en las sociedades melansicas, especialmente de Nueva Guinea. Pero tambin se ha estudiado en otras sociedades del Pacfico Sur. Uno de los trabajos de referencia sobre esta institucin es el de L. Pospisil sobre los Kapauku de Irian Jaya, en Nueva Guinea, donde se muestra la capacidad organizativa de estos hombres, que desenvuelven su vida en una economa basada en la

  • prctica de una agricultura rudimentaria y de una ganadera elemental sustentada en la cra de cerdos. Los big men son lderes temporales que contribuyen decisivamente a organizar la sociedad en la que viven. Una suma de intereses personales y de deseos colectivos hacen posible la existencia de tan singulares individuos. Dotan a la sociedad en la que viven, y ocasionalmente a otras prximas, de estructuras econmicas y polticas que empujan a una sucesin de logros. Por todo lo dicho, el gran hombre representa un proyecto poltico. Podramos decir que es una idealizacin del poder poltico, a pequea escala. En cuanto tal, dependiendo de sus virtudes es capaz de hacer que la comunidad produzca un excedente, trabajando ms, y de coordinar el quehacer de la comunidad entera. Por su parte, sta ltima solicita de l una superioridad moral que legitime sus actos. En el otro modelo de redistribucin, el redistribuidor ocupa un cargo hereditario y su cargo es duradero. Lejos de postularse como resdistribuidor, el cargo le es transmitido y l lo transmite a su vez. La sociedad no se desorganiza tericamente en ningn momento, al revs que en el modelo anterior, puesto que no se contempla el vaco de poder. Tampoco se discute, en principio, la ocupacin del cargo. El mejor ejemplo de este modelo es el que nos deparan algunos reyezuelos africanos que reinan sobre sociedades que podemos llamar sin estado, ajenas a las estructuras polticas de los Estados, acaso en sociedades que se distribuyen por varios Estados al mismo tiempo. En estos casos es habitual que la sociedad se constituye el conjunto de individuos ms prximo al poder. Entre el reyezuelo y el pueblo llano hay una especie de nobleza. La familia real y los nobles realizan una recaudacin de tributos que van a parar al reyezuelo, el cual se encarga de redistribuir la riqueza estamentalmente, y no de modo igualitario. Un sistema de redistribucin como ste, permite la organizacin de la sociedad, dotndola de rudimentarias estructuras permanentes.

    Segn C. R. Ember y M. Ember, dos son las posibles hiptesis acerca del nacimiento de la redistribucin en algunas sociedades. La primera de ellas se ajustara a la hiptesis de E. Service, segn la cual emerge en sociedades que viven en reas con una cierta variedad de nichos ecolgicos. La desigualdad en la produccin obliga a que se proceda a una redistribucin, la cual se ajustara a alguno de los modelos sealados. La otra alternativa coincidira con el punto de vista propugnado por M. Harris, segn el cual la redistribucin, elevada a la condicin de institucin fundamental en una sociedad, es tpica de sociedades vinculadas a la prctica de la agricultura. Las diferencias que se producen entre las cosechas y la necesidad de superar el conflicto que se genera en los aos de mala cosecha, obliga a que, mediante la redistribucin, igualitaria o estratificada, se proceda a una nivelacin de la riqueza. Otros de los ejemplos ms conocidos de redistribucin se encuentran, por un lado, en la tribu de cazadores primitivos como as como en los vastos sistemas de almacenamiento del antiguo Egipto, de Sumer, de Babilonia o de Per. En los pases muy extensos las diferencias de suelo y clima pueden hacer necesaria la redistribucin; en otros casos ella

  • se debe a un desfase de tiempo, por ejemplo entre el momento de la cosecha y el del consumo. Sin embargo, en algunas sociedades de agricultores la redistribucin llega a dominar por completo la distribucin de bienes y servicios. Es muy habitual en las sociedades en las cuales no est presente la accin del Estado, o est en un grado insuficiente o escaso.

    Un nuevo ejemplo lo encontramos en el caso del potlatch norteamericano, muy bien conocido desde que F. Boas, en los aos ochenta del siglo XIX, se interesara por esta institucin propia de los indios kwakiutl, en la Columbia Britnica. En esta parte de la costa del Pacfico canadiense, los nativos vivan en un medio muy rico ecolgicamente y haban llegado a tener un raro estilo de vida completamente sedentario siendo cazadoresrecolectores. Los kwakiutl estaba organizados en grupos de residencia a cuyo frente haba un jefe permanente que haca tambin las veces de redistribuidor y sorprendentemente en una sociedad de cazadores, la diferenciacin social era marcada. Los comunes le iban entregando bienes y el jefe poda repartirlos o conservarlos. De esta manera, el jefe atesoraba abundantes bienes, en parte reunidos tambin por su abundante squito de cazadores. Era as como este jefe organizaba festines peridicamente que sin cegar su labor de redistribuidor, le permitan tener como invitados a miembros de los pueblos vecinos. De este modo, gracias al potlatch poda liberar excedentes y, al mismo tiempo, ser generoso con los vecinos. Ahora bien, sobre todo, al hacerlo cumpla con una obligacin importante: devolver la invitacin de la que, antes, se haba beneficiado su propia comunidad. Era as como la reciprocidad entre comunidades pasaba a ocupar un lugar sustancial. Los invitados al potlatch no slo disfrutaban de un festn de varios das, sino que reciban pieles y mantas de pelo de cabra, entre otros regalos. Finalmente, asistan a la quema del poblado que cerraba el festn. Al da siguiente la vida volva a empezar, con la seguridad de que, adems sus vecino estaran dispuestos a competir con ellos mismos en generosidad. Ejemplos de incrustacin basados en el intercambio:

    Para empezar a hablar de la incrustacin basada en el intercambio hace falta hacer primero una mencin a la creacin de la moneda y la importancia de esta; en el siglo VII a. C. algunas sociedades de Asia Menor empezaron a utilizar la moneda en las transacciones, y pronto comenz a correr en otras sociedades vecinas. Sin embargo, a mediados del siglo XX todava haba sociedades en el mundo que la desconocan, y an en el presente algunas que la conocen escasamente. Los trabajos antropolgicos ponen de manifiesto la existencia de monedas primitivas en algunas partes del mundo en poca muy cercana a nosotros: las ruedas de argonita de las islas Yap, las pastillas de te prensado de Siberia, las conchas de las islas Tonga, las cuentas de vidrio de las islas Palaos, el ganado en frica, etc.

  • Algunos trabajos antropolgicos, como el de P. Bohannan, ponen de relieve la existencia de economas regidas por monedas primitivas que el autor denomina multicntricas, en las cuales lo ms llamativo es la convivencia del dinero de uso general y el dinero de uso especial, que slo sirve para bienes y servicios concretos. El trabajo de P. Bohannan muestra que el dinero de uso especial funciona en la esfera de bienes y servicios que le es atribuida, gracias a lo que se denominan transmisiones y que son moralmente neutras. El uso de moneda de una esfera en otra distinta a la que le correspondera, cuando ello es posible, obedece a lo que se denominan conversiones y, por lo general, estas ltimas no son moralmente neutras, como por ejemplo cambiar tubrculos por moneda, cuando los tubrculos, como los alimentos en general encuentran su cauce en la reciprocidad o en el trueque. La presencia del intercambio de mercado en el mundo es an hoy en da muy variable. Siguen existiendo sociedades en las cuales la subsistencia es casi general, debido a que continan presentando rasgos de las economas forrajeras o de las horticultoras, o tambin como consecuencia de que el peso del campesinado tradicional es muy grande, y en las que, por tanto, la economa de mercado es perifrica, frente a otras sociedades, en el extremo contrario, dominadas plenamente por la economa de mercado, como es el caso de las modernas sociedades occidentales. Ahora bien, las economas de mercado que han extendido imparablemente sus dominios, se hallan presente, en alguna medida, en todas las economas conocidas en la actualidad. Conclusiones:

    Por ultimo creo que es interesante echar la vista atrs y hacer un repaso: Por un lado hemos visto que, el concepto de lo econmico ha cambiado desde la implantacin de la economa de mercado y esto ha hecho que los conceptos de subsidencia y escasez se unieran; estas transformaciones tambin han llevado a la creacin de una sociedad holstica, en la que no podemos estudiar sus instituciones por separado sino que tenemos que entenderla como un todo interdependiente. Es de este concepto de lo que hablamos al referirnos a la incrustacin. Como he expuesto ya quedan claros los diversos ejemplos de incrustacin que podemos encontrar en las monografas y los textos de lectura obligatoria, pero como la antropologa somos nosotros creo que en este ultimo apartado lo interesante es mirar a nuestro alrededor e intentar encontrar como en el da a da se incrusta la economa en nuestras vidas. Para ello utilizar los apartados que he hecho servir antes; Primero hablar sobre la reciprocidad: Cuando pensamos en las sociedades modernas urbanas solo una parte muy pequea de los bienes y servicios se mueven en el contexto de esta forma de integracin, y se reduce esencialmente al mbito domstico y al de los grupos de amigos y de vecinos, pero en estos casos, y por lo general, de manera ocasional. Aun as en cualquier sociedad podemos encontrar ejemplos de reciprocidad: Es la costumbre existente en muchas sociedades modernas,

  • incluso urbanas, de que los vecinos agasajen a la persona o a la familia que se incorpora al vecindario, a menudo con alimentos dulces o bebidas. El beneficiario tratar de corresponder en lo sucesivo devolviendo ayuda, disponibilidad, etc. Tambin es la del estudiante que presta sus apuntes de clase, sin exigir contraprestacin aparente, porque con ello contribuye a mejorar la integracin en el grupo, a sabiendas de que con ello estimula el flujo de la reciprocidad, otro ejemplo cercano a nosotros podra ser la conversacin que comparten los amigos en la cafetera, en torno a unas consumiciones, cada da, de suerte que el pago se realiza alternativamente, es un buen ejemplo de la reciprocidad equilibrada. Dado que lo importante es el marco social, importa menos lo que consuma cada uno, dentro de la racionalidad. Por otro lado la redistribucin, al igual que la reciprocidad, a veces es complicada encontrarla en contextos de sociedades modernas urbanas, aun as podemos encontrarla en contextos familiares. Por ejemplo la redistribucin es una forma muy habitual de distribucin dentro del mbito domestico: El padre o la madre se encarga de redistribuir los ingresos que se producen. Tambin aportan mano de obra, los que estn en condiciones de aportarla, de acuerdo con sus capacidades, gracias a la labor de coordinacin de alguno de los miembros de la familia. El beneficio que aportan algunos, o incluso todos, los miembros de la unidad familiar puede ser redistribuido de acuerdo con las necesidades de sus integrantes. Y por ultimo y mas conocido y frecuente de las formas de integracin de la economa en sociedades urbanas modernas, hablamos del intercambio, en que podemos tener un claro ejemplo cada vez que vamos a comprar y cambiamos los alimentos, la ropa, o los servicios por una cantidad de dinero previamente establecida que debe ser equitativa al bien o servici prestado.

    Finalmente, aunque el ensayo este basado en alguna de las lecturas: principalmente en la de Polanyi y en la de Narotzky, entre otras que especificar en la bibliografa, hay alguna que he considerado que deban quedar fuera. Por un lado porque la temtica era muy distinta a la que estaba exponiendo, como por ejemplo el texto de Wolf sobre el desarrollo del capitalismo, el texto de Martinez Veiga, o los textos sobre el consumo, y los vienes simblicos de Veblen y Bourdieu respectivamente. En relacin con estas tambin descart el texto sobre el desarrollo sostenible, de Naredo muy relacionado con el texto de Stuart, sobre el desaprovechamiento alimentario. Debo decir que ambos textos hubieran podido servir para extraer las bases de un trabajo en si mismo (en mi opinin muy interesante tambin). Por otro porque aunque los temas se pudieran enlazar la extensin propia del trabajo me ha limitado y me ha sido imposible poder hacerlo como por ejemplo en el caso de Godelier, sobre la racionalidad e irracionalidad de los sistemas econmicos o el texto de sobre las comunidades campesinas de Frank Cancian, que hubiera sido interesante incluir, aunque hubiera desviado mucho el tema; as como sucede con el segundo texto de Bourdieu, en el que encontramos que en su sistema conceptual dentro

  • de la sociedad no existe una vivencia independiente de la sociedad misma y sus reglas; las experiencias estn mediatizadas por las configuraciones de los diferentes campos, pero considero que tambin hubiera desviado mucho la temtica y despus hubiera sido difcil volver a encauzarla manteniendo la extensin. Bibliografa:

    BOAS, F. El potlatch. En La organizacin social y las sociedades secretas de los indios Kwakiutl cap. III, Museo Nacional de Estados Unidos, (1895). BOHANNAN, P. y DALTON, G. Mercados en Africa: Introduccin. En Entre las gracias y el molino satanico: lecturas de la antropologa economica. (ed.) UNED, Madrid (2004) pp. 261 286. EMBER, C.R., EMBER, M., Antropologa Cultural, (ed.) Prentice Hall, Madrid. (1997) HARRIS, M. "La madre vaca", "Porcofilia y porcofobia" y "La guerra primitiva". En Vacas, cerdos, guerras y brujas. Los enigmas de la cultura. (ed.) Alianza, Madrid. (1981) [1974]. pp. 15-36, pp. 37-58, pp. 59-78. MALINOWSKY, B. Los argonautas del Pacfico Occidental., (ed.) Planeta - Agostini Barcelona, (1984) [1922]. MAUSS, M. Ensayo sobre el Don. En MORENO, P. Entre las gracias y el molino satanico. Lectura de antropologa economica. (ed.) UNED, Madrid, (2008) NAROTZKY, S. Economa y cultura: La dialctica de la antropologa econmica. En Cuadrens de linstitut catal dantropologia. (2003), 19:133 143. POLANYI, K. La economa como actividad institucionalizada. En POLANYI, K.; ARENSBERG, C. M.; PEARSON, H. W. Comercios y mercado en os imperios antiguos. (ed.) Labor, Barcelona, (1976) pp. 289 316. RAPPAPORT, R. Cerdos para los antepasados: el ritual en la ecologa de un pueblo de Nueva Guinea (ed.) Siglo XXI, Madrid, (1987) [1968]. SAHLINS, M. Sobre la sociologa del intercambio primitivo. En Economia de la Edad de Piedra. (ed.) Akal, Madrid (1983) pp. 203 286.