Economía y Medio Ambiente

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1 Mendes, José María. Siglo XX: colapso del ambiente, conciencia de la vidaEn Ventiuno: Ensayos sobre lo que nos dejó el S.XX. Juan Quintar (Comp.) Editorial EDUCO, Neuquén, julio de 2011. El ambiente se presenta en el discurso político y científico del siglo XX como un concepto que cuestiona la posición de los hombres en el mundo y la relación de fuerzas que entabla la sociedad con la naturaleza en los procesos de producción, para subsumirlas en una visión compleja, holística que requiere un nuevo campo de saber. La crisis ambiental del siglo XX interpeló a las ciencias sociales y, con ellas, a la historia, que debe dirigir la mirada a un nuevo objeto de estudio. Se trata de hacer una historia del ambiente en la que lo ambiental no es solo lo ecológico y no remite exclusivamente al funcionamiento de la naturaleza, sino que es el resultado de la articulación (de interacción y dependencia) entre las estructuras sociales y los sistemas naturales. Esta relación es una construcción histórica y cultural. Así, el ambiente es un campo

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Ambientalismo latinoamericano

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    Mendes, Jos Mara. Siglo XX: colapso del ambiente, conciencia de la vida En Ventiuno: Ensayos sobre lo que nos dej el S.XX. Juan Quintar (Comp.) Editorial EDUCO, Neuqun, julio de 2011.

    El ambiente se presenta en el discurso poltico y cientfico del siglo XX como un concepto

    que cuestiona la posicin de los hombres en el mundo y la relacin de fuerzas que entabla la

    sociedad con la naturaleza en los procesos de produccin, para subsumirlas en una visin

    compleja, holstica que requiere un nuevo campo de saber. La crisis ambiental del siglo XX

    interpel a las ciencias sociales y, con ellas, a la historia, que debe dirigir la mirada a un

    nuevo objeto de estudio.

    Se trata de hacer una historia del ambiente en la que lo ambiental no es solo lo ecolgico y no

    remite exclusivamente al funcionamiento de la naturaleza, sino que es el resultado de la

    articulacin (de interaccin y dependencia) entre las estructuras sociales y los sistemas

    naturales. Esta relacin es una construccin histrica y cultural. As, el ambiente es un campo

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    de estudio relativamente nuevo para las ciencias sociales. La complicacin de los problemas a

    los que se enfrenta el conocimiento presenta el desafo de elaborar herramientas tericas y

    metodolgicas que puedan captar la totalidad y la complejidad, coherentes con la teora

    sustantiva apoyada en el paradigma de la complejidad, apostando a una perspectiva

    integradora, a no parcializar el objeto, a no considerarlo pasivo. Ello exige una nueva

    mirada sobre las relaciones e interacciones, el entre-campos que hasta ahora trabajaban por

    separado las ciencias naturales y las sociales, lo que implica una ruptura con la premisa

    moderna del sometimiento de la naturaleza por el hombre como base para el progreso

    econmico y cultural.

    Desarrollaremos algunos aspectos de la relacin entre economa y la naturaleza en perspectiva

    histrica, como marco para un anlisis que incorpore los factores de deterioro ambiental y las

    presiones de los sistemas de produccin, extraccin o consumo sobre la naturaleza. La

    premisa de partida ser que la crisis ambiental est directamente relacionada con la economa

    mundial, lo que explica su escala global.

    El desafo a las bases naturales de la vida

    La vida de los hombres y las mujeres se desarrolla en un medio fsico, y en los ltimos aos

    los historiadores hemos aprendido a ver la importancia de la relacin cambiante del hombre

    con el medio natural que le rodea en la explicacin de la dinmica de la vida.

    La energa que utilizan los seres vivos procede en su origen del sol, recibida por nuestro

    planeta en forma de radiacin solar. No toda la radiacin que procede del sol es absorbida por

    la Tierra; un 30% es reflejada en forma de luz o de calor. Una proporcin de esta energa

    radiante calienta la tierra y los mares, y otra parte es absorbida y transformada por las plantas;

    otra parte es retenida en la atmsfera por la presencia de nubes y, sobre todo, de gases que la

    absorben, como el dixido de carbono.

    La atmsfera terrestre modula y retiene la cantidad de radiacin solar que alcanza y que es

    reflejada desde la superficie de la Tierra. De esta manera, mantiene unas temperaturas suaves,

    que permiten el desarrollo de las formas de vida que conocemos. Esta energa que llega a la

    Tierra procedente del sol es permanente pero variable de acuerdo al punto del planeta, a la

    poca del ao y a los cambios que se producen en el sol.

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    Las plantas, que forman el primer nivel trfico, absorben una parte de la energa por medio de

    la fotosntesis. El segundo nivel trfico, el de los animales herbvoros, recibe solo la pequea

    cantidad de energa sintetizada por los vegetales. Es fcil ver cmo a partir de estos niveles se

    sita el de los carnvoros. Los hombres han desarrollado una alimentacin mixta sobre la base

    de la produccin de alimentos y, justamente, las formas y mtodos que adopt para

    producirlos y los efectos de estos sobre el ciclo energtico sern objeto de mencin en este

    captulo.

    Las nubes, el polvo atmosfrico, las molculas de los gases, el hielo y la nieve, e incluso el

    mismo suelo si est desprotegido de vegetacin, reflejan la luz solar. Un eventual incremento

    de cualquiera de esos factores que reflejan la luz solar producira el enfriamiento de la

    atmsfera al obstruir la llegada de los rayos. Por su parte, un incremento de los elementos que

    retienen la energa producira un calentamiento. La luz que llega a la superficie de la Tierra la

    calienta, y el calor que produce se irradia como radiacin infrarroja. Esta radiacin es

    absorbida por la atmsfera, lo que produce un aumento de la temperatura. Las nubes reflejan

    parte de esta energa, devolvindola de nuevo a la superficie. Todo esto hace que la

    temperatura media de la atmsfera en el globo sea de unos 13 C. Sin embargo, la Tierra no

    recibe el mismo calor en toda su superficie. As, es mayor la absorcin en el Ecuador que en

    los polos y vara tambin cuanto menor sea la altitud del terreno.

    Estas nociones nos sern tiles para apreciar lo condicionado que estn los procesos sociales

    del funcionamiento de la vida, brevemente sintetizado hasta aqu. Al mismo tiempo, ya

    podemos vislumbrar que las graves alteraciones producidas por las sociedades en ese balance

    energtico del planeta han generado la crisis ambiental del siglo XX, cuyas caractersticas e

    historia trataremos de desarrollar.

    El avance cientfico tecnolgico fortaleci la idea del desarrollo e instal la creencia en la

    posibilidad material de eludir las leyes de la naturaleza, sosteniendo que es posible

    remontarnos por encima de las condiciones fsico-biolgicas que rigen las formas de vida. El

    historiador Manuel Gonzlez de Molina explica el proceso histrico del deterioro

    considerando que la idea de progreso indefinido y de la existencia de recursos ilimitados tiene

    su base en leyes fsico-qumicas.

    La ley de la conservacin de la energa constituye el primer principio de la termodinmica y

    sostiene que la cantidad total de energa en cualquier sistema aislado (sin interaccin con

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    ningn otro sistema) permanece invariable a travs del tiempo, aunque dicha energa puede

    transformarse en otra forma de energa. Segn esta la ley, la energa no puede crearse ni

    destruirse, solo puede cambiar de una forma a otra; por ejemplo, cuando la energa elctrica se

    transforma en energa calorfica en una estufa. En otras palabras, la energa puede

    transformarse de una forma a otra o transferirse de un cuerpo a otro, pero en su conjunto

    permanece estable (o constante), lo que equivale a decir que materia y energa son constantes

    en el Universo: no son creadas ni destruidas, solo transformadas. La traduccin ideolgica de

    esta ley consiste en la idea de progreso ilimitado al considerar que los hombres podramos

    transformar ilimitadamente energa y materiales en objetos para nuestro propio uso.

    Un fsico alemn plante en 1868 el concepto de irreversibilidad, al sostener que ningn

    proceso cclico es tal que el sistema en el que ocurre y su entorno puedan volver a la vez al

    mismo estado del que partieron. Formul as la segunda ley de la termodinmica que se

    desarroll posteriormente y que, bsicamente, dice que cuando la energa -y probablemente

    tambin los materiales- se transforman de un estado a otro, producen una disminucin de la

    energa disponible, una cuota de energa no utilizable. Esa energa gastada no desaparece, sino

    que pasa a un estado en el que resulta imposible su reutilizacin; parte de ella, adems, se

    convierte en contaminacin o residuos acumulados en el medio ambiente. A este proceso de

    disipacin de determinadas cantidades de energa y materiales se lo denomina entropa. La

    cantidad de entropa de cualquier sistema aislado termodinmicamente tiende a incrementarse

    con el tiempo.

    Esto implica que la energa (con excepcin de la solar) y los materiales tienen una existencia

    limitada. Considerando que la tierra es un sistema cerrado, depender de cunto y cmo se

    gasten la energa y la materia (cantidad y velocidad), para que su agotamiento est ms o

    menos prximo. Es decir que los bienes naturales no son ilimitados.

    La crisis ambiental como problema de la economa

    La crisis ambiental asume hoy proporciones alarmantes. Pese a que existen polticas y

    acuerdos internacionales que intentan frenar o revertir la situacin, el funcionamiento del

    sistema capitalista y las fuerzas socioeconmicas que lo constituyen reproducen

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    continuamente la degradacin y depredacin del medio ambiente externo. El problema

    ambiental no es un tema de los verdes o de los ambientalistas. El problema ambiental es

    una de las fisuras que ms desnuda la insustentabilidad de la economa actual. El sentido

    comn ha naturalizado, en buena medida, la existencia de la pobreza estructural; pero

    resulta muy difcil la absorcin de los desastres que el actual modelo de produccin ejecuta

    contra la naturaleza.

    La preocupacin por la crisis ambiental es algo ms que un titular de la prensa. A principios

    de febrero, El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climtico -o Panel

    Intergubernamental del Cambio Climtico- (2007) fue categrico en afirmar que somos los

    humanos los principales responsables del calentamiento global y del cambio climtico. El

    documento estima que para el 2100 el aumento del nivel del mar podra llegar a 59 cm con

    respecto al nivel de 1990. Tambin relaciona la emisin humana de gases de efecto estufa no

    solamente con el aumento de la temperatura media general, sino tambin con el calentamiento

    de los ocanos, con las temperaturas medias continentales, con las temperaturas extremas y

    con los patrones de viento (IPCC, 2007); es decir, estableci a la emisin de gases de efecto

    invernadero como causa de una serie de modificaciones ambientales.

    La pobreza en expansin y la crisis ambiental son los dos problemas ms urgentes de escala

    global. La voracidad de las grandes empresas que multiplicaron sus ganancias en los

    contextos de polticas neoliberales, as como las pautas de consumo de los sectores ms ricos

    de las sociedades, entran en conflicto con los ritmos de regeneracin de los ambientes

    naturales Es posible conciliar un ambiente limitado (agotable) con necesidades humanas que

    se plantean como ilimitadas?

    La constatacin de una crisis que pone en peligro la vida en el planeta, que condiciona la

    supervivencia de la humanidad y que hoy condena a la muerte a millones de personas, llev a

    importantes intelectuales como Habermas, Karl Apel, Enrique Dussel o Leonardo Boff, a

    plantearse el problema y debatir acerca de la posibilidad de una tica global que permita

    derivar normas que obliguen a revertir esas situaciones: una tica de la liberacin, en palabras

    de Enrique Dussel.

    Est claro que el neoliberalismo con sus diversas escuelas y vertientes es la teora econmica

    dominante del actual proceso capitalista. Lo que an falta es una teora de nuevas formas

    econmicas y sociales que puedan garantizar el control de los efectos nocivos de los procesos

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    productivos sobre los ambientes y la recuperacin de los ecosistemas hoy deteriorados. El

    economista Theotonio Dos Santos propone la construccin de una ciencia que se ocupe de

    desentraar las formas para desmontar el capitalismo y dar lugar a otra forma de organizacin

    econmica, pasando de la acumulacin extensiva a las formas intensivas del desarrollo. Para

    esto ser necesaria una reformulacin profunda de la economa, de la sociedad, de la poltica y

    de la cultura contemporneas. En este contexto de reformulacin, se requiere una ciencia

    social capaz de aprender las leyes y tendencias que rigen esas transformaciones y las

    posibilidades de intervencin de la voluntad humana, as como las exigencias de una accin

    concertada para dirigir tales procesos.

    Es a partir de la posguerra cuando se acentan los elementos generadores de cambios

    ambientales de carcter global, es decir que se trata de un problema contemporneo. El mismo

    Theotonio Dos Santos sostiene que para abordarlo ser necesario integrar una teora del

    sistema econmico mundial con el anlisis del cambio tecnolgico y de sus relaciones con la

    divisin internacional de trabajo. Para llegar a esta ciencia social ser un paso indispensable la

    construccin de una economa poltica de la ciencia y la tecnologa. En este contexto de

    surgimiento del pensamiento ecolgico, la historia pretende aportar la perspectiva temporal

    del cambio ambiental.

    Los niveles de anlisis de las transformaciones

    El campo de la historia ambiental el siglo XX est signado por los vertiginosos cambios que

    se produjeron en la relacin sociedad-naturaleza; para analizarlos -siguiendo lo propuesto por

    el historiador Piero Bevilacqua- consideraremos tres grandes conjuntos de procesos que estn

    interrelacionados.

    El primero es el de los efectos de degradacin producidos en el ambiente por la presin

    humana y, sobre todo, por la produccin industrial. Son los ms visibles y los que nos llevan a

    hablar de "daos medioambientales". Se trata de la contaminacin del aire, del agua y del

    suelo, que son los ms comnmente conocidos. Estn en la agenda de los medios de

    comunicacin y en general despiertan el inters de la poblacin. El efecto invernadero, la

    lluvia cida, la disminucin en la capa de ozono y los agujeros producidos en ella, la

    apropiacin privada y sobreexplotacin de las aguas subterrneas y superficiales, la

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    deforestacin de extensas zonas de selvas tropicales, la contaminacin provocada por las

    actividades industriales y por los agroqumicos, la amenaza radioactiva, el agotamiento de los

    recursos naturales, la reduccin de la biodiversidad silvestre y agrcola del planeta, etc., son

    manifestaciones de una crisis general del ambiente.

    Un segundo nivel de anlisis lo hallamos en el fuerte cambio en el grado del uso de los

    recursos naturales y el modo de su incorporacin en las actividades econmicas. Los recursos

    naturales se subordinaron definitivamente al proceso de produccin de mercancas y se

    produjo lo que Marx denomin una ruptura metablica. Cabe analizar, en este segundo

    nivel, los cambios operados en el uso econmico de la tierra, del agua, del subsuelo, de las

    fuentes de energa. Estos problemas ambientales tienen su origen en el aumento de la

    poblacin humana, en un modo especfico de producir para un mercado que crea

    permanentemente la necesidad de consumir. Este modelo productivo se basa en el consumo

    de energa y materiales no renovables, que generan residuos perjudiciales para la estabilidad

    de los ecosistemas. Encontramos, en este nivel de anlisis, los cambios en el modelo agrario

    que han separado al productor de su semilla y generado una agricultura que requiere de

    grandes cantidades de productos qumicos y de petrleo, tanto para su funcionamiento como

    para el transporte de la produccin a lugares muy distantes.

    El tercer plano del anlisis corresponde a la consideracin ideolgica, poltica y cultural de los

    cambios y las transformaciones, por parte de los contemporneos, en la relacin de la

    sociedad con la naturaleza. Se tienen en cuenta aqu las observaciones o las denuncias de los

    individuos, las polticas, las legislaciones y las creaciones institucionales que resultan de la

    iniciativa de los Gobiernos o de los ciudadanos organizados.

    La dinmica del desarrollo de la modernidad (compartida tanto por el sistema capitalista

    como por el socialismo de la URSS y sus pases satlites) justific la extraccin minera de los

    recursos naturales explotndolos, as como a las sociedades que habitaban junto a ellos.

    Frente a esa racionalidad que consideraba la expoliacin de la naturaleza con un costo

    ambiental cero (extraer hasta el agotamiento del recurso sin hacerse cargo de la reposicin o

    restauracin), el siglo XX vio generarse una conciencia creciente de la necesidad de detener

    los procesos antes mencionados. A comienzos de siglo se crean los primeros parques

    nacionales y reas protegidas, con la idea de mantener porciones de naturaleza intacta. La

    poca de las guerras mundiales y el perodo de expansin econmica posterior parecen dar la

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    razn a los que propugnan un crecimiento sin medir las consecuencias. Ya en los sesenta, los

    movimientos contraculturales comienzan a plantear el problema. Pero el acuse de recibo por

    los sectores dirigentes debe an esperar. En 1972, el Club de Roma, que rene a cientficos y

    polticos relevantes en sus pases, public el informe Los lmites del crecimiento. En el mismo

    demuestra que debido a la bsqueda del crecimiento econmico durante el siglo XXI se

    producir una reduccin de las posibilidades de vida de poblacin, como consecuencia de la

    contaminacin, la prdida de tierras cultivables y la escasez de recursos energticos, y se

    plantean los riesgos de continuar con el mismo ritmo de explotacin de los recursos naturales,

    con proyecciones hasta el ao 2100.

    En 1972, por primera vez a nivel mundial y en un mbito oficial, se asume la preocupacin

    por la problemtica ambiental global en la Conferencia sobre Medio Humano de las Naciones

    Unidas (Estocolmo). Puede considerarse la primera Cumbre de la Tierra.

    En la dcada de los 80 se generan mltiples documentos y reuniones, y surgen instituciones

    internacionales que abordan el problema, entre las que se destaca la Comisin Mundial sobre

    Medio Ambiente y Desarrollo (creada por la Asamblea General de la ONU en 1983), que

    elabora el Informe Brundtland Nuestro Futuro Comn (1987), en el que se formaliza por

    primera vez el concepto de desarrollo sostenible.

    En 1992 se celebra la Conferencia de la ONU sobre Medio Ambiente y Desarrollo (segunda

    "Cumbre de la Tierra") en Ro de Janeiro, donde nace la Agenda 21, se aprueban los

    convenios sobre el cambio climtico, la diversidad biolgica (Declaracin de Ro), y la

    Declaracin de Principios para el Manejo Sustentable de Bosques. En 1997 se aprueba el

    Protocolo de Kioto de la Convencin Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio

    Climtico, que entra en vigor en 2005.

    Es decir que durante las ltimas dcadas del siglo XX conviven dos racionalidades: por un

    lado, los pases industrializados (con EE.UU. a la cabeza), que se oponen a restringir la

    emisiones de gas carbnico; y por el otro, un importante desarrollo de la conciencia

    ambiental, as como su instalacin en la ciencia, la poltica y la cultura.

    El ambiente en el siglo XX

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    Los procesos de deterioro ambiental no comenzaron en el siglo XX: las sociedades

    prehistricas practicaban mtodos de depredacin como la quema de la cubierta vegetal para

    cazar u obtener alimentos. La bajsima densidad de la poblacin y la vida nmade, que

    generaba una rotacin permanente de los territorios de caza y recoleccin, hicieron que estas

    acciones tuvieran bajo impacto y que los ecosistemas pudieran regenerarse sin deteriorarse en

    forma irreversible. Con las sociedades complejas, esa situacin de depredacin de bajo

    impacto comenz a cambiar. En la antigedad los bosques ubicados en torno al Mediterrneo

    eran talados para la obtencin de lea, la construccin de barcos y viviendas. La historia de la

    Europa medieval, por ejemplo, muestra avances sobre los bosques para liberar tierras y

    destinarlas a la labranza o al pastoreo. Muchas ciudades ya presentaban desequilibrios

    demogrficos y problemas de salubridad graves. Un ejemplo de esto es la crisis del siglo XIV

    (que influy fuertemente en la estabilidad del rgimen feudal), que tuvo un posible origen en

    un cambio climtico o en el agotamiento de ciertos recursos, vinculados por un lado a ciclos

    naturales y a los rendimientos decrecientes de actividades agrcolas y ganaderas que haban

    alcanzado un techo tecnolgico, simultneamente a la presin de un crecimiento demogrfico

    lento, pero sostenido, al menos desde el ao 1000. Otro ejemplo es el colapso de la

    civilizacin clsica maya, cuya crisis ha sido interpretada como una contradiccin ecolgica

    entre la civilizacin compleja y el medio ambiente tropical.

    Durante los siglos XVII y XVIII, las transformaciones agrarias liberales en Europa producen

    grandes cambios en la produccin agrcola. La mercantilizacin de la tierra y dems recursos

    naturales rompen el sistema tradicional integrado agro-silvo-pastoril y se expande la

    ganadera para abastecer las necesidades de produccin de tejidos. La Europa en expansin

    debe atender los requerimientos de un mercado mayor y lo hace reorganizando los

    agrosistemas y desarrollando una especializacin productiva. Estas transformaciones,

    iniciadas en el siglo XVII en los Pases Bajos y en Inglaterra, para comienzos del XIX se

    haban extendido ya a toda Europa.

    La relacin sociedad-naturaleza siempre ha sido conflictiva, pero la explicacin de las

    tendencias negativas que encontramos a comienzos del siglo XX debemos contextualizarla en

    los procesos de expansin europea y de desarrollo del sistema capitalista. Pero el siglo XX

    genera nuevas formas de alteracin de los marcos naturales por obra de las actividades

    productivas y de la manipulacin tcnica del hombre; adems, esa alteracin se extiende a

    campos hasta entonces inimaginables.

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    No se trata del simple aumento cuantitativo de los fenmenos que ya estaban en curso en los

    decenios o en los siglos precedentes. Se trata de un cambio de orden de magnitud de los

    fenmenos respecto al pasado, lo que constituye un cambio cualitativo. Durante el siglo XX

    se desarrollan algunos cambios socioeconmicos que por sus consecuencias ponen en serio

    riesgo las propias condiciones de subsistencia de la vida en la tierra.

    Para ilustrar estas transformaciones, nos centraremos en algunos procesos de carcter global

    que explican el proceso ambiental del siglo XX: el cambio de la matriz energtica, el

    crecimiento de la poblacin y las transformaciones en la agricultura. Estos no son los nicos

    procesos que afectan al ambiente, pero son los elegidos, en el marco de este captulo, para

    aproximarnos al problema que nos interesa tratar.

    Cambios en la matriz energtica

    La revolucin industrial que se inici en Inglaterra en los finales del siglo XVII hubiese sido

    imposible sin las formas intensivas de uso de la energa. Los cambios en la estructura agraria

    que se produjeron durante los siglos XVII y XVIII implicaron la tala de los bosques para

    sostener algunas actividades que demandaban grandes cantidades de madera, como la

    industria del vidrio, la produccin de hierro, la construccin de edificios y el armado de la

    flota, herramienta necesaria para la expansin comercial. Adriana Anzoln, en su libro Lazos

    verdes, sintetiza el cambio de la matriz energtica y menciona un ejemplo ilustrativo: un

    barco de guerra, que deba llevar pesados caones, requera alrededor de 2 mil robles

    centenarios (los jvenes no servan), o sea un mnimo de 25 hectreas de bosque.

    La madera comenz a faltar en algunas regiones y dificultosamente llegaba a las ciudades,

    que reciban cada vez ms a campesinos que migraban debido a una poltica de cercamientos

    que los privaba del uso de campos comunes y los bosques. Es entonces que comienza a

    extraerse de manera intensiva la hulla, de la que se obtiene carbn de coque, un tipo de carbn

    mineral que se form en la Era Primaria como resultado de la descomposicin de la biomasa

    de los bosques primitivos. En muchos documentos medievales se menciona la extraccin de

    carbn en Europa, e incluso de su comercio internacional desde las costas inglesas hacia

    Blgica. Pero durante la revolucin industrial aument la demanda de carbn, primero para su

    uso en la calefaccin reemplazando a la madera y luego como energa calrica necesaria para

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    hacer funcionar las mquinas de vapor. El carbn tambin se utiliz en la produccin de gas

    para iluminar las ciudades.

    El ritmo de la economa se alimentaba con la extensin del mercado interno de los pases que

    se industrializaban y con la expansin de los mercados externos potenciados por el desarrollo

    de los medios de transporte a vapor. La cantidad de bienes generados creca a la par que los

    costos se reducan, aumentando notablemente la productividad, un proceso que se inici

    especficamente en la industria textil.

    El desarrollo del capitalismo y la extensin de sus relaciones de produccin se propagan con

    la formacin de grandes imperios coloniales, en un proceso que alcanza su auge en el final del

    siglo XIX. La extraccin de productos hasta su agotamiento destruye la capacidad de

    perdurar, degradando irreversiblemente los sistemas naturales de los pases colonizados. Este

    proceso de expansin econmica demand ms energa y produjo que se pasara de la energa

    animal y humana a la mecnica, y de los combustibles vegetales a los combustibles fsiles

    (carbn y petrleo), que liberan carbono a la atmsfera, minerales estos que tambin fueron

    utilizados, ms tarde, para producir energa elctrica. En resumen, se sustituyen las energas

    renovables por no renovables, alterando el balance energtico de los ambientes y mejorando

    la capacidad para sostener a la poblacin.

    En el plano de la energa, otro invento del siglo XX marca un cambio cualitativo: la energa

    nuclear, que irrumpe en la mitad del siglo con el estallido de las bombas atmicas,

    difundindose como arma de destruccin masiva y como una fuente de energa para sostener

    el desarrollo. La energa termonuclear est actualmente en debate debido a que, por un lado,

    proporciona grandes cantidades de energa demandada por la poblacin en crecimiento y las

    industrias en expansin, y por otro, se discuten los riesgos que entraan los depsitos de

    residuos radioactivos y los accidentes como Chernobil (Ucrania, 1986) o, ms recientemente,

    Fukuyima y las usinas daadas por el terremoto en Japn (2011).

    Como se puede apreciar, este cambio en la matriz energtica altera la atmsfera introduciendo

    cada vez ms carbono, aumentando el esmog, afectando la capa de ozono y favoreciendo el

    calentamiento global.

    Poblacin y urbanizacin

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    Segn afirma el Informe de la Comisin Mundial para el Medio Ambiente en 1987, a

    principios de siglo ni el tamao de la poblacin ni la tecnologa tenan la capacidad de alterar

    radicalmente los sistemas planetarios. La poblacin mundial en 1900 rondaba los 1.700

    millones de personas, mientras que -segn las estimaciones del Banco Mundial- la poblacin

    en 2009 ascenda a 6.775 millones. El ritmo, las cifras y las formas del crecimiento

    poblacional muestran un proceso irrefrenable. La publicacin Perspectivas de la Poblacin

    Mundial (de la ONU) estima en 6.896 millones la cantidad de habitantes en 2010, con una

    proyeccin de ms de 7.000 millones para 2011. La proyeccin para 2025 es de 8000

    millones.

    Simultneamente al crecimiento masivo de la poblacin, se produjo un desplazamiento de los

    habitantes de los medios rurales a los grandes centros urbanos. En 1900 solo una dcima parte

    de la poblacin mundial viva en ciudades, situadas sobre todo en Europa y Amrica del

    Norte. En 1950 haba alrededor de 750 millones de personas viviendo en ciudades, lo que

    representaba el 25% de la poblacin total. A fin de siglo, las reas urbanas acumulaban ya

    casi la mitad de la poblacin mundial. Hoy en da, en las ciudades viven unos 3.500 millones

    de personas, de las cuales aproximadamente la mitad se concentran en los pases en vas de

    desarrollo.

    Si bien los asentamientos urbanos crecieron en todo el mundo, lo hicieron en forma diferente

    en los pases desarrollados y en los no desarrollados. La formacin y el incremento de las

    megalpolis han significado una forma cada vez ms degradada de organizacin social

    colectiva y un cambio profundo con respecto al pasado en cuanto al uso de los espacios, del

    agua, del territorio, de los servicios colectivos; es decir, una transformacin demogrfica y

    social que ha repercutido profundamente en la calidad ambiental y en las formas de vida en su

    conjunto. A lo largo del siglo se han ido formando sobre el planeta gigantescos aglomerados

    urbanos y los ncleos de poblacin se han expandido sobre territorios en el que existan

    riesgos de desastres naturales: fallas tectnicas, paleocauces de ros u otras zonas inundables,

    zonas de actividad volcnica, etc., aumentando de este modo el impacto de desastres que

    pocas anteriores, con una densidad de ocupacin muchsimo ms baja, no presentaban

    problemas significativos.

    La revolucin verde

  • 13

    En la primera mitad del siglo XX la agricultura sufri un proceso de intensificacin que llev

    gradualmente a abandonar la rotacin de los cultivos y el barbecho, y comienzan a

    introducirse abonos artificiales. La agricultura qumica tiene xito en el mediano plazo, hay

    mayor disponibilidad de productos, ms normalizados, se pueden corregir los suelos, obtener

    variedades ms productivas. El objetivo de este tipo de produccin es el mximo beneficio.

    Asimismo, y paralelamente al proceso de desarrollo de la industria automotriz, la agricultura

    comienza a mecanizarse, iniciando un paulatino proceso de sustitucin de brazos por petrleo.

    La fertilizacin artificial conduce al agotamiento de los suelos; la especializacin, a la

    simplificacin de los ecosistemas. Los ambientes se empobrecen y se fragilizan. Hacia 1930

    tenemos ms variedad de productos para abastecer los mercados, pero el productor individual

    maneja su explotacin con menos complejidad bitica.

    El trmino "revolucin verde" fue acuado a principios de la dcada de 1960 para identificar

    un experimento concreto en el noroeste de Mxico, donde unas variedades "mejoradas" de

    trigo incrementaron la cosecha dramticamente. Segn explica Luz Mara Nieto Caraveo -al

    reflexionar sobre los cambios producidos en la agricultura durante el siglo XX-, la revolucin

    verde consisti en la aplicacin de la tecnologa moderna que permiti la sntesis orgnica y

    posibilit la incorporacin de una gran cantidad de sustancias sintticas artificiales o

    naturales, pero en cantidades excesivas y, por lo tanto, inmanejables bajo procesos y ciclos

    naturales. Los agroqumicos como los plaguicidas, fertilizantes, herbicidas, defoliantes, etc.,

    son notables ejemplos de esto. Junto a ello, el desarrollo de la gentica permiti llevar a cabo

    procesos de seleccin y mejoramiento de las especies. Se conform as el modelo de

    agricultura moderna, extensiva y con grandes demandas energticas y tecnolgicas. Este fue

    el modelo dominante en el mundo occidental, sobre todo a partir de la posguerra. El

    conocimiento cientfico necesario para este tipo de produccin agrcola se encontraba

    disponible en los Estados Unidos, pero su utilizacin fue retrasada por la gran depresin

    econmica de los aos treinta que paraliz la economa agrcola mundial. Despus de la

    Segunda Guerra Mundial se gener una gran demanda de alimentos, entonces se aplicaron los

    conocimientos desarrollados primero en Estados Unidos y despus en muchos otros pases. La

    seleccin gentica y la cra intensiva hicieron posible la produccin de nuevas variedades de

    cultivos con mejores rendimientos y razas ms productivas de ganado. Este proceso fue

    acompaado por el desarrollo de fertilizantes y plaguicidas a partir de grandes avances en la

  • 14

    agroqumica, lo que aument notablemente la productividad agrcola en el mundo en

    desarrollo. En Asia y Amrica Latina, creci enormemente la produccin de cultivos, sobre

    todo de los principales cereales (arroz, trigo y maz), que aument a ms del doble. Muchos

    pases incrementaron la inversin en investigacin aplicada al agro para encontrar formas de

    producir ms alimentos.

    Hacia 1990, casi las tres cuartas partes del arroz producido en el Asia, la mitad del trigo

    producido en frica y ms del 50 % del producido en Asia y Amrica Latina, as como el 70

    % del maz producido en el mundo, correspondan a estas nuevas variedades.

    El auge de la revolucin verde en la produccin tuvo efectos sobre los ambientes.

    Promediando la dcada de 1960, comenz a advertirse el deterioro de los sistemas naturales

    en los que se aplicaba este modelo de produccin agropecuaria, junto a ciertos riesgos para la

    salud. Se presentaron alteraciones en el agua, en el suelo, en los microorganismos de los

    ecosistemas y en los alimentos. Problemas tales como la contaminacin del agua y el

    agotamiento de los suelos se hicieron sentir en la productividad de las explotaciones,

    generndose costos extras para recuperar las reas deterioradas.

    Tal vez el problema poltico ms grave que cre la revolucin verde fue la prdida de la

    soberana alimentaria, ya que la necesidad de adquirir fertilizantes, pesticidas y ms tarde-

    semillas modificadas, generaron una dependencia tecnolgica de los productores primarios y

    de los pases con respecto a grandes empresas proveedoras.

    El aumento de alimentos de la revolucin verde no proviene de un mayor de uso de la luz

    solar que hace posible la fotosntesis, ni del cultivo de nuevas tierras. La energa fue

    proporcionada por los combustibles fsiles en forma de fertilizantes (gas natural), pesticidas

    (a base de petrleo) y riego artificial alimentado por derivados del petrleo. As es como la

    agricultura aument hasta 50 veces la demanda de energa en comparacin con los consumos

    de las formas de produccin tradicional. Dicho de otro modo al comprar los alimentos

    estamos pagando petrleo en muchsima mayor proporcin que el trabajo de los agricultores.

    La revolucin cientfico-tecnolgica

  • 15

    Las sociedades siempre intervinieron en forma depredadora en los ambientes naturales. La

    visin idlica de las comunidades primitivas o de las culturas de autosubsistencia solo se

    justifica por la casi nula magnitud de sus efectos, debido a la capacidad de recomposicin de

    los sistemas naturales. John Perlin, en su libro Historia de los Bosques, da cuenta de la

    sistemtica tala que sufrieron los bosques desde la antigedad. Lo que ha cambiado

    drsticamente en el siglo XX es la escala y la profundidad de esa depredacin.

    Antonio Elizalde hace referencia al fenmeno de la aceleracin del tiempo histrico seala

    que la actual forma de existencia est generando transformaciones tan radicales en la

    naturaleza que equivalen a lo ocurrido durante millones de aos de evolucin geolgica del

    planeta, alterando de forma sustantiva los frgiles equilibrios que hacen posible la

    existencia de la bisfera y por supuesto de nuestra vida. En una ponderacin muy ilustrativa,

    seala que de todos los recursos que las sociedades extrajeron de la tierra, la mitad fue

    consumida en el siglo XX.

    Enrique Leff caracteriza la escala de esta intervencin en el contexto econmico actual. Para

    este autor, en el proceso de globalizacin oper la racionalidad econmica por sobre otras

    racionalidades, como la ambiental, la social y la cultural, generndose una homogeneizacin

    de los patrones de produccin y de consumo que atenta contra una sustentabilidad basada en

    la diversidad ecolgica y cultural.

    Desde mediados del siglo XX las empresas multinacionales desarrollan el inters por la

    investigacin cientfica orientada a mejorar los procesos productivos. Es as como el capital se

    interesa directamente por la ciencia y se crean en las empresas importantes reas de

    investigacin y desarrollo. Surge as un sistema cientfico y tecnolgico encargado de

    realizar la investigacin y el desarrollo de productos y procesos. Estos estudios se llevan

    adelante tanto en mbitos pblicos (universidades, consejos de investigacin, agencias

    estatales) como en las propias empresas. Segn el economista Theotonio Dos Santos, esto

    potencia la aceleracin, la expansin de la escala y profundidad de la alteracin del

    metabolismo de la naturaleza. A este salto cuali y cuantitativo se lo conoce como revolucin

    cientfico-tecnolgica (RCT).

    La RCT caus tambin un poderoso impacto en el proceso de produccin de bienes y

    servicios: aument el papel de la planificacin y del diseo en el proceso productivo, dio

    origen a la automatizacin del sistema productivo, cre y desarroll nuevos ramos de

  • 16

    produccin y reestructur todo el aparato econmico de la sociedad contempornea. Pero

    adems de esto, la investigacin y el desarrollo no solo organizaron el proceso de produccin,

    sino que el tipo de conocimiento que generaron se orient a la capacidad para modificar la

    base natural. As, la intervencin sobre el tomo qued pequea con respecto a la posibilidad

    de modificar genticamente y hasta crear e inventar organismos vivos.

    La expansin del capitalismo en sus distintas fases extrajo, sustituy y elimin especies

    animales y vegetales, pero la fase actual en el marco de la RCT instala procesos y organismos

    que producen una transformacin irreversible de los sistemas naturales.

    Ese proceso de investigacin y desarrollo genera un conjunto de nuevas tecnologas que

    potenciarn los procesos de produccin. Se trata de la petroqumica, la electrnica, la

    tecnologa espacial, la informtica y la automatizacin; y ms tarde, la ingeniera gentica, la

    biotecnologa y la fusin nuclear, el lser, la superconductividad y la creacin de nuevos

    materiales liberan una asombrosa capacidad de produccin. Ahora bien, detrs de cada una de

    estas actividades se encuentra una o varias modalidades de intervencin en la naturaleza y una

    cantidad de actividades extractivas y depredadoras. Para comprender lo complejo de este

    proceso, evaluar sus posibilidades de revertirlo y elaborar polticas (o al menos propuestas) de

    regulacin, se hace necesario estudiar la imbricacin entre economa y naturaleza en el

    momento actual; es decir, el papel de los ambientes en la reproduccin del capital. Este

    proceso de reproduccin est afectando severamente a los ambientes por la utilizacin de

    fuentes energticas basadas en materiales renovables o biomasas (por ejemplo, los

    biocombustibles), que desplazan reas antes destinadas a la produccin de alimentos y

    eliminan la biodiversidad. Theotonio Dos Santos, al reflexionar sobre esta realidad, propone

    que la biodiversidad es un factor a considerar en la reordenacin de una geopoltica del

    mundo, a la vez que alerta que, a la velocidad actual de la expansin de la economa, ya no es

    un problema de siglos sino de dcadas.

    En el discurso econmico, la naturaleza permanece oculta; hay que saber buscarla y

    encontrarla. Cada vez que se mencionan los trminos materias primas, recursos mineros,

    consumo, extraccin, energa, transporte automotor, agua, entre otros, hay un sistema natural

    comprometido. Lo cierto es que esas explotaciones se realizan, en general, externalizando los

    costos ambientales. Se genera una externalidad cuando se obtiene un bien de la naturaleza sin

    pagar por l ni compensar de algn modo su utilizacin, y sin reflejar su precio real en el

  • 17

    mercado. Por ejemplo, los productos derivados de la madera no contemplan los costos que

    significan para la naturaleza la generacin del bosque que fue talado para obtener la materia

    prima. La presencia de externalidades implica que el sistema de precios va a reflejar

    solamente los costos marginales privados, pero no el costo social o ambiental. Segn Mnica

    Barrios, el costo ambiental es el valor econmico que se asigna a los efectos negativos de una

    actividad productiva para la sociedad (contaminacin, prdida de la fertilidad del suelo,

    riesgos econmicos intangibles de proyectos de cierta envergadura). La economa tradicional

    ha ignorado tanto estos costos como los sociales. En sntesis, los proyectos ejecutados sin

    tomar en consideracin los daos a la naturaleza que gastan generan severos impactos

    ambientales a un costo que no se paga, pero que recae, entonces, sobre la naturaleza que se

    pierde y sobre la sociedad que ya no puede interactuar con aquella.

    Economas latinoamericanas, globalizacin y ambiente

    Qu datos de las economas de Amrica Latina nos indican que se interviene ms y ms

    profundamente en la naturaleza? Los datos de incremento de la actividad econmica nos

    hacen pensar en procesos de artificializacin de los territorios.

    La lgica que ha guiado a la reinsercin internacional de nuestro continente favoreci a los

    grandes capitales nacionales y extranjeros, que moldearon las estructuras productivas de los

    pases segn sus intereses con el objetivo de reproducir esos capitales. Desde esta lgica, se

    modific la legislacin, se flexibilizaron las relaciones laborales y tambin se gener un

    marco institucional que posibilit la intervencin sobre los territorios y los recursos naturales.

    Segn un informe de la UNCTAD de 2005, la inversin extranjera directa (IED) aument por

    segundo ao consecutivo. La mayora de las inversiones extrajeras se orientaron al sector de

    los servicios, pero el principal aumento se registr en el sector de los recursos naturales.

    Se aprecia una reduccin de las inversiones en manufacturas y un espectacular aumento de

    inversiones extrajeras directas en el sector primario. Como seala el economista Jaime Estay,

    se ha producido un importante aumento de empresas transnacionales en los pases en

    desarrollo: Aun cuando varios pases de la regin metropolitana introdujeron polticas

    restrictivas, las IED en el sector primario aumentaron considerablemente y atrajeron casi el

    25 % de las inversiones. Venezuela [] recibi inversiones por 1.000 millones de dlares. En

  • 18

    el primer semestre del 2005 las IED relacionadas con el petrleo aumentaron en Colombia el

    134 % (y alcanzaron 1.200 millones de dlares), y en el Ecuador un 72 %. Las inversiones en

    la industria minera tambin aumentaron. En Colombia, por ejemplo, el aumento fue de casi

    el 60% y llegaron a 2.000 millones de dlares, en Chile a 1.300 millones, en el Per a 1.000 y

    en la Argentina a 850 millones.

    Un elemento que acrecienta el riesgo ambiental de estas inversiones es que ocurren en un

    contexto de liberacin de trabas que, siguiendo a Estay, facilitan a las empresas

    transnacionales en el centro del proceso de globalizacin de la economa mundial [].

    Adems de los cambios normativos internos, la disminucin de barreras al movimiento de

    capitales ha sido tambin fuertemente empujada a travs de compromisos internacionales

    definidos a nivel bilateral y plurilateral.

    Aun con cierto reposicionamiento del Estado, producido en los ltimos aos en Amrica

    Latina con los Gobiernos de Lula, Morales, Kirchner, Correa y Chvez, las regulaciones se

    presentan dificultosas ya que los Estados no tienen instrumentos de intervencin, estn

    comprometidos por tratados o convenios internacionales y adems, como se ver, la venta de

    naturaleza est atada a los mercados externos.

    En cuanto a los pases del MERCOSUR, puede apreciarse un aumento de las exportaciones

    con implicancias ambientales. De las exportaciones de los pases del bloque, se estima que al

    menos el 60% corresponde a bienes primarios y que represent ms de 105 millones de

    dlares en 2004, segn cifras publicadas por la Comisin Econmica para Amrica Latina y

    el Caribe (CEPAL) en 2006. Segn el Informe GEO MERCOSUR (2008), la proporcin de

    bienes primarios o materias primas en el total del valor de las exportaciones va del 47% en

    Brasil al 87% en Paraguay. Con la nica excepcin de Brasil, en el resto de la regin las

    exportaciones de recursos primarios superan a las manufacturas. En el caso de Chile,

    significan el 80 % de sus exportaciones; en Argentina, el 70% y en Uruguay casi un 60%. Se

    trata de productos agrcolas y ganaderos, pesca, minerales, hidrocarburos y productos

    forestales. Dicho en otras palabras, los capitales que controlan la economa de los pases de la

    regin viven de la venta de naturaleza en sus distintas formas, lo que complejiza an ms los

    intentos de establecer lmites y regulaciones. Por su parte, las economas que compran los

    productos mencionados no sufren los impactos ambientales y no estn dispuestas a pagar sus

    costos.

  • 19

    Al reflexionar sobre las relaciones entre capitalismo y ambiente, Enrique Leff seala que los

    recursos naturales se vuelven mercanca para la explotacin del capital. Esta interpretacin

    tiene dos sentidos bien distintos en las racionalidades del sistema capitalista. Una visin es la

    de la naturaleza cosificada, un bien que entra en el mercado y que se extrae, se conquista, se

    roba, se compra o se vende, segn convenga o sea necesario. Cuando esa mercanca se acaba,

    se contina con otra. Esta es la racionalidad del colonialismo, de la extraccin, la que se

    aplic desde la expansin europea del siglo XVI y se exacerb en la etapa del capitalismo

    industrial. Otra ms actual es la visin de un capitalismo ambiental en el que la naturaleza

    deja de ser un objeto del proceso de trabajo para ser codificada en trminos del capital. Mas

    ello no le devuelve el ser a la naturaleza, sino que la transmuta en una forma del capital

    capital natural- generalizando y ampliando las formas de valorizacin econmica de la

    naturaleza.

    En este pensamiento hay partes de la naturaleza que debemos conservar porque tendrn su

    rendimiento (econmico) en el futuro. Las polticas recientes en torno a la biodiversidad no

    responden tan solo a una preocupacin por la prdida de especies biolgicas y por su

    importante papel en el equilibrio ecolgico del planeta. Leff explica que la biodiversidad se

    ha revelado como un enorme banco de recursos genticos que son la materia prima de los

    grandes consorcios de las industrias farmacuticas y de alimentos, cuyo valor econmico

    supera ya el de los consorcios petroleros.

    Es as como los grandes consorcios transnacionales contabilizan la riqueza gentica de

    regiones con poca intervencin de las sociedades en el medio natural (por ejemplo, las que

    conservan fronteras forestales). La biodiversidad es un valor econmico -en la medida que

    tiene como funcin la absorcin de carbono- que compensa las emisiones de los pases

    industrializados, adems de su valor paisajstico, tambin contabilizado en el marco del

    turismo global. Se trata de estrategias de revalorizacin de la naturaleza que se justifican

    mediante sofisticados clculos del valor de la biodiversidad, y se basan en la asignacin de

    precios de la captura de carbono y las tasas de descuento que conforman los modelos de este

    neoliberalismo ambiental. Sin embargo, prosigue Leff, estas transacciones no se establecen a

    travs de un valor y precios reales de la captura de carbono, sino del poder negociador entre

    las partes. En palabras de Enrique Leff, se trata de una economa poltica de la

    contaminacin; una nueva forma de mercantilizacin de la naturaleza, bajo una nueva

    geopoltica econmico- ecolgica que ahonda las diferencias entre pases ricos y pobres bajo

  • 20

    los principios del desarrollo sostenible.

    La acumulacin por desposesin

    Los procesos de acumulacin originaria que Marx analiza para el proceso de Inglaterra son

    verificables tambin en la transicin del territorio patagnico de los ltimos 130 aos. El

    anlisis de la transicin al mercado tiene caractersticas que los emparentan. Obviamente, los

    actores sociales, los contextos y el clivaje son distintos. Sin embargo, en ambos casos se est

    hablando de un proceso de acumulacin originaria. Se trata de la mercantilizacin de un

    mbito cerrado, hasta el momento, para el mercado. Para analizar ese tipo de casos, el

    gegrafo David Harvey acu el concepto de acumulacin por desposesin, explicando que

    el capitalismo utiliza mtodos de la acumulacin originaria.

    Mientras que la acumulacin originaria posibilit la conformacin de un nuevo modo de

    produccin, la acumulacin por desposesin permite mantener el sistema actual, desplazando

    hacia los sectores empobrecidos la crisis de sobreacumulacin del capital.

    El trmino, segn David Harvey, define los cambios neoliberales producidos en los pases

    occidentales desde los aos 1970 hasta la actualidad, que estaran guiados por cuatro

    prcticas, principalmente: la privatizacin, la financiarizacin, la gestin y manipulacin de

    las crisis, y las redistribuciones estatales de la renta. Dichos cambios se manifiestan, entre

    otros, en la privatizacin de empresas y servicios pblicos, que tienen su origen en la

    privatizacin de la propiedad comunal.

    En El Nuevo Imperialismo, obra en la que expone la importancia adquirida por la

    "acumulacin por desposesin", expone cmo las crisis de sobreacumulacin en determinadas

    regiones hacen mover las mercancas hacia territorios que los pagan convirtiendo en dinero

    sus activos o sus recursos humanos, instalaciones de capital fijo o recursos naturales. As,

    Harvey plantea que cuando existen excedentes de capital y de fuerza de trabajo dentro de un

    territorio determinado (como por ejemplo un Estado nacin) que no pueden ser absorbidos

    internamente (ya sea mediante ajustes geogrficos o gastos sociales), deben ser enviados a

    otro lugar a fin de encontrar un nuevo terreno para su realizacin rentable para no ser

    devaluados por falta de rentabilidad. Esto puede suceder de varias maneras. Pueden

  • 21

    encontrarse otros mercados para el excedente de mercancas. Pero los espacios a los que se

    envan los excedentes deben poseer reservas de oro o dinero (por ejemplo, dlares) o bienes

    intercambiables como medios de pago. Los excedentes de mercancas egresan a cambio del

    ingreso de dinero o mercancas. El problema de la sobreacumulacin se alivia solo en el

    corto plazo, ya que se trata meramente de un cambio del excedente de mercancas por dinero

    o por otra forma-mercanca, aunque en el caso de que el cambio se realice en materias

    primas u otros insumos ms baratos, es posible aliviar temporariamente la presin a la baja

    de la tasa de ganancia en el lugar. Si el territorio no posee reservas o mercancas para

    intercambiar, debe hallarlas (como fue el caso en el que Gran Bretaa forz a India a

    hacerlo, abriendo el comercio de opio con China en el siglo XIX y extrayendo el oro chino a

    travs del comercio hind) o debe recibir crdito o asistencia. En este ltimo caso, un

    territorio recibe el prstamo o la donacin del dinero con que comprar el excedente de

    mercancas generadas en el territorio en cuestin. Los britnicos hicieron esto con Argentina

    en el siglo XIX.

    La acumulacin por desposesin, esta necesidad de mover el capital para sortear la crisis de

    sobreacumulacin, debe entenderse como una suerte de proceso de colonizacin de nuevos

    yacimientos de recursos para los capitalistas, que van desde los servicios de agua,

    electricidad, vivienda o salud, hasta la apropiacin de todo tipo de recursos naturales ms las

    expropiaciones a millones de pequeos propietarios y comunidades en todo el mundo, de

    manera que todo trabajo y todo recurso sirva para enriquecer al capital.

    Harvey trae las caractersticas de la acumulacin originaria -con su consiguiente carga de

    sobreexplotacin, depredacin, fraude y violencia desde aquel momento inicial explicado

    por Marx o por Luxemburgo: una revisin general del rol permanente y de la persistencia de

    prcticas depredadoras de acumulacin "primitiva" u "originaria" a lo largo de la geografa

    histrica de la acumulacin de capital resulta muy pertinente, tal como lo han sealado

    recientemente muchos analistas. Dado que denominar "primitivo" u "originario" a un

    proceso en curso parece desacertado, en adelante voy a sustituir estos trminos por el

    concepto de "acumulacin por desposesin.

    Es decir que junto a las modalidades de reproduccin ampliada del capital encontramos otra

    forma, la acumulacin por desposesin que remite a los elementos propios de la acumulacin

    originaria: Estos incluyen la mercantilizacin y privatizacin de la tierra y la expulsin

  • 22

    forzosa de las poblaciones campesinas; la conversin de diversas formas de derechos de

    propiedad - comn, colectiva, estatal, etc.- en derechos de propiedad exclusivos; la supresin

    del derecho a los bienes comunes; la transformacin de la fuerza de trabajo en mercanca y

    la supresin de formas de produccin y consumo alternativas; los procesos coloniales,

    neocoloniales e imperiales de apropiacin de activos, incluyendo los recursos naturales; la

    monetizacin de los intercambios y la recaudacin de impuestos, particularmente de la

    tierra; el trfico de esclavos y la usura, la deuda pblica y ,finalmente, el sistema de crdito.

    El Estado, con su monopolio de la violencia y sus definiciones de legalidad, juega un rol

    crucial al respaldar y promover estos procesos.

    El caso de la Patagonia

    Los procesos globales se territorializan, se materializan y toman cuerpo en distintas regiones.

    La Patagonia argentina es un caso interesante para estudiar la imbricacin entre economa y

    ambiente en el siglo XX, ya que es una regin que se incorpora tardamente (en comparacin

    con otras regiones cuya incorporacin es simultnea al desarrollo del capitalismo desde la

    expansin europea), y por la fuerza, al proceso capitalista. La ocupacin militar del espacio

    patagnico por el Estado argentino se efectiviza en 1880.

    Hasta el final del segundo gobierno de Pern, la Patagonia continu organizada en forma de

    Territorios Nacionales sin autonoma; poco antes del golpe que lo derrocara, el gobierno

    peronista toma la medida de provincializarlos. La provincializacin de los territorios

    patagnicos y sus primeras constituciones autnomas se concretan a finales de la dcada de

    1950. Estas provincias nacen a una vida poltica ms plena en los aos sesenta, momento de

    llegada de capitales extranjeros, particularmente estadounidenses, para aplicarse

    especialmente a la produccin industrial aprovechando la capacidad instalada heredada de las

    dcadas peronistas. Es la etapa de ejecucin de polticas desarrollistas. Aqu comienza un

    proceso de explotacin de los recursos naturales. Al respecto, se han seleccionado varios

    casos; con la finalidad de ordenar su presentacin consideraremos, en primer lugar, los que se

    produjeron en un contexto de polticas desarrollistas; luego, los que se produjeron en el marco

    de polticas neoliberales ortodoxas y finalmente, los conflictos que estallaron aun

    pretendiendo una justificacin, dentro del patrn de desarrollo sustentable .

  • 23

    Estos casos permiten apreciar en su dinmica una o varias de las siguientes caractersticas

    presentadas en la primera parte del trabajo:

    -Estn contextualizados en la Revolucin Cientfico Tecnolgica y las transformaciones

    econmicas que produjeron (Dos Santos),

    -Se aprecia la mercantilizacin de la naturaleza en el proceso de globalizacin (Leff),

    -Responden a diversas formas de acumulacin por desposesin (Harvey),

    -Se hace evidente la ausencia de capacidad de regulacin por parte de los Estados fruto de la

    eliminacin de trabas al capital (Estay).

    Inscriptos en proyectos que respondan al modelo de desarrollo planificado (desarrollismo) -

    que cobr especial vigencia desde mediados de la dcada de 1950-, encontramos la

    explotacin petrolera, la planta de aluminio de Puerto Madryn (provincia de Chubut) y las

    grandes represas hidroelctricas.

    Con el descubrimiento de petrleo en 1907 en Comodoro Rivadavia, Chubut, se inici la

    explotacin de hidrocarburos en la Argentina. La misma fue desarrollada tanto por empresas

    privadas como estatales, ganando impulso a partir de 1958 con el advenimiento del gobierno

    desarrollista de Arturo Frondizi. La explotacin fue generando un impacto ambiental negativo

    que, aunque sin poder mensurarse con certeza, se sabe muy importante. Durante la

    presidencia de Carlos Menem, en la dcada del 90, se privatiz la empresa nacional ms

    grande de la Argentina, Yacimientos Petrolferos Fiscales (YPF). Desde entonces, la

    maximizacin de beneficios de las empresas extranjeras ha acentuado la depredacin del

    ecosistema, as como el incumplimiento del pago de los cnones que la ley exige ante el cierre

    de cada pozo que ya no se explotar.

    El mtodo ms difundido de extraccin genera la apertura de picadas y lneas de prospeccin

    ssmica que potencian procesos de erosin, a la par que posibilita procesos de ocupacin

    ilegal de tierras, explotaciones clandestinas de productos vegetales y de la fauna nativa. La

    falta de un adecuado control respecto al uso de insumos qumicos utilizados en la extraccin

    de hidrocarburos, entraa una larga lista de riesgos para los distintos componentes del

    ambiente.

    La calidad del suelo y las aguas se ve alterada por la introduccin de metales pesados y otros

    elementos txicos, a travs de las aguas utilizadas en el proceso de extraccin de

  • 24

    hidrocarburos y con el aumento de la probabilidad de salinizacin de los suelos que reciben

    esas aguas no tratadas. En los sitios de produccin, pozos, instalaciones de almacenamiento,

    compresores, plantas separadoras y equipos conexos, se emiten gases de efecto invernadero,

    partculas y desechos de perforacin en estado de lodos o lquidos densos. Los hidrocarburos

    crudos que accidentalmente se derraman contienen componentes de alta toxicidad para suelos,

    cuerpos y cursos de agua, donde se depositan por escurrimiento o infiltracin. Los residuos de

    perforacin contienen sales inhibitorias del crecimiento vegetal, como dicromato de sodio,

    cloruro de potasio e hidrxido de sodio.

    El petrleo crudo que se extrae est asociado con agua y slidos suspendidos, por lo que es

    necesaria la construccin de sistemas para la separacin de dichos componentes. Es en estas

    instalaciones donde frecuentemente se presentan situaciones de descargas y fugas, y el

    deterioro del suelo resulta irreversible. La infraestructura de transporte, adems de los

    impactos que puede ocasionar durante la etapa de construccin y tendido, suele estar sujeta a

    accidentes o imprevistos, tales como fugas, derrames o explosiones. Las aguas saladas,

    separadas del crudo con bajo contenido de hidrocarburos asociados como impurezas, son

    vertidas en cuerpos de agua.

    Los daos ms significativos alrededor de los pozos son los siguientes:

    -Modificacin de las propiedades de los suelos afectados, disminuyendo o eliminando su

    capacidad de soporte de la biota (fauna y flora)

    -Dao directo por contacto, tanto a la vegetacin como a los animales

    -Intoxicacin de animales terrestres en las piletas (trampas de petrleo)

    -Afectacin de avifauna

    -Contaminacin de aguas subterrneas con aguas hipersalinas alojadas en las piletas y

    provenientes de la recuperacin secundaria de los pozos

    La lectura de la conflictividad en este caso puede hacerse desde dos ejes: el de demanda social

    y el del conflicto ambiental

    En relacin con el primer eje, la explotacin petrolera ha generado histricamente una

    constante demanda, por parte de sus trabajadores, de una ms digna calidad de vida, en

    viviendas, esparcimientos, etc. A partir del proceso de privatizaciones de la dcada del 90, la

    reestructuracin empresaria, los despidos y el abandono de proyectos de procesamiento

  • 25

    industrial del petrleo en refineras y plantas petroqumicas locales, desechadas por el manejo

    en funcin de priorizar la exportacin del petrleo crudo, generaron los primeros piquetes

    en Cutral- Co, Neuqun, modalidad que se extendi a lo largo de todo el pas. En este sentido,

    podramos decir que los piqueteros, ex trabajadores del petrleo y en su mayora migrantes

    de otras regiones de Argentina, se transformaron en los primeros refugiados ambientales del

    pas.

    La poltica activa y pasiva del Estado, primero como dueo de los yacimientos y luego como

    contralor ausente, dej a la actividad libre de toda vigilancia; los derrames se multiplicaron,

    tanto en el interior de la Patagonia, como en las zonas costeras. Se presenta entonces lo que

    denominamos el segundo eje: el conflicto ambiental. El ms resonante: la contaminacin del

    acufero en el yacimiento de Loma de La Lata, en el departamento Aelo, provincia de

    Neuqun, que afect a la comunidad mapuche Painemil. Esto llev a una investigacin que

    oblig a la empresa a resarcir parte de los costos ambientales. No menos importante por el

    hecho de hacerse visibles ante la comunidad a travs del impacto meditico, han sido los

    episodios permanentes de empetrolamiento de pinginos en la costa atlntica.

    Otro caso importante es el de la planta de produccin de aluminio y la contaminacin del

    golfo Nuevo, que se remonta a principios de la dcada de 1970. Se inician las tareas de

    construccin simultnea de la represa de Futaleuf, en la cordillera chubutense, a unos 30 km

    de la ciudad de Esquel y la planta de Aluminios Argentinos (ALUAR) en la ciudad de Puerto

    Madryn, que a partir del mineral importado de Australia y con la energa provista desde

    Futaleuf, a 650 km de Puerto Madryn, iniciara la produccin de aluminio. La bauxita es la

    materia prima del aluminio, se encuentra en la naturaleza compuesta por xido de aluminio y

    otros elementos. La bauxita que se utiliza en ALUAR se importa de Australia ya que

    Argentina no tiene este mineral. La razn de la instalacin de la planta es la energa barata

    que produce la represa de Futaleuf ubicada aproximadamente a 800 km hacia el suroeste,

    sobre la cordillera de los Andes. Durante casi 25 aos, la empresa trabaj y envi desechos al

    golfo Nuevo y al ambiente casi sin restricciones. Existen a la fecha estudios sobre la alta

    contaminacin, lo que ha trado aparejado el fuerte crecimiento de diagnsticos de

    enfermedades cancergenas en la ciudad, muy por encima de la media provincial. El accionar

    de organizaciones no gubernamentales y del mismo Gobierno provincial forz a ALUAR a

    mejorar sus instalaciones para evitar gran parte de sus emisiones contaminantes.

  • 26

    En esta tendencia a producir energa barata para su consumo en emprendimientos

    extrarregionales, se plane la construccin de un dique en un valle cordillerano. En el ao

    1981, casi de manera fortuita, se toma conciencia del proyecto de construccin de la represa

    sobre el ro Epuyn, en el noroeste de la Provincia del Chubut. Este dique inundara entero el

    valle de Epuyn, la mejor zona productiva del lugar, sobre la cordillera patagnica, obligando

    en aquel entonces a desalojar a 50 familias y cubriendo el cementerio local y la escuela ms

    antigua. La fuerte resistencia de los pobladores impidi su realizacin. Esto dio lugar al

    movimiento de resistencia al dique de Epuyn, cuyo anlisis quedar pendiente para otro

    trabajo.

    Durante los aos 90, los proyectos con fuerte intervencin y compromiso de los ecosistemas

    tienen su justificacin en la matriz neoliberal. La ejecucin se fundamenta en la necesidad del

    crecimiento econmico que incorpore una determinada regin al primer mundo, utilizando el

    concepto de sustentable o sostenible para proyectos econmicamente rentables en el largo

    plazo, produciendo beneficios econmicos: el turismo, la integracin regional, o el manejo de

    los bosques nativos.

    Un primer ejemplo de este tipo de emprendimiento es el llamado Proyecto Paso Puelo. Con

    la construccin de las bases de un puente sobre el ro Azul y la apertura de 5 kilmetros de

    masa boscosa (de los cuales 2,5 km ingresan al parque nacional Lago Puelo), hacia comienzos

    de la dcada de 1990 toma impulso el proyecto de unir a travs de un paso fluviolacustre la

    Argentina con Chile.

    Posteriormente, en el ao 1992, se da a publicidad uno de los proyectos ms polmicos y

    menos ambientalistas, presentado por el Centro de Extensin Forestal Andino Patagnico

    (CIEFAP). Este se denomin Uso mltiple de los recursos naturales de la cuenca binacional

    del Puelo (Ro Negro-Chubut-X Regin). Bases para una efectiva integracin argentino-

    chilena. El proyecto pretenda desarrollar toda la cuenca del lago Puelo, que abarca

    880.000 hectreas aproximadamente. Varias actividades se realizaran all; entre ellas, un

    puerto de aguas profundas sobre el Lago Puelo, puerto que, por un sistema de esclusas, ira

    inundando varios miles de hectreas de bosques y algunas poblaciones del lado chileno. Los

    buques entraran 60 kilmetros en el continente desde el ocano Pacfico. En este caso se

    repiti la experiencia de la vecina localidad de Epuyn y el proyecto qued paralizado.

  • 27

    A partir del ao 1996 se inici en la zona de Corcovado, departamento de Futaleuf, en

    Chubut, la explotacin del bosque de lenga, en el paraje denominado Rincn del Aceite. El

    Aceite es un ro que atraviesa un valle cordillerano emplazado a 700 m de altura sobre el nivel

    del mar. La lenga es un rbol caracterstico de la cordillera patagnica, presente desde

    Neuqun hasta Tierra del Fuego. La explotacin fue concedida a un amigo del poder

    provincial del momento, quien realiz una tala indiscriminada durante dos aos, hasta que,

    por accin de los movimientos ecologistas locales, se consigui un amparo que impidi

    continuar con su corte. No obstante, las ONG ecologistas sealan que entre rboles volteados

    o anillados, se han sacrificado 40.000 ejemplares que, al producirse el amparo, quedaron sin

    poder industrializarse. La empresa, que por otros motivos haba recibido, adems de

    concesiones forestales, crditos blandos provinciales para explotaciones varias, quebr y su

    dueo se ausent del Chubut.

    La nueva justificacin a los proyectos de aprovechamiento de los recursos naturales se

    inscribe en la lgica de compensar los deterioros ambientales en el hemisferio norte, sin

    renunciar a su generacin, por inversiones en el hemisferio sur que los compensen. As, el

    cumplimiento de los acuerdos adoptados en la Convencin de Cambio Climtico llev a

    algunos gobiernos a plantear la utilizacin del criterio del costo-efectividad, para cumplir los

    compromisos asumidos en ella. Esta posibilidad, que est mencionada en el Tratado, se

    estableci bajo el supuesto de que resultara de menor costo financiar la reduccin de las

    emisiones, o el incremento de la capacidad de sumidero en los pases en desarrollo, que

    realizar los cambios tecnolgicos en los pases desarrollados.

    Un proyecto anterior pero inscripto en esta lgica sale a la luz en 1986, con la posibilidad de

    la instalacin de un repositorio nuclear o basurero nuclear en la meseta chubutense, en un

    lugar cercano a la localidad de Gastre. Este emprendimiento prev el depsito de desechos

    nucleares propios, de las centrales de Atucha y Ro Tercero, pero se justificaba en la

    posibilidad de cobrar por guardar residuos nucleares producidos en otros pases, que

    pagaran por depositar all los combustibles agotados, que deben ser almacenados o

    eliminados de alguna forma.

    Una protesta generalizada organizada por vecinos y varias ONG moviliz gente de toda la

    Patagonia y culmin con una marcha que, saliendo desde puntos muy distantes (Trelew,

    Chubut, en la zona atlntica, El Bolsn, Ro Negro, y Esquel en la zona cordillerana, a travs

  • 28

    de la meseta por caminos y huellas de ripio), lleg a Gastre para oponerse al proyecto. El

    proyecto est en suspenso por la fuerte presin de los movimientos ambientalistas; no

    obstante cabe destacar que la Argentina deber decidir en algn momento qu hacer con sus

    propios desechos, la mayora de los cuales estn depositados en dependencias de la Comisin

    Nacional de Energa Atmica, en piletas refrigeradas en la localidad de Ezeiza, provincia de

    Buenos Aires, a menos de 3 kilmetros del Aeropuerto Internacional y en medio de una zona

    poblada por 15.000.000 millones de habitantes.

    Pero el listado no termina all. El proyecto Prima Klima se conoce en 1999 y fue un plan de

    manejo sustentable de los bosques de lenga de la localidad de Alto Ro Senguerr, en los lagos

    Fontana y La Plata, en la provincia del Chubut. Dicho proyecto prev la tala de los rboles

    viejos, el cierre de entrada de animales al lugar y nuevas plantaciones que puedan absorber

    carbono de la atmsfera.

    Pareciera ser que los ambientes patagnicos no pueden permanecer como son. La ltima

    generacin de proyectos incluye los que, a instancias del Banco Mundial y el Banco

    Interamericano de Desarrollo, a inicios de la dcada de 1990, apuntan a la explotacin de los

    recursos naturales para abastecer las crecientes demandas del mercado mundial de productos

    minerales. A mediados de 1998 se anuncia la adjudicacin y entra en etapa de explotacin el

    proyecto sobre el cordn Esquel, de la mina El Desquite. Se trata de la explotacin de una

    mina de oro por la empresa Meridian Gold, de capitales canadienses, que haba adquirido la

    mina a la firma britnica Brancote. La explotacin se planific a cielo abierto y tena como

    objetivo la obtencin de la barra dor, una aleacin de oro y plata, buscada y bien cotizada en

    el mercado. En el 2003 una impresionante movilizacin popular, que culmin en un plebiscito

    forzado por las organizaciones no gubernamentales chubutenses, impidi la continuacin del

    proyecto hasta la fecha. No obstante, ni la Meridian ni los Gobiernos -tanto provincial como

    nacional- han desistido definitivamente de su explotacin. La intencin de llevar adelante otra

    explotacin de similares caractersticas en Ingeniero Jacobacci, en la zona de meseta de la

    Provincia de Ro Negro, ha hecho cobrar repentinamente fuerte actualidad a cada uno de los

    casos reseados.

    Cada da se inscribe una nueva mina en la Direccin de Minas y Geologa de las respectivas

    provincias. Es un problema de final abierto.

  • 29

    La regin patagnica fue una de las zonas ms impactadas por las polticas desarrollistas, lo

    que gener una historia de fuerte crecimiento poblacional a travs de los enclaves petroleros y

    de industrias sustitutivas, todas en el litoral atlntico. En casi todos los casos, estas propuestas

    de desarrollo se han estructurado bajo las formas de enclaves econmicos que generan una

    nueva configuracin regional. La mxima expansin de la economa de escala a todos los

    sectores fue uno de los efectos de las polticas desarrollistas y dio lugar a un significativo

    proceso de transformacin de la heterogeneidad estructural de la naturaleza. Esto es bien

    visible en los proyectos que bajo regmenes autoritarios se impusieron en el espacio

    patagnico. Los recursos explotados en esta regin satisficieron la imperiosa necesidad de

    incorporar significativas cantidades de subsidios energticos, requerida por la simplificacin

    excesiva de los ecosistemas. Tal el ejemplo ya mencionado de la presa de Futaleuf en las

    cercanas de Esquel y la planta de Aluar (Aluminios Argentinos) en Puerto Madryn, a la que

    la presa provee de energa; o la explotacin de las riquezas de gas y petrleo, que como parte

    del complejo minero extrae riqueza no renovable.

    En este sentido, la historia patagnica reitera los sucesivos reordenamientos territoriales que

    desde el descubrimiento de Amrica han venido sucedindose. Puede aplicarse aqu lo que

    seala Hctor Alimonda para la poca de la conquista de Amrica. Estos reordenamientos

    significan reterritorializaciones del espacio continental: Cada punto del continente fue

    redimensionado segn una red multifactica de poder que responda a la lgica y a las

    capacidades concretas de accin y de presencia efectiva de la potencia imperial. Lo local

    latinoamericano se constituy segn una relacin con un global hegemnico. En esta

    reflexin merece un prrafo aparte la fase actual de las representaciones de la Patagonia en el

    pensamiento del Imperio. Susana Bandieri seala una incipiente reconstruccin desde el

    hemisferio norte de la idea de una Patagonia vaca, desrtica y desaprovechada, tierra de

    promisin a ser redescubierta por el mundo de los emprendedores. La autora cree ver en esta

    supuesta visin casi ingenua un fuerte inters por el recurso agua, y que explica: Debe

    saberse que los recursos hdricos continentales de la Patagonia rondan los 230.000 km de

    cuencas de vertiente atlntica. De 300 lagos existentes, 99 (33%) vierten sus aguas en el

    Atlntico, en tanto que 111 (37%) lo hacen en el Pacifico. Otros 90 (30%) son cuencas

    cerradas de la meseta patagnica. Y esto sin contar las reservas subterrneas. A ello

    deberan agregarse los 4.000 km de superficie del rea de hielos continentales y glaciares.

  • 30

    En sntesis, la regin cuenta con una de las reservas de agua dulce ms importantes del

    planeta.

    En este mismo sentido puede inscribirse el importante acaparamiento de enormes extensiones

    de tierras por parte de empresas o magnates extranjeros. Tambin en nuestro pas hay nuevos

    colonos, esta vez por el procedimiento de compra a los valores venales de tierras, que

    muchos terratenientes y productores medios de Argentina estn dispuestos a vender, en el

    contexto de la crisis a que nos han conducido las polticas econmicas y sociales diseadas en

    los centros hegemnicos imperiales.

    Los datos presentados por G. De Jong en 2001, sobre la situacin de las tierras

    extranjerizadas, dan cuenta de la magnitud de esta problemtica:

    Tierras vendidas o en venta, excepto regin Patagonia (ha) * 12.766.097 6,41 %

    Tierras vendidas o en venta en la regin Patagonia (ha) 3.798.702 4,83 %

    Tierras vendidas o en venta en el total del pas (ha) 16.566.799 5,93 %

    Tierras enajenables con privatizacin del Banco Nacin (ha) 14.500.000 5,19 %

    Total de tierras en riesgo de recibir colonos (ha) 31.066.799 11,13 %

    (*) Al sur del ro Colorado

    De Jong agrega: La concrecin de la estrategia que aqu se denuncia es especialmente

    alarmante para la Patagonia, ya que del total de tierras disponibles para la venta en este

    momento, que suman un 4,83% de la regin y que obviamente pueden aumentar, se ha

    concretado la venta efectiva de aproximadamente el 3,2% de la superficie de la regin.

    Significa que la compra de tierras es mucho ms activa y tiene como prioridad a esa regin

    para el proyecto imperial. Ello surge de confrontar esas cifras con el resto del pas, donde el

    proceso es ms lento habida cuenta que solo se ha vendido hasta ahora el 0,46% del

    territorio nacional, aun cuando las tierras disponibles para venta hasta el momento

    constituyen el 6,4% del territorio del resto del pas, sin contar tambin en este caso con las

    enajenables en una eventual privatizacin del Banco de la Nacin.

    La Argentina carece de una poltica ambiental construida sobre la base de haber pensado la

    relacin entre la sociedad y la naturaleza como un campo que merece su especificidad. El

  • 31

    Estado y sus agencias han operado desde la lgica de la poltica econmica. Esto es un rasgo

    identificable desde las polticas desarrollistas hasta las liberales. Pero mientras pareca que no

    exista otra cosa que el supuesto pensamiento nico -que postula que no hay lmites para el

    crecimiento-, por debajo, fuera de los cenculos polticos y mucho ms silenciosamente, se

    fortalecen las redes sociales que se oponen a la depredacin del ambiente. Vistos en una

    perspectiva de 25 aos, se aprecia paulatinamente, y por la accin de los mltiples grupos y

    especialistas, el efecto debilitador de la nocin de costo ambiental cero y la potencialidad

    constructora de una nueva visin de la relacin con el ambiente que no lo considere como una

    mercanca.

    A modo de cierre

    Los problemas ambientales del presente son resultado directo de la economa capitalista que,

    tal como se intent explicar, enfatiz su carcter destructivo durante el siglo XX y se ha

    constituido en una verdadera amenaza para la existencia futura de la humanidad.

    Hay salida? No la hay dentro del sistema que hoy impera. Pero s hay una ciencia que estudia

    los procesos de deterioro, la energa limpia y nueva formas de produccin. S hay

    movimientos sociales que cada vez ms eficazmente se oponen al avasallamiento de los

    pueblos y sus territorios. S hay movimientos globales y locales que denuncian, resisten y

    proponen cambios en las pautas de produccin y consumo y estimulan la soberana

    alimentaria y gentica. La mitigacin de la crisis ambiental implicar necesariamente una

    reduccin en los consumos y una mayor distribucin de los bienes naturales. Tal como lo

    sealara Immanuel Wallerstein, si comenzamos a recorrer este camino, tanto en lo que se

    refiere al sistema social en que vivimos como en cuanto a las estructuras de conocimiento

    que usamos para interpretarlo, necesitamos ser muy conscientes de que estamos ante un

    comienzo, no, de ninguna manera, ante un final. Los comienzos son inciertos, audaces y

    difciles, pero ofrecen una promesa, que es lo mximo que siempre podemos esperar.

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  • 32

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