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Editorial: (Todo) el Perú avanza El gran reto, es cierto, siguen siendo algunas regiones de la selva (como Loreto) y las más pobres de la sierra, como Apurímac y Huancavelica… “Es la primera vez en su historia republicana que el Perú muestra un crecimiento sostenido, descentralizado e inclusivo”. Así presentó Miguel Palomino, gerente del Instituto Peruano de Economía (IPE), los resultados del último Índice de Competitividad Regional (Incore) en el Congreso de la República. Reproduciendo la metodología del Índice Global de Competitividad del Foro Económico Mundial y trabajando sobre la información disponible en el ámbito regional para nuestro país, el IPE ha evaluado el desempeño de cada una de nuestras regiones en base a 39 indicadores agrupados en 6 pilares del desarrollo: entorno económico, instituciones, educación, empleo, infraestructura y salud. Los resultados de esta investigación han sido muy prometedores. Primero, porque han vuelto a mostrar cómo el crecimiento, a veces entendido puramente como un fenómeno macroeconómico, sirve para crear oportunidades para mejorar de manera muy concreta y tangible la competitividad y la calidad de vida de las personas. Y segundo, porque es una prueba más de cómo, contra lo que sostiene cierto sentido común (muchas veces con un interés ideológico detrás), estas mejoras del crecimiento no se están produciendo única o principalmente en Lima, sino que de hecho hay regiones que ya superan a la capital en varios de los indicadores de desarrollo antes mencionados (siendo estas mejoras rastreables directamente a efectos del crecimiento).

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Editorial: (Todo) el Perú avanza

El gran reto, es cierto, siguen siendo algunas regiones de la selva (como Loreto) y las más pobres de la sierra, como Apurímac y Huancavelica…

“Es la primera vez en su historia republicana que el Perú muestra un crecimiento sostenido, descentralizado e inclusivo”. Así presentó Miguel Palomino, gerente del Instituto Peruano de Economía (IPE), los resultados del último Índice de Competitividad Regional (Incore) en el Congreso de la República.

Reproduciendo la metodología del Índice Global de Competitividad del Foro Económico Mundial y trabajando sobre la información disponible en el ámbito regional para nuestro país, el IPE ha evaluado el desempeño de cada una de nuestras regiones en base a 39 indicadores agrupados en 6 pilares del desarrollo: entorno económico, instituciones, educación, empleo, infraestructura y salud.

Los resultados de esta investigación han sido muy prometedores. Primero, porque han vuelto a mostrar cómo el crecimiento, a veces entendido puramente como un fenómeno macroeconómico, sirve para crear oportunidades para mejorar de manera muy concreta y tangible la competitividad y la calidad de vida de las personas. Y segundo, porque es una prueba más de cómo, contra lo que sostiene cierto sentido común (muchas veces con un interés ideológico detrás), estas mejoras del crecimiento no se están produciendo única o principalmente en Lima, sino que de hecho hay regiones que ya superan a la capital en varios de los indicadores de desarrollo antes mencionados (siendo estas mejoras rastreables directamente a efectos del crecimiento).

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Editorial: “San José” de Jauja, ¿una emblemática infraestructura?

mayo 30, 2012

Darío Núñez Sovero

No hace menos de una semana, y ocasionalmente, tuvimos la oportunidad de estar reunidos un grupo de jaujinos (de aquellos que realmente sentimos a nuestro terruño) y del diálogo entablado surgió el tema de los colegios emblemáticos, especialmente del Colegio “San José”. Estaban presentes nuestro Consejero Regional, Dr. Víctor Torres Montalvo, un ex director y dos ex docentes del citado colegio, además de ciudadanos de conocido interés por los problemas de Jauja. Allí sostuve que el emblemático centro de estudios iba a ser como, a manera de ejemplo, un viejo ciudadano con terno nuevo pero con un espíritu anquilosado en el romanticismo de corrientes pedagógicas superadas. En resumen: una institución de modernos y lujosos ambientes pero de espíritus trasnochados que necesitaban renovación.Y como colofón de mi intervención, añadí que sería necesario e impostergable que se le de el mismo tratamiento habido con el emblemático “Santa Isabel” de Huancayo, donde una comisión ad-hoc, presidida por Guillermo Sosa Vargas, realiza una reorganización que potenciará la institución con cuadros docentes preparados y eficientes. Mi intervención fue recibida con agrado por nuestra improvisada audiencia.

Digo esto, con beneplácito (aun cuando sé que me granjearé gratuitas enemistades) porque el día domingo (27 de mayo de 2012), el Diario El Comercio recoge en su edición declaraciones de la Ministra de Educación, Patricia Salas O’Brien, en el mismo sentido. La primera autoridad educativa del país declara que “la infraestructura y la enseñanza de los colegios emblemáticos no son compatibles” (sic), culminando con la afirmación de que “la mejora en la gestión pedagógica y la coordinación con los gobiernos regionales es parte integral del cambio”. Pienso que el camino esta trazado, si es que realmente queremos colegios emblemáticos en el país debe propiciarse un cambio radical en todos los aspectos, especialmente en lo técnico pedagógico. Que la condición de tal sea, no solo por sus raigambres histórico-locales, sino fundamentalmente porque la calidad del servicio educativo que se brinda sea óptima. Nuestro Consejero Regional tiene la palabra.