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2016 JULIO- SEPTIEMBRE LA TRINIDAD ¿Cómo puede una mente finita aprehender lo que es infinito? “Trata de entenderla y perderás la cabeza; pero trata de negarla y perderás el alma.” pág. 16 “...porque estrecha es la puerta,y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.” pág. 22 ¿Quién entrará al Reino de Dios?

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2016

JULIO-SEPTIEMBRE

LA TRINIDAD¿Cómo puede una mente finita aprehender lo que es infinito?

“Trata de entenderla y perderás la cabeza; pero trata de negarla y perderás el alma.”

pág. 16

“...porque estrecha es la puerta,y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.”

pág. 22

¿Quién entrará al Reino de Dios?

Editorial

La suficiencia de la Escritura

Noticias

¿Por qué Jesús nos mandó a discipular?

Violencia de género

Juventud cristiana

Tratado

Mensaje evangelístico

Confirmación bíblica

Sembrando valores

La Trinidad

La Epístola a los Romanos

Cremar o no cremar

¿Quién entrará al Reino de Dios?

Visita Coro “Century Men Choir”

Misceláneas

Revista trimestral auspiciada por la Asociación Convención Bautista

de Cuba Occidental (ACBCOcc)

Sumario

Colaboraron en este número:Pbro. Juan Carlos Rojas

Pbro. Julio César RamírezPbro. Orlando R. Manso Hernández

Pbro. Jorge Martín EspinosaPbro. Bárbaro A. Marrero Castellanos

Pbro. José Miguel Mártiz Mendoza

Impreso en:Editorial Bautista de Cuba

LA VOZ BAUTISTAZulueta No. 502 esq. a Dragones, Habana 2, La Habana, Cuba 7861-3983 / [email protected] (o) [email protected]

Director GeneralPbro. JUAN CARLOS ROJAS MANTILLA

(presidente de la ACBCOcc)

Consejo de Redaccióndirector ejecutivo

JULIO ROJAS

coordinador y correctorROGELIO DEL RÍO

editoraGRETEL HEREDIA

colaboradoraBÁRBARA PÉREZ

diseñadora/ilustradoraROCÍO DEL RÍO

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julio-septiembre / 2016

SE PERMITE LA REPRODUCCIÓN DE LOS MATERIALES PUBLICADOS SIEMPRE QUE SE MENCIONE LA FUENTE.

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Unidad no es uniformidad. Pensar di-ferente no ha de conducir a la imposición de un criterio sobre otro. Por el contrario, el afecto, la humildad y la misericordia deben prevalecer sobre las diferencias. No hay por qué darles lugar a las fuerzas que obran para destruir y dañar el cuerpo de Cristo, que es la iglesia. Y todos, abso-lutamente todos los cristianos, forma-mos parte de ese cuerpo.

Nos afectamos unos a otros, o nos ayudamos unos a otros. Esa es la cues-tión. Y lo primero es lo que el diablo desea.

Dios quiere que su pueblo esté unido, por lo cual los cristianos han de esfor-zarse por promover y proteger la unión. ¿Acaso no es un mismo Dios y Padre, un mismo Señor, una misma fe, una misma esperanza? Malaquías 2:10 dice: “¿No te-nemos todos un mismo padre? ¿No nos ha creado un mismo Dios? ¿Por qué, pues, nos portamos deslealmente unos contra otros, profanando el pacto de nuestros padres?”

La iglesia primitiva sufrió mucho la desunión y las contiendas. En carta a los filipenses, el apóstol Pablo suplica a los hermanos que vivan como es digno del evangelio de Cristo (1:27-30), tengan el mismo amor y no hagan algo por con-tienda o vanagloria (2:1-4).

También la iglesia en Corinto sufrió el mismo mal. En su primera epístola a los creyentes de aquella ciudad, Pablo les ruega, por el nombre de Jesucristo, que todos se pongan de acuerdo, y desechen las divisiones. (1:10)

Cerca de un centenar de pasajes de la Biblia, la regla de fe y práctica de los cris-tianos, hablan del amor. De hecho, la Bi-blia es la historia del amor de Dios por la humanidad. Y como parte de ese amor, la Palabra también destaca la unidad que debe existir entre los hijos del Padre Celestial.

Son muchas las personas que, mal-tratadas en el mundo, vienen a la iglesia urgidas de consolación, esperanza, y de ese amor que solo en Jesucristo se puede encontrar y que marca la gran diferencia con los incrédulos. Ser recibidos de una manera amorosa, y ver un pueblo unido en paz y armonía, es una experiencia que difícilmente olvidarán.

Pero, ¿está lista siempre la iglesia para ofrecer lo que el mundo tanto necesita?

Sería lamentable que una congrega-ción se hundiera en altercados, a veces con profunda ira, ya sea entre el pastor y sus ovejas, entre los líderes o entre los miembros de la iglesia. Protagonismos, caudillismo, vanaglorias, egoísmos, or-gullos y ambiciones. Más reclamos de derechos y responsabilidades, que cum-plimiento de deberes. Ver la paja en el ojo ajeno, pero no la viga en el nuestro. También, inmadurez espiritual. Son ac-titudes ajenas al ejemplo de Jesús, que en nada glorifican a Dios, y que, lejos de fortalecer al pueblo cristiano y producir gozo, lo que hacen es destruir su unidad y la comunión espiritual. Sencillamente, no habríamos entendido nada.

Solo una iglesia unida se edificará y crecerá en amor. El propio Jesús les dijo a los fariseos: “Todo reino dividido contra sí mismo es asolado, y toda ciudad o casa dividida contra sí misma no permanecerá” (Mateo 12:25).

Solo unidos, estaremos listos para adorar y alabar a Dios.

Como hijos del mismo Padre Celes-tial constituimos una familia, la familia de Dios, por lo que debemos caminar juntos en unidad, soportándonos unos a otros, siendo compasivos, fraternales, misericordiosos y de espíritu humilde, en un mismo sentir. Todo está en que se busque el bien del prójimo más que el de uno mismo.

Se podrán hacer campañas de evan-gelismo, incluso predicar en todo tiem-po, pero si la Palabra no va acompañada de testimonio fuera y dentro de la iglesia, poco o nada se logrará para atraer a otros a los pies del Señor. Hay que trabajar uni-dos, “vestidos de amor, que es el vínculo perfecto” (Col. 3:14), para glorificar a Dios y expandir su reino.

El mundo necesita y tiene que saber que el pueblo de Dios se ama. “En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros”, afir-ma Juan 13:35.

El amor entre los cristianos es un man-dato de nuestro Señor Jesucristo, y así lo expresa la Biblia en Juan 15:12: “Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado”.

Editorial

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La doctrina de la suficiencia de la Escritura está re-lacionada con su simplicidad. Simplicidad no quiere decir solamente simple o sencillo, significa también único o sólo. El mensaje de la Biblia es simple en el sentido de que no hay otro. También, en este sentido, es suficiente, porque es todo lo que nosotros necesi-tamos para nuestra salvación y nuestra relación con nuestro Dios.

Afirmamos que las Escrituras son inspiradas por Dios de manera plenaria y verbal, y aunque existen personas que, aceptando la Escritura como revelación infalible de Dios, dudan en cuanto a su suficiencia cuestionando así su autoridad final y absoluta, ape-lan de esta manera a presuposiciones filosóficas, como por ejemplo:

EL RACIONALISMO. Coloca a la mente humana por encima de la revelación divina.

EL MISTICISMO. Pone los sentimientos o la expe-

Pbro. Julio César Ramírez

LA SUFICIENCIA DE LA

ESCRITURAriencia humanos por encima de la revelación de Dios.

EL ROMANISMO. Pone a la iglesia por encima de la Biblia.

LA ALTA CRÍTICA. Expone las presuposiciones por encima de la Biblia.

LA NEO-ORTODOXIA. Dice que la Biblia no es la palabra de Dios, sino que se convierte en la palabra de Dios cuando habla al corazón del lector.

¿Qué entendemos como la suficiencia de la Escritura?La Convención Bautista de Londres de 1689, en el

primer párrafo del capítulo uno dice:“Las Santas Escrituras son la única toda suficiente, se-

gura e infalible regla del conocimiento, fe y obediencia sal-vadoras”. Todo lo que tiene que ver con el conocimien-to que nos lleva a la salvación, todo lo que tiene que ver con nuestra fe y nuestra relación con Dios, ha sido revelado única y exclusivamente en las Escrituras.

Más adelante, en el párrafo seis del mismo capítulo, los autores de la Confesión declaran lo siguiente:

“Todo el consejo de Dios tocante a todas las cosas nece-sarias para su propia gloria y para la salvación, la fe y la vida del hombre, está expresamente expuesto o implícita-mente revelado en las Escrituras”.

Analizando 2da. Timoteo 3:14-17, hay tres declara-ciones sobre las que deseamos llamar la atención.

Pablo dice en el versículo 15 que la Escritura es ca-paz de proveer aquella sabiduría que guía a la salva-ción. Hacemos hincapié en el hecho de que la palabra “salvación” es un concepto muy amplio que incluye mucho más que el perdón de los pecados y el obtener la vida eterna, también es ser rescatados del pecado y sus consecuencias, para poder cumplir el propósito para el cual fuimos creados.

Lo que Pablo dice es que la Escritura nos provee de la sabiduría y el conocimien-to que necesitamos para tal cosa, para vivir de tal mane-ra que Dios sea agradado, y nuestras almas edificadas y bendecidas en Él.

La segunda declaración que apunta hacia la sufi-ciencia de la Escritura es la del versículo 16. La palabra griega usada aquí literal-mente significa “soplada por Dios”, hecha con el aliento de Dios. En 2da. Pedro 1:21 leemos que los santos hom-bres de Dios hablaron sien-do inspirados por el Espíritu Santo.

El término que la versión Reina-Valera tradujo como “útil” significa “beneficio-so”, “ventajoso”, “apropiado para un fin”. Timoteo, como un pastor y maestro joven, debía saber que la Es-critura contiene un manual completo para su minis-terio y oficio. Todo lo que él necesitaba para instruir a las ovejas, para convencerlas de pecado, para corregir sus extravíos, y para mostrarles el camino recto, todo eso lo tenía en la Palabra de Dios. La Biblia era sufi-ciente para que Timoteo llevara a cabo la encomienda que se le había dado.

Es la que encontramos en el versículo 17: “…A fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”.

La expresión “hombre de Dios” que Pablo usa aquí puede aludir a todos los cristianos en general, ya que to-dos los creyentes pertenecen a él, pero particularmente también indica al ministro de la Palabra, a los que viven de la enseñanza y del ministerio pastoral. Jamieson & Fausset en su comentario explicativo exegético explica el texto de esta manera: “El hombre de Dios es comple-tamente equipado por las Escrituras para su obra, sea él ministro del evangelio o sea laico espiritual”.

Tomás de Aquino decía: “Cuatro son los efectos de la Sagrada Escritura: es útil para enseñar la verdad, para

confrontar la falsedad, esto en cuanto al orden especulativo; para liberar del mal y para in-ducir al bien, en cuanto al or-den práctico; el último efecto es conducir al hombre a la perfec-ción. Porque no lo hace bueno de cualquier manera, sino que lo perfecciona.”

Lo que Pablo está diciendo, entonces, es que la Palabra de Dios es suficiente para suplir todas las facetas de la obra de un hombre de Dios: la salvación de las almas, la edificación de los santos, la labor de consejería, el go-bierno de la Iglesia, absolu-tamente todo. Todo eso va incluido en las buenas obras que un pastor está llamado a hacer en la Iglesia.

No hay necesidad de cu-brirles las espaldas a la Biblia con métodos, técnicas mo-dernas o antiguas, filosofías o argumentos filosóficos, ni tradición sea cual fuese. La Biblia es suficiente.

¿Cuál es el beneficio de la suficiencia?

· Nos da una mayor segu-ridad en torno a su mensaje y autoridad.

· Podemos encontrar respuestas para todas las necesi-dades esenciales del hombre.

· Nos hace independientes de otros elementos hu-manos. (tradiciones, dogmas o credos).

· Sus verdades son aplicables en cada generación.· Produce cambios y transformaciones en el creyente.

Podemos decir a modo conclusivo que la Escritura clama de sí misma, no sólo ser inspirada, e inerrante e infalible, sino también suficiente.

“Nuestra sabiduría debería consistir únicamente en abrazar con

humildad, y sin encontrarles ninguna falta, las enseñanzas de las Sagradas

Escrituras. Sin las Escrituras, nuestra sabiduría es imaginaria y se convierte en necedad. Con las

Escrituras, y bajo la guía del Espíritu Santo, podemos aprender lo que Dios

es, lo que ha hecho por nosotros, y cómo podemos responderle y vivir

nuestras vidas en comunión con Él.”Juan Calvino

Un miembro del terrorista Estado Islámico, cuyo nombre no fue revelado para protegerlo, contó su experiencia con Cristo, que tuvo lugar en una igle-sia de desplazados iraquíes en Turquía, liderada por Ghassan Thomas, pastor refugiado de Bagdad.

El ex terrorista cuenta que fue enviado a esa con-gregación a espiar, y que tenía sed de matar, pero al mismo tiempo tenía muchos conflictos internos y sus propias preguntas sobre Jesús, y que fue el testimonio de los cristianos lo que más lo impactó. “Vi cómo la gente me recibió sin conocerme. Odiaba a estas personas y ellas me mostraron el amor. Cuando ellos oraron por mí, empecé a llorar como un niño. Me sentía como si algo muy pesado hubiera salido de mi cuerpo. Fue una ex-periencia que cambió mi vida”, señaló.

En Nigeria, varios integrantes del grupo terroris-ta Boko Haram, conocieron y aceptaron a Jesús gra-cias a que cayeron en sus manos dos audio-biblias (pequeños radios del tamaño de un celular, con tar-jeta de memoria donde están las Escrituras) distri-buidas por la World Mission. Ellos no conocían al Se-ñor, pero escucharon la Palabra, creyeron, y hoy viven para Cristo (noticiacristiana.com). Es por esto que tenemos que predicarles a todos.

Otro evento reciente en la ACBCOcc fue la Reunión Fraternal de Iglesias Bautistas en Esperanza, Villa Clara, con 450 hermanos de 26 congregaciones, y el mensaje a cargo del Pbro. Juan Carlos Rojas, quien enfatizó en que debemos hablar a las nuevas genera-ciones sobre quién es Dios, su fidelidad y lo que Él ha hecho por nosotros. La Iglesia de Ranchuelo ministró la alabanza, la tercera de Santa Clara participó con su ministerio de danzas, y también colaboraron en la reu-nión los hermanos de Santa Clara Cuatro, Corralillo y Esperanza, informó el Pbro. Osmel Pérez, presidente de Reunión Fraternal.

Por increíble que parezca, la Corte Suprema de Canadá legalizó, por siete votos contra uno, los ac-tos sexuales “externos” entre humanos y animales. Esa instancia legal absolvió a un hombre que era juzgado por obligar a sus hijastras a interactuar con el perro, mientras él las filmaba. Esta aberración, condenada por la Biblia (Levítico 20:15-16), también fue legalizada en Alemania en 1969. Dinamarca y Noruega tienen una legislación similar, que permite el acto si “los animales no sufren”.

El Daily Mail reveló que en Europa se extiende una tendencia a los llamados “burdeles de animales”, don-de muchas personas van a cometer el pecado de zoo-filia. Ante esto, quizás algunos se pregunten en qué parte del camino el hombre perdió su rumbo. Noso-tros sabemos que fue desde el principio, en el Edén, cuando Adán y Eva decidieron desobedecer a Dios.

La pastora nigeriana Eunice Olawole, de 41 años, fue degollada a mediados de julio mientras predica-ba el evangelio en Abuja, capital de su país.

Eunice, pastora de la iglesia Redeemed Christian, fue hallada muerta justo antes de las seis de la ma-ñana, con la cabeza apoyada en su Biblia. El informe policial indica que también fue apuñalada en el es-tómago.

Ella solía salir sobre las 5 AM para la “Mañana de Clamor”, horario en el que predicaba, explicó su fami-lia, que sospecha de los extremistas musulmanes.

“Es esta una mujer que predicaba todas las ma-ñanas. Ella siempre exhortaba a las personas a que se arrepintieran de pecado, porque el reino de Dios está cerca”, corroboró el jefe de seguridad de la zona.

Algunos lugareños dijeron que aquella mañana escuchaban desde sus casas la predicación de la pastora, siempre puntual, y que de pronto su voz se apagó. (Noticiacristiana)

Un celular del futuro, que se implantará en la ca-beza posiblemente en el 2023, permitirá gestionar llamadas, mensajes y aplicaciones con la cabeza, sin necesidad de usar las manos. (Diario El Popular)

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Acontecer de la Iglesia en Cuba Noticias internacionales

Pastora nigeriana Eunice Olawole

Reunión fraternal en Esperanza, Villa Clara

El Seminario Teológico Bautista “Rafael A. Ocaña”, de La Habana, y la ACBCOcc estuvieron representados por el Pbro. Bárbaro Abel Marrero, rector del ese cen-tro de estudios, y el Dr. Víctor Samuel González, por nuestra Convención, en dos eventos de la Unión Bau-tista Latinoamericana (UBLA) en Ciudad de Panamá. El primero fue una Consulta de Educación Teológica, a la que asistieron directivos y profesores de semina-rios bautistas de América Latina, el Caribe y Estados Unidos. Luego, la Cumbre de la UBLA, que destacó la necesidad de trabajar más con los niños y jóvenes. A decir de los participantes, fueron experiencias muy enriquecedoras y de gran bendición.

La Iglesia Bautista de Jaruco, Mayabeque, inauguró su nuevo templo el pasado 4 de julio, en ocasión de su sexto aniversario de fundada.

El 25 de Junio fue conciliada una nueva congrega-ción en Morán Rancho Mundito, Artemisa, con la pre-sencia del presidente de la ACBCOcc, Pbro. Juan Carlos Rojas, y del vicepresidente Dariel Llanes.

En el reparto Barrio Central en San Miguel del Padrón, La Habana, fue organizada una iglesia bautista, la pri-mera de este año convencional, con 27 miembros.

Enfocado en los más jóvenes, se celebró en Bamburanao, provincia espi-rituana, un retiro espiritual del Ministerio Infantil, con más de 80 niños de Remedios (Villa Clara), así como de Sancti Spíritus y Ciego de Ávila, informó el Pbro. Alexis Hernández.

Él contó a esta revista lo grato que fue estar en aquel paisaje paradisía-co: “De pronto -dice- me encontré solo en la campiña cubana, en medio del bello y desconocido trino de un sinnúmero de aves. La brisa movía con fuer-za los frondosos árboles del lugar. Al alzar mis ojos divisé un impresionante cielo azul que resguardaba el horizonte. En el fondo la esbelta palma real, despeinada por la brisa matinal…”

Nuestro hermano añade que en aquel hermoso entorno rogó a Dios: “Quiero mi Patria para Cristo”, y le dio gracias al Señor “por lo que podemos hacer aquí y ahora en Cuba, sabiendo que bien vale la pena todo esfuerzo para que estos niños y jóvenes sean impactados con el evangelio de Jesucristo.”

07

¿Por qué Jesús nos mandó a discipular?

06

Pudiéramos contestar esta pregunta de manera muy sucinta o superlativamente dilucidada. Pudiéra-mos solo decir: Jesús viene a salvar y para esto hay que discipular o esgrimir exhaustiva lista de argumentos. Es cierto que el discipulado es para salvar, pero es una disciplina integradora; es para los salvados y también para los que necesitan salvación; es para conversión y también para crecimiento. Una vez que somos discí-pulos, nunca debemos dejar el discipulado, el cual no acaba. Jesús nos manda a discipular por muchas razo-nes. En Mateo 8:18-27 encontramos algunas de ellas.

Pbro. Orlando Manso Hernández

1. Ser un seguidor de Jesús tiene un costo.

“Y vino un escriba y le dijo: Maestro, te seguiré

adondequiera que vaya.” Al apreciar el contexto precedente, sobresale el po-

der de las palabras y hechos de Jesús. Es de imaginar que quizá ese escriba fue un espectador que quedó atrapado por la oratoria de singularidad cautivante y la exhibición de poder en las sanidades sin paralelo que el Maestro realizaba. De tal manera fue tocado, que expresó a Jesús que estaba dispuesto a seguirle. No olvidemos que un escriba es alguien que milita en-tre los grupos más hostiles a Jesús. Esto nos recuer-da a un pastor que expresó: “Muchos frente al llamado del predicador levantan la mano asintiendo, luego levantan el pie y nunca más los vemos”. Estos son aquellos que no han entendido el evangelio. Muchas personas pueden quedar impresionadas por las manifestaciones exter-nas y ocasionales que exhibe el evangelio. Quedan cautivadas por los cultos, los cantos, la gracia y bon-dad de algunos cristianos, posiblemente recibieron al-gún beneficio temporal del evangelio, o sencillamente están emocionados por algo que les ha acontecido y dicen: “Sí, quiero a Jesús, quiero seguirle”. El discipulado es evangelismo y también seguimiento; es al principio, en el medio y también al final. Este hombre necesitó orientación ¿Qué es seguir a Jesús?

El Señor nos manda a discipular porque esta disci-plina evangélica es instrumento esclarecedor. En el mismo comienzo, el Señor discipula diciendo al escri-ba lo que implica ser seguidor: “Jesús le dijo: Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; mas el Hijo del hombre no tiene donde recostar su cabeza”. El escriba ha hecho una valoración muy superficial de Jesús y lo que es seguirle; él valoró el momento pero no toda la ca-rrera, El comentarista W. Hendriksen dice al respecto: “… no había lugar para él en el mesón... A medida que trans-curre la historia, Judea lo rechaza (Jn. 5:18), Galilea lo expul-sa (Lu. 4:29), Gadara le ruega que deje su distrito (Mt. 8:34), Samaria le niega el hospedaje (Lc. 9:53), la tierra no quiere te-nerlo (Mt. 27:23), y finalmente aun el cielo lo abandona (Mt. 27:46).” Las zorras y las aves son presentadas por Jesús como superiores en privilegios a los que tiene él como Hijo del hombre.

2. El llamado a seguirle es apremiante.

“Otro de sus discípulos le dijo:

Señor, permíteme que vaya primero y entierre a mi padre.”

No podemos afirmar hasta qué punto este joven era un verdadero discípulo, pero suponiendo que lo fuera, descubrimos mucha morosidad, quiere apla-zar lo que Jesús dice. El discipulado es consagración también y muchos pretendidos discípulos aplazan su entrega, su avance espiritual. Una evidencia de ser discípulo es el avance. Jesús nos manda a discipular porque hay necesidad urgente de consagración. El discipulado nos estimula a crecer para ser usados. Al-gunos piensan que basta con estar convertido, pero ¿y qué del crecimiento? La Biblia habla de la conversión como Nuevo Nacimiento, quiere decir que es solo el comienzo, solo somos niños en la conversión y nece-sitamos ir a la adultez espiritual. Se puede estropear el avance por algún plan alternativo al de Dios, o por algún pecado que no abandonamos. Este joven dice: “Deja que primero entierre a mi padre” ¿Qué puede es-tar diciendo la gente de nuestras iglesias que bloquea la urgencia de seguir a Jesús? Debemos discipular mostrando la premura de seguir a Jesús sin reservas y ahora. No posterguemos nuestra prosperidad espiri-tual. El Señor quiere que entremos en las barcas de la santidad, del ministerio y del avance espiritual, y esto de manera urgente. David Wilkerson contó cómo quedó marcado por la diligencia y urgencia de policías que corrían hacia las torres gemelas, mientras otros corrían en la dirección contraria, cuando estas caían. Él exclama: ¡Oh Jesús, no permitas que sea menor mi sentido de responsabilidad por tu reino! El llamado a ser discípulo y a discipular es urgente.

3. Por las vivencias y realidades que nos acompa-ñarían. Es muy interesante que después de dos malos ejemplos de supuestos modelos de discípulos, encon-tremos las palabras:

“Y entrando él en la barca, sus discípulos le siguieron.”

No estaba allí el escriba, ni tampoco el joven indeciso y adormecido. Allí estaban los que iban a entrar en la ca-rrera con el Señor, conscientes del costo y sin dilaciones. Algunos han pensado que el discipulado es dar algunas clases y ya, pero realmente el discipulado es acompañar, mostrando nuestras experiencias. En este pasaje Jesús está discipulando, no a través de un discurso o clase, sino de la vida misma. Jesús no los manda, sino que va con ellos. Tampoco Jesús se va solo, sino que los asiste.

Jesús nos manda a discipular con vivencias porque los hechos valen más que mil palabras y porque el mundo está lleno de mensajes lindos pero de poca experiencia real que coordina con los mensajes lindos. La realidad en la que Jesús se propone dar el discipulado es un con-texto hostil. La Biblia nos narra un mar encrespado que amenazaba la vida de los discípulos. La vida cristiana está acompañada y enfrentada por tempestades. Ser discípulo implica luchas, sufrimiento. Jesús hizo alusión al que quería ser discípulo y dijo que debía tomar la cruz y seguirle ¿Qué es la cruz? No pueden ser las dificultades frecuentes de la vida que aun los que no tienen al Señor experimentan, porque entonces el mundo entero tiene la cruz encima. Sin lugar a dudas son las luchas por cau-sa del evangelio.

4. Jesús nos manda a discipular porque hay duras realidades en las cuales debemos granjearnos el respe-to de los que no conocen a Cristo. En medio de esas reali-dades, Jesús enseña que se puede disfrutar de la paz divina:

“…Las olas cubrían la barca; pero él dormía.”

Jesús nos enseña en la escuela del discipulado que cualquiera sea nuestro contexto podemos disfrutar de la paz del Cielo. La tormenta no está allí para hundirnos, sino para ejercitarnos en la paz. El discipulado, además, es un estímulo a la fe. Si bien es cierto que la fe pequeña mueve montañas, también es real que el Señor aspira a que crezcamos en la fe (Ef. 4:13). La tormenta igualmente existe para ejercitarnos en la fe. Jesús les dijo: “¿Por qué teméis, hombres de poca fe?”. Por último, Jesús nos man-da a discipular porque el verdadero discipulado provoca que conozcamos más al Señor, algo que los discípulos necesitaban más y más. La historia termina con una in-terrogante: “Qué hombre es éste, que aun los vientos y el mar le obedecen”. La vida cristiana es un continuo cono-cer a Jesús.

Entonces, discipulemos conscientes del potencial que tiene este mandato lleno de sabiduría, y mientras so-mos nosotros mismos discípulos. El llamado del Señor es a presentar un evangelio puro que tiene un alto cos-to, pero que también tiene futuro. Esta situación está escaseando en nuestros días, cuando el evangelio falso no habla de costos, sino solo de prosperidad y bienes-tar. Procuremos presentar este evangelio en toda su ur-gencia; hagamos el mismo llamado del Señor con toda premura; hoy es el día para convertirse y también para escalar un peldaño más en la vida cristiana. Obedezca-mos este llamado en los contextos difíciles, porque allí hay oportunidades de crecimiento.

0908

Una de cada tres mujeres en el mundo su-fre o ha padecido violencia física o sexual a manos de su pareja o de otros hombres, y el 38 por ciento de los asesinatos de mujeres son cometidos por su compañero, indica la ONU. Honduras ocupa el primer lugar mun-dial en este flagelo, con un feminicidio cada 12 horas.

Millones de mujeres y niñas de todo el mundo son golpeadas, violadas, secuestra-das, mutiladas y/o asesinadas, y los gobier-nos e instituciones no logran poner fin a ese mal, que afecta a la víctima, la familia y la sociedad.

La solución solo está en Jesucristo, que transforma los corazones de víctimas y agre-sores, pues la sociedad no se cura sin que haya una sanidad a nivel individual, matri-

Gretel Heredia

monial y de familia que impacte en la comu-nidad.

En el modelo original de Dios, la mujer no era un saco de boxeo ni un simple objeto del capricho, el deseo o el mal humor masculino, pues ambos vivirían bajo un orden de amor, equidad y justicia.

Es significativo que Dios creara a Eva de una costilla de Adán, y no de la planta del pie, ni de un hueso de su cabeza. Es decir, la mujer esta-ría al lado de su marido, sirviendo a Dios codo con codo, y no sobre el hombre, ni bajo la bota de este.

El Creador la concibió en igualdad de dere-chos, como ayuda idónea de su esposo, com-plemento y compañera perfecta, para que ambos se amaran, cuidaran y respetaran, y para, juntos, criar a los hijos en un hogar ar-

LA VIOLENCIA DE GÉNERO

OFENDEA DIOS

monioso y guardador de las leyes divinas. Sin embargo, la desobediencia de la primera

pareja trajo solo desgracia y muerte, y la mujer quedó sometida a la voluntad del hombre (Gé-nesis 3:16), y en muchos casos, a su violencia y a la discriminación social, dos males que ofen-den a Dios.

Tanto es así, que en la Biblia aparecen mujeres que fueron protegidas y redimidas por el Señor, en una sociedad hipócrita que las repudiaba por pecados en los cuales los hombres tenían parte. Son famosas en este acápite la mujer adúltera (Juan 8:3-11) y la “pecadora” que derramó perfume sobre Je-sús (Lucas 7:37 y 47-48).

Otro ejemplo de mujer librada por Dios de seguir siendo usada, abusada y despreciada, es Rahab, una prostituta confinada a vivir junto a las murallas de Jericó (Josué 2:15), lejos de los ciudadanos “decentes” (entre estos, los que la visitaban). Rahab temió y obedeció a Dios (Josué 2:9-12), y fue salvada con toda su familia, mientras la ciudad era quemada. Para mostrarnos que Dios verdaderamente limpia y restaura, esta ex prostituta está, nada me-nos, que en el árbol genealógico del Señor Je-sucristo (Mateo 1:5).

¿CÓMO DEBE TRATAR EL HOMBRE A SU ESPOSA?La Biblia dice:”Maridos, amad a vuestras mu-

jeres así como Cristo amó a la Iglesia, y se entregó a sí mismo por ella (Efesios 5:25)… Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mis-mo se ama” (Efesios 5:28).

Dios encarga además al hombre honrar a su esposa como “a vaso más frágil” y como a coheredera de la vida eterna (1ra. Pedro 3:7), es decir, como a igual, y con delicadeza y ternura. Esto deja fuera cualquier aprobación divina de abuso físico o psicológico, menosprecio o mal-trato verbal.

Asimismo, leemos en 1ra. Corintios 11:11-12: “…en el Señor, ni el varón es sin la mujer, ni la mu-jer sin el varón; porque así como la mujer procede del varón, el varón nace de la mujer; pero todo pro-cede de Dios”.

Jesucristo vino a buscar y a salvar lo que se había perdido, por lo que Él defiende y restau-ra a aquellas mujeres que lo aman y obedecen,

sin importar su condición anterior, y les conce-de la misma oportunidad de salvación que a los varones (Gálatas 3:28).

Jesús contradijo las enseñanzas hipócritas y apócrifas de los líderes religiosos judíos de su tiempo. Por ejemplo, los rabinos o maes-tros de la Ley hebrea solían decir que era pre-ferible que las Escrituras sagradas cayeran al fuego y se quemaran, antes de que fueran a parar a las manos de una mujer. Incluso los judíos se habían confeccionado un libro de oraciones que decía: “Gracias, Dios, porque no soy incrédulo, incivilizado, ni mujer, ni esclavo”. Esto nos recuerda la oración del fariseo jun-to al publicano (Lucas 18:10-14).

Mirando ese contexto de discriminación y desprecio, podemos comprender mejor cuán-to hizo Jesús por las mujeres: las trató con res-peto y misericordia, atendió a sus necesidades de diversa índole, escuchó sus problemas y les dio solución; las defendió ante los ataques de una sociedad farsante, machista y arbitraria, y las dignificó, contrariamente a las costumbres de la época y de la región levantina.

Entre los seguidores de Jesús había muchas mujeres, y ninguna entre sus detractores (Lu-cas 8:2). Cuando él iba camino del Calvario, ellas lloraban al ver a su Maestro y bienhechor torturado, malherido y rumbo a una muerte injusta. Junto a la cruz estaban ellas, cuando incluso los discípulos, hombres recios, huye-ron por temor a morir (Juan 19:25). Al tercer día, ellas fueron las primeras en ver a Jesús re-sucitado, porque al amanecer ya estaban jun-to al sepulcro (Mateo 27:61 y 28:1).

Después, en los tiempos de Roma, muchas, junto a sus hermanos, prefirieron morir que-madas o despedazadas por fieras, antes que renunciar a la fe en Jesús. Siglos después, otras han perdido la vida sirviendo como misioneras en lugares peligrosos.

También hoy, a las mujeres que confían en Jesucristo como único Señor y Salvador, Él les devuelve para Dios y ante los hom-bres la dignidad y el lugar perdidos en el Edén, y les regala una nueva oportunidad aquí, y la vida eterna. Un regalo que es para todos (los que creen) por igual: mujeres y hombres; niños, jóvenes y ancianos de toda tribu, nación, raza y condición social.

Ésta es una de las preguntas que hacen las personas no cristia-nas, porque para ellas nosotros vi-vimos dentro de una urna de cris-tal, o somos como extraterrestres que no disfrutamos la vida. ¡Ima-gínense! Siendo hijos del Creador de la alegría y conociéndolo, ¿sere-mos nosotros aburridos? Claro que no. La verdad es que nos diverti-mos y disfrutamos de las oportu-nidades que la vida nos brinda, si bien nuestro comportamiento ha de ser distinto al de los demás.

Por ejemplo, cuando vamos al cine, escogemos la película ade-cuada, para no dañar nuestro tes-timonio ni ser de tropiezo a otros. Sí, porque parte de la libertad que tenemos en Cristo se basa en es-coger conscientemente entre mu-chas cosas lo que a Dios le agrada y nos conviene (1 Corintios 10:23).

Cuando somos invitados a una fiesta, boda, unos quince o aniver-sario del trabajo, preferimos tomar refrescos y no bebidas alcohólicas, y así mostramos que podemos di-vertirnos de manera sana sin acu-dir a consumos peligrosos (Efesios 5:18), porque sabemos que a Dios no le agradan. Sabemos ser feli-ces reuniéndonos en los cultos o en los encuentros provinciales de jóvenes cristianos, a los cuales vamos a llenarnos del Señor, ver a nuestros hermanos de otras igle-sias, confraternizar con otros nue-vos, y hay quienes encuentran allí su media naranja.

También hacemos piyama-das, donde compartimos los ta-lentos que el Señor nos ha dado como danzar para él, recitar poe-sías, cantar, tejer, disfrutar de la lectura y explicación de una por-ción bíblica, junto al tiempo de oración y luego conversaciones sobre un tema de interés para los jóvenes, vemos una película y de-batimos sobre sus enseñanzas.

Somos viajeros, porque todos los años estamos invitados al even-to más esperado: “Retiro de jóve-nes en el Campamento de Yumurí” (Matanzas) donde uno se siente como en las nubes, porque eso es “un pedacito de cielo”. Y se pasa tan maravilloso que nos olvidamos de la realidad que nos rodea, sólo volviendo a ella el día que salimos del campamento. Allí vamos de las conferencias a la recreación, hace-mos juegos, bromas y ejercicios.

Si nos damos citas para festejar juntos la Semana de la juventud, ¡para qué contar! Lo mismo hace-mos el culto en un campismo o en un parque, que disfrutamos de una piscina, visitamos los museos de la capital, predicamos por las calles o vamos a la playa, donde, además de bañarnos y divertirnos, dedica-mos un tiempo a alabar al Señor, sin faltar la guitarra, pandereta, bongó y las claves ¡Que bendición! Por supuesto, que las muchachas cristianas siempre se bañan en la playa con un ropaje adecuado: short y pulóver, para no mostrarse semidesnudas ante todos, ya que la intimidad de la mujer cristiana solo le pertenece a su esposo.

Las palabras no alcanzan para contar las formas en que, como jó-venes, nos divertimos sanamente y sin desorden; sin drogas ni alcohol, y glorificamos a Dios. Recordemos que de toda cosa que hagamos, un día daremos cuentas al Señor (Ecle-siastés 11:9). Disfrutemos de ésta eta-pa y temamos al Señor siempre.

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Juventud cristiana

Recorta este tratado y regálalo a algún amigo, vecino o conocido.

«Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.»Marcos 16:15

¡PROCLAMA A CRISTO!

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(Realizado por el Pbro. Rolando Muñiz-Bueno)

¿Los cristianos no se divierten?

Bárbara Pérez

1312

El saber y hacer de una iglesia en el evangelismo

Muchos libros y folletos se han escrito so-bre evangelizar, y son numerosos los méto-dos para llevar a cabo la gran tarea que Dios nos ha dado en Marcos 16:15: “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatu-ra” (LBA). Lo cierto es que cada uno piensa de manera diferente en cuanto a proclamar el evangelio de Dios, pero ¿cómo hacer evan-gelismo? Esto no es un método, técnica o regla más; sino una forma de vivir el evange-lismo en nuestras vidas y en la iglesia, visto en cuatros principios.

1. El evangelismo reconoce la soberanía de Dios, la reco-noce en cuanto a la obedien-cia. Predicar es una orden dada por Dios a sus hijos, y como fieles servidores del so-berano Señor, estamos obli-gados a obedecerlo y no es opcional.

…y de Jesucristo, el testigo fiel, el primogénito de los muer-tos y el soberano de los reyes de la tierra. (Apocalipsis 1:5 LBA)

Pbro. Jorge Martín Espinosa

2. El evangelismo acepta que nosotros no desempe-ñamos el papel de Dios y no podemos convertir a nadie, Él es el único que puede sal-var. Simplemente llevamos el mensaje de amor y compa-sión hacia los perdidos, mo-tivados por Jesús, que se con-movió al ver la multitud.

… Tengo compasión de la multitud, porque hace ya tres días que están conmigo y no tienen qué comer; y no quiero despedirlos sin comer, no sea que desfallezcan en el camino. (Mateo 15:32 LBA).

3. El evangelismo respeta la santidad de Dios, Él es san-to y no soporta el pecado. La presentación del evangelio in-cluye el elemento de la ira de Dios contra el pecado y toma en cuenta la naturaleza peca-minosa del ser humano. Trata de la verdad, no es una idea o enseñanza cualquiera; es el mensaje auténtico, verdadero y basado en la Palabra de Dios que fue predicado por hom-bres comunes pero respalda-dos por el Espíritu Santo. No podemos implantar enseñan-zas y doctrinas de hombres.

…sino que así como aquel que os llamó es santo, así también sed vosotros santos en toda vuestra manera de vivir. (1 Pedro 1:15 LBA)

4. El evangelismo es el testimonio de la persona que evangeliza, siendo más fuerte que sus palabras. Hoy día los cultos y campañas de evangelismo han suplanta-do el trabajo de predicación personal en nuestra familia, vecindario, escuela o trabajo. Muchos de nosotros hemos sido perezosos en cuanto al evangelismo personal y pen-samos que ese trabajo lo hará otro hermano u otra iglesia.

Mantened entre los genti-les una conducta irreprochable, a fin de que en aquello que os calumnian como malhechores, ellos, por razón de vuestras buenas obras, al considerarlas, glorifiquen a Dios en el día de la visitación. (1 Pedro 2:12 LBA)

Si en nuestras vidas colocamos estos principios como base de nuestra forma al predicar; de seguro trabajaremos mejor en la obra evangelística, tanto personal como en nuestras iglesias. Que Dios siga añadiendo los que han de ser salvos. Amén.

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Sembrando valoresConfirmación bíblica

ISLAS QUE DESAPARECENEl calentamiento global, que

provoca el deshielo de los polos, con la consiguiente elevación del nivel del mar, ha causado la des-aparición de unas cuantas islas y playas insulares en diversas re-giones del mundo.

Sin ir más lejos, en 2011 des-aparecieron las playas de Guaní-mar, Cajío y Majana, en la provin-cia cubana de Artemisa, debido a las penetraciones del mar por el incremento de fenómenos me-teorológicos y climatológicos, y por la indolencia humana: exce-siva extracción de arena, tala in-discriminada de los manglares y la construcción de viviendas en la costa. Otro tanto ha ocurrido en los últimos años con playas de Santiago de Cuba, Ciudad de Panamá, Australia y Estados Uni-dos, entre otros lugares. Las zonas más expuestas están en los países insulares, como Cuba, que pier-de cada año más de un metro de áreas costeras robado por el mar, en distintas regiones de la ínsula.

Las islas desaparecidas en es-tos tiempos son unas cuantas. Por ejemplo, semanas atrás, cin-co atolones de las Islas Salomón, en Melanesia, Oceanía, quedaron sumergidos por la elevación del nivel del mar, y otros seis están

en peligro, por lo que se cree que ese archipiélago está condenado a desaparecer. Los habitantes de las áreas afectadas fueron reasenta-dos en otros islotes.

Una investigación al respec-to ofreció la primera evidencia científica que prueba la desapa-rición irreversible de islas en los océanos del mundo como resulta-do del cambio climático. Esto no debe sorprendernos, puesto que ya lo anunció la infalible palabra de Dios hace casi dos mil años.

Con anterioridad desapareció, en el Golfo de Bengala, la pequeña isla deshabitada de New Moore, co-nocida también como Talpatti del

Sur, la cual se disputaban la India y Bangladesh. ¿La causa? Aumen-to del nivel del mar.

De igual modo Kiribati, un ar-chipiélago al noreste de Austra-lia, vigila de cerca las amenazan-tes aguas a su alrededor, que se elevan dos milímetros por año.

Los ejemplos abundan, y nos remiten a la Biblia. Estas islas que se hunden hoy son como una advertencia de los eventos por ve-nir. Al anunciar el gran día de la ira de Dios, el libro de Apocalip-sis habla sobre una colosal con-moción en todos los elementos: la tierra, el mar, los ríos, los cie-los, y dice que luego de un gran terremoto, “todo monte y toda isla se removió de su lugar” (Apocalipsis 6:14). Más adelante, cuando este libro describe el derramamien-to de las copas de la justa ira de Dios, reitera la profecía: “Y toda isla huyó, y los montes no fueron ha-llados” (Apocalipsis16:20).

Así que, amados, estemos aten-tos a la Palabra de Dios, miremos cuánto se acortan los tiempos y se va cumpliendo todo lo que está escrito. Tomemos el consejo del apóstol Pablo: “No menospreciéis las profecías” (1 Tesal. 5:20).

Amar es entregar sin esperar nada a cambio. Es imitar al maestro que dio su vida por la nuestra, deseando que respondamos a su lla-mado incondicionalmente (1 Juan: 4:9-11).Es dejar que él sea el rey de nuestros pensamientos, elija nuestras decisiones, escoja la música que oímos, los programas de televisión que vemos, las amistades con las cuales compartimos, la ropa que debemos usar. Es dejar que él sea CENTRO siempre, y preguntarle ¿qué harías tú en mi lugar? Y per-mitir que actúe en nuestra vida conforme a su voluntad y no la nuestra.

Amar también es aprender, enseñar y comprender a los demás, mirándolos como el Señor los ve. Es ver la necesidad ajena que él nos muestra, e intentar darle solución. Es sentir latir su corazón dentro del nuestro cuando nos ponemos en el lugar de los demás y compar-timos sus cargas. Es orar por los hermanos recordando que cuando lo necesitamos ellos lo hicieron por nosotros. Es seguir ayudando a otros aun cuando te hagan daño (Mateo 5:39). Es tener la oportuni-dad de odiar, y elegir en cambio seguir amando (Mateo 5:44). Es con-tar con los demás cuando ellos no lo hagan contigo. Es aprender a perdonar cuando te hayan herido (1 Corintios 13.4-8). Es dar lo mejor a los demás sin esperar que hagan lo mismo. Y estar dispuesto a servir-les, y con tu ejemplo enamorarlos de Cristo.

¡Qué lindo es el amor! No basta sólo con reconocerlo, procuremos practicarlo. Porque Dios nos puso en el mundo como ejemplos de este sentimiento. Nos pide que amemos y no humillemos, que ayu-demos y no despreciemos, que entreguemos y no esperemos (1 Juan 2:9-11). Recordemos que como luz, nuestra llama tiene que brillar en las tinieblas (Mateo 5:14-16). Y no hay mejor forma de brillar que aque-lla que nos legó el Señor: AMAR (1 Juan 4:7-8). El mundo reconocerá que somos de Dios cuando demostremos a todo el que nos rodea, hermano en Cristo o no (1 Juan 4:20-21), quién reina en nuestra vida y qué sentimos por él.

Aprender a amar no se logra de la noche a la mañana, pero teniendo la Fuente, pidámosle que nos llene diariamente y nos enseñe a darles a los demás lo que Él nos da. Si quieres amar, tienes que dar, sacrificar y en-tregar. Y nunca olvides que al amor nada se resiste.

G.H.

B.P.

EL AMOR ENTRE HERMANOS

“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente, y a tu prójimo como a ti mismo.” Juan 10:27

“New Moore“, isla sumergida Asia del Sur.

Playas desaparecidas en la provincia cubana de Artemisa.

Majana Guanímar Cajío

Artemisa

MayabequeCiudad

de la Habana

INDIA

BANGLADESH

New Moore / Talpatti del Sur10 000 m²

Golfo de Bengala

1716

DIOS EN TRES PERSONAS,

BENDITA TRINIDAD

La Trinidad es, sin lugar a dudas, uno de los temas más complejos de la teología cristiana. ¿A quién se le habría ocurrido una idea como esta? A nadie. De hecho, este es uno de los argumentos más fuertes a favor de la autentici-dad de esta enseñanza. La Trinidad no es una invención de un teólogo creativo o de un grupo de personas que estaban especulando hasta la saciedad, sino una doctrina revelada sobrenaturalmente por Dios en Su Palabra, un misterio (verdad antes oculta, pero que ahora nos ha sido revelada).

Se ha objetado esta doctrina arguyendo que la palabra “Trinidad” no aparece en la Biblia (aunque tendríamos que negar también la doctrina de la Biblia si seguimos esta ló-gica). Ciertamente, al parecer fue Tertuliano el primero en utilizar el término por el año 215 d.C. Sin embargo, pode-mos responder a esta objeción diciendo que este vocablo no describe una sola verdad bíblica, sino que representa la armonización de al menos tres verdades o proposiciones que podemos apreciar con claridad meridana en toda la Escritura, las cuáles serán expuestas a continuación:

1. Solo existe un Dios verdadero.La Biblia enseña enfática e indiscutiblemente esta verdad

(Deum. 4:35; Is.46:9; 1Cor.8:4; Stgo.2:19; 1Tim.2:5; Jn.17:3).Un texto sumamente importante es el conocido como

Shemá, o declaración de fe del judaísmo (Deut.6:4). Este pasaje ha sido repetido por los judíos ortodoxos tres veces al día por muchas generaciones. Una y otra vez se escucha el: “Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es.” Nada es más esencial para el pueblo judío. Pero debemos ser cons-cientes de que el término hebreo del que se traduce “uno” puede hacer referencia a una unidad compuesta (u orgáni-ca), y no necesariamente a una unidad aritmética absolu-ta. Es el mismo vocablo que se utiliza en Gn.2:24, para expre-sar que el hombre se unirá a su mujer y serán “una” sola carne.

La unicidad de Dios niega la idea de que hay tres dioses (triteísmo). Los cristianos somos monoteístas porque, en armonía con la Biblia, creemos que solo hay un Dios verda-dero. Sin embargo…

2. Hay tres personas a las que, con aprobación, la Es-critura les llama Dios.

Nadie discute la divinidad del Padre, pero también la Bi-blia nos dice explícitamente que el Hijo y el Espíritu Santo son Dios.

Al Hijo se le llama directamente Dios (Is.9:6; Jn.1:1; 5:18; 10:30; 14:8-11; 20:28; Ro.9:5; Filp.2:6; Tit.2:13; Heb.1:8; 1Jn.5:20). Además, posee atributos exclusivos de la divi-nidad: Omnipresencia (Mt.18:20; 28:20), omnisciencia (Jn.16:30,31), eternidad (Miq.5:2). Solo Dios puede salvar (Is.43:11 y Mt.1:21) y solo Dios recibe adoración (Mt.4:10; Ap.22:8,9; Jn.9:38; Mt.14:33).

En Hch.5:3,4 y 1Cor.3:16 encontramos una identifica-ción absoluta entre el Espíritu Santo y Dios. También ve-mos tal identificación con Jesús en Jn.14:16-18. Además,

se nos revela que, al igual que el Hijo, el Espíritu Santo posee atributos que son exclusivos de la deidad, tales como la eternidad (Heb.9:14), la omnisciencia (1Cor.2:10) y la omnipresencia (Sal.139:7-12). Por otra parte, es im-portante aclarar que la tercera persona de la Trinidad no es una fuerza o una actividad divina, sino una persona que posee las características que lo distinguen como tal: pensamiento (1Cor.2:10,11), sentimiento (Ef.4:30), volun-tad (1Cor.12:11), convence (Jn.16:8), guía (Jn.16:13), habla (Hch.13:2), enseña y recuerda (Jn.14:26).

3. Estas tres personas son diferenciables, pero consti-tuyen un solo Ser.

Pasajes trinitarios: 1Cor.12:4-6; 2Cor.13:14; Ef.4:4-6; 1Ped.1:2; Jud.20,21. Las tres personas se presentan juntas, en igualdad, incluso ordenadas de manera diferente de un pasaje a otro.

En el bautismo de Jesús vemos a las tres personas expre-sándose simultáneamente (Mt.3:16,17).Esto niega la idea de que hay un solo Dios que se manifiesta sucesivamente como Padre, como Hijo o como Espíritu Santo, en depen-dencia de las circunstancias (modalismo).

En la Gran Comisión se nos instruye a bautizar en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Esto nos muestra que no son tres nombres, sino tres personas que tienen un nombre, porque es un solo ser.

Por tanto, podemos resumir diciendo, con nuestra de-claración de fe, que: “En la unidad de la divinidad existen tres Personas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, iguales cada una en su divina perfección...”.

Esta doctrina ha sido criticada por varias religiones fuera del cristianismo (como el judaísmo y el Islam), por algunos grupos minoritarios dentro del cristianismo (como los llamados “Testigos de Jehová” y los “Unitarios”) y por aquellos que no profesan religión alguna. Así que, se concluye que la Trinidad es una doctrina distintiva del cristianismo ortodoxo, y que se sostiene solo en virtud de la aceptación sin reservas de lo que Dios ha revelado. Esta enseñanza quedó formulada de manera definitiva en el Concilio de Constantinopla (381 d.C.), donde se re-gistró explícitamente lo que la iglesia había mantenido de manera implícita acerca de este particular.

Muchos han tratado de encontrar analogías para ilus-trar la Trinidad, pero ninguna ha sido completamente sa-tisfactoria, porque no hay nada en este mundo que sea exactamente igual a nuestro Dios. Es loable el deseo de en-tender mejor la Trinidad, porque todos queremos conocer mejor a ese Dios tan grande que nos ha amado, salvado y a quien llamamos Padre; pero no podemos olvidar que nues-tra responsabilidad no es entender la Trinidad, sino acep-tarla tal y como se nos ha revelado en la Escritura. ¿Cómo puede una mente finita aprehender lo que es infinito? ¿Cómo pretender abarcar el océano en nuestras manos? Recordemos la advertencia acerca de esta doctrina: “Trata de entenderla y perderás la cabeza; pero trata de negarla y perderás el alma.”

Pbro. Bárbaro Abel MarreroRector del Seminario Teológico Bautista de La Habana “Dr. Rafael A. Ocaña”

Porque un niño nos es nacido, (...) y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el verbo era Dios Yo y el Padre uno somos Siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse Y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este el ver-dadero Dios y la vida eterna.

Damos gracias a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo Porque el Padre ama al Hijo, y le muestra todas las cosas que Él hace Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y la tierra Pero de aquel día y de la hora nadie sabe, ...sino el Padre Mi Padre es el que me glorifica, el que ustedes dicen que es su Dios Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que sea-mos llamados hijos de Dios.

Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Es-píritu de Dios se movía sobre la faz del abismo ¿No saben que son templo de Dios y que el Espíritu de Dios mora en ustedes? Dios envió a sus corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre! ¿A dónde huiré de tu Espíritu?¿Y a dónde huiré de tu presencia?

RomanosTEMAS MEDULARES DE LA CARTA A LOS

1918

Si tuviese que huir de un edificio en llamas y solo pudiese salvar un libro de la Biblia, sería Romanos. Es mi favorito.

La carta de Pablo a la Iglesia en Roma tenía como objetivo enseñar las verdades de la fe cristiana a una congregación que no había recibido instrucción de parte de un apóstol.

El tema fundamental de esta carta es la justificación por fe. Pablo, inspirado por Dios, pone énfasis en la idea de que somos reconciliados por Dios cuando la justicia de Cristo se aplica a nuestras vi-das. Esta justicia se alcanza cuando po-nemos nuestra fe en Cristo Jesús (Rom. 3:30) y es un regalo inmerecido (3:24).

Los primeros capítulos de Romanos (1-3) muestran a Pablo llevando un caso judicial contra la humanidad. La con-clusión del apóstol es que tanto judíos como gentiles están bajo pecado (3:1-9) y necesitan desesperadamente la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo (3:22a).

¡Cuán bien les haría a los predicadores modernos seguir el ejemplo de Pablo! El Evangelio solo puede ser entendido cuan-do se explican primero las malas noticias del pecado. El Evangelio lleva pecadores al cielo cuando les muestra a estos la ne-cesidad de arrepentirse de su rebeldía. La evangelización moderna, con su prédica de Dios te va a dar una vida maravillosa, o Él tie-ne grandes planes para ti, produce una mem-bresía con pocos conversos. Ningún cris-tiano en el Nuevo Testamento predicó este tipo solapado de humanismo. Nadie se atrevió a ofrecerles a judíos o gentiles lo mismo que ofrecían los sacerdotes del paganismo: una mejor vida ahora, en un

ejerce esta soberanía. Dejemos a un lado por ahora el debate teológico y hable-mos sobre la aplicación práctica de esta creencia.

El hecho de que Dios está en control de todo lo que pasa es una noción dura de tragar cuando nos enfrentamos a la muerte, el cáncer, los accidentes o la mala suerte que parecen tener algunos hijos de Dios. ¿Cómo un Dios bueno puede permitir esto? Ante esta aparente disyun-tiva a veces preferimos quedarnos con el

Julio Rojas

Dios bueno y privarle de su soberanía. Dios es bueno, si él tuviera el control, estas cosas malas no ocurrirían, pero debido a que ocurren, Dios no tiene el control. Pero esto no es lo que Romanos en-seña. Romanos enseña que Dios es bueno, tiene el control y todo lo que ocurre ayuda a nuestro bien (8:28-39).

Mi esposa es un ejemplo de cómo esta doctrina nos afecta en la vida diaria. Ha-biendo perdido a su padre de forma re-pentina y teniendo a su madre batallando contra el cáncer, sabemos lo que es cuestio-nar la soberanía de Dios. Pero hemos en-tendido que, al final del día, solo un Dios poderoso, amoroso y con un plan ofrece consuelo y es digno de ser adorado: nues-tro Dios. La Biblia enseña que en medio del aparente caos hay un plan, que detrás de la ilusión de anarquía está Jesucristo contro-lando todo. Un Dios todopoderoso que se inclina ante las contingencias de su crea-ción no sería tal Dios. Si Dios no estuviera en control, Él sería pantano en vez de roca.

En el hospital, esperando mientras mi suegra entraba al salón de operaciones, lloramos de miedo pero confiamos en Je-sús. No hay caos ni desorden. Solo existen caminos mayores que nuestros caminos, razones que nuestra mente no entiende, y el sufrimiento traído a este mundo por el pecado. Hay llanto y dolor cuando la fa-talidad llega, pero sabiendo que Él está en control nos derrumbamos en sus brazos.

Pronto, en Sion, Él derrotará a la muer-te, enjugará nuestras lágrimas y nos hará banquete con los vinos escogidos y las mejores carnes (Isaías 25:6-8). Allí entenderemos la sabiduría de Dios y llo-raremos de gozo al ver que nunca, nunca dejó de cuidarnos.

“(...)Dios, enviando a su Hijo

en semejanza de carne de pecado

y a causa del pecado,

condenó al pecado en la carne;

para que la justicia de la ley

se cumpliese en nosotros...”Romanos 8:3-4

sentido amplio y metafórico. Ciertamente, Dios tiene grandes pla-

nes y promete vida eterna y abundante para sus hijos. Pero esas frases son me-táforas para expresar realidades precisas contenidas en la Escritura. ¿Cuáles son los grandes planes? ¿En qué consiste esa mejor vida? Muchos se espantarían si se les dijera que los grandes planes involu-cran nuestra transformación en siervos (léase esclavos) de Dios y que la mejor vida incluye el morir a nosotros mismos y sacrificar nuestro tiempo y posesio-nes. Quizás el que predica entiende esto, pero el inconverso que escucha le dará a la metáfora el significado que existe en su mente, de suerte que la frase mejor vida tendrá tantos significados como oyentes haya. Por eso es mejor sustituir la metá-fora por el contenido explícito de la Pa-labra.

La doctrina de la justificación sólo por fe es un pilar del cristianismo, por lo que ha sido víctima de numerosos ataques a lo largo de la historia. El inicio espiritual de la Reforma fue el rescate de esta doc-trina. La salvación por obras, la idea de que podemos merecer o alcanzar nuestra propia salvación, debe ser repudiada hoy como lo fue ayer como una de las más letales herejías.

Otra enseñanza cardinal en el libro de Romanos es la soberanía de Dios (8-9). Durante casi dos milenios se ha interroga-do la mente cristiana sobre el significado de esta doctrina. Creo que, básicamen-te, la Biblia enseña que Dios tiene bajo control a su creación. En esto casi todos concordamos. La disensión comienza cuando debatimos la forma en que Dios

20 21

El tema de las cremaciones es de gran actualidad. Pero esta es solo una de las muchas prácticas funera-rias que por siglos han tenido los pueblos, algunas de las cuales resultan escalofriantes.

Por ejemplo, los aborígenes yanomami, de Sudaméri-ca, practicantes del chamanismo o invocación de espíri-tus, no sepultan a sus muertos; se los comen. En un rito, un mes después de la muerte y cremación, los parientes engullen las cenizas del difunto mezcladas con un puré de plátano y de la fruta de la palma chonta. Ellos creen que en los huesos está la energía vital, y que al comer las cenizas, esa fuerza vuelve a la familia.

Otro pueblo originario, y de similares creencias, los bororos de la Amazonia, llamados también co-roados, son conocidos no solo por los dibujos so-bre su piel, sino también por colorear los huesos de los muertos antes de sepultarlos.

Entre los antiguos de esa etnia, los ancianos que se sentían inútiles pedían a un hijo que los aho-gara en una charca, y luego, el cadáver se maceraba (y aún hoy lo hacen), para “limpiar” los huesos, pintarlos y darles se-pultura.

¿Y qué decir de los llamados funerales ce-lestes del Tíbet? En esa región autónoma chi-na, situada a unos 4.900 metros sobre el nivel del mar, un monje budista corta en pedazos los ca-dáveres para darlos de co-mer a los buitres “sagrados”. Cuando solo quedan los

huesos, el monje los tritura y mezcla con harina, y los ca-rroñeros concluyen su faena. Esto se hace en presencia de los dolientes, y se considera el último acto de generosidad del fallecido, al entregar su cuerpo para alimentar a otras criaturas, y así -dicen ellos- no se desperdicia. Pero en reali-dad lo hacen porque los budistas tibetanos creen que solo cuando las aves terminan de comer, el alma sube al cielo. Ellos necesitan saber que Jesucristo es el único Camino al cielo.

En el Egipto antiguo, los sacerdotes –también paga-nos- eran más “considerados” con sus reyes y nobles: solo trepanaban el cráneo, lo vaciaban, y también ex-

traían las vísceras, y los conservaban en unos vasos especiales. Luego, el cadáver era

embalsamado para preservarlo, como parte de su cosmovisión y su idea erra-da sobre la resurrección.

Los pueblos originarios de Es-candinavia, conocidos como

vikingos, incineraban a sus muertos sobre las aguas,

a bordo de una barcaza funeraria.

A lo largo de la his-toria, los creyentes del Señor han te-nido todos estos “funerales”. Por ejemplo, Jacob fue embalsa-mado en Egipto para poder tras-ladarlo y sepul-

tarlo en Canaán (Génesis 50:2-5).

Su hijo José tam-bién fue embalsa-

mado, a la usanza (pagana) de los faraones, pero con un propósito sano: preservar igualmente sus restos y luego llevarlos a la tierra prometida (Génesis 50:26). Pero otros no tuvieron su misma suerte.

Muchos siervos de Dios no fueron devorados por buitres en el Tíbet, pero sí por fieras en el circo romano; otros sirvieron de antorchas vivas para iluminar a Roma, es decir, fueron quemados…vivos: no fueron sepultados. En décadas recientes, unos cuantos misioneros cristia-nos han sido comidos por caníbales, y otros, descuarti-zados y arrojados al mar en el sudeste asiático. Muchos cristianos son hoy crucificados, degollados o ahorcados por extremistas islámicos, y sus cuerpos a veces ni apa-recen. Y surge la pregunta: ¿Debe preocuparnos que es-tos hermanos no fueran debidamente sepultados, y por tanto, no habrá un cuerpo que resucite al sonido de la Trompeta de Dios?

“Pero dirá alguno: ¿Cómo resucitarán los muertos? ¿Con qué cuerpo vendrán?” (1 Corintios 15:35). Esto no debe inquietarnos. La misma palabra de Dios nos dice, por ejemplo, que el mar devolverá a sus muertos (esos mis-mos que fueron devorados por tiburones y otros preda-dores marinos, o que simplemente se pudrieron y des-aparecieron bajo el agua). Lo mismo ocurrirá en tierra. Recordemos que para Dios nada es imposible. Ya sea que nos quemen, nos arrojen a los leones o al mar, Cristo nos va a resucitar; Él sabrá cómo hacerlo. Él lo prometió y lo hará.

Sobre la cremación, varios hermanos consultados no consideran pecaminosa la incineración voluntaria, que solo busca acelerar el paso del polvo al polvo, si bien pun-tualizan que las cenizas deben ser sepultadas o colocadas en el osario, no guardadas en casa como reliquia, y mucho menos arrojadas al río o al mar, porque eso sí es una prácti-ca pagana, propia del hinduismo.

Los encuestados opinan que el pecado sería quemar un cadáver por odio, o para desaparecerlo. En Amós 2:1 vemos un caso de este tipo: los hombres de Moab que-maron los huesos del rey de Edom hasta calcinarlos (y se infiere que lo hicieron con maldad).

La Palabra de Dios no impide la cremación, y sabemos que cuando Dios prohíbe algo, habla claro, preciso y de-finitivo, y en muchos casos “firma” la interdicción de ma-nera contundente: “Yo Jehová”.

CREMAR O NO CREMAR: ESA NO ES LA CUESTIÓN“La Biblia no dice que la cremación sea permitida ni

prohibida. Esto queda en el plano de las libertades indi-viduales de cada creyente y de la comunidad cristiana a la que pertenece.

“La incineración no es determinante para la resurrección del cuerpo, y menos para la salvación. Si Dios hizo el cuerpo del polvo, va a resucitar los huesos muertos, o va a levantarlo del polvo esparcido o guardado; en definitiva, será un cuerpo de gloria incorruptible”, señala el pastor Raymundo Este-noz, de la Iglesia Bautista de Almendares, en La Habana, quien nos aconseja respetar el criterio de cada cual al respecto.

Si bien rechazamos rotundamente las prácticas fune-rarias paganas de los tibetanos, los aborígenes america-nos y otras comunidades no alcanzadas por el evangelio, no podemos pensar que nuestra resurrección depende de la forma de sepultura o la conservación del cadáver, porque entonces creeríamos lo mismo que los faraones. Nuestra resurrección depende del poder de Dios, su fide-lidad y su amor.

En países de Europa, África y Asia, ante grandes epide-mias o masacres, ha sido necesario quemar cientos de cadáveres, por razones sanitarias. Quién sabe cuántos hijos de Dios estarían entre los incinerados.

El Pbro. Julio César Ramírez, de la Iglesia Bautista de Buenavista, de la capital, citaba criterios de quienes re-chazan la incineración. Ellos dicen que el fuego es señal de ira divina, que nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo y no debemos destruirlo, y que en algunos países es un pro-ceder pagano. Pero en Cuba se realiza como una medida práctica, que agiliza un proceso extenuante y triste.

Entonces, si alguien desea ser cremado, sea por falta de panteón o porque quiere evitarle a su familia el dolor de la exhumación posterior, no debemos criticarle, ya que la Biblia, que es la autoridad final, no lo prohíbe.

Como colofón, la mayoría de los hermanos consulta-dos opinó que lo esencial no es la forma de sepultura, si en tierra, mármol o cremados, sino que vivamos prepa-rados para la partida: arrepentidos de pecados, limpios por la sangre de Jesús y obedientes a Dios.

“Si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creye-res en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo”. (Romanos 10:9) G.H.

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Confío que cuando se escriba la historia de esta eta-pa de nuestro país, alguien tenga a bien recoger que en la noche del 5 de abril de 2016 ofreció un concierto en el Teatro Martí de La Habana el Coro “The Century Men Choir”, de los Estados Unidos de América, compuesto por hombres directores profesionales de alabanza en di-ferentes iglesias cristianas de ese país.

Conocer el anuncio por la edición del cierre de la Televi-sión Cubana el domingo 3 de abril y ver los detalles en la pizarra del propio Teatro, superó todas nuestras expectati-vas, y junto a la información que se circuló entre las iglesias de la ciudad, preparó de manera muy especial el ambiente.

Al mostrar su boleta o invitación en la entrada principal, una agradable empleada del Teatro te informaba que todo asistente podía recoger un regalo conmemorativo del con-cierto (una bolsa con la inscripción de la gira, un texto bíbli-co y una Biblia) y hasta el comienzo del concierto vi cientos de personas que se saludaban, compartían y se gozaban en forma muy disciplinada, lo que me hizo sentir muy feliz y hasta un poco orgulloso de formar parte de este selecto grupo de cubanos, en su gran mayoría cristianos, que poco a poco ocuparon todos los asientos.

Una emotiva y esforzada presentación y saludo en español por parte de un integrante del coro, la palabra sencilla pero firme de explicación por nuestro querido hermano pastor Samua Calderón, líder de Adoración de nuestra Asociación Convención Bautista de Cuba Occidental, y esa primera interpretación a capella con proyección en español del texto en una pantalla, me dijo que estábamos a punto de disfrutar de un precioso,

bendecido y muy profesional espectáculo.Cada himno entonado, cada modulación y muestra ex-

quisita del fruto de sus ensayos, unido a la convicción de es-tar proclamando un mensaje experimentado y que es parte de sus vidas, nos emocionaron y llenaron de gozo, e hicie-ron que sintiéramos que el tiempo no pasaba. Los pasajes bíblicos leídos por el pastor Samua, el acompañamiento de la pianista lleno de seguridad y la gran sorpresa de la cálida y exquisita voz de la solista, hicieron que al cerrar los ojos pareciera que estábamos soñando.

El incluir en el programa el himno de nuestro hermano Yusin Pons, CREO EN DIOS, y el esfuerzo de cantarlo en español fue el broche de oro del concierto, al que se aña-dió un ritmo negro espiritual extra a solicitud de un dis-ciplinado público a través de un reiterado aplauso, con lo que se puso fin a este primer concierto del coro CEN-TURY MEN en su gira por nuestro país.

Pero nuestro Dios nos tenía algo más reservado. En la revista televisiva Buenos Días fue presentada una cróni-ca, y escuchamos al coro, además de que nuestro pueblo en todo el país pudo conocer algo de su historia profe-sional, y se anunció el tiempo de su estancia en Cuba y el recorrido por diferentes provincias.

¿Qué más podemos pedir? Solo dar gracias a nuestro Dios por este regalo para nuestro querido pueblo y a todos los que dieron vía a esta iniciativa que en algún momento pudo pensarse era imposible de realizar, pero que repeti-mos ES UNA EXPERIENCIA TRASCENDENTAL E HISTÓRI-CA. ¡A Dios sea la Gloria! Y para los organizadores y promo-tores nuestro entusiasta reconocimiento y felicitación.

Pbro. José Miguel Mártiz

UNA EXPERIENCIA TRASCENDENTAL E HISTÓRICA

El termómetro espiritual de todo ser humano es su comunión o su enemistad con Jesús, y su obediencia (o no) a la Pa-labra de Dios.

Si alguien nos preguntara quién en-trará al reino de Dios, la respuesta está en la Biblia:

“Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa.” (Hechos 16:31)

“Mas a todos los que le recibieron (a Jesús), a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.” (Juan 1:12)

El Señor Jesús dijo: “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen; y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.” (Juan 10:27-28)

Jesús dijo que él mismo es “la puerta de las ovejas” (Juan 10:7), y que también es el Camino hacia Dios Padre, la verdad y la vida eterna (Juan 14:6).

Es decir, nadie puede escapar del cas-tigo eterno que merecen nuestros peca-dos, y entrar en la vida eterna que regala Dios, sino solo a través de una relación con Jesús, que comienza cuando nos hu-millamos y le pedimos perdón a Dios por nuestros pecados. Entonces la sangre de Jesucristo nos limpia de todo pecado, y hemos pasado de muerte a vida.

Dice el refrán que “todos los caminos llevan a Roma”. Eso no lo sabemos, pero sí sabemos, por la Biblia, que solo Jesu-cristo nos lleva al reino de los cielos.

La Biblia no dice que entrarán los más her-mosos o más ricos, los más inteligentes o los que más teología saben, sino estos:

¿Quién subirá al monte de Jehová? ¿Y quién estará en su lugar santo? El limpio de manos y puro de cora-zón; el que no ha elevado su alma a cosas vanas, ni ju-rado con engaño…(Salmos 24:4-5)

Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de peca-dores, ni en silla de escarnecedores se ha senta-do; sino que en la ley de Jehová está su delicia Y en su ley medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo y su hoja no cae; y todo lo que hace prosperará. (Salmos 1:1-3)

¿Quién habitará cerca de Dios?“El que camina en justicia y habla lo

recto; el que aborrece la ganancia de vio-lencias, el que sacude sus manos para no recibir cohecho, el que tapa sus oídos para no oír propuestas sanguinarias; el que cierra sus ojos para no ver cosa mala; este habitará en las alturas…” (Isaías 33 15 -16a).

En el Sermón del Monte (Mateo 5), Je-sús llama bienaventurados o benditos a los humildes de espíritu, los mansos, los que anhelan la justicia, los misericordio-sos, los de limpio corazón, los pacificado-res y los que padecen persecución por su fe en el Señor.

Lamentablemente, muchos no podrán entrar en el reino de Dios:

“Pero los cobardes e incrédulos, los abomi-nables y homicidas, los hechiceros… tendrán su parte en el lago de fuego y azufre…” (Apoca-lipsis 21:8)

“¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No os engañéis: ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afemina-dos, ni los homosexuales, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios. Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados… santificados… justificados en el nombre del Se-ñor Jesús.” (1 Corintios 6:9-11) G.H.

Promociones

Póster de la serie “Destellos, con el Brillo de la Historia”

La idea inicial de la serie “Destellos, con el Brillo de la Historia” era hablar sobre la Iglesia Bautista “El Calvario”, un sitio muy querido y depositario en buena medida de la historia de los bautistas en Cuba Occidental, pero luego el proyecto se convirtió en algo más amplio: hablar sobre la obra bautista en Cuba Occidental. Fue en ese edificio de Dragones y Zulueta, en La Habana, donde el misionero y apóstol de la obra cubana Al-berto de Jesús Díaz y Navarro, luego de su peregrinaje por diversos puntos, asentara aquella primera Iglesia que vino a sembrar en su viaje ineluctable de 1882. Después, en 1905, se fundó allí, con unas pocas iglesias, la Convención Occidental, que aglutina hoy a más de 500 congregaciones bautistas de varias provincias.

La dirección de la serie, así como el guión y la conducción, están a cargo de Richard Rondón, quien cuenta con el apoyo de Jo-natán Rojas y Víctor Lores en las cámaras, el propio Rojas en la edición y David Espinosa en la post-producción.

Los presbíteros Reinaldo Sánchez Yanes y Carlos Sebastián Hernández Armas enrique-cieron el proyecto, al proveer información sobre eventos y figuras claves en el desarro-llo de la obra desde sus inicios hasta nuestros días. Así se tuvo acceso al libro original de actas de la entonces Iglesia Getsemaní, de puño y letra del Reverendo J. Díaz, además de fotos, anécdotas y los primeros bautis-mos en la costa norte cubana. Para el equipo de realización no quedó dudas de que harían un producto que hablaría de una sola fami-lia: el pueblo bautista occidental.

El resultado es un audiovisual de cuatro capítulos que narra el inicio y desarrollo de la misión en Cuba, cuyo aporte principal es referir a las actuales y futuras generaciones cómo surgió y cuál es la identidad del pueblo bautista que, por la fidelidad de Dios, hoy es considerable.

La serie, presentada en marzo pasado, circula en plataformas alternativas por toda Cuba, y en redes sociales promedian más de 25.000 las personas alcanzadas. Los reali-zadores dan la gloria a Dios, cuyo luminoso obrar en Cuba es la historia que cuentan.

Sus siervos de ayer, de hoy y los que vendrán somos parte de estos Destellos, “porque somos hechura suya, creados en

Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas”.

y anchos, y los huesos también: largos, cortos y planos.Somos espíritu, alma y cuerpo, y en este último,

tenemos carne, huesos y sangre. A imagen y se-mejanza de nuestro Dios, Señor y Salvador fuimos creados, y “firmados” con el número de la Trinidad.

Pero no solo en nosotros está la huella de Dios, sino que la vemos en todo el universo. El planeta que habitamos, por ejemplo, es el tercero del Siste-ma Solar, y en él encontramos tierra, mar y cielo, así como animales terrestres, acuáticos y los que vue-lan, y tres reinos: animal, vegetal y mineral. El Ge-noma o los Genes se leen por los tripletes; los áto-mos tienen electrón, neutrón y protón, y las células poseen membrana, citoplasma y núcleo. Los copos o cristales de nieve poseen 6 (3x2) lados cada uno, y las dimensiones de los objetos se miden por anchu-ra, altura y longitud. El agua, símbolo de vida, y la materia en general, aparecen en tres estados: líqui-do, sólido y gaseoso, y los días constan de mañana, tarde y noche, en total 24 horas (3x8).

Sería interminable esta lista, donde todo posee un sello que nos lleva hasta el Dios Trino y nos deja ver su grandeza e insondable sabiduría.

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Respuesta anterior: Los sabios heredarán HONRA.Los tesoros de maldad NO SERÁN DE PROVECHO.Mejor es la sabiduría que LAS PIEDRAS PRECIOSAS.La muerte y la vida están en PODER DE LA LENGUA.

El segundo proverbio es el más parecido al refrán cubano.

Misceláneas

Nuestro Dios creó todo cuanto existe con un diseño ordenado y perfecto, donde nada es casua-lidad, y donde todo lleva el sello de su autoría y re-fleja el número de su Deidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo). Basta con observarnos a nosotros mismos y a todo cuanto nos rodea, y podremos descubrir, por doquier, la firma del Creador.

Nuestro cuerpo, por ejemplo, consta de tres par-tes: cabeza, tronco y extremidades. La cabeza, a su vez, está formada por cerca de 30 huesos, divididos en tres grupos principales. Solo los huesos de la cara son 21 (3x7). La dentadura se compone de incisivos, caninos y molares.

En el tronco de nuestro cuerpo tenemos 12 costi-llas (3x4), la columna vertebral con sus 33 vértebras, y otras marcas del tres en nuestros órganos. Las extremidades superiores se dividen en brazo, ante-brazo y mano, y los dedos en falanges, falanginas y falangitas. Las uñas están compuestas de 3 capas, al igual que la piel. Tenemos, igualmente, clavícula, omóplato y húmero. Las extremidades inferiores se componen de muslo, pierna y pie.

Nuestros músculos son de tres tipos: largos, cortos

PASATIEMPO¿En cuáles de estos versículos se refleja el concepto de la Trinidad?

1 Corintios 12:4 -62 Corintios13:14Apocalipsis 2:101 Tesalonicenses 5:23

Juan 3:161 Pedro 1:2Judas 20-21

G.H.

EL NÚMERO TRES:

sello de Dios en la creación

(Artículo inspirado en la “Canción del Tres”, del cantautor cristiano camagüeyano Eduardito Guerra.)

julio- septiembre 2016

Judas 20-21

<Pero ustedes, amados,

edificándose sobre su santísima fe,

orando en el Espíritu Santo,

consérvense en el amor

de Dios, esperando la misericordia

de nuestro señor Jesucristo

para vida eterna.>