Ejemplo Comentario Texto1

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EJEMPLO DE COMENTARIO DE TEXTO Lo que dize Josepe, sospechando de Nuestra Señora ¡O viejo desventurado, negra dicha fue la mía en casarme con María, por quien fuese desonrado! Yo la veo bien preñada, no sé de quién nin de quánto; dizen que d’Espíritu Santo, mas yo desto non sé nada. La oraçión que faze la Gloriosa ¡Mi solo Dios verdadero, cuyo ser es inmovible, a quien es todo posible, fáçil e bien fazedero! Tú que sabes la pureza de la mi virginidad, alumbra la çeguedad de Josep e su simpleza. El Ángel a Josepe ¡O viejo de munchos [sic] días; en el seso, de muy pocos, el prinçipal de los locos! ¿Tú no sabes que Isaías dixo: “Virgen parirá”, lo qual escrivió por esta donzella gentil, onesta, cuyo par nunca será? La que representa a la Gloriosa quando le dieren el Niño Magnificat Adórote, rey del çielo, verdadero dios e ombre; adoro tu santo nombre, mi salvaçión e consuelo. Adórote, fijo e padre, a quien sin dolor parí, porque quesiste de mí fazer de sierva tu madre. Bien podrá dezir aquí aquel salmo glorioso que dixe, fijo preçioso, quando yo te conçebí: que mi ánima engrandeçe a ti, mi solo Señor, y en ti, mi Salvador, mi spíritu floreçe.

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EJEMPLO DE COMENTARIO DE TEXTO

Lo que dize Josepe, sospechando de Nuestra Señora

¡O viejo desventurado,negra dicha fue la míaen casarme con María,por quien fuese desonrado!Yo la veo bien preñada,no sé de quién nin de quánto;dizen que d’Espíritu Santo,mas yo desto non sé nada.

La oraçión que faze la Gloriosa

¡Mi solo Dios verdadero,cuyo ser es inmovible,a quien es todo posible,fáçil e bien fazedero!Tú que sabes la purezade la mi virginidad,alumbra la çeguedadde Josep e su simpleza.

El Ángel a Josepe ¡O viejo de munchos [sic] días;en el seso, de muy pocos,el prinçipal de los locos!¿Tú no sabes que Isaíasdixo: “Virgen parirá”,lo qual escrivió por estadonzella gentil, onesta,cuyo par nunca será?

La que representa a la Gloriosa quando le dieren el NiñoMagnificat

Adórote, rey del çielo,verdadero dios e ombre;adoro tu santo nombre,mi salvaçión e consuelo.Adórote, fijo e padre,a quien sin dolor parí,porque quesiste de mífazer de sierva tu madre.Bien podrá dezir aquíaquel salmo gloriosoque dixe, fijo preçioso,quando yo te conçebí:que mi ánima engrandeçea ti, mi solo Señor,y en ti, mi Salvador,mi spíritu floreçe.Mas este mi gran plazer en dolor será tornado,pues tú eres embiadopara muerte padeçerpor salvar los pecadores,en la qual yo pasaré non menguándome la fe,inumerables dolores…

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La obra que contemplamos es la "Representación del Nacimiento de Nuestro Señor" de Gómez Manrique, primer autor dramático castellano de nombre conocido. El fragmento pertenece al principio de la obra y esta se encuentra recogida junto a sus poemas, en su Cancionero. La edición ante la que nos encontramos es de Miguel Ángel Pérez Priego y está publicada en la editorial Cátedra en 2009. Es relevante señalar que, aunque con algunas modificaciones, en ella se trata de mantener las grafías del castellano medieval (por ejemplo: verso 6, nin; verso 7, dizen). El texto que se maneja es "Cancionero de Gómez Manrique" de la Biblioteca de Palacio el cual está escrito en versos octosílabos en rima consonante.

Sabemos que esta obra fue compuesta a petición de su hermana María, vicaria en el monasterio de las clarisas de Calabazanos con el fin de ser representada en periodo navideño. El texto presenta distintos cuadros que dan vida al relato evangélico. Los temas son propios de la espiritualidad franciscana y se caracterizan por las escenas cortas. Sobre el título de la obra podemos recordar que en este periodo no era común titular las obras y que, probablemente, este surgiera a tenor de las primeras líneas del texto. Podemos igualmente afirmar que, en líneas generales la obra está compuesta de forma sencilla, pero cuidadosa. En ella cabe destacar el equilibrio entre los cuadros y la métrica y buena prueba de ello es que en cada soliloquio hay cambios de rima que subrayan la transición de los temas. Los versos ante los que nos encontramos son un fragmento de la obra anteriormente citada y se corresponden con la primera parte de la misma, donde José pone en duda la virginidad de María, pero el ángel le muestra que, aunque extraño, es posible que aconteciera de tal manera y que Isaías anunció que eso acontecería.

El tema fundamentalmente está constituido por reflexiones ante el embarazo de María y el nacimiento del Niño. Es un tema propio del teatro religioso medieval: la venida del Mesías a través de su madre virgen y la anunciación del ángel como intermediario de Dios. El argumento señala como ante la evidencia del embarazo de María, José muestra su incredulidad y su sentir de deshonra, piensa pues que él no es el padre de la criatura. María defiende su virginidad y pide a Dios que ilumine a su esposo, como virgen y portadora del Mesías que es. Así Dios envía al Ángel para que explique a José que María es aquella virgen que parirá, anunciada ya por la profecía de Isaías. Al nacimiento del Niño, la madre Gloriosa reflexiona sobre quién es nacido y su cruel pero a la vez divino destino. La estructura general de la obra completa sigue el modelo tripartito de anunciación, marcha hacia el pesebre y adoración, siendo este fragmento, como ya hemos señalado, perteneciente a la primera parte. En ella estos versos suponen una novedad en el tema: la duda de San José hacía la virgen. El fragmento se podría dividir en dos, tres o cuatro partes. Si seguimos el planteamiento bipartito podemos encontrar una primera parte, que iría del verso 1 al 24 ( y donde tenemos los tres soliloquios de los tres personajes; el primero son las reflexiones de José, el segundo las de María y el tercero las explicaciones del Ángel a José, aunque también presentadas a modo de reflexión) y una segunda parte del verso 25 al final (donde aparece la adoración y el planto de María, como madre de la divinidad venida pero con la pena de saber cuál es el destino de su ahora niño). Una interpretación con un esquema tripartirto consideraría los siguientes apartados:-primero: del verso 1 al 8 José y en el que plantea la duda

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-segundo: del verso 9 al 24 y donde le advierten de su error, primero lo hace la Gloriosa y luego el Ángel-tercero: del verso 25 al 36 y donde la Gloriosa recibe al niño.Finalmente, si se divide en cuatro partes, estás atenderían a los diferentes parlamentos: la primera el parlamento de José sospechando de María, la segunda la oración que hace María, la tercera el parlamento del ángel a José y la cuarta el planto de María en la que se lamenta de  lo cruel de su destino. Después del fragmento propuesto se da la anunciación a los pastores y la adoración de estos, para seguir con la adoración de los Ángeles y la presentación de los instrumentos de la pasión, cosa que hace llorar al Niño pues lo recibe con cierta tristeza. Acaba así con el canto de la Virgen para calmar y acallar al Niño, al cual son invitadas las monjas por parte del autor, para cantar.

En cuanto al espacio, podemos afirmar que el autor informa poco sobre el espacio donde se desarrolla la obra pero el contexto nos hace entender que es el pesebre, tal vez, la suposición de su conocimiento sea la razón de la ausencia de representación. Podemos inferir que el espacio donde se realiza la acción es exterior aunque, como ya hemos afirmado, no está especificado. No sabemos pues dónde reflexiona cada personaje, pero se podría suponer que el parlamento del Ángel a José se daría en sus sueños, como sucede en los Evangelios; la adoración y planto de María ante el Niño, en el establo; la anunciación a los pastores en el campo. Así tendríamos tres espacios: el hogar, el campo y el establo. Junto a ello quizás se podría añadir como nota que estas representaciones solían llevarse a cabo en iglesias y catedrales, diferenciando pues el espacio físico de la representación del espacio de la acción dramática.

Tampoco se habla del tiempo, en este caso, la razón puede que sea porque no sea un elemento importante. Si podemos decir que es lineal, salvo cuando el Ángel repite las palabras de Isaías que fueron dichas en el pasado. También es cierto que hay un salto importante, por un lado el momento en que José se da cuenta de que María está encinta, que sería sobre los cuatro meses más o menos, y luego tras el nacimiento. La voz narradora de la acción dramática son los propios personajes, ellos están individualizados. María es la que se queja de su destino cruel y José  el que desconfía del embarazo sospechoso de María y así lo expresa en el fragmento. En teatro es difícil que los personajes hablen en tercera personaje aunque si es cierto que puede haber un narrador. Y de sí mismo ¿nos dice algo? podemos decir que parece estar presente en la obra al introducir la originalidad del tema de la duda, probablemente con motivo didáctico doctrinal, pone énfasis en ese punto empatizando con la duda que pueden tener las personas respecto a ese tema y aclarándoselas por boca de la Virgen y del Ángel. Pero, también puede que el autor este ausente en la obra, y simplemente, este recogiendo un tema propio de la época y, la duda sea un recurso de teatralidad y de atención al público.

Respecto a los personajes, podemos reconocer tres en este fragmento, María, José y el Ángel. Los dos últimos son personajes planos, corresponden al arquetipo conocido y representado; se nos presentan con gran simplificación y con un estilo muy dramático, lleno de exclamaciones e interrogaciones. María, al contrario, es un personaje redondo (en referencia a los personajes de la época); en su parlamento, del verso 25 en adelante, comienza adorando al Niño al que muy certeramente llama “rey del cielo”, pero ya en el verso 41 se observa un cambio de tono diciéndose a sí misma que este placer se volverá dolor. Es decir, que se proyecta al futuro viviendo el dolor que sentirá treinta y cuatro años después. Gómez Manrique nos presenta así a una madre que vive la dualidad

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terrenal-celestial de su hijo. Continuará más allá del fragmento propuesto (verso 49) cambiando el carácter para suplicar al Niño que la ilumine y le ayude para sufrir con paciencia, aceptar con resignación su destino divino bajo cuerpo humano.

El estilo literario ante el que nos hallamos es bastante rudimentario y usa vocablos arcaizantes, por ejemplo el uso "ç" o el uso de "x" por "s" propios de una lengua castellana que todavía no esta formada. Recordemos que ésta está en una época temprana de su desarrollo. Abundan pues las exclamaciones e interrogaciones que aportan dramatismo al texto, así como vocablos relacionados con el tema religioso que se esta tratando. La rima que aparece es rima consonante con el esquema "abba". El lenguaje del autor es bastante accesible aunque nos consta que Gómez Manrique tuvo buena formación pero igualmente deducimos que quizá por la intención de moralizar y enseñar sobre tema religioso no abundan en ella muchas figuras retóricas No obstante pasamos a citar algunos recursos, así, en la primera estrofa se destacan a partir del oxímoron (“negra dicha”) y los adverbios de negación las emociones de Josepe y el guiño irónico de Gómez Manrique en el epíteto “bien preñada” y “en dizen que d’Espíritu Santo”. Esta es una de las grandes aportaciones del autor. Vemos también como en la oración de la Gloriosa prevalece el campo semántico de la luz y la pureza. La necesaria intervención del ángel para curar la ceguera de José es también de vital importancia. Este representará un símbolo utilizado por los escritores medievales (Marqués de Santillana, don Juan Manuel…) siempre dentro de los parámetros bíblicos, como medio por el cual dios trasmitirá los designios divinos. Así vemos cómo la bimembración adverbial “façil e bien” refuerza la idea de que “todo es posible”. Igualmente vemos como la construcción anafórica O viejo, además de ser un elemento enfático, marcará las distintas apariciones de los personajes. Observamos también como En la intervención final de María prevalecen las construcciones bimembres (dios e ombre; salvación e consuelo; fijo e padre) que serán parte de la escena del nacimiento, como dijimos, y que luego será anafóricamente separada por la construcción “Adórote” así como por la gran cantidad de posesivos (tu santo; mi salvación; tu madre; mi ánima; mi solo señor; mi salvador…) que denotarán la situación de entrega y de plazer contrapuestas a la muerte de Cristo (padecer).

En líneas generales vemos como aunque el autor escribe la obra con un estilo muy sencillo, ello no impide a veces ver recursos como la exclamación retórica en los versos 1 al 4 , en los versos 9 al 12 y en los versos 20 al 24 e incluso lenguaje hiperbólico cuando dice viejo desventurado en el verso 1, o cuyo ser es inamovible en el verso 10, en el verso 2, o en el verso Aparecen también antítesis como en negra dicha mía, en el verso 2 o en alumbra la ceguedad en el verso 15. Estos recursos son propios de la poesía cancioneril y también encontramos en ella una sencillez que equilibra los cuadros y la métrica

Finalmente debemos destacar la importancia de encontrarnos frente a un texto teatral y, junto a ello, el hecho de ser un texto literario con elementos paratextuales y demarcativos, es pues un texto espectacular, es decir, pensado para ser representado. Por esa razón, hay que tener en cuenta los signos que pueden diseñarnos esa posible representación. ¿Qué da cuenta de todo ello? Por un lado, las didascalias o acotaciones del autor. En este fragmento son imprescindibles no solo para reconocerlo como tal, sino porque nos dan la pauta de las intervenciones de los personajes e incluso los cambios de escena. De esta manera podemos distinguir una nueva situación o cuadro en el Magnificat, momento intercalado por Manrique, según Pérez Priego, con la finalidad

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de ampliar el papel del personaje de María, mezclando dos situaciones evangélicas distintas (nacimiento y visitación de María a su prima Isabel) y buscando, de esta manera, mayor efectividad teatral. Lo mismo sucederá en las últimas estrofas con el planto de María (escena de Crucifixión, no del Nacimiento). En cuanto al texto espectacular, si bien nos encontramos frente a un texto medieval, por lo tanto en cierto aspecto aún rudimentario, podemos llegar a imaginar la presencia de elementos paraverbales, quinésicos y proxémicos, como tonos, gestos y por qué no, iluminación, vestuario, decorado y efectos sonoros.