EL ARTE DE MORIR

CLICsonido

Los textos son del libro MUERTE, UN PASO A LA VIDA..Nuevo libro de Gonzalo Gallo G.

Te ayuda a vencer el temor a la muerteO si estás en Duelo

Pensar, leer y meditar sobre la muerte ayuda a que, cuando

llegue, la sacudida sea menos fuerte.

Vive en paz y en paz partirás, aunque te maten.

Vive libre de apegos, odios, miedos y podrás irte sereno y sin temor.

La muerte es solo un paso entre vidas y nadie esta muerto.

Hay vida en eso que llamamos … el más allá.)

El más allá es más acá, en un estado sutil, en una vibración más ligera, en un espacio de luz.

A los difuntos les permiten comunicarse con nosotros, en especial recién partidos.

Lo que se fueron se comunican en sueños, a través de un aroma, una

canción o su energía de amor.

Los niños deben ir al funeral y al entierro para tener evidencias físicas de la muerte. De lo contrario,

sufren fantaseando.

Al morir nadie te juzga, tú mismo te evalúas y sigues en el lento proceso de evolucionar espiritualmente.

Si quieres partir sereno, afronta desde ya los miedos a la muerte y aprende a mirarla positivamente.

Nadie muere solo, siempre

hay seres amados que

vienen a llevarnos y guiarnos al

encuentro con El Creador

doPartes sereno si hay paz en tu alma y andas ligero de equipaje, sin asuntos pendientes.

Cuando hablas desde el alma

con el ser querido que

partió, cree que te sucede.

Dios lo permite.

Es sano llorar y en nada perturba a quien parte, si no lloras te enfermas y el dolor te sofoca y te

tritura.

Eso si, acepta la muerte y no retengas al ser amado. Entrégalo a Dios con amor o frenas su proceso y te haces daño.

Todos morimos cuando es, ni antes ni después.

Eso lo programas con Dios antes de venir.

En efecto, hacemos un plan de vida y elegimos un tipo de muerte según lo que hay que aprender y enseñar.

Dios no te quita a nadie, sencillamente acepta lo que tu elegiste y te da su fuerza y su paz.

Toda muerte es un acto de amor.

Muertes trágicas como la de Jesús cambian vidas y enseñan mucho.

Pregúntate para qué murió tu ser querido, en lugar de atormentarte con un lacerante

“por qué”.

El infierno no es más que un símbolo del

desamor que se lleva quien hace

daño, pero no hay castigos eternos.

La muerte no se siente, es dormirse acá y despertar allá. ¿Te das cuenta cuando te quedas dormido?

Confía y el temor se irá.

Si mueren dos seres queridos en fecha cercana, el primero no se llevo al otro. Así estaba programado con Dios.

La muerte te pide seguir amando sin un cuerpo

físico. La materia no debe ser necesaria para el amor.

Quien parte está en paz, nunca sufre, no te reprocha

nada, porque todo lo entiende.

Un duelo es largo y lo llevas mejor si liberas emociones como odio, culpa, rabia y aflicción.

Una muerte repentina no es fácil de aceptar,

se debe orar para ayudarle al ser amado a que la acepte y se

una con Dios.

El suicida al morir, ve que si había salidas, pero es un hijo de Dios, él lo ama y lo recibe.

La muerte no existe para el espíritu, no es más que el paso a otra dimensión de consciencia.

Al morir se, el alma sale del cuerpo, pasa por una especie de túnel y llega ante una luz de amor.

La luz te lleva a Dios y eres libre para unirte o no con ella y continuar tu evolución espiritual.

En el otro plano amas, evolucionas, creas,

compartes y vives. No es un descanso

eterno.

Es sano hablar con el difunto y de él, pero sin aferrarlo,

aceptando su muerte y

despidiéndolo.

La muerte no es un castigo, es volver donde ya estábamos antes y reencontrarse con seres que

amamos.

La muerte no es un fin, es un nuevo comienzo. No es soledad, es reencuentro con seres que amas y con Dios.

Un cementerio esta lleno de mala energía, mientras menos vas allá, mejor. Allá no esta tu ser amado.

Familiarízate con la muerte y partirás sereno Al que parte háblale para que perdone,. Se perdone y suelte

apegos y temores. Invítalo a seguir la luz.Los rituales con fe y con amor siempre calman e iluminan.

El nacimiento no fue el comienzo,

y la muerte no es el fin.

Busca en las librerías el libroMUERTE, UN PASO A LA VIDA.

de Gonzalo Gallo G